Grupo Ardila Lülle.

Actividad 5.

Presentado por:
Juan Esteban Tovar Medina
ID: 675403

Presentado a:
Gloria Astrid Rodríguez Pira

Nrc: 32832

Corporación Universitaria Minuto de Dios.

Desarrollo empresarial colombiano
Administración de Empresas
Ibagué – Tolima
2022.

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Grupo Ardila Lülle.

Introducción.

A continuación, se mostrará el análisis del contexto empresarial, con base a una

organización la cual es el grupo Ardila Lülle que es un principal conglomerado empresarial
en Colombia y América Latina. Se hace con el fin de conocer su trayectoria de impacto, su
historia y su participación en la economía nacional.

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Grupo Ardila Lülle.

Grupo Ardila Lülle.

A sus 24 años Carlos Ardila Lülle llevaba al menos unos meses trabajando como
administrador para la empresa de bebidas gaseosas Lux en la ciudad de Cali. Hasta ese
punto había llegado luego de graduarse a los veinte años de edad como ingeniero y casarse
con María Eugenia Gaviria, hija de Antonio José Gaviria, quien era el dueño de la fábrica
de gaseosas. Laboró una corta etapa en la planta de Medellín, y ese tiempo le fue suficiente
para demostrarle a su suegro (que era también su jefe) de que estaba hecho. Así que
rápidamente fue ascendido y enviado a Cali con el objetivo de hacer crecer la empresa en
esa ciudad donde un pequeño frasco de manzana le cambió la vida y fue allí donde un buen
día se cruzó con un vendedor de extractos que le dio a oler aquella esencia.

En la cabeza de este empresario empezó a surgir la idea de que también podría servir para
algo más, como para hacer una bebida gaseosa con sabor a manzana. Se convirtió en uno de
sus sellos particulares desde ese entonces, el olfato especial para hallar oportunidades. En
ese entonces la fábrica Lux (siendo una empresa pequeña, familiar y fundada en año 1925)
estaba centrada en producir bebidas gaseosas con sabor a piña y naranja. De esta manera,
sin correr riesgos, podía sobrevivir al lado de un gigante del sector, siendo su gran
competidor: las gaseosas Postobón. 

Pero este empresario no tuvo miedo ante el escepticismo de los demás, Ardila Lülle
demostró otro de sus rasgos que fueron la perseverancia. A mediados de ese año, 1954, y
después de probar y calibrar él mismo los mejores sabores, lanzó la gaseosa que se
convertiría en un éxito para la marca familiar: La “Manzanita Lux”, siendo llamada
como: “la primera gaseosa con sabor a manzana en el mundo, la bebida que revolucionó el
mercado”, recordaría él años después.

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Grupo Ardila Lülle.

Mientras sus éxitos aumentaban y veía crecer los números de la empresa de su suegro,
Ardila tomó la decisión de aumentar su presencia en Lux y empezó a comprarles su
participación a sus cuñados y otros accionistas en la empresa y de igual manera empezó a
comprar acciones de Postobón, que en ese tiempo ya cotizaba en la bolsa antioqueña. Así,
de a poco, el ingeniero bumangués se fue haciendo con el control de ambas organizaciones.

Sus rutinas diarias podían sumar las dieciocho horas y muchos incluso lo recuerdan, en esos
primeros años, manejando camiones, si era necesario distribuir productos o cargando cajas
si también esta tarea se hacía indispensable.

A finales de los años sesenta, y tras dar la gran sorpresa de tener mayoría en las acciones de
Postobón, empezaron a surgir más ideas nuevas como comenzar a invertir en empresas
productoras de insumos directamente relacionados con el negocio de las gaseosas: la
fábrica de tapas La Libertad; ingenios azucareros como Manuelita o Cauca; la productora
de botellas Peldar; una flota de camiones para distribución de este producto.

