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Rasgos no negociables para un

líder cristiano

Acá está la segunda entrega en la serie de artículos sobre liderazgo que estoy escribiendo para
laprensacristiana.com en El Salvador. Es un análisis simple de lo que Jetro encomendó a Moisés
para establecer líderes que permitieran el avance del pueblo de Dios al escapar de Egipto por el
desierto. Estos rasgos constituyen los elementos más esenciales –los no negociables más simples–
de un líder bíblico. Revisa el artículo… es posible que te ayude para calificarte en tus
responsabilidades como líder; o que te oriente para establecer a otros en el ministerio. Después
de leerlo, compártelo con quienes pueden beneficiarse de él.

¿Por qué hemos decidido que así sea? Bueno, seguramente has escuchado que “nadie sabe lo que
tiene, hasta que le hace falta”. ¡Qué terrible verdad suele ser esta! Tristemente, me sucede a mí y
te pasa a ti. En un año en el que “lo normal” ha sido amenazado, sacudido, cuestionado,
disminuido o eliminado de nuestras vidas, el refrán popular toma un nuevo sentido: que fácil es no
darnos cuenta de lo que tenemos hasta que… ya no está. Qué obvio resulta notar –ahora– el
trabajo que perdimos, al ser amado que murió, la salud que disfrutábamos, la libertad que
teníamos, la simpleza con la que tomábamos decisiones o la alegría que había de vernos en una
comida en familia o en la celebración de una ocasión especial entre amigos.

Una forma de parafrasear este texto podría ser: “habla de Dios desde el fondo mismo de tu
ser, exprésate con todas tus fuerza lo bueno que él es… y cuídate de no pasar por alto
ninguna de las bendiciones que él te ha dado”.

¿Sabes?, el término “bendecir” que el rey David escogió para hablarse a sí mismo en este
Salmo (usando la expresión “alma mía”) es BARAK. Significa arrodillarse; e incluye, por
implicación, hablar bien de Dios y a Dios, adorándolo. David anima a su alma a no olvidar
nada de lo bueno que Dios le ha dado, muy probablemente, al considerar su complicada
vida. ¿Por qué considera necesario hacerlo? Bueno, por lo fácil que nos resulta olvidar
algunas cosas… o “extraviarlas” como también puede traducirse el vocablo hebreo
shakakh. La amonestación a “recordar” o a “no olvidar” lo que Dios hace ocurre más de
200 veces solo en el Antiguo Testamento. Se debe a que desafortunadamente es parte de la
naturaleza humana olvidar, o simplemente permitir que nuestras mentes ajusten los hechos
y construyan recuerdos falsos. Un artículo en WebMD asegura que “las emociones
negativas como el miedo y la tristeza desencadenan una mayor actividad en una parte del c

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