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Proyectos Educativos en México Realizados Durante los Siglos XIX Y XX, Hasta Llegar al
Neoliberalismo.
Tania Bartolón
Universidad del Sur y Sureste
Raíces Históricas De Educación Mexicana
Dr. Mario Gabriel Rojas Sarabia
18 de Junio de 2022
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Proyectos Educativos en México Realizados Durante los Siglos XIX Y XX, Hasta Llegar al
Neoliberalismo.

Los alcances que hasta el día de hoy se han logrado en el ámbito educativo en nuestra nación

han sido grandes acuerdos que han resultado de luchas sociales intensas, del surgimiento e

imposición de nuevos actores en el terreno de la educación y de las luchas de resistencia contra la

restricción de esta y otros derechos semejantes. Por lo tanto necesitamos conocer el pasado

histórico de las políticas educativas que hoy se aplican en los diferentes espacios educativos de

nuestro país. El siglo XIX resulta de gran importancia y se podría decir que es fundamental para

comprender la construcción de un sistema educativo moderno organizado y dirigido por el Estado.

De allí la importancia de hablar de los orígenes de la política educativa contemporánea, y de las

cuales abordaremos en este presente ensayo.

El año de 1821 marca el inicio de la vida independiente del país, un momento que resulta

complejo y difícil ya que la nación iba a dar paso a su construcción, hay propuestas variadas debido

a la diversidad de actores políticos involucrados en el movimiento independentista entre ellos :

borbonistas, iturbidistas, insurgentes y liberales, cada uno de estos grupos con diferentes visiones

culturales e ideológicas, sin embargo tenían algo en común que era lo educativo, las declaraciones

gubernamentales ilustraban el comienzo y la necesidad de impulsar el progreso, la libertad y la

razón de la nación. El gobierno de Agustín de Iturbide, en 1822, trata de considerar el tema

educativo, sin embargo no contaba con los recursos necesarios para comenzar y apoyar un proyecto

demasiado grande, por lo tanto dicho plan queda en manos de la compañía Lancasteriana, y para

ello esta tenía que fundar escuelas elementales y normales, ya que debido a que el Estado no

contaba con los recursos necesario para impulsar la educación, debía sostenerse de otras

instituciones que le ayudaran en esta iniciativa.


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En el año de 1823 bajo el poder del gobierno del Supremo Poder Ejecutivo, Proyecto de

Reglamento General de Instrucción Pública, mencionaron en algunos de sus artículos (art. 1, 3, 6

y 33) que la educación debía ser libre y gratuita por lo tanto nadie debía de pagar por ella y que

todo ciudadano tiene derecho a instruirse, y la instrucción sería uniforme y por los mismos métodos

y tratados elementales, también se enfatizó la importancia de que se establecieran escuelas de

primeras letras para la instrucción de los niños y niñas. Para el gobierno en ese entonces fue de su

prioridad la educación de primeras letras donde se daba la enseñanza de lectura y escritura. Por

otro lado también se le brindo atención a la educación superior, donde se establecieron las

siguientes carreras: teología, jurisprudencia canónica y civil, medicina, cirugía, etc. Pedro Negrete,

Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, tenían buenos propósitos educativos, pero lamentablemente

debido a la carencia de recursos económicos, maestros y la falta de espacios donde se pudiera

impartir cómodamente las clases hicieron que este sueño no se cumpliera.

En 1826 se promulga una nueva constitución política y dentro de ella un nuevo plan

educativo y en esta nuevamente se da la insistencia de que la instrucción pública es fundamental y

que se debe de dar en espacios específicos para ella y también se presenta un currículo para

primaria. En el centro del país los ayuntamientos tenían que encargarse de impartir esta educación

y de seleccionar a los maestros para dicha tarea, los cuales tenían que presentar un examen público

ante un comité elegido y así poder desempeñar dicha profesión. Por otra parte la formación

profesional se vería beneficiada con laboratorios, recursos para bibliotecas y también con escuelas

de ciencias aplicadas (artillería, minería, construcción naval, etc.). Pero como hemos venido

mencionado, la situación financiera del país no permitía que estos proyectos educativos florecieran

y se hicieran una realidad, sino que quedaban estancados. En 1827 surge un tercer plan educativo

en el cual se busca impulsar la educación pública en el país y donde se dicta que todo ciudadano
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debe saber leer y escribir y se incluyen las materias de urbanidad y catecismo político ésta con el

fin de formar buenos ciudadanos. Dichas materias estuvieron vigentes prácticamente durante todo

el siglo XIX.

