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moderación
de entornos
virtuales de
aprendizaje (EVA)
Diseño y
moderación
de entornos
virtuales de
aprendizaje (EVA)
Juan Silva Quiroz
Prólogo de Begoña Gros Salvat
Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto de innovación
docente Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje,
auspiciado por la Vicerrectoría Académica de la Universidad
de Santiago de Chile.
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
Autor
Juan Silva Quiroz
Es académico del departamento de Educación y director del Centro de Investigación e
Innovación en Educación y Tecnología en la Universidad de Santiago de Chile. Doctor en
Educación por la Universidad de Barcelona. Es especialista en enseñanza virtual tema en el
cual ha publicado diversos artículos en revistas científicas y capítulos de libros, además de
dictar conferencias en congresos de Tecnología Educativa.
Índice
Agradecimientos 11
Presentación 15
6. El e-moderador 123
7. Cualidades y habilidades del tutor 126
Bibliografía 157
Agradecimientos
Prólogo
avala una aproximación sobre los métodos más apropiados para formar al profe-
sorado para mejorar su práctica en e-learning.
El modelo de e-moderación descrito se complementa con una propuesta que
recoge los aspectos pedagógicos de la formación virtual en los entornos virtuales
de aprendizaje, el papel del tutor y las herramientas tecnológicas más apropiadas
para apoyar la tutoría.
El libro es muy recomendable desde su doble vertiente, de análisis y reflexión
y de propuesta aplicada a la formación.
Llego a casa y está una joven frente al computador, tiene varias aplicaciones
abiertas y realiza diversas acciones simultáneamente: estudia, revisa su mail y
chatea con unos amigos; paralelamente, tiene abierta una presentación con la clase
enviada por el profesor que debe estudiar para una prueba y un archivo con una
tarea que debe desarrollar en conjunto con otros compañeros, de los cuales espe-
ra sus aportes, que fueron definidos en el chateo mencionado. Antes de dormirse,
juega un rato en una aplicación online donde vive una vida virtual. Seguramente
este relato les suena común y muchos de ustedes podrían verse reflejados en él.
Esta joven es mi hija, tiene catorce años y es una nativa digital, como los jóvenes
de su generación que se aprestan a ingresar a la universidad; vienen con miles de
horas frente al computador en las cuales, entre otras cosas, han respondido cien-
tos de mail, mantenido conversaciones escritas y habladas con amigos, se han
enviado y colaborado en el desarrollo de trabajos o han utilizado el buscador para
acceder y seleccionar información. Son usuarios asiduos de blog, wikis y redes
sociales como Facebook, Fotolog, Flickr, hi5, Twitter, entre otras. Estudiantes 2.0
inmersos en una cultura digital, en la cual la interacción, la colaboración y la cons-
trucción conjunta, se ven potenciadas.
Estamos en presencia de una nueva generación de jóvenes que está fuerte-
mente identificada y familiarizada con el uso de las tecnologías. Son los llamados
«nativos digitales», una generación que se ha formado y ha crecido en la era digi-
tal. Esta generación marca el paso de lo transmisivo a lo interactivo en medios de
comunicación. Sus principales características son: los estudiantes superan a sus
profesores en el dominio de estas tecnologías y tienen más fácil acceso a datos,
información y conocimientos que circulan en la red, viven en una cultura de la
interacción y su paradigma comunicacional se basa más en la interactividad al
usar un medio instantáneo y personalizable como Internet.
La enseñanza escolar, en gran medida, ha permanecido ajena al uso de estas
herramientas para apoyar y enriquecer los procesos formativos. El estudiante dice
–«no importa, ahora entraré a la universidad». Allí seguramente se hará un uso
más intensivo de las tecnologías y si bien el contar con un computador y acceso a
Internet se vuelve imprescindible para el estudiante universitario actual, de allí el
esfuerzo, incluso en las familias más humildes, por contar con estos recursos tec-
nológicos y de las mismas instituciones de dar acceso a este beneficio. Sin embar-
16 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
go, este uso se restringe, en la mayor parte del proceso formativo, a las tareas des-
arrolladas fuera de la sala de clase: preparar un trabajo, una presentación, buscar
y procesar información, suelen ser las tareas más frecuentes en que estos univer-
sitarios utilizan las tecnologías.
Las universidades en general presentan los mismos problemas que las escue-
las a la hora de integrar las TIC en su labor docente, los estudios demuestran que
las barreras para insertar las TIC en la docencia universitaria no difieren de las
esgrimidas por los docentes de los centros escolares, por ejemplo, las materiales,
como acceso, apoyo tecnológico, falta de reconocimiento del esfuerzo que impli-
ca innovar usando TIC en la docencia, la escasez de tiempo, etc.; otras de carác-
ter no material como la falta de capacitación, especialmente metodológica, o el no
estar convencidos si el integrar las TIC mejora los aprendizajes, entre otras.
Con más tecnología, sí se va a encontrar, puesto que la mayor parte de los
departamentos tienen sus laboratorios computacionales de última generación; hay
acceso a Internet vía WI–FI en todo el campus; los equipos se renuevan periódi-
camente; varios de sus compañeros tienen notebook o netbook; algunas de las
salas están equipadas con proyector y otras con pizarras interactivas. Sin embar-
go, el uso de estas tecnologías y la infraestructura tecnológica de la universidad
es escasa, utilizándose generalmente para apoyar un modelo transmisivo de cono-
cimiento, siendo la presentación y por tanto el proyector (data show) el recurso
más usado por los docentes (no vamos a discutir acá sobre la calidad y los crite-
rios utilizados en dichas presentaciones).
También se ha masificado el uso de plataformas virtuales como Moodle, y los
docentes con formación autodidacta o formal han comenzado a utilizar estos espa-
cios para enriquecer su docencia, lamentablemente comprobamos un hecho ya
reporteado por diversos autores: la tendencia marcada de los docentes de transfe-
rir al espacio virtual modelos pedagógicos presenciales, transformándose dichos
espacios en una colección de links a documentos (en diversos formatos, Word,
PDF) presentaciones y sitios web, espacios para subir tareas, y en algunos casos,
foros para apoyar la docencia o discutir temas vistos en clase.
El libro pretende ser una ayuda para los docentes que deseen integrar un espa-
cio virtual en alguna de las tres siguientes modalidades: apoyo a la clase presen-
cial —la plataforma es una extensión de la sala de clases donde se encuentra el
material del curso, y espacios para la discusión, el trabajo en equipo y el envío de
tareas–, como complemento a la clase presencial (b-learning) mezcla y comple-
menta las clases presenciales y virtuales, o como una experiencia 100% virtual (e-
learning), dirigido especialmente a los profesores que deseen innovar incorporan-
do un EVA y estén dispuestos a desarrollar y comprender el nuevo rol docente, así
como las habilidades tutoriales que le permitan, con éxito, enfrentar la docencia
en estos nuevos escenarios formativos. Si bien, está abierto a una amplia gama de
profesionales, puede ser de gran valor para los estudiantes de pedagogía y los for-
madores de docentes, pues competencias en el diseño y moderación de EVA
Presentación 17
deben ser abordados desde la Formación Inicial Docente, porque una de las tare-
as del futuro docente será utilizar estos espacios para crear ambientes de aprendi-
zaje y ejercer en ellos la docencia.
El libro busca dar elementos para responder a las preguntas: ¿Qué es la for-
mación a distancia (FAD) o enseñanza a distancia EAD? ¿Cuál es el aporte de las
TIC a la FAD? ¿Qué son los Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA)? ¿Cómo
enriquecer la experiencia formativa incorporando EVA? ¿Qué elementos debería
considerar un modelo para diseñar un EVA? ¿Cómo implementar ese modelo en
una plataforma como Moodle? ¿Qué competencias deberían desarrollar los
docentes para moderar un EVA? ¿Cómo formar a los docentes para ejercer el rol
de tutor en un EVA? Estos y otros interrogantes nos planteamos en este libro. Para
responderlas se presentan elementos teóricos asociados a las tres grandes temáti-
cas: formación virtual, entornos virtuales de aprendizaje y tutoría o moderación
de estos espacios virtuales; se propone un modelo para el diseño de un EVA y un
modelo para la formación de tutores online. Sería pretencioso decir que responde-
mos a todas estas preguntas, sí creemos que entregamos una base para que el lec-
tor construya las respuestas, explore en otras fuentes y se inserte en el apasionan-
te y desafiante mundo de enseñar en forma virtual. Este libro busca también, sis-
tematizar la experiencia e investigación de su autor y sus colabores en el uso de
las TIC, en el diseño de entornos virtuales de aprendizaje y su respectiva modera-
ción. Estamos seguros de que al hacer una bajada de la teoría a la práctica, muchos
de los actuales esfuerzos por integrar las plataformas virtuales a la docencia podrí-
an verse enriquecidos.
Juan Silva
Académico del Departamento de Educación
Director del Centro de Investigación e
Innovación en Educación y Tecnología (CIIET)
Universidad de Santiago de Chile
Capítulo I
De a formación
virtual a la enseñanza
virtual
1. Introducción
su propio camino de aprendizaje. Por otra parte, se reconoce que la formación a dis-
tancia exige de los participantes una mayor motivación, autonomía y capacidad de
gestión de su tiempo y formación (Guillemet, 1989).
Entre los recursos que se consideran importantes en la educación a distancia
están los propios compañeros, que actúan como fuente de información, permitien-
do poner a prueba ideas, retroalimentar lo que se está haciendo, resolver dudas y
agregar la componente afectiva que disminuye la sensación de soledad y consoli-
da en el participante una identificación y un compromiso con el grupo. En este
contexto, hay algunas otras experiencias que consideran solo trabajos individua-
les y el curso como un solo grupo, o bien, varios grupos al interior de un curso
para desarrollar trabajos colaborativos y/o cooperativos.
El papel del profesor –tutor– es acompañar, mediar y retroalimentar al parti-
cipante en su proceso de formación. Debe conducir el aprendizaje individual y
grupal, orientando y aconsejando cuando el participante o el grupo lo requieran,
en consecuencia, debe tener cualidades de buen comunicador, de animador y buen
motivador con la palabra y también con el discurso (Salinas, 2003; Cabero,
2004b; Cabero, 2001; Salmon, 2000, Ryan et al., 2000; Adell y Sales, 1999).
En síntesis, podríamos decir que la FAD es un modelo de educación que se
caracteriza por el rol secundario de la presencia física del profesor–tutor y de los
alumnos–participantes en un mismo espacio y tiempo. Utiliza diversos materiales
diseñados por un establecimiento (impresos, sonoros, informáticos, etc.), con el
fin de suplir la distancia y mediatizar el proceso de enseñanza–aprendizaje. Los
papeles del docente y del participante difieren de los conocidos en la formación
presencial: el participante se hace responsable de su aprendizaje y diseña un cami-
no autónomo para lograrlo, en tanto que el docente actúa como un facilitador en
el logro de los objetivos propuestos.
