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PRESENTADA POR:
ZENIA MELISSA TOSTA BARAHONA
NÚMERO DE CUENTA:
2021120165
27 OCTUBRE, 2021.
EL TRABAJO COMO DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL Y SU ENLACE
CON LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES SOBRE DDHH Y
CONVENIOS FUNDAMENTALES DE LA OIT.
El derecho al trabajo es la base para la realización de otros derechos humanos y para una
vida en dignidad. Incluye la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente
escogido o aceptado. En la realización progresiva de este derecho, los Estados están
obligados a garantizar la disponibilidad de orientación técnica y profesional, y a tomar las
medidas apropiadas para crear un entorno propicio para existan oportunidades de empleo
productivo, garantizar salarios justos, igual salario por igual trabajo e igualdad de
remuneración por trabajo de igual valor. Los trabajadores deben garantizarse un salario
mínimo que permita una vida digna para ellos mismos y sus familias.
Desde que existe, el ser humano ha trabajado, podríamos decir que los animales también
"trabajan", pero el trabajo es propiamente una actividad humana, ya que la persona
humana, a diferencia de los animales irracionales, lo hace conscientemente; es decir,
realiza el trabajo con conocimiento de que está trabajando y entiende lo que está haciendo;
también tiene conocimiento de cómo lo hace, para qué lo hace y por qué lo hace; también
es un ser que realiza el trabajo libremente. A lo largo de la historia la satisfacción de
necesidades básicas, así como la evitación de calamidades ha constituido la motivación
central para el trabajo.
Para hablar de trabajo humano, primeramente, tenemos que saber su origen entonces nos
preguntamos de donde proviene la palabra TRABAJO, pues la palabra «trabajo» deriva del
latín tripalium1, que era una herramienta parecida a un cepo con tres puntas o pies que se
usaba inicialmente para sujetar caballos o bueyes y así poder herrarlos. Desde esa
perspectiva podemos decir que el trabajo en sus orígenes fue visto y relacionado con el
sufrimiento y la pena. Con el pasar del tiempo este concepto fue evolucionado hasta llegar
a lo que actualmente entendemos por Trabajo: Es toda actividad humana realizada con
esfuerzo, sea físico o intelectual (mental), destinada a satisfacer una necesidad individual o
colectiva.
El trabajo está en el centro de las aspiraciones de las personas pues constituye el medio
para obtener su sustento, el mejoramiento de la calidad de sus vidas y su realización
personal. Por ende, es esencial para el bienestar de la gente. Además de lo que representa
para las personas en lo particular, el trabajo es importante también para la sociedad en su
conjunto pues abre la puerta al progreso social y económico. Por lo anterior dicho podemos
decir que el trabajo es un derecho fundamental y esencial para la realización de otros
derechos humanos y constituye una parte inseparable e inherente de la dignidad humana.
Toda persona tiene derecho a trabajar para poder vivir con dignidad2.
También se usaba como instrumento de tortura para castigar esclavos o reos. De ahí
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El derecho al trabajo nace como el mecanismo que busca disminuir las diferencias
naturales existentes entre el empleador y el trabajador, ya que se encuentran en distintas
situaciones de poder. En el mismo orden de ideas es que comienzan a surgir las primeras
leyes laborales que datan desde la segunda mitad del siglo XIX, y más tardíamente en unos
países que en otros.
En consecuencia de lo anteriormente dicho es el Tratado de Versalles, el que le da origen
a la OIT en el año de 1919, mismo que en su parte XIII habla sobre de la Organización del
Trabajo (artículos 387-427) y literalmente dice: Considerando que la Sociedad de Naciones
tiene por objeto el establecimiento de la paz universal, y tal paz sólo puede establecerse si
se basa en la justicia social; Y considerando que existen condiciones de trabajo que
implican tal injusticia, penuria y privaciones para un gran número de personas que
producen un malestar tan grande que la paz y la armonía del mundo están en peligro; y se
requiere urgentemente una mejora de esas condiciones: como, por ejemplo, mediante la
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La Revolución Francesa de 1789 realizó grandes aportes respecto a la abolición del poder
totalitario, la implementación de mecanismos que permitieran un control del poder estatal y
el reconocimiento de derechos como la libertad, la igualdad y la fraternidad. Muchos de
estos compromisos adquiridos por los Estados liberales no fueron cumplidos en su
totalidad, haciendo que esta revolución fuera más burguesa que social.
regulación de las horas de trabajo, incluido el establecimiento de un día y semana máximos
de trabajo, la regulación de la oferta de trabajo, la prevención del desempleo, la provisión
de un salario digno adecuado, la protección del trabajador contra enfermedades, dolencias
y lesiones derivadas de su empleo, la protección de los niños, los jóvenes y las mujeres, la
provisión para la vejez y las lesiones, la protección de los intereses de los trabajadores
cuando están empleados en otros países que su propio reconocimiento del principio de
libertad sindical.
En consecuencia, a estas disposiciones es que el trabajo adquiere respaldo internacional y
fue asi plasmado en la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como
organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al
trabajo y las relaciones laborales, misma que se complementa con la Declaración de
Filadelfia de 19444.
