Está en la página 1de 34

Más de lo que te imaginas

ejemplar nº de 50
Más de lo que te imaginas/ Mauro Quesada/ El cajón de Don Draper
36 páginas
20,5 x 14cm aprox.

Noviembre 2021

isbNO

Contacto:
mauroaquesada@gmail.com
elcajondedondraper@gmail.com
Instagram: @elcajondedondraper

Editado, maquetado, impreso, cosido, pegado y guillotinado en


Luis Guillón, Buenos Aires, Argentina

A L
IT
IG
D
N
I Ó
I C
ED
Mauro Quesada

Más de lo que te imaginas


Ensayos breves sobre canciones populares

EL CAJÓN DE
DON DRAPER
Nota del autor:

La canciones que son objeto de análisis en estos textos van


desde 1989 hasta 2002. El recorte temporal y la elección de
las mismas responden a que las oí en mi adolescencia y post
adolescencia como un apéndice de la música que no era de
mi gusto pero que sonaban y sonaban por todas partes a
pesar mío. Todas ellas quedaron en mi memoria, muchas en
contra de mi voluntad como una habitación llena de regalos
incómodos y vergonzosos. Con el tiempo, algunas fueron
cambiando en mi consideración.
Este libro puede ser tomado, también, como un ejercicio
para el exorcismo de la nostalgia. O todo lo contrario.
Chica de humo

Autores: Mauro Malavasi - María Lar


Intérprete: Emmanuel (México); Teto Medina (Argentina).
1989

Las referencias literarias funcionan de guía invisible a este flaneur


al estilo de Charles Baudelaire en “A la que pasaba”: “Alta, esbelta,
de luto, en pena majestuosa,/ pasó aquella muchacha. (…)/ En
sus ojos el cielo y el huracán latente;/ El dulzor que fascina y el
placer que destroza.// Relámpago en tinieblas, fugitiva belleza,/
(…) ¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido? (…)”. La chica
de humo se va, se evapora como la que pasaba. El mundo moderno
impone su fugacidad y su impersonalidad. La segunda referencia
es al “Flautista de Hamelin”, pues dice que sus piernas son como
ratas que siguen al flautista, haciendo uso de la metominia. Es casi
un hechizo. Y la tercera y última referencia es “no soy detective”.
Teniendo en cuenta que está en una ciudad inmensa (al igual que en
poema de Baudelaire) no se puede dejar de pensar en un detective
de policial negro. Pero al revés que un protagonista de ese tipo de
relatos, este avisa que no va enredarse en problemas con la ley. Que
el destino haga su trabajo.
Una chica que se desvanece en el aire, se hace humo y se suma
al smog que acecha a las ciudades industriales y superpobladas.
Como México D.F, por nombrar una. Este es el mensaje ecológico
oculto en la canción. Sin embargo, el foco principal está puesto
en otro lado. La chica pasa como una epifanía cada día. Preso de
la imposibilidad de que ella pare un momento, la conozca y pueda

7
decirle cuánto la ama aun sin conocerla. Ella también sabe lo
que pasa, pues se monta en escena un ajedrez de seducción: “me
entiende, me tantea/ ah, ah me enciende coquetea/ se evapora”, y
así infinitamente. Sin embargo, él no está conforme del todo con
esta situación: “no estamos para jugar/ no me va a transformar/ en
crucigrama viviente”. Aquí entra en juego la posmodernidad pues
el contacto físico y afectivo está mediatizado. Todo es conjetura,
aspiración, juego, casi una predicción de las redes sociales y las
aplicaciones estilo Tinder. La chica de humo es un objeto de deseo
engañosamente lejano. En el fondo, queda flotando una sensación
de ira, de pesimismo y desesperanza dado por la repetición infinita
de un círculo vicioso: “Y quién te crees que eres tú/ siempre tú,
siempre igual/ y siempre está todo mal”.