5. El e-learning
Según Garrison y Anderson (2005) el rasgo esencial del e-learning está más
allá del acceso a la información, radica en su potencial comunicativo e interacti-
vo; la capacidad transformadora del e-learning permite manejar las experiencias
formativas de modo que la independencia y la cooperación puedan estar presen-
tes en la medida que la experiencia formativa lo requiera; en el centro del e-lear-
ning se halla una transacción constructivista que requiere cooperación, entregan-
do valor tanto al contexto como a los contenidos. El e-learning se basa tanto en la
comunicación sincrónica como asincrónica en múltiples formatos, desde el texto,
la voz y el audio, siendo el principal interés las interacciones reflexivas textuales.
El valor del e-learning está en su capacidad para promover la comunicación, el
desarrollo del pensamiento y la construcción de significado y conocimiento.
Desde una mirada pedagógica centrada en los procesos de enseñanza y apren-
dizaje, el principal aporte del e-learning es el cambio de paradigma, en el que el
centro de todo el proceso educativo pasa a ser el estudiante: «lo más importante
no va a ser enseñar sino facilitar que alguien aprenda. Eso es muy fácil decirlo,
28 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
6. El b-learning
con sus ventajas y desventajas. Pues bien, existe una modalidad intermedia llama-
da Blended learning o b-learning que busca precisamente crear ambientes de
aprendizaje con lo mejor del ambiente presencial y virtual. Este tipo de aprendi-
zaje se refiere a un aprendizaje mezclado (blend: mezclar, combinar), donde lo
virtual se complementa con lo presencial o viceversa y se conjugan las caracterís-
ticas de ambos procesos de enseñanza.
Algunos textos, especialmente en español, también se refieren a modalidad
híbrida (Aretio 2004). Así bien, consiste en combinar las ventajas del e-learning
y la formación presencial, de tal forma de fusionar los aspectos positivos de
ambas modalidades, generando un ambiente de aprendizaje más amplio y flexi-
ble, en cuanto a metodologías de enseñanza y aprendizaje, tipos de tareas a des-
arrollar, trabajo individual y colaborativo, interacciones, seguimiento y continui-
dad de la clase.
Esta estrategia educativa incluye tanto actividades presenciales, que dan la
posibilidad de interactuar físicamente cara a cara, como actividades online, no
presenciales, que eliminan barreras de diversa índole, tales como la económica o
la espacio temporal.
El b-learning se trata de un método que pretende integrar las nuevas tecnolo-
gías en las clases presenciales y sacar el máximo provecho de ellas fuera del aula.
De esta manera se espera que las tecnologías se incorporen de manera paulatina y
así la enseñanza virtual también pueda hacer lo propio en un curso de modalidad
semipresencial. De este modo no se pierde la sociabilización de los participantes
del curso. Tampoco se pretende mejorar la calidad del proceso de
enseñanza–aprendizaje, sino facilitar la labor de docentes y discentes puesto que
reúne lo mejor de cada estrategia.
En definitiva, es la fusión de parte de la modalidad tradicional y de la moda-
lidad del electronic learning, de modo que «mejoraríamos» el aprendizaje del
educando empleando la suma de medios tecnológicos y físicos en el proceso edu-
cativo.
Figura 1. El b-learning
30 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
Las dos imágenes muestran dos formas distintas en las que se ha entendido e
implementado el concepto de b-learning. En el primer caso es la suma de elemen-
tos provenientes de los ambientes de trabajo presencial y virtual, esta suma debe
entenderse como elementos independientes que no interactúan entre ellos, es el
caso de todas aquellas experiencias en las que se desarrollan, en los espacios pre-
senciales, unas actividades que no tienen posteriormente continuidad en el espa-
cio virtual e igual situación sucede con aquellas que se desarrollan en el espacio
virtual, podríamos decir son actividades que nacen y se desarrollan en uno de los
dos ambientes y la clase por tanto es la colección o suma de ellas. Por otro lado,
está la visión del b-learning, que por cierto compartimos, en la cual éste es con-
cebido como la mezcla, por tanto, integración de actividades que incorporan ele-
mentos presenciales y virtuales, la actividad tendrá sentido o alcanzará su masivo
nivel de desarrollo si estas dos instancias contribuyen a su objetivo. En este últi-
mo contexto, el curso requiere de la presencia interrelacionada de ambas modali-
dades, está incompleto si alguna de ellas no se manifiesta. En esta forma de enten-
der el b-learning, una actividad presencial tiene una continuidad en el espacio vir-
tual y en el sentido contrario, una actividad iniciada en el espacio virtual tiene su
complemento en la clase presencial.
Este nuevo concepto que ha ido tomando fuerza en la sociedad, muchos auto-
res lo definen como una enseñanza semipresencial (García, 2004) donde profeso-
res o tutores interactúan con sus alumnos, no solo de manera virtual, a través de
una plataforma, sino además realizan actividades presenciales que son comple-
mentarias a las actividades virtuales del curso.
par los mensajes. Esto le permite al moderador o tutor que organiza la conferen-
cia adecuarla a la naturaleza de la materia, permitiendo a los aprendices centrarse
en los temas específicos de su interés.
La CMC normalmente es el medio más utilizado para desarrollar la colabora-
ción en un ambiente de aprendizaje virtual. Si las metas instruccionales y objeti-
vos se prestan para que el instructor estimule la comunicación por medio de pre-
guntas adecuadas, en lugar de solo dar las respuestas correctas, entonces debe
considerarse seriamente la CMC como un medio eficaz para la comunicación den-
tro del sistema instruccional a diseñar (Berge, 1995). De acuerdo a ciertas inves-
tigaciones, las conferencias por computador ofrecen ventajas que favorecen el
aprendizaje de los estudiantes y mejoran las relaciones sociales (Crook, 1998;
Ryan et al., 2000; Harasim et al., 2000). Su uso permite a los estudiantes presen-
tar ideas, aclarar dudas, obtener información, participar en debates y tienen, ade-
más, la posibilidad de compartir sus trabajos y que los tutores, adicionalmente, los
puedan usar para aspectos administrativos (Crompton y Timms, 2003).
«Moderar una conferencia puede ser una tarea ardua y consumidora de tiem-
po, pero el premio para participantes y tutores es mejorar la experiencia de
aprendizaje por medio de una mayor interacción.» (Daniel, 1996, en Ryan et
al., 2000).
El uso pedagógico que se puede dar a la CMC es muy variado, pudiendo apo-
yar diversos enfoques metodológicos y en diversas modalidades de enseñanza.
Estos marcos metodológicos tienen como elemento central la interacción que se
produce a través de la CMC entre los participantes y el tutor y entre los propios
participantes.
«Los grupos físicos pueden trabajar juntos para resolver problemas, argu-
mentar acerca de las interpretaciones y negociar el significado […] mientras
que en la conferencia, el aprendiz está electrónicamente comprometido con
discusiones e interacciones con pares y expertos en un proceso de negocia-
ción social, la construcción de conocimiento ocurre cuando los participantes
exploran problemas, discuten sus posiciones en una forma argumentativa y
reflexiva y reevalúan sus posiciones.» (Jonassen et al., 1995, p.16, en Salmon,
2000).
PROFESOR
Control del profesor El grado de control que ejerce el profesor sobre la actividad
de aprendizaje
Habilidad del profesor Habilidades interactivas del profesor para mantener la
interacción durante períodos largos
Ayudas que proporciona La calidad y cantidad de ayudas recibidas para
el profesor el aprendizaje por parte del profesor
La presencia social Feedback que proporciona o la calidad del diálogo
del profesor con los estudiantes que es capaz de impulsar.
ALUMNO
Conocimientos previos La experiencia previa del estudiante en realizar
del estudiante actividades de enseñanza y aprendizaje en contextos
virtuales y fácil acceso a la tecnología
Sentido y significado Los estudiantes deben encontrar sentido a las tareas
de la tarea interactivas y a los procesos de grupo
Tipo de evaluación Relación entre tipo de evaluación e importancia de la
interacción efectuada en relación con los criterios
de evaluación
TAREA
Característica de la tarea Su dificultad, el hecho de ser individuales o en grupo o el
grado de claridad en su definición
El tamaño del aula Las agrupaciones pequeñas de estudiantes favorecen
virtual la interacción
Periodo de tiempo Dificultad de mantener periodos prolongados de alta
exigido frecuencia de interacción
debe ser diferenciada de la participación. Señala esta autora que en su nivel más
básico, en una conferencia mediada por computador, la interacción se relaciona
con los mensajes que son explícitamente o implícitamente las respuestas a otros,
en cambio, la participación involucra número o cantidad promedio de mensajes
enviados.
De esta forma, la interacción es vital para la construcción de conocimiento
por medio del intercambio de mensajes con los otros participantes y el tutor, cen-
trados en los temas de discusión, mensajes que se construyen desde la experien-
cia personal inicialmente y luego se enriquecen con las aportaciones de los demás.
En cambio la participación supone simplemente «estar ahí e intervenir», pero no
requiere de una respuesta ni necesariamente la provoca.
Una de las críticas que se hace muchas veces a la investigación, especialmen-
te cuando ésta da cuenta de los aspectos cuantitativos en relación al envío y recep-
ción de mensajes, es que éstos reflejan participación en lugar de interacción.
Schire (2006), menciona el caso de la investigación de Hiltzs (1986) en la cual, el
estudio de CMC da énfasis a la importancia de la participación activa en el pro-
ceso de aprendizaje, pero restringe su definición operacional exclusivamente a la
cantidad del discurso. Varias investigaciones han demostrado que gran parte de
los mensajes que se intercambian en los foros de discusión se sitúan más bien en
el nivel de participación que en el de interacción. En esta construcción comparti-
da no todos intervienen del mismo modo, algunos construyen y otros observan,
los primeros construyen la red en forma cooperativa, los segundos la usan para ver
lo que pasa, pero no participan en la construcción (Martínez y Prendes, 2004).
Un ejemplo característico se produce cuando el tutor plantea un tema y todos
o parte de los alumnos le responden, pero no interactúan entre ellos, en cambio
cuando hay interacción, hay diálogo entre el tutor y los participantes y entre ellos.
La participación e interacción son dos formas complementarias de presencia vir-
tual, pudiendo existir en un entorno virtual espacios para la participación como un
«Tablón de anuncios» o un «Diario mural», donde los participantes comparten
recursos, es decir, un espacio para la participación y para la interacción, como
debates o discusiones, donde lo que se espera es la construcción social de conoci-
miento producto de la interacción. También se debe considerar que interactuar en
los EVA requiere el desarrollo de ciertas habilidades, las cuales, especialmente
para los participantes sin conocimiento tecnológico, pueden ser desarrolladas
desde la participación.
Señala Cabero (2004a) que las investigaciones centradas en el análisis de las
listas de distribución han demostrado que la participación no es mayoritaria, son
unos pocos los que generan información e intercambian mensajes, la mayoría des-
empeña el rol de «mirones» como coloquialmente se les denomina. Algunos auto-
res les llaman lurkers algo así como «merodeadores» o «acechadores». Luego
puede ser confuso asociar el estar conectado con participar en la construcción de
conocimiento. Para ello es necesario, además de estar conectado, estar formado,
48 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
ideas y diálogos entre los estudiantes pudiendo ser o no ser estructurada. Barberà
et al. (2001), añaden a la interacción entre material y estudiante al profesor, luego
consideran la interacción material entre estudiante y profesor, entendida la presen-
cia del profesor como «material» que aporta información como usuario del mate-
rial existente. Hillman, Hills y Gunawardena (1994, en Salinas 2003), añaden al
modelo de Moore la interacción estudiante–interfaz, interacción entre el estudian-
te y la tecnología que transmite la información.
