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Una exposición es una elaboración oral de un cierto tema para un público, en la

cual se suele destacar la intervención didáctica del expositor a través del uso de
explicaciones sobre el asunto, recursos discursivos y otras formas de material de
apoyo visual o audiovisual, a fin de mantener la atención del auditorio y poder
transmitir el mensaje que se desea.

Se pueden realizar exposiciones en infinidad de contextos: en el ámbito laboral, en


la universidad, en la escuela o ante una multitud de personas con fines políticos o
comerciales. Como se trata de una oportunidad de interacción directa con los demás,
es una actividad escolar sumamente frecuente.

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Ver además:

Monografías
Discursos cortos
Características de una exposición
Es oral. Puede apoyarse en material escrito y visual, pero es imprescindible la
participación de uno o varios hablantes informados (expositores), que deberán
manejarse correctamente con el lenguaje hablado para poder superar el miedo
escénico y dirigirse al público.
Es didáctica. El tema debe abordarse desde una perspectiva llevadera, desde lo más
general a lo más específico, para permitir que un público variado pueda entender el
desarrollo de las ideas.
Es interactiva. Es una situación comunicativa recíproca: por lo general, existe un
flujo de información entre el expositor y el público, a medida que el orador nota
las reacciones de su audiencia (si se aburren, si bostezan, si se van, si están
atentos, etc.). Además, en muchos casos, se suele dar espacio al final para que el
público pregunte o participe.
Es limitada y concisa. Una exposición debe atenerse al tema en cuestión y no
extenderse más de la cuenta, lo cual es fundamental para mantener la atención del
auditorio y transmitir la información que se desea.
¿Cómo preparar una exposición?
Hacer una lista de los intereses personales. El primer paso es reflexionar sobre
los temas que más nos interesan, aquellos tópicos que despiertan nuestra pasión.
Este entusiasmo se notará en nuestro desempeño y nos facilitará el estudio y la
recopilación de datos.
Elegir el tema más relevante dentro de la lista. Una vez hecha la lista de nuestros
intereses, podremos elegir el que mejor se adapte a la situación o al contexto en
que debemos exponer, teniendo en cuenta el efecto que deseamos causar en nuestra
audiencia.
Recopilar la información. Luego, debemos investigar, leer, ver documentales, es
decir, saber todo lo necesario para levantar la información pertinente al tema, a
fin de elegir nuestro punto de vista conociendo todo el contexto y comenzar a
organizar las partes que tendrá nuestra exposición.
Tomar apuntes y organizar la información. Una vez definido el punto de vista de la
exposición, debemos estructurar la información. Podemos ayudarnos con fichas y
gráficos para extraer lo más relevante, elegir los datos clave. Eso implica leer
mucho: para exponer un tema, debemos investigar más allá de lo mínimamente
indispensable.
Ejercitar la exposición. Una vez decidido qué vamos a decir y en qué orden, se pasa
a la práctica. Al ejercitar la exposición, podemos analizar el tiempo que nos
lleva, los puntos más importantes y los recursos de estilo que queramos sumar para
captar la atención del auditorio.
Preparar el material de apoyo. Por último, podemos preparar material extra que
reflejará las ideas más importantes, para que el público las retenga y para que nos
sirvan a nosotros de guía o recordatorio.

Fuente: https://www.ejemplos.co/10-ejemplos-de-temas-de-interes-para-exponer/
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