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Predicando la

Palabra
Hoy
Predicando la
Palabra
Hoy

Editado por Homer G. Rhea

Contribuyentes:
F.J. May
Raymond F. Culpepper
Mark L. Williams

Escuela de Ministerio de la Iglesia de Dios


Cleveland, Tennessee
Aunque en la versión en inglés de este libro cita
varias traducciones de la Santa Biblia, a menos
que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas
usadas en la versión en español de este libro han
sido tomadas de la Santa Biblia, Versión Reina Val-
era © 1960 por la Sociedad Biblia Internacional.

Aquellas citas bíblicas señaladas (NVI) son tom-


adas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacio-
nal © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.
Usadas con permiso.

R. Lamar Vest, D.Litt.


Rector, División de Educación

Donald S. Aultman, Ed.D.


Vice Rector, División de Educación
Director Internacional, Escuela de Ministerio

Homer G. Rhea, L.H.D.


Director Editorial

ISBN: 978-1-59684-180-2

Copyright © 2011 by Church of God School of Ministry


Cleveland, Tennessee 37311
Todos los Derechos Reservados

Publicado por Pathway Press


Cleveland, Tennessee
United States of America
CONTENIDO

PRÓLOGO...........................................................7

PREFACIO........................................................11

CAPÍTULOS
1. Características del Sermón Expositivo
(May).......................................................... 15
2. Razones para Predicar la Palabra
(May).......................................................... 27
3. Haciendo Transiciones en la Predicación
Expositiva (May).......................................... 41
4. Ventajas de la Predicación del Sermón
Expositivo (May).......................................... 55
5. Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura:
Parte 1 (May)............................................... 67
6. Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura:
Parte 2 (May)............................................... 79
7. Trazando un Tema a Través de un Libro
(May).......................................................... 91
8. Cómo Analizar el Contenido y la
Estructura (May)....................................... 105
9. Análisis del Libro de Juan: Parte 1
(May)........................................................ 115
10. Análisis del Libro de Juan: Parte 2
(May)........................................................ 129
11. Introducción a la Predicación
Terapéutica (Culpepper)............................ 143
12. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 1 (Culpepper)............... 159
13. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 2 (Culpepper)............... 175
14. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 3 (Culpepper)............... 189
15. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 4 (Culpepper)............... 205
16. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 5 (Culpepper)............... 221
17. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 6 (Culpepper)............... 235
18. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 7 (Culpepper)............... 249
19. Construyendo Bloques de la Predicación
Terapéutica: Parte 8 (Culpepper)............... 265
20. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología : Enfrentando el Desafío
(Williams).................................................. 279
21. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología : Aclarando el Llamado
(Williams).................................................. 293
22. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: Comunicando
(Williams).................................................. 307
23. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: Comunicando como
Cristo (Williams)........................................ 323
24. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: Utilizando la Tecnología
(Williams).................................................. 337
25. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: La Predicación
Evangelística (Williams)............................. 351
26. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: La Urgencia del
Evangelismo (Williams)............................. 363
27. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: Llamado a un
Compromiso (Williams)............................. 377
28. Predicando la Palabra en un Mundo de
Alta Tecnología: Sígueme (Williams).......... 391

APÉNDICES
Glosario......................................................... 405
Bibliografías................................................... 409
Recursos................................................... 411
Lecturas Seleccionadas............................. 413
Índice............................................................ 419
PRÓLOGO
Predicar la Palabra es lo que cada ministro está
llamado a hacer. Pocas experiencias espirituales
dan más realce que escuchar a un sermón hábil-
mente diseñado. Cuando un sermón está bien pre-
parado y predicadores de buen talento hablan la
verdad a la gente con una unción poderosa, el re-
sultado es educacional, de aliento, algunas veces
entretenido, pero siempre edificante.
La Iglesia de Dios ha sido bendecida con una
plétora de maestros del púlpito. En los días cuando
la denominación era vista como una secta del área
rural en los Estados Unidos, sus predicadores afi-
laban bien sus habilidades—en pequeñas iglesias
en el campo, en carpas, en medio de las malezas y
enramadas. En primer lugar eran hombres y muje-
res con una capacitación formal escasa, pero auto-
didactas. Desde este punto de la historia, podemos
decir que la firmeza y elasticidad parecían ser una
marca característica de aquellos predicadores de
quienes escuché en mi adolescencia—R.P. Jonson,
Earl Paulk Sr., Paul H. Walter, mi suegro, R. C.
Cook, Helen L. Morrow, James L. Slay, y una can-
tidad de predicadores de Alabama como J. B. Ellis,
A. L. Burroughs, Billy Sunday Mayers, y mi padre,
L. H. Aultman.
Siendo que no había micrófonos y sistemas de
sonido, estos hombres y mujeres predicaban en un
tiempo cuando la voz debía protegerse para estar

7
en condiciones de presentar el mensaje a una au-
diencia sin la ayuda de elementos electrónicos. Por
medio de un susurro hasta por un rugir estruendo-
so, ellos comunicaban, algunas veces a miles reu-
nidos en grandes carpas o tabernáculos. Predica-
dores como C. R. Spain y Ray H. Hughes, maestros
jóvenes del púlpito, aprendieron el arte de predicar
tan eficamente, ya fuera con sus voces poderosas o
con la ayuda de un micrófono. Ellos se mantuvie-
ron en la era que alcanzó desde los viejos tiempos
sin sistemas de sonido hasta la era moderna donde
no sólo existen sistemas de sonidos, sino también
equipos digitales y tecnología sofisticada que pro-
yectan las palabras y las figuras para comunicar la
médula del mensaje.
La Iglesia tiene una rica herencia de un siglo
de predicadores sobresalientes, incluyendo a miles
que aquí no se mencionan. En la era moderna, la
excelencia en el púlpito continua, y está mejorando
en calidad a medida que más sermones se diseñan
para ser usados con la nueva tecnología.
Fue una tarea extremadamente difícil elegir a
tres personas dentro de un vasto número de predi-
cadores talentosos como los que existen en la Igle-
sia de Dios hoy. El problema era en alguna manera
exacerbado por escoger predicadores de tres gene-
raciones diferentes. Cada uno es un comunicador
altamente efectivo y un gran predicador del evan-
gelio. Cada uno demuestra, por medio de su habili-
dad, como comunicar un evangelio relevante a una
audiencia del siglo 21.
F.J. May sirvió como profesor de Homilética en
el Seminario Teológico de la Iglesia de Dios en Cle-
veland, Tennessee, por más de 20 años hasta su
jubilación. Antes de llegar al Seminario, el Dr. May

8
fue un pastor de carrera. Su mayor interés es la
predicación expositiva, y quizá el fundamento para
todos los sermones pastorales.
Raymond F. Culpepper es el fundador y pastor
principal de la gran congregación metropolitana en
Birmingham, Alabama. El Dr. Culpepper continúa
haciéndo crecer su congregación por medio de la
predicación dinámica y el mensaje relevante. Sus
lecciones en esta serie están dirigidas a los temas
de predicación para tratar las necesidades de las
personas.
Mark Williams es el pastor principal de la Igle-
sia de Dios River Hills en Tampa, Florida. Sus ha-
bilidades sobresalientes en el púlpito aparecieron
después de su graduación en el seminario. Sus lec-
ciones están enfocadas en tópicos relacionados con
la predicación evangelística y la predicación en un
mundo técnico especializado.
Predicando La Palabra Hoy, es un curso del cu-
rrículo de Certificado en Estudios Ministeriales, un
esfuerzo de educación continuada de la Escuela de
Ministerio de la Iglesia de Dios. Este libro, trans-
cripto de la presentación original de 28 lecciones
en video y editada para publicación por Homer G.
Rhea, provee un estudio perspicaz del arte de la
predicación.

Donald S. Aultman, Ed. D.


Vice-Rector, División de Educación
Director, Escuela de Ministerio

Julio 2002
Traducido, Diciembre 2006

9
PREFACIO
Carlos Spurgeon se ganó el derecho de ser lla-
mado el príncipe de los predicadores. Su pasión
por la predicación se refleja en una declaración en-
contrada en su autobiografía.

Queremos otra vez a Luteros, Calvinos, Bun-


yans, Whitefields, hombres integros que en-
traron para marcar épocas, cuyos nombres
infundían terror en los oídos de nuestros ene-
migos. Tenemos una desesperada necesidad
de ellos. ¿De dónde vinieron estos hombres?
Ellos son los regalos de Jesucristo a la Iglesia,
y vendrán a su debido tiempo. Él tiene poder
para darnos otra vez una edad de oro de pre-
dicadores, un tiempo tan fértil de ministerios
poderosos, de grandezas divinas como lo fue la
era de los Puritanos, y cuando la buena verdad
antigua es una vez mas, predicada por hom-
bres cuyos labios son tocados con un carbón
encendido del altar. Éste debe ser el instru-
mento en las manos del Espíritu para traer un
gran y profundo avivamiento religioso en la
tierra.

Yo no busco otros medios para convertir a los


hombres mas allá de la predicación sencilla
del evangelio y los oídos abiertos de ellos para
escucharlo. El momento en que la Iglesia de
Dios desprecie el púlpito, Dios la despreciará
a ella. Es por medio del ministerio predicado
que Dios se agradó en reavivar y bendecir a
sus Iglesias.

11
Cada uno de los colaboradores de Predicando la
Palabra Hoy, son grandes predicadores por propio
derecho. Cada uno de ellos trae una perspectiva
diferente según el aporte que pueden hacer al com-
partir el evangelio desde el púlpito. La efectividad
de cada predicador aumenta cuando se aplican las
técnicas apropiadas al ministerio individual.
Predicando la Palabra Hoy está basado en una
serie de videos que llevan el mismo nombre. Su
aprovechamiento mayor se alcanzará al leer el li-
bro conjuntamente con las grabaciones en video.
El curso se ofrece como parte del programa de Cer-
tificado en Estudios Ministeriales producido por la
Escuela de Ministerio.
Al momento de este escrito, los colaboradores de
este volumen se encuentran involucrados activa-
mente en el ministerio. Raymond Culpepper sirve
como pastor de la Iglesia de Dios Metropolitana en
Birmingham, Alabama; Mark Williams se desem-
peña como pastor de la Iglesia de Dios River Hills
en Tampa, Florida; y F. J. May es profesor emérito
en Estudios del Nuevo Testamento en el Seminario
Teológico de la Iglesia de Dios.
Varias personas estuvieron involucradas en
este proyecto para que se pudiera completar con
éxito. El Grupo de Recursos de Medios de Comu-
nicación (MRG en inglés), es responsable por la
producción de las grabaciones en video de donde
sale este libro. Abigail Hughes ha tenido una ar-
dua tarea para transcribir las grabaciones en video
para que los editores las pudieran colocar en forma
de libro. Ninguna persona fue de más valor para
este proyecto que Nellie Keasling cuya obra es vista
en los gráficos para las grabaciones en video y en
el trabajo editorial de este libro. Lonna Gattenby

12
diseñó la portada también le dio el formato al libro.
Hoyt E. Stone y Wilma Amison, extraordinario edi-
tores, hicieron la edición inicial en varios capítulos.
El personal de Pathway Press es responsable por
la impresión de este material. Donald S. Aultman
estuvo dirigiendo el proyecto. El proyecto comple-
to es producto del ingenio de Paul L. Walter quien
ha puesto su apoyo incondicional. A cada una de
estas personas, extiendo mi profundo aprecio y re-
conocimiento ya que sin su apoyo, este proyecto no
hubiera sido posible.
La Escuela de Ministerio ofrece este volumen en
la esperanza que su contenido aumentará el cono-
cimiento de aquellos que honran el púlpito domin-
go tras domingo. Que ellos puedan aprender de las
experiencias e instrucciones que aparecen en este
libro, y que sus ministerios en los púlpitos sean
enriquecidos.

Homer G. Rhea, L.H.D.


Director de Editorial
Escuela de Ministerio
Cleveland, Tennessee

Julio 2002
Traducido, Diciembre 2006

13
1
Características
del Sermón
Expositivo
F. J. May, D.Min.

El sermón es generalmente reconocido como un


tipo de discurso o escrito, el mismo se presenta en
diferentes clasificaciones que son determinados
por una serie de características. Por ejemplo, los
sermones temáticos son aquellos donde el orador
simplemente elije un tema y lo elabora sin una ape-
lación directa a la Escritura; sermones textuales-
temáticos son aquellos donde uno lee las Escritu-
ras para una introducción o propósitos ilustrativos
y luego procede a discutir el tema o concepto en-
contrado en el texto sin restricción al significado
preciso de la escritura leída; y los sermones expo-
sitivos son aquellos que buscan explicar, clarificar
y exponer el mensaje preciso del pasaje escogido de
la Escritura.
El sermón expositivo ofrece algunas ventajas
distintivas a cada ministro de la Palabra, especial-
mente a los ministros más jóvenes y aquellos inte-
resados en el desarrollo de un conocimiento pro-
fundo de la Biblia. Algunos consideran la predica-
ción expositiva como la más importante de todos

15
Predicando la Palabra Hoy

los tipos. Está idealmente hecha a la medida para


la predicación pastoral debido a que se ajusta para
enseñar y naturalmente protegerse de la repetición.
Tal predicación coloca al ministro completamente
dentro de la Palabra en lugar de mera referencia a
temas. Se requiere conocimiento del trasfondo, del
escenario y de las circunstancias, para hacer una
aplicación correcta a las vidas de las personas; y
siempre conlleva el peso de lo que Dios dice en lu-
gar de la opinión del orador.

Preparación del Sermón Expositivo
La preparación del sermón expositivo requiere
tres pasos precisos; o para decirlo de otra forma, el
buen sermón expositivo debe siempre buscar res-
ponder a tres preguntas específicas y a la misma
vez de vital importancia:
(1) ¿Qué significó el texto en su momento?
(2) ¿Qué significado tiene el texto siempre?
(3) ¿Qué significa el texto ahora?
1. ¿Qué significó el texto en su momento? Esta,
tremenda e importante pregunta, debería hacer-
se y responderse debidamente en la introducción
del sermón. Esto significa por ejemplo, una mirada
profunda sobre lo qué el apóstol Pablo precisamen-
te quiso decir cuando escribió a la iglesia de los
Corintios, o lo qué realmente significaba cuando
uno de los profetas del Antiguo Testamento tenía
algo que decir a la gente de su propio tiempo y ge-
neración.
La palabra correcta para esta investigación y pro-
ceso de estudio es exégesis. Una exégesis adecua-
da de cualquier texto de la Escritura, requiere que
el ministro entienda precisamente lo que fue dicho
cuando fue escrito por primera vez. Esto demanda

16
Características del Sermón Expositivo

conocimiento del autor y de la audiencia, un en-


tendimiento de las circunstancias—personales, po-
líticas, y económicas—e incluso aquellos asuntos
espirituales prominentes en la vida del escritor.
Siendo que la exégesis significa una investiga-
ción y entendimiento de las circunstancias que ro-
deaban el mensaje original del autor, naturalmente
cualquier sermón en serie sacado de un libro espe-
cífico de la Biblia, implica un amplio entendimiento
por adelantado del mismo libro. Un buen primer
paso en la preparación, significará la lectura de por
lo menos una, preferiblemente dos o tres, buenas
introducciones del libro. Antes de lanzarse al pri-
mer sermón expositivo, uno debería entender los
temas más importantes del libro, como exactamen-
te el libro se encuentra estructurado y preparado,
los párrafos o secciones sobresalientes y cosas así.
Una vista panorámica del libro ayudará a diseñar
y estructurar varios sermones sin repetición y, a
menudo, arrojarán una variedad de significados a
los pasajes extraídos, de lo que el autor ha dicho
previamente o dirá mas tarde.
Una exégesis significa leer el texto repetidamen-
te, por supuesto, hasta que se vuelva natural y
una parte integral del pensamiento de uno, aunque
también incluye tener más que un mero estudio del
texto. Para hacer una buena exégesis uno comien-
za a pensar como el autor y a entender el panorama
general de lo que un libro particular de la Biblia
procuraba lograr.
Una vez que uno conoce el transfondo, el pro-
pósito, y el panorama general del libro de la Biblia
estudiado, los mismos versículos del texto escogido
vienen bajo investigación. Recuerde la pregunta,
“¿Qué significó el texto en su momento?” El enten-
dimiento completo necesitará un profundo estudio
17
Predicando la Palabra Hoy

del texto mismo, que incluirá conocer algo acerca


del lenguaje original—hebreo para el Antiguo Tes-
tamento y Griego para el Nuevo Testamento. No to-
dos los eruditos o ministros tienen el tiempo o el
interés suficiente para llegar a ser lingüistas en he-
breo o griego, pero eso no elimina la necesidad de
entender el significado de las palabras originales.
Muchas ayudas excelentes están disponibles para
arrojar luz sobre lo que el idioma original quería
decir, una de las más utilizadas con frecuencia es
la Concordancia Strong, que da definiciones deta-
lladas de las palabras en griego y hebreo.
Este método exegético para el estudio de la Bi-
blia, parece como si fuera mucho trabajo—en efec-
to, tiene una cantidad considerable de trabajo—
pero, cuando uno se está preparando para entregar
un mensaje de Dios a una audiencia que necesita
escuchar, uno no puede darse el lujo de ser descui-
dado. Con toda probabilidad, es posible que mu-
chas personas eviten la predicación expositiva pre-
cisamente porque requiere una preparación com-
pleta; sin embargo, la mayoría de los predicadores
honestos tienen el cuidado de que por lo menos,
este tipo de exposición de la Escritura encuentre
algún lugar en su repertorio de sermones.
2. ¿Qué significado tiene el texto siempre? En
otras palabras, uno necesita investigar la verdad
eterna, el significado del texto que nunca cambia.
Una vez determinado lo que el texto significaba en
los días que fue escrito, uno comienza a pensar en
los principios involucrados, la filosofía, y las verda-
des que se aplican bajo cualquiera y en todas las
circunstancias. Por ejemplo, aun cuando Isaías es-
taba hablando a Israel en sus propios días y tiem-
po, este gran profeta también estaba asentando

18
Características del Sermón Expositivo

verdades para todas las edades. Estas escrituras


salen de la boca de Isaías, pero al mismo tiempo,
uno entiende que es Palabra de Dios para todas
las generaciones. Por lo tanto, uno debe responder
cuidadosamente la segunda pregunta: “¿Qué signi-
ficado tiene el texto siempre?” La respuesta a esta
segunda pregunta, normalmente queda incorpora-
da en la palabra exposición.
3. ¿Qué significa el texto ahora? La palabra que
mejor describe la respuesta a esta tercera pregunta
es aplicación. La aplicación apropiada de la verdad
de la Escritura requiere una correcta interpreta-
ción de la Biblia, a menudo descrita como “trazan-
do bien la Palabra de Verdad.” Uno debe notar que
es posible dar atención a la primera pregunta, qui-
zá a las dos primeras preguntas, pero la verdadera
predicación sucede solamente cuando uno respon-
de a la pregunta número tres—“¿Qué significa el
texto ahora?” El impacto del mensaje de Dios, viene
a la congregación presente, sólo por medio de este
tercer paso. Es aquí cuando se presenta la inter-
pretación de la Escritura para que sea recibido y
aplicado en las vidas de la gente a quienes uno mi-
nistra. Solamente entonces, la Palabra viva de Dios
produce frutos espirituales y da dirección e inspi-
ración para vivir. La Palabra de Dios tiene algo vi-
talmente significativo que decir a cada generación.
La Biblia ha estado activa por mucho tiempo, el
Nuevo Testamento por muchos siglos, y el Antiguo
Testamento incluso más tiempo; pero es la decisión
del ministro ir por cada uno de estos pasos y en-
tregar el mensaje que la gente necesita escuchar y
entender para creer y encontrar la salvación, hoy.
El sermón expositivo está diseñado para ir a tra-
vés de estas tres etapas y responder a estas tres

19
Predicando la Palabra Hoy

preguntas. Esto se realiza solamente por medio de


una preparación detallada. Sin embargo, hay otras
características importantes del sermón expositivo.

Características del Sermón Expositivo

Puntos Principales
El sermón expositivo siempre toma sus puntos
principales del mismo texto. Uno no inyecta sus
ideas personales u opiniones, ni uno se extiende
para alcanzar otros textos de la Escritura para los
puntos en un sermón expositivo. Cada sermón re-
conoce lo que está presente en el texto mismo de la
Escritura, de hecho, ésta es la razón primaria por
lo que uno da un vistazo detallado, para entender
con precisión las ideas principales. La preparación
temprana del sermón siempre requiere, por lo me-
nos, un análisis preliminar del contenido del pasaje
en particular. Mas adelante, se va a decir algo mas
sobre el análisis del pasaje de la Escritura, pero
enfaticemos ahora que el ministro debería sentarse
con el texto de la Palabra de Dios—sin depender
de los comentarios y opiniones de otros—y ver el
contenido y la estructura de lo que hay allí y sacar
los títulos o encabezamientos y puntos principales
que brotan de su propio corazón y trayectoria espi-
ritual. En otro momento o lugar, uno puede tener
el deseo de predicar basado en un pasaje paralelo,
pero no en este mensaje particular. Explorar por
todo el panorama escritural, puede ampliar el ser-
món de tal manera y, en esencia, transformarlo de
un sermón expositivo a un sermón temático.
Siempre mantenga en mente que cada punto
principal del sermón expositivo debe salir del texto
mismo. El texto elegido es el campo para ser arado.

20
Características del Sermón Expositivo

Es allí, y sólo allí, de donde las verdades eternas


deben ser extraídas.

La Verdad Central
Otra característica del sermón expositivo es que
la verdad central corre a través del texto mismo.
Uno llega a esta verdad central estudiando exac-
tamente lo que el pasaje dice, en otras palabras,
la idea principal. Esta verdad central puede ser
llamada de otra forma, dependiendo de la persona
que va a hablar sobre la predicación o escribir el
libro de texto sobre la materia. En tiempos anti-
guos, también se refería a la proposición del texto.
Hoy se utiliza una palabra más nueva, tesis. Cual-
quiera sea la terminología elegida, significa que el
ministro debe ser gobernado y guiado por la verdad
principal del pasaje, y de esta manera, mirar dife-
rentes ideas o declaraciones en el texto que apoyen
la verdad central.
Idealmente, uno quiere ser capaz de mirar el
texto y leer un párrafo—o, si es una narrativa, mi-
rar toda la historia—y reconocer lo que se está en-
señando, que verdad central y eterna se está pre-
sentando. Si es un pasaje didáctico—significa que
es uno que enseña o hace observaciones morales—
tal como los que se encuentran en el libro de Efe-
sios, con énfasis sobre lo que hacer y lo que no
hacer; entonces, la tesis que se saca de ese pasaje
podría ser algo así como “Principios para la Vida”.
Son muchas las ventajas que se obtienen cuando
uno se concentra en la idea central. Como se ha
dicho antes, evita que uno deambule. Amplía para
la congregación lo que es más importante, y debe-
ría esperarse, que la lleve a comprender el punto,
en tal manera, que tenga un impacto en el estilo de
vida de la gente.
21
Predicando la Palabra Hoy

Grady Davis, uno de los grandes maestros de


homilética (el arte de predicar), en su libro, Design
for Preaching (Diseñado para Predicar), refiriéndose
a la tesis o proposición, señala que “un sermón es
como un árbol”.1 Primero que todo, es algo que está
vivo y crece. Debería tener ramas que se extienden
y tocan la experiencia y necesidad humana. Tam-
bién, las raíces del sermón deben ir a la profun-
didad hasta el subsuelo de la Palabra de Dios, lo
que equivale a decir, que los sermones deben siem-
pre estar profundamente arraigados y bien funda-
mentados en lo que Dios dice. El sermón expositivo
siempre brota de la Palabra misma. Lo que surge
de la Palabra, por consiguiente, se pone en contac-
to y aplica a la condición humana de hoy. Las nece-
sidades de la gente y la Palabra, son las dos cosas
que están involucradas en cada buen sermón, pero
especialmente en cada sermón expositivo.
Estudiando con más detenimiento la analogía
del árbol, según Davis, uno debe notar que de las
profundas raíces en la Palabra, crece un tronco.
Este tronco representa la tesis o el punto princi-
pal del sermón y el primer foco de todo lo que se
tiene que decir. Así controlado, uno puede hablar
con propósito y llevar a la congregación hacia una
conclusión lógica. Desafortunadamente, algunos
predicadores deambulan con sus pensamientos e
ideas a tal punto que la congregación nunca conoce
exactamente hacia donde está yendo el predicador
y tal vez ni siquiera entiende lo que el orador tiene
en mente hasta el final del sermón, si tiene algo.

1
Para una imagén visual de este árbol, ver la Lección 1 de
la Guía de Estudio de Predicando la Palabra Hoy.

22
Características del Sermón Expositivo

Introducción
El buen sermón expositivo debe hacer uso de
una introducción interesante. No es una mera ex-
posición de las Escrituras. Si uno toma la Biblia y
va verso por verso de un pasaje seleccionado, eso
será un comentario, o puede ser una exhortación,
a menudo yendo de un tema a otro. Por supues-
to, esa es una forma de enseñar la Biblia, pero no
es una predicación expositiva. El sermón expositi-
vo está dirigido y controlado por una idea central,
mantiene unidos al orador y a la audiencia en el
mismo carril hacia el desarrollo y entendimiento de
lo que la Escritura dice para los tiempos contem-
poráneos.
Cuando un orador se para delante de la con-
gregación, no todo lo dicho puede pasar como una
introducción al sermón expositivo. Algunas veces
los predicadores toman su lugar y hablan mucho,
principalmente como orientación. Ellos buscan es-
tablecer una relación con una ilustración o algunas
veces con un poco de humor y uno podría decir que
ellos se están presentando a ellos mismos, pero eso
no es una introducción para el sermón expositivo.
El pastor que habla a la misma congregación, en
la mayoría de los casos, no tiene que hacer eso.
En otras palabras, la relación del pastor y la acep-
tación de su audiencia ya están establecidas. La
gente lo conoce a él y su predicación. Él conoce a
la gente y ya tiene alguna idea de la forma en que
ellos van a responder.
En algunas congregaciones, por ejemplo, cuan-
do el ministro le dice a la gente que abran sus Bi-
blias en un pasaje determinado, él sabe que la ma-
yoría lo hará automáticamente y puede hacer una
pausa para escuchar el susurro de las páginas.

23
Predicando la Palabra Hoy

Esto prepara el momento para la predicación, de


hecho resulta inspirador para el hombre de Dios,
conocer que la congregación está con él ansiosa-
mente esperando escuchar, pero eso por si solo, no
es una introducción. La introducción del sermón
expositivo debe referirse al texto mismo. Todos los
otros comentarios que los oradores pueden hacer
para sentirse cómodos o establecer una relación no
son necesarios para el pastor.
Algunas veces, cuando se presenta el texto de la
Escritura, uno puede desear señalar lo que la gente
debería mirar, subrayando ciertas palabras o ideas
para estimular un interés real en la Biblia; pero la
introducción debería concentrarse en el texto y en
el mensaje. En algún lugar en la introducción es-
tará toda esta idea de la tesis o la idea central. Uno
puede decir, por ejemplo, “El punto principal que
quiero que ustedes entiendan de este pasaje de hoy
es esto y esto”. Esto podría ser la declaración de la
idea central, una manera de plantar una semilla
de la verdad en las mentes de la gente. Con la se-
milla plantada en sus pensamientos—ayudando a
la congregación a visualizar hacia donde apunta el
sermón—uno puede proceder al primer punto prin-
cipal.

Conclusión
Como en todas las buenas predicaciones, el ser-
món expositivo busca hacer uso de una conclusión
dinámica y poderosa. La conclusión del sermón,
por supuesto, estará determinada por el propósito
del mensaje. Cada una de estas partes estructura-
les será tratada en detalle más adelante, pero por
ahora, concéntrese en los términos de la conclu-
sión. El propósito general y meta del mensaje, será

24
Características del Sermón Expositivo

adaptar y dar forma a lo que uno dice en el resu-


men o conclusión. Por ejemplo, uno debería cono-
cer desde el principio del mensaje si la gente va a
ser invitada para hacer una decisión. ¿Se les pedirá
una respuesta? Si es así, ¿en qué forma?
No todos los oradores se dan cuenta de esto,
pero la conclusión de cada buen sermón exposi-
tivo debería estar en la mente del orador desde el
principio. La conclusión debería planearse desde
el momento de la introducción, con todos los pen-
samientos principales que marcarán el camino y
contribuirán lógicamente hacia lo que uno desea
grabar en los corazones y mentes de la gente. Si
uno no sabe precisamente la meta a alcanzar, el
sermón pierde cohesividad y las palabras van a
la deriva como llevadas por el viento. Un orador
puede terminar antes de dar vueltas alrededor, o
salir a pescar por ahí y estar inseguro sobre don-
de debe terminar o al cual punto del sermón llegó.
Cualquier incertidumbre o vacilación en la parte
del orador en este punto, siempre será tomado y
ampliado en las mentes y corazones de la gente en
la congregación.

Resumen
Por lo tanto, esta característica de la predica-
ción expositiva—confeccionar y mantener en mente
tanto la introducción como la conclusión desde el
principio—es de vital importancia para la prepara-
ción y determinación de que manera estas van a ir.
Uno se puede preguntar, “¿Cómo puedo saber
esto?” Uno sabe qué verdad está buscando dejar
grabada en la gente. Uno lo sabe también por la pre-
paración espiritual, de uno mismo, por medio de
la oración y la meditación en la Palabra. Siempre,

25
sí los ministros de Dios van a tomar sus sermones
con seriedad, deben conocer en sus corazones que
sus mensajes van a hacer un impacto en la gente y
en sus necesidades. Esto es el corazón de la pode-
rosa y efectiva predicación expositiva, donde todo
gira o depende, si va a subir o bajar, si va a tener
éxito o fracasar.

26
2
Razones para
Predicar la Palabra
F. J. May, D.Min.

El capítulo anterior trató de las características


del sermón expositivo y mencionó varias cosas que
necesitan ser mantenidas en mente cuando se tra-
ta el tema. Aquí hay un pequeño repaso.
Primero, el sermón expositivo obtiene todo sus
puntos principales del pasaje de la Escritura en
consideración. Este puede ser un pasaje didácti-
co, por ejemplo, del libro de Efesios, o del Libro de
Santiago; o puede ser una hermosa narración del
Evangelio en el Nuevo Testamento o una narración
histórica del Antiguo Testamento. Cualquiera que
sea, los puntos principales del sermón saldrán del
mismo pasaje y no de algún otro lugar en la Es-
critura. Cuando se prepara un sermón expositivo,
uno no salta de un pasaje de la Escritura a otro
para desarrollar los diferentes puntos.
Segundo, el sermón expositivo se construye al-
rededor de una declaración de una tesis—idea cen-
tral o proposición—la cual debe ser descubierta
dentro del mismo pasaje particular de la Escritura.
La tesis o idea central dirige el sermón, lo mantiene
en el carril correcto y previene al orador de andar

27
Predicando la Palabra Hoy

deambulando. En otras palabras, la tesis determi-


na a donde el orador se dirige, su dirección parti-
cular y el destino. Estas verdades fueron ilustradas
por medio del libro de Grady Davis y su analogía,
que comparaba el buen sermón expositivo con un
árbol—el tronco del árbol representa la idea cen-
tral, con profundas raíces en la Palabra de Dios, y
ramas que alcanzan y tocan todas las necesidades
humanas en un punto u otro.
Tercero, se ha notado que, para tener éxito, el
sermón expositivo debe hacer uso apropiado de la
introducción y la conclusión. Esto provee el punto
de apertura para este capítulo.

Propósito del Sermón Expositivo


Cada ministro que se presenta para entregar
un sermón debería tener en mente un destino claro
y seguro. Como todos los sermones, el sermón ex-
positivo debería tener un propósito.
Existen cuatro razones sobresalientes para en-
señar o predicar la Palabra por medio de la exposi-
ción. Al considerar la preparación, uno debería mi-
rar primero el propósito general. Unas pocas pre-
guntas le ayudarán a enfocarse; por ejemplo, uno
debería preguntarse:
• ¿Por qué he elegido este pasaje particular
de la Escritura?
• ¿Por qué voy a predicar este mensaje?
• ¿Por qué voy a presentar esta verdad?
Las respuestas a estas preguntas deberían man-
tenerse en forma clara en la mente. Es allí donde
la preparación comienza y donde el foco se debería
concentrar.
No es raro escuchar un sermón por un novicio
que hace que uno se asombre por lo que ha dicho,

28
Razones para Predicar la Palabra

o por donde va el predicador con esos pensamien-


tos. La audiencia se siente realmente incómoda, o
manifiesta la incomodidad con el orador o da por
sentado que el orador no tiene conocimiento de su
propio dilema. En un sentido, los oyentes se están
preguntando ellos mismos:
• ¿Qué es lo que la persona está diciendo?
• ¿Hacia dónde está yendo?
• ¿Qué desea lograr?
• ¿Deseo hacer este viaje con él?
Obviamente, esos son pensamientos que cada
orador quiere evitar. Es por eso, que es importante
indicar claramente el propósito al principio del ser-
món. La predicación efectiva puede ser condensada
en los cuatro objetivos siguientes.

Cuatro Objetivos
1. Para enseñar o explicar la Escritura. El co-
nocimiento es poder. La tecnología moderna y la
comunicación gráficamente ilustran esta verdad en
la sociedad contemporánea. Un anhelo por infor-
mación parece ser una de las urgencias internas
del corazón humano. Así como la información se-
cular puede ser tan valiosa, como necesaria para
el que lleva un comercio y negocio empresarial, los
creyentes cristianos entienden que el conocimiento
espiritual y el entendimiento es aún más crítico.
Jesús mismo dijo que el alma humana es de más
valor que todas las posesiones materiales. Siendo
que los hombres como las mujeres necesitan cono-
cer la Palabra de Dios, necesitan desesperadamen-
te entender las realidades espirituales; el sermón
expositivo llega a ser una herramienta de enseñan-
za ideal. El ministro quiere que la gente entienda,
aprenda y conozca la Escritura.

29
Predicando la Palabra Hoy

Así que, el primer objetivo del sermón exposi-


tivo es ver que la gente tenga conocimiento de la
Escritura. Lo atareada que está la vida del ameri-
cano promedio de hoy, hace que esto sea aun más
importante. La mayoría de la gente en estos días,
toma muy poco tiempo para leer la Escritura o trata
de hacer estudios bíblicos por su cuenta. Sus vidas
giran alrededor de horarios de trabajo, actividades
con la familia y recreación, y la búsqueda de otras
cosas. Cuando vienen a la iglesia, ellos necesitan
oír las Escrituras y el ministro está obligado a ver
que ellos lo hacen. Desafortunadamente, muchos
servicios de adoración incorporan cosas en lugar
de la Palabra, dejando a menudo muy poco tiempo
para que el predicador pueda hablar.
Si el sermón es el único momento en que la gen-
te está expuesta a la Palabra, y si el conocimiento
de la Palabra es necesario para la salvación eter-
na, por tal razón, el sermón debe estar bien enfo-
cado. Es necesario que sea un sermón bien claro.
Aun cuando el sermón explore verdades que sean
profundas, el sermón debe mantenerse claro y en-
tendible. Esa debería ser la meta o propósito más
elevado en la mente de cada ministro que se pone
al frente para proclamar, “Esto es lo que dice el
Señor”.
Una de las mejores maneras para lograr el propó-
sito de esta enseñanza—para el ministro o maestro
de la Palabra—es simplemente tener en claro desde
el principio lo que uno espera lograr durante este
período de tiempo permitido. El objetivo específico
es ver que la gente aprenda algo de la Palabra, ver
que cuando ellos se retiran del servicio ellos sabrán
más que cuando llegaron. Cuando el objetivo es en-
señar para que la gente aprenda, la conclusión del

30
Razones para Predicar la Palabra

sermón puede ser solamente una oración como re-


sumen, o la repetición de una frase que ha sido
dicha del pasaje. La reiteración del objetivo es para
que a medida que la gente vaya saliendo del ser-
vicio de adoración, asegurarse que todo les quedó
claro, que la verdad les ha sido pronunciada con-
tundentemente, y que todas las mentes estén enfo-
cadas en esa verdad.
2. Para convencer o persuadir. Aun cuando una
cantidad de sermones pueden terminar en el punto
de la enseñanza, la mayoría de la predicación ex-
positiva buscará seguir adelante. Más allá de en-
señar la Palabra y ayudar a la gente a entenderla,
la predicación a menudo envuelve una doctrina o
verdad que necesita ser enfatizada en una mane-
ra convincente. Por lo tanto, el sermón expositivo
debe buscar no solamente enseñar sino también
convencer.
Por ejemplo, si el ministro está predicando un
sermón de Pascuas, se esforzará para enseñar y
aclarar el relato histórico de la resurrección de Je-
sucristo; pero al mismo tiempo buscará convencer a
los que están escuchando, que Jesucristo realmen-
te resucitó de entre los muertos. Solamente con el
establecimiento de esta verdad esencial, el ministro
puedo convencer sobre la esperanza de la vida eter-
na y la resurrección por medio del poder de Cristo
que vive para siempre. Así, que lo que uno intenta
hacer en un sermón como este, es presentar una
declaración, incluso argumentos, para lograr que
alguien se convenza. Ésta es la verdad. Sale de la
misma Palabra de Dios. Uno puede creerla, reci-
birla y actuar de acuerdo a ella. De este modo, el
sermón mismo, o la verdad presentada, llega a ser
parte de la fe viviente de uno.

31
Predicando la Palabra Hoy

Por supuesto, existen otros buenos pasajes y


doctrinas acerca de las cuales el ministro desea
convencer a la gente—la necesidad de arrepenti-
miento, justificación por la fe, la segunda venida
del Señor Jesucristo, y otras más. Aquellos pasajes
que presentan con claridad una doctrina definida,
deben ser usados no sólo para enseñar sino con-
vencer con argumentos lógicos y Escriturales de tal
manera que motive a la gente a cambiar, a conver-
tirse, y a creer completamente hasta que la verdad
se haga parte de sus vidas y actividades.
3. Para inspirar o revitalizar. Los cristianos no
viven en el vacío. Ellos pasan sus días codeándose
con lo malo de este mundo. Ellos luchan constan-
temente con todas las dificultades de la vida. Ellos
libran batallas espirituales que deteriorarán la fe y
el optimismo. Cuando llegan a la iglesia o se reúnen
para adorar, necesitan renovación espiritual y ali-
mento espiritual. Necesitan ser desafiados y que se
les recuerde las grandes e importantes verdades
que se pueden encontrar solamente en la Palabra
de Dios. Directo al punto y sin rodeo, cuando la
gente viene a la iglesia, ellos necesitan ser levan-
tados espiritualmente, inspirados y animados para
mantenerse, que se les recuerde de sus prioridades
y los grandes y eternos propósitos de Dios para sus
hijos redimidos. El sermón expositivo que explora
profundamente esos pasajes que detallan lo que
otros han hecho y la gracia de Dios que nunca fa-
lla, es ideal para satisfacer tal inspiración.
La buena predicación expositiva enseña la Pala-
bra a aquellos que nunca han escuchado el mensa-
je, y también convence el corazón de aquel que por
alguna razón nunca ha hecho una pausa para re-
cibir el amor de Dios seriamente. También inspira

32
Razones para Predicar la Palabra

a la vida para cambiar, establecer nuevas metas y


producir frutos espirituales en lugar de frutos car-
nales. El llamado y el trabajo del evangelista, es
motivar a los oyentes a tomar decisiones. Con fre-
cuencia, el pastor puede tener la meta de un evan-
gelista, pero su concentración también estará en la
renovación e inspiración, en la fuerza espiritual y
en la revitalización. La Palabra debe ser presentada
de tal manera que motive a la gente a experimentar
algo en el servicio de adoración y conocer que ellos
estuvieron en la presencia de Dios.
Por supuesto, es importante recordar el invisi-
ble elemento divino, en la predicación. El ministro
estudia, prepara, bosqueja y en oración busca la
dirección del Espíritu Santo de Dios; sin embargo,
él también sabe que el verdadero poder persuasi-
vo y convincente de la Palabra está centrado en la
obra del Espíritu Santo. Pablo recuerda a los cre-
yentes que, “el evangelio de Cristo es poder de Dios
para salvación” (Romanos 1:16), un recordatorio
constante del elemento divino.
El sermón debe también tocar las emociones de
la gente. Algunos argumentan que uno no debe ju-
gar con las emociones de la gente—eso es verdad,
si por “jugar” uno entiende “manipulación psicoló-
gica”—pero el ministro también debe estar entera-
do que no existe tal cosa como predicar la Palabra
de Dios en el poder del Espíritu Santo, sin que las
emociones no entren en juego. Tanto el ministro
como la audiencia llegan a emocionarse con el Es-
píritu de Dios y es ahí donde la gente hace decisio-
nes y nuevos compromisos. Esas cosas no ocurren
simplemente por medio de un razonamiento frío y
humanístico.

33
Predicando la Palabra Hoy

Por ejemplo, cuando el apóstol Pablo escribió a


los Corintios, recordándoles de su primera apari-
ción y la predicación del evangelio, él señaló, “ni mi
palabra ni mi predicación fue con palabras persua-
sivas de humana sabiduría, sino con demostración
del Espíritu y de poder” (ver 1 Corintios 2:4). Pablo
sabía que si él venía con un recurso humano y ra-
cional a la gente, ellos nunca serían tocados en sus
corazones, por decirlo así, o en las mismas raíces
de sus sentimientos. Algo tenía que hacerse para
que se dieran cuenta que estaban en la presencia
de Dios. Eso es una de las grandes cosas que uno
pude decir siempre acerca de la Biblia: es la Pala-
bra de Dios expresada, que se aplica a cada situa-
ción humana. Es una fuerza que da vida y poder,
que mueve a la gente a creer y aceptar al Señor
Jesucristo, y por lo tanto, transforma el estilo de
vida propio. La salvación y la esperanza de la vida
eterna individual, descansan firmemente, en que
uno reciba o no la Palabra de Dios, o crea y se base
en la Palabra como una realidad viviente o no. Esta
verdad es tan gloriosa que debe mover las emocio-
nes y al mismo tiempo es tan imperativa que el mi-
nistro debe siempre poner su corazón y su alma en
el sermón. El destino humano depende de esto.
4. Para motivar o ayudar a la gente a tomar de-
cisiones. Así llegamos al cuarto y último objetivo
de la predicación expositiva—motivando a la gente
a elegir, a hacer una decisión, o a llevar a cabo al-
guna acción. Muchos sermones van hacia delante
punto por punto y concluyen solamente con este
objetivo en mente. El Dr. Billy Graham, específi-
camente en sus grandes cruzadas evangelísticas,
presenta un ejemplo clásico cuando hace la invita-
ción o el llamado. Claramente le dice a la gente lo

34
Razones para Predicar la Palabra

que él quiere que haga en cuanto a una respuesta.


Él quiere que ellos salgan de sus asientos, se colo-
quen en los pasillos y pasen al frente del auditorio
o estadio, y acepten a Jesucristo como su Salva-
dor personal. Él quiere que ellos oren con él, para
creer en la Palabra, para que sus vidas puedan ser
transformadas. Esa conclusión es el objetivo del
Dr. Graham y el propósito desde el principio de su
sermón. Graham ha sido conocido por decir, aun
en medio de su sermón, “En unos momentos voy
a pedirles que hagan una decisión”. Al principio,
su programa de radio era conocido como “La Hora
de Decisión”. Siempre su objetivo era hacer que la
gente hiciera algo.
Recuerde los tres primeros objetivos principales
de la predicación expositiva. Primero, enseñar y/o
explicar la Escritura. Segundo, convencer o per-
suadir en cuanto a doctrina o verdades vitales de
la Escritura. Tercero, inspirar a la gente para que
ellos puedan experimentar algo en el servicio y co-
nocer que Dios está activo en sus vidas. El apóstol
Pablo escribió que Dios ha elegido la locura de la
predicación para salvar a los que creen, y Dios con-
firma Su Palabra por medio de las vidas transfor-
madas milagrosamente de aquellos que escuchan
la Palabra y la creen. Esto nuevamente nos lleva
al cuarto objetivo de la predicación expositiva—ac-
tivar o motivar a la gente a una acción específica.
Entendiendo claramente el objetivo y propósito
en los primeros pasos de la preparación, influirá
tanto la introducción como la conclusión del ser-
món expositivo. Esto es necesario para hacer un
enfoque en la introducción, a través de los puntos
principales, y en la conclusión. Éste será el objetivo
y finalidad que va a determinar la conclusión.

35
Predicando la Palabra Hoy

De hecho, los sermones pueden ser predicados


con un objetivo y acción distinta a la conversión.
Uno puede predicar con el propósito de motivar a la
gente hacia un proyecto especial de construcción,
para recibir una ofrenda misionera, para lanzar un
ministerio de cuidado para la gente pobre de la co-
munidad, o para organizar un club de jóvenes o
señoritas como una actividad para la gente joven.
Tales propósitos u objetivos son numerosos. Sin
embargo, ningún sermón logrará su propósito—o
lo hará con un fuerte impacto—a menos que el ora-
dor tenga el objetivo y propósito firmemente fijado
en su corazón desde el principio.
De alguna manera, los sermones que tienen el
objetivo de activar, son más provechosos. Uno no
siempre puede saber con seguridad lo que la con-
gregación aprendió de la Palabra. Él debe continuar
presentándolo y confiar el resultado a Dios. El predi-
cador no siempre sabrá si la audiencia ha sido con-
vencida de la verdad o doctrina, pero uno continúa
reiterando estas grandes verdades, aunque la salud
espiritual y lo que suceda depende de ellos. Uno no
siempre sabrá si la congregación ha sido inspirada.
Puede haber alguna indicación de esto en un servi-
cio típico Pentecostal—seguramente una respuesta
al pasar al frente—y el pastor puede algunas veces
sorprenderse acerca de la respuesta de vidas cam-
biadas, pero él debe mantenerse predicando la Pala-
bra. Los sermones que tienen el objetivo de activar o
motivar, tienen una recompensa inmediata para el
ministro. Ellos pueden ser a menudo juzgados en el
acto. Con una invitación a la salvación, el ministro
puede ver quienes responden. Con una invitación a
dar, el ministro puede ver quienes dan. Sin embar-
go, el ministro debe continuar fielmente en su rol,

36
Razones para Predicar la Palabra

con o sin la respuesta inmediata. Predicar la Pa-


labra es un llamado que no se debe rechazar, y la
predicación expositiva sigue siendo una de las me-
jores maneras para cumplir fielmente el llamado.

Introducción y Conclusión
Tener el propósito y objetivo claramente defi-
nidos, mantiene al orador en su camino, con sus
pensamientos enfocados para que no se pierda y
saber exactamente como llevar el sermón a la con-
clusión. Desafortunadamente, algunas veces casi
graciosamente, los predicadores luchan con la con-
clusión de sus sermones. Algunos son como pilotos
de aviones pequeños que cuando se aproximan a
la pista de aterrizaje—con incertidumbre e insegu-
ros—continúan volando en círculos. Esta incerti-
dumbre, o falta de propósito en la conclusión del
sermón puede crear un problema real para los que
están escuchando. Cuando el predicador no sabe
realmente hacia donde va, ni sabe cuando tiene
que terminar, uno puede descansar seguro que
aquellos que se encuentran sentados en los ban-
cos sienten la misma incertidumbre. Todos los que
vuelan en círculos sólo aumentan al dilema, dejan-
do a la gente ansiosa de salir en lugar de quedar
inspirada y feliz por haber estado en la iglesia.
La determinación de un propósito y objetivo para
un sermón, es más que un proceso mecánico. Al
predicar el evangelio, uno debe depender de la ins-
piración del Espíritu Santo. Esto demanda oración,
meditación en la Palabra, pensamientos serios y
un compromiso genuino con la audiencia. Cuando
uno da un paso hacia adelante honestamente para
cumplir el alto y noble llamado de predicar, uno
puede siempre depender del Espíritu de Dios para

37
Predicando la Palabra Hoy

que le ayude tanto en la agudeza mental como en


la atención e interés de los oyentes. Siempre queda
un cierto misterio, un elemento divino marcado en
la predicación. A menudo habrá momentos cuando
el Espíritu Santo guiará a uno a áreas inesperadas,
basadas en la necesidad de la congregación, cono-
cidas por el Espíritu pero no por orador. Por lo tan-
to, el ministro debe ser flexible y abierto al Espíritu
Santo. Ésta es una de las marcas distintivas de la
predicación Pentecostal. No es algo que deshace la
preparación, más bien es algo que se incorpora a
la buena preparación y al estudio de contextos en
el mensaje, mientras al mismo tiempo está siendo
ayudado por el Espíritu Santo.
Cada ministro con experiencia puede compar-
tir testimonios de esas ocasiones donde la gente
respondió al mensaje en una manera imprevista,
hablando de la bendición de alguna frase o decla-
ración hecha, y como se aplicó precisamente a sus
necesidades. Lo que sorprende de esto, es que el
orador sabe que la frase mencionada o la idea o
la ilustración vinieron por inspiración del Espíritu
Santo, en lugar de venir por la investigación, el es-
tudio y la planificación. Ése es el misterio y el mi-
lagro de la predicación, que recuerda una vez mas
a todos los que son llamados, que es un privilegio
y una responsabilidad seria pararse delante de la
gente y declarar, “Esto es lo que dice el Señor”.

Resumen
Siendo que la claridad es uno de los objetivos
principales del sermón expositivo, algunos orado-
res tienen la práctica de dar sus puntos principales
y establecer el propósito y objetivo en la introduc-
ción. Existen ventajas y desventajas en este proce-
dimiento. Mientras es bueno para la congregación
38
Razones para Predicar la Palabra

saber hacia donde va a ir el orador, puede ser que


no sea tan bueno para ellos preguntarse si va a to-
mar el mismo tiempo en los puntos dos y tres como
lo hizo en el punto uno. El orador que intenta crear
entusiasmo en el primer segmento del sermón, pre-
dicando o dando vueltas, no va a inspirar a nadie,
sino que va a hacer que la gente mire el reloj des-
pués de 45 minutos o una hora cuando anuncie,
“Punto Número Dos”.
Una buena introducción a un sermón, como la
línea que guía un párrafo o la introducción de un
libro, determinará si el orador tiene oyentes, una
audiencia interesada, o sólo una congregación sen-
tada fuera del tiempo y esperando la bendición.
Charles Koller, en su excelente libro, La Predi-
cación Expositiva Sin Notas (Expository Preaching
Without Notes), recomienda el uso de una palabra
clave o una palabra de transición para ayudar a que
uno pueda moverse suavemente de la introducción
al primer punto principal. En el próximo capítulo,
diremos más sobre este tema del movimiento, como
mantener el interés y conservar el sermón vivo.

39
Predicando la Palabra Hoy

40
3
Haciendo
Transiciones en la
Predicación
Expositiva
F. J. May, D.Min.

El capítulo anterior estuvo enfocado en la fun-


ción de la introducción al sermón expositivo y cuán
importante es establecer el propósito y el objetivo,
dejandole claro a la congregación lo que puede es-
perar del sermón. Una buena introducción es simi-
lar a un anzuelo, un atractivo, para que los oyentes
puedan subir a bordo y puedan mantener la aten-
ción desde el mismo principio al orador.
Como se mencionó anteriormente, los puntos
principales del sermón expositivo siempre saldrán
del mismo pasaje de la Escritura. Pero, estos pun-
tos deben ser introducidos. Existen algunos pasos
importantes que uno debe tener en cuenta para
hacer una transición suave desde la introducción
hacia los puntos principales. Los oradores más ex-
perimentados entienden cuan fácilmente se pue-
de perder la atención de la congregación desde la
apertura. Por lo tanto, en la introducción, el minis-
tro siempre busca tener una oración de transición

41
Predicando la Palabra Hoy

que tienda un puente suave desde la introducción


al primer punto principal.

Palabra Clave
Charles Koller, en su libro, La Predicación Exposi-
tiva Sin Notas (Expository Preaching Without Notes),
da algunas instrucciones claras de como hacerlo.
Los oradores hacen la transición sutilmente y en
forma lógica, por medio del uso de lo que él llama
una palabra clave. Uno podría utilizar fácilmente el
término palabra conectiva. El énfasis de Koller está
en que el ministro debe examinar muy de cerca el
pasaje de la Escritura, buscando la palabra clave
o la palabra conectiva que ya sea que identifique
o se relacione de alguna manera con los puntos
principales del sermón. Los puntos adecuados del
sermón expositivo siempre tendrán esta conexión,
o alguna relación en la mente del escritor del texto;
pero es el talento de un erudito en la Biblia—por
medio de la revelación del Espíritu Santo—que lo
puede descubrir.
El uso de esta frase, palabra clave, puede traer
alguna confusión para el lenguaje de nuestros días.
La palabra en realidad viene de una época anterior.
Es una tendencia natural comparar una palabra
clave con solamente una palabra o frase que esté
fuera del texto en particular, como con Juan 3:16,
siendo la palabra clave “amor”. Por supuesto, eso
es verdad en cierto sentido; pero eso no es lo que
Koller está diciendo. Koller quiere decir que luego
que el ministro tiene los puntos principales del ser-
món expositivo en orden, busca la palabra clave o
frase clave, que es como un distintivo para cada
uno de los puntos del sermón. Este distintivo pue-
de ser una idea, un pensamiento, algo que conecta

42
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

a todos los puntos; aunque no tiene que ser una


palabra que se encuentre en el texto del pasaje es-
tudiado.
Considere esta ilustración—una de las tantas
tomadas del libro de Koller:
El libro de los Hechos, capítulo 8, relata la his-
toria personal de Felipe, el diácono que se volvió
evangelista. Koller desarrolla diferentes sermones
que saca de este pasaje, el primero es un mensaje
desde el punto de vista del mismo Felipe. En otras
palabras, usa a Felipe como un modelo de una per-
sona que conoce como testificar y hablar a otros de
Cristo. Él titula su sermón, “Condiciones para un
Testimonio Efectivo”.
De la historia, uno sabe que Felipe, después de
predicar en Samaria, fue llamado y dirigido por el
Señor para ir en dirección sur donde se encontró
con el eunuco etiope que había estado en Jerusa-
lén, adorando a Dios, y ahora se encontraba re-
gresando a su ciudad en África. La narración dice
como Felipe pasó por varias etapas, o pasos de con-
versación, con este hombre y lo guió al Señor Jesu-
cristo. Felipe llegó a ser un gran testigo. El sermón
utiliza estas condiciones por las cuales pasó Felipe,
en el sentido de su esfuerzo, para testificar, para
establecer “Condiciones para un Testimonio Efecti-
vo” que son aplicables en el presente y virtualmen-
te en cualquier situación.
Éstas son las condiciones:
1. El orador debe responder a la dirección del
Espíritu. Felipe obedeció al Espíritu Santo. Koller
sacó ese pensamiento del mismo texto.
2. El orador debe proceder tácticamente. Este es
un punto lógico implícito, siempre aplicable cuan-
do uno se acerca a un extraño. Felipe se acercó al
eunuco etiope con sinceridad y honestidad.
43
Predicando la Palabra Hoy

3. El orador debe utilizar las Escrituras. El hom-


bre se encontraba leyendo el libro de Isaías, por
tanto le presentaba a Felipe una oportunidad na-
tural, ordenada por Dios. Felipe con tacto abrió el
diálogo con una pregunta pertinente, ¿“Entiendes
lo que lees”? Luego hizo uso del mismo pasaje de la
Escritura.
4. El orador debe presentar a Jesucristo. Felipe
tomó el mensaje de Isaías, lo orientó y habló de su
cumplimiento en la persona de Jesucristo de Naza-
ret quien, en alguna manera, era una persona de
quien el eunuco había escuchado rumores durante
su visita reciente a Jerusalén.
5. El orador debe seguir la tarea hasta comple-
tarla. Felipe no solamente le presentó a Cristo, sino
que hizo el seguimiento de las buenas nuevas con
una decisión y acción.
Éstos son los cinco puntos principales del ser-
món de las condiciones elegidas por Koller. Condi-
ciones, por lo tanto, es la palabra clave o la palabra
de conexión; en la introducción, Koller dirá algo así
como, “Les voy a hablar sobre Felipe y cómo él llegó
a ser un gran ganador de almas y testigo de Cristo”.
Luego, él mencionaría cada una de las condiciones.
Cada punto llegó a ser una condición.

Palabras o Frases de Transición


Otra manera de abordar esto seria decir, “Nues-
tro texto de hoy presenta varias verdades que uno
necesita entender, siendo la primera así y así”.
Una vez que la palabra conectiva queda defini-
da, uno no debe preocuparse o buscar alrededor
para obtener una frase de apertura en la primera
declaración. Todavía otro enfoque podría tenerse
en cuenta diciendo, “Este texto nos plantea tres

44
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

preguntas particulares que necesitan ser respondi-


das”. Siguiendo a esto, será natural decir, “La pri-
mera de estas preguntas es así y así”.
Un estudiante joven de la China que estudiaba
en Indonesia utilizó el plan de Koller para desarro-
llar su primer sermón expositivo para presentar en
su clase de seminario. Eligió un pasaje de la Es-
critura del libro de Génesis. Su tema era, “Cuatro
Preguntas que Dios Hace a Cada Individuo”. Uno
inmediatamente se preguntará, cuáles serán esas
cuatro preguntas. Cada individuo conoce que él/
ella está sobre la tierra por la voluntad y decreto de
Dios, pero ¿cuáles son las preguntas que él hace?
Con esa introducción, y ese gancho de interés, el
joven siguió con el desarrollo de sus cuatro puntos
principales:
1. ¿Dónde estás tú? Esta fue la primera pre-
gunta que Dios le hizo a Adán y a Eva. Durante el
fresco del día, Dios venía normalmente a visitarlos,
pero en esta ocasión, él los encontró escondidos en
vergüenza por su pecado. La culpa de Adán y Eva
les hizo sacar su confesión, “Estábamos desnudos
y nos escondimos”. “¿Dónde estás tú?” es una pre-
gunta que Dios todavía hace a los hombres y muje-
res de hoy.
2. ¿Quién te dijo eso? La segunda pregunta que
Dios les hace—y a cada hombre—es, ¿Quién te dijo
todo eso? En otras palabras, ¿A quién estás escu-
chando? Adán y Eva habían estado escuchando a
Dios. Ellos habían estado hablando con Dios. Dios
los había visitado y ellos tenían compañerismo.
Ahora, obviamente, Adán y Eva habían escuchado
a otra persona como dándose vuelta hacia la ser-
piente antigua, Lucifer.

45
Predicando la Palabra Hoy

3. ¿Ustedes comieron? En otras palabras, Dios


les preguntó, ¿Hicieron ustedes realmente lo que
les dije que no hicieran? Él les había ordenado que
no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y
del Mal, por lo tanto ahora les pregunta, ¿ustedes
realmente lo hicieron? La misma pregunta pene-
trante les llega a cada individuo en relación con sus
propios pecados.
4. ¿Saben ustedes que significa lo que han he-
cho? Esta es la pregunta final que Dios le hace a
Eva, a Adán, y a cada individuo. Lo que quiere de-
cir es, ¿Tenía Eva una idea de las consecuencias de
largo alcance de su decisión?
Como una introducción a “Cuatro Preguntas
que Dios Hace a Cada Individuo”, el joven dijo, “voy
a hablar a ustedes hoy acerca de las cuatro pre-
guntas que Dios hizo a Adán y Eva”. Él hizo la tran-
sición para decir, “Estas son las mismas preguntas
que Dios hace a cada individuo hoy: ¿Dónde estás
tú? ¿A quién están escuchando? ¿Hicieron ustedes
realmente lo que les dije que no hicieran? ¿Se dan
cuenta de las consecuencias y ramificaciones de
sus acciones?”
Esto es un ejemplo de lo que significa tener
una palabra conectiva, una palabra de transición,
ya que el joven se presenta con, “Voy a hablarles
hoy acerca de cuatro preguntas”, y luego hace un
puente sobre “La primera pregunta que Dios hace
a cada individuo es”. Con este paso tan importan-
te de transición, el orador mueve suavemente a la
gente de la introducción del pasaje al primer pun-
to del sermón, mientras al mismo tiempo crea una
necesidad y un interés en los oyentes sobre lo que
van a escuchar.

46
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

Recuerde, como se ha mencionado antes por


Grady Davis, que la primera pregunta que la gente
hace por tendencia natural acerca del sermón es,
¿De qué está hablando el orador? Ellos desean co-
nocer el asunto, el tema, y la proposición. De otra
manera, el interés se pierde inmediatamente.
La segunda pregunta que la gente tiende a ha-
cer es, ¿Qué es lo que el orador va a decir al respec-
to? Es ahí donde se enfoca el propósito estableci-
do. Luego, el oyente no sólo sabe el tema, sino la
dirección, el propósito, y el objetivo del orador, todo
para ilustrar la gran diferencia que realmente hace
el uso de una palabra clave o frase de transición.

Un Ejemplo Didáctico
Uno puede sacar un gran ejemplo didáctico
del libro a los Efesios, Capítulo 1. Aquí, el apóstol
Pablo usa un número de términos teológicos como
parte del pasaje completo. Al colocarlos juntos, se
puede hacer un gran mensaje. Pablo llama a és-
tos, “Bendición espiritual en los lugares celestiales”
(Efesios 1:3). Estos términos están todos emparen-
tados entre si, en el sentido que se relacionan al
concepto, o doctrina, de la adopción. Los términos
son usados en relación a la revelación que Dios
hizo llegar a la raza humana en su pecado, miran-
do a cada individuo aun antes de la fundación del
mundo, y haciendo planes y arreglos para que los
creyentes fueran adoptados en Su familia. El con-
cepto completo es que Dios quiere una familia y
pone mucho énfasis en eso.
Esta verdad se mostró en el pasaje examinado
de Génesis, donde Dios descendió en la frescura
del día para hablar con Adán y Eva. Él quería su
compañerismo, su relación familiar.

47
Predicando la Palabra Hoy

Por lo tanto, en este pasaje de Efesios, uno tie-


ne varios términos relacionados con la adopción.
Al presentar este pasaje uno podría simplemente
decir que Pablo estaba usando la terminología de
la adopción para expresar la relación diseñada por
Dios para la humanidad. Después de hacer esta
declaración introductoria, uno puede seguir dicien-
do, “Un examen detallado de este pasaje revela que
estas palabras están relacionadas con el cuadro
completo de la adopción”. Esto puede ser seguido
por una simple lectura o listado de términos que
tienen que ver con el lenguaje de la adopción.
1. Escogido. Dios es el que escoge y no los hom-
bres. Es extremadamente importante notar que él
que adopta es el que escoge, lo cual Dios lo ha he-
cho antes de la fundación del mundo.
2. Adopción. Esta palabra es usada en el versí-
culo 5, está preparando el escenario para los versos
que continúan.
3. Aceptado. Los creyentes llegan a ser parte
de la familia de Dios, bienvenidos y aceptados en
el Amado, así como ocurre cuando los padres te-
rrenales adoptan un niño, con todos los derechos
y privilegios que lo acompañan. Esta aceptación
familiar también habla de herencia, como los ni-
ños adoptados llegan a ser, por la ley, herederos de
toda la fortuna de la familia.
4. Redención. Éste es un gran término teológico
que significa que Dios pagó el precio para traer a la
humanidad hacia si mismo por medio de la regene-
ración y la limpieza.
5. Perdón. La carga del pecado es un gran peso
sobre los hombros de la humanidad, por lo tanto,
hace de esta palabra la más hermosa y bienveni-
da. Dios ofrece su favor, misericordia y gracia por

48
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

medio de Jesucristo. El derramamiento de su san-


gre ha provisto perdón, permitiendo que el creyente
pueda pararse con favor en la presencia del Dios
Todopoderoso.
6. Testamento. Este término, también está re-
lacionado con la adopción. Aun cuando los padres
terrenales preparan un testamento, un instrumen-
to legal, para la herencia familiar, así Dios lega
buenas cosas a sus hijos fieles y obedientes.
7. Herencia. Los fieles de Dios, niños adopta-
dos, reciben la herencia garantizada de hijos por
medio de Jesucristo el Señor. Por lo tanto, está re-
velado como Dios provee para sus hijos—su familia,
aquellos que reciben la Palabra, la creen, y actúan
en base a ella—por medio de la adopción. Esto es
especialmente relevante a los gentiles, entendiendo
que Dios escogió primeramente a los judíos como
su instrumento para traer al Mesías al mundo, y
luego, por medio de Cristo quien alcanza también a
todos los otros. Los gentiles y todos los creyentes
han sido traídos a un pacto para que ellos también
puedan ser participes de la herencia eternal.
8. Sellados. Este término se relaciona con la
adopción, porque establece la legalidad de lo que
se ha hecho. Los creyentes son sellados por medio
del eterno decreto de Dios en Jesucristo. Ellos son
sellados por medio del Espíritu Santo de la prome-
sa.
9. Arras. Esta es una palabra antigua que sig-
nifica “garantía”. El Espíritu Santo de Dios es la ga-
rantía de la herencia del creyente. Es algo como un
pago por adelantado, similar al depósito de dinero
inicial usado para comprar una casa, significando
la intención y una promesa de hacer la compra pro-
metida.

49
Predicando la Palabra Hoy

Es Dios mismo quien ha provisto el depósito del


dinero. Para decirlo de otra manera, es Dios quien
ha dado el Espíritu Santo y quien, al hacerlo así,
ha garantizado hasta el final todas las promesas de
salvación para el creyente.
Solo repasando este hermoso pasaje, brevemen-
te mirando todos los términos, proyecta toda la es-
cena de la adopción con tan gloriosa belleza que
hace que el corazón se regocije. Literalmente, se
podrían tener muchas horas de predicación con es-
tos versículos.
En West Frankfort, Illinois, un hombre anciano
fue asesinado cuando cruzaba una autopista. Sin
mirar, se cruzó frente a un automóvil que venía por
la pista. Al preparar el obituario de este hombre, el
pastor descubrió una historia maravillosa.
Este hombre había nacido en una embarcación
de río, hijo de una señorita, cuyo padre había sido
un hombre mayor que estaba con ella, pero no era
su marido. Ellos habían llevado la pequeña embar-
cación hasta Shawneetown, Illinois, y una partera
ayudó a la madre en el parto. El padre colaboró con
la partera. Cuando el niño nació, la partera tomó
al niño en sus manos y sin lavarlo, se lo entregó
al padre quien quería arrojarlo al río. La partera le
gritó y dijo: “No haga eso”. “Déme el bebé a mí. Yo
voy a cuidarlo”.
La pequeña embarcación siguió su viaje a Ohio.
El niño fue colocado en lo que llamaban un expó-
sito, ahora un orfanato. Lo llamaron Alberto y el
niño creció saludable y era contemplado, de tiempo
en tiempo, por los mayores que iban al orfanato
para elegir a otros niños en adopción. Sin embargo,
ninguno elegía a Alberto. Alberto era mucho ma-
yor cuando finalmente un hombre de nombre Rose
vino y preguntó por él para adoptarlo.
50
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

Los que administraban el hogar trajeron a Al-


berto. El Sr. Rose se arrodilló, lo miró a los ojos con
el fin de hablar.
“¿Cuál es tu nombre?”
“Alberto”.
“¿Alberto qué?”
“Yo no se. Yo no tengo un apellido familiar. Yo
no se quienes son mi padre o mi madre”.
“¿Cuántos años tienes?”
“Yo no se. Ellos no lo tienen registrado en sus
archivos”.
“Bien, Alberto”, le dice el Sr. Rose, “tú pareces
tener cerca de ocho años. Éste lo vamos a llamar el
día de tu cumpleaños. Yo te voy a dar mi nombre;
y, de ahora en adelante, vas a ser alguien. Te vas a
llamar Alberto Rose”.
Años después, Alberto Rose—un hombre teme-
roso de Dios y fiel cristiano—murió en la autopista.
Él llegó a ser un hombre de oración, uno que siguió
a Jesucristo; y no resultó difícil para el pastor pre-
dicar en su funeral.
La historia de Alberto ilustra hermosamente la
gracia de Dios por medio de la adopción. Él viene
a los pecadores, los mira a los ojos, y toma a cada
uno individualmente en sus brazos. Él escribe sus
nombres en el registro del cielo y los adopta en su
familia. Ellos llegan a ser sus herederos de las co-
sas eternas, más bendecidas de lo que las palabras
lo puedan describir. Con esa nueva vida, nueva
identidad, nuevo nombre, el creyente pertenece a
una familia. Por lo tanto, uno puede entender este
pasaje de Efesios y regocijarse delante de Dios.
De ese pasaje, el único bosquejo necesario es
subrayar aquellas palabras que son términos de
la adopción. Siguiendo el pasaje a medida que es

51
Predicando la Palabra Hoy

leído, dará un bosquejo claro y maravilloso para


poder seguir.

Conclusión
Lo que se ha dicho hoy sobre la palabra clave de
Koller o frase conectiva es que ellos fácil y natural-
mente pueden identificar cada punto en el mensaje.
En otro bosquejo de sermón, Koller toma un re-
curso diferente para la historia de Felipe y el eunu-
co etiope (Hechos 8). De hecho, uno podría tomar
las notas de Koller como otros recursos para esta
historia, como ha sido hecho con la predicación de
hace siglos.
En este segundo bosquejo, Koller desarrolla un
sermón desde el punto de vista del Etiope en lu-
gar del de Felipe. El primer bosquejo hablaba sobre
Felipe como un buen testigo cristiano. El segundo
bosquejo trata de la salvación del Etiope, y está ti-
tulado, “Pasos a la Salvación”. La introducción de
Koller se relacionaría con lo que cada individuo ne-
cesita hacer, por lo tanto, establece una necesidad,
mientras se despierta interés para lo que sigue.
Luego, haría una transición para entrar en los cua-
tro puntos principales del sermón, que son los si-
guientes:
1. Abierto a la verdad
2. Entendimiento
3. Creer
4. Obedecer
Estos cuatro pasos llevaran a un pecador since-
ro y honesto a salir de las tinieblas para entrar en
la maravillosa luz de Dios. Estos pueden ser fácil-
mente entendidos como “Pasos a la Salvación”. Por
medio de estos pasos el etiope creyó, recibió a Cris-
to, fue bautizado y siguió por su camino con gozo.

52
Haciendo Transiciones en la Predicación Expositiva

En el próximo capítulo miraremos más de cerca


al sermón expositivo y examinaremos algunas de
las ventajas ofrecidas por este tipo de predicación
para hoy.

53
Predicando la Palabra Hoy

54
4
Ventajas de la
Predicación del
Sermón Expositivo
F. J. May, D.Min.

En los capítulos anteriores hemos tratado cier-


tos aspectos de la predicación expositiva, tales
como la manera de comenzar la preparación del
sermón y los pasos específicos para esa prepara-
ción. La atención se ha centrado en los detalles de
una buena introducción al sermón y como surge
una conclusión adecuada y naturalmente, a partir
del objetivo y el tema principal del mensaje.
Este capítulo busca ir más allá del título, enfo-
cándose en las ventajas específicas de la predica-
ción expositiva. No todos los ministros aprovechan
las ventajas de este estilo de predicación. Sin em-
bargo, aquellos que lo hacen, no sólo descubren
grandes resultados, sino también testifican de una
gran satisfacción personal. Muchos argumentan
que la predicación expositiva lleva a las personas
a la Palabra de Dios en una manera muy especial,
y que es difícil de duplicar en otros estilos. Todo lo
cual nos guía a la primera gran ventaja de la predi-
cación expositiva.

