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I. Cuentística
El sistema de teseo 15
La escritura de un texto 39
La lectura de un texto 61
Otras lecturas 74
Las fotografías
La pintura
Los empastelados
El cine
La música
Los ilusionismos del lenguaje oral
II. NOVELÍSTICA
Juegos florales 39
La anécdota de la novela
La articulación de los planos 61
La hora del lector
Una recapitulación: Carlos Ibarra 74
Juegos florales: la novela de una novela
3
Juan Villoro, “El asedio del fuego”, La Semana de Bellas Artes, núm. 195, 1981, pág. 13.
14 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
El sistema de Teseo
6
Juan García Ponce, “La escritura oblicua”, Texto Crítico, núm. 21, abril-junio de
1981, pág. 12.
7
Juan García Ponce, “Sergio Pitol: la escritura como misterio; el misterio de la escri-
tura” en José Eduardo Serrato (comp.), Tiempo cerrado, tiempo abierto / Sergio Pitol
ante la crítica, Ciudad de México, Coordinación de Difusión Cultural de la UNNAM,
Ediciones Era, 1994, pág. 37.
1. Cuentística 17
8
Juan García Ponce, “Nocturno de Bujara”, Vuelta, núm. 62, vol. vi, enero 1982, pág. 31.
9
A propósito de esta idea, Muñoz sostiene que en la literatura de Sergio Pitol “hay
una inmersión en las oscuras y tenebrosas aguas de la razón de ser del hombre”;
véase Mario Muñoz, “Infierno de todos: la formalización de un sistema”, Texto Crí-
tico, núm. 21, abril-junio de 1981, pág. 30.
18 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
10
“El asedio del fuego”, La Semana de Bellas Artes, núm. 195, 1981, pág. 13.
1. Cuentística 19
17
Pitol, op. cit., pág. 69.
1. Cuentística 23
21
Salvo en este caso de la incursión de los apartes, esos puntales metalingüísti-
cos, Pitol no se ha dejado llevar por el uso de constelaciones caligramáticas como
desmoronar las palabras o escalonar en ascenso o descenso los párrafos que dan
forma a una narración —tal como Carlos Fuentes, por ejemplo, lo ha llevado a
cabo en su Cristobal Nonato—. En una entrevista, dice sobre Asimetría: “es un
relato que yo pensé durante casi diez años, al que le di muchas vueltas mentales
antes de empezarlo, cuya situación inicial me llevó muchos intentos, infinidad de
borradores. Creo que ‘Asimetría’ representa mucho mejor mis posibilidades y los
logros que haya podido tener”, Silvia Molina y Rusell M. Cluff, “Sergio Pitol: donde
sucedió la infancia”, Creación y Crítica, núm. 6, vol. 1, 1982, pág. 13. Más adelante
Pitol corrobora la idea de Mario Muñoz que ya he citado, los terrenos ganados por
el narrador en la importancia de los procesos interiores sobre la objetividad narra-
tiva: “me encontré que ya no era preciso el registro de los datos inmediatos, aunque
todos los textos” —del libro Nocturno de Bujara, donde aparece “Asimetría’— “par-
tieron de momentos o anécdotas reales, de situaciones o lugares contemplados, de
personajes vislumbrados. Allí me permito emplear todo aquello de una manera
más libre, más literaria”, ibíd., pág. 14. Creo que el uso de los apartes es uno de los
mejores elementos para sondear el texto de un modo sistemático, para representar
la memoria despertada del hombre, y que en buena parte Sergio Pitol los toma en
cuenta cuando ve en Asimetría un logro que costó diez años de trabajo: porque lo
que era recuperado en otros relatos a la luz de un momento específico —un viaje,
la vuelta a casa, una enfermedad—, que a veces se movía del punto de fuga, en
este relato vemos que ese punto de fuga es en realidad una situación de instantes
petrificada en la vida exterior, mientras el discurso mental inicia y se desarrolla
amplia, generosamente.
1. Cuentística 25
22
Pitol, op. cit., pág. 236.
