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El Idealismo y su Impacto en la Cultura

Sebastián Bastidas Rodríguez

9 DE NOVIEMBRE DE 2017
UNIVERSIDAD DE NARIÑO
Grupo 1
El Idealismo y su Impacto en la Cultura
Desde el concepto hasta su significante, de manera precisa y clara, el Idealismo, como

uno de los sistemas de conocimiento principales, se basa en que la realidad no es sino

algo pensado por mí, mientras lo piense y sepa su significado estará dentro de lo que

yo considero real. A manera de introducción, será preciso señalar que el Idealismo,

propone una negación de lo que nuestros sentidos nos indican que es, en esencia,

autentico. Para ser más claro, la parte sensitiva, también depende de lo que la agudeza

mental pone en determinación, puesto que se señala una negación del mundo exterior.

Cuando nos referimos al carácter idealista, es posible señalar que las cosas no son

cosas sin antes haber sido pensamientos; el objeto no guarda significado mientras

este, previamente, no fue producto de una forma innata de la inteligencia. Señalada la

parte central de dicho sistema de conocimiento, es necesario precisar una serie de

puntos que, a modo de paralelo, pueden clasificar a esta rama filosófica de una forma

más amplia, claro, sin perder la autonomía de las ideas, mismas ideas en la que se

fundamenta gran parte del planteamiento señalado.

La tendencia por idealizar la realidad se encuentra en un lugar importante dentro de lo

que el Idealismo plantea, en vista de que somos propensos a pensar en que las cosas

son perfectas o mejores de lo que en realidad son, dependemos de una tendencia a

generar el mejor escenario y a modificar las situaciones a conveniencia propia, dejado

claro que aquello que hagas será por causa de aduladores y que no te fíes de

los vencedores ganando competiciones, elecciones y popularidad.


Como primera parte, tenemos el problema que presentan los errores y las ilusiones de

los sentidos, como ya se mencionó antes, los sentidos son parte de un sistema

empírico que dogmatiza a la realidad, lo que genera que el idealismo repugne tal

conceptualización, ya que se ha hecho énfasis en esclarecer lo ineficaz de los sentidos

para percibir lo fundamental de lo real. Para el Idealismo, los sentidos son engañosos y

producen una leve investigación del algo o el alguien con cualidades que ciertamente

no posee.

Dentro de los errores e ilusiones de los sentidos, también podemos señalar que son

enteramente errores de juicio, puesto que la mente determina la veracidad de algo

solamente cuando la mente ha formulado previamente el juicio. Para los idealistas, los

sentidos no son más que el vago producto de la imaginación y por esa razón no

pueden certificar la existencia de las cosas, esto es semejante a la determinación de

los sueños o de la misma locura; lo que posteriormente dará lugar un nuevo elemento

con un tinte radicalista, el mero hecho de que se puede establecer una creencia

metafísica de que lo único de lo que uno puede estar seguro es de la existencia de su

propia mente, y la realidad que aparentemente le rodea es incognoscible y puede no

ser más que parte de los estados mentales del propio yo. El yo entonces, representa

una parte fundamental en la naturaleza del idealista, debido a que reconoce por

completo el mundo externo o natural, y evita afirmar que éste puede reducirse al

mero hecho de pensar.

Continuando con la argumentación idealista, existe un concepto más aproximando al

tema de la mente, generalmente ha suscitado numeroso estudios dada la complejidad


del campo, me refiero a el argumento del sueño coherente, cuya composición en sí

misma una clara redundancia, a consecuencia de que la coherencia no siempre es

compatible con los sueños, al eliminar la existencia de todos los objetos, quedan

solamente como objetos reales los contenidos de la conciencia . Es aquí en donde entra

un nuevo factor que a mi parecer resulta importante; la peculiaridad de la conciencia

está implícita en el Idealismo, representando el carácter subjetivo del mismo, pues

genera y estructuraliza las representaciones de imágenes y sentimientos; aquello ha

sido suprimido de manera innecesaria con el tiempo, mientras sostiene que el mundo

en su experiencia es una simple apariencia como parte de un sueño coherente.