Aún yo no sé quién es / lo que deben saber mis pies / la siguen como


las ratas / a la flauta de hamelin / para perderla después / no quiero
hablar de este tema / pero es mi mayor problema / ella está siempre
empatada / a toda plana cada mañana / en el diario de mis penas.
// Ah, ah me entiende, me tantea / ah, ah me enciende, coquetea, se
evapora. // Y yo qué sé / dónde va, dónde vive / y todo está mal / y
siempre es igual / y yo qué sé / que no soy detective / la paso fatal. //
Mi chica de humo // No escucha cuando hablo yo / sus ojos dicen
que no / y luego me contradice / por placer, para hacer / que un día
me ruborice. // Yo ya dejé atrás los veinte / y ella probablemente / no
estamos para jugar / no me va a transformar / en crucigrama viviente.
// Ah, ah me entiende / me tantea, me enciende / coquetea, se evapora.
// Y yo qué sé / dónde va, dónde vive / y todo está mal / y siempre
es igual / y yo qué sé / que no soy detective / la paso fatal. // Mi chica
de humo // Y quién te crees que eres tú / siempre tú, siempre igual / y
siempre está todo mal //. 

8
Gorbachov

Autores: Pedro Vidal, Cristóbal Sánsano, José Manuel


Navarro y Cheni Navarro
Intérprete: Locomía (España)
1990

La caída del muro de Berlín y el posterior colapso de la Unión


Soviética fueron hechos determinantes que marcaron el fin del siglo
XX una década antes, marcando lo que en su momento Francis
Fukuyama denominó el fin de la historia.
La potencia mundial que se enredó en la guerra fría con Estados
Unidos por cuarenta años en un equilibrio tan frágil y peligroso no
puede dejar a nadie indiferente. Que Mijail Gorbachov, secretario
general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión
Soviética desde 1985 hasta 1991 y jefe de Estado de la Unión Soviética
de 1988 a 1991, que comenzó las aperturas del rígido régimen, sea
objeto de pasiones no nos puede asombrar. El comunismo ha
sabido cultivar opositores acérrimos en todo el mundo. Ya que lo
traten de superstar o que se use una construcción tan forzada como
“Los de la URSS nos asombran / Gorbachov es ideal / Ya era hora
que al oeste vuelvan ya // Avanzar en el desarme/ Y reformar”
podemos pensarlo como producto de una decisión no solo político
sino también estética.
Ahora bien, que quienes canten una alabanza a este personaje
clave del S.XX para festejar la inevitable caída del comunismo en
Europa sea un grupo cuya música sea una suerte de tecno dance
no muy elaborado nacido en las discotecas de Ibiza; la cosa se pone
extraña. Que cuatro muchachos sin talento musical visible pero

9
coreografiados en un baile sensual; con trajes llamativos y barrocos,
zapatos puntiagudos; y por supuesto con los abánicos gigantes que
en ambas manos jamás dejaban de mover interpreten una oda a
Gorbachov hace que la perplejidad sea más fuerte que cualquier
idea.

Los de la URSS nos asombran / Gorbachov es ideal / Ya era hora que


al oeste vuelvan ya // Avanzar en el desarme/ Y reformar / Esto ya
es imparable / Rusia no se vuelve atrás // Gorbachov es Perestroika /
Gorbachov es desarmar / Gorbachov es convincente / Sabe mandar /
Gorbachov es dulce Raisa / Gorbachov es confiar / Gorbachov es una
estrella, superstar // Cuando lleguemos a Rusia / Gorby nos acogerá
/ Y en la Plaza Roja / Gritaremos libertad // No es un sueño / Es
realidad / Esto es inevitable / Es progresar // Gorbachov es Perestroika
/ Gorbachov es desarmar / Gorbachov es convincente / Sabe mandar
Gorbachov es dulce Raisa / Gorbachov es confiar / Gorbachov es una
estrella / viva Gorby superstar //

10
“Macarena”, de Los Del Río, vendió más de 100
millones de copias en todo el mundo desde 1993.
Originalmente la protagonista era Magdalena y no
Macarena.
Macarena

Autores: Carlos A. de Yarza, Rafael Ruíz Perdigones, Antonio


Romero Monge.
Intérprete: Los del Río (España)
1993

El cuerpo de Macarena, depositario de ojos ajenos, se transforma


en una fuente de deseos. Ese cuerpo, sumergido en las penumbras de
la castración y la amargura, está preso de un mundo que lo contiene,
lo relativiza. El yo poético es anónimo, innominado, que se podría
pensar una voz popular. Esto se puede inferir al leer “pa´darle”,
como una suerte de homenaje al romancero de García Lorca. Esa
voz popular, es todas las voces susurrantes que se hacen carne en un
llamado urgente que pide algo que Macarena no conoce. La alegría
se presenta ante Macarena como una aparición. La alegría es un
Dios del que primero desconfía y luego se entrega en una sensual
unión con la cosa buena. Pero la única que puede darle alegría
al cuerpo de Macarena es la propia Macarena. Aún haciendo lo
moralmente reprochable, para una sociedad pacata, como engañar
a su novio Vitorino con dos de sus amigos mientras este realiza el
servicio militar. El secreto de su plenitud reside allí, en hacer lo que
su cuerpo le pide, es decir darle alegría. Y cosa buena.

