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La guerra contra las drogas ha sido un fracaso rotundo.

El año pasado murieron en México 6,290


personas en las batallas del Gobierno contra los cárteles de drogas. En los EEUU, como
consecuencia de las estrictas leyes antidrogas se están llenando las prisiones de millones de
personas. Sin embargo, la producción mundial de drogas ilegales es más alta que nunca. ¿Cómo se
pueden eliminar la plaga de las adicciones y el comercio internacional ilícito de drogas?
No por medio de la acción militar ni policiaca, como las políticas actuales. El abuso de drogas,
como el alcoholismo, es un problema social y de salud pública. El empujar las drogas hacia la
clandestinidad, como la prohibición de alcohol durante la década de 1920, sólo hace que suban los
precios y atrae el crimen y las redadas policíacas a las comunidades pobres. La prohibición también
fomenta el crimen organizado debido a las enormes ganancias obtenidas en el mercado negro.
La legalización de las drogas y los servicios de apoyo a las comunidades son el remedio verdadero,
incluyendo el financiamiento integral para tratamiento. En 2002, sólo la quinta parte de los fondos
contra las drogas se usaron para la rehabilitación. Igualmente importante es la eliminación de la
pobreza y la falta de oportunidad que hacen que las drogas sean atractivas.
El intercambio internacional de la miseria. El mercado ilegal causado por la prohibición de las
drogas también crea serios daños sociales a nivel mundial. La actual guerra contra las drogas en
México es sólo el ejemplo más reciente.
Los EEUU fomentaron el caos el año pasado, cuando el Congreso aprobó la Iniciativa Mérida, la
cual destinó $1,300 millones a México y América Central para armas y capacitación policiaca para
la lucha contra los cárteles de drogas. Mérida ha financiado el derramamiento de sangre, y el
despliegue de 45,000 tropas federales en México. Los residentes de las regiones fronterizas han
acusado a tropas de tortura, violaciones y confesiones forzadas.
Los EEUU han fomentado el crimen organizado en México y América Central con una ley que
exige la deportación de los inmigrantes no ciudadanos, incluyendo a los residentes legales, que han
sido sentenciados por cierto tipo de crímenes. Las autoridades utilizan estas políticas para hostigar a
mucha gente que no lo merece; pero también las usan para exportar la violenta cultura de las
pandillas creada en EEUU a países que no están preparados para lidiar con dichas crisis.
Al mismo tiempo que el Gobierno de EEUU se pronuncia públicamente contra las drogas, también
comercia secretamente con narcóticos. Los EEUU cuentan con una larga historia de manipulación
de drogas para encubrir tretas de poder político en el exterior, y de control social en el interior del
país.
Muchos libros cuidadosamente estudiados documentan el hecho de que EEUU fomenta las drogas.
A continuación presentamos algunos puntos:
 Durante la Guerra de Vietnam, la CIA participó en el comercio de heroína en el sureste de Asia,
el cual suplía a las tropas de EEUU (un esfuerzo por mermar la oposición a la guerra por parte de
los soldados).
 En la década de 1980, la CIA intercambiaba armas y dinero por cocaína con los  contras que
luchaban contra al gobierno sandinista de Nicaragua.
 Durante la intervención de la antigua Unión Soviética en Afganistán, los EEUU ayudaron a los
grupos fundamentalistas musulmanes de derecha intercambiando su heroína por armas.
Una y otra vez, EEUU ha utilizado las guerras contra las drogas para asediar a grupos radicales. En
la década de 1990, el presidente Clinton lanzó el “Plan Colombia”. Esta supuesta campaña contra la
cocaína financió a los escuadrones de la muerte que mataban a los guerrilleros y campesinos pobres.
Se calcula que 3,000 personas eran asesinadas cada año, mientras que el tráfico de cocaína se
llevaba a cabo sin obstáculos.
En Colombia y Afganistán, EEUU ha rociado toneladas de herbicidas, veneno que destruye no sólo
las plantas de las drogas, sino también los cultivos de alimentos, el bosque lluvioso del Amazonas y
el campo afgano. También causa serios daños a la salud.
Sin embargo, el flujo de drogas ilegales continúa a causa de las enormes ganancias que se obtienen
de su venta — así como armas para proteger el comercio. La legalización de las drogas eliminaría
este enorme comercio del crimen organizado. En los países subdesarrollados, muchos campesinos
