íNDICE

2 Desde Rectoría

3 Tener un corazón de Padre

5 La historia, nuestra historia.

6 La centralidad de la Palabra

11 Día del Seminario

16 Aquí estoy, Señor

www.seminariodemonterrey.org

Consejo Editorial /Seminario.de.Monterrey

Seminario_Mty

Rector: Pbro. Dr. Carlos Alberto Santos Garcia Coordinador Dept. Comunicación: Pbro. Darío Fco. Torres
Rodríguez Director Editorial: Luis Miguel Éxiga López Consejo Editorial: Pbro. Darío Fco.
Torres Rodríguez/ Lic. Adriana Martínez del Río Equipo de Redacción: Maximiliano Constante Cedillo/ Iván
Ezequiel Martínez González/ Luis Miguel Éxiga López/ Alexis de Jesús Hernández Fuentes/ Jesús Emmanuel Garza
Torres Diseño: Iván Orzúa Mosqueda Fotografía: Juan Carlos Gutiérrez Martínez/
Carlos Alberto Ramírez Sánchez
Desde Rectoría
REC
To Finales e inicios…
RíA
No faltamos a la realidad si decimos que
nuestra vida se compone de estos. Etapas,
ciclos, experiencias, relaciones… que configuran
nuestra vida y que tienen un inicio y un final.
Y no solo podemos decirlo de momentos,
tiempos o etapas; también hemos de decirlo de
toda nuestra vida que, en cuanto humana, tiene
un inicio y un final.
Al momento de redactar este breve mensaje se
aproxima el final del año 2022 y nos disponemos
a iniciar – como se le llama comúnmente – un
«Año Nuevo», el 2023. Esta realidad, por más
que la repitamos año con año, genera una
multiplicidad de sentimientos y emociones
en las personas, desde los más profundos y
nobles, hasta los más superficiales y banales.
Hay quien puede vivir el fin de un año con un
profundo sentido de agradecimiento, no sólo
por los dones y las gracias del mismo, también
por los retos y dificultades vividos, de los cuáles
se pudo salir adelante con un aprendizaje. Los
hay en cambio, quien vive este final-inicio
pensando y planeando ‘rituales´ que parecen
más ‘supersticiones’ con los que esperan éxito
y bonanza en el año que empieza.
Enfrentando con esto – muy probablemente
de manera inconsciente – la incertidumbre y el
temor que produce pensar en el futuro. Habrá
en cambio quien, movido por la fe, después de
agradecer lo vivido, ponga en las manos de
Dios, sin ningún afán de ‘control’, lo que habrá
de vivir. Al final, en conclusión, la manera de
vivir los finales y los inicios depende de nuestra
manera de situarnos ante la Vida, ante nuestra
vida.
Para nosotros esto es la fe, una manera
de situarnos ante nuestra existencia como
hombres y mujeres, como hijos e hijas de
Dios: «La fe es una apuesta de vida que es
Pbro. Dr. Carlos Alberto Santos García
Rector
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como un éxodo, salir de uno mismo, de las
propias seguridades, de los propios esquemas
mentales, para confiarse a la acción de Dios
que nos indica su camino para conseguir la
verdadera libertad, nuestra identidad humana,
la alegría verdadera del corazón, la paz con
todos. Creer es fiarse con toda libertad y con
alegría del proyecto providencial de Dios sobre
la historia. (Benedicto XVI, 2012).
Ahora que hemos comenzado este año 2023 es
tiempo de renovar nuestra fe, por medio de la
acción de gracias hacia lo pasado y del «éxodo»
que nos empuja vivir lo que está por delante
confiados en la Providencia divina. Para el
Seminario de Monterrey está acción de gracias
y éxodo tiene un valor especial en este paso
del 2022 al 2023, pues hace 230 años, en el
paso de un año a otro (1792-1793), el Seminario
fue erigido y empezó sus cursos. La fe nos
pide «no olvidar» (cf. Dt 8,2), pero al mismo
tiempo nos exige «ponernos en camino» (cf.
Hb 11,8), no detenernos en la misión formativa
y evangelizadora que el Seminario tiene en
medio del pueblo de Dios que camina en esta
Arquidiócesis.
Queridos amigos y bienhechores del Seminario
de Monterrey en ustedes vemos con profundo
agradecimiento la Providencia de Dios que nos
sostuvo durante el año que ha terminado, al
mismo tiempo, en su cariño y bondad vemos
con esperanza este año que comenzamos. Le
pedimos a Dios nuestro Padre celestial que nos
sostenga en la fe, para que nuestra esperanza
no decaiga y el amor siga operante en nuestras
acciones. Así, caminando juntos, seguiremos
haciendo presente en nuestro mundo al Dios
de la Vida, al Dios de nuestra vida.
¡Feliz Año Nuevo 2023!