55
Predicando la Palabra Hoy

Ventajas de la Predicación Expositiva


La predicación expositiva ayuda a las personas
a entender la Biblia. Una de las grandes ventajas de
la predicación expositiva es que ayuda a la gente a
entender y aprender las Escrituras en una manera
única. Toda predicación expositiva, por su misma
naturaleza, tiene alguna enseñanza. De hecho, pa-
rece tener tremendo valor, desde el punto de vista
de la mayoría de las congregaciones, por lo que po-
dría llamarse enseñanza /predicación. Parece que
uno podría salir con un elogio más apropiado para
el hombre o mujer de Dios al usar la frase “un pre-
dicador maestro”. Cada sermón debería tener algo
de enseñanza de la Palabra en el, y parece muy
lógico esperar que el pueblo de Dios, cuando salga
del santuario, sea más conocedor de la verdad bí-
blica.
Es esta verdad de la Escritura, aplicada al diario
vivir, la que ayuda a los individuos a crecer en la fe.
Pablo dice, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la
palabra de Dios” (Romanos 10:17). Por lo tanto, el
ministro que desea edificar la fe en Dios de los cre-
yentes y la fe en el Señor Jesucristo, se concentrará
en la Palabra. Un creyente dijo que es como esto:
“Cuando quiero fe, voy a la Biblia. Cuando quiero
gracia, voy al trono de Dios en oración; porque la
Palabra dice, ‘Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro’” (Hebreos
4:16).
El sermón que relata eventos del momento, o
que pone los pelos de punta con las estadísticas, o
que entretiene con anécdotas atractivas, puede cap-
turar y mantener la atención de los oyentes, pero
es solamente la Palabra—conocida, entendida y

56
Ventajas de la Predicación del Sermón expositivo

aplicada al corazón—que transformará la vida y


dará a la gente algo sustancioso para afirmarse
cuando se enfrente con las dificultades. Aquellos
que creen en la Palabra, que la aceptan sin reser-
vas, y que actúan sobre ella en sus decisiones dia-
rias—estos son los que crecen y maduran en su
relación con el Señor Jesucristo. Esos son también
los cristianos maduros que establecen una relación
adecuada con otras personas en la iglesia y el cuer-
po de Cristo. Los sermones expositivos son ideal-
mente adecuados para este propósito y objetivo.
La predicación expositiva enseña teología Bíbli-
ca, especialmente cuando se desarrolla una sermo-
nes en serie basados en un libro de la Biblia. Mu-
chos ministros, especialmente pastores de mucho
tiempo, encuentran tremendas ventajas al desarro-
llar sermones en serie de un libro específico de la
Biblia. Con esta declaración, no se le resta impor-
tancia a los mensajes temáticos—que también pue-
den hacer una tremenda presentación de la verdad
Bíblica, especialmente cuando se eligen cuidadosa-
mente una variedad de temas de la Biblia dentro de
un contexto adecuado—pero la predicación exposi-
tiva todavía ofrece algo único en cuanto a comodi-
dad, satisfacción y garantía de que el/ella sigue el
mismo bosquejo y el diseño del escritor inspirado
de la Escritura.
La predicación de sermones en serie, tiene la
particularidad de que uno quede debidamente in-
formado de un libro de la Biblia y su autor. Lleva
a uno al contexto de un libro completo y da lugar
a la concentración y presentación de la teología Bí-
blica en contraste con la teología sistemática. La
teología sistemática es el estudio de ciertos temas,
tales como salvación, santificación, Cristología, el

57
Predicando la Palabra Hoy

Espíritu Santo, la Trinidad, durante el cual uno se


concentra en esas Escrituras relevantes a esos te-
mas. También los estudios de la teología sistemáti-
ca normalmente incluirán libros importantes escri-
tos sobre los temas a lo largo de los años. Lo mismo
es verdad sobre la predicación temática, aunque la
mayoría de la gente que asiste a la iglesia regular-
mente, o que escucha las predicaciones por la radio
y la televisión, pueden también notar que existen
ciertos sermones temáticos donde nunca se lee un
texto y donde se dice muy poco del punto de vista
de la Palabra de Dios.
Por lo tanto, los sermones en serie de un libro
de la Biblia son de más ayuda a la gente en térmi-
nos de su entendimiento de la teología de ese libro
en particular. Por ejemplo, la teología del Libro de
Jeremías—que presenta la ruina y destrucción del
reino del sur de Israel y su viaje a la cautividad Ba-
bilónica—es totalmente diferente al libro de Éxodo
donde Moisés describe como Dios libertó a Israel de
la esclavitud en Egipto. Éxodo presenta el trabajo
de la fe, basado en los milagros divinos de Dios que
guiaban a su pueblo. Sin embargo, después que Él
los liberó y los estableció en la Tierra Prometida, la
desobediencia de ellos los llevó al juicio. El panora-
ma de Jeremías presenta un ángulo diferente y un
punto de vista teológico opuesto al de Moisés.
Cuando uno hace sermones en serie de un libro
de la Biblia, uno se encuentra con diferentes mati-
ces de la teología Bíblica, los cuales tienen una gran
importancia para ayudar a la gente a entender y
aprovecharse de lo que cada libro enseña. Por ejem-
plo, en el libro de Lamentaciones, Jeremías hace
algunas declaraciones que derriban exactamente lo
que uno pudiera escuchar de ciertos predicadores

58
Ventajas de la Predicación del Sermón expositivo

de hoy. El escribe acerca de como Dios afligió a la


gente de Israel—Jerusalén en particular—y presen-
ta un gran lamento y llanto por la condición de la
ciudad. Su teología claramente presenta un men-
saje de juicio y retribución por la desobediencia y
reincidencia en el pecado de la gente.
Existen aquellos que hoy, por supuesto, argu-
mentarán que Dios nunca aflige a nadie—aflicción,
dolor y sufrimientos son la obra del diablo. Mien-
tras esta declaración puede ser cierta en un senti-
do amplio, en un cuadro general de las cosas, su
simplicidad y toda inclusión es negada cuando uno
estudia el Libro de Lamentaciones. En este libro, el
escritor pone bien en claro que Dios trae/permite
(uno puede utilizar cualquiera de los dos término
a la luz de la plena soberanía de Dios) aflicciones
en forma de juicio sobre un pueblo desobediente,
porque su propósito máximo es el arrepentimien-
to y la rectitud. Ese es un tipo de teología Bíblica
fácilmente vista en una serie de estudios el cual
puede ser pasado por alto con otras formas de pre-
dicación.
Esto no tiene la intención de dar a entender que
existen contradicciones teológicas. Esto resalta el
hecho que la vida y la gente son muy complejas.
Cada escritor en la Biblia tiene un enfoque particu-
lar, un método particular, y una relación particular
con Dios en cuanto a su mensaje; y uno puede en-
tenderlos totalmente sólo por medio de un estudio
detallado y análisis de las circunstancias involu-
cradas. Los diferentes puntos de énfasis teológico
en ninguna manera cambian o impactan los atri-
butos divinos de Dios. En primer lugar, no cam-
bian para nada el propósito divino de Dios para la
humanidad o sus propósitos eternos al crear este
universo.
59
Predicando la Palabra Hoy

Por lo tanto, las ventajas de la predicación ex-


positiva, especialmente la predicación de una serie
de libros de la Biblia, lo lleva a uno a través de los
diferentes tipos de literatura. Uno comienza con el
Pentateuco—los primeros cinco libros de la Biblia,
los cuales hablan de la Creación y la entrega de la
Ley—y luego los libros históricos, los Salmos y Li-
teratura de Sabiduría, y los profetas. Todas estas
verdades presentadas en manera diferente, hacen
necesario conocer los antecedentes y el contexto.
Aquellos que no lo hacen corren el riesgo de come-
ter un grave error, y algunas veces atribuir a los
autores de la Biblia un mensaje o una verdad que
nunca intentaron decir.
La siguiente escena puede servir como una pa-
labra de advertencia. Algunas veces el orador, pre-
dicando un sermón temático, puede ir a un texto
particular en la Biblia y presentar un tema fuera
de contexto y predicar un sermón en nombre del
autor. Por ejemplo, el puede decir, “Jeremías dijo
esto, o Jeremías dijo aquello”, cuando en verdad,
Jeremías no quería decir nada de eso. Uno debería
recordar que existe una diferencia entre presentar
un principio universal fuera de la Biblia, a exponer
el mismo y atribuir las palabras a un autor. Visto
en su verdadero contexto, el texto del sermón bien
podría ser de una naturaleza completamente dife-
rente.
Por ejemplo, en el Libro de Amós, el dijo a Is-
rael: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”.
Amós le estaba diciendo a Israel que se preparara
para el juicio de Dios que venía con toda seguridad.
Una presentación contextual honesta de sus pala-
bras debe presentar su mensaje, el cual, por su-
puesto, es aplicable a cualquier generación. Muchos

60
Ventajas de la Predicación del Sermón expositivo

predicadores y evangelistas han tomado estas pala-


bras simples—una verdad universal y ciertamente
una advertencia pertinente para todos—y predica-
ron sermones con gran fervor, y significando, “Pón-
ganse bien con Dios. Arrepiéntanse. Vengan ahora
a tener un encuentro con Dios”. El mensaje es ver-
dadero. Existe una verdad universal en la declara-
ción, y otros pasajes de la Escritura que significan
precisamente eso, pero las palabras están fuera de
contexto, en cuanto al Libro de Amós se refiere,
por lo menos debería reconocer el contexto, decir a
la gente que está adaptando una verdad universal
y parafraseándola, aunque Amós quería decir un
mensaje diferente.
El punto que se presenta aquí es que, la pre-
dicación expositiva en serie de un libro de la Bi-
blia protege al ministro, en gran parte, de este tipo
de error. Cuando uno, por ejemplo, se sumerge en
la hermosura de los Salmos—cantos de confian-
za, cantos de alabanza, cantos de agradecimiento,
el gran himnario de adoración—uno aprende algo
más acerca de toda la Biblia. Esto es vitalmente
importante para la gente en cuanto a su crecimien-
to, fe, entendimiento, y relación madura con Dios.
Cada ministro debería sentirse animado a tomar
ventaja de oportunidades para predicar expositiva-
mente.
La predicación expositiva nos expone a diferen-
tes clases de temas. Esos temas variados llegan a
ser más notables cuando se hacen sermones en se-
rie de un libro de la Biblia. Algunos de esos serán
temas que probablemente nunca se predicarían de
otra manera, porque el estudio profundo para pre-
dicar una serie requiere penetrar completamente
dentro de los tiempos y circunstancias del autor.

61
Predicando la Palabra Hoy

Por ejemplo, un tema más bien oscuro puede surgir


del capítulo 5 de un cierto libro. El hecho que allí se
encuentra, lo fuerza a uno a examinarlo, pensar en
ello, investigarlo, y muy probablemente desarrollar
algo bueno para la congregación debido a que uno
desea que ellos entiendan todo el libro.
El ejemplo siguiente debería considerarse cuida-
dosamente. Un pastor fue informado que un cierto
individuo en la congregación estaba viviendo en in-
moralidad y eso estaba trayendo crítica a la iglesia.
El pastor sintió la presión de la situación, pero no
sabía precisamente como enfrentarlo. El pastor era
un consejero pastoral entrenado en sus días en el
seminario, pero todavía no sentía que el tenía la
respuesta exacta para esta ocasión.
La primera cosa que hizo el pastor fue llevar el
asunto a Dios en oración, buscando la dirección del
Espíritu Santo y orando por sabiduría para resol-
ver el problema antes que se pusiera peor. Fuera de
este dilema, y con la dirección del Espíritu Santo, el
pastor comenzó una serie de sermones expositivos
del Libro de 1ra. Corintios.
Esta serie de sermones guió al pastor, a tiempo,
al capítulo 5 donde Pablo registra la historia de la
iglesia de Corinto y el ejemplo más gráfico de inmo-
ralidad que estaba trayendo una gran crítica a la
iglesia. El pastor no podría sentirse cómodo al lan-
zarse inmediatamente del capítulo 5 y aplicar eso
a su congregación; sin embargo, bajo la guianza
del Espíritu Santo, hizo el trabajo por medio de la
series. Presentó una introducción sobre todo el Li-
bro de 1ra. Corintios. Desarrolló un mensaje sobre
el significado de la cruz y su importancia para los
creyentes de cada generación.

62
Ventajas de la Predicación del Sermón expositivo

Finalmente, el pastor sacó los problemas que


existían en la iglesia de Corinto—los pecados car-
nales que están expuestos en el capítulo 2, y la
inmadurez presentada en el capítulo 3, donde los
cristianos tenían que ser tratados como bebes en
Cristo, alimentados con leche porque no eran ca-
paces de digerir la carne de la Palabra. En esta ma-
nera, el pastor llegó naturalmente al capítulo 5 y la
exposición sobre el tema delicado y muy personal
de la fornicación.
El día que el pastor predicó sobre el tema, uno
puede saber que él se había preparado no solamen-
te desde el punto de vista del texto, pero también
desde su propio corazón. El predicó compasiva-
mente, con lágrimas, así como Pablo lo escribió. El
predicador no desvalorizó u ofendió a nadie. Ape-
ló por medio del amor de Cristo, presentando un
mensaje muy difícil, pero basado en el amor y en la
gracia del Dios todopoderoso.
De acuerdo al pastor, un número de personas
respondieron al sermón de ese día, pasando al
frente para orar. Siete se convirtieron. Un individuo
que oraba esa mañana era la persona que el pastor
había dicho que estaba envuelto en inmoralidad.
Como resultado de ese sermón y aquella reunión,
un gran cambio se suscitó en la congregación. El
chisme y la charla irresponsable disminuyeron. El
amor fue restaurado en la comunidad. Dios sim-
plemente hizo un milagro por medio del poder de
su Palabra.
Por supuesto, eso no significa que el ministro
siempre obtendrá las cosas tan claras con una lec-
tura dada por el Espíritu Santo, pero es una cosa
maravillosa cuando sucede, y el ministro debería

63
Predicando la Palabra Hoy

estar conciente de la dirección divina cuando esco-


ge cualquier sermones en series en cualquier libro
de la Biblia. En la ilustración arriba mencionada,
el pastor conocía por casualidad el problema en la
iglesia. Uno no siempre puede estar en esa posi-
ción, pero uno siempre debe saber que Dios está
en control. Él lee los corazones de cada hombre y
mujer, y prepara Su Palabra para llevarlos al arre-
pentimiento y a la obediencia. El desarrollo de ser-
mones expositivos en series pone a uno en contac-
to con muchos temas, por lo tanto, dando así la
oportunidad al Espíritu Santo para que nos guíe
por sendas nuevas y dentro de áreas que de otra
manera podrían ser olvidadas o ignoradas.
La predicación expositiva de sermones en serie
de un libro de la Biblia hace que la selección del
texto y el tema sea más fácil. Mientras esto pueda
parecer un poco simplista, no es un bono pequeño
para un pastor ocupado en el mundo de hoy. Mu-
chos pastores luchan cada semana para elegir y
tratar de decidir el tema y la dirección para el ser-
món del próximo domingo en la mañana, domingo
en la noche o el servicio de mitad de semana. Como
se acaba de ilustrar, hay momentos cuando el Es-
píritu Santo se mueve milagrosamente, o cuando
las circunstancias claramente indican un mensaje
necesario para la congregación; pero en la mayoría
de los casos, el Espíritu de Dios dirige y guía al mi-
nistro en formas más sutiles. El ministro tiene la
responsabilidad de predicar la Palabra. Esto lleva
consigo la tarea de escoger textos y temas. Cuan-
do el ministro ora y se siente bien en relación con
una estrategia general para enseñar y predicar un
libro de Biblia, puede proceder sin mayor ansiedad
o pérdida de tiempo.

64
Ventajas de la Predicación del Sermón expositivo

También, uno podría notar que aun una serie


bien planeada de sermones pude ser ajustada para
dar lugar para ocasiones o eventos especiales que
vienen con el calendario o con tragedias o traumas
en la iglesia.
En la Iglesia de Dios, se acostumbraba que los
sermones de los domingos en la mañana fueran
siempre destinados a animar y estimular a los san-
tos, los domingos en las noches eran principalmen-
te apartados para mensajes evangelísticos. Eso ha
cambiado en años recientes. Muy pocos pecadores
o personas que no profesan la fe, asisten ahora a la
iglesia los domingos en las noches, lo hacen los do-
mingos en la mañana. Los ministros deben mirar
ahora por oportunidades evangelísticas los domin-
gos en la mañana, así como también los domingos
en la noche.
El desarrollo de sermones expositivos en serie a
través de un libro particular, en ninguna manera
va a reducir la necesidad de orar y la guianza del
Espíritu Santo, ni debería guiar a la presentación
de meros hechos y datos históricos; pero debería
desafiar a un estudio más crítico y profundo apli-
cable a cualquiera y a todos los que se sientan en
la congregación ya sea los domingos en la mañana,
domingos en la noche, o en las reuniones de mitad
de semana.
Cada semana, cuando uno se sienta para estu-
diar y meditar, existe un punto de inicio. Puede ser
que uno tenga que saltear algún capítulo en el li-
bro, o a veces combinar ciertos capítulos o pasajes,
pero uno continuará estudiando hasta que el Señor
marque lo que es necesario. Moviéndose sistemáti-
camente y con cuidado a través de cada versículo
y capítulo de un libro, uno incorporará toda clase

65
Predicando la Palabra Hoy

de nuevos intereses, nuevos temas y nuevas ideas


para predicar.
A medida que uno permanece en el ministerio,
encontrará la necesidad continua de escudriñar
las Escrituras y escoger textos y temas. Un acerca-
miento expositivo y sistemático libro por libro, ayu-
dará a continuar excavando y encontrar verdades
valiosas de pensamiento e inspiración.

Conclusión
Éstas son las ventajas más obvias de la predica-
ción expositiva—introduce la gente a la Palabra de
Dios en una manera amplia y comprensiva, presen-
ta la teología Bíblica verdadera del libro particular
del autor, expone al predicador estudioso a una ri-
queza de temas nuevos y emocionantes que él/ella
no podría descubrir de otra manera, y simplifica en
gran parte la tarea de elegir textos y temas para la
predicación.
En el próximo capítulo, la atención estará en-
focada en cómo hacer un análisis de un pasaje de
la Escritura. Se explorarán algunos pasos básicos
para la preparación del sermón expositivo y ofrece-
rá sugerencias para hacer que la predicación expo-
sitiva sea aun más efectiva.

66
5
Cómo Analizar un
Pasaje de la
Escritura: Parte 1
F. J. May, D.Min.

Los capítulos anteriores exploraron los temas


tales como la predicación expositiva, como unir los
sermones expositivos, como se hacen los sermones
expositivos, y como uno se introduce en el texto
para encontrar la base adecuada para el mensa-
je que desea presentar. Este capítulo continúa con
un examen de las bases fundamentales del sermón
expositivo, y se concentra principalmente en el
análisis del pasaje de la Escritura.
Mencionamos anteriormente el libro de texto de
Carlos W. Koller, Como Predicar Sin Notas (How to
Preach Without Notes), cuyo titulo original es, Pre-
dicación Expositiva Sin Notas (Expository Preaching
Without Notes). La preocupación que notamos aquí
no es sobre la predicación sin notas—aunque eso
puede ser de mucha ayuda en algunas situacio-
nes—sino en como hacer un buen sermón exposi-
tivo. Ese será el énfasis básico de este capítulo y el
que vamos a seguir.

67
Predicando la Palabra Hoy

El énfasis de este capítulo trata con el tema de


como hacer un análisis de un pasaje de la Escri-
tura. El capítulo 10 del libro de Koller nos servirá
como referencia porque él trata con el mismo tema.
Después de una breve mirada a las instrucciones
de Koller, el capítulo procurará demostrar lo que él
ha dicho al examinar un libro completo de la Biblia,
el Libro de Oseas. Oseas ofrece una maravillosa
lección objetiva para un análisis profundo, y se ha-
rán comentarios en relación con las posibilidades
para la predicación de sermones que naturalmente
surgen de tal análisis de la Escritura.

Análisis en Tres Pasos


Para hacer un análisis de cualquier pasaje de la
Escritura, uno debe primero descubrir, verso por
verso o párrafo por párrafo, realmente lo que se ha
dicho. El objetivo es tener un entendimiento claro
y preciso de lo que el escritor quiso decir. Análisis
significa buscar las bases de la Escritura que serán
los cimientos del sermón mismo. Por lo tanto, uno
debe pensar que el análisis de la Escritura es la
preparación básica de un sermón expositivo.
Una vez que la idea principal, u objetivo espe-
cífico, de un pasaje escogido está en la mente, en-
tonces uno puede dividir el pasaje en versículos o
puede dividirlo en ideas definidas claramente que
apunten y refuerzen la idea principal. Esto puede
definir la tesis o propósito, tal como se ha estudia-
do anteriormente. En otras palabras, llega a ser el
resumen de lo que el sermón está supuesto a decir,
lo que está supuesto a hacer, y lo que el predicador
desea lograr.
Esta idea principal, u objetivo específico, puede
diferir notablemente de pasaje a pasaje, dependiendo

68
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 1

si el pasaje es una narración—cuenta una histo-


ria—o es didáctico—enseña una verdad. Una de las
mejores maneras de hacer una predicación exposi-
tiva es resumir o resaltar las muchas historias que
se encuentran en el Antiguo y Nuevo Testamentos.
Por ejemplo, uno de los más grandes sermones
predicados por el Dr. Robert G. Lee era titulado
“Día de pago, algún día” (Payday Someday). Él basó
su sermón en la historia del profeta Elías, el Rey
Acab, su esposa Jezabel y el pobre Nabot, quien
era el propietario pero se negó a vender la viña de
la familia. El Dr. Lee simplemente siguió el curso
de la historia (1 Reyes 21) dividiendo el pasaje de
la Escritura en lo que él llamó escenas. Lo llamó
así debido a que presentó toda la historia como si
fuera un drama. Presentó a los personajes y luego
desarrolló los puntos principales de cada sección.
Quizás el sermón de Lee ilustra el tipo más fácil
de preparación de un sermón—un sermón expo-
sitivo basado en una historia—pero uno no debe
pensar que la sencillez de este enfoque elimina
la necesidad de destrezas, profundidad teológica,
y una preparación meticulosa para la aplicación.
Como los revelan los segmentos de la historia, uno
encuentra los usos de la verdad que se surgen del
texto. El ministro puede entonces relacionarlos con
la congregación presente con poder e impacto. Aquí
descansa el drama y el poder de la predicación. Las
historias narrativas en la Escritura, son un campo
fértil para la predicación expositiva. Para hacer un
análisis de una narración, uno simplemente sigue
la secuencia, o en el caso del Dr. Lee, las diferentes
escenas de la historia.
Los pasajes didácticos—aquellos que enseñan,
como los mencionados anteriormente en el Libro

69
Predicando la Palabra Hoy

de Efesios—presentan un desafió más difícil, aun


cuando los pasos son similares. Otra vez, uno de-
bería mirar primero el pasaje completo; encontrar
la idea principal; examinar otros versículos para
determinar como ellos se comparan en el apoyo de
la idea principal o de la tesis; y luego construir so-
bre esta tesis otros puntos en el pasaje. Luego uno
debería formular una introducción; determinar
una conclusión; salpique el sermón con lágrimas y
oración; y finalmente estará listo para la presenta-
ción bajo la unción y guía del Espíritu Santo.

Análisis de Oseas
Una síntesis del Libro de Oseas ilustrará lo que
Koller dice y demuestra al juntar estos puntos vi-
tales. Como este capítulo comienza a recorrer todo
el Libro de Oseas, el estudiante debería pensar en
cuanto al análisis de la Escritura. Algunos capí-
tulos serán breves, otros más largos, pero juntos
revelaran la estructura del libro. En ciertas situa-
ciones las porciones de la Escritura elegidas pue-
den ir mas allá del título del capítulo, pero serán
examinados para determinar lo que está allí, prin-
cipalmente el contenido y la estructura, que es la
cosa más importante que uno debe tener siempre
presente al hacer el análisis de un pasaje de la Es-
critura.

Capítulo 1
El capítulo 1 del Libro de Oseas registra los an-
tecedentes de Oseas, su vida personal con su es-
posa, Gomer, y también los nombres de sus hijos.
Esta introducción es vitalmente importante para
entender el libro. Oseas es llamado a hacer algo
que ningún hombre judío haría en circunstancias

70
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 1

normales. El Señor le pidió que se casara con una


mujer que el nunca hubiera elegido. Gomer era
una prostituta, una ramera en el sentido de las Es-
crituras. Probablemente ella se había dedicado o
participaba de las malas prácticas que rodearon la
adoración a los ídolos en los templos—parte de los
rituales inmorales que Dios desdeñada y condena-
ba en ese tiempo en la vida de Israel.
Oseas recibió instrucciones para tomarla como
esposa, aun cuando ella le iba a ser infiel, y aun
cuando ella continuaría su vida de inmoralidad
sexual e infidelidad, a pesar del perdón de Oseas.
Este drama matrimonial presenta el poderoso men-
saje que corre a través del Libro de Oseas.
La relación entre Oseas y su esposa, Gomer, es-
tablece un paralelo de la relación entre Jehová Dios
y la que va a ser su esposa, la gente comprometida
de Israel. Así como Oseas tiene que experimentar
gran tristeza y daño personal, así el lector puede
entender que Jehová se aflige y sufre por la des-
obediencia continua e infidelidad de su pueblo en
el reino del norte. Existen pasajes en los cuales la
pena del Señor se presenta con un realismo rígido.
Su corazón se quebranta porque su pueblo lo ha
abandonado.
Oseas obedece la petición poco común de Dios.
Él toma a la prostituta Gomer como su esposa. Al
tiempo, tres niños nacen de esta unión. Los nom-
bres de estos tres niños son muy significativos e
integrarán una parte vital del mensaje. Esto ilustra
otro aspecto de la predicación expositiva—la nece-
sidad de unos buenos estudios de los vocablos del
texto original. Aun cuando uno no sepa hebreo o
griego, existen ayudas impresas o discos para com-
putadoras que permite al erudito serio de la Biblia

71
Predicando la Palabra Hoy

entender el significado de las palabras en hebreo o


griego. En este caso, uno necesita entender el sig-
nificado de aquellos nombres dados a los hijos de
Oseas y Gomer.
La primera criatura fue un varón, que ellos nom-
braron Jezreel. La palabra Jezreel literalmente sig-
nifica, “Dios siembra”, así como cuando una per-
sona toma el grano en su mano y mientras camina
lo desparrama en el campo para sembrar el trigo.
Dios siembra o Dios dispersa. En los días de Oseas,
la plantación era hecha a mano en lugar de hacerlo
con máquinas que se utilizan hoy. Por lo tanto, la
analogía que se encuentra en las palabras, “Dios
siembra”, era muy personal. Dios estaba diciendo
por medio del primer hijo, que él estaba listo para
dispersar a su gente infiel. Él las tomaría en sus
manos y los sembraría al viento. En particular, Is-
rael, la prometida infiel de Dios, iba a ser llevada a
la cautividad de Asiria y seria desparramada entre
las naciones.
La segunda criatura de Oseas fue una niña. Ella
fue llamada Lo-ruhama. Analizando esta palabra
hebrea, como lo hace uno en cualquier buen estu-
dio de vocablos, uno descubre que cualquier pa-
labra en el Antiguo Testamento que comienza con
“Lo”, presenta el articulo negativo más fuerte en el
idioma hebreo. El nombre de esta segunda criatu-
ra comienza con la partícula negativa “Lo”. Ruha-
ma significa algo similar a la palabra en castellano
“lástima”, con un sentido más fuerte, como compa-
sión. Los dos palabras juntas, Lo-ruhama, signifi-
ca algo así como “no-lástima, no-compasión”. En
otras palabras, por medio del nombre de la segun-
da criatura, Dios le dice a Israel que no va a tener
más lástima o compasión por ellos. Su obstinación,

72
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 1

indiferencia, su incumplimiento a responder a sus


bendiciones y provisiones a través de los años llevó
a Israel a estar cerca del día del juicio de Dios.
Este mensaje es un complemento del drama de
una experiencia drástica del profeta Oseas. El do-
lor y la decepción que Oseas sufre por la infidelidad
de Gomer, revela, lo más conmovedoramente posi-
ble, el dolor de Dios causado por el comportamien-
to de Israel. Los nombres de los niños de Oseas le
recuerdan cada día el fuerte mensaje de Dios para
Israel.
El tercer niño de Oseas fue llamado Lo-ammi,
otra vez la negativa “lo”. La palabra ammi significa
“mi pueblo”. Por lo tanto, por medio del nombre Lo-
ammi, Dios le está diciendo que Israel no será más
su pueblo y le quitará el Reino.
Aun cuando estos nombres indican que Dios
va a dispersar a Israel, que Dios no va a tener más
compasión de ellos, que nunca mas serán su pue-
blo, todavía uno encuentra en las palabras del
profeta Oseas un mensaje más positivo del amor
de Dios y cuidado que vendrá mas tarde. Desde el
primer capítulo de su libro, Oseas describe el día
venidero cuando esos nombres serán cambiados.
Esta idea nos lleva al capítulo 2 donde los nombres
son invertidos. En una manera similar, el apóstol
Pedro, en su primera Epístola, dirige su carta a la
iglesia primitiva donde los santos son dispersados
por toda la tierra. Pedro escribe a los cristianos, los
descendientes de Abraham, y en un sentido espiri-
tual, Israelitas por medio de Jesucristo: “Ustedes
no eran pueblo”. Es decir Lo-ammi. Aunque ellos
no lo eran, ahora son el pueblo de Dios. Ellos no
habían obtenido misericordia—Lo-ruhama—pero
ahora la tenían. En otras palabras, después de la

73
Predicando la Palabra Hoy

disciplina y el juicio, Dios iba a invertir lo que ha-


bía hecho.
Uno de los grandes temas y continuamente recu-
rrente, por medio de todos los profetas del Antiguo
Testamento, es la disciplina o el juicio de Dios. Uno
encuentra este tema cuando predica de los profe-
tas, primero con los del reino del norte y más tarde
con los del reino del sur, Judá. Así como otros pro-
fetas, Oseas nota que después del juicio y la dis-
ciplina, Dios va a revertir las cosas. Isaías resalta
el mismo tema, así como lo hacen muchos de los
otros. El pecado y la desobediencia acarrean juicio,
pero Dios también cambia las cosas. El tiene poder
para devolver y revertir el juicio que había dado.
Algún día Jezreel, se volvería a reunir. Aquellos
que no habían recibido misericordia, encontrarán
misericordia. Algún día, aquellos que Dios declaró
que no serian su pueblo, una vez mas llegarán a
ser su pueblo. Todas aquellas promesas de Oseas
fueron cumplidas, como se notó en el gran pasaje
de la primera Epístola del apóstol Pedro.
Existen otros mensajes en Oseas los cuales cada
erudito necesitará analizar. Este capítulo permi-
te solamente darnos algún antecedente, un breve
contexto, y un abreviado vistazo de su contenido—
lo suficiente para insinuar sobre la clase de mensa-
jes fascinantes que se pueden desarrollar del Libro
de Oseas.
Dios siempre utiliza la disciplina o el juicio para
propósitos redentores. Dios no se place en castigar
al pueblo. Uno debería siempre mantener en la men-
te esta verdad acerca de su carácter. La disciplina
de Dios y su juicio algunas veces puede venir con
tristeza, congoja y pesar; sin embargo, Dios siem-
pre utiliza todo eso para propósitos de salvación,

74
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 1

para hacer que la gente se torne a El, para ayudar a


la gente a entenderlo a Él y sus decretos eternos. La
disciplina y el juicio enseñan a la gente a responder
adecuadamente a lo que Dios está haciendo.
Por ejemplo, cuando los Israelitas estaban en
la esclavitud egipcia, Dios permitió grandes juicios
cayeran sobre los egipcios para que el Faraón pu-
diera cambiar su mente y dejara ir al pueblo de
Dios. De esta gran narración, uno debería entender
claramente que Dios siempre tiene un propósito re-
dentor cuando envía juicio. El juicio y la disciplina
atraen la atención de la gente. Con toda probabi-
lidad, todos nosotros hemos conocido a gente que
nunca se hubiera vuelto a Dios si no fuera por ha-
ber estado acostado en un hospital, frente a una
enfermedad seria y/o la muerte misma. Muchas,
en tales circunstancias, han clamado a Dios, en-
contraron perdón, recuperación y luego vivieron
una larga vida y útil que honró a Dios.
No sólo el juicio de Dios es para los no cristia-
nos, algunas veces es también para los cristianos.
Tal juicio ayudará a los creyentes a ser más dóciles
en las manos de Dios, más sumisos a su voluntad,
más deseosos de hacer lo que Dios quiere que ellos
hagan en esta vida. Al entregar este mensaje de
juicio y disciplina, el ministro debe tener cuidado.
Dios siempre obra con individuos para su propio
bien y en maneras no fácilmente observadas por
los de afuera. Por lo tanto, los predicadores pueden
hablar sobre juicio y disciplina, pero deberían ser
más cautelosos en la personalización o ser espe-
cíficos en relación con ese juicio. Por ejemplo, los
consejeros de Job asumían que la prueba de su
fe era un juicio por el pecado; pero no era así. El
mensaje de Dios había sido escrito en el corazón de

75
Predicando la Palabra Hoy

Job y Job sabía totalmente bien lo que Dios estaba


diciendo.
Con el mensaje de Oseas, el juicio que Dios iba
a traer sobre su pueblo Israel, era con el propósi-
to de hacerlos retornar del camino en que estaban
yendo. El objetivo de Dios es siempre de redención.

Capítulo 2
El capítulo 2 de Oseas describe como Gomer va
a ser aislada de su esposo. Ella va a ir de mal a
peor. Su deterioro personal será tal que, en últi-
ma instancia, ella sería despreciada por todos, y
la ofrenda de su cuerpo, su condición de ramera,
ni siquiera le traería ganancia. Sin embargo, cuan-
do Gomer alcance el nivel más bajo de las etapas,
cuando ella se encuentre totalmente abandonada y
aislada, ella encontrará misericordia. El mensaje,
por supuesto, era para Israel que estaba aislada
de sus amores—los dioses falsos y las religiones
falsas, a las cuales ellos se habían vuelto. Estas
religiones falsas y estos dioses paganos, plagaron a
Israel, especialmente la adoración a Baal, pero ta-
les amores espirituales solamente llevarían al pue-
blo de Dios a un juicio severo.
Por lo tanto, después del aislamiento vendrá Lo-
ruhama. Entoncées, será conocido que “Dios tie-
ne misericordia”. Donde Dios había dicho que “no
eran mi pueblo”, otra vez estará diciendo, “mi pue-
blo Israel”.

Capítulo 3
El dramático y casi increíble mensaje del capítulo
3, se expone cuando Dios instruye a Oseas, el gran
profeta, para que regrese otra vez y ame a Gomer.
Aun cuando Gomer había caído a la profundidad

76
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 1

más baja, aun cuando ella había alcanzado tal es-


tado que había estado totalmente alejada de Oseas,
sus hijos y su comunidad, y su vida se encuen-
tra en un estado lamentable. Sin embargo, Dios
le dice a Oseas que se acerque a ella, la tome y la
ame otra vez. Oseas hizo eso. Él trajo a su esposa
adúltera, desde el mercado de esclavos donde tenía
que pagar a sus amos, 15 piezas de plata y algunos
granos de cebada.
El precio de Oseas, fue la mitad del precio que
uno normalmente pagaría por un esclavo en aque-
llos días, indicando nuevamente la profundidad en
la cual Gomer había caído. Ella había llegado a ser
casi una paria sin valor, su hermosura se había ido,
su valor había disminuido. Resulta difícil imaginar
como ella era vista por los demás, pero al profeta se
le había dicho que una vez haga algo humillante y
enormente difícil.

Conclusión
Bajo la dirección divina, Oseas trajo a su esposa
del marcado de esclavos. Él le dijo, “Te voy a amar
nuevamente. Te daré una oportunidad para que me
seas fiel. Te traeré a mi hogar como mi esposa”.
Ese mensaje entre líneas, es retratar gráficamen-
te, el impresionante, misterioso, e incomprensible
amor redentor de Dios para el pueblo de Israel. La
redención es una cosa costosa, que no sólo se rela-
ciona con Israel sino con toda la humanidad. Costó
la vida, el derramamiento de la sangre del Señor
Jesucristo en la cruz del Calvario. Ese es el precio
de la redención, el costo para liberar a los creyentes
del poder, esclavitud, y vergüenza del pecado.
Así como Oseas amó a Gomer a pesar de su in-
fidelidad y vergüenza, así como Oseas trajo a su

77
Predicando la Palabra Hoy

esposa, la perdonó y la restauró, así Dios volunta-


riamente va hasta los extremos por la humanidad.
Dios dio la joya más preciosa del cielo, su único
Hijo, para redimir a la humanidad y lavar sus pe-
cados.
El objetivo de este capítulo, por supuesto, no
es predicar, sino más bien mostrar lo que suce-
de cuando el erudito Bíblico hace un análisis de
la Escritura. Los estudiantes harán uso del men-
saje en sus estilos personales; pero lo que se ha
dicho anteriormente muestra como puede ser he-
cho. El objetivo real aquí es mirar la estructura de
este maravilloso libro, hacer un análisis adecuado,
y localizar el mensaje fundamental que se puede
encontrar allí.

78
6
Cómo Analizar un
Pasaje de la
Escritura: Parte 2
F. J. May, D.Min.

En el último capítulo se hizo un análisis del li-


bro profético de Oseas, capítulos 1-3. Se hizo notar
el campo fértil para la predicación que se encuen-
tra en las muchas historias y narraciones mencio-
nadas por los profetas. Dentro de estos libros se
encuentran grandes principios doctrinales y teoló-
gicos que son aplicables no sólo al pasado de Israel
o Judá en, sino también al pueblo de Dios hoy, de
hecho, a cualquier generación.
Este capítulo continúa con el análisis del Libro
de Oseas. Oseas fue un profeta del siglo 8 A.C.,
que habló a las tribus del norte de Israel tanto en
palabras como en hechos. Oseas vivió en el tiempo
cuando Israel había abandonado a Dios y se había
extraviado. El mensaje de Oseas fue uno que hizo
eco con otros profetas contemporáneos tales como
Amós, Miqueas e Isaías, más aún, el mensaje de
Oseas sobresale porque demostró literalmente un
amor extraordinario, casándose con una esposa in-
fiel y reflejando la relación de Israel con Jehová.

79
Predicando la Palabra Hoy

Capítulo 4
El capítulo 4 comienza con estas solemnes pa-
labras: “Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel,
porque Jehová contiende con los moradores de la
tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni
conocimiento de Dios en la tierra” (v. 1).
Dios tiene una controversia con su pueblo Is-
rael. Un buen estudio de la palabra contienda o
controversia, revela que literalmente significa “un
caso de demanda judicial”. Los eruditos describen
este cuarto capítulo como una demanda que Dios
estaba trayendo contra su pueblo Israel. Una bue-
na comparación sería la demanda de divorcio de un
individuo contra su cónyuge infiel.
Esta analogía tiene relación con lo que el profeta
quiere decir. Debido a la infidelidad de la despo-
sada con el Señor, él está trayendo una demanda
de divorcio para demostrar el motivo por el cual
él se va a separar de Israel. Dios va a deportar a
Israel para un tiempo de disciplina y juicio bajo la
cautividad Asiria. Él menciona los cargos contra su
pueblo. Dios espera verdad, misericordia, pacto de
amor y conocimiento de Dios entre su pueblo, pero
nada de eso encuentra. Aquellas son las cualidades
principales que habían distinguido a Israel, pero
ahora estaban faltando.
Dios le dice a Israel, “Ustedes saben acerca de
mí. Ustedes saben lo que hice en el pasado. Uste-
des conocieron mis milagros y podrían nombrarlos,
pero ustedes no me conocen personalmente”. Dios
les presenta la idea de que su relación con Israel es
como un contrato matrimonial. Sin embargo, ellos
han roto su contrato y sus votos, y Dios les mues-
tra por qué seguirá con la demanda de divorcio.

80
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 2

Los cargos de Dios contra Israel son presenta-


dos primeramente en forma negativa. Él menciona
aquellas cualidades que no encuentra entre ellos.
Ellos no son amables, no tienen compasión, no tie-
nen un pacto de amor, no tienen un conocimiento
íntimo de Dios. Él no encuentra esas cosas que él
quisiera encontrar, pero encuentra perjurio, men-
tira, matanza, robo y adulterio. Israel es tan pro-
penso a romper los mandamientos de Dios, que él
encuentra homicidio seguido por homicidio. La ver-
sión Reina Valera 1960 lo describe de esta manera,
“homicidio tras homicidio”. Esta expresión literal-
mente significa que había tal violencia en la tierra
que cuando una persona era muerta, otra persona
era asesinada tan rápidamente que su sangre em-
papaba la tierra antes que la sangre de la primera
victima se secara. Asesinato trás Asesinato.
Eso es lo que Dios encuentra en su pueblo. El
resto del capítulo 4 continúa con este tema, exten-
diéndose a los otros capítulos con otros casos de
evidencias interesantes. Cuando estos cargos se
miran en la forma de un juicio, junto con sermo-
nes o mensajes que presentar evidencias del caso,
toda la estructura de lo que Dios dice por medio de
Oseas lleva al veredicto final e inevitable—divorcio.
Que se queden solos. Dejarlos que sigan su propio
camino hacia su caída y el juicio de Dios.
La sentencia sobre Israel será juicio por medio
de las manos de Asiria. Dios va a retroceder. Él va a
dejar que su pueblo Israel haga sus propias cosas,
pero el juicio vendrá sobre ellos por sus crímenes y
pecados contra Dios. Dios dice, “Me buscarán, pero
no serán capaces de encontrarme”. Éste es un con-
cepto difícil de entender. Uno sabe que el Señor Dios
está presente en todas partes. Él es omnipresente.

81
Predicando la Palabra Hoy

Pero la presencia de Dios no siempre es positiva,


que hace bien y obra en poder. Lo que este párrafo
quiere decir se encuentra indicado con mayor cla-
ridad en el capítulo 5.

Capítulo 5
Dios mismo se va a retirar de Israel, así como
un esposo se retira de su esposa de quien se divor-
cia. Las palabras de Dios son explícitas, “Andaré y
volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado
y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán”
(Oseas 5:15). La acción de Dios está designada es-
pecíficamente para hacer volver a Israel, para ver
que ellos regresen arrepentidos y que busquen a
Dios nuevamente. Este concepto del alejamiento de
Dios es una cosa terrible.
Un aplicación contemporánea relevante de esta
verdad que puede hacerse en un sermón, sería la
de describir a una persona que hoy conoce a Dios
pero comienza a ignorarlo, a apartarse, y a sepa-
rarse él mismo de Dios. ¿Qué es lo que Dios va
a hacer? Él puede utilizar toda clase de recursos
para persuadir a que la persona regrese. Él pue-
de obrar de tal manera para ayudar al individuo a
entender su gran necesidad de Dios. Dios quiere
que sus hijos regresen. Para tratar de que ellos lo
hagan, él puede traer disciplina o permitir algunas
dificultades para que los ojos del individuo vuel-
van a mirar a Dios, la fuente de la salvación. Dios
quiere que aquellos que se han apartado vuelvan a
él, se arrepientan, confiesen, cambien su actitud y
vuelvan a Dios.
Dios obra con la gente de hoy así como lo hizo con
Israel. Él es muy claro y muy específico en hacerle
saber a la gente que cualquier juicio o disciplina es

82
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 2

para su propio bien. Existe mucho más para ex-


traer de estos versículos, por supuesto; sin embar-
go, por conveniencia, esta discusión omitirá algu-
nos hechos obvios del caso de Dios contra Israel
por asuntos más pertinentes.

Capítulo 8
El capítulo 8 comienza con la idea de un águila
grande, u otra ave grande de presa, que revolotea
sobre la casa de Israel, virtualmente respirando
juicio. Esto implica el hedor a muerte que ya exis-
te sobre la casa de Israel—un olor que se eleva,
que atrae a las aves de presa. Los buitres se están
centrando en esta nación y en esta gente porque le
dieron la espalda a Dios.
Uno de los grandes mensajes del capítulo 8, y
uno de los textos más grandes para la predicación
del Antiguo Testamento cuando uno tiene que ha-
cer un mensaje temático, se encuentra en este ca-
pítulo: “Porque sembraron viento, y torbellino se-
garán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina;
y si la hiciere, extraños la comerán” (Oseas 8:7). El
pueblo de Israel se dirigía hacia el juicio. Habiendo
sembrado viento, habrían de cosechar torbellino en
cuanto a disciplina y juicio. El escritor continúa
diciendo, “Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edi-
ficó templos, y Judá multiplicó ciudades fortifica-
das; mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual
consumirá sus palacios” (Oseas 8:14). La mano
terrible de la recompensa merecida de Dios venía
sobre Israel.

Capítulo 9
El capítulo 9 forma las bases para un tremen-
do mensaje. Un análisis de versículo por versículo

83
Predicando la Palabra Hoy

revela el impacto de lo que Dios dice. De hecho, Él


da una lista significativa de aquellas cosas por las
cuales Israel había perdido debido a su alejamiento
de Dios.
El gozo perdido (versículos 1-3). El profeta le dice
a Israel que no se alegre. El pueblo había llegado a
un punto donde no encontraban gozo y no tenían
razón para alegrarse.
La adoración perdida (versículos 4-6). Israel ha-
bía hecho algo de mucha importancia de su religión
y de su adoración religiosa, aun durante esta época
del hambre espiritual. Para ellos, la religión era en
todo especial debido a la cantidad de animales sa-
crificados, y debido a los ritos llevados a cabo por
los sacerdotes. Eso no fue lo que Dios vio. Ellos
no estaban haciendo lo que Dios deseaba. Ellos
estaban tratando de adorar sin la pureza de sus
corazones, sin santidad. Ellos estaban cometiendo
adulterio espiritual. De eso trata toda la historia de
infidelidad de Gomer hacia su esposo. La adora-
ción ritual no significa nada cuando aquellos que
adoran no viven de acuerdo a los estatutos de Dios.
Hoy, uno podría llamar a eso una grosera hipocre-
sía. Dios siempre aplica juicio sobre esto. En su
libro, el profeta Amós toca el mismo tema cuando
menciona lo que Dios dice, “Quita de mí la multitud
de tus cantares, pues no escucharé las salmodias
de tus instrumentos” (Amós 5:23). Uno no puede
expresarlo en un lenguaje mas claro que ese.
Perdió el respeto por el profeta de Dios. Ellos di-
jeron, “Necio es el profeta, insensato es el varón de
espíritu” (ver v. 7). Ellos decían esto porque les pre-
dicaba tal verdad que les perturbaba la manera
en que vivían. La gente se sobresalta, queda herida
o se enoja fácilmente cuando escucha un mensaje

84
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 2

que trae la Palabra tan fuerte y tan directa que cor-


ta profundamente y los condena por sus estilos de
vida.
La gloria perdida (versículos 10-11). Una vez los
Israelitas tuvieron la gran gloria de Dios en medio
de ellos. Eso los había hecho fuertes y grandes en
medio de las otras naciones. Pero ahora, esa gloria
se había ido. Dios había retirado su presencia, su
poder y su gloria, y ellos fueron dejados para que
siguieran sus propios caminos.
El amor perdido (versículo 15). Cuando se lee
este versículo, uno no puede evitar el notar las te-
rribles palabras: “No los amaré más”. Es muy trá-
gico cuando Dios quita su amor. Dios derrama mu-
chas bendiciones ricas y maravillosas de su gracia
sobre su pueblo, diariamente y a cada hora, como
manifestaciones de su amor. De él viene el pan de
cada día, el abrigo, la salud, la habilidad para pen-
sar y sentir, la conciencia, y el sentido de lo recto
y lo incorrecto. Es una gran verdad “porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28).
El amanecer, la lluvia y la cosecha son expresiones
reales de su amor y son cosas que El hace hermo-
sas y en abundancia. Así que es una sentencia
horrible cuando El elimina estas cosas y se retira y
deja a su pueblo a sí mismo y lo deja sin sus bendi-
ciones especiales, provisiones y la protección. Eso
es lo que significa para Dios odiar. Significa dejar-
los solos. Algunas veces, eso es lo que hace que la
gente vuelva en sí y los haga a volver a Dios.
La bendición perdida (versículo 16). El pueblo de
Israel no sería capaz de multiplicarse y tener niños.
Ellos serian estériles, y aun los niños nacidos mo-
rirían jóvenes.

85
Predicando la Palabra Hoy

La seguridad perdida (versículo 17). El pueblo


de Israel llegará a ser errante entre las naciones del
mundo, expuestos a todo tipo de penurias y dificul-
tades como un pueblo sin un hogar.
Fundamentalmente este capítulo es una lista de
todo lo que el pueblo de Israel perderá o habían
perdido ya, porque se habían alejado de Dios y no
lo siguieron honrando y obedeciendo. Tal es el men-
saje de Dios a Israel por medio del profeta Oseas,
en su día y tiempo. Pero, ¿qué tiene que ver esto
con la gente de hoy? El mensaje expositivo está di-
señado para ir con esta verdad y presentar las mis-
mas verdades inherentes a las personas sentadas
en los bancos de la iglesia hoy. Aquellos que se olvi-
dan de Dios, que desobedecen sus mandamientos,
se van a encontrar a si mismos, así como Israel en
los días del profeta Oseas, solos y sin la presencia
de Dios. Dios se retirará y los dejará solos. Ellos se
encontrarán sin muchas bendiciones en un estado
terrible de depravación.
Una idea de la gracia diaria de Dios y sus ben-
diciones pueden ser encontradas en sus nombres
que figuran en el Antiguo Testamento. Él es lla-
mado Jehová-Jireh—el Dios que provee; Jehová-Ra-
fa—el Dios que sana; Jehová-Shalom—el Dios de
paz; como también Jehová el Pastor. Cuando Dios
retira todas esas cosas de la vida de un pueblo o
de una iglesia, no queda más gozo, bendiciones o
protección. Por esta razón, esta historia puede apli-
carse a nuestros días.

Capítulo 10
En el capítulo 10, Israel es presentado como
una viña vacía y estéril. El pueblo tiene un cora-
zón dividido, la peor enfermedad de un corazón. Su

86
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 2

atención dejó de ser puesta en Jehová y fue dirigi-


da hacia los ídolos dioses del área. Su lealtad llegó
a dividirse. Pretendían adorar a Jehová, pero sus
corazones se desviaban hacia a dioses tales como
Baal. Esta verdad puede ser la base para un tre-
mendo mensaje sobre el problema del corazón es-
piritual. Existen personas en nuestros días que pa-
rece que nunca le prestan atención a su fe.

Capítulo 11
Éste es uno de los capítulos más maravillosos
en todo el Libro de Oseas. Un análisis apropiado
de este fundamental mensaje tiene que ver con la
manera en que Dios actúa. Él le estaba recordando
a Israel de cómo él había sido un Padre para ellos
en el pasado, accesible cuando Israel era un niño.
Dios había amado a Israel y los sacó de Egipto.
Dios se dirigió al pueblo de Israel como a niños—
muy joven como nación y como pueblo—cuando los
sacó de la esclavitud de Egipto. Casi siempre, cuan-
do los profetas recitan las grandes obras de Dios a
favor de Israel, ellos mencionan la liberación mara-
villosa de Egipto. Es allí donde todo comenzó, y el
profeta se los recuerda. Dios amó a Israel, llamó a
Israel, y enseñó a Israel, “tomándole de los brazos;
y no conoció que yo le cuidaba” (Oseas 11:3). Esto
se refiere a la manera como uno enseña a un niño
a caminar, cuando el niño no puede pararse solo.
Tal es el perfil de Dios—un Padre para el pueblo de
Israel.
Dios los levantó en sus brazos, así como uno
levantaría a un niño pequeño, y los sanó. Dios
amontonó bendiciones maravillosas sobre ellos. Él
los guió con cuerdas de compasión y lazos de amor.
Él se inclinó hacia abajo y los alimentó. Todos estos

87
Predicando la Palabra Hoy

son cuadros de Dios como Padre en relación con


Israel.
Pero algo sucedió. Dios les mostró su pena:

“¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te


entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacer-
te como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi
corazón se conmueve dentro de mí, se inflama
toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de
mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; por-
que Dios soy, y no hombre, el Santo en me-
dio de ti; y no entraré en la ciudad. En pos
de Jehová caminarán; él rugirá como león; ru-
girá, y los hijos vendrán temblando desde el
occidente. Como ave acudirán velozmente de
Egipto, y de la tierra de Asíria como paloma;
y los haré habitar en sus casas, dice Jehová”
(Oseas 11:8-11).

El mensaje es simple: hay ira (disciplina) en el


amor de Dios. Como un padre, Dios agonizaba con
la pena que acompaña a la disciplina, pero se dio
cuenta que era necesario por el bien del niño.

Capítulo 13
El encabezamiento, “De Vida a Muerte” descri-
be como Israel se apartó de Dios. Por lo tanto, no
habrá más gloria. Israel no podía tener gloria de
cualquier otra fuente, de ninguna manera, sino por
medio de Dios. No hay otro Salvador, ni otro liber-
tador para rescatarlos, ni otro rey que les ayude
y los bendiga. Finalmente, Dios le recuerda a Is-
rael que no hay otra esperanza. No se asombre que
este capítulo en ocasiones sea llamado “De Vida a
Muerte”. Es realmente un cuadro triste y trágico.

88
Cómo Analizar un Pasaje de la Escritura: Parte 2

Capitulo 14
Este último capítulo de Oseas es hermoso por-
que presenta un llamado a Israel para que regrese:
“Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios” (v. 1). Israel
había caído en la iniquidad, pero ahora Israel po-
día volver. Aquí hay un llamado al arrepentimien-
to, pero Israel debía responder. Para arrepentirse
realmente y regresar, se requieren ambas palabras
y acción—palabras de confesión, y acciones que
muestren la sinceridad. Uno dice a Dios, “Quita
toda mi iniquidad, y acepta el bien, y te ofrecere-
mos la ofrenda de nuestros labios” (v. 2), signifi-
cando literalmente una verdadera adoración desde
el corazón.
Eso es lo que la gente debería decir a Dios, si
ellos quieren regresar a él. No depende de alguien
o de algo—“En ti solamente, Señor, el huérfano al-
canzará misericordia” (ver v. 3). Esa frase significa
que uno viene como un huérfano, sin reclamar nada
sino solamente misericordia y amor. Ésta debe ser
la actitud de aquellos que quisieran volver a Dios.

Conclusión
Ahora viene la respuesta de Dios a Israel, la por-
ción más brillante del Libro de Oseas. Cuando Is-
rael se arrepiente y vuelve, Dios dice, “Yo sanaré su
rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira
se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío; él
florecerá como lirio, y extenderá sus raíces . . . Se
extenderán sus ramas . . . y perfumará como el Lí-
bano” (14:4-6). Ellos serán restaurados, totalmente
sanados, y la presencia de Dios estará con ellos
como el rocío.
En Israel, el rocío es extremadamente importan-
te, producto de un viento occidental que viene del

89
Predicando la Palabra Hoy

Mar Mediterráneo que trae humedad para las co-


sechas, mientras que un viento del este, que viene
del desierto, trae sequía. Cuando Dios viene como
el rocío, puede haber crecimiento, fertilidad, her-
mosura como los lirios, y fragancia como los cedros
del Líbano. Él trae vida nueva y vitalidad y nueva
fragancia a la vida de Israel y la embellece.
Una canción contemporánea dice, “Dios hizo
algo hermoso . . . de mi vida”. Eso es seguramente
lo que él hace en aquellos que se arrepienten y re-
gresan a él.
El ministro puede continuar y seguir tal análisis
de la Escritura. Así es como una gran y verdadera
predicación expositiva se genera.

90
7
Trazando un Tema
a Través de un
Libro
F. J. May, D.Min.

Este capítulo pasa de Oseas al gran profeta


Isaías, donde la atención se enfocará en un tema
particular—los viñedos. Este tema lo encontramos
por todo el Antiguo Testamento. Como fue mencio-
nado anteriormente en Oseas, por ejemplo, se hace
referencia a Israel como una viña vacía, defectuo-
sa, debido a que la gente tiene un corazón dividido.

El Tema de la Viña
(Libro de Isaías, Capítulo 5)
En el libro de Isaías, Dios comparó al pueblo de
Israel y a toda la nación como su propia viña. En
el capítulo 5, el profeta se refiere a Israel como una
viña que Dios trajo de Egipto. El pasaje es llamado
la “Parábola de la Viña”, la discusión se centrará en
la estructura y análisis.

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi


amado a su viña. Tenía mi amado una viña en
una ladera fértil. La había cercado y despe-
dregado y plantado de vides escogidas; había

91
Predicando la Palabra Hoy

edificado en medio de ella una torre, y hecho


también en ella un lagar; y esperaba que diese
uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, pues, veci-
nos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad
ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía
hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?
¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado
uvas silvestres? Os mostraré, pues, ahora lo
que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado,
y será consumida; aportillaré su cerca, y será
hollada. Haré que quede desierta; no será po-
dada ni cavada, y crecerán el cardo y los es-
pinos; y aun a las nubes mandaré que no de-
rramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña
de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel,
y los hombres de Judá planta deliciosa suya.
Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he
aquí clamor. (Isaías 5:1-7).

Estos siete versículos incluyen lo que se refiere


a la “Parábola de la Viña”, un pasaje tremendo, el
cual debe ser examinado para determinar las po-
sibilidades para una predicación expositiva. El ob-
jetivo será hacer un análisis simple del contenido.

Elección del Dios de Israel


El profeta parece haberse disfrazado como un
trovador—algo así como un poeta lírico que se pro-
pone a cantar una canción acerca de la viña. Eso
podría haber sido un esfuerzo para llamar la aten-
ción, algo como un gancho que permitiría llevar-
nos gradualmente hacia el mensaje de juicio. Isaías
busca así involucrar a la gente en esta historia de
modo que ellos mismos pasen el juicio sobre sí, algo
que sea como una conclusión natural e inevitable
que comienza con la promesa segura que Dios ha
elegido a Israel como una viña escogida.

92
Trazando un Tema a Través de un Libro

Después de haber elegido al pueblo de Israel


como una viña apreciada, Dios hizo todo lo posible
para asegurar su productividad entre las naciones
del mundo. Note algunos de los pasos específicos
que indican el amor de Dios y cuidado por ellos.
1. Dios elige buena tierra para su viña. Dios
sacó a los hijos de Israel de Egipto y los ubicó en
una tierra donde fluye leche y miel. Él escogió la
tierra de Canaán como lugar para ellos. Era un te-
rreno rico, ubicado en la cumbre de una colina fér-
til, donde cualquier cuidador de un viñedo tendría
el derecho de esperar grandes resultados. En otras
palabras, la ubicación de Israel no fue al azar. Ellos
estaban donde estaban por la providencia divina y
su cuidado caritativo.
2. Dios preparó el suelo cuidadosamente. Él no
era un agricultor descuidado. Él escarbaba la tie-
rra y quitaba las piedras. Cada cosa que pudiera
afectar el crecimiento y la productividad del viñe-
do era removido y se cavó un pozo para asegurar
una constante provisión de agua. El guardián de la
viña, conocía muy bien su negocio.
3. Dios seleccionó la buena semilla. La palabra
hebrea usada aquí es soreq, que significa “a ser de
color rojo”, lo cual para un israelita significada se-
milla elegida. Era una insinuación de esas vides
excelentes que vinieron del Valle de Soreq cerca de
Jerusalén y un recordatorio que Israel divinamente
había sido elegida y se le prometió grandeza a tra-
vés de la descendencia de Abraham.
4. Dios proveyó protección para su viña. Él la
había rodeado primeramente con una pared de pie-
dras, lo suficiente fuerte para guardarla de los jaba-
líes a los cuales les agrada sacar las raíces y comer
las plantas tiernas. Luego, edificó un cerco para

93
Predicando la Palabra Hoy

asegurarse que las viñas tuvieran una protección


doble. Estos cercos con espinas todavía se usan en
Israel y Palestina. Plantados adecuadamente, son
más efectivos que los alambres de púas para pre-
venir la entrada de intrusos tanto humanos como
animales.
5. Dios puso un atalaya en medio de los viñedos.
La torre era un símbolo de un viñedo exitoso, vista
desde una gran distancia, servia al propósito muy
práctico de permitir al dueño mirar cuidadosamen-
te mientras las uvas maduraban y se coloreaban
para la cosecha. El propietario de este viñedo no
daba la cosecha por sentada. Él observaba atenta-
mente, para estar seguro y anunciar exactamente
el día de la cosecha. Las uvas son cosechadas en el
momento justo, no antes ni después. Eso requiere
un cuidado continuo para obtener el máximo pro-
vecho del viñedo. El atalaya jugaba un rol estra-
tégico en el proceso de cosecha, y le daba al agri-
cultor la oportunidad de asegurarse que la alarma
pudiera tocarse si los ladrones trataban de romper
la cercas al tratar de meterse en el viñedo.
6. Dios hizo la preparación adecuada para la co-
secha. Él extraía y ponía una cuba de vino para
procesar y almacenar el fruto de la vid. Una vez que
las uvas eran procesadas, el agricultor estaba listo
para guardar el jugo y almacenar en botellas el pre-
cioso vino. Cada paso conocido para mantener el
viñedo era dado, y el guardián de la viña esperaba
con ansias el día de la cosecha.

Decepción de Dios con Israel


Después de todo este esfuerzo, tiempo e inver-
sión, cuando Dios buscaba una cosecha hermosa y
abundante, encontró que sólo había uvas silvestres.

94
Trazando un Tema a Través de un Libro

La implicación obvia de este pasaje es que se pien-


sa más de lo que dicen estas palabras sobre esas
uvas silvestres y hermosas que se pueden encon-
trar de vez en cuando en los bosques del sureste de
Estados Unidos. Israel era considerado como pe-
queñas uvas silvestres, agrias, que apenas sirven
para comer y ciertamente de ningún valor cuando
se trata de la fabricación de vinos finos. El propie-
tario del viñedo se encuentra muy decepcionado,
es otra forma que el profeta usa para recordar al
pueblo de Israel sobre la venida de la ira y el juicio
de Dios.
El juicio de Dios sobre Israel está expresado en
términos bien específicos. Primero, Dios deja de
cuidar la viña. Ya no es el objeto de su atención.
Ya no la poda, ni la guarda, ni la observa—un jui-
cio terrible. En definitiva, Dios va a abandonar el
viñedo que una vez era su orgullo y gozo. Este mis-
mo tema fue expresado por Oseas cuando el Señor
dijo, “volveré a mi lugar hasta que ellos realmente
se arrepientan”.
Segundo, Dios quita el cerco y rompe la pared.
El viñedo ahora es vulnerable. Ya no tiene la pro-
tección de Dios. Debido a los ladrones y a los ja-
balíes que saquean la viña, todo queda como un
basural donde crecen los cardos y espinas. Lo que
antes había sido un hermoso viñedo, llegó a ser un
terreno baldío.
Finalmente, Dios va a quitar la lluvia. Los viñe-
dos no serán regados. Las viñas se secarán y mo-
rirán.
Esta historia dramáticamente contrasta las
bendiciones de Dios sobre Israel con su juicio que
vienen a raíz de su rebelión e infidelidad. A través
de sus libros, sin importar si tratan sobre el Reino

95
Predicando la Palabra Hoy

del Norte o el Reino Sureño de Judá, los profetas


repiten el tema de la reincidencia y del alejamiento
de Dios, que da lugar a que Israel sea abandona-
do a la auto-destrucción. Dios elimina sus divinas
restricciones y humanidad, de su propia voluntad
y propósito, corren a la destrucción. El día más
grande en la vida de una persona siempre llega con
un regreso a Dios y con una confesión, “No mi vo-
luntad, sino la tuya”.

La Nueva “Canción de la Viña”


(Isaías 27)
En esta hermosa “Canción de la Viña”, uno pue-
de ver exactamente el mismo mensaje que se en-
cuentra en el libro de Oseas, pero el profeta Isaías
presenta el perdón de Dios y la restauración en for-
ma más explicita en la nueva canción. Mientras la
primera “Canción o Parábola de la Viña” apare-
ce en el capítulo 5, la nueva “Canción de la Viña”
sale en el capítulo 27. En la canción posterior, Dios
cambia todo lo que había dado en disciplina y trae
otra vez las bendiciones.
Las palabras de apertura de Isaías son, “En
aquel día”, una expresión que usualmente insinúa
que Dios va a hacer algo grande en un tiempo par-
ticular. “En aquel día”, el autor escribe, “cantad
acerca de la viña del vino rojo” (v. 2.).
Resulta interesante para uno notar lo específico
de lo que Dios va a hacer de acuerdo a esta nueva
“Parábola de la Viña”.
Dios cambia todo, de disciplina a bendiciones.
Otra vez le dará a Israel su amor y atención, cuan-
do se refiere afectuosamente al pueblo como “una
viña de vino rojo”.

96
Trazando un Tema a Través de un Libro

Dios ofrece nuevamente la protección divina. Él


dice, “Yo Jehová la guardo . . . la guardaré de no-
che y de día, para que nadie la dañe” (v. 3). Dios le
está diciendo a su pueblo, cuando él los restaure y
vuelva, los guardará y protegerá de día y de noche.
Dios promete bendecir a Israel—la nueva viña.
Él dice, “cada momento la regaré” (v. 3). Él permi-
tirá que su pueblo florezca y produzca el fruto de
la buena vida por medio de las bendiciones de su
Espíritu y amor.
Dios destruirá los espinos y los cardos (v. 4).
Aquellos que vengan contra Israel no permanece-
rán. Dios peleará contra ellos con fuego.
Dios hará que la viña sea fructífera (v. 6). Él hará
que vengan días cuando Jacob echará raíces. Is-
rael florecerá y echará renuevos y llenará la faz del
mundo con el fruto.

Aplicación
¿Cuál es la aplicación precisa de estos versícu-
los en relación a Israel y al pueblo de Dios, hoy? La
respuesta a estas preguntas forma la base para la
aplicación de la verdad del mensaje espiritual de
Isaías. El tema de la viña corre a través del Antiguo
Testamento. Es bastante apropiado para la cultura
agraria con muchas analogías y significados alegó-
ricos. El tema se encuentra en los Salmos—“La ver-
dad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde
los cielos. Jehová dará también el bien, Y nuestra
tierra dará su fruto” (Salmo 85:11, 12). También
se encuentra en Oseas, el libro estudiado anterior-
mente. Ezequiel se apasionó con el tema, que es
usado en el Evangelio de Juan cuando Jesús dice,
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará;

97
Predicando la Palabra Hoy

y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que


lleve más fruto” (Juan 15:1-2).
Dios quiere que el mundo sea lleno de la viña de
su pueblo y del gozo que ellos ponen en la vida. En
las Escrituras, el vino es un símbolo tanto del gozo
como de la abundancia. Amós y Joel describen el
momento cuando Israel sería traído de la cautivi-
dad, diciendo que la viña produciría en tanta abun-
dancia, que las montañas gotearán el vino dulce.
El vino también es un símbolo de sufrimiento y
muerte, análogos a la sangre de Jesucristo y que se
logró por medio de su muerte expiatoria.
El punto aquí es que el tema de la viña por me-
dio de la Escritura tiene que ver con el control pro-
videncial de Dios sobre su pueblo, el dador y sus-
tentador de la vida, y el fluir de su Espíritu y amor
a través de ellos para producir frutos que bendicen
a todas las personas en el mundo.

Libro de Zacarías
Otro libro profético con material excelente para
un análisis de la Escritura es el de Zacarías, espe-
cialmente en los capítulos 1–6. Muchas personas
conocen poco acerca de este gran libro y los detalles
de las ocho visiones del profeta registradas en estos
seis capítulos, que revelan el potencial ilimitado del
Israel, el pueblo de Dios, después de su disciplina y
juicio—después que fueran traídos del exilio y res-
taurados en su tierra. Zacarías les predica y ense-
ña durante el tiempo de la primera restauración,
donde la gente como Zorobabel, Nehemías y Esdras
regresan a Palestina para reestablecer la religión y
reconstruir las paredes de la Jerusalén destruida.
Zacarías le habla al pequeño remanente restaura-
do, urgiéndoles a ellos y a sus colaboradores a tener

98
Trazando un Tema a Través de un Libro

fe en Dios y ser obedientes para llevar a cabo el


propósito de Dios en la tierra de Israel.
El objetivo de este breve estudio será un aná-
lisis, no exhaustivo o completo, de las visiones de
Zacarías.
1. Los cuatro jinetes. Por medio de una comuni-
cación constante con Dios por medio de un ángel,
Zacarías hizo una pregunta muy natural, “¿Quié-
nes son estos cuatro jinetes?” La respuesta de Dios
fue, “Estos son los que patrullan la tierra para ver
como están las cosas”. Ellos pueden decir cuando
una nación está haciendo lo que está supuesto a
hacer o cuando no. Ellos ven cuando todo está en
paz o donde no lo está. Ellos son como una patru-
lla divina de la tierra, ciertamente simbólica por el
hecho que Dios ve y conoce todo lo que sucede.
2. Los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros.
Estos cuernos representan las naciones poderosas
que devastaron a Israel en el tiempo pasado. Pero
estos carpinteros , representan los agentes de Dios
quienes tienen poder para literalmente quitar los
cuernos de estas naciones, y por lo tanto privar-
los de su poder. En la Escritura, especialmente en
los libros proféticos, los cuernos representan poder
y autoridad. Los carpinteros de Dios representan
fuerzas mayores y con poderes capaces de remover
la amenaza de cualquier nación, sin importan cuan
grande y poderosa sea. Zacarías le da a la gente
de Israel ánimo y esperanza. Dios los ha traído de
vuelta. Dios los va a proteger. Dios les va a suplir
sus necesidades.
3. El hombre joven con un cordel para medir.
Mientras se le ve corriendo para medir las cosas en
Jerusalén, al hombre joven con el cordel se le pre-
gunta, “¿Qué estás haciendo?”. Él respondió, “Voy

99
Predicando la Palabra Hoy

a medir a Jerusalén, a contar a la gente, dar una


vista a las paredes que se van a construir”. El án-
gel le dice, “Tú no necesitas hacer esto, porque lo
que Dios va a hacer en Israel va mas allá de la ca-
pacidad que tú tengas para medir.” Éste sin duda
es un mensaje tremendo para cualquier momento
y lugar, porque Pablo le dice a los creyentes en su
carta a los Efesios que, “[Dios] es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder
que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).
El seguimiento de la pregunta tiene que ver con
Jerusalén misma, “¿Qué acerca de una ciudad sin
paredes? ¿Quién la protegerá?” Dios dice, “Yo seré
una pared de fuego alrededor de Jerusalén”. Las
palabras son una reminiscencia de la historia de
Eliseo, con su siervo parado temeroso delante de
los anfitriones sirios en Dotán. Eliseo está tran-
quilo mientras el siervo teme por su vida. Eliseo
hace una simple oración, “Señor, abre los ojos de
mi siervo para que pueda ver”. Con las escamas re-
movidas de sus ojos, el siervo vió los carruajes fe-
roces de un huésped celestial que protegía a Eliseo
y a la ciudad. Era una pared de fuego alrededor de
ellos. Los caballos de los enemigos nunca podrían
quebrar esa barrera. Es más, ni aun se atreverían.
Uno no puede medir lo que Dios va a hacer, por-
que Él tiene el poder y los recursos que van más
allá de la comprensión humana. El futuro de Israel
descansa en Jehová quien vendrá y estará en me-
dio de ellos. Israel no tiene derecho para jactarse
por su posición o poder, sólo por el hecho de que
Dios está con ellos. Su gloria es abundante y las
manos humanas simplemente no pueden medir lo
que Dios va a hacer. Una vez que uno comienza a

100
Trazando un Tema a Través de un Libro

medir, es como colocar límites a Dios. Por lo tanto,


uno debería olvidarse de eso; Dios no puede ser
medido.
4. El sacerdote Josué y Satanás el acusador.
Ésta es una visión más interesante. Naturalmente,
durante el tiempo de reincidencia de Israel y exilio,
el sacerdocio se había corrompido, llenado de im-
pureza y había pecado entre los sacerdotes. En esta
visión particular, Satanás atacó al sacerdocio y los
acusó de estar sucios, con vestiduras sucias. Dios
dijo que iba a limpiar a los sacerdotes. Les iba a co-
locar un turbante limpio y vestiduras limpias, sim-
bolizando la pureza mientras se preparaban para
la venida del Mesías. El ángel del Señor muestra
como Israel, habiendo fallado por el pecado, seria
restaurado por medio de la limpieza a una posición
sacerdotal adecuada. Esta visión trata de renova-
ción y limpieza, para que una vez mas el mensaje
de Israel al mundo sea puro y aceptable a Dios.
5. El candelabro de oro y los dos olivos. Esta
visión probablemente resulta más familiar que las
otras, especialmente para los Pentecostales. Repre-
senta un candelabro de oro y dos árboles de olivo
con una fuente perpetua de aceite. Preguntando lo
que significa todo esto, la respuesta de Dios fue,
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíri-
tu” (Zacarías 4:6). En otras palabras, el pueblo de
Dios tendrá las provisiones para iluminar al mun-
do. Esto vendrá por medio del Espíritu Santo. El
Nuevo Testamento amplió el tema observando la
iglesia, el pueblo de Dios, quienes son la luz del
mundo, una ciudad fija sobre una colina que no se
puede ocultar.
6. El rollo volante. Éste representa la Palabra
activa de Dios. La Palabra que va hacia delante

101
Predicando la Palabra Hoy

con poder. Es una maldición para los obradores de


maldad, condenándolos y trayéndolos para que se
arrepientan. Ella purifica al pueblo de Dios y tiene
un impacto tremendo sobre la vida civil y religiosa
de cada nación.
7. Una mujer con una efa (canasta de medir).
Esta visión representa el comercio, cambio, y la
maldad de aquellos que acosan a sus vecinos más
débiles. La mujer representa la maldad, símbolo del
amor al dinero y quizás de la inmoralidad sexual.
Gráficamente, perfila mucho de lo que prevalece en
el mundo hoy, pero eso será quitado para que no
interfiera con la obra de Dios entre su pueblo.
8. Cuatro carros, la presencia de Dios por todo
el mundo. Como los cuatro vientos, la presencia de
Dios se encuentra en todas partes. Esto simboliza
el gobierno divino de Dios. Él todavía está en con-
trol del universo y del mundo. Él puede levantar
una nación (como los Estados Unidos), y la puede
hacer descender (así como sucedió con la Unión
Soviética). Él controla y gobierna todas las cosas
porque sólo él es soberano y todopoderoso.

Conclusión
Estas visiones dadas a Zacarías, muestran al
pueblo de Israel cuan poderosa es la presencia de
Dios, sus provisiones, su protección, y sus bendi-
ciones. Es Dios quien estuvo con ellos en el exilio,
quien los trajo de vuelta a su tierra, y quien los va
a bendecir y hacer una magnífica restauración.
En un sentido contemporáneo, las visiones
muestran el gran poder de Dios para amar y para
traer de regreso a los individuos que se han perdi-
do, con una promesa que su postrer fin será más

102
Trazando un Tema a Través de un Libro

grande que su comienzo. La misericordia y gracia


de Dios es desde la eternidad hasta la eternidad.
Esperamos, por medio de esta exposición de te-
mas de los mensajes de Isaías y Zacarías, hayamos
arrogado más luz sobre la necesidad y el valor que
tiene el análisis de la Escritura para cada ministro
y maestro de la Palabra. Eso es especialmente vital
para la aplicación de la verdad de Dios para la vida
contemporánea.

103
Predicando la Palabra Hoy

104
8
Cómo Analizar el
Contenido y la
Estructura
F. J. May, D.Min.

En los capítulos anteriores hemos discutido


sobre la predicación expositiva, especialmente la
composición del sermón expositivo. En adición, he-
mos examinado ciertos pasajes escritúrales, mien-
tras se hacía un análisis de la Escritura, lo cual es
el fundamento o la base para el sermón expositivo.
Este capítulo continuará buscando en los pasajes
especialmente seleccionados para su análisis. Aná-
lisis, es simplemente examinar la estructura de un
libro de la Biblia, luego un pasaje, y después po-
der determinar, a partir de ese libro de la Biblia o
de ese pasaje, lo que realmente se está diciendo. A
partir de ese examen, uno debería ser capaz de de-
terminar la idea principal—idea central o tesis—de
un pasaje particular. Por lo tanto, al mirar el con-
tenido y la estructura, uno puede ver exactamente
como éste llegará a ser la base para un determina-
do sermón.
Este capítulo examinará un pasaje del libro de
Isaías el cual es totalmente diferente del que ya ha

105
Predicando la Palabra Hoy

sido analizado: los mensajes de Isaías al pueblo de


Israel y los mensajes de juicio a causa de la infide-
lidad de Israel a Dios. Sin embargo, eso no es todo
lo que Isaías profetizó. Por supuesto, el profetizó
oráculos contra otras naciones y juicios sobre ellos.
De otro lado, hizo una gran labor profética en la
última parte y en los capítulos 52 y 53, que son
considerados algunos de los más grandes ejemplos
de su obra profética y que dan en el blanco de las
profecías relacionadas con el Señor Jesucristo.
Los escritores de los Evangelios y otros, como
las enseñanzas del apóstol Pablo, aludieron a las
profecías de Isaías relacionadas a Jesucristo. Por
ejemplo, en el Libro de los Hechos, Felipe recibió
órdenes de ir y unirse al eunuco de Etiopia. Felipe
le preguntó sobre lo que estaba leyendo. Le dijo que
era un pasaje en Isaías 53, pero no lo entendía.
Felipe luego comenzó desde ese mismo lugar y le
predicó a Jesús. De esta manera, los escritores del
Nuevo Testamento y la gente de la iglesia cristia-
na primitiva pudieron ver el cumplimiento de las
profecías que han sido hechas por estos grandes
profetas del Antiguo Testamento.
Jesús mismo citó a Isaías 61 cuando estaba en
su pueblo natal. Él citó desde el versículo 1, dicien-
do, “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto
me ha ungido para dar buenas nuevas”. La Escri-
tura dice que después que leyó el pasaje, Él dijo,
“Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vo-
sotros” (Lucas 4:21). Estas ilustraciones muestran
la profunda conexión teológica entre el Antiguo y el
Nuevo Testamento. De hecho, todos los Evangelios
tienen raíces profundas y líneas de continuidad
con los profetas en el Antiguo Testamento.