No todo es coherente en esta postura, pues la síntesis del Idealismo nos clara que el

argumento de sueño coherente, cae en lo absurdo al contradecirse en su analogía

desde su planteamiento, es por esa misma razón, que me referí a la conciencia como

un elemento clave, ya que esta se somete a las imágenes y sentimientos para

entonces reflejar y confirmar la percepción.

Como argumento final, el Idealismo presenta aquella postura casi filosófica que lo

somete como el preciso antagónico al realismo, pues hay filosofías idealistas que

postulan una existencia de objetos abstractos independientes del observador; estamos

hablando de la inmanencia del pensamiento. Esto se puede ser más claro con ayuda

de un ejemplo que ayude a simplificar el orden de las ideas; es oportuno aclarar que el

ejemplo es independiente de mi opinión moral, puesto que será una ejemplificación

actualmente muy común y que marca un amplio número de devotos. Desde hace ya

unas cuantas décadas, se comenzó a idealizar que Dios, es parte del imaginario del
hombre, cuestionado su veracidad, y desmontando siglos de formalización doctrinal. Se

especuló mucho acerca de este tema, la existencia de Dios se ha convertido en uno de

los principales y más comunes debates en la cultura; considerando que Dios se

sustenta principalmente a través de la religión católica, se ha propuesto un importante

argumento al idealismo, convirtiéndose en una reptante dualidad entre los que se

adentran en la temática, pero concretamente ¿cómo se relaciona esto con el

Idealismo?, todo parte del principal postulado del idealismo, el hecho de que todas las

cosas y si significado son cosas pensadas, Dios por su parte, puede ser entendido

como un pensamiento creado por el mismo imaginario del hombre, en donde se

representa a sí mismo como un escudo para escudarse de lo que el hombre no

comprende. Esto representa un quiebre en lo que se conoce como políticamente

correcto, en palabras más técnicas, tu mente otorga la existencia de lo que te rodea,

entonces, si en el pensamiento humano cabe la posibilidad de un ser creador y

omnipotente, ese ser es real en medida de que el Idealismo lo permita.

La inmanencia del pensamiento es el punto fundamental del Idealismo, una creación de

el ego, nada puede conocerse fuera de sí mismo, el conocimiento pertenece al sujeto y

no pude salir, sin embargo, es difícil determinar si las ideas son netamente propias del

sujeto, porque también influye el factor cultural, razón por la cual es difícil esclarecer el

yo, en ese caso el idealismo provendría de la conciencia y terminaría por trascender

como medio conceptual ya que el objeto con significado va más allá de sí mismo.
Conclusion

Para finalizar, el idealismo representa una parte muy importante, ya que de cierta

forma, expone al hombre como un ser que puede hacer obras enormes con el potencial

de su mente, que no todo depende de una psicología como la propuesta implica el

conocer y hacer, en  tanto habría que centrarse en la mente humana como creación de

la historia. Con ello, es viable formar un hombre adecuado para una sociedad libre,

igualitaria, un hombre autónomo, responsable, vigoroso. Sólo así el ser humano podrá

ir de lo real individualmente a lo posible socialmente. Para nosotros, la vida es una

categoría de realización personal; el desarrollo de la conciencia conforma una

dialéctica entre el sujeto y el objeto; la conciencia del individuo es la unidad de lo

experimentado con lo sabido; la conciencia pone de manifiesto el ser y la esencia del

individuo. El hombre es el único animal que puede crear significados, como ilusiones de

los sentidos, uno de ellos es el amor, un sentimiento que se supera como problema de

un individuo que debe encontrar la vida y para percibir su propio ser, tiene que entablar

un diálogo con la naturaleza. De la misma forma, en posible argumentar que el

universo, no es más que un sueño coherente, en donde el pensamiento es pura

inmanencia. No es en modo alguno la actitud espontánea de la existencia individual. Es

una actitud a la que trabajosamente se ha llegado en la historia, y a la que no muchos

hombres pueden acceder, chocando con la dificultad de encontrar en la conciencia, un

mediador, entre objeto y sujeto. Puede decirse, sin ánimo peyorativo, que la actitud

idealista lleva consigo, no solamente en filósofos, sino en un sentido más general de

los hombres que la asumen, cierta autovaloración idealista.

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