Dale a tu cuerpo alegría Macarena / que tu cuerpo es pa’ darle alegría y


cosa buena / dale a tu cuerpo alegría Macarena / eeeh Macarena.... aaahe
// Dale a tu cuerpo alegría Macarena / que tu cuerpo es pa’ darle alegría
y cosa buena / dale a tu cuerpo alegría Macarena / eeeh Macarena....

12
aaahe // Macarena tiene un novio que se llama / que se llama de apellido
Vitorino / y en la jura de bandera del muchacho / se la dio con dos
amigos…aaahe! // Macarena, Macarena, Macarena / que te gustan los
veranos de Marbella / Macarena, Macarena, Macarena / que te gustan
las movidas guerrilleras…aaahe! // Dale a tu cuerpo alegría Macarena /
que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena / dale a tu cuerpo alegría
Macarena/ eeeh Macarena.... aaahe // Dale a tu cuerpo alegría Macarena
/ que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena / dale a tu cuerpo
alegría Macarena / eeeh Macarena.... aaahe. //

13
Tonta

Autor: Felipe Barrientos.


Intérprete: Grupo Mojado (México).
1993. En Argentina fue popularizado en 1994/1995 por
Commanche.

El juego de palabras “con qué quieres que te quiera” habla de un


deseo espejado, una proyección de afecto en el otro que termina
hundiéndose en el lodo de la imposibilidad. El yo poético procura
satisfacer el pedido de su interlocutora de quererla, pero por más que
quiera no puede pues lo tiene todo el día trabajando. Pero también
si no trabaja no puede sostenerse económicamente. Esta situación
se hace insoportable, incluso llegando a la impotencia del insulto:
TONTA. Y como no lo considera suficiente reafirma: RETONTA.
Otro indicio del hastío y de la preocupación laberíntica es la
materialización de la paradoja en “Por las noches ya no duermo/
En el trabajo no trabajo, voy pensando”. Es decir, el sujeto que solo
se siente sujeto en el mundo capitalista y en el Estado de Bienestar
según pide su tonta amada, no puede serlo pues al final de todo
no cumple con su mandato. Y ni siquiera pude tener el descanso
reparador para al otro día seguir trabajando y seguir perpetuando el
sistema. En el final, cuando no, aparece la faz psicoanalítica, pues
claramente remite a lo que Freud llamó Complejo de Edipo1 . La

1 Conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta


respecto a sus padres. En su forma llamada Positiva, el complejo de Edipo se
presenta como en la historia de Edipo Rey: deseo de muerte del rival que es el
personaje del mismo sexo y deseo sexual hacia el personaje del sexo opuesto. En

14
madre no quiso que se casara (no aclara los motivos) y al final se
lo reprocha. Un bizarro triángulo amoroso que no se resuelve y se
reproduce eternamente casi como una mise en abyme.

Tonta, con qué quieres que te quiera / Que te quiera si me tienes


trabajando; / Tonta, tonta. / Por las noches ya no duermo, / En el
trabajo no trabajo, voy pensando; / Tonta. // Esta situación yo ya no la
aguanto, / Ya no la aguanto, / Pero esto me pasa tan solo por quererte
tanto. / Mamá me lo dijo una vez “vos no te cases”. / Y ahora me dice
“estuvo bien, tú te lo buscaste”. // Tonta/ Retonta. //

su forma Negativa se presenta a la inversa, amor hacia el progenitor del mismo


sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De hecho estas dos
formas se encuentran en diferentes grados, en la forma llamada “completa” del
complejo de Edipo.
Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche, J. y Pontalis, J.B. Ed. Labor Bs. As.,
1981.