106
Cómo Analizar el Contenido y la Estructura

El Tema del Siervo Sufriente


En Isaías 52:13, aparece la referencia a este
Siervo. Primeramente, en el capítulo 52, Él es lla-
mado el Siervo Divino, luego en el capítulo 53, es
llamado el Sufriente Divino, refiriéndose al Señor
Jesús. Luego, hay una referencia al Sustituto Di-
vino y luego se revela el gran Sacrificio Divino. Fi-
nalmente, también se ve en este pasaje la Satisfac-
ción Divina. Haciendo un análisis, esto es lo que se
revela en este pasaje, y forma el fundamento y los
puntos de instrucción de un gran mensaje.
La figura de este Siervo Sufriente comienza en
Isaías 52: 13, 14: “He aquí que mi siervo . . . será
engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
Como se asombraron de ti muchos, de tal manera
fue desfigurado de los hombres su parecer, y su
hermosura más que la de los hijos de los hombres”.
Este pasaje es usado por los escritores del Nue-
vo Testamento en referencia al Señor Jesús. Luego
en el capítulo 53, Isaías comienza a describir sus
sufrimientos: “Despreciado y desechado entre los
hombres, varón de dolores, experimentado en que-
branto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos” (v. 3). Aquí se
encuentra el comienzo de la descripción del gran
sufrimiento del Señor Jesucristo mencionado en
el mensaje profético de Isaías en el Antiguo Testa-
mento.
Continúa describiendo al Divino Sufriente a me-
dida que habla acerca de cómo “llevó nuestros do-
lores”. En este pasaje, comenzando con el versículo
4 hasta el versículo 6, se utilizan muchos pronom-
bres personales en relación con la humanidad. Él
dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por

107
Predicando la Palabra Hoy

azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él he-


rido fue por nuestras rebeliones, molido por nues-
tros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (53:4,
5). Éstas son palabras tremendas que muestran el
sufrimiento de Cristo y como él llegó a ser el subs-
tituto de la humanidad como el siervo obediente del
Señor. Él pagó el precio por todo lo que tiene que
ver con los seres humanos, independientemente de
quienes son en todo el mundo. Este Siervo Sufrien-
te tomó el lugar del hombre y vino a ser el sustituto
para traer al hombre a Dios.
A medida que este capítulo continua, surge en
los próximos versículos una descripción del Sacrifi-
cio Divino. Isaías dice que él fue oprimido, afligido,
fue traído como una oveja al matadero (vv. 4-7). En
el Evangelio de Juan, el titulo “Cordero de Dios”
surge de los primeros versos del libro. Juan el Bau-
tista dice, “He aquí el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo” (Juan 1:29). Isaías se refiere
a él como “cordero [que es llevado] al matadero”
(v. 7), y justamente como un cordero no grita, “no
abrió su boca” (v. 7). Él fue un gran sustituto y un
sacrificio tremendo para toda la humanidad.
Luego Isaías dice, “Jehová quiso quebrantarlo, su-
jetándole a padecimiento . . . [y] . . . Verá el fruto de la
aflicción de su alma, y quedará satisfecho . . . y lleva-
rá las iniquidades de ellos” (v. 10, 11). Ésta es la Sa-
tisfacción Divina que es vista aquí en el sufrimiento
y el dolor de la crucifixión del Señor Jesucristo. Por
lo tanto, la idea del Siervo Sufriente, une las raíces
del fundamento profético con el mensaje del evan-
gelio completo de Jesucristo. Él vino a este mun-
do, luego fue a la cruz y sufrió en lugar del hom-
bre. Con su muerte, Él tomó el lugar del hombre

108
Cómo Analizar el Contenido y la Estructura

para agradar al Dios Todopoderoso, haciendo su


voluntad. Convirtiéndose todo en la parte central
del evangelio, a decir, primero su vida y ministerio,
luego su sufrimiento y muerte, y finalmente su re-
surrección.

Analizando el Contenido
y la Estructura
Si uno tuviera que analizar todo el libro de Juan
(o cualquier otro libro de la Biblia), uno debería ir
al libro y leerlo por completo uno y otra vez, tanto
como sea posible. Luego procede a analizarlo para
descubrir las secciones en el libro que resaltan o
que son consideradas como los grandes puntos de
retorno. En el Evangelio de Juan, hay unas gran-
des historias, grandes narraciones, y grandes ense-
ñazas. Uno también podría determinar las diferen-
tes secciones que se encuentran en el libro de tal
manera que pueda hacer un bosquejo del libro en
la mente o en un papel. Por supuesto, uno puede
mirar en un comentario para ver el bosquejo com-
pleto del libro, los diferentes párrafos, y como ellos
llevan el mensaje central de todo el libro. Luego,
uno puede ver, como pasaje-por-pasaje apoyan la
idea principal.

Introducción al Evangelio de Juan


El Evangelio de Juan fue escrito teniendo en
cuenta tres audiencias principales en la mente. Este
fue el último evangelio escrito, probablemente entre
95 D.C. y 100 D.C. Los otros Evangelios parece que
fueron escritos antes, especialmente el Evangelio de
Marcos. Cuando se escribió el Evangelio de Juan, el
cristianismo se había extendido considerablemen-
te. Por lo tanto, había tres audiencias principales

109
Predicando la Palabra Hoy

que Juan aparentemente trataba de alcanzar. Esto


puede ser afirmado por el lenguaje que utiliza y la
manera que confecciona su Evangelio. Es quizás
el Evangelio más grande y perfectamente diseña-
do que existe. Primeramente se encuentra el marco
cristiano. Juan escribía para los cristianos que ha-
bían creído en Cristo y le servían. Luego se encuen-
tra el marco judío, él estaba tratando de alcanzar a
su propia gente, los judíos y ayudarlos a entender
el mensaje de Cristo. Finalmente estaba el marco
gentil de gente no judía a quienes también preten-
día alcanzar.
Cuado se mira a estos tres diferentes escena-
rios, uno se da cuenta que Juan hizo algunas cosas
hermosas para que su Evangelio fuera un evangelio
didáctico y relevante a cualquier clase de persona
en el mundo entero. La mayoría de la gente instrui-
rá a los nuevos cristianos que no han leído la Biblia
o el Nuevo Testamento para que comiencen con el
Evangelio de Juan, porque es tanto muy simple
pero a la misma vez, muy profundo. Aun en la pre-
dicación, uno puede ser simple y profundo a la vez.
Uno puede predicar grandes doctrinas y grandes
profundidades de la Escritura sin confundir a la
gente, como también ser muy simple para que pue-
dan entender lo que la Palabra de Dios realmen-
te dice. De hecho, eso es lo que es la predicación
expositiva—entender no solamente el contenido, la
estructura y el mensaje que se encuentra en el pa-
saje, pero también ser capaz de hacerlo aplicable
en el tiempo de uno y de los oyentes. Es allí donde
el Espíritu Santo ayuda a interpretar las Escritu-
ras. A eso se le llama interpretación Bíblica.
Una vez que un pasaje ha sido seleccionado y
se ha comenzado a entender lo que enseña, luego

110
Cómo Analizar el Contenido y la Estructura

debería responder las tres preguntas sobre un ser-


món expositivo:
1. ¿Qué significaba el pasaje en su momento
—cuando Juan lo escribió a sus congrega-
ciones, a su gente, a sus oyentes, a sus lec-
tores?
2. ¿Cuál es la verdad eterna que se encuentra
en ese pasaje y que se debería aplicar a cual-
quier generación?
3. ¿Qué significado tiene el pasaje ahora?
Uno no puede hacer realmente una predicación
expositiva a menos que responda esas tres pregun-
tas y haga que el pasaje sea aplicable en su tiempo
a sus propias situaciones. Habacuc dijo, en el co-
mienzo de su pequeño libro, “Escribe la visión, y
declárala en tablas, para que corra el que leyere en
ella” (2:2).
El énfasis del libro de Juan se encuentra en Je-
sucristo el Mesías, el Hijo de Dios. En el Antiguo
Testamento, hubo profecías concernientes a Jesús,
y en el Nuevo Testamento encontraron su cumpli-
miento. En el Antiguo Testamento, hubo la pro-
mesa que habría un gran sacerdote que vendría y
también sería un gran rey. Y hubo un gran profeta
prometido en el Antiguo Testamento, que tuvo su
cumplimiento en los Evangelios.

El Evangelio de Marcos
Cada uno de los escritores de los Evangelios te-
nía cierto enfoque para su propio Evangelio. Mar-
cos parece enfatizar el oficio sacerdotal de Jesús
y que Él es el cumplimiento de ese nuevo sistema
sacerdotal. El Evangelio de Marcos se mueve rápi-
damente, y enseguida llega al corazón del Evange-
lio, el cual es, que “el Hijo del Hombre no vino para

111
Predicando la Palabra Hoy

ser servido, sino para servir, y para dar su vida en


rescate por muchos” (Marcos 10:45). Esa es la idea
central del Evangelio de Marcos—que Jesús vino, y
como sacerdote se ofrecerá a si mismo en sacrificio,
y además que Él cumplió las profecías relacionadas
a un nuevo sacerdocio.

El Evangelio de Mateo
Mateo, por otro lado, tiene un énfasis un poco
diferente; a parte de eso, también tiene una na-
rración sobre el nacimiento que Marcos no la tie-
ne. Marcos comienza el Evangelio cuando Jesús es
llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser
tentado. Mateo, por otro lado, relata el nacimiento
y explica los antecedentes del linaje judío de Jesús.
Él enfatiza, en su enfoque judío, que Cristo es el
Mesías—el Mesías judío. Él es el Cristo; Él es el
rey. La palabra basileia, que significa “reino”, se
usa como unas 100 veces en el Evangelio de Mateo.
Por lo tanto, Mateo pone un gran énfasis en Jesu-
cristo, el Mesías, quien es el Rey de reyes y Señor
de señores. Se dice mucho en el Evangelio de Mateo
acerca del reino de Dios que está cerca. Además,
hace hincapié en el arrepentimiento y el bautismo.

El Evangelio de Lucas
El énfasis del Evangelio de Lucas es un poco
diferente a los Evangelios de Marcos y Mateo. En
Marcos, no existe una narración del nacimiento.
En Mateo, el linaje de Jesús se remonta desde Da-
vid hasta Abraham. Pero Lucas rastrea el linaje de
Cristo más allá de David y más allá de Abraham,
lo hace hasta Adán. Lucas trata de demostrar que
su Evangelio tiene la intención de alcanzar a todo
el mundo. Por lo tanto, muestra a Jesús como un

112
Cómo Analizar el Contenido y la Estructura

gran profeta que vino a cumplir todo lo que se ha-


bía dicho de él en el Antiguo Testamento.

El Evangelio de Juan
El Evangelio de Juan tiene un propósito parti-
cular. De hecho, Juan es uno de los escritores de
los Evangelios que pone muy en claro su propia
declaración de propósito para decir por qué está
escribiendo. Su énfasis está en Jesucristo, el Me-
sías y el Hijo de Dios. Juan habla acerca de Cristo
como un sacerdote y un profeta, pero su énfasis
principal es en Cristo, el Hijo de Dios. Uno puede
ver su declaración de propósito en Juan 20:30, 31:
“Hizo además Jesús muchas otras señales en pre-
sencia de sus discípulos, las cuales no están escri-
tas en este libro. Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que creyendo, tengáis vida en su nombre”. En el
Evangelio de Juan, Jesús realizó siete señales mi-
lagrosas. Hizo muchas más, como lo testifican los
otros Evangelios, pero en lo que concierne a Juan,
él registró sólo siete, de tal manera que Juan dice,
“para que crean que Jesús es el Cristo”. Ese es su
propósito. Él dice que estas señales y esta obra que
él ha hecho acerca de Jesús es para que los lec-
tores puedan creer que Jesús es el Cristo, el Hijo
de Dios. Por lo tanto, Juan lo deja bien aclarado
en su libro por qué está escribiendo y lo que va a
decir—se enfocará en Jesucristo y su ministerio en
el mundo, su vida, su muerte y su resurrección. Si
la gente puede llegar a creer, entonces puede tener
vida por medio de su nombre. Por lo tanto, la vida
que viene de Dios por medio de Jesucristo viene a
la humanidad debido a que creen en el mensaje
del Evangelio—las buenas nuevas de Jesucristo.

113
Predicando la Palabra Hoy

Cuando la gente cree en Cristo como su Salvador,


ellos reciben, de inmediato la vida eterna.

Conclusión
Por lo tanto, el gran propósito del Evangelio de
Juan es ayudar a la gente a ver la verdad y en-
tenderla. Él aclara muy bien como Jesús cumplió
la profecía del Antiguo Testamento, por ejemplo la
profecía de Isaías 53—referida a Jesús, el Siervo
Sufriente. Por lo tanto, encuentra las raíces pro-
fundas de la profecía en el Antiguo Testamento y
muestra su cumplimiento en el Nuevo. Juan se di-
rige a la pueblo judío para hacerles conocer como
deben creer en Cristo y confiar en él para su salva-
ción. En el próximo capítulo hablaremos del enfo-
que que Juan usa para la gente hebrea, el mismo
pueblo judío, en este Evangelio.

114
9
Análisis del Libro
de Juan: Parte 1
F. J. May, D.Min.

Este capítulo continuará discutiendo la intro-


ducción del Evangelio de Juan y analizando el libro
para obtener un cuadro de los muchos segmentos
y pasajes, que podrían formar las bases para unas
series de sermones expositivos de este gran Evan-
gelio. Haciendo un repaso, Juan dirigió su Evange-
lio a tres diferentes grupos: el pueblo judío, el pue-
blo gentil y a los cristianos de la iglesia primitiva en
sí. Este capítulo continuará mirando el escenario
judío y los diversos vínculos, o líneas de continui-
dad, entre el Antiguo Testamento y el Evangelio de
Juan.

Análisis del libro de Juan


Un estudio a fondo del Evangelio de Juan re-
velará los temas dominantes y figuras del Antiguo
Testamento que allí se encuentran. Por ejemplo, en
el Evangelio de Juan se mencionan los días de las
fiestas judías que se relacionan con determinados
acontecimientos y milagros que Jesús realizó.

115
Predicando la Palabra Hoy

Milagros
Cuando Jesús llevó a cabo el milagro de sani-
dad de un hombre en el estanque, se cree que se
celebraba la Fiesta de Pentecostés. Luego, cuando
abrió los ojos de un hombre ciego, era dentro del
contexto de la Fiesta de los Tabernáculos. Tam-
bién, detrás de la alimentación de los 5,000 se en-
contraba la celebración de la Pascua Judía que se
llevaba a cabo en ese tiempo. Luego en el capítulo
10, cuando Jesús se refirió a si mismo como el De-
dicado, era la Fiesta de la Dedicación del Templo la
que se estaba llevando a cabo para esa fecha. Aquí
es donde Jesús habló, no del Templo mismo, pero
de hecho de él mismo como la Puerta del redil de
las ovejas y verdaderamente el Buen Pastor. Por lo
tanto, Jesús identificó lo que estaba haciendo, lo
que estaba enseñando, y los milagros que estaba
realizando con las celebraciones judías del Antiguo
Testamento. Por lo tanto, mientras uno lee el Evan-
gelio de Juan, uno puede elaborar sobre el contexto
de la Escritura y ser capaz de responder la pregun-
ta: “¿Qué significó este texto en su momento?” Si
un ministro conoce el contexto de la situación, eso
enriquece la entrega total del mensaje.

Señales
Otra manera que uno puede analizar el Evange-
lio de Juan es por las señales que ya fueron men-
cionadas. Jesús realizó siete señales o milagros an-
tes de su muerte y resurrección, que se mencionan
en el Evangelio de Juan. Uno podría hacer sermo-
nes en serie basado sólo en esas señales. Por ejem-
plo, la primera señal se encuentra en el capítulo
2 donde Jesús estaba asistiendo a una fiesta de
bodas y se terminó el vino. Jesús realizó su primer

116
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

milagro convirtiendo el agua en vino. La segunda


señal se registra en el capítulo 4 del Evangelio de
Juan. Se trata de la sanidad del hijo de un hom-
bre noble. Hay unas grandes lecciones que apren-
der en esta hermosa historia del noble y de cómo
se acercó a Jesús. El tercer milagro o señal se en-
cuentra en el capítulo 5—la sanidad de un hombre
cojo en el estanque de Betesda. Éste es un milagro
extraordinario que tuvo lugar allí. La cuarta señal
se encuentra en el capítulo 6—Jesús camina sobre
las aguas. También en el capítulo 6 se menciona la
quinta señal, que trata sobre la alimentación de los
5,000. El sexto milagro o señal es la sanidad de un
hombre que había nacido ciego que se encuentra
en el capítulo 9. Su historia es absolutamente fan-
tástica. Luego, por supuesto, el clímax de todos los
milagros es la resurrección de Lázaro. Estos mila-
gros, si uno los estudia cuidadosamente y hace un
análisis de ellos, muestran el contexto y las razo-
nes por qué Jesús llevó a cabo ciertas cosas y por
qué había oposición a su ministerio. Por lo tanto,
sus milagros parecen subir en importancia hasta el
milagro máximo de Jesús de dar vida a un hombre
que había estado muerto durante cuatro días. Ésta
es una de las maneras que Jesús, en el contexto de
las celebraciones y fiestas Judías, realizó algunos
de sus milagros para mostrar que lo que él estaba
haciendo estaba en armonía con lo que Dios hizo
en el Antiguo Testamento.

Los Dichos “Yo Soy”


En el Evangelio de Juan, uno puede analizar los
dichos de Jesús con el gran “Yo Soy”. Otra vez se
podría hacer una gran serie de mensajes, debido a
que Jesús usó el “Yo Soy” en siete oportunidades,

117
Predicando la Palabra Hoy

junto con lo que se llama el predicado nominativo.1


Por ejemplo, el primero es “Yo soy el Pan de vida”
(capítulo 6). Luego Juan continúa para mencionar
otros. En el capítulo 8, Jesús dice, “Yo soy la Luz
del mundo”. En el capítulo 10, Jesús dice, “Yo soy
la Puerta del redil” y “Yo soy el Buen Pastor”. En el
capítulo 11, Jesús le dijo a Marta, “Yo soy la Resu-
rrección y la Vida”. Y en el capítulo 14, él dijo, “Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Finalmente,
el séptimo “Yo soy” se encuentra en el capítulo 15,
donde dice, “Yo soy la Vid Verdadera”.
Cuando uno examina muy de cerca el Evangelio
de Juan, es evidente que hay muchas conexiones
con el Antiguo Testamento. Por ejemplo, en los ca-
pítulos anteriores se examinó el tema de la viña del
Antiguo Testamento, en las lecciones de Isaías 5,
especialmente “La Parábola de la Viña” y “El Nue-
vo Canto de la Viña”. El tema de la viña continua
desde el Antiguo Testamento por la Escritura hasta
el Nuevo Testamento donde Jesús dice, “Yo soy la
Vid Verdadera” (Juan 15:1). Estas afirmaciones de
Jesús que son expresadas en el “Yo soy” y el pre-
dicado nominativo, son la clase de dichos que en-
furecieron a los líderes religiosos judíos. Los judíos
consideraban esto como “Palabra de Dios”. Ésta es
la manera que Yahweh o Jehová Dios hablaría. Por
ejemplo, Moisés quería conocer el nombre de Dios,

1
La palabra predicado se refiere a la parte de la oración
hecha por el verbo, los sujetos, los adjetivos y los complementos.
La palabra nominativo viene del Latín y significa “nombre”. Por
lo tanto, un predicado nominativo es un sustantivo que sigue
al verbo que lo conecta, tal como soy, es, fue y es como si fuera
el sujeto. Ejemplo: “Yo soy el Buen Pastor”. El pronombre Yo
y el nombre Buen Pastor son la misma persona. Buen Pastor
sigue al verbo que conecta soy.

118
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

y Él dijo, “Yo Soy el que Soy”. La palabra hebrea


que se traduce “Yo Soy” es la palabra Jehová, o la
palabra que la mayoría de los eruditos se refieren
como Yahweh, y que es el nombre del Señor Dios
Todopoderoso. De hecho, cada vez que en la ver-
sión Reina Valera o la “King James” (Inglés) usa
palabra SEÑOR (LORD), refiriéndose a Dios en el
Antiguo Testamento, la palabra se escribe con le-
tras mayúsculas y significa Jehová o Yahweh. Por
lo tanto, el dicho “Yo Soy”, sirve como una conexión
importante entre el Antiguo y el Nuevo Testamen-
to. Por otra parte, Juan va un poco más allá en su
Evangelio teniendo a Jesús diciendo “Yo soy”, lo
que en el idioma griego se refiere al sentido absolu-
to. Por ejemplo, una vez Jesús estaba discutiendo
con los lideres judíos, y ellos le dijeron, “Somos hi-
jos de Abraham”. Jesús les respondió, “Antes que
Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). Por lo tanto,
uno comienza a captar la importancia de las de-
claraciones de Jesús en esos gran “Yo Soy” en el
Evangelio de Juan.

El Escenario Gentil
El Evangelio de Juan fue escrito para alcanzar
al pueblo gentil. Quizás este es una de las razo-
nes por qué el Evangelio de Juan es tan importan-
te para todos, debido a que tiene algo que decir
para toda la humanidad, ya sea judíos o gentiles.
Por ejemplo, en el comienzo del Evangelio de Juan,
él utiliza la palabra Logos para referirse a Jesús
como la Palabra eterna. Para los judíos, esta pala-
bra significaba la dinámica Palabra de Dios con po-
der para hacer que las cosas existan. Por ejemplo,
Juan abre su Evangelio al decir, “En el principio
era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo

119
Predicando la Palabra Hoy

era Dios” (1:1). Juan usa la palabra Logos. Cuando


los judíos escuchaban esa palabra, ellos entendían
que era la Palabra de Dios hablada. En la Creación
Dios dijo, “Sea la luz: y fue la luz” (Génesis 1:3).
Esa era la dinámica, la Poderosa Palabra de Dios
saliendo.
Sin embargo, cuando el pueblo gentil—griegos
y otros—usaban esta palabra, ellos entendían un
significado diferente. Ligeramente, tenía que ver
con algún principio sobrenatural que era visto en
el universo lo cual en alguna manera mantenía al
universo unido. Tanto Juan como Pablo discutían
con los gentiles que esta palabra logos significaba
la eterna Palabra de Dios y era de hecho, el prin-
cipio sobrenatural divino que mantenía a todas las
cosas juntas. En realidad, el Espíritu Santo obraba
cuando Dios hablaba en la Creación. El Espíritu
Santo estaba allí moviéndose, y cuando su Pala-
bra era dicha, los milagros de la Creación ocurrían.
Por ejemplo, en la historia de la Creación del libro
de Génesis, dice que “En el principio creó Dios los
cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y
vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abis-
mo” (vv. 1, 2). Esto resulta un cuadro interesante
de la tierra. En las primeras etapas de la Creación,
el mundo era como una bola de fango como una
matriz acuosa de oscuridad. Estaba “desordenada
y vacía; y las tinieblas estaban sobre la faz del abis-
mo.” Y luego, la Biblia dice que “el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas”.

En una ocasión, estaba sentado en la biblio-


teca del Seminario del Sur en Louisville, Ken-
tucky, estudiando y leyendo un comentario
sobre Génesis. El comentarista comenzó a ha-
blar sobre el Espíritu que se movía sobre esta

120
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

tierra caótica y dijo: “Había vibraciones como


cuando una paloma agita sus alas sobre un
nido de huevos”. Pero, él dijo, “Esto significa
mas que eso”. Él dijo, “el Espíritu Santo estaba
agitando sus alas y vibrando sobre toda la tie-
rra”, y luego dijo, “con vibraciones cósmicas”.
Me entusiasmé tanto por el hecho que el poder
del Espíritu Santo pudo hacer eso, hasta gri-
té y dije algo como, “Aleluya” en medio de la
biblioteca. Las personas giraron sus cabezas
para mirarme y ver lo que estaba sucediendo
y corroborar si yo estaba loco. En realidad, me
siento abrumado con esta gran verdad.

Comprendiendo este gran poder del Espíritu


Santo para cambiar las cosas, Juan utiliza frases
tales como “nuevo nacimiento” y “nacido de nue-
vo” cuando habla acerca de la gente que viene a
Dios y cree. Cuando Pablo habla acerca del mismo
tema, lo dice como si fuera una creación. Él dice,
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las co-
sas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nue-
vas” (2 Corintios 5:17). Uno puede emocionarse al
pensar que la palabra Logos se refiere a Jesucristo
como el principio divino de poder que mantiene a
todo el universo unido.
Cuando los nuevos cristianos vieron la palabra
logos, para ellos significaba “la proclamación del
evangelio, o la predicación de la Palabra de Dios”.
Ellos la vieron como la proclamación de la verdad.
Por lo tanto, cuando Juan escribió, estaba haciendo
una conexión con los tres grupos de gente diferente
para iluminarlos con relación a la Palabra. Así que
Jesucristo es visto en la palabra Logos como el po-
der divino, un principio divino, y una proclamación
divina.

121
Predicando la Palabra Hoy

Análisis del Evangelio de Juan


El análisis del libro de Juan debería comenzar
con el primer capítulo, por lo menos con los versí-
culos 1:1-18. Esta sección es llamada el prólogo.
La estructura del Evangelio de Juan puede dividir-
se en un prólogo, y luego el resto del capítulo 1 y
los capítulos 2–11 los cuales pueden ser referidos
como el Libro de las Señales. De hecho, todas las
señales y milagros que fueron mencionados ante-
riormente se encuentras en esos capítulos. Le si-
gue el libro de la Pasión donde Jesús sufrió, fue
crucificado y resucitó de los muertos. Finalmente,
se encuentra un epílogo. Ésa es la estructura gene-
ral del libro de Juan.

Prólogo
El Prólogo del Evangelio de Juan tiene que ver
con el Verbo eterno—el Logos. Primero de todo, en
los versículos 1-5, Juan escribe acerca del Verbo y
el universo. Él dice, “En el principio era el Verbo”, lo
cual declara la eternidad de Cristo en el principio.
Los eruditos no conocen con seguridad cuales son
todas las implicaciones que se encuentran cuando
dice, “En el principio”. Sin embargo, Génesis dice,
“En el principio creo Dios los cielos y las tierra”.
Parece que el texto hablara de la creación de la tie-
rra. Sin embargo, Juan dice, “En el principio era
el Verbo”, y estas palabras declaran su eternidad.
Un pensamiento interesante surge cuando uno
considera que Mateo traza el linaje de Jesús des-
de David a Abraham. Lucas traza su linaje desde
David, Abraham y Adán. Pero existe una narrativa
del nacimiento en Juan, por lo tanto no menciona
un linaje. Sin embargo, el concepto de la encarna-
ción es evidente. Cuando Juan comienza a escribir

122
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

acerca de Jesús, saltea a David, Abraham y aun a


Adán, hasta el pasado eterno, y dice: “En el princi-
pio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios”, y en la
próxima declaración dice, “y el Verbo era Dios”. Es-
tas palabras declaran su igualdad y su divinidad.
Aquí, Juan está afrontando toda la idea del tiempo
y la eternidad, porque utiliza la expresión “en el
principio”, y luego habla acerca del Verbo y la crea-
ción: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin
él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan
1:3). Aquí, Cristo es visto como el Verbo viviente,
el Verbo eterno. Él es visto como el instrumento de
la creación. En otras palabras, Dios está hablando
del Verbo eterno, que es Cristo, y cuando habla del
Verbo eterno, que es Cristo, está revelando el he-
cho que aquí verdaderamente el Señor Jesús es ese
Logos, el Verbo Eterno. Juan dice, “Todas las cosas
por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho”.
Luego Juan continua diciendo, “En él estaba la
vida, y la vida era la luz de los hombres” (v. 4).
Aquí, Juan habla del Verbo y de las tinieblas. Dice,
“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas
no prevalecieron contra ella” (v. 5). Las tinieblas no
pueden resistirse a la luz. Él explica lo que suce-
de con las tinieblas. Los científicos no saben con
seguridad si había tal cosa como un elemento de
oscuridad, o si eso es exactamente la ausencia de
luz. Sin embargo, una cosa es cierta, cuando uno
enciende una luz en una sala oscura, todo se revela
y las tinieblas desaparecen. En este pasaje, Cristo
es visto como esa Luz divina y eterna que viene a
un mundo en tinieblas e ilumina las vidas y las
mentes de la gente para que ellos puedan ver la
verdad y entender a Dios. Él viene para representar
a Dios el Padre.
123
Predicando la Palabra Hoy

El prólogo continúa comparando el Verbo, el


Logos, con Juan el Bautista. Juan abruptamente
cambia del pasado eterno al presente en la tierra
cuando dice, “Hubo un hombre enviado de Dios,
el cual se llamaba Juan” (1:6). Él cambia de la glo-
ria de la creación y el pasado eterno al escenario
del desierto y a un profeta de Dios que se llamaba
Juan el Bautista que fue enviado por Dios. “Este
vino por testimonio, para que diese testimonio de
la luz . . . No era él la luz, sino para que diese tes-
timonio de la luz” (v. 7, 8). Luego Juan habla sobre
el Verbo, el Logos, y el mundo. El objetivo de toda
esta explicación acerca del comienzo del Evangelio
de Juan es para mostrar como Jesucristo, como el
Verbo eterno, se relaciona con la eternidad, el tiem-
po y la humanidad, porque es muy importante que
Dios viniera al hombre en este mundo.
Los versículos 1:9-13 muestran a Cristo como la
Luz verdadera.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo


hombre, venía a este mundo. En el mundo
estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el
mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los su-
yos no le recibieron. Mas a todos los que le re-
cibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios.

Así que, él tiene el poder para que todo aquel


que cree en él pueda llegar a ser hijo de Dios por
medio del poder transformador de la Palabra de
Dios y el Espíritu Santo que trabajan en sus vidas.
Finalmente, Juan tiene algo que decir acerca del
Verbo y la iglesia: “Y aquel Verbo fue hecho car-
ne, y habitó entre nosotros” (v. 14). Jesús vivió en
un cuerpo humano carnal. Él supo lo que signi-
fica estar cansado, fatigado y sediento. Sabemos

124
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

también que su cuerpo fue maltratado cuando fue


golpeado y crucificado. No sólo sufrió el dolor por la
gran tristeza del corazón y la mente, sino también
por un gran sufrimiento físico, por lo tanto Jesús
fue verdaderamente “hecho carne y habitó [o fue
un tabernáculo] entre nosotros.” Morar [habitar]
es una palabra muy importante en la Escritura la
cual indica que Jesús vino y vivió en una carpa,
tienda o un tabernáculo de un cuerpo humano. El
apóstol Pablo dice, “Porque sabemos que si nuestra
morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere,
tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha
de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1).
Esa es una gran esperanza, porque la vida que el
hombre vive en un cuerpo humano es como vivir
en una carpa. Los hombres no fueron hechos para
este mundo; son hechos para la eternidad. Por lo
tanto, un día ellos saldrán de sus carpas, y serán
dobladas o recogidas. Los creyentes cambiarán sus
cuerpos, que llamamos una carpa o tabernáculo,
por “un edificio de Dios no hecho de manos”. Esa
es una perspectiva maravillosa cuando se predica
a la gente que ha sufrido la perdida de un ser que-
rido y que ya se ha ido, o como Pablo lo dice, “Estar
ausente del cuerpo [es] estar presente con el Señor”
(2 Corintios 5:8). A eso se le llama ir al cielo—estar
presente con el Señor.

Como pastor por 30 años, antes de llegar a


ser un profesor en el Seminario de la Iglesia
de Dios, llevé a cabo muchos funerales y es-
tuve con la gente cuando ellos sepultaban a
sus seres queridos. Les traía las buenas nue-
vas del Evangelio de Jesucristo que no había
que preocuparse, porque nuestra fe en Cristo
y nuestra maravillosa relación con él significa
que tenemos una esperanza que va más allá de

125
Predicando la Palabra Hoy

este mundo. Así como Jesús vivió en una car-


pa que fue un cuerpo, él sufrió en ese cuerpo y
murió. Él sufrió la agonía en su propio corazón
como también en su mente. Pero él conquistó
la muerte por nosotros y resucito. Por lo tanto,
nosotros tenemos esa gran esperanza de una
vida resucitada cuando pasemos de este mun-
do y cuando el Señor venga otra vez.

Uno de los grandes sermones expositivos de Ro-


bert G. Lee trataba con el tema de Cristo que se
había hecho carne. Él decía que Cristo fue hecho
de una mujer y fue hecho bajo la ley, y fue hecho
un ser humano, y aún era divino. Él era tan hu-
mano que podría decir, “tengo sed”, pero era tan
divino que podía decir, “Cualquiera que bebiere de
esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere
del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás” (ver
Juan 4:13, 14). Aquí se puede ver la doble natura-
leza. Robert G. Lee sigue diciendo que Cristo fue
hecho una maldición. En otras palabras, cuando
Cristo vino a esta tierra, fue hecho cosas contrarias
a su naturaleza divina y eterna. Pero porque Él
fue, el puede tomar a los individuos, en su natu-
raleza humana y pecaminosa, y hacerlos algo que
es totalmente diferente de lo que ellos eran en este
mundo. El puede hacer que la humanidad tenga
vida para siempre, la expectativa y la esperanza del
cielo, y todo lo que eso trae. Él que siempre fue una
bendición fue hecho maldición. Él que nunca mal-
dijo a nadie fue hecho maldición. Él que hizo los
árboles fue hecho maldición al ser colgado en un
árbol (madero) para redimir al hombre de la maldi-
ción de la ley.
Quizá la analogía más triste de todas es la que se
encuentra en 2 Corintios 5:21, que dice de Cristo,

126
Análisis del Libro de Juan: Parte 1

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pe-


cado, para que nosotros fuésemos hechos justicia
de Dios en él”. ¿Qué significa eso? Significa que
cuando Cristo fue a la cruz, él fue hecho un sa-
crificio por los pecados de todo el mundo, así que
el pecado del mundo fue parte del peso que pesó
sobre él cuando fue colgado en la cruz. Entonces,
por supuesto, él volvió a la vida. Así, que Cristo se
dejó hacer las cosas que eran contrarias a su pro-
pia existencia divina y eterna, para que poder traer
a la humanidad de un lugar provisorio—viviendo
en una carpa en este mundo—a tener vida eterna
con él.

127
Predicando la Palabra Hoy

128
10
Análisis del Libro
de Juan: Parte 2
F. J. May, D.Min.

Este capítulo continúa el estudio del Evangelio


de Juan, haciendo un análisis profundo de ciertos
pasajes. Anteriormente se mencionó sobre las siete
señales milagrosas que se exponen en el Evangelio
de Juan, y este capítulo comienza con el primero de
estos milagros. Curiosamente, el escenario de este
primer milagro es un evento social. Con toda pro-
babilidad, María, la madre de Jesús fue quien co-
menzó como la pieza central de este acontecimien-
to; sin embargo, Jesús y sus discípulos también
estaban invitados.

Capítulo 2: El Primer Milagro de Jesús


Las bodas son siempre ocasiones de gala, y ésta
en Caná de Galilea no fue una excepción. Sin em-
bargo, surgió cierta preocupación cuando al anfi-
trión le faltó el vino. María fue la primera en notar
este problema. Ella se dio cuenta de la vergüenza
que su amigo pasaría y, como toda madre, se lo
mencionó a su hijo.

129
Predicando la Palabra Hoy

El Señor le respondió a Maria, como Juan lo re-


gistra, en una forma que parece típicamente mas-
culina y más bien abrupta: “¿Qué tienes conmigo,
mujer?” (v. 4). Jesús ni siquiera la llamó Madre, un
hecho que muy bien puede indicar sus esfuerzos
por salirse del “dominio de la madre” y continuar
con la vida, propósito y ministerio para lo cual él
vino al mundo. Pareciera que Jesús sabía que aho-
ra no debería ser influenciado por nadie, ni aun por
su propia madre, sobre lo que tenía que hacer en
relación con su ministerio. Su comentario siguien-
te fue, “Aun no ha venido mi hora” (v. 4).
Un análisis del Evangelio de Juan revela que
Jesús usó esta expresión en otras ocasiones. En
un capítulo posterior del Evangelio de Juan, sus
hermanos insistían en que fuera a Jerusalén y se
revelara a si mismo a aquellos en el poder, pero él
les respondió: “Mi tiempo aún no ha llegado” (Juan
7:6). El significado de este comentario, desde el
punto de vista de un análisis, se resalta mas tarde
cuando Jesús le dice a sus discípulos: “Ha llegado
la hora para que el Hijo del Hombre sea glorifica-
do” (Juan 12:23); y también cuando dice, “Padre, la
hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tam-
bién tu Hijo te glorifique a ti” (Juan 17:1).
Uno podría preguntarse que Jesús quiso decir
con esta declaración. Un análisis tanto de su de-
claraciónes negativas como de las positivas, clara-
mente indica que él estaba hablando acerca de la
hora de su propio sufrimiento y dolor que lo lleva-
rían a su crucifixión y muerte.
Sin embargo, la primera ocasión del uso de la
frase, Maria pareció entender a su Hijo bastante
bien. TambienTambién ella expresó su fe y confian-
za en Él al decirle a aquellos a cargo de la fiesta de
bodas, “Haced todo lo que os dijere” (2:5).
130
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

A través de todo el Evangelio de Juan, uno des-


cubre que Jesús tenía una manera de parar a la
gente desde su primera pregunta, y luego respon-
derles en un nivel completamente diferente, yendo
mas lejos de lo que se esperaba. Eso sucede en casi
todos sus milagros. Jesús no deseaba ser usado o
manipulado por las influencias humanas, ni aun
por su propia madre, pero siempre era sensible a
la voz y voluntad de su Padre celestial. Así pues,
en efecto, Él responde con su primer gran milagro.
Él les dice a los sirvientes que llenen seis tinajas
ceremoniales con agua. Con toda probabilidad, és-
tas representaban el sistema ceremonial judío de
limpieza, porque cuando los judíos llegaban a una
fiesta como ésta, ellos sumergían sus manos en es-
tas tinajas y las lavaban seis veces para estar cere-
monialmente limpios.
Cuando estas tinajas fueron llenas con agua,
Jesús les dijo a los sirvientes: “Ahora saquen un
poco” (2:8, NVI). El lenguaje sugiere que Jesús les
indicaba que regresen al pozo para sacarla, para
hacer que el pozo sea una fuente viva y no necesa-
riamente las tinajas, siendo que representaban al
sistema judío de limpieza. Los sirvientes obedecie-
ron y llevaron el agua/vino al dirigente de la fiesta.
El maestresala la probó y declaró que era superior
o el mejor. Luego comentó- “Todo hombre sirve pri-
mero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho,
entonces el inferior; mas tú has reservado el buen
vino hasta ahora” (ver Juan 2:10). Por supuesto,
sea lo primero o lo último, cualquier cosa que Je-
sús hace siempre será lo mejor.
En un capítulo anterior se mencionó el tema de
la viña en Isaías y que el vino es un símbolo de gozo
y celebración. El vino también es un símbolo de
abundancia. Joel y Amós profetizaban acerca de
131
Predicando la Palabra Hoy

la gran viña que un día vendría a Palestina y alre-


dedor de Jerusalén. También es un hecho que el
vino es un símbolo de sufrimiento y muerte, como
se ilustra en el lagar (Llugar donde se exprimen
las uvas). para sacarles el jugo.)Por lo tanto, en
este pasaje, uno encuentra un primer fundamento
sobre el vino de la Cena del Señor que se presen-
ta más tarde en el Evangelio de Juan, que sigue
siendo vital y adorablemente importante para los
creyentes de hoy.

Capítulo 3: El Amor de Dios Expresado


en Cuatro Dimensiones.
Juan 3:16 es probablemente el versículo más fa-
miliar y seguramente uno de los más hermosos en
la Biblia. Este pasaje ha sido la base para muchos
sermones y lo seguirá siendo. Un enfoque para ex-
presar lo que se está diciendo aquí es ejemplifica-
do por un estudiante del seminario en el tema, “El
Amor de Dios en Cuatro Dimensiones”. Realmente,
el estudiante del seminario atribuyó la inspiración
para este tema a un pasaje de los escritos de Pablo
[Efesios 3:17, 18] donde el gran apóstol mencionó
estar arraigado y cimentado en el amor de Dios y
habló acerca de la anchura, altura, profundidad y
longitud de ese amor.
Porque de tal manera amó Dios al mundo—ese
es la anchura de su amor, de gran alcance y lo su-
ficientemente amplio para incluir a cada hombre,
mujer, niño y niña de cada generación en cada rin-
cón del globo.
Que dio a su Hijo unigénito—ésa es la longitud
a la cual su corazón amoroso estuvo dispuesto a
ir sólo para demostrar y mostrar a su amor . . . a
su Hijo encarnado en carne humana . . . su Hijo

132
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

rechazado, golpeado, y colgado en una cruz . . . su


Hijo el cordero expiatorio.
Para que todo aquel que en Él crea—Ésa es la
profundidad del amor de Dios, que revela que no
hay nadie que no pueda ser redimidosin redención
que no hay pecador que es sea demasiado vil, que
no hay situación sin esperanza, sin importar cuán
profundo en el pecado uno haya caído, la fe en Je-
sucristo abre el camino al amor eterno de Dios y
su gracia.
No perezca, mas tenga vida eterna—Ésa es la al-
tura del amor de Dios, que revela esta verdad glo-
riosa en ambas- lo negativo, “no perezca”, y en lo
positivo, “tenga vida eterna”—fácil para que todos
lo entiendan.
Aquí se presentan las cuatro dimensiones del
amor de Dios, basadas simplemente en un gran
texto.

Capítulo 4: La Mujer de Samaria y el


Hijo del Hombre Noble.
Algunas cosas interesantes en el Evangelio de
Juan necesitan ser señaladas debido a que las mis-
mas son aplicables a esta historia particular. És-
tas tienen que ver con la presencia, la enseñanza,
el trabajo, los milagros de Jesús y los efectos que
ellos tenían sobre diferentes personas.
El Evangelio de Juan claramente muestra las
respuestas opuestas al mensaje de salvación. En la
vida, algunas personas comienzan su jornada es-
piritual con un muy bajo nivel de fe, sumidos en la
ignorancia al evangelio; sin embargo, a medida que
comulgan con Jesús, lo escuchan, vienen a enten-
der todo lo que él hace, se mueven hacia niveles de
iluminación y siguen ascendiendo por medio de los

133
Predicando la Palabra Hoy

diferentes pasos de fe. Mientras esto sucede por un


lado, otros rechazan y se resisten a creer la Pala-
bra y van descendiendo paso a paso a las profundi-
dades de oscuridad e incredulidad. Es un misterio
que la misma Palabra—buenas noticias—tengan un
impacto tan contradictorio. Algunos recibirán luz,
vida y esperanza; otros elegirán la ira, la rebelión,
la oscuridad y el pecado. Esto acontece en el Evan-
gelio de Juan en diferentes ocasiones—lo cual es
un punto para tener en cuenta a medida que uno
mira la relación del Señor con la mujer de Samaria.
La historia resulta familiar. Jesús expresó la ne-
cesidad de ir a Samaria. Era cerca del medio día.
Hizo una pausa en el pozo para beber un poco de
agua, pero no tenía una soga ni un recipiente para
poder sacarla. Aun cuando era costumbre que las
mujeres judías sacaran agua en las horas frescas
de la mañana, la mujer Samaritana de esta histo-
ria apareció en medio del calor del mediodía, una
indicación sin duda de que ella era una mujer des-
preciada en la comunidad.
Jesús le dijo a esta mujer de Samaria, “Dame de
beber” (v. 7). Sorprendida, y en alguna forma con
intención de venganza, la mujer replicó, “¿Cómo
tú, siendo judío, me pides a mi de beber, que soy
mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no
se tratan entre sí” (v. 9). Lo que ella quería decir era
que un hombre judío normal nunca se atrevería a
beber agua de la vasija de una Samaritana.
Jesús le dijo cosas muy importantes a esta mu-
jer, aunque debe notarse también que ella era un
individuo de espíritu y una que sabía como discu-
tir. Lo primero que ella hizo fue traer una pregunta
racial. Luego, hizo una pregunta religiosa. Hasta
ese día, las dos preguntas eran impedimentos para

134
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

el evangelismo personal. Nadie puede llegar al co-


razón del evangelio hasta tanto corte a través de la
discriminación racial y los prejuicios religiosos.
Sin embargo Jesús la comprendió. Él movió la
conversación hacia delante con estas palabras, “Si
conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice:
Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua
viva (v. 10).
El nivel de pensamiento de la mujer fue revela-
do claramente cuando dijo, “Señor, dame esa agua,
para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”
(v. 15).
Ella se sorprendió cuando Jesús cambio el tema
diciendo, “Ve, llama a tu marido” (v. 16).
Ella respondió: “No tengo marido” (v. 17).
Ella se sorprendió aun más cuando él le dijo,
“porque cinco maridos has tenido, y el que ahora
tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad”
(v. 18). De repente, la mujer se dio cuenta que no
estaba hablando con un hombre común.
“Señor, me parece que tú eres profeta”, ella le
dijo.
La mujer había progresado. En su primer en-
cuentro con Cristo, ella se encontraba en el nivel
bajo de prejuicio racial, presentando excusas y re-
sistiendo. Luego, ella se movió un poquito más alta
en su entendimiento cuando ella vio a Jesús como
un profeta, y aún más alta, cuando Jesús le explicó
que él conocía todo acerca de su vida.
La segunda línea de defensa de la mujer fue una
pregunta religiosa. “Nuestros padres adoraron en
este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el
lugar donde se debe adorar” (v. 20).
Jesús ignoró de alguna manera esta declara-
ción y dijo, “La hora viene, y ahora es, cuando los

135
Predicando la Palabra Hoy

verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíri-


tu y en verdad; porque también el Padre tales ado-
radores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los
que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren” (Juan 4:23, 24).
La verdad llegó la mujer. Ella dejó su vasija, re-
gresó corriendo a la ciudad y le dijo a todos los que
se le cruzaban en el camino, “Venid, ved a un hom-
bre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No
será éste el Cristo? (v. 29). Ella se movió de ver a él
como un judío a decir que él podría ser un profeta
y terminar declarando que sería el Mesías. Las Es-
crituras pasan a revelar como la gente respondió y
vino a escuchar a Jesús por ellos mismos.
Otra historia en el capítulo 4 revela la misma
clase de fe—la sanidad del hijo de un hombre no-
ble. Aquí, uno ve a un hombre que se mueve en un
cierto nivel espiritual, luego se eleva a un nivel más
alto por medio de la revelación y entendimiento a
medida que habla con Jesús.
El análisis de esta historia revela que el hijo del
hombre noble se encontraba muy enfermo. El pa-
dre quería que Jesús viniera y lo sanara. Parece
que este hombre había escuchado acerca de Jesús,
y aparentemente creyó que Jesús podría hacer la
sanidad—por lo menos la fe suficiente para visi-
tarlo y preguntarle. Jesús probó su fe cuando le
dijo, “Si no vieres señales y prodigios, no creeréis”
(v. 48). El hombre respondió, “Señor, yo no estoy
buscando ver señales y milagros. Éste es mi hijo.
Apelo a usted por él”. Éste fue un acercamiento to-
talmente diferente—fe en un nuevo nivel. “Quiero
que mi hijo sea sanado”.
Jesús le dijo, “Ve, tu hijo vive” (v. 50).

136
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

Las Escrituras nos dicen que el creyó y siguió su


camino. No parece que él se hubiera parado o haya
cuestionado las palabras del Señor, preguntándo-
se a si mismo, “¿Qué si el no mejora?” Él creyó y
actuó en base a la palabra del Señor—un nivel de
fe superior. Él había venido con una fe común. Je-
susJesús probó su fe, y el hizo una petición por su
hijo, no para su gratificación personal. Por lo tan-
to, caminó hacia su hogar en fe, actuando en obe-
diencia a Cristo. Luego se encontró con los siervos
gozosos que le dijeron, “Tu hijo vive”. El hombre le
preguntó, “¿Cuándo comenzó a mejorar?”. Ellos le
dijeron la hora específica. La fe fue verificada, de-
bido a que el hombre supo que sucedió a la misma
hora que Jesús había dicho la palabra de sanidad.
Otras historias son similares.

Capitulo 5: El Hombre Paralítico


Uno podría referirse a esta historia como “En el
Borde”, debido que tiene que ver con un hombre
que estuvo muy cerca de una sanidad milagrosa en
el estanque de Bethesda por muchos años. Año tras
año, de hecho por 38 años, alguna persona traía a
este hombre al estanque, porque en cierta tempo-
rada, un ángel descendía para revolver el agua y
traer sanidad a la primera persona que entrara al
estanque. Este hombre pobre era demasiado lento.
De alguna manera, nunca llegaba a tiempo para
entrar en el agua en el momento de la sanidad. Uno
podría pensar que, tan pronto o tan tarde, todo esto
hubiera desalentado al hombre. Pero, ahí estaba
sentado, esperando y orando. Jesús vino hasta el
estanque y le dijo, “¿Quieres ser sano?”.
El hombre paralítico puso excusas. “No tengo
quien me meta en el estanque cuando se agita el

137
Predicando la Palabra Hoy

agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende an-


tes que yo” (v. 7). Es sorprendente como la gente
puede reaccionar cuando ellos quieren recibir ayu-
da de Dios.
Jesús se movió desde un desafío hacia una or-
den. El hombre ofreció excusas, pero Jesús respon-
dió con una orden, llamando a dar un paso de fe.
Esta misma situación ocurre a menudo en la
vida hoy. Mientras un pastor se dirigía al hospital,
su esposa le llamó para informarle de otro enfer-
mo que se encontraba en otro habitaciónhospital.
El pastor realmente no tenía interés en que otro
paciente fuera agregado a su lista de visitas, pero
una vez que estuvo dentro del auto, el Señor lo con-
movió haciéndole cambiar de dirección e ir al otro
hospital. Como resultado, el hombre se arrepintió y
fue salvado gloriosamente. Simplemente un codazo
del Espíritu Santo movió al pastor a una posición
para que ocurriera un milagro. No mucho tiempo
después, Dios sanó al hombre de serias complica-
ciones de salud—problemas en su estómago—y se
regocijaba dando gracias a todos.
Jesús le dijo al paralítico, “Levántate, toma tu
lecho, y anda” (v. 8). Obviamente, esto era algo que
el hombre no podía hacer, ni aun con sus propias
fuerzas. La orden y la presencia de Cristo lo ins-
piraron para que hiciera el esfuerzo. Su fe subió a
un nuevo nivel. Puso su esfuerzo para levantarse,
y sentir el poder de Dios y su fortaleza, se puso so-
bre sus pies, tomó su cama y la llevó desde el lugar
donde se encontraba con gran regocijo.

Capítulo 9: El Hombre Que Nació Ciego


La sanidad de este hombre que nació ciego es
una ilustración de cómo los varios niveles de fe

138
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

pueden elevarse dentro del corazón de un indivi-


duo. Esta historia comenzó cuando los discípulos
estaban discutiendo una pregunta seria.
“Dinos, Rabí, ¿quién pecó para que este hom-
bre haya nacido ciego?” (Ver v. 2). Los niños, por
lo general, nacen viendo. Este hombre era anor-
mal. Seguramente alguien había fallado. Aun hoy,
tal cuestionamiento no es inusual con esta y mu-
chas otras situaciones humana, pero en aquellos
días, era común para los rabinos concluir que los
defectos de nacimiento venían a una familia como
un juicio debido a especificamenteespecíficamente
a un acto erróneo. Aún algunas veces, ellos llega-
ban a la conclusión, de que el bebé mismo era tan
malo que Dios lo podría juzgar y permitir alguna
enfermedad a la criatura misma. Los discípulos es-
taban enterados de estas cosas, por lo tanto, ellos
podrían ver cual era el tema teológico para debatir.
Jesús, sin embargo, vio a un hombre que ne-
cesitaba y quería ayuda. Él dio pasos fuera de lo
común diseñados para aumentar la fe a un nivel
superior. Hizo lodo con la saliva y la tierra, untó en
los ojos del hombre ciego y le dijo que vaya a lavar-
se en el estanque de Siloé.
Uno puede imaginar fácilmente el drama de esta
escena—un hombre ciego con barro en sus ojos,
tambaleando y sintiendo su camino a través de las
calles y mientras descendía al estanque de Siloé.
Seguramente alguien le dijo, “¿Hacia donde vas?”
Quizás el hombre ciego respondió, “Te veré luego”.
Lo que fuera, su fe estaba surgiendo. Él estaba obe-
deciendo a Jesús. Él se quitó el barro de sus ojos,
y fue total y milagrosamente sanado.
Uno podría pensar que cada persona en la ciu-
dad se alegraría con este milagro; sin embargo, no

139
Predicando la Palabra Hoy

fue así con los líderes religiosos. Ellos objetaron la


sanidad porque Jesús había hecho el barro y rea-
lizado el milagro en día sábado. Estos líderes reli-
giosos pusieron al hombre pobre en un tercer gra-
do. Cada vez que ellos le preguntaban algo, él les
respondía, “Yo no se. Yo no se”. Con su fe creciente
y al darse cuenta de lo que Dios había hecho, él
desarrolló más su vista espiritual. Él comenzó di-
ciendo que un hombre llamado Jesús le dijo que se
lavara. Mas tarde el dijo, “Desde el principio no se
ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que
nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría
hacer” (vv. 32, 33). Él estaba tratando de enseñar a
otros el mensaje de su propio corazón: “Éste debe
ser un hombre de Dios. Debe ser un profeta. De
otra manera, ¿cómo podría haber sido sanado?” Fi-
nalmente, la última cosa que uno ve en este hom-
bre, él había encontrado a Jesús y Jesús lo había
encontrado a él. El hombre se había postrado ante
Jesús para adorarle y decía, “Mi Señor y mi Dios”.
¡Qué ejemplo maravilloso de una persona que da
pasos hacia arriba aumentando su fe!
Al mismo tiempo, uno entiende que los líderes
religiosos iban hacia abajo, cada vez más abajo
hacia una mayor oscuridad e incredulidad. Había
una división entre ellos. Algunos querían creer y
otros no. Su acto final fue repudiar al hombre. Li-
teralmente ellos lo expulsaron de la sinagoga. Lo
excomulgaron y no querían tener mas nada que ver
con él.

Conclusión
A través del Evangelio de Juan existen otras his-
torias que revelan como algunas personas se pu-
sieron en contacto con Jesús y experimentaron un

140
Análisis del Libro de Juan: Parte 2

flujo creciente de fe, mientras otros le dieron la es-


palda y descendieron a las tinieblas. Lo mismo su-
cede con la gente hoy. Algunos oyen, creen, reciben
la verdad, maduran hasta llegar a santos de gran
fe. Otros ignoran Su Palabra, rechazan Su mensaje
de buenas nuevas y se hunden continuamente en
niveles más bajos de desesperación y desesperanza.
Siempre es la responsabilidad del ministro pre-
sentar la verdad del evangelio fielmente, en el poder
del Espíritu Santo. El ministro nunca puede saber
lo que el receptor hará y en la manera que respon-
derá, pero él/ella debe continuar predicando sobre
lo mismo, dejando las decisiones eternas a aquellos
que escuchan. Es una gran responsabilidad, que
pesa sobre el corazón, que trae una muy grande sa-
tisfacción personal y resultados en milagros mara-
villosos no esperados. Son pocos los lugares en la
Biblia que proveen al ministro, un suelo tan rico en
el cual pueda encontrar estas verdades esenciales
como en el Evangelio de Juan. Cualquier hombre o
mujer hace bien en leer, estudiar y analizar el libro
completamente.

141
Predicando la Palabra Hoy

142
11
Introducción a la
Predicación
Terapéutica
Raymond Culpepper, D.D.

Cada pastor se relacionará fácilmente con esta


interpretación graciosa, quizás incluso la caricatu-
ra, de lo que espera el público que el predicador
modelo sea.

El Predicador Modelo
1. Predica 20 minutos y se sienta.
2. Condena el pecado, pero nunca hiere los
sentimientos de nadie.
3. Trabaja de 8 a.m. a 10 p.m. cada día.
4. Hace todo lo necesario alrededor de la
iglesia, desde la predicación en el púlpito
hasta destapar los baños.
5. Tiene 26 años de edad y estuvo predican-
do por 30 años.
6. Tiene un deseo ardiente de trabajar con
adolescentes, y pasar todo el tiempo con los
adultos mayores.
7. Sonríe en todo momento con rostro serio
debido a que tiene un sentido del humor que
lo mantiene seriamente dedicado a su trabajo.

143
Predicando la Palabra Hoy

8. Hace 15 llamadas cada día y visita a todos


los miembros de su iglesia.
9. Pasa todo el tiempo evangelizando a los
que no van a ninguna a la iglesia.
10. Nunca se aleja de su oficina o del teléfono.
Ese es el tipo de carrera que el ministro ha elegido
y lo que la gente espera de él o de ella.
En otra parte alguien comentó esto, “El pastor
ideal tiene su cabello dividido en el centro, por un
lado de color negro y juvenil, y por el otro un gris
sólido”. Esto puede explicar bien por qué los minis-
tros algunas veces se sienten un poco fraccionados.
No obstante, el ministerio es una profesión noble y
los que son honrados con el llamado de Dios para
hablar por él, son especialmente bendecidos.
Este capítulo se centra en el estilo de la pre-
dicación—un método y tono—que ha probado ser
altamente eficaz durante los años.

La Predicación Terapéutica
El tema suena como un poco enlatado, quizás
un poco académico, pero esperemos, que al final
del estudio, uno tendrá una mejor comprensión de
lo que abarca.
Una descripción de una semana típica en la vida
de un pastor ocupado, fija la escena y muestra la
necesidad de mensajes terapéuticos en el púlpito.
Las siguientes instancias no son parte de una se-
mana anormal, de hecho, se encuentran en una
semana típica de un pastor de una de las ciudades
más grandes en los Estados Unidos:
• Durante esta semana, el pastor habló con
un hombre de aproximadamente 50 años
de edad. El hombre había disfrutado una
carrera de éxito durante 30 años en un

144
Introducción a la Predicación Terapéutica

área particular de su especialidad. Él ha-


bía subido en la escala corporativa y ga-
naba $75 mil al año, cuando repentina-
mente se terminó todo. Virtualmente, de
la noche a la mañana, quedó en la calle y
el pastor pudo fácilmente escuchar y sen-
tir el dolor y la angustia del corazón del
hombre. De una vida significativa y útil,
había sido reducido a la falta de objetivo y
traído al borde de la desesperación.
• Durante esa semana, el pastor se reu-
nió con unos padres con sus corazones
quebrantados y una hija de 16 años de
edad, adolescente de la escuela secunda-
ria, que había quedado embarazada antes
del matrimonio. Él escuchó su historia y
pudo leer la angustia que había en sus
rostros. De hecho, la señorita había sido
un miembro activo en el grupo de jóvenes
de la iglesia, con un futuro promisorio y
ahora estaba echando todo por tierra. El
pastor verdaderamente compartió algo de
esa angustia. Era un dilema para el cual
no había soluciones simples.
• El pastor estuvo una hora con un esposo
que, antes de su conversión, había vivido
una vida sexual muy promiscua; ahora,
después de un matrimonio prometedor de
sólo unos pocos años, se encontró sexual-
mente impotente. El hombre lloraba pro-
fundamente a medida que hablaba de su
dolor emocional constante y la angustia
entre él y su esposa.
• También estuvo una hora y media con seis
u ocho hombres orando con un hombre

145
Predicando la Palabra Hoy

que había sido adicto a la cocaína por cer-


ca de 15 años. Éste no era un hombre ex-
traño que asistía regularmente a la iglesia.
Era un padre, un esposo, y con excepción
de cuando estaba atrapado por la cocaí-
na, era una persona muy normal y ma-
ravillosa. Pero luchó profundamente con
la adicción—sus retrocesos, produciendo
mucho dolor y angustia a su familia.
• En una noche de esa semana típica del
pastor, estuvo dos horas y media con una
esposa, cuatro niños, y otros miembros
de la familia en el hospital—esperando,
orando, confiando—mientras el esposo
y padre se estaba muriendo de cáncer.
¡Cómo lucharon los miembros de esa fa-
milia! Su confusión y preguntas eran ob-
vias y trastornantes. “¿Dios lo sanará?,
¿Puede Dios sanarlo? ¿Será nuestra la
falta, si no hay fe suficiente para que él
sea sanado? Si hablamos de su muerte,
¿ofenderá eso a Dios? La memoria de esa
familia impresionó aun más conmovedo-
ramente el corazón del pastor porque una
de las hijas del hombre se casaba aun
cuando su papá estaba a punto de morir.
• Uno de los miembros de la iglesia del
pastor regresó al hospital para una ciru-
gía adicional del corazón. Él ya tenía tres
cánulas o tubos (en inglés stent) en las
válvulas y las arterias principales de su
corazón. Dos más estaban en lista.
• Otro hombre joven en la iglesia del pastor
dijo que acababa de tener un transplante
de hígado y necesitaba oración para que
su cuerpo no rechace al nuevo órgano.
146
Introducción a la Predicación Terapéutica

Estas necesidades y problemas representan el


mundo real de un pastor en estos días. Ese pastor
no es una excepción. Él puede estar menos ocu-
pado que cualquier otro, pero su descripción de
acontecimientos a partir de apenas una semana,
destaca cuan importante es para el ministro del
evangelio tener un mensaje de Dios.
Cuando el ministro camina al altar para hablar,
en una iglesia grande o pequeña, él debe saber que
dentro del mar de rostros ante él, hay cientos de
personas con necesidades críticas. Delante de él se
encuentran adictos que necesitan liberación… un
depresivo, una persona solitaria que se siente to-
talmente rechazada . . . un adolescente que no se
siente amado y querido . . . madres y padres que
tienen problemas maritales . . . padres con un hijo
prodigo lejos de su casa . . . un esposo y esposa que
son parte de un equipo de líderes de la iglesia que
terminan de colocar un hijo en un centro de abu-
sos por el alcohol . . . una dama que está luchando
con quimioterapia y usando un turbante porque su
hermoso cabello se ha caído . . . una persona que
fue homosexual, que ha sido salvo y librado de su
estilo de vida, pero se encuentra infectado con el
virus del HIV y no está seguro sobre cuanto tiempo
le queda para vivir.
Así, ese pastor mira primeramente a la gente,
pero también figurativamente mira a un mar de he-
ridos y un mar de dolor donde la gente lucha cons-
tantemente deseando que pase ese día. Por lo tan-
to, el tema de la predicación terapéutica significa la
clase de predicación que alcanza y toca a aquellas
personas en las bancas con un mensaje del evange-
lio que es relevante para ellos. Es la predicación de
Cristo que exalta la verdad que comunica—y estas

147
Predicando la Palabra Hoy

son las palabras claves: ayuda, esperanza, sani-


dad, y plenitud. A medida que el ministro comuni-
ca estas verdades, el poder de la Palabra abre los
corazones y aplica el aceite suavizante de la gracia
de Dios. Ese es el significado de la predicación te-
rapéutica. De hecho, una de las palabras en griego
para sanidad en el Nuevo Testamente es therapeuo,
de donde viene la palabra conocida en castellano,
terapia.
La predicación terapéutica es muy parecida a
un “concepto de Jesús”. Por ejemplo, Jesús no es
mencionado con frecuencia como predicador, sin
embargo Marcos dice, “Jesús vino . . . predicando”
(Marcos 1:14); y Mateo también registra que “Reco-
rría Jesús . . . predicando” (Mateo 9:35). A menudo
lo describen como un maestro, pero Jesús, como
los ministros hoy, era un predicador. Él entendía la
vida, el rol y el modelo de un ministerio de predica-
ción. Él conocía las demandas físicas y emociona-
les. Él comprendía las ansiedades y las presiones
de ser un predicador; consecuentemente, cuando
uno hace un análisis del ministerio de las predica-
ciones de Jesús, uno encuentra ciertos paralelos
con la tarea de la predicación de hoy.
Las escrituras revelan que Jesús predicaba. En
los primeros días de su ministerio, mientras volvía
a su ciudad natal de Nazaret, Lucas registra que Él
fue al templo y leyó: “El Espíritu del Señor está so-
bre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los
cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a
los oprimidos; a predicar el año agradable del Se-
ñor” (Lucas 4:18, 19).

148
Introducción a la Predicación Terapéutica

Pensando en aquellas palabras nos trae algunas


imágenes a la mente: Jesús ungido por el Espíritu
Santo . . . predicando a los pobres . . . sanando a
los enfermos . . . abriendo los ojos de los ciegos . . .
liberando a los oprimidos . . . dando libertad a los
cautivos en pecado y en el mal . . . proclamando el
Día del Señor. Si eso no es predicación, entonces,
¿qué es? Eso verdaderamente es una proclamación
de ayuda, esperanza, sanidad y plenitud. Dentro
de aquellas palabras y de todo el concepto de lo que
Jesús dice que el vino a hacer, uno puede concluir
que Jesús era verdaderamente un predicador tera-
péutico.
Eso, nos lleva a formular las siguientes preguntas:
¿Qué se supone que los predicadores deben pre-
dicar hoy?
¿Cuáles son las cosas que las Escrituras nos
dice que debemos predicar? Lo siguiente es una lis-
ta breve de aquellas cosas que el ministro debería
predicar.
• Predique a Cristo (Filipenses 1:15, 16)
• Predique el evangelio de Cristo (2 Corin-
tios 2:12)
• Predique de Cristo crucificado (1 Corin-
tios 1:23)
• Predique de Cristo resucitado (1 Corintios
15:12)
• Predique del Cristo que ascendió (Hechos
1:11; 2:33; 7:56)
• Predique que Cristo viene otra vez (He-
breos 10:37)
• Predique el juicio de Cristo (Hechos 3:23)
• Predique a Cristo entre los paganos (Gá-
latas 1:16)
• Predique a Jesucristo (Hechos 5:42)

149
Predicando la Palabra Hoy

• Predique el evangelio (Marcos 16:15)


• Predique el evangelio de la paz (Romanos
10:15)
• Predique el evangelio del Reino (Mateo
24:14)
• Predique el reino de Dios (Lucas 9:60;
16:16)
• Predique la Palabra de Dios (Hechos
17:13)
• Predique la Palabra (2 Timoteo 4:2)
• Predique el bautismo y el arrepentimiento
(Hechos 2:38; Mateo 4:17)
• Predique “Cristo en vosotros, la esperanza
de gloria” (Colosenses 1:27).
Estos diferentes temas, aspectos del evangelio,
o facetas de la verdad de Dios, revelan lo que el
ministro debe predicar. Sin embargo, la manera en
que uno predica es bastante diferente, por el estilo
del ministro y el tono que debe ser siempre estruc-
turado para comunicarse con la audiencia. Tanto
el mensaje predicado y la manera de la predicación
son vitales si la gente angustiada va a escuchar y
aceptar la promesa compasiva de Dios de ayuda,
esperanza, sanidad y plenitud.
Cuando uno examina la predicación de Jesús,
descubre que Su predicación verdaderamente es-
taba en conformidad con lo que Él había dicho al
comienzo de su ministerio. Su Sermón del Monte
fue quizás el sermón más grande que se había pre-
dicado (Mateo 5, 6, y 7). Lo interesante de ese ser-
món es que fue un sermón terapéutico—con mu-
cha ayuda, esperanza, sanidad y plenitud incorpo-
radas. El sermón no resultó en un discurso pesado;
ni fue filosófico o cargado de adornos académicos;
fue directo del corazón de Cristo al corazón de la
gente.
150
Introducción a la Predicación Terapéutica

Por ejemplo, Jesús le dijo a la gente como ser


verdaderamente felices (Mateo 5:3-12). Jesús habló
acerca como reconstruir las relaciones quebranta-
das (Mateo 5:21-26). Él dio instrucciones acerca de
cómo llevarse bien con otros (Mateo 5:38-42). Él
dio casi instrucciones revolucionarias sobre como
sus seguidores deberían tratar a aquellos que los
maltratan (Mateo 5:43-48). Les habló sobre la ma-
nera adecuada de ver el mundo (Mateo 6:22, 23). Él
habló de como orar con propósito (Mateo 6:5-15), y
dijo, “No os afanéis” (Mateo 6:25-34). Jesús explicó
como obtener algo de Dios (Mateo 7:7-12), y les dijo
como edificar una casa feliz y fuerte (Mateo 7:24-
28). Y aquí es donde él cerró su gran Sermón del
Monte, al sintetizar con esa ilustración bien cono-
cida del hombre insensato y el hombre sabio—uno
que edificó su casa sobre la arena y el otro que la
construyó sobre la roca. ¡Hubo poder e impacto en
sus palabras!
El poder de la predicación de Jesús no era sola-
mente el poder que él tenía porque él era el Hijo de
Dios, sino que también estaba el poder del Espíritu
Santo que le permitía conectarse con la audiencia y
comunicarle ayuda, esperanza, sanidad y plenitud.
Estas cuatro palabras se repiten a menudo con
un propósito. Ellas resumen el impacto terapéutico
de la predicación. No importa lo que el predicador
esté predicando—cualquier tema de la larga lis-
ta mencionada anteriormente—o aun si estuviese
predicando una doctrina que se encuentra en otra
parte de la Biblia—él puede seguir predicando tera-
péuticamente. Cualquiera sea el tema, cada minis-
tro debe ofrecerle a la audiencia, en alguna parte
y en algún momento, ayuda, esperanza, sanidad y
plenitud.

151
Predicando la Palabra Hoy

Se dice de dos predicadores que eran evangelis-


tas asociados, uno era un experimentado predica-
dor mayor y el otro más joven. Durantes sus cam-
pañas evangelísticas, con sermones alternados,
ambos decidieron hablar sobre el infierno. Cuando
el hombre mayor predicaba, el altar se llenaba con
personas que venían llorando, orando y aceptando
a Cristo. Mas tarde, cuando el joven predicaba so-
bre el infierno, la gente no respondía. La gente per-
manecía sentada. Ninguno era tocado. El contraste
en las respuestas era exasperante para el predica-
dor más joven, por lo tanto vino al predicador ma-
yor y le dijo, “No entiendo esto. Usted y yo usamos
el mismo texto y hay muy poca diferencia entre lo
que usted dice y lo que yo digo. ¿Por qué hay res-
puestas diferentes? ¿Me puede usted ayudar?” El
predicador mayor dijo, “Quizá yo puedo. Cuando
predico sobre el infierno, es obvio que yo no quiero
que ninguno vaya allí. Cuando usted predica sobre
el infierno, no parece que tenga preocupación so-
bre si ellos van allí o no”.
Cualquiera sea el tema, el ministro debe rela-
cionar el evangelio de Cristo con la gente en un
contexto de sanidad, siempre ofreciendo esperan-
za, ayuda y plenitud. Así es como Jesús predicaba
y es lo que aquellos este mundo preocupado nece-
sitan hoy.

Diez de Construcciónyendo Bloques


de para la Predicación Terapéutica—
Diez Conceptos Claves.
Estos son los ingredientes básicos que ayudaran
a cualquier ministro a predicar terapéuticamente:
diez claves que deberían ser las piedras funda-
mentales para la predicación. Digámoslo otra vez,

152
Introducción a la Predicación Terapéutica

cuando un predicador sube a la plataforma para


proclamar la Palabra de Dios, y mira a los rostros
delante de él, mira los problemas y no sólo a la
gente. El desafío es presentar el evangelio de Cristo
con poder y de tal manera que se conecte con aque-
llas necesidades complejas y llevar los corazones
cara a cara con Cristo y el poder de Su Palabra.
Este tipo de predicación hace la diferencia en las
vidas humanas.
1. La predicación terapéutica está centrada en
Cristo.
2. La predicación terapéutica está basada en la
Biblia.
3. La predicación terapéutica se interpreta Escri-
turalmente.
4. La predicación terapéutica está orientada hacia
la necesidad.
5. La predicación terapéutica está situacional-
mente ilustrada.
6. La predicación terapéutica es facilitativa en el
tono.
7. La predicación terapéutica está expresada per-
sonalmente.
8. La predicación terapéutica es enfática en la en-
trega.
9. La predicación terapéutica es práctica en la
aplicación.
10. La predicación terapéutica es evangelís-
tica en su propósito.
Los próximos capítulos de este estudio trataran
específicamente con estas diez claves de la predi-
cación terapéutica, enfocando primeramente a la
gente en las bancas y como el ministro hoy puede
comunicar mejor la Palabra de Dios a ellos.

153
Predicando la Palabra Hoy

La predicación terapéutica centrada enCristo


Uno puede pensar que cada predicador del evan-
gelio de Cristo debería saber intrínsicamente predi-
car de Cristo. Desafortunadamente, un examen de
las predicaciones que tienen lugar en los púlpitos
de los Estados Unidos hoy, revelará que no es ne-
cesariamente así. Mucho de los que se predica es el
resultado de un corazón filosófico, social, histórico,
o basado en las necesidades humanas en lugar de
ceñirse a la revelación de Jesucristo, el Cordero de
Dios. Tal predicación puede instruir, puede infor-
mar, puede entretener o traer un paliativo temporal
a un corazón atribulado; sin embargo, solamente la
predicación centrada en Cristo se dirige al corazón
del problema de la raza humana.
Estos capítulos intentarán destacar las Escritu-
ras para cada una de estas diez claves, ninguna de
las cuales vale el tiempo o el estudio a menos que
esté basado sólidamente en lo que dice la Biblia.
Los ejemplos siguientes ayudarán a ejemplificar
lo que significa estar “Centrado en Cristo”.
Jesús dijo, “Venid a mí todos los que estáis tra-
bajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo
11:28). Eso es centrado en Cristo porque Jesús es-
taba diciendo que él es la respuesta. Aquellos que
vienen a él, tienen sus necesidades suplidas.
Aquí hay otro pasaje favorito. “Porque no tene-
mos un sumo sacerdote que no pueda compadecer-
se de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15, 16). Cris-
to, el eterno sumo sacerdote, siempre es tocado por
las necesidades humanas. Aquellos que son suyos

154
Introducción a la Predicación Terapéutica

son los que vienen confiadamente a su presencia,


sin vacilación o temerosamente, sino como niños
que saben que la misericordia y la gracia les espe-
ran. Cuando Jesús mira a una congregación y ve
a la gente que se encuentra llena de heridas y con-
fusión, él no se da la vuelta. Cuando él ve el menor
de los niños que se encuentra cargado o herido o
quebrado, su corazón amoroso se mueve.
El apóstol Pedro tiene una palabra relacionada
con este tema: “Echando toda vuestra ansiedad so-
bre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pe-
dro 5:7). Jesús dijo, “Y yo, si fuere levantado de la
tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32).
Él estaba hablando de su muerte sobre la cruz, lo
cual significa, por supuesto, que cualquier predi-
cación de la cruz y la expiación de Cristo es Cristo
céntrico. Él pagó el precio por el pecado y solamente
por medio de Él, los pecadores tienen acceso al per-
dón de Dios. En un sentido más amplio, Jesús ha-
bló de su representación, el testigo cristiano de todo
lo que él ha hecho. La predicación terapéutica está
bien enfocada en Jesucristo. De hecho, Isaías dijo:
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de
su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el
trono de David y sobre su reino, disponiéndolo
y confirmándolo en juicio y en justicia desde
ahora y para siempre. El celo de Jehová de los
ejércitos hará esto (Isaías 9:6, 7).

