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EL BARRIO DE SAN LÁZARO

El barrio de San Lázaro es uno de los lugares más emblemáticos del centro histórico de Arequipa y posee
una historia que se extiende más allá de la época colonial. Durante mucho tiempo se sostuvo que allí
había sido fundada la ciudad de Arequipa, creencia que perduró hasta mediados del siglo XX.
Según la historia fue habitado por los Yarabayas, dedicados a la agricultura y a la crianza de ganado en
las inmediaciones, vivían en un caserío al pie de caminos de ronda, al lado de acequias, pero cabe
mencionar que en los alrededores también se han encontrado restos arqueológicos de pobladores del
altiplano y de la región Puquina, así como de los Collas, Lupacas, Tiahuanacos, Carumas y Ubinas;
gracias a que ya era un terreno habitado, aquí se asentaron los primeros españoles, quienes llegaron hacia
1539, entre ellos el mismísimo Francisco Pizarro. Los sacerdotes dominicos, se establecieron en casas del
asentamiento Yarabaya, construyendo una ermita para la evangelización de los nativos de dicho lugar y
preparar el terreno para fundar una nueva ciudad española en 1540. Tras la fundación de la ciudad, el
barrio fue conocido como el “matorral de San Lázaro” o la “Ciudad Vieja” una expresión despectiva que
describe su ubicación marginal a la ciudad colonial, aunque la arqueología aún no ha demostrado
fehacientemente que la disposición del trazado sea el mismo que albergo a los nativos y lugareños de esta
parte del territorio, el actual barrio posee un acento urbanístico muy similar a las abigarradas formas
medievales europeas, lo cual hace de este barrio una fascinación científica que demandaría demostrar que
el actual trazado es precolombino o aún subyace la ciudad antigua inca bajo el urbanismo actual. Durante
el período virreinal, albergó la reducción indígena de San Lázaro y, posteriormente, la antigua ranchería.
Cuenta la tradición que al antiguo barrio de San Lázaro se le denominó con este nombre por un caso
curioso acaecido entre los conquistadores españoles a su arribo por estas tierras. Sucede que uno de tantos
cayó enfermo y falleció. Según se refiere, al poco tiempo de considerársele cadáver volvió a la vida,
como el Lázaro de los evangelios.
El historiador Juan Carpio Muñoz narra que el barrio de San Lázaro era un caserío ubicado en la parte
más alta de la ciudad (en ese entonces), donde vivían entre 30 a 40 familias, quienes construyeron el
templo, y que antes de la llegada de los españoles, este lugar presumiblemente se llamó Llallinhuayo.
Todo el Barrio San Lázaro está construido con sillares blancos y pavimentado con adoquines negros. La
peculiaridad de este lugar lo constituyen las callejuelas y pasajes estrechos, sus pequeñas plazas y amplias
casas. Un pequeño puente, todo de sillar, cruza una corriente de agua rápida y une la Ermita y su Plazuela
con el resto del barrio. Surgen de este modo el callejón del Violín, con su gran arco de entrada y una casa
de 1825, el callejón de Bayoneta, estrechísimo, el callejón de los Cristales, sin veredas, y la calleja del
Combate Naval, debajo de esta calle se encuentra la Plazoleta de Camporredondo, antes Plazoleta del
Matorral, que en un principio fue un mercado, lleva este nombre en honor al general que inicialmente
habitó el lugar, asimismo destaca porque los Monjes Dominicos construyeron aquí la primera ermita,
luego esta paso a ser parroquia y finalmente la Iglesia de 3 Campanas. Es triangular, inclinadísima y en su
centro existe un obelisco.
La Iglesia del barrio de San Lázaro fue la primera capilla que construyeron los españoles, ha sido
refaccionada en su estructura total, debido a los terremotos. Reconstruida en 1855, reemplaza a la primera
que fue construida para celebrar la victoria de Salinas por los pizarristas. Su portada lateral es de 1855 y
su fachada principal es de 1952. Luce una elegante espadaña, única en Arequipa, de sillar de tres ojos con
campanas y un ojuelo vacío. Su atrio se encuentra cerrado y cercado con una reja. La espadaña es una
referencia estética usada en algunas estructuras del románico de hecho, esta extensión del muro para
sostener campanas no es una torre sino la prolongación de la pared dentro de la cual se disponen de
agujeros o vanos para colocar las campanillas las que se accionan desde el exterior.
Cabe mencionar que hasta hace poco se elaboraba en el lugar, algo muy peculiar, el PAN DE RIPACHA,
hecho a base de trigo y horneado tradicionalmente con leña, pan de sabor muy característico que se suele
comer en los desayunos acompañado del adobo, esta es una costumbre típica en el barrio de San Lázaro y
cada 14 de agosto es el platillo preferido.
Hoy en día su conservación es buena ya que la Agencia de Cooperación Española y la Municipalidad
provincial han trabajado en la restauración integral de este Antiguo Barrio, que aún se utiliza como
vivienda.
Se nota que la población que ahí habita le pone mucho cariño a la decoración puesto que se ve casi en la
mayoría las casas maceteros y otros accesorios. Los colores y contrastes que se ven son muy agradables y
el reflejo de luz en el sillar le da una apariencia inconfundible, además del clima que se percibe en este
lugar son factores que invitan a que uno visite este lugar.
No hay nada que decir, este barrio tiene magia, en sus calles se encierran misterios, arte y cultura.
Asimismo al ser considerado parte del Centro histórico de la ciudad y Patrimonio Cultural de la
Humanidad, el barrio de San Lázaro es símbolo de nuestra historia e identidad cultural.

