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Así se comete fraude al interior de las

empresas del país


Economía
1 Sep 2018 - 10:49 AM
Redacción Economía.
Una encuesta realizada por KPMG muestra cómo se encuentra el tema de
corrupción en las empresas y las principales características y perfiles de los
defraudadores. Además, expone las tecnologías, modelos, buenas prácticas y
recursos que han probado ser efectivos en la lucha contra el fraude.

El 45 % de las empresas en Colombia estima que sus pérdidas por fraudes suman
hasta US$10.000, mientras que en el 20 % de los casos puede superar esta cifra y
llegar a los US$50.000 y en el 23 % de ellas el detrimento es superior y llega
hasta US$500.000. Así lo revelan los resultados del más reciente estudio
publicado por KPMG ‘Encuesta sobre Fraude en Colombia’.

El ejercicio también advierte que el tiempo transcurrido entre el inicio de la


conducta y la detección varía de entre uno y seis meses (62 % de los casos) y
entre seis y doce meses (24 % de los casos). Sin embargo, solo en el 85 % de las
situaciones se logró identificar al perpetrador, lo que muestra que “a pesar de los
esfuerzos que han venido realizando las organizaciones en los últimos años,
todavía existe una brecha en los procesos de investigación”.

Diego Ríos, director de Servicios Forenses de KPMG en Colombia, aseguró que


más de la mitad de las organizaciones encuestadas han experimentado algún tipo
de evento de fraude durante los últimos años. “A su vez, encontramos que control
interno fue el medio principal por el que se detectó el evento, con un porcentaje
del 60 %, seguido por los mecanismos de denuncia, con un 22 %. Es así como
estas áreas son claves a la hora de prevenir y detectar actividades delictivas”.

Las áreas internas de las empresas que son más vulnerables a los delitos son
operaciones y producción, ventas y atención al cliente, alta gerencia, tesorería,
compras y bodega.

Al respecto, Fabián Echeverría, socio líder de Consultoría de KPMG en


Colombia, indicó que las organizaciones pueden verse afectadas por diferentes
tipologías de fraude, en mayor o menor medida, dependiendo del sector en el que
opera la organización. “Las distintas formas que adoptan estas irregularidades
tienen características y consecuencias diferentes, por lo que requieren métodos de
prevención y detección adaptados a cada caso”, dijo.

De acuerdo con el estudio, los diez fraudes más comunes en Colombia son robo
de dinero, pérdida o daño de inventario, soborno, conflicto de interés,
manipulación de flujo de caja, reconocimiento fraudulento de ingresos o egresos,
desembolso fraudulento, manipulación de métricas o indicadores financieros,
acceso no autorizado y piratería.

El 69 % de las compañías indicó que la investigación interna es la primera acción


que toman una vez se tiene conocimiento del fraude. Tras comprobar la
evidencia, inician una acción judicial contra el empleado/tercero o realizan la
denuncia ante los organismos reguladores pertinentes. A pesar de que 72 % de las
empresas dicen estar reguladas en materia de cumplimiento, en el 33 % de los
casos hay registro de que no se generó una condena o sanción, a pesar de haber
interpuesto una denuncia.

Con todo y esto, la mayor parte de los encuestados (47 %) expresó no haber
identificado ninguna señal de lo que sucedía, mientras que el 23 % tuvo como
indicio el estilo de vida del perpetrador, el cual estaba por encima de sus
posibilidades. Esto se explica en el hecho de que entre las causas directas del
fraude se identificó la falta de controles internos, debilidad en la cultura ética,
ausencia de políticas claras y bien definidas, o ausencia de un programa de
entrenamiento de ética.

El estudio de KPMG destaca que, entre las consecuencias o perjuicios más


relevantes por cuenta del fraude, se encuentran daños en la moral personal,
deterioro a la imagen de la organización, afectación en las acciones o valor de la
compañía, pérdida de contratos y multas económicas. “Lo más preocupante es
que el 29 % de las empresas indicaron no tener conocimiento de los efectos
negativos ocasionados; es decir, las organizaciones no suelen ser conscientes de
la repercusión real de los eventos de fraude, teniendo en cuenta que las pérdidas
económicas son tan solo una parte de los impactos totales”, advierte la firma.

Quiénes están detrás del fraude


KPMG identificó que el perpetrador es de sexo masculino el 56 % de las veces,
con edades entre los 25 y 40 años (57 %) y un nivel de educación profesional (36
%) o técnico/tecnológico (33 %).

En un 22 % de los fraudes se presenta colusión. En contraste con las mujeres,


solo en el 11 % de los casos actúan individualmente.

En el 25% de las situaciones es un colaborador interno de la empresa, en el 18 %


hay complicidad entre empleados, en el 9 % es responsabilidad de un supervisor,
y en el 7 % se trata de alianzas entre colaborador y proveedor o empleados de la
alta gerencia. Es decir, el 80% de los eventos de fraude fueron perpetrados por
empleados de la organización.

Al revisar el promedio de antigüedad de las personas que cometen estos delitos,


el 38 % llevaba entre tres y cinco años, seguido por quienes llevaban más de 10
años (16 %).

Según Diego Ríos, los motivos que llevaron a que los delitos se llevaran a cabo
son diversos: presentación de la oportunidad, la ambición y codicia, problemas
económicos, presión por el alcance de los objetivos y resentimiento con la
organización.

El estudio se aplicó a 144 directivos de empresas que operan en Colombia. Cabe


recordar que los resultados se contrastaron con la versión anterior de la encuesta,
realizada en 2013. Las empresas representadas son de capital privado (90 %),
público (2 %) y mixto (8 %). Además, 71 % tienen capital nacional y el resto
capital extranjero.

Aunque la medición se hace con diversos sectores, la mayoría de las empresas


encuestadas pertenecen principalmente a la industria de bancos y servicios
financieros (14 %) y energía y recursos naturales (8 %). Además, el 40 %
registran ingresos anuales de hasta más de US$100 millones.

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