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La historiografía de Monte Albán bajo el punto de vista

lakatosiano. Desde una ciudad-fortaleza al de gussíyúu.


Un análisis estatal y urbano

REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES

En este artículo haré un estudio de las investigaciones de los valles centrales de Oaxaca desde el siglo XVI, para seguir
con las intervenciones arqueológicas de Monte Albán desde el siglo XIX hasta nuestros días.
Para este análisis, aplicaré el modelo historiográfico de la ciencia de Imre Lakatos para exponer la formación de
un programa de investigación científica a partir de los estudios particularistas de Alfonso Caso desde 1940 hasta los
análisis contextuóles de Javier U reíd en la actualidad. Finalmente, cuestionaré si se rompe el programa de investiga-
ción científica, en donde se plantea al fenómeno urbano como el núcleo del problema explicativo desde un punto de
vista occidental; para dar paso a la visión autóctona oaxaqueña; con la formación del gussí yúu o templo del tiempo
en la superficie de la tierra, desde la visión de los buin záa o gente de la nube, mediante su lengua di'záado o palabra
tranquila de la nube, como una manera distinta de la formación de un asentamiento complejo.

Introducción A. Caso. Ahora se hace análisis contextúa! con


Javier Urcid y un desconstructivismo con Román
JTjLaré un análisis de las investigaciones en Mon- Nolasco. Esto refleja el proceso de desarrollo del
te Albán desde el punto de vista de las corrientes conocimiento de tipo lakatosiano sobre el surgi-
teóricas de la arqueología, definida como ciencia miento del urbanismo, que finaliza con la con-
social.1 Comenzaré con los estudios del siglo XVI cepción del gussí yúu o del templo en el tiempo
de sitios aledaños a Monte Albán, en donde se en la superficie de la tierra, según la lengua
forman algunas corrientes teóricas para abordar dt'^áado.
al sitio a partir del siglo XIX. Hasta el siglo XX se Esta investigación parte del modelo de Imre
reconocen tres escuelas principales y otras corrien- Lakatos que trata al conocimiento dentro de un pro-
tes teóricas. En 1940 Alfonso Caso formó una es- ceso historiográfico? para construir Programas de
cuela no tan tradicional de larga trayectoria que Investigación Científica (Pie) constituidos por los
cambió los cánones de investigación en la arqueo- niveles de la teoría explicativa, de la teoría inter-
logía mesoamericana. Fue base de investigaciones pretativa y de los hechos con un desarrollado pa-
posteriores como el análisis del patrón de asenta- ralelo. Los PIC tienen un núcleo duro —esencia
mientos regional de Ignacio Bernal a Richard explicativa—; una heurística negativa en donde
Blanton desde 1960. También se formó la Escuela está el núcleo del problema que sirve para refor-
de los Sistemas Culturales con Kent Flannery, que zarlo y una heurística positiva, en la que se forma
culminó en 1980 con la Escuela de la Acción Social un cinturón protector al núcleo. Con los ataques
establecida por Marcus Winter. Con la escuela de otros PIC se forman programas de nivel me-
mexicana se establece un enfoque ecléctico, que nor, para proteger al nivel mayor e impulsar un
parte del marxismo para regresar a los estudios de progreso en el conocimiento. Al desarrollarse las

Estudios Mesoamericanos Núm. 3-4, enero 2001-diciembre 2002


REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES
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teorías establecen corrientes de mayor nivel y pro- cidentales sobre las pirámides halladas. Así, se
fundidad. Su permanencia y duración se debe a mezclan conceptos náhuatl con los traídos por
la resistencia a los contraataques alternativos. los españoles7 que no siempre eran manejados en
Lakatos explica la metodología de los PIC, la re- otras regiones mesoamericanas y que se aplicaban
construcción racional y la ley general de la racio- en pequeños lugares, zonas rurales y urbanas.
nalidad, donde se da importancia a los aspectos Dominicos y franciscanos como Motolinía8 y
científicos internos y a los aspectos sociopolíticos Martín de Valencia estudian los valles centrales,
y económicos externos para comprender el surgi- Mitla específicamente. 9 Con Herrera y otros se
miento y desarrollo de los PIC.3 adquiere información de los pueblos principales
formándose las Relaciones geográficas. En las Rela-
ciones de Antequera, Alfonso de Canseco10 trata a
Investigaciones en Monte Albán Mitla separando la función del templo de la del
palacio —el espacio religioso vinculado con la pi-
El valle de Oaxaca se estudia desde el siglo XVI, rámide.11 Torquemada,12 con base en Motolinía,
pero Monte Albán se interviene arqueológica- también la describe.13
mente desde el siglo XIX. Partiré desde el siglo
XVI para comprender el desarrollo de las investi- El siglo XVII. Eos dominicos j el valor de las cultu-
gaciones en el sitio.4 ras prehispánicas en Oaxaca. E/ punto de vista
posibi lisia
El siglo XVI. El deterninismo cultural europeo. Los
españoles j la orden dominica frente a otra cultura Los dominicos se interesaron en el conocimiento
de las culturas prehispánicas en la región. Pero
En el siglo XVI hubo cambios sociales con el des- gran parte de éstas había desaparecido y sólo se
cubrimiento del Nuevo Mundo y otras culturas, tenían mitos y leyendas que los historiadores re-
además de las asiáticas conocidas por el mundo copilaron como historias verídicas.14 Para el siglo
europeo. Esto marcó los inicios de la época XVII el dominico oaxaqueño Francisco de Burgoa15
renacentista con un resurgimiento cultural acen- hace un estudio etnográfico, arqueológico e his-
tuado por la conquista de las tierras que forma- tórico en la región y en Mitla maneja conceptos
ron la Nueva España. Pero estas culturas fueron arquitectónicos occidentales. Se basa en Motolinía,
descritas con una visión determinista eurocéntrica: Torquemada y Canseco, principalmente en el se-
militarista, religiosa y monárquica.5 gundo.16 Como Motolinía y Canseco va más allá
En 1519 a Hernán Cortés se le obsequian ri- de las funciones religiosas en un espacio dado y
cos objetos de tierras del sur. Debido a ello, man- da paso a la separación del templo y del palacio.
da al capitán Francisco de Orozco a Huaxayácac Con estos estudiosos se ve a Mitla como lugar
para obtener información de la región y ocuparla sacerdotal y Burgoa a Monte Albán como resi-
a finales de 1521. Por su riqueza, Cortés gestiona dencia real.17
el título de marqués del valle de Oaxaca ante la
Corona española, obtenido hacia 1529.6 El siglo XVIII. El determinismo etnocentrísta
Antes de la fundación de la Nueva España, los español
mexicas denominan con su propia lengua los si-
tios conquistados y su arquitectura. Esto se acen- Para el siglo XVIII otros extranjeros investigaron
túa con la visión eurocentrista de un enfoque par- las culturas mesoamericanas, pero por el etnocen-
ticular de la arquitectura prehispánica en donde trismo colonial español se restringió el acceso a
los misioneros católicos —como los dominicos sus investigaciones al transmitir una realidad in-
en Oaxaca— aplican conceptos con funciones oc- dígena diferente a la habida. Se remarca la poca
48 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