La función educativa de la interacción en contextos virtuales desde la pers-
pectiva constructivista es doble. En primer lugar, los tres tipos de interacción pro-
puestos por Moore (1993), deben favorecer en los estudiantes la construcción
individual de conocimiento. En segundo lugar, la interacción debe impulsar la ela-
boración de un significado compartido de los contenidos entre uno o varios exper-
tos y los estudiantes (Barberà et al., 2001). Estos autores identifican tres tipos de
interacción que se ubican en las dimensiones sociales y cognitivas:
Interacciones para favorecer las condiciones afectivas adecuadas. Las deno-
minan genéricamente como interacciones afectivas virtuales y su objetivo es
regular y favorecer el hecho que exista un clima afectivamente positivo durante el
desarrollo del intercambio comunicativo habitual. Este tipo de interacciones se
divide en tres tipos de formas de interacción particulares: la presentación perso-
nal, la gestión emocional y la aproximación personal.
Interacciones relacionadas con la gestión y la organización de la actividad. La
finalidad de este tipo de interacciones es lograr el pleno acuerdo sobre la activi-
dad a realizar entre el profesor y los estudiantes. Estas interacciones posibilitarán
un alto nivel de comunicación y colaboración que permitirán clarificar los objeti-
vos de las tareas, las condiciones de la actividad y los criterios de evaluación de
los aprendizajes.
Interacciones orientadas a impulsar los procesos de construcción de conoci-
miento compartido. Se refiere a un uso de la comunicación por medios electróni-
cos para que el alumno construya su conocimiento interactuando, tanto con los
materiales escritos, como con el profesor y con los otros compañeros. Es una
interacción con propósito educativo.
Para Garrison y Anderson (2005), el espacio de formación virtual, debe ser
diseñado, observado y trabajado como una comunidad de investigación. En esta
comunidad, la interactividad es importante para obtener un aprendizaje significa-
tivo y con sentido. Existiendo tres ejes: contenidos, estudiante y profesor
(Figura 2, en la página siguiente). Ellos presentan un esquema que da cuenta de
los tipos de interacción que, consideran, se producen en estos espacios virtuales.
A las interacciones antes mencionadas: estudiante–contenido, estudiante–estu-
diante y estudiante profesor, añaden profesor–contenidos, contenido–contenido y
profesor-profesor.
Los tres aspectos señalados por estos autores se relacionan con la necesaria
interacción del profesor con los contenidos, en relación a que una función básica
50 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
tigua, apoyada por una comunicación simulada a través de la interacción del estu-
diante con los materiales de estudio y una comunicación real a través de la inter-
acción escrita y telefónica (García Aretio, 2001). Holmberg (1989), basa este con-
cepto en los siguientes postulados:
– El sentimiento de que existe una relación personal entre los estudiantes y
los profesores promueve el placer en el estudio y la motivación del estu-
diante.
– Este sentimiento puede fomentarse mediante un material de autoinstruc-
ción bien desarrollado y una adecuada comunicación a distancia de ida y
vuelta.
– El placer intelectual y la motivación del estudio son favorables para el
logro de metas de aprendizaje y para el empleo de procesos y métodos ade-
cuados a estos fines.
– La atmósfera, el lenguaje y las convenciones de la conversación amistosa,
favorecen el sentimiento de que existe una relación personal entre estu-
diantes y profesores.
– Los mensajes dados y recibidos en forma de diálogo se entienden y recuer-
dan con mayor facilidad.
– El concepto de conversación puede identificarse con buenos resultados a
través de los medios de que dispone la educación a distancia.
– El planeamiento y la guía del trabajo, sean éstos realizados por la institu-
ción que enseña o por el estudiante, son necesarios para el estudio organi-
zado, el cual se caracteriza por una concepción finalista explícita o implí-
cita.
Pero existe un factor muy importante que genera el cambio de la Web 1.0 a la
Web 2.0 que es la comunicación. El termino Web 2.0 está asociado a la forma que
existe en la actualidad de transmitir la información, la forma en que el usuario
interactúa con los diferentes recursos que nos provee Internet y, además, cómo
esos recursos están orientados al usuario final. Hoy, el usuario de la sociedad
puede crear, diseñar y administrar sus propios espacios de información, él decide
de qué informarse y cómo, y también puede decidir la forma en que quiere tras-
mitir la información, creando sus propios espacios y sus propios recursos de inter-
acción. No era así en la Web 1.0, en la cual el usuario estaba limitado solo a obser-
var. Ahora se puede observar, crear, diseñar e implementar.
Como la comunicación y la interacción son fundamentales en esta nueva
Web, y debido a las necesidades y demandas, se ha creado software con y sin el
requerimiento de servidores propios, algunos poseen ambas modalidades, diferen-
ciándose en cantidad y calidad de las prestaciones. Podemos encontrar diferentes
recursos como redes sociales, blog, herramientas colaborativas, wikis, platafor-
mas virtuales, mensajería instantánea, etc., que permiten construir recursos y
herramientas colaborativas y de interacción. Algunas de ellas son:
• Redes sociales: estos espacios fueron diseñados para compartir informa-
ción en comunidades abiertas, además de reunirse con amigos de forma
virtual, por lo general, estos espacios son de comunicación asincrónica,
con algunos componentes sincrónicos; entre ellas tenemos:
• Wikis: una wiki es un sitio o página web que contiene información sobre
un tema particular, éstas pueden ser construidas en forma colaborativa por
grupos abiertos o un grupo particular de personas. Su principal función es
contribuir con un espacio en la Web que permita crear acciones colabora-
tivas, como por ejemplo, definir un concepto o generar actividades de
aprendizaje. Una wiki puede ser editada por cualquiera de los usuarios
integrantes de este espacio y en forma simultánea. Algunos ejemplos:
56 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
1. Introducción
La formación virtual ha ido de la mano del desarrollo de las TIC, ellas han
acompañado el paso de la formación a distancia a la formación virtual, dado que
han permitido disponer recursos en línea, el acceso a bases de datos y favorecer
las comunicaciones síncronas y asíncronas. En no pocas ocasiones se las ha intro-
ducido sin necesariamente tener claros los modelos pedagógicos, especialmente
por las bondades que desde las tecnologías se les atribuye. Ocurre en el caso vir-
tual el mismo fenómeno que se observa en la integración general de las TIC en
educación, no se alcanza a reflexionar adecuadamente sobre el alcance de éstas ni
investigar y evaluar su impacto cuando ya estamos frente a otro avance tecnoló-
gico que se debe incorporar para estar al día (Cabero, 2001; Martínez, 2004).
Los mismos profesores que han integrado a su docencia la formación virtual,
en sus modalidades e-learning, b-learning o como complemento a la clase presen-
cial, han pasado por el uso de uno o más de estos espacios siempre con la inten-
ción de mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Aunque debemos dejar
claro que es común, a pesar de las potencialidades de los espacios virtuales, no
necesariamente se producen las innovaciones esperables y deseables, más bien los
docentes traspasan a estas tecnologías sus modelos tradicionales de enseñanza.
En el desarrollo de la formación virtual, las primeras apuestas estuvieron vin-
culadas al uso del correo para apoyar la formación a distancia; posteriormente con
la irrupción de la Web, ésta se convirtió en un espacio privilegiado para poner los
materiales a disposición de los alumnos y asociarle un foro de discusión.
Posteriormente, aparecen las plataformas que permiten administrar todos los pro-
cesos asociados a la formación online y disponer de algunas variaciones, entre
ellas, herramientas para el diseño de experiencias formativas. En términos de for-
mación, se pasa de uso de herramientas tecnológicas de propósito general, como
el correo y la Web, a generar instancias formativas virtuales con el uso de plata-
formas especialmente generadas para este propósito.
Nivel Descripción
Tal como hemos mencionado, una de las grandes potencialidades del uso de
las TIC en la formación online es poder apoyar la implementación de entornos de
aprendizaje centrados en el enfoque constructivista del proceso de enseñanza y
aprendizaje. Esto no implica que no nos encontremos con otros modelos pedagó-
gicos más tradicionales que utilizan espacios virtuales, sin embargo, creemos que
el real aporte de estos espacios virtuales es precisamente el cambio del paradigma
educativo: pasar de un modelo transmisor a un modelo constructivista centrado en
el participante.
Doolittle (1999) ha resumido en ocho principios lo que podríamos denominar
«el enfoque constructivista de la enseñanza online», que por tanto deberían orien-
tar el desarrollo de EVA bajo esta perspectiva.
• El aprendizaje debe tener lugar en entornos auténticos del mundo real. La
experiencia, social y con objetos es el catalizador primario del conocimien-
to, puesto que proporciona la actividad sobre la cual opera la mente. Las
experiencias auténticas son esenciales para que el sujeto construya una
representación exacta del mundo «real», no de un mundo «artificial». Las
experiencias auténticas son importantes para que el individuo construya
estructuras mentales que sean viables en situaciones significativas.
• El aprendizaje debe implicar negociación social y mediación. La interac-
ción social proporciona el desarrollo de destrezas y conocimientos social-
mente relevantes así como un mecanismo para las perturbaciones que pue-
den requerir adaptación individual. La contradicción entre las estructuras
de conocimiento del individuo y la experiencia social promueven la aco-
modación de dicha contradicción en orden a mantener un modelo exacto
de la realidad, o un modelo social o personal coherente. Un componente
integral de la mediación social es el lenguaje. El lenguaje es el medio a tra-
vés del cual el conocimiento y la comprensión son construidos en situacio-
nes sociales.
• Contenidos y destrezas deben ser relevantes para el estudiante. El conoci-
miento sirve a una función adaptativa, por lo tanto, debe ser relevante con
respecto a la situación actual del individuo (significados, metas y objeti-
vos, etc.). Esta relevancia conduce a un aumento de la motivación en la
medida en que el sujeto comprende la necesidad de cierto conocimiento.
62 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
ñan, siendo perfectamente posible utilizar estos espacios para implementar ambien-
tes de aprendizaje que respondan a modelos cognitivos en lugar de constructivos.
Por lo anterior, para usar un EVA y efectivamente innovar en las prácticas formati-
vas online es necesaria la disponibilidad de los recursos tecnológicos, planes de for-
mación del profesorado que consideren paradigmas metodológicos acordes a los
nuevos tiempos, como el constructivismo y la construcción social de conocimiento
y el desarrollo de competencias en el uso tecnológico de estos espacios y en las
habilidades relacionadas con el rol del docente como diseñador de experiencias for-
mativas virtuales y animador de la interacción en estos espacios. En este sentido,
formar docentes, comunidades de aprendizaje y comunidades de práctica para rea-
lizar o apoyar estos procesos formativos puede ser de gran utilidad.
