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8 pasos para crear un cambio positivo en tu

empresa
06-07-2015, 1:12:20 PM Por: Eduardo Lan
Un experto te muestra las claves para que no te centres solo en lo
que es un problema, sino también en las fortalezas y lo que se realiza
correctamente.

Llegué a mi oficina después de un viaje de trabajo y me encuentro con la desagradable


noticia de que perdimos a un cliente. Mi primera reacción es ir a hablar (léase
regañar) con el vendedor y el gerente de cuenta para identificar qué salió mal.
Después me doy a la tarea conjunta de distinguir cada uno de los errores cometidos,
encontrar soluciones, y planear y ejecutar. Aunque esto me da ciertos resultados
positivos, la empresa no logra mejorar su desempeño por más errores que encuentre y
solucione. ¿Será que esta búsqueda incansable de lo que está mal no funciona? 
La mayoría de las empresas operan basadas en un paradigma de gestión de solución
de problemas. Esto surge del modelo científico, donde se busca por diseño
identificar, entender, diagnosticar y resolver un problema basado en una hipótesis.

Existe una regla no escrita que nos dicta arreglar lo que está mal y
dejar en paz lo que está bien.
Piensa, por ejemplo, en los últimos proyectos en los que participaste o reuniones a las
que asististe. Seguramente el enfoque principal tuvo que ver con analizar y
diagnosticar problemas o errores e implementar soluciones, y se le dedicó poco o nada
de tiempo a hablar de las cosas que sí funcionaron: aquellos proyectos, estrategias y
equipos de trabajo donde existió un altísimo nivel de participación, compromiso y alto
desempeño, en los que la organización y sus miembros fueron muy exitosos. ¿Pero
qué si entender nuestros problemas no es el acceso a aquello que deseamos? Quizá
necesitamos otro nivel de pensamiento.
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Albert Einstein, uno de los máximos científicos y pensadores de todos los tiempos,
dijo una vez:
“Los problemas no se pueden solucionar con el mismo nivel de
conciencia con el que fueron creados”.
Consideremos por un momento que toda empresa y los seres humanos que la
componen no son problemas a resolver, sino posibilidades por alcanzar. Dicha frase es
sin duda una aseveración atrevida.
Sin embargo, diversos estudios basados en disciplinas como indagación
apreciativa y enfoque en soluciones comprueban que muchos asuntos, en especial
aquellos que tienen que ver con los seres humanos, funcionan mejor desde un enfoque
positivo, el cual a menudo está totalmente distanciado del problema en sí.
Dicho enfoque genera niveles de participación, responsabilidad, compromiso y
desempeño que ningún método de resolución de problemas es capaz de generar.
A continuación enlistamos 8 pasos clave para generar una revolución de cambio
positivo en tu organización.
Te recomendamos leer: 8 pasos para ser auténtico y mejorar tus relaciones
1. Descubrimiento
El primer paso esencial para construir sobre los aspectos positivos y funcionales de tu
organización, aquellas cosas que se hacen bien, es descubrirlos. Estamos tan
acostumbrados a observar e identificar lo negativo que nos hemos vuelto incapaces
de distinguir lo positivo. Algunos ejercicios que te pueden apoyar en esta fase
incluyen identificar temas afirmativos y realizar entrevistas apreciativas.
El primer ejercicio involucra definir entre tres y cinco temas afirmativos sobre los
cuales enfocarte. Estos deben abarcar áreas de interés particular para tu organización,
tales como servicio al cliente, clima laboral, alto desempeño, costos, etc. El segundo
ejercicio involucra entrevistar al mayor número posible de personas en tu
organización para descubrir qué están haciendo bien.
Aquí, es una buena idea incluir al mismo personal de tu empresa como
entrevistadores, puesto que ello empieza a generar anécdotas positivas que se
multiplican. Date a la tarea de redactar preguntas poderosas que tengan la
posibilidad de descubrir dichos aspectos positivos, los cuales sin duda existen en toda
organización.
Algunas preguntas pertinentes incluyen: 
a. Describe una ocasión en tu empresa en donde te sentiste altamente motivado e
involucrado con tu trabajo.
b. Sin ser modesto, dime que es lo que más aprecias de ti, tu trabajo y tu empresa.
c. ¿Cuáles son aquellas cosas clave que dan vida a tu organización cuando ésta
funciona muy bien?