confkbilidad y sus secuelas se confirman hasta la humanos, jeroglifos y objetos cerca de ellos. Des-
época independentista. Tales son los casos de cribe la arquitectura, medidas, decoración en re-
Thomas Gage o de Thierry de Menonville,18 quien lieves y materiales de construcción. Por sus ras-
provocó la ira de los españoles.19 Debido a ello, gos funerarios y jeroglíficos les da un origen
los trabajos de los mexicanos en Mida son super- egipcio y a su escultura, un origen griego y roma-
visados y publicados por los extranjeros bajo la no pero con una copia de la naturaleza y una len-
Corona española.20 gua auténtica. Por los restos, no fueron bárbaros.
Basándose en la Biblia, de la Torre de Babel par-
El siglo XIX j la revaloración de las culturas tieron a Egipto y Asia, pero no se sabe si antes o
prehispánicas en Oaxaca. La visión nacionalista y después de la separación de los grupos y con ellos
difusionista sus lenguas y costumbres. Y por fenómenos na-
turales como el gran Diluvio o por las erupcio-
En el México del siglo XIX surgen cambios socia- nes volcánicas atravesaron el océano. Esto se co-
les como la Guerra de independencia en 1810, la rrobora asentándose encima de los cerros. Antes
Intervención norteamericana en 1847, la Refor- de la llegada de los mexicanos, los primeros gru-
ma de Juárez en 1858, la Intervención francesa en pos realizaron su obra, pero fueron sepultados por
1862-1864 y a finales del siglo, el afrancesamiento los fenómenos naturales. Dupaix hace excava-
mexicano promovido por Porfirio Díaz durante ciones por túneles y José Luciano Castañeda di-
treinta años de gobierno. Se desarrollan investiga- buja algunos edificios, bajorrelieves y traza el pri-
ciones con una pluralidad de ideas de origen filo- mer bosquejo del sitio. Con sus estudios, Dupaix
sófico —europeo, norteamericano y mexicano—, se convierte en el primer viajero extranjero en in-
remarcándose las corrientes francesas con un ma- tervenir en la región.24
tiz nacionalista y difusionista al tener interés por
el origen de las cultura. Pero hubo pérdidas de
información por los movimientos sociales habi-
dos. Su poca accesibilidad se debía a la visión li-
beral y al interés de descubrir y valorar las cultu-
ras prehispánicas.
Desde principios del siglo se comienzan a ha-
cer estudios detallados y particulares con el inte-
rés de saber quiénes produjeron los objetos
prehispánicos. En los valles centrales de Oaxaca Bosquejo y planta desde el oeste
florecen las investigaciones y se inician los estu- (Dupaix, 1806 [1820]). 2 6
dios en Monte Albán. El escaso interés en el sitio
se debió al estado en el que se hallaba.21
El rey Carlos IV de España, comisiona al capi-
tán belga22 Guillermo Dupaix23 para realizar tres
expediciones (1805-1807) y formar un inventario
de los sitios y objetos arqueológicos de la Nueva
España. Por primera vez se describe y se ubica
Monte Albán al oeste de Antequera. En las cum-
bres hay cerritos artificiales —templos, palacios y
tumbas— que los mapotecas erigieron para sus dio-
ses, reyes y difuntos, además de fortificaciones Bosquejo de Luciano, de la edición francesa (Murguía
defensivas. Con ellos, halló piedras con grabados y Garaldi, en Bustamante, 1821 [1963], p. 37).
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En 1835 José Murguía y Garaldi (1859) dipu- poder se remarcó con el levantamiento de fortale-
tado de Oaxaca en 1820,26 describe y levanta un zas en puntos estratégicos sobre cerros y su alian-
plano de la Plaza considerando al sitio como una za con los mixtéeos provocó la caída del monarca
"guarnición militar". mexicano.35 Carriedo traza un plano, identifican-
El alemán Edward Mühlenpfordt 27 es el pri- do los edificios principales con su distribución.36
mer extranjero residente en Oaxaca (1828-1834). El alemán Johann von Müller (1857-1859) hace
Su sólida formación como arquitecto en la Uni- una descripción y un plano de Monte Albán para
versidad de Góttingen, Alemania,28 hace de sus remarcar los límites de la plaza por los edificios.
estudios los cimientos etnográficos dando el mis- Fue el primero en tratar al sitio como una ciu-
mo valor étnico al indígena que al español. Sus dad, con funciones militares y defensivas.
trazos arquitectónicos son los primeros científi- El francés Désiré Charnay (1864)37 con una
camente desarrollados en el continente america- visión difusionista, concibe el origen de las cultu-
no. Trata diversos temas como la arqueología y se ras americanas a partir de Camboya y la región
documenta profundamente.29 En 1830 publica un mexicana, de origen tolteca. Al viajar a Mitla,38
plano y una breve descripción de Monte Albán,3" menciona la presencia de fortificaciones de mu-
constituido de tumbas, pirámides de sacrificios y ros de adobe con viejos templos o túmulos de ciu-
restos de edificios.31 dades de una civilización india que dominan el
Los estudios del mixteco Juan Bautista Ca- valle. Ubica a Monte Albán al oeste de Oaxaca
rriedo fueron impresos por él mismo. Debido a sobre una meseta de un cerro pronunciado. Aun-
ello, su obra es de difícil acceso y conocimiento, que subraya el estado de conservación y describe
pero también colabora en otras publicaciones. la parte sur, destaca la presencia de palacios, tem-
Posiblemente nació en el valle del Etla a finales plos o fortalezas de naturaleza diferente y los ob-
del siglo XVIII o principios del XIX y fue asesina- jetos de piedra son bellamente trabajados. Por ello
do por tropas independentistas en 1865, cuando Monte Albán es la más vieja de las civilizaciones
tenía el puesto de subprefecto del Imperio de americanas con clara originalidad comparada con
Maximiliano.32 Para él, la historia debía conocer- las de Viejo Mundo.39
se hasta por la clase más pobre.33 Fue discípulo de En Estados Unidos bajo los cánones evolucio-
Mühlenpfordt y en 1843 desarrolla un estudio nistas de Morgan, se consideraban otras tierras
etnohistórico de Oaxaca, basado en Burgoa, de fuera de Europa como poco desarrolladas. A sus
difícil acceso para su tiempo. Parte del génesis culturas se les trataba como estáticas y a las co-
—según la Biblia— hasta la época independen- munidades, piezas de museo como los objetos que
tista.34 Con un matiz determinista, sostiene que fabricaban y dejaban. Pero con el francés Adolph
la defensa humana nace por el poder del más fuerte Francois Bandelier (1881),40 discípulo de Morgan,
sobre el débil y la guerra se da desde la época del resurge una revaloración por dichas culturas. Lle-
barbarismo. Los ataques provocan las defensas, ga a Mitla y pasa por Monte Albán. Lo describe
como la ambición el bien público. Un ejemplo es como un pueblo fortificado con posición mili-
Monte Albán con una organización militar den- tar. Asimismo, informa sobre su acceso, la distri-
tro de una fortaleza amurallada. La región bución de los edificios, su grado de conservación,
oaxaqueña se constituye de las naciones serrana, sus dimensiones y los describe según orientación
mije, zapoteca y mixteca. Las dos últimas —sobre cardinal.41
todo la zapoteca— tuvieron grandes ejércitos mi- Hubert Howes Bancroft,42 por segundas fuen-
litares para dominar a las demás. Los zapotecas tes, realiza descripciones sobre Monte Albán, ne-
tuvieron una jerarquía política, organización mi- gando su condición como fortaleza. 43 Después
litar y recogían tributo en especie; formaban alian- menciona la riqueza de la investigación anticuaría
zas y tenían una ética de comportamiento. Su con los vestigios dejados por los zapotecas y mix-
50 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

tecos. Ubica a Monte Albán en una planicie, da


sus medidas de extensión con una ocupación en
el precipicio del cerro. Se constituye de patios es-
paciosos, montículos con galerías, templos, pa-
lacios y fuertes. Después acepta su construcción
como fortaleza, la cual presenta los primeros tra-
zos de una civilización nativa.44 Realiza un mapa,
acentuando los relieves del cerro y un asentamien-
to secundario al sur del sitio.

Bajo Albán, suburbio de Monte Albán


(Holmes, 1895, p. 215).

Monte Albán son uniformes y con una clara tra-


za. No sólo fue una fortaleza, ni un lugar de en-
tierro, sino una verdadera ciudad ocupada por un
Bosquejo desde el oeste pueblo agrícola. Su trazo es universal con una clara
(Bancroft, 1883 [1914], p. 114). orientación y una arquitectura compleja.48 Reali-
za levantamientos topográficos y una panorámi-
Seler (1888) también hace un croquis de las es- ca con volumetría y punto de fuga de la Plaza
tructuras principales, considerando al sitio como Principal del sitio y de sitios en los cerros aleda-
una fortaleza.43 ños como Atzompa y El Gallo.
El curador estadounidense del Field Colum-
bian Museum, William H. Holmes,46 es el prime-
ro en hacer un recorrido al nivel regional. Para él,
Monte Albán se delimita por un muro al oeste y
por montículos sobre un enorme patio, con gru-
pos de montículos superpuestos en su interior
sumando 40 o 50 montículos. Recorre el noreste,
los grupos norte, central y sur, donde menciona
su sistema constructivo, distribución, medidas y
funciones. De los grupos norte y sur señala las
intervenciones de Dupaix, la presencia de piedras
grabadas con una serpiente diferente a la del esti- Plano en perspectiva desde el sur
lo maya del grupo sur y una tumba del grupo (Holmes, 1897; en Rivero, 1997, fig. 8).
central. El cerro está construido por terrazas arti-
ficiales con restos arquitectónicos como Bajo Posteriormente Marshal H. Saville49 excava
Albán,47 posible suburbio del que da detalles. De tumbas de Xoxocotlán, Monte Albán y Mitla.
éste, reproduce un plano con perfil y con relieve En términos generales, no obstante a las ob-
como el de Bancroft para Monte Albán. servaciones particulares se considera a Monte
En dos cimas independientes localiza grupos Albán como una fortaleza, producto de la nación
de montículos de diversos tamaños, pero los de zapoteca. Pero los estudiosos difieren en las fun-
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clones de las estructuras definidas como religio- PLANO


D£ tA CIUDAD MÍSTICA DE MONTE
sas, reales o edificios residencial-comunitario-fu-
nerario. Dupaix y Fossey,50 como Burgoa, yuxta-
ponen ambas funciones. Pero por el hallazgo de
tumbas y entierros y nombres como Mictlán o
Lyobaá, se concibe a la nación zapoteca como
necrófila. Asimismo, si en el siglo XVI se conside-
ra al templo como quien sostiene al altar o la ca-
pilla, ahora corona a la pirámide.51 Plano en planta de la mitad sur orientado desde el
este (Batres, 1902, en Rivera, 1997, fig. 9).
Principios del siglo XX. El particularismo histórico

La corriente particularista histórica surge a princi- Los programas de Batres y Manuel Gamio para
pios del siglo XX en Estados Unidos. Con la fun- ubicar a los sitios dentro de la República Mexica-
dación de la Escuela Internacional de Etnografía na, remarcan el nacionalismo. Con ellos, se pre-
y Arqueología por Boas, Seler y otros, en Méxi- tendía unificar a las diversas culturas étnicas den-
co, se tiene interés por estudiar otras culturas inves- tro del territorio nacional y dar su visión hacia
tigando detalladamente los restos en sus propios los tiempos prehispánicos.
términos. Desde 1910 a 1940 se observan cambios socia-
Leopoldo Batres,32 de formación militar, estu- les radicales dentro de la política mexicana. Para
dia antropología y arqueología en Francia. En 1910 estalla la Revolución mexicana. Sin embar-
México es nombrado inspector general y conser- go, Los movimientos revolucionarios en el país
vador de los monumentos arqueológicos, el pues- no impiden la realización de estudios en sitios
to más importante en el porfiriato. De 1885 a 1902 como Oaxaca, quizá por la lejanía a los lugares
realiza excavaciones y reconstrucciones en Monte afectados. Para esos momentos, C. G. Rickards55
Albán. Con él se comienzan a realizar estudios se- ubica a Monte Albán, midiendo la altura del ce-
rios dentro de la disciplina y se adoptan los con- rro y sus límites. La considera como una enorme
ceptos de sitio, ataque, contraataque, avanzada, re- ciudad fortificada, carente de agua, constituida por
tirada, trinchera, cala, nivel, etcétera, para los edificios, cuartos cuadrangulares, patios, muros y
estudios arqueológicos.53 Hace excavaciones en las toda clase de terrazas. Menciona los grupos este,
Plataformas Norte y Sur y en el Edificio L, hallan- norte y central. Mientras otros propusieron el
do más petrograbados de individuos referidos por origen zapoteca, maya y egipcio, para Rickards es
Sologuren y Belmar como Los Danzantes. No obs- azteca, por el hallazgo de 28 enormes esculturas
tante su formación militar, Batres le da importan-
cia al carácter religioso, aunque destaca el aspecto
funerario de las construcciones sobre los basamen-
tos piramidales. Asimismo, observa a Monte Albán
como una ciudad de origen zapoteca.54
Traza un plano reconstructivo de las estructu-
ras en volumen de parte de la Plaza Principal y el
Sistema Siete Venado. Les da una forma rectangu-
lar y cuadrangular acentuando estructuras al su-
reste y fuera del sitio que en ningún otro plano se
han mostrado y expone un complejo de tres es- Fotografía desde el sur del centro de la
tructuras rodeando un patio al este del sitio. Gran Plaza (Rickards 1910, 108b).
52 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

de piedra, algunas aztecas, de un rey y un tigre. Para 1926, se presenta el primer programa
Habla del pasaje de los guerreros aztecas y de pie- de trabajos en Monte Albán con la formación de
dras con jeroglíficos de los que refiere medidas. la primera Escuela de Arqueología Oaxaqueña
Toma una fotografía desde el sur de la Plaza fundada por Alfonso Caso. Abogado en primera
Principal, en donde se observa una notable afec- formación y antropólogo en segunda, marca
tación en el sitio por las actividades agrícolas ha- una nueva visión dentro de los estudios arqueo-
bidas. lógicos.
Desde 1880 a 1930 hay un proceso de seculari-
zación en los estudios de Oaxaca por el mismo
valor dado a las fortificaciones —plaza militar, pue-
blo o ciudad fortificada, referidos por Gay, Seler,56
Holmes, Saville, Bandelier y Rickards— que a los
templos o recintos sagrados, mencionados por
Bancroft, Batres y Galindo y Villa.57 El sentido
teocrático será centro de las nuevas interpretacio-
nes veinticinco años después. Asimismo se da in-
terés por las herramientas y por el desarrollo tec-
nológico. También se sigue con la concepción de
Plano topográfico posiblemente de 1928, desde el
necrofilia zapoteca atribuida a Bancroft, Peñafíel58 este (Marquina, 1951, p. 313).
y Rickards. Pero hay un mayor énfasis en la ar-
quitectura monumental, adoptando las tipologías
previas desde el siglo XIV. Sin embargo, cambian
los conceptos en sitios marcadamente destruidos
donde Seler y Rickards, desvinculándose de los
conceptos de pirámide-templo, sostienen que so-
bre los montículos se levantan templos o pala-
cios. No obstante de especificar las funciones de
las edificaciones, los estudiosos prosiguen con un
marco conceptual occidental.39

