Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
González
E-mail: mauroaquesada@gmail.com
31/07/2013
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Contenido:
Introducción ………………………………………………………………………………….2
Resumen argumental de los principales cuentos que se tomarán para este trabajo………. 3
¿Fantástico? ………………………………………………………………………………….6
Conclusión …………………………………………………………………………………..16
Bibliografía …………………………………………………………………………………..17
2
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Introducción
3
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
-El Cocodrilo.
Es el relato de un joven que lee un cuento en una reunión. Durante la lectura, y luego de
ella, van sucediendo un sinfín de situaciones curiosas e insólitas.
4
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
-Menos Julia.
una ciudad grande. Su centro (…) quedaba cerca de un río”1. Solo hay referencias
vagas, como en El Cocodrilo “(…) y yo me fui a una ciudad que me era casi
desconocida”2; y también en Mur “Hace muchos años, al principio del verano, yo fui a
una pequeña ciudad para dar una conferencia”3. Estas características del narrador y de
los lugares inciertos que se repiten a lo largo de todos las narraciones crean un efecto
particular, pues a medida que se van leyendo, parecería un mismo personaje que vive y
relata todas las historias, o en todo caso un mismo personaje que se va multiplicando, es
decir, un sujeto que siempre es y no es él en un lugar que es y no es el mismo. Se puede
decir que son, como pasa en géneros musicales como el jazz, variaciones de un mismo
motivo que siempre es uno manteniendo la esencia pero diferente y reinterpretado en
cada ejecución.
¿Fantástico?
Uno de los problemas que más se han discutido las narraciones de Felisberto Hernandez
y se ha discutido, y se sigue discutiendo, es su pertenencia o no a la literatura fantástica,
ya que los personajes suelen experimentar hechos sobrenaturales o inexplicables, como
los ojos que dan luz en El acomodador, la publicidad transmitida mediante una
inyección en Muebles El Canario, o los pasillos navegables cual canales de Venecia en
La casa inundada. Para ello se lo confrontará con algunas nociones básicas de Todorov
sobre lo fantástico. "La ambigüedad subsiste hasta el fin de la aventura: ¿realidad o
sueño?: ¿verdad o ilusión? Llegamos así al corazón de lo fantástico. En un mundo que
1
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “El acomodador”. Centro Editor de América Latina.
Buenos Aires. 1971. p. 9
2
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “El Cocodrilo”. Centro Editor de América Latina.
Buenos Aires. 1971. p. 41
3
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “Mur". Centro Editor de América Latina. Buenos
Aires. 1971. p. 77
6
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Marina Nossar también echa luz sobre esta cuestión afirmando que “El hallazgo
fundamental de la obra hernandiana radica en el hecho de ubicarse en una zona
fronteriza entre lo real y lo fantástico, o mejor dicho, entre lo extraño y lo fantástico,
algunas veces en el absurdo. Pero lo curioso es que lo extraño proviene de los
personajes y no de las situaciones. La realidad es la misma, permanece inalterada, son
4
Todorov, Tzvetan. Introducción a la Literatura Fantástica. (Título original: Introduction a la litterature
fantastique.) Premia Editora. México DF. 1981. P. 19
5
Felisberto Hernandez. “El acomodador”. Op. cit. p. 13
7
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
los personajes quienes aportan ese aire peculiar que inunda estas narraciones.”6. Los
puntos de vista de los personajes, especialmente del principal, son fundamentales en
esta cuestión, ya que a partir de su mirada, sus ideas y sus acciones todo se va
transformando. Esta autora también dice que “ninguno de los cuentos de Felisberto
Hernández provoca ese temor alrededor del cual está construido el relato fantástico”7.
Otra arista de esta problemática, como ya se ha visto, es que las narraciones siempre
transcurren en un lugar incierto. Esto muestra que a la narrativa felisbertiana no le
interesa tener un anclaje en lo real, ni para inscribirse en la literatura realista ni para
inscribirse en la literatura fantástica, por el simple hecho de sus textos crean de la
misma realidad, otro mundo. Ese lugar se trastoca a un lugar único, distinto. A
diferencia de cuentos indudablemente fantásticos como los de Cortázar, que de forma
deliberada nos muestra sitios o situaciones reconocibles de una ciudad concreta creando
en ese sentido una atmósfera de realidad, para que por contraste el hecho sobrenatural
tenga un efecto mucho más potente. Un ejemplo de ello se da en Ómnibus, cuento en el
que un muchacho y una muchacha hasta ese momento desconocidos se ven envuelto en
una situación irreal como ser el centro de atención de ese ómnibus al que se suben, y en
del que todos lo demás pasajeros se bajan en Chacarita y llevaban ramos de flores. Por
eso describe de manera tan precisa al recorrido que hace dicho ómnibus, que tiene un
número específico, el 168, como así también lugares de la geografía urbana porteña:
“En la Avenida San Martín y Nogoyá, mientras esperaba el ómnibus 168, (…) y la torre
florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes”8.