pobres dependen de los cultivos ilegales de drogas para su supervivencia. Sólo si se les ofrecen
alternativas cambiará la situación.
Por otra parte, aunque el Gobierno de EEUU proclama la guerra contra las drogas, la CIA ha
protegido a comerciantes a gran escala de EEUU y otros países para que no sean castigados.
También ha ayudado ha que se difundan las drogas en las calles, sobre todo en las comunidades de
gente de color.
La "guerra contra las drogas" racista. La gente de todos los colores y niveles económicos de los
EEUU usan drogas ilegales para divertirse, por razones médicas o porque son adictos. Pero la
aplicación de la ley es tremendamente injusta. Por ejemplo, a los negros se les arresta por cuestiones
de drogas hasta cinco veces más que a los blancos. La cruzada contra las drogas es una guerra
contra los pobres, sobre todo los negros y demás gente de color.
En las comunidades de bajos ingresos, los empleos, la educación y las oportunidades son
extremadamente limitados. Las drogas callejeras pueden proporcionar una especie de
automedicación para aquéllos que tienen un futuro desalentador. Pero la pobreza y la desigualdad
también incitan a la rebelión.
El control de las sublevaciones fue la meta original de la guerra contra las drogas declarada por el
presidente Nixon en 1970. Los africano americanos hicieron temblar la estructura de poder con la
lucha por los derechos civiles y la justicia. Su lucha inspiró a otros movimientos. Se dice que Nixon
comentó que, “El problema son los negros. La clave es crear un sistema [para eliminar las protestas]
que tome esto en cuenta sin que se note”.
El “sistema” ha provocado la tasa más alta de encarcelamientos del mundo. En el caso de los
hombres negros entre 20 y 24 años de edad, es de uno de cada nueve. El 80 por ciento de todos los
arrestos es por posesión de drogas, el 40 por ciento de los arrestos por drogas son por marihuana.
La guerra contra las drogas también ha hecho que se multiplique por ocho el número de mujeres en
la cárcel desde 1980, y la mayoría son mujeres de color. Las mujeres con sentencias por drogas,
muchas de ellas madres, reciben típicamente sentencias más largas que los hombres.
Los prisioneros que son liberados están condenados al fracaso pues se les niega la vivienda
subsidiada, los préstamos universitarios y, con frecuencia, el empleo. La mayoría pierde su derecho
al voto. Estas políticas impiden la rehabilitación y castigan también a las familias de los
expresidiarios.
La campaña contra las drogas también se usa como pretexto para criminalizar más a los inmigrantes
y para militarizar la frontera. La administración de Obama ha dicho que favorece el tratamiento en
lugar del encarcelamiento; sin embargo, la rehabilitación no es asequible para la mayoría de las
personas que la necesitan. Al contrario, ese dinero se destina al fortalecimiento de la patrulla
fronteriza.
El fracaso de las leyes contra las drogas es tan obvio que en 2002 funcionarios de la aplicación de la
ley fundaron la organización LEAP (según las siglas en inglés) para procurar la legalización. Su
fundador, Jack Cole, cree que se debe eliminar la prohibición de las drogas, de la misma manera
que se eliminó la prohibición del alcohol en 1933. “Un día después de que se eliminó esa terrible
ley, Al Capone y todos sus compinches contrabandistas se quedaron sin trabajo.”
Lo que se puede hacer. Lo bueno es que el movimiento por la legalización está creciendo. Muchas
personas están a favor de la eliminación de las medidas policíacas contra las drogas, y del
tratamiento de la adicción como un problema de salud. A continuación se encuentran
maneras efectivas de tratar la cuestión de las drogas:
 ¡Eliminar la prohibición! Proporcionar rehabilitación gratuita a todos los que la soliciten, sin
hacerlos esperar.
 Liberar a los prisioneros sentenciados por crímenes de drogas leves. En lugar de financiar las
prisiones, readjudicar los fondos para la capacitación laboral, el tratamiento de drogas, la educación
y los servicios sociales para los exconvictos. ¡Eliminar las políticas punitivas contra los antiguos
criminales y devolverles su derecho al voto!
 Readjudicar los billones gastados en la guerra contra las drogas en educación, empleos y
servicios para las comunidades pobres, sobre todo los jóvenes.
 Eliminar las intervenciones de EEUU en el extranjero. ¡Acabar con el comercio de drogas
clandestino de EEUU!

