Está en la página 1de 2

Mahel Sánchez al177337@alumnos.uacj.

mx

Bioética del Inicio de la Vida

Pese a que el principio de una nueva vida humana tiene relación a partir de lo biológico
comprobado científicamente, no únicamente por medio de investigaciones sino que evidenciado
por las técnicas de fertilización in vitro, continúa siendo un asunto de debate. El debate nos hace
la pregunta de por qué actualmente es primordial conceptualizar estrictamente el instante del
inicio de la vida de un nuevo ser humano. La respuesta a esta pregunta es que hay varios intereses
científicos, doctores, económicos, sociales y políticos relacionados en esta definición.

Junto a los intereses antes mencionados, también se encuentra el área de biotecnología, desde
la parte de investigación y tratamiento por medio del uso de células madre hasta el editar el ADN
humano en el embrión, lo que abarca un gran campo de desarrollo y por esto también pone en
juego intereses morales y económicos.

Aun y cuando el inicio de la vida depende de mecanismos biológicos moleculares, la relación


entre los conceptos biológicos y morales no está completamente claro. Lo anterior dicho genera
duda al establecer tres momentos diferentes de la vida humana: en que momento comienza
nueva vida; el momento en él es que esa vida tiene el derecho a ser respetada; y como se regula
su protección ante la ley.

A partir de lo biológico es claro, y hay muchas pruebas científicas que demuestran que la nueva
vida humana empieza a partir del principio del proceso de fecundación. En este proceso se
restablece el número diploide de cromosomas, se define el sexo cromosómico, y se activa el
citoplasma del cigoto para la primera separación mitótica.

El proceso de la fecundación empieza con el contacto y reconocimiento de especie entre el


espermatozoide y el ovulo. Se demostró que la organización del área que circunda al óvulo
cambia la composición tridimensional de sus proteínas al reconocer al espermatozoide, y ello
impide que sea fecundado por un segundo espermatozoide. Una vez que el espermatozoide
ingresa al citoplasma del óvulo, después de su reconocimiento de especie y fusión de membranas
celulares, induce un incremento del nivel de Calcio intracelular. En los mamíferos se demostró
que variaciones en el grado de Calcio intracelular desencadena una secuencia de eventos
secuenciales, incluyendo la liberación del contenido de los gránulos corticales, completa la
segunda separación meiótica del óvulo, inicia la traducción de los ARN mensajeros maternos,
para la producción de proteínas y elabora al cigoto para la primera mitosis.

Una vez fecundado el nuevo ser humano, sus células empiezan con una secuencia de divisiones
de arreglos morfogenéticos que conducen a que en torno al quinto día de vida se forme el
blastocisto. Para el conveniente desarrollo del embrión temprano es primordial que esté
polarizado. La polarización de sus células es secundaria a la expresión de diferentes moléculas en
su área dependiendo si acceden o no en contacto con otras células. Esta información que obtiene
Mahel Sánchez al177337@alumnos.uacj.mx

de las células con las que contacta es fundamental para implantar el destino de cada célula y el
conveniente desarrollo morfogenético del embrión.

La prueba científica no pone en duda el inicio de la vida humana, debido a que es viable mostrar
que a partir del inicio de la fertilización se activan procesos moleculares propios, únicos, seguidos
y graduales que concluyen con el desarrollo de un blastocisto humano. Para que esto ocurra,
tanto el óvulo como el espermatozoide son células que permanecen especialmente diferenciadas
con esta exclusiva finalidad.

Existen principios morales en medicina que se piensan fines, pues no necesitan en sí mismos ser
demostrados. Entre ellos se definen los principios defendidos comúnmente a partir del principio
del cuestionamiento sobre la moralidad de la actividad médica, más especialmente a partir del
Juramento Hipocrático predeterminado en el siglo V a.C. Este Juramento es el mismo, con varias
escasas modificaciones, que en la actualidad tienen que firmar quienes finalizan sus estudios de
medicina y se dedican al ejercicio de la profesión, y tiene como finalidad ejercer los
conocimientos adquiridos para la defensa del individuo en cualquier situación.

La soberanía reproductiva o independencia procreativa se define como el interés moral o legal,


salvaguardado en diversos grados según la ley, que poseen los individuos de aceptar o rechazar
el origen de un infante o un cierto número de niños. No piensan al infante por nacer como un fin
en sí mismo, sino que como un medio para que papás puedan la deseada paternidad, o bien no
altere los planes establecidos en su historia anterior a su concepción.

Especialmente en la deliberación de las preguntas éticas inicialmente de vida, no es viable


dialogar de un comportamiento moral lícita o ilícita, si no se tiene en claro quién es el individuo
hacia quién permanecen destinadas aquellas conductas y cuáles son sus características
concretas.

Por ello, como sociedad pluralista, se necesita mantener un criterio dadivoso para la defensa de
los Derechos Humanos, o sea usar un criterio de máxima que respete a todos los humanos en
cada uno de los periodos de desarrollo y en cualquier situación y que no quede nadie sin ser
integrado, ya que corremos el peligro de dejar nuevamente desamparados y excluidos a ciertos
individuos de la familia humana.

Referencias

[1]G. Moya, "Inicio de la Vida Humana", in Inicio de la Vida Humana, Buenos Aires.

También podría gustarte