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ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÒN PÙBLICA

FINANZAS PÚBLICAS Y POLITICA FISCAL

ENSAYO

EL INGRESO PÚBLICO Y EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD EN LA


TRIBUTACIÓN

ALUMNA

ARLEYDIS MOSQUERA OSORIO

ISTMINA-CHOCÒ, 1 DE JUNIO DE 2022


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EL INGRESO PÚBLICO Y EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD EN LA


TRIBUTACIÓN

Introducción

El libertarismo como posición política y económica promueve la exclusión del Estado


en las libertades individuales, además de no permitir el centralismo en las decisiones de
intercambio de bienes y servicios. El modelo libertario fomenta la propiedad privada como
centro de desarrollo humano. Este espectro no permite que el Estado sea un actor dentro de
la economía, pues la regulación es una afrenta para la libertad. Esta tesis se encuentra en
evaluación constante, y difiere sobre el poder que aún ostenta el Estado sobre las relaciones
económicas, pues parte de una visión propia del individualismo político. (Valenzuela &
Arregocés, 2004)

Si bien es cierto que el enfoque económico libertario plantea ciertas posturas políticas
y económicas, también es cierto que, en la actualidad no se puede percibir un Estado sin ser
parte de las relaciones económicas, el poder estatal es una realidad de los sistemas de
gobierno, por ende, se requiere su funcionamiento en términos de macroeconómicos y
microeconómicos, desde esta forma contribuir al engranaje mundial del intercambio de
bienes y servicios propios de las economías mixtas.

Un Estado fuerte depende de las capacidades privadas de sus ciudadanos, pues la


finalidad del contrato social es que todos los esfuerzos sean para el bienestar social e
individual. La reducción del Estado en garantizar justicia y seguridad, implica la brecha
social, y a su vez la falta de cubrimiento de las necesidades básicas.
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El principal objetivo estatal a través de las finanzas públicas suele ser el fomento de
la plena ocupación y el control de la demanda, y además planear un presupuesto coherente
con los recursos fijos y las inversiones necesarios, respetando los marcos fiscales y control
del déficit.

Por tanto, la economía social de mercado entonces, es considerado dentro del sistema
capitalista como parte de la existencia de un mercado democrático y representativo en el que
existen unas funciones de regulación e intervención de la economía, para garantizar los
supuestos básicos del sistema, una libertad que garantice la propiedad privada y al mismo
tiempo una regulación del mercado. (Ramírez, 2010)

Aunado a lo precedente, los Estados implementan mecanismos de control y


vigilancia, con el fin de mantener al margen todas las operaciones de las grandes industrias,
con la finalidad de no trasgredir la libertad de empresa en equilibro con los fraudes
empresariales. El derecho del consumidor, es desde un examen económico aquel limite entre
la libertad de mercado y la vigilancia estatal.

Por otro lado, no solo con intervención y regulación de la economía es que el Estado
es participe, sino también como un agente administrativo que posee propiedad y renta, que
permite organizar su gasto para su funcionamiento orgánico y misional, dentro de las
funciones que una Constitución política le otorga, y esta responsabilidad hace parte de su
compromiso dentro del contrato social.

La evolución de las sociedades capitalistas en el ámbito económico y tecnológico,


han ocasionado múltiples transformaciones estructurales en el rol del Estado en la economía,
con la privatización y desregularización del mercado donde las empresas encontraron un
amplio marguen de maniobra con las innovaciones tecnológicas, se pudo perfeccionar los
nuevos modos de producción, dando origen a una nueva organización empresarial, donde
proviene la necesidad de la tributación en el marco de justicia económica.
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De este modo, el ingreso público es la categoría principal de un Estado austero pero


que a la vez requiere sus propios recursos para la inversión social y de funcionamiento, que
requiere de unas finanzas fuertes para contribuir al engranaje económico, sin intervenir en la
libertad de negociación de sus ciudadanos. El gasto público debe ser financiado mediante
los recursos obtenidos a partir de diversos impuestos que, además, cumplen importantes
funciones redistributivas y de estabilización macroeconómica.

Por consiguiente, una política fiscal debe ser eficaz desde un enfoque de principio de
progresividad, puesto que de esta manera financia el gasto público, sin procurar intervenir en
la eficiencia económica privada, y una carga tributaria con justicia y equidad, que promueva
los fines esenciales del Estado y una redistribución del ingreso.

El papel actual de las finanzas públicas.

Las finanzas públicas están compuestas por las políticas que instrumentan el gasto público
y los impuestos. De esta relación dependerá la estabilidad económica del país y su ingreso
en déficit o superávit.

Las finanzas públicas tradicionales son estatistas, es decir conservadores en sus


políticas de austeridad. Existe un cambio es su formulación una vez se abren las fronteras
económicas, mediante el fenómeno de la globalización. En consecuencia, el mercado
internacional exige fortalecimiento de las economías privada internas, por lo éstas son
colaborativas con el sector público, lo que se conoce como Finanzas Publicas, ayuda de lo
público y lo privado.