15
No Le Dijo Nada

Autor: Cristian Puga


Intérprete: Los Ladrones Sueltos (Argentina)
1993

Una pareja que sale a distintos lugares con la particularidad de que


ella nunca decía nada. Se puede pensar que asiente por omisión y
no da indicios de disconformidad ante cualquier hecho como, por
ejemplo, ir a pasear a Palermo. O el llegar (vestida con una pollera
corta, dato innecesario) una hora más tarde sin necesidad de pedir
disculpas o dar excusas: tampoco decía nada. Y además se aclara que
ella quería pasarla bien. Por lo que se puede inferir que quería vivir
el momento, no contaminarlo con palabras que puedan interferir en
esos actos que todos tienen derecho a hacer. Un espíritu libre.
Pero la historia se va haciendo un tanto extraña cuando él la
acariciaba despacito con su mano en la espalda y ella tampoco decía
nada. ¿Acaso debía decir algo? Acá entra en escena su consentimiento
y esa cuestión se torna por demás ambigua. Y justo ahí aparece
otro personaje clave de la historia: “Y de repente llegó Tito/ ¡Qué
cagada!”. Nadie puede evadir la pregunta de quién es Tito. ¿Es
solo alguien que interrumpe una intimidad que va intensificándose
de una pareja de jóvenes? ¿O acaso Tito es su protector? ¿Un
mero interruptor genera una expresión como “¡Qué cagada!”? La
identidad y la intención de Tito termina siendo un eco incómodo
que nunca se resuelve.
En el final, van a la playa a tomar vino y vodka, procurándose un
colchón entre las rocas, aclarando que “nunca se portaban bien”. Y
en ese momento, luego de tantos momentos compartidos sin que

16
ella dijese nada, el protagonista masculino se da cuenta que la chica
era muda, develándose una intriga de muy baja intensidad que nunca
fue tal. Al decirle “nena, vos muda” subayace otra pregunta que es
si también era sorda.

Salió apurada de su casa con su pollera corta / Él la esperaba en la


parada hacía más de una hora / Y no le dijo nada, ella quería pasarla
bien / No le dijo nada, y se tomaron el diez // Sacó boleto doble hasta
Palermo / Ella lo miró y creía comprenderlo / Y no le dijo nada, ella
quería pasarla bien / No le dijo nada, y se bajaron del diez // Y era de
noche y la abrazaba / ¡Y no le dijo nada! / Sintió su mano en la espalda
¡Y no le dijo nada! / La acariciaba despacito / ¡Y no le dijo nada! / Y de
repente llegó Tito / ¡Qué cagada! // No le dijo, no le dijo / No le dijo,
no le dijo nada/ Nunca dijo, nunca dijo / Nunca dijo, nunca dijo nada //
En el verano fueron juntos a la playa / A él le gustaba ir a las rocas y ella
nunca se negaba / Y no le dijo nada, ella quería pasarla bien / No le dijo
nada, ya no se portaban bien // Y la llevó a su cueva entre las rocas
Tenía un colchón, vino y vodka / Y no le dijo nada, ella quería pasarla
bien / No le dijo nada, nunca se portaban bien // Y un día charlando
se dio cuenta / Que ella nunca decía nada // Y un día charlando y con
mucha ternura / Le dijo, le dijo / Nena, ¡vos sos muda! //Era muda, era
muda /Era muda, la mina era muda // Nunca dijo, nunca dijo / Nunca
dijo, nunca dijo nada / Dijo, no le dijo, nunca, nunca dijo no / Nunca,
nunca dijo nada / No le dijo, no le dijo / No le dijo, no le dijo nada //

17
Salta

Autor: Martín Laacré


Intérprete: King África (Argentina)
1993.

Una pulsión que viene desde afuera y provoca un torbellino en el


interior. Ese “no puedo parar” como un mandato divino, un destino
a ser cumplido hasta las últimas consecuencias. La comunión del
cuerpo con el Universo todo.
El “salta” funciona como una descripción de alguien que no puede
dejar de hacerlo. Pero también es un imperativo: “Vamos, salta” para
que todos se encuentren en ese rito singular. Saltar sin límites de
tiempo ni espacio. Saltar una y otra vez. Saltar, saltar, saltar. Esta
repetición de “salta” funciona como un mantra, a la vez que reafirma
el compromiso de la iluminación del “ectasy total”. No es casual
la utilización del inglés en “ectasy”, pues ingresando otro idioma
contribuye a esta idea de lo universal sumado a la samba, ese ritmo
afrobasilero (aunque el ritmo de la canción tenga cero matices).
El Rey África sugiere volver a las raíces: un mundo unificado sin
distinción de raza, credo, color. Que nos una el saltar sin parar.

