Está en la página 1de 2

Hemofilia A

CONCEPTO

Se trata de la diátesis hemorrágica hereditaria más frecuente dentro de las carencias de los
factores de coagulación que se caracterizada por hemorragias espontáneas o prolongadas.
Dado que las mujeres portadoras (al tener 2 cromosomas X, uno de ellos afectado) presentan
una actividad del factor VIII de alrededor del 50%, no presentan sintomatología (hace falta un
descenso al 25% para presentar síntomas).

La gravedad clínica de la enfermedad es variable según familias, pero constante en una familia
dada.

CLASIFICACION

Se considera hemofilia leve cuando la actividad en el factor VIII se encuentra en una


concentración del 5-25% de lo normal, hemofilia moderada cuando se encuentra una
concentración del 1-5% y grave cuando la actividad es inferior al 1% (menor de 0,01 UI/ml).

ETIOLOGÍA

Es un trastorno ligado al cromosoma X, ya que el cromosoma X contiene los genes para la


síntesis del factor VIII.

EPIDEMIOLOGIA

La prevalencia se estima en alrededor de 1 de cada 6.000 individuos de sexo


masculino. La hemofilia afecta principalmente a los varones, pero se ha descrito una
forma sintomática de hemofilia A en mujeres portadoras (ver este término) con,
generalmente, un cuadro clínico leve.
FISIOPATOLOGIA

Parte del entendimiento de la hemofilia es el conocimiento de la base de la hemostasia,


proceso definido como la necesidad de mantener la integridad de los vasos sanguíneos
posterior a una noxa (Zimmerman y Valentino, 2013; Kliegman et al., 2016). En consecuencia
de dicha meta, existen una serie de reacciones en cadena denominada cascada de la
coagulación, compuesta por distintos factores que autolimitan su funcionamiento asociado a
un estado no trombogénico del endotelio (Zimmerman y Valentino, 2013; Kliegman et al.,
2016). Cualquier daño causado en el endotelio activa el proceso hemostático por medio del
factor tisular (FT), plaquetas y trombina (Zimmerman y Valentino, 2013). El complejo activador
de factor X o “tenasa” está compuesto esencialmente por calcio, fosfolípido, factor VIII y factor
IX (Kliegman et al., 2016). En la hemofilia, al existir un defecto de los factores VIII y IX, no existe
formación de trombina y el coágulo se forma de manera inadecuada y tardía, por lo que esto
predispone el sangrado (Kliegman et al., 2016).

MANIFESTACIONES CLINICAS

La clínica predominante son hematomas de tejidos blandos, hemartros, hemorragias internas


de otros tipos, sangrado tras cirugía. Los sangrados se localizan habitualmente en las
articulaciones (hemartrosis) y en los músculos (hematomas), pero pueden implicar
cualquier localización después de un traumatismo o lesión. Las hematurias
espontáneas, bastante frecuentes, son un signo característico de la enfermedad.
DIAGNOSTICO

En el laboratorio, se caracteriza por presentar un tiempo de tromboplastina parcial activada


(TTPA) prolongado, con un tiempo de protrombina normal. El diagnóstico se verifica con la
dosificación del factor VIII. Hay formas de hemofilia A adquirida en relación con
autoanticuerpos anti-VIII de origen idiopático o secundario a fármacos (sulfamidas,
penicilinas), enfermedades autoinmunitarias, periodo posparto o neoplasias. A diferencia de la
forma congénita, el TTPA no corrige con plasma normal en una mezcla 1:1.

TRATAMIENTO

Consiste en la administración del factor deficitario en forma de concentrado liofilizado, del


factor VIII, o factor VIII recombinante, preferiblemente. Durante el tratamiento crónico
pueden aparecer anticuerpos anti-factor VIII, que, como consecuencia, disminuyen la actividad
de dicho factor y disminuyen la rentabilidad del tratamiento. En dicho caso se aconseja factor
VII recombinante activado. En situaciones de emergencia, si no se dispone del factor VIII, se
puede administrar concentrado de complejo de protrombina, o preferiblemente, factor VII
recombinante activado. El acetato de desmopresina incrementa ligeramente la síntesis del
factor VIII. En situaciones de emergencia se puede utilizar también ácido ɛ-aminocaproico o
tranexámico, que son antifibrinolíticos. En general, no se aconseja la punción de los hemartros
ni la administración de AAS (lo mismo que en el resto de trastornos de la coagulación
sanguínea).

Deficiencias de otros factores de la coagulación

No existe ninguna peculiaridad concreta de ninguno de ellos y son muy poco


frecuentes excepto la deficiencia del factor XI y la del VII (MIR 15-16, 92).
También hay deficiencia de factores de coagulación mediadas por autoanticuerpos
contra protrombina y factor V, fundamentalmente relacionados
con betalactámicos, enfermedades autoinmunitarias, tumores sólidos y
gammapatías monoclonales.

El déficit congénito del factor XI (hemofilia C o síndrome de Rosenthal) es un trastorno


hereditario de la coagulación, caracterizado por la reducción de la concentración o de la
actividad del factor XI (FXI) [o ambos] y que resulta en síntomas hemorrágicos moderados,
normalmente después de un traumatismo o cirugía. La prevalencia de las formas homocigotas
se estima en 1/1,000,000. La enfermedad es más frecuente en la población judía. La frecuencia
del déficit parcial entre los judíos ashkenazi es de 8%. La enfermedad afecta a hombres y
mujeres por igual y se manifiesta a cualquier edad. El déficit congénito del FXI está causado por
mutaciones en el gen F11 (4q35), que controla la producción del FXI plasmático. La transmisión
es principalmente autosómica recesiva, pero también se han observado pacientes
heterocigotos con síntomas hemorrágicos, lo que sugiere que también es posible una
transmisión autosómica dominante. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de déficits
de factores de coagulación, la gravedad de las manifestaciones hemorrágicas está poco
correlacionada con la concentración del FXI. El diagnóstico se basa en el tiempo de
tromboplastina parcial activada (TTPa) y en la reducción de la concentración del FXI, que es
inferior a 20 UI/dL en caso de déficit grave y varía entre 20 y 60 UI/dL en caso de déficit parcial.

También podría gustarte