26 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
25
Todo este relato nace de un momento presente solamente señalado en dos pun-
tos, dos pequeñas frases como la antes citada, de modo que no sabemos, por la
estructuración casi novelada, si la literatura resultante es una escritura lograda o
un puro terreno de especulaciones, una zona de nadie, un lugar sin lugar que ha
partido, sin embargo, de la realidad de un narrador que nos da gradualmente las
claves del nacimiento de Nocturno de Bujara.
30 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
26
Pitol, Nocturno de Bujara, op. cit., pág. 117.
1. Cuentística 31
por dos hombres que lo guían hasta una casa donde par-
ticipa en una comida exótica acompañada de un fondo de
música oriental, hasta que pierde la conciencia y despierta
“desnudo en el angosto catre del cuarto donde había sido
introducido al llegar”, con el descubrimiento de una tortura
sistemática en su cuerpo. Feri cae en un hospital, y sorpren-
dentemente, busca el lugar del suplicio por haber creído en-
contrar allí la tierra prometida.
Antes de terminar la historia, Issa duda ante Juan Ma-
nuel y el narrador, pero ambos introducen un soporte de
misterio, la intriga sobre las cicatrices de Feri que dicen ha-
ber visto: “sí, las vimos; y podemos añadir que no eran cosa
de juego”. Ya contada, la historia de Feri es el anzuelo para
que la pintora viaje hasta Samarcanda. Entonces asociamos
el final del capítulo anterior, el tercero, con éste, y recorda-
mos vagamente lo que vivió Issa en ese país asiático, pero
aún sin saber qué va a suceder con ella: “es posible que haya
contraído allí la enfermedad que le arrebató la razón y de
cuyos detalles nunca logramos enterarnos del todo”.
El cuarto capítulo enlaza directamente con el segundo:
el narrador cuenta individualmente los hechos. Como en el
otro capítulo, conserva un estado de conciencia: acepta su
papel de detonador, de disparadero mental para desarrollar
las historias de Varsovia ocurridas veinte años atrás: la in-
ventada de Feri y la vida ruinosa de Issa; y al mismo tiempo
nos da noticia sobre la saga reciente de Bujara. Como el ca-
pítulo segundo, éste se mantiene en tres planos:
mental para llegar hasta veinte años atrás, por esa angustia-
da curiosidad de saber qué pasó entonces con Issa. De cual-
quier modo, con algún esfuerzo del narrador, el espectáculo
de la memoria da marcha adelante —parafraseando la cajita
de espejos que es “El grafógrafo”, de Salvador Elizondo, un
escritor casi coetáneo de Sergio Pitol, la voz narradora de
Nocturno de Bujara parece asentar que recuerda, que recuer-
da que recuerda, que recuerda haber recordado que recorda-
ba, y así, hasta el cansancio y la locura— Los recuerdos de
pronto despertados son:
Acaso las razones por las que Sergio Pitol encierra historias
dentro de otras, siguiendo el famoso procedimiento de las
cajas chinas, obedece a que tal estructura, mecida entre el
titubeo y el acierto, entre el escritorio y la vida real, ofrece la
visión del proceso de escritura que se da tras bambalinas. El
desarrollo de estos textos se gesta así mediante personajes
que han deseado dejar de ser lo que son y ser entonces otros,
los que han llevado por siempre dentro de sí, acaso tan igual
como sucede, un hombre dentro de otro dentro de otro, en
los óleos surrealistas de Remedios Varo.
En el proceso, Pitol inventa un narrador y se enmascara
tras él, sobre el primer plano, y experimenta con él como el
narrador inventado lo hará también con sus anécdotas. En
el parto difícil que presenciamos surgirán diversas opciones
a seguir, problemas de identidad en el tránsito de los perso-
najes anecdóticos hacia los personajes del relato.