Aquellas palabras dicen que Cristo es el gran-


de, el supremo a quien Dios le ha dado autoridad
para gobernar toda la tierra. Él debe ser el centro

155
Predicando la Palabra Hoy

de toda predicación. Cristo es el centro de la pre-


dicación terapéutica, porque él es la respuesta a
cualquier necesidad que exista.

Conclusión
Varios años atrás, cerca de la Pascua, un pas-
tor predicó un sermón al que le puso el título de
una canción, “Porque él vive, puedo enfrentar el
mañana”. No fue exactamente una idea original
pero, cuando terminó el sermón, el pastor apren-
dió una gran verdad. Una dama vino hacia delante
para hablar con el pastor. Ella era una mujer que
solamente un año atrás, se había casado con un
hombre que ganaba un sueldo alto de seis cifras.
Ellos vivían en uno de los sectores más opulentos
de la ciudad de Birmingham. Ella tenía dos her-
mosos hijos. Ella parecía representar una de esas
historias de Alicia en el País de las Maravillas, un
matrimonio perfecto y un hogar perfecto.
Eso era lo que había sido su vida anterior. Aho-
ra, su esposo la había traicionado con una aman-
te. Él básicamente perdió todo lo que tenía; y, en
cuestión de semanas, esta mujer de una situación
muy alta en la escala económica y social, se encon-
traba sin una entrada. Su vida ahora estaba en la
ruina. Ella tenía tres trabajos, viviendo en un de-
partamento barato, apenas pagaba el alquiler, y la
iglesia le ayudaba comprándole alimentos mientras
ella luchaba criando a sus hijos.
Desde esa perspectiva, ella escuchó el sermón
de esa mañana. En medio de lágrimas ella dijo,
“Gracias por predicar acerca de Jesús. Si yo pudie-
ra cambiar una palabra de ese título, sería, “Porque
él vive, puedo enfrentar el hoy”.

156
Introducción a la Predicación Terapéutica

Ese es el poder y la bendición de la predicación


terapéutica. Con Cristo en el centro del sermón, la
gente encuentra ayuda, esperanza, sanidad y ple-
nitud. Con Él, ellos pueden enfrentar el hoy y el
mañana.
El próximo capítulo estará centrado en la se-
gunda clave, o bloques de construcción, para la
predicación terapéutica.

157
Predicando la Palabra Hoy

158
12
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 1
Raymond Culpepper, D.D.

Este capítulo, continúa el estudio de los blo-


ques de construcción de la predicación terapéutica
y reitera el tema que la predicación terapéutica es
la proclamación del evangelio de Jesucristo, den-
tro de un contexto, que provee a la congregación
ayuda, esperanza, sanidad y plenitud. La palabra
terapia, del griego therapeuro, significa “sanidad”,
también incluirá estos comentarios, porque el mi-
nistro cristiano siempre tiene el propósito de apli-
car la virtud de la sanidad de Cristo hacia cada fase
de la naturaleza humana--emocional, espiritual, y
física. Cualquiera sea la necesidad, el blanco de la
predicación terapéutica es la sanidad.
La gente que ocupa los bancos en las iglesias de
América cada semana, vienen a la casa de Dios con
necesidades abrumantes de todo tipo. Cuando los
ministros suben al púlpito para hablar la Palabra de

159
Predicando la Palabra Hoy

Dios, ellos tienen una oportunidad sin precedentes


y un desafío tremendo el cual nunca se debe tomar
a la ligera. Sólo a través de la oración, el estudio
serio de la Palabra y la unción del Espíritu Santo,
ellos pueden lograr lo que la ocasión demanda. Así,
ellos deben avanzar y poder declarar, como lo hizo
Cristo mismo, “El Espíritu del Señor está sobre mi,
porque me ha ungido para predicar el mismo tipo
de mensaje que Jesús predicó”.
El capítulo anterior se concentró en el primer
bloque constructor para la predicación terapéuti-
ca—debe ser Cristo-céntrica. Este capítulo se mue-
ve al segundo bloque constructor—debe estar ba-
sada en la Biblia.
Predicación Terapéutica
Basada en la Biblia
Predicación terapéutica basada en la Biblia sim-
plemente significa que todo lo referente con la pre-
dicación terapéutica—la doctrina, la verdad, la
instrucción, la exposición—debe tener con la pre-
dicación terapéutica—la doctrina, la verdad, la ins-
trucción, la exposición—debe tener un fundamento
y una base en la Palabra de Dios. Esto no significa,
por supuesto, que los principios del comportamien-
to humano, psicológico, sociológico, o antropológi-
co nunca entrarán en juego. Tampoco significa que
el ministro del evangelio nunca sacará información
o datos de varias disciplinas educacionales; pero sí
significa que el fundamento básico de todo lo de-
clarado en la predicación terapéutica descansa en
la roca firme de las Escrituras—“Así dice el Señor”.
Las siguientes Escrituras dan crédito a esta
posición:
• Del libro de Josué: “Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de

160
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

día y de noche meditarás en él, para que


guardes y hagas conforme a todo lo que
en él está escrito; porque entonces ha-
rás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien.”(Josué 1:8).
• Del libro de los Salmos: “Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de ma-
los, ni estuvo en camino de pecadores, ni
en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su deli-
cia, y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrien-
tes de aguas, que da fruto en su tiempo, y
su hoja no cae; y todo lo que hace, pros-
perará” (Salmos 1:1-3).
Estos versos indican claramente que cuando los
individuos viven sus vidas basadas en la Palabra
de Dios, Él los bendecirá y les concederá verdadera
prosperidad y éxito en todo lo que emprendan.
• Otro gran pasaje de la Escritura dice:
“Cualquiera, pues, que me oye estas pala-
bras, y las hace, le compararé a un hom-
bre prudente, que edificó su casa sobre
la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, y golpearon contra
aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca” (Mateo 7:24, 25).

Puntos sobre la predicación basada en la Biblia


De las experiencias y sabiduría sacadas de
hombres quienes han pasado muchos años en el
estudio de la Palabra de Dios, resaltan por lo me-
nos cinco puntos críticos que cada ministro debe-
ría tener en mente sobre la predicación basada en
la Biblia. Estos son especialmente críticos para el

161
Predicando la Palabra Hoy

hombre que desea asegurarse que su predicación


sea siempre una predicación terapéutica.
1. Haga que todo se relacione con la Biblia.
Esta declaración no implica que uno deba citar la
Escritura en cada ocasión o que el ministro deba vi-
vir en legalismo, con reglas y regulaciones similares
a los fariseos del Nuevo Testamento. Simplemente
significa que no importa la situación en que el mi-
nistro se encuentre, el conocimiento de la Biblia
siempre debe estar presente. Por lo tanto, él debe
leer la Biblia, predicar la Biblia, y tomar decisiones
diarias siempre en relación con la Biblia.
2. Existe un principio Bíblico para cada proble-
ma. Este principio no dice que la Biblia tiene algo
que decir sobre cada problema específico, situación
o circunstancia de la vida. Por ejemplo, la Biblia no
dice nada acerca de fumar, pero sí establece prin-
cipios de salud y enseña el respeto por el cuerpo
humano. La Biblia específicamente no le dice al
padre o a la madre como tratar con un hijo quien
les dice que es homosexual, pero sí establece prin-
cipios. Temas que en la Biblia no se mencionan di-
rectamente están cubiertos por principios bíblicos
los cuales se aplican a cada y todo problema que la
humanidad tiene que enfrentar sobre esta tierra.
3. No contamine el mensaje con prejuicios perso-
nales. Resulta muy fácil para el ministro permitir
que sentimientos personales y prejuicios contami-
nen el mensaje de la Biblia. Cada vida humana via-
ja por una senda distinta. Las experiencias de la
vida dejan impresiones indelebles sobre la psiquis.
Éstas se convierten en testimonios personales, los
que a menudo llegan a ser herramientas podero-
sas para testificar, pero el ministro debe siempre
mantenerlos en paralelo con la Palabra de Dios.

162
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

Las opiniones personales y las preferencias pueden


o no pueden estar en línea con la Palabra de Dios,
y es la responsabilidad de cada ministro ver que
tales cosas no contaminen el mensaje del amor de
Dios para el mundo.
Una convicción, por definición, es “algo por lo
cual una persona está dispuesta a morir”. Por otro
lado, una preferencia es “algo que a uno le gustaría
y con lo cual se siente más cómodo”. Algunas veces
a los predicadores se les dificulta separar sus con-
vicciones y sus preferencias con el mensaje de la
Biblia. Las convicciones personales deben ser res-
petadas, como también las preferencias, pero ellas
no deben ser confundidas con el mensaje de la
Biblia. La siguiente escena ejemplifica esta verdad:
• Un ministro cree firmemente en la sani-
dad divina, basada correctamente en la
Palabra de Dios, pero este ministro tam-
bién desarrolla la convicción que no va a
buscar ayuda de asistencia médica. Con
el tiempo, este ministro desarrolla una
convicción verdadera—una por la cual
está dispuesto a morir por ella—pero su
convicción no estaba basada en la Biblia.
Aun cuando la Biblia enseña sobre la sanidad,
en ninguna parte enseña que está mal o es ina-
propiado o una falta de fe buscar la ayuda de un
médico. De hecho, Lucas, uno de los escritores de
la Biblia era médico. En otro lugar, el apóstol Pablo
instruye a Timoteo acerca de una bebida medici-
nal por causa de su estómago. La Biblia claramen-
te anima a los creyentes a ayudarse ellos mismos
primero. Los ministros deben estar alertas a fin
de no ser atrapados ellos mismos, y permitir que
sus propias emociones o sus propios sentimientos

163
Predicando la Palabra Hoy

transciendan la Biblia. Si uno no tiene cuidado,


las convicciones o preferencias personales pueden
contaminar el verdadero mensaje de la Palabra,
y convertirse en un serio problema. No está mal
tener fuertes convicciones; de hecho, las mismas
deberían ser admiradas. Sin embargo, ellas deben
mantenerse dentro de una categoría personal y no
exigirlas a los demás, especialmente no presentar-
las como de la Escritura.
La siguiente historia necesita ser considerada;
de hecho, está ligeramente cambiada de un pasaje
familiar a cada lector de la Biblia.
• Cierta vez, un padre tenía un hijo, buen
mozo que quebrantó su corazón al irse de
su casa. El hijo viajó a una gran ciudad
que estaba bien lejos de la casa. El pa-
dre amaba mucho a su hijo, pensaba en
él frecuentemente, y deseaba que su hijo
regresara al hogar. Las circunstancias
fueron tales que el padre no podía viajar a
la gran ciudad y buscar a su hijo—él tenía
otros miembros en la familia y muchas
responsabilidades—pero su amor por su
hijo era tan fuerte que llamó a uno de sus
sirvientes. El padre le dijo a su siervo, “Tú
siempre has sido un buen siervo fiel, por
lo tanto tengo una misión especial para
darte. Ve a la gran ciudad y encuentra a
mi hijo. Dile que lo amo y quiero que re-
grese a casa”.

El siervo escuchó y asintió con la cabeza.


El padre repitió: “Dale este simple mensa-
je—Yo lo amo y quiero que regrese a casa.
¿Entiendes?”

164
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

El siervo estuvo de acuerdo. Preparó su


maleta y salió hacia la gran ciudad. A
medida que el siervo viajaba, comenzó a
pensar. El hijo realmente no ha sido tan
bueno. Actuó como un mocoso mimado. Él
decepcionó a su padre y a cada uno de
los que lo conocen. Él trajo vergüenza a la
familia. Por lo tanto, unos días después,
cuando el siervo pudo localizar al hijo, le
entregó el mensaje de su padre, pero con
una pequeña diferencia. Estas fueron sus
palabras: “Hijo, aquí estoy para decirte
que tu padre te ama, pero se encuentra
decepcionado de ti. Él quiere que actúes,
endereces tu vida y vuelvas a casa, por-
que él te ama muchísimo”.

El hijo miró al mensajero y le dijo: “De


ninguna manera. No voy a volver, y tu
puedes decirle a mi padre lo que dije”.

El siervo regresó y le dijo al padre: “Su hijo


estaba indignado cuando le di su mensa-
je. Totalmente rebelde, él dijo que le diga
que no va a regresar”.

¡Qué profunda verdad encontramos en este


historia! Debería hacer detener a cada ministro y
ponerle a pensar y a entender el llamado de Dios
desde una perspectiva divina. Lo trágico en esta
historia es que el siervo contaminó el mensaje. El
mensaje era simple: “Dile a mi hijo que lo amo y
quiero que regrese a casa”. El siervo permitió que
sus pensamientos y sus opiniones se introdujeran
en el mensaje. Él hizo su propio juicio, quizá con

165
Predicando la Palabra Hoy

las mejores intenciones, pero contaminó el mensa-


je. Como resultado, el hijo se perdió y el corazón del
padre quedó quebrantado.
Una de las heridas más grandes que cualquier
ministro pude causar al cuerpo de Cristo es cuando
contamina el mensaje de Dios. Juan lo dijo sencilla
y claramente cuando escribió: “Si alguno añadiere
a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que
están escritas en este libro. Y si alguno quitare de
las palabras del libro de esta profecía, Dios quita-
rá su parte del libro de la vida, y de la santa ciu-
dad y de las cosas que están escritas en este libro”
(Apocalipsis 22:18,19).
El Señor habla en serio y no anda con juegos
cuando nos advierte que su Palabra no debe ser
contaminada. Las verdades simples y básicas de la
Palabra de Dios nunca deben ser sustituidas por
las convicciones y preferencias personales. Es bue-
no tener convicciones y preferencias personales—
a algunos hombres les gusta el pastel de manza-
na y otros prefieren el de durazno—pero uno debe
siempre estar seguro de trazar una línea entre tales
preferencias y el “Así dice el Señor”. Los que son
llamados a ser embajadores de Dios, tiene la res-
ponsabilidad de comunicar Su mensaje, y lo que
Él dice siempre traerá ayuda, esperanza, sanidad
y plenitud a los hombres y mujeres heridos, ham-
brientos y sedientos.
Como el portavoz de Dios, el ministro puede ir
tan lejos como Cristo lo hace y llamar al pecado al
pecado. La tarea del ministro es predicar la Palabra,
recordando siempre el consejo de Pablo que uno
nunca debería avergonzarse del Evangelio de Cristo,
el cual “es poder de Dios para salvación” (Romanos
1:16).

166
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

4. Mantener el contexto de la Escritura en mente.


Así como es fácil para una persona contaminar el
mensaje con las preferencias y convicciones perso-
nales, de la misma manera es fácil contaminar la
Palabra sacándola fuera de contexto. Ésta es una
razón porque la Iglesia de Dios, desde sus primeros
días ha pronunciado su compromiso total con la
Palabra. El primer ítem de la Declaración de Fe dice
lo siguiente: “Creemos en la inspiración verbal de la
Biblia”. La primera declaración bajo las Enseñanza
de la Iglesia de Dios, dice: “La Iglesia de Dios cree
y sostiene la Biblia completa, correctamente inter-
pretada…”.
Interpretar correctamente la Palabra signi-
fica mantener el mensaje dentro de su contexto.
Aunque escrita por diferentes hombres, dentro
de un gran lapso de años, y bajo circunstancias
diferentes, la Palabra de Dios es una. Tiene una
unidad basada en una sola fuente de inspiración,
la cual es el Espíritu Santo. Pablo le recuerda a
Timoteo que “Toda la Escritura es inspirada por
Dios” (2 Timoteo 3:16). El verdadero estudiante de
la Palabra busca saber lo que la Biblia dice en su
totalidad, para entender lo que se estuvo diciendo
en un lugar específico. Cuando se interpreta co-
rrectamente, no aparecen contradicciones dentro
de la Biblia. Es un mensaje de la verdad, de Dios
al hombre, y siempre “útil para enseñar, para rear-
güir, para corregir, para instruir en justicia” como
Pablo siguió diciéndole a Timoteo.
Cuando el ministro busca conocer lo que la
Biblia dice acerca del divorcio, necesita mirar en
toda la Biblia y no sólo en un pasaje. Lo mismo
es verdad sobre otros temas tales como quebranta-
miento, o la familia, y la lista puede seguir y seguir.

167
Predicando la Palabra Hoy

Las palabras de la Biblia están unidas y obran ha-


cia afuera porque la Biblia es un mensaje completo.
Las siguientes Escrituras son buenos ejemplos
para considerar.
• “Dad, y se os dará; medida buena, apreta-
da, remecida y rebosando darán en vues-
tro regazo” (Lucas 6:38). La mayoría de
las veces, este pasaje es utilizado cuando
se va a recibir una ofrenda. Tal aplicación
está bien, siendo que el texto se explica a
si mismo, pero en su contexto no fue dado
solamente en relación con el dinero. El
pasaje incorpora un principio que puede
ser aplicado al dinero, pero el verdadero
contexto tiene que ver con las relaciones.
Al leer todo el capítulo, uno puede ver que
el Señor está hablando acerca de llevarse
bien, perdonando, amando, y relacionán-
dose con la gente. A la luz de esto, Jesús
estaba diciendo, “cualquier cosa que uno
le de a otro, lo recibirá nuevamente”. Si tú
quieres amor, da amor. Si tú quieres per-
dón, perdona. “Da, y se os dará”. Algunas
veces uno se olvida de esta verdad más
amplia, pero la predicación genuina basa-
da en la Biblia tendrá en cuenta el contex-
to de todo el pasaje.
• “Separados de mí nada podéis hacer”
(Juan 15:5). Ésta es una gran e inspira-
dora declaración. Pero pensando acerca
de ello, por si misma y sin el contexto,
no está a la altura de la verdad. La gen-
te puede hacer muchas cosas sin Cristo;
ellos pueden y lo hacen. Ellos hacen cosas
sin Cristo cada día: ellos se levantan, van

168
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

al trabajo, tienen su ganancia para vivir.


Algunas personas se hacen ricos; otros
pierden todo. De hecho, existen predica-
dores que hacen muchas cosas sin Cristo.

Por supuesto, uno puede razonar al decir


que, el aire que respiro, la vida que ten-
go, Cristo me la dio. Pero es el contexto
de este verso el que nos ayuda a interpre-
tar lo que Jesús quiso decir cuando dijo,
“separados de mí nada podéis hacer”. Él
hablaba de una perspectiva externa. Él
estaba hablando de llevar fruto, una vida
significativa, una vida con la eternidad en
perspectiva. Él básicamente estaba dicien-
do, “Yo soy la vid, ustedes los pámpanos.
Si quieren que las cosas que hacen tenga
significado eterno, si ustedes quieren que
las cosas que hacen hagan una diferencia,
es importante que ustedes trabajen en el
proceso de conocer que no pueden tener
significado, no pueden tener valor eterno
sin mí. Ustedes pueden hacer cosas ma-
teriales que serán para aquí y ahora, pero
cuando lleguen al cielo, serán quemadas
como madera, heno u hojarasca. Sin mí
no pueden hacer nada”. Aquellas cosas
que resistirán el fuego siempre serán las
que uno hace por medio de Cristo.

Así es como el contexto hace la diferencia. La


predicación terapéutica está basada en la Biblia.
Uno no debe contaminar la Palabra, ni por prefe-
rencias personales o por tomar los pasajes fuera de
contexto.

169
Predicando la Palabra Hoy

• “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”


(Filipenses 4:13). Este versículo contiene
solamente 8 palabras, pero debe conside-
rarse en su contexto para que tenga un
significado creíble. Literalmente hablan-
do, el cristiano no puede hacer todas las
cosas. Uno no puede, por ejemplo, salir
de su casa, trepar un edificio y volar como
Superman. Uno no puede encestar el ta-
blero de baloncesto, cada vez, por medio
de Cristo. Citando este versículo uno no
puede convertir un hombre de cinco pies
en un Michael Jordan. Estos ejemplos ri-
dículos destacan el por qué el contexto es
tan vital.

Pablo está hablando acerca del conoci-


miento de lo que es estar pobre, de lo que
es tener cosas y de los que es estar en
abundancia como también en escasez. Él
dice que aprendió a contentarse, sin im-
portar las circunstancias, porque Cristo
era su suficiencia. Él podía hacer todas
las cosas en Cristo quien lo fortalecía.
Cualquiera sea la situación, los hijos de
Dios puede ser victoriosos por medio de
Cristo. El contexto del pasaje es la clave
para entenderlo totalmente, y el contexto
es necesario para hacer una predicación
basada en la Biblia.

5. Tenga las herramientas correctas. Ningún mi-


nistro podrá ser mejor en su predicación que sus
herramientas y recursos. Podrá parecer una decla-
ración pesada. Por supuesto, uno debe tener los
recursos del Espíritu Santo de Dios; sin embargo,
170
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

cuando uno llega a lo que uno hace—el llamado


“trabajo con el sudor de su frente”—uno va a refle-
jar las herramientas que el hombre de Dios tiene a
su disposición.
Si uno va a predicar terapéuticamente, ofrecien-
do ayuda, esperanza, sanidad y bienestar general,
necesitará varios tipos de herramientas. La lista
siguiente debe ser considerada como una lista de
recursos útiles y que cada ministro debería tener
en su biblioteca.
1. Una buena Concordancia Bíblica—Se re-
comienda la Concordancia de Strong. Tiene
cada palabra de la Biblia ordenada alfabé-
ticamente donde uno puede encontrar algo
que lo recuerda vagamente o cualquier tex-
to que le venga a la mente por el Espíritu
Santo. La concordancia es uno de los libros
más usados en la biblioteca de cualquier mi-
nistro.
2. Un buen Diccionario Bíblico—Se recomien-
da el Diccionario Expositivo de Vine. Existen
otros diccionarios buenos disponibles, y la
mayoría de los ministros tienen varios. El
diccionario Bíblico define gente, lugares y
cosas en términos de la Biblia. Los mejores
diccionarios contienen referencias bíblicas.
3. Una buena Biblia temática—Se recomienda la
Nave: Índice Temático de la Biblia. El propósi-
to es tomar cualquier tema que se encuentra
en la Biblia y mostrar donde se encuentra.
No sólo ayuda a uno a encontrar la referen-
cia, como lo hace la concordancia, sino el/los
textos completos de las Escrituras.
4. Un buen manual Bíblico—Se recomienda
el Manual Bíblico de Halley. Este manual

171
Predicando la Palabra Hoy

ha estado en el mercado por muchos años.


Algo de la cosecha más reciente está dispo-
nible y tienen algunas ventajas, pero pocos
pueden igualar al manual de Halley por sus
antecedentes básicos. Ofrece breves antece-
dentes culturales para los diferentes libros
de la Biblia, junto con hechos arqueológicos,
y pruebas creíbles para demostrar la verdad
del registro bíblico.
5. Otro libro de estudio—Auxiliar Bíblico Portavoz
de Harold L. Wilmington, que aunque es muy
grande y extenso, es altamente recomen-
dado. Lleva al lector desde Génesis hasta
Apocalipsis, pasando por la teología sistemá-
tica, los grandes temas de la Biblia y tiene
muchos bosquejos de estudios y semillas o
ideas para sermones.
6. Un buen juego de comentarios Bíblicos es re-
comendable. Estos juegos van de dos y tres
volúmenes a juegos de 35 o 40 volúmenes.
Existen muchos comentarios de confianza en
el mercado, por lo que sería una buena idea
ver una muestra de un número de comenta-
rios diferentes en una biblioteca, o mirarlos
ampliamente en una librería cristiana antes
de hacer una compra. El comentario toma
un pasaje de la Escritura y da una o más
interpretaciones que las mejores mentes han
considerado ser el significado más correc-
to. Sin importar el tema, cuando el ministro
puede ir a un comentario y examinar lo que
otros han pensado acerca del pasaje, llega a
estar mejor preparado para manejar el asun-
to. Aun cuando y si uno está en desacuerdo
con el comentario, tiene el valor de conocer la
opinión de la oposición.
172
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 1

7. Una buena Biblia de Estudio—La Biblia


Plenitud, por Jack Hayford, La Biblia de
Referencias Thompson con versículos en ca-
dena temática, y La Biblia Anotada de Dake
son todas recomendadas por sus notas al
margen, mapas y definiciones. Una nota de
advertencia en relación a las ayudas, espe-
cialmente de las Biblias de Estudio: ellas
ofrecen la opinión de un hombre, y pueden
ser de ayuda; pero el ministro debe mantener
en mente que la Biblia misma es inspirada
por el Espíritu Santo y no las notas.
8. Una buena Biblia es altamente recomenda-
da. Si un hombre no tiene otra herramienta
más que la Biblia, puede hacer predicación
terapéutica si lee y estudia la Biblia, porque
dentro de ella se encuentran las palabras de
vida.
9. Biblias para computadoras y programas—és-
tas están llegando a ser más exactas y signi-
ficativas para los que se encuentran cómodos
y son adeptos al uso de las computadoras.

Conclusión
La predicación terapéutica basada en la Biblia
significa que la doctrina, verdad, instrucción, expo-
sición, e inspiración, todas tienen un fundamento
en la Palabra de Dios. El ministro de hoy, que desea
tener éxito, y que desea que su predicación ofrezca
ayuda, esperanza, sanidad y plenitud a una gene-
ración turbulenta, necesita mantener ciertos pun-
tos en mente. El debería…
• Hacer que todo tenga relación con la
Biblia (mantener en mente que existen
principios bíblicos para cada problema
humano).
173
Predicando la Palabra Hoy

• Huir de la contaminación del mensaje con


las preferencias y convicciones persona-
les.
• Mantener el contexto del pasaje siempre
en la mente.
• Asegurarse de tener las herramientas de
estudio adecuadas.

174
13
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 2
Raymond Culpepper, D.D.

Este capítulo continúa el estudio sobre la pre-


dicación terapéutica concentrándose en aquellos
bloques que ayudarán al ministro a proclamar el
evangelio de tal manera que traigan ayuda, espe-
ranza, sanidad y bienestar general a cada corazón.
Aquellos aspectos de la predicación del evangelio
son los mismos que Jesús declaró como el propósi-
to por los cuales él fue ungido. Estos no represen-
tan el propósito por el cual Jesús vino a vivir—Él
vino a vivir para que pudiera morir por la redención
humana—pero su predicación estaba enfocada en
las necesidades de la gente.
En los capítulos anteriores notamos dos blo-
ques constructores: (1) La predicación terapéutica
Cristo-céntrica, y (2) la predicación terapéutica ba-
sada en la Biblia. Se destacan del último capítulo
el énfasis sobre mantener el texto de la Escritura

175
Predicando la Palabra Hoy

o el tema dentro del propio contexto y asegurarse


que uno no contamina el mensaje con preferencias
personales. El capítulo termina con énfasis en las
herramientas y recursos adecuados para el minis-
terio. En el mundo de hoy, no se aceptan excusas
por no contar con las herramientas necesarias. Hay
librerías de libros con descuentos, programas de
computación y una cantidad de excelentes mate-
riales gratuitos por medio de Internet, que traen a
cada ministro la información que puede hacer que
los predicadores de antaño les tengan envidia. Los
materiales están allí. Los ministros de hoy deben
salir con la voluntad de encontrarlos y usarlos.
Este capítulo introduce el tercer bloque de cons-
trucción—predicación terapéutica interpretada es-
crituralmente.

La Predicación Terapéutica
Interpretada Escrituralmente
Según se usa aquí, la predicación terapéutica in-
terpretada escrituralmente significa “la predicación
que trata cualquiera de los temas que se encuen-
tran en la Biblia”. Tal predicación nunca evita un
tema por delicado que sea o que no vaya a ser del
agrado de la congregación.
Pablo amonesta al joven Timoteo a “Predicar
la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiem-
po; redarguye, reprende, exhorta con toda pacien-
cia y doctrina” (2 Timoteo 4:2). La mayoría de las
veces, cuando se escucha o cita este versículo, los
predicadores enfatizan las palabras redarguye, re-
prende, exhorta. Sin embargo, cada parte del versí-
culo es importante, y pone el énfasis en “con toda
paciencia y enseñanza”. Escrituralmente interpre-
tada, la predicación terapéutica hace todo lo que

176
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

necesita hacerse con el texto. No solamente redar-


guye, reprende y exhorta, sino que también va a
la tarea con un corazón que es paciente y con una
actitud que enseña en lugar de un tono fuerte y
demandante. Puede confrontar; puede reprender;
puede reargüir; puede exhortar; pero el mensaje
completo debe expresar una actitud de amor ade-
cuado, siempre apuntando a dar ayuda, esperanza,
sanidad, y plenitud.
El autor de los hebreos tiene una palabra per-
tinente relacionada con este tema: “Porque la Pa-
labra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos,
y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón” (Hebreos 4:12). La versión Reina Valera
dice, “La palabra de Dios es viva”. Si uno levanta
la uña mas allá del punto límite para que vuelva
sola a su lugar, allí entonces uno descubre lo que
es “viva”. La palabra de Dios es viva. Es viva, sensi-
ble, poderosa y más filosa que espada de dos filos,
que penetra hasta separar el alma y el espíritu. La
Palabra predicada ayuda a las personas a interpre-
tar escrituralmente su situación—sus necesidades,
problemas, heridas, y dolores—y los guía hacia la
plenitud.

Claves y Principios para Interpretar


Escrituralmente la Palabra de Dios
¿Cómo puede el predicador ocupado, especial-
mente el pastor, hacer uso de esta tercera parte del
bloque de construcción en su predicación terapéu-
tica? ¿Qué sugerencias o claves han surgido de las
experiencias de otros?

177
Predicando la Palabra Hoy

1. Ayude a las personas a interpretar sus vidas


con las Escrituras. La unción sanadora de la
Palabra de Dios, es efectiva sólo cuando se
utiliza. Por ejemplo, si un individuo esta lu-
chando con la autoestima, es el desafió del
predicador enmarcar la lucha a la luz de la
Escritura. ¿Cómo uno lo hace? Muchos pa-
sajes bíblicos pueden ser usados. Uno podría
elegir hablar sobre el amor de Dios que todo
lo comprende, o uno podría preferir ver la Pa-
labra de Dios en el libro de Jeremías: “Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de
vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz
y no de mal, para daros el fin que esperáis”
(Jeremías 29:11).
Para ese individuo que está luchando con la so-
ledad y el vacío, uno podría desear ir al Libro de
Rut. La suegra de Rut, Noemí, salió de Israel, para
la tierra de Moab donde durante los diez años si-
guientes, ella perdió a su esposo y a sus dos hijos.
Regresando a casa con Ruth, ella testificaba de su
propia destitución diciendo, “Yo me fui llena, pero
Jehová me ha vuelto con las manos vacías” (Rut
1:21). Eso, por supuesto no fue el final de la histo-
ria. La gracia y bondad de Dios trajo ayuda, espe-
ranza, y plenitud a esta madre judía a través de su
nuera.
Para aquellos que luchan con la desesperan-
za, uno podría ir al Libro de Hechos y leer sobre
el dilema de Pablo a bordo de un barco a punto de
naufragar: “Y no apareciendo ni sol ni estrellas por
muchos días, y acosados por una tempestad no pe-
queña, ya habíamos perdido toda esperanza de sal-
varnos” (Hechos 27:20). Tal vez surge la pregunta,
¿Cómo uno sabe donde buscar o cómo encontrar

178
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

tal pasaje? Uno usa una o más de esas herramien-


tas mencionadas en el capítulo anterior. Busque la
palabra esperanza en una concordancia o Biblia
temática. Uno puede ser dirigido a Hechos 27:20,
en el cual se encuentra la clave. Cuando toda es-
peranza ha sido quitada, uno queda solo con la
desesperación. Una lectura y relectura de esta her-
mosa historia, ayudará al pastor a explicar a su
congregación como tratar con la desesperación.
Otras personas luchan queriendo conocer la vo-
luntad de Dios para sus vidas. Por la Escritura,
uno puede interpretar la vida de una persona desde
pasajes como, “Fíate de Jehová de todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”
(Proverbios 3:5, 6). Esa es una Escritura maravi-
llosa para ayudar a las personas a comprender la
voluntad de Dios.
Para las personas que están tratando de com-
prender el destino, algunos cambios inusuales de
la vida, o el propósito de todo, el apóstol Pablo da
una palabra aclaratoria en su carta a los Efesios:
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Je-
sús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas” (Efe-
sios 2:10). Este pasaje ayuda a uno a comprender
como el Dios soberano ya ha provisto el poder para
esos trabajos para el cual uno es llamado. Todo lo
que queda es que Sus hijos caminen en ellos.
¡Qué maravillosa es la Palabra de Dios! ¡Y qué
claro es su mensaje para interpretar las situacio-
nes de la vida!
Algunos sufren de sentimientos de rechazo.
Cristo experimentó el rechazo en la cruz cuando el
Padre celestial le dio Su espalda a Su único Hijo.

179
Predicando la Palabra Hoy

No existe un mensaje más doloroso en la Biblia


que el lamento del Señor cuando dijo: “Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo
27:46). Un pasaje así, ayuda a uno a interpretar
Escrituralmente cualquier situación presente de
rechazo.
Algunas personas parecen moverse de una lucha
a otra casi indefinidamente. Uno necesita interpre-
tar Escrituralmente esas luchas. El apóstol Pablo
había pasado por situaciones difíciles: “Quiero que
sepáis, hermanos, que las cosas que me han suce-
dido, han redundado más bien para el progreso del
evangelio, de tal manera que mis prisiones se han
hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a
todos los demás” (Filipenses 1:12, 13); o “Y me ha
dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se per-
fecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana
me gloriaré más bien en mis debilidades, para que
repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por
amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afren-
tas, en necesidades, en persecuciones, en angus-
tias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”
(2 Corintios 12:9, 10).
Para un buen punto de vista Escrituralmente
interpretado sobre el sufrimiento, uno puede ir a
un pasaje del apóstol Pedro que dice: “En lo cual
vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos
en diversas pruebas, para que sometida a prueba
vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual
aunque perecedero se prueba con fuego, sea halla-
da en alabanza, gloria y honra cuando sea manifes-
tado Jesucristo” (1 Pedro 1:6, 7).
Por lo mencionado, la predicación terapéutica Es-
crituralmente interpretada significa tomar la Biblia y

180
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

recordar a los santos que ellos no son los únicos


que pasan por esto alguna vez en la vida. No sólo
la Biblia nos dice que tales personas pasan por
dificultades y luchas similares, sino con bastante
frecuencia cuenta alguna historia fascinante. Las
historias cautivan a las personas. Cada niño dis-
fruta cuando se le relata una buena historia y así la
mayoría de los adultos. Incorpore historias en sus
sermones.
2. Anime a la gente a traer sus Biblias a la igle-
sia. Hablando en general, las personas de la Iglesia
de Dios no han sido tan fieles como otras en cuan-
to a traer sus Biblias a la iglesia se refiererefieren.
Esto se ha compensado al poner Biblias en las
bancas, pero aun existen ventajas definidas para
alentar a las personas a traer sus propias Biblias
a los servicios de adoración. Si no es por otra ra-
zón, ellos pueden tomar notas y apuntar preguntas
para estudio y meditación posterior.
3. No use en demasía los elementos audiovisua-
les. Estas son ayudas para comprender la Palabra,
pero nunca deberían capturar y/o dominar el ser-
vicio de adoración. Las iglesias de hoy han cam-
biado a un tiempo en donde el video y las panta-
llas de proyección son comunes. Estos pueden ser
de gran ayuda, especialmente para los ancianos y
para aquellos con problemas de visión o audición.
Algunos ministros proyectan el título del sermón y
texto bíblico en la pantalla. Otros usan la pantalla
para mostrar paso a paso el bosquejo de todo el
mensaje, algunos lo manejan mejor que otros, pero
el audiovisual debe siempre ayudar y no interferir
en el momento cuando se predica la Palabra. Esto
no debe reemplazar la Biblia en las manos de las
personas. De regreso en casa, o en nuestros lugares

181
Predicando la Palabra Hoy

de trabajo, sin los audiovisuales que ayudan, las


personas pueden seguir teniendo sus Biblias, y el
ministro debería animar a toda su gente a traerlas
a la iglesia y a usarlas apropiadamente.
Enseñar a los miembros de la iglesia a hacer
esto, ayudará además a que los predicadores sean
honestos. Algunas personas toman notas en sus
Biblias, escribiendo títulos, y aún escribiendo fe-
chas cuando se predican los sermones. Esa es una
poderosa prevención para repetir sermones o para
asegurarse que los títulos o textos repetidos tienen
algo nuevo y valedero para ofrecer.
4. Enseñe la Biblia desde la Biblia. Permita que
las personas sepan que la Biblia está siendo usa-
da—que la enseñanza proviene de la Biblia. Anun-
cie el texto, diga cómo y dónde encontrarlo, y déle
tiempo para que la audiencia responda. Este pro-
cedimiento es efectivo en la enseñanza/predica-
ción, o predicación expositiva. Algunos hombres
son muy adeptos a hacer preguntas a la audiencia,
unos que contestan correctamente con la Escritura
y otros puede encontrar y leer más rápidamente
antes que él hable. Esto aumenta la participación
de la audiencia. No toda predicación es expositiva,
pero ayuda a las personas a recordar y a seguir-
la cuando ellos saben precisamente la Palabra de
donde viene el mensaje.
5. Hay un principio bíblico para cada problema
que las personas enfrentan. Ese principio necesita
ser identificado dentro de las páginas de la Biblia.
Necesita ser presentado con claridad, definido y ex-
plicado para que la congregación pueda llevarlo al
corazón. Esto puede significar más que leer mera-
mente el pasaje, entonces déle lugar al pensamien-
to. Asegúrese que el principio mismo sea resaltado.

182
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

Lo que Dios quiere que las personas sepan.


Dos preguntas—Señor ¿qué tu quieres que estas
personas sepan? Y ¿qué tu quieres que estas perso-
nas hagan?—Esto será discutido más ampliamente
en un capítulo posterior. Sin embargo, es bueno
por lo menos darles una descripción general sobre
este punto. Estas dos preguntas nos permiten re-
flexionar sobre como interpretar la vida escritural-
mente para las personas en la congregación.
Cuando el pastor está orando, buscando la guía
de Dios, y tratando de determinar hacia dónde ir
con el sermón, simplemente debe preguntar y es-
tar consciente de esta pregunta: “Señor, ¿qué tú
quieres que estas personas sepan? No hay mane-
ra de interpretar Escrituralmente la vida para los
oyentes, sin preguntar y encontrar una respuesta
a esa pregunta. La pregunta no es lo que el minis-
tro quiera decirles, sino lo que el Señor quiere que
ellos sepan. De hecho, la pregunta necesita ser aún
más específica: “Señor, ¿qué tu quieres que estas
personas sepan este domingo . . . esta próxima se-
rie que será predicada . . . en esta campaña aviva-
miento . . . este miércoles en la noche?

Lo que Dios quiere que las personas hagan.


La segunda pregunta que uno debe hacerse es,
“Señor, ¿qué tu quieres que estas personas hagan?”
El gran evangelista D.L. Moody dijo: “La Biblia no
nos ha sido dada para información: ha sido dada
para cambiar vidas”. ¡Qué afirmación tan pertinen-
te! Lo triste y trágico de tanta predicación hoy en
día, es que los ministros se han convertido en meros
distribuidores de información. Ellos se comportan
como si todo el trabajo de uno es levantarse ante la
congregación, leer un texto Bíblico, y moverse paso

183
Predicando la Palabra Hoy

a paso por todo el bosquejo como un comentarista


de las noticias de la tarde. De esta manera, los pre-
dicadores se reducen a ser reporteros y locutores
de televisión en lugar de profetas ungidos del Dios
eterno.
Algunos predicadores incluso hacen las siguien-
tes declaraciones, “Bien, la Biblia habla por si mis-
ma”. Por supuesto, la Biblia habla por si misma.
Sin embargo, va a hablar mucho mejor si el minis-
tro, bajo la unción del Espíritu Santo, interpreta-
ra Escrituralmente la vida para aquellas personas
hambrientas que están sentadas en las bancas.
Aquellas personas que no viven en el mundo de la
Biblia. Ellos pasan sus días en la atmósfera con-
taminada como el mundo de Sodoma y Gomorra y
necesitan al predicador divinamente llamado para
que la Biblia les sea relevante. La Biblia es rele-
vante, y eso no se pone en dudas, pero es la tarea
del predicador hacer que la vida se mezcle con las
palabras de la Biblia para que la relevancia de la
Escritura haga un impacto en la gente en el lugar
que se encuentre.
Y eso es un gran trabajo. Uno no debe hacerlo
por un capricho. Uno no debe hacerlo por mera-
mente correr a su oficina y sacar rápidamente de
su archivo algún bosquejo de sermón, o por escribir
tres o cuatro puntos en su camino a la iglesia. La
buena predicación—la predicación que Escritural-
mente interpreta la vida—siempre demanda sudor
y trabajo, largas horas y momentos agónicos delan-
te del trono de Dios. Cualquiera sea la lista de prio-
ridades, el pastor o predicador exitoso nunca debe
permitir que la preparación del sermón y su entre-
ga queden relegados a un segundo lugar. Habrán
muy pocas cosas que el predicador podría hacer

184
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

que se puedan asemejar , al impacto que causa la


predicación misma. De hecho, es esa predicación—
la locura de la predicación— que Dios ha escogido
usar para impactar al mundo y traer a los hombres
al arrepentimiento.
La planificación anticipada de sermones en nin-
guna manera disminuirá el imperativo de estas dos
preguntas principales: Señor ¿qué tu quieres que
estas personas sepan? Y ¿qué tu quieres que estas
personas hagan? Algunos hombres planifican sus
predicaciones con un año de anticipación. Esas
preguntas deberían aun dominar sus pensamien-
tos, tanto en los pasos preliminares hechos con an-
ticipación como en las horas finales de repaso.
El Señor siempre quiere que Su gente conozca la
respuesta a sus problemas, porque el Señor conoce
sus necesidades y siente sus dolores. La tarea del
ministro es estar en sintonía con lo que Dios quie-
re, y esto se hace con el corazón y usualmente de
rodillas. En todo esto, el ministro ayuda a la gente
a tratar con sus vidas a la luz de la Escritura.
Durante la preparación del sermón—cuando se
hace la pregunta, ¿qué tu quieres que estas perso-
nas sepan?—el ministro necesita ser capaz de escri-
bir la respuesta en una frase simple. Eso es un tra-
bajo riguroso. Eso no significa bosquejar el sermón,
punto por punto, y escribir lo que Dios quiere que
la gente sepa hoy en una frase. Puede ser que no
exista en esta lección algo más importante para la
buena predicación que esta frase. Muchos predica-
dores se levantan y dicen dichos sueltos. Ellos citan
textos de las Escrituras unos después de otros, sin
un significado particular o aplicación. Cuando la
gente sale de escuchar tales predicaciones y se pre-
gunta, “¿qué es lo que dijo? Ellos se llevan verdades

185
Predicando la Palabra Hoy

a sus casas que tienen poco sentido y virtualmente


sin relevancia para lo que ellos viven.
Una cosa es segura y cierta: si el ministro hoy,
no conoce precisamente lo que Dios quiere que él
diga, no estará llegando a la gente. Cuando existe
bruma en el púlpito habrá solamente neblina en las
bancas. Si el ministro no conoce el punto principal,
podrá estar seguro que la gente no tendrá ni una
idea, porque ellos no le van a dar a un predicador
más tiempo del que sea absolutamente necesario.
La gente no se prepara antes de venir a la iglesia, y
ellos no se prepararán cuando salgan si el predica-
dor mismo es un distraído.
La predicación es una cosa seria. El sermón del
ministro que se pone de pie para predicar, es la
única oportunidad para decirle a esta gente la ver-
dad. Por lo tanto, el ministro no puede permitirse
el tiempo de fallar. Cada oportunidad para predicar
debería significar que el hombre de Dios camina
hacia el púlpito con un entendimiento que él sabe
lo que Dios quiere que la gente escuche. Existe una
verdad aquí que Dios desea que la gente conozca.
Por lo tanto, el ministro se mueve en la dirección
por cierto camino a cierta conclusión. Él se man-
tiene en el foco. Él no se desvía o se pierde en los
detalles. Cuando concluye, la gente ha escuchado,
ellos saben, y ellos han recibido ayuda, esperanza,
sanidad y plenitud por medio de la predicación te-
rapéutica Escrituralmente interpretada.

Conclusión
Cada ocasión para predicar le da al ministro
una ventana de oportunidad donde la gente está
lista, espiritual, emocional y físicamente para oír y
responder a la palabra de Dios. Esa verdad central

186
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 2

debe ser el foco de todo lo que se diga. El sermón


puede contener puntos y subpuntos, ilustraciones
y datos de información, pero tiene que quedarse
apuntando al blanco con lo que Dios quiere que la
gente sepa en esa ocasión particular.
La segunda pregunta crítica, por supuesto, es
similar a la primera: ¿Qué es lo que el Señor quiere
que la gente haga? Después de todo, el evangelio no
es para que la gente conozca cosas; tiene que ver con
tomar decisiones, cambiar cosas, hacer algo. La Bi-
blia habla acerca aquellos que escuchan solamente
la Palabra, pero no responden; luego la Biblia ha-
bla acerca de aquellos que escuchan y responden.
El predicador siempre pesca para la respuesta de la
vida. Siempre está buscando a aquellos que están
motivados por el Espíritu Santo de Dios para hacer
algo por el desorden que han hecho de las cosas.
Cuando un hombre va al púlpito con la pregun-
ta: Señor, ¿qué tu quieres que esta gente haga?, él
se estará dirigiendo como flecha hacia el invitación
climática. Los sermones interpretados Escritural-
mente ofrecen a la gente una solución a sus proble-
mas. Ellos les dicen a los oyentes, “Esto es lo que
deben hacer”. Tal predicación proclama el evange-
lio—La Palabra de Dios—Jesucristo mismo dentro
de un contexto que provee ayuda, esperanza, sani-
dad, y plenitud.

187
Predicando la Palabra Hoy

188
14
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 3
Raymond Culpepper, D.D.

Los capítulos anteriores se concentraron en tres


(3) de los diez (10) bloques constructores para la
predicación terapéutica: (1) Cristo-céntrica, (2) Ba-
sada en la Biblia, e (3) Interpretación Escritural. La
predicación terapéutica es definida como la procla-
mación de la Palabra de Dios que exalta a Cristo
dentro de un contexto que provee a la congregación
ayuda, esperanza, sanidad y plenitud.
Este capítulo tratará con dos bloques de cons-
trucción adicionales: predicación terapéutica orien-
tada a la necesidad y predicación terapéutica ilus-
trada por la situación.

Predicación Terapéutica Orientada


Hacia la Necesidad
En Su predicación, Jesús nunca puso el énfasis
en algo místico o entidad espiritual. Su énfasis se

189
Predicando la Palabra Hoy

dirigía justo a las necesidades palpables y orienta-


das al sentimiento. En otras palabras, Jesús sabía
y entendía a los hombres y a las mujeres por lo que
ellos eran, como ellos vivían y donde ellos estaban
adoloridos. La predicación terapéutica de hoy, debe
hacer eso.
Refiriéndonos una vez más a las introducciones
del Señor en su ministerio de predicación, (Lucas
4:18, 19), uno puede encontrar a Jesús extendien-
do la mano a la gente. Él estaba ungido para “pre-
dicar el evangelio a los pobres”. Eso esta bien claro
y entendible para que todos los pobres de todas las
generaciones puedan relacionarla. Él estaba un-
gido para “sanar a los quebrantados de corazón”.
¿Cuántos se encuentran con cargas y con los cora-
zones quebrantados, hoy? Él fue enviado “a prego-
nar libertad a los cautivos”—aquellos esclavizados
a cualquier poder, a aquellas ataduras, presos sin
esperanza bajo cualquier tiranía física, emocional
o espiritualmente. Él también fue enviado para dar
“vista a los ciegos”, y “poner en libertad a los opri-
midos”. Finalmente, fue enviado “a predicar el año
agradable del Señor”. Éstos no son conceptos mís-
ticos. Jesús hablaba acerca de tocar a la gente don-
de ellos se encontraban, donde estaban heridas, y
donde genuinamente estaba la necesidad.
Cuando uno mira la vida y el ministerio de Je-
sús, uno descubre que él trataba con las necesi-
dades. Del mismo modo, los ministros de hoy, de-
berían hacer lo mismo. Sin embargo, la siguiente
advertencia del ministerio de Jesús, debería tener-
se en cuenta : Para establecer un balance, Jesús
estaba orientado hacia las necesidades, pero sin
ser manejado por ellas. Ahí hay una diferencia. Al-
gunos pastores e iglesias son manejados por las

190
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

necesidades y no orientados hacia las necesidades.


Existe una diferencia importante. Manejado por las
necesidades significa que “uno no tiene otras prio-
ridades—las necesidades son una fuerza motriz de
todas sus actividades”. El predicador manejado por
las necesidades se sentirá culpable si no puede sa-
tisfacer alguna necesidad, y que es algo que ine-
vitablemente sucede, dado que ningún predicador
puedo hacerlo todo. El individuo manejado por las
necesidades realmente no tiene otra opción en la
vida, porque debe siempre responder a las necesi-
dades.
Jesús no estaba manejado por las necesida-
des; él estaba orientado hacia las necesidades. Por
ejemplo, él no sanaba a todos, tampoco alimentaba
a todos, aún cuando Su maravilloso poder probaba
que Él podía. El predicador orientado hacia la ne-
cesidad conoce las necesidades, pero el va a hacer
un mejor trabajo y tener un compromiso mayor al
concentrarse en aquellas pocas necesidades que se
pueden manejar mejor.
Veamos un ejemplo: sería posible para un pas-
tor sentarse en una oficina todo el día y cada día,
respondiendo el teléfono y responder la primera ne-
cesidad y luego otra, permitiendo que esas nece-
sidades determinen sus horarios diarios. Por otro
lado, un pastor podría pasar algún tiempo en su
oficina, usar un contestador telefónico o una secre-
taria, hacer unas cuantas visitas al hospital, pasar
una o dos horas en oración, preparar el sermón,
pasar tiempo con su familia, y tener el tiempo para
atender algunas necesidades, como también dedi-
carse a atender las prioridades de su vida.
Otro problema que algunas veces son como una
molestia al predicador, aunque no todos lo confiesan,

191
Predicando la Palabra Hoy

es la necesidad de ser necesitado. Para la mayoría


de la gente, en el fondo de sus emociones, se sien-
ten bien cuando son necesitados. Ser necesitado
es un estado que puede ser casi una adicción; con-
secuentemente, si uno no tiene cuidado, eso sólo
puede llegar a ser, algunas veces, una fuerza moto-
ra en la vida diaria del ministro.
Sin embargo, estar orientado a la necesidad,
le permite a uno elegir las prioridades en lugar de
ser manejado por las necesidades. La predicación
del evangelio puede siempre estar orientada hacia
las necesidades de la gente si uno es conciente de
aquellas dos preguntas importantes mencionadas
en el último capítulo: Señor, ¿qué tu quieres que
esta gente sepa? y Señor, ¿qué tu quieres que la
gente haga?
Un estudio en el campo de la psicología y con-
sejería humana revelará que Jesucristo fue el te-
rapeuta principal más grande que ha existido. Él
entendía el corazón humano, las emociones huma-
nas, y la mente total y completamente, y era mucho
mejor que cualquier psicólogo o consejero que pu-
diera existir supliendo las necesidades—cualquiera
que ellas sean.
En el siglo pasado, un psicólogo, llamado Abra-
ham Maslow (1908–1970), fundó lo que hoy se cono-
ce como la psicología humanista. Maslow desarrolló
y popularizó su modelo jerárquico de la motivación
humana, en el cual las necesidades humanas más
superiores—eso de actualización propia—se cono-
ce solamente después que las necesidades más in-
feriores han sido tratadas. El modelo de Maslow se
presenta generalmente en forma de pirámide con
las necesidades básicas tales como el hambre y la
sed en la base.

192
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

Ayundar a otros a
encontrar su
auto-realización
y darse cuenta de
su potencial Madurez. Los
Transcendencia motivos han
llegado al punto
Necesidades que uno entiende
la vida a sí mismo
Auto-realización
Necesidades Estéticas

Necesidades de
Conocer y Entender
Respeto de sí
mismo, Éxito Necesidades de Estima Amor,
Aceptación,
Seguridad, Afirmación
Estabilidad, Necesidades Pertenencia
Orden
Necesidades de Seguridad Hambre,
Sed
Necesidades Fisiológicas

Moviéndose desde las necesidades fisiológicas


hacia arriba en la pirámide de Maslow, a lo que
él llama necesidades de seguridad—seguridad y
estabilidad en la vida; luego pasa a las necesida-
des de pertenencia—tales como amor, aceptación y
afirmación; luego a las necesidades de estima—res-
peto de sí mismo, éxito, aquellas cosas las cuales
hacen a que el individuo se sienta cómodo y en paz
con sí mismo; y luego se mueve hacia arriba por
medio de la educación y el aprecio de las artes y las
necesidades de auto-realización.
El punto más alto de la existencia humana—la
realización propia—no significa, por supuesto, que
la vida sea perfecta, sino que una persona llega a
la madurez, y sus motivaciones son abiertas y en-
tendidas. Como psicólogo humano, Maslow notó

193
Predicando la Palabra Hoy

en términos muy específicos, que pocas personas


llegan a la cima, el nivel máximo de la vida—la au-
torrealización.
Lo que es realmente hermoso e inspirador para
el ministro cristiano, el predicador de sermones
terapéuticos, es comparar el modelo jerárquico de
Maslow de las necesidades humanas con el evan-
gelio de Lucas, capítulo 4. Aquí, uno pude ver lo
que Jesús, el terapeuta por excelencia, como en-
tendió verdaderamente las necesidades humanas:
• Necesidades Fisiológicas —Jesús mencio-
nó al hambriento, al pobre y al ciego.
• Necesidades de seguridad—Él habló acer-
ca de liberar a los cautivos, quería hacer
que ellos se sientan seguros, y sin atadu-
ras.
• Necesidades de pertenencia—Él estaba
preocupado por los oprimidos, los abusa-
dos, los extraviados, porque seguramente
no sentían estar o pertenecer.
• Necesidades de estima—Jesús se dio
cuenta de los quebrantados de corazón,
aquellos que lloraban y se sentían absolu-
tamente sin valor frente a los desafíos de
la vida.
• Necesidades de autorrealización—Jesús
estableció este sueño en el corazón huma-
no cuando habló acerca de “el año agra-
dable del Señor”.
Esta comparación no es un intento de equiparar
la Biblia o las palabras de Jesús con alguna teo-
ría humana. Este no es el punto. El punto es que,
si Abraham Maslow realmente entendía el compor-
tamiento humano y las necesidades humanas, se-
guramente lo había encontrado en las Escrituras,

194
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

porque el más grande psicólogo, el más grande


consejero, el más grande terapeuta que vivió fue
el mismo Jesucristo. Él entendió completamente el
comportamiento humano y lo expresó casi 2,000
años antes que la psicología humanista. Aquellos
que predican y proclaman las enseñanzas de Cris-
to, se encuentran bien parados sobre la roca firme
que nunca ha sido sacudida. Jesús conocía más
que nadie las necesidades de la gente.
Aquellos que predican el evangelio de Cristo de-
ben hacer lo mismo, estando claros que Jesús vino
a tratar con las necesidades de la gente. En última
instancia, El vino a salvar, absolutamente, y hasta
lo sumo. Él nunca comprometió el hecho de que
El vino para satisfacer las necesidades de la gente.
Jesús dice, “Tú tienes necesidades; Yo te libraré.
Tú eres pobre, tienes necesidades físicas, tienes
necesidades de seguridad, tienes necesidades de
pertenencia, tienes necesidades de estima, pero Yo
he venido para que tú te realices por medio de Mí”.
Es ahí cuando todas las características de la per-
sonalidad de Cristo pueden penetrar en la vida de
un individuo. Eso no sucede en un momento. No es
como cuando el predicador o el anciano de la igle-
sia colocan sus manos sobre alguien, y todo sucede
inmediatamente. Más bien, es por medio del proce-
so de la predicación, día a día, semana tras semana
que el crecimiento espiritual se produce por medio
de la gracia y el conocimiento.
La comparación entre el cuadro jerárquico de
necesidades de Abraham Maslow y los objetivos de
la predicación de Jesús, parece bien interesante.
Un hombre o una mujer hoy puede predicar de la
misma manera que Jesús predicó y traer liberación
a la gente por medio del poder del Espíritu Santo

195
Predicando la Palabra Hoy

sin conocer algo acerca de la teoría de Maslow; sin


embargo, es bueno conocer que aun los que co-
nocen psicológicamente acerca del comportamien-
to humano, deben admitir que Jesús estaba en lo
correcto. Quizá Maslow nunca lo dijo directamente,
pero su teoría básicamente lo afirma.
Otro punto de vista de las necesidades huma-
nas, es la que se conoce como el Modelo de la Ven-
tana de Johari. Éste es un bloque cuadrado, que
tiene cuatro paneles internos, llamados abierto,
oculto, ciego, y desconocido.

Lo que
sabemos
acerca de Lo que otros
nosotros saben acerca
mismos y de mi que yo
lo que otros no conozco.
saben acerca
de nosotros

Lo que uno Las cosas que


sabe acerca ni yo,
de uno que ni nadie
otros no conoce acerca
conocen de mí,
(conocimiento (Subconsciente)
privado).

De acuerdo a Johari, estos paneles represen-


tan como la gente se ve a ellos mismos y a otros.
El panel 1—Abierto—representa lo que uno sabe
acerca de uno mismo y los otros conocen. El panel
2—Oculto—representa lo que uno sabe acerca de
uno que otros no conocen (conocimiento privado).
El panel 3—ciego—representa lo que otros saben
acerca de un individuo que uno no conoce de sí
mismo. Y el panel 4—desconocido—representa las

196
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

cosas que nadie sabe, ni el individuo conoce (sub-


consciente). Esta forma de ver a la gente puede ser
de mucha ayuda al predicador, y especialmente al
pastor.
Aquí está el cuadro verdadero: En la congrega-
ción que uno predica, existen necesidades conoci-
das por ambos, por el predicador y las personas
sentadas en las bancas. Existen necesidades que
la gente sentada en las bancas sabe, pero el predi-
cador no conoce. Existen necesidades que el pre-
dicador sabe, pero las personas en las bancas no
se han dado cuenta—necesidades que se recogen
por la observación o por lo que la Biblia dice. Fi-
nalmente, existen necesidades que los que están
en las bancas no saben, y tampoco el predicador
las conoce. Éstas son las necesidades ocultas de-
bajo de la superficie. Es en este punto donde el Es-
píritu Santo puede traer la Palabra de Dios para
relacionarla con las vidas de la personas, para que
la predicación, en un sentido terapéutico, provea
ayuda, esperanza, sanidad y plenitud.
La predicación con este sentido terapéutico,
siempre estará orientada hacia las necesidades de
la gente. El ministro puede acercarse al Señor y
preguntarle: “¿Qué tu quieres que esta gente sepa?
y ¿qué tu quieres que la gente haga? Luego, él pue-
de girar con palabras alrededor del contexto de las
necesidades sentidas de la gente. La gente necesita
conocer y sentir que la predicación es relevante a
sus necesidades, en oposición a algunos conceptos
teóricos. Ésta es la razón por lo que es importan-
te para el ministro tomar tiempo para estudiar las
necesidades de su gente y dar tiempo a la lectura
de buenos libros y artículos sobre la variedad de
necesidades humanas, tales como: emocionales,

197
Predicando la Palabra Hoy

conductuales, y espirituales, con las cuales la gen-


te lucha cada día. Tal estudio enciende la luz del
entendimiento y hace que la predicación sea rele-
vante.

Predicación Terapéutica Ilustrada


por la Situación
Este estilo de predicación terapéutica se en-
cuentra ilustrada por aquellas situaciones que tie-
nen lugar en el presente en la vida del predicador
y/o en la vida de otros. El ministro extrae el ma-
terial para la predicación de las situaciones de la
vida. La Biblia da el fundamento, pero el predica-
dor extrae aplicaciones de la misma trama de la
vida de la gente.
Los ministros necesitan considerar este pasaje
de la Escritura:

Porque no he rehuido anunciaros todo el con-


sejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y
por todo el rebaño en que el Espíritu Santo
os ha puesto por obispos, para apacentar la
iglesia del Señor, la cual él ganó por su pro-
pia sangre. Porque yo sé que después de mi
partida entrarán en medio de vosotros lobos
rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de
vosotros mismos se levantarán hombres que
hablen cosas perversas para arrastrar tras sí
a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos
que por tres años, de noche y de día, no he
cesado de amonestar con lágrimas a cada uno
(Hechos 20:27-31).

Éste fue el escrito de Pablo a los ancianos de la


iglesia en Éfeso, advirtiéndoles que algunas cosas
dificultades estaban por llegar. Este apóstol dice
que predicó, advirtió, enseñó y compartió por tres

198
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

años con lágrimas. Él estaba emocionalmente in-


volucrado con las necesidades de ellos y predicó
sobre sus situaciones. Él ilustró con su propia vida
que ayuda, esperanza, sanidad y plenitud, eran po-
sibles para ellos por medio de la Palabra de Dios, y
lo hizo con lágrimas.
Otra vez, uno debería notar que Pablo escribió a
los Filipenses: “Quiero que sepáis, hermanos, que
las cosas que me han sucedido, han redundado
más bien para el progreso del evangelio” (Filipen-
ses 1:12). En este pasaje, Pablo no les está diciendo
a los ancianos de la iglesia acerca de los tiempos
malos que les vendrían a ellos; pero él está dicien-
do que cosas malas y terribles le han sucedido a
él. En otras palabras, Pablo estaba señalando su
propia situación personal—él había está en la pri-
sión—pero quería interpretar esta situación a la luz
de la Escritura para que ellos pudieran ver, en eso,
la mano de Dios.
Dios estaba utilizando las situaciones adversas
de Pablo para bien. Pablo aun hace notar, que toda
la guardia del palacio llegó a conocer acerca de
Cristo. También la gente tímida ya estaba hablan-
do valientemente en el nombre de Jesús, debido a
lo que Pablo estaba pasando.
La predicación terapéutica, a menudo sale de la
propia vida del predicador—de sus luchas perso-
nales, que al mismo tiempo tienen que ver, con las
luchas de otras personas. De lo que Dios le enseña,
de sus propios sufrimientos y luchas personales,
de sus presiones y dificultades, el ministro elabora
y moldea el mensaje de fortaleza y esperanza. Estas
dificultades personales no son una maldición, sino
unos cristales de una ventana por medio de los
cuales el Señor permite que uno se relacione con

199
Predicando la Palabra Hoy

las situaciones de la vida de los hombres y de las


mujeres que se encuentran sentados en las ban-
cas.
A los pastores les toca predicar en muchos fu-
nerales. Existen momentos, cuando los pastores
son llamados para un funeral y muy poca gente se
presenta, algunas veces sólo con la presencia del
ministro y el director del funeral. Eso es triste. Eso
puede hacer llorar a un hombre de Dios. ¿Por qué?
No porque no conozca al individuo personalmente,
sino porque el ministro también ha perdido a sus
seres queridos. La situación en si misma está car-
gada con emoción y sentimiento. Porque el ministro
mismo ha experimentado la realidad de la muerte,
conoce algo de la situación, y siente el dolor de la
situación y habla de ello.
Lo mismo sucede con otros aspectos de la vida.
Cuando el ministro ve a los padres en la congrega-
ción luchando con sus hijos, él se relaciona. Él no
va a ir a ellos a decirles, “Yo se como se sienten”—
no lo va a hacer, porque la verdad es, que él solo
sabe como se sentiría en una situación similar—
pero él puede, sin ser presuntuoso, relacionarse
con el contexto de la situación que ellos están atra-
vesando.
Si como un predicador de ayuda, esperanza, sa-
nidad y plenitud, uno lo va a hacer bien, necesita
ser capaz de ilustrar con su propia vida, la verdad
de lo que Dios dice.

Conclusión
Lo siguiente son algunas claves y verdades acer-
ca de sermones ilustrados por las situaciones:
1. Dios no nos da la Biblia meramente para infor-
mación, sino que Él la da para cambiar vidas.

200
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

Ésta es una verdad que siempre debe ser re-


cordada.
2. La predicación efectiva siempre debe estar re-
lacionada con la vida. Las personas a quie-
nes el ministro les predica hoy, estarán me-
nos interesados en estudios de las palabras
en griego. Ellos no son impactados por lo que
el predicador conoce acerca de la Biblia. A
ellos no les interesa acerca de las técnicas
y herramientas hermenéuticas. Ellos serán
impactado por los sermones que se relacio-
nen con sus vidas.
¿Dónde vive la gente hoy? Ellos viven en un
mundo del tamaño de un bocado. La predicación
relacionada con la vida, necesita ser del tamaño de
un bocado, lo que significa que necesita ser muy
simple. El orador no necesita ser atractivo o pro-
fundo, no necesita palabras elevadas o términos
teológicos. La mayoría de la gente viene a la iglesia
una vez a la semana, otros cada dos o tres sema-
nas. Ellos no piensan teológicamente. Ellos viven a
un ritmo rápido, en un mundo de alta tecnología,
de luces brillantes e información computarizada.
Ellos viven con un control remoto para el televisor
en sus manos, mirando tres programas de televi-
sión y una película al mismo tiempo, con un infor-
me del tiempo incluido. Ellos no se preocupan si el
predicador presenta una gran doctrina. Lo que se
dice, debe relacionarse con sus vidas.
Esto no implica que el ministro evite las predi-
caciones doctrinales, sino solamente que él debe
hacer sermones doctrinales, lo suficientemente
simples para que la gente, que no tiene una prepa-
ración teológica, los pueda entender.

201
Predicando la Palabra Hoy

Por ejemplo, el pastor comienza una serie de


sermones que llama “Serie—Los Santos”. El objeti-
vo es describir lo que una persona debería ser des-
pués de asistir a la iglesia por un tiempo. La serie
está basada en un acróstico de la palabra santo (en
inglés saint).
La gente necesita ser . . .
S — Salva por gracia
A — Adiestrada e Instruida en la Palabra
N — Nutrida en la Palabra de Dios
T — Traspasar o Decirles a otros acerca de
Cristo
O — Óleo para ser Ungida por el Espíritu Santo
para el ministerio
El primer domingo de esta serie, el pastor pre-
dicó sobre “Qué Significa Ser Salvo”. Él no anun-
ció que éste iba a ser un sermón sobre Soteriolo-
gía—el estudio de la Salvación. Él no intentó ir por
medio de términos teológicos para impresionar a
la congregación. A la gente no le interesa. A ellos
no les interesa saber cuántos libros el pastor leyó
o cuánto tiempo estudió para hacer el sermón. Lo
que ellos quieren saber, o necesitan saber, es lo
que sucede cuando una persona es salva.
El pastor explicó que sucede algo grande cuando
una persona es salva. Es como cuando se encienden
los fuegos de artificiales. La gracia viene por medio
de la Palabra. El Espíritu Santo trae convicción al
corazón. El arrepentimiento viene cuando el peca-
dor se torna del pecado. La fe viene cuando el peca-
dor se vuelve a Dios. Con todo esto vienen los fuegos
artificiales espirituales de los milagros, que suceden
en una fracción de segundos—sustitución, donde
Jesús da pasos en el lugar donde se encuentra el
pecador; regeneración, donde el espíritu muerto de

202
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 3

uno cobra vida en Cristo; reconciliación, donde uno


que estaba apartado de Dios, ahora es atraído y
perdonado; justificación, donde el pecado y la culpa
son quitadas como si ellos no hubieran existido.
Todo esto, como es bien obvio, es predicación doc-
trinal, pero se hace en un marco situacional.
3. El predicador puede impresionar a la gente
con inteligencia, pero la impactará con las ilustracio-
nes. La gente, a menudo, se olvidará del contenido
básico del sermón, pero va a recordar las historias
e ilustraciones. Eso significa que el predicador que
desea ilustrar sus sermones con situaciones debe
pasar tiempo leyendo, investigando, y mirando por
historias que toquen al corazón humano. ¿Por qué
hay tanta verdad en esto? Las vidas de la gente de
hoy, se encuentra envuelta en historias. De hecho,
sus vidas están yendo en una aventura progresiva.
En la televisión ellos miran historias. En los cines,
ellos miran historias. Si el ministro buscara lo su-
ficiente con intensidad, puede encontrar una his-
toria para ilustrar cada sermón, y serán aquellos
sermones ilustrados en la situación que la gente
recordará y les traerá ayuda, esperanza, sanidad y
plenitud.

203
Predicando la Palabra Hoy

204
15
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 4
Raymond Culpepper, D.D.

Este capítulo continúa el estudio sobre la pre-


dicación terapéutica ilustrada situacionalmente.
Este concepto sugiere que la gente sea impresiona-
da con inteligencia, pero impactada con historias e
ilustraciones. Estas historias e ilustraciones pue-
den llevar un poderoso mensaje y encender la luz
de la verdad en los oyentes. Por ejemplo, suponga
que el ministro está predicando un sermón acerca
de la gracia de Dios, considere como esta historia
de los años 1700 iluminarían esta verdad.
Un niño pequeño tenía una maravillosa y devota
madre, que oraba por él y lo amaba. Pero ella murió
cuando él tenía 6 años de edad. Al contrario de su
madre, el padre del pequeño era malvado que no
respetaba a la gente o la vida. Era un comerciante
de esclavos que ganaba dinero en la venta de seres

205
Predicando la Palabra Hoy

humanos, y el niño pequeño creció queriendo ser


como su duro y rudo padre.
A la edad de 11 años, el pequeño muchacho se
fue de la casa. Pasó sus primeros años de adoles-
cente en barcos, trabajando en el mercado de es-
clavos, llegando a ser como su padre. Se vino tan
abajo en la vida que llegó a ser un comerciante de
esclavos, transportando y vendiendo, azotando, y
algunas veces matando a los esclavos. Podía beber
hasta el aturdimiento, llegando a ser tan salvaje
que podría arrastrarse por la cubierta del barco, y
comer los desperdicios que la gente tiraba sobre el
piso. Realmente desperdiciaba su vida que ya no
tenía valor o significado para él.
Un día, un grupo de navegantes sobre ese barco
le dio un libro escrito por Thomas à Kempis, titu-
lado La Imitación de Cristo. El hombre leyó el libro
en broma, riéndose de su contenido. Los otros ma-
rineros quizás se reían con él. Para ellos la vida era
una broma, y este alocado hombre continuaba en
su forma miserable.
Una noche un huracán golpeó el barco. El hom-
bre salió de la cubierta del barco para ajustar las
velas y asegurarse que el barco estaba a salvo. De
repente, una ola gigantesca lo azotó y lo arrojó al
mar. En peligro de ahogarse, se acordó de su ma-
dre y del corto tiempo que él había pasado con ella
cuando era pequeño. También recordó el libro La
Imitación de Cristo y el mensaje de que Dios lo ama-
ba y que escucharía sus oraciones. Allí en el mar,
el hombre, cuya vida no tenía valor, gritó a medida
que las olas lo iban cubriendo, “Señor, sálvame”.
Milagrosamente, vino otra ola, lo levantó y lo arrojó
sobre la cubierta del barco. Allí le entregó su vida
a Dios, haciendo un giro completo. Más tarde en

206
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

su vida, escribió un himno que los cristianos al-


rededor del mundo lo han cantado muchas veces.
El título del himno es, “Sublime Gracia” (Amazing
Grace), y el nombre del hombre es Juan Newton.
Los antecedentes de su vida y la experiencia de su
relación con Cristo, todo se relaciona con la gracia
de Dios.
Es mucho mejor decir esa historia verídica y re-
lacionada con la gracia ilustrada en una situación,
que predicar una hora sobre el favor inmerecido de
la gracia sin ilustrar esta gran verdad.

