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Lucila Herrera Sánchez


nnnnnnn

El placer de leer
minificciones
El horror por las explicaciones y amplificaciones
me parece la más preciosa de las virtudes literarias.
Julio Torri, Tres libros

L a m i ni fi c c i ó n es un t ex t o b r e v e qu e p o se e c a r a c t e r í st i c a s e st é t i c a s
pa rt i c ul a res y no s ó l o c u e n t a u n a h i st o r i a . P a r a l a l i t e r a t u r a m e x i-
c a na , l a fi g ura rel ev a nt e e n m i n i f i c c i ó n e s E d m u n d o Va l a d é s y su
rev i s t a E l c u e n to. R e v i s ta d e l a i m a g i n a ci ó n , qu e su r gi ó e n l a d é c a d a d e
l o s s es ent a del s i g l o XX . L a c o n st r u c c i ó n d e m i n i f i c c i o n e s a t r a v é s
de s u es t ruc t ura po t en t e y c o n c i sa a y u d a e n l a p r o m o c i ó n y d i f u -
s i ó n de l a l ec t ura en t o d o s l o s n i v e l e s. L a m i n i f i c c i ó n c o n st i t u y e
un ret o pa ra l a m ent e d e l l e c t o r , y p o r e so r e su l t a a p a si o n a n t e .
I nt ernet h a pro m o v i do l a l e c t u r a y d i f u si ó n d e m i n i f i c c i o n e s e n
t i em po s rea l es , m a s no t o d o l o b r e v e (T w i t t e r ) d e b e se r c o n si d e r a-
do m i ni fi c c i ó n.

L
as últimas dos décadas han sido pródigas en el terreno de la producción
narrativa literaria. Sin embargo, en lo concerniente a la brevedad, la joya
de la corona le corresponde al género de la minificción, el cual ha logrado
consolidarse en el gusto de lectores de todas las edades y nacionalidades. El
escritor venezolano Armando José Sequera, en su texto “Narrativa del relámpa-
go”, adelanta una definición: “Un minicuento es un microcosmos, una partícula
elemental de acción, un cuanto narrativo. Su fugacidad, como la de la vida, lo
aproxima al verso, a la imagen fotográfica, a la nota musical.”
Al día de hoy, los teóricos y estudiosos no logran ponerse de acuerdo en su no-
menclatura: minificción, minicuento, minitexto, entre otros. En lo que la mayoría
coincide es en que se trata de un texto que no excede una cuartilla de extensión,
generalmente, cuya esencia es narrativa, es decir, relata un suceso, y por lo mismo,
elegir las palabras que lo constituyen es una tarea ardua para quien lo escribe. Ela-
borar una minificción elegante es cuestión de tiempo y cuidado invertidos en la
elección de palabras que logren contundencia y provoquen en el lector el efecto
deseado: sorpresa, una sonrisa inteligente, desconcierto, pero sobre todo: gozo.

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El placer de leer

“Cuenta atrás”
Ángel Olgoso

Siete decenios. Seis trabajos. Cinco infidelidades. Cua-


tro operaciones. Tres hijos. Dos latidos.
Un suspiro.

La escritora argentina Ana María Shua afirma: “Cuan-


do una minificción es buena, muerde.” Y es que estas
brevedades recuerdan el trabajo serio y fino del mejor
artesano:

“Cuento de horror”
Juan José Arreola

La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy


el lugar de las apariciones.

La minificción posee temáticas variadas, aunque al-


gunos escritores prefieren utilizar como materia de sus
minirrelatos asuntos como el problema frente al acto
de la escritura (metaficción); aludir a otros cuentos,
narraciones o historias (intertexto); reflexionar so-
bre la condición humana (miniensayos); o emplear
elementos pertenecientes al mundo de lo fantástico.
Como ya se mencionó, un aspecto fundamental del
género es decir más en menos palabras. Y cuando se
logra, “siempre tiene un efecto de puñalada”. Esta fra- ■■ Portada de Relatos vertiginosos (2000), antología compilada por Lauro
Zavala.
se la consignó Edmundo Valadés, gran promotor de
la escritura breve mexicana, quien fundó la revista El
cuento. Revista de la imaginación. En su ensayo “Ronda
por el cuento brevísimo”, utilizó por primera vez el tér- marcó el inicio de una pasión por la minificción que me
mino minificción para referirse a estas pequeñas creacio- acompaña hasta el día de hoy… y probablemente hasta
nes lúdicas, llenas de humor y tensión narrativa. el final de mis días.
La primera antología que llegó a mis manos, en el Resulta fascinante que mi hallazgo coincidiera en
año 2000, fue Relatos vertiginosos, compilada por Lau- tiempo con los estudios que se han hecho durante
ro Zavala. En aquel momento yo impartía clases en las últimas décadas. De la mano generosa y amiga de
secundaria y compartí mi novedad y gran descubri- Lauro Zavala he recorrido los múltiples periplos de la
miento con mis alumnos. Mi sorpresa fue mayúscula estética minificcional. Muchas generaciones de estu-
cuando me solicitaron que les llevara más minitextos, diantes se han nutrido de la savia de escritores como
y algunos me comentaron que habían prestado su li- Alfonso Reyes, Carlos Díaz Dufoo Jr., Mariano Silva
bro a otros amigos. En pocos meses, se pidió como un y Aceves, Julio Torri, Juan José Arreola, Augusto Mon-
libro de texto obligatorio, ya que los padres de familia terroso y René Avilés Fabila, por mencionar algunos
se habían acercado (algunos curiosos, otros por primera mexicanos. Asimismo, el afán de comprender y cono-
vez) a la lectura gracias a la antología. Ese momento cer qué se ha escrito en otros países me ha llevado a