Puesto que hay también un punto de fuga —el presente del
escritor que intenta narrar una historia—, y una serie de saltos
al pasado para recuperar de ese cultivo de tiempo las anéc-
dotas que alimentarán el plano de la escritura resultante; en
esencia, el cambio respecto a los relatos anteriores parece im-
perceptible, pero la búsqueda se vuelve ahora más compleja.
1. Cuentística 37
35
García Ponce, “La escritura oblicua”, op. cit., pág. 14.
36
En su ensayo “Joseph Conrad en Costaguana”, Pitol cita uno de los valores ideales
sobre el que insiste el escritor de origen polaco. En uno de sus libros de memorias,
apunta Pitol, Conrad aseguraba tener “la convicción de que el mundo, el tempo-
ral, descansa en unas cuantas ideas muy sencillas, tan sencillas que deben ser tan
viejas como las montañas. Descansa, sobre todo, en la fidelidad”, Sergio Pitol, Siete
escritores ingleses: de Jane Austen a Virginia Woolf, Ciudad de México, SEP, Diana,
1982, pág. 80.
1. Cuentística 39
La escritura de un texto
42
Ibíd., 152.
42 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
44
Pitol, op. cit., pág. 159.
45
Al traer a colación la disyuntiva entre arte y vida, en este relato la escritura es
apenas una vertiente del arte precisamente porque lo que escribe el protagonista-
narrador es una carta, una misiva que le sirve de explicación mental tanto como a
su amiga de México, y que apoya y cierra la estructuración del relato al iluminar los
hechos y la sombra del misterio. Sobre “Una mano en la nuca”, García Ponce esboza
con anticipación el problema de la tarea literaria, su imposibilidad por representar
la realidad, su alegórico modo de mostrarse titubeante para expresar que la vida
es también titubeante; García Ponce, “El mundo de Sergio Pitol”, en Cinco ensayos,
op. cit., pág. 108.
44 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
48
Ibíd., pág. 164.
49
Roberto Echavarren habla de empresas que se desfondan en textos como Del
encuentro nupcial, donde “se vuelve evidente una articulación de planos, una ex-
ploración de técnicas que procuran balances más complejos; los hechos del pasado
ya no priman, sino que obran como un trasfondo que llena de sombras y agujeros
el presente: se establece una superposición de los materiales del pasado”, op. cit.,
págs. 31-32. Echavarren identifica también cuatro instancias o planos funcionales
en este trabajo: dos primeros que son “reales” —el hotel donde escribe el escritor
y su recuerdo de la travesía en barco hacia Ibiza—, y otros dos más, fruto de la
imaginación creadora —la historia del hombrecillo de Barcelona, y la que intentará
escribir a lo largo del relato—. Esta cuarta opción el ensayista la califica, a mi pare-
cer ahora con bastante tino, como una vía erótica: la historia del marinero alemán
cuyas cicatrices en el pecho despiertan una serie de resonancias sensuales tanto en
el narrador-protagonista como en la mujer inventada por él, ibíd., pág. 33.
50
Pitol, op. cit., págs. 191-192.
46 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
55
Ibíd., pág. 199.
50 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
56
Ibíd., pág. 204.
52 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
58
Ibíd., pág. 274.
1. Cuentística 55
59
Ibíd., pág. 276.
60
La voz narradora ha adelantado ya la vocación de este trabajo: “en cierta forma
se trataría de una investigación sobre los mecanismos de la memoria: sus pliegues,
sus trampas, sus sorpresas”, ibíd., pág. 273.
61
Ibíd., pág. 278.
56 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
65
Ibíd., pág. 288.
1. Cuentística 59
68
Pitol, Nocturno de Bujara, op. cit., pág. 146.
1. Cuentística 61
La lectura de un texto
71
Ibíd., pág. 259.
64 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
Una mujer que debe frisar en los sesenta años que camina
como sonámbula y a la vez con la firmeza que se podría
conceder a la reina de Venecia si tal cosa existiera.