El equilibrio entre un moderado control y una garantía a la libertad de empresa, puede


conllevar a un Estado eficiente con contenido social y un gasto público gradual de acuerdo a
la necesidad historias y sociales. Lo anterior, porque: “(…) un exceso de intervención
gubernamental, regulación excesiva de los sindicatos, barreras arancelarias proteccionistas
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en sectores privilegiados, entre otros fenómenos negativos, crea burocracias corruptas y


populistas que inhiben el buen funcionamiento y desarrollo sostenible y sustentable de las
empresas y de miles de empresarios socialmente responsables.” (Ibarra, 2009, p. 6)

Para el profesor Ibarra antes citado, tampoco se pretende la privatización extrema,


pues eso desarrollaría crisis sociales de grandes trascendencias; sino que, por el contrario, la
categoría principal es ‘la responsabilidad social’, dentro de un marco de equilibrio de control
interno y de fomento industrial, que debe necesariamente ser traducido en políticas públicas.
Un claro ejemplo de lo anterior, es la dimensión de las políticas en seguridad social y los
sistemas de previsión.

Para ilustrar lo anterior, en consideración al equilibrio entre intervención y libertad


económica, que interfiera el gasto público, dentro de los sistemas de seguridad económica de
la vejez deben ser implementados con el objetivo de diversificar el riesgo al máximo entre:
administración pública y administración privada; de beneficios determinados por la política
y determinados por el mercado; un financiamiento basado en el aumento de los salarios y de
la renta del capital, además de la posibilidad de invertir en una gran diversidad de valores:
públicos y privados, de capital y de deuda, nacionales y extranjeros.

El principio de progresividad en la tributación.

A manera conceptual la Corte Constitucional señala que:

“De acuerdo con el artículo 363 de la Constitución, el sistema tributario se funda en


los principios de equidad, eficiencia y progresividad, los cuales constituyen el marco
general que guía la imposición de las cargas fiscales a través de las cuales el Estado
obtiene los recursos necesarios para su consecución y funcionamiento. Es importante
tener en consideración que los principios de equidad, eficiencia y progresividad son
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predicables del sistema tributario en su conjunto y no de un impuesto en particular”.


(Sentencia, C-397/11)

Luego, se puede afirmar que el principio de progresividad tributaria dispone que los
tributos han de gravar de igual manera a quienes tienen la misma capacidad de pago (equidad
horizontal) y han de gravar en mayor proporción a quienes disponen de una mayor capacidad
contributiva (equidad vertical). Los impuestos a imponer deben ser progresivos según la
capacidad individual.

De la misma manera, es preciso señalar que el principio de progresividad encuentra


una directa relación con los principios de equidad tributaria y proporcionalidad tributaria,
que tienen como fin encontrar un tratamiento de “igualdad entre los iguales y desigualdad
entre los desiguales”. (Piza, 2015). Esto quiere decir que, entre mayor la capacidad
económica el aporte tributario debe ser mayor, para contribuir a la equidad social y el
funcionamiento del Estado.

Los ingresos corrientes son importantes para el funcionamiento estatal, pues además
de mantener las instituciones, determinan los marcos de inversión en las políticas publicas
que se planteen. Una correcta distribución del gasto publico depende también la recaudación
fiscal de manera eficiente, esto determina los riesgos tributarios y reconoce las variables que
impidan una óptima política fiscal y así evitar la elusión tributaria.

Ahora bien, las decisiones que los gobiernos toman, con los instrumentos de la
Política Fiscal pueden estar dirigidas en varios objetivos como : la sostenibilidad de los
ingresos públicos y los gasto públicos, la estabilidad de las finanzas públicas, altos niveles
de empleo, entre otras. En tal sentido, las políticas que provienen del legislativo deben
atender las necesidades y realidades de los ciudadanos desde los contextos económicos.
(Puchet & Torres, 20000)
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En razón a lo anterior, la tributación responde a la necesidad de equidad dentro de las


relaciones sociales de un país. El principio de progresividad como pilar fundamental de la
tributación implica el reparto de la carga tributaria de los administrados por el Estado,
teniendo como variable la capacidad contributiva de la que disponen. Esta tarea es
fundamental para el legislador, quien debe traducir la necesidad del gasto estatal y mantener
la carga equitativa.

Al respecto, Friedrich Ebert (2021) señala que:

“Los impuestos progresivos son aquellos en los que los mayores aportes provienen
de los agentes económicos con mayores ingresos. Por lo general, los impuestos
directos tienden a ser progresivos, ya que están amarrados al nivel de ingreso de las
personas "o empresas y las tasas impositivas tienden a subir en los tramos de ingreso
mayores.” (Ebert, 2021)

En tal sentido, las finanzas públicas siempre tendrán como objetivo importante la
consolidación del ingreso como fuente de sostenimiento de las instituciones y capacidad de
inversión para satisfacer las necesidades tanto privadas como sociales; por lo anterior es
importante no hay un Estado nacional que controle la economía dentro de la competencia de
su territorio y desde una dimensión macroeconómica, por lo que las finanzas publicas
siempre tendrá como ítem importante la consolidación del ingreso, como fuente de
mantenimiento de las instituciones y como inversión social.