En 1833 se desata una polémica en cuanto a la iniciativa liberal de la educación laica, el

vicepresidente Valentín Gómez Farías, presentó una fuerte reforma educativa en el cual se dan a

conocer algunos artículos como estos: en el artículo 1°, se elimina la Universidad de México y se

establece una Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito Federal y los territorios de

la federación, la cual tendría a su cargo todos los establecimientos públicos de enseñanza y esta

sería la encargada de nombrar a los profesores encargados de impartir la enseñanza, como también

sería la encargada de elaborar los reglamentos y designar los libros elementales de enseñanza.

También se indicó que todos los gastos educativos serian suplidos por el gobierno. Dicha reforma

priorizo la enseñanza primaria y normal debido a que son espacios de suma importancia para la

formación de ciudadanos y permitió que el grupo liberal avanzara con sus planteamientos de

libertad de enseñanza y el distanciamiento de la Iglesia católica en el ámbito educativo y que fuera

el Estado que se encarga totalmente de la educación. Pero debido al descuerdo del presidente Santa

Anna estos proyectos no fueron implementados y se derogo esta reforma educativa. En 1842 se

expide nuevamente un decreto que declaraba la educación obligatoria entre 7 y los 15 años de edad

y que también debía ser gratuita, pero de igual manera este decreto se derogo y para 1843 se redacta

uno nuevo en el cual se pretende impulsar la instrucción pública y mejorarla. En la década de los

años cuarenta nuestro país presentaba una gran crisis económica, guerras, entre otras

circunstancias, pero a pesar de eso se debatían nuevos proyectos educativos con el fin de

desarrollarse con éxito en nuestra nación.


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En la segunda mitad del siglo XIX se comenzaron a presentar esfuerzos positivos por los

liberales. El proyecto que deseaban presentar tenía como objetivo principal formar a los niños en

escuelas, es decir que la educación fuera de una manera formal, creando así ciudadanos leales a la

nación con buenos principios. En 1861 se promulga una ley llamada “Ley de Instrucción Pública

para el Distrito Federal y los Territorios Federales”. En este documento fue establecido un nuevo

plan de estudios para la educación primaria, en este plan se eliminaron definitivamente del

currículo escolar las materias de “catecismo religioso” e “historia sagrada”, para reemplazar dichas

asignaturas se incluyó la materia de “moral” en la cual se retomaba valores para la formación del

ser humano. La realidad de lograr estos proyectos educativos se veían cada vez más cerca y se

esperaban ansiosamente en nuestro país.

Posteriormente durante el Porfiriato se redactó un nuevo proyecto educativo el cual tenía

como propósito modernizar la educación con el objetivo de implementar un sistema educativo

nacional, federal, homogéneo, racional y laico y que estuviera controlado únicamente por el Estado.

La meta principal de Porfirio Díaz era transformar la sociedad y convertirla en moderna, pero para

lograr dicho objetivo se tenía que consolidar un Estado poderoso que tuviera las posibilidades de

impulsar y sostener un proyecto de nación y esto incluía modificar las políticas económicas

vigentes. Por otra parte también se necesitaba que las escuelas se modernizaran en cuanto a su

mobiliario, contenidos curriculares, libros de texto, etc. La educación durante el porfiriato rescató

gran parte del proyecto educativo juarista. Benito Juárez tenía un gran interés por tener una

población preparada, ya que de ellos dependía el desarrollo del país, en este sentido la política de

Porfirio Díaz retomó parte de las iniciativas y le dio impulso a muchas instituciones creadas en el

gobierno de Juárez. Por otro lado, Díaz creo nuevas políticas que trajeron consigo la fundación de

la institución educativa más importante del país: la UNAM.


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En la segunda mitad de la década de los ochenta se emplearon diversas leyes y reglamentos

los cuales impulsaron la creación de un marco normativo para impulsar la modernización de la

educación. La educación pública durante esta época fue muy bien atendida especialmente el nivel

primario, y también hubo avances para normalizar la educación privada. También se enfatizó la

reformulación de los planes y programas de estudio. Se diseñaron libros de texto cada uno con sus

respectivas disciplinas elaborados con la normatividad establecida. Y a partir de 1885 la escuela

Normal de Maestros se encargó de seleccionar los textos para el ciclo escolar correspondiente y

para 1887 el currículo del nivel primario incluyo una materia nueva “Instrucción Moral y Cívica”

que tenía el propósito de formar al alumno con buenos valores morales para ser un buen ciudadano

leal a su patria. Posteriormente todos los demás planes incluyeron la materia de civismo en el

currículo escolar. La década de los ochenta fue muy importante en el ámbito educativo ya que en

este periodo iniciaron una serie de reformas que encaminaron a la educación pública a tomar

nuevos rumbos.

