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La implicación del psicoanálisis con la neurobiología social proporciona una integración profunda entre ciencias y
humanidades después de siglos de separación en distintas ramas del conocimiento y amplía la comprensión de los vínculos
humanos, basados en la exquisita complejidad y multiplicidad de nuestra especie.
Autor:
Covid-19 Irene Kremer
Columnista Experta de SIIC
Institución:
Universidad Católica de Córdoba
Artículos publicados por Irene Kremer
Coautor
Silvia Sesa*
Noticias/Opiniones
Psicóloga, Universidad Católica de Córdoba, Córdoba, Argentina*
Abstract
The main changes made by psychoanalysis in the understanding of mental development and functioning
were reviewed, showing that for several decades some of its proposals have been in harmony with other
sciences. We highlight the approaches of Stern, Sander, and Trevarthen who consider that mental
phenomena emerge within the framework of an intersubjective matrix by synchronizing times shared
between the primary caregivers and the baby. This idea derives from the regulation of basic physiological
functions, considering human breeding as a shared biological system. These formulations expand on a
new scientific field called Social Neuroscience, which, using multilevel interdisciplinary analysis provides
evidence that the structures and functions of the nervous system are influenced by the social environment.
Red Científica From this perspective, a new conceptual framework proposed by Feldman stands out, who explains the
Iberoamericana neurobiological foundations of attachment, based on bio-behavioral synchrony, the oxytocin system, and
the parental brain; revealing crucial aspects of the mind-body interface and the passage from biological
rhythms to social rhythms. By showing that the neurobiological circuits established in early relationships
are the same ones that are activated in other significant bonds throughout life, he opens promising paths
for preventive and therapeutic interventions in the most diverse fields. Likewise, it is highlighted that
psychoanalysis as a study of subjectivity, coming out of its initial isolation, presents proposals that
contribute and at the same time are enriched by other disciplines, opening promising avenues for
research, and preventive and clinical interventions.
Key words
social neuroscience
Especialidades Especialidad
Principal: Neurología, Salud Mental, Salud Pública principal:
Relacionadas: Educación Médica, Enfermería, Medicina Familiar, Pediatría, Salud Pública Neurología
Salud Mental
Enviar correspondencia a: Salud Pública
Irene Kremer, Universidad Católica de Córdoba, 5000, 257 Bolivia, Córdoba, Argentina
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Artículo completo
EL DESARROLLO MENTAL. UNA PERSPECTIVA INTEGRADORA DESDE EL PSICOANÁLISIS Y LA
Suscripción a
NEUROCIENCIA SOCIAL
(especial para SIIC © Derechos reservados) siicsalud
“Es inherente a la naturaleza de la ciencia refrescarse con el discurso de otras disciplinas.” 1 Comprar este
Al vislumbrar el desarrollo mental desde una perspectiva dinámica que contempla la complejidad de la artículo
naturaleza humana revisamos nuevos modelos que conectan distintas disciplinas, ellos coinciden en
Extensión: ± 2.96
focalizar el estudio en los vínculos tempranos y su relación con capacidades saludables y resilientes.
Tanto la neurobiología como el psicoanálisis están interesados en comprender el funcionamiento páginas impresas en
mental y el desarrollo humano, ofreciendo ambas disciplinas aportes inestimables. Si bien durante papel A4
mucho tiempo sus observaciones permanecieron aisladas en sus ámbitos de estudio y en no pocas
ocasiones se consideraban mutuamente opositivas, cada vez se visualizan más puntos de encuentro. Artículos
seleccionados
Evolución de los enfoques psicoanalíticos
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Las primeras teorías psicoanalíticas tienen el inmenso valor de haber explorado la especificidad de la
vida afectiva y fantasmática en la infancia. Tuvieron como meta primaria ayudar a comprender el
desarrollo de la psicopatología del lactante y del niño pequeño vinculado a tareas de urgencias
terapéuticas.2 Sin embargo, como todas las teorías abiertas al cuestionamiento, también aquellas
teorías psicoanalíticas que tratan sobre el desarrollo psíquico son objeto de rigurosas revisiones.
