Está en la página 1de 3

DOCUMENTO FINAL DEL SÍNODO PARA LA AMAZONÍA

¿En qué consiste el diálogo intercultural, interreligioso y


ecuménico en los anteriores apartes?

El diálogo intercultural se debe entablar para cuidar de temas


específicos que son comunes a la vida de los pueblos: la defensa de la
vida, la integridad de la creación, la paz y el bien común. Bajo este
marco se podrá tener una visión general del panorama, que si nos
damos cuenta, son cada vez más flagelados a diario por la indiferencia
y la búsqueda de propios intereses. Aunque dentro de ese diálogo
intercultural se hagan evidentes las diferencias que hay entre una
parte y otra, es necesario no perder de vista este derrotero para que
sea posible fomentar el cambio que el mundo de hoy necesita cuanto
antes.
El diálogo interreligioso, como lo dice el documento en el numeral 25,
se lleva a cabo con las religiones indígenas y los cultos
afrodescendientes, que busca como tal el propiciar espacios de
encuentro e intercambio de sus experiencias de Dios, de lo que
acontece en sus vidas y sus preocupaciones, para aunar esfuerzos y
trabajar en pro de la “Casa común”, pues por otro lado tenemos la
dificultad que viven los diferentes movimientos religiosos en relación
con las iglesias históricas, por lo que se hace necesario llegar a
comunes acuerdos.
El diálogo ecuménico debe ser asumido como camino irrenunciable de
la evangelización en la Amazonía que lleve precisamente a la unidad y
a la conversión interior de las personas. Como lo resalta Benedicto
XVI: “(…) Hacen falta gestos concretos que penetren en los espíritus y
sacudan las conciencias, impulsando a cada uno a la conversión
interior que es el fundamento de todo progreso en el camino del
ecumenismo”. El testimonio es, una vez más, como la llave maestra
que abre espacios e impulsa a que el evangelio llegue y se arraigue
más profundamente en los corazones de quienes lo reciben; éste se
convierte, por tanto, en un gesto concreto que establece unidad.

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL


“QUERIDA AMAZONÍA”

¿Qué aspectos nos unen con los grupos cristianos y con las
religiones no cristianas? ¿Cuáles son los elementos que hacen
parte de nuestra identidad fundamental y que no son
negociables?

El documento dice que los aspectos que nos unen con los grupos
cristianos y las otras religiones no cristianas son muchos: nos une la fe
en Dios que nos ama tanto y nos da la vida, llamándonos a la
existencia. Nos une la fe en Jesucristo, el único Redentor del mundo
que pagó un rescate con su sangre preciosa y su resurrección
gloriosa. Nos une también el deseo de su Palabra que guía y orienta la
vida del creyente. Nos une el fuego del Espíritu Santo que nos impulsa
a la misión para salir a dar testimonio de Cristo y anunciar su Buena
Nueva. Nos une el mandamiento del amor que nos impulsa a construir
la civilización del amor y la pasión por su Reino. Nos une la lucha por
la paz y la justicia. Nos une el que somos llamados a la felicidad
eterna y que la vida no termina con la muerte.
Nos damos cuenta de las muchas cosas que nos unen y que deben
ser motivos y oportunidades para entablar relaciones de cercanía y
cooperación mutua.
Ahora, los elementos que hacen parte de nuestra identidad
fundamental y que no son negociables, son el tesoro de las Sagradas
Escrituras, por ser una de las fuentes de la Revelación Divina; los siete
sacramentos por los que Dios nos otorga su Gracia como fuente de
salvación; el creer que Jesús es el único Redentor y Señor; la
devoción a la Virgen María.
Estos elementos que se constituyen como propios de la Iglesia, no se
deben convertir tampoco en motivos de enemistad, así podemos ser
sinceros y rectos con lo que creemos sin disimular o temer la
incomodidad de la otra parte.

También podría gustarte