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ESTANCIA JESUS MARIA

En cercanía al antiguo Camino Real al Alto Perú, se ubica la atractiva Estancia Jesuítica
de Jesús María. Compuesta por un parque de cuatro hectáreas, hoy la encontramos
conformada por una iglesia, una particular bodega y la residencia. Pese a los años
transcurridos, aún se conservan restos de antiguos molinos, rodeando el predio un
poblado de árboles autóctono y una ingeniosa laguna artificial que decora el lugar.

La iglesia que posee una fuerte influencia del Barroco Americano, es dueña de
características estéticas que la convierten en única. Cuenta con una planta de cruz
latina abovedada, destacándose su importante cúpula central. Sobre los
entablamentos se ubican cuatro ángeles de fisionomía nativa, y una elegante espadaña
de piedra ubicada junto a la sacristía que lleva inscripto 1762, año de su construcción.

La  estancia fue comprada por la Compañía de Jesús en 1618. Se encontraba ubicada


en las tierras de Guanusacate que, en lengua de los pueblos originarios, significa agua
muerta o río seco. Los jesuitas al tomar posesión, la designaron con el nombre de
Jesús María.
El principal fin para el cual adquirieron la estancia fue el sostenimiento de sus
establecimientos educacionales de la ciudad de Córdoba. La actividad que se
desarrollaba particularmente en Jesús María era sustentar el Colegio Máximo.

Como evangelizadores, hicieron de cada estancia un centro de irradiación espiritual y


cultural. Los aborígenes y los negros construyeron los edificios, molinos y bodega, y
cultivaron las vides, conjuntamente con la crianza de ganado.

Su producción vitivinícola alcanzó un alto grado de desarrollo y calidad, logrando


prolongarse en el tiempo y constituyéndose como una particularidad de la zona.

“A partir del trabajo que se comenzó a desarrollar, se dio lugar a las exportaciones de
trigo, a la venta de vino, se desarrolló la crianza de ganado mular que iba hacia el
norte. Paralelamente, se capacitaba a la gente que trabajaba en la estancia, como el
maestro herrero o el bodeguero”.
“Las personas que estaban especializadas en su trabajo, que generalmente provenían
de Europa y poseían una capacitación previa; volcaban sus conocimientos en el
lugareño. Lo aprendido fue perdurando en el tiempo, como sucede con los albañiles
que continuaron edificando como habían aprendido desde la época de la compañía
jesuítica”.

Tras la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, y luego de ser administrada por


particulares, a comienzos del siglo XX la Comisión Nacional de Museos y Monumentos
y Lugares Históricos la rescató del abandono al declararla, el 14 de mayo de 1941,
Monumento Histórico Nacional debido a su alto valor histórico y arquitectónico.

A partir de ese momento, comenzaron a desarrollarse obras de restauración y


reparación edilicias.

Características distintivas
La producción vitivinícola y triguera representó el fuerte económico que permitió el
desarrollo de la Estancia de Jesús María.

Su proximidad con el Camino Real le ha proporcionado una impronta valiosa. La


cercanía entre las tres estancia (Jesús María, Colonia Caroya y Santa Catalina) favorece
a un turismo histórico

https://prensa.cba.gov.ar/cultura-y-espectaculos/el-legado-jesuita-se-renueva-en-la-estancia-de-
jesus-maria/

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