La prohibición de las drogas ha tenido consecuencias desastrosas muy similares a la que


sufrió el alcohol en los años veinte en Estados Unidos. Sin embargo, en vez de reconocer el
fracaso de dicha política, la mayoría de los gobiernos alrededor del mundo se han
empeñado en gastar más recursos y atentar más contra las libertades de sus ciudadanos en
un esfuerzo inútil por detener el comercio ilegal de narcóticos. Legalizar las drogas
eliminaría o mitigaría significativamente las terribles consecuencias que enfrentamos bajo
el actual enfoque prohibicionista:
 La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del
narcotráfico, al traer a la superficie el mercado negro existente. Y con la desaparición de la
clandestinidad del narcotráfico disminuye dramáticamente la problemática social ligada a
dicha actividad. La actual prohibición de las drogas no detiene al mercado, simplemente lo
ha sumergido bajo el manto de la ilegalidad, y cuando un negocio es un crimen, los
criminales tomarán parte de éste. Según las Naciones Unidas, el tráfico de drogas genera
$400.000 millones anuales, lo cual representa un 8% del comercio mundial, comparable con
la industria de textiles. Dicho botín representa una tentación irresistible para los criminales
del mundo.
 La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos
costos de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto significa que mucha
gente que posee adicción a estas sustancias no tendrá que robar o prostituirse con el fin de
costear el actual precio inflado de dichas substancias.
 Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del
alcance de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no existen
controles de calidad ni venta de dosis estandarizadas. Esto ha conducido a niveles de
mortalidad altos a causa de sobredosis o envenenamiento por el consumo de drogas. De
hecho, según un estudio del Cato Institute realizado por James Ostrowski, el 80% de las
muertes relacionadas con drogas se deben a la falta de acceso a dosis estandarizadas.
 El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países. Importantes
figuras políticas a lo largo de Latinoamérica han sido ligadas con personalidades y dineros
relacionados con el tráfico de drogas. Tal vez aquí yace la razón por la cual la guerra contra
las drogas se intensifica año con año. Los grandes narcotraficantes son los que más se
benefician con la actual prohibición, y los operativos anti-drogas que se practican en
Latinoamérica sirven para eliminarles la competencia que enfrentan por parte de los
pequeños y medianos distribuidores. La legalización acabaría con esta nefasta alianza del
narcotráfico y el poder político.
 Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta en
todos los niveles del gobierno debido a que una substancial cantidad de policías, oficiales
de aduana, jueces y toda clase de autoridades han sido comprados, sobornados o
extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de
la población hacia el sector público en general.
 Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de las
drogas, recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales: los que le
violan los derechos a los demás (asesinos, estafadores, violadores, ladrones, grupos
terroristas). Además, con la legalización se descongestionaría las cárceles, las cuales hoy en
día se ven inundadas por gente cuyo único crimen fue el consumo de substancias que están
prohibidas por la ley. Todos estos esfuerzos por combatir el tráfico de drogas han sido
inútiles. Por ejemplo, las mismas autoridades reconocen que a pesar de todo el dinero
gastado, los esfuerzos actuales solo interceptan el 13% de los embarques de heroína y un
máximo del 28% de los de cocaína. De acuerdo con las Naciones Unidas, las ganancias de
las drogas ilegales están tan infladas que tres cuartos de todos los embarques deberían ser
interceptados con el fin de reducir de manera significativa lo lucrativo del negocio.