Así se observa cómo un espacio concreto y reconocible es un punto de partida para
construir un ambiente y una sucesión de hechos irreales que trastoca la percepción de lo
esperable y que, en este caso, sí se percibe una suerte de vacilación, que en Felisberto
6
Nossar, Marina. Felisberto Hernández a la luz de sus lámparas encendidas.
http://www.uruguayeduca.edu.uy/Userfiles/P0001/File/FELISHERagosto.pdf. Montevideo.1997. p. 14
7
Ibídem. p. 15
8
Cortazar, Julio. Bestiario. “Omnibus”. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 1970. pp. 51-52
8
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
jamás se da como tal, nunca hay ningún tipo de duda, y ese es una de los rasgos que
hacen a sus cuentos tan inquietantes.
La luz y la oscuridad
En varios cuentos hay muchas referencias a la luz como así también a la oscuridad. Uno
de ellos es, por supuesto, Nadie encendía las lámparas, frase que aparece al final del
mismo y que en el principio se puede encontrar “Al principio entraba por una de las
persianas un poco de sol”9; “Cuando encendí la luz de la pieza de mi hotel, vi mi cama
de aquellos días. (…) Después de acostado apagué la luz pero no podía dormir. Volví a
encenderla y la bombita se asomó debajo de la pantalla”10. Se puede pensar en esto
como un esfuerzo por generar más o menos claridad en los que se está contando. Y
también como una manera de crear un ambiente, una escenografía adecuada. Así sucede
indudablemente en Mi primer concierto, donde, por el contrario, hay una preocupación
evidente por la oscuridad: “A la nochecita vino el electricista y combinamos las
penumbras de la sala y la escena”11. En el concierto, era de suma importancia que nada
se vea demasiado, tal vez en un intento de ocultar lo que se es. Se podría pensar que
estas penumbras funcionan como la contracara de la luz, como una metáfora de sus
dudas y su escaso conocimiento de sí mismo. Luz y oscuridad serían dos polos del
autoconocimiento, de la autopercepción y de la autovaloración de un sujeto que va
fluctuando todo el tiempo.
9
Hernández, Felisberto. La casa inundada y otros cuentos. “Nadie encendía las lámparas”. Ediciones del
Sur. Caracas. 2003. p. 161
10
Hernández, Felisberto. “El Cocodrilo”. op. cit. p. 43
11
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “Mi primer concierto”. Centro Editor de América
Latina. Buenos Aires. 1971. p. 29
9
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
12
Hernández, Felisberto. “El acomodador”. op. cit. p. 13
13
Hernández, Felisberto. La casa inundada y otros cuentos. “ La casa inundada”. Ediciones del Sur.
Caracas. 2003. p. 77
14
Hernández, Felisberto. “El acomodador”. op. cit. p. 12
10
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
cantar”15; y “Yo miré la silla y no sé por qué pensé que la enfermedad de mi amigo
estaba sentada en ella”16.
Otro de los recursos harto habituales utilizados por Felisberto es la animalización de las
personas. Una muestra de esto: “No dirán que este cocodrilo no tiene la barriga
blanca”17; “parecía un ratón debajo de los muebles”18; “parecía un orangután, pero al
verlo de costado, con la cola de frac muy dura, parecía un bicharraco”19; “una vez un
compañero me dijo ´¡Apúrate, hipopótamo!´”20. Animalizando provoca una distancia
con los sujetos, un enrarecimiento de la atmósfera, que al igual que con la
personificación de los objetos, tiene un tinte similar al mundo de los sueños, lúdico, o
quizás también de alucinación.