1930-1940. Alfonso Caso y la primera Escuela de


Arqueología en Oaxaca. ¿Una arqueología tradi-
cional o un enfoque inductivo completamente dife-
rente?

Para la década de los treintas, se desarrollan pro-


gramas sociales bajo el cardenismo. No obstante
la visión socialista del fortalecimiento social ini-
cial dentro del panorama mexicano, se da mayor
impulso a las investigaciones arqueológicas de ín-
dole monumental, y a la reconstrucción de los
enormes sitios arqueológicos. Posteriormente se
acentúa con fines turísticos fomentados por el
alemanismo y la apertura económica interna- Planos topográficos de 1 932 desde el este y el oeste
cional. (Fahmel,60 1991, p. 17 y Caso, 1964, pp. 16-17).
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 53

En 1928 publica un plano topográfico de la I-II. Con innovaciones por la llegada de gru-
Plaza Principal, donde destaca la rara forma del pos externos, más que una evolución del grupo
Edificio J. Define los montículos por letras en existente.
orden alfabético a partir de la Plataforma Norte, II-IIIA. Como un periodo de cambios entre
las estructuras al centro de la Plaza, las del es- ocupantes mayas de Chiapas y grupos teotihua-
te, las del oeste y la Plataforma Sur. Ubica el Vér- canos.
tice Geodésico en la Plataforma Norte y al Juego IIIA-IIIB, Época de transición.
de Pelota al noreste. IIIB-IV. Época de transición o de abandono de
En 1932, H. Herrera levanta otro plano a esca- la ciudad.
la 1:200, ubicando a Monte Albán a 1 540 msnm. V. De la mixteca, aunque esta cultura ya co-
Ahí destaca el declive de las estructuras oeste ha- existía con la zapoteca desde la época anterior.
cia el sur, y el acceso de todas. Los puntos en nú- Asimismo, Caso hace reconstrucciones arqui-
meros romanos en sentido del reloj —norte, este, tectónicas, aplica análisis osteológicos, químicos,
sur y oeste—, son bancos de nivel para realizar el metalúrgicos y biológicos. No obstante a lo reali-
levantamiento del sitio y para hacer cálculos zado, Acosta —uno sus colaboradores— no con-
trigonométricos. Prolonga el plano hacia el no- cluye el volumen sobre la arquitectura, sólo hay
reste, dando referencia a los caminos de acceso al informes de campo y trabajos dispersos.
sitio y demostrando con mayor claridad las cotas Caso sostuvo que la cultura de los valles centra-
de nivel. Con el manejo de las coordenadas geo- les de Oaxaca era zapoteca y no mixteca, maya o
gráficas, se ubica al sitio en el territorio nacional. mexica; la cual alcanzó un complejo desarrollo.61
Desde 1930 a 1949 y 1958 —sin contar 1933— Sin embargo, reconoció cambios ocupacionales
Caso realiza dieciocho temporadas de excavación producidos por otras culturas, como cambios
y consolidación de gran parte de los edificios de cronológicos reflejados en la arquitectura, el uso
la Plaza Principal. Con él y colaboradores se rea- del espacio, de la cerámica, así como en las modifi-
lizan excavaciones intensivas —por pozos de son- caciones de las costumbres funerarias.
deo, túneles, etcétera. Toca diversos temas como Con relación al análisis del espacio, Caso y co-
el análisis del calendario, petrograbados, jeroglífi- laboradores sostienen que Monte Albán no se cons-
cos, escritura, escultura y de murales. Con un en- tituye de montículos aislados, debido al hallazgo
foque religioso realiza un estudio etnohistórico, de estructuras en las laderas. Conforme realizan sus
lingüístico y arqueológico para confirmar la di- investigaciones, la definen como una ciudad sagra-
versidad cultural en Monte Albán y los valles cen- da habitada por reyes y sacerdotes; establecida des-
trales a través del tiempo. Por ende, aunque de de la base hasta la cima del cerro, reconstruida va-
origen zapoteca, también habitaron los mixtéeos. rias veces y sostenida por una enorme población o
Respecto a las costumbres funerarias —por el ha- por una serie de ocupaciones culturales a través del
llazgo de 209 entierros y 172 tumbas—, se da un tiempo.62 El carácter religioso se debe al tratar sólo
patión relacionado con las áreas residenciales de la Plaza Principal y la monumentalidad. Y al no
las laderas norte, sur, este y quizá al oeste. Pero hallar implementos bélicos, Caso (1933) rechaza el
describe poco su arquitectura. Establece una cro- carácter militar y de defensa en Monte Albán.
nología por pozos estratigráficos, con base en los Bernal (1956), sostiene que aunque se ubica enci-
restos hallados sobre los pisos de ocupación de ma de una montaña no es una ciudad fortificada
derrumbes de edificios, como formas de ocupa- sino abierta, ubicada estratégicamente. Era un cen-
ción cultural, bajo las siguientes épocas: tro ceremonial que por sus dimensiones se adecuó
I. Con una cerámica de cultura compleja y al culto religioso.63
avanzada de la que se cuestiona su origen dentro Los colaboradores de Caso realizan excava-
de los valles centrales. ciones en sitios de los valles centrales, la Mixteca
54 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Alta, la costa y otras partes. Estas investigaciones 1960. Pero los estudios en los valles de Oaxaca
se diversifican64 al sustituirse el enfoque monu- tienen sus antecedentes en Holmes a finales del
mental por el estudio de sitios menores, pero no siglo XIX, se inician con Caso y se formalizan con
se terminan los estudios arquitectónicos. Por ende, Bernal (1965) y Paddock (1966). En ellos, los au-
intervienen arquitectos y urbanistas quienes de- tores van más allá del estudio de Monte Albán
jan a un lado el aspecto antropológico para estu- para comprender su desarrollo.
diar el desarrollo arquitectónico de las ciudades Bernal66 publica sus estudios como un libro
prehispánicas. Se da importancia al espacio, a los posteriormente revisado por Paddock y actuali-
conceptos y estilos arquitectónicos y a la geome- zado por sus alumnos. Como Paddock, se refiere
tría urbana.65 Un ejemplo es Marquina, quien al al sitio superficialmente debido a que las investi-
hacer un estudio de la arquitectura de los sitios gaciones fueron publicadas después por Caso y
más importantes y conocidos hasta el momento otros. Lo importante en Bernal es el analizar no
en México, de Monte Albán trata la ubicación y sólo el surgimiento del sitio, sino el remontarse a
describe la ciudad. Hace un análisis arquitectóni- las primeras ocupaciones paleolíticas en el lugar
co de cada una de las estructuras principales: los (2100 a. C.). Con una visión evolucionista, reafir-
sistemas constructivos, los rasgos decorativos me- ma sus estudios arqueológicos con los de índole
diante períodos de desarrollo como los objetos lingüística y etnohistórica. Considera que aunque
de piedra, las urnas y la cerámica. la región oaxaqueña es diversa geográfica y
lingüísticamente, presenta una unidad cultural,
por las características comunes en el patrón de
asentamientos. Asimismo, trata a los grupos
étnicos e históricos como arqueológicos. Consi-
dera imposible analizar a Monte Albán aislada-
mente, sino en relación con el Valle de Oaxaca y
la región mixteca como un conjunto. Con Bernal,
se realizan los estudios de patrón de asentamientos
donde toma en cuenta restos cerámicos, tumbas
y sitios completos.67 Como seguidor de Caso, se
basa en su cronología y señala que en la etapa
Perspectiva reconstructiva desde el sur
(Marquina, 1951, p. 315). MAIIIA (200-600 d. C.) en Monte Albán se remarca
la actividad constructiva, conformándose como
La perspectiva que realiza, parecería apoyarse una ciudad.68
en la de Holmes, cincuenta y cuatro años ante- A mediados de 1960, por Bernal se establecen
rior. La diferencia entre ambas es que Marquina nexos con investigadores como J. Paddock y Ch.
presenta mayor detalle de los rasgos arquitectóni- Wicke del México City College, con quienes se
cos, resultado de las excavaciones y de las recons- reanudan estudios en los alrededores de Monte
trucciones realizadas hasta el momento. Después Albán, la Mixteca Costera (1956-1960) y la Mixteca
hubo posteriores estudios de análisis sincrónicos. Alta (1961).69 Paddock presenta una cronología
diferente basada en Caso y Childe con una visión
1960. Los estudios regionales: Berna!y la visión de regional del fenómeno urbano desarrollado en
evolución unilineal. Paddock j la visión psicologista Monte Albán. También abarca desde el Paleolíti-
co (12000 a. C.) en la región hasta las etapas fina-
Los estudios regionales mundiales se desarrollan a les. Con una visión psicologista, analiza las inter-
partir del análisis del patrón de asentamientos pretaciones anteriores, como las de Bernal.70
hacia 1953 y tienen mayor impacto a finales de Sostiene que la variabilidad psicológica y de tem-
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES
55

