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Kerbrat-Orecchioni, K.

: La enunciación: De la subjetividad en el lenguaje

LOS DEÍCTICOS
1.1 Problemas de definición
Planteo del problema: los tipos de mecanismos referenciales
Oswald Ducrot señalaba: “Puesto que la comunicación lingüística tiene a menudo por
objeto la realidad extralingüística, a los hablantes debe serles posible designar los objetos
que la constituyen: ésta es la función referencial del lenguaje (el o los objetos designados
por una expresión forman su referente). No obstante, esta realidad no es necesariamente
‘la’ realidad, ‘el’ mundo.”
“Llamaremos ‘referencia’ al proceso de relacionar el enunciado con el referente, es
decir, al conjunto de los mecanismos que permiten que se correspondan ciertas unidades
lingüísticas con ciertos elementos de la realidad extralingüística.”

Codificación: percepción de un objeto extralingüístico al cual se le asigna un concepto


abstracto que será el significado asociado a un significante lingüístico. Esto se logra con la
competencia léxica interiorizada del hablante.
Decodificación: el receptor identifica el significado de un objeto extralingüístico a través
de una competencia léxica (así identifica también el referente apropiado). La decodificación
se logra con el plano semántico; éste hace posible el mecanismo referencial.

Tanto en la codificación como en la decodificación, el sujeto utiliza conjuntamente