Me muevo en la disco no puedo parar / con este ritmo loco no paro de


saltar / por eso te digo la marcha sigue igual y sigue saltando / saltando
sin parar salta salta // salta salta salta sin parar / salta salta salta salta
salta sin parar / salta salta salta salta salta sin parar / salta salta salta salta
salta sin parar/ Saltando sin parar // Moviendo tu cuerpo muy pronto
y generás / la samba que bailo es un ecstasy total / por eso te digo la
marcha sigue igual y sigue saltando / saltando sin parar // salta salta salta
salta salta sin parar. //

18
King Africa fueron dos personas: Martín Laacré desde
1993 hasta 1996 y Alan Duffy a partir de 1997. Desde
hace unos años, con cuestiones legales de por medio,
se presentan los dos King Áfricas por separado por
distintos escenarios del mundo.
Me haces tanto bien

Autores: Carlos de France - Cristina del Valle - Alberto


Comesaña
Intérprete: Amistades Peligrosas (España)
1994

Lo primero que se puede decir de “Me haces tanto bien” es que


es una canción directa, caliente, hot, cachonda. La música, un pop
sensual y misterioso, acompaña esa sensación. Es lo que se muestra.
Hay calor, incluso se nombra al infierno y en el video que lo
acompaña lo confirma. Va al grano. Sin embargo, lo importante es
el in crescendo de la escena. “No tocar, peligro de muerte” apunta
directamente al pecado, a lo prohibido y por supuesto, como se dijo,
al infierno. Hay un término, en este caso, claramente polisémico
en “verte correr/ verte pedirme más”. Ese correr puede tener su
significado habitual, en este caso un apuro; pero también, teniendo
en cuenta que el dúo es español y por el contexto, remite al orgasmo.
Ahí la canción toma otro cariz. En “echa mas leña al fuego que
es/ abrasador ahora está dentro de mí” sin duda ya estamos en
presencia del coito. El fragmento “ya sabes como soy/ ya sabes
que me entra la primera/ ahora ya sale algo mejor” puede generar
dudas: ¿Es una afirmación sobre lo dispuesta que está ella o es una
analogía de la marcha del auto? Quien conduce sabe las dificultades
que puede haber cuando se está aprendiendo. “Enseñame a bajar tu
cremallera/ ya sabes donde voy” si bien puede parecer una obviedad
apunta a que en todo este acto va en dirección a seguir alimentando
la pasión. “Ya sabes que he pasado la frontera/ arrancando algún
botón”. ¿Es una relación de amantes? ¿No querrán que se enteren

20
sus esposos/as? En “que tú ya sabes que te pido más madera/ y tú
pides más nivel” la madera, por qué no decirlo, aquí funciona como
un hermoso eufemismo que no hace falta detallar. Por último, que
sean cantantes españoles es la clave de la canción. Solo pensarla con
acento caribeño, rioplatense o mexicano hace que el tema decaiga
y no tenga sentido. La sensualidad casi pornográfica que otorga el
acento castizo es innegable.

No tocar, peligro de muerte / Oh no tocar las tibias y la calavera /


Hacen dudar / Me hacer ir más allá / Verte correr, verte pedirme más
// Y si volviera a nacer repetiría/ Y si volviera te daría más calor // Me
quemas con la punta de tus dedos / Tus manos hacen llagas en mi piel
/ Me abraso con tu lengua que es de fuego / La sangre hierve, ¿o no lo
ves? / Que tú ya sabes que me tienes cuando quieras / Ya sabes como
soy / Ya sabes que me entra a la primera / Ahora ya sale algo mejor //
Y que calor / Me gusta tu infierno / Oh! ¡Qué calor! / Echa más leña al
fuego / Que es abrasador / Ahora está dentro de mí / Me hace sudar
/ Me hace volver a ti // Y si volviera a nacer repetiría... (REPITE)//
Me haces tanto bien / Me haces tanto bien / Me haces tanto bien //
Enséñame a bajar tu cremallera / Ya sabes dónde voy / Ya sabes que
he pasado la frontera / Arrancando algún botón / Que ya sabes que te
pido más madera / Y tu pides más nivel / Ya sabes cómo mantener la
hoguera / Ya sabes cómo saborear mi piel // Que tú me quemas con la
punta de tus dedos / Tus manos en mi piel / Me quemas con tu lengua
que es de fuego / La sangre hierve, ¿o no lo ves? / Que tú ya sabes que
me tienes cuando quieras / Ya sabes como soy / Ya sabes que me entra
a la primera / Ahora me sale algo mejor // Me haces tanto bien / Me
haces tanto bien //