Claves y Verdades Acerca


de la Predicación Terapéutica
Ilustrada con Situaciones
En el capítulo anterior, se han discutido tres
consideraciones en relación con la predicación te-
rapéutica ilustrada con situaciones. Primero, Dios
no nos da la Biblia para información, sino para
transformación. Segundo, la predicación debe estar
relacionada con la vida. Tercero, la gente queda im-
presionada con la inteligencia, pero queda impacta-
da con las historias.
4. Es importante predicar sobre las luchas de
crecimiento de uno mismo. Algunas veces, los mejo-
res sermones que los ministros predican, son ser-
mones que han salido de su propio crisol. Es bueno
que los ministros compartan con sus congregacio-
nes lo que ellos están atravesando con su propia
curva de aprendizaje. Esto no significa que ellos
deberían revelar sus secretos o decir los peores de-
talles de alguna situación. Pero, no está mal con
ser lo suficiente transparente para que sus congre-
gaciones conozcan que los ministros son también
seres humanos que luchan con dolencias y crisis
emocionales como todos los demás.
207
Predicando la Palabra Hoy

Por ejemplo, un ministro lucha con ser obedien-


te a lo que presiente que Dios lo está guiando a ha-
cer, quizás pueda decir algo como esto a la congre-
gación: “Estuve alejándome de lo que Dios quiere
que nosotros hagamos. Pero en los últimos meses,
yo he estado en un período de retiro con el Señor.
Llegué a un punto en mi vida, donde sabía que te-
nía que retirarme para escuchar una palabra defi-
nida de Dios, relacionada con lo que Él quiere de
mi como su ministro y de ustedes como su pueblo.
Aquí está lo que creo que Él nos está pidiendo a
nosotros que hagamos como congregación”.
Entonces el podría predicar una serie de men-
sajes que encarné las cosas que Dios le ha revelado
en el tiempo que lo ha buscado. De esta manera,
el ministro es capaz de transmitir lo que significa,
desde una perspectiva personal, esperar en Dios,
anhelar Su presencia y aprobación y, mientras tan-
to, luchar a través de un periodo muy largo de cre-
cimiento, mientras sigue lo que él percibe que Dios
le estaba pidiendo a él y a la congregación sobre lo
que tienen que hacer.
La gente en las bancas podría entender esta cla-
se de apertura. Ellos pueden relacionarse con el
encuentro del ministro en el terreno áspero en su
viaje espiritual, porque ellos han experimentado
algo de lo mismo en su propio caminar con Dios.
Ellos perciben que aunque este hombre es su líder
espiritual, él es uno de ellos, que no ha llegado a la
perfección, aunque él puede de hecho ir más lejos
en su progreso, que el cristiano promedio.
5. Es importante para un ministro conocer su gen-
te y ser capaz de ilustrar con éxito, situaciones, por
medio de historias e ilustraciones relacionadas con
la vida. Un ministro no puede permitirse el estar

208
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

alejado de la gente a las que quiere inspirar a te-


ner una vida espiritual superior. Para estimular el
crecimiento hacia una vida cristiana madura y res-
ponsable de su gente, y para guiarlos a una vida
abundante, el ministro debe conocer a su gente por
medio de la consejería, escuchándolos, obtenien-
do conocimiento de sus familias, y pasando tiempo
con ellos.
6. El ministro debe conocer las necesidades de
la gente y ser capaz de predicar sobre esas necesi-
dades. Para que la predicación sea una ilustrada
situacionalmente, el pastor no pude apartarse por
completo de su gente. El conocer y ser capaz de
atender a las necesidades de la gente, lo que sig-
nifica es, que tiene que conocer como relacionarse
con su gente. Alguno puede discutir con validez,
que la cosa mas importante que un ministro debe
saber, es lo que Dios quiere que la gente haga, y
eso es verdad. Pero el ministro, estará más capaci-
tado para percibir lo que Dios quiere que la gente
sepa, si él entiende las necesidades de la gente.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, resul-
ta más fácil para el ministro estar abierto a lo que
el Espíritu Santo quiere comunicarle en relación
con las necesidades de la gente, cuando él se en-
vuelve en un tiempo de profunda oración por las
necesidades de la gente.
Una manera que un ministro puede percibir su
responsabilidad ante Dios para la congregación, es
conceptualizar a la gente como ovejas y él mismo
como un pastor que se encuentra debajo del Gran
Pastor. Si él puede visualizar a la gente, no con con-
descendencia sino con compasión, como ovejas des-
carriadas, heridas, confundidas, que necesitan di-
rección, él será más capaz de alcanzarlas y tocarlas

209
Predicando la Palabra Hoy

por medio de sus mensajes y guiarlas en la direc-


ción que Dios quiere llevarlas. El domingo por la
mañana, será la oportunidad que la mayoría de los
ministros tendrán, en toda la semana, para ser el
representante de Dios ante ellos y darles la Palabra
de Dios.
Los ministros deberían recordar, que la gente
de la congregación son seres humanos con toda la
fragilidad a las cuales están sujetos, y que ellos no
siempre tienen sus prioridades en orden. La ma-
yoría se encuentra luchando con los problemas de
la vida. Sus mentes están dispersas, un millón de
cosas demandan su atención, y cientos de cosas
claman por su dinero. Ellos tienen niños, facturas
que pagar, emociones, e impulsos. Ellos tienen a
sus parientes políticos, y ellos tienen sus carreras.
También, el diablo y la tentación se quieren hacer
compañeros constantes. Y si el ministro, como su
pastor, no es capaz en alguna forma de relacionar-
se situacionalmente con ellos, donde ellos se en-
cuentran, él perderá otra oportunidad de procla-
mar a Cristo y darles lo que ellos espiritualmente
necesitan.
Los ministros también necesitan recordar que la
mayoría de la gente a quienes les está predicando,
ya han hecho su compromiso para servir a Cristo.
De hecho, es muy trágico saber que no son muchos
los no-convertidos que vienen a la iglesia. Por lo
tanto, los ministros no deben ser negligentes para
dar ayuda a los cristianos de sus congregaciones
que están luchando, y llevarles esperanza, sanidad
y plenitud. Para aquellos que no tienen una rela-
ción con Cristo, el regalo que el ministro ofrece en
la predicación hacia las necesidades de los cristia-
nos, es que aquellos que están sin Cristo podrán

210
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

reconocer que el mensaje de Cristo también puede


traerles esperanza para sus vidas. Entonces, des-
pués de sentir el toque del Espíritu Santo, pueden
llegar a darse cuenta que Dios es el elemento fal-
tante en sus vidas y decir, “Existe mucha desespe-
ración y desesperanza en el mundo y en mi vida;
necesito la esperanza que sólo Cristo puede dar”.

Predicación Terapéutica Facilitadora


La predicación terapéutica, no sólo es Cristo-
céntrica, basada en la Biblia e ilustrada con situa-
ciones, sino que también es facilitadora en tono.
Ser facilitadora en tono significa ayudar a la gente
ha hacer el cambio de un lugar a otro. La meta de
todos los ministros que se preocupan, es hacer una
diferencia en las vidas de la gente—ser un facilita-
dor, un siervo, un ayudador. Si un ministro se in-
volucra en la predicación terapéutica—predicando
lo que es de ayuda, de esperanza y estructurado
para producir el bienestar general—debe entender
que su tono y su estilo de comunicación deben ser
de un facilitador.
Es importante que el ministro no trate de man-
dar a la gente en su congregación o de hablarles en
el tono como superior. Las palabras de Pablo nos
da un vistazo de la amabilidad del apóstol, que al-
gunos las consideran como dogmáticas, exigentes
y fuertes: “Vosotros sabéis cómo me he comporta-
do entre vosotros todo el tiempo, desde el primer
día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda
humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que
me han venido por las asechanzas de los judíos;
y cómo nada que fuese útil he rehuido de anun-
ciaros y enseñaros, públicamente y por las casas”
(Hechos 20:18-20). Éstas no son las palabras de

211
Predicando la Palabra Hoy

un predicador fuerte y exigente. Él se presentó con


humildad y lágrimas. Pero él no se llevó nada. En
otras palabras, él les entregó la verdad. Él les dio
la Palabra de Dios sin concesiones, pero lo hizo con
un tono de humildad, como un siervo de la gente,
y con lágrimas. El tono de la predicación de Pablo
era facilitador.
Escribiendo a la iglesia de Corinto, Pablo men-
ciona algunos problemas serios que existían en la
iglesia. Al leer 1 Corintios, algunos pueden pensar,
¡Pablo, ciertamente, permitió que los tuvieran! Pero
el versículo 10 del primer capítulo, presenta un
punto de vista diferente respecto del corazón del
apóstol: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre
de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una
misma cosa, y que no haya entre vosotros divisio-
nes, sino que estéis perfectamente unidos en una
misma mente y en un mismo parecer”. Los proble-
mas en la iglesia de Corinto eran muchos y varia-
dos—desde pecados sexuales hasta embriagarse en
la celebración de la Cena del Señor. Las divisiones
en la iglesia eran extensas y serias. Pero en vez de
enrollarse sus mangas, enfrentárseles y desatar su
furia, Pablo si se les enfrentó con la verdad, pero
su tono era facilitativo “No escribo esto para aver-
gonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos
amados” (1 Corintios 4:14). Éste no es el tono de un
espíritu dictador.
En 1 Corintios 2:1-3, Pablo escribió, “Así que,
hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros
el testimonio de Dios, no fui con excelencia de pala-
bras o de sabiduría. Pues me propuse no saber en-
tre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste
crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,
y mucho temor y temblor”. Los escritos de Pablo,

212
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

tienen un tono facilitador. No se acercó a ellos como


sabiéndolo todo. Más bien, él da la impresión de
uno que está diciendo, “Miren, yo estoy en el mis-
mo nivel que ustedes”.
El tono de lo que se dice, hace una gran dife-
rencia en la manera que se percibe y recibe. Pablo
escribió en 2 Corintios 1:24, “No que nos enseño-
reemos de vuestra fe, sino que colaboramos para
vuestro gozo”. Pablo lo dijo claramente: “Yo no soy
su jefe. No estoy tratando tomar ventaja de ustedes.
No estoy aquí para pelear por poder. Quiero que se-
pan que somos colaboradores”. Ése es el lenguaje
del facilitador. En el capítulo 2, versículo 4, él dice,
“Porque por la mucha tribulación y angustia del
corazón os escribí, con muchas lágrimas, no para
que fueseis contristados, sino para que supieseis
cuán grande es el amor que os tengo”. Él se estaba
refiriendo a lo que les había escrito en 1 Corintios.
Él se dio cuenta que les había escrito sobre temas
difíciles; pero, él dijo que les había escrito con lágri-
mas porque tenía cuidado de ellos.
Él escribió en 2 Corintios 7:1, “Limpiémonos de
toda contaminación de carne y de espíritu, perfec-
cionando la santidad en el temor de Dios”. Ésta es
una palabra fuerte, pero su tono en el versículo 3
es conciliador y lleno de camaradería: “No lo digo
para condenaros; pues ya he dicho antes que es-
táis en nuestro corazón, para morir y para vivir
juntamente”. La buena predicación terapéutica—
la predicación que ayuda, trae esperanza, sanidad
y bienestar general—tiene un tono facilitador. La
predicación facilitadora no golpea a la gente. Más
bien, le dice la verdad en amor, de una forma que
será recibida por los oyentes y les ayudará a mo-
verse del lugar donde están al lugar donde necesi-
tan estar.
213
Predicando la Palabra Hoy

Datos Acerca del Tono Facilitador


en la Predicación Terapéutica
1. La gente debe aceptar al ministro antes de
que ellos acepten el sermón. A menos que la gen-
te acepte al predicador, no importa cuan elocuente
sea, ellos no van a aceptar completamente su men-
saje. Si la gente no acepta a la persona, ellos no van
a aceptar lo que la persona esté diciendo – que en el
caso de un ministro es la Palabra de Dios. El tono
hace la diferencia.
2. Cómo algo se diga, tanto cuánto se diga, in-
fluyen en el resultado y en el efecto deseado. Tres
cosas son especialmente importantes en relación
con lo que es hablado y cómo es presentado.
(1) Es importante tener tacto—lo cual, inciden-
talmente, no es un don espiritual. Esto signi-
fica que si un ministro no lo tiene, no se debe
desanimar, porque el tacto puede ser desa-
rrollado. El tacto es la habilidad para per-
cibir como las palabras de uno pueden ser
recibidas antes que sean pronunciadas. Esto
involucra pensar antes de hablar. La meta,
por supuesto, es decir palabras que no sean
ofensivas, pero que hagan que los oyentes
sean receptivos al mensaje.
(2) Cuando el ministro expone el mensaje, el
tono del mismo tiene un impacto bien im-
portante. El tono que el utilice, influirá en la
verdad que el dice. El tono de la predicación
puede ser profundo, demandante y bullicio-
so, o puede ser dinámico e intenso, pero tam-
bién lleno de amor, discernimiento, y compa-
sión.
(3) Es importante evitar decir cualquier cosa
ofensiva. Lo que se dice ofensivamente, será

214
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

recibido defensivamente. Por ejemplo, si al-


guien dice algo que el oyente no cree, algo
quizás que a él no le gusta, y el dice, “Vete de
aquí”. El tono determina la manera que las
palabras son recibidas. Él puede decir rién-
dose, “Ooo, Fuera de aquí”. Nadie se irá por
la intensidad de ese intercambio. El oyente
no es ofendido, y el que habla, entiende que,
aunque está dando el mensaje, los oyentes
no creerán.
Si en otra situación, sin embargo, el oyente se
encuentra seriamente enojado con alguien por un
exabrupto injustificado, cambia su tono, y dice,
mientras le arden los ojos, “Fuera de aquí”, esas
mismas palabras tomarán una interpretación com-
pletamente diferente y serán obedecidas rápida-
mente. El primer uso de las palabras fue facilita-
dor, mientras que en el segundo caso fue de con-
frontación.
El tono juega un rol significativo en la predica-
ción. En muchas ocasiones la predicación es reci-
bida negativamente, debido a la influencia del uso
inapropiado del tono. Es vital que los ministros
piensen con anticipación. ¿Cuál es tono adecuado a
utilizar en esta parte particular del sermón? ¿Cómo
me comunicaré con la gente para que correctamente
se transmita mi sincero interés por ellos y el men-
saje que les debo entregar? La preparación men-
tal debe ser agregada a la preparación espiritual y
emocional. No es suficiente estar preparado inte-
lectualmente para predicar un sermón, si los otros
elementos están faltando.
3. Es imperativo que los ministros eviten desme-
recer a la gente. Los ministros no están por encima
de la personas de sus congregaciones. Es vital que

215
Predicando la Palabra Hoy

ellos entiendan su relación con su audiencia. De


otro modo, como se muestra en el gráfico, los mo-
dos erróneos de comunicación son posibles. Cuando
esto ocurre, la comunicación pierde su efectividad.

Tres diferentes modelos comunicación son re-


presentados: adulto, padre, y niño, con varias com-
binaciones posibles. El orador puede dirigirse a al-
guno, por ejemplo, un adulto a un niño, un padre
a un niño, un adulto a un adulto, un padre a un
padre, o un niño a un niño, y cosas así. Cuando el
predicador mantiene la comunicación en el nivel
deseado, tiene más posibilidades de ser recibidos
por los oyentes. Pero, si el ministro desmerece a la
congregación con el tono, dicción, o gestos, implica
que son pecadores detestables o ellos no conocen
sus Biblias o como deben vivir, la gente lo percibe
y suben la guardia.
Cuando el predicador dice algo que los ofende,
es recibido defensivamente y se levanta una pared.
La meta, entonces, es asegurarse que todo el es-
tilo de la comunicación es hablar a la gente como

216
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

adulto a adulto cuando los adultos componen el


grupo que escucha. Eso significa que el contenido
del mensaje es transmitido con respeto y de común
acuerdo. También significa que habrá congruencia
y orden. Cuando la gente discierne que el orador se
comunica con ellos con respeto y que honra sus va-
lores individuales, entonces ellos pueden aceptar la
verdad del mensaje sin colocarse en una posición
defensiva.
4. El tono facilitador no tiene que gritarle a la
gente para que ellos crezcan. Resulta relativamen-
te fácil para algunos predicadores ser exuberantes
sobre el contenido del mensaje y predicar con voz
muy alta, caminar y ser un poco demostrativos.
Pero, aún un predicador que predica con intensi-
dad, puede bajar su tono cuando predica. No es
necesario gritar a la gente desde el púlpito para que
capten el mensaje y crezcan en su caminar espi-
ritual. Ni el volumen, ni la velocidad del discurso,
determina la calidad del mensaje o si cumple su
propósito. Algunos ministros parecen tener la pro-
pia idea de cómo sería la voz de Dios y tratan de
imitarlo. Pero, ni el ritmo entrecortado, ni el tono
monótono, agrega algo para el éxito de la entrega
de un sermón. En un discurso como ese, se hace
difícil que los oyentes sigan el sermón.
Los ministros pueden preocuparse por la facha-
da del púlpito y olvidarse de lo más importante, la
conexión con la gente—dándoles la Palabra de Dios.
Si los ministros no hacen la conexión, sus esfuerzos
para comunicar el mensaje serán fútiles. Por lo que
el poder del mensaje se logra con el tono correcto—
especialmente, el tono facilitador, el cual significa
tratar de ayudar a la gente a crecer hacia la sanidad
y el bienestar general en su jornada al cielo.

217
Predicando la Palabra Hoy

El tono facilitador no es gritar a la gente o ladrar


órdenes. En cambio, demuestra la manera en la
misma forma que utilizó Jesús cuando hablaba por
parábolas. El tono facilitador da una ilustración de
estímulo e inspiración. Como una ilustración men-
tal, uno debería visualizar lo siguiente: Una perso-
na se encuentra parada en un lado del salón. Una
segunda persona se encuentra en el otro lado. La
primera dice, “Ven acá”. Si la segunda no toma una
posición defensiva por el tono exigente de la prime-
ra y rechaza moverse de su lado del salón, esta es
una manera de traer a la segunda persona a donde
el primero quiere que vaya. Pero, una manera me-
jor, más amable para traer a la primer persona a
donde la primera persona quiere llevarla, es que la
primer persona deje el lugar donde se encuentra
y vaya a donde se encuentra la segunda y camine
con él, hable con él y se relacione con él. Para que
juntos, viajen hacia el otro lado del salón. De la
misma manera, un ministro, que es facilitador en
el tono, camina con la gente hacia Cristo en una
forma relacional.
5. A pesar del hecho de que a la gente siempre
le gusta cuando el ministro condena los pecados de
otros en lugar de los de ellos, él sigue siendo respon-
sable ante Dios de predicar toda la verdad. Cuando
el pastor predica contra los pecados de otros, aque-
llos que no son culpables de esos pecados particu-
lares, consideran que el pastor está predicando la
verdad. Pero, ellos comienzan a retorcerse cuando
el pastor comienza hablar de las cosas incorrectas
que ellos hacen. Ellos no pueden presentar su au-
tosuficiencia, cuando él práctica un tipo de predi-
cación inclusiva. Sin embargo, es necesario que él
lo haga en una manera facilitadora. Los ministros

218
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 4

pueden martillar la verdad en los corazones, pero


en un tono que le permita al Espíritu Santo tocar
y convencer los corazones de los oyentes en una
forma más fácil.
6. Si el pastor respeta a la gente, él podrá re-
lacionarse con ellos en un tono facilitador. Algunas
veces, la gente en las bancas, trabaja más intensa-
mente que su pastor. Algunos de ellos tienen dos
trabajos para satisfacer sus necesidades. Son fie-
les asistentes en la iglesia, pagan sus diezmos, y
contribuyen con sus ofrendas. En muchos casos,
ellos trabajan bajo circunstancias indeseables. És-
tas son las personas que necesitan ser premiadas,
quizás aún más que el predicador. Son los héroes
ocultos de la iglesia, los que aman a Dios, pagan
las facturas y luchan con el enemigo cada día. El
respeto por esa gente, hace que sea fácil hablarles
en un tono facilitador, decirles a ellos que son im-
portantes, en un tono que lleva respeto, que dice
que Dios les ama a ellos y su pastor está aquí para
darles la más ayuda que pueda.

219
Predicando la Palabra Hoy

220
16
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 5
Raymond Culpepper, D.D.

En este capítulo, continúa el estudio sobre los


10 bloques para la predicación terapéutica. En el
capítulo anterior mencionamos seis verdades rela-
cionadas con el tono facilitador, el sexto bloque de
construcción. Este capítulo comienza con el dato
número siete.
7. El tono facilitador, que ayuda a los oyentes
a moverse de un lugar a otro, debe ser racional.
Desde mediados de los años sesenta, hubo cam-
bio de paradigma en los estilos de comunicaciones.
En aquellos días, prevalecía el estilo de las iglesias
Pentecostales que era más elocuente y enérgico. La
repetición era común, con ministros que varias ve-
ces repetían un punto en forma fuerte e insistente,
martillando sobre el tema, para que los mensajes
fueran llevados a las casas en los corazones de los
oyentes.

221
Predicando la Palabra Hoy

En años recientes, sin embargo, el cambio se


presenta en un modo más cálido y con un acer-
camiento más racional. Este cambio es una remi-
niscencia de una historia de un jugador de la liga
mayor de béisbol. Durwood Merrill, el árbitro, nos
relata esta historia que tuvo lugar en su año de
novato como árbitro de la liga mayor de béisbol.
Durante su primer juego, estaba dirigiendo un jue-
go lanzado por Nolan Ryan, el famoso lanzador por
más de 25 años entre los mayores. Su pelota más
rápida la lanzaba como ninguna otra persona. De
hecho, su tiro era tan rápido que la gente lo llama-
ba “el expreso de Ryan”.
Durwood Merrill decía que él vio la primera pe-
lota que Ryan arrojó e hizo el grito. Pero cuando
arrojó la segunda pelota, el tiro fue tan fuerte que
no la pudo ver. Escuchó cuando la pelota pegó en
el guante, y conocía a la multitud, al bateador, al
receptor y al arrojador cuando todos escuchaban
su anuncio diciendo si era una bola o un golpe
(“strike”). “No tenía ni idea”, dijo Merrill, “así que lo
llamé un golpe”.
Él dijo, que cuando hizo el anuncio, el bateador
se dio vuelta, lo miró, sonrió y dijo, “Está bien, ár-
bitro, yo tampoco la vi.”
Algunas veces, los cambios suceden tan rápidos
en el mundo, que muchos no se dan cuenta hasta
que un día miran hacia atrás y ven la gran dife-
rencia de cómo solían ver su mundo por décadas.
Mientras muchos ministros no estaban mirando,
han sucedido muchos cambios en los estilos de las
predicaciones. También hubo cambios en las con-
gregaciones, que incluyen mucho más que pasar
de los teléfonos a los faxes y a las computadoras y a
cualquier otro método disponible para comunicar-
se y transmitir información.
222
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

La gente que se sienta en las bancas ha cam-


biado, y el estilo de la predicación a la que estaban
acostumbrados ya ha pasado de moda. La congre-
gación no puede relacionar el mensaje o su pre-
sentación a los estilos de vida de la actualidad. El
problema se encuentra en que muchos predicado-
res, predican sermones a las congregaciones de los
años 60 y 70. Debido a esto, muchas congregacio-
nes se encuentran disminuyendo y la gente se va
a otros lados para escuchar a aquellos comunica-
dores que predican de una forma que conecta el
mensaje a aquellos que viven en el siglo 21.
El Dr. Flavil Yeakley, de California, en su diser-
tación para su título de doctor en filosofía (Ph.D.),
estudió los estilos de la predicación evangelística.
Por medio del investigación, descubrió que existen
tres tipos diferentes de predicadores o, como los ha
llamado, comunicadores evangelísticos. Al primer
estilo de predicación lo identificó como monólogo
manipulador. En este caso, el identificó al predica-
dor que utiliza una forma de vender pesada y exi-
gente. Compara al predicador que utiliza el estilo
de un vendedor que trata de pensar por sus posi-
bles clientes y ejerce mucha presión.
El segundo lo identificó como transmisor de in-
formación que ocurre cuando el predicador simple-
mente transmite información en un ambiente casi
neutral. En este estilo, el predicador se para frente
a la gente y simplemente dice, “Esto es lo que dice
la Biblia”. En esta categoría, el predicador coloca
una cantidad de énfasis en hechos y doctrinas, sin
hacer un intercambio relacional o aplicación.
Al tercero lo llamó, diálogo no-manipulador. De-
fine al predicador en esta categoría como el ami-
go, el predicador de tipo racional. Esta predicación

223
Predicando la Palabra Hoy

es vista como relacional aun cuando el predicador


vaya un poco más rápido o con voz más alta. Es
percibida por los oyentes como relacional, porque el
predicador habla como de amigo a amigo, relación
con relación. Resumiendo los tres estilos utilizados
por los predicadores: el primero es el monólogo ma-
nipulador, el predicador vendedor. El segundo es el
que transmite información, el predicador-maestro
que no hace aplicaciones. El tercero es el predica-
dor que predica en un estilo de diálogo no-manipu-
lador, el cual lo hace un predicador relacional.
El Dr. Yeakley también hizo un estudio de las
clases de iglesias que son pastoreadas por estas
clases diferentes de ministros. El estudió 1,000
iglesias de gran crecimiento en los Estados Uni-
dos. Además de estudiar a las iglesias de gran cre-
cimiento, también estudio las iglesias de mediano
y bajo crecimiento. Él descubrió que el pastor de
cada una de las 1,000 iglesias de gran crecimiento,
era un predicador de diálogo no-manipulador, un
tipo de predicador relacional. También descubrió
que las iglesias de crecimiento mediano y extensio-
nes eran pastoreadas principalmente por predica-
dores exigentes que utilizaban el estilo monólogo
manipulador. Y los pastores de iglesias de bajo cre-
cimiento, eran iglesias que ya no crecían o tenían
un crecimiento mínimo, donde había transmisores
de información.
Eso debería enviar un mensaje a los predicado-
res de hoy. Eso no significa que los predicadores
deben aguar la Palabra de Dios, pero sí nos dice
que los ministros deben usar un tono facilitador
y establecer interacciones y relacionarse con sus
oyentes, tanto desde el púlpito como en el nivel
personal. El Dr. Yeakley también descubrió en su

224
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

investigación que en cada iglesia de gran creci-


miento, el pastor mantenía un enfoque positivo en
su entrega del evangelio y en su acercamiento con
la gente. Las otras dos clases de iglesias, de media-
no y bajo crecimiento, estaban pastoreadas prin-
cipalmente por gente que era más negativa en sus
enfoques, mientras que los pastores de las iglesias
de gran crecimiento eran positivos, no sólo en sus
actitudes mentales y puntos de vista, sino también
en su fe y en su cuidado de la congregación. Esto
significa que ellos presentaban a la congregación
una afirmación positiva de la Palabra de Dios, la
cual se traducía en estímulo hacia las cosas bue-
nas, en vez de predicar siempre sobre cosas que él
estaba en contra.

Como Ser Relacional


Debido a que ser relacional en la predicación es
importante, estas dos sugerencias concernientes a
como los ministros pueden ayudarse para llegar a
estar más relacionados, pueden ser provechosas.
(1) Una mente preparada para conversar menta-
lidad ayuda a predicar, pero incidentalmen-
te, no impide ni asegura la unción del Espí-
ritu Santo. Esta es la mente preparada que
dice, “Mientras predico, estoy conversando
con la gente. Estoy hablando a ellos como si
estuviera sentado al lado de ellos en las ban-
cas o como si estuviera sentado en la sala o
habitación de estar de sus casas”. Con una
mente preparada para conversar como ésta,
el tono facilitador se logra con más facilidad,
el impacto relacional crece, y el predicador
está en mejores condiciones para ponerse en
contacto con la gente.

225
Predicando la Palabra Hoy

(2) Para utilizar un tono facilitador que es rela-


cional, es importante utilizar el humor. Algu-
nas personas de la iglesia necesitan que se
les diga que ellos no se arruinarán si se ríen.
Las estadísticas recientes reportan que la
mayoría de la gente que paga su dinero para
ver una película, lo hace porque ellos quieren
reírse de algo. Existe una gran necesidad de
humor y risas.
No es por accidente que la Biblia habla sobre
la risa como una buena medicina. Un ministro no
necesita ser un comediante para hacer reír e incor-
porar humor a sus sermones. Se puede hacer por
medio de ocurrencias, historias generales, anécdo-
tas de errores humanos y humor personal—chis-
tes de uno mismo. El humor es una buena forma
de conseguir una respuesta y una de las mejores
maneras para romper barreras que impiden que la
gente acepte, de otra manera, verdades desabridas
acerca de ellos mismos. Donde hay humor, la gente
se siente más relajada.
La gente en las bancas son personas reales. Tie-
nen heridas y necesidades que son reales. Los mi-
nistros necesitan darse cuenta que el peso de todo
el servicio y lo que Dios hará en favor de las nece-
sidades de la gente no es enteramente por ellos.
Ellos necesitan entender que cuanto más confían
en Dios y cuanto más descansan en la sabiduría
de Dios, ellos pueden aligerar un poco y permitir
que el Espíritu Santo traiga el gozo del Señor en los
servicios y sane las heridas de las personas.
Ser de tono facilitador significa que el tono y el
enfoque que el ministro utilice para alcanzar a la
gente en las bancas, les facilitará su crecimiento ha-
cia la madurez en Cristo. Si el tono no es facilitador,

226
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

inhibirá el crecimiento. Hace varios años, un amigo


pastor dijo esta historia a un compañero ministro,
quien dice que dejó una impresión duradera en él y
le hizo cambiar la forma de predicar. El pastor dijo
que un día en su iglesia había predicado en contra
del divorcio. “Muchacho, permití que la gente lo tu-
viera”, él dijo. “Hablé acerca de cuan detestable es
divorciarse, y que dos personas debían ser capaces
de vivir juntos. Realmente bombardeé a los que se
habían divorciado”.
Después de la reunión, él se sintió como que ha-
bía hecho un buen trabajo y fue a su hogar sintién-
dose bien acerca de si mismo. Pero cuando estuvo
en un lugar tranquilo, el Espíritu Santo comenzó
a hablar a su corazón: “¿Cómo crees que lo hiciste
hoy?
“Lo hice bien. Realmente, hoy les di la verdad.
Les hablé acerca del pecado. Yo vertí todo sobre
ellos”.
Y el Espíritu Santo le respondió, “Sí, realmente
lo vertiste hoy, pero no lo hiciste en una forma como
yo lo hubiera hecho. ¿No sabes que la gente que
está pasando por el divorcio se encuentra casi des-
truida? ¿No sabes que ellos se encuentran luchan-
do para terminar bien? ¿No te has dado cuenta del
vació que se encuentra en sus corazones? ¿No en-
tiendes el sentido de fracaso? ¿No sabes que algu-
nos son padres solteros y se encuentran trabajando
en dos o tres trabajos para vestir a sus hijos y para
llevarlos a la escuela . . . y que ellos lo están hacien-
do por sí mismos para hacer eso? ¿Qué ellos están
pagando un gran precio por lo que ha sucedido con
su divorcio? En lugar de castigar a mis ovejas, ¿por
qué no pones ungüento en sus heridas? ¿Por qué
no sales y los animas? ¿Recuerdas como traté con
la mujer que fue sorprendida en adulterio?”
227
Predicando la Palabra Hoy

Él dijo que eso realmente cambió su estilo de pre-


dicación. Existe una gran diferencia entre predicar
contra lo que está mal y martillar hasta cansar a la
gente que se encuentra en problemas, no importa
si la razón en que se encuentra es consecuencia de
sus propios errores. Cuando la gente se arrepiente
verdaderamente, Jesús nunca le hecha sus peca-
dos en la cara o los castiga en la cabeza con ellos.
Siempre le extendió sus manos en perdón y amor.
De hecho, ni siquiera una vez la Biblia dice que
Jesús llamó a cualquier persona un pecador. De
hecho, la peor gente en su lista eran los Fariseos, y
ellos eran las personas religiosas de su tiempo. El
problema era, que ellos se auto-justificaban.
Jesús habló de los pecadores, pero nunca le
dijo a alguno, “Tú eres un pecador”. Él estuvo con
ellos y comió con ellos. Nunca les habló con tono
de superioridad. Algunas veces los ministros pue-
den predicar fuerte, creyendo que lo están hacien-
do correctamente—manteniéndose firmes contra
el pecado, machacando, cuando lo que realmente
necesitan esos individuos que ya se encuentran he-
ridos, es la predicación terapéutica. Ellos necesitan
una predicación que les ofrece ayuda, esperanza,
sanidad y plenitud. Eso es lo que Jesucristo vino
a dar, y eso es lo que Su Palabra nos sigue dando.
Otra historia verídica que debería ayudar a los
ministros que tiene una perspectiva diferente hacia
la gente en su congregación, es la siguiente. Dios
habló al corazón de un pastor y le puso una carga
para que le dijera a la gente de su congregación que
él los amaba. Un día, sintió fuertemente que Dios
le revelaba que había gente en su congregación que
nunca se les había dicho que alguien los amaba.
Él sintió que Dios le decía: “La gente entra y sale

228
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

cada semana, y nunca escuchan que alguien les


diga, ‘Te amo’. Tú puedes hacer una diferencia en
sus vidas”.
Desde ese día, él hizo una práctica semanal el
decirles con todo su corazón a esa gente, “Yo les
amo”. La historia hizo tanto impactó en mi amigo
pastor que cambió su estilo pastoral completamen-
te. Ahora, lo hace su práctica personal y al terminar
cada reunión simplemente dice, “los amo”. Él dice
que es algo que hace con sinceridad, y un corazón
lleno de aprecio por aquellos individuos sentados
en las bancas. Él reconoce que “ellos trabajaron
fuerte toda la semana, han soportado una cantidad
de pruebas. Algunos están luchando para satisfa-
cer sus necesidades. Algunos tienen dificultades en
sus relaciones. Algunos no tienen amigos. Y por lo
menos, como representante de Dios, les puedo de-
cir que ‘los amo’”. Haciendo así, este ministro está
utilizando un tono facilitador.

Predicación Terapéutica
Expresada Personalmente
Como un recordatorio, la predicación terapéu-
tica es la proclamación de la Palabra de Dios que
exalta a Cristo en un contexto de ayuda, esperan-
za, sanidad y plenitud. El fundamento de esta clase
de predicación descansa en este libro, en los 10
bloques de construcción mencionados. Ya hemos
discutido sobre seis de ellos. Por cada bloque de
construcción, existe una Escritura que lo apoya, lo
cual hace que el fundamento sea más seguro.
La Escritura de apoyo para el séptimo princi-
pio se encuentra en 1 Timoteo 4:12-16. “Ninguno
tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe

229
Predicando la Palabra Hoy

y pureza” (v. 12). Cuando Pablo escribió, “Ningu-


no tenga en poco tu juventud”, le estaba hablan-
do a Timoteo, quien era un pastor. Esto podría ser
interpretado y decir, “Ninguno tenga en poco tus
antecedentes . . . que ninguno te desprecie por tu
falta de educación . . . que ninguno te desprecie por
aquellas cosas que a ti no te gustan. . . . No per-
mitas que la gente te rebaje. Tú eres un ministro,
y lo que tú debes hacer es ser un ejemplo para los
creyentes”.
Pablo continúa, “Entre tanto que voy, ocúpate
en la lectura, la exhortación y la enseñanza”. Apa-
rentemente, Pablo coloca en el mismo nivel la lec-
tura, la exhortación y la doctrina. “No descuides el
don que hay en ti, que te fue dado mediante profe-
cía con la imposición de las manos del presbiterio.
Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para
que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste
en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo
y a los que te oyeren” (vv. 13-16).
El apóstol Pablo le estaba diciendo al pastor jo-
ven Timoteo, “Es importante que tú seas auténtico
y que personalmente te expreses tú mismo. Es im-
portante que tú tomes tu tiempo con las Escrituras
para que puedas dominarla mientras lees, mientras
exhortas, y mientras prestas atención a la doctri-
na”. Es imperativo que los predicadores dominen
la Palabra de Dios y sean capaces de comunicarla
de un modo personal. Los ministros deben ser más
que un conducto frío; ellos deben ser un canal ar-
diente por medio del cual se expresa la verdad de
Dios”.
Lo que sigue es un ejercicio que ayudará a ilus-
trar los pasos necesarios para obtener un dominio

230
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

de la Palabra de Dios. Todos los participantes de-


berían colocar una mano con los dedos ligeramente
separados, sobre un papel y hacer un trazo alrede-
dor de la mano y los dedos. Saque la mano. En el
espacio donde estaba el dedo menor, el meñique,
escriba la palabra escuchar. En el espacio siguien-
te, escriba la palabra leer. En el próximo, escriba
estudiar. Luego escriba la palabra memorizar y
en el lugar del pulgar escriba meditar. Esto mues-
tra los cinco ingredientes que, cuando son practi-
cados, pueden ayudar a los predicadores a obtener
un dominio firme de la Palabra de Dios.
Si un ministro únicamente lee la Biblia, eso será
lo que pueda agarrar (utilizando solo un dedo de
esa mano), y no será capaz de expresar personal-
mente a la gente lo que ha leído. Pero si lee y es-
cucha la Palabra, esto le va a dar un mejor agarre,
estará en mejores condiciones para dominarla. Si
lee, escucha y estudia la Biblia, tendrá un agarre
más fuerte. Pero si agrega la memorización y la me-
ditación de las Escrituras a las disciplinas antes
mencionadas, el dominio de la Escritura por parte
del ministro será más fuerte y será capaz de trans-
mitirlo poderosamente.
Es la responsabilidad de todos los ministros, co-
nocer más acerca de la Biblia que cualquier otra
materia. Eso no significa que ellos no puedan co-
nocer acerca de fútbol o béisbol o de sus aficiones
o psicología o sociología. Pero los ministros, de-
ben conocer más de la Biblia que de cualquier otra
cosa, porque ese es el trabajo que Dios les ha dado
para predicar la Palabra con perspicacia y preci-
sión. Eso era lo que Pablo le estaba diciendo a Ti-
moteo. En adición a esto, le dijo a Timoteo que no
sea negligente con los dones que él tenía, la unción

231
Predicando la Palabra Hoy

que estaba sobre él, o el llamado que Dios le había


hecho para predicar y pastorear. Le seguía dicien-
do, “Timoteo, exprésate personalmente tú mismo a
la gente. Y cuando lo hagas, te salvarás a ti mismo
y a aquellos que te escuchen. Por lo tanto, exprésa-
te personalmente”.
Eso es la predicación terapéutica. Fluye por me-
dio del ministro y entra en calor por su estrecha re-
lación con la gente. Algunos ministros pueden sen-
tirse incómodos cuando se habla de la predicación
expresada personalmente, porque eso significa que
algunas veces tienen que enfocarse en ellos mis-
mos. De hecho, uno podría decir que existen por
lo menos siete “yo” significativos. “Yo” de Dios que
se encuentran en los ministros a medida que pre-
dican la Palabra—“Yo” que está enfocado en ellos a
medida que se paran en el púlpito para predicar la
Palabra de Dios.
1. Yo tengo un llamado definido sobre mi vida
a medida que expreso personalmente la Palabra
de Dios. Un ministro le dice a los hombres jóvenes
quien viene a él expresando un interés para ingre-
sar al ministerio, “Si usted puede hacer algo más
que predicar el evangelio, hágalo, porque si usted
tiene el llamado de Dios sobre su vida para predi-
car el evangelio, usted no puede hacer otra cosa y
tener paz con Él”. Por supuesto, todos los cristia-
nos tienen un llamado de Dios en sus vidas para
vivir para él, servirle y testificar a otros acerca de
él, y lo que él ha hecho por ellos. Pero un llamado
al ministerio es diferente y distintivo porque es un
servicio específico y especial. Y cuando una perso-
na es llamada, él lo sabe. Y el poder de ese llama-
do acompaña al pastor dedicado, al evangelista, al
misionero, cada vez que proclama el mensaje del
evangelio a otros.
232
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 5

A medida que el ministro se acerca al púlpito


para expresar personalmente lo que la Palabra de
Dios dice, debe recordar que está allí porque tiene
el llamado de Dios en su vida. Él necesitará recor-
darse de vez en cuando, “Esto no es algo que ar-
bitrariamente elegí hacer. Esto no es una carrera.
Esto es algo que alegra mi corazón, porque para
esto Dios me permite vivir en este planeta—para
predicar Su evangelio”. Esta comprensión, segu-
ramente debe llenar de admiración el corazón de
cada hombre o mujer elegida por Dios para procla-
mar Sus verdades al mundo.
2. Yo sé que Dios está obrando en y por medio de
mi vida y que él me usará para Sus propósitos y Su
gloria. Ésta es una realización importante para un
ministro, conocer que, cuando se para en el púlpi-
to, Dios está obrando en su vida, y que no está allí
por sí mismo. Jack Hayford define el crecimiento
de la iglesia como “Dios está haciendo crecer algo
en mí”. Eso resume lo que es la predicación—es la
Palabra de Dios creciendo en los individuos.
3. Si soy un pastor, yo soy la persona más estra-
tégica en mi iglesia. Esto no quiere decir “Yo soy
la persona más importante”, porque nadie puede
decir que es más importante que otros ante los ojos
de Dios. Pero, es verdad que el pastor es la perso-
na más estratégica, porque es la fuente vocal de
la Palabra de Dios en esa iglesia. Él es el líder de
esa iglesia, y Satanás sabe que si aplasta al pastor,
desparrama las ovejas. Por lo tanto, los pastores
deben ser cuidadosos y no subestimar su rol en el
cuerpo local de creyentes.
Con la comprensión del pastor de su posición
estratégica también viene una inmensa responsa-
bilidad de seguir de cerca de Dios y a Su Palabra.

233
Predicando la Palabra Hoy

Es importante que el pastor se recuerde, “Aunque


no soy más importante que otros, tengo un trabajo
que sólo yo puedo hacer. Y debo hacerlo lo mejor
que pueda”. El próximo capítulo comenzará con el
cuarto Yo.

234
17
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 6
Raymond Culpepper, D.D.

Cuando se dice que la Palabra de Dios es ex-


presada personalmente, existe varios “yo” que el
ministro debería recordar y emplear. Para que los
pastores den a la congregación ayuda, esperanza,
sanidad y plenitud (predicación terapéutica), algu-
nas veces es necesario que pongan la atención en
ellos mismos. El primer “yo” mencionado en la lista
que debería ayudar a los ministros para hacer ser-
mones personalmente expresados es, Yo soy llama-
do por Dios. El segundo es, Yo espero que Dios obre.
El tercero, Yo soy la persona más estratégica en
mi iglesia. Como fue señalado en el último capítulo,
esto no significa que el pastor es la persona más
importante en la iglesia. Pero, es la persona más
estratégica, porque si él no dirige bien, ¿cómo sabrá
la iglesia en que dirección debe ir? Si los pastores

235
Predicando la Palabra Hoy

no crecen, ¿cómo se puede esperar que los miem-


bros crezcan? Los pastores no pueden dar a otros
lo que no tienen. Si la Palabra de Dios no hace una
diferencia reconocible en sus propias vidas, ¿cómo
pueden esperar ellos grandes cambios en la vida de
la gente que escucha sus sermones?
Lo que los ministros hacen, no es simplemente
un trabajo; es comprometer sus vidas a comunicar
la verdad de la Palabra de Dios. El pastor se en-
cuentra en una posición especialmente estratégica,
porque si Satanás puede dañar al pastor, las ove-
jas se desparramarán. Y si el pastor se encuentra
hambriento espiritualmente, no estará en condi-
ciones para alimentar a las ovejas que también se
quedarán con hambre.
4. Yo dependo de Dios para que me lleve más
allá de mis habilidades. Después que el pastor se
haya preparado, de haber desarrollado su sermón
según lo mejor de sus habilidades, y se para detrás
del púlpito, deseando predicar el mensaje con cora-
zón y esperanza, él debe darse cuenta que toda su
preparación no es suficiente sin la unción del Es-
píritu Santo. A menos que el Espíritu Santo unja
las palabras del predicador con un fuego de lo alto,
dándole al sermón una claridad mucho mayor que
las habilidades del propio ministro, se quedará cor-
to de la meta o las intenciones a donde pretendía
llegar. La unción del Señor que capacita al orador
para ir más allá de cualquier cosa de lo que él puede
hacer, siempre por sus propios medios, es lo máxi-
mo en un ministro que se expresa personalmente.
Pablo tenía esto en mente cuando dijo, “y ni mi
palabra ni mi predicación fue con palabras persua-
sivas de humana sabiduría, sino con demostración
del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté

236
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

fundada en la sabiduría de los hombres, sino en


el poder de Dios” (1 Corintios 2:4-5). Sin lugar a
dudas, ésta es la verdadera dimensión en la cual
los ministros pueden caminar hacia el lugar de res-
ponsabilidad para predicar, entendiendo que ellos
dependen de Dios para que él los lleve a un nivel
diferente de donde ellos hubieran podido llegar sin
el poder y la unción del Espíritu . . . a pesar de su
ardua y fogosa preparación. Afortunadamente, la
mayoría de los ministros han experimentado este
mover del Espíritu alguna vez en sus ministerios.

Aproximadamente tres meses después de ha-


ber comenzado a predicar, a la edad de 16
años, me encontraba predicando en una igle-
sia pequeña en una casa en Prineville, Oregón.
Me puse en pie en la sala de estar, mirando a la
congregación que se encontraba sentada en el
comedor. Algunas paredes se habían quitado
para convertir la casa en una iglesia pequeña.
Esa noche, estaba predicando sobre, “Acuér-
date de tu creador, en los días de tu juventud”.

Cuando finalicé la predicación, un caballero


anciano que andaba por los 70 años de edad,
que nunca había tenido una relación con el
Señor, se adelantó, se arrodilló en el altar,
y entregó su vida al Señor. Antes de retirar-
se, me dijo, “Joven, no recuerdo nada de los
que dijo. No entendí nada de lo que dijo. Pero,
mientras usted hablaba, algo sucedió en mi
corazón y reconocí que necesitaba entregar mi
vida a Dios”.

Ese es un ejemplo perfecto de lo que Dios puede


hacer y hará con los ministros que cuidadosamente
preparan el mensaje y cuando el Espíritu Santo los
unge. Cuando el siervo de Dios predica la Palabra,
Dios, en alguna manera, trasciende las habilidades

237
Predicando la Palabra Hoy

del predicador y le lleva a él y a su mensaje a nive-


les que nunca creyó posible.
5. Yo necesito que Dios me hable antes que yo
pueda hablar a mi congregación. Si el ministro no
escucha a Dios, antes que él hable a la congrega-
ción, el mensaje estará espiritualmente vacío, sin
importar las mejores intenciones que el ministro
pueda tener.
6. Yo soy un sacerdote construyendo un puen-
te entre Dios y la gente. El ministro debe entender
que cuando se encuentra predicando un sermón o
dirigiendo la adoración, él es un sacerdote para la
gente. El ministro debe ser un conector, un puen-
te, entre la gente y Dios, que une a ambas partes.
Eso es lo que Cristo hace. Él es el Sumo Sacerdote,
que reconcilia a la humanidad con Dios. Él se in-
clinó al hombre y lo ha levantado a Dios, el Padre.
En Cristo, la humanidad y el Padre se unen, y esa
también es la tarea de los ministros—cumplir con
el rol de hacer puentes sobre el abismo para juntar
a la gente con Dios por medio de Su Palabra. Nin-
gún momento se puede igualar a ese, en el cual el
Espíritu Santo envuelve al ministro cuando predica
y le permite participar con Dios como un sacerdote
para construir un puente con el mensaje del evan-
gelio.
Lo que sigue, es una cita poderosa del teólogo
John R. W. Stott:

La experiencia más privilegiada y movida que


un predicador puede tener, es cuando en me-
dio del sermón, una extraña calma desciende
sobre la congregación. Los que se duermen se
despiertan. Los que tosen paran de toser, y los
intranquilos se quedan quietos. Ningún ojo o
mente se encuentra divagando. Cada uno está
atento, aunque no al predicador, porque el

238
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

predicador es olvidado y la gente se encuentra


frente a frente con el Dios viviente.

No existe momento como aquel cuando el Espíritu


Santo trasciende el sermón y el ministro ha servido
como sacerdote. La gente y Dios se unen, y la gente
no ve al ministro. En su lugar, ellos captan un vis-
tazo del Dios viviente.
7. Yo espero que Dios obre por medio de mi pre-
dicación. A menudo, los ministros no esperan que
Dios obre por medio de ellos cuando predican. A
veces la predicación se convierte en apenas una ta-
rea, algo que se debe hacer y seguir con otras co-
sas. Pero es importante que los ministros esperen
que Dios manifieste su presencia por medio de sus
sermones. La predicación delante de una congre-
gación en un servicio en la iglesia, tiene un matiz
diferente que ante una clase de homilética. En la
clase de homilética, los estudiantes “predican sus
sermones”, mientras la clase critica las presenta-
ciones. Nadie espera un mover del Espíritu en ese
lugar. Las clases de homilética, por supuesto, tie-
nen su función legítima. Cada sugerencia que los
estudiantes hacen, sugiere que el orador debe de-
cir algo de una manera diferente para hacer que el
mensaje sea más agradable o más poderoso, pero
no existe una gran expectativa de que Dios va a
mover los corazones de los oyentes.
Sin embargo, cuando los ministros se paran de-
trás de un púlpito para predicar el evangelio, para
dar ayuda, esperanza, sanidad y plenitud a la gen-
te por medio de la Palabra, debe haber expectati-
va. Si estos ministros han estado en comunión con
Dios en oración, en estudio, y en meditación, ellos
pueden pararse delante de la gente con confianza
y expectativa de que Dios se encontrará con ellos

239
Predicando la Palabra Hoy

y sus congregaciones, porque Dios les ha dado el


mensaje que le tienen que entregar a la gente.
No debe haber temor en los ministros cuando
van a sus púlpitos. Si ellos se sienten confiados
que ellos han escuchado a Dios durante la prepa-
ración y momentos de oración, no tendrán razones
para temer cuando se encuentren delante del pue-
blo de Dios y les entreguen el mensaje de Dios. Si
estos ministros han asimilado totalmente los “yo”
en sus ministerios, ellos deberían ser capaces de
esperar que Dios obre por medio de ellos para sal-
var, bendecir, llenar a los oyentes con Su Espíritu.
Los ministros deben esperar que algo suceda.
En cierta ocasión, un joven le preguntó a Char-
les Spurgeon, “Sr. Spurgeon, he notado que cuan-
do usted predica, la gente responde positivamente
y recibe a Cristo. Pero cuando yo predico, no suce-
de lo mismo. ¿Por qué es así?
Spurgeon le hizo la siguiente pregunta: “¿Cuán-
do tú predicas, esperas que la gente responda, o
esperas terminar el sermón?
“Bien, no, supongo que yo no espero que algo
suceda”, respondió.
“Eso es exactamente el por qué no sucede nada”,
le respondió Spurgeon.
Cuando los ministros no esperan que Dios sea
Dios y la gente responda, con toda probabilidad
nada extraordinario sucederá. Es importante que
los ministros esperen que Dios obre por medio de
sus sermones cuando ellos predican Su evangelio.

240
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

Maneras de Expresar Personalmente


Lo que Dios Quiere Hacer en las
Vidas de la Gente.
1. Los ministros deberían observar los momen-
tos oportunos para ministrar antes del servicio. A ve-
ces, es posible caminar entre la gente, encontrarse
y hablar con ellos, antes que comience el servicio.
En algunas ocasiones, durante las caminatas como
esas, alguien puede decir, “Pastor, estoy pasando
por un momento difícil”. Cuando esto sucede, el
ministro puede tomar unos segundos, detenerse y
hablar con ese individuo y hacer una breve oración
por él. Es importante buscar y reconocer aquellos
momentos para ministrar y evitar estar distante de
la gente.
2. Los ministros deben interceder por la gente.
Una manera que esto puede hacerse es cuando los
pastores oran por cada persona que se encuentra
en el registro o la lista de membresía de la iglesia—
los líderes de los distintos ministerios de la iglesia
y por cada persona individualmente. Cuando los
pastores están orando, deberían permitir que el Es-
píritu Santo les recuerde los rostros de su gente.
Interceder por su gente hasta que ellos sientan en
sus corazones sus necesidades, es una de las me-
jores maneras de tocarlos cuando les predican.
3. Los pastores deben amar a su gente. Como a
menudo se ha dicho, amar es una decisión. Algunas
veces, el amor es una decisión que los pastores tiene
que hacer aun cuando algunos de sus parroquianos
no son muy amorosos. Este punto es bien ilustrado
con una experiencia relatada por el gran comunica-
dor John Maxwell. En un punto de su ministerio,
él estaba atravesando un período particularmente
problemático. Había tomado la difícil decisión de

241
Predicando la Palabra Hoy

despedir a algunos miembros populares de su per-


sonal, y los sentimientos de resistencia y oposición
eran fuertes. Varios de los miembros expresaron su
descontento con quejas.
Eventualmente, completamente disgustado por
la actitud de la gente y cansado de escuchar sus
quejas, se fue a su sala pequeña para preparar el
mensaje del próximo domingo. Se sintió inspirado
mientras se preparaba para predicar acerca de las
quejas de los hijos de Israel en el desierto y lo que
Dios hizo con ellos. Ya se encontraba entrando en
el espíritu del sermón, y el Espíritu Santo le siguió
dando inspiración. Le gustaba escribir este sermón.
Pero cuando terminó, para su sorpresa, el Es-
píritu Santo le habló a su corazón. “Juan, ese ser-
món no es para esta gente. Ese sermón acerca de
la actitud y las quejas es Mi mensaje para ti, y esto
es lo que quiero que hagas. Quiero que prediques
este sermón el domingo en la mañana con la mis-
ma emoción y pasión que tú lo has escrito. Luego,
cuando termines de predicar, quiero que tú seas
el primero en ir al altar. Quiero que te pares en el
frente y le digas a la gente, ‘Yo soy ese hombre’”. Y
de acuerdo a sus propias palabras, ese fue uno de
los momentos más grandes de esa iglesia y de su
vida . . . porque fue en ese momento que él definió
su amor por su gente. No puede ser subestimado,
los pastores deben amar a su gente.
4. Los pastores deben estar pendientes a mo-
mentos para ministrar durante el servicio además
del tiempo para predicar. Un pastor dice que en el
servicio de adoración matutino de su iglesia, el per-
sonal pastoral designó dos momentos cumbres para
ministrar. Aunque pueden surgir otros momen-
tos para ministrar, tales como durante los cantos

242
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

especiales o cuando el Espíritu se mueve en una


forma especial, pero ellos escogieron como los mo-
mentos cumbres, el momento cuando el pastor
ora y el momento del llamado al altar al finalizar la
predicación—momentos cuando la gente tiene un
encuentro personal con el Señor.
“Comenzamos la reunión con coros”, él dice, “y
adoramos al Señor”. Luego, cuando nos encontra-
mos en medio de la primera parte del servicio, y
él hace la oración pastoral. Él considera ese mo-
mento una parte esencial de sus responsabilidades
como su sacerdote—ser siervo de Dios que facilite
un encuentro entre la gente y Dios en ese momento
especial de la oración. Él cree que la gente necesita
escuchar a su pastor orando por ellos.
El segundo momento cumbre planeado se en-
cuentra al cerrar el sermón. Los ministros deben
saber que entre los momentos planeados pueden
ocurrir otros momentos para ministrar. Al ser sen-
sibles a esos momentos, cuando alguna persona
está cantando un himno o cuando un silencio es-
pecial entra sobre la congregación, los ministros
pueden reconocer esos momentos como momentos
especiales para ministrar. Son momentos cuando
el Espíritu Santo puede satisfacer las necesidades
de la gente en una forma que ellos en sus esfuerzos
humanos nunca podrán. Todo el servicio le perte-
nece al Señor, y él debería tener la libertad para
moverse en cualquier momento y en la manera que
él lo desee. Pero los ministros, deber ser sensibles
al tiempo de Dios y al mover de Su Espíritu, re-
conociendo esos momentos como una oportunidad
para ministrar a las necesidades del pueblo de Dios
o guiar a los pecadores a un conocimiento salva-
dor con Cristo, aun cuando fuese en la mitad del

243
Predicando la Palabra Hoy

servicio y no en el tiempo determinado al final del


sermón.
5. Los ministros necesitan predicar con autori-
dad. No hay razón para que los ministros se sientan
intimidados cuando ellos se acercan al lugar sagra-
do para predicar. No necesitan dar disculpas. En su
lugar, ellos deberían ir con un sentido de confianza
y autoridad. Dios y Su Palabra son supremos, y
los ministros deben reconocer que si ellos fueron
llamados por Dios para predicar, deben pararse de-
lante de la congregación como representantes de
Dios, y sabiendo que ellos están autorizados para
predicar la Palabra con autoridad.
6. Los ministros deben predicar de su propia ex-
periencia. Los ministros no deberían sentir que es
inadecuado mencionar cualquier cosa relacionada
con sus vidas personales y experiencias. A la gente
le gusta tener un vistazo de la vida del pastor. Y es
beneficioso que ellos lo hagan. Siendo que los pas-
tores son seres humanos, ellos también se equivo-
can, y hacen errores de juicio. Cuando los pastores
admiten sus propias imperfecciones, la gente de la
congregación puede identificarse con sus líderes
más de cerca. Las historias de las faltas del pastor,
a menudo sirven como grande ilustraciones para
enfatizar algún punto en sus sermones. Por ejem-
plo, un pastor se encontraba asando carne para su
familia, pero a la misma vez estaba ansioso por ver
el partido de fútbol más tarde. La familia comenzó
a hablar y el tiempo iba pasando inadvertido. Él
pastor se olvidó totalmente de la parrilla de gas, y
consecuentemente lo dejó. Al día siguiente salió de
la ciudad. Más de dos días después, su esposa se
paró en la terraza de la parte de atrás de la casa
y encontró la parrilla al rojo vivo. El pastor quedó

244
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

maravillado y agradecido por que no se le había


quemado la casa. Allí encontró una ilustración per-
fecta para su sermón sobre el distraerse y perder el
enfoque de los asuntos primordiales. Los pastores
no tienen que esperar que Dios haga una obra pro-
fundamente misteriosa o milagrosa para relacionar
una mini-parábola de una de sus propias experien-
cias. Podría ser algo tan simple como dejar la parri-
lla encendida.
7. Los ministros deberían hacer oraciones de las
Escrituras. Un ejemplo de cómo los pastores pue-
den adaptar una oración para sus congregaciones,
es haciendo una oración parafraseando una de las
oraciones de Pablo que hizo para los de Éfeso (co-
menzando con 1:15): “Señor, he escuchado acerca
de la fe de esta gente. Conozco cuanto te aman, y
no ceso de dar gracias por esta gente que está aquí
en esta mañana. Los menciono regularmente en
mis oraciones a ti. Padre, oro para que tú, el Dios
de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les
de espíritu de sabiduría”.
Cuando los pastores oran leyendo en voz alta la
Palabra de Dios, no es inusual que se desarrolle y
envuelva al santuario un sentido de intimidad es-
piritual. Ésta es una de las maneras mejores para
hacer que la Palabra de Dios cobre vida en la gente
y en el pastor. Igualmente, es una buena prácti-
ca para los pastores, ya sea sentado o de rodillas
en sus oficinas, que hagan oraciones de las Escri-
turas. Ellos pueden sentirse seguros que cuando
oran de la Palabra, están orando en la voluntad de
Dios.
Para cualquier persona que tenga dificultades
de saber como o lo que orar, la Biblia tiene mu-
chas oraciones buenas—por ejemplo en los Salmos,

245
Predicando la Palabra Hoy

Efesios, Colosenses, Filipenses y las palabras de


Jesús. Orar desde un pasaje de la Escritura y per-
sonalizándolo, ya sea públicamente o en privado,
pude producir una intimidad maravillosa, no so-
lamente entre la gente y Dios, sino también en la
misma gente.
8. Los pastores no deberían esquivar los temas
difíciles. La predicación terapéutica no significa que
el pastor tiene que evitar los temas difíciles. Cuan-
do la predicación es terapéutica, los ministros pue-
den abordar aun los temas desagradables, porque
el tono de sus mensajes, la forma en que se expre-
san, pueden convencer el corazón del transgresor
sin hacer que él huya del corazón misericordioso de
Dios. Esto significa, entonces, que cuando el Espí-
ritu Santo dirige a los ministros a predicar sobre el
pecado, arrepentimiento, santidad y rectitud, ellos
lo pueden hacer terapéuticamente, expresando sus
convicciones de una forma que traiga ayuda, espe-
ranza, sanidad y plenitud.

La Predicación Terapéutica Empática


La palabra empático, proviene de la raíz de la
palabra empatía, que puede ser explicada como
“una sensibilidad, experiencia vicaria con los sen-
timientos, pensamientos y experiencias de otros”.
Para un pastor, significa sentir con el corazón de
las personas que se encuentran en la congregación,
ver con sus ojos, y sentir el dolor con ellos. La em-
patía es diferente a la piedad o simpatía. Es posible
lamentar algo sin tener empatía. Pero empatía, sig-
nifica tener compasión a tal grado que el que tiene
empatía quiere hacer algo por la situación, porque
siente lo que el otro individuo siente. Algunas veces
el problema no puede ser resuelto con una solución

246
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 6

rápida, lo que significa que todo lo que el pastor


puede hacer es sentir el mismo dolor e interceder
por su ellos.
Para predicar terapéuticamente, un pastor debe
tener empatía con la gente de la congregación.
Mantenerse alejado de ellos, menoscaba la habili-
dad del predicador para traerles esperanza, sani-
dad, ayuda y plenitud. La indiferencia destruye la
efectividad del ministro. Aquí encontramos algo de
lo que la Biblia dice sobre el tema:

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué


gloriarme; porque me es impuesta necesidad;
y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo
cual, si lo hago de buena voluntad, recompen-
sa tendré; pero si de mala voluntad, la comi-
sión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues,
es mi galardón? Que predicando el evangelio,
presente gratuitamente el evangelio de Cristo,
para no abusar de mi derecho en el evangelio.
Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho
siervo de todos para ganar a mayor número.
Me he hecho a los judíos como judío, para ga-
nar a los judíos; a los que están sujetos a la ley
(aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto
a la ley, para ganar a los que están sujetos a
la ley; a los que están sin ley, como si yo es-
tuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios,
sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que
están sin ley. Me he hecho débil a los débiles,
para ganar a los débiles; a todos me he hecho
de todo, para que de todos modos salve a al-
gunos. Y esto hago por causa del evangelio,
para hacerme copartícipe de él” (1 Corintios
9:16-23).

En este pasaje fuerte en empatía, Pablo le es-


taba diciendo a los de Corinto, “Yo me voy a rela-
cionar con ustedes culturalmente. Voy a tener en

247
Predicando la Palabra Hoy

cuenta sus convicciones. Voy a tener en cuenta sus


sentimientos, sus dolores, sus necesidades, de esta
forma voy a estar en mejores condiciones para ayu-
darles”.
La clave para la predicación empática, es encon-
trar el corazón y la mente de la gente. Para descu-
brir la manera en que otros piensan, para empa-
tizar con la gente de la congregación, los pastores
deben alejarse temporalmente de pensar como pre-
dicadores y pensar como la gente, porque el mundo
no corre de la misma forma que los predicadores
creen que deberían hacerlo. Les guste o no les gus-
te, la gente que se sienta en las bancas de la igle-
sia, debe vivir de la manera que el mundo lo hace.
Para conectarse en la forma que ellos viven y pien-
san, los ministros deben saber como es eso. En el
próximo capítulo discutiremos seis preguntas que
un ministro necesita saber para responder a como
ser empático con una congregación. Éstas son pre-
guntas que la congregación hace. Si los ministros
pueden responder estas seis preguntas adecuada-
mente, ellos se encontraran en mejores condicio-
nes para ser más empáticos con las necesidades de
la gente.

248
18
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 7
Raymond Culpepper, D.D.

Este capítulo continúa con el desarrollo de los


ocho bloques para construir la predicación tera-
péutica—empática en su entrega. Este capítulo
también tratará con las seis preguntas que estarán
en la mente de la gente de la congregación, aun
cuando no se expresen abiertamente, en relación
con el derecho del ministro para estar en el púlpito
en el momento de predicar el evangelio. Para ser
empático, el ministro necesita entender lo que la
gente se está preguntando.

Seis Preguntas que una


Congregación Hace
1. ¿Por qué debo escucharte? Existen tres exá-
menes que el ministro debe pasar, para saber si
la gente está dispuestas a escucharlos. La gente
se pregunta, ¿Puedo confiar en este hombre? ¿Se

249
Predicando la Palabra Hoy

preocupa? ¿Conoce el tema del cual él va a hablar


o simplemente es una fanfarronada? Estas pregun-
tas revelan que los ministros no deben hablar de
cosas que ellos no saben. Intentar simular no vale
la pena. La gente pierde la fe en el ministro cuando
ellos perciben que él no es genuino. Al responder la
pregunta, ¿Por qué debo escuchar a este hombre?,
presento una lista parcial de ciertas cosas que la
gente no va a tolerar desde las bancas. Menciono
solamente cuatro:
a) La gente no tolerará a un predicador que no
esté preparado. Es improbable que la gente
se levante y salgan de la iglesia. Sin embar-
go, ellos lo suprimirán mentalmente.
b) Ellos no pueden tolerar estar incómodos o si
ellos perciben que el ministro se encuentra
molesto en su escenario con su tema o su pre-
sentación. Existe una disonancia reconocible
entre un predicador molesto y su audiencia.
Debido a que la gente necesita sentirse có-
moda tanto física como emocionalmente, es
importante que el ambiente esté confortable-
mente tibio o frío y que el ministro destile
confianza y un aire de sentirse cómodo.
c) La gente no tolerará a un predicador que no
esté comprometido. Si el ministro no se com-
promete, no tendrá pasión ni entusiasmo.
d) La congregación no tolerará a un predicador
desinteresado o aburrido. Ellos dejarán de
prestarle atención. Ellos están acostumbra-
dos a mirar las cosas de la vida en una pan-
talla en fracciones de 6 a 10 minutos, inte-
rrumpidos por 30 a 60 segundos de avisos
comerciales. También miran las cosas de la
vida con un control remoto en sus manos.

250
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

Si algún cuadro de la historia no les atrae,


ellos cambian rápidamente a otro canal. Por
lo tanto, esta gente sofisticada tiene la ha-
bilidad de dejar de prestar atención a lo que
no tiene algo que les cautive. La gente viene
a la iglesia con su control remoto mental y
no le cuesta mucho hacer clic y dejar al pre-
dicador aburrido e irrelevante. Algunos han
definido a la predicación como, “el arte fino
de hablar en el sueño de otro”.
2. ¿Está usted vivo o muerto? Para tener empa-
tía con la gente de la congregación, los ministros
deben entender que ellos son observados. Si los
ministros está vivos, las congregaciones tienen la
libertad de mantenerse vivos con ellos. Pero si ellos
están muertos, tediosos o aburridos, las congrega-
ciones tendrán que hacer algo para compensar el
tiempo que resta del sermón. Un poema pequeño,
una variante de la oración que se hace a los ni-
ños cuando se van a dormir, da una insinuación de
cómo muchos de los que se congregan tratan con
la presentación de un sermón aburrido: “Ahora, me
voy a acostar para dormir. El sermón es largo; el
tema es profundo. Si termina antes de que me des-
pierte, por favor que alguien me sacuda”.
Una investigación hecha en UCLA, hace un
tiempo atrás, indicaba que las palabras solamente
representa el 7 por ciento de lo que la gente cree.
Ellos descubrieron que el tono que uno usa para
presentar un mensaje representa el 38 por ciento
de lo que la gente cree. Y aquí está la sorpresa: La
comunicación no-verbal, representa el 55 por cien-
to de lo que la gente cree. El ministro, entonces, ne-
cesita estar seguro que su mensaje es vivo, anima-
do y comunicativo, no sin emociones y sin vida. Las

251
Predicando la Palabra Hoy

expresiones faciales, movimientos de las manos, y


la intensidad con la cual el sermón se presenta,
todo contribuye a su credibilidad. La predicación
empática, demanda un predicador vivo y animado.
¿Cómo puede un predicador mostrar que está
vivo? Una manera de hacerlo es hablar con intensi-
dad, con pasión. Una iluminación apropiada, tam-
bién ayuda a dar vida al escenario para los minis-
tros y sus sermones. Debido a que es un asunto
técnico, puede parecer que no es espiritual, pero
debe ser incorporada, cualquier cosa que aumente
la comunicación del mensaje espiritual del minis-
tro para ganar a los perdidos y ayudar a los hijos
de Dios a crecer. La luz ayuda a poner vida y ener-
gía al ministro y al sermón y lleva la comunicación
hacia un nuevo nivel. Las expresiones faciales, el
parpadear los ojos, el brillo de los dientes, el movi-
miento de la mano, no se distinguen bien si no hay
una adecuada iluminación; y de acuerdo al estu-
dio, ese es el 55 por ciento del poder del ministro
para comunicarse al máximo con la gente.
Otra forma en que los ministros puede demos-
trar que ellos están vivos, es usando los gestos
adecuados. Es correcto que un ministro se toque
ligeramente la cabeza mientras habla, se rasque su
cabeza, mueva sus hombros o dé una mirada de
curiosidad. La gente puede identificarse con estas
expresiones no-verbales. Sin embargo, estos ges-
tos, no deben ser exagerados de modo que le parez-
can a la gente como algo artificial.
3. ¿Es usted real? Si la gente percibe que el
ministro no es genuino, ellos van a negarse a ser
influenciados por lo que él dice. Si el ministro es
auténtico, tendrá credibilidad. La integridad de un
ministro tiene un valor vital para su ministerio,

252
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

pero su integridad se compromete cuando su vida


no está a la altura de su predicación. Por ejem-
plo, el ministro puede predicar sobre ganar almas y
dice que es importante llegar y ponerse en contacto
con la gente, amar a la gente y ayudarlos a conocer
a Cristo. Pero, si la gente ve que él nunca guía a
ninguna persona a Cristo, que él no conoce a nadie
que no conozca a Cristo y no trata de encontrarse
con algunos para que pueda guiarlos a Cristo, ellos
percibirán que el mismo no cree verdaderamente
en lo que está predicando, porque el no lo practica.
Cuando un ministro le dice a su congregación lo
que ellos deberían hacer, pero él no lo hace, está
comprometiendo su integridad.
4. ¿Estoy contento de haber venido? La gente
necesita tres cosas cuando se sienta en las bancas.
Necesitan escuchar un himno, una oración y un
sermón que les llame la atención. Ellos necesitan
que el ministro sostenga su interés. Ellos necesitan
recibir algo que los ayudará a vivir la vida abun-
dante. Y de esta manera, ellos vienen queriendo
contestarse si de verdad, ¿Estoy contento de haber
venido a este servicio? La siguiente es una decla-
ración clave: La gente probablemente no recordará
tanto lo que el ministro, pero recordará como se
sintieron acerca de lo que él dijo. La gente recuerda
sus sentimientos en una forma más fuerte que re-
cordar lo que se dijo. Si el ministro obtiene su aten-
ción, mantiene su interés, y les da algo que ellos
pueden vivir, él ha mejorado sus vidas; y después
de todo, esa es la meta—darles ayuda, esperanza,
sanidad y plenitud por medio de la predicación del
evangelio.

253
Predicando la Palabra Hoy

Características de una persona con presencia


Es deseable y preferentemente posible que el
ministro tenga presencia en la plataforma. A con-
tinuación, diez características de una persona que
tiene presencia ante una congregación o una au-
diencia:
a) Una persona con presencia, camina y habla
con pasión y refleja un sentido de compromi-
so y propósito.
b) Una persona de presencia, proyecta un sen-
timiento de apertura, pero no fingido.
c) Una persona de presencia se acerca tanto al
púlpito y como al tema con confianza.
d) Una persona de presencia, se viste adecua-
damente, y lo que usa es pulcro y de buen
gusto; no le resta mérito a lo que dice.
e) Una persona de presencia, se mueve hacia la
audiencia. Siempre se comunica, alcanzando
a la audiencia para atraer a la gente. Figura-
tivamente hablando, siempre saca las cosas
del camino para poder estar en contacto con
la multitud.
f) Una persona de presencia, es aquella en que
la audiencia se siente bien con él/ella.
g) Una persona de presencia, también se siente
bien en medio de la audiencia.
h) Una persona de presencia está enterada de
su entorno y percibe la interacción emocio-
nal, reacciones y respuestas de la congrega-
ción.
i) Una persona de presencia no permite que las
pequeñas cosas le distraigan. Puede darse
cuenta cuando alguna persona está tosien-
do o de algún niño que se mueve, pero no se
distrae por eso. La persona con presencia, es
capaz de mantener la atención.
254
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

j) Una persona de presencia, espera resultados


de lo que está diciendo—ya sea durante o
después del sermón.

5. ¿Cuál es el punto de este sermón? ¿Cuál es


la idea central? ¿Existe una conclusión? Un pastor
a propósito dijo: “Ahora, amigos, la última sema-
na predique un sermón con 29 puntos; hoy voy a
predicar un sermón sin puntos”. Algunos sermones
parecen caer en esta categoría, dejando a la gente
preguntándose, ¿Cuál es el punto? ¿Hacia donde
está yendo? ¿Qué estamos haciendo aquí? La gente
quiere saber cual es la conclusión y lo que el predi-
cador va hacer para llegar allí.
6. ¿Puedo aplicar lo que estoy escuchando hoy
a mi vida después que salga de este servicio? La
gente piensa lo siguiente: a esta persona le estoy
dando parte de mi tiempo, y quiero saber si vale la
pena. ¿Tiene algo de Dios para darme que me pue-
da ayudar a vivir una vida mejor? Si la respuesta es
si, podemos hablar de una predicación empática.
El ministro que puede sentir lo que la gente está
sintiendo y hace el tipo de preguntas que la gente
hace, es capaz de hacer una predicación empática.

Predicación Terapéutica Práctica


¿Cómo el ministro prepara un mejor sermón
para que tanto satisfaga las necesidades de la gen-
te como mantenga su atención? La gente puede to-
lerar una cantidad de cosas malas en una iglesia
tales un estacionamiento atestado de autos, pero
la cosa que menos van a tolerar es una mala pre-
dicación. Una predicación larga y extendida sin
vida, irrelevante, que no interesa, es casi insopor-
table. Por supuesto, el grupo principal de la iglesia

255
Predicando la Palabra Hoy

se mantendrá fiel sin importar lo que suceda. Pero


para la iglesia que está interesada en mantener a
las personas nuevas o interesada en alcanzar—al-
canzar a la gente sin iglesia, a aquellos que real-
mente necesitan el mensaje salvador del evangelio,
y no a la gente que ya son cristianos comprome-
tidos—el predicador debe tener algo que valga la
pena decir y ser capaz de decirlo en una manera
interesante.
Alguien dijo que existen 55 millones de personas
que asisten a la iglesia en los Estados Unidos cada
domingo, y esos 55 millones de personas escuchan
un billón de palabras. Y alguien bromeó: “Y cuan-
do está todo dicho y hecho, hay una cantidad más
dicha que hecha”. Y aunque eso es verdad, puede
ser en gran parte debido a que los ministros no son
prácticos en la preparación de sus sermones para
que la gente sea desafiada para estar más a tono
con Dios y hacer más para Su Reino.
La Biblia dice en 2 Timoteo 2:15, “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obre-
ro que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien
la palabra de verdad”. Y en 2 Timoteo 3:16, 17, dice:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfec-
to, enteramente preparado para toda buena obra”.
Santiago 1:22-25 dice, “Pero sed hacedores de la
palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos
a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la
palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante
al hombre que considera en un espejo su rostro na-
tural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y
luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente
en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en

256
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la


obra, éste será bienaventurado en lo que hace”.
La tarea del ministro es preparar un tipo de
mensajes que cuando lo presenten sean de ayuda,
den esperanza, sanidad y afirmen el sentido de ple-
nitud. Cuando el ministro entrega aquellas cosas
en sus sermones, la gente recibe el mensaje. Eso, a
su tiempo, cambia sus vidas. Eso coloca una gran
responsabilidad en el ministro sobre la manera en
que se prepara para presentar la Palabra de Dios a
la gente.
La Escritura sobre el libro de Santiago, habló
acerca de la gente que escucha la Palabra y la ol-
vida. La persona que viene a la iglesia y escucha el
sermón, pero sale y los olvida, es como una persona
que se mira en un espejo, y luego se aleja y se olvi-
da como se veía. Parte de la culpa, por supuesto, la
debe llevar ese individuo. Pero en muchos casos, el
ministro también necesita hacer un trabajo mejor
para darle algo a esa persona para que lo mantenga
en su memoria, algo que sacudirá sus emociones
en algún punto particular, el cual refuerza ese ele-
mento del mensaje. Es la responsabilidad del mi-
nistro, ayudar a los oyentes a recordar.
Aquí se encuentras algunas estadísticas serias:
La gente olvida el 40 por ciento de lo que ellos es-
cuchan después de 20 minutos; ellos olvidan el 60
por ciento de lo que ellos escuchan después de me-
dio día; ellos olvidan el 90 por ciento de lo que es-
cuchan en una semana. Por lo tanto, la responsa-
bilidad del ministro es hacer que la Palabra de Dios
sea un desafío y sea recordado lo mejor posible. Él
puede utilizar muchas maneras para mantener el
interés de la gente y su atención.