Las comunidades en línea han estado en la base del desarrollo de Internet, red
que fue pensada para mantener en comunicación a personas distribuidas en luga-
res distantes que usaban las TIC para mantenerse en contacto, intercambiando
información de diferente índole. Inicialmente, estas comunidades aglutinaron a
profesionales y agrupaciones de profesionales, quienes utilizaban la red para
extender los lazos al interior de sus comunidades profesionales. Con el desarrollo
de Internet y la masificación de su uso, estas comunidades se ampliaron a otros
ámbitos como el ocio y la formación. Hoy en día, los espacios virtuales y las
herramientas para la comunicación que éstos proveen pueden ser utilizados más
allá de las instancias formativas regladas como lo es un curso, surgiendo las
comunidades de aprendizaje online para mantener diálogo respecto a unos deter-
minados temas. Según Jonassen, Pech y Wilson (1998, en Cabero, 2006), existen
cuatro comunidades virtuales: de discurso, de práctica, de construcción de cono-
cimiento y de aprendizaje. Profundizaremos en las comunidades de aprendizaje y
en las comunidades de práctica.
Las comunidades de aprendizaje según Palloff y Pratt (1999, en Barberà et
al., 2001) se entienden como enfoques globales de enseñanza y aprendizaje cen-
trados en la construcción, el mantenimiento y el crecimiento de una comunidad de
estudiantes que se relacionan por medios informáticos para desarrollar tareas
colaborativas. Para estos autores, la comunidad es el vehículo a través del cual
ocurre el aprendizaje online, sin la cual éste no es posible lograr.
Para dar vida a un EVA se requiere contar con una plataforma para el apren-
dizaje online o Learning Manager Systems (LMS), un sistema integral de gestión,
distribución, control y seguimiento de contenidos y recursos educativos en un
entorno compartido de colaboración. Debe contener o permitir integrar herra-
mientas de producción de recursos, comunicación entre los profesores, entre pro-
fesores y alumnos y entre los propios alumnos en tiempo real y diferido, adminis-
tración, gestión de cursos y agentes, creación de grupos de trabajo y comunidades
de aprendizaje.
ta específica a sus necesidades técnicas. Es el caso, por ejemplo, del campus vir-
tual de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC, en España) y de la Universidad
Tecnológica Metropolitana en Chile.
8. La plataforma Moodle
imagen, audiovisual, etc.). La tarea tiene una fecha de entrega que queda
registrada y una calificación máxima. El docente dispone de una página en
la que puede ver cada archivo (y qué tan tarde o qué tan temprano fue subi-
do) y asignar una calificación y si desea retroalimentación o comentario,
Moodle envía automáticamente un mensaje de correo electrónico notifi-
cando al estudiante que hay una evaluación del tutor.
• Taller: es un espacio para el trabajo colaborativo, en el que se articula la
evaluación negociada del trabajo de los estudiantes por sus propios com-
pañeros mediante el uso de rúbricas (u otras herramientas) diseñadas por
el profesor o por el grupo.
• Consulta: permite realizar una pregunta con determinadas opciones, de las
cuales los alumnos elegirán una. Es útil para conocer rápidamente el sen-
timiento del grupo sobre algún tema y para permitir algún tipo de elección
por parte del grupo. Al inicio, muestra las opciones, una vez que el parti-
cipante responde, le muestra cómo se distribuyen las elecciones de quienes
hasta ese momento han respondido, indicando además cuántos faltan por
responder. El docente dispone de una pantalla de informe en la que puede
ver los resultados, quiénes han votado, cómo lo han hecho, etc.
• Wiki: es un espacio que permite a los participantes construir documentos
en forma cooperativa, es decir, todos tienen permiso para modificar un
texto que se ha creado en la plataforma. Un wiki en un espacio virtual,
puede usarse además para una lluvia de ideas, para la toma colectiva de
apuntes, etc.
En el 2006, la Open University del Reino Unido anunció que crearía un nuevo
entorno virtual para sus estudiantes basado en la Moodle, transformándose en la
mayor instalación existente de Moodle, la cual estará disponible para más de
1. Introducción
2.3. El diseño
En esta etapa se define el diseño del curso, que debe ser coherente con el
modelo pedagógico. Es una etapa en la cual las definiciones previas y el modelo
pedagógico comienzan a tomar vida. Contempla:
– Objetivos o competencias: es necesario definir claramente cuáles son los
objetivos del curso o las competencias que éste busca desarrollar, de modo
que las actividades y materiales favorezcan el logro de estos objetivos o el
desarrollo de las competencias.
80 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
3. La acción pedagógica: son las acciones seguidas por el tutor para hacer
realidad las propuestas que se realizaron en la planificación, es el momen-
to en que se da vida al diseño planteado, contempla:
– Organización coherente de los contenidos: los cuales deben ser claros y
graduados, explicitando los aspectos más relevantes, las ideas centrales
y secundarias y la complejidad ascendente del material.
– Claridad de los objetivos: cada módulo o unidad de estudio debe respon-
der a los objetivos del curso.
– Explicación de los conceptos: desde diferentes perspectivas y en diver-
sos formatos gráficos: diagramas, fichas, videos u otros recursos.
– Asignaciones bien definidas: las tareas, exámenes y proyectos deben ser
especificadas en cuanto a extensión, procedimientos y requerimientos.
– Relación entre las propuestas metodológicas y el logro de los objetivos:
el participante debe sentir que las actividades contribuyen al logro de los
objetivos.
– Interactividad entre estudiantes y contenido: el participante debe inter-
actuar con los contenidos del curso y construir conocimiento, utilizando
para ello metodologías como: tablas comparativas, estudios de casos,
mapas conceptuales, diagramas de flujo, etc.; evitando quedarse solo en
leer y participar en los foros.
– Interacción entre los participantes: se requiere interactuar con los com-
pañeros, exponer ideas y debatirlas, no solo participar colgando aporta-
ciones, sino involucrarse en una construcción colaborativa.
– Funcionalidad de los enlaces externos a Internet: debe chequearse que
los enlaces estén operativos.
– Variedad de actividades: debe proporcionarse una «rica» variedad de
actividades de modo que no sean monótonas, algunas de ellas serán indi-
viduales, otras, grupales, y apuntar al desarrollo de diferentes competen-
cias por parte de los participantes.
– Cumplimiento de las leyes de derecho de autor y de la normativa univer-
sitaria: debe alinearse con los aspectos éticos y legales asociados al uso
de la información y de los recursos disponibles en la red.
4. La profesionalización: busca establecer las condiciones profesionales que
favorezcan la acción pedagógica dentro del entorno virtual, lo que implica for-
mación en dos aspectos operativos y pedagógicos. Luego se requiere forma-
ción en el uso de la plataforma y sus funcionalidades, así como la utilización
pedagógica que sus herramientas proporcionan para innovar en la formación.
5. Plataforma tecnológica y apoyo permanente: es necesaria la selección del
LMS adecuado a la propuesta pedagógica, contar con apoyo técnico per-
manente y asistencia en caso de problemas.
6. La mejora continua: a partir de la experiencia de los tutores y de los parti-
cipantes, así como la propia visión del equipo, es necesario estar mirando
Un modelo para generar entornos virtuales de aprendizaje 83
Señalan además, dichos autores, que resultan muy útiles para el trabajo didác-
tico de los docentes que éstos tengan la posibilidad de crear y configurar los espa-
cios de comunicación. En cuanto a la gestión de la información, el mínimo reque-
rimiento es que se disponga de un espacio de almacenamiento de archivos.
Dentro de los factores de éxito de los ambientes de aprendizajes online, Swan
et al. (2000) consideran una interface transparente, un instructor que interactúe
frecuentemente y constructivamente con los estudiantes, y una discusión valora-
da y dinámica.
Un factor clave es el tiempo: «se dice, refiriéndose al tiempo educativo, la vir-
tualidad supone un período de docencia asincrónica de al menos el triple del tiem-
po que se utiliza en la enseñanza presencial.» (Barberà y Badia, 2004, p. 110).
Este hecho se explica porque el formato presencial utiliza el medio oral que es
más ágil que el medio escrito, utilizado mayoritariamente en el espacio virtual.
Por lo cual es necesario dimensionar adecuadamente el tiempo del tutor y los par-
ticipantes y proveer a ambos de estrategias para la administración de este precia-
do recurso.
Uno de los factores más importantes que se manifiesta en las diversas inves-
tigaciones y es señalado por varios autores se relaciona con el rol del tutor como
moderador en la discusión online (Ryan et al., 2000; Salmon, 2000; Barberà et al.,
2001; Silva, 2004). El rol moderador del tutor es uno de los factores que promue-
ven o inhiben la colaboración, en el sentido de que es necesario moderar la discu-
sión para mantener una comunicación positiva entre los miembros del grupo
(Hathorn e Ingram, 2002b). Nusbaum et al. (2004) señalan que es necesario que
el tutor incentive a los participantes para que argumenten y contra argumenten,
propiciando que existan puntos divergentes para enriquecer la discusión, de forma
de producir diálogos interesantes, distintos a solo responder al tutor o repetir ideas
ya aportadas por otros participantes.
Las interacciones, consideradas como espacio ideal para construir conoci-
miento en red y colaborar, partiendo de la base, como señala Gros (2008), que no
solo por el hecho de reunir a los estudiantes en un espacio virtual ellos van a cola-
borar y construir conocimiento. Se requieren actividades y roles concretos del
Un modelo para generar entornos virtuales de aprendizaje 85
tutor y los participantes que propicien esta interacción, que es diferente al simple
hecho de participar, lo cual no requiere compromiso con el aprendizaje colectivo.
La interacción y colaboración es un proceso que requiere su tiempo y adquirir las
habilidades para tal efecto (Macdonald, 2003).
Tomando en consideración estos aspectos y otros elementos referenciados en
la literatura, se creó un modelo que orienta el diseño de los Entornos Virtuales de
Aprendizaje.
6. Los ejemplos corresponden a la experiencia y estudios del área e-learning del centro
Comenius de la Universidad de Santiago de Chile. Disponibles en: www.comenius.usach.cl
Un modelo para generar entornos virtuales de aprendizaje 87
tas en ella o que son propias del espacio virtual implementado. Estas dudas
pueden ser resueltas por el tutor, un compañero o un profesional que se
haga cargo de la componente técnica.
– Ayuda para el uso de la plataforma: un espacio donde el participante
pueda encontrar respuesta a las preguntas frecuentes sobre el uso de la pla-
taforma. Una forma de presentar esta ayuda es a través de pregunta:
¿Cómo ejecuto una acción? Al seleccionar alguna de ellas se presentan los
pasos a seguir para realizar dicha acción.
Para diversos autores, dentro de los elementos que debe contemplar un EVA
está el programa del curso (Cabero, 2009; Areito, 2007; Bautista, Borges y Forés,
2006), para estos últimos, el programa actúa como un contrato entre el estudian-
te y el tutor.