Algunas de sus innovaciones condujeron a reformular los modelos desde los cuales hoy se piensa la
emergencia y el funcionamiento de la mente como fenómeno social eminentemente humano.
Mencionaremos algunas concepciones preliminares del psicoanálisis referidas al desarrollo mental y
sus transformaciones que actualmente facilitan la conexión con otras ciencias.
Pasajes y transformaciones
- Desde una mirada derivada del adulto con graves patologías3,4 hasta la observación naturalista y
sistemática de los procesos del desarrollo de crianza saludable.5
- Desde el bebé aislado6 al modelo de mentes compartidas desde el nacimiento.2
- Desde la primacía de la sexualidad como la gran raíz de la vida psíquica7 hasta el reconocimiento de
otras motivaciones humanas como el apego, la regulación emocional, la construcción del sí mismo y
de espacios de intimidad que contemplan la ternura y la sensualidad.8
- Desde el lenguaje oral como modo privilegiado de comunicación hasta el reconocimiento de distintos
dominios de relacionamiento no verbal y su persistencia a lo largo de la vida.2
- Desde la tendencia a la descarga pulsional9 hasta el reconocimiento de la búsqueda de lo novedoso
en encuentros lúdicos con otros significativos.10,11
El psicoanálisis mantuvo un profundo aislamiento (que aún persiste en muchos ámbitos) respecto de
otras disciplinas. Diversos autores objetaron esta grave dificultad y propiciaron la apertura y la
conexión con otras ciencias. Fonagy,12 en un artículo titulado “Genética, psicopatología evolutiva y
teoría psicoanalítica: el argumento para terminar con nuestro (no tan) espléndido aislamiento”,
consideró necesario que el psicoanálisis se implique con otros saberes ya que, al explorar los vínculos
entre disciplinas, se facilitaría demostrar su relevancia en la exploración de la subjetividad y
enriquecerse con otros enfoques. Un debate actual en ámbitos psicoanalíticos, consiste en
determinar formas legítimas de investigar. Fonagy,12,13 Jiménez,14-16 Zukerfeld17 y Azcona18 coinciden
en que la investigación no puede valerse solo de inducción desde material clínico para generar
conocimientos, como era aceptado inicialmente. Si bien es posible llegar a conocer en profundidad la
mente de un individuo en un marco de trabajo exclusivamente psicoanalítico, cuando se desea
generalizar a un modelo global de la mente humana, la disciplina no puede existir por sí sola. Como
alternativa, sostienen que usando distintos modelos de investigación –clínica, conceptual y empírica–
se generan herramientas fundamentales para prevenir dogmatismos, favoreciendo tanto el
cuestionamiento interno como la capacidad de argumentar en ámbitos no psicoanalíticos. A
continuación, veremos cómo la libertad y la creatividad en la investigación con metodologías
novedosas colaboraron en sacar al psicoanálisis de su aislamiento conceptual, favoreciendo un
intercambio saludable entre ciencias.
Las teorías del desarrollo surgidas en la década de 1960 (Stern,2,19,20 Sander,21-23 Traverthen,24,25) se
basaron en el uso de filmaciones para microanálisis de la comunicación espontánea de bebés con sus
cuidadores. Observaron transformaciones que momento a momento se producían en los vínculos
poniendo de manifiesto la sensibilidad mutua que se encuentra en el núcleo de la relación cuidador-
lactante desde el nacimiento y mostraron cómo las respuestas sintonizadas de los cuidadores a las
señales de los bebés dan forma al desarrollo socioemocional temprano y validan un saludable sentido
de sí mismo. Aportaron evidencias a algunas teorías psicoanalíticas, como las que sostenía
Winnicott26 considerando el desarrollo emocional primitivo absolutamente imbricado con el medio
humano en el que está inmerso y las influencias mutuas que en él se suceden.