 Con la legalización se acaba el pretexto del Estado de socavar nuestras libertades con el fin
de llevar a cabo esta guerra contra las drogas. Intervenciones telefónicas, allanamientos,
registro de expedientes, censura y control de armas son actos que atentan contra nuestra
libertad y autonomía como individuos. Si hoy en día las drogas son accesibles incluso en
las áreas de máxima seguridad de las prisiones, ni siquiera convirtiendo a nuestros países en
cárceles vamos a lograr mantener a las drogas fuera del alcance de aquellos que quieran
consumirlas. Legalizando estas substancias evitaremos que los gobiernos conviertan a
nuestros países en prisiones de facto.
 Legalizar las drogas desactivará la bomba de tiempo en la que se ha convertido
Latinoamérica, especialmente países como Ecuador, Bolivia y Colombia. En este último, las
guerrillas financiadas por el narcotráfico manejan miles de millones de dólares en equipos
militares de primera línea, y amenazan con extender su lucha a países como Panamá, Brasil
y Venezuela. Hace un par de años se descubrió la fabricación de un submarino en Colombia
para el transporte de armamentos y drogas, lo que demuestra el poderío de estos grupos
guerrilleros. Todo esto ha llevado a una intervención creciente por parte de Estados Unidos,
quienes desde hace un par de años han venido fortaleciendo su presencia militar en la
región de una manera nunca vista desde el fin de la Guerra Fría.
 En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes producto
del consumo y la venta de estupefacientes se vería reducido substancialmente. La actual
política afecta directamente tanto a los consumidores de narcóticos como a terceros. Es así
como gran cantidad de personas que nunca han consumido estas sustancias o que no están
relacionadas con la actividad se ven perjudicadas o incluso pierden la vida debido a las
"externalidades" de la guerra contra las drogas: violencia urbana, abusos policiales,
confiscación de propiedades, allanamientos equivocados, entre muchos otros.
 La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo
ha hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco. El proceso de aprendizaje social
es sumamente valioso para poder disminuir e internalizar los efectos negativos que se
derivan del consumo y abuso de ciertas sustancias. Sin embargo, políticas como las de la
prohibición, al convertir a los consumidores en criminales, desincentivan la aparición de
comportamientos y actitudes sociales necesarios para poder lidiar con los problemas de la
adicción y el consumo tempranero de dichas sustancias.
Luego de muchos años de malas experiencias con la política actual, y tras un análisis
detallado de las consecuencias no deseadas de prohibir el consumo y la venta de substancias
que la gente quiere, es necesario que lleguemos a la conclusión de que las drogas deben ser
legalizadas si no queremos seguir el camino autodestructivo al que nos está conduciendo la
prohibición moderna.
CONSECUENCIAS DE LA ILEGALIZACIÓN
1. La desaparición del consumo que en teoría se pretendía lograr no se ha conseguido de ninguna
manera. El consumo persiste y también los daños provocados por su abuso.
2. Además, aparte de no lograr ninguno de los objetivos de esa política, la situación de ilegalización
ha generado nuevos y más graves problemas: el narcotráfico -con el dinero negro que mueve y
dejando el poder en manos de mafias o grupos de mafiosos – y la adulteración de las drogas -siendo
éste el factor que provoca la mayor parte de las muertes, al dejarlas fuera del análisis sanitario,
atacando en consecuencia a la calidad, y generando problemas aún más graves.
3. Si la ilegalización es una medida injusta y perjudicial, la legalización no debe entenderse como
una medida para promover el turismo de la droga, sino como una medida para crear núcleos de
libertad, sobre todo para dar soluciones válidas a un problema real.