tres tipos de mecanismos referenciales, que dan cuenta de las posibilidades de
denominación de un objeto extralingüístico: a) referencia absoluta, b) referencia cotextual
(relativa) y c) referencia deíctica. Ejemplificaremos el caso particular en que el objeto es
una persona.
a) la referencia absoluta es el término que por sí solo basta para nombrar a x, sin la
necesidad del aporte de ninguna otra información. Por ejemplo: “un hombre
morocho”.
b) la referencia cotextual (relativa a un elemento explicitado en el contexto verbal) es el
término en el cual el hablante tiene en cuenta, además del mismo objeto, otro
elemento tomado como referencia. Por ejemplo: “la prima de Juan”; en este caso, no
es preciso dar un contenido referencial a la palabra “prima” si no se tiene en cuenta la
relación entre el objeto y el elemento de referencia. Es decir, el significante “prima”
no está vinculado de manera “absoluta” al objeto, ya que a este mismo objeto se lo
puede nombrar alternativamente: prima de Juan, hija de Alberto, hermana de María,
etc.
c) la referencia deíctica es el término en el cual el objeto puede representarse con uno u
otro de los pronombres personales, que serán elegidos teniendo en cuenta la situación
de comunicación, es decir, el papel que cumple el locutor, el alocutario o el no-
interlocutor.
Deícticos: son los elementos lingüísticos más visibles que manifiestan la presencia del
hablante en el interior del enunciado (incorporan marcas de subjetividad). En otras
palabras, son las unidades lingüísticas cuyo funcionamiento semántico-referencial
(selección en la codificación, interpretación en la decodificación) implica tomar en
consideración algunos de los elementos constitutivos de la situación de comunicación:
- el papel que desempeñan los actantes del enunciado en el proceso de la enunciación
- la situación espacio-temporal del locutor (emisor) y del alocutario (receptor)
Debemos tener en cuenta que lo que “varía” con la situación es el referente de una
unidad deíctica y no su sentido, el cual permanece constante de un uso a otro (los deícticos
remiten a objetos cuya naturaleza particular sólo se determina en el interior de la instancia
particular del discurso que los contiene); los pronombres personales son los más evidentes
y conocidos de los deícticos.
Expresiones cotextuales
Distinguiremos dos casos:
- los términos relacionales (términos no deícticos): son aquellos que poseen un
sentido en sí mismos y un referente autónomo, pero no pueden determinarse si no es
en relación a otro objeto. Por ejemplo:
o los términos de parentesco
o los adjetivos y adverbios de valor comparativo
o algunos verbos de movimiento
- los términos representantes (términos deícticos): son aquellos que reciben su
significación de otros términos, expresiones o proposiciones contenidos en el mismo
texto y a los que representan (exigen un antecedente lingüístico). Por ejemplo: “su
hermano...”: “hermano” es un término relacional; “su” (de él) es un término
representante.
Enálages: es un fenómeno que se refiere a la posibilidad de utilizar las formas deícticas con
un valor desplazado respecto de su valor más usual.
Ejemplo: enálage temporal, ya que se sustituye el tiempo de la enunciación por un tiempo
pasado: por un lado, en la primera oración, lo más usual sería haber utilizado el verbo
“vinimos” en lugar de “hemos venido”; en el caso de la tercera oración, dicha sustitución
coincide con el momento en que se desarrollaron los sucesos enunciados, y simboliza una
reactualización de los hechos pasados. Además, en este tiempo pasado, se introduce una
suposición futura, “tendrían garantizados”, que es anterior al presente del momento de la
enunciación. En otros casos, se sustituye el tiempo de la enunciación por un tiempo futuro:
en este contexto, aparecen los verbos en tiempo presente, “tenga” y “emerja”; lo más usual
sería haber utilizado los verbos “tendrá” y “emergerá” en lugar de “tenga” y de “regresa”,
respectivamente). En este caso, el hablante se remite con la imaginación a la época que
describe, “haciendo como si” los hechos narrados fueran contemporáneos de la narración.
1.2 ALGUNOS DEÍCTICOS
- los pronombres personales y posesivos: son los más evidentes y mejor conocidos de
los deícticos. Son términos representantes
Ejemplo: “me”, “nos”, “se”, y “nuestra”
- los pronombres demostrativos: según los casos, son referenciales al cotexto
(representantes) o referenciales a la situación de comunicación (deícticos)
Ejemplo: “(mostrando a Diego) este marinero...”, el pronombre demostrativo “este” es
cotextual si se trata de una lectura (en este caso antecedente: Diego; canal escrito), y
deíctico si se trata e una representación (se refiere a una escena que podemos ver, por
ejemplo: en el teatro; canal oral).
Ejemplo: el pronombre demostrativo “ésta” es deíctico, ya que se trata de una
representación (canal oral); además es un demostrativo que contienen la partícula “ésta”,
siguiendo el eje de proximidad/alejamiento del denotado respecto del hablante. En cambio,
el pronombre demostrativo “esta” también es deíctico, pero es un caso de pronombre
demostrativo simple, porque se acompaña obligatoriamente con un gesto que designa al
denotado al mismo tiempo que se pronuncia el sintagma nominal. Este pronombre indica
una localización espacial de corta distancia con respecto al hablante.
- la localización temporal: expresar el tiempo significa localizar un acontecimiento
sobre el eje antes/concomitante/después con respecto a un momento X tomado como
referencia.
Ejemplo: formas verbales en presente, “estoy”, en futuro, “quedará”, marcan el proceso de
localización temporal, en el cual el primero concuerda con el tiempo de la enunciación, y el
segundo es posterior a éste. Formas verbales en pasado “firmó”, “convirtió”, “fueron
cocinados” y “llegó”, marcan el proceso de localización temporal, en el cual son anteriores
a éste.
El adverbio de tiempo “hoy” es una referencia deíctica, la forma de locución adverbial
“cien años después” y el adverbio de tiempo “todavía”, son cotextuales, ya que toman como
referencia el denotado expresado en el cotexto; además, marcan una posterioridad con
respecto a éste.
- la localización espacial
Ejemplo: el pronombre demostrativo “aquellos” indica una localización espacial de larga
distancia con respecto al hablante.
El pronombre demostrativo “esta” es deíctico, e indica una localización espacial de corta
distancia con respecto al hablante.
La forma verbal “hemos venido” indica una localización espacial; por tener su origen en el
verbo “venir”, esta forma verbal se emplea, porque, en este caso, los sujetos se desplazan
hacia el lugar en que se encuentra el locutor en el momento de la enunciación (este empleo
presupone que los sujetos se desplazan hacia un lugar).
- los términos de parentesco
Ejemplo: el sustantivo “hijos” es un término relacional (de parentesco).
1.3 CONCLUSIONES
Importancia de los deícticos
“Las unidades deícticas están, pues, destinadas, aún perteneciendo a la lengua, a
convertir a ésta en habla. [...] Al permitirle al “hablante” constituirse en sujeto (idéntico a sí
mismo de un acto de habla a otro, puesto que siempre es designable por el mismo
significante “yo”) y estructurar el entorno espacio-temporal, los deícticos deben
considerarse no sólo como unidades de la lengua y del discurso, con el mismo derecho que
cualquier otra unidad lingüística, sino ante todo como los que hacen posible la actividad
discursiva misma”.
“Es probable, pues, que la frecuencia de los deícticos varíe de un hablante a otro.
Pero varía también de un discurso a otro y, especialmente, según la naturaleza escrita u oral
del canal trasmisor, caracterizándose esencialmente el discurso oral por la importancia de
su inserción en el sistema de yo-aquí-ahora1.”
Además, y siguiendo a Kerbrat, “los modelos de competencia lingüística explicitan el
conjunto de conocimientos sobre su lengua que tienen los sujetos [...] los sujetos emisor y
receptor hacen funcionar reglas generales que rigen los procesos de codificación y
decodificación y cuyo conjunto, una vez explicitado [...], constituiría los ‘modelos de
producción y de interpretación’.” Nos parece importante resaltar que “toda afirmación lleva
la marca del que la enuncia. [...] La actividad del lenguaje, en su totalidad, es subjetiva.” Es
decir, el hablante, en dicha actividad, utiliza ciertas palabras, en relación a su naturaleza
particular de enunciación, a sus tablas de valores, a sus cánones estéticos.

1
Son los llamados “puntos de referencia”.

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