peramentos y no la variabilidad ambiental causa norte y al este, fuera de la Plaza Principal. De las
la variabilidad cultural. Asimismo, considera que últimas, se ubica un conjunto de tres estructuras
a mayor escala espacial, mayor uniformidad cul- rodeando un patio al noreste y sudeste. Asimis-
tural y a menor escala espacial, mayor diversidad mo, ubica estelas y tumbas dentro de cada con-
cultural. Con este planteamiento, convergería con junto arquitectónico. Menciona la presencia de El
Bernal, aunque trata hasta el valle de Tehuacán y Palacio al sudeste, limitando la Plaza con una
la Mixteca en Puebla. Según Paddock, para la eta- mayor definición en la parte superior. Para el au-
pa MAII (300-100 a. C.), las primeras ciudades de- tor,71 es importante analizar lo que se percibe de
rivan de formas simples y en Monte Albán ya se los estudios y la manera como se refleja esa per-
habla de una capital urbana y civilizada, ya que cepción en la cartografía.
ahí se establece una cultura con una mentalidad
urbana y la ciudad ya se presenta como la dimen- 1970, Plantón y el análisis del patrón de asentamientos
sión más dinámica en términos de conducta hu-
mana y de expresión personal. A partir de la eta- El análisis del patrón de asentamientos tiene im-
pa MAIIIA (100 a. C.-300 d. C.) se presenta desde pacto en 1970. Inicia con la ecología cultural des-
una libertad citadina hasta una formalidad urba- de Steward y Selther (1952), para continuar con
na, en donde se pasa de una individualidad artís- los estudios globales de Taylor (1948) desde el en-
tica a una formalidad apersonal. foque funcionalista. Estos estudios definen el pla-
no espacial desde la región al sitio vinculados con
el plano temporal. Tienen fines ecológicos y eco-
nómicos, pero se analiza el origen del Estado en
los casos definidos como primarios. Así se esta-
blecen dos corrientes: la nueva arqueología y la
arqueología de sistemas.
Dentro de los valles centrales, R. Blanton (1978)
—seguidor de Sanders—, es representativo. Parte
del estudio regional, del área de captación de re-
cursos y del tipo de organización social dentro de
los asentamientos. Realiza recorridos de superfi-
cie en lugares aledaños como en los cerros El Ga-
Plano orientado desde el este
(Paddock, 1966, p. 162, fig. 166). llo y Atzompa, para ubicar sitios vinculados con
Monte Albán. Su visión es demográfica, de admi-
Hace un plano de la Plaza Principal donde ex- nistración regional, económica y política. Trata
pone las partes fundamentales excavadas y restau- el desarrollo regional de la sociedad para anali-
radas dentro de una visión reconstruida y detalla- zar el cambio de patrones de control político a
da de cada estructura. De la Plataforma Norte, través del tiempo y el papel regional de la ciudad,
define el Patio Hundido, una estructura al este y como capital administrativa con un sistema regio-
las escaleras de acceso de los demás conjuntos ar- nal centralizado, que controla a asentamientos de
quitectónicos que rodean la Plaza, según el acce- niveles inferiores. Analiza el patrón de distribu-
so desde ella, la rara forma del Edificio J y el con- ción espacial y plantea las categorías de construc-
junto central. Cuestiono si fue su forma original ciones cívicas y residenciales. Sostiene que la ciu-
o si fue producto del proceso reconstructivo en el dad crece con el crecimiento de las instituciones
sitio. Se definen claramente cuatro estructuras sociales, capaz de organizar la región con un sis-
rodeando un patio y una estructura al noroeste, tema integrador como el Estado del que se acen-
en la Plataforma Norte, otra más al noroeste, al túa la diferenciación comunal local.
56 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Sus estudios se basan en varios modelos de la Da una extensión a Monte Albán de 6.5 Ion2 y
ecología cultural aplicados en el Altiplano Cen- realiza un mapa a escala 1:250-1:500 con base en
tral mexicano para tratar el origen de Monte los de Caso (1928) y Herrera (1932). Define las
Albán, su papel en el sistema regional y la diná- medidas de la Plaza Principal de 750 m norte-sur,
mica entre las civilizaciones de la cuenca de Méxi- por 300 m este-oeste. Halla 14 barrios de especia-
co y los valles de Oaxaca. Blanton aplica los mo- lización artesanal fuera de ella. En el cerro, iden-
delos geográficos de Lugar Central, para analizar tifica 2 073 terrazas con fines cívicos —37 con pla-
la jerarquía de patrón de asentamientos y toma taformas y montículos de estructuras rodeando
los estudios sistémicos de Flannery et al. (1967) un patio— en un área de 902 947 m2, terrazas
quienes sostienen que muchas características am- habitacionales en la ladera norte y demás partes
bientales de la cuenca de México se presentan en —1 969 con restos de muros para formar casas—
los valles centrales de Oaxaca. Y consideran que en un área de 311.9 m2 y hay 67 terrazas agrícolas
las primeras ocupaciones se dan a partir del 1500 en el piedemonte, para el mantenimiento
a. C. con una continuidad. Sus colaboradores es- poblacional en un área de 2 895 m2. Varían de 5 x
tudian las comunidades actuales y la geomorfo- 10 m a 100 x 300 m, respectivamente.
logía regional, donde se aplican las técnicas agrí-
colas, potenciales de manutención poblacional, de
la formación de la ciudad de Monte Albán y los
demás asentamientos en la región. Por consiguien-
te, también se estudia el valle del Etla con un área
de 200 m2 y el valle central de 260 km2.
Sus objetivos son: a) aclarar la naturaleza de
Monte Albán como centro elitista, cívico-religio-
so, necrópolis o ciudad; ¿>) estudiar los patrones
demográficos a través del tiempo en el sitio y la
región; ¿} tratar cambios internos políticos y so-
ciales de la ciudad y de la región a través del tiem-
po, y d) tratar la producción agrícola artesanal y
el intercambio del sitio y la región.

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Mapa topográfico de las elevaciones representativas
de los valles centrales (Blanton, 1978, p. 61).

También traza un plano a escala 1:10 000, en


donde abarca desde Monte Albán hasta partes
principales de los valles centrales como Monte
Albán Chico al oeste, Mogollito al noreste, El
Gallo un poco más al norte y más lejos Atzompa.72
Para ello utiliza serie de fotos aéreas de diferente
resolución, fotogrametría, cámara lúcida a escala
de 1:25 000 y forma un mosaico en los valles cen-
trales de Oaxaca.
Mapa topográfico de Monte Albán desde el sur Sobre las funciones de las estructuras cívicas,
en los periodos MAIIIA-MAIIIB (Blanton, 1978, p. 4). ceremoniales, económicas, habitacionales, etcéte-
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 57

ra, toma su ubicación, tamaño, organización y 1970-80. Flannety y la arqueología sistémica. 'La se-
relación entre ellas con los artefactos hallados. gunda Escuela de Arqueología Oaxaqueña
Hace un muestreo exhaustivo con base en
modelos matemáticos como el paquete SPSS ver- Con el análisis de la arqueología sistémica, K. V.
sión 6, el coeficiente G y la c2, para la presencia- Flannery (1967)77 su fundador, realiza estudios
ausencia de restos materiales en superficie; el mo- novedosos en los valles de Oaxaca. Y con él, se
delo de vecino más cercano, para la relación y desarrolla una segunda escuela de arqueología
cercanía de las estructuras formando grupos con oaxaqueña, al conformar un grupo constituido
relación a la Plaza Principal y el Polígono Von por Blanton, Marcus, Kowalewski y Spencer, en-
Thiessen para el análisis del patrón jerárquico en tre otros. Se basa en la teoría general de sistemas,
los grupos aledaños a Monte Albán.73 Se basa en corriente que analiza los cambios energéticos y
Caso et al. (1967) para la estima poblacional cal- en cadena progresiva de todo ser vivo. Así, se es-
culada con un mínimo de 5-10 personas por casa tudian células, tejidos, órganos, individuos, comu-
sencilla y con muestras de material cerámico su- nidades, poblaciones, etcétera, y culturalmente,
perficial por terrazas habitacionales, con una ocu- seres humanos, bandas, tribus, cacicazgos, Esta-
pación espacial y temporal continua, según una dos e imperios.
muestra representativa en MAIIIB-IV.74 Flannery (1975) analiza las formas de organi-
Abarca desde el Paleolítico hasta las fases de zación administrativa en términos de compleji-
ocupación final. Desde la etapa MAI se presenta dad y de envío de información. Sostiene que el
una construcción arquitectónica masiva en don- Estado surge y se desarrolla por el control y la
de se erigen 300 estructuras en la Plaza Principal canalización de la información ejercida por un
para conformar la ciudad. Blanton75 concluye que grupo de personas que serán quienes controlen el
hay un desarrollo diferencial entre Teotihuacan y poder estatal. Estudia Mesopotamia, caso de Es-
los sitios posteriores del Altiplano Central mexi- tado primario temprano en el Medio Oriente. Y
cano y Monte Albán. En Monte Albán se esta- establece una escuela con Johnson y Wright. El
blece una comunidad especializada con una polí- primero lleva los planteamientos sistémicos al ex-
tica autónoma, en asentamientos continuos en el tremo de la cibernética: al estudio de la informa-
valle. Después se establecen nuevos centros con ción mediante gastos de energía. El segundo, pro-
políticas locales que al abandonarse se colapsan y sigue moderadamente.
se establecen otros nuevos. No obstante a la auto- Flannery se dirige a Monte Albán para confir-
nomía, los centros controlan áreas rurales. Ésta mar sus hipótesis en otro caso de desarrollo esta-
se acentúa en la secuencia cerámica que no es de tal diferente. El autor (1967) plantea el proyecto
producción centralizada. Al colapsarse Monte Prehistory Human Ecology of the Valley of
Albán, no hay cambios drásticos pero tiene una Oaxaca para tratar los aspectos que ayudan a que
política militarista y expansiva indicada por su el valle de Oaxaca tenga un papel fundamental en
ubicación en la cima de la meseta. el desarrollo de Mesoamérica desde tiempos muy
El análisis del patrón de asentamientos ha te- tempranos. 78 Analiza el desarrollo de Monte
nido muchas críticas. Para Winter,76 es un estu- Albán y la evolución de sistemas socioculturales
dio superficial y el comportamiento deposicional en los valles de Oaxaca.
del material es diferente para cada época. Además, Flannery se basa en Bernal. En un estudio es-
Blanton saca una muestra reducida para la estima pecializado se aplica el análisis de superficie79 y
poblacional. No obstante a lo anterior, su estu- de excavación80 para estudiar la integración regio-
dio es importante en el avance de las investigacio- nal del valle. También se usa el dato etnohistó-
nes de Monte Albán. rico, para refinar los conceptos de templo y pala-
cio de uso occidental; como lugar de residencia
58 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