d. Imagínate a tu organización en 10 años, cuando todo funciona como siempre
deseaste que fuera. ¿Qué diferencias notas? ¿Qué acciones y conversaciones
diferentes existen? ¿Qué están haciendo las demás personas? ¿Qué estás haciendo tú?
Tambien puedes leer: Mindfulness: 4 ritos para enfocarte en lo importante
2. Soñar
Este paso del proceso tiene que ver con atreverse a soñar un futuro que podría ser al
enfocarse en aquello que nos inspira. Su contexto principal es la creatividad,
capacidad elemental que hemos perdido en nuestro paradigma actual de solución de
problemas.
Inicia la recuperación de esta capacidad preguntándote y preguntándole a los demás
qué sería posible si no existieran las limitaciones actuales. Continúa preguntándote y
preguntándole a otros qué más sería posible y permítete emocionarte y ampliar aquello
que surja.
Por último, registra todo aquello que emerja de este proceso, especialmente aquellas
cosas con las que más te identificas. El proceso termina redactando uno o varios
enunciados del futuro deseado en tiempo presente. 
3. Diseño
Una vez que hayas vislumbrado el futuro deseado, diseña las acciones que tomarás
para hacerlo realidad. Define claramente qué, quién y cuándo llevarás a cabo dichas
acciones, de manera que tengas un plan de inicio. Busca incluir acciones de baja
complejidad y alto impacto.
No te preocupes demasiado si no tienes absoluta claridad sobre cómo hacerlo, ya que
lo más importante en esta fase es plantear algunas acciones iniciales para empezar,
como dicen los gringos, “a rodar la pelota”.
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4. Implementación
Paso seguido, date a la tarea de implementar tu plan de acción inicial e involucra a
tantas personas de tu organización como te sea posible, ya que es esencial que
este proceso de cambio sea una tarea colectiva.
Echa mano de aquellas personas que hayan participado como entrevistadores en la
fase de descubrimiento. La mayoría de ellos están conscientes del poder de este
proceso y seguramente están emocionados con ello.  
5. Regrésale el trabajo a la gente
Como mencioné en el punto anterior, este proceso es una tarea colectiva, no
individual. Esto quiere decir que una revolución positiva solo funciona si es un
movimiento generado por una masa crítica, de personas en tu empresa, entre más
grande mejor. Busca toda oportunidad para delegar actividades y alienta a los demás
a que ellos mismos diseñen e implementen acciones basadas en los temas afirmativos
que creaste en la fase de descubrimiento.
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6. Sustentabilidad
Como líder una de tus responsabilidades principales es crear las estructuras, políticas,
procedimientos y reglas necesarias para facilitar el proceso de cambio. Asegúrate de
eliminar o al menos reducir toda barrera existente o posible a las iniciativas
planteadas, ya que de lo contrario es predecible que el proceso fracase si las personas
se ven obstaculizadas en sus intentos. 
7. Reconocimiento
La gasolina de cualquier proceso de cambio positivo es el reconocimiento. Aprecia
cada logro que consigan, por más pequeño que sea, y a las personas que lo hicieron
posible. Sé específico en tu reconocimiento de manera tal que todos en la organización
estén totalmente claros acerca de los avances que están obteniendo y
los comportamientos y resultados deseados. 
8. Comunica
Por último, comunica por todos los medios posibles y en cualquier ocasión que puedas
todo acerca del proceso: los temas afirmativos, las historias de éxito que surgieron en
la fase de entrevistas, el diseño y las estrategias creadas, los logros que van obteniendo
y las personas que los hicieron posibles. Comunicar constantemente transforma una
conversación sobre un sueño de lo que podría ser en la realidad y que cada uno de
nosotros percibe, además de generar un impulso imparable de acción positiva.
Este proceso de cambio positivo no es lineal y nunca termina, lo cual quiere decir que
en cualquier momento puede ser necesario recurrir y fortalecer cualquier fase y nunca
paras de descubrir, soñar, diseñar, implementar, regresarle el trabajo a la gente,
sustentar, reconocer y comunicar.
Si te interesó esta columna y quieres aprender más al respecto, te recomiendo leer el
libro: Appreciative Inquiry: A Positive Revolution in Change, de David L.
Cooperrider y Diana Whitney.

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