Para asegurar el manejo del programa por parte de los participantes y realizar
este proceso de negociación, puede programarse una actividad con esta finalidad,
dentro del módulo introductorio, en ella los estudiantes podrían manifestarse
sobre los temas planteados, su interés en ellos, proponer contenidos y también
abarcar aspectos relacionados con los que más les interesan. También se puede
considerar la opinión de los estudiantes respecto a la metodología, las actividades
propuestas, la bibliografía, el sistema de evaluación, los plazos de entrega, etc.
– Cronograma del curso: es una tabla de doble entrada, por un lado, los días
y por el otro, las semanas, en la intersección, las actividades a desarrollar.
Se presentan las actividades y los tiempos en las que éstas deben ser des-
arrolladas. Las actividades pueden linkearse directamente desde esta tabla.
En la mayor parte de los textos que nos hablan de qué elementos debe con-
siderar un EVA, se menciona el cronograma. Para Bautista, Borges y Forés
(2006), el cronograma explica de manera detallada y visual, en forma de
esquema, tabla u otro, todas las actividades y tareas a desarrollar en el pro-
ceso formativo, organizados en relación al tiempo.
90 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
y desarrollar habilidades en el manejo del sistema, así como dar a conocer los
diferentes espacios de comunicaciones y sus funciones.
En este módulo se trabaja un conjunto de actividades que permiten a los par-
ticipantes familiarizarse con el uso de la plataforma. Son actividades que se uti-
lizan para fines de socialización y administración, como configurar el perfil,
participar en un foro, agregar términos a un glosario, utilizar la agenda, respon-
der un cuestionario o agregar términos a una base de datos; entre otras. Son acti-
vidades no relacionadas con los contenidos del curso, las llamamos actividades
de apresto.
Este módulo puede estar presente en todos los cursos, pudiendo agregarse o
eliminarse actividades dependiendo de las herramientas de la plataforma a utili-
zar. Resultan vitales no solo para el manejo de la plataforma, sino también para
crear un adecuado ambiente de trabajo y cohesión social. Respecto a estas activi-
dades, Salmon (2004) considera que dado que habrá muchas personas que no
conozcan las herramientas del software, que se haya escogido utilizar, es impor-
tante mostrar a los participantes, cómo usarlo, pero esto debe conseguirse mien-
tras están participando en e-actividades en línea que les resulten interesantes y
relevantes. Considera dicha autora que sería irracional pensar que por el hecho de
organizar una sesión presencial donde se enseña a usar la plataforma, los partici-
pantes se volverán expertos en su uso, se requiere utilizar la plataforma y sus
recursos en un ambiente natural, en este caso en forma virtual.
Dougiamas y Taylor (2002), reportan un curso diseñado bajo el enfoque cons-
tructivista. Estos autores consideran una primera semana para la introducción en
el curso y manejo de la plataforma, la cual contempla: la actualización del perfil
en la página personal, la presentación en un foro de discusión y la discusión de los
objetivos de curso. Complementado lo expuesto en «Elementos permanentes», la
experiencia también contempla foros para la discusión abierta: uno para la socia-
lización, otro para los problemas técnicos y uno para discutir las situaciones de
enseñanza y aprendizaje relacionadas con el curso.
textos. En una línea similar, Cabero (2009) señala que estas unidades deben pre-
sentar:
– Presentación o introducción que cumpla la función de indicar las caracte-
rísticas generales de la acción formativa, situando al estudiante en el pro-
ceso formativo.
– Los objetivos deben declararse claramente tal como se los concibe en la
acción didáctica, es decir, como una forma de ayudar al estudiante a defi-
nir un marco conceptual de lo que se espera logre en el proceso formativo.
– Los mapas conceptuales representan los conceptos relacionados y organi-
zados jerárquicamente, ayudando a los estudiantes a comprender y asimi-
lar los aprendizajes presentados y cómo ellos se relacionan, explicitando
los conceptos de cada módulo, también el mapa puede usarse para navegar
por el entorno.
– Las e -actividades: son críticas para el aprendizaje, por medio de ellas el
participante clarifica los contenidos presentados, transfiere la información
a otros contextos, adquiere vocabulario especializado, construye conoci-
miento colaborativamente y aplica los contenidos en su actividad profesio-
nal. Ellas deben ser variadas, búsqueda y procesamiento de la información,
proyectos, estudios de casos, juegos de rol, confección de wikis, web
94 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
queso, blogs, base de datos, etc. Para definir las actividades deben consi-
derarse las características de los participantes.
– Autoevaluación, deben ubicarse autoevaluaciones para que los participan-
tes vayan evaluando sus progresos. Los LMS traen herramientas para cons-
truir cuestionarios, pero también se pueden usar herramientas externas.
– Recursos de extensión y ampliación de la información: aquí debe ir la
información que no es necesaria para el logro de los objetivos, pero que
permite al estudiante, en los horarios y tiempos disponibles, profundizar.
El profesor, al planificar la actividad, puede seleccionar recursos necesa-
rios para la actividad y otros para la extensión.
En esta sección se presenta el módulo y una visión sintética del trabajo a rea-
lizar. Tal como el curso cuenta con su programa y su cronograma, es necesario por
cada módulo ir realizando un trabajo que permita contextualizar lo que se espera
del participante en cada uno de los respectivos módulos.
– Presentación: entrega una panorámica general del módulo, sus objetivos,
las actividades a realizar y el producto esperado, en el caso que correspon-
da, entregando al participante una visión del trabajo a desarrollar en el
módulo. Se trata de un material fácil de leer, es una especie de organizador
avanzado que sitúa al participante en el contexto del módulo.
– Visión Sintética: presenta una visión sintética en una tabla de doble entra-
da, donde se especifica las actividades de acuerdo a los días de la semana.
Es similar al cronograma del curso, pero esta vez refiere solo al módulo.
4.5. Actividades
Es un buen organizador que reúne en un solo espacio las acciones del tutor y
de los participantes. En la estructura que proponemos hemos decidido separar las
actividades, en cuanto acción y orientaciones para los participantes, respecto de
las orientaciones para el tutor; las cuales son parte del manual del tutor, en el cual,
frente a cada una de las actividades, se presentan acciones concretas a realizar en
el marco de la actividad, como orientaciones o sugerencias para el desarrollo de
la misma.
Salinas, Pérez y de Benito (2008) consideran que entre los principales ele-
mentos de calidad en el diseño de estrategias didácticas está el correcto diseño de
la organización interna de las actividades. Concretamente en el grado en que la
actividad se adecua a:
– Los objetivos de aprendizaje (conceptos, procedimientos, actitudes).
– El agrupamiento y tamaño de los grupos propuestos.
– El tipo de intercambio comunicativo previsto, intervenciones que se espe-
ran (argumentaciones, preguntas y respuestas, negociación de significados,
etc.) y dinámicas de la actividad.
– Proceso: fases, actividades que incluye, rol de los participantes, entrega,
tiempo, materiales necesarios (básicos y de apoyo), rol del docente y forma
de evaluación.
– Momento del curso en el que se desarrolla (directamente relacionado con
la competencia de los alumnos para el desarrollo de la actividad).
accede a los contenidos, los cuales pueden verse enriquecidos por la diver-
sidad de formatos que se permita en la plataforma (texto, vídeo, imagen,
audio, etc.)
– Evaluación: forma en que se evaluará la actividad, si es el caso de un pro-
ducto se especifica el mismo y los criterios de evaluación.
– Fecha de evaluación: fecha de entrega del producto o desarrollo de la acti-
vidad asociada a la evaluación.
– Actividades complementarias: actividades que complementan las activi-
dades de apropiación, permiten a los participantes que lo deseen profun-
dizar en los contenidos tratados, apelan principalmente al desarrollo indi-
vidual.
Esta es una estructura base, pero que puede variar eliminando algunos aspec-
tos o agregando otros. Al final del capítulo se anexa un ejemplo.
Respecto a las actividades, diversos autores (Barberà y Badia, 2004; Bautista,
Borges y Forés, 2006) abogan por un número razonable de actividades (obligato-
rias u opcionales) para lograr un equilibrio respecto a lo que se propone a los estu-
diantes. La idea que subyace es no sobrecargar de trabajo, pero que a su vez, los
estudiantes que lo deseen tengan la posibilidad de profundizar más en el estudio
de los contenidos. Otro aspecto fundamental respecto de las actividades es la gra-
dualidad de ellas, esto es, ir de actividades de menor grado de complejidad a aque-
llas más complejas. Respecto a la naturaleza de las mismas, es adecuado mezclar
actividades individuales con otras colaborativas, no es recomendable, sin embar-
go, partir por estas últimas pues son las más complejas y requieren que el grupo
se cohesione y logre un ritmo de trabajo.
En cuanto a las actividades podemos señalar los siguientes aspectos:
– Contar con actividades para familiarizarse con el uso de la plataforma.
– Realizar actividades para socializar a los participantes. Es importante que
se conozcan, que descubran puntos de encuentro y diferencias, para con-
formar la comunidad de aprendizaje.
– Es factible, especialmente al inicio, utilizar las actividades que han funcio-
nado en el ámbito presencial, transformándolas y enriqueciéndolas con los
recursos virtuales.
– Proponer actividades diferentes; no es recomendable utilizar solo lecturas
y foros.
– Ir graduando el nivel de dificultad de las actividades en el contexto de las
unidades y del curso en general. Es así como las actividades que requieren
trabajo colaborativo deben reservarse para el momento de tener un grupo
afianzado, tanto en el aspecto social como colectivo.
– Ir graduando el uso de las herramientas tecnológicas, no es necesario uti-
lizar varias herramientas TIC en una misma actividad.
– Es recomendable que las actividades no sean muy extensas, ojalá fuesen
una hoja o una pantalla, de modo que rápidamente el participante tenga
claro los diversos aspectos que involucra.
– Poner a las actividades nombre que llamen a la acción, de modo que desde
el comienzo el participante se sienta involucrado.
4.6. Interacciones
4.7. Biblioteca
Estos espacios, al estar relacionados con los contenidos del curso, tienen una
temporalización determinada (un par de semanas si usamos ese formato o un
tema) por lo que pueden hacerse visibles al iniciarse el período habilitado y que-
dar cerrado al finalizar, impidiendo que se realicen nuevas intervenciones: por
ejemplo, el espacio para la entrega de una tarea o un foro para trabajar en grupo
en una actividad. En algunos casos puede ser interesante al finalizar el curso abrir
nuevamente todos los módulos para facilitar el acceso a los materiales y el respal-
do de la información que los participantes consideren apropiado.
El contar con este módulo de cierre ha resultado altamente positivo para fina-
lizar de forma explícita la experiencia formativa, evaluarla y recoger información
que permita mejorar la formación entregada.
Al igual que los otros espacios se puede adaptar a la necesidad de cada insti-
tución, lo interesante es evaluar la posibilidad de contrastarlo.
apoyo, tanto para el diseño de los EVA, como del diseño instruccional online. La
capacitación es técnico pedagógica y contempla contenidos como:
– Elementos para el diseño de un EVA: definición de lo que es un EVA, los
aspectos a considerar en el diseño de un EVA, su estructura y un ejemplo
de actividades, la relevancia del tiempo, el rol del tutor, esquemas para
organizar las actividades, recursos a utilizar y recomendaciones generales.