PUENTE BOLOGNESI

El Puente Bolognesi, antiguamente conocido como Puente Real y Puente Viejo, es un puente ubicado en
la ciudad de Arequipa y cruza el río Chili. Se encuentra cerca del Monasterio de Santa Catalina. Es una de
las construcciones más antiguas de Arequipa. La obra inició en 1577 a cargo del arquitecto Juan de
Aldaná Duró. Tiene varios arcos. Fue construido con base en sillar. La construcción culminó en 1608. Es
uno de los puentes mejor conservados de Arequipa.
Cuenta la leyenda:
Las Sirenas del Puente Bolognesi.
Que en Arequipa en el tradicional puente de fierro Bolognesi viven hermosas sirenas que encantan con
sus melodiosos cantos a hombres ingenuos. Estas sirenas según los pobladores viven en una piedra
gigante que se encuentra pegada al río (cerca del puente).
Esta piedra fue llamada Machiruna, se cuenta que posee una entrada a un río subterráneo (hogar de las
sirenas) que se encuentra justo detrás del Río Chili. También se cuenta que la piedra se mantiene en su
lugar gracias a la fuerza de los brazos de todos los hombres que fueron atrapados por ellas.
Cuando hay celebraciones y fiestas importantes para las sirenas, salen de su hogar subterráneo a las 6 o 7
de la noche buscando jóvenes para atraparlos y divertirse a su manera.
Salen de su casa y se posan coquetamente en la gran piedra atrayendo a los incautos jóvenes que pasen
por ahí, los hombres al verlas quedan encantados y no resisten a sus dulces encantos, por lo que se
acercan cada vez más a las sirenas que se presentan con largos y sedosos cabellos, siluetas hermosas y
colas de bellos y brillantes colores.
Una vez que el desdichado joven es atrapado por las mujeres, desaparece entre las espumosas aguas del
Río Chili y no es visto nunca más.

CAPILLA DE LA TERCERA ORDEN


La capilla se Inició en 1775, destruida en 1784, fue levantada nuevamente. Está adosada a la
iglesia de la Primera Orden. Destaca en este templo su portada que luce unos tallados en sillar
del más puro mestizo arequipeño. Un medallón central exhibe las figuras de San Francisco y de
Santa Clara de Asís (fundadores de la Primera y Segunda Orden respectivamente) flanqueando
al símbolo eucarístico. Rodean la escena las palabras: «Alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar y la Virgen Concebida sin Pecado Original». En la parte interior hay un pequeño
claustro, sencillo y austero, con numerosas celdas estrechas donde, hasta hoy, los terciarios
franciscanos buscan la paz y el silencio para sus prácticas ascéticas.
Debemos recordar que la Tercera Orden es una faceta importante de la organización
franciscana (imitada luego por otras Órdenes Mendicantes), en la que miembros no
conventuales, sin obligación de celibato, asumen el espíritu, no la letra de la Regla de san
Francisco. Esta Tercera orden se estrenó el 23 de febrero de 1777, habiendo celebrado la
primera misa el Deán D. Pedro de Santa María. Por esta obra es digno de eterna memoria D.
Antonio Lastarria, porque a su celo infatigable, a su eficacia y desvelos se debe todo su ser. Las
semanas de ejercicios en Cuaresma dejaron dotadas el clérigo Dr. D. Melchor Rossel. Con más
el rédito de 500 pesos anuales en fincas para dote de niños pobres. Consta de su testamento
otorgado a 23 de noviembre de 1778 ante Pedro de Figueroa.

El complejo de San Francisco en Arequipa


El complejo de San Francisco está formado por la iglesia y Convento de San Francisco, además
de una iglesia más pequeña que corresponde al templo de La Tercera Orden Franciscana u
Orden Franciscana Seglar.