“Mis piernas estaban cansadas, pero mis ojos tenían gran necesidad de ver”.21 Este
fragmento se puede leer en El Acomodador, pero no será el único que describa este otro
recurso que se encuentra innumerable veces y es uno de los pilares de las narraciones de
Felisberto Hernandez: la fragmentación de las partes del cuerpo de los personajes,
teniendo dichas partes vida propia y autonomía, haciendo que el sujeto no sea
responsables de ellas. A propósito de esto, Enrique Pezzoni afirma que “las señas de la
15
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “Muebles El canario”. Centro Editor de América
Latina. Buenos Aires. 1971. p. 38
16
Hernández, Felisberto. La casa inundada y otros cuentos. “ Menos Julia”. Ediciones del Sur. Caracas.
2003. p. 115
17
Hernández, Felisberto. “El cocodrilo”. op. cit. p.53
18
Hernández, Felisberto. “El acomodador”. op. cit. p 9
19
Ibídem. p 14
20
Ibídem. p. 12
21
Ibídem p. 21
11
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
carencia del Yo se dan mediante dos rasgos del personaje: 1)La rivalidad con el propio
cuerpo que se autonomiza y se fragmenta sin cesar para pulverizar toda posible
instancia de sujeto único, coherente; 2) la dificultad de producir con el cuerpo algo que
vuelva al sujeto dueño de sí (...)”22. Se observa una lucha del sujeto consigo mismo, con
sus partes y con todos los yo que contenga.
Ana María Barrenechea, en este mismo sentido, afirma que “las partes del cuerpo
subvierten su jerarquía con respecto al todo, generalmente porque éste se fragmenta y
los miembros se independizan”23. La misma autora completa esta idea con el pasaje que
dice: “Autorretrato a lo Arcimboldo: imagen hecha de metonimias combinadas en la
metáfora del Yo sólo presente como resta (resto inalcanzable)”24. Por lo tanto, el yo
vendría a ser una especie de rompecabezas a resolver, con infinidad de pequeñas piezas
perdidas de un sujeto también perdido que no logra cohesionarlos ni que le respondan.
De ahí el desconcierto, la sensación de extrañeza, de no reconocerse, de sentirse un
extraño, de deambular de un lugar a otro, de una vida a otra, sin tener un punto fijo en
donde anclar.
En “Mi primer concierto” hay una suerte de otro yo, un doble en el que narrador-
personaje va construyendo una trama paralela: “Yo tenía desconfianza de mí”.25 Ese
desdoblamiento se hace más evidente en “tuve algún conocimiento imprevisto de mí
22
Pezzoni, Enrique. “Felisberto Hernández y la parábola del desquite”, en El texto y sus voces. Eterna
Cadencia. 2009. 245
23
Barrenechea, Ana. “Excentricidad, di-vergencias y con-vergencias en Felisberto Hernández”, en La
crítica literaria contemporánea. Centro Editor de América Latina. 1981. p. 12
24
Pezzoni, Enrique. op. cit. p. 240
25
Hernández, Felisberto. El cocodrilo y otros cuentos. “Mi primer concierto”. op.cit. p. 27
12
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Se puede encontrar en varios cuentos que, mientras relata los sucesos el narrador-
personaje se detiene frecuentemente para hacer distintas operaciones mentales como
pensar, imaginar, sospechar. Esto se puede ver en La casa inundada: “y ella se presta
(…) para imaginar disparates entretenidos”29, pero sobre todo en El Acomodador:
“Además, me daba placer imaginar todo lo que no conocía de aquella ciudad”30; “yo no
pensaba que aquel hombre nos obsequiaba por haberse salvado su hija; yo insistía en
suponer que la hija se había ahogado. Mi pensamiento cruzaba con pasos inmensos y
lagos las pocas manzanas que nos separaban del río; entonces yo me imaginaba a la hija
26
Ibídem.
27
Pezzoni, Enrique. op. cit. p.257
28
Hernández, Felisberto. “La casa inundada”. op. cit. p. 73
29
Ibídem. p. 74
30
Hernández, Felisberto. “El acomodador”. op. cit. p. 9
13
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
a pocos centímetros de la superficie del agua. (…) A los que comían frente a mí y de
espaldas al río, también los imaginaba ahogados”31. Aquí se ve claramente cómo lo que
va viendo es de alguna manera transformado en el relato por su propia imaginación. Y
es muy curioso el fragmento “yo insistía en suponer” porque da cuenta de su propia
obstinación de una manera directa, un modus operandi con un fin recreativo, de evasión
o compulsión patológica, haciendo que las evidencias que le otorgan las pruebas
fácticas no sean suficientes y carezcan de valor para él. Algo similar sucede en La casa
inundada, donde se nota esta voluntad explícita de sospechar no como algo dado sino
construido a propósito: “yo envolvía a esta señora con sospechas que nunca le quedaban
bien”.32 En estos casos, sospecha es más bien un afán de imaginación, y no una
operación mental derivada de indicios, intuiciones o deducciones.