21
Viciosa

Autores: P. Ortega – R Persi – D. Rizzati


Intérprete: Valeria Vix (Italia)
1995

Podemos afirmar que, sin lugar a dudas, “la chichi” se refiere a la


vagina. No es el nombre más común para llamarla pero se asemeja
a otras formas muy populares con la presencia del sonido “ch”:
cachufleta, chucha, cachucha, chocha, etc. La chichi es una de las
formas más infantiles lo que hace pensar en un cierto juego perverso.
Luego se plantean varias interrogantes: ¿Cómo será el ritmo de la
chichi? ¿Será hipnótico y monótono como esta canción dance? ¿A
qué se debe ese ritmo? ¿Tendrá que ver con un ritmo propio de lo
sexual en el acto amatorio? ¿Un reflejo puramente físico? ¿O es algo
que tiene un sentido propio, casi místico o poético o metafísico?
La voz femenina afirma que de grande es viciosa, cosa que no deja
lugar a dudas, como en la exhortación de “méteme la mano”. Pero
todo se torna extraño y engimático cuando afirma que “de pequeña
era lisiada.” Aquí las interpretaciones vuelven a ser protagonistas.
¿No podía caminar? ¿O su incapacidad residía en que no podía
lograr que su chichi tuviera ese ritmo, tal vez el orgasmo? Ese
elemento transforma la canción sensual pero a la vez ingenua y
transparente en casi una perversa oda a la parafilia. O tal vez en un
sincero alegato sobre el derecho al goce de los cuerpos una vez que
pudo salir de la cárcel de una sociedad que somete a la mujer.

22
OHH! / El ritmo de la chichi / Vamos que la muevo toda / Porque
¿sabes una cosa? / De grande soy viciosa // Méteme la mano, / el
calor de la chichi // Viciosa, viciosa / se me calienta la chichi / viciosa,
viciosa / se me calienta la chichi // Llévalo / muévemela / llévalo,
muévemela / porque este es mi ritmo / quiero moverla toda / porque
¿sabes una cosa? / de pequeña / era lisiada // Viciosa, viciosa / se me
calienta la chichi / viciosa, viciosa / se me calienta la chichi // Méteme
la mano / el calor de la chichi / Méteme la mano / Abajo //

23
Más De Lo Que Te Imaginas

Autores: Darío Moscatelli – Gustavo Radaelli


Intérprete: The Sacados (Argentina)
1995

La historia se sitúa en la época en que las comunicaciones eran


mucho más difíciles, diferidas y tediosas. La era pre internet. Un
chico se queda en su ciudad mientras su novia viaja a París, la ciudad
del amor. Él la extraña y le escribe cartas que ella nunca contesta. Se
auto engaña pensando que ella la está pasando mal: “Hola, ¿cómo
estás?/ espero no del todo mal”. Un consuelo insuficiente que deja
entrever en el juego polisémico: “¿Cómo te va con el francés?”. El
francés, ese idioma delicioso o el seguro amante sin nombre y sin
rostro con el que la engaña. Estaríamos hablando de un cornudo
consciente, alguien al que no le importa la humillación, sino que
en una pulsión masoquista, incluso la disfruta: “debes tener ya que
contar/ y desde aquí sospecho que algo has hecho”. La duda deja
de ser duda cuando la voz femenina contesta: “Más de lo que te
imaginas/ Me estoy portando mal y me fascina”.
La forma epistolar de la canción crea un efecto cuasi polifónico.
Y la distancia temporal (la carta que manda y hasta que llega) y
espacial crea un doble efecto de extrañamiento ¿Qué es realidad y
qué es imaginación? Por último, el sadismo orgulloso que implica
ese portarse mal mientras el otro sufre es la frutilla del postre.
Oscuridad, transparencia, mentiras.