También en la época de los noventa florecieron muchos proyectos educativos y se dieron

importantes medidas que fortalecieron el sistema educativo a cargo del Estado, una de ellas es el

proyecto de ley de Justo Sierra la “Ley de Educación Primaria” que se promulgo en 1908, al

principio era para el Distrito Federal y sus Territorios pero luego fue acogida por todo el país. Esta

ley proyectada precisaba la naturaleza y fines de los servicios que regiría, la cuestión era definir el

concepto que se iba a manejar: educación o instrucción, y Justo Sierra se pronunció por el concepto

de educación, y para ello la Ley lo definía en su Artículo 1° diciendo lo siguiente “Las escuelas

primarias oficiales serán esencialmente educativas; la instrucción en ellas se considera sólo como

un medio de educación". La Ley recomendaba que los educadores se empeñaran en desarrollar en

sus alumnos, el amor a la patria mexicana, la fidelidad a sus instituciones y la consagración

entusiasta a la empresa del progreso de la Nación y el perfeccionamiento de sus habitantes.


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La política educativa del régimen porfirista se sustentó no sólo en legislación, sino que, por primera

vez en todo el siglo XIX, se pasó de las buenas intenciones a las acciones concretas un presupuesto

y un espacio político administrativo propio le dieron la fuerza para poder realizar un fuerte proyecto

modernizador, por supuesto, éste contó con el aval político de Porfirio Díaz y con la inteligencia,

compromiso e iniciativas de maestros, pedagogos, políticos, ministros, entre otros que aportaron a

la educación Mexicana.

Actualmente en nuestro país las políticas educativas constantemente se van reformando

sobre todo en la práctica de la educación básica., es por ello que México se rige en sus contenidos

por el plan de estudios elaborado en 2009, aunque en 2011 hubo otro plan que en buena medida

ratifica lo planteado en el anterior, y en materia de la asignatura de Historia, elabora poco y deja

vigente lo planteado antes. Asimismo, en junio de 2017 se crea otro plan y otro programa de

estudios para la educación básica en todos sus niveles, en el marco del llamado Nuevo Modelo

Educativo. Sin embargo, esta iniciativa surge de una reforma educativa con una fuerte oposición

del magisterio y de distintos sectores sociales que, en buena medida y unida a una gestión

controvertida del gobierno, estuvieron en desacuerdo de su ejecución tanto así que dichos planes

de estudio no llegaron a producir textos bajo su orientación. Además, con el cambio de gobierno

del presidente Andrés Manuel López Obrador, el 12 de diciembre de 2018 se dió cumplimiento a

su promesa de campaña y declara suspendida la reforma que incluía estos planes y programas. De

este modo el plan de estudio de 2009, a inicios del año 2019, mantiene vigencia. Asimismo, en este

plan se establecieron lineamientos para la enseñanza de la asignatura de Historia que incorporaban

la concepción del tiempo histórico como uno de los ejes de la enseñanza de la historia en educación

básica.
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El análisis de las políticas educativas llevadas a cabo en nuestro país en los últimos años

muestra diversos propósitos encaminados a superar los grandes rezagos y limitaciones del sistema

educativo mexicano, lo cual hasta el día de hoy no se ha logrado como tal, ya que día con día van

ocurriendo nuevas necesidades educativas que requieren nuevos proyectos para erradicar dichas

necesidades. Pero lo que nos resta a nosotros como docentes es estar a la vanguardia de las políticas

educativas que día a día enfrentamos en nuestro país y también preparándonos profesionalmente

para ir desarrollando más habilidades y competencias que las nuevas políticas demandan y así

poder impartir una educación de calidad a las futuras generaciones.


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Referencias

Menindez, R. (2011). Los Proyectos Educativos del Siglo XIX: México y la Construcción de la

Nación. Mexico.

Alcántara, A. (2008). Políticas Educativas y Neoliberalismo en México: 1982-2006. Mexico.

https://rieoei.org/historico/documentos/rie48a07.pdf

Mejía, P. y Gallegos, M. (2019).Las Políticas Educativas en México: Problemas y Desafíos.

México

https://www.casadelibrosabiertos.uam.mx/contenido/contenido/Libroelectronico/politicas_educat

ivas.pdf

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