Poco a poco se empezó a crear el gran conglomerado que después sería conocido como la
Organización Ardila Lülle. Y al que a mediados de los años setenta le sumó otros nombres
que ya parecen estar directamente vinculados a sus apellidos. La compra de la cadena
radial RCN, que en esos años contaba con catorce frecuencias en todo el territorio nacional
(luego le sumaría también la programadora de televisión que hoy conocemos), y la
Compañía Colombiana de Tejidos, Coltejer, en ese entonces líder del sector en
Latinoamérica. “(Coltejer) era un verdadero conglomerado industrial que, apartaba de su
negocio principal, dándole la posibilidad de expandirse en otros sectores industriales de
gran potencial”, dijo Ardila en su intervención de Ventures. Esta empresa no solo le trajo la
oportunidad de expandirse, sino incluso tener la opción de mostrar lo que sería otro de sus
sellos particulares, la capacidad para superar sus dificultades. Con la crisis económica que
se vivió en América Latina en los años ochenta, Ardila Lülle debió hacer grandes esfuerzos
para sacar adelante la empresa. Dándole toda la imaginación y dedicación a la búsqueda de
soluciones, terminó lográndolo.

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El coraje no se le redujo para hacer negocios y mucho menos si se tiene en cuenta que
entonces ya tenía otro gran rival haciéndole competencia: Julio Mario Santo Domingo, con
quien Ardila debió competir mano a mano en varios negocios, como el de la televisión, las
bebidas, la (Santo Domingo trabajaba con Bavaria y Caracol) e incluso en la aerolínea
Avianca, en la que Ardila alcanzó a tener una participación accionaria importante que
terminó por vender.

Al empresario le surgió otra idea. Ardila Lülle hizo cálculos y, a comienzos de los años
noventa, se lanzó. “Realicé entonces una de las más grandes inversiones del sector privado
colombiano en su historia, la Cervecería Leona S. A., en cuyo negocio invertí más de
quinientos millones de dólares”, data el empresario. Pese a un buen arranque (de hecho,
alcanzó a sacar un buen porcentaje de mercado a Bavaria), a los pocos años vio cómo el
negocio empezó a fallar.

Incluso de este nuevo empeño, la organización de Ardila se había sumergido en otros retos,
como la compra del canal privado de televisión y del Atlético Nacional. Todo esto, sumado
a los números negativos de la cervecería, lo llevaron a otro momento de crisis en su
conglomerado. Recién comenzaba este siglo cuando decidió vender una gran parte de la
cervecería Leona, que en sus manos había alcanzado a convertirse en la planta más
moderna del continente Latinoamericano. Vendiéndosela a su cercano competidor: la
familia Santo Domingo adquirió el 45 por ciento por 142.000 millones de pesos. Años
después, ya con SabMiller en el medio, Ardila terminó por salir del negocio
definitivamente.

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Su organización volvió a enfocarse en los métodos tradicionales, siempre bajo su particular

dirección, la misma que lo llevó a amasar una fortuna que en algún momento,
según Forbes, llegó a estar calculada en cinco mil millones de dólares. Con su forma
particular que lo llevó a ser elegido como “el empresario del siglo XX en Colombia”. Con
su valor personal y empresarial, siendo condecorando con la Cruz de Boyacá.

Carlos Ardila Lülle fue un magnate de niveles a nivel internacional que siempre miró hacia
su propia nación: “He vivido toda mi vida en Colombia y a pesar de los riesgos de
seguridad grandes que me significa tener mi residencia en este país, soy un convencido de
que me debo mantener aquí, trabajar por Colombia, generar empleo, crecer con el país,
transformar sueños en realidades”, decía.

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Conclusión.

De este análisis podemos comprender que para crear organizaciones de tal magnitud se
debe tener una gran perseverancia, paciencia y la suficiente resiliencia para cumplir
cualquier objetivo partiendo de la forma mas particular a la más general. Este análisis del
contexto de esta empresa, enseña también que a partir de una idea pueden salir muchas
ramas como la inversión en otros proyectos totalmente diferentes dentro de una sola
modalidad de un producto o servicio.

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Bibliografía.

Arenas, H. M. LOS CONGLOMERADOS ECONÓMICOS: LA ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO.

Castrillón Rincón, C. Perfil Empresarial de Carlos Ardila Lülle: Una estructuración desde la
metodología EAHE. Escuela de Administración de Empresas y Contaduría Pública.