“Un joven cubierto por una larga gabardina gris”, que espe-
ra en un portón a la mujer.
remontarse más lejos aún de los pares opuestos, y una suerte de correspondencias
—de plurisignificados en cada palabra— en la magia del dentro y fuera. El amigo
lo despide regalándole una figura de barro de superficie vidriada que escoge al
azar. Tiempo después, ya en casa, la figura invade el pensamiento del personaje,
ocupa todos sus huecos y sin desearlo, circunstancialmente, pierde la figura cuan-
do la sirvienta a su cargo la tira al suelo y la rompe por accidente; sin embargo, el
recuerdo de su figura sigue ocupando todos sus pensamientos: “¡existía la magia,
entonces existía el embrujamiento!”. Al visitar de nuevo a su amigo, atormentado
por tener dentro de sí al ídolo, al fin le es aclarado el proceso que ha sufrido: el
paso de fuera hacia el dentro, la victoria sobre los pares opuestos —esa maniquea
concepción cristiana—, es en verdad una tarea del conocimiento, un viaje al centro
del aleph desde el cual se puede contemplar el todo —la posesión de un secreto, el
de la banda perpetua, infinita de Moebius, a la cual, sin embargo, Hesse no alude
en una sola línea de su relato.
70 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
83
Ibíd., pág. 64.
1. Cuentística 73
84
Mario Muñoz, cuyo trabajo sobre Sergio Pitol se encarga únicamente de los rela-
tos de Infierno de todos y que sin embargo asombra por su visión de largo alcance,
escribe: “¿qué cosas pueden ser los pasillos, las escaleras, el vacío entre las azoteas,
las puertas cerradas que ambientan Tiempo cercado, sino una referencia oblicua a
los complicados vericuetos por los que discurre la pasión amorosa?”; véase Muñoz,
“Infierno de todos...”, op. cit., pág. 30. Una observación que se aplica ahora, en un
relato fechado en 1980, por una situación semejante: el regreso simple de Alice
es el anuncio de una “pasión amorosa” frustrada, expuesta a la luz como un viejo
fantasma que se convierte en polvo, en contraste con su escape al mundo, huida
subterránea y oscura, novelesca, en la que dejó atrás recovecos —“los pasillos, las
escaleras, el vacío entre las azoteas”— y pasadizos.
74 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
Otras lecturas
Las fotografías
85
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., págs. 66-67.
1. Cuentística 77
La pintura
86
En “Tiempo cercado” hay una revelación pictórica muy semejante a ésta, aunque
tiene un sentido unilateral: aquí el Pinturicchio le abre los ojos a Daniel Guarneros
una mañana de 30 años atrás, y luego de todo ese tiempo, como testigo y símbolo
de su vida —“lectura” de su vida—, lo hunde en su realidad actual. En “Tiempo cer-
cado” la mujer recuerda haberse encontrado con los murales de Chapingo, y haber
tenido una sensación inmediata de impotencia e incapacidad en su tarea personal
de escritura ante la complejidad y el poder expresivo de la plástica mural, Sergio
Pitol, Infierno de todos, Universidad Veracruzana, Xalapa, 1969, pág. 62; pero las
pinturas de Diego Rivera la asisten en un carácter de pura revelación, sin crear una
segunda lectura.
78 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
Los empastelados
El cine
87
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit. pág. 207.
88
Ídem.
80 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
La música
91
Sergio Pitol, Asimetría: antología personal, Ciudad de México, UNAM, 1980, pág.