de los sacerdotes y como lugar de reunión de los


señores para conducir los asuntos del Estado, res-
pectivamente. Asimismo se hace un estudio del
aspecto político del desarrollo de la jerarquía ad-
ministrativa desde el patrón de asentamiento en
cada sitio de los valles centrales de Oaxaca, su for-
mación institucional interna; el crecimiento pobla-
cional y el uso del potencial agrícola.81
Según Flannery, la presencia humana se da des-
de el 8000 a. C. y continúa en secuencia hasta los
periodos anteriores al surgimiento de la ciudad
en Monte Albán hacia MAI. Entonces, ya no se
cuestiona quiénes lo fundaron ni de dónde vinie- Croquis desde el sur, periodos MAI y MAM (Flannery y
Marcus, 1983, p. 88 y Flannery, 1983, p. 103).
ron, sino qué factores provocaron su fundación
desde tiempos tempranos, pasando de la sociedad
aldeana a la sociedad urbana.82 lando las estructuras del noreste, oeste y suroeste
Flannery et al. (1981) analiza la centralización donde están las estelas. Flannery (1983) expone
más que la automatización, como la postula otro croquis con una mayor actividad constructi-
Blanton (1978). Y se interesa por el desarrollo va. Los autores dan una menor estilización
cultural desde sus primeros pobladores en la re- planimétrica a las estructuras y sólo se refieren a
gión. A diferencia de Caso-Paddock y los marxis- la Plaza Principal, pero no a la periferia. Sin em-
tas, rechaza el salto del establecimiento de aldeas bargo, por primera vez se presentan croquis con
al surgimiento urbano: considera que la sociedad una visión diacrónica del cambio de una etapa a
se desarrolla pasando de cazadores-recolectores a otra.
tribus, cacicazgos, Estados e imperios, de forma Blanton y Kowalewski (1981)86 prosiguen con
unilineal. los estudios sistémicos y también sostienen que
Después Flannery y Marcus83 plantean la evo- en MAI se forma la ciudad. Abarca 20 km2, con
lución diferencial. Sostienen que en medios dife- 5 000 habitantes y llega a densificarse a 30 km2.
rentes se producen culturas diversas y las organi- Para ellos, el Estado se forma por el aumento del
zaciones sociales se forman y expresan en control y regulación de la interacción regional,
diferentes tiempos y espacios. Grupos de San José estableciéndose una institución central que cana-
Mogote, por conflictos ínter, intra y extrasitios, liza la jerarquía administrativa, aumentando la po-
se confederan con gente del valle del Etla y blación y con ésta, los asentamientos; lo que per-
Zaachila. Así, hacia MAi-n (700 a. C.-500 d. C.)84 mite el ascenso del nivel administrativo. Con el
Monte Albán surge como un Estado zapoteca aumento poblacional, aumentan las demandas
como primer centro administrativo, con la for- productivas y el establecimiento de áreas agríco-
mación de un grupo gobernante de clase las dispersas en los piedemontes. Para minimizar
endógama profesional y después se establece la el riesgo, Monte Albán se convierte en un lugar
ciudad. Esto lo indica la representación de cauti- central, con un control integrado! en los valles.87
vos de guerra grabados en enormes bloques de Las concepciones de estos autores son de enorme
piedra, conocidos como Los Danzantes y las Lá- importancia. Sin embargo, no aclaran si el Esta-
pidas de la Conquista hallados en el Edificio J y do surge antes o después de la ciudad.
en otras estructuras en Monte Albán.85 Después Ch. Spencer (1982), estudia la Caña-
Flannery y Marcus (1983) presentan un cro- da de Cuicatlan, Mixteca Alta, 100 km al noroes-
quis de la Plaza Principal en el periodo MAI seña- te de Monte Albán. Aunque seguidor de Flannery,
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 59

su visión es diferente. Analiza la formación dife- greso: por evolución, involución o retroevolución,
rencial de los cacicazgos y de los Estados. Según en término de procesos progresivos, regresivos y
él, la toma de decisiones y la descentralización retrogresivos. El estudio procesual se da individual
generan el Estado, como la mayor forma de inte- —psicológicamente— y general —socialmente—, en
gración social y no por la centralización de la in- procesos continuos —evolutivamente— hasta dar-
formación.88 se cambios radicales —revolutivos.
El autor se ubica como parteaguas entre lo
sistémico y lo procesual, como se perfila entre Wínter y la arqueología de la interacción social. La
Blanton y Kowalewski (1981), al nivel interre- tercera Escuela de Arqueología Oaxaqueña
gional.
Con la arqueología sistémica se establecen dos Todo ser humano tiene actos dirigidos. Pero sólo
enfoques. Se estudia el desarrollo sociocultural en unos cuantos tienen la capacidad de potenciarlos
el Medio Oriente con una visión universal y de para convertirse en líderes de un grupo, que cons-
equilibrio. Pero al analizar Monte Albán se cues- tituye una sociedad líder, la cual forma al Estado.
tiona si una sociedad está en equilibrio, cómo y Con Blanton, Kowalewski y Spencer se dan los
por qué pasa de un nivel de integración sociocul- antecedentes del análisis de interacción social, es-
tural a otro. Con Blanton y Kowalewski (1981) se tudios que se formalizan después. B. Fahmel (1990)
estudia el proceso y la interacción remarcados en realiza una tesis de doctorado en arquitectura para
Spencer (1982), al tratar el análisis sistémico en plantear que Monte Albán es producto de la
términos de procesos, de integración, interacción interacción social de todas las comunidades de los
y con relación a la toma de decisiones políticas valles centrales. Trata el aspecto sociopolítico y
que institucionalizadas, junto con otros procesos los procesos de transformación en el sitio a través
sociales, se pasa del cacicazgo al Estado. Después del tiempo, según la dinámica indicada en la cons-
se da interés por la variabilidad del desarrollo trucción de los edificios.
sociocultural. Flannery y Marcus (1983) aplican Para 1992-1994, el presidente Salinas de Gor-
los modelos glotocronológico y genético, donde tari, establece los Proyectos Especiales entre los
las sociedades se desarrollan de diferente manera que está el de Monte Albán. Se realizan estudios
en diversos cursos; las similaridades y diferencias de grupos minoritarios de interés antropo-
culturales se manifiestan como producto de la di- lógico y análisis de unidades habitacionales con
versidad radial y divergente. Los estudios sobre el interés arqueológico para analizar al común
Estado y el urbanismo también se refinan. Se ana- poblacional, quien mantiene a la sociedad y al
lizan desde el desarrollo unilineal para llegar al grupo gobernante, quien la dirige. Con estos es-
desarrollo divergente. Asimismo, se separa el aná- tudios Marcus Winter, seguidor de Flannery, fun-
lisis de ambos fenómenos y su surgimiento en mo- da la tercera escuela de arqueología oaxaqueña.
mentos diferentes. Winter (1974) plantea estudios de unidades
habitacionales con interés en la vida comunita-
1990. -La arqueología procesual ria, más que en la vida palaciega, pues es impor-
tante entender a la población y después a los go-
En el procesualismo se estudian los fenómenos so- bernantes. Ubica patrones residenciales dentro y
ciales como procesos desde sus diferentes dimen- fuera del sitio a través del tiempo, para determi-
siones, escalas temporales y espaciales. El concepto nar las actividades asociadas a éstos y trata su va-
de acción es importante, puesto que el hombre es riabilidad social. Excava en la parte noroeste, a 1
el único ser vivo que dirige y controla sus actos km de la Plaza Principal para cubrir 1 500 km2,
consciente y no racionalmente. Así, lo social se trata con una secuencia desde MAI hasta MAIIIB-MAIV.
como se expresa, sin una direccionalidad en pro- Detectan restos de casas, entierros, pozos, basure-
60 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

ros, hornos y otros elementos. Después plantea


categorías de unidades habitacionales por tama-
ño, sistemas constructivos y por variación de ente-
rramientos.89
Las unidades habitacionales de MAI-II son del
tipo de familias nucleares con actividades aldea-
nas pre-Monte Albán y los grupos que fundan el
sitio son de la región. Son agrícolas a juzgar por
el sistema constructivo, costumbres funerarias y Plano topográfico desde el este, que cubre
economía. El patrón se prolonga para MAII con más allá del norte y noreste (Peeler, 1994, en
Zanabria, 1997, plano 3).
ciertas variantes. Para MAIII, las unidades habita-
cionales se diferencian en tres categorías definidas
por tamaño, sistemas constructivos de simples a También D. Peeler (1994) traza un plano a es-
complejos, por costumbres de enterramiento di- cala 1:100 refinando la topografía de la Plaza Prin-
recto o dentro de tumbas, que reflejan diferencias cipal y de las áreas aledañas, sobre todo las del
sociales de casas aledañas a la Plaza Principal para norte y nordeste, en donde indica las áreas habi-
grupos comunes a magníficos palacios donde ha- tacionales y los complejos arquitectónicos.
bitan los gobernantes. El mayor número de uni-
dades habitacionales son del tipo 1, descienden E¿ eclecticismo. De Caso al marxismo
en el tipo 2 y sólo existen 6 palacios o del tipo 3.
Todas tienen un patrón de patio cuadrado deli- Fahmel ha dirigido tesis de la Escuela Nacional
mitado por cuatro estructuras.90 de Antropología e Historia, algunas provenientes
del Proyecto Especial. Estas presentan estudios
apoyados en una variedad de enfoques teóricos,
donde predomina el marxismo sobre la cuestión
urbana pero con base en los estudios de Caso, por
ser de las investigaciones más exactas en el sitio.