Tener un corazón de Padre
Es para mí un motivo de profunda alegría
el poder compartir con ustedes queridos
lectores mi testimonio vocacional.
Soy Maximiliano Constante Cedillo, tengo 26
años y pertenezco a la Diócesis de Saltillo.
Actualmente curso el primer año de Teología.
Mi inquietud vocacional surge a la edad de
diez años cuando cursaba el cuarto grado
de primaria, en ese tiempo me integré al
grupo de monaguillos de mi parroquia “Santa
María Goretti”, comunidad en la que algunos
seminaristas realizaban su apostolado.
Con el paso del tiempo y el trato tan
cercano con los sacerdotes y seminaristas
que atendían en mi parroquia generó en mí
una profunda admiración por su vocación
sacerdotal, lo cual me llevó a vivir mi proceso
vocacional en el Seminario.
Ingresé al seminario menor un 03 de agosto
del 2011, al culminar el segundo grado de
Filosofía suspendí mi formación y empecé
a trabajar como tutor y catequista de
secundaria en el colegio “Maestras de la
Fuente”.
Este tiempo fue decisivo ya que el acompañar
a los muchachos en sus diversos procesos
me descubrió lo que después entendí como:
“tener un corazón de Padre” al modo que
lo entendió San Juan Bosco, viviendo la
espiritualidad del Buen Pastor. Fue en este
tiempo que encontré la claridad y la fuerza
que necesitaba para responder al llamado
que Dios me hacía, pues poco a poco pude
reconocer su voz a través de las palabras
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centrovocacional.org
VocaciónEs
de mis alumnos, sus papás y las personas
de mi comunidad parroquial cuando me
regalaban unas palabras como: “serías un
buen sacerdote”, “ojalá un día llegue a ser
sacerdote”, “estoy orando por tu vocación”,
entre otras tantas palabras de aliento, fue ahí
que aprendí a escuchar la voz de Dios en los
acontecimientos del día a día.
Al mismo tiempo que trabajaba comencé
a estudiar la licenciatura en Psicología. Al
terminar mis estudios universitarios e iniciar
mis primeros proyectos profesionales me
sentía muy feliz, pero a la vez insatisfecho,
algo me faltaba.
En una ocasión, platicando con mi párroco
sobre los proyectos que tenía en mente
me dijo: Max, “podrás atender a muchos
pacientes, incluso brindarles el consuelo que
buscan en los momentos de dificultad, pero
nada puede ser comparado a una bendición o
absolución que les puedas dar, mucho menos
al poder hacer presente a Cristo en el Altar”.
Estas palabras cimbraron en mi corazón pues
ya desde hace tiempo sentía en mi corazón
que era el momento de retomar el proyecto
para el cual Dios me había llamado.
Finalmente, reingresé al Seminario en julio
del 2021 y realice mi tiempo de magisterio en
el cual pude constatar que había tomado la
decisión correcta. Hoy vivo feliz esta última
etapa de mi formación sacerdotal pidiéndole
al Señor me conceda la gracia de vivir
enamorado este tiempo de configuración con
su Hijo Buen Pastor
Maximiliano Constante Cedillo
1ero de Teología
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4