244. Antes de llegar a su desenlace, aparece en Asimetría un motivo físico que enca-
dena una reacción violenta en el ánimo de Lorenza: la hoja seca y amarillenta que
recibe Ricardo Rebolledo para dársela a aquélla por indicación de Celeste. La noche
de la cena del cumpleaños de Lorenza, Ricardo comenta que encontró la hoja en
el cementerio: “en la tumba de alguien para usted muy querido”, lo que provoca
que Ricardo sea expulsado de la rue Ranelagh. De alguna forma la hoja encierra
toda una información respecto a una persona muerta, enterrada en el cementerio
que Ricardo y Celeste visitan, pero por sí sola no crea una “lectura”, como en los
casos ya vistos. Otro motivo físico semejante, aunque enunciado en un puro plano
de referencia, es la carta del siete de espadas hallada junto a las otras pertenencias
de la mujer del ingeniero Gallardo, un presagio de muerte, según observa la madre
del niño protagonista de Cementerio de tordos. Otros más son las fotografías de
“Semejante a los dioses” y de Nocturno de Bujara, que no abren “lecturas” en sí,
pero que evocan en el tropel de recuerdos una revuelta cristera y la posibilidad de
la creación, respectivamente. La postal de “Hacia occidente” es un mecanismo de
lectura, como ya hemos visto, pero que a ojos del personaje adquiere importancia
por el descubrimiento del texto empastelado. Esa postal es, más bien, un motivo
físico que provoca una segunda lectura, pero en una mera condición de refuerzo,
de apoyo.
92
Pitol, op. cit., pág. 149.
1. Cuentística 83
97
García Ponce, “El mundo de Sergio Pitol”, en op. cit., pág. 91, donde el autor del
ensayo admite que: “el ocasional tremendismo y el lenguaje ligeramente envarado,
ligeramente consciente que lastra algunos de los cuentos de Tiempo cercado desa-
parece casi por completo en Infierno de todos y se convierte en un preciso fluir de
puro ritmo narrativo en Los climas”, ibíd., pág. 98.
98
*** Pitol, op. cit., pág. 52.
1. Cuentística 87
101
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág. 139.
102
Ibíd., pág. 161.
103
Op. cit., pág. 105.
104
Molina y Cluff, op. cit., pág. 14
105
Pitol, op. cit., pág. 197.
1. Cuentística 89
115
Ibíd., pág. 121.
116
Sergio Pitol, No hay tal lugar, Ciudad de México, Ediciones Era, 1967, pág. 40.
1. Cuentística 95
117
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág. 167.
118
Ibíd., pág. 230.
119
Ibíd., pág. 274.
120
Ibíd., pág. 280.
96 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
123
Pitol, Nocturno de Bujara, op. cit., págs. 263-264. Este escenario es muy similar
al de uno de los interiores de “Ícaro”, el cuarto de hotel en Venecia: “las corti-
nas de brocado espeso; la rugosa colcha de cretona con rayas de un verde suave
que combina con otro aún más suave, imperceptible casi; una reproducción de
Guardia, otra de Carpaccio. Algún broche de cromo o aluminio inteligentemente
entreverado entre los muebles oscuros”, Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág.
207. Y también al piso de Lorenza en Asimetría: “un mundo de cretonas, carpetitas
de encaje muy fino, pastoras de porcelana de un gusto un tanto dudoso y cortinas
que con furia parecían querer desmentir la idea de que quien allí vivía pretendiera
renovar un género artístico”, op. cit., pág. 246.
124
Ibíd., pág. 269.
125
Ibíd., pág. 64.
1. Cuentística 99
pieza a desarrollarse el diálogo y lo dejo seguir por los conductos adecuados; pero
en ese momento en alguna parte de la memoria se pone en movimiento todo el
océano de imágenes alguna vez percibidas, la pintura, en primer lugar”, y cita, entre
sus preferencias pictóricas, los goyas, Pitol, “Sergio Pitol”, op. cit., pág. 58.
133
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág. 235.
134
Pitol, “Sergio Pitol”, op. cit., págs. 60-61.
135
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág. 175.
102 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
La fuerza de la escritura
La ambigüedad
Puck, sin que ella se lo haya preguntado, dice que ese olor
se debe a una correría matinal en el campo y a las calzas de
cuero que todavía usa.
140
Pitol, op. cit., pág. 287.
141
Esta referencia a objetos que ocultan evidencias de una traición como el adulte-
rio aparece también en “Hacia Varsovia”, donde el protagonista compara los boti-
nes de la anciana que tiene frente a sí con otros que “viera años atrás en el espacio-
so caserón de mi infancia, en un baúl abominado por mi abuela”.
108 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
La otredad
142
Ibíd., pág. 86.