Los cambios arriba mencionados implicaron una revolución conceptual al pasar de una visión
predominantemente intrapsíquica a otra relacional. Condujeron al estudio de la relación temporal entre
eventos incorporando constructos como sintonía y sincronía, ya utilizados en múltiples campos y que,
gracias a estos autores, fueron aplicados al estudio de las interacciones entre padres e hijos y luego a
las demás relaciones.
Matriz intersubjetiva
La observación cuadro por cuadro de filmaciones de la crianza temprana permitió captar
cómo, durante el
uso del tiempo compartido, se forma una matriz intersubjetiva. Stern20 propuso este concepto para
explicar que, como especie, los humanos tenemos desde el nacimiento la capacidad de intuir
directamente las posibles intenciones de los demás al observar su rostro, movimientos y posturas,
escuchar el tono de voz y percatarnos del contexto inmediato de sus conductas. Ello es posible
porque el bebé dispone de la percepción amodal desde el nacimiento, capacidad para percibir
cualidades globales de la experiencia perceptiva –formas, intensidades y pautas temporales– que
permiten una unificación de los sentidos y también distinguir un estímulo perceptivo de otro. Estas
capacidades posibilitan una especie de ruta emocional directa entre las personas, permitiendo resonar
con la experiencia de cada uno y participar en ella, al tiempo que se forman límites claros y
permeables entre uno mismo y los demás, estableciendo las condiciones para la intersubjetividad.
Esto implica que la vida mental es cocreada, ya que las intenciones y sentimientos nacen o se
modifican en un diálogo cambiante con las intenciones de otros.
El constructo “matriz intersubjetiva” propuesto por Stern articula el funcionamiento intersubjetivo con la
neurobiología al considerar la sincronía y sintonía que se despliega en la coordinación del tiempo
compartido entre el bebé y sus cuidadores. Se refiere tanto al tiempo cuantitativo o lineal como a la
visión subjetiva del tiempo.
Sander21 ilustra estos conceptos relatando una breve secuencia que muestra como la mano de un
bebé y la mano de su padre se mueven hacia arriba simultáneamente y luego como la mano izquierda
del niño agarra el dedo meñique de la mano derecha del padre. Relata que, en ese momento, él bebe
se adormece en sus brazos, mientras el padre sigue hablando, en apariencia totalmente inconsciente
del pequeño milagro de la especificidad en el tiempo, el lugar y el movimiento que se había producido
en sus brazos. El autor se preguntó cómo pudieron los movimientos del padre y del bebé sintonizar
con tanta precisión en el tiempo y en el lugar a una semana del nacimiento. Como respuesta, Sander
propuso considerar al bebé y los cuidados del medio ambiente como un sistema biológico compartido,
resaltando que en los sistemas de seres vivos el tiempo y la organización temporal de los eventos
constituyen un dominio de orden que necesita ser considerado. 22 Alude así a aquello que regula a un
bebé con su cuidador afectuoso, compartiendo ritmos sincronizados y creativos de actividad cerebral
que permitan generar un “sentido común”.
Sander y Stern23 enfatizan la importancia de los procesos de reconocimiento, momentos
de un objetivo compartido, con cada participante confirmando una versión similar de lo que está
sucediendo entre “nosotros” y dando una respuesta única a la iniciativa del otro. Dichos estados,
experimentados como muy deseables por ambos participantes, se convertirán en metas
intersubjetivas que persisten durante toda la vida a un nivel implícito no verbal.
Las teorías precedentes encontraron un espacio para continuar indagando en un nuevo campo
científico interdisciplinario, la neurociencia social. Este enfoque busca comprender asociaciones e
influencias recíprocas entre los niveles sociales y biológicos de organización.
Cacioppo y Berntson32,33 la propusieron en la década de 1980 como un paradigma general para
investigar el comportamiento y la biología humana, e indagar el lugar de nuestra especie dentro del
contexto biológico más amplio. Combina los campos hasta entonces independientes de psicología
social y neurociencia, utilizando enfoques
En el marco de la neurociencia social, Feldman investiga sobre el desarrollo mental emergente desde
los vínculos tempranos, tomando algunos aportes del psicoanálisis. “Preocupación parental primaria:
circuitos, genes, y el papel crucial del medio ambiente”,34 inspirado en el trabajo de Winnicott
preocupación maternal primaria,35 profundiza en preocupaciones tempranas de los padres, biológicos
o no, y en cómo la vivencia subjetiva de sus roles se expresaba en los cuidados hacia el hijo.