257
Predicando la Palabra Hoy

Cuatro Pilares
Existen cuatro pilares que vale la pena mencio-
nar sobre los cuales el ministro debe construir para
aplicar la Palabra de Dios.
1. Preparación espiritual. En esta parte de la
preparación, el ministro necesita orar en dos direc-
ciones: (1) Señor, ¿qué tú quieres que la gente sepa?
y (2) Señor, ¿qué tú quieres que la gente haga? Al-
gunas veces, Dios hablará al corazón y mente del
ministro inmediatamente, pero más a menudo, le
permitirá que el ministro vaya a través de un pro-
ceso para discernir lo que Dios quiere que él hable
a la gente. Hay algunas preguntas que el mismo
ministro puede hacerse y que el Señor le ayudará
a discernir lo que Dios quiere que la gente sepa y
haga. En la primera categoría, él puede hacer estas
preguntas: ¿A quiénes estaré predicando? ¿Cuáles
son sus necesidades? ¿Cuáles son sus intereses?
¿Cuáles son las cosas que le molesta a la gente a
quien yo le predico? En la segunda categoría, él
puede hacerse estas preguntas: ¿Qué es lo que la
Biblia dice sobre las necesidades, las heridas, los
problemas, los deseos de estas personas a quiénes
le predico?
En la tercera categoría, el ministro se puede
preguntar: ¿Cuál es la manera más práctica que
puedo hablar acerca de lo que voy a decir a esta
gente? Al encontrar una manera práctica para pre-
sentar la Palabra, el ministro necesita recordar que
él no le está dando simplemente información. Es
verdad que él necesita hacer que la gente sepa lo
que la Biblia dice en relación a sus necesidades y
como ellos deben vivir, pero también es importante
responder algunos de sus por qué: ¿Por qué la Bi-
blia dice esto? ¿Por qué lo necesito? ¿Por qué esto

258
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

ayudará a mi vida? El ministro también necesita


mostrar a la gente cómo aplicar estos principios de
las Escrituras a su vida diaria. La exhortación sin
explicación puede llevar fácilmente a la frustración.
En la cuarta categoría, el ministro puede pre-
guntar: ¿Cuál es la manera más terapéutica para
decir lo que el Señor me ha dado para decir a la
gente? Y en la quinta categoría, puede preguntar:
¿Cuál es la mejor forma de decirlo para que lo pue-
dan recordar? En la preparación de su sermón, el
ministro necesita incluir cosas para la gente que le
sirvan como una ayuda para memorizar. Un ejem-
plo para ayudar memorizar es utilizando acrósti-
cos. En un sermón acerca del destino, los puntos
del sermón podrían estar ilustrados de la siguiente
manera: El DESTINO está Determinado por Dios,
Envuelto por mí, Seguro por la fe, Transmitido por
desafíos, Intensificado por el Espíritu Santo, Nega-
do por la desobediencia y Obedeciendo a Dios. El
predicador le está dando a la gente una pequeña
ayuda para memorizar, especialmente si él lo repi-
te varias veces durante el mensaje y quizá hacien-
do preguntas para que la gente lo repita con él. El
uso de rimas, algunas veces, es una ayuda. En un
sermón acerca de la fidelidad a Dios, consideran-
do el no retorno a la vida pecaminosa, un poco de
rima que refuerce el punto que una vez que Dios ha
puesto en libertad a un individuo, debe seguir ade-
lante en su nueva vida con Dios, puede ser, “Una
vez que hizo las maletas, no mire hacia atrás”.
Cuando se habla acerca de cómo la gente se en-
cuentra constantemente bombardeada y abruma-
da por todas las noticias malas que suceden en el
mundo, aquí puede encontrar un rima pegadiza
para animar a la gente sobre el gran futuro en Dios:

259
Predicando la Palabra Hoy

“Lo inicial no es lo oficial”, con la explicación que


las primeras cosas que la gente escucha, las prime-
ras cosas que ellos sienten cuando escuchan otro
informe de algo malo que sucede en el mundo o en
su vida privada, eso no será el resultado “oficial”.
Al principio, cuando se escuchan algunas noticias
puede pensarse que son lo peor de lo que ha su-
cedido. Alguien puede comentar sobre un suceso
reciente y pronosticar, “Eso va a destruir el mundo
entero”. Pero, si el ministro puede decir algo para
levantar los niveles de alerta de los cristianos acer-
ca de lo que Dios ha prometido en Su Palabra para
aquellos que le aman, el predicador ha tenido éxito
en hacer que la Palabra de Dios sea una realidad
en sus vidas y ha aumentado el nivel de confianza
en un Dios confiable. Una vez más, el punto es que
el ministro da a la gente las verdades de la Pala-
bra de Dios de una manera que puedan recordar
cuando se encuentren en problemas y cuando sean
invadidos por las pruebas diarias de la vida.
También es bueno dar a la gente un bosque-
jo. Algunos que enseñan a predicar, están en des-
acuerdo, pero otros creen que es una ayuda para
que la gente sepa lo que el predicador está predi-
cando y hacia dónde tiene pensado llegar, y asegu-
rarse que va hacia algún lugar. El bosquejo ayuda
a los oyentes a tomar el viaje con el ministro y de al-
guna forma, hacer las veces de mapa de ruta. Está
bien que los ministros digan, “Hoy, tengo pensado
hablarles a ustedes acerca de estas cuatro cosas”.
Esto puede tener el efecto de hacer que los puntos
del sermón sean mejor recordados por la gente.
2. Conexión y comunicación. Para tener prac-
ticidad en la aplicación de la Palabra de Dios, el
ministro debe hacer el contacto con la congregación

260
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

en una forma comunicativa. Si el mensaje del mi-


nistro no alcanza a los corazones y mentes de la
gente, en realidad no se ha comunicado. Decir he-
chos e información solamente, no es suficiente. La
comunicación es vital. La pregunta, por supuesto,
es cómo. ¿Cómo puede el ministro conectarse y co-
municarse con su congregación?
Esto se puede hacer en dos maneras. (1) El mi-
nistro debe recordar mientras prepara su sermón
que no debería guardar las aplicaciones de los pun-
tos hasta el final del sermón. Si él predica un ser-
món de 30 a 40 minutos dando solamente infor-
mación y espera dar las aplicaciones al final, habrá
perdido a la gente mucho antes y la conexión será
más difícil de lograr. (2) Cuando los temas del ser-
món lo permiten, el ministro debería usar verbos
para titular los puntos principales del sermón. Por
ejemplo, un ministro, puede predicar un sermón
del libro de Daniel sobre cómo un creyente puede
manejar una crisis, o una serie de crisis. Él puede
predicar de los primeros seis capítulos, cada uno
de los cuales trata con una crisis extrema—por
Judá; por Daniel; por Sadrac, Mesac y Abednego;
por Nabucodonosor. A continuación un borrador
del bosquejo:

Capítulo 1: La crisis revela la profundidad de


carácter. Esto se ilustra en la deci-
sión de Sadrac, Mesac y Abednego
para no comer la comida del rey.
Capítulo 2: No entre en pánico cuando sobreven-
ga la crisis. En su lugar, ore y alabe.

261
Predicando la Palabra Hoy

Capítulo 3: Las cosas pueden ponerse peor an-


tes de que se pongan mejor. Este es
el capítulo que dice que los tres va-
rones hebreos fueron arrojados al
horno de fuego.
Capítulo 4: Dios es más grande que la política,
la gente, los problemas y el orgullo.
Cuando la crisis viene, es importan-
te recordar que Dios es más grande
que todas las cosas que pueden ve-
nir en contra de uno de Sus hijos.
Esto se puede ver en la historia del
juicio de Dios a Nabucodonosor,
quien fue condenado a vivir como
las bestias en el campo hasta que
reconoció que Dios es supremo.
Capítulo 5: Dios siempre es soberano, y puede
anular cualquier crisis y escribir su
mensaje, así como lo hizo con Belsa-
sar y la escritura en la pared.
Capítulo 6: Algunas veces hay cosas que sólo
Dios las puede hacer. Este capítu-
lo contiene la historia de Daniel en
la jaula de los leones. El tema de
Daniel 6 es también el tema prin-
cipal del sermón como también su
aplicación. Daniel no podía impedir
que se le arrojara en la jaula de los
leones, y él no podía controlar a los
leones dentro de la jaula. Solamen-
te Dios podía controlar lo que suce-
día cuando lo golpeó la crisis.

Los seis punto de este sermón, podrían predicar-


se en dos partes. La ilustración es la que construye

262
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 7

los conceptos de la acción con palabras que dentro


de un bosquejo da al sermón una nueva dimen-
sión, y el predicador le entrega a la gente un con-
cepto más completo de los puntos del sermón para
llevarlos a sus casas y sacar fortaleza para cuando
tienen que enfrentar una crisis en el futuro en sus
propias vidas personales.

263
Predicando la Palabra Hoy

264
19
Construyendo
Bloques de la
Predicación
Terapéutica:
Parte 8
Raymond Culpepper, D.D.

Este capítulo continúa con el desarrollo de los


cuatro pilares sobre los cuales un ministro podría
construir la preparación para aplicar la Palabra
de Dios. En el capítulo 18 se trataron los primeros
dos pilares: (1) la preparación espiritual, y (2) la
conexión y la comunicación. Los últimos dos pila-
res—(3) la concentración y la transpiración, y (4)
estrategia—serán tratados en este capítulo.
3. Concentración y transpiración. En resumidas
cuentas, es que hay que trabajar considerablemen-
te para desarrollar un sermón que sea terapéutico y
capaz de relacionar a la gente en un sentido empá-
tico, de una forma que pueda ser aplicado a sus vi-
das personales. Uno podría pensar que después de
muchos años de predicación y pastorear, un minis-
tro debería ser capaz de sacar algo de sus amplios
archivos y predicarlo el domingo en la mañana, con

265
Predicando la Palabra Hoy

quizá 30 minutos a una hora de tiempo para repa-


sar, en lugar de tener que pasar varias horas en la
preparación. Eso podría hacerse. Sin embargo, si
el ministro toma con seriedad las necesidades de
la gente, no puede, sin mucha consideración, dar
el mensaje, sacudir el polvo de un viejo sermón y
jugar al reestreno.
Puede, de hecho, haber una época y un lugar
para los reestrenos del sermón. Esa es la manera
que los niños aprenden el ABC, las tablas de mul-
tiplicación, o los estados y sus capitales. Pero, aun
cuando un pastor sienta la necesidad de predicar
el mismo sermón, es necesario que lo haga en una
forma fresca, con nuevas ilustraciones y con ideas
nuevas. Algunas cosas necesitan ser reiteradas,
pero la mayoría de la predicación del pastor debe
ser elaborada nuevamente. ¿Por qué? Porque las
necesidades de la gente cambian. Las historias y
sus aplicaciones necesitan ser actualizadas. Una
iglesia es un organismo dinámico, que siempre
cambia y no una organización estática. Para man-
tener el contacto con las demandas de la gente, el
ministro debe estar a la vanguardia, porque si el
ministro no crece, no será capaz de dar a la gente
lo que necesita. Si nada ocurre en la vida del mi-
nistro que lo sacuda y mueva hacia una madurez
espiritual más grande, él no tendrá nada que dar a
la congregación para ayudarlos a crecer hacia Dios
en una manera más profunda.
Las historias en los archivos cumplen una fun-
ción importante en la vida de un ministro, en la pre-
paración de su sermón y para el beneficio de su con-
gregación. Pero, a menos que las historias antiguas
se ajusten al nuevo sermón, mejor sería dejarlos en
el archivo. Compartir las propias experiencias del

266
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

ministro, aun si esas experiencias no son recientes,


pueden ser un beneficio inestimable para la gente.
El relato de las experiencias pasadas del ministro
o ilustraciones, de ningún modo afectan su habi-
lidad para mantener la frescura en su predicación
actual. La manera en que ellas son entretejidas y la
confianza del mensaje, hacen la diferencia.
El ministro debería hacer buen uso de su lapice-
ra y el papel para anotar las ideas aun cuando esté
ocupado con otros deberes pastorales y ministeria-
les. Teniendo un pequeño anotador en su bolsillo,
le ayudará a hacer notas después de visitar un hos-
pital, celebrar una boda, durante el tiempo con su
familia, en una reunión, ocupándose de los detalles
administrativos, hablando en el personal, contem-
plando la dirección futura de la iglesia, o valoran-
do la trayectoria de la iglesia desde donde estaba y
hacia donde va. El tiempo es lo más importante en
la vida del pastor y debe aprovecharlo al máximo.
Y aunque parece que nunca hay tiempo suficiente,
el pastor tiene que hacer el espacio para las partes
más importantes de la semana—las horas del do-
mingo en la mañana cuando se para delante de la
gente, después de haber orado por ellos y preparado
lo mejor posible, para ayudarlos a tener un encuen-
tro con Dios y darles una palabra de Él acerca de
como Él quiere que ellos vivan sus vidas.

El Dr. Paul Conn, quien es el presidente de la


Universidad Lee y un amigo especial, me dijo
la historia siguiente acerca de uno de mis pre-
dicadores favoritos, el Dr. Paul Walker. Hace
muchos años, cuando Paul Conn era pastor
de jóvenes en la Iglesia de Dios, Mount Paran,
donde Paul Walker era pastor, Paul Conn re-
cibió una llamada de Paul Walker desde Bir-
mingham, donde el Dr. Walker se encontraba

267
Predicando la Palabra Hoy

predicando en una convención. La llamada era


para pedirle a Conn que fuera desde Atlanta a
Birmingham a llevarle un material específico
a Walker.

Cuando Paul Conn llegó y era conducido hacia


la sala donde el Dr. Walker se encontraba ocu-
pado preparando el sermón, él se encontró con
una escena que en alguna forma lo sorprendió.
Le habían contado que Paul Walker tenía una
memoria fotográfica, que podía leer cualquier
cosa una vez y memorizarlo. Pero cuando entró
a la habitación, para su sorpresa vio papeles y
bosquejos y palabras y notas desparramadas
sobre toda la cama y al Dr. Walker sobre ellas,
mirándolas, memorizándolas, estudiándolas y
orando. Paul Conn quedó impresionado con la
diligencia para la preparación que observó. Y
me dijo: “Ahora sé por qué el hombre tiene una
memoria fotográfica. Pasa bastante tiempo en
el cuarto oscuro”.

Cuando un ministro se levanta para predicar,


puede parecer fácil. Pero, si el sermón va a lograr el
propósito que Dios quiere, no hay modo en que el
ministro puede evitar la transpiración en la prepa-
ración de ese sermón. Si predicó un gran sermón,
dos cosas con seguridad sucedieron: (1) El Espíritu
Santo lo tomó, y (2) trabajó mucho y se concentró
para preparar ese sermón. La meta de cada minis-
tro debería ser predicar grandes sermones. Algunos
ministros han dicho algunas veces, “Bien, no es-
toy aquí para predicar un gran sermón. Solamente
quiero traerles un mensaje de parte de Dios”. Pero
un mensaje de parte de Dios y un gran sermón no
tienen que ser mutualmente exclusivos. ¿Por qué
un ministro debería predicar grandes sermones a
la gente? (1) Dios está escuchando el sermón, así

268
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

como lo escucha la gente, (2) esas personas necesi-


tan escuchar un gran sermón, (3) porque es el lla-
mado del ministro. Por lo tanto, si los ministros son
llamados a predicar, ¿por qué ellos quieren hacerlo
en una forma mediocre? Y si ellos tienen un men-
saje de Dios, seguramente ellos pueden predicarlo
apasionadamente.
4. Estrategia. Cada ministro debería tener una
estrategia para articular un sermón; y si no tiene
una, debería desarrollarla. Si no tiene una estrate-
gia, entonces no tiene un mapa de ruta. A menos
que tenga un plan para desarrollar sus sermones,
cada momento que debe preparar un sermón, ten-
drá que “reinventar la rueda”. Él, necesariamen-
te, no tiene que tenerla escrita en alguna parte;
simplemente la puede tener en su mente, pero la
importancia de tener una estrategia para preparar
un sermón, no puede ser exagerada. Si tiene una,
cuando llega el momento de hacer la preparación
del sermón, no tiene que preparar y preparar.
Aquí hay algunos pasos sugeridos para la pre-
paración de una estrategia para un sermón:
• Comience con oración. Esto necesita tiem-
po y disciplina. Muchas cosas demandan
la atención del ministro, pero la oración es
una parte importante del proceso. Apren-
da a escuchar lo que Dios tiene que de-
cirle como respuesta. Escuchar a Dios es
vital para que el ministro “sienta el ser-
món.” Porque si él mismo no puede sentir
el sermón, es como que los oyentes en la
iglesia tampoco lo sentirán.
• Como parte de la oración antes de la pre-
paración, pregúntele a Dios sobre lo que Él
quiere que la gente sepa y lo que quiere
que la gente haga.
269
Predicando la Palabra Hoy

• Determine el tema y la dirección del ser-


món, y sea capaz de ponerlo en una ora-
ción gramatical. Algunas veces, esto se
puede hacer en el título. Es posible tener
un titulo atractivo que pueda resumir el
propósito de todo el mensaje. Trate de po-
ner un poco de sabor en los títulos. Haga
que ellos hablen a la gente por sus propios
medios. Los ministros pueden aprender
alguna lección leyendo los titulares de los
periódicos de algún comercio de comesti-
bles. Los mismos artículos no vale la pena
leerlos. El ciudadano medio sabe que no
hay un fragmento de la verdad en algunas
de las historias. Pero, hay algo atractivo
con los títulos, que llaman a los indivi-
duos a voltear sus cabezas. para leer las
cosas absurdas que dicen, simplemente
porque el mismo título atrae su atención
y los hace estar curiosos. El título con un
poco de sabor tiene un aroma agradable
que permanece en la congregación. Si un
título dice, aquí esta como hacer que la
vida tenga sentido, así es como se crían
los niños, así es como se manejan las fi-
nanzas, esto es lo que dice la Biblia sobre
el pecado sexual, esos títulos captarán el
interés de la gente.
• Ore otra vez y busque un texto. La selección
de un tema y la selección de un texto para
el sermón puede variar. En algunas oca-
siones, uno puede venir antes que el otro
directamente, y en otro momento el orden
puede cambiar. Si un ministro está predi-
cando una serie de sermones expositivos,

270
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

por supuesto sabrá cual será su próximo


texto. Un texto puede ser seleccionado
porque también tiene una historia que
seguir. Esto es una ventaja, porque a la
gente les gustan las historias. Cuando los
televidentes miran los deportes, no quie-
ren escuchar que Notre Dame está jugan-
do con Purdue o que Alabama está jugan-
do con Auburn. Y los reporteros lo saben.
Por lo tanto, dicen alguna historia sobre
jugador de defensa y le dicen a los tele-
videntes la condición de alguno que fue
herido durante el juego, o hablan acerca
de la posibilidad de que director técni-
co pierda su posición. Los medios han
aprendido a incluir todo en una historia.
La gente sabe que le gustan las historias
como a los niños. Por lo tanto, ore y bus-
que un texto con una línea histórica, que
tenga un interés humano, uno que dice
una historia de corazón.
• Consuma el texto y sea consumido por el
texto. Lea el texto tantas veces como sea
necesario, déle tiempo para digerirlo to-
talmente. Lea comentarios bíblicos. In-
vestigue. Vea que más dice la Biblia acer-
ca del tema. Mire el texto; léalo; medítelo;
permita que el Espíritu Santo lo ilumine.
Las revelaciones no siempre llegan con fa-
cilidad. Algunas veces es necesario leer y
releer el texto varias veces hasta que el
Espíritu Santo permita que algo profundo
aparezca de repente. Al consumir el texto
y ser consumido por el texto, tres cosas
son vitales: (1) Pregunte que dice el texto,

271
Predicando la Palabra Hoy

(2) pregunte lo que significa, y (3) pregunte


cómo puede aplicar lo que Dios le ha re-
velado sobre las necesidades de la gente.
• Comience a preparar el sermón. La prime-
ra consideración al juntar todas las cosas
del sermón es la introducción. Es aquí
donde el ministro debe captar la atención
de la gente.

Cinco Pasos para Construir un Sermón


El primer paso para construir un sermón es
desarrollar una introducción que capte la atención.
Esto puede hacerse en varias maneras. Se puede
hacer con humor, con una historia humana intere-
sante, una ilustración, o dejarlos en sus pistas con
un dicho ingenioso, pero es vital que el ministro
obtenga la atención de la gente en el comienzo. Si
pierde a la gente, en los primeros cinco minutos del
sermón, será difícil hacerlos volver.
Otra parte importante de la introducción es es-
tablecer en la mente de los oyentes el por qué ellos
necesitan escuchar este mensaje. Si las observa-
ciones del ministro divagan de cinco a diez minutos
sin manifestar el propósito del sermón, habrá per-
dido la atención de la gente.
También es bueno, durante la introducción,
citar las Escrituras, además del texto, que se re-
lacionan con el tema, para dar a la audiencia un
panorama general de lo que la Biblia dice acerca
de la paz, o la esperanza, o el sufrimiento, o ser un
ganador de almas. Eso introduce la Palabra en el
sermón y lo fortalece.
El segundo paso es el bosquejo. Determine los
puntos que serán incluidos y escríbalos en forma
de bosquejo. Recuerde que la meta del ministro no

272
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

es simplemente dar información sino comunicar.


Donde sea posible, use verbos de acción en sus
puntos. Cada punto debería ser un rótulo apun-
tando hacia el tema central. Recuerde la oración
que es el título. Cada punto del sermón necesita
ser como un letrero que señala el tópico principal.
Manténgase enfocado en el tema.
Por cada punto del bosquejo, es de ayuda tener
en cuenta tres cosas: (1) La Escritura—lo que dice
la Biblia, (2) una aplicación para que la gente sepa
como la Escritura se relaciona con la vida de todos
los días, y (3) una ilustración.
Una ilustración es como una ventana. Cuando
se abre, permite que el aire fresco sople en el ser-
món, para que cada punto sea iluminado (por lo
menos debe haber una ilustración) que ayudará a
los oyentes a hacer una aplicación para sus pro-
pias vidas. Cualquiera de las dos, la ilustración o la
aplicación, pueden colocarse primero.
El tercer paso es determinar la conclusión para
que el sermón termine con fuerza, manteniendo el
enfoque en el tema principal, mantenga apoyado
en las Escrituras, y que fácilmente sea aplicable al
diario vivir de la gente. De paso, sin embargo, al-
gunas veces es bueno hacer un repaso de los pun-
tos principales del sermón, recordando a la gen-
te donde ellos estuvieron durante el desarrollo del
sermón. El sermón puede terminar con una histo-
ria, un testimonio personal, otro dicho ingenioso, o
quizá diciendo algo que deje a la gente pensando.
El cuarto paso, y éste es muy importante, es lla-
marlos a hacer un compromiso. Durante la prepara-
ción del sermón, el ministro necesita predeterminar
cómo desea que la gente responda a este sermón
particular. Antes que se levante y lo predique, él

273
Predicando la Palabra Hoy

necesita saberlo por adelantado. El ministro no


debe considerar que su sermón ha terminado has-
ta guiar a las personas al Señor en alguna forma
específica. Puede hacerlo con un llamado al altar y
oración, o puede hacerlo mediante una introspec-
ción. Pero lo meta de un sermón es producir resul-
tados—un cambio de corazón, un cambio de vida,
un aliento, un desafió.
Cuando el ministro hace un llamado al altar a
los creyentes y ellos responden, mientras se en-
cuentran en los pasillos, en su camino al altar, él
puede preguntar sobre quienes no tienen a Cristo
en sus vidas, pero tienen hambre de Dios, y decir-
les que se unan a los otros en el altar. Esto se debe
hacer espontáneamente, según la dirección del Es-
píritu Santo. El ministro debe estar siempre abierto
a Su dirección. También es importante, como parte
de la preparación del sermón, dejar un tiempo para
dar la oportunidad para que la gente se encuentre
con Dios y dejar que Dios ministre a sus necesida-
des individuales y los deseos de sus corazones. Es
importante dar lugar, un espacio al Espíritu Santo
para que obre. Si el ministro no planifica una ma-
nera para que la gente se ponga en contacto con
Dios, habrá perdido el punto entero de su llamado
y de este sermón en particular.
La quinta parte de la preparación del sermón,
sería que el ministro espere una respuesta. Él ne-
cesita ir delante de la gente con fe, esperando que
una vez él haya terminado su preparación diligen-
te, busque a Dios por medio de la oración, y planee
dar a la gente una oportunidad para responder, que
la gente sea realmente tocada por Dios y responda.
Veamos dos consejos que le pueden ayudar en
el proceso de estudiar sobre la predicación: (1) Há-
gase un imagen mental del cuadro total. Condense
274
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

las notas del sermón en una media página, inclu-


yendo la introducción, los puntos principales, la
conclusión, y la respuesta que espera de la gen-
te. (2) Luego, mientras estudia los materiales, vaya
al bosquejo completo y otra vez estudie los puntos
principales del sermón.

Consejos útiles para la exposición del sermón


En el juego de béisbol, hay 60 pies y 6 pulgadas
desde el plato de “home” al lugar donde se encuen-
tra el lanzador (pitcher). Cada lanzador lanza una
pelota de dos y tres cuartos de pulgadas, pero la
diferencia entre un profesional y un aficionado se
encuentra en la forma que lanzan la pelota cuan-
do está en el lugar de lanzamiento. La exposición
del mensaje es algo similar. Para ser un predicador
efectivo del evangelio, la exposición del mensaje tie-
ne que ser buena.
1. La práctica lo perfecciona, por lo tanto
los ministros deberían predicar todas las ve-
ces que puedan.
2. Tenga confianza, pero no sea orgulloso.
3. Sea disciplinado. Manténgase en el tema, a
menos que el Espíritu Santo lo guía verdade-
ramente por otro camino.
4. Sea sensible a los impulsos del Espíritu
Santo.
5. Sea consciente del tono, la comunicación
no-verbal, las expresiones faciales y no olvi-
de reír.
6. Aproveche al máximo el contacto visual.
No mire a la pared de atrás, mire a la gente.
7. Sea real. No se apropie de una voz artifi-
cial cuando predique.
8. Ame a la gente.

275
Predicando la Palabra Hoy

9. Recuerde, es importante que la gente escu-


che el sermón que Dios le ha dado.
10. Predique el mensaje a la gente con pasión.

Consejos útiles para después de la exposición


del mensaje
1. En su casa, tan pronto como le sea posible
después de predicar el sermón, haga un re-
paso del sermón y trate de encontrar lo su-
perfluo, lo redundante, y remuévalo del bos-
quejo.
2. Vuelva al sermón nuevamente y agre-
gue cualquier revelación, cualquier pensa-
miento que el Señor le dio mientras lo estaba
predicando. Escríbalos en un papel.
3. Mantenga buenos archivos. Guarde cada
sermón en el archivo. Clasifíquelos por te-
mas o por textos. El método por temas puede
ser como lo que sigue: Bajo la letra A, po-
dría guardar los títulos tales como Aposta-
sía y Amistad; bajo la letra B, usted pondría
Bondad; la C, Confianza, y así sucesivamen-
te. Escriba en la carpeta de cada sermón la
fecha y el lugar que fue predicado y los resul-
tados obtenidos. También es bueno, mante-
ner una carpeta de ilustraciones e historias
cerca del escritorio.
4. Recuerde que, esos sermones todavía serán
valiosos en los años venideros. Asegúrese de
guardarlos bien.

La Predicación Terapéutica
Evangelística
Lucas 19:10 dice: “Porque el Hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

276
Construyendo Bloques de la Predicación Terapéutica: Parte 8

De acuerdo a 2 Timoteo 4:5, Pablo le dice a Timo-


teo, “Haz obra de evangelista”. La predicación te-
rapéutica es la predicación del Cristo-exaltado de
la Palabra de Dios en un contexto que dará ayuda,
esperanza, sanidad y bienestar general, y no hay
bienestar general más grande que el ministro pue-
da dar a la gente, que el bienestar general de la vida
eterna. Ese es el atractivo más alto y el desafío más
grande de la predicación terapéutica—predicar a
Cristo, Su ayuda, Su esperanza, Su sanidad, Su
bienestar general para que los individuos vengan al
Calvario y entreguen sus vidas a Jesucristo. Nada
puede ser más grande que responder al llamado a
predicar la Palabra de Dios y guiar a las almas a la
salvación por medio de Cristo.

277
Predicando la Palabra Hoy

278
20
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Enfrentando
el Desafío
Mark Williams, D.D.

En los próximos nueve capítulos vamos a hablar


sobre la predicación contemporánea en un mundo
postmoderno. Esperamos ofrecer una información
sobre las variantes de la cultura de hoy, la men-
talidad de los oyentes, y lo más importante, cómo
comunicar eficazmente el mensaje del evangelio del
primer siglo al mundo del siglo 21.

Una Mirada a los Tiempos


De cualquier manera que uno lo mire, ¡estos son
tiempos emocionantes! Eventos de proporciones
trascendentales que lanzan continuamente som-
bras sobre la humanidad. De hecho, los analistas
que estudian y comercian con los acontecimientos
actuales dicen que la humanidad está literalmente

279
Predicando la Palabra Hoy

viviendo en la bisagra de la historia humana o en


un punto de cambio. Muchos igualan el impacto de
los eventos actuales con los eventos sorprendentes
de la caída del Imperio Romano, el Renacimiento,
la Reforma y la Revolución Industrial.
Quizás, la palabra que mejor describe estos días,
es la palabra “cambio”. En el siglo 5 A.C., el filósofo
griego llamado Heráclito, contempló los eventos de
su tiempo y dijo, “No existe nada permanente, ex-
cepto el cambio”. Veintiséis siglos más tarde, uno
mira hacia atrás esas palabras y grita con un re-
sonante ¡“Amen”! La única diferencia se encuentra
en la velocidad en que las cosas están cambiando.
Existen cambios en los lugares de trabajo, en el
mundo, en el gobierno, y en la iglesia.
Esta generación ha visto el fin de la Guerra Fría,
la caída del Muro de Berlín, la caída del comunis-
mo en Europa oriental, la desintegración del Im-
perio Ruso, la reunificación de Alemania y el fin
del apartheid en Sudáfrica. Además de eso, hubo la
apertura del mercado en China y el surgimiento de
la cultura del Pacífico, como también en la pasada
era industrial y el nacimiento de la era informática.
Dentro de la era informática, el futurista Alvin
Toffler, en su libro, La Tercer Ola (The Third Wave),
dijo que éste es un movimiento extraño en la his-
toria humana. Usando la metáfora de las olas del
mar chocando y estrellándose contra la orilla, él
dijo que la humanidad se encuentra literalmente
atrapada entre la segunda y la ola tercera—la era
industrial y la era informática, y da lugar a corrien-
tes cruzadas, tensiones sociales, y un torbellino
de incomodidades de todas clases. Es una era que
está cargada de cambios de paradigmas, cambios
geopolíticos y preocupaciones ambientales.

280
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

Debido al gran aumento de la población, el


mundo se encuentra cada vez más dividido entre
“los que tienen” y “los que no tienen”. Mientras,
aproximadamente la mitad del mundo mejora su
estándar de vida, la otra mitad tienen formas de
vida que se van deteriorando, algunas personas se
mueven sin esperanza hacia la desesperación.
Ahora, las consecuencias de todo esto es que la
humanidad vive en un mundo que está polarizado,
fragmentado, inseguro, y turbulento. Es un mundo
donde hay hambre, heridas y el deseo de ser tocado
y sanado.
La iglesia ha sido llamada para un tiempo como
este, para un mundo como este para ponerse de pie
y proclamar: “El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas
a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebran-
tados de corazón; A pregonar libertad a los cauti-
vos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los
oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”
(Lucas 4: 18, 19).

Una Panacea en el Evangelio


El evangelio de Jesucristo es la panacea o reme-
dio para las enfermedades del mundo; la solución
para el pecado de la humanidad; y la respuesta
a sus anhelos. Así como el agua fresca es para el
alma sedienta, así son las buenas noticias para un
país lejano. Y esas son las buenas noticias.
La palabra evangelio literalmente significa “bue-
nas noticias”. De acuerdo a Romanos 1:1, el evan-
gelio es buena noticia acerca de Dios. De acuerdo a
Marcos 1:1, el evangelio es buena noticia acerca de
Jesucristo. De acuerdo a Mateo 4:23, el evangelio
es buena noticia acerca del Reino, y ese Reino es el

281
Predicando la Palabra Hoy

Reino de justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo.


De acuerdo a Efesios 1:13, el evangelio es buena
noticia acerca de la salvación. De acuerdo a Colo-
senses 1:23, el evangelio trae buena noticia de es-
peranza. De acuerdo a Marcos 16:18, el evangelio
es buena noticia que trae sanidad y liberación. De
acuerdo a Romanos 10:15, el evangelio es buena
noticia que trae paz. De acuerdo a 2 Timoteo 1:10,
el evangelio es buena noticia que saca a la luz la
vida y la inmortalidad.
Por esta razón, 2 Corintios 4:4 dice que el evan-
gelio es glorioso. Gálatas 2:14 dice que el evangelio
es verdad. Lo mejor de todo, Apocalipsis 14:6 dice
que el evangelio es eterno. Es una buena noticia
que nunca envejece—está fresca cada mañana. En
todo el sentido de la palabra, el evangelio del Señor
Jesucristo no pasa de moda, es relevante para cada
edad y es eternamente contemporáneo.
De acuerdo a Hechos 15:7, la gente debe escu-
char el evangelio. De acuerdo a Marcos 16:16, debe
creer al evangelio. De acuerdo a Romanos 1:1, de-
ben separarse para el evangelio. De acuerdo a Mar-
cos 13:10, los creyentes deben publicar el evange-
lio. De acuerdo a Hechos 20:24, deben dar testi-
monio del evangelio. De acuerdo a Hechos 14:21,
deben enseñar el evangelio. De acuerdo a 1 Corin-
tios 15:1, debe declarar el evangelio. De acuerdo
a Filipenses 1:17, deben defender el evangelio. De
acuerdo a las palabras de Jesús, deben predicar el
evangelio:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el


evangelio a toda criatura. El que creyere y fue-
re bautizado, será salvo; mas el que no creye-
re, será condenado. Y estas señales seguirán
a los que creen: En mi nombre echarán fuera

282
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán


en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfer-
mos pondrán sus manos, y sanarán (Marcos
16:15-18).

La respuesta de la iglesia debería ser: “Porque


no me avergüenzo del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Ro-
manos 1:16).

La Mente del Siglo 21


La iglesia conoce su trabajo y entiende su mi-
sión. También conoce la respuesta que el mundo
está esperando, pero la pregunta es ¿Cómo lo co-
munica? ¿Cómo puede alcanzar las mentes del si-
glo 21?
Como se ha afirmado, la humanidad ha visto
pasar la era industrial y el nacimiento de la era de
la informática. Pero lo que también es verdad, es
que ha habido un cambio desde la era conocida
como El Siglo de las Luces, o modernismo, a la cul-
tura conocida como postmodernismo.
El mundo moderno se caracterizaba por confiar
en y deificar la razón. El Siglo de la Iluminación
prometía que la ciencia liberaría a la humanidad
de las mitologías y el conocimiento se unificaría en
una gran teoría. Pero con el avance de la ciencia,
se dividió en disciplinas que no pueden entenderse
entre ellas. Yendo a la mezcla de las artes, la reli-
gión, la política y las humanidades, cada una con
sus propias agendas competitivas y ante un mun-
do largamente experimentado al que el apologista
cristiano Ravi Zacharias ha llamado “el asesinato
de la verdad”.

283
Predicando la Palabra Hoy

Luego en 1979, el Filósofo Francés Jean-Fran-


cois Lyotard, en su libro La Condición Postmoder-
na (The Postmodern Condition), audazmente afirma
que el mundo moderno ha terminado. Ninguna his-
toria simple ya sea dicha por Moisés, Marx, o MTV
podría explicar a la sociedad humana. Todo lo que
queda es un juego de lenguajes que es manipulado
por la élite. “Emprendamos la guerra en totalidad”,
el dijo, “Besemos esos relatos avanzados, adiós”.
Hoy, el mundo está experimentando la caída
de esa clase de pensamiento. El resultado es una
cultura que colapsa y se parte en el centro; una
cultura, utilizando las palabras de Isaías, donde la
verdad tropezó en la plaza (59:14); una cultura que
abraza el humanismo secular, el relativismo moral,
y niega la existencia de la verdad absoluta. Ésta
es la cultura que regularmente construye múltiples
estructuras verosímiles y apela a la imposibilidad
de la interpretación objetiva; una cultura donde los
sentimientos se han convertido en sinónimos del
ser, basando que uno es según lo que siente; una
cultura que mira con sus ojos y piensa con sus
sentimientos.
Esta cultura ha traído el movimiento de la muer-
te de Dios popularizado por Frederick Nitzsche. La
no existencia de Dios impregna cada disciplina im-
portante en las universidades seculares de hoy.
Ésta es una cultura de pluralismo religioso y
creencia fácil. El ateismo ya no es un problema; el
problema es la idolatría. En esta cultura, el poder
se ha desplazado hacia aquellos que controlan la
información. Ellos miran una computadora, hacen
una decisión y lo llaman la realidad, por lo tanto
existe un desenfoque entre la fantasía y la realidad.
Otra cosa en relación a esta cultura es que el poder

284
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

se está desplazando hacia un mundo joven. Cerca


del 60 por ciento de la población del mundo se en-
cuentra por debajo de los 24 años de edad.
Como resultado de todo esto, la verdad es rele-
gada a la tecnología; la belleza está subyugada al
ojo de quien la mira; la filosofía se ha desplazado a
lo existencial; las artes se han movido a lo sensual;
la religión se ha movido a lo místico; la educación
ha pasado a lo escéptico; y los individuos se han
cambiado a lo trascendente, creyendo que ellos son
sus propios dioses.
El punto de todo esto es que el individuo que
viene a la iglesia y se sienta en las bancas el do-
mingo por la mañana, es una clase de personas
diferente que la clase de personas que ministraba
anteriormente, particularmente al no-creyente. El
no-creyente de hoy es un analfabeto en la Biblia,
tiene muy poco o ningún conocimiento de ella. Ellos
nunca han escuchado sobre el niño Moisés en la
canasta de juncos. Ellos nunca leyeron la historia
del intrépido David y su honda. El no-cristiano hoy
ha sido educado, ya sea académicamente o simple-
mente por medio de la cultura popular, a creer que
la verdad es relativa, la ética es situacional, que la
moralidad es reflexiva y autónoma. Todo lo que tie-
nen se encuentra aquí y ahora, gastando sus vidas
en un tiempo limitado sobre un planeta que no tie-
ne sentido. Ellos probablemente se ven a si mismos
como víctimas en lugar de pecadores.
Los adultos mayores, de 50 años y más, son la
generación que dice “necesítame y muéstrame”.
Muchos de ellos poseen habilidades y dinero, pero
nada de eso les trajo satisfacción. Los “Boomers’,
de 35 a 50 años, son la generación del “diviérte-
me y gáname”, pero les falta definición espiritual.

285
Predicando la Palabra Hoy

Los “Busters”, de 25 a 35 años, son la generación


del “¿Por qué a mí?”. Ellos son escépticos y lentos
para comprometerse. La generación X, de 15 a 25
años, son la generación “aliméntame”. Ellos tienen
baja auto estima y buscan aceptación y afirmación.
Y debido al encierro en su mundo de la sociedad,
muchos de ellos se sienten solos, depresivos, y mi-
serables.

Cómo Comunicar la Respuesta


La buena noticia es que ¡la iglesia tiene la res-
puesta! ¡La iglesia conoce la respuesta! Pero, ¿Cómo
comunica esa respuesta?

Despertar Espiritual
En primer lugar, la iglesia debe entender que
debe haber un despertar espiritual. En las palabras
del Señor que vinieron a Zacarías, “No con ejercito,
ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová
de los ejércitos” (Zacarías 4:6). Es verdad que los no
cristianos son analfabetos en cuanto a la Biblia, y
académica y culturalmente predispuestos a recha-
zar la verdad absoluta, pero lo peor es que están
muertos—espiritualmente muertos en sus delitos
y pecados. El dios de este mundo ha encegueci-
do sus mentes. Son depravados en su naturaleza,
perdidos, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Son por naturaleza hijos de ira y desobediencia, y
separados de la obra del Espíritu Santo, totalmen-
te incapacitados para recibir la revelación divina.
El apóstol Pablo escribió: “Pero el hombre natural
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede enten-
der, porque se han de discernir espiritualmente”
(1 Corintios 2:14).

286
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

El Espíritu Santo viene para atravesar la dureza


de los corazones de los inconversos, iluminar los
ojos de su entendimiento, redargüir y convencer-
los del hecho del pecado, del error del pecado, la
insensatez del pecado, la obscenidad del pecado,
la fuente del pecado, y del fruto del pecado. Él les
señala la justicia de Jesucristo, y los convence que
separados de él no hay justicia. Toda la justicia que
ellos puedan producir es nada más que trapos de
inmundicia ante Sus ojos. Solamente Jesucristo es
justo.
Habiéndolos convencidos de su incredulidad y
de su necesidad de un Salvador, el Espíritu Santo
los guía al arrepentimiento, aplica la obra expiato-
ria del Calvario, y los bautiza en Cristo. En resu-
men, el Espíritu Santo produce dentro de ellos un
despertar espiritual.
Los principios de un argumento válido y las re-
glas de un razonamiento correcto no son suficientes
para convencer a un inconverso de su necesidad de
ser salvo. Se necesita el poder del Espíritu Santo;
un despertar sobrenatural del Espíritu Santo.

Unción Espiritual
En segundo lugar, no sólo hay un despertar es-
piritual en los corazones de los oyentes, sino tam-
bién una unción espiritual sobre la vida del mi-
nistro. En las palabras de Jesús, “El espíritu es
el que da vida; la carne para nada aprovecha; las
palabras que yo os he hablado son espíritu y son
vida” (Juan 6:63). El Espíritu Santo, no sólo con-
vence, sino también es el que unge. “El Espíritu del
Señor está sobre mí”, dijo Jesús, “por cuanto me
ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres”
(Lucas 4:18). Dios, “ungió con el Espíritu Santo y

287
Predicando la Palabra Hoy

con poder a Jesús de Nazaret” (Hechos 10:38). El


apóstol Pablo dijo, “pues nuestro evangelio no llegó
a vosotros en palabras solamente, sino también en
poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre”
(1 Tesalonicenses 1:5). También le dijo a la iglesia
en Corinto, “y ni mi palabra ni mi predicación fue
con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para
que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de
los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios
2:4, 5).
El apóstol también declaró: “Pues ya que en
la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los
creyentes por la locura de la predicación” (1 Corin-
tios 1:21). La predicación puede parecer una locura
para el mundo, pero cuando el mensajero se en-
cuentra ungido, las palabras se convierten como
flechas bañadas en sangre, y penetran en el cora-
zón de un mundo contrario. ¡Sólo el Espíritu Santo
puede hacer eso!

Autoridad Escritural
En tercer lugar, no sólo debe haber un desper-
tar espiritual y una unción sobrenatural, para al-
canzar al mundo postmoderno, debe haber la au-
toridad de Las Escrituras. Cuando los ministros
están listos para predicar, sin importar el método
de exposición, ellos deben estar convencidos que la
Palabra de Dios es completamente suficiente; que
no existen asuntos de la vida—espiritual, físico,
emocional, o de relación—que la Palabra de Dios
no pueda resolver. Ellos deben creer que la Palabra
satisface cualquier necesidad. En las palabras del
salmista:

288
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el


alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace
sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová
son rectos, que alegran el corazón; El precepto
de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El te-
mor de Jehová es limpio, que permanece para
siempre; Los juicios de Jehová son verdad, to-
dos justos. Deseables son más que el oro, y
más que mucho oro afinado; Y dulces más que
miel, y que la que destila del panal. Tu siervo
es además amonestado con ellos; En guardar-
los hay grande galardón (Salmo 19:7-11).

Esa es una Escritura que los ministros pueden


llevar al corazón y sobre la cual pueden basar toda
su teología ministerial. La Palabra de Dios es per-
fecta, lo que significa “completa, entera, suficien-
te”. No necesita agregarle nada y no necesita qui-
tarle nada. Es la Palabra del Señor que perdura y
permanece para siempre. Y cuando la Palabra es
predicada, el Señor dice: “así será mi palabra que
sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello
para que la envié (Isaías 55:11).

Conclusión
Para alcanzar al mundo del siglo 21, los minis-
tros deben orar por una unción sobrenatural que
los capacite para hablar con autoridad de Las Es-
crituras y ver que los no cristianos experimenten
un despertar espiritual. Pero también, ellos deben
tener una meta estratégica, lo que significa que
ellos deben llegar a ser pastores-misioneros y desa-
rrollar con intencionalidad, formas y medios para
que la gente se encuentre, en el lugar donde estén,
con el evangelio de Jesucristo. Incluso, los Estados
Unidos ya no es más lo que se conocía como la

289
Predicando la Palabra Hoy

“América Cristiana”. Ésta es una era post-cristiana


que está llegando a ser cada vez más pagana en su
creencia y estilo de vida. Por lo tanto, los ministros
no pueden suponer que la gente los va a buscar en
las guías de teléfono. Ellos no pueden suponer que
la gente sabe lo que ellos creen cuando usan pa-
labras como redención, gracia, reconciliación, jus-
tificación, santificación, o aun nuevo nacimiento.
Ellos no pueden automáticamente suponer que la
gente tiene una Biblia, y mucho menos que ellos
pueden encontrar el texto anunciado. Ellos tienen
que comenzar donde la gente se encuentra.

Antes de jubilarse, mi padre, Bill Williams,


pasó más de 46 años en el ministerio cristiano
a tiempo completo. Fue un evangelista en la
Iglesia de Dios, pastor, director estatal de ju-
ventud y Educación Cristiana, y supervisor de
estado. Pero, lo que mucha gente no sabe es
que mi padre no se crió en un hogar cristiano.

Mi padre nació el 11 de Marzo de 1931, en una


minería de carbón en Alcot, West Virginia y sus
padres fueron Earnest y Ethel Williams. La fa-
milia se mudó a Charleston, donde mi padre y
sus nueve hermanos crecieron y asistieron a la
escuela pública. Aunque sus padres amaban y
trabajaban mucho para proveer para sus hi-
jos, la iglesia no era parte de esa provisión. El
padre de mi padre era alcohólico. Su madre
era irlandesa y Alemana, con un carácter que
armonizaba con su herencia. Earnest y Ethel
amaban a sus hijos, pero Dios no era parte de
sus vidas. El único momento en que mi padre
escuchaba el nombre del Señor, era cuando
era tomado en vano. La única vez que estuvo
expuesto a la iglesia fue durante una visita a
la Escuela Dominical en una iglesia Nazare-
na cercana, requisito mínimo necesario para

290
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Enfrentando el Desafío

clasificarse para ingresar a su equipo de ba-


loncesto.

Pero, mi padre se encontró y se enamoró de


la hija de un predicador de la Iglesia de Dios,
Rose Marie Underwood. El único lugar que
ella iba con él para sus citas era a la iglesia.
Una noche, en una misión de Las Asambleas
de Dios en St. Albans, West Virginia, él es-
cuchó el evangelio de Jesucristo. Un laico, el
Hermano Burnside, lo invitó a pasar al altar.
Papá era bíblicamente analfabeto, ni siquiera
conocía Juan 3:16 o “Jesús lloró”. No conocía
nada de la Biblia o cómo orar. Pero el Hermano
Burnside se encontró con él en el lugar donde
se encontraba, abrió la Palabra de Dios y le
leyó, “Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Y
con esa promesa, lo guió a hacer la oración del
pecador.

Esta generación es una generación postmoder-


na. Los ministros se dirigen a una cultura escépti-
ca a cualquier alegato de la verdad absoluta. Pero
ellos tienen una misión, el mandato de comunicar
el Cristo del primer siglo al mundo del siglo 21.
Ellos necesitan orar por un despertar espiritual y
una unción sobrenatural, para que con la autori-
dad de las Escrituras, ellos puedan hacer que Je-
sucristo sea conocido.
El próximo capítulo toma, lo que puede pare-
cer como un breve desvío para mirar introspectiva-
mente ese factor motivacional que obliga e impulsa
al servicio Cristiano—el llamado de Dios.

291
Predicando la Palabra Hoy

292
21
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Aclarando el
Llamado
Mark Williams, D.D.

La increíble responsabilidad de comunicar efi-


cazmente el evangelio en un mundo postmoderno
fue el tema del capítulo anterior. El tema de este
capítulo trata de ir un poco más profundo y tomar
una mirada introspectiva a esto que llamamos la
predicación. Para lograr esto, trataremos de buscar
cual es sentido que hay detrás de la fuerza motriz
que mueve al ministerio. Esto es, entender lo que
es casi indefinible, y todavía se encuentra siempre
presente, que compele a uno a hacer que la persona
y el mensaje de Cristo sea conocido. Nos llevará a
descubrir e identificar el fuego interno que empuja
a uno a salir a un mundo escéptico y incluso hostil
a llevar la verdad absoluta; y valientemente anun-
ciar las buenas nuevas que Jesús es el Camino, la

293
Predicando la Palabra Hoy

Verdad y la Vida. Todo esto se reduce a una sola


palabra, esa palabra es el llamado.

Predicadores del Evangelio


Parados como centinelas solitarios en su pues-
tos, moviéndose entre hombres y mujeres, como
siervos de la sociedad, es ese grupo dotado y único
de individuos conocidos como los predicadores del
evangelio. El como un predicador puede llevar esa
distinción y cargar la responsabilidad, que puede
ser explicada únicamente por las palabras inmor-
tales de Jesucristo, quien dijo: “El Espíritu del Se-
ñor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para
dar buenas nuevas” (Lucas 4:18).
El llamado para predicar no es un asunto de he-
rencia, ni es alcanzado por el desarrollo de las ha-
bilidades de oratoria o teatrales, ni transmitido por
la imposición de manos del presbiterio. Más bien,
nace en el corazón de Dios, comunicado e investido
por la agencia del Espíritu Santo.
En un sentido muy real, los predicadores nacen,
no se hacen. Éste fue el caso de Jeremías, porque
la Palabra de Dios vino a él diciendo, “Antes que te
formase en el vientre te conocí, y antes que nacie-
ses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”
(Jeremías 1:5). Lo mismo sucedió con Isaías, quien
testificó de su llamado diciendo, “Oídme, costas, y
escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde
el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi
nombre en memoria. Y puso mi boca como espada
aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me
puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y
me dijo: Mi siervo eres, Oh Israel, porque en ti me
gloriaré” (Isaías 49:1-3). El apóstol Pablo, hablando
de su propio llamado, dijo: “Doy gracias al que me

294
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me


tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Timo-
teo 1:12). En Gálatas 1:15-16, él dijo que fue Dios
quien “me apartó desde el vientre de mi madre, y
me llamó por su gracia, [y quien agradó] revelar a
su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los
gentiles”.
No cometamos errores sobre esto, lo ministros
no lo han elegido a Él, sino que Él los ha elegido a
ellos y nombrado para que vayan y lleven fruto y
el fruto permanezca. Cada predicador llamado por
Dios, ungido por el Espíritu Santo, ha sido sobera-
namente seleccionado desde la fundación del mun-
do, nacido y hecho, para predicar el evangelio de
Jesucristo.

Llamado de Acuerdo
al Propósito Divino
El llamado de uno debe ser colocado en la pers-
pectiva adecuada. En un sentido muy real, todos
los creyentes en Jesucristo comparten algo en co-
mún. Todos han sido llamados de acuerdo al pro-
pósito divino. El apóstol Pablo escribió:

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas


las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados. Porque
a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen
de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. Y a los que predestinó, a
éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra noso-
tros? (Romanos 8:28-31).

295
Predicando la Palabra Hoy

Lo que los creyentes deben entender es que to-


dos los cristianos son personas en proceso. Dios
está trabajando en sus vidas. Es Dios quien está
trabajando en ellos “porque Dios es el que en voso-
tros produce así el querer como el hacer” Filipen-
ses 2:13, Desde la fundación del mundo y por su
[propio] conocimiento anticipado, Dios sabía quien
respondería positivamente a Su llamado, a la fe
salvadora. Y a aquellos que antes conoció, eso es,
a aquellos que sabía que iban a responder a Su
llamado, “los predestinó para que fuesen hechos
conforme a la imagen de Su Hijo”.
La voluntad suprema de Dios es que toda la gen-
te “llegue a ser conforme a la imagen de Su Hijo”. Y
la manera en que logra ese plan es llamándolos “de
las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9), del
poder de Satanás a Dios, del reino de las tinieblas
“al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13).
La Biblia tiene mucho que decir acerca de este
llamamiento. De acuerdo a Romanos 1:7, Dios llama
a los individuos para que sean santos. De acuerdo
a Romanos 8:28, los llama según Su propósito. De
acuerdo a Romanos 9:26, los llama para que sean
hijos del Dios viviente. De acuerdo a 1 Corintios
1:9, los llama a la comunión con su Hijo Jesucristo.
De acuerdo a 1 Corintios 7:15, los llama a la paz.
De acuerdo a Gálatas 1:6, los llama a la gracia. De
acuerdo a Gálatas 5:13, los llama a la libertad. De
acuerdo a Efesios 1:18, los llama a una esperanza.
De acuerdo a Colosenses 3:15, los llama a un cuer-
po, que es la iglesia. De acuerdo a 1 Tesalonicenses
2:12, los llama a Su reino y gloria. De acuerdo a
1 Tesalonicenses 4:7, los llama a una vida de san-
tidad.

296
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

Es un llamamiento santo. Éste es un llama-


miento supremo, de lo alto. Además, los dones y el
llamamiento de Dios son irrevocables. Dios nunca
cambia su mente acerca de Su llamado.
Aquellos que responden a su llamado, y acep-
tan a Jesucristo como Salvador, él los justifica. La
justificación es un acto jurídico, forense, declarado
de la misericordia de Dios por el cual pronuncia
que los pecadores arrepentidos son justo por la im-
putación de la justicia de Cristo. Por medio de la
justificación, Dios asegura a los individuos el per-
dón total, la adopción como hijos, y la aceptación
en el Amado, por la cual ellos llegan a ser herede-
ros de Dios y coherederos con Jesucristo (ver Ro-
manos 8:15-17). Debido a esta nueva relación del
nuevo pacto, ellos, por el poder del Espíritu Santo,
llegan a ser hábiles y capacitados para hacer bue-
nas obras las cuales Dios ordenó para que anden
en ellas. La justificación, literalmente significa “la
culpa no está simplemente absuelta, sino que en
efecto es pronunciado y declarado justo, habién-
dose vestido con la justicia de Cristo”. Por lo tanto,
de ahora en adelante, Dios los mira “como si nunca
hubieran cometido pecado”.
Aquellos a quien El justifica, también un día los
glorificará. Dios no va a terminar con ellos hasta
que “esto corruptible, se vista de incorrupción” y
“esto mortal, se vista de inmortalidad” (ver 1 Corin-
tios 15:54). El deseo de Dios es llevar a los indi-
viduos al cielo; que ellos caminen en las calles de
oro; verlos en la Cena de las Bodas del Cordero; y lo
más importante, que ellos gobiernen y reinen con
Él para siempre, en el mundo sin fin.
Ahora, la cosa hermosa es que en la mente de
Dios ya es un trato hecho. ¡Él ve el fin desde el

297
Predicando la Palabra Hoy

principio! Él es capaz de guardar a los creyentes de


caer; guardar a los que confían en él hasta ese día;
y hacer todas las cosas mucho más abundante-
mente de lo que pedimos o pensamos. Debido a su
fidelidad, si ellos no se rinden, Dios dice que ellos
lo lograrán. Ellos tienen la seguridad de ir al cielo,
como si ya estuvieran allá. Porque si Dios está con
ellos, ¿quién estará en contra de ellos? El apóstol
Pablo escribió: “Y si el Espíritu de aquel que le-
vantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el
que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu
que mora en vosotros” (Romanos 8:11). Éste es un
don, un proceso y un llamado compartido por to-
dos los creyentes.
No sólo los creyentes son llamados a mantener
una relación con Cristo, sino también son llamados
a ser ministros, para ser testigos de la gracia de
Dios, y ser luz en este mundo de tinieblas y sal en
este mundo en decadencia. Ésta es una verdad que
ellos nunca deben olvidar, una verdad básica de la
Reforma Protestante. Tiene sus raíces en la creen-
cia del sacerdocio de todos los creyentes.

Llamados a Predicar el Evangelio


Además del llamado general de todos los creyen-
tes, Dios en su soberanía llama a hombres y muje-
res para que se entreguen específica y totalmente
a la predicación del evangelio. En las palabras del
escritor a los Hebreos, “Y nadie toma para sí esta
honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue
Aarón” (Hebreos 5:4). Es tan simple como esto:
para predicar el evangelio de Jesucristo eficazmen-
te, los ministros deben comenzar con la certeza de
su llamado divino.

298
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

Para mí, el llamado de Dios a predicar fue


evidente y personal durante mi conversión.
El llamado de Dios vino a mí el domingo en
la noche, el 23 de Noviembre de 1983, en el
Centro de Conferencias Conn, en la Universi-
dad Lee. Me había transferido, a Lee desde la
Universidad de Denver, con un concentración
en Pre-Medica, con una beca académica, espe-
rando completar mis estudios, para continuar
en una Escuela de Medicina y llegar a ser un
cirujano cardiovascular. Pero Dios tenía otros
planes para mí. Aparentemente, a primera
vista, las cosas iban bien, pero por dentro me
sentía miserable y muriendo. Ese noche del
domingo en la capilla, el entonces presiden-
te de la Universidad Lee, Dr. Ray H. Hughes,
predicó un sermón sobre el Calvario, ¿Qué sig-
nificado tiene la cruz para usted? A medida
que el Espíritu Santo me puso cara a cara con
la cruz, vi a Jesús en toda su pasión y gloria.
Me vi yo mismo y todos mis intentos misera-
bles para dirigir mi propia vida. Pero también
vi a un mundo perdido y muriendo desespe-
radamente. Quebrantado y arrepentido, dije a
Dios, “Dios, ¿Por qué me necesitas? Tú tienes
a Ray Hughes, T.L. Lowery, Billy Graham, Ste-
ve Brock . . . Yo no tengo talento . . . No tengo
nada que ofrecer. . . . Pero, si Tú me ayudas a
retener Tú Palabra en mi corazón, iré a donde
tú quieras que yo vaya, quiero ser lo que tú
quieres que yo sea, diré lo que tú quieres que
yo diga.”

Qué bien me puedo identificar con las pala-


bras del apóstol Pablo: “Pues mirad, hermanos,
vuestra vocación, que no sois muchos sabios
según la carne, ni muchos poderosos, ni mu-
chos nobles; sino que lo necio del mundo esco-
gió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado

299
Predicando la Palabra Hoy

escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo


que es, a fin de que nadie se jacte en su pre-
sencia” (1 Corintios 1:26-29). Cada vez que me
presento ante una congregación para entregar
la Palabra de Dios, siento mi insuficiencia y
falta de mérito. Pero luego, recuerdo los versí-
culos siguientes, “Mas por él estáis vosotros
en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho
por Dios sabiduría, justificación, santificación
y redención; para que, como está escrito: El
que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios
1:30, 31).

Lo que yo no soy, Él es. Cuando soy totalmente


incapaz de producir, Él lo hace. Lo que no pue-
do entender totalmente, Él lo revela. ¡De él es
el reino, el poder y la gloria, por siempre!

Para ser un comunicador eficiente del mensa-


je del evangelio, los ministros deben tener siem-
pre presente la seguridad del llamado divino. Es
el llamado de Dios que justifica la actividad de la
predicación. Vuelva por medio de las Escrituras a
estudiar a Moisés, Amós, Isaías, Jeremías, el após-
tol Pablo—todos ellos dan comienzo a sus predi-
caciones con el relato de su llamado divino. En el
terreno humano, ellos se vieron a si mismos como
incapaces, incompetentes para la tarea. Cuando
Moisés fue llamado, él preguntó, ¿Quién soy yo
para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los
hijos de Israel? (Éxodo 3:11). Cuando Isaías fue
llamado, él gritó, “¡Ay de mí! que soy muerto; por-
que siendo hombre inmundo de labios, y habitan-
do en medio de pueblo que tiene labios inmundos,
han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”
(Isaías 6:5). Cuando Jeremías fue llamado, respon-
dió, “¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar,
porque soy niño” (Jeremías 1:6). Cuando a Amós se

300
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

le preguntó sobre su llamado, dijo, “No soy profeta,


ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo
higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del
ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel”
(Amós 7:14, 15). En relación con su llamado, Pablo
se dirigió a la iglesia en Galacia, diciendo, “Pablo,
apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por
Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los
muertos)” (Gálatas 1:1). Todos estos personajes bí-
blicos tenían un sentido personal de no merecerlo,
pero ninguno de ellos pudo ser intimidado por la
tarea de predicar, porque ellos tenían la certeza del
llamado divino.
Es la certeza del llamado divino la que les da a
los ministros el valor para enfrentar la adversidad;
la fuerza en los momentos de persecución; y la es-
peranza en tiempos de desaliento. Es el llamado di-
vino de Dios que los guiará a través de los tiempos
de oscuridad y, cuando todo parezca derrumbarse,
pondrá una canción en sus labios. Antes de en-
frentarse con los poderes de las tinieblas y predi-
car a un mundo contradictorio, no tenga dudas de
su llamado. Por todos los medios, debe ser capaz
de decir, “El Espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas” (Lu-
cas 4:18).

Evidencia del Llamado


¿Cómo saben los ministros sin son llamados a
predicar? ¿Cómo es la experiencia del llamado de
Dios?
Quizá, el llamado de Dios puede describirse me-
jor como uno que es inconfundible, ineludible, irre-
sistible, una fuerza y compulsión interna, también
como un sentido de urgencia absoluta y necesidad

301
Predicando la Palabra Hoy

de predicar el evangelio de Jesucristo. Escritural-


mente, quizás se encuentra mejor expresado por el
apóstol Pablo quien dijo: “Pues si anuncio el evan-
gelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare
el evangelio! (1 Corintios 9:16). Literalmente sintió
que no tenía otra alternativa. Era una presión al
deber, un mandato, una orden divina. El tenía que
predicar el evangelio.
Dios llama a los predicadores. Predicar el evan-
gelio no es una carrera que se elige; no es una en-
tre muchas opciones. Predicar el evangelio es una
necesidad absoluta. Es un llamado, un don de Dios
dispensado y ejercitado por medio de la ascensión
de los cinco dones que Cristo dejó a la iglesia—
el oficio de apóstol, profeta, evangelista, pastor y
maestro. Ellos no tienen otra alternativa que predi-
car el evangelio.
Específicamente, el llamado de Dios para predi-
car se evidencia por la carga, el deseo y los frutos.

Carga
Primero, el llamado de Dios viene a los individuos
en forma de una carga, especialmente en el Anti-
guo Testamento, Isaías habla de la “Profecía sobre
Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz” (Isaías
13:1). Él habla sobre la carga de Moab (15:1), la
carga de Damasco (17:1), la carga de Egipto (19:1),
la carga del desierto del mar (21:1), la carga sobre
el valle de la visión (22:1). Es como si la carga del
Señor vino sobre él como un peso. Fue un oráculo
pesado que lo presionaba hasta que fuera entrega-
do o expuesto.
Nahum habla de la carga del Señor. El libro de
Habacuc comienza con la palabras, “La profecía

302
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

que vio el profeta Habacuc” (Habacuc 1:1). Zaca-


rías también habla de la carga de la Palabra del
Señor.
Estos fueron los profetas que fueron comisiona-
dos para hablar en nombre de Dios, y la Palabra
dada a ellos era como un encargo. El llamado de
Dios no es un asunto liviano. A menudo se identi-
fica como una carga, un yugo, una cruz. El pensar
ser escogido por Dios para hablar Su palabra es un
pensamiento muy serio y sobrio.

Deseo
Segundo, el llamado no sólo se evidencia por
una carga, sino que también se evidencia por el
deseo. Aunque los ministros pueden tener grandes
inquietudes, y un gran sentido de insuficiencia y
una falta de mérito personal; aún así, una vez lla-
mado, Dios coloca dentro de sus corazones una de-
terminación y un gran deseo de hacer Su voluntad,
no importa que. Mientras ellos se estremecen por
la tarea impresionante que tienen delante de ellos,
también son asidos por una pasión santa y deter-
minación para cumplir con eso para lo cual Dios
los llamó a hacer.

Fruto
Tercero, el llamado de Dios también se evidencia
por el fruto. Eso significa que Dios confirma Su lla-
mado en las vidas de los ministros dándoles resul-
tados por su trabajo. Él confirma Su Palabras con
las señales que siguen. Aquellos resultados pueden
llegar en la manera o tiempo no deseado, pero Dios
corona su obediencia con bendiciones y frutos.
El punto esencial es este—el diablo va a hacer
todo lo que pueda para parar el progreso del reino

303
Predicando la Palabra Hoy

de Dios sobre esta tierra. Él es el maestro de los


engañadores y el padre de los mentirosos. Si él pu-
diera, distraería a los ministros, los desanimaría,
les robaría su potencial y les quitaría los sueños
sobre el Reino. Pero, la verdad es que el diablo no
es rival para aquellos que saben que han sido lla-
mados por Dios.

Conclusión
En 20 Siglos de Grandes Predicaciones, volumen
6, página 281, Clyde Fant y William Pinson dan un
relato de la vida y ministerio de D. L. Moody.

Dwight Lyman Moody nació el 5 de Febrero de


1837, en Northfield Este, Massachussets. A la
edad de cuatro años su padre murió, dejando
a él y a su familia en suma pobreza y a los
niños con muy poca posibilidad para recibir
una educación formal. Apenas capaz de leer y
escribir, cuando cumplió 17 años, dejó la casa
y se dirigió a Boston para trabajar con su tío
como vendedor de zapatos. Mientras se en-
contraba en ese lugar, un maestro de Escuela
Dominical, Edgard Kimball, lo llevó a Jesús, y
D. L. Moody aceptó a Cristo como su Salvador
personal.

A la edad de 19, Moody se mudó a Chicago
donde continuó trabajando como vendedor de
zapatos y tuvo mucho éxito. El se lleno de en-
tusiasmo con su fe en Cristo y organizó una
Escuela Dominical en North Market Hall. La
escuela creció rápidamente con una asistencia
creciente de más de 1.500 personas. Fue allí
cuando el Espíritu Santo comenzó a tratar con
D. L. Moody, instándolo a dejar su empleo se-
cular y dar totalmente su vida al llamado de la
predicación del evangelio de Jesucristo.

304
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Aclarando el Llamado

En 1863, a la edad de 23 años, Moody cons-


truyó una iglesia que costaría eventualmente
unos $20,000. Más tarde, llegaría ser la “Igle-
sia en Memoria de Moody”, localizada en la
Avenida Norte y la calle LaSalle en Chicago.

En 1870, un músico profesional, Ira Sankey,


se unió al ministerio de Moody, y juntos lle-
garon a ser uno de los equipos más eficien-
tes de evangelización del siglo 19. Moody viajó
más de un millón de millas, habló a más de
100 millones de personas, y guió alrededor
de 750.000 personas a Jesucristo. Entre las
cruzadas, trabajaba para establecer el Semi-
nario Northfield para niñas y la Escuela Monte
Hermón para los varones. Inició la Sociedad de
Evangelización de Chicago que eventualmente
llegó a ser el Instituto Bíblico Moody. Aunque
desconociendo la artesanía en la preparación
de los sermones, D. L. Moody llegó a ser uno
de los más grandes predicadores de la historia
cristiana.

Su muerte se produjo el 22 de Diciembre de


1899. Mientras se encontraba en su casa, elo-
giando a su esposa, confortando a su familia,
repartiendo responsabilidades para el futuro
del ministerio, bromeando de su doctor, sus
ojos repentinamente se demacraron y se para-
lizaron hacia arriba, como si comenzara a mi-
rar algo que captaba su atención. Pronunció
esas famosas palabras a aquellos que se en-
contraban cerca, “¡La tierra se desvanece! ¡Los
cielos descienden! Me voy al hogar”.

En su lápida, grabada en granito, se encuen-


tran las palabras que captan la verdadera
esencia del llamado de Dios: “El que hace la
voluntad de Dios, permanece para siempre”.

305
Predicando la Palabra Hoy

306
22
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Comunicando
Mark Williams, D.D.

Quizá uno de los conceptos más difíciles para


comprender es el hecho que Dios infinitamente
santo y sabio, eligió a hombres y mujeres pecado-
res, los redimió, los santificó, los llenó con el Espí-
ritu Santo, y los llamó a predicar las inescrutables
riquezas de Cristo. Los individuos que una vez se
encontraban perdidos, alejados de Dios, deprava-
dos en su naturaleza, corrompidos en sus caracte-
res, sin esperanza y sin Dios en el mundo, han sido
lavados, santificados, justificados, limpiados, ves-
tidos, coronados y encomendado con la responsa-
bilidad de predicar la fe que ellos una vez negaban.
Igualmente es digno de destacar el hecho que
Dios eligiera el mensaje, Su mensaje, como el mé-
todo para salvar a los hombres y las mujeres del
pecado. El apóstol Pablo escribió: “Pues ya que en
la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios

307
Predicando la Palabra Hoy

mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los


creyentes por la locura de la predicación” (1 Corin-
tios 1:21). No se refiere a la predicación alocada,
sino a la locura de la predicación que es lo que Dios
escogió como el medio para salvar a los que creen.
Y ese mensaje ha sido comisionado a los creyentes
como un deber sagrado, un encargo, una mayordo-
mía, y una responsabilidad increíble de conocerlo a
Él y hacer que Él sea conocido.

La Autoridad para Predicar


Pero surge la pregunta, ¿Qué es autoridad para
predicar? ¿Cuál es el contenido de la predicación?
¿De dónde viene el poder para predicar?
Para decirlo simplemente, la autoridad para pre-
dicar tiene sus raíces en la revelación de Dios para
la humanidad. La Escritura es la única y la última
autoridad, la fuente de la predicación, el estándar
para la doctrina y el medio para las experiencias.
La realidad asombrosa es que Dios ha hablado.
Dios se ha revelado a sí mismo y sobre la base de
esta revelación, que consta de la Santa Escritura,
los ministros tienen el derecho y la autoridad para
predicar.

Desde los tiempos que puedo recordar cuan-


do era niño en la Escuela Dominical, tuve un
amor perdurable por este libro llamado La
Santa Biblia. Una de las primeras canciones
que recuerdo es la que aprendimos a cantar en
la iglesia infantil:

La B-I-B-L-I-A,
Si, ese es el libro para mí
Estoy firme en la Palabra de Dios
La B-I-B-L-I-A.

308
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

Los maestros de la Escuela Dominical, Escue-


la Bíblica de Vacaciones, y los campamentos
de verano de mi iglesia local, con intención
deliberada nos desafiaban a memorizar los
textos de la Escritura y guardar la Palabra de
Dios en nuestros corazones. En la Escuela Bí-
blica de Vacaciones, en particular, comenzá-
bamos cada día con tres promesas de lealtad;
promesa de lealtad a la bandera Americana, a
la bandera Cristiana y a la Biblia:

Prometo lealtad a la Biblia, la San-


ta Palabra de Dios. Haré que sea una
lámpara a mis pies, y una lumbrera a
mi camino, guardaré sus palabras en
mi corazón para no pecar contra Dios.

Aun en mi hogar, la Biblia era central para mi


vida. Desde el momento que entré al jardín de
infantes, en el sistema de la escuela pública
en Texas hasta el día que dejé para ir al cole-
gio en Colorado en la Universidad en Denver,
comenzaba el día escolar con una reunión con
mi familia alrededor del sofá para la lectura de
la Escritura y oración.

Así, habiendo crecido en la iglesia, y sien-


do criado en un hogar cristiano, puedo rela-
cionarme con las palabras del apóstol Pablo,
cuando le dijo a Timoteo, “Que desde la niñez
has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales
te pueden hacer sabio para la salvación” (2 Ti-
moteo 3:15).

Algunos Niegan la Verdad Absoluta


El día ha llegado cuando la Biblia está siendo
cortada y amputada; perseguida por sus enemigos
y herida en la casa de sus amigos. Una encuesta
reveló que el 50 por ciento de los Norteamericanos,
a quienes se les preguntaba acerca de la Biblia,

309
Predicando la Palabra Hoy

respondieron que la gente que cree en la autoridad


de la Biblia, los hace poner nerviosos. Otra encues-
ta, llevada a cabo por la Junta de la Escuela Do-
minical de una grande y respetable denominación,
reveló que solamente el 50 por ciento de los que
respondieron creen que la Palabra de Dios no con-
tenía errores; sólo una tercera parte de ellos (35
por ciento) creen que la Palabra de Dios debería
ser interpretada literalmente; y el 11 por ciento dijo
que mientras la Biblia puede ser divinamente ins-
pirada, contiene muchas inexactitudes científicas
e históricas.
La realidad es que una mayoría creciente de
personas sostienen, que no existe tal cosa como la
verdad absoluta, que no existe tal cosa como un
“religión correcta”, que todas las religiones oran al
mismo Dios y terminan con el mismo resultado des-
pués de la vida. Por lo tanto, no importa realmente
a que tipo de fe uno se encuentre afiliado. Después
de todo, ellos dicen, “vamos todos al mismo lugar,
estamos tomando diferentes caminos para llegar
allí”.
Existe una causa que debe preocuparnos más
que solo la marginación de la fe cristiana por una
sociedad pluralista. Igual preocupación debemos
tener de aquellos que han sido enseñados en la
Biblia y dicen creer en ella, y pueden aun recitar
porciones de la Biblia de memoria, y fallan en apro-
piarse de las enseñanzas de la Biblia en su diario
vivir. Existe razón para estar preocupados por los
miembros de la iglesia que miran la Biblia como si
fuera anticuada e irrelevante y los ministros en los
púlpitos que han abandonado la Palabra, habiendo
apartado sus oídos de la verdad para ir tras las fá-
bulas. Es un día triste, cuando algunos ministros

310
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

han perdido la confianza en la Escritura y su habi-


lidad para satisfacer las necesidades del siglo 21.
Desafortunadamente, existen predicadores, maes-
tros y consejeros que harán declaraciones como la
que hizo una vez un pastor: “Bien, la Palabra de
Dios puede ser capaz de satisfacer las necesida-
des espirituales del hombre, pero sólo la filosofía
y las formas humanistas de la psicología pueden
satisfacer las necesidades intelectuales, sociales y
psicológicas del hombre”.
Uno o lo otro, la Palabra de Dios es lo que dice
ser o es una mentira. O bien, las Santas Escrituras
pueden hacer lo que dice que pueden hacer o Dios
le ha faltado a la humanidad. El punto principal
es que los ministros predican porque Dios es; ellos
predican porque Dios ha hablado; y ellos predican
porque el único y verdadero Dios viviente, ha esco-
gido revelarse a si mismo y revelar Su voluntad a la
humanidad. Por lo tanto, la predicación llega a ser
simplemente un testigo de lo que Dios ha hablado
en relación con Sí mismo. El hecho que Dios ha ha-
blado, es la única base y autoridad que ellos tienen
para la tarea de la predicación.