Políticas

Quienes proponen la legalización de las drogas apoyan diferentes razones (económicas, morales,
éticas, médicas) con objetivos diversos. Los objetivos más comunes son:
 Legalización: Asume que las drogas se consumen y es necesario establecer un marco legal que
las regule.
 Descriminalización: Trata de recaudar impuestos y evita la corrupción política y policial que las
drogas provocan.
 Reducir el número de muertes violentas: En Centroamérica, los cárteles de la droga son
responsables de más del 60% de las muertes violentas en los países que sirven de puente en el
trasiego de drogas hacia Europa y Estados Unidos. La guerra contra el narcotráfico en México
hasta el 2011 ha dejado más de 45,000 muertes violentas, entre ellas de muchos civiles e
inmigrantes. La descriminalización y regulación tiene como objetivo desfinanciar a los carteles
y con ello facilitar a los gobiernos el combate a los crímenes (secuestros, extorsiones, blanqueo
de dinero, etc.), fruto de tales actividades ilícitas.
 Racionalizar las leyes. Carece de sentido, y es contrario a la confianza del público en sus
gobiernos, que sustancias legales -- el alcohol, el tabaco -- son notablemente más dañinas que
otras cuyo uso extramedicinal se prohíbe.

Legalización total y legalización regulada[editar]


Esta posición pide el fin de la prohibición de la distribución o venta y el uso personal de drogas
actualmente prohibidas. Los sistemas varían desde la legalización total, que eliminaría
completamente todas las formas de control gubernamental, a diversas formas de legalización
regulada donde las drogas estarían legalmente disponibles bajo un sistema de control del gobierno
lo que implica:

 etiquetado legal sobre dosis y advertencias médicas


 restricciones a la publicidad
 limitaciones de edad
 restricciones en la cantidad comprada en un tiempo
 requisitos sobre la forma en que ciertas drogas que se deban suministrar
 licencias de usuario especial para comprar drogas en particular
El sistema de legalización regulado probablemente tendría una serie de restricciones para las
diferentes drogas, según la percepción de su riesgo, así que mientras algunos medicamentos se
venden sin receta en las farmacias u otros establecimientos autorizados, las drogas con mayor riesgo
de daño sólo podrían estar disponibles para la venta en instalaciones autorizadas donde su uso
pueda ser controlado y cuidado por un médico de emergencia siempre disponible. Ejemplos de
fármacos con diferentes niveles de distribución regulada en la mayoría de países son:
la cafeína (café, té), la nicotina (tabaco), el alcohol etílico (cerveza, vino, licores) y los antibióticos.
El sistema de legalización completa suele ser una propuesta de los grupos liberales, mientras que la
legalización regulada la sugieren grupos que piensan que la aplicación de las leyes contra la
prohibición no alcanzan sus objetivos y empeoran los problemas asociados con el uso de drogas
prohibidas, pero que reconocen que hay daños asociados con las drogas actualmente prohibidas que
deben reducirse al mínimo.
No todos los defensores de la legalización de las drogas comparten necesariamente un marco ético
común, y la gente puede adoptar este punto de vista por varias razones. En particular, estar a favor
de la legalización de las drogas no implica la aprobación del uso irresponsable de drogas.
Plataformas legalizadoras[editar]
Por un lado observamos a las personas que defienden la legalización de las drogas. En este ámbito
se esconden todo tipo de colectivos. Unos que realmente buscan fines terapéuticos, otros buscan que
la problemática aumente, sobre todo las mafias para negocios millonarios, e individuos que son
drogadictos y buscan un beneficio propio, etc. Atendiendo a esta defensa, nos centramos en un
partido político y varias plataformas para la legalización de las drogas:
• Espiral: La legalización de las drogas reconoce el derecho de las personas a consumir cualquier
sustancia y, acompañada con educación, es posiblemente la mejor estrategia para luchar contra el
consumo abusivo y la drogodependencia, causas de la degradación humana del consumidor y de
múltiples daños a su entorno. La ilegalización de las drogas no está resolviendo los problemas que
el consumo de drogas genera en la salud pública y está fomentado otros problemas igualmente
graves como el narcotráfico y las dudosas políticas gubernamentales de guerra contra el
narcotráfico. La lucha legal contra las drogas se ha centrado, a nivel mundial, en la prohibición, la
represión y la sanción de su uso (a excepción del tabaco y el alcohol). La ilegalización de las drogas
vulnera derechos como la autodeterminación individual y el libre desarrollo de la personalidad, tan
publicitados por los actuales sistemas de gobierno.
• Liberalismo.org expone 10 razones para la legalización:

 La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del narcotráfico.
 La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos
costos de producción e intermediación que implica la prohibición.
 Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del
alcance de las regulaciones propias de un mercado legal.
 El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países.
 Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta en todos
los niveles del gobierno debido a que una substancial cantidad de policías, oficiales de aduana,
jueces y toda clase de autoridades han sido comprados, sobornados o extorsionados por
narcotraficantes, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el
sector público en general.
 Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de las drogas,
recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales.
 Con la legalización se acaba el pretexto del Estado de socavar nuestras libertades con el fin de
llevar a cabo esta guerra contra las drogas.
 Legalizar las drogas desactivará la bomba de tiempo en la que se ha convertido Latinoamérica,
especialmente países como México, Centroamérica, Ecuador, Bolivia y Colombia.
 En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes producto del
consumo y la venta de estupefacientes se vería reducido substancialmente.
 La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo ha
hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco.
Descriminalización
La descriminalización de las drogas aboga por una reducción del control y las multas respecto a la
situación legal actual.
Sus proponentes apoyan el uso de multas y otros castigos que reemplacen a la prisión y siempre que
los usuarios no recibieran un fichaje penal como resultado. Un tema central de la descriminalización
de las drogas es la Reducción del daño.
La descriminalización de las drogas es, en cierto modo, una medida intermedia entre la prohibición
y la legalización y ha sido criticada también como la peor de las opciones al mantener la venta
ilegal y por tanto perpetuando los problemas asociados a la clandestinidad de la distribución y
producción de drogas.
Beneficios de la marihuana medicinal
1 Para tratar las migrañas: Doctores han tratado y reportado más de 300.000 casos en California con
marihuana medicinal. El 25 % de las mujeres y el 8% de los hombres han sufrido migrañas alguna
vez en su vida.
2 Retrasa el crecimiento tumoral. La Asociación contra el Cáncer ha encontrado que retrasa los
tumores en pulmones, pechos y cerebro considerablemente.
3 Atenúa síntomas de enfermedades crónicas. Como intestino irritado o síndrome de Crohn por ser
útil contra las nauseas, dolor abdominal y diarrea. El THC se comercializa bajo la marca de Marinol
desde 1989.
4 Previene el alzheimer.
5 Trata el glaucoma. Ayuda a bajar la presión intraocular.
6 Previene dolores. Es relajante muscular y tiene propiedades antiespasmódicas.
7 Ayuda en los trastornos ADD y ADHD. Es la perfecta alternativa al Ritalin para tratar desordenes
sin los negativos efectos delos fármacos ADHD afecta al 4,1% de los adultos entre los 18 y 44 años.
8 Puede tratar la arteriosclerosis múltiple. Para los efectos neurológicos y espasmos musculares
causados por la enfermedad.
9 Ayuda con el síndrome pre menstrual. Alivia los dolores. El 75% de las mujeres lo padecen.
10 Ayuda a calmar con OCD y tourrette. Como en el caso de la arteriosclerosis Aproximadamente
3.3 millones OCD y 272.000 tourette lo padecen.
Toda sustancia lleva inherente un riesgo para la salud humana en dosis excesivas. La marihuana
también. No existe ninguna sustancia inocua en el mundo que no provoque daños en cantidades
abusivas.

Economía
Existen varios impactos económicos y sociales en la criminalización de las drogas. La prohibición
incrementa el crimen (robo, violencia, corrupción política y policial) y el precio. 3En muchos países
en desarrollo la producción de drogas ofrece una vía de escape a la pobreza. Milton
Friedman estima en 10.000 las muertes anuales en Estados Unidos causada por la criminalización
de las drogas. Si las drogas fueran legales, las víctimas colaterales desaparecerían. La ineficiencia
desde el punto de vista económico y la ineficacia de los gobiernos en el campo de la prevención del
uso y comercio ha sido muy criticada desde el punto de vista liberal. La Guerra contra las
drogas en Estados Unidos también ha generado críticas por las mismas razones.
“La legalización de las drogas reduciría su precio en más del 90%, dando como resultado que los
adictos no tendrían que cometer delitos para financiar ese hábito tan costoso. Por otro lado, la caída
del precio eliminaría las enormes utilidades que obtienen los narcotraficantes y desalentaría la
integración de las bandas de jóvenes que viven en los guetos.
“La conexión entre criminalidad y consumo de drogas se debilitaría considerablemente, si las
drogas fueran legales y baratas”.
Si se hace en mercados grandes, pero secundarios, como México, su efecto es marginal en el precio
internacional y por lo tanto persistirían tanto las ganancias extraordinarias como la delincuencia
organizada vinculada a su comercio.
Hay muchas ópticas en el debate de la legalización. Sin embargo, la que está más que demostrada
por todo tipo de investigaciones desde hace años es que la legalización o regulación del consumo
de drogas en los mercado relevantes, abate su precio respecto al que tenían cuando eran ilegales.