El trabajo es tan importante en la vida de las personas es por ello que en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos se continúa hablando de este y en el artículo 23
puntualiza que:
Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a
condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.
Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.
Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.
Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.
En ese mismo orden de ideas es que en el año de 1998 se adoptó la “Declaración de la OIT
relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo” que compromete a los
Estados miembros de la Organización Internacional del Trabajo a respetar y promover la
libertad de asociación y sindical, la abolición del trabajo forzoso, la erradicación del
trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el trabajo. Esos principios se
expresan en ocho convenios, declarados como Convenios Fundamentales en el Trabajo:
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Tambien conocida como Declaración relativa a los fines y objetivos de la Organización
Internacional del Trabajo, que figura en el anexo final a la Constitución y que reafirma los
principios fundamentales sobre los que está basada la Organización Internacional del
Trabajo
En relación con la eliminación del trabajo infantil
Convenio (núm.138) sobre la edad mínima de admisión al empleo.
Convenio (núm. 182) sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil.
En relación con la eliminación de la discriminación
Convenio (núm. 100) sobre la igualdad de remuneración.
Convenio (núm. 111) sobre la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Asimismo, existen diversos instrumentos internacionales que reconocen el derecho del ser
humano al trabajo y condiciones mínimas para un trabajo decente, dentro de los cuales
podemos mencionar los siguientes:
El Convenio N.º 122 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre la
política del empleo (1964) habla de "empleo pleno, productivo y libremente
elegido", vinculando la obligación de los Estados Partes en lo relativo a crear las
condiciones de pleno empleo con la obligación de velar por la eliminación del
trabajo forzado.
La Observación General No. 18, El derecho al Trabajo, el derecho al trabajo es un
derecho individual que pertenece a cada persona, y es a la vez un derecho colectivo.
Engloba todo tipo de trabajos, ya sean autónomos o trabajos dependientes sujetos a
un salario. El derecho al trabajo no debe entenderse como un derecho absoluto e
incondicional a obtener empleo.
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
en su artículo 6, párrafos 1 y 2 prevé el derecho de toda persona de tener la
oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado,
y se tomarán medidas adecuadas para garantizar este derecho. Artículo 7: Los
Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de
condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el derecho al trabajo figura en
el apartado a) del párrafo 3 del artículo 8.
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial, artículo 5 inciso i) del párrafo e.
Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, apartado a) del párrafo 1 del artículo 11.
La Convención sobre los Derechos del Niño, articulo 32.
Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y sus familiares, artículos 11, 25, 26, 40, 52 y 54.
Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, en su artículo 6,
señala, entre otros, que el desarrollo social exige que se garantice a toda persona el
derecho a trabajar y a elegir empleo libremente, incluyendo la participación de
todos los miembros de la sociedad en un trabajo productivo y socialmente útil.
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo
XIV, establece que toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones dignas y a
seguir libremente su vocación, en cuanto lo permitan las oportunidades existentes
de empleo. Así como que toda persona que trabaja tiene derecho de recibir una
remuneración que, en relación con su capacidad y destreza, le asegure un nivel de
vida conveniente para sí misma y su familia.
Diversos instrumentos regionales reconocen tambien el derecho al trabajo en su
dimensión general, entre ellos la Carta Social Europea de 1961 y la Carta Social
Europea Revisada de 1996 (parte II, art. 1), la Carta Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos (art. 15) y el Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), en sus artículos 6 y 7 establece,
entre otros, el derecho al trabajo, a la estabilidad de los trabajadores en sus
empleos, de acuerdo con las características de las industrias y profesiones y con las
causas de justa separación. En casos de despido injustificado el trabajador tendrá
derecho a una indemnización o a la readmisión en el empleo o a cualquier otra
prestación prevista por la legislación nacional; seguridad e higiene en el trabajo.
Es importante mencionar como último punto que, aunque solo los Estados son Partes en el
Pacto y tienen, en definitiva, que rendir cuentas de su sujeción al mismo, todos los
elementos de la sociedad -individuos, familias, sindicatos, organizaciones de la sociedad
civil y sector privado- tienen responsabilidades en lo tocante a la realización del derecho al
trabajo. Los Estados Partes deben aseguran un entorno que facilite el ejercicio de esa
responsabilidad. Las empresas privadas -nacionales y transnacionales- si bien no estan
obligadas por el Pacto, tienen una función particular que desempeñar en la creación de
empleo, las políticas de contratación, la terminación de la relación laboral y el acceso no
discriminatorio al trabajo. Deben desarrollar sus actividades sobre la base de legislación,
medidas administrativas, códigos de conducta y otras medidas apropiadas que favorezcan
el respeto del derecho al trabajo, establecidos de común acuerdo con el gobierno y la
sociedad civil. Estas medidas deberían reconocer las normativas laborales elaboradas por la
OIT, y orientarse a mejorar la concienciación y responsabilidad de las empresas en la
realización del derecho al trabajo.