Una Afirmación Asombrosa


Increíble pero cierto, la Escritura comienza con
la afirmación asombrosa, “En el principio creó
Dios”. Ningún escritor bíblico intenta probar la
existencia de Dios. De hecho, en ningún lugar en
los 66 libros, 1.189 capítulos, 31.102 versículos
de la Biblia se discute, debate o niega la presen-
cia de Dios. La existencia de Dios, de acuerdo a la
Escritura, simplemente es un hecho indiscutible.
La Escritura da una afirmación incondicional a Su
existencia. Tan poderosa es la existencia de Dios

311
Predicando la Palabra Hoy

impresa en las páginas de la Biblia, y tan clara e


inequívocamente es Su revelación a la humanidad,
que el Salmista audazmente dice, “Dice el necio en
su corazón: No hay Dios” (Salmo 53:1).
Dios se ha revelado a Sí mismo en la naturale-
za. Esto es, lo que los teólogos han dado en llamar
“teología natural” o “revelación general”—lo que se
puede saber acerca de Dios mediante la observa-
ción de lo que Sus manos han creado. Así como
un reloj da testimonio de la existencia de un re-
lojero, la creación testifica de la existencia de un
Creador. En las palabras del Salmista: “Los cielos
cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia
la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro
día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No
hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz” (Salmo
19:1-3). En las palabras del apóstol Pablo: “porque
lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues
Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de
él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo enten-
didas por medio de las cosas hechas, de modo que
no tienen excusa” (Romanos 1:19, 20). En otras pa-
labras, los paganos no tendrán excusas en el Día
del Juicio, debido a que cada día toda la creación
testifica de la existencia de Dios.
Pero la revelación general no es suficiente. La
teología natural no tiene la intención de ser un
fin en sí misma. Algunos han mirado la obra de la
mano de Dios y han cometido el error de confundir
lo creado con el Creador, y han salido con un pun-
to de vista panteísta de Dios. Ellos hablan de la
“Madre Tierra”; “Dios está en todo y todo es Dios”.
La revelación de Dios por medio de la naturaleza
es sólo un punto para comenzar. Ninguna persona

312
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

por más que investigue, puede descubrir perfecta-


mente al Todopoderoso.
Dios no ha permitido al hombre andar a tientas
en las tinieblas. Dios ha deseado revelarse a Sí mis-
mo y elegido revelar Su persona, atributos y poder
por medio de Su Palabra – la Palabra hablada, la
Palabra escrita y principalmente por medio de Su
Hijo, la Palabra Eterna.
La Palabra es inspirada divinamente. La iglesia
no creó la Palabra, ni tampoco le dio forma. Ésta es
la Palabra de Dios, la revelación de Dios que pro-
viene de la boca del Todopoderoso. Es la Palabra de
Dios “que vive y permanece para siempre” (1 Pedro
1:23). El apóstol Pablo le escribió a Timoteo dicien-
do, “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Ti-
moteo 3:16), lo que significa que toda la Escritura
es el aliento de Dios. Cuando habló del carácter
de la Escritura, el apóstol Pedro dijo: “los santos
hombre de Dios hablaron siendo inspirados por el
Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Más de 3,800 veces,
la Escritura habla de si misma como la Palabra es-
crita de Dios. Cada acontecimiento de predicación,
es un encuentro de lo divino y lo humano con la
eterna Palabra de Dios.

La Biblia: Todo Suficiente


La Biblia no solo es divina en su inspiración,
sino totalmente suficiente para las necesidades de
la humanidad. Hablando sobre la suficiencia de la
Escritura, el Salmista dijo:

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el


alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace
sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová
son rectos, que alegran el corazón; El precepto
de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El

313
Predicando la Palabra Hoy

temor de Jehová es limpio, que permanece para


siempre; Los juicios de Jehová son verdad, to-
dos justos. Deseables son más que el oro, y
más que mucho oro afinado; Y dulces más que
miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es
además amonestado con ellos; En guardarlos
hay grande galardón (Salmo 19:7-11).

El Carácter de la Palabra
Note que existen seis nombres empleados para
describir el carácter de la Palabra de Dios. Es lla-
mada “la ley del Señor”; “el testimonio del Señor”;
“los estatutos del Señor”; “los mandamientos del
Señor”; el “temor del Señor”; y “los juicios del Se-
ñor”. Estos nombres son seguidos por seis adjeti-
vos, que describen la calidad de la Escritura: per-
fecta, segura, correcta, pura, limpia, verdadera y
justa. Para completar el perfil, existen participios
que muestran la efectividad de la Escritura. La Pa-
labra convierte el alma, hace sabio al simple, hace
que el corazón se regocije, ilumina los ojos, perma-
nece para siempre, advierte al caprichoso y premia
al fiel, es tan preciosa como el oro, y más dulce que
la miel que destila del panal.
Este Dios que habla a la gente a través de su
mundo o creación, sin embargo, le habla completa
y redentoramente a través de Su Palabra que es
perfecta. La palabra perfecta significa “completa,
entera, íntegra, adecuada, o suficiente”. En otras
palabras, la Palabra de Dios es suficiente para cada
necesidad. No existen necesidades en la humani-
dad—física, social, intelectual, espiritual, que la
Palabra no pueda cubrir. Cada problema, asunto,
necesidad, o pregunta puede ser satisfecha por la
Palabra.

314
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

Los individuos son salvos por la Palabra, santi-


ficados por la Palabra, y bautizados en el Espíritu
Santo por creer en Cristo como lo dijo la Escritura.
Ellos son sanados y liberados por medio de la Pa-
labra. Jesús dijo: “Si vosotros permaneciereis en
mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
(Juan 8:31, 32).
La autoridad de la predicación esta enraizada
en la autoridad de la Escritura. Los ministros de-
ben predicar, pero no simplemente predicar—¡ellos
tienen que predicar la Palabra! Ellos hablan porque
Dios ha hablado, y porque Dios les ha dado Su Pa-
labra.

La Palabra Encarnada
Dios, no sólo se ha revelado a sí mismo por me-
dio de la Palabra hablada y la Palabra escrita, sino
principalmente, por medio de la Palabra Encarna-
da. La Palabra, que estaba con Dios en el principio,
y de hecho, era Dios, se hizo carne y habitó entre
los hombres. La Palabra Eterna se convirtió en la
Palabra hablada. Y la Palabra hablada se convir-
tió en la Palabra escrita. Luego, la Palabra escrita
se convirtió en la Palabra Encarnada. Por lo tanto,
el objetivo supremo en la predicación debería ser,
traer a los hombres y a las mujeres al mensaje y a
la persona de Jesucristo. Los ministros deberían
proclamar a Jesucristo como la imagen del Dios in-
visible, el primogénito de toda creación. Deberían
predicarlo a él como la hermosura de la santidad
de Dios, el depósito o almacén de la fuente de Dios,
el océano de la plenitud de Dios, y la limpieza de
la redención de Dios. Además, debería declarar a
Jesucristo como la verdad de Dios, la autoridad del

315
Predicando la Palabra Hoy

trono de Dios, el legado de la voluntad de Dios, y la


seguridad de las promesas de Dios. También, de-
berían presentarlo como la majestad del poder de
Dios, la realidad de Su presencia, la compasión del
corazón de Dios, y el poder de la mano de Dios.

Jesuscristo Es el Mensaje
Leyendo los mensajes y sermones en el Nuevo
Testamento, un puede entender claramente que los
predicadores del primer siglo estaban convencidos
que su autoridad se encontraba en la Palabra de
Dios, porque ellos constantemente apelaban a la
autoridad de la Escritura, y su mensaje era Jesu-
cristo. Considere lo que el apóstol Pablo dice: “pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los
judíos ciertamente tropezadero, y para los genti-
les locura; mas para los llamados, así judíos como
griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”
(1 Corintios 1:23, 24). “Pues me propuse no saber
entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a
éste crucificado” (1 Corintios 2:2). “Porque no nos
predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo
como Señor, y a nosotros como vuestros siervos
por amor de Jesús” (2 Corintios 4:5). Los ministros
deben predicar a Jesucristo.
En estos tiempos, mucha gente se entusiasma
con el avivamiento de la religión y tienen un inte-
rés renovado en la espiritualidad. Uno de las úl-
timas encuestas dice que el 95 por ciento de los
norteamericanos cree en Dios o en un espíritu uni-
versal. Seis de cada diez dicen que asisten a las reu-
niones religiosas regularmente, y dos de cada tres
dicen que la religión es muy importante para sus vi-
das. A primera vista, todo parece muy bueno, pero
la palabra que se utilizó para hacer la encuesta es

316
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

la palabra religión. Cuando la religión se define en


términos de cristianismo, creyendo que Jesucristo
es el unigénito Hijo de Dios, el cuadro parece dife-
rente. Sólo el 35 por ciento de los norteamericanos
dicen ser “nacidos de nuevo”, y tener una relación
personal con Jesucristo.
Mientras existe un interés renovado en la espi-
ritualidad, que no necesariamente se traduce en
una preparación y buena voluntad para aceptar a
Jesucristo como el Mesías, el Salvador del mundo.
Mientras muchas religiones dan vueltas alrededor
del reconocimiento del Jesús histórico, no existe la
voluntad para aceptar Sus dichos divinos y Su cruz
como el único camino de la salvación. En su lugar,
muchos lo describen como el Único para unir a to-
das las religiones.
El Islam reconoce a Jesús como un gran profe-
ta y lo reverencia como “Jesús, el Hijo de María”.
Los hebreos reconocen a Jesús como un hombre
admirable de la religión y nacionalidad judía, un
político notable y un líder religioso. El Budismo ha
despersonalizado a Jesús, transformándolo en una
figura mística, como a Buda. El Hinduismo dice
que Jesús viajó por Asia cuando era adolescente y
aprendió la meditación yoga antes de regresar a su
casa y convertirse en un gurú para los judíos.
El Mormonismo dice que Jesús fue un hermano
de Lucifer, uno de los miles de dioses menores crea-
dos por Adán, el “hombre exaltado” quien llegó a ser
un súper dios. Los Testigos de Jehová identifican a
Jesús con el Arcángel Miguel. El Movimiento de la
Nueva Era presenta a Jesús en términos esotéricos,
diciendo que Él era un divino avatar que alcanzó
un alto nivel de afinidad con el “Cristo cósmico” y
llegó a ser Su vehículo corporal, literalmente, “un
médium de la sexta esfera de la proyección astral”.
317
Predicando la Palabra Hoy

Si eso no fuera suficiente, la llamada “erudición


moderna” rechaza el rol bíblico que Jesús ocupó y
reduce Su obra a menos que un Salvador—un Je-
sús disminuido o desinfectado. Algunos lo llaman
meramente, “el pensador Galileo”, “el predicador
errante”, “el santo hombre carismático”, “el refor-
mador radical de la sociedad”, “el hombre del Espí-
ritu”, “el profeta incómodo”, “la sabiduría divina”, y
“el Mesías marginado”. Otros eruditos, como aque-
llos asociados con el Seminario Jesús, han decidido
que lo más que se le puede atribuir a Jesús, no fue
dicho por él sino por unos seguidores muy inteli-
gentes de Jesús, en los pocos años entre su muerte
y el primer manuscrito escrito. El nacimiento vir-
ginal, la vida inmaculada, el sufrimiento vicario,
el sacrificio expiatorio, la resurrección corporal, la
intercesión celestial, el pronto retorno–todo, o una
parte, se miran como mitos por los eruditos revi-
sionistas. El asunto principal es que el mensaje de
la religión y la teología liberal es uno que predica a
“otro Jesús”.
Pero el Jesús de la Biblia no es “uno entre mu-
chos dioses”; Él no es “un hermano de espíritu del
diablo”; Él no es algún “gurú” o un “dios encarna-
do” (avatar), o el vehículo corporal del Cristo cós-
mico. Él es más que un pensador galileo, más que
un predicador nómada, más que un reformador so-
cial, más que un profeta, más que un maestro, más
que el Hijo de María—Jesús es el unigénito Hijo de
Dios. Él es Dios “manifestado en carne, justificado
en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los
gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en glo-
ria” (1 Timoteo 3:16). Jesús es el Camino, la Verdad
y la Vida, y ningún hombre puede ir al Padre sino
por él. Él es camino de Dios al hombre, y el camino

318
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

del hombre a Dios. ¡Supera en el hablar a los pro-


fetas, supera en rango a los ángeles, sobrevivirá al
universo! ¡Jesús es Emanuel—Dios con nosotros!
Predique a Jesús.

La Predicación es Trinitaria
La autoridad para predicar viene de la Palabra
de Dios. El mensaje para predicar es Jesucristo
como Salvador y Señor. El poder para predicar es
por medio de la unción del Espíritu Santo. Por lo
tanto, la teología para predicar es Trinitaria, y tiene
como testigo a Dios quien habla, al Hijo quien sal-
va, y al Espíritu quien unge.
Incorporado en el poder del Espíritu Santo se
encuentra la unción para predicar el Evangelio. Je-
sús testificó que fue el Espíritu del Señor quien lo
ungió a él para predicar. El apóstol Pablo testificó
que sus palabras y predicación fueron con demos-
tración del Espíritu y de poder. Él fue hecho mi-
nistro de acuerdo a la obra de Su poder y le dijo a
la iglesia en Tesalónica que el evangelio “no llegó a
vosotros en palabras solamente, sino también en
poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre”
(1 Tesalonicenses 1:5).
Si la Palabra de Dios es el poder que da funda-
mento para la predicación, el Espíritu Santo es el
poder operacional por la predicación. Él da la ha-
bilidad para hablar, la valentía, la iluminación es-
piritual e instrucción, y el discernimiento. Él es el
autor de la Palabra y hace a los individuos recordar
aquellas cosas que ellos ya han aprendido. Él es el
Espíritu de “sabiduría y de inteligencia, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de te-
mor de Jehová” (Isaías 11:2). Jesús dijo: “El espíritu
es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las

319
Predicando la Palabra Hoy

palabras que yo os he hablado son espíritu y son


vida” (Juan 6:63).
Bajo la autoridad de la Palabra de Dios, en el
poder del Espíritu Santo, los ministros proclaman
el mensaje más grande en todo el mundo—Jesu-
cristo ha venido a buscar y salvar lo que se había
perdido. Posiblemente, todo el ministerio de la pre-
dicación puede se descrito mejor, en las palabras
del apóstol Pablo:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva


criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas. Y todo esto provie-
ne de Dios, quien nos reconcilió consigo mis-
mo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; que Dios estaba en Cristo re-
conciliando consigo al mundo, no tomándoles
en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconci-
liación. Así que, somos embajadores en nom-
bre de Cristo, como si Dios rogase por medio
de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios. Al que no conoció peca-
do, por nosotros lo hizo pecado, para que no-
sotros fuésemos hechos justicia de Dios en él
(2 Corintios 5:17-21).

Conclusión
Un día Juan Wesley se encontraba predican-
do en una reunión al aire libre en uno de los
barrios bajos de Londres. Mucha gente se ha-
bía reunido para escucharlo. En la parte de
atrás de la multitud se encontraban dos ru-
fianes que tenían la intención de interrumpir
el servicio. Uno le dijo al otro, “¿Quién es este
predicador? ¿Qué derecho tiene para venir y
decirnos cómo tenemos que vivir? Juntando
unas piedras, se movieron hacia delante para
estar bien cerca de Wesley. Mientras Wesley

320
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando

hablaba de como el poder de Cristo cambiaba


las vidas de los hombres, se sintió tan lleno
del amor de Dios que algo cálido y hermoso le
cubrió su semblante completamente. Los dos
que iban a interrumpir la reunión se pararon
en seco y quedaron estupefactos cuando vie-
ron su rostro radiante. Con una nota de asom-
bro en su voz uno de ellos dijo, “¡Él no es un
hombre, Bill; él no es un hombre! Las piedras
se cayeron de sus manos, y sus corazones
se iban enterneciendo mientras escuchaban.
Cuando Wesley finalizó y comenzó a retirarse,
vio a los dos rufianes. Puso sus manos sobre
sus hombros y les dijo, “Dios les bendiga, mis
muchachos”, y continúo su camino. Mientras
Wesley desaparecía entre la multitud, uno de
los amigos exclamó, “¡Él es un hombre, Ned; él
es un hombre, pero se parece a Dios!”

¡Esa es la mejor forma de predicar!

321
Predicando la Palabra Hoy

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23
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Comunicando
como Cristo
Mark Williams, D.D.

En los últimos tres capítulos hemos tratado so-


bre los prerrequisitos fundamentales para confron-
tar a una cultura postmoderna y pluralista con el
mensaje, de Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios,
que cambia las vidas. ¡Qué mensaje más revolucio-
nario es éste! “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” (Juan 3:16).
Posiblemente, las preguntas que surjan en este
estudio son las siguientes: ¿Cómo pueden los minis-
tros predicar una Escritura inmutable a un mundo
cambiante? ¿Cómo pueden presentar una verdad
antigua a la gente moderna? ¿Cómo pueden trans-
mitir a un Cristo del primer siglo al mundo del siglo
21? Todo se funde en una palabra—comunicación.

323
Predicando la Palabra Hoy

La comunicación en el Tercer Milenio


Sin lugar a dudas, uno de los hechos más im-
portantes de la sociedad humana en este tercer mi-
lenio es la comunicación. La comunicación es un
campo cuya tecnología literalmente se ha desarro-
llado dramáticamente en los últimos 150 años y ha
cambiado la manera en que la humanidad vive y
trabaja. Nunca antes ha habido tanta variedad de
medios para la transmisión rápida de información
para facilitar el acceso al conocimiento y a la data
como los que existen hoy día.
La humanidad ha pasado de la comunicación
por el toque de los tambores, el fuego y las seña-
les de humo al teléfono, a las máquinas de facsí-
mil, y la fibra óptica; desde el uso de las palomas
mensajeras y los cables del telégrafo a las compu-
tadoras hogareñas, el ciberespacio, y la Red Glo-
bal Mundial “Web” (World Wide Web; WWW); desde
los días de la radio y el fonógrafo a la televisión,
la comunicación vía satélite, y la tecnología láser.
Algunos científicos sociales ven este incremento en
la comunicación tecnológica como el componente
principal para la unión de lo que se conoce como
“la comunidad global”.
La comunicación por definición es simplemente
la transmisión y recepción de ideas, información,
y mensajes. Comunicar es conectar, hacer contac-
to, conversar, asociar, intercambiar experiencias,
hechos, conocimientos y palabras que causan una
acción predeterminada.

La Comunicación en el Reino Animal


Cuando uno piensa en el reino animal, es sor-
prendente saber, cuánta comunicación hay entre
los animales diariamente. Los científicos dicen que

324
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

cuando las abejas descubren una nueva fuente de


néctar, inmediatamente regresan a la colmena y
dan a conocer el lugar a las otras abejas. Ellas dan
a conocer la distancia entre la colmena y la nueva
fuente de néctar al realizar una clase especial de
danza. Ellas indican la dirección del nuevo néctar
por el eje de su danza. Ellas indican la cantidad de
néctar que hay disponible por la intensidad de su
danza. Los científicos han sido capaces de grabar e
identificar el canto de las aves—el canto para corte-
jar, apareamiento, hambre, alimento, reclamando
un territorio, sonidos de advertencia y sonidos de
pedidos de auxilio. Las investigaciones han reve-
lando que las ballenas y los delfines se comunican
con señales vocales elaboradas que cruzan largas
distancias debajo del agua.

La Comunicación Entre la Humanidad


La comunicación es la actividad en que las per-
sonas están envueltas todo el tiempo que estén
despiertas y mientras vivan, en un nivel u otro.
Ellos se comunican con sus cónyuges verbalmente
o con gestos no verbales. Ellos se comunican con
sus amigos por medio de la escritura, el lenguaje y
el alfabeto. Ellos a menudo se comunican con los
compañeros de trabajo por medio del uso sofisti-
cado de memos, correos electrónicos, o faxes. Ellos
se comunican con su familia por medio del teléfono
y correspondencia postal. Ellos se comunican con
sus niños por notas que dejan pegadas en los re-
frigeradores. Ellos se comunican con sus mascotas
con gestos físicos y tonos de voces. Algunos aún su-
gieren que es posible la comunicación con las flores
por medio de los tonos de la voz y las palabras.

325
Predicando la Palabra Hoy

La Comunicación en la Escritura
En la Escritura, la palabra comunicar se utiliza
de varias maneras. Por ejemplo, comunicar se usa
para significar el compartir bendiciones financie-
ras, como también significa el dialogo.
Primero, el apóstol Pablo utiliza esta palabra para
enseñar que los creyentes deben compartir una ben-
dición financiera—para comunicar y distribuir algu-
na dádiva a aquellos que les enseñan la Palabra
de Dios. Debe haber una santa reciprocidad entre
el que recibe la Palabra y el mensajero de la Pa-
labra. El Apóstol dijo: “El que es enseñado en la
palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que
lo instruye” (Gálatas 6:6). Él hizo la pregunta, “Si
nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual,
¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo mate-
rial?” (1 Corintios 9:11). Hablando de los de Mace-
donia y Acaya, quienes financieramente ayudaron
a los santos en Jerusalén, Pablo escribió: “Pues les
pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si
los gentiles han sido hechos participantes de sus
bienes espirituales, deben también ellos ministrar-
les de los materiales” (Romanos 15:27). Él expresó
gratitud a la iglesia de Filipo por su ayuda: “Sin
embargo, bien hicisteis en participar conmigo en
mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh fili-
penses, que al principio de la predicación del evan-
gelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia
participó conmigo en razón de dar y recibir, sino
vosotros solos; pues aun a Tesalónica me envias-
teis una y otra vez para mis necesidades. No es que
busque dádivas, sino que busco fruto que abunde
en vuestra cuenta” (Filipenses 4:14-17). Una forma
de comunicación es la santa reciprocidad de aque-
llos que reciben la Palabra, y comparten un regalo
financiero con aquellos que le enseñan la Palabra.
326
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

Segundo, otra forma de comunicación que se en-


cuentra en la Escritura es la conversación—hablar,
las palabras que uno usa. En relación con esto,
Jesús advirtió, “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no,
no; porque lo que es más de esto, de mal proce-
de” (Mateo 5:37). Del mismo modo, el apóstol Pablo
dijo, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra
boca, sino la que sea buena para la necesaria edi-
ficación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios
4:29). A los Colosenses, escribió, “Pero ahora de-
jad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo,
malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vues-
tra boca. No mintáis los unos a los otros, habién-
doos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen
del que lo creó se va renovando hasta el conoci-
miento pleno” (Colosenses 3:8-10). Luego les dijo,
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada
con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno” (Colosenses 4:6). La muerte y la vida se
encuentran en el poder de la lengua. El propósito
más sublimes para el cual nuestras palabras pue-
den servir es para testificar y comunicar el evange-
lio de Jesucristo. En este aspecto, el apóstol Pedro
instruyó, “Si alguno habla, hable conforme a las
palabras de Dios; si alguno ministra, ministre con-
forme al poder que Dios da, para que en todo sea
Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén” (1 Pedro 4:11).

Jesús: el Gran Comunicador


Durante los años 80, el Presidente norteameri-
cano Ronald Reagan era calificado como “el gran
comunicador”. Su presencia dominante, su don de

327
Predicando la Palabra Hoy

oratoria, y el estilo persuasivo hicieron que se ga-


nara los elogios y la admiración del mundo. Ya sea
que estuviera hablando a los delegados en la Con-
vención Nacional Republicana o dirigiéndose a la
sesión conjunta del Congreso para dar el Discurso
del Estado de la Unión; sea que estuviera listo de-
lante de las cámaras para discutir los resultados
de la reunión en Génova con Mikhail Gorbachev o
confortando a la nación después del desastre del
Challenger donde los astronautas norteamericanos
y una maestra perdieron sus vidas. Ronald Reagan
tenia la habilidad de llegar a la gente y comuni-
carse con su audiencia. Sea que uno estuviera de
acuerdo o no con su política, pocos niegan que su
discurso era verdaderamente “una poesía en movi-
miento”. Verdaderamente, muchos individuos han
llegado a la plataforma del mundo con una habi-
lidad increíble para hipnotizar a las audiencias e
inspirar a la gente hacia la grandeza con sus pala-
bras. Pero, de todos los comunicadores del mundo
que se han visto, ninguno de ellos se compara con
el más grande comunicador de todos, Jesucristo.
Los grandes comunicadores han venido y se han
ido, pero Jesucristo fue el Verbo hecho carne y sólo
Sus palabras son palabras de vida.
Escuche a éste gran comunicador mientras se
sienta en la ladera de la montaña, abre Su boca y
dice:

Bienaventurados los pobres en espíritu, por-


que de ellos es el reino de los cielos. Bienaven-
turados los que lloran, porque ellos recibirán
consolación. Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia, porque ellos serán saciados. Bien-
aventurados los misericordiosos, porque ellos

328
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

alcanzarán misericordia. Bienaventurados los


de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos
serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os
vituperen y os persigan, y digan toda clase de
mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y ale-
graos, porque vuestro galardón es grande en
los cielos; porque así persiguieron a los profetas
que fueron antes de vosotros (Mateo 5:3-12).

Jesús continúa, “Vosotros sois la sal de la tierra


. . . Vosotros sois la luz del mundo . . . Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Pa-
dre que está en los cielos” (Mateo 5:13-16).

Jesús: Directo y Práctico


La predicación de Jesús era directa y práctica.
Él era directo cuando decía, “cualquiera que se
enoje contra su hermano [otros manuscritos agre-
gan: sin una causa], será culpable de juicio” (Ma-
teo 5:22); pero práctico cuando dijo, “Por tanto, si
traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que
tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con
tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofren-
da” (Mateo 5:23, 24). Él fue directo cuando dijo,
“cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,
ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28);
pero fue práctico cuando dijo, “si tu ojo derecho
te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros,
y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”
(Mateo 5:29). Él fue directo cuando dijo, “Guardaos

329
Predicando la Palabra Hoy

de hacer vuestra justicia delante de los hombres,


para ser vistos de ellos” (Mateo 6:1); Y cuando ores,
no seas como los hipócritas; porque ellos aman el
orar . . . para ser vistos de los hombres” (Mateo
6:5); “Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y
lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que
ayunas, sino a tu Padre que está en secreto” (Mateo
6:17, 18); pero también práctico cuando dijo: “Pero
tú, [haz estas cosas en secreto, entre tu y el Padre];
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público” (Mateo 6:18). Él fue directo cuando dijo:
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o
qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gen-
tiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas” (Mateo 6:31, 32); pero también fue práctico
cuando dijo, “Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” (Mateo 6:33).

Jesús se Ponía en Contacto con la Gente


Lo esencial es que Jesús alcanzaba a la gente y
se ponía en contacto con ellos. Él se encontraba con
la gente donde ellos estaban; hablaba su idioma; y
se sentaba donde ellos se sentaban. Él partió el pan
con ellos, y les ofreció la paz de Dios. El capturó
la esperanza de la gente, y atrapó las imaginacio-
nes de sus corazones. Consoló al afligido y afligió
al confortado. Encendió un fuego y todavía su calor
puede sentirse. Como el agua fría al alma sedien-
ta, Jesús trajo las buenas nuevas de lejanas tierras
y como resultado, Su fama se esparció y la gente
vino desde Dan hasta Beerseba para oír la Palabra
de Dios. “Y le siguió mucha gente de Galilea, de
Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado

330
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

del Jordán” (Mateo 4:25). En una ocasión, cuan-


do Jesús se encontraba en Capernaún, se oyó que
Jesús estaba en la casa, y la Escritura dice, “E in-
mediatamente se juntaron muchos, de manera que
ya no cabían ni aún a la puerta; y les predicaba la
palabra” (Marcos 2:2). La gente hacía presión en
medio de la multitud, simplemente para tocarlo.
Subían a los árboles, simplemente para darle un
vistazo. El ciego clamó, “¡Ten misericordia de noso-
tros, Hijo de David! (Mateo 9:27). Aún los poseídos
por los demonios, caían a Sus pies y le adoraban.

Cuatro Características de la Predicación de Jesús


Jesús habló la Palabra de Dios con autoridad. Él
no habló meramente como un comentarista, repi-
tiendo como un loro las palabras de los hombres
que habían muerto tiempo atrás. Él no los alimentó
con esquemas de sermones del pasado. Él habló
como Uno que tiene un mensaje fresco de Dios y
una visión del mundo celestial. Él habló de par-
te de Dios a la gente, “porque les enseñaba como
quien tiene autoridad, y no como los escribas”
(Mateo 7:29). Y como resultado, la gente respon-
día, “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este
hombre!” (Juan 7:46). Cuando se le preguntó, Pe-
dro respondió, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna” (Juan 6:68).
Jesús, no sólo predicó la Palabra con autoridad,
sino también habló proféticamente. La gente dijo,
“Un gran profeta se ha levantado entre nosotros”
(Lucas 7:16).  Él era tan enérgico, que ellos real-
mente creían que era uno de los profetas del Anti-
guo Testamento había resucitado de los muertos.
Algunos pensaban que él era Juan el Bautista que
había resucitado de los muertos. Otros decían que

331
Predicando la Palabra Hoy

él era Elías o Jeremías o uno de los otros profe-


tas. Ellos vieron en Jesucristo ternura y severidad,
mansedumbre y firmeza, bondad y amonestación,
amabilidad y rigor.
Por un lado, como Jeremías, Jesús era un hom-
bre de corazón que lloró sobre Jerusalén; lloró en
la tumba de Lázaro; y lloró en el Huerto por un
mundo perdido. La Biblia dijo que él oró con gran
clamor y lágrimas. Él nunca tuvo esa actitud tipo
profesional que le hubiera permitido mirar al gen-
tío pululante y millares de personas atestadas sin
inmutarse. Mateo registra, “Y al ver las multitudes,
tuvo compasión de ellas” (Mateo 9:36).
Por otro lado, Jesús podía estar tan firme como
Elías. Una vez, él fue a cenar con un Fariseo y an-
tes que se levantara de la mesa, Jesús lo había
llamado hipócrita en ocho ocasiones. A él no le
importaba decir, “Vosotros sois de vuestro padre
el diablo” (Juan 8:44). A él no le importaba decir,
“porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos,
mas por dentro están llenos de huesos de muer-
tos y de toda inmundicia” (Mateo 23:27). A él no le
importaba decir, “Este pueblo de labios me honra;
mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8). La
Rosa de Sarón también tenía espinas. El Lirio de
los Valles también era el León de la tribu de Judá.
En adición de hablar con autoridad y hablar pro-
féticamente, Jesús también los invitaba a tomar una
decisión. Siempre presentaba el verdadero costo del
discipulado. Por ejemplo, Él dijo: “Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su
vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué

332
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y


perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hom-
bre por su alma?” (Marcos 8:34-37). Otra vez, él
dijo, “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de
mí” (Mateo 11:29). Él demandó una entrega total y
absoluta, diciendo, “No podéis servir a Dios y a las
riquezas” (Mateo 6:24). Él presentó el mensaje de
Dios y luego los llevó a que tomaran una decisión.
Otra cosa más acerca de este Gran Comunica-
dor: Jesús adornaba Su mensaje con ilustraciones.
Él ilustraba Sus verdades con objetos comunes del
campo, lo que le permitía relacionarse con la gente
en sus entornos. Él predicaba donde la gente vivía
y los llevó de lo conocido hacia lo desconocido. Él
era descriptivo en sus enseñanzas, sorprendía a la
congregación con admiración y los mantenía en ab-
sorta atención.
En una ocasión, Jesús ilustró Su mensaje con
el paisaje de Galilea. Él dijo:

“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni


siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre
celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mu-
cho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá,
por mucho que se afane, añadir a su estatura
un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?
Considerad los lirios del campo, cómo crecen:
no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun
Salomón con toda su gloria se vistió así como
uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy
es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste
así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres
de poca fe?” (Mateo 6:26-30).

Él se relacionaba con la gente en su vida hoga-


reña. Se relacionaba con la ama de casa, hablando
de la taza y el plato; la lámpara y el candelabro. Se

333
Predicando la Palabra Hoy

relacionaba con los obreros de la calle hablando


acerca de moler en el molino y la piedra del molino.
Hablaba acerca de la madre que cocía una pieza de
paño nuevo en un vestido viejo. Hablaba acerca de
la gallina que juntaba a los pollitos bajo sus alas.
Hablaba acerca de las aves que roban las semillas
que son sembradas, los gorriones que caen del cie-
lo, las higueras y los arbustos de zarzas. Tomaba
los objetos, los ponía cerca y los hacía recobrar vida
como parte de su mensaje.

Jesús Estaba Ungido con el


Espíritu Santo
Lo que hizo que Su comunicación estuviera uni-
da, fue el hecho que Jesucristo estaba ungido con
el Espíritu Santo y poder. El Espíritu del Señor vino
sobre él en el bautismo. Cuando ingresó al minis-
terio, Él fue en el poder del Espíritu Santo. Juan
declaró, “Porque el que Dios envió, las palabras de
Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medi-
da” (Juan 3:34). En otras palabras, a Jesús le fue
dado el Espíritu sin medida—la unción total, inves-
tido de poder de lo alto.
¿Qué tiene todo esto que ver con la predicación
en un mundo de alta tecnología? Jesús dijo, “Como
me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan
20:21). Jesús, no sólo es el mensaje que se predica
en el evangelio, sino que también es el modelo para
predicar. Él alentó a los ministros a seguir Su mo-
delo en todas las cosas: permitiendo que sus vidas
sean como la de él, sus ministerios como el de él,
sus predicaciones como las de él. Aún, así como el
Padre lo envió a él, él envía a los ministros hoy.
En términos prácticos, ¿cómo puede la predica-
ción llegar a ser ungida, con autoridad, profética,

334
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Comunicando como Cristo

y productiva? ¿Qué pueden ver los ministros en la


vida de Cristo que le dió la habilidad para comu-
nicar con eficiencia el evangelio a la gente de Sus
días?

Tres Lecciones Sobre Comunicación de la Vida


de Jesús
1. De la vida de Cristo, resulta claro que antes
que uno pueda comunicar eficazmente un mensaje
de Dios, ellos deben primero estar en íntima comuni-
cación con Dios. Jesús dijo, “No puede el Hijo hacer
nada por sí mismo . . . No puedo yo hacer nada por
mí mismo . . . no busco mi voluntad, sino la vo-
luntad del que me envió, la del Padre” (Juan 5:19,
30). Otra vez, él dijo, “que nada hago por mí mis-
mo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”
(Juan 8:28). Jesús llamó primero a sus discípulos
para que sean como él, y luego los envió a predi-
car, sanar a los enfermos, y echar fuera a los de-
monios. Para ser un comunicador eficaz para Dios,
uno debe tener una comunicación íntima con Dios.
2. De la vida de Cristo, es evidente que para que
los ministros sean comunicadores eficaces de Dios,
ellos deben estar en contacto con la gente en el pun-
to del dolor. Ellos deben mirarlos, así como Dios
los ve; él se movía con compasión; se sentaba con
ellos y rechazaba rodearse con una aureola de pro-
fesionalismo. Ellos deben ser como Jesús quien no
buscó la fama, dejó a un lado Sus ropas de gloria,
y llegó a ser uno más con los hombres.
3. De la vida de Cristo, resulta obvio que para ser
comunicadores eficaces de Dios, los ministros deben
aprender el principio de la encarnación—permitir que
la Palabra de Dios se haga carne en ellos. Ellos de-
ben traducir la teología en biografía, de tal manera

335
Predicando la Palabra Hoy

que ellos se conviertan en cartas vivas leídas y co-


nocidas por todos los hombres. Después de todo,
la verdadera esencia de la predicación es la verdad
de Dios que se derrama por medio de la vida del
predicador para cumplir con las necesidades de la
gente. En las palabras del Profesor John Killinger
de la Universidad de Samford:

El evangelio se refracta en todas las cosas vi-


vas. Los predicadores cometen un error cuan-
do tratan de predicar del dogma o doctrina sin
una visión fresca de donde el Evangelio está
ocurriendo, u ocurrió, y compartir esto con
la congregación. Una vez que el predicador
aprende esto, el mundo llega a ser una deli-
cia caleidoscópica. Los sermones saltan en
cada mano, rogando ser predicados. En lugar
de preguntarse sobre lo que hay que predicar,
el predicador se pregunta si el tiempo de vida
será suficiente para predicar todos los sermo-
nes que están rogando ser predicados, para
recrear a la congregación las maravillas de
todo eso (Liderazgo, Verano 1993).

Conclusión
Dios desea escribir en la vida de los ministros y
desea expresarse él mismo en forma única y pode-
rosa por medio de ellos. Él quiere encenderlos para
que vivan y sean como Jesús.

336
24
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Utilizando la
Tecnología
Mark Williams, D.D.

El desafió de comunicar el evangelio en una cul-


tura postmoderna ha provocado la búsqueda para
entender lo que significa involucrarse en “Predi-
car la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología”.
El próximo paso es clarificar lo que significa el lla-
mado de Dios al ministerio y cual es la respuesta
que se requiere. Esto fue seguido al considerar el
método que Dios eligió para revelarse a Sí mismo a
la humanidad. Luego, el capítulo anterior visualizó
a Cristo como un ejemplo de cómo Dios desea co-
municarse eficazmente por medio de los ministros
de hoy. Además de una relación con él, Dios los
capacita para predicar el evangelio con autoridad,
unción y poder profético.

337
Predicando la Palabra Hoy

La Tecnología y el Ministerio
Este capítulo trata de cómo la tecnología puede
ayudar a los ministros a proclamar el evangelio de
Jesucristo. La tecnología ha recorrido un camino
largo en un tiempo breve. ¿Quién se iba a imaginar,
100 años atrás que en este tercer milenio el mun-
do estaría disfrutando las comodidades modernas
y los avances tecnológicos que han llegado a ser
parte de la vida diaria?

Una Perspectiva Secular


De acuerdo a la revista Newsweek, poco antes
del giro del siglo 20, en la Exposición Mundial Co-
lumbina en Chicago, Illinois, un grupo de 74 hom-
bres de los más famosos en los Estados Unidos en
los negocios, periodismo e intelectuales, se reunie-
ron para hablar sobre el futuro. La pregunta que
consideraron era, “¿Cómo piensa usted que será la
vida en el siglo 21, o dentro de 100 años a partir de
ahora?” Esto es lo que ellos predijeron:
1. La gente vivirá más tiempo—la expectativa
de vida será de 150 años.
2. La correspondencia se entregará por medio
de un sistema de tubos neumáticos.
3. Millones de lugares habitables serán enfria-
das artificialmente durante el verano.
4. La electricidad será el recurso principal para
transportación—habrá vagones eléctricos,
carros de reparto eléctricos, y bicicletas eléc-
tricas.
5. El ferrocarril y los barcos a vapor serán tan
obsoletos como la diligencia y cada uno via-
jará en globo.
6. La ley será tan simple, que dos tercios de los
abogados perderán sus trabajos.

338
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

Obviamente, cuando se trata de predecir el fu-


turo, la humanidad puede ver sólo por medio de un
cristal obscuro.
El mismo artículo en Newsweek, también publi-
có las predicciones de los pronosticadores mientras
se atrevían a mirar curiosamente a los años de este
siglo. De acuerdo sus predicciones:
1. El trabajo será menor y menos importan-
te para la gente. Debido a la flexibilidad del
tiempo y las telecomunicaciones, mucha más
gente elegirá trabajar fuera de sus casas. El
trabajo será “algo que ellos hacen” en lugar
de “algún lugar” a donde ellos van.
2. Las familias se continuará redefiniendo. Un
pediatra hizo esta pregunta, ¿Existirá eso
que se dice familia? Y, si es así, ¿estarán
ellos todavía criando a los niños?
3. El mundo de los negocios continuará evolu-
cionando y cambiando. El sistema de redes
de las pequeñas empresas eventualmente
reemplazará a las grandes corporaciones pú-
blicas.
4. La tecnología de los medios de comunicación
continuará explotando y pronto, cada hogar
tendrá la capacidad, en su medio ambiente,
de ver 500 canales en su gran pantalla de
televisión.
5. El autor John Dvorak declaró que el gran
debate de este siglo será si las computado-
ras son máquinas o entidades vivientes. Las
computadoras, él dijo, se programarán para
responder a las emociones humanas. Siguió
diciendo que, un día una computadora po-
dría ser un candidato para el puesto de Pre-
sidente de los Estados Unidos.

339
Predicando la Palabra Hoy

Esta última predicción todavía no ha suce-


dido, pero es sorprendente cuántas de esas
predicciones escritas antes del comienzo del
siglo 21, ya se encuentran obsoletas.

La Perspectiva de la Iglesia
En relación con la iglesia, como uno lo podría
esperar, los profetas de fatalidades se encuentran
en todas partes para predecir el colapso y la extin-
ción ulterior del Cristianismo.
Pero los embajadores de la iglesia del Señor Je-
sucristo tienen un mensaje diferente. También tie-
ne un punto de vista diferente. Tienen una promesa
de parte de Él, quien es antes que todas las cosas y
sostiene todas las cosas con la palabra de Su poder.
Ellos tienen una palabra de los tiempos antiguos;
un mensaje del Gran YO SOY. Tienen una promesa
de parte de Uno que está firme en cada lado de la
eternidad. Jesús mismo expresa ese mensaje: “Y
yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta
roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves
del reino de los cielos; y todo lo que atares en la
tierra será atado en los cielos; y todo lo que desata-
res en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo
16:18,19). Ellos también tienen esta promesa que
les dio Jesús: “Y será predicado este evangelio del
reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Tienen la promesa del profeta Joel: “Y en los pos-
treros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu so-
bre toda carne” (Hechos 2:17).
La Biblia dice que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos; que los hombres malos y los en-
gañadores irán de mal en peor, engañando y siendo

340
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

engañados. La Biblia predice una gran apostasía,


donde algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios
(ver 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:1, 13).
Pero, paralelamente con la apostasía, Dios ha
prometido hacer una cosa nueva. La historia no
le pertenece al diablo; ¡La historia le pertenece al
Señor!. La soberanía no le pertenece al diablo; ¡La
soberanía le pertenece al Señor! El destino no le
pertenece al diablo; ¡el destino le pertenece al Se-
ñor! La providencia no le pertenece al destino, a la
casualidad o al diablo; ¡La providencia le pertenece
al Señor!
La buena noticia es que detrás de los titula-
res, detrás de los tiempos peligrosos, detrás de los
hombres malos y engañadores, detrás de los tronos
tambaleantes, detrás de las sublevadas democra-
cias, detrás de las civilizaciones desmoronadas, de-
trás del caos y la confusión se encuentra un todo-
poderoso, majestuoso, infinito, omnipotente, omni-
presente, omnisciente, Rey soberano, quien mueve
toda la historia hasta su total cumplimiento. Él no
se pone nervioso, o ansioso o fuera de control. To-
das las cosas están sujetas a Su comando inmedia-
to y se mueven de acuerdo a Su propósito eterno.
Y en todas las cosas, él se encuentra trabajando
para el bien de aquellos que “aman a Dios . . . que
conforme a su propósito son llamados” (Romanos
8:28). Más adelante, el apóstol Pablo recuerda a los
creyentes: “Porque de él, y por él, y para él, son
todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.
Amén” (Romanos 11:36).
Nunca en la historia del mundo, Dios se ha mo-
vido en una forma sin precedentes como lo esta-
mos viendo hoy. Nunca el evangelio de Jesucristo

341
Predicando la Palabra Hoy

ha sido más fuerte que como lo es hoy. Aunque


todavía queda un gran trabajo que hacer, y queda
poco tiempo para hacerlo. Seguramente, Dios está
preparando a su iglesia para el rapto. Y, si la iglesia
va a alcanzar a los no alcanzados, y decirles lo que
no fue dicho, no debe hacerse “al estilo de la iglesia
de los años 60” sino que debe hacer uso de cada
recurso disponible y cada vehículo tecnológico para
publicar, proyectar, transmitir y predicar el evan-
gelio de Jesucristo. Mientras que el mensaje nunca
cambia, los medios, los métodos, las herramien-
tas, las estrategias deben mantenerse de acuerdo
a los tiempos para sacar el mejor provecho de cada
oportunidad, para ganar a los inconversos para el
Señor Jesucristo. Indudablemente, esta explosión
del conocimiento y estos avances de la comunica-
ción son parte del plan de Dios para diseminar el
evangelio del Señor Jesucristo. Después de todo,
el propósito supremo es que la tecnología pueda
servir, para llevar el mensaje del amor de Dios a un
mundo que se encuentra perdido.

La Tecnología y las Herramientas


para el Ministerio
La tecnología puede ser intimidante, pero los
ministros no pueden permitir que el temor los pa-
ralice y les impida utilizar estas herramientas ex-
traordinarias para el ministerio. Como dijo el após-
tol Pablo, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio pro-
pio” (2 Timoteo 1:7).
La mayoría de los ministros han sido grande-
mente bendecidos por medio de la tecnología del
sonido y los sistemas para dirigirse al público. Ya
sea por el uso de micrófonos fijos, micrófonos de

342
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

mano, un micrófono inalámbrico de solapa, o au-


riculares, la incorporación de sistemas para diri-
girse al público en las reuniones de adoración han
permitido que los oyentes escuchen la Palabra de
Dios y los ministros comuniquen eficientemente
la Palabra con un desgaste mínimo de la voz. Con
optimismo, ellos están aprendiendo a sacar prove-
cho de sus diafragmas y permitir que el micrófono
haga el trabajo. Una de las cosas más importantes
para considerar cuando se construye una iglesia
nueva es pensar en los desafíos de la acústica. Un
ingeniero especialista en sonido o un especialista
en acústica, puede ahorrarle a una iglesia muchos
dolores de cabeza cuando sus servicios comiencen
a celebrarse.

El Ministerio de la Grabación
La mayoría de los ministros han visto el benefi-
cio del ministerio de la grabación . Grabar y repro-
ducir sus mensajes en cintas de audio y/o de vi-
deo, pueden ser una maravillosa extensión de sus
ministerios como también proveer una fuente de
ingreso extra para ellos o sus iglesias. Las grabacio-
nes son una herramienta maravillosa para la evan-
gelización. Muchos individuos, que por su tiempo,
no responderán a una invitación inicial para asistir
a una reunión en la iglesia, podrán escuchar una
grabación en la privacidad de sus casas o autos.
Los ministros han recibido muchos testimonios de
personas que han sido salvas, sanadas y bautiza-
das en el Espíritu Santo como resultado de escu-
char un mensaje grabado. Las grabaciones también
son una herramienta maravillosa para el discipula-
do. Una serie de mensajes pueden ser agrupados y
colocados en un álbum de enseñanza para que los

343
Predicando la Palabra Hoy

miembros puedan llevarlos a su casa y estudiarlos.


Las grabaciones son siempre una bendición para
los que están internos en los hogares de reposo
(Nursing Homes). Las grabaciones pueden dar una
gran exposición a la iglesia y dar a conocer, en una
forma única, la clase de ministerios que se están
llevando a cabo en la misma. Un ministerio de gra-
bación es bien rentable con un mínimo de gastos
indirectos y requiere muy poco entrenamiento.

Medios Impresos
Los medios impresos son todavía un vehículo
viable para mantener informada a la membresía y
a la comunidad acerca de los eventos futuros. Mu-
chas iglesias hoy, todavía imprimen boletines para
las reuniones de adoración y hojas informativas y
volantes como una manera de estar en contacto y
comunicar los anuncios. Años atrás, las iglesias
imprimían boletines con esténcil y un mimeógrafo.
Hoy, existen programas de computación tales como
PageMaker® y una gran cantidad de otros que lle-
van al usuario paso por paso a través del arreglo,
diseño, y tipografía. Los medios impresos todavía
son un vehículo viable para publicar el evangelio
por medios de folletos, libros y cosas semejantes.

Radio y Televisión
Luego, aquí encontramos los medios masivos de
comunicación, tales como la radio y la televisión
que permiten que un mensaje alcance a miles, y
aún a millones al mismo tiempo. La radio todavía
puede ser un medio poderoso para el evangelismo y
el discipulado. Marshall Shelley, editor de la revista
Liderazgo, notó que hace 50 años, todas las esta-
ciones de radios ofrecían “programas en bloques”,

344
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

música variada, noticias, comedia y drama, asu-


miendo que toda la familia sintonizaba la radio al
mismo tiempo. Cuando llegó la televisión, muchos
predijeron la muerte y la extinción de la radio. Pero
en su lugar, la radio se adaptó y comenzó a trans-
mitir espacios cortos con mucho éxito. Por lo tanto,
ahora existen noticias habladas, deportes habla-
dos, programas chocantes, o como los de la Dra.
Laura y Rush Limbaugh. Existen estaciones mu-
sicales definidas para el rock clásico, rock suave,
rock liviano, antiguos, rock alternativo, de escucha
fácil, country clásico, el nuevo country, jazz, R&B,
hip hop, y otras más. Los oyentes se encuentran
diversificados, pero allí están.
Cuando los ministros van a la radio, necesitan
decidir a que audiencia se van a dirigir—cristianos,
no-cristianos, jóvenes, adultos. Ellos deberían res-
ponder a la pregunta, ¿A quién quiero alcanzar? La
siguiente pregunta es, ¿Cuál es la estación de radio
que mejor atrae a la gente que uno quiere alcanzar?
Próxima, ¿Qué acerca del formato? ¿Cuál será el
contenido del programa? ¿Cuál será el estilo de la
presentación? ¿Será informal—hablar sobre even-
tos de actualidad y dar una perspectiva Bíblica?
¿Será musical? ¿Será una versión editada del Ser-
vicio del Domingo por la mañana? ¿Qué se quiere
lograr? ¿Cómo se producirá el programa? Una vez
que esto ha sido resuelto, es tiempo de comprar
el espacio radial. No todas las estaciones de radio
venden espacios para programas religiosos. ¿En
qué momento del día ellos quieren que sea trans-
mitido? Los mejores momentos son en la mañana
y en la tarde, cuando la gente va o regresa del tra-
bajo, pero siempre son más caros. Los programas
de radio diarios son siempre mejores que los que

345
Predicando la Palabra Hoy

tienen una frecuencia semanal. Pero, quizás lo más


importante que ellos necesitan definir es qué cri-
terio utilizarán para evaluar el éxito del programa.
¿Será por el número de cartas recibidas? ¿El nú-
mero de productos vendidos? ¿El número de gente
que viene a la iglesia? La experiencia muestra que
la radio no construye una iglesia numéricamente
como lo hace la televisión. ¿Cuál será la norma de
éxito para ver si están obteniendo lo máximo por su
dinero? Algunas veces, los mensajes de un minuto
pueden ser igual de efectivos que un programa de
30 minutos.
Y luego está la televisión. La televisión es uno
de los medios más influyentes para entretenimien-
to e información en el mundo de hoy. Con el adve-
nimiento de la tecnología de satélites, uno puede
literalmente alcanzar al mundo con el evangelio de
Cristo. Existen estaciones cristianas y redes cris-
tianas que proveen programación las 24 horas. Los
costos de producción, los costos de programación,
iluminación, equipos de cámaras—todo puede ser
muy caro y requiere ingenieros altamente adiestra-
dos o técnicos para producir un programa de ex-
celencia. Pero, existen maneras para comenzar un
ministerio de televisión que sea más económico.
Aprovechando las ventajas del acceso a los cana-
les del cable local, es una manera para comenzar
con un costo mínimo por el tiempo en el aire. Pero,
aunque sea en un canal de acceso local, no puede
permitirse que se sacrifique la calidad. Nadie mi-
rará programas de televisión de mala calidad. La
calidad y la excelencia son indispensables.

Internet y la Red Informática Mundial (www)


Todos los métodos de comunicación arriba men-
cionados son bastante comunes y son utilizadas
346
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

ampliamente mientras las finanzas y las oportu-


nidades lo permitan. Pero, existe otra forma de co-
municación masiva que literalmente está cambian-
do la manera en que uno vive, trabaja y ministra, y
es la Internet y la Red Informática Mundial (www).
Las computadoras personales se encuentran en
el 40 por ciento de los hogares en EEUU, y el tráfi-
co en Internet está prorrumpiendo a un promedio
de diez veces por año, o mil veces cada tres años.
Sesenta y dos millones de norteamericanos ahora
navegan por la red. En el 1994, 3 millones de per-
sonas en el mundo estaban conectadas a la red; en
1998, 28 millones de personas estaban conectadas
a la red; y en 1998, más de 82 millones de personas
estaban conectadas a la red. Nuevos sitios Web es-
tán apareciendo a un promedio de 65,000 por día.
Las escuelas públicas están enseñando en el tercer
grado a diseñar sus propias páginas Web. Las pro-
gramas para computadoras para editar videos están
ahora disponibles hasta para los niños de 4 años.
Las estadísticas siguientes son de alguna forma
asombrosas. La radio necesitó 38 años para ganar
50 millones de oyentes hogareños. Se necesitó 13
años para que la televisión y el cable ganaran 50
millones de televidentes en los hogares. Pero, se ne-
cesitó solamente cuatro años para que la Red Infor-
mática Mundial (www) ganará 50 millones de usua-
rios hogareños. Solamente en 1998, el 44.7 por
ciento de los adultos en EEUU utilizaban la Web.
La Internet y la Red Informática Mundial tienen
el potencial para la comunicación más grande en la
historia de la iglesia. Ofrece un sistema de entrega
totalmente nuevo para el ministerio. Mas que hacer
amigos por medio de la Web o tener un lugar en la
Web, uno puede realmente ministrar por medio de
la Web.
347
Predicando la Palabra Hoy

La Internet no es solamente un sistema de en-


trega para el ministerio fuera de las comodidades
de la iglesia, sino que también para la preparación
de los sermones, provee un acceso increíble a la
investigación, noticias, y eventos de actualidad. Si
uno quisiera utilizar una cita de los informes de
la red de un programa de noticias, uno puede re-
cuperar la cita exacta por medio de un archivo de
noticias o servicios de transcripción. Existen servi-
cios y sitios Web que ofrecen vastas colecciones de
ilustraciones para sermones. Existen sitios donde
se pueden encontrar los textos y libros clásicos. La
Internet y la Red Informática Mundial (www) pue-
den ser una herramienta invaluable para la entre-
ga y preparación de la presentación del evangelio.
Además, de proveer acceso a la Internet, la mis-
ma computadora personal ofrece una amplia gama
de posibilidades para la investigación y el proce-
samiento de las palabras. Existen programas con
traducciones de distintas versiones de la Biblia,
concordancias electrónicas, y comentarios comple-
tos disponibles en discos compactos. Nunca antes
ha habido tantas herramientas disponibles para la
preparación del obrero en el proceso de la predica-
ción.
Una palabra de advertencia. Así como la Inter-
net puede ser usada para lo bueno, puede conver-
tirse en la herramienta más grande para el mal que
el enemigo ha conocido. La tentación más grande
para Adán y Eva, fue la ambición por el conoci-
miento y eso los llevó a su muerte espiritual. La
Internet puede ser, en los días modernos, como el
fruto prohibido. La Escritura nos advierte que en
los postreros días, habrá aquellos que “siempre es-
tán aprendiendo, y nunca pueden llegar al conoci-
miento de la verdad” (2 Timoteo 3:7).
348
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Utilizando la Tecnología

No solamente la Internet provee una tentación


sutil para alabar al conocimiento, sino también
ofrece una gran variedad de materiales que explo-
tan sexualmente a la mujer y a los niños. Debido
a que no está regulada como la televisión o las pe-
lículas, los productores de pornografías, tienen un
reino libre para publicar cualquier y todo lo que sea
lascivo, lujurioso, perverso y condenable. El Dr.
James Dobson, recientemente expuso los peligros
para los niños y la familia que han prevalecido en
la Red Informática Mundial (www). Instalar progra-
mas que analicen y bloqueen el acceso de las com-
putadoras, se ha hecho necesario para proteger a
los niños de este mal, aunque ellos no son 100 por-
ciento seguros. Los ministros deberían aprovechar
estas protecciones en sus computadoras tanto en
sus casas como en las iglesias, y preferiblemente
suscribirse solamente a aquellos proveedores de
Internet que bloquean el sexo explícito y los sitios
violentos en la Web.
Un ministro retirado advirtió a un ministro jo-
ven y a su esposa que había tres áreas donde el
diablo ataca a los ministros del evangelio: en el di-
nero, sexo y poder. Desafortunadamente, en años
recientes, los cristianos tienen sus corazones que-
brantados por los muchos ministros que han caído
y que han sido victimas del enemigo. Aquellos que
luchan con pensamientos impuros, pornografía,
o cualquier otra clase de tentación sexual, debe-
rían mantener sus computadoras abiertas en un
lugar visible y nunca entrar a la Web cuando se
encuentran solos. Ellos deberían comprar progra-
mas de investigación que filtren la información y
con dispositivos de bloqueo que previenen el acceso
a sitios objetables, permanecer responsable y sobre
todo, mantenerse cubiertos con la sangre de Jesús.
349
Predicando la Palabra Hoy

Conclusión
Predicar la palabra en un mundo de alta tec-
nología, pude ser un negocio peligroso. Los minis-
tros se encuentran en una guerra. Pablo escribió:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, con-
tra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes” (Efesios 6:12). “Pues aunque andamos
en la carne, no militamos según la carne; porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortale-
zas, derribando argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cris-
to” (2 Corintios 10:3-5). La buena nueva es que los
creyentes pueden vivir en victoria. Ellos han sido
hechos vencedores por la sangre del Cordero y la
palabra de sus testimonios.

350
25
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
La Predicación
Evangelística
Mark Williams, D.D.

El capítulo anterior demostró que el propósito


más elevado al que la tecnología puede servir, es lle-
var el mensaje del amor de Dios a un mundo perdi-
do y herido. Los ministros nunca deben olvidar que,
sin importar sus posiciones o lugares de servicio,
su responsabilidad principal es ganar a los perdidos
para Jesucristo, que es, hacer la obra de un evange-
lista. Este capítulo trata lo concerniente al mandato
y se enfoca en la predicación Evangelística.

Ganando al Perdido
El apóstol Pablo le dijo a Timoteo, su joven hijo
espiritual en el ministerio:

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesu-


cristo, que juzgará a los vivos y a los muertos

351
Predicando la Palabra Hoy

en su manifestación y en su reino, que predi-


ques la palabra; que instes a tiempo y fuera
de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con
toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiem-
po cuando no sufrirán la sana doctrina, sino
que teniendo comezón de oír, se amontona-
rán maestros conforme a sus propias concu-
piscencias, y apartarán de la verdad el oído y
se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en
todo, soporta las aflicciones, haz obra de evan-
gelista, cumple tu ministerio (2 Timoteo 4:1-5).

La palabra evangelista, del la palabra griega eu-


angelistes, se deriva de la raíz de la palabra euan-
ggelizo, que significa “proclamar buenas nuevas”.
Aparece cerca de 54 veces en el Nuevo Testamento,
y significa “la proclamación del euanggelion, que
es, el evangelio del Señor Jesucristo”.
Cuando los ángeles aparecieron a los pastores
que moraban en los campos, el mensaje de ellos
fue, “He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será
para todo el pueblo” (Lucas 2:10), significando “Yo
los evangelizo a ustedes”. Cuando Jesucristo esta-
ba citando las palabras de Isaías, Él dijo: “El Es-
píritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lu-
cas 4:18). De hecho, les estaba diciendo, “El Espí-
ritu del Señor me ha ungido para evangelizar, para
traer buenas nuevas a los pobres”. De acuerdo a
Lucas 3:18, Juan el Bautista predicaba o evangeli-
zaba a la gente. Los discípulos de Jesús, “pasaban
por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sa-
nando por todas partes” (Lucas 9:6).
Pablo amonestó a Timoteo, “Te encarezco delante
de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vi-
vos y a los muertos en su manifestación y en su rei-
no, que prediques la palabra; que instes a tiempo y

352
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Predicación Evangelistica

fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con


toda paciencia y doctrina . . . haz obra de evange-
lista, cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4:1, 2, 5). Lo
estaba mandando a ganar a los perdidos.

La Pasión de Pablo por los Perdidos


Si alguna vez hubo alguna persona que tuvo un
corazón por los perdidos, ese fue el apóstol Pablo.
En Romanos, él exclamó, “tengo gran tristeza y con-
tinuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mis-
mo ser anatema, separado de Cristo, por amor a
mis hermanos, los que son mis parientes según la
carne” (Romanos 9:2, 3). Una vez más, Pablo dice,
“Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los
débiles; a todos me he hecho de todo, para que de
todos modos salve a algunos” (1 Corintios 9:22). “te
ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en
mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil,
pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a
enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo” (File-
món 10–12). Más adelante, él escribe, “Y si en algo
te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo
escribo de mi mano, yo lo pagaré” (vv. 18, 19). Ese
es el latido del corazón de un verdadero evangelista.
Pablo expresó algo de su filosofía para el ministe-
rio en estas palabras: “Y de esta manera me esforcé
a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese
sido nombrado, para no edificar sobre fundamento
ajeno” (Romanos 15:20). En otras palabras, él fue a
lugares donde ningún otro iría. Él predicó el evan-
gelio en terreno virgen, donde nadie lo había predi-
cado, en lugar de edificar sobre el fundamento de
otro hombre. Aquí nos encontramos con un hom-
bre que sentía la presión de su llamado y estaba
dispuesto a ser pionero en una obra, aunque eso

353
Predicando la Palabra Hoy

significara trabajar como un fabricante de carpas


para sostenerse a si mismo, y para darse la opor-
tunidad para alcanzar a los perdidos. Él dijo, “Yo
no quiero gastar mi vida para alcanzar a los que
ya fueron encontrados. Quiero ir a donde están los
que no han escuchado el evangelio; quiero alcanzar
a los no-alcanzados; quiero decir a los que no se les
contó acerca del nombre del amoroso Jesucristo”.
¡Qué evangelista! En cada lugar que él fue, ganó
a alguno para Jesucristo. Cuando fue encadenado
con guardias, él ganó a los guardias para Cristo.
Cuando fue puesto en la casa de César, donde nin-
guno nombraba el nombre de Cristo, no había pa-
sado mucho tiempo que él escribió: “Todos los san-
tos os saludan, y especialmente los de la casa de
César” (Filipenses 4:22). Cuando fue puesto delan-
te del rey, Agripa interrumpió su testimonio y dijo:
“Por poco me persuades a ser cristiano” (Hechos
26:28). Cuando trataron hacer callar a sus testi-
gos, golpeando a él y a Silas hasta hacerlos sangrar
y arrojarlos en una cárcel en Filipos, a la media
noche aquellos dos predicadores comenzaron una
campaña de avivamiento, cantando y alabando a
Dios. Ellos cantaron hasta que todo el cielo descen-
dió, la cárcel comenzó a estremecerse, y él y todos
los prisioneros fueron libres. Pero, mientras salían,
ellos consiguieron convertir al Sr. Carcelero, a la
Sra. Carcelero y a todos los pequeños Carceleros y
los bautizaron antes del desayuno de la mañana si-
guiente y comenzaron una iglesia a partir de la cár-
cel. ¡Qué evangelista! En todas partes donde iba,
alguien encontraba a Jesucristo. No es de extrañar
que él podría decir, “Porque no me avergüenzo del
evangelio, porque es poder de Dios para salvación a
todo aquel que cree; al judío primeramente, y tam-
bién al griego” (Romanos 1:16).
354
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Predicación Evangelistica

Luego, los pasos del gran apóstol Pablo se hi-


cieron más lentos. Su carrera había terminado. La
guillotina de Nerón estaba afilada. Pronto, él mar-
charía hacia la muerte de un mártir. Él dijo sus úl-
timas palabras a su querido y amado hijo, Timoteo:

Estoy listo para ser ofrecido, y el tiempo de


mi partida está cerca. Quiero que tú conti-
núes con aquellas cosas que has aprendido y
asegurado. Existe una tarea inconclusa en la
mano. Te encarezco, te mando, te ordeno. Te
encuentras bajo la orden divina. En la misma
presencia de Dios y el Señor Jesucristo, quien
juzgará a los vivos y a los muertos, predica la
Palabra; que instes a tiempo y fuera de tiem-
po; redarguye, reprende, exhorta, sé sobrio en
todo, soporta las aflicciones, haz obra de evan-
gelista. (Ver 2 Timoteo 4:1-8).

La Obra del Evangelista


El evangelista es parte de los cinco ministerios
que Cristo dejó a la iglesia. Es uno de los dones de
Su ascensión a la iglesia para equipar a los san-
tos para hacer la obra del ministerio. Existe un lla-
mado específico y un oficio, un evangelista, pero
existe también un sentido en el cual cada creyente
se encuentra bajo el mismo mandato. Timoteo, al
momento de este escrito, era un pastor en Éfeso,
pero fue también llamado a hacer la obra de un
evangelista. Aunque un individuo es un discípulo
y maestro, la responsabilidad principal de esa per-
sona es traer a los hombres y a las mujeres a un
conocimiento salvador con Jesucristo.
Uno a veces se pregunta si los creyentes se han
olvidado de lo que realmente es el significado de es-
tar perdido. Uno algunas veces se pregunta si ellos
se han olvidado del foso del cual fueron removidos
y en la roca donde han sido tallados.
355
Predicando la Palabra Hoy

Perdido Es una Palabra Solitaria


Quizás no exista una palabra más solitaria en
todo el idioma castellano que la palabra perdido.
Estar perdido es ser condenado, distanciado, des-
orientado, confundido, extraviado, fuera de lugar,
escondido, inadvertido, desapercibido, pasado por
alto, fuera de la confraternidad, fuera de las rela-
ciones, fuera de circulación, dañado, arruinado, y
echado a perder.
Pero la buena noticia es que: “el Hijo del Hom-
bre vino a buscar y a salvar lo que se había perdi-
do” (Lucas 19:10). “Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17). La buena
nueva es que Jesús no vino para destruir la vida
de los hombres, sino para salvarlos. Pablo escribió:
“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los peca-
dores, de los cuales yo soy el primero” (1 Timoteo
1:15). “porque todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo” (Romanos 10:13).

Predicando la Palabra
Para que los ministros puedan cumplir este man-
dato, para llevar esta orden, para hacer la obra de
un evangelista, para cumplir con el ministerio, ellos
deben predicar la Palabra. El método de Dios para
ganar al perdido es Su mensaje. Predicar la Palabra
es el medio por el cual los hombres y las mujeres
son salvos del pecado. Esto es lo que Pablo creyó.
Él escribió: “Pues ya que en la sabiduría de Dios,
el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,

356
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Predicación Evangelistica

agradó a Dios salvar a los creyentes por la locu-


ra de la predicación” (1 Corintios 1:21). La locura
de la cual habla allí es la cruz, “Porque la palabra
de la cruz es locura a los que se pierden; pero a
los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de
Dios” (1:18). Es el mensaje de la cruz que salva a
la humanidad del pecado. Los ministros deberían
predicar sobre la cruz.
Charles Hadden Spurgeon, cuando les daba
consejos a los ministros jóvenes acerca de la predi-
cación, les decía:

Sin importar que texto ustedes elijan, vayan


directo hacia la cruz y comiencen allí. Porque
la cruz es la fuerza para cualquier ministro, y
yo no estaría sin ella por el mundo. Para un
predicador, estar sin la cruz sería como un sol-
dado sin su arma, un artista sin su pincel, un
obrero sin sus herramientas, o un piloto sin
una brújula. Dejen que otros prediquen sobre
las reformas sociales. Dejen que otros predi-
quen sobre los gozos en los cielos y los terro-
res en el infierno. Dejen que otros prediquen
de los sacramentos y de ese modo la iglesia.
Pero denme la cruz. Déjenme predicar sobre la
cruz. Porque la cruz es el único instrumento
que ha dado vuelta al mundo y causado que
los hombres abandonen sus pecados.

En las palabras del apóstol Pablo, “Pero lejos


esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por quien el mundo me es cruci-
ficado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14).
La predicación evangelística es la predicación de la
palabra de la cruz, porque no existe otra manera para
que una persona sea salva. Pero la predicación evan-
gelística es también sana doctrinalmente y rechaza
ceder frente a una herejía. Pablo declaró, “Porque

357
Predicando la Palabra Hoy

vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,


sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las
fábulas” (2 Timoteo 4:3, 4).
Los creyentes están viviendo y trabajando para
Cristo en un tiempo donde doctrinas heréticas y
atroces se están esparciendo por toda la tierra. Es
un día de desafió audaz contra el Señor y contra
Su Cristo. Esto fue predicho por el apóstol Pedro,
quien dijo: “Pero hubo también falsos profetas en-
tre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos
maestros, que introducirán encubiertamente here-
jías destructoras, y aun negarán al Señor que los
rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina” (2 Pedro 2:1). Pablo también escribió:
“mas los malos hombres y los engañadores irán de
mal en peor, engañando y siendo engañados” (2 Ti-
moteo 3:13). “Pero el Espíritu dice claramente que
en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctri-
nas de demonios; por la hipocresía de mentirosos
que, teniendo cauterizada la conciencia” (1 Timoteo
4:1, 2).
Estamos en los días cuando algunas personas
no soportarán la sana doctrina. En su lugar, ellos
juntarán maestros quienes les dirán las cosas que
les hacen cosquillas en los oídos. La idea detrás de
“comezón de oír” es entretenimiento. Tales perso-
nas quieren que sus oídos cosquilleen con orato-
rias sensacionales y estimulantes. Como resultado,
maestros oportunistas sacan ventaja de ellos y les
dicen lo que ellos quieren escuchar.
Pablo le dice a Timoteo que él no debe compro-
meter su mensaje de frente a herejías condenables

358
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Predicación Evangelistica

y doctrinas diabólicas. Su amonestación es, “No te


dobles; no te inclines; no lo respaldes; no seas inti-
midado; no rehúyas en declarar todo el consejo de
Dios; rechaza ser uno de esos que hacen cosquillas
para que la gente tenga comezón de oír; mantente
predicando la Palabra. Se fiel al mensaje para el
cual has sido llamado.” “Redarguye, reprende, ex-
horta con toda paciencia y doctrina”. Más grande
es Él (el Espíritu de Verdad) que está en ti, que
él (el espíritu de error) que está en el mundo (Ver
1 Juan 4:4).

Enfrentando Aflicciones por Cristo


Finalmente, Pablo urgió a Timoteo a ser fiel a su
llamado, aun cuando vengan las aflicciones. “So-
porta las aflicciones”, le dijo (2 Timoteo 4:5). Los
ministros podrían decir que eso no es parte del
mandato. Sin embargo, Pablo parece decir que las
aflicciones, privaciones, sufrimientos, y el dolor
van a venir. Es en esos momentos de pruebas, el
llamado te guía a la fidelidad. Pablo sabía lo que
estaba diciendo.
Fue Pablo quien dijo, “Pero cuantas cosas eran
para mí ganancia, las he estimado como pérdida
por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo to-
das las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7, 8).
En prosperidad o en infortunio, en prisión o en
azote, apedreado o exilado, o en la cruz misma, Pa-
blo fue un hombre de Cristo. Por Cristo, estuvo en
peligro de perder su vida en Damasco (Hechos 9:23,
24); sus compañeros creyentes en Jerusalén tenían
serias sospechas de el (Hechos 9:26); perseguido en

359
Predicando la Palabra Hoy

Antioquía (Hechos 13:50); apedreado en Listra (He-


chos 14:19); asaltado en Icono (Hechos 14:6); azo-
tado mucho con varas en Filipo (Hechos 16:23);
atacado por una multitud lasciva y envidiosa en
Tesalónica (Hechos 17:5); despreciado en Atenas
(Hechos 17:18-32); blasfemado en Corinto (He-
chos 18:6); expuesto a la ira feroz de los de Éfeso
(Hechos 19:28); y atado con cadenas en Jerusa-
lén (Hechos 21:33). Por Cristo, él en trabajos era
abundante, en azotes sin número, en cárceles fre-
cuentemente, a menudo en peligros de muerte, a
menudo vigilado, cinco veces recibió 39 azotes con
varas sin misericordia, tres veces azotado con va-
ras que causaban moretones en sus músculos, tres
veces en naufragio—a menudo en peligro de ríos,
peligros de ladrones, peligros de los de mi nación,
peligros de los paganos, peligros en la ciudad y pe-
ligros en el desierto, peligros en el mar y peligros
entre falsos hermanos. Él sufrió hambre, sed, frío
y desnudez—pero tenía como su responsabilidad,
el cuidado de todas las iglesias establecidas (Ver
2 Corintios 11:23-28). Su vida fue una vida de pe-
nurias y dificultades.

La Actitud de Pablo Frente al Dolor


Una pregunta que muchos quisieran hacer es,
“¿Pablo, valió la pena?” Eso es lo que él le dijo a
Timoteo:

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Je-


sús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel,
poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido
antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas
fui recibido a misericordia porque lo hice por
ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de
nuestro Señor fue más abundante con la fe y
el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y

360
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Predicación Evangelistica

digna de ser recibida por todos: que Cristo Je-


sús vino al mundo para salvar a los pecadores,
de los cuales yo soy el primero. Pero por esto
fui recibido a misericordia, para que Jesucris-
to mostrase en mí el primero toda su clemen-
cia, para ejemplo de los que habrían de creer
en él para vida eterna (1 Timoteo 1:12-16).

Otra pregunta que alguno podría hacerle es,


¿Pablo, alguna vez te sentiste solo? A esa pregunta
él respondió:

En mi primera defensa ninguno estuvo a mi


lado, sino que todos me desampararon; no les
sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo
a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí
fuese cumplida la predicación, y que todos los
gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del
león. Y el Señor me librará de toda obra mala,
y me preservará para su reino celestial. A él
sea gloria por los siglos de los siglos. Amén
(2 Timoteo 4:16-18).

Finalmente, los creyentes podrían preguntarle:


¿Pablo, tienes tú algunas palabras de despedida? A
lo cual él respondió:

Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David,


resucitado de los muertos conforme a mi
evangelio, en el cual sufro penalidades, hasta
prisiones a modo de malhechor; mas la pala-
bra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo
soporto por amor de los escogidos, para que
ellos también obtengan la salvación que es en
Cristo Jesús con gloria eterna. Palabra fiel es
esta: Si somos muertos con él, también vivire-
mos con él; Si sufrimos, también reinaremos
con él; Si le negáremos, él también nos negará.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no
puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:8-13).

361
Predicando la Palabra Hoy

La Fidelidad de Timoteo en Medio de las


Penurias
¿Siguió Timoteo los pasos de Pablo? Evidente-
mente lo hizo. Existe un texto en Hebreos que dice,
“Sabed que está en libertad nuestro hermano Ti-
moteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros”
(13:23); ¿con quién, “si viniere pronto, iré a veros”?
El escritor de Hebreos, evidentemente conocía Ti-
moteo y lo conocía bien. Él dice que Timoteo ha
sido liberado. ¿Liberado de qué? La palabra griega
usada aquí sugiere que Timoteo había sido liberado
de la prisión. Cuando el sufrimiento vino, él lo so-
portó. Él no se quejó. Se mantuvo fiel, aun que eso
signifique encarcelamiento.

Conclusión
No importa de que nivel venga, ningún ministe-
rio viene sin dolor. La noción que el ministerio pue-
de ser eficiente y sin sufrimiento, es una mentira.
Si los ministros predican la Palabra no adulterada
de Dios, se encontrarán con penurias. “Y también
todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).
Pero también hay un premio por ganar almas
para Jesucristo. El salmista escribió: “Los que
sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá
andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus ga-
villas” (126:5, 6). Daniel escribió, “Los entendidos
resplandecerán como el resplandor del firmamen-
to; y los que enseñan la justicia a la multitud, como
las estrellas a perpetua eternidad” (12:3).

362
26
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
La Urgencia del
Evangelismo
Mark Williams, D.D.