Sus investigaciones sistemáticas y naturalistas, en lactantes normales y en riesgo, confirmaron
cómo tanto los sentimientos de confianza en las capacidades parentales, como el contacto directo piel
a piel con recién nacidos prematuros (cuidado canguro) ayudaron a modular la excitación y
disminuyeron reactividad al estrés. Asimismo, pusieron de manifiesto las consecuencias nocivas y
duraderas de la depresión materna sobre el recién nacido y su futura salud mental. Sostuvieron, en
congruencia con las propuestas de Winnicott sobre el desarrollo emocional primitivo, que existen
ventanas críticas de desarrollo durante las cuales el microcircuito genéticamente determinado de
estructuras cerebrales claves (límbico-hipotalámico-mesencéfalo) son susceptibles a las influencias
ambientales tempranas y que estas influencias dan forma poderosamente a la capacidad de
respuesta de un individuo a los factores estresantes psicosociales y a su capacidad de recuperación o
vulnerabilidad a diversas psicopatologías.
Feldman presentó recientemente36,37 un marco conceptual actualizado referido a la neurobiología de
los vínculos humanos y sus implicancias para sentar las bases de salud y resiliencia en la vida.
Argumenta que el estudio de los vínculos debe ser conducido desde una perspectiva del desarrollo,
dado que:
- Los lazos de apego –en los seres humanos como en todo mamífero- son sostenidos por un sistema
neurobiológico formado por la relación entre la madre y su descendencia durante un período sensible
temprano.
- Los diferentes vínculos que se generan a lo largo de la vida con amigos íntimos, parejas, sociedad,
activan el mismo sistema neurobiológico configurado en los primeros años de vida.
- La modalidad selectiva de los vínculos de apego –solo entre tú y yo–, su durabilidad –toda la vida
entre padres e hijos– y la gran flexibilidad que adoptó el apego humano a lo largo de la evolución
permite no sólo una inmensa variabilidad en los más diversos contextos culturales, sino que también
habilita para su posterior reparación cuando hubo una mala adaptación temprana.
Nos referiremos a la sincronía bioconductual, el sistema oxitocina y el cerebro social, aspectos claves
e interrelacionados de este marco conceptual.
Sincronía bioconductual
Definida por Feldman como un mecanismo específico del ser humano a través del cual dos individuos
pueden impactar mutuamente modificando la fisiología del otro, en ocasiones sin contacto físico, a
través de la coordinación de señales afectivas diversas. Considerada como una experiencia formativa
para la maduración del cerebro social, la sincronía bioconductual afecta el desarrollo de la
autorregulación, el uso de símbolos y la empatía a lo largo de la niñez y la adolescencia y sienta las
bases para la capacidad posterior de intimidad a lo largo de la vida. Stern,20 Sander21 y Traverthen24
informaron que, en momentos de encuentro y reconocimiento, padres y bebés coordinan sus
conductas en miradas, vocalizaciones, caricias y que dicha sincronía afectiva y conductual sincroniza
a su vez los relojes biológicos de ambos participantes: ritmos cardíacos y respiratorios, ciclos de
sueño y vigilia, liberación de hormonas, temperatura corporal, etcétera. A dicha sincronía conductual y
fisiológica38 Feldman agrega dos nuevos niveles: neuroendocrino y cerebral.38 Con estos aportes
explica el pasaje de los ritmos biológicos a los ritmos sociales.
Sincronía cerebro-cerebro
una representación rápida y altamente integrada de momentos emocionales. También posibilita a los
adultos representar en su cerebro las acciones de su compañero de crianza, si esta es compartida,
así como participar en multitareas e inhibir la excitación en función adaptar las acciones a objetivos de
crianza a largo plazo.
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