El marxismo

Actualmente una serie de corrientes se replantean


en términos de la problemática más reciente. Tra-
tan nuevos aspectos en su interior que de origen,
de otro tipo y completamente opuesto al del inte-
rés medular. Los estudios arqueológicos son a
menor escala; para analizar los marcos de desa-
rrollo si son efectivos en términos de los casos
actuales y su desarrollo hacia atrás.
Corrientes como la marxista, desarrolladas des-
Plano topográfico y volumétrico desde el este;
mostrando más allá del norte y nordeste de el siglo XIX, tienen fuerte aceptación en la an-
(Winter, 1994, pp. 50-51). tropología desde 1960 y en la arqueología, desde
1970. Actualmente se revisan planteamientos mar-
Winter realiza, un plano detallando las cotas xistas con estudios tanto anteriores como poste-
de nivel y la volumetría de los edificios. Asimis- riores a la Época industrial, sobre todo casos no
mo, se prolonga al norte y nordeste europeos. Se toma en cuenta el nivel ideológico
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES
61

como simbólico, además del materialista. Y se que ésta se establece en etapas anteriores con pre-
aplica en otras disciplinas, en donde se analizan sencia de cacicazgos92 desde San José Mogote has-
cambios radicales, punto fundamental del marxis- ta la fundación de Monte Albán en MAL
mo, como los expresados en el espacio geográfi- Del Proyecto Especial Monte Albán, se desa-
co, ambiental ecológico, social de índole antropo- rrollan varias tesis de licenciatura en arqueología
lógica en donde se expresan los cambios revolu- como las de Rivero (1997) que desarrolla un estu-
cionarios. En la arqueología, los cambios bruscos dio de la ciudad de Monte Albán y Zanabria
socioculturales se reflejan en el material produ- (1997) que hace un estudio exhaustivo sobre uni-
cido por las sociedades pasadas. De ahí los temas dades habitacionales. Plantean conceptos marxis-
de revolución agrícola y urbana, como épocas de tas con base en el esquema de desarrollo socio-
cambios sociales radicales. cultural de Caso.
En cuanto a estudios marxistas en la cultura Rivero93 hace un estudio local en espacios ar-
oaxaqueña Morales (1992) expone una serie de quitectónicos de unidades residenciales, plazas y
conceptos sociológicos, urbanistas, antropológicos patios en un análisis marxista urbano. Para ella,
y arqueológicos del urbanismo, la ciudad, el la fundación de la ciudad se da en MAI, donde to-
cacicazgo y el Estado. Y su esquema de desarrollo davía existe una complejidad social cacical, pero
es el del paso de las aldeas al surgimiento de las para MAII, se desarrolla una sociedad estatal, por
ciudades. Para ella, poco se ha hecho con relación la existencia de un entramado de instituciones
al cambio de las ciudades. Las sociedades se ex- expresadas arquitectónicamente y el excedente
panden y se contraen, dando paso a la nucleación productivo habido para el mantenimiento de la
poblacional. Un indicador importante de la apa- sociedad y de la ciudad. Esto se confirma por el
rición de sociedades complejas es el uso y selec- tipo de espacios usados dentro del sitio mismo.
ción del material constructivo. Esto es, a mayor Las estructuras construidas son de acceso restrin-
variedad de material utilizado, mayor compleji- gido para cierto sector social y son de carácter
dad social, dando paso al establecimiento de las habitacional y no habitacional. Entre las segun-
ciudades. En las primeras etapas sociales, se usan das está el Conjunto Poniente 1, similar a estruc-
ciertos materiales y en el momento de expansión turas mayas tempranas. Se organiza como un
se maneja una notable variedad, incluso a nivel calpulli o unidad social mínima, con actividades
regional. El cambio de forma de vida aldeana a la ceremoniales privadas o restringidas al grupo que
urbana se da cuando la complejidad social se esta- la habita. Aunque establecido el Estado, sólo has-
blece en San José Mogote, en el valle del Etla ha- ta MAIII se construyen algunos palacios, dispersos
cia 1500 a. C. y en sus etapas finales surge el urba- en el sitio y en su exterior.94
nismo.91 Para MA1, con este sitio y otros de los
Valles Centrales se funda Monte Albán, con ras-
gos todavía cacicales pero con cierta madurez ur-
bana. Se logra una identidad propia que se refuerza
en MAII dentro de los sistemas constructivos en la
Plaza Principal y con el uso de materiales cons-
tructivos locales. A principios de MAIIIB-VI hay
innovaciones tecnológicas y el uso de una varie-
dad de materiales constructivos foráneos. Poste-
riormente con la adopción de rasgos culturales de
otras regiones mesoamericanas se pierde esa iden-
Idealización de las unidades habitacionales desde el
tidad propia y se abandona el lugar. El Estado no este (Proyecto especial, 1992-1994, en Rivero,
tiene que ver con el surgimiento de la ciudad, ya 1997, fig. 119).
62 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Zanabria 95 hace un estudio específico de las pal, se da un carácter urbano en el sitio, reflejo de
unidades habitacionales y también excava al po- una autoridad central que planifica, modifica y
niente de la Plataforma Sur. Como Rivero, se cen- coordina trabajos a gran escala, mediante un de-
tra en el estudio de la vida de un grupo social sarrollo tecnológico y de fuerza de trabajo.
dentro de una unidad mínima: la unidad De estos trabajos, Morales (1992), tiene una
habitacional, definida por las estructuras arqui- visión diferente de la formación de Monte Albán.
tectónicas que la constituyen y por la presencia y Considera que hay una serie de agrupaciones que
distribución del material cultural dentro de esos dan como resultado la nucleación y por la varie-
espacios. Para ella, se define el uso específico de dad del material constructivo manejado, se forta-
cada una según el tipo de construcción. Y varían lece la complejidad a nivel estatal. El urbanismo
según estatus social, tipo cultural de la población no se vincula necesariamente con la organización
que las habita con relación al tiempo de ocupa- estatal, aparece desde una etapa de cacicazgo avan-
ción. De la variedad establecida, hay tres tipos: zado. Rivero (1997) acentúa esta afirmación, con-
las casas comunes, las residencias y los palacios. siderando que para el establecimiento de Monte
Las diferencia según tamaño, material de construc- Albán los grupos fundadores todavía se hallan en
ción, número de cuartos, complejidad del sistema un nivel de cacicazgo. Pero para MAII, con la fun-
constructivo, grado de elaboración, ubicación con dación de la ciudad se desarrolla una sociedad es-
relación a la Plaza Principal, costumbres funera- tatal. Por otra parte, para Zanabria (1997) con una
rias —de la sencillez a la complejidad de entie- sociedad estatal se construye la ciudad en Monte
rros, con tumbas, según su uso— doméstico, do- Albán, debido a que se necesita de una autoridad
méstico-no doméstico, no doméstico. También central, altamente organizada. En MAI el sitio des-
trata los alrededores del cerro y cerros aledaños. taca como capital y en MAII como un Estado, se
Su investigación es la primera que reúne un com- desarrolla la ciudad.
pendio de información sobre unidades habitacio- Con Winter, Ernesto González Licón realiza
nales relacionadas con el sitio. una serie de intervenciones que culminan con los
Es importante analizar cada etapa constructi- rescates arqueológicos en 1987-1989 en la carrete-
va de las unidades habitacionales, como lo realiza ra rumbo a Monte Albán. Ahí descubre unidades
Fahmel (1991) dentro de las estructuras ubicadas habitacionales y otros restos materiales como los
en la Plaza Principal. Es un trabajo complejo por entierros. Bajo estos estudios, González se con-
la información parcial rescatada e interpretada y vierte en el especialista de costumbres funerarias
debido a la superposición de etapas constructivas del sitio.
analizadas.
Para Zanabria, 96 como Blanton (1978), Flan-
nery y Marcus (1983), Monte Albán se funda para
MAI, como resultado de la formación de una con-
federación por la fusión de grupos autóctonos en
una capital, centro del poder administrativo. Tam-
bién se debe a condiciones altamente agrícolas,
por el crecimiento poblacional y por la compe-
tencia intravalles. Para MAII, Monte Albán se con-
solida como una sociedad estatal, por la aparición
de niveles jerárquicos administrativos internos y
externos en el ámbito regional de cuatro niveles
donde se ubica como el centro principal. Con la Perspectiva desde el este (González Licón,
intensa actividad constructiva en la Plaza Princi- 1990, pp. 86-87, fig.32).
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES
63

La arqueología contextúa!- al de los mexicas, pero el contenido es semejante,


puesto que se vinculan con la ubicación (tiempo)
En la arqueología contextúa!, se vincula lo arqui- y con la orientación (astronomía) y la filosofía se
tectónico con la escritura, la iconografía, la pin- vincula con la biología y las matemáticas.
tura, la cerámica y otras manifestaciones cultura- Desde la arquitectura se representa una greca
les como parte de la formación sociopolítica, con la unión de varias líneas y tres símbolos: un
religiosa, calendárica y astronómica para tratar lo cuadrado o superficie de la tierra; una cruz den-
cultural dentro de sus propio contexto. Investiga- tro de éste o templo (j»«);102 y una saliente o tiem-
dores como J. Urcid 97 establecen un giro en las po (¿nsst).m Estos trazos dan origen a la pirámi-
interpretaciones, dando hincapié a la importan- de. No se habla de quincunce sino de templo y
cia de la construcción, uso, violación, saqueo, cada una de sus partes tiene un nombre con su
reocupación, reuso y modificaciones en las mani- correspondiente significado. El templo como una
festaciones culturales, como parte del enriqueci- pirámide se forma cuando se traza la saliente.
miento dentro del desarrollo social visto desde sus Cuando es cuadrada, se simboliza la tierra: el uni-
propios contextos. verso. Así se conforma y se traza el asentamiento
del pueblo geométricamente en relación con el
L,íZ concepción de la cultura desde sus propios térmi- templo del tiempo. La construcción de los asen-
nos. Una visión desconstructivista tamientos dan un orden, una armonía matemáti-
ca mediante las formas geométricas. La expansión
En la actualidad, se da importancia por compren- del espacio abre un eje proporcional que provoca
der a la cultura bajo sus propios términos, desde la expansión del asentamiento. Todo esto se vin-
el punto de vista de su propio pueblo. Asimismo, cula al espacio y al tiempo.
los estudios sobre el Estado y el urbanismo han En términos matemáticos y geométricos, cuan-
dado pie para tratar otros fenómenos parecidos a do se unen varias líneas se forma el símbolo a ma-
ellos, pero con una visión prehispánica. De esta nera de greca escalonada con una saliente. Y cua-
forma, en el Altiplano Central mexicano, se tra- tro símbolos forman un cuadrado. Los puntos de
tan conceptos prehispánicos como el Altepetl y se cada greca escalonada suman trece. La trecena es
ha dado importancia al fenómeno mítico del el símbolo de la contabilidad de todos los pue-
quincunce, ambos términos desde un enfoque blos prehispánicos.
occidental. En los valles centrales de Oaxaca, tam- Astronómicamente, cuando se forma la trecena,
bién se ha tratado el origen del asentamiento, que queda inmerso el sistema calendárico del periodo
desconstruido se conoce como gussíyúu?* de 52 años (una greca escalonada vale una trecena
Román Nolasco, oaxaqueño de Zaachila, men- y cuatro, 52). Así se determina el sistema del tiem-
ciona que la cultura sólo se comprende desde su po (las matemáticas vinculadas con la astronomía).
lengua materna. En los valles centrales se habla Al representarse un cuadrado invertido, se repre-
ítí'^áado}9 por los buin %áalm y en el istmo di^aá senta una cruz, al trazarse varias capas fuera de
por los binni %áa. Estudia su cultura desde los 14 ella, se representan los calendarios de 364 y 260
años pero formalmente desde 1971 hasta la actua- días. Al calendario de 364 días se le agrega uno:
lidad. Respecto al quincunce, para él debe darse en el que se vive, trazado en el centro de la cruz.
un giro en la interpretación de la lectura. Y como La pirámide se orienta por un astro (el Sol, Ve-
la cultura, se debe tratar en su totalidad.101 nus u otra estrella). Son templos del tiempo y se
Habla de la filosofía, puesto que cada glifo tie- representa en la pirámide. Lo que se mide es la
ne su significado filosófico. Son veinte los signos energía en la superficie de la tierra y se representa
calendáricos y cada uno tiene su lugar (lagarto, en los glifos mediante fenómenos o seres vivos
relámpago, etcétera). Tienen un orden diferente (generalmente zoomorfos). Por ello, lo que gobier-
64 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

