Retos y ventajas de implementar una cultura de innovación en una MIPYME

La MIPYMES constituyen un ecosistema creciente en la economía latinoamericana,

llegando a plantear en algunos países hasta el 90% de todas las unidades
económicas, incrementando la creación de empleo y desarrollo de la región.
En el Perú es el sector en donde dependen económicamente más de 12 millones de
peruanos a nivel nacional, genera más de 13 millones de empleos al año, siendo el
tejido social y económico más importante del país con sus trabajadores. Actualmente,
el 99,4% del tejido empresarial peruano son MIPYMES, de los cuales el 84,2% de
éstos son informales.
Entre los principales problemas que enfrentan las MIPYMES están el acceso a
mercados, productividad, innovación y acceso a nuevas tecnologías, la informalidad,
financiamiento, entre otros; todo ello tiene como consecuencia que, la mayor parte de
las pequeñas empresas desaparezcan antes de los dos años desde su fundación,
principalmente por los malos cálculos de costo y beneficio vinculados a expectativas
muy altas sobre los ingresos de la nueva empresa. Una de las razones es que, en el
proceso de aprendizaje del negocio, el empresario que juega un papel importante de
primera línea no desarrolla una cultura de innovación en su empresa como
herramienta para dar soluciones a problemas y aprovechar nuevas oportunidades de
negocio que le permitan la sostenibilidad a largo plazo.
¿Por qué gran parte de las nuevas empresas no adoptan una cultura de innovación?
En mayor medida las nuevas empresas no implementan la cultura de innovación o si
lo hacen, no lo hacen apropiadamente. Alrededor de este entorno tienen la errada
percepción de que innovar es costoso y requiere de conocimientos avanzados,
además tienen poco acceso a la información sobre innovaciones que, de alguna
forma, las hacen permanecer en un entorno duro al cambio.
Para empezar con el cambio y una correcta implementación, se debe comenzar con
una transformación de enfoque, donde el empresario que juega un papel importante
de liderazgo y guía debe desarrollar competencias gerenciales, de resiliencia,
disciplina, tolerancia al fracaso y valores que le permitan junto a su equipo de trabajo
construir un ambiente favorable para el crecimiento del negocio, siendo ésta una
fuente de innovación centrada en el equipo.
Por otro lado, la adopción de las TIC se complica por el escaso conocimiento que hay,
la falta de capacitación en su uso, el supuesto costo elevado y porque los empresarios
están muy enfocados a sus trabajos diarios que no le dan la debida importancia. Por
ese motivo, no se tiene una cultura orientada al aprendizaje y al cambio, partiendo
desde el dueño del negocio, que no brinda la confianza a sus trabajadores, para que
puedan proponer nuevas soluciones. Además, para asumir este reto se tiene que
estar dispuesto a invertir en recursos extras para las actividades que implicarán una
nueva cultura de innovación.
Actualmente las MIPYMES cuentan con la capacidad de implementarse con
condiciones tecnológicas similares a las de las grandes empresas, gracias a la
digitalización industrial, que conlleva a un mayor nivel de competitividad, pero queda
en manos de los líderes del negocio decidir implementar nuevas medidas para
generar un mejor trabajo y eficiencia de su empresa.
¿Qué podemos hacer para impulsar el desarrollo de este sector y generar un
ambiente adecuado para su crecimiento y sostenibilidad?
Implementar una cultura de innovación en una MIPYME es un reto. Sin embargo,
vale la pena porque beneficia a los empleados y a la empresa en su conjunto. Este
reto requerirá del desarrollo de competencias, cambios de hábitos y redefinir
estrategias, entre acciones ligadas a la cultura y gestión de la innovación, todo ello
para crear un ecosistema creativo, sin miedo a fallar.
La innovación ayuda a los empleados a sentirse más motivados y seguros, permite
buscar soluciones a los problemas, plantear ideas como una oportunidad de mejora,
no hace falta que la solución sea perfecta; basta con que la solución se ajuste a la
realidad, esto ayuda a la gerencia a tomar mejores decisiones comerciales, además
se puede impulsar el crecimiento y la moral de la empresa. A medida que los
trabajadores empiecen a compartir sus ideas con éxito, este comportamiento se
repetirá de forma natural en otros aspectos de la empresa. Por otro lado, la
digitalización, puede generar oportunidades de mejora en todas las áreas de negocio
de las empresas, con la reducción de costos operativos, y el aumento de su oferta en
gran cantidad de uso y aplicaciones.
Una cultura innovadora requiere emoción y creatividad, de las que los empleados
pueden carecer en situaciones estresantes. Es así, que se podría planificar
momentos o destinar pequeños grupos para desarrollar las mejoras, porque puede
ser difícil que haya una oportunidad para innovar en el momento en donde los
trabajadores no se sientan cómodos. Además, puede verse afectado la
productividad y para combatir esta distracción, la gerencia puede prescindir de
innovar para priorizar otros aspectos de la empresa.
En este sentido, existen seis componentes básicos que se deben considerar en la
implementación de esta cultura innovadora: Entre ellas los recursos (dirigido a
personas, sistemas y proyectos), valores (que promueven la creatividad, fomentan el
aprendizaje cognitivo), procesos (ejecutan las rutas de las innovaciones a seguir),
comportamiento (como actúan en la causa de la innovación), clima (cultivan el
compromiso y entusiasmo) y éxito (externo, empresarial y personal). Como se
menciona, todos estos componentes de mejora resultan en hacer un mejor trabajo,
distinto, pero a futuro con una mejora significativa.
En conclusión, es factible y necesario implementar una cultura de innovación en las
MIPYMES, quizás no ligadas directamente a la digitalización y tecnología como se
podría suponer. Implementar una cultura de innovación en las MIPYMES no es
imposible ni costoso como se pensaría, todo lo contrario, es necesario y accesible,
pero distinta, ya que su innovación no es tan tecnológica, sino mas ligado a procesos
y modelos de gestión. Es ahí donde se presentan las oportunidades de innovar y
mejorar su productividad y no tanto en sus productos o tecnología para aplicar
medidas novedosas y cambiar el rumbo cuando sea necesario.
Por otro lado, se puede concluir que el empresario debe estar en constante
aprendizaje, adquirir competencias gerenciales, para poder liderar el negocio en base
a un desarrollo sostenible y una gestión orientada a resultados. Sin duda estas
acciones, implican la inserción gradual de innovación en el negocio, este es un
proceso que surge en el emprendedor o su entorno el cual debe impulsarlo en su
equipo para desarrollarlo, es decir, es un proceso permanente en la empresa y
requiere de visión, actitud, escucha, asumir riesgos, autocrítica y resiliencia.

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