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La Ética y la Contabilidad

Licett Alba Baquero

Como parte del ordenamiento de diversas disciplinas, muchas carreras se

encuentran representadas por Colegios oficiales que según su significado literal

“tienen la finalidad de organizar el desempeño de la profesión y ejercen una

representación exclusiva de cada especialidad, deben velar por el cumplimiento

de una buena labor profesional, donde la práctica de la ética del trabajo se

constituye en un principio común que contribuyen a la definición de estatutos

que vayan en una correcta dirección”.

Siendo la Contabilidad, “la disciplina que se encarga de estudiar, medir y

analizar la realidad económica, financiera, de una empresa u organización,

facilitando la toma de decisiones en la gestión de la misma, pues tiene

responsabilidad en el bienestar social de la comunidad de la que se beneficia

dicha entidad económica” y que es representada en muchos países por un

Colegio Profesional, no puede estar exenta de regirse por códigos de ética

propios de la organización que la representa y deben tener como uno de sus

pilares máximos presentar la mejor calidad y más fidedigna información

financiera necesaria a los accionistas, inversionistas y público en general que

desee interactuar de alguna manera con la organización, lamentablemente, en

nuestra historia hemos podido saber de mencionados casos en los que lejos de

ejercer la profesión de forma apropiada y para los fines que ha sido creada los

profesionales que la ejercen se desvían de su naturaleza relevante para dar

paso a malas prácticas que benefician no necesariamente a su grupo objetivo.

Casos como el de Enron y Worldcom en E.E.U.U. en el 2002 originaron la


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caída de una de las cinco más grandes compañías auditoras del mundo, Arthur

Andersen, & CO. Hecho que desató la

preocupación de las autoridades y que sin duda alguna, tuvieron una favorable

consecuencia para el desarrollo de la contabilidad en lo sucesivo, en Julio de

ese mismo año el congreso de ese país con la finalidad de frenar la ola de

fraudes millonarios de las compañías norteamericanas al estado, aprobó la Ley

Sarbanes – Oxley, la cual se fundamenta en la creación de una sólida

supervisión para controlar a los auditores de este tipo de compañías y así evitar

que puedan perjudicar de forma negativa a sus accionistas.

“Los procesos de negocios cambian y los sistemas de contabilidad

cambian. Sin embargo nunca cambiará la necesidad que tienen los

contadores de apegarse a estándares éticos elevados en su conducta

profesional. La integridad siempre ha sido importante, pero después de

las fallas éticas que se revelaron en 2001 y 2002, adquirió más relevancia.

Los contadores deben restablecer una reputación impecable en cuanto a

ética e integridad, misma que los eventos de los años recientes dañaron”.

(1)

Hoy en día como parte de la formación profesional de los contadores, en

muchos de los libros de introducción a la carrera como parte de los principios

de introducción se dedica algún capítulo y dentro de los conceptos básicos

palabras como ética, estándares morales en franca alusión al giro que se

persigue y claro está a la reivindicación al profesionalismo con el que muchos

de los profesionales de dicha rama se desempeñan, es así que han sido

acuñadas juntas tanto para la contabilidad como para la auditoría, dos

conceptos: ética contable “como el comportamiento de los individuos que


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se integran dentro de la profesión contable basado en normas y valores

que conduzcan a la objetividad a la hora de reflejar o interpretar la imagen

fiel del patrimonio, la situación financiera y los resultados de la empresa.

En muchos países existen códigos de conducta con el propósito de

ofrecer pautas de comportamiento que permitan alcanzar dicho objetivo.

Con este fin, la Federación Internacional de Contadores (IFAC) emite

normas y guías éticas para fomentar aspectos como la credibilidad, el

profesionalismo, la calidad de la información y la confianza en los

profesionales contables”. (2) En múltiples situaciones profesionales, se

maneja información confidencial que definitivamente sirven para influenciar en

la toma de decisiones que bien pueden perjudicar o beneficiar a una empresa,

la experiencia de Arthur Andersen en el caso de Enron – que le costó la vida a

la firma – muestra que no sólo no fue éticamente incorrecto sino que además,

los auditores de Andersen que colaboraron en el fraude multimillonario

de Enron terminaron perdiendo su empleo, destruyendo ambas

compañías, su reputación, enfrentando en algunos casos prohibiciones

para ejercer su profesión y condenas de prisión. (3)

Producto o como consecuencia de estos hechos se habla de una

“contabilidad creativa” que exagera cuando revaloriza activos, oculta

pérdidas, anticipa ganancias, llama inversiones a los gastos, etc. está

reñida con la buena fe y con la ética. Se podrá buscarle explicaciones de

tipo técnico y encontrar quienes explican y hasta defienden estos

términos pero finalmente se ha convertido en una controversia generada

por una caída ética en los comportamientos. (4) Si este tipo de contabilidad

existe es porque muchas veces la legislación posee vacíos que así lo permiten,
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la hacen vulnerable y aprovechan ciertas posibilidades que les brinda dichos

vacíos en la normatividad, tampoco puede sentenciarse que la contabilidad

creativa, toda ella sea fraudulenta y hay quienes sostienen que se encuentra en

un límite difuso.

