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MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días queridos hermanos y hermanas, reciban una


cordial bienvenida a nuestra celebración Eucarística en
honor a Nuestra Madre Dolorosa.
Hoy como cada mes, nos invade la alegría de estar juntos y
recordar el amor maternal de Dios manifestado en la Virgen
María.
Por eso queremos unirnos siempre para darle gracias por
este Don tan precioso y pedirle que nos ayude a ser fieles y
recíprocos a su amor.
Depositamos confiadamente ante Ti Señor, nuestros
anhelos, nuestros estudios, nuestras familias, nuestros
docentes, y a todas las personas que colaboran en nuestra
formación, para que, inspirados en la maternidad de María,
nos ayuden a acercarnos más a Ti que eres fuente de amor
y sabiduría.
Con mucho cariño y afecto iniciamos esta Eucaristía
colocándonos de pie y cantando con alegría a nuestra Madre
Dolorosa.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, que nos has encomendado al cuidado


maternal de la Santísima Virgen María Dolorosa,
concédenos venerarla como Madre y Reina de la educación
católica de la juventud y tenerla siempre como maestra de

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fe incontaminada, de una esperanza inquebrantable y del
más puro amor. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo…
R/. Amén
LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro del profeta Jeremías (1, 1. 4-10)


Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes
residentes en Anatot, territorio de Benjamín.
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras:
"Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco;
desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para
las naciones".
Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé expresarme,
porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irás
a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande. No tengas
miedo, porque yo estoy contigo para protegerte", palabra
del Señor.
El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó
la boca y me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca
y te doy autoridad sobre pueblos y reyes, para que
arranques y derribes, para qué destruyas y deshagas, para
que edifiques y plantes".
Palabra de Dios.

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SALMO RESPONSORIAL

(DEL SALMO 70)

R/. Señor, tú eres mi esperanza.


1. Señor, tú eres mi esperanza,
que no quede yo jamás defraudado.
Tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme;
escucha mi oración y ponme a salvo.
R/. Señor, tú eres mi esperanza.

2. Sé para mí un refugio,
ciudad fortificada en que me salves.
Y pues eres mi auxilio y mi defensa,
líbrame, Señor, de los malvados.
R/. Señor, tú eres mi esperanza.

3. Señor, tú eres mi esperanza;


desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre,
yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.
R/. Señor, tú eres mi esperanza.

4. Yo proclamaré siempre tu justicia


y a todas horas, tu misericordia.
Me enseñaste a alabarte desde niño
y seguir alabándote es mi orgullo.
R/. Señor, tú eres mi esperanza.

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ACLAMACIÓN

R/. Aleluya, aleluya.


La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo
aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
R/. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (13,1-9)
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó
a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que
él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó,
mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les
habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la
semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron
los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en
terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron
pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el
sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se
secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos
crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en
tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros,
sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.

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ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros,
elevemos, llenos de confianza, nuestras súplicas al Padre,
respondiendo: R/. Escucha Señor nuestra oración.
1. Oremos por nuestra Iglesia, por el Papa y todos sus
ministros, los religiosos y laicos, para que cumplan su
misión evangelizadora y puedan acercar a las personas a
Jesús. Oremos al Señor.
2. Oremos por todos los niños, jóvenes y las familias. Que a
todos llegue en abundancia el amor y la salvación de
Jesús. Oremos al Señor.
3. Oremos por todos los profesores, para que el Señor les
llene de su Espíritu, y bendiga sus esfuerzos realizados al
educar a los niños en la fe, y acercarlos al Evangelio.
Oremos al Señor.
4. Te pedimos Señor por los Padres de familia, para que cada
día sean más conscientes de la misión que tienen ante
Dios y la Iglesia, de fortalecer y hacer crecer la fe de sus
hijos con el testimonio de vida. Oremos al Señor.
5. Por todos nosotros, por nuestra Unidad Educativa, para
que por la celebración del sacramento de la Eucaristía que
nos da nueva vida, seamos siempre testigos del amor de
Dios en nuestros hogares, ambientes de trabajo o estudio.
Oremos al Señor.

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Celebrante: Dios de misericordia, acoge las plegarias que te
presentamos en honor a la Virgen María, a quien tu nos
entregaste como madre amorosa, cuando estaba junto a la
cruz de su Hijo Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
R/. Amén.

OFERTORIO
Señor, antes te hemos pedido perdón por las cosas en las
que necesitamos mejorar. Ahora te ofrecemos llenos de
gratitud y confianza, nuestros dones al Padre Celestial, y
queremos ponerlo en tu mesa Señor:
1. Te presentamos Señor este pan, fruto del trabajo del
hombre y de la mujer. Este pan representa el trabajo de
muchas familias, pedimos que no falte el pan en la mesa
de ningún hogar. Bendito seas Señor.
2. Te presentamos Señor estas uvas. Las uvas dan lugar al
buen vino, así también, nosotros queremos dar lugar a algo
nuevo, a algo mejor. Permítenos Señor, con tu gracia, al
igual que tu Hijo Jesús, ser vino para los demás. Bendito
seas Señor.
3. Te ofrecemos Señor estas flores, ellas son símbolo de la
belleza de tu creación. Permítenos Padre, descubrir y
contemplar lo bello en tus obras. Acéptalas Señor como
muestra de nuestro compromiso. Bendito seas Señor.

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4. Te presentamos Señor este cirio que representa la luz de
Cristo, la luz de la vida. Concédenos Señor ser la gracia de
dejarnos iluminar por Ti, y también la de llevar tu luz a
aquellos que más lo necesitan. Bendito seas Señor.
5. Te presentamos Señor esta imagen de la Dolorosa, esta
mirada tierna y maternal que nos dirige a diario y
acompaña nuestro caminar. Que esa mirada se convierta
también en la nuestra, de modo que podamos atender y
acercarnos a los que sufren. Bendito seas Señor.

ORACIÓN DE OFRENDAS

Dios de misericordia, recibe los dones que ofrecemos, a gloria


de tu nombre, en esta fiesta de la Virgen María, a quién tú nos
entregaste como madre amorosa cuando estaba junto a la
cruz de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN FINAL

Después de recibir el sacramento de la eterna redención, te


pedimos, Señor, que, al recordar los dolores de la Virgen
María, completemos en nosotros, en favor de la Iglesia, lo que
falta a la pasión de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos. Amén.

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