Por eso se puede agregar a la noción, como ya se ha visto, de la autonomía de las partes
del cuerpo de los personajes en Felisberto, la autonomía del pensamiento. Estas
acciones hacen que, en el relato del narrador personaje, haya, por un lado un
adelantamiento, una anticipación de los hechos, una expectativa, creando una suerte de
juego especular. Pero en este caso Felisberto va más allá. Este mecanismo pone en tela
de juicio todo el relato mismo, tensa la ficcionalidad al máximo, como una sobre
oxigenación de imaginación y memoria que deja en suspensión el relato principal. Es
decir, hay una especie de relato paralelo o relato secundario que sin embargo choca,
confronta, discute con el relato principal abriendo así otras miradas, caminos o
resoluciones, creando otros mundos o dimensiones posibles, otras versiones de lo que se
está contando, que muchas veces logra reencauzarse pero que, como en toda aventura
nunca vuelve a ser el mismo. Pezzoni dice “el yo felisbertiano es la energía de la
circularidad, no del traspaso. Constante movimiento que vuelve sobre la propia nada.”33
Y en este sentido se puede decir que en estas regresiones y suspensiones, hay una
31
Ibidem. p. 11
32
Hernández, Felisberto. “La casa inundada”. op. cit. p. 74
33
Pezzoni, Enrique. op. cit. p.258
14
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
En relación con esto último se puede rastrear otra recurrencia en los cuentos, que es la
obsesión por los recuerdos. Casi constantemente el narrador-personaje vuelve sobre su
memoria, como en el fragmento de La casa inundada: “Yo ahora yo debo esforzarme en
empeorar esta historia por su verdadero principio, y no en detenerme demasiado en las
preferencias de los recuerdos”35. Guillermo García afirma sobre esta cuestión que: “El
narrador se aferra a su pasado como otra manera de cuestionar la permanencia de su
identidad. Y las palabras son la único para intentarlo”36. También esto se puede pensar
como un modo de generar una negación a continuar con el relato, una obstaculización
de la misma. Yendo hacia los anaqueles de la memoria niega el relato y también,
finalmente, se niega a sí mismo.
Por todas estas cuestiones, se puede decir que, como lo dice el título de este apartado, el
relato se fragmenta, se producen una serie de suspensiones o pausas, que dejan a la
narración en un estado de indefinición y expectativa. Así, deja de ser un solo relato
unívoco, indivisible, puesto que al salirse de su objetivo primario o finalidad se
encuentra en sucesivas encrucijadas, con puertas que se abren y pueden bifurcarse
constantemente.
34
Hernández, Felisberto. La casa inundada y otros cuentos. “Nadie encendía las lámparas”. Ediciones
del Sur. Caracas. 2003. p. 115 158
35
Hernández, Felisberto. “La casa inundada”. op. cit.. p. 75
36
García, Guillermo. Felisberto Hernández: Diez itinerarios interpretativos, en Felisberto Hernández
Dossier (V.V A.A). Ediciones del Sur. Caracas. 2003. p 178
15
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Conclusión
En todo esto radica una de las particularidades más potentes de sus cuentos: el clima
irreal y onírico, confuso, ambiguo, alimentado por esta constante intromisión de la
imaginación y los recuerdos. Entonces hay una lucha sin cuartel entre estas
intromisiones y la narración base, a la que en todo momento intentan sacarla del
camino.
16
Monografía: Trabajo final para Seminario de Literatura Contemporánea en Lengua
Española.
Profesora: Adriana Mancini
Alumna: Quesada Mauro
Profesorado: Castellano, Literatura y Latín, ISP Dr. Joaquín V. González
Turno: Tarde
Bibliografía:
Hernández, Felisberto. La casa inundada y otros cuentos. Ediciones del Sur. Caracas.
2003.
Lespada, Gustavo. Felisberto: una estética de lo inacabado. Escritos. Revista del Centro
de Ciencias del Lenguaje. Número 23. Enero-Junio 2001.
17