El gasto publico contribuye al cumplimiento de los fines políticos, para procurar la


eficacia de las entidades estatales en términos de cumplimiento de objetivos por resultado.
El engranaje estatal requiere de inversión económica para su funcionamiento, pero de manera
eficiente, esto es, que a medida que se desarrollen sus fines, los recursos se optimizan, sin
necesidad de recaer en gastos innecesarios.
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Actualmente, el gasto social ha tenido variables con tendencia regresiva, pues se


proyectan políticas de subsidio a la oferta o de oportunidad, por el que el rubro de servicios
sociales ha sido remplazado por servicios generales (fuerzas militares), para incentivar la
inversión privada, pero con aumento en Desarrollo comunitario y bienestar social. El
mejoramiento de algunos indicadores sociales no fue sostenible en el sentido que se
desarrollaran con suficiencia los activos humanos y físicos que protegieran a los grupos más
pobres.

Los factores sociales y culturas son justificativos en la formulación de políticas


fiscales. El mexicano Velásquez (2010), luego de realizar un balance histórico de la
necesidad de tributación en el contexto capitalista en su país, ha concluido que:

“Esta respuesta social diferenciada permite observar que la recaudación fiscal está
determinada, además de los factores formales que dan forma jurídica a las estructuras
tributarias contemporáneas, por procesos sociales y culturales definidos a través de
procesos históricos, los cuales deben evaluarse para disponer de una perspectiva
general que arroje nueva luz sobre las características de los sistemas tributarios”. (p.
24)

En tal sentido, en un contexto de la económica colombiana, los justificativos sociales


y culturales determinan la ineludible respuesta tributaria a la disparidad del progreso social,
dada la brecha económica. Lo que conlleva a pensar en aplicar de manera estructural el
principio de progresividad, esto con el fin de procurar que quienes poseen mayor capacidad
adquisitiva tengan una mayor contribución tributaria, de esta manera las políticas públicas
tendrán un enfoque de equidad, favoreciendo de forma directa a la economía y otorgándole
eficiencia en términos de bienestar.

Conclusiones
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Se concluye que, las tesis de un Estado mínimo que promueve el liberalismo no son
consecuente con la realidad social y cultural en países como Colombia. Por tanto, es
necesario pensar en el ingreso público como aporte fundamental de equidad social, se
materializa a partir de la tributación y del cumplimiento del principio de progresividad que
conlleva a un mayor progreso de la sociedad. La intervención privada y el componente
publica serán alternativas para el cumplimiento de los fines estatales.

Por otro lado, los ingresos públicos son entradas de dinero que recibe el Estado y que
le permiten financiar la satisfacción de las necesidades colectivas, es decir, que le permiten
financiar el gasto público y cumplir su función dentro de la sociedad, especialmente en los
fines esenciales del Estado.

En una economía social de mercado el fin primordial es garantizar las condiciones


mínimas de vida digna que ayuden a sus asociados y en particular a los más necesitados a
tener las garantías necesarias de subsistencia para combatir las desigualdades sociales, todo
por medio de políticas públicas.

Las políticas deben estar enlazadas con políticas de gasto, y así mismo dinamizar las
entidades estatales para contribuir a las oportunidades necesarias para desarrollar sus
aptitudes y superar las desigualdades económicas.

Referencias Bibliográficas

Ebert, F. (2021). Cartilla metodológica 1 ingresos públicos. Bogotá D.C.: FES América
Central.

Ibarra, A. (2009). Introducción a las finanzas públicas. Cartagena de Indicas, Colombia:


Diciembre de 2009.
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Piza, J. (2015). La obligación Tributaria y sus fundamentos constituciinales. . Bogotá D.C.:


Universidad Externado de Colombia.

Puchet, J., & Torres, F. (20000). Las finanzas públicas y la política fiscal en las economias
de Centro Ámerica durante los años noventa y perspectiva de corto y mediano
plazo. Santiago de Chile: División Desarrollo Económico, CEPAL, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe.

Ramírez, J. (2010). La relación Estado - Economía. Revista Jurídica Piélagus, 177-199.


Recuperado el 28 de mayo de 2022, de
https://revistapielagus.edu.co/attachments/article/59/619-1284-1-PB.pdf

Valenzuela, L., & Arregocés, A. (2004). Liebrales versus libertarios. Red de Revistas
Científicas de América Latina, 241-249. Recuperado el 28 de mayo de 2022, de
https://www.redalyc.org/pdf/419/41901015.pdf

Velásquez, A. (2010). Ingresos públicos y el principio. Biblioteca Digital de Humanidades,


0-201.

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