Una de las consecuencias negativas de esta práctica es la desconfianza que se

genera en los accionistas, quienes esperan el retorno de sus inversiones y que

terminan viendo cómo se diluyen o desaparecen sus ganancias, entes como

los bancos serán más rígidos y exigentes en el otorgamiento de créditos en

general a todas las empresas sobre la base de antecedentes que han

enturbiado la práctica profesional de la contabilidad y ponen en tela de juicio la

información financiera emitida por este ejercicio, todo esto puede incluso llevar

a una recesión, dado el caso, en economías como la norteamericana y que por

efecto de la globalización termine afectando a todos. Pero no todo tiene por

qué ser negativo, una consecuencia positiva es que a partir de estas

experiencias haya cambios en el sistema, orientados a una evolución

inteligente de los controles y la normativa que rige el desempeño de las

organizaciones, tal y como lo fue posterior a los hechos en el 2002. Teniendo

en consideración lo emblemático del Caso Enron – Andersen en la historia de

la contabilidad, puede sugerirse que Andersen no cumplió completamente

con sus responsabilidades profesionales en relación con sus auditorías

de los estados financieros de Enron, o sus obligaciones de llamar la

atención del directorio (o del comité de reglamentos y auditoría) en

relación a los controles internos sobre las transacciones con partes

relacionadas. (5)
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En algunos textos se ha citado como caso práctico “El caso Enron y WorldCom:

el precio de la codicia”, pero el desarrollo de estos hechos no sólo involucra a

ambas empresas sino también a la empresa auditora que tuvo a cargo el

análisis de los estados financieros y en todo momento conocimiento de las

operaciones fraudulentas que llevaron en el 2001 a que 144 altos directivos de

Enron recibieran casi US$ 750 millones entre sueldos, bonos, otras

remuneraciones en efectivo y opciones sobre acciones, 4500 empleados se

quedaron sin trabajo y en WorldCom, segundo operador de llamadas de larga

distancia y responsable de más de 50% del tráfico de internet en USA, dejó a

80,000 trabajadores sin empleo al declararse en la considerada mayor quiebra

de la historia en Estados Unidos, con US$103,914 millones en activos en Julio

de ese mismo año, ocultaron US$3,900 millones en gastos y US$1,200 en

pérdidas, permitiendo así el veloz enriquecimiento de sus altos ejecutivos antes

que el precio de las acciones se precipitase.

“La función principal de una empresa no es ser generosa dedicando gran

parte de sus beneficios a proyectos sociales y culturales o a pagar

salarios muy superiores a los vigentes en el mercado sino a la

producción y distribución eficiente de bienes y servicios para satisfacer

necesidades mediante esta tarea satisfacer bienes particulares como un

salario para el trabajador, beneficios para el accionista, etc.” (6) Un

problema que puede presentarse es la separación entre la propiedad y el

control de la empresa, entre accionistas y la dirección de la empresa por ello

dichas relaciones se encuentran reguladas por normas jurídicas que aseguren

la independencia en el desempeño de los cargos y no obedezcan al

cumplimiento de ciertos intereses particulares, que entren en conflicto con la


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naturaleza y finalidad de la empresa, quienes gestionan deben hacerlo con total

imparcialidad, con buena fe, diligencia, ética y profesionalismo asegurando el

desempeño presente y futuro de la organización, así como la subsistencia a lo

largo del tiempo a través del crecimiento, emitiendo señales de fortaleza y

confianza a nivel global, que representen el interés de los stakeholders.

Referencias

(1) Horngren, Charles T. Gary L. (2006) Contabilidad Administrativa México


Pearson Educación
(2) Mora,A (2008) Contabilidad Auditoría y Control de Gestión Madrid Editorial
del Economista
(3) Bernárdez, M. (2009) Desempeño Humano AutorHouse Boston
(4) Albitos, P. (2010) El Caso Enron (Ensayo)
(5) Bastidas,C (2007) El Caso Enron. Principales aspectos contables, de
auditoría y de gobierno corporativo Ril Editores Santiago
(6) Álvarez. D y De la Torre. J (2002) ¿Empresas des-almadas? Una visión
ética del mundo empresarial Dykynson, S.L. Madrid

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