– Aspectos Administrativos: la administración de los archivos en la Web,
subida de archivos, enlaces a recursos, formato para subir usuarios.
– Uso de Moodle: desde la perspectiva del participante, el profesor no editor
y profesor editor. El módulo introductorio es parte de la formación.
– El uso de la plataforma: con los perfiles de alumno, tutor y tutor editor.
Anexo
Descripción
Objetivo
Actividades de apropiación
d) Introduzca el cierre que usted haría de la discusión. Para esto use el foro
«Cierre de la discusión», tome en cuenta los aspectos mencionados por
Barberà en el artículo «El rol del tutor…» ellos son:
Ofrecer un resumen articulado de las intervenciones.
Cerrar la discusión de manera explícita.
Valorar las intervenciones públicamente y, si corresponde, personalmen-
te en privado.
Relacionar la temática de la discusión con acciones educativas posterio-
res (artículos, direcciones web, listas de interés, grupos de discusión,
etc., relacionados con el tema.
Evaluación
Fecha de evaluación
23 de agosto, 19 horas.
Actividades Complementarias:
1. Introducción
En el éxito de una experiencia formativa virtual, es crucial el rol del tutor, per-
sonaje clave que juega distintos roles en el proceso formativo. Este profesional
cumple nuevas funciones asociadas a las características del nuevo entorno en el
cual desarrolla su labor pedagógica, al nuevo enfoque pedagógico que se busca
implementar apelando a nuevas metodologías más innovadoras y participativas, a
las demandas de los participantes en función de los acompañamientos que nece-
sitan para adecuarse al entorno y a la metodología de trabajo y las habilidades
necesarias para moderar un ambiente virtual de aprendizaje.
Estas funciones están mediadas por las tecnologías, cambiando la dimensión
de espacio y tiempo y las herramientas utilizadas para establecer la comunicación
que puede ser sincrónica o asincrónica. Si bien algunas de las funciones son pro-
pias de cualquier labor docente, la particularidad de desarrollarse en un espacio
virtual incorpora elementos distintivos de estos ambientes de aprendizaje y, por
otra parte, existen funciones nuevas propias del espacio virtual.
En este capítulo abordaremos el rol del tutor en los EVA. En un principio a
nivel general, para luego centrarnos en el rol moderador de la discusión, aspecto
clave para mantener el contacto entre el tutor y los participantes y favorecer la
construcción social de conocimiento, al interior de una comunidad de aprendiza-
je virtual. Se presentarán las cualidades y habilidades que debe poseer un tutor.
Social Orienta a aquellos aspectos – Incentivar a los participantes para que amplíen
sociales que el tutor debe tener y desarrollen los argumentos de sus
en cuenta para crear un positivo compañeros.
ambiente de trabajo. Dar la – Animar y estimular la participación.
bienvenida a los participantes del – Proponer actividades para facilitar el
curso. conocimiento entre los participantes.
Facilitar la creación de grupos de – Dinamizar la formación y el trabajo en red.
trabajo. – Sancionar.
– Facilitar la creación de un entorno social
positivo.
Tabla 1 (Continuación) . Tareas del tutor virtual.
Garrison y Anderson (2005) hacen mención a que la presencia docente –rol del
tutor– puede clasificarse en tres categorías principales: diseño y organización, faci-
litar el discurso y enseñanza directa. Estos autores hablan de la presencia docente
para referirse al rol del tutor, entendido este rol como quien diseña, facilita y orien-
ta los procesos cognitivos y sociales con el objetivo de obtener resultados educati-
vos significativos, tanto para el aprendiz como para el propio docente.
El tutor en los entornos virtuales de aprendizaje 113
Una mirada complementaria al rol del tutor se puede describir a partir de los
momentos en los que éste interviene en el proceso educativo, en esos momentos
claves en el curso, se mezclan roles en las dimensiones antes señaladas.
Salmon (2004), indica que el proceso de aprendizaje y, por tanto, las diferen-
tes funciones docentes, deben considerarse en un proceso de construcción progre-
sivo o, si se prefiere, en un proceso de acomodación progresiva de los alumnos a
los contenidos que se van a trabajar, a la metodología empleada, al grupo de com-
pañeros, al entorno y a las herramientas de comunicación. Agregaríamos el tipo
de actividades, considerando, inicialmente, dos grandes momentos de interven-
ción docente:
116 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
b) Durante el curso
Por su parte, Salinas, Pérez y de Benito (2008), tomando en cuenta estos dos
momentos, han especificado un conjunto de actividades concretas a desarrollar
por los tutores en esas dos instancias del curso.
– Realizar una primera actividad de tipo social para crear cierto sentimiento
de pertenencia al «grupo clase», que permita a los alumnos intercambiar
inquietudes, expectativas e información de tipo personal.
– Realizar actividades iniciales individuales o por pareja para intentar
extraer afinidades entre las personas que posteriormente formarán grupos
de trabajo.
– Utilizar contratos de aprendizaje para guiar la planificación de la actividad.
d) Seleccionar el sistema de tutorías más adecuado, las cuales pueden ser indivi-
duales o grupales, online o presenciales.
– Promover que los alumnos puedan resolver dudas presentadas por otros
alumnos, esto es, tutoría entre pares, pero siempre bajo la supervisión del
tutor.
– Coordinar el equipo de tutores en relación a comunicaciones y a la evalua-
ción de alumnos.
– Atender a las sugerencias realizadas por los alumnos en el curso y adaptar-
se a las necesidades que plantean éstos.
e) Evaluar las tareas individuales y grupales de los alumnos a lo largo del curso.
Barberà et al. (2001) han sintetizado las tareas del tutor, como moderador en
el desarrollo de la discusión online, en tres etapas: planificación, intervención en
el desarrollo y cierre. Estas tres etapas, y las tareas asociadas a cada una de ellas,
(Tabla 5, en la página siguiente) resumen las intervenciones esperadas de parte del
tutor.
En la primera etapa, el tutor prepara la discusión y los elementos que pueden
ayudar a moderarla, así como las indicaciones para organizar y facilitar la inter-
vención de los participantes. En la segunda etapa, se articula la discusión y se pro-
duce el intercambio y construcción de conocimiento; el rol del tutor es facilitar
esta construcción, cuidar que la discusión tome un rumbo de acuerdo a los propó-
sitos diseñados y entregar retroalimentación. La tercera etapa cierra la discusión,
resumiéndose los principales aportes; es una toma de conciencia del proceso, de
la construcción realizada, de cómo ésta toma sentido en la construcción personal
y su proyección con tareas educativas posteriores.
El tutor es clave para facilitar el discurso en el espacio virtual. La discusión
en estos espacios, por su carácter textual, es diferente y tanto o más compleja que
en un contexto presencial. La posibilidad de intervenir en tiempos diferidos, un
mayor número de participantes en relación a la situación presencial –eventual-
122 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
«Si el tutor no dirige las actividades en red con cierta habilidad, pueden sur-
gir problemas importantes. Una clase (en el contexto de e–learning), puede
convertirse en un monólogo de tipo foro con escaso retorno. Puede conver-
tirse en una montaña de información desorganizada que desborde y confun-
da a los participantes. Puede, incluso, fracasar socialmente, en vez de cons-
truir un sentido de comunidad.» (Harasim et al., 2000, p. 173–174).
6. El e-moderador
Las dos primeras etapas son la base, permiten contar con las habilidades para
manejar el ambiente de la conferencia y sentirse cómodo trabajando al interior de
El tutor en los entornos virtuales de aprendizaje 125
Los tutores necesitan contar con una serie de habilidades y cualidades que les
permitan cumplir su rol. «Se necesitan unas habilidades especiales para preparar
y presentar un programa de estudios interactivo y participativo de verdad, así
como para facilitar y gestionar la participación.» (Moore, 2001). Éstas se presen-
tan en los cuatro ámbitos: pedagógico, social, técnico y administrativo.
En lo pedagógico, el tutor acompaña, media y retroalimenta al estudiante en
su proceso de formación; conduce el aprendizaje individual y grupal, orientando
y aconsejando cuando el alumno o el grupo lo necesiten. El tutor debe poseer cua-
lidades de buen comunicador con la palabra y también con el discurso. Además,
debe dominar el conocimiento que se imparte para poder intervenir con autoridad
y dar respuestas que aporten en su construcción. Además de extender sus alcan-
ces más allá de los contenidos del curso, deberá conocer y dominar los enfoques
de enseñanza que se implementan en el entorno, esto es crucial para comprender
cabalmente su rol.
El tutor, en el aspecto social, debe poseer habilidades que le permitan crear y
mantener una comunidad de aprendizaje donde se respire una atmósfera agrada-
ble, debe ser acogedor, empático y estar siempre dispuesto a ayudar. También
debe poseer cualidades de líder, que le permitan establecer claramente las formas
de actuar en la conferencia, negociar con los participantes y resolver consensua-
damente los conflictos.
El tutor deberá poseer unas mínimas habilidades técnicas, de carácter gene-
ral, relacionadas con el uso de la tecnología, los computadores y las redes.
Además, necesitará habilidades técnicas para intervenir en el sistema de comuni-
cación. Así estará en condiciones de asistir a los participantes en estas dos áreas
donde se presentan problemas técnicos, especialmente al comienzo, que dificul-
tan el acceso y la participación.
En lo administrativo, utilizar las herramientas que provea el ambiente para
este propósito y que permitan crear y gestionar la conferencia, hacer un segui-
miento a la participación individual del alumno y general del grupo y administrar
los equipos de trabajo.
Apoyar el aprendizaje online le requiere un conjunto de características y habi-
lidades personales (Tabla 6, en las páginas siguientes), que le permiten estar pre-
El tutor en los entornos virtuales de aprendizaje 127
128
Característica conocimiento
Comprensión de los Cuenta con experiencia Es capaz de establecer, Tiene habilidad para Sabe cuándo ejercer o Puede explorar ideas, Es capaz de usar una
procesos online personal de aprender online, confianza y desarrollar y capacitar a aflojar el control sobre desarrollar argumentos, variedad de enfoques,
online, flexibilidad de sentido de propósito para otros, promover debates, grupos, cómo involucrar promover hilos de ideas desde actividades
enfoques de enseñanza- el grupo. Entiende el resumir, reformular, a no participantes, cómo valiosas, cerrar hilos no estructuradas
aprendizaje. Empatiza potencial de los grupos y desafiar, monitorizar la dar ritmo a la discusión y productivos, elegir (e–actividades) a
con los retos que del aprendizaje online. comprensión así como cómo usar el tiempo cuándo archivar. discusiones discrecionales
enfrenta el estudiante malentendidos, recibir online, entiende los cinco y evaluar el éxito de las
online. feedback. estadios del proceso de mismas.
andamiaje y cómo
usarlos.