La historia y nuestra historia
El Seminario de Monterrey ha estado formando
durante 230 años a los pastores y laicos que
sirven a la Iglesia regiomontana, su presencia
y alcances también trascienden a través de
quienes se han formado en su seno y figuran en
la cultura, la política, la historia y la sociedad
regional como nacional.
Todos ellos, ya sea en el sacerdocio o como
laicos, han marcado una huella e imprimieron
una historia al servicio del pueblo de Dios.
A pesar de las leyes liberales, el Seminario
continuó formando a los pastores de la
Iglesia del noreste mexicano. En 1862 tropas
liberales invadieron el Seminario, quemaron la
biblioteca y algunos otros archivos.
En abril de 1864 nació en Monterrey el hijo
del Lic. Benito Juárez y algunos seminaristas
fueron invitados como padrinos. En señal de
agradecimiento el Lic. Juárez se comprometió
a conservar y apoyar la labor educativa del
Seminario y elogió su labor en beneficio
no solo de la iglesia, sino de la sociedad en
general. Todas las tardes acudía a merendar
con los seminaristas y sacerdotes formadores
de plantel.
Lamentablemente a la salida del Lic. Juárez,
el Seminario fue intervenido y de acuerdo con
algunos historiadores trasladaron la sede hacia
Saltillo en donde permaneció por espacio de
dos años.
Durante mucho tiempo el Seminario se mantuvo
gracias a las contribuciones de las parroquias
como de algunos fieles comprometidos con la
Iglesia.
Vida e historia del Seminario
La casa de formación religiosa siguió formando
a los pastores y laicos de la feligresía que vivían
en los tres estados del noreste. Para 1864 el
Seminario estaba en la manzana de las calles
de Hidalgo, Bravo, Bolívar y 20 de Noviembre.
Al dejar el inmueble se hizo una colonia a la
que llamaron Ex Seminario. Estas instalaciones
eran perfectas para la enseñanza; tenía su
biblioteca, laboratorios de física y química y
hasta un potente telescopio.
El primer arzobispo Jacinto López Romo,
decidió traer becados a jóvenes de otras partes
de la república para formarse en el Seminario
ante la escasez de sacerdotes y vocaciones
locales. Durante la revolución, el Seminario
fue intervenido por los carrancistas. Los 30
alumnos salieron a sus casas para esperar la
reapertura de los cursos y muchos seminarios
mandaron alumnos a Castroville Texas para
continuar con su formación.
Entre 1926 y 1928 el Seminario debió cerrar las
puertas debido a la llamada guerra cristera.
En éste periodo vivieron en algunas casas
prestadas por el barrio de la Purísima y otro
grupo de seminaristas residió en la casa del
señor arzobispo Herrera y Piña.
En 1930 nombran rector al padre Fortino
Gómez León, quien recibe la notificación de
parte de la secretaría de Gobernación en 1941
para que el Seminario opere con normalidad.
Iván Ezequiel Martínez González
1ero de Teología
5
 Tema de actualidad
La centralidad de la Palabra
Han pasado tres años desde que el Santo
Padre, el Papa Francisco, instituyera que
el III Domingo del Tiempo Ordinario fuera
dedicado a la celebración, reflexión y
divulgación de la Palabra de Dios, puesto
que “es bueno que nunca falte en la vida
de nuestro pueblo esta relación decisiva
con la Palabra viva que el Señor nunca se
cansa de dirigir a su Esposa.”
La intención del Papa Francisco respecto
a esta celebración, es para que el todo
el pueblo de Dios comprenda la riqueza
inagotable que proviene del diálogo
constante de Dios con su pueblo, que
surge a través de su Palabra viva y así
se pueda reavivar y se pueda gestar el
anuncio y testimonio del Resucitado.
Es por ello que se hace el llamado a los
clérigos, catequistas, exégetas y a todo el
pueblo de Dios a que ese día, dedicado a
la Biblia, “no ha de ser “una vez al año”,
6
sino una vez para todo el año, porque nos
urge la necesidad de tener familiaridad e
intimidad con la Sagrada Escritura y con
el Resucitado, que no cesa de partir la
Palabra y el Pan en la comunidad de los
creyentes.” Por lo tanto, es necesario para
todo fiel cristiano nunca acostumbrarse
a la Palabra de Dios sino nutrirse
constantemente de ella para descubrir y
vivir una profunda relación con Dios y con
nuestros hermanos.
Finalmente, en torno a esta fiesta y a
partir de una moción de SS. Francisco
(AI n. 3), el Señor Arzobispo, Monseñor
Rogelio, celebrará el rito del Lectorado a
tres seminaristas teólogos, confiándoles
dicho ministerio el próximo domingo
22 de enero (8:30 am) en nuestra
Catedral Metropolitana, con la finalidad
de recordarles la importancia de la
proclamación de la Palabra de Dios en la
liturgia y en su vida cristiana.
 Conoce
Tema de actualidad