El último capítulo trató acerca de la predicación


evangelística. Sin dudas, la más grande motivación
para ganar a los perdidos, es la creencia en el inmi-
nente retorno del Señor Jesucristo, mas teniendo
en cuenta que Él puede venir en cualquier momen-
to. El más grande ganador de almas, R. A. Torrey,
dijo que el inminente retorno de Jesucristo es el ar-
gumento bíblico más grande para que los creyentes
vivan vidas de servicio que sean puras, santas, des-
interesadas y dedicadas. Él siguió diciendo que los
ministros cometen un error cuando ellos le dicen a
la gente que den sus corazones a Cristo y vivan en
santidad porque la muerte se acerca rápidamente.
Él dice que para nada ese es un argumento bíblico.
Siempre el argumento bíblico es rendir la vida de

363
Predicando la Palabra Hoy

uno a Cristo porque él viene otra vez. Parece que la


visión de un creyente acerca del retorno inminente
de Jesucristo se encuentra directa y proporciónal-
mente relacionado a la carga que uno tiene por los
perdidos. Cuando se tiene una visión disminuida
de la venida de Jesucristo, también existe la fal-
ta de carga correspondiente para ganar a la gente
para Cristo. A medida que la iglesia pierde su vi-
sión del retorno inminente de Cristo, tiende a tran-
quilizarse y quedarse absorbida por las cosas de
esta vida. En las palabras de Amós, la iglesia llega
a estar “reposados en Sion . . . que dilatáis el día
malo, y acercáis la silla de iniquidad” (Amós 6:1, 3).

El Retorno Inminente de Cristo


La creencia cristiana sobre el retorno inminen-
te de Cristo, debería ser más que algo doctrinal o
teórico; debe ser experiencial, como una posesión
de todos los creyentes. Ellos deben retomar nue-
vamente una visión fresca del hecho de que Jesús
puede venir en cualquier momento. Por lo tanto su
venida debe dominar todo lo que los creyentes ha-
cen y cada decisión que toman, ya que el próximo
gran evento en la historia humana será el regreso
corporal del Señor Jesucristo.
Cuando Jesús venga, revelará el poder de Dios,
el Padre, y constatará su derecho a la deidad; Él
constatará su sacrificio expiatorio con las heridas
visibles en sus manos y en sus pies; y establecerá
la autoridad de la Escritura por el cumplimiento
de su promesa. Cuando Jesús venga, dijo Juan,
“seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es” (1 Juan 3:2). A los creyentes, Jesús
dijo: “vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para
que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan
14:3). Jesús viene otra vez.
364
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

¿Qué Dice el Antiguo Testamento?


La venida del Señor está entretejida en toda
la Escritura. Existen más de 300 referencias a la
Segunda Venida del Señor solamente en el Nuevo
Testamento. Eso significa que uno de cada 25 ver-
sículos habla de su pronto retorno. Existen ocho
veces más referencias a su Segunda Venida que a
su Primera Venida. En sus escritos, el apóstol Pa-
blo, menciona la venida de Jesucristo más de 50
veces. La Segunda Venida de Jesucristo no es so-
lamente una enseñanza del Nuevo Testamento. Ju-
das dice que “también profetizó Enoc, séptimo des-
de Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus
santas decenas de millares” (Judas 1:14). Enoc, el
hombre que caminó con Dios y quien vivió en la
séptima generación desde Adán, no sólo habló a su
generación de la primera venida del Mesías, sino
que vendría otra vez con decenas de millares de sus
santos.
Por medio de los profetas, existen predicciones
de la Segunda Venida de Jesucristo. Algunos ha-
blan de su venida en términos del rapto de la igle-
sia. Otros hablan de su venida en términos del es-
tablecimiento del reino milenial, pero todos tienen
algo que decir acerca de su retorno. Aun Jacob,
mientras yacía en su cama de muerte, dijo: “No será
quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre
sus pies, hasta que venga Siloh; Y a él se congre-
garán los pueblos” (Génesis 49:10). Daniel también
vio una visión de su venida y escribió, “Miraba yo
en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del
cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino
hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse de-
lante de él” (Daniel 7:13). Habacuc también vio una
visión y dijo, “Aunque la visión tardará aún por un

365
Predicando la Palabra Hoy

tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá;


aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá,
no tardará” (2:3). Hageo, el profeta de la restaura-
ción, escribió: “y haré temblar a todas las nacio-
nes, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y
llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los
ejércitos” (2:7). Joel dijo: “Y Jehová rugirá desde
Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán
los cielos y la tierra” (3:16). Isaías escribió: “Porque
he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros
como torbellino, para descargar su ira con furor, y
su reprensión con llama de fuego” (66:15). Daniel
dijo que Él vendría como una piedra que es cortada
de una montaña sin manos y derribaría los reinos
de esta tierra. (Ver Daniel 2:45). Zacarías dejó este
gran cuadro: “Y se afirmarán sus pies en aquel día
sobre el monte de los Olivos, que está en frente de
Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se
partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el oc-
cidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad
del monte se apartará hacia el norte, y la otra mi-
tad hacia el sur . . . y vendrá Jehová mi Dios, y con
él todos los santos” (14:4, 5). David, tenía la venida
del Señor en mente, cuando escribió: “Por cuanto
Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será
visto” (Salmo 102:16).
Alguien podría decir, “Pero, eso es del Antiguo
Testamento”. La Palabra enseña que toda la Escri-
tura es dada por inspiración de Dios. Pedro trató
este asunto: “Tenemos también la palabra profética
más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,
hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana
salga en vuestros corazones; entendiendo primero
esto, que ninguna profecía de la Escritura es de

366
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

interpretación privada, porque nunca la profecía


fue traída por voluntad humana, sino que los san-
tos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21). Estas son
las promesas de Dios y seguramente como Dios
cumplió sus promesas en relación con la primera
venida del Mesías, Él también cumplirá con esta
promesa.

¿Qué Dice el Nuevo Testamento?


No sólo los profetas hablaron de su Segunda Ve-
nida, Jesús mismo prometió que vendría otra vez.
El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.
Él dijo: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que don-
de yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3).
Repetidamente, sus mensajes afirmaban que Él
vendría otra vez: las parábolas, los discursos en el
Monte de los Olivos, aun las últimas palabras que
él le dijo a Juan en la Isla de Patmos. Él lo dijo y
tres veces lo repitió, “Ciertamente vengo en breve”
(Apocalipsis 22:20).
En adición al testimonio de los profetas y de
Jesús, los ángeles dieron testimonio de su venida
otra vez. Mientras Jesús ascendía de regreso a los
cielos, los ángeles dijeron a los discípulos, “Varo-
nes galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al
cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”
(Hechos 1:11).
Los apóstoles escribieron a menudo de la Se-
gunda Venida de Cristo. Ellos no sólo creyeron
en la venida de Jesucristo, sino que ellos también
creyeron que Jesús podría venir en cualquier mo-
mento. Ellos creyeron y trabajaron como si Jesús

367
Predicando la Palabra Hoy

vendría mientras ellos vivían. Pedro escribió: “Mas


el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, so-
brios, y velad en oración” (1 Pedro 4:7). Santiago
agregó: “Tened también vosotros paciencia, y afir-
mad vuestros corazones; porque la venida del Se-
ñor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos con-
tra otros, para que no seáis condenados; he aquí,
el juez está delante de la puerta” (Santiago 5:8, 9).
El apóstol Pablo creyó fuertemente en el retorno
inminente de Jesucristo. Él amonestó a los Filipen-
ses a que “Vuestra gentileza sea conocida de todos
los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5).
A la iglesia de Roma, le escribió: “La noche está
avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las
obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de
la luz” (Romanos 13:12). El escritor a los Hebreos
dijo, “porque os es necesaria la paciencia, para que
habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la
promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de
venir vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:36, 37).
Jesús trató el tema de su Segunda Venida en
varias ocasiones. Él dijo, “Mirad también por voso-
tros mismos, que vuestros corazones no se carguen
de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta
vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Porque como un lazo vendrá sobre todos los que
habitan sobre la faz de toda la tierra” (Lucas 21:34,
35). En los discursos del Monte de los Olivos, Él
dijo, “Por tanto, también vosotros estad prepara-
dos; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora
que no pensáis” (Mateo 24:44). En Lucas 19:13,
Jesús dijo, “Negociad entre tanto que vengo”. Mas
adelante, declaró, “Porque como el relámpago que
sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así
será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo
24:27).
368
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

La Urgencia de la Segunda
Venida de Cristo
Estos pasajes de Jesús y los apóstoles en con-
junto, revelan la urgencia y la inminencia de la
venida de Cristo. Es tiempo que los ministros del
evangelio, una vez más renueven su visión sobre el
pronto retorno de Jesucristo. Cuando ellos tienen
una visión de su venida, sienten una carga por los
perdidos. Los ministros que creen que Jesús podría
venir en cualquier momento, viven con una pasión
por ver a las almas salvas. Los quita de su compla-
cencia y los impulsa a dejar las 99 y salir a bus-
car la que se encuentra perdida. Jesús viene otra
vez. Es tiempo que los ministros, en las palabras de
Joel, “Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno,
convocad asamblea . . . porque cercano está el día
de Jehová” (Joel 2:15; 1:15). Isaías también excla-
mó, “Despierta, despierta . . . oh Sion . . . Sacúdete
del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las
ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion” (Isaías
52:1, 2). Y luego agregó: “Levántate, resplandece;
porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha
nacido sobre ti” (Isaías 60:1).

La Respuesta del Creyente a la Venida de Cristo


¿Qué debería significar la venida de Cristo para
la iglesia? ¿Cómo deberían responder los creyen-
tes al hecho que Jesús podría venir en cualquier
momento? Quizá lo que debería ser su respuesta,
podría ser mejor descrita en las palabras de Jesús:
“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas
encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres
que aguardan a que su señor regrese de las bodas,
para que cuando llegue y llame, le abran en segui-
da” (Lucas 12:35, 36). En los días de Jesús, los

369
Predicando la Palabra Hoy

orientales usaban ropas largas y sueltas, y cuando


se preparaban para trabajar, levantaban las faldas
de esas ropas y las sujetaban en una faja alrededor
de la cintura para que las prendas no les impidan
avanzar en sus trabajos. Es como si Jesús estu-
viera diciendo, como creyentes esperen la venida
del Señor y mientras su venida se acerca, ellos no
deben permitir que nada les impida avanzar. Ellos
deben ceñir sus lomos. Es la misma clase de pa-
labras que Elías habló a su siervo cuando le dijo,
“Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y
ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si algu-
no te saludare, no le respondas” (2 Reyes 4:29). La
misión era tan importante y había tan poco tiempo,
que el siervo no podía distraerse. Lo mismo sucede
con los creyentes hoy, los negocios del rey requie-
ren precipitación. Ellos deben trabajar mientras
dura el día, porque “la noche viene, cuando nadie
puede trabajar” (Juan 9:4).
En Lucas 12:35, 36, Jesús habló acerca de que
los creyentes tengan sus “lámparas encendidas”.
Jesús vino para dar luz. La Biblia dice que “En él
estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”
(Juan 1:4). Él vino para disipar las tinieblas que se
habían asentado sobre el mundo. Isaías dijo que “el
pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz” (Isaías
9:2). Pablo escribió que “Porque Dios, que mandó
que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para ilumina-
ción del conocimiento de la gloria de Dios en la faz
de Jesucristo” (2 Corintios 4:6). Jesús se declaró a
si mismo ser “la luz del mundo” (Juan 8:12). Luego
les dijo a sus discípulos que ellos son ahora “la luz
del mundo” y los amonestó a dejar que “alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean

370
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Pa-


dre que está en los cielos” (Mateo 5:14, 16).
Éste es un día de tinieblas; densas tinieblas se
han establecido sobre el mundo. Es como si la os-
curidad de 1,000 medianoches se hayan compri-
mido en una sola tarde. La oscuridad se encuentra
alrededor, pero Salomón dijo que “Lámpara de Je-
hová es el espíritu del hombre” (Proverbios 20:27).
La luz que los creyentes tienen es la luz que puede
penetrar y disipar las tinieblas. No hay tinieblas
que puedan mantenerse en la presencia de la luz.
La luz de Jesús enciende las vidas de los creyentes
y les permite penetrar en las tinieblas para alcan-
zar a los perdidos.
Pero luego, Jesús también dijo que debían estar
listos. Los cristianos deberían ser como los indi-
viduos que están tan ansiosos por el arribo de su
Señor, que cuando viene y toca la puerta, le abren
inmediatamente. Ellos deben tener la actitud de
vigilancia. Ellos no pueden estar satisfechos con
ser como los discípulos que, después de oír que Je-
sús vendría otra vez, pasaron el tiempo mirando
el cielo. Realmente, Él no tiene inconvenientes con
los creyentes que miran al cielo esperando su veni-
da mientras tanto están también activos en su ser-
vicio. Sus instrucciones son “Negociad entre tanto
que vengo” (Lucas 19:13).

El Impacto de la Venida de Cristo


¿Qué impacto tiene sobre los ministros que su-
ben al púlpito el retorno inminente de Jesucristo ?
Primero, el retorno inminente del Señor tiene tre-
mendas implicaciones en lo que se refiere a la po-
sibilidad increíble de compartir el evangelio. ¡Qué
tiempo para estar involucrado en la obra del Reino!

371
Predicando la Palabra Hoy

¡Es el día en que veremos el retorno de Jesucristo!


La Biblia dice mucho acerca de los últimos días,
o sea, los días antes de la venida del Señor. El após-
tol Pablo escribió:

También debes saber esto: que en los pos-


treros días vendrán tiempos peligrosos. Por-
que habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniado-
res, intemperantes, crueles, aborrecedores de
lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios, que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la
eficacia de ella; a éstos evita (2 Timoteo 3:1-5).

Jesús dijo que en los últimos días sería como


fue en los días de Noé.

Como fue en los días de Noé, así también será


en los días del Hijo del Hombre. Comían, be-
bían, se casaban y se daban en casamiento,
hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino
el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo
como sucedió en los días de Lot; comían, be-
bían, compraban, vendían, plantaban, edifica-
ban; mas el día en que Lot salió de Sodoma,
llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a
todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre
se manifieste (Lucas 17:26-30).

Esta profecía ya se está cumpliendo en la crisis


moral nuestros tiempos. La Biblia pinta un cuadro
oscuro de apostasía y de decaimiento, pero parale-
lamente a ese cuadro hay una promesa de aviva-
miento. Él ha prometido derramar su Espíritu sobre
toda carne. El apóstol Pedro habló de esa promesa:
“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi

372
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vues-


tras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán vi-
siones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y
de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en
aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetiza-
rán” (Hechos 2:17, 18).
Estos son los días de su Espíritu. Nunca en la
historia del mundo, el evangelio ha sido más pode-
roso que hoy. Nunca en la historia del cristianismo
hubo tal crecimiento sin precedente y un avance
en alcanzar a la gente. La población mundial se
ha incrementado a una población de cerca de 6
mil millones de personas. Setenta millones más se
agregan al registro de población cada año. Pero, la
cosa fabulosa es que el cristianismo está crecien-
do ahora tres veces la tasa de la población. En un
momento, había solamente cerca uno por cada 120
personas que habían aceptado a Jesucristo como
su Salvador en el mundo. Pero ahora, el número
es uno en cada nueve personas que pertenecen a
Jesucristo. Dios está derramando Su Espíritu en
estos últimos días.
Hoy como nunca antes, los creyentes tienen
la oportunidad para involucrase en el ministerio.
¿Qué significa eso? Significa que estos son los días
de avivamiento, y el avivamiento debe ser puesto
en su propia perspectiva. Los creyentes necesitan
seguir el ejemplo del apóstol Pablo y llegar a ser “a
todos me he hecho de todo, para que de todos mo-
dos salve a algunos” (1 Corintios 9:22). El evange-
lismo debe ser la prioridad número uno. Cualquier
programa que la iglesia tenga o cualesquiera sean
los planes que puedan hacer, todos deben apuntar
a una sola cosa—un deseo supremo de ver a los
individuos salvos. El Espíritu Santo está haciendo

373
Predicando la Palabra Hoy

un trabajo increíble, trayendo convicción a los co-


razones de la gente. Ahora depende de la iglesia el
compartir con ellos el mensaje de Jesucristo y ex-
tenderles una oportunidad de aceptar a Él como su
Señor y Salvador.
Segundo, el retorno inminente del Señor tiene im-
plicaciones tremendas en lo que se refiere al evan-
gelio predicado en los servicios. Nunca antes hemos
tenido una necesidad mayor de que los ministros se
preparen para predicar el evangelio de Jesucristo.
Muchas veces los servicios en los templos llegan a
ser una rutina compuesta de predicación y siguien-
do el orden normal del servicio. Algunas veces, al
terminar un servicio, la congregación es despedi-
da sin una invitación a seguir al Señor. Pero los
tiempos actuales demandan que los ministros no
terminen ningún servicio sin primero dar la opor-
tunidad para que alguien acepte a Jesucristo como
su Salvador personal.
Tercero, el retorno inminente de Jesucristo tiene
implicaciones tremendas en lo que se refiere a la
manera en que los creyentes conducen sus vidas. El
apóstol Juan escribió: “Amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando él se manifies-
te, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza
en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”
(1 Juan 3:2, 3).
Nada debe hacer a los creyentes querer vivir una
vida de de más pureza y santidad, que el hecho que
Jesucristo podría venir en cualquier momento. De-
bería provocar a los creyentes a “vivir sobria, justa
y piadosamente, aguardando la esperanza bien-
aventurada y la manifestación gloriosa de nuestro

374
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
La Urgencia del Evangelismo

gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:12, 13).


¿No es tiempo de volver a la predicación de la
Segunda Venida del Señor Jesucristo? ¿No es tiem-
po para vivir como si Jesucristo viniera en cual-
quier momento? ¡Qué día tan bendecido será! El
apóstol Pablo lo describe de esta manera:

Porque el Señor mismo con voz de mando,


con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cris-
to resucitarán primero. Luego nosotros los
que vivimos, los que hayamos quedado, se-
remos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y
así estaremos siempre con el Señor. Por tan-
to, alentaos los unos a los otros con estas
palabras (1 Tesalonicenses 4:16-18).

Jesús va a venir de esta manera. El próximo


sonido que los creyentes van a oír, podría ser el
sonido de la trompeta que anuncia el retorno del
Salvador. La próxima sensación que los creyentes
van a sentir, podría ser este maravilloso sentimien-
to “Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de in-
mortalidad” (1 Corintios 15:54).

Conclusión
Hace varios años, tuve el privilegio de predi-
car en McComb, Mississippi. Mientras estaba
allí, el pastor y yo fuimos invitados a una casa
de uno de sus feligreses. Fuimos a visitar a
una dama, y me di cuenta que ella había es-
tado llorando. Ella dijo, “Hermano Williams,
lamento que estoy quebrantada, pero acabo
de regresar de un funeral de una de mis me-
jores amigas. Ella era conocida como una de
las damas de influencia en la comunidad y era

375
Predicando la Palabra Hoy

muy buena cocinera. Era tan buena cocinera


que cada Cuatro de Julio ella preparaba una
comida para toda la comunidad. Era servida
en un estadio de fútbol, y la recaudación que
se levantaba por la comida, iba al fondo del
Departamento de Bomberos Voluntarios para
el próximo año. Cada año, cerca de la termina-
ción de la comida, ella pasaba adelante y de-
cía, “Guarden el tenedor, que algo mejor viene.
Toda la gente se gozaba porque ellos sabían
que el mejor postre estaba de camino”.

Mientras contaba lo que sucedió durante el


servicio funeral, aquella dama comenzó a llo-
rar. Ella dijo que antes que ellos comenzaran
a marchar alrededor y presentar sus último
respetos, el director de la funeraria caminó
hacia el ataúd, luego se dio una vuelta, miró
a la congregación y dijo, “En memoria de esta
dama, colocamos en sus manos este tenedor
de oro como un testimonio a cada uno de los
que la ven por última vez, porque esto no es
todo. Algo mejor viene.”

La Biblia promete que Jesucristo viene otra vez.


Es tiempo que los creyentes lleguen a ser misione-
ros y le digan a la gente las buenas nuevas, y les
amonesten, “Estén listos porque algo mejor va a
suceder, Jesús viene otra vez”.

376
27
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
Llamado a un
Compromiso
Mark Williams, D.D.

Los últimos dos capítulos trataron sobre la pre-


dicación evangelística. Este capítulo explorará el
llamado a la conversión mientras los oyentes son
instados a hacer un compromiso con Cristo.

La Importancia del Llamado


El segundo lugar en importancia, después de
la proclamación del evangelio de Jesucristo, es la
invitación para aceptar a Jesucristo como Señor.
Es un momento sagrado, marcado por el peso de
la eternidad, donde el ministro de Dios llama a los
oyentes, basado en el mensaje del momento, y lla-
ma para que respondan a las afirmaciones de Cris-
to y a la convicción del Espíritu Santo para que ellos
se rindan a él en arrepentimiento. Con demasiada

377
Predicando la Palabra Hoy

frecuencia, los ministros fallan en apreciar la se-


riedad de tal momento y simplemente hacen una
invitación ligera en la conclusión del sermón, sin
ningún plan real o premeditación acerca de cómo
ellos unirán el mensaje con el llamado a hacer una
decisión. Rara vez existe un fluir del sermón al lla-
mado; de hecho, muchas veces se encuentra como
con un apéndice o un adjunto en lugar de ser la
meta de la proclamación del mensaje. Muchas ve-
ces la manera en la cual se articula el llamado es
peor aun. Las instrucciones del llamado son a me-
nudo imprecisas, y la razón por la que se hizo es
confusa. A menudo, el tono es, “¿Hay alguién aquí
que le gustaría recibir a Jesús como su Salvador?”,
en lugar de decir, “Aquellos que quieren aceptar a
Jesús como Salvador, por favor pasen adelante”.
Entoncés es el momento para exhortar a la gente
a que respondan al llamado. Muchas veces los mi-
nistros predican más allá del punto de convicción
y pierden el clímax del mensaje donde las almas
están listas para responder. Parecen estar más
preocupados por llegar a la conclusión del sermón
o llegar a la última ilustración, en lugar de tirar
la red y llamar a la conversión. Algunas veces se
hace un llamado general, tal como, “Si hay alguno
aquí que quiere recibir algo de Dios, por favor pase
al frente”, en lugar de apuntar específicamente al
perdido. El objetivo de cada servicio debería ser el
llamado. El propósito de la predicación es traer a
la humanidad a Cristo, y una vez que el mensaje
ha sido comunicado, haya llegado o no a la conclu-
sión, es el tiempo para llamar por una decisión.
Escrituralmente, es totalmente apropiado hacer
un llamado a los inconversos para que sean salvos.
Después que Adán cometió el primer pecado en el

378
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

Jardín del Edén, trató de esconderse de Dios (Gé-


nesis 3:8), pero Dios lo buscó y lo llamó: Adán . . .
¿dónde estás tú? (Génesis 3:9). Sólo cuando Adán
salió y respondió a ese llamado, Dios los vistió con
la justicia provista por medio de la sangre del sa-
crificio de un animal, la cual simbolizaba la obra
del Salvador (Génesis 3:21). Si hubiera permaneci-
do escondido, hubiera significado permanecer sin
ser perdonado. La obediencia al llamado emitido
por Dios era esencial para que la salvación fuera
concedida.
Desde ese día hasta hoy, Dios ha continuado
haciendo el llamado a los perdidos. Las páginas de
la Biblia, están repletas de ejemplos de cómo Dios,
por medio de sus siervos, llama a los hombres y a
las mujeres para que hagan un compromiso de fe
públicamente. Moisés en el Monte Sinaí, preguntó:
“¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo” (Éxodo
32:26). Josué hizo un llamamiento público, dicien-
do, “Escogeos hoy a quién sirváis” (Josué 24:15).
En el Monte Carmelo, Elías dijo: “¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si
Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de
él” (1 Reyes 18:21). El mensaje de Josías, Esdras,
Nehemías, Joel—todos ellos hicieron un llamado a
Israel para que públicamente se arrepintiera y con-
fesara sus pecados.
En el Nuevo Testamento, los predicadores del
primer siglo siempre concluían sus sermones con
un llamamiento. Como fue considerado anterior-
mente, Jesucristo predicó el evangelio e hizo el
llamado para que la gente tomara una decisión.
El Libro de los Hechos está repleto de invitacio-
nes públicas. En el día de Pentecostés, Pedro dijo,
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en

379
Predicando la Palabra Hoy

el nombre de Jesucristo para perdón de los peca-


dos; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos
2:38). Como resultado de la sanidad del cojo, en
la puerta del templo llamada La Hermosa, Pedro
hizo un llamado para que hicieran una decisión,
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos
3:19). La conversión del carcelero de Filipos, en He-
chos 16, como se hizo con muchos otros, vino como
respuesta a una invitación dada por el siervo de
Dios.
Por lo tanto, es apropiado y teológicamente co-
rrecto extender una invitación a los hombres y a
las mujeres para seguir a Jesucristo. Después de
todo, la verdad es algo que debería ser obedecido, y
el llamado los confronta con las demandas de Cris-
to y los llama a una respuesta inmediata. En las
Conferencias en Yale sobre la Predicación presen-
tadas en 1911, John Henry Jowett concluyó, “En
todas nuestras predicaciones, debemos buscar un
decisión, y debemos preguntar por una ejecución
inmediata del veredicto”.

Los Ingredientes del Llamado


al Arrepentimiento

La Palabra de Dios
El primer ingrediente para un llamado al evan-
gelio eficaz es la Palabra de Dios. Durante el minis-
terio de Jesús, él también llamaba a los hombres al
arrepentimiento: “Después que Juan fue encarce-
lado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio
del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumpli-
do, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos,

380
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

y creed en el evangelio” (Marcos 1:14, 15). Jesús


comenzó con una proclamación acerca del cumpli-
miento del tiempo y la cercanía del reino de Dios. Él
demostró que el evangelio es el poder de Dios para
salvación. Pedro entendió esto cuando escribió,
“siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino
de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre” (1 Pedro 1:23). La Palabra
tiene poder para llevar a efecto el nuevo nacimien-
to. Santiago confirmó esto cuando escribió: “Él, de
su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de ver-
dad, para que seamos primicias de sus criaturas”
(Santiago 1:18). Aparentemente, ninguno puede ser
salvo sin la Palabra de Dios. Ya sea que se escu-
che por medio de una canción, testimonio o ser-
món, debe haber algún conocimiento de la Palabra
para ser salvo. Algunos señalarán a Romanos 10:13
y preguntarán: ¿No dice la Biblia que, “todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será salvo”? Pero,
¿qué más dice? Los próximos versículos dicen:

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no


han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien
no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien
les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos
son los pies de los que anuncian la paz, de los
que anuncian buenas nuevas! Más no todos
obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Se-
ñor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios (Romanos 10:14-17).

Arrepentimiento
El segundo ingrediente para un llamado al evan-
gelio eficaz es el arrepentimiento. Jesús vino pre-
dicando el evangelio y llamando a sus oyentes a

381
Predicando la Palabra Hoy

arrepentirse y creer su mensaje. Arrepentimiento


viene de la palabra griega, metanoia, que significa
“tener un cambio de mente hacia alguien o algo”.
Esto no es sólo emocional, sino también racional.
Es un cambio de la mente intencional, voluntario, y
que lleva a un cambio de dirección. La palabra he-
brea en el Antiguo Testamento para arrepentimien-
to, shuwb, significa “darse vuelta” o “hacer frente”.
Aunque la tristeza piadosa obra el arrepentimiento,
el arrepentimiento es más que lamentar el pecado,
es abandonar el pecado. Por lo tanto, el arrepenti-
miento involucra un cambio de mente y un cambio
de dirección, así como el hijo pródigo quien “vol-
viendo en si” y se levantó y regresó a la casa de su
padre. Dios llama a los seres humanos a que cam-
bien sus mentes en relación con su estado presente
y se den vuelta hacia él.
Este llamado al arrepentimiento también fue el
mensaje de Isaías, quien dijo: “Lavaos y limpiaos;
quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de
mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer
el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, ha-
ced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid
luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros
pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:16-18).
El arrepentimiento es el mensaje de Proverbios
28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará;
mas el que los confiesa y se aparta alcanzará mise-
ricordia”.
El salmista llamó al arrepentimiento: “Oh Dios,
restáuranos; haz resplandecer tu rostro” (Salmo
80:3). El arrepentimiento significa volverse de los
ídolos, vanidades, y de los malos caminos. Jeremías

382
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

dijo: “conviérteme, y seré convertido, porque tú eres


Jehová mi Dios” (Jeremías 31:18).
Jesús llamó a la gente para que se arrepintie-
ran, y los ministros deben hacer lo mismo en sus
llamados. Ellos deben instruir a la congregación en
lo que Dios les está llamando a hacer. Los congre-
gantes necesitan entender que si ellos van a encon-
trar paz con Dios, ellos deben arrepentirse de sus
pecados; eso es, ellos deben tener un cambio de
mente y corazón—dejar el pecado y volverse a Dios.

Creer
El tercer ingrediente para un llamado al evan-
gelio eficaz es creer en el evangelio. Jesús no sólo
llamó a la gente para que se arrepintieran, sino
que también para que creyeran en el evangelio. El
apóstol Juan agregó: “Y este es su mandamiento:
Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo”
(1 Juan 3:23). La declaración de Pablo al carcelero
de Filipos fue, “Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo” (Hechos 16:31).
La fe salvadora es un don que viene por medio
de escuchar la Palabra de Dios. Pablo explicó: “Por-
que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto
no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8, 9). La invi-
tación necesita incluir un llamado claro tanto para
arrepentirse como para creer el evangelio.

Maneras para Extender una


Invitación o llamado
Existen varias maneras para extender una in-
vitación o hacer un llamado. Los métodos pueden
variar de un servicio a otro, según como el Espíri-
tu Santo dirija. Pero generalmente hablando, los

383
Predicando la Palabra Hoy

siguientes dos métodos son los utilizados con ma-


yor frecuencia: La respuesta demorada y la res-
puesta inmediata.

El Método de la Respuesta Demorada


La invitación de la respuesta demorada desafía
a los oyentes a meditar el contenido del evangelio, y
luego decidir si ellos desean llegar a ser cristianos.
Si la decisión es afirmativa, ellos hacen una cita
para encontrarse con el ministro y aceptar a Cristo
en ese momento. Algunos harán que el interesado
firme una tarjeta que harán llegar al ministro o al
ujier, indicando sus deseos de conocer más acer-
ca de Jesús. Aquellos que llenan una tarjeta, lue-
go son contactados y visitados por el ministro en
una fecha posterior para tratar sobre sus necesida-
des espirituales. Cruzada Estudiantil y Profesional
para Cristo (Campus Crusade for Christ), a menu-
do utiliza este método de manera efectiva.
Otra forma del llamado de respuesta demorada
es el método de clases especiales. Al finalizar el ser-
món, el ministro anuncia que comenzará una clase
en la semana siguiente para aquellos interesados
en aprender más acerca de la fe cristiana.
Los beneficios de la invitación de respuesta de-
morada es que da al Espíritu Santo un tiempo adi-
cional para obrar. La gente tiene más tiempo para
hacer sus decisiones, y ellos se sienten menos pre-
sionados o forzados a tomar una decision.

El Método de Respuesta Inmediata


La otra categoría de invitación es el modelo de
la respuesta inmediata. Aquí, mientras el Espíritu
Santo trata con ellos los inconversos son llamados a
arrepentirse y a confiar en Cristo inmediatamente.

384
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

Esta categoría incluiría tales métodos como exten-


der, lo que se ha dado en llamar, un llamado al
altar. El llamado al altar invita a los inconversos a
dejar inmediatamente sus asientos y pasar al altar
de la iglesia o auditorio para arrodillarse o mante-
nerse de pie para la oración.
Otra de las variantes del llamado de respuesta
inmediata incluye pedir a la gente que levante su
mano en sus asientos y orar con el ministro; pro-
gresivamente se les pide a los inconversos que le-
vanten sus manos, indicando que ellos necesitan la
salvación, y luego se les pide a aquellos que levan-
taron sus manos a pasar adelante. Estos son unos
pocos ejemplos de llamados que han sido usadas
por años para traer a los hombres y a las mujeres
a Cristo.
Existen indicaciones claras de que el llamado de
respuesta inmediata es la mejor manera de abor-
dar a los inconversos a conocer al Señor. Primero,
en las Escrituras, el llamamiento es siempre para
hacer una decisión inmediata. “He aquí ahora el
tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salva-
ción” (2 Corintios 6:2). Segundo, el lapso de tiempo
puede dar al Espíritu Santo un tiempo adicional,
pero por otro lado, puede dar un tiempo adicional
al individuo para apagar su voz y convicción. Ter-
cero, aquellos que creen en el retorno inminente de
Jesucristo, y que saben sobre la incertidumbre de
la vida, están preocupados que alguien no pueda
tener otra oportunidad para recibir al Señor como
Salvador.
El 8 de Octubre de 1871, D.L. Moody predicó
sobre el texto, “¿Qué haré yo con Jesús, llamado
Cristo?” Después de completar su mensaje, dijo a
la audiencia, “Desearía que ustedes se lleven este

385
Predicando la Palabra Hoy

texto a casa y lo tengan en sus mentes durante esta


semana, y el próximo sábado vendrán al Calvario
y a la Cruz, y decidiremos que hacer con Jesús de
Nazaret”.
En lugar de hacer un llamamiento para un com-
promiso inmediato, les dio a los miembros de la
congregación una semana para pensar sobre eso.
Trágicamente, muchos no vivieron para ver el des-
puntar del otro día, mucho menos, otra semana. En
el mismo momento que Moody estaba concluyendo
el sermón, el gran incendio de Chicago comenzó
con furia y totalmente fuera de control. Cuadras
enteras de la ciudad fueron destruidas, matando
a cientos y dejando a 90 mil personas sin hogar.
Reflexionando sobre esto, él dijo:

No he visto más a esa congregación. Tuve que


hacer un gran esfuerzo para detener mis lá-
grimas hoy. Pero quiero decirles sobre una
lección que aprendí esa noche, que nunca he
olvidado, y es esta, que cuando predique, debo
presentar a Cristo a la gente en el preciso mo-
mento y debo tratar de llevarlos a una decisión
inmediata. Preferiría tener mi mano derecha
cortada que dar a la audiencia una semana
para decidir que hacer con Jesús.

Sugerencias Prácticas Acerca


del Llamado
Los siguientes pensamientos pueden ofrecer al-
gunas sugerencias prácticas que serán de ayuda
cuando haga un llamado para acceptar a Cristo.
Los ministros deberían…
1. Comenzar a ver el llamado para hacer un
compromiso con Dios, como el principal objetivo del
evento de la predicación. Todo el sermón debería
apuntar al llamamiento. Ray Hughes dio un buen

386
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

consejo cuando dijo: “Vayan al púlpito mirando al


altar”.
2. Pensar e incluir como hacer el llamamiento
al altar como parte de la preparación del sermón.
Los predicadores pueden seleccionar una frase de
transición, la cual guiará a los oyentes cuidadosa y
fácilmente desde el cuerpo o la conclusión del ser-
món hasta el llamado.
3. Comunicarse con el personal de música y el
líder de adoración acerca de cómo se manejará el
llamado y qué alabanza puede ser adecuada. No
todo llamamiento requiere una alabanza. No todo
llamamiento requiere que se inclinen las cabezas,
se cierren los ojos, y que nadie mire alrededor. De-
safíe a la gente para que salgan de sus asientos mi-
rando a la iglesia, al mundo, y al enemigo, y acepte
a Jesucristo como su Salvador personal.
4. Ser extremadamente sensible al Espíritu San-
to para saber cuando debe tirar la red. No deben es-
tar determinados a tener que llegar a la conclusión
de sus sermones de tal manera que se pierda el po-
der de convicción del Espíritu Santo. Los ministros
necesitan ser muy sensibles con lo que el Espíritu
Santo está haciendo en la congregación. Ésta es la
cualidad más importante que un predicador puede
poseer—ser sensible al Espíritu Santo. Esta sen-
sibilidad no puede ser enseñada o aprendida por
medio de una investigación empírica; viene por una
íntima relación con Dios. El ministro no quiere per-
der el momento de Dios en el llamado.
5. Ser claro y directo en lo que se espera que la
gente haga como repuesta a Dios. El ministro no
debe ser ambiguo; debería ser bien claro. Él podría
decir algo así como, “Aquellos que quieren aceptar a
Jesús como Señor, salgan de sus asientos, vayan al

387
Predicando la Palabra Hoy

pasillo más cercano, vengan y arrodíllense en este


altar de oración”. Un predicador no debe sentirse
presionado para ampliar el llamado por el mero he-
cho de tener más gente en el altar. Hay gozo y rego-
cijo en la presencia de los ángeles de Dios por uno
que se arrepiente.
6. Saber que habrá muchas veces otras necesi-
dades que harán presión para que sean atendidas.
A medida que se acerca el tiempo, el ministro pue-
de hacer llamados adicionales para suplir aquellas
necesidades. Al mismo tiempo, el llamado para
aceptar a Jesús como Salvador debería ser bien
claro, directo, y separado de cualquier otro llama-
do.
7. Nunca de por sentado que la gente sabe como
orar. La iglesia debería tener compañeros de ora-
ción—obreros para el altar, listos para recibir a los
incoversos o necesitados mientras ellos pasan al
altar. Algunas personas no tienen ningún conoci-
miento de cómo orar, o mucho menos de cómo ser
salvos. La iglesia debería encontrar a la gente como
y donde ellos están.
8. Resistir la urgencia de predicar durante el
momento de ministración en el altar. Éste no es un
tiempo para presentar el último punto del sermón.
Éste es el momento de Dios para ministrar a la gen-
te.
9. Evitar seguir modas, usar trucos, o jugar con
las emociones de la gente durante la ministración
en el altar. Ésta es una obra espiritual. Uno nunca
debería tratar de hacer el trabajo de Dios.

388
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
Llamado a un Compromiso

10. Permanecer en la ministración en el altar


hasta que haya terminado. En otras palabras, el
ministro debería participar en oración por todos
aquellos que responden. Él debería seguir el ejem-
plo de Jesús que estuvo hasta la noche orando por
aquellos necesitados.

Conclusión
Nada es más importante que ganar a la gente
para Jesús. Por esta razón, el llamado al altar es
la parte más crucial del culto. Los ministros debe-
rían orar y seguir la dirección del Espíritu Santo,
y deberían siempre recordar, Dios no quiere “que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arre-
pentimiento” (2 Pedro 3:9).

389
Predicando la Palabra Hoy

390
28
Predicando la
Palabra en un
Mundo de Alta
Tecnología:
SÍGUEME
Mark Williams, D.D.

Los temas tratados en los últimos ocho capítu-


los se han centrado en el tópico de uno de los más
grandes dones y llamados que Dios ha dado, que es
el llamado a predicar el evangelio del Señor Jesu-
cristo. Hemos considerado los cambios culturales
y el desafío que representa predicar en un mun-
do postmoderno. Estudiamos la importancia de
ver como Jesús predicó y se conectó con la gente,
como también el uso de la tecnología y cada medio
o método posible para transmitir el evangelio de Je-
sucristo.
La prioridad más alta, por supuesto, es ganar a
los perdidos. En el último capítulo, tratamos el lla-
mado para aceptar a Cristo y la importancia de traer
a los hombres y a las mujeres al punto donde ellos
lo reciben como su Salvador. Este capítulo comen-
zará considerando algunas cosas de importancia

391
Predicando la Palabra Hoy

para que los ministros las recuerden en su llamado


a seguir al Señor Jesucristo, porque, después de
todo, el punto principal del ministerio es seguir a
Cristo, sin importar las circunstancias, reacción, o
resultado.
Se cuenta la historia acerca de dos estudiantes
muy brillantes y prometedores de la Universidad de
Baylor que en los años treinta, estaban estudiando
para el ministerio. Uno se llamaba Baker James
Coffin, y el otro W.A. Criswell. W.A. Criswell era un
día mayor que Baker James Coffin.
Ambos eran brillantes; uno admiraba al otro;
ambos competían. Mientras asistían al colegio,
Baker James Coffin pastoreaba una iglesia peque-
ña en Lufkin, Texas, y W.A. Criswell pastoreaba
una iglesia un poco más grande en White Mount,
en Cryell County. Cuando estaban terminando sus
días de estudiantes, Baker James Coffin decidió ir
al Seminario Teológico Southwestern, porque ad-
miraba a W.T. Conner y Lee Scarborough. W.A.
Criswell eligió en su lugar ir al Seminario Teológi-
co Southern. Al fin de aquellos estudios, Baker Ja-
mes Coffin vino a Forth Worth, y pastoreó la Iglesia
Bautista Politécnica y sirvió como profesor a tiem-
po parcial en el Seminario Teológico Southwestern,
y eventualmente fue a China y llegó a ser un héroe
misionero.
W.A. Criswell pastoreó iglesias en comuniddes
rurales en Kentucky e iglesias en las ciudades en
Oklahoma. Baker James Coffin siguió hasta llegar
a ser el presidente del Consejo de Misiones Forá-
neas de los Bautistas del Sur y llegó a ser una le-
yenda en su tiempo.
Para muchos Bautistas del Sur, él fue recorda-
do como “El Sr. Misiones Foráneas”. W.A. Criswell

392
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
SÍGUEME

fue a Dallas y por más de 50 años pastoreó la pres-


tigiosa Primera Iglesia Bautista en Dallas. Al com-
parar los primeros años de estos dos predicadores,
surje un punto muy importante. Aunque comenza-
ron sus ministerios juntos, sus vidas se separaron
a través de los años de servicio cristiano. Ambos
escucharon y siguieron el llamado de Jesús, y re-
chazaron comparar lo que ellos estaban haciendo
con el trabajo de alguien más.
En cualquier momento, Baker James Coffin en
China pudo haber mirado a su viejo amigo W.A.
Criswell en Dallas, y dicho, “Aquí estoy, a todas es-
tas millas de distancia de mi hogar, tratando con un
idioma que no entiendo, y viviendo en una cultura
extraña. W.A. se encuentra en Dallas, y lo logró”.
O, por otro lado, W.A. Criswell podría haber mirado
a Baker James Coffin y haber dicho, “Aquí estoy yo
atascado en Dallas enfrentando a la misma gente,
semana tras semana, mientras que Baker James
Coffin está teniendo éxito en el campo misionero
y llegando a ser una leyenda en nuestra denomi-
nación”. Pero en lugar de perder sus tiempos, sus
talentos y sus energías comparándose entre ellos
con lo que el otro estaba haciendo, ellos prepara-
ron sus mentes, individualmente y personalmente,
para seguir a Jesucristo.
Una historia similar es mencionada en la Es-
critura, en la que se presenta una verdad parecida
sobre el compromiso individual de seguir a Jesús.
La historia es conocida como el encuentro de Jesús
con sus discípulos en el Mar de Galilea, según se
registra en Juan 21. Jesús hizo una declaración
personal a Pedro quien estaba allá cuando Jesús
apareció a un grupo en la costa del Mar de Galilea:

393
Predicando la Palabra Hoy

De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más


joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas
cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y
te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
Esto dijo, dando a entender con qué muerte
había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió:
Sígueme. Volviéndose Pedro, vio que les seguía
el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo
que en la cena se había recostado al lado de él,
y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha
de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús:
Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero
que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?
Sígueme tú (Juan 21:18-22).

La implicación de las palabras de Jesús parece


ser “Sígueme, sin importar tu destino personal. Sí-
gueme, sin importar el destino de los demás”. Ni en
el arte ni en la ficción se puede crear una escena
como ésta. Después de su resurrección, Jesús vino
al Mar de Galilea, y allí se encontró con siete discí-
pulos desertores potenciales. Él fue concretamente
allí para hacerlos regresar al servicio cristiano, y El
particularmente quería hacer regresar al inestable
Pedro. Él quería a rearmarlo, revigorizarlo, reha-
bilitarlo, reinstalarlo y reenviarlo al trabajo para el
cual lo había preparado por tres años y medio. Y
Jesús no lo hizo en privado cuando le preguntó,
“Pedro, ¿me amas más que éstos?”.
Quizá, Jesús apartó a Pedro hacia un costa-
do, lejos de la multitud (aunque todavía permite a
las generaciones futuras escuchar a hurtadillas la
conversación), cuando comenzó a descubrir el des-
tino personal de Pedro. Cuando Pedro era joven, se
ceñía el mismo e iba a donde él quería, pero cuando
fuera anciano, extendería sus manos y alguien lo
ceñíría y lo llevaría a donde él no quisiera ir.

394
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
SÍGUEME

Con bastante claridad, Jesús le estaba revelan-


do a Pedro su destino personal, no sobre cuando
iba a morir, sino de cómo iba a morir. El estaba
haciendo un contraste entre el Pedro joven y lo que
llegaría a ser cuando fuera el Pedro anciano. Él le
estaba diciendo, “Ahora, Pedro, cuando tú eras jo-
ven, tú eras obstinado. Te dirigías solo. Te ceñías
como querías. Ibas a cualquier lugar que querías
ir. Eras enérgico. Determinabas el curso de tu
vida. Pero, cuando seas un anciano, alguien te va
a ceñir. Alguien te va a llevar a un lugar que tú
no quieres ir, y tendrás que extender tus manos”.
Con bastante claridad, Jesús le estaba diciendo a
Pedro que un día iba a morir como un mártir. De
hecho, G.R. Beasley Murray, en su Comentario so-
bre el Evangelio Según San Juan, dijo que la frase
“extender tu mano” llegó a ser un término técnico
para crucifixión.
Jesús le estaba diciendo a Pedro, “Tú vas a mo-
rir como un mártir. Vas a morir crucificado”. Con-
siderando el impacto de esa clase de mensaje, los
individuos podrían tener en cuenta esta pregunta:
“¿Qué sucedería si Jesús me dijera no cuándo, sino
cómo voy a morir? Es un hecho indiscutible, que
cada uno algún día dejará este mundo. Cada uno lo
dejará en una de las tres maneras siguientes: por
un accidente, por medio de una enfermedad, o por
el Rapto. La mayoría de la gente no sabe como su-
cederá. Jesús se lo reveló a Pedro, diciéndole cómo
él iba a morir. Y luego prosiguió esa profecía, di-
ciéndole: “Quiero que me sigas”.
Jesús conoce el destino personal de cada indivi-
duo. ¿Acaso no sucedió como Jesús dijo? ¡Exacta-
mente! De hecho, 30 años después, de acuerdo al
libro de historia de Eusebio, escrito en el 325 A.D.,

395
Predicando la Palabra Hoy

Pedro fue a Roma y murió en una cruz con la cabe-


za hacia abajo. Sí, Jesús conoce el destino de cada
persona, pero asegura que aún con ese destino
personal, es posible glorificar a Dios. Juan escribió,
“Esto dijo, dando a entender con qué muerte había
de glorificar a Dios”. Esto debería ser un consuelo
para todos los hijos de Dios. Sin tener en cuenta
el plan soberano que el Señor tiene para sus hijos,
cuando llega el tiempo, es posible que ellos puedan
glorificar a Dios por medio de eso.
Después que le dijo a Pedro su destino, lo amo-
nestó, “Sígueme”. La simplicidad de ese llamado es
dramático—“Simplemente, sígueme. No es necesa-
rio saber la manera de cada paso del camino que
caminarás en los próximos 30 años. Quiero que
simplemente de ahora en adelante me sigas”.
Jesús no dijo, “Sigue a Wesley”. No dijo, “Si-
gue a Calvino”. No dijo, “Sigue al líder actual de
la iglesia”—no importa cuán estimados y admira-
bles ellos puedan ser. Él simplemente dijo, “Tú, sí-
gueme ahora, sin dilación”. La orden no dejó lugar
para las siguientes respuestas: “Voy a esperar has-
ta terminar mi educación, luego te seguiré Jesús”,
“voy a esperar hasta que entre en esa gran iglesia,
y luego te seguiré Jesús”, o “voy a esperar hasta ca-
sarme, luego te seguiré”. El momento para seguirlo
es ahora – de ahora en adelante.
Al escuchar la palabra profética acerca de cómo
él iba a morir, Pedro se dio vuelta y vio a su viejo
amigo Juan. Ellos habían estado juntos desde el
mismo principio. Como Baker James Coffin y W.A.
Criswell, ellos tenían una relación estrecha desde
los primeros días de su discipulado. Habían sido
pescadores juntos en el mar, escucharon e hicieron
caso al llamado de Juan el Bautista, y siguieron
juntos a Jesús.
396
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
SÍGUEME

Ellos fueron parte del círculo íntimo, juntos vie-


ron los milagros y estuvieron en el Aposento Alto en
la Última Cena. Ellos corrieron juntos para verificar
el informe de la mujer sobre la tumba vacía. Ellos
estarían juntos en el Día de Pentecostés. ¿Estarían
juntos también en los caminos difíciles que Jesús
había predicho para él? Cuando se dio vuelta y vio
a su viejo amigo Juan, se sintió impulsado a pre-
guntar, “¿Y que va a suceder con este hombre?”
La respuesta de Jesús fue deliberadamente con-
cisa: “Si quiero que él quede hasta que yo venga,
¿qué a ti?” Él ya le había dado a Pedro sus ins-
trucciones: “Sígueme tú”. Las órdenes a Pedro eran
seguir a Cristo a pesar de su destino personal y el
destino de otros. ¡Qué sabiduría hay en seguir este
consejo—y que práctico! Muchos seguidores de
Cristo pierden sus vidas y mucho de su tiempo de
discipulado preguntándose sobre lo que hacen los
que se llaman discípulos. Algunas veces los cris-
tianos pierden mucho tiempo preguntándose como
pueden hacer otros las cosas que hacen y seguir
siendo seguidores de Jesús muchas veces aún es-
tando distraídos e incluso algunas veces descarria-
dos. Otros comparan su tiempo en el servicio cris-
tiano con el de otros y llegan a la conclusión que
ellos han sido tratados injustamente en la asigna-
ción de sus puestos.
Jesús aquí insinúa una prohibición a tales com-
paraciones. Él requiere que Sus seguidores man-
tengan sus ojos puestos en él. Él sigue diciendo,
“Sígueme”. ‘Sígueme sin importar el carácter de los
otros. Sígueme sin importar el destino de otros. Sí-
gueme sin importar el éxito de los otros”. Los indi-
viduos siempre serán capaces de identificar a algu-
na persona más o menos exitosa que ellos. Alguien

397
Predicando la Palabra Hoy

será más o menos elegante, más o menos dotado.


Otro puede avanzar más rápido o lograr una posi-
ción más alta. Pero Jesús habla al corazón del in-
dividuo, “Tú tarea no es mirar a otros y compararte
tú mismo con ellos. Tú tienes solamente el tiempo
y la energía para mantener tus ojos enfocados en
Mí y seguirme.”
Este mismo principio se aplica a los movimien-
tos en las iglesias. Algunas veces, casi se convier-
te en un juego al tratar de adivinar quien será el
próximo a ser promovido. ¿Quién será degradado?
¿Quién asumirá la nueva posición en el liderazgo?
Pero eso es la obra de Dios. La responsabilidad de
los seguidores de Jesús es siempre seguirlo a él.
Ése es el llamamiento más grande que los minis-
tros del evangelio pueden conocer—seguir al Señor
Jesucristo.
Thomas à Kempis, quien escribió uno de los li-
bros cristianos más importantes de la civilización
occidental, Imitación de Cristo, dió este consejo im-
portante en relación a como evitar que estemos in-
dagando sobre las vidas de los demás hombres:
Mi hijo, no seas curioso; ni te preocupes [tú
mismo] con cuidados ociosos. Porque ¿qué es
esto o eso para ti? Sígueme tú.

Porque ¿qué es esto para ti, si ese hombre es


tal o cual; o si ese hombre hace o habla esto
o aquello? Tú no necesitas responder por los
demás, sino que tú responderás por ti mismo.
¿Por lo tanto, por qué te enredas tú mismo?

He aquí, yo conozco a cada uno. Y veo todas


las cosas que se hacen debajo del sol. Tam-
bién, entiendo lo que sucede con cada uno—
lo que piensa; lo que desea; y cuales son sus

398
Predicando la Palabra en un Mundo de Alta Tecnología:
SÍGUEME

intenciones. Por lo tanto, para mí, todas las


cosas están confiadas.

Pero tú, por lo tanto, mantente amablemente


en paz. Deja que el inquieto se vaya, que sean
tan inquietos como ellos desean serlo. Todo lo
que hayan hecho y dicho, vendrá sobre ellos
mismos. Ellos no pueden engañar.

Jesús nos dice a ti y a mí, “¿Qué a ti? Sígueme tú”.


Dios tiene un plan, y un destino para la vida de
sus hijos. La Biblia dice, “Porque yo sé muy bien
los planes que tengo para ustedes afirma el Señor,
planes de bienestar y no de calamidad, a fin de dar-
les un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11,
NVI). El llamamiento de Dios a cada individuo es
muy personal. Cuando Dios llama específicamente
a un individuo para hacer algo, solo puede ser he-
cho por esa persona para que se cumpla el plan de
Dios. Es verdad que Dios puede, y generalmente lo
hace, dirigirse a otra persona si el primer individuo
rechaza el llamamiento. Pero su llamamiento y la
intención inicial están dirigidos a esa primera per-
sona que llamó.
A veces los sentimientos de insuficiencia hacen
que la persona que Dios ha llamado sea vacilante
para obedecer. Pero cuando Dios le habla al cora-
zón de la persona, El le da una función específica
en el Reino y quiere que la persona llamada, haga
lo que le toca hacer. La sentimientos de falta de
mérito personal, de dar con la medida, de no cum-
plir con los requisitos, son comunes con individuos
que consideran la tarea de la predicación. Pero el
adagio—aquellos a quienes Dios llama, Él tam-
bién los equipa—ha probado ser cierto vez tras vez.
Aquellos a quienes Él aparta y coloca en el servicio

399
Predicando la Palabra Hoy

en el Reino, los cubre con un manto de su Santo


Espíritu y los prepara para hacer la obra para la
cual han sido llamados.
Sin importar hacia donde va el camino, sin im-
portar el lugar que el Señor ha asignado como el
destino para un servicio personal especial, Él pue-
de hacer que la persona encaje en la tarea y esté
preparada para el servicio en el Reino. Una buena
oración por la dirección específica de Dios para la
senda del ministro puede ser algo así:

Mi Padre, te agradezco hoy por tu vo-


luntad soberana y tu majestuoso lla-
mado. Te agradezco, Señor, por ha-
berme llamado junto con muchos otros
hermanos y hermanas. Sobre todas las
cosas, quiero seguirte a ti. Quiero ir a
donde tú quieras que yo vaya. Quiero
ser, lo que tú me has llamado que sea.
Quiero decir, lo que tú me das para de-
cir. Oro para que me des un toque es-
pecial de la unción del Espíritu Santo
y dirección para mi vida. Oro para que
me reveles cada paso del plan que tie-
nes para mi y que tu me guíes por la
senda de justicia por amor de tu nom-
bre. Gracias por el privilegio de unirme
contigo en el trabajo en el Reino. Oro,
en el nombre de Jesucristo. Amén.

400
APÉNDICES
GLOSARIO
Glosario
A

Accionar—Mover hacia la acción; ayudar a otros a


tomar una decisión.

Aplicación—La inferencia práctica a ser derivada


de un sermón o de una lección; la capacidad por al
uso práctico.

Capullo—(Encapullar) Esconderse o acto de pro-


tegerse como un capullo del gusano de seda o una
crisálida

Comunicación—La transmisión y recepción de


ideas, información y mensajes.

Didáctico—Designado o previsto para enseñar;


hacer observaciones morales.

Exégesis—Exposición o explicación, especialmente


una interpretación crítica de un texto.

Expositivo—Que contiene exposición; establece el


significado del propósito.

405
Predicando la Palabra Hoy

Facilitador—Hacerlo más fácil; ayudar a lograrlo


las cosas

Mercantilización—El mundo de la moneda, que


significa “entrar al mercado de comercio mundial”

Metanarrativa—Que ocurre más tarde o en suce-


sión a.

Motivo—Una idea dominante o tema central; un


simple o repetido diseño, color, idea.

Palabras de Transición—Palabras o frases que


ayudan al orador a moverse suavemente de un
punto a otro.

Panacea—Un remedio para todas las enfermeda-


des o dificultades; un cura todo.

Prólogo—El prefacio o introducción de una obra


literaria. Un discurso por el actor el cual es dirigido
a su audiencia, al comienzo de una obra, y usual-
mente expuesto en forma de versos o estrofas. Una
introducción, evento o desarrollo.

406
Glosario

Terapéutico—Que provee o asistir en una cura-


ción. Cuando se utiliza en relación con la predica-
ción, es la clase de predicación o la proclamación
de la verdad que exalta a Cristo, y que comunica a
la congregación ayuda, esperanza, sanidad y ple-
nitud.

Tesis—Una proposición a ser probada. La idea


central.

407
Predicando la Palabra Hoy

408
BIBLIOGRAFÍAS

409
410
RECURSOS
à Kempis, Thomas. Imitación de Cristo. 9th rpt.Mil-
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Fant, Clyde and William Pinson. 20 Siglos de


Grandes Predicaciones. Vol. 6. Waco, Texas:
Word Books, 1971.

Killinger, John. “La Última Pagina”. Liderazgo.Ve-


rano, 1993, p. 138.

Koller, Charles W. Predicación Expositiva Sin Notas


rpt. Por Joseph M. Webb. Predicando Sin Notas.
Nashville: Abingdon Press, 2001.

Lyotard, Jean-Francois. La Condicion Postmoderna.


Minneapolis : Universidad de Minnesota Press,
1979.

Maslow, Abraham H. Hacia una Psicología del Ser.


New York: D. Van Nostrand Co., 1968.

Murray, G.R. Beasley. Juan. Comentario Bíblico de


la Palabra. Waco: Word Books, 1987.

Spurgeon, C.H. Los Primeros Años. rev. ed. Lon-


dres: The Banner of Truth Trust, 1962.

Steward, John and Carole Logan. Juntos: Comuni-


cando Interpersonalmente. New York: McGraw
Hill, Inc., 1993

Toffler, Alvin. La Ola Tercera. New York: Bantam


Books, 1994.

411
Predicando la Palabra Hoy

412
LECTURAS SELECCIONADAS1
Achtemeier, Elizabeth. Predicando de los Profetas
Menores. Grand Rapids: William B. Eerdmans
Publishing Company, 1998.

Anderson, Kenton C. Predicando con Convicción.


Grand Rapids: Kregel Publications, 2001.

Beasley-Murray, George R. Predicando el Evangelio


Desde Los Evangelios. Peabody, Massachussets:
Hendrickson Publishers, 1996.

Braga, James. Cómo Preparar Mensajes Bíblicos.


rev. ed. Pórtland, Oregon: Multnomah, 1981.

Brown, H.C. Jr., H. Gordon Clinard, Jesse J. Nor-


thautt, and Al Fasol. Pasos para el Sermón: Un
Plan de Ocho Pasos para la Predicación con Con-
fianza. rev. ed. Nashville: Broadman & Colman
Publishers, 1996.

Capon, Robert Farrar. La Locura de la Predicación.


Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing
Company, 1998.

Carroll, John T. y James R. Carroll. Predicando los


Dichos Fuertes de Jesús. Peabody, Massachus-
sets: Hendrickson Publishers, 1996.

Chapell, Bryan. La Predicación Cristo-Céntrica.


Grand Rapids: Baker Books, 1994.

1
Nota del traductor: Solamente los títulos de los libros que
originalmente se encuentran en inglés se han traducido.

413
Predicando la Palabra Hoy

Chapell, Bryan. Usando Ilustraciones para Predicar


con Poder. rev. ed. Wheaton, Illinois: Crossway
Books, 1992.

Craddock, Fred B. Predicando. Nashville: Abingdon


Press, 1985.

Decaer, Bert and Hershall W. Cork. Hablando con


Valentía Asegurada.
Nashville: Broadman &
Holman Publishers, 2001.

Duduit, Michael, ed. Manual de Predicación Con-


temporánea. Nashville: Abingdon Press, 1996.

English, Donald. Una Teología Evangélica de la Pre-


dicación. Nashville: Abingdon Press, 1996.

Ericsson, Millard J. and James L. Heflin. Vino Vie-


jo en Odres Nuevos: Predicación Doctrinal en
un Mundo que Cambia. Grand Rapids: Baker
Books, 1997.

Eslinger, Richard L., ed. Intersecciones: Estudios


Post-Críticos de la Predicación. Grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1994.

Eslinger, Richard L. Obstáculos en la Predicación.


Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing
Co., 1996.

Ezell, Rick. Dar en un Blanco que se Mueve: Predi-


cando a las Necesidades Cambiantes de Su Igle-
sia. Grand Rapids: Kregel Publications, 1999.

414
Lecturas Seleccionadas

Fuller, Reginald H. Predicando el Leccionario: La


Palabra de Dios para la Iglesia de Hoy. rev. ed.
Collegeville, Minnesota: The Liturgical Press,
1984.

Goldsworthy, Graeme. Predicando Toda la Biblia


como Escritura Cristiana. Grand Rapids: Wm. B.
Eerdmans Publishing Co., 2000.

Gross, Nancy Lammers. Si Usted no Puede Predicar


como Pablo. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans
Publishing Co., 2002.

Hiscox, Edward T. El Libro Estrella para los Mi-


nistros. 2nd. rev. ed. Valley Forge, PA: Judson
Press, 1994.

Hughes, Jack. Predicación Expositiva con Cuadros


de Palabras. Ross-shire, Great Britain: Chris-
tian Focus Publications, 2001.

Johnston, Graham. Predicando a un Mundo Post-


moderno. Grand Rapids: Baker Books, 2001.

Kim, Eunjoo Mary. Predicando la Presencia de


Dios: Una Homilía desde una Perspectiva Asiá-
tica Americana. Valley Forge, PA: Judson Press,
1999.

Koessler, John and Steven Albrecht. Cómo Predi-


car un Sermón. CD-ROM. Grand Rapids: Baker
Bytes, 2002.

Koller, Charles W. Cómo Predicar Sin Notas. 4th.


rpt. Grand Rapids: Baker Books, 1999.

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Predicando la Palabra Hoy

Larson, David L. Diciendo la Antigua, Antigua His-


toria: El Arte de la Predicación Narrativa. Grand
Rapids: Kregel Publications, 1995.

Loscalzo, Craig A. La Predicación Evangelista Co-


munica. Downers Grove, Illinois: InterVarsity
Press, 1995.

Massey, James Earl. El Gozo Agobiante de la Predi-


cación. Nashville: Abingdon Press, 1998.

Millar, Calvin. Espíritu, Palabra e Historia: Una Fi-


losofía de la Predicación de Mercado. Grand Ra-
pids: Baker Books, 1989.

Morris, Leon. La Predicación Apostólica de la Cruz.


rpt. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publis-
hing Co., 2001.

Historias Electrónicas Nelson, Sermones, Bosquejos


y Citas. CD-ROM. Nashville: Nelson Electronic
Publishing, 2000.

Overstreet, R. Larry. La Predicación Biográfica.


Grand Rapids: Kregel Publications, 2001.

Oxford, Stephen F. La Predicación Expositiva Ungi-


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Piper, John. La Supremacía de Dios en la Predica-


ción. Grand Rapids: Baker Books, 1990.

Proctor, Samuel D. “¿Cómo Ellos Oirán?” Forge, PA:


Judson Press, 1992.

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Richard, Armes. Preparando Sermones Expositivos:


Un Método de Siete Pasos para la Predicación Bí-
blica. Grand Rapids: Baker Books, 2001.

Willhite, Keith and Scott M. Gibson, eds. La Gran


Idea de la Predicación Bíblica: Comunicando la
Biblia a la Gente. Grand Rapids: Baker Books,
1998.

Willhite, Keith. Predicando con Relevancia: Sin ba-


jar el nivel. Grand Rapids: Kregel Publications,
2001.

417
Predicando la Palabra Hoy

418
ÍNDICE

419
420
Índice
A
análisis 5, 68, 70, 105, 115, 122, 129
aplicación(es) 16, 19, 69, 82, 97, 103, 153, 168, 185,
223, 260, 262, 273
arrepentimiento 32, 59, 64, 89, 112, 150, 185, 202,
246, 287, 377, 380, 381, 382, 389
autoridad 99, 155, 244, 288, 289, 291, 308, 310,
311, 315, 316, 319, 320, 331, 332, 334, 337, 364

B
basada en la Biblia 153, 160, 161, 163, 168, 169,
170, 173, 175, 211
bautismo 112, 150, 334
beneficios 384

C
carga 48, 228, 302, 303, 364, 369
centrado en Cristo 154
cintas 343
comunicación 29, 99, 211, 216, 251, 252, 260, 261,
265, 275, 323, 324, 325, 326, 327, 334, 335, 339,
342, 344, 346, 347
conexión 42, 44, 106, 119, 121, 217, 261, 265
contexto 57, 60, 61, 74, 116, 117, 152, 159, 167,
168, 169, 170, 174, 176, 187, 189, 197, 200, 229,
277
conversación 43, 135, 327, 394

421
Predicando la Palabra Hoy

Cristo 6, 31, 33, 43, 44, 49, 52, 57, 63, 108, 110,
112, 113, 114, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 127,
135, 136, 137, 138, 147, 149, 150, 152, 153, 154,
155, 156, 157, 159, 160, 166, 168, 169, 170, 175,
179, 180, 189, 195, 199, 202, 203, 206, 207, 210,
211, 218, 226, 229, 238, 240, 243, 247, 253, 274,
277, 287, 291, 293, 295, 297, 298, 300, 302, 304,
307, 315, 316, 317, 318, 320, 321, 323, 335, 337,
346, 350, 353, 354, 355, 356, 358, 359, 360, 361,
362, 363, 364, 367, 369, 371, 375, 377, 378, 380,
384, 385, 386, 391, 392, 397, 398, 407, 411, 413

D
desafío 138, 153, 160, 257, 277, 391
didáctica (o) 47, 405

E
empatía 246, 247, 251
empático 246, 248, 249, 265
epílogo 122
era (de la) informática 280, 283
Espíritu Santo 33, 37, 38, 42, 43, 49, 50, 58, 62, 63,
64, 65, 70, 101, 110, 112, 120, 121, 124, 138,
141, 149, 151, 160, 167, 170, 171, 173, 184, 187,
195, 197, 198, 202, 209, 211, 219, 225, 226, 227,
236, 237, 238, 239, 241, 242, 243, 246, 259, 268,
271, 274, 275, 282, 286, 287, 288, 294, 295, 297,
299, 304, 307, 313, 315, 319, 320, 334, 343, 367,
373, 377, 380, 383, 384, 385, 387, 389, 400
estima 193, 194, 195, 286
estrategia (s) 64, 265, 269
estructura 5, 105, 109
evangelista 33, 43, 183, 232, 277, 290, 302, 351,
352, 353, 354, 355, 356
evangelística 9, 153, 223, 357, 363, 377

422
Índice

exégesis 405
exegético 18
expositiva 9, 15, 18, 23, 25, 26, 31, 32, 34, 35, 37,
55, 56, 57, 60, 61, 64, 66, 67, 69, 71, 90, 92, 105,
110, 111, 182
expresada personalmente 153, 232, 235

F
facilitador (en tono) 214, 406
fisiológicas 193, 194

H
historias 69, 79, 109, 137, 140, 156, 181, 203, 205,
207, 208, 226, 244, 266, 270, 271, 276
humor 23, 143, 226, 272

I
ilustración (nes) 23, 38, 43, 64, 138, 151, 218, 245,
262, 272, 273, 378
ilustrada con situaciones 207, 211
impacto 19, 21, 26, 36, 69, 84, 102, 134, 151, 184,
185, 214, 225, 280, 371, 395
interés humano 271
Internet 176, 346, 347, 348, 349
interpretación de la escritura 19
invitación 34, 36, 187, 343, 374, 377, 378, 380, 383,
384

423
Predicando la Palabra Hoy

J
Jesucristo 11, 31, 32, 34, 35, 43, 44, 49, 51, 56, 57,
73, 77, 98, 106, 107, 108, 111, 112, 113, 121,
124, 125, 133, 149, 154, 155, 159, 180, 187, 192,
195, 212, 228, 245, 277, 281, 282, 287, 289, 291,
294, 295, 296, 297, 298, 301, 302, 304, 305, 315,
316, 317, 319, 320, 323, 327, 328, 332, 334, 338,
340, 341, 342, 351, 352, 354, 355, 357, 361, 362,
363, 364, 365, 367, 368, 369, 370, 371, 372, 373,
374, 375, 376, 377, 379, 380, 383, 385, 387, 391,
392, 393, 398, 400
Johari 196
juicio 58, 59, 60, 73, 74, 75, 76, 80, 81, 82, 83, 84,
92, 95, 98, 106, 139, 149, 155, 165, 244, 262,
329, 382

L
llamado (llamamiento) 7, 11, 33, 34, 37, 43, 70, 73,
86, 88, 89, 91, 107, 140, 144, 165, 171, 179, 184,
192, 223, 232, 233, 235, 243, 269, 274, 277, 280,
283, 291, 294, 295, 296, 297, 298, 299, 300, 301,
302, 303, 304, 305, 308, 332, 337, 353, 355, 359,
377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384, 385, 386,
387, 388, 389, 391, 392, 393, 396, 398, 399, 400
Logos 119, 120, 121, 122, 123, 124

M
mandato 291, 302, 351, 355, 356, 359
manipulador 223, 224
Maslow 192, 193, 194, 195, 196, 411
media 145, 146, 275, 354
meta 24, 25, 30, 33, 137, 211, 214, 216, 236, 253,
268, 272, 274, 289, 378

424
Índice

milagros 58, 80, 115, 116, 117, 120, 122, 129, 131,
133, 136, 141, 202, 397
motivo 80

N
narrativa (o) 21, 122
no-manipulador 223, 224

O
orientado a la necesidad 192

P
Pablo 16, 33, 34, 35, 47, 48, 56, 62, 63, 100, 106,
120, 121, 125, 132, 163, 166, 167, 170, 176, 178,
179, 180, 198, 199, 211, 212, 213, 230, 231, 236,
245, 247, 277, 286, 288, 294, 295, 298, 299, 300,
301, 302, 307, 309, 312, 313, 316, 319, 320, 326,
327, 341, 342, 350, 351, 352, 353, 355, 356, 357,
358, 359, 360, 361, 362, 365, 368, 370, 372, 373,
375, 383, 415
palabra clave 39, 42, 44, 47, 52
Palabra de Dios 19, 20, 22, 28, 29, 31, 32, 33, 34,
55, 58, 66, 110, 118, 119, 120, 121, 124, 150,
153, 159, 160, 161, 162, 163, 166, 167, 173, 177,
178, 179, 187, 189, 197, 199, 202, 210, 212, 214,
217, 224, 225, 229, 230, 231, 232, 233, 235, 236,
245, 257, 258, 260, 265, 277, 288, 289, 291, 294,
300, 308, 309, 310, 311, 313, 314, 316, 319, 320,
326, 330, 331, 335, 343, 380, 381, 383, 415
palabras de transición (frases) 406
pasión 11, 242, 250, 252, 254, 276, 299, 303, 369
perdido 84, 85, 86, 102, 178, 200, 261, 272, 274,
276, 299, 311, 320, 332, 342, 351, 355, 356, 359,
378
pertenencia 193, 194, 195

425
Predicando la Palabra Hoy

postmoderno (ismo) 279, 283, 288, 293, 391


práctico 329
predicar 8, 20, 22, 28, 33, 36, 37, 43, 51, 60, 61, 64,
66, 78, 110, 148, 149, 150, 152, 154, 156, 160,
162, 166, 171, 186, 190, 195, 200, 207, 208, 209,
215, 217, 218, 225, 227, 228, 231, 232, 233, 236,
237, 239, 242, 244, 246, 247, 249, 253, 255, 260,
261, 266, 268, 269, 275, 276, 277, 281, 282, 288,
294, 295, 298, 299, 301, 302, 307, 308, 315, 316,
319, 321, 323, 334, 335, 336, 337, 342, 353, 356,
357, 374, 375, 388, 391
presencia 33, 34, 49, 82, 85, 86, 89, 102, 113, 133,
138, 155, 200, 208, 239, 254, 255, 300, 311, 316,
327, 355, 371, 380, 388
proclamación 121, 149, 159, 189, 229, 352, 377,
378, 381, 407
profética (o) 79, 98, 106, 107, 108, 334, 337, 366,
396
propósito 17, 22, 24, 28, 29, 30, 35, 36, 37, 38, 41,
47, 57, 59, 68, 75, 76, 94, 96, 99, 113, 114, 130,
151, 153, 159, 171, 175, 179, 217, 254, 255, 268,
270, 272, 295, 296, 327, 341, 342, 351, 378, 405

R
radio 35, 58, 324, 344, 345, 346, 347
redención 48
relacional 218, 223, 224, 225, 226

426
Índice

S
sermón (nes) 7, 15, 16, 17, 19, 20, 21, 22, 23, 24,
25, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38,
39, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 52, 53, 55, 56, 60,
63, 64, 66, 67, 68, 69, 70, 82, 105, 111, 150, 156,
157, 181, 183, 184, 185, 186, 187, 191, 202, 203,
205, 214, 215, 217, 236, 238, 239, 240, 242, 243,
244, 245, 251, 252, 253, 255, 257, 259, 260, 261,
262, 263, 265, 266, 268, 269, 270, 272, 273, 274,
275, 276, 299, 378, 381, 384, 386, 387, 388, 405
símbolo (izado) 94, 98, 102, 131, 132
Stott, John R.W. 238

T
tecnología 8, 29, 201, 285, 324, 334, 338, 339, 342,
346, 350, 351, 391
televisión 58, 184, 201, 203, 324, 339, 344, 345,
346, 347, 349
tema (s) 15, 23, 27, 39, 45, 47, 55, 60, 62, 63, 64,
68, 74, 81, 84, 91, 95, 96, 97, 98, 101, 118, 121,
126, 131, 132, 135, 139, 144, 147, 151, 152, 155,
159, 171, 172, 176, 177, 221, 247, 250, 251, 254,
262, 270, 271, 272, 273, 275, 293, 368, 406
teología 57, 58, 59, 66, 172, 289, 312, 318, 319, 335
tesis 407
testimonio (s) 124, 212, 273, 282, 289, 312, 313,
314, 340, 354, 367, 376, 381
título (s) 55, 70, 156, 181, 207, 223, 270, 273
tono 144, 150, 153, 177, 211, 212, 213, 214, 215,
216, 217, 218, 219, 221, 224, 225, 226, 228, 229,
246, 251, 256, 275, 378
tópicos 9

427
Predicando la Palabra Hoy

U
ungido 106, 148, 149, 160, 175, 190, 281, 287, 288,
294, 295, 301, 334, 352

V
veredicto 81, 380
visión (es) 98, 99, 101, 102, 111, 181, 302, 331, 336,
364, 365, 369, 373

Y
Yeakley, Dr. Flavil (Yeakley) 223, 224

428

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