Habilidades técnicas Entiende los aspectos Es capaz de apreciar las Sabe cómo usar Es capaz de usar Crea vínculos entre CMC Es capaz de usar
operativos del software estructuras básicas de características especiales características especiales y otras características de utilidades de software
usado, tiene habilidad al CMC, la Web y el de software para de software para explorar programas de para crear y manejar
teclado, es capaz de leer potencial del Internet E–Moderators, por el uso por parte del aprendizaje. foros y generar entornos
Habilidades Proporciona un estilo Es capaz de escribir Es capaz de Es capaz de interactuar Es capaz de valorar la Es capaz de comunicar
comunicativas online cortés y respetuoso en mensajes online de relacionarse por e-mail y e-foros y diversidad con cómodamente,
comunicación online y es manera concisa, positivamente online estimular la interacción sensibilidad cultural, prescindiendo de claves
capaz de mantener un dinamizadora y con la persona, entre los participantes, explorando diferencias visuales, capaz de
ritmo equilibrado y usar personalizada. responde sabe guiar por el y significados. diagnosticar, resolver
el tiempo de forma apropiadamente a ejemplo Y es capaz de problemas y promover
apropiada. mensajes, mantiene una aumentar gradualmente oportunidades, sabe
visibilidad online con éxito el número de usar discreta y
apropiada, descubre y participantes online. sensiblemente el humor
gestiona las y trabajar con las
expectativas de los emociones.
estudiantes.
Contenido experto Tiene conocimiento y Es capaz de animar Es capaz de avivar Muestra autoridad Conoce recursos valiosos Es capaz de alimentar
experiencia que contribuciones valiosas debates proponiendo otorgando calificaciones (por ejemplo en la Web) foros usando recursos
Características Tiene determinación y Es capaz de establecer Puede adaptarse a Muestra sensibilidad en Muestra una actitud Sabe cómo crear y apo-
personales motivación para una identidad online nuevos contextos de las relaciones y positiva y dedicación por yar una comunidad útil y
convertirse en tutor. como tutor. enseñanza, métodos y comunicación online. el e-learning. relevante de e–learning.
audiencias.
129
Capítulo V
La formación
de los tutores
1. Introducción
Las cinco etapas, además, recogen los elementos considerados por diversos
autores en relación a los deberes del tutor en la moderación del foro de discusión.
Creemos que estos elementos son vitales para aclarar el actuar del tutor en la
moderación de los foros y, si bien, están pensados en función de una comunica-
ción asincrónica, muchas de las estrategias pueden ser adaptadas y complementa-
das al usarse comunicación asincrónica, que cada vez estará más al alcance de los
entornos virtuales.
El rol del tutor, es vital para el éxito de la experiencia formativa virtual, por
esta razón, es necesario que éste tome conciencia de su nuevo rol y de las tareas
que debe desarrollar. Se requiere una formación que dote al tutor de las habilida-
des para desempeñarse satisfactoriamente en un entorno virtual habilidades que
difieren de las utilizadas en entornos presenciales. En la medida que las nuevas
generaciones de docentes hayan vivenciado formaciones online y hayan sido for-
mados haciendo uso de estas formas de enseñanza, hayan recibido formación en
el área y estén, por ende, familiarizados con el uso de los espacios formativos vir-
tuales, se contará con una nueva generación de educadores que estarán mejor pre-
parados para cumplir el rol del tutor moderador (Salmon, 2000; Gros y Silva,
2005). El participar de una experiencia formativa en temas tutoriales permite al
tutor ser más consciente del proceso de enseñanza y aprendizaje online, viendo los
progresos de los participantes en la construcción y adquisición de conocimiento,
pudiendo asistirlos en sus problemas, conectar a aquellos que comparten intere-
134 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
ses, facilitar la colaboración al interior de los grupos de trabajo, ver el efecto y efi-
cacia de las actividades y discusiones propuestas, etc.
La formación de los tutores es un aspecto clave en el desarrollo de las expe-
riencias formativas virtuales, pues normalmente éstos no han sido formados para
desenvolverse como tutores en estos espacios y solo tienen la formación y la expe-
riencia del profesor presencial. La formación en la tutoría es un proceso que lleva
años y se complementa con la experiencia. Borrero (2006) señala que la forma-
ción de los tutores, si bien es un aspecto clave, es tan solo el punto de partida, se
requiere experiencia para adquirir las competencias que permitan desempeñar
adecuadamente el rol. El ejercicio del rol tutorial sitúa a este profesional frente a
situaciones que debe afrontar en el momento y que son difíciles de prever y trans-
mitir en una formación. La capacitación de los tutores es un aspecto fundamental
en una experiencia de formación online, dado lo relevante que resulta ese rol en
la retención de los participantes, en el logro de los objetivos de aprendizaje y en
la creación de un entorno virtual que fomente la construcción de conocimiento al
interior de una comunidad de aprendizaje.
El propósito de este curso es que el futuro tutor conozca las cinco etapas del
proceso tutorial del modelo de Gilly Salmon, las vivencie y desarrolle un conjun-
to de habilidades: comprensión de los procesos online, habilidades técnicas, habi-
lidades de comunicación online, contenido experto, características personales.
Las actividades creadas para el curso pretenden desarrollar las siguientes habili-
dades en los futuros tutores:
Dimensión Habilidades
Módulo IV: En este módulo, los – Apropiándose del rol del – Decálogo del Buen
Etapa participantes deben generar tutor en los espacios Tutor.
Construcción de construcciones conceptuales virtuales de aprendizaje.
Conocimiento inéditas, principalmente – Reflexionando estrategias
colectivas, estableciendo una y el Decálogo del Buen
comunidad de aprendizaje, Tutor.
que les permita analizar,
discutir y concluir sobre un
tema específico, en este caso
«Rol del tutor en los EVA».
3.3. Resultados
do, además, recogen los elementos considerados por diversos autores, referidos a
los deberes del tutor. Sin embargo, consideramos que es necesario desarrollar un
modelo de formación de tutores integral, que considere al menos las siguientes
temáticas: la formación virtual en los EVA, el rol del tutor en los EVA y las herra-
mientas tecnológicas para apoyar la tutoría. Esto como parte de un curso genéri-
co, el cual debería complementarse con una formación en los contenidos del
curso. Adicionalmente, como señalan algunos autores, es necesario complemen-
tar esta formación con la experiencia de tutorizar un curso virtual (Salmon, 2002;
Harasim et al. 2000).
Lo central, es habilitar al tutor en las competencias y habilidades tutoriales y
para esto es necesario primero, conocer los aspectos relacionados con la enseñan-
za y aprendizaje en los entornos virtuales, los conceptos relacionados con esta
modalidad formativa y los elementos que la hacen distinta de la formación pre-
sencial. En segundo lugar, es preciso apropiarse del rol del tutor en los EVA desde
una perspectiva general, abarcando las cuatro dimensiones: técnica, social, peda-
gógica y administrativa. Es necesario prestar atención a la dimensión social, que
es la que permite conformar una comunidad de aprendizaje comprometida y a la
componente pedagógica, que permitirá desplegar los elementos necesarios para
favorecer la construcción de conocimiento en red; en este sentido, las habilidades
para moderar los foros de discusión aparecen como un aspecto relevante. El ter-
cer elemento de esta triada es la formación en las herramientas TIC, tanto de la
plataforma como externas; es el espacio para aprender el manejo de la plataforma
a nivel técnico y administrativo, (desde el perfil de profesor), así como de herra-
mientas TIC externas a la plataforma, especialmente de comunicación asíncrona,
que favorezcan la comunicación tutor participante.
Tomando en cuenta estos aspectos, proponemos una formación que conside-
ra las siguientes temáticas:
Módulos Propósito
Módulo introductorio Familiarizarse con las herramientas de la plataforma, el
programa de estudios del curso, su cronograma y
socializar el curso.
Los entornos virtuales La finalidad de este modulo es conocer qué son
de aprendizaje los Entornos Virtuales de Aprendizaje, sus
componentes, los roles que juegan en estos espacios
los materiales, las interacciones, los estudiantes y el
profesor.
El rol de tutor Comprender el rol que juega el tutor en los Espacios
Virtuales de Aprendizaje, en los aspectos sociales,
pedagógicos, técnicos y administrativos.
Herramientas tecnológicas Conocimiento y uso de las herramientas de la
para apoyar la tutoría plataforma, y de las externas a ella, que sean útiles
Tabla 3. Propuesta de contenidos del curso
142 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
Las anteriores y otras actividades pueden ser realizadas para introducir a los
participantes en los EVA. Lo importante es seleccionar un conjunto de experien-
cias no demasiado extensas, pero variadas, que impliquen algo más que solo leer
y participar en foros.
Una vez comprendido qué son los EVA es el momento de dar paso al segun-
do módulo, que tiene por finalidad situar el rol del tutor en estos espacios forma-
tivos. Para este efecto, nos parece bastante apropiadas las cinco etapas de Gilly
Salmon (2000), pues permiten modelar el posible actuar del tutor, aunque es nece-
sario no solo centrarse en la moderación de foro de discusión, sino ampliar a otras
habilidades que el tutor requiere desarrollar.
Algunas actividades:
• La bienvenida y acceso: en esta actividad el futuro tutor prepara una bien-
venida, a partir de las orientaciones entregadas por su tutor y teniendo
como referente la bienvenida que recibió de éste, al inicio del curso. Las
propuestas de cada participante pueden ser subidas a una base de datos o
foro, a fin de que puedan ser retroalimentadas por los compañeros (cada
uno retroalimenta dos o tres). Se espera, por tanto, que sean los propios
participantes los que destaquen los aspectos logrados y deficitarios de cada
bienvenida. El tutor puede actuar en caso de detectar errores o deficiencias
mayores.
• Preguntas frecuentes: consiste en enfrentar al participante a la necesidad
de orientar a otros en aspectos técnicos, para lo cual se puede generar, en
conjunto con la comunidad de tutores, un listado de preguntas frecuentes y
La formación de los tutores 145
miento en la red. Una actividad útil en esta etapa, consiste en, a partir, de
uno o varios textos y otros materiales de apoyo, generar una discusión
sobre el rol del tutor, esto permite a los participantes conocer en mayor
profundidad este rol y discutir con los compañeros al respecto además de
construir conocimiento. Aquí será clave el rol del tutor el cual deberá intro-
ducir el foro, resumir la discusión y cerrarla, modelando estos tres pasos
esperados en la moderación del foro.
Esta actividad finalizaría pidiendo a los participantes un ejemplo de cómo
el tutor introduciría un tema de discusión que sea de su interés, formulan-
do por tanto el texto y las preguntas orientadoras.
• Desarrollo (enfrentando la tutoría): esta es una etapa en la cual se pone en
juego lo aprendido.
Aquí se pueden plantear las siguientes actividades:
– Resolviendo casos: presentar casos concretos de tutoría online y pedir
a los futuros tutores propuestas de intervención (cuando los casos son
tomados de cursos reales, su abordaje adquiere mayor valor)
– Ponerse en casos imaginarios: presentar un listado de los temores que
normalmente presentan los tutores al enfrentarse a un curso online, los
participantes pueden agregar otros, producto de sus propias aprensio-
nes. La idea es que cada participante le dé una vuelta a los problemas
y en lugar de mirarlos como tales, lo vea como oportunidades y se
anime a plantear soluciones.