na es la energía y el que se dedica a ella es el go- y se expande, expandiendo el asentamiento mis-


bernante o principal dáaxoo104 —quien gobierna mo. Es el tiempo de gobernar y la geometría tra-
el tiempo y lo relega a otros, para expandir el za concretamente el tiempo. Se da cabida al tiem-
asentamiento—, no el sacerdote y menos el dios. po y se plasma. El tiempo es abstracto y se
Existe una armonía en el tiempo, vinculada con concreta en el trazo. Vivo, el gobernante rige en
la energía. el templo del tiempo y muerto, su cuerpo está
En la lengua el símbolo del "quincunce" no se inmerso en un tiempo de reposo eterno. Enton-
concibe como lo tratan los autores. El origen del ces es difunto en la superficie de la tierra y muer-
sistema de la escritura es mediante símbolos y cada to, ya descarnado en el interior de la tierra. De
uno tiene un referente que se vincula entre los ahí la diferencia del tempo del templo y del se-
demás símbolos. El quincunce es cuando se inte- pulcro como templo del tiempo en reposo. Por
gra o se da origen por asociación. Es un símbolo ello, la proliferación de estas construcciones en el
en forma de greca. Metafóricamente se refiere al sitio y el sepulcro está dentro de un templo. Se
símbolo en forma de cruz encerrado en un cua- vive en la superficie de la tierra, pero se descansa
dro. Pero el cuadrado del templo da una percep- en el sepulcro. De ahí el número de sepulcros
ción de la unión de cinco puntos (quincunce) pero mayor que de templos, puesto que sólo se sepulta
no es así. Se debe ir al símbolo representado en a los gobernantes o principales al interior de los
un dibujo original, que se asocia con la lengua templos.
materna. No en relación al símbolo del mito del
Quinto Sol.
Los orientadores —no portadores— norte, sur, Consideraciones finales
este y oeste tienen una representación apegada a
la naturaleza biológicamente hablando. Así tene- Desde el siglo XVI se establecen estudios en los
mos que: valles centrales de Oaxaca aplicándose conceptos
mexicas y occidentales. Para el siglo XIX con con-
náhuatl di'záado ceptos occidentales se prosigue el estudio de Monte
Este caña, cañuela = ácatl movimiento = xoo Albán como una ciudad fortificada, especifican-
Norte pedernal = tecpatl relámpago = gussí do sus funciones. A principios del siglo XX y ha-
Oeste casa = cal/i venado = fe'///» cia 1940 se trata como una ciudad sagrada. En el
Sur conejo = iocbtli rata voladora, periodo de 1960-1970 se hacen estudios regiona-
murciélago = bissié les más refinados, estableciendo el vínculo de la
formación estatal y urbana con un matiz fuerte-
Y la orientación es diferente a la occidental. mente occidental, para terminar en el periodo
Por ende, el Sol no se pone al oeste, más bien la 1980-1990 con estudios de escala menor, como el
tierra rota. Aquí el tiempo se contabiliza desde el de las unidades habitacionales. Con Alfonso Caso
oriente. se establece un amplio programa de investigación
Para Nolasco, Monte Albán es un asentamien- científica, tomando como núcleo del problema al
to originado por el concepto templo del tiempo estudio del fenómeno urbano y su relación con el
sobre la superficie de la tierra, se proyecta y se Estado. El desarrollo del PIC queda inmerso en la
expande mediante el asentamiento propio. Lo que formación de diferentes teorías desde la particu-
se gobierna es el tiempo, el cual se expande y pro- larista, la regional, la sistémica, la de interacción
lifera. Y el tiempo es la cuarta dimensión regida social y la contextual, con la aplicación de diver-
por los gobernantes y principales que a su vez sos modelos de bajo nivel y con el refinamiento
están inmersos en el tiempo. Los gobernantes re- de las interpretaciones. Sin embargo, ¿qué pasa
legan el gobierno del tiempo a otros, se prolifera cuando se prosigue con el problema de la visión y
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES
65

con ésta, de la aplicación de conceptos occidenta- 6 E. González Licón, Los ^apotecas y los mixtéeos.

les? ¿Con el desconttuctivismo de Nolasco se abri- Tres mil años de civilización precolombina, p. 17.
7 W. B. Taylor, Landlords And Peasant In Colonial
ría paso a otro PIC?, ¿se rompería el anterior? Con
Oaxaca, pp. 2-8, y B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de
estas cuestiones se abre una polémica para tratar a interpretación de la arquitectura monumental prehis-
profundidad los conceptos y en sí el estudio de la pánica del valle de Oaxaca: 1580-1984", en of>. cit., p. 9.
formación de las sociedades complejas prehispá- 8 Historia de los indios de la Nueva España (1533).

nicas en sus propios términos. 9 E. González Licón, op. cit., p. 17.

10 Relación de T¡acólalay Mitla (1580).

11 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

de la arquitectura monumental prehispánica del va-


Agradecimientos lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., p. 10.
12 delaciones geográficas (1577 y 1584).

Esta investigación es producto de los cursos de 13 E. González Licón, op. cit., p. 18.

14 I. Bernal, Arqueología oaxaqueña, p. 14.


"Oaxaca", impartido por el doctor Fahmel en el
13 Geográfica descripción (1670) y Palestra histórica!
Posgrado de Antropología y "Los valles centra-
(1674).
les", impartido por la doctora L. Sotelo en el 16 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación
Posgrado de Estudios Mesoamericanos. Agradez- de la arquitectura monumental prehispánica del va-
co al doctor Gerardo Bustos por sus asertos, como lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., pp. 9-10.
a las doctoras W. Wiesheu y A. Dancéis, mis ase- 17 I. Bernal, op. cit., pp. 12-13 y B. W. F. Fahmel,

"Cuatro siglos de interpretación de la arquitectura mo-


soras, así como a la doctora A. L. Izquierdo del
numental prehispánica del valle de Oaxaca: 1580-1984",
curso de Formación Sociopolítica de Mesoamérica en op. cit., p. 10.
del Programa de Posgrado en Estudios Mesoame- 18 Voy age a Guajaca (1783).
ricanos por las correcciones. El acceso al material 19 Jiménez, "Presentación", en E. Mühlenpfordt,

bibliográfico se debe a G. Díaz de la Biblioteca Ensayo de una descripción fiel de la República..., pp. I-II.
20 E. González Licón, op. cit., p. 18. Cf. B. W. F.
Nacional de Antropología y a D. García de la Bi-
Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación de la arqui-
blioteca del Instituto de Investigaciones
tectura monumental prehispánica del valle de Oaxaca:
Antropológicas. Ésta, como otras investigaciones 1580-1984", en op. cit., p. 10.
han sido apoyadas con fondos del Conacyt. 21 E. González Licón, op. cit., p. 18; A. Rivero, Con-

junto poniente 1: situación en el espacio urbano de Monte


Albán, p. 26.
Notas 22 Cf. S. Purin, "L'Americanisme belge et son impact
1 Cf, Regina Montano: El origen de la ciudad en el Alti- muséologique", en XIII International Congress Of
plano central mexicano. El caso de Teotihtiacan. Una re- Prebistoric And Protohistoric Sciences, p. 98. Luxembur-
construcción racional procesual; El origen del núcleo ur- gués específicamente (Dancéis, comunicación personal,
bano. Su relación con sociedades sedentarias, semisedenta- 31 de octubre de 2001).
rias y móviles. El caso de la cultura o/meca, y El origen 23 W. Dupaix, Antiqítities Mexicaines. Burean des

del núcleo urbano y otros indicadores arqueológicos de la Antiquiiés Mexicaines, pp. 106-119.
presencia del estado en La Venta, Tabasco. 24 E. Lemoine, "Introducción", en C. Ma. Busta-
2 Cf. ]. Echevarría, "Los programas de investigación mante, Memoria estadística de Oaxaca j descripción dei
científica", en Introducción a la metodología de la ciencia. valle del mismo nombre extractada de la que en gran tra-
3 R. Montano, El origen del núcleo urbano y otros bajó el señor don José Murguía y Garaldi diputado en
indicadores arqueológicos de la presencia, del Astado en Cortes por aquella provincia, p. XI; E. González Licón,
La Venta, Tabasco, p. 4. op.'cit., p. 18; M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 21-
4 R. Montano, Monte Albán. Una reconstrucción so- 22; V. Zanabria, Un conjunto residencial en el lado po-
cio-cultural. niente de la plataforma, sur en Monte Albán, Oaxaca, p.
5 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación 23; A. Rivero, op. cit., pp. 6 y 26.
de la arquitectura monumental prehispánica del valle 25 Cf. W Dupaix, op. cit., lám. 39, fig. 102 y lám. 40,

de Oaxaca: 1580-1984", en Cuadernos de Arquitectura fig. 103. En los croquis presentados se toma la base
Mesoamericana, núm. 7, p. 9. como punto de orientación.
LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN
66

26 E. Lemoine, "Introducción", en op. cit., p. IX. 511 Ij; Mexique (1857).


27 Versiich einer getrenen Schilterung der Repiiblik 51 B. W. F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación
Mexiko besonders in Be^/ebí/ng atif Geographie, de la arquitectura monumental prehispánica del va-
Ethnographie und Statistik (1844, ensayo de una Des- lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., pp. 10-11.
cripción fiel de la República de México, con especial 52 Exploraciones de Monte Albán (1902).

referencia a su geografía, etnografía y estadística). 33 Tal es el caso de su estudio detallado de capas en

28 Altamente cosmopolita, crítica y abierta a diver- la calle de las Escalerillas en el centro de la ciudad de
sas ideas, con un marcado nacionalismo y universalis- México. Cf. I. Bernal, op. cit., p. 13.
mo, de la que proviene Von Humboldt. 54 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p.

