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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES

TAREA 2: MOCHE

Trabajo presentado para el curso


de Proceso Histórico Cultural
dirigido por el Mg. Robert Salazar
Quispe.

Alumno(a):
CARRIÓN RABANAL JULIETA

Código:
20150150
Sección 11

LIMA-PERÚ
INTRODUCCIÓN

En la siguiente tarea asignada se presenta el mapa mental de MOCHE Y VIRÚ, conclusiones y


apreciación crítica de los mismos. Esto se desarrolla en el contexto de la segunda y tercera
semana de aprendizaje del curso Proceso Histórico Cultural del Perú. Para poder elaborar el
mapa se requirió el uso del programa web Mural.co y como fuente el texto “Hacia un nuevo
paradigma de Moche: interpretaciones acerca de la relación entre las tradiciones culturales
Moche y Gallinazo”, de Israel Tinoco Cano.

En la primera parte del mapa mental hay una breve descripción contextual de la cultura Moche
y su organización territorial en el norte del Perú desde el valle de Chicama hasta Nepeña,
además de mencionar a las características y proceso histórico a partir de las cinco fases
planteadas por Larco.

En la segunda parte se refiere específicamente a la cultura Virú/ Gallinazo, y la investigación de


Benett ante el descubrimiento de las cerámicas pintadas en negativo. Se resalta y explica el
periodo Huancaco en cuanto similitud arquitectónica y cerámica, la Huaca Huancaco y la Huaca
de la cruz (lugar donde se encuentra el “Sacerdote Guerrero”). También se explican los
proyectos de Chan chan Valle de Moche y Pampa Grande, trascendentales para explicar sobre la
fase V de Moche.

Siguiendo con esta secuencia, se ilustra la división entre Mochica del Norte y Mochica del Sur,
planteamiento que surge a partir de las investigaciones y descubrimientos como Sipán y la
cámara funeraria de La Mina.

El mapa mental cuenta con diversas imágenes para una mayor comprensión visual de la
información, además de un glosario en pro de definir algunos conceptos esenciales.
DESARROLLO
CONCLUSIONES:

 La cultura moche es estudiada y reformulada constantemente a través de


investigaciones y por el legado material que se va descubriendo. A partir del análisis de
la cerámica y sus características estilísticas (asas de estribo), Larco plantea el desarrollo
cronológico Mochica a partir de cinco fases. Por otro lado, Castillo y Donan, a partir de
los proyectos recientes de Sipán y la cámara funeraria de La Mina, reformulan lo
establecido por Larco y ponen la idea de Moche Temprano, Moche Medio y Moche
Tardío.

 A partir de Moche III (Larco), se establece la relación entre la cultura Mochica y Virú/
Gallinazo. Esto se deriva a partir de las evidencias de similitud en el periodo Huancaco,
tanto a nivel arquitectónico piramidal (centros ceremoniales y recintos residenciales),
además de la cerámica según lo que se denomina “Huancaco Decorado”, vasijas blanco
sobre rojo y los mundialmente famosos huacos retrato. Existen diversas teorías sobre el
tipo de relación entre ambas culturas Moche y Virú, las cuales plantean tanto una
conquista por parte de Moche (Uceda y Mujica), como también una posible
coexistencia pacífica (Shimada y Maguiña), por supuesto bajo relaciones de influencia
predominantemente mochica.

 Larco denomina Vicus como el yacimiento más importante de cerámica mochica fase I
y II, planteando como lugar origen de la cerámica norteña (cultura matriz inductora de
estilos y formas). Otra teoría es que, al poseer una increíble mezcla estilística, se le
podría considerar como posible área de interacción entre todas las culturas próximas a
la zona.
ANÁLISIS CRÍTICO

La investigación “Hacia un nuevo paradigma de Moche: interpretaciones acerca de la relación


entre las tradiciones culturales Moche y Gallinazo”, de Israel Tinoco Cano, plantea de forma
esencial el proceso de investigación arqueológica de la cultura Moche, resaltando el carácter
dinámico de la misma. Porque, a pesar de que a lo largo del tiempo se han considerado teorías
en cuanto la organización mochica y su desarrollo, a partir del descubrimiento de nuevas
evidencias se ha tenido que ir replanteando esta visión en pro de acercarnos, cada vez más, a
una verdad certera.

Por lo tanto, considero importante analizar cómo surgen las distintas hipótesis sobre el tipo de
relación entre Moche y Virú, y cómo las mismas han ido variando a lo largo del tiempo. En
primer lugar, se plantea que, como estado teocrático – militar, la cultura Mochica proyectaba
este rasgo expansionista y de influencia territorial, a partir de la evidencia cerámica y
arquitectónica. Más adelante, Shimada y Maguiña sacarían la teoría de coexistencia, ya que la
cerámica Virú varió en un porcentaje muy bajo cuando estuvieron ambos en el mismo contexto
temporal.

Sobre el primer planteamiento, somos hasta el día de hoy una sociedad asimilacionista,
especialmente en este contexto de “globalización”. Ya no se da, por lo menos a nivel general
porque en algunos países de Asia sí, este tipo de conquista militar expansionista, más bien ahora
uno lo puede evidenciar por medio de las ideas y tendencias. En la actualidad, estamos inmersos
bajo la cultura occidental, y a su vez, las diversas comunidades y formas de identidad en nuestro
país tienen que amoldarse bajo el centralismo limeño, en cuanto lengua, religión, costumbres,
etc. Entonces, ¿pudo haber existido este rasgo de expansión moche en cuanto al norte? Sí. En
pro de obtener recursos y dominio territorial, la primera medida empleada era a través del
sometimiento.

Por el otro lado, en la segunda opción, se pone como propuesta la coexistencia pacífica. Resulta
curioso como hoy en día, al ser un país con diversa riqueza cultural, se plantea justamente como
proyecto la interculturalidad, es decir, la interacción y coexistencia entre las distintas
comunidades sin atentar contra su forma de vida e identidad. Entonces, ¿sería imposible que
este modo de convivencia ya hubiese existido en las culturas Moche y Virú? Cabe recordar que
la visión andina tiene como base el aprovechamiento de recursos sin alterar de forma violenta el
ecosistema, y se pudo haber utilizado la religión común (también planteado por el texto) como
forma de cohesión no violenta, más bien por compartir conocimientos comunes. No sería
descabellado plantear una sociedad en la que convivan distintas culturas sin estas ansias de
opresión, quizás el reto sería como desarrollarlo en el ahora.

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