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• El placer de leer minificciones

leer escritores españoles excelentes, como Ángel Olgo- en más de una ocasión y descubrir la maravilla intrín-
so, José María Merino o Isabel Mellado y tantos otros seca que poseen.
nacidos en nuestro continente que la nómina podría
abarcar cuartillas enteras, por ejemplo, Lilián Elphick,
Luisa Valenzuela, Mario Levrero, Jairo Aníbal Niño y La l i ber tad de l os l í mi tes
Andrés Neuman. La lectura, cuando se hace a conciencia, contiene
Es un hecho que las antologías contribuyen de ma- un enorme poder de liberación. En esta época de nove-
nera poderosa y definitiva a construir horizontes de lones monstruosos y best-sellers, la minificción parece
lecturas minificcionales. Asimismo, los escritores cada ser “la muñeca fea” de la literatura poco leída, menos
vez se acercan más a los curiosos e interesados lectores apreciada. Sin embargo, su enorme capacidad liberado-
con el fin de mantener intercambios y recoger impre- ra en muy pocas palabras consigue en los lectores más
siones de primera mano sobre sus brevedades. La tec- necios sonrisas amables, reflexiones e investigaciones
nología, a través de blogs, Twitter y páginas específicas sinceras y conmover corazones recios, lo sé porque lo
destinadas a promover el género, contribuye poderosa- he visto. Sirvan estas últimas palabras como invitación
mente a la lectura pronta y logra ponernos al día con a leer estas piezas complejas y riquísimas a la vez:
las novedades, concursos y convocatorias.
Estoy a favor de la difusión y promoción de la lectura Un relámpago dura menos de un segundo, pero puede
a través de la minificción porque he podido constatar enceguecer, puede producir una impresión que dure toda
que funciona, no sólo en el ámbito académico, la es- una vida.
cuela y las universidades. La naturaleza flexible, breve
y mágica de estas brevedades (cuando están bien cons- Armando José Sequera,
truidas) provoca que personas que nunca se habían “La narrativa del relámpago”
detenido a leer una novela, ni siquiera un cuento o in-
cluso el periódico, se involucren en los finales abiertos,
se sorprendan por los giros inesperados de la historia, se Lucila Herrera Sánchez es maestrante en Letras Mexicanas
conmuevan por los finales epifánicos o suelten una so- por la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ac-
nora carcajada. Es curioso descubrir cómo narraciones tualmente imparte clases sobre minificción, microrrelato y otras
con tintes poéticos atrapan a quien lee o escucha los brevedades en la Facultad de Filosofía y Letras. Desde hace cin-
textos: co años está al frente del Seminario de Análisis y Estudios sobre
Minificción, espacio único en el ámbito académico mexicano.
“Arañas y mariposas 3” Escribe su tesis sobre minificción mexicana e intertextualidad en
Espido Freire los siglos XX y XXI .
lucilaherrera@hotmail.com
Asomaron estrellas en el cielo mientras la vieja yegua
moría. En el silencio, el eco del monte lloró con el po-
trillo abandonado. Indiferentes, las estrellas volvieron
Lectur as r ecomendadas
la espalda y continuaron con la charla en su esfera de Freire, Espido (2010), Cuentos malvados, Madrid, Páginas
escarcha y música. de Espuma.
Garrido, Felipe (2013), Conjuros, México, Jus.
Leer minificciones constituye un reto para el lector, Obligado, Clara (2009), Por favor, sea breve 2, Madrid, Pá-
ginas de Espuma.
pero es un desafío gozoso que apela a nuestra construc- Valadés, Edmundo (comp.) (1998), El libro de la imagina-
ción de significados, a nuestra lectura del mundo y de ción, México, Fondo de Cultura Económica.
nosotros mismos. Contrario a lo que algunos afirman, Zavala, Lauro (comp.) (2000), Relatos vertiginosos, México,
la brevedad de la minificción no es para leerse “en una Alfaguara.
sentada”. Por el contrario, es necesario regresar a ellas

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