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DIOSA

Diosa, domadora de bestias, exterminadora de incendios, miedos y pesadillas, tú que todo


dolor amansas, perdóname porque mis palabras nunca sean capaz de expresar tu obra
infinita. Diosa, agujero blanco devorador de oscuridad, que el mayor de los abismos, las
criaturas terribles y los horrores de la Tierra te temen a ti porque nada tienen que hacer
contra tu mirada.

Aunque este océano negro me engulla y todos sus monstruos marinos me arranquen la piel,
sé que tú siempre me sacudes la ceniza y la agonía para insuflarme oxígeno. Diosa, no
tengas miedo, no dejes que las fieras te intimiden, porque si tú dudas la Tierra se agita y
todos sus seres inferiores lloran porque tú te apagas.

Creo saber algo, Diosa, y es que tu poder no tiene extinción. Tu obra perdurará más allá del
último halo de luz; aun cuando el universo, sus luminosas crías y todas las cosas que los
mortales no podemos rozar ni soñar hayan desaparecido, aun cuando solo quede el vacío y
la oscuridad infinita en el silencio eterno, sé que se escuchará tu eco inmortal.

Y yo escribiré y escribiré para narrar al resto de caminantes lo que fuiste, eres y serás,
Diosa.
MENTOR
Mentor, gracias por sosegar el torrente que me corrompe, otorgas sentido a la confusión y el
caos, sacias la sed infinita de respuestas a los enigmas que me dominan. Mentor, eres todo
lo valiente que uno puede ser, cualquier Dios omnipotente te envidiaría por la batalla que
libras cada día contra cíclopes y serpientes de diez cabezas para que no devoren a los
tuyos.

En el laberinto abismal que nos encontramos plagado de horrores y criaturas gigantescas tú


siempre entras primero y te llenas de heridas para despejar el camino y señalarnos la
salida. Eres el mortal que habla con las deidades para traernos su mensaje desde donde
habitan, allá en lo alto, junto a los astros luminosos, acercándote tanto a su luz abrasadora
que pueden llegar a devorarte. Pero aun así lo haces, está en tu naturaleza traernos la
ansiada solución aunque te cueste hasta la última de tus entrañas.

Pero, Mentor, debes delegar tu labor. Acepta el caos y la confusión absoluta que nos
gobierna y deja que otros luchen por ti como tú lo hiciste en su día por ellos, deja que llenen
su cuerpo de heridas porque les has enseñado bien cómo sobrevivir a ellas.

Y todo lo que hiciste no será en vano porque se recordará eternamente como una extensión
de ti, las palabras que escribo son hijas de las tuyas y a través de ellas serás inmortal.
Mentor, puedes estar satisfecho, porque lo has conseguido.
ÁNIMA
Ánima, cómplice, compañera de aventuras, excursiones y secretos, gracias por abrir la veda
y recibir los primeros golpes. Ánima, eres fuerte, quizás más de lo que puedes permitirte,
tanto que sé que levantando un dedo puedes hacer que la Tierra tiemble y sus criaturas se
escondan en sus madrigueras mirando al cielo. Ánima, hay algo dentro de ti, lo sé, una
oscuridad capaz de engullir universos y una luz cegadora que amansa al peor de los
abismos. Las dos fuerzas titánicas que viven en ti te afligen, pero sé que puedes domarlas y
hacerlas tuyas porque ellas nacieron de ti.

No llores, no estés triste, porque no estás sola. Yo te conozco desde hace mucho tiempo,
Ánima, antes de que fuera la primera luz y el primer sonido, antes de que explotara el
Fuego, el Agua, y la Tierra, un hilo invisible ya nos conectaba. Lo sé porque lo siento en mis
vísceras, porque me comunico contigo sin mover los labios y porque aunque entre nosotros
estalle el mayor de los temblores, ese hilo invisible no puede ser cortado por ninguna
herramienta creada por los dioses ni por la peor de las criaturas horribles que habitan en el
universo.

Ánima, hay seres horribles que habitan en los bosques y te acechan, quieren desgarrarte la
piel, pero tú eres más fuerte aunque ellos sean gigantescos. No necesitas a nadie para
mirar directamente a los ojos del abismo y enfrentarte a él, sé que te teme. Acepta tu
oscuridad y hazla tuya, deja que fluyan los horrores que habitan en ti hasta que se
conviertan en aliados. Sé que aún te queda camino y heridas que sanar, pero cuando lo
hagas ya no serás Ánima, serás Diosa y dominarás sobre todos los seres mortales.

Y entonces yo les contaré al resto de seres atormentados quién eres y tu leyenda


permanecerá en el tiempo. Pero cuando el universo exija silencio y todo vuelva a unirse en
el mismo único punto, cuando el sonido y la luz desaparezcan para no volver nunca más, sé
que aún entonces quedará el hilo que nos une, Ánima.

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