24
Hola, ¿cómo estás? / espero no del todo mal/ aun no recibo la postal/
que prometiste el día en que te fuiste. // Puedo imaginar / lo triste
de tu soledad / mirando toda la ciudad / dos meses fuera es una larga
espera. // Yo estoy solo aquí /no sé qué más puedo decir / cuéntame
cómo esta París / ¿Es divertido aunque no estés conmigo? // Más de lo
que te imaginas / me estoy portando mal y me fascina / más de lo que
te imaginas me estoy portando mal y me fascina. // Anoche te llamé
/ y no estabas en el hotel / saliste a ver la torre Eiffel / ¿O fuiste de
paseo a algún museo? // Yo quiero saber / como te va con el francés
/ te dieron ganas de volver / ¿O ya has podido hacer algún amigo? //
Más de lo que te imaginas… // Hola, ¿cómo estás? / sigo esperando
tu postal / debes tener ya que contar / y desde aquí sospecho que algo
has hecho // El tiempo pasó / más de la cuenta creo yo / porque el
verano terminó / y faltan meses para que regreses. // Más de lo que te
imaginas…//

25
Bailando

Autores: Luc Rigaux - Patrick Samoy - María Isabel García


Asensio
Intérprete: Paradiso (Bélgica)
1996

La fragmentación de los elementos es la clave de la canción ya


en la agonía del eurodance. El efecto de la visión entrecortada
propia de las discotecas donde las luces estroboscópicas hacen su
trabajo, multiplicando los objetos y los tiempos, como si se abriera
un universo distinto cada vez que se aparece y desaparece el cuerpo
deseado y uno mismo. Los efectos especiales pueden ser esas
luces, o la simulación de algo impresionante o imposible, tal vez
estimulado por el uso de drogas.
Un doble interlocutor: los amigos y tú. Ese desdoblamiento se da
también en el mensaje. A los amigos les dice adiós. En cambio a ti
(tú) te invita a una fiesta, toda la noche. Una invitación a hundirse
en una eternidad fugaz.
Si estamos en silencio pensamos, podemos estar en contacto con
nuestros fantasmas. “El silencio loco”. El ruido de una discoteca
nos hace sentir acompañados, no a merced de nuestra propia
locura. Otra vez la fuga. Así, el baile sensual, la noche romántica
y la melodía forman parte de esa locura, de ese paraíso (lugar
imposible si los hay) llamado, en este caso, Paradisio. La luna llena
completa la escena, en un palacio que se mueve, así como se mueven
constantemente nuestras certezas y deseos. Bailando, tú y yo.

26
Sí señor, efectos especiales / sí señor, una tentación / tú y yo a la fiesta/
tú y yo toda la noche/ tú y yo a la fiesta / tú y yo// bailando bailando
amigos adiós adiós, el silencio loco / bailando bailando amigos adiós
adiós, el silencio loco // sí señor, corona de cristales / sí señor, una
emoción // tú y yo a la fiesta… // bailando bailando amigos adiós
adiós, el silencio loco / bailando bailando amigos adiós adiós, el silencio
loco // la luna estaba llena, / se mueve un palacio, / un paraíso, / que
se llama Paradisio // tú y yo a la fiesta… // bailando bailando amigos
adiós adiós, el silencio loco / bailando bailando amigos adiós adiós, el
silencio loco. // baile sensual, / noche romántica, /melodía//

27
1, 2, 3

Autores: Frank Machado- Ramón Garriga– J. Puerta


Intérprete: El Símbolo (Argentina)
1997.

Si bien el tópico de la canción-instructivo no es novedad, en esta


obra se pueden ver las características canónicas y algunas novedades.
Cabe mencionar que ninguna ha llegado tan lejos en, casi en un
llamado anárquico, como en “Este pasito se baila como tú quieres”
de la canción “Baila este pasito” (1999) de Sebastián. Pero como se
ha dicho anteriormente “1, 2, 3” tiene rasgos más que interesantes.
Con respecto a las instrucciones para bailar la canción que está
sonando (y luego sonará muchas veces más) se puede decir algunas
cosas. Se presenta al artista, El Símbolo, que te va a enseñar (se
observa un atinado uso de la segunda persona) un nuevo pasito pa´
bailar (deja en claro la función y el objetivo de la canción). En ese
momento comienza la indicación del ritmo: 1, 2, 3. Luego apela a
quienes tienen que seguir la indicación (todos) y luego la dirección
(para arriba, para abajo), prosiguiendo con el know how del paso
en sí mismo: “bien agarraditos, manito con manito, dando un
golpecito”. Pero hay una curiosa observación que se puede hacer.
No puede asegurarse a ciencia cierta si a primera oída queda claro
cómo se debe hacer el pasito. Ya que siempre que suena la canción
hay alguien que ya conoce el pasito. Se podría hacer el experimento
y la comprobación si solo con las instrucciones se puede lograr el
pasito. Pero la clave está en otra cuestión. En el comienzo mismo
apela en forma directa al escucha, sabiendo de antemano que

28
“siempre estás feliz” como en un eterno estado de gracia. Pero eso
no es todo, pues el cambio gramatical al tiempo pasado en el verso
siguiente al señalar “que no te preocupaste y no hubo problemas y
las manos levantaste” da cuenta de una suerte de pacto previo, una
creación precisa para aquellos que quieran divertirse, hacer el pasito
y entregarse a la felicidad.

