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Proceso de la educación y la educación como

intervención social
La educación es el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, así como
habilidades, valores, creencias y hábitos. El proceso educativo se da a través de la investigación,
el debate, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo y la formación en
general. La educación no solo se produce a través de la palabra, pues además está presente en
todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.

Generalmente, la educación se lleva a cabo bajo la dirección de las figuras de autoridad: los
padres, los educadores (profesores o maestros), pero los estudiantes también pueden educarse a
sí mismos en un proceso llamado aprendizaje autodidacta.

No menos importante es saber que cada proceso educativo se divide en varias etapas diferentes.
Así, por ejemplo, en el caso de España se encuentra conformado por estas fases:
-Educación Infantil, que es la que tienen los niños de entre 0 a 6 años de edad.
-Educación Primaria, que tiene como alumnos a pequeños de entre 6 a 12 años.
-Educación Secundaria, pensada para los menores de 12 a 16 años.
-Bachillerato, de la que disfrutan los estudiantes que tienen entre 16 y 18 años.
A estas luego le siguen otras como los Grados Universitarios, que llevan a cabo los mayores de 18
años de edad.

La etapa escolar es una época que puede resultar muy difícil tanto a los estudiantes como a los
padres o tutores de los mismos. Bullying, fracaso escolar, absentismo, situaciones complicadas
en casa, dificultades en el aprendizaje… A veces, es necesario el papel de un tercero que resuelva
la situación. Por ello, la intervención social en contextos educativos puede ser de gran
importancia.

Una intervención educativa (o intervención académica) es un programa o un grupo de pasos


específicos para ayudar a los niños en el área que necesiten. Los estudiantes pueden tener
muchos tipos diferentes de necesidades.

En definitiva, la intervención educativa como aprendizaje social y emocional sirve para prevenir el
acoso o las adicciones, fomentar la igualdad de género, impulsar las habilidades para el trabajo
en equipo, la observación crítica y el aprendizaje consciente sobre la vida e en el marco de los
centros educativos. Esto supone que el alumnado redirija su mirada hacia sus propias emociones
y sentimientos, facilitando el autoconocimiento para proyectarse en la vida a través de su
capacidad de iniciativa personal, y fomentando las relaciones igualitarias y saludables.

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