– El decálogo del buen tutor: esta actividad consiste en que cada partici-
pante confeccione –a partir de su propia experiencia y de lo aprendido
en el curso– un decálogo que contenga los aspectos y características,
tanto personales como profesionales, que distinguen a un buen tutor. La
significación de esta actividad, radica en que el decálogo nace de los
propios participantes, facilitando de este modo, que los elementos en él
consignados, formen parte de sus creencias respecto del rol del tutor.
– El producto final o portafolio: documento que reúne todo el esfuerzo
del curso y las actividades mejoradas con los aportes de los participan-
tes y tutor.
Las herramientas administrativas, son las que permitirán al tutor apoyar esta
componente de su rol, las plataformas poseen un conjunto de funcionalidades,
para este fin, que el tutor debe conocer. Luego es necesario desarrollar un conjun-
to de actividades que permitan al tutor conocer estas herramientas, entre las cua-
les se tienen:
• Agenda o calendario: esta herramienta permite periodizar eventos, tanto
personales, como para todo el curso o un grupo. El tutor debe conocer la
ubicación de ésta en la plataforma y saber cómo configurar el evento, indi-
cando la fecha, la descripción, el tipo de evento y finalmente publicarlo.
• Seguimiento a los participantes: cada plataforma posee distintas herra-
mientas para estos propósitos y registra distintas informaciones, lo impor-
tante es que el tutor pueda explorar y conocer la información que la plata-
forma le proporciona para realizar el seguimiento de los participantes, las
actividades revisadas, las fechas y tiempos de consultas entre otras.
• Generación de grupos: esta herramienta, dependiendo del curso, deberá
usarla en algún momento el tutor para armar y reconfigurar grupos, luego
es importante que la conozca y manipule adecuadamente.
• Mensajería o correo interno: esta es una herramienta que permite al tutor
comunicarse de forma interna con los participantes para dejarles algún men-
saje. Es importante, por tanto, que el tutor localice esta herramienta en la pla-
taforma y sea capaz de utilizarla para enviar mensajes a un participante, a un
148 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
Las herramientas pedagógicas, son las que permitirán al tutor apoyar su labor
académica –parte fundamental de su rol–. Las plataformas poseen un conjunto de
funcionalidades para este fin que el tutor debe dominar, luego es necesario des-
arrollar un conjunto de actividades que permitan al tutor conocer estas herramien-
tas, entre las cuales se tienen:
• Foro: el foro es el espacio esencial usado para la construcción de conoci-
miento y la interacción, es necesario, por tanto, que el tutor conozca los
distintos tipos de foro que posea la plataforma, cómo ellos se configuran,
cómo se hace el seguimiento a las participaciones. Se pude discutir qué
foro es más apropiado para cada tipo de trabajo.
• Diario: es una herramienta que permite llevar un diario de vida, es necesa-
rio enseñar cómo se crea este tipo de recurso, cómo se configura y cómo
se usa desde los roles de participante y tutor. También es importante que el
futuro tutor vea cómo se accede a los diarios de todos los participantes y
cómo podría retroalimentar los comentarios.
• Tarea: es el espacio que el alumno utilizará para enviar sus trabajos, es
necesario que el tutor conozca cómo acceder a las tareas recibidas y cómo
evaluarlas y retroalimentarlas. Las evaluaciones se pueden ir completando
en la medida que las entreguen los alumnos o de acuerdo a su disponibili-
dad de tiempo. Algunas plataformas permiten al participante, recibir una
notificación en su correo electrónico, informándoles de que el profesor ha
La formación de los tutores 149
pueden ser las propias actividades del curso y así asegurarse de que los
tutores exploren sus contenidos.
• Dejar en claro que, en este caso, el tutor asume el rol de participante, pero
sugerirle que desde ya, mire el curso con ojos de tutor, vea el modo de ir
anticipando dudas, tanto a nivel de contenidos, como metodológicas o eva-
luativas.
• Dar acceso a los tutores al curso en su integridad, en lo posible desde el
inicio, si esto no fuera posible, se recomienda ir liberando los módulos con
un par de semanas de anticipación.
¿Quiénes tutorizan a los tutores? Esta es una pregunta clave dado el perfil de
las competencias que requiere el tutor, es necesario contar con profesionales
ampliamente conocedores de la temática, tanto a nivel práctico como teórico.
Algunas alternativas para elegir a él o los tutores, serían:
Que los tutores sean los mismos profesionales que diseñaron el curso es la
primera alternativa. Tiene la ventaja de que ya conocen el curso, sus actividades
y todos los aspectos que implica llevar adelante la acción formativa. En una pri-
mera instancia es ventajoso, pues permite evaluar sobre el terreno el curso y la
efectividad de los espacios propuestos en la plataforma: las actividades, las meto-
dologías, las evaluaciones, los materiales propuestos, los recursos de la propia
plataforma y los externos utilizados, entre otros aspectos. Elementos que pueden
ser considerados de cara a un rediseño. Estaríamos hablando de una experiencia
formativa en la cual el tutor actúa desde el diseño a la implementación.
Especialmente cuando se inicia un curso o no se dispone de muchos recursos, el
profesor tutor cumple prácticamente los cuatro roles que Marcelo (2006) conside-
ra en la implementación de una experiencia en e–learning: a) tecnológica; mane-
jo de las TIC y plataforma, es decir, implementa el curso en la plataforma; b)
pedagógica; realiza el diseño instruccional online; c) tutoría del curso; d) lleva la
gestión que implica la implementación.
Una segunda opción es contratar profesionales con experiencia en formación
virtual y especialmente en tutoría online, son profesionales eventualmente caros,
152 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
Los tutores del curso de tutores necesitan ser formados al menos en ciertos
aspectos: los contenidos del curso, estructura, objetivos, metodologías, evalua-
ción, actividades, etc. Si el curso ha sido rediseñado, es fundamental poner énfa-
La formación de los tutores 153
sis en los aspectos que han sido modificados, en el entorno virtual, es decir, el sen-
tido que tienen en el entorno cada uno de los espacios diseñados y el uso e inter-
venciones que se espera de ellos en cada espacio, el manejo de la plataforma
desde el perfil de tutores, al menos en las herramientas usadas en el curso.
Esta formación puede realizarse de forma presencial, antes de iniciar el curso,
eventualmente también podría ser virtual y complementarse con otras dos instan-
cias presenciales o virtuales distribuidas en dos momentos del curso: en la mitad
de la formación y al final de ella. La primera, destinada a mostrar el curso, su
implementación en la plataforma y el rol que se espera de los participantes, como
tutores, en las dimensiones: técnicas, social, pedagógica y administrativa. Es una
buena instancia para socializar con ellos el manual o guión del tutor. La segunda,
destinada a evaluar el funcionamiento de curso, aclarar dudas y presentar con más
detalle los módulos restantes y las acciones esperadas al cierre del curso. La ter-
cera, destinada a evaluar la experiencia formativa, los aspectos mejor logrados y
proponer mejoras para el diseño.
El primer encuentro es recomendable hacerlo en forma presencial para que
los tutores se conozcan y puedan generar una comunidad de tutores, más adelan-
te nos referiremos con más detalle a esta comunidad, pero la idea es acompañar a
los tutores desde el equipo de diseño, entregando orientaciones y resolviendo
dudas en aspectos técnicos, académicos y administrativos.
El acompañamiento a los tutores es clave, más allá de la experiencia de cono-
cer el curso, en caso de ya haber participado en él. Es necesario estar supervisan-
do las tareas del tutor, esto implica entre otros aspectos, comprobar si:
• Puso el mensaje de bienvenida antes del inicio del curso, acogiendo a los
participantes y entregándole la información necesaria para ingresar a
curso.
• Realiza actividades de socialización, para cohesionar el grupo.
• Entrega en el foro de novedades, en el tablón de anuncios o en el espacio
destinado para ese fin, las orientaciones para el trabajo de la semana o para
una o un conjunto de actividades, señalando el tiempo de que disponen
para su desarrollo.
• Se conecta con los participantes que no ingresan a la plataforma.
• En el caso de los foros de discusión: introduce a tiempo los foros, los
anima con nuevas preguntas, interactúa con los participantes para dinami-
zar la discusión, la resume y reorienta y al final realiza el cierre.
• Para las tareas, aplica adecuadamente las pautas entregadas y retroalimen-
ta los trabajos señalando desde los aspectos bien logrados hasta aquellos
no alcanzados.
• Responde las dudas en un plazo no superior a veinticuatro horas.
• Cierra los módulos ya terminados y abre los nuevos, informando a los par-
ticipantes.
154 Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA)
er las competencias necesarias para manejar el curso y lograr los objetivos pro-
puestos, por sobre todo, que los participantes aprendan en el contexto de una
Comunidad Virtual de Aprendizaje, marcada por la presencia social, la colabora-
ción y la construcción colectiva de conocimiento. Es importante no perder de vista
que el tutor también aprende, y lo hace de diferentes instancias y aspectos: de los
contenidos del curso, de quienes diseñaron el EVA, en caso de no ser el autor, y
especialmente, aprende a gestionar comunidades online, algo que al igual que la
docencia presencial se adquiere con la experiencia. Es un camino en el que unir
la teoría con la práctica es la única alternativa.
A lo largo de estas páginas hemos buscado unir la teoría con la práctica en
relación al diseño y moderación de Entornos Virtuales de Aprendizaje. Nos plan-
temos al inicio ciertas preguntas relacionadas con la formación a distancia, el
diseño y la tutoría de EVA, intentamos entregar la máxima información que la lite-
ratura y la experiencia nos permiten comunicar a través del formato escrito, para
dar respuesta a esas preguntas que orientaron nuestro trabajo. Seguramente, las
respondimos en distintos niveles, pero creemos que entregamos un camino para
que el lector entienda el área de estudio y pueda acceder a fuentes bibliográficas
para ampliar, de acuerdo a sus intereses, el conocimiento de estos espacios forma-
tivos, su diseño y moderación.
Creemos que los EVA serán cada vez más protagonistas de la formación, en
distintos niveles, como el secundario, universitario, de post grado y formación
general. Nos queda por tanto seguir investigando e innovando de modo de incor-
porar las nuevas herramientas tecnológicas, con una visión pedagógica, a los dise-
ños y moderación de estos espacios. Estamos en unos momentos donde el avance
tecnológico es vertiginoso y se enfrentan distintas presiones de la industria, el
estado y las instituciones por incorporar la virtualidad y las TIC a la Educación.
Para hacerlo exitosamente y en los tiempos requeridos investigación e innovación
deben ir a la par.
El ciclo que implica concebir y tener éxito en una experiencia formativa vir-
tual en cualquiera de sus modalidades e–learning o b–learning, ya sea como apoyo
o reemplazo de la clase presencial, tiene dos hitos claves: el diseño y la modera-
ción. Esperamos que este libro sea una fuente para que el lector que se anime, a
nivel personal o institucional a incorporar los EVA, encuentre elementos orienta-
dores, útiles y transferibles a sus distintos ámbitos de interés y desempeño.
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