29 Jiménez, "Presentación", en op. cit., pp. n-xil. 23.


30 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p. M C. V. Rickards, "State of Oaxaca", en The Riiins

26. Of México, vol. i, pp. 105-106.


•'' E. Mühlenpfordt, Ensayo de una descripción fiel de * "Resultáis archéologiques de son dernier voyage
la República de México..., p. 94. au Mexique", en Compte Rendu del Congreso Inter-
32 J. F. Iturribarría, "Prólogo a la segunda edición", nacional de Americanistas (1888).
en Estudios históricos y estadísticos del estado libre de " "Algo sobre los zapotecas y los edificios de Mitla",
Oaxaca, pp. 11-19. en Anales del Museo Nacional de México (1905).
33 J. B. Carriedo, Estudios históricos y estadísticos del 58 Monumentos del arte mexicano antiguo (1890).

estado libre de Oaxaca, t. 1, pp. 23-24. 59 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

34 Parece una imitación fiel de Mühlenpfordt. Cf. de la arquitectura monumental prehispánica del va-
Jiménez, "Presentación", en op. cit., p. v. lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., p. 11 y M. Winter,
35 Ibid., pp. 65-68. Monte Albán. Guía, p. 22.
36 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p. 611 Según Fahmel de 1928.

26. 61 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 23-33.

37 D. Charnay, "Préface", en Les Anciennes Villes dn 62 A. Caso, Eas exploraciones de Monte Albán. Tem-

Nonveau Monde. Voy ages D'Explorations ait Mexique et porada de 1934-1935.


dans E'Ameriqíte Céntrale, pp. VII-XII. 63 Véase de A. Caso: "Conclusiones", en Eas estelas

38 D. Charnay, Cites et mines américaines: Mif/a, Pa- zapotecas pp. 75-76; "Las tumbas de Monte Albán", en
lenque, I^fíial, Chichén It^á, Uxmal. Gide, pp. 247-253. Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y
39 El austríaco Teobert Maler (1880) Ees Palais sacer- Etnología, época IV, vol. 8; Calendario y escritura de las
dotanx de Mitla compara Mida con palacios de la anti- antiguas culturas de Monte Albán; "Sculpture and Mu-
güedad clásica europea. ral Painting of Oaxaca", en R. Wauchope, ed., Hand-
411 Reporf of an Archaeological Tonr in México (1884), book of Middle American Indians, vol. 3, y El tesoro de
Boston. Monte Albán. Memorias del Instituto Nacional de An-
41 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p. tropología e Historia. A. Caso e I. Bernal, "Prólogo" y
26. "Conclusiones", en Urnas de Oaxaca. Memorias del Ins-
42 The Works of Hubert Howe Banckroft. The tituto Nacional de Antropología e Historia, pp. 9-13 y
Native Races (1883), vol. IV. 359-374; A. Caso, I. Bernal y J. Acosta, I^a cerámica de
43 A. Rivero, op. cit., p. 27. Monte Albán. Cf. A. Caso, Reyes y reinos de la Mixteca;
44 H. H. Bancroft, "Chapter XII. Antiquities", en E. González Licón, op. cit., pp. 19-20; A. Rivero, op.
History of México. A Popular History of Mexican People cit., pp. 6-10 y 27-28 y V. Zanabria, op. cit., pp. 23-26.
from the Earliest Primitive Civili^ation to the Present, 64 I. Bernal, op. cit., pp. 16-18 y E. González Licón,

pp. 114-116. op. cit., pp. 20-22.


45 A. Rivero, op. cit., p. 27 y V. Zanabria, op. cit., p. 65 A. Rivero, op. cit., pp. 28-29.

23. "' I. Bernal, op. di.


46 W. H. Holmes, Archaeological Síudies Among the ('7 Cabe señalar que estos estudios son realizados por
Ancient Cities of México. II. Momimets of Chiapas, Oaxa- Willey (1953) en el valle del Virú, Perú; y es quien fun-
ca and Valley of México, vol. 1, núm. 1, pp. 212-226. da la escuela del patrón de asentamientos a nivel mun-
47 Ibid., pp. 210-216. dial.
48 Ibid., pp. 216-226. 63 I. Bernal, op. cit., pp. 3-5, 41-49, 83-88.

49 "Explorations of Zapotecan Tombs in southern c'9 Ibid., p. 16.


México", en American Anthropologist. Cf. E. González 70 J. Paddock, Ancient Oaxaca. Discoveries in Mexican
Licón, op. cit., p. 19. Archaeology and History, p. 84.
REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 67

71 Ibid., pp. 3-5. 96 Ibid., p. 40.


72 Realizado por Blanton, Cari Kuttuff, Charles 97 J. Urcid, "Monte Albán y la escritura zapoteca",
Spencer y Kowalewski, respectivamente, sin tratar pro- en M. Winter, coord., Monte Albán. Estudios recientes,
piamente la parte de Mogollito. Este mapa lo presento pp. 77-97 y J. Urcid, "La escritura zapoteca prehispánica",
aquí. en Arqueología Mexicana, vol. V, núm. 26, pp. 42-53.
73 R. Blanton, Monte Albán. Settlement Patterns at 98 Del gussí, tiempo y yítu, tierra, templo = El tem-

tbe Ancient Zapotee Capital, pp. 1-31. Cf. A. Rivero, op. plo del tiempo en la superficie de la tierra. Occiden-
cit., pp. 31-32 y V. Zanabria, op. cit., p. 26. talizado se conoce mal como Cocijo, el dios de la llu-
74 Cf. M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 36 y 98. via, que no existe entre los buin-záa.
75 R. Blanton, Monte Albán. Settlement Patterns at 99 Del did, palabra; %áa, nube y do, tranquilidad —

tbe Ancient Zapotee Capital, pp. 105-109. La palabra tranquila de la nube.


16 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 37 y 33-37. 100 del buin, gente y %áa, nube = gente de nube.

77 K. V. Flannery et al, "Farming Systems and 101 Trabajo Templo del tiempo en la superficie de la

Political Growth in Ancient Oaxaca", en Science, vol. tierra. Conferencias efectuadas el 11 de octubre del 2001
158; K. V. Flannery, La evolución cultural de las civili- en el Seminario de Cultura Náhuatl impartido por el
^aciones; K. V. Flannery y J. Marcus, The Cloud People. doctor León-Portilla y el 31 en el Seminario de Funda-
Divergen! Evolution of The Zapotee and Mixtee mentos del Arte Prehispánico impartido por la candi-
Civili^ation. data a doctora Diana Magaloni. Comunicación perso-
78 A. Rivero, op. cit., p. 10. nal. 31 de octubre y 6 de noviembre del 2001.
79 F. E. Blanton y S. A. Kowalewski, "4. Monte Albán 102 Yúu = templo j yuu = casa.

and after in the Valley of Oaxaca", en supl. de Handbook 103 Abreviado es tétete - tiempo, superficie terres-

Of Middle American Indians, vol. 1, pp. 94-116. tre y templo.


80 K. V. Flannery, La evolución cultural de las civili- 104 Del dáa — señor, dáaxoo — señor en movimiento.

^aciones.
81 K. V. Flannery, J. Marcus y S. A. Kowalewski, "3.

The Preceramic and Formative of the Valley of Oaxa- Referencias


ca", en op. cit., pp. 48-52. Bancroft, H. H. "Chapter XII. Antiquities", en History
82 M. Winter, Monte Albán. Guía, p. 34. of México. A Popular History of Mexican People from
83 K. V. Flannery y J. Marcus, The Cloud People. the Earliest Primitive Civili^ation to the Present.
Divergent Evolution of The Zapotee and Mixtee Nueva York, The Bancroft Company, 1914 [1887],
Civili^ation, pp. 1-10. pp. 114-116.
84 Ibid., pp. 128-131. Bernal, I., Arqueología oaxaqueña. Ed. Vidzu, 1992
85 K. V. Flannery et al., "Farming Systems and [1965], pp. 10-11.
Political Growth in Ancient Oaxaca", en op. cit., pp. Blanton, R., Monte Albán. Settlement Patterns at the
52-93. Ancient Zapotee Capital. Nueva York/Londres,
86 Cf. F. E. Blanton, y S. A. Kowalewski, "4. Monte Academic Press, 1978.
Albán and after in the Valley of Oaxaca", en op. cit.; y Blanton, F. E. y S. A. Kowalewski, "4. Monte Albán
K. V. Flannery, J. Marcus y S. A. Kowalewski, "3. The and after in the Valley of Oaxaca", en supl. de
Preceramic and Formative of the Valley of Oaxaca", Handbook Of Middle American Indians, vol. 1.
en op. cit. Austin, Universidad de Texas, 1981, pp. 94-116.
87 F. E. Blanton y S. A. Kowalewski, "4. Monte Albán Carriedo, J. B., Estudios históricos y estadísticos del esta-
and after in the Valley of Oaxaca", en op. cit., pp. 94- do libre de Oaxaca, t. I. México, Talleres Gráficos de
116. Adrián Morales, 1949.
88 Ibid., p. 31. Caso, Alfonso, "Conclusiones", en Las estelas ^apotecas.
89 A. Rivero, op. cit., pp. 11 y 13. México, SEP, Talleres Gráficos de la Nación, 1928.
90 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 38-41. (Monografías del Museo Nacional de Arqueología,
91 A. Morales, "Estado, estructura urbana y materiales Historia y Etnografía)
de construcción en los valles centrales de Oaxaca, pp. 121- Caso, Alfonso, "Las tumbas de Monte Albán", en Ana-
138. les del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Et-
92 Ibid., pp. 138-145. nología. Época IV, vol. 8. México, 1933.
93 A. Rivero, op. cit., pp. 15, 32-38 y 146-151. Caso, Alfonso, Las exploraciones de Monte Albán. Tem-
94 Comunicación personal, junio de 1999. porada de 1934-1935. México, Instituto Panameri-
95 V. Zanabria, op. cit., pp. 2-3 y 9. cano de Geografía e Historia, 1935.
68 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

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