«Les abrió el entendimiento

para comprender las Escrituras»
(Lc 24,45).

En la Palabra de Dios se refleja el llamado constante que hace

a los hombres a servirle en una vocación especifica, así el
sacerdote debe comprender que su servicio está orientado a
dejarse guiar por la Palabra y a su vez ser portavoz de esta, para
poder ser capaz de iluminar el camino, de quién, con un corazón
dispuesto desea conocer y seguir a Dios. Por tanto, para mí la
Palabra conduce mi ministerio y lo confronta continuamente,
para no olvidar que no soy dueño de la gracia de Dios, sino sólo
su administrador. Dios me conceda ser fiel a su Palabra.
Pbro. Alonso Pérez Montoya,
Párroco de Ntra. Sra. de San Juan de los Lagos.

La Palabra de Dios es fuente de la Revelación de Aquel que nos

ha creado, nos ha redimido y nos santifica durante el recorrido
de nuestra vida, es por ello que me parece justo, o mejor dicho
adecuado expresar que, en mi experiencia como presbítero de
la Iglesia, dicha Palabra es fundamental para conocer a Dios y
reconocerme a través de Su acción en mi propia historia. Es Ella
la que me anima y fortalece, es Ella la que me da claridad, es
Ella también la que me invita a ser consciente de mi fragilidad y
necesidad de conversión. Pbro. Jesús Treviño Guajardo
Vicario en Parroquia san Juan Bosco.

Carta Apostólica <<Motu Proprio>> del Papa Francisco “Aperuit Illis” con la que se instituye el Domingo de la Palabra de Dios, n. 2
Carta Apostólica <<Motu Proprio>> del Papa Francisco “Aperuit Illis” con la que se instituye el Domingo de la Palabra de Dios, n. 8

Luis Miguel Éxiga López

2do. de Teología
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ACTIVIDADES NOVIEMBRE - DICIEMBRE
CONOCE Conoce

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Día del Seminario
El mes de febrero es un tiempo muy
especial para nosotros los seminaristas, es
el «mes del seminario» y mes de celebrar
y agradecer por nuestras vidas y nuestro
llamado. Cabe recordar que esto no es
nuevo, es una fiesta que ha estado en
nuestra institución y en la Iglesia que
peregrina en Monterrey desde hace años, y
éste no es la excepción.
El Seminario de Monterrey acude al Pueblo
de Dios, a las parroquias, a que le ayuden a
celebrar este acontecimiento con acciones
muy concretas: pidiendo que se unan en
oración por el aumento de vocaciones y
solicitando ayuda económica para sostener
nuestras casas de formación.
Estos días de preparación del día del
seminario, sirven para motivar a la gente
a orar durante toda la semana por las
vocaciones sacerdotales y estar preparados
para celebrar este gran día, que en este año
lo festejaremos en todo el mes de febrero
y en cada fin de semana se harán visitas a
diversas zonas de la Arquidiócesis.
Bien sabemos todos nosotros que nuestro
pueblo atraviesa algunas situaciones
difíciles que afectan a nuestra población y
principalmente a nuestras familias.
Alexis de Jesús Hernández Fuentes
Diácono
Conoce
También somos conscientes de la pérdida de
valores morales y cristianos, consecuencia
de una vida llevada por el egocentrismo
y materialismo. Por otro lado, tenemos en
nuestra Iglesia la escasez de sacerdotes,
¡No nos damos abasto! Ciertamente somos
muchos los ciudadanos y muy pocos los
que velan por el pueblo de Dios.
En mi experiencia esto se debe a la falta de
escucha de nuestro pueblo, nuestra ciudad,
cómo vamos a pedir que los jóvenes
escuchen la voz de Dios si a su alrededor
hay muchas otras voces que les dicen
¡ven! Y los distraen de lo verdaderamente
importante ¡hacer la voluntad de Dios!
Es cierto que no todos son llamados al
sacerdocio. Es aquí donde necesitamos
su ayuda en la oración, dice Jesús: pidan
obreros a su mies, ya que es mucha y los
trabajadores pocos (Lc 10, 2) y en otra parte
dice que el Señor va a dar lo que necesitan
si no se cansan de pedir (cfr. Lc 11, 5-13), por
esto pidamos al Señor arduamente por los
jóvenes inquietos para que sepan escuchar,
por nosotros los seminaristas para seguir
perseverando y por los sacerdotes para
que el Señor haga fecundo su apostolado.
¡Feliz día del Seminario!
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Llamados para servir

