PARROQUIA

SAN MARTIN DE PORRES, CHICAMÁN

Diócesis de Quiché

Misa de directivas juveniles Región Norte

Dieciséis del Quiché

MONICIÓN:
Queridos amigos y hermanos en la fe, hoy nos reunimos en esta Eucaristía para dar
gracias a Dios por estos años en que, como Pastoral Juvenil de la Región Norte de la
Diócesis de Quiché venimos trabajando y formando nuestra fe. El Señor Jesús nos
conceda a través de la participación en esta Santa Misa, la gracia de ser testigos de su
amor y jóvenes comprometidos en la Construcción de la Civilización del Amor.

Perdón: Acerquémonos a nuestro Padre Dios con un corazón arrepentido para pedirle que
nos perdone, a cada una de las peticiones respondemos, 

1. Señor, los jóvenes de hoy te pedimos perdón por la falta de un compromiso mayor
con la sociedad y la Iglesia. Señor Ten Piedad
2. Perdón Señor, por tanta división e insensibilidad que se ve en nuestro país. Cristo
Ten Piedad.
3. Señor, te pedimos perdón por todo tipo de maltrato que se ve y se vive en muchas
de nuestras familias. Señor ten Piedad

ORACIÓN COLECTA.

Oremos: Señor, Padre santo, tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta,
pero no dejas de llamar a muchos jóvenes para que sigan más de cerca las huellas de tu
Hijo, concede a los que tú quieras elegir con una vocación particular llegar a ser, por su
vida, signo y testimonio de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por nuestro Señor
Jesucristo.

Monición. La lectura del profeta Jeremías, donde se dice que la vocación es un

verdadero don Divino y se supone una gran capacidad de amar. Supone confiar en
Dios por encima de todo. Atentos escuchemos su Palabra.

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Lectura del Profeta Jeremías (Jer 1, 4-9)

Recibí esta palabra del Señor: Antes de formarme en el vientre, te escogí, antes de que
salieras del seno materno, te consagré. Te nombré profeta de los gentiles. Yo repuse: ¡Ay,
Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: No digas
«Soy un muchacho», que adonde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les
tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor. El Señor extendió la
mano y me tocó la boca, y me dijo: Mira: yo pongo mis palabras en tu boca. Palabra de
Dios

SALMO RESPONSORIAL (Sal 39)

R/. ¡Aquí estoy, Señor: para hacer tu voluntad!

Yo esperaba con ansia al Señor: él se inclinó y escucho mi grito: me puso en la boca un

cántico nuevo, un himno a nuestro Dios.

R/. ¡Aquí estoy, Señor: para hacer tu voluntad!

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído, no pides sacrificio

expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy».

R/. ¡Aquí estoy, Señor: para hacer tu voluntad!

Como está escrito en mi libro «para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley
en las entrañas.

R/. ¡Aquí estoy, Señor: para hacer tu voluntad!

Monición En el Evangelio de San Marcos A la salida de Jericó, se nos presenta el

llamado que Jesús le hace al ciego, y llamándolo para dejar la ceguera que impide
reconocer, escuchar y seguir a Jesús en el camino. Con el canto del aleluya nos
preparamos para escucharlo.

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//Aleluya, aleluya.

Aclamación antes del Evangelio

Jesús, Hijo de David, ¡ten piedad de mí, Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”
“Maestro, ¡que pueda ver! Vete tu fe te ha salvado.

//Aleluya, aleluya.

"Evangelio según San Marcos, 10, 46-52

Vinieron a la ciudad de Jericó y cuando Jesús salía de la ciudad con sus discípulos y una
gran multitud, un ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto a la
carretera pidiendo limosna. Cuando escuchó a alguien decir que era Jesús de Nazaret quien
pasaba, el ciego comenzó a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ¡ten piedad de mí!” Muchas
personas lo reprendían y le decían que se callara, pero él gritaba aún con más fuerza: “Hijo
de David, ¡ten piedad de mí!”. Entonces Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Llamaron al
ciego y le decían: “¡Ánimo! ¡Levántate porque te está llamando!” Bartimeo, arrojando su
manto, se levantó saltando y fue al lugar donde estaba Jesús. Jesús le preguntó: “¿Qué
quieres que haga por ti?” El ciego le dijo: “Maestro, ¡que pueda ver! Jesús le dijo: “Vete ¡tu
fe te ha salvado!” De inmediato comenzó a ver y seguía a Jesús por el camino. Palabra del
Señor.

Peticiones

 En este día pongamos todas nuestras necesidades personales en manos de Dios, a cada de
las peticiones respondemos: Cristo de la juventud, escúchanos

Señor, Jesús, te pedimos para que los jóvenes del mundo no dejen morir la esperanza de
construir cada día un mañana mejor; justificado en la fe, el respeto y la tolerancia. Oremos

Señor, Jesús, te pido la liberación hoy, especialmente, por nosotros los jóvenes que aún nos
encontramos alienados por el consumismo y por un estilo de vida facilista. Oremos .

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Señor, Jesús, el mundo de hoy necesita una juventud del Espíritu de Cristo, por eso te pido
en este día que, unidos a ti, podamos salir de la cárcel de la indiferencia y la
desesperanza. Oremos.

Señor, Jesús, para que la juventud de esta Región Norte de Quiché, en tu amor y la
misericordia, pueda vivir la vida intensamente como si fuera el último día. Oremos

Señor, Jesús, te pedimos también por las familias de tantos jóvenes, que en el seno de su
hogar no encuentran la dulzura, el afecto y el cariño. Oremos.

Monición de ofrendas.

En este momento los jóvenes presentan las ofrendas y algunos símbolos y signos de
nuestra fe.

Procesión de Ofrendas: Pan, vino, Biblia, libros y periódicos.

 Señor Jesús, te ofrecemos el pan y el vino que representa el Cuerpo y la Sangre de

Cristo que tu ofreciste por todos nosotros has que se conviertan en fuerza y ganas de
seguir adelante.
 Señor, te ofrecemos la palabra fuente de sabiduría, que tu Señor, nos diste para
nuestro crecimiento espiritual y personal.
 Señor te ofrecemos estos libros y periódicos, que nos sirven para un crecimiento
humano e intelectual los ponemos en tus manos para que tu Señor nos fortalezcas y
nos ayudes a perseverar en nuestro camino en busca de nuevos horizontes.   

Canto de ofertorio.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oremos: Oh Dios, Padre de toda misericordia, que, por amarnos sin medida, nos has dado
con inefable bondad a tu Hijo Unigénito, haz que, en perfecta unión con él te ofrezcamos
nuestra juventud como una digna oblación a ti. Por Jesucristo Nuestro Señor.

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Oración por la comunión espiritual.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oremos Alimentados a tu mesa, Señor, te rogamos que, por este sacramento de tu amor,
germinen las semillas que generosamente esparciste en el campo de tu Iglesia, para que
sean cada vez más numerosos los que elijan el camino de servirte en los hermanos. Por
Jesucristo Nuestro Señor.