Los Franciscanos arriban a Arequipa en el año de 1551 y en 1552 comienza la construcción de


su convento a cargo de Fray Alonso Rincón y en los terrenos donados por Don Lucas Martínez
Begazo y fue la tercera casa de religiosos en Arequipa en levantarse; desde el inicio veneran a
dos figuras: el Cristo de la Columna y la imagen de San Francisco que es traída desde la ciudad
de Quito. Los franciscanos estaban a cargo del adoctrinamiento de los indios Collaguas, que
recibían esta instrucción en este convento, hasta que se construyó en Convento Recoleto de la
Antiquilla en el siglo XVII. Espacios que destacan en este convento es la biblioteca con cerca de
20 000 volúmenes de temas varios, la pinacoteca con lienzos de la escuela cusqueña y
flamenca y el claustro de patio cuadrado, arcos romanos y pilares cuadrados que está rodeado
de las antiguas celdas de los monjes que allí habitaban. Este convento fue abierto al público en
el año de 1978 y parte de su estructura fue adaptada para albergar al colegio del mismo nombre,
pero que cambió de ubicación hace 20 años, mudándose al distrito de Yanahuara.

Luego de la construcción del convento, la población pide se construya un templo más grande
que reemplace a la pequeña capilla construida en 1551, es así que se contrata a Gaspar Báez
para su edificación lograda con limosnas y donaciones de los fieles además que el Cabildo cede
la Calle Real que va hacia la Plaza Mayor. En un inicio el templo sólo tenía una nave abovedada
y un santuario con cúpula, posteriormente se añadirán las naves laterales y el presbiterio; de
estilo románico tardío con influencias mudéjares y mestizas; luego del terremoto de 1687 y estas
obras están a cargo del canónigo Don Ignacio Gregorio de Adriazola; en su posterior
restauración de 1960, se dejaron al descubierto su combinación de sillar y ladrillo. En su interior
destaca la zona coral de piedra tallada; con tallados de flora, fauna y rosetone; que contiene un
órgano parecido al de La Catedral de Arequipa pero de menor escala, un facítolo tallado para la
lectura de libros corales que contienen los salmos entonados por los monjes en las misas; otro
elemento a destacar es el altar tallado de madera cedro que fue colocado el 8 de mayo de 1998
y que antes estaba ubicado en la Iglesia de Nstra. Sra. De Sta. María de Tiabaya elaborado en
1954 por el brasilero Walter Leal en el tallado y el Padre Mujica junto con el español Valentín
Real Quinto colaboraron en las pinturas que adornan el altar (de las letanías de la virgen,
misterios gozosos, etc.), aquí se venera a la Virgen de a Inmaculada que es patrona de la orden,
sobre ella se encuentra el escudo franciscano y encima la corona de espinas y el arcángel San
Miguel, también hay figuras en bulto de la mujeres proféticas como Ruth, Sara, Rebeca, Etc.
Otros espacios son la capilla dedicada a la virgen de las Angustias, elaborada por Valentín Real
Quinto y el púlpito de estilo rococó. En el exterior el templo posee dos fachadas, una lateral que
da a la Plaza de San francisco, flanqueada de contrafuertes rectangulares con el tallado de la
Virgen María sobre el portón de acceso y la fachada principal con frontis clásico, frontón
triangular y torre de planta cuadrada techada con cúpula y con relieves de santos de la orden en
uno de sus lados y que combina materiales como el sillar y el ladrillo rojizo. Además de los
terremotos, la Iglesia de San Francisco, soportó el robo de siete pinturas del siglo XVIII (alusivas
a la vida de María) el 2 de abril de 2009 y seis piezas de plata en el mes de setiembre de 2007.

La pequeña iglesia contigua al templo de San Francisco corresponde a la Tercera Orden,


construida entre los años de 1775 a 1777 y fue reconstruida luego del terremoto de 1784. En su
interior de planta de cruz latina, destacan la variedad de cuadros de la escuela flamenca
elaborados y donados por sacerdotes franciscanos anónimos; en la bóveda se ven tallados tres
corazones que representan a Jesús, María y José, posee tres altares, sonde en el principal se
venera a la Virgen de Chapi. Forman parte del conjunto: la sacristía con cuadros de la escuela
cusqueña, su pequeño claustro con numerosos árboles frutales rodeado por 21 celdas, la sala
de ministros con fotos de algunos de los dirigentes de la orden y ropas usadas por los
sacerdotes para cada ocasión además de manteles tejidos por las monjas clarisas, vajillas del
siglo XIX y jarrones ingleses, franceses y ayacuchanos elaborados en piedra de Huamanga o
alabastro, esta sala fue la primera capilla. Además cuenta con una pequeña biblioteca y un
espacio pequeño que contiene las ropas y joyas donadas por los fieles para vestir a la Virgen de
Chapi. Dentro de la iglesia está el discretorio que antes fue la sala de juntas de los sacerdotes,
contiene pinturas de la escuela flamenca e imágenes articuladas de madera de Maguey de la
Virgen Dolorosa, el Cristo de la Columna y san Francisco, todas ellas fabricadas en Quito
además de un piano de inicios del siglo XX que ya no se usa.
En el exterior el ingreso a la tercera orden está flanqueado por contrafuertes y tiene unas tallas
sobre él que muestran a San Francisco y Santa Clara uno a cada lado de la hostia y con una
inscripción de alabanza al santísimo sacramento y a la Virgen María.

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