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Tema de actualidad

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 Llamados para servir
"¡Aquí estoy Señor porque me has llamado!"
El Señor Jesús tiene para cada ser
humano una misión en esta tierra, una
misión que implica renuncia, sacrificio,
valor, pero sobretodo, una misión que se
hace con amor. A lo largo de nuestra vida,
Él nos va dando luces para descubrir cuál
es esta invitación que tiene para nosotros,
y ese llamado, es un regalo de Dios para
ti, como buen Padre que busca lo mejor
para sus hijos.
Soy Jesús Emmanuel, tengo 22 años
y curso mi sexto año de formación en
la etapa configurativa del Seminario
Arquidiocesano de Monterrey, y puedo
dar testimonio que a lo largo de mi vida
he podido experimentar de muchas y
diversas formas el amor misericordioso
de Dios, una de ellas fue cuando escuché
su voz por primera vez y es de la que
quiero platicarles.
Desde muy pequeño, gracias a mi mamá
conocí a Dios, ya que domingo tras
domingo me llevaba a la Santa Misa en
la parroquia San Jorge Mártir en San
Nicolás de los Garza, para mí era un
momento muy especial, mágico, único,
pues disfrutaba mucho de la alabanza, los
cantos, al grado que anhelaba el domingo
para poder participar en la celebración.
Esta pequeña semillita de la fe no se
acrecentaba solo con la misa; en casa,
mamá me enseñó a orar, a hablar con
Dios, a verlo no como alguien lejano,
sino como un amigo y fue así como pude
palpar por vez primera ese amor que Él
nos tiene a sus hijos.
14
Con el paso del tiempo, todo aquello me
fue gustando más y más, hasta que un
día al salir del jardín comencé jugar a “La
misita" en mi casa; porque, así como veía
a la gente feliz en la Iglesia, quería verlos
en mi casa; además, yo quería hacer que
bajara Jesús como lo hacía el sacerdote,
porque ese momento era para mí muy
especial dentro de la celebración. Nunca
fui de carritos, pelotas, muñecos de
acción, yo pedía imágenes de la Virgen
María, una cruz, una casullita, eso era
lo que el pequeño Chuyito anhelaba y
pedía con mucha insistencia, hasta que
me llamaron la atención en casa "por
no ser algo muy normal en un niño". Me
metieron a practicar un deporte, para
ver si ese "jueguito" se me olvidaba.
Aun así, seguíamos participando en la
misa, asistíamos con frecuencia a las
actividades parroquiales, las pascuas
infantiles, las pláticas cuaresmales que
organizaban las religiosas, además de que
mamá era catequista y de vez en cuando
me llevaba a sus formaciones de Biblia.
Para participar más de cerca y crecer más
en mi relación con Jesús, pedí a mi mamá
me metiera a algún grupo de los que la
parroquia tenía para niños, estuve en el
coro “Venid a Mi”, que cantaba en la Misa
de Niños cada domingo, ahí estuve dos
años antes de entrar al catecismo para
hacer los sacramentos. Y una vez que
terminé los sacramentos, me gustó tanto
la catequesis que pedí quedarme como
ayudante en el grupo, (nada más por 8
años).
 Llamados para servir