Canadá
El cultivo de Cannabis es actualmente ilegal en Canadá excepto para uso médico. En cualquier
caso, el uso del cannabis por parte del público general está tolerado hasta cierto grado y varía en
función del lugar y la jurisdicción,13 existiendo una vigorosa campaña para la legalización.
En 2001, el periódico Globe and Mail ofrecía una encuesta con datos del año 2000 según la cual el
47% de los canadienses estaban de acuerdo con la frase "El uso de la marihuana debería estar
legalizado", frente al 26% que opinaba lo mismo en 1945. 14 Una encuesta más reciente mostraba
como más de la mitad de los canadienses apoyaban la legalización. El desarrollo tras las elecciones
de 2008 es, sin embargo, mucho más restrictivo con penas mínimas más altas para el crimen
relacionado con las drogas y propuesto por el primer ministro Harper
Chile
El cultivo de Cannabis es legalmente posible en Chile, pero precisa de una autorización del SAG
(Servicio Agrícola y Ganadero), el año 2014 se concedió la autorización para plantar cannabis a la
municipalidad de La Florida, en vías de un programa de marihuana medicinal. El consumo de
drogas en Chile, a diferencia del narcotráfico, no es considerado delito; sin embargo, se sanciona
como falta el que se haga en espacios públicos
Portugal
En 2001, Portugal se convierte en el segundo país de la Unión Europea tras España en abolir los
castigos penales por posesión de droga a nivel personal. Además, los usuarios deben cumplir
con terapias en lugar de sentencias que provoquen prisión. Como explicó un alto funcionario del
Ministerio de Sanidad: «Se trata de perseguir la enfermedad, pero no a los enfermos. El Estado
portugués está contra la droga. Por eso su consumo no está prohibido. Pero no vamos contra los
drogadictos. Por eso no se les incrimina. De ahí que una vez rehabilitados, puedan volver a la vida
normal sin haber sido detenidos y, lo más importante, sin que conste en ningún sitio que han sido
detenidos, lo que es vital para, por ejemplo, encontrar trabajo». Así una persona detenida por la
policía que lleva encima una cantidad de droga que no supera un determinado nivel -si lo supera es
un traficante y por tanto es puesto a disposición judicial- es conducida ante una comisión de
seguimiento dependiente del ministerio de Sanidad que le dirigirá a un centro de desintoxicación si
fuera necesario, pero sin que conste en ningún fichero policial o judicial. 28
El éxito de esta nueva política de no criminalizar la posesión de drogas ha sido notable ya que el
consumo ha disminuido. En cuanto al cannabis Portugal se encuentra en el puesto número 18 de la
Unión Europea, mientras que la vecina España ocupa el tercer lugar. 29
Investigaciones del Cato Institute, dirigidas por Glenn Greenwald, encontraron que cinco años
después de la descriminalización, el uso de drogas ilegales por parte de los jóvenes ha decrecido, la
ratio de infecciones de VIH entre usuarios ha caído y las muertes por heroína y drogas afines
bajaron de 281 en 2001 a 133 en 2006, duplicando, a la vez, el número de persona que buscan
tratamiento por adicción. Desde cualquier punto de vista, afirma Greenwald, el experimento
portugués ha sido un éxito completo.30
Peter Reuther, profesor de criminología y políticas públicas de la University of Maryland, College
Park, sugiere que aunque la descriminalización fija su objetivo en la paralización del crecimiento de
consumo de drogas, las ratios de consumo de heroína se deben a su naturaleza cíclica. 31
En septiembre de 2012, el Bloco de Esquerda ha anunciado la presentación de una propuesta
parlamentaria para regular el uso, cultivo y distribución de cannabis, que incluye la posibilidad de
cultivar diez plantas por persona, llevar encima la cantidad necesaria para el consumo de un mes
(75 gramos si se trata de marihuana y 15 gramos en el caso de la resina de hachís) y permite la
creación Clubes Sociales de Cannabis, similares a los que ya existen en España y otros países
europeos.

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