1. Cuentística 109
143
Ibíd., pág. 153.
110 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
144
Pitol, op. cit., pág. 39.
145
Campbell enlista “Hacia Varsovia”, Del encuentro nupcial y Nocturno de Bujara
como relatos con la sombra del mal páginas adentro, en el mismo trabajo donde ve
en Henry James “una de las fuentes del encuentro con lo maléfico” en que ha abre-
vado Pitol; véase Federico Campbell, “Sergio Pitol y su novela El desfile del amor”,
Proceso, núm. 486, febrero de 1986, págs. 52-53.
1. Cuentística 111
146
Pitol, Olga Costa, op. cit., pág. 11.
112 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
147
Sobre el autor de origen polaco, Pitol ha escrito: “Conrad está consciente de que
el mal es un factor integrante fundamental en la personalidad humana, y al plantar
a sus personajes en escenarios desprovistos de los asideros morales habituales en
la sociedad europea, los enfrenta al horror de sus limitaciones, es decir a la concien-
cia de su propia debilidad”; Pitol, Siete escritores ingleses..., op. cit., pág. 81.
1. Cuentística 113
148
Pitol, Cementerio de tordos, op, cit., pág. 123.
114 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
en “La casa del abuelo”, al sentir “el oscuro drama que agitaba
a los seres alrededor de los cuales se movía”, deja al mismo
tiempo la etapa de la infancia. El mural del Pinturicchio que
alegoriza la vida de Daniel Guarneros en Cuerpo presente
hunde al personaje en su caída. El texto empastelado en “Ha-
cia occidente” y el descubrimiento de los rasgos del personaje
en una imagen postal lo hacen pensar que en la “vida todo
era una gran vacilada”. En “Ícaro” la caída es literal: el posible
Carlos muere al despeñarse desde un acantilado, y quien ha
visto esta secuencia en la película japonesa, el lector, se siente
culpable por no poder impedir esa muerte, etcétera.
Ahora bien, ¿qué sucede, entre las palabras y detrás de
ellas, durante el tiempo del derrumbe? ¿Qué otro mecanis-
mo de relojería regula los movimientos de cada personaje?
El hilo de Ariadna
152
Molina y Cluff, op. cit., pág. 14.
153
Veo en Asimetría, más que en cualquier otro de los relatos, a un Sergio Pitol que
se entusiasma con los descubrimientos de la memoria, pero siento, junto con él,
todavía más esa idea de la caída, del desengaño del hombre por haber sido expul-
sado del jardín del edén —de hecho a Ricardo Rebolledo lo expulsan de la casa de
la rue Ranelagh.
118 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
154
Muñoz, “Infierno de todos...”, op. cit., pág. 25.
155
Subrayo su presencia debido a que la lluvia apesadumbra al protagonista de “El
regreso”, tendiendo un velo de gris sobre los objetos, y por corresponder al manejo
posterior de la luz en “Ícaro”, donde la lluvia apoya toda esta “intención simbólica”:
si en las escenas de amor y juventud “la claridad es radiante”, vemos así la atmósfe-
ra sicológica en distensión, en verdadero remanso; y al llegar a la parte donde em-
pieza a caer Ícaro, la atmósfera se concentra, se ciñe con el manto gris de la lluvia,
incomunicando no solo a las personas, como incomunica y aísla a los escritores de
Cementerio de tordos y Del encuentro nupcial, sino también a los objetos.
1. Cuentística 119
La vida es sueño
156
Pitol, op. cit., pág. 180.
157
Villoro, op. cit., pág. 13.
120 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
160
Ibíd., pág. 109.
122 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
164
Pitol, Cementerio de tordos, op. cit., pág. 184.
124 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL
La locura
168
Pitol, op. cit., Olga Costa, pág. 13.
169
Pitol, “Prólogo”, op. cit., pág. xvi.
126 EL DUEÑO Y EL CREADOR. UN ACERCAMIENTO AL DÉDALO NARRATIVO DE SERGIO PITOL