Años más tarde, durante la adolescencia,

una amiga (hoy Religiosa Oblata de Jesús
Sacerdote) me invitó a el grupo "Yahvenessi"
tenía yo como 14 años.

Casualmente, el día que entré al grupo era

el último domingo de agosto, que coincidió
con la «Marcha Vocacional» de ese año.
Rosa (ese es el nombre de mi amiga) sabía
un poco de la inquietud que traía y me
platicó sobre el «Proceso Vocacional», me
animé pero me sentía aún muy chico para
vivirlo. De todos modos llené mis datos en
una tarjetita para el proceso y cada sábado
hablaba un seminarista que ponía mucho
gorro invitándome a los retiros. Así fue por
2 años y nunca asistí a ningún retiro.

En el 2016, no pude asistir a la «Marcha

Vocacional» por un compromiso con
Catequesis; y por cosas del destino, ese
año inicié mi proceso vocacional. El Padre
Lorenzo Barrera (que era el párroco en ese
entonces) sabía algo de lo que yo sentía
y fue por invitación de él, que ahora sí me
animé a vivir el «Proceso Vocacional». Al
principio, tenía mucho miedo, pero al cruzar
la puerta de ese lugar, encontré a muchos
chavos de mi edad (algunos menores y
otros más grande) que tenían algo en
común conmigo, ¡Nos sentíamos atraídos
por Jesús!. Durante cada retiro que iba
viviendo, me iba gustando más y más (igual
que la misa cuando era pequeño).

Algo que me ayudó mucho en el proceso fue

la Misión de Semana Santa (fue la primera
misión en mi vida). Por lo regular, siempre
había vivido la celebración de la Semana
Santa en la parroquia, y esta experiencia
de vivirla fuera y con jóvenes con un mismo
ideal que el mío, hizo que el amor por Jesús
que yo sentía mucho, se incrementara más
aún.

15
 Llamados para servir

Un día un santo sacerdote me dijo: cuando

Dios te quiere, te sigue, te persigue y te
consigue... Y esto, es lo que, prácticamente,
Dios ha hecho en mi vida. Desde pequeño
he experimentado su amor, su cercanía y
esa invitación a hacer bajar a Jesús en la
Consagración… ¡como lo hace el sacerdote!
Y aquí estamos.

Hoy, seis años después, puedo dar

testimonio de que he sentido su presencia
en mi caminar, hay momentos de alegría
y felicidad que la verdad, no se comparan
con ninguna otra cosa; pero también
he sentido momentos de tristeza, pero
recuerdo siempre que el Señor convierte
nuestro dolor en gozo y con su gracia, todo
lo podemos. Y como respondía Samuel,
quien también desde muy pequeño
conoció a Dios gracias a su mamá, cada
día respondo: "¡Aquí estoy Señor porque
me has llamado!".

¡Ánimo! No tengas miedo, nos dice Jesús

en el Evangelio. Él nos hace una invitación
a cada uno de nosotros. Como buen Padre,
quiere lo mejor para sus hijos. Responde
al llamado que Dios te hace, te prometo
que esa felicidad y satisfacción, no la
encontrarás en ningún otro lugar. Oren por
cada uno de nosotros, para que siguiendo
la voluntad de Dios, podamos configurar
nuestro corazón con el de Cristo Pastor, y
con nuestro testimonio de vida podamos
decir que el amor está vivo, y ese amor es
Jesucristo.

Papás, si su hijo tiene la inquietud de ser

sacerdote desde pequeño, no lo frenen,
rieguen poco a poco la semilla de la fe
para que el día de mañana florezca en el
jardