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Entender que la paciencia, constancia y esfuerzo es una de las claves que cimientan
este método para así obtener buenos resultados.
La idea principal de Shinichi Suzuki, el creador del método, era crear gente feliz,
buenos ciudadanos, grandes melómanos que disfrutaran de tocar un instrumento,
de estar en sociedad con los amigos, de educarse en la clase y de tener respeto
hacia los demás.
Ir de lo conocido a lo desconocido
Por ejemplo: Cuando a un niño con siete u ocho años, que lleva desde los tres
tocando el instrumento le dices: el sol se escribe en este punto del pentagrama, lo
tiene súper claro, saben lo que es un sol, porque lo llevan tocando un montón de
tiempo.
En este punto del foro, di un aporte acerca de una experiencia personal; si bien
estoy de reintegro en la U, la lectura con mi instrumento estaba estancada, ya que
en casi tres años no tomé una partitura de piano, entonces, en este semestre, en
una clase de taller de piano, mi profesor me puso a estudiar primera vista con el
libro de Suzuki para piano. Sinceramente, al principio no lo tomaba en cuenta
porque me parecía “demasiado fácil e intuitivo” al momento de entender el
método, me di cuenta que eso ‘fácil e intuitivo’ me llevó a tener un progreso con
mi instrumento y mi lectura en menos de un mes había avanzado
exponencialmente porque tomé la lectura de manera intuitiva gracias al método
Suzuki.
La repetición es fundamental
La repetición constante es imprescindible para aprender a tocar el instrumento. Los
niños no aprenden una palabra o una pieza de música y después se deshacen de
ella. La añaden a su vocabulario o repertorio y poco a poco la usan en maneras
nuevas y aún más sofisticadas.
El adulto es modelo
Para que el niño puedan aprender, debe ver primero que lo hace su profesor, es
decir, si quiero que los estudiantes guarden sus instrumentos, de manera divertida,
les indico qué deben hacer, pero primero guardo mi instrumento para que ellos
vean como se hacen.