Tú que siempre estás feliz, / no te preocupaste, / no hubo más


problemas / y las manos levantaste, / ahora El Símbolo te va a enseñar
/ un pasito nuevo pa’ bailar / vamos todos: // 1, 2 / 1, 2, 3. / Todos
para abajo, / todos para arriba, / bien agarraditos, / manito con manito
/ dando un golpecito. // 1, 2, 3 / todos para abajo / 1, 2, 3 / todos para
arriba / 1, 2, 3 / manito con manito / 1, 2, 3 / dando un golpecito //
Venga! 1, 2, 3 / 1, 2, 3 .// 

29
Aserejé

Autor: Manuel Ruiz Queco


Intérprete: Las Ketchup (España)
2002

Si bien esta canción pop con tintes flamencos y un toque de rap


tiene una estructura y una trama polisémica; especialmente con el uso
de una suerte de neo lengua, sonora y repetitiva que según todos los
indicios es una interpretación fonética de la canción Rapper´s Delight,
de Sugarhill Gang; mientras se construye una narración en el contexto
de la diversión nocturna y la posesión propia que genera el baile, ya sea
como rito, ya sea como mera expresión corporal; se puede concluir
que esta canción habla de la droga.

Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina/ viene diego rumbeando/


con la luna en las pupilas/ y su traje agua marina/ van restos de
contrabando/ y donde más no cabe un alma/ allí mete a darse caña/
poseído por el ritmo ragatanga/ y el dj que lo conoce toca el himno de
las 12/ para diego la canción más deseada/ y la baila!!!/ y la goza!!/ y
la cantaaaaaaaa!!!// Aserejé ja de je/ de jebe tu de jebere/ seibiunouva
majavi/ an de bugui an de güididípi/ Aserejé ja de je/ de jebe tu de jebere/
seibiunouva majavi/ an de bugui an de güididípi/ Aserejé ja de je/de jebe
tu de jebere/ seibiunouva majavi/ an de bugui an de güididípi// No es cosa
de brujería/ que lo encuentre to los días/ por donde voy caminando/ diego
tiene chulería y ese punto de alegría/ raftafari afrogitano/ y donde más no
cabe un alma/ allí se mete a darse caña/ poseído por el ritmo ragatanga/
y el dj que lo conoce toca el himno de las 12/ para diego la canción más
deseada/ y la baila!!! / y la goza!! / y la cantaaaaaaaa!!! //Aserejé ja de je/ de
jebe tu de jebere/ seibiunouva majavi/ an de bugui an de güididípi//

30
Las Ketchup deben su nombre a que las cuatro
integrantes del grupo son hijas del guitarrista flamenco
Juan Muñoz, más conocido como
El Tomate.
Chichí Peralta, percusionista dominicano célebre por los
hits “Amor Narcótico” y “Procura”, no es el cantante
de esas canciones. Ni siquiera el autor. Quien las cantó
y compuso fue su compatriota Jandi Feliz. Peralta es
quien formó la banda con su propio nombre y fue el
productor y arreglador del disco Pa´otro la´o (1997). Al
día de hoy, a Jandi Feliz lo siguen confundiendo con
Chichí Peralta.
Machito Ponce, quien con su rap de acento
centroamericano supo cautivar al público en 1995 y
1996 con hits como “Póntelo (Mi pana el condón)”,
“Samantha”, o la reversión de “Short dick man”; no es
portorriqueño ni cubano ni dominicano sino argentino.
Su nombre es Gustavo Radaelli. Fue integrante de The
Sacados y nació en Wilde, Provincia de Buenos Aires.
Más de
lo que te
imaginas,
primer tí-
tulo de la
editorial
El Cajón
de Don
Draper;
si es que
puede así
llamarse,
totalmen-
te inne-
cesaria
como ne-
cesaria; se
A L
ter minó
IT
IG
de editar,

D
imprimir
y armar

N
artesa-

IÓnalmente

IC
con una

D
tirada de

E
50 ejem-
plares; en
noviem-
bre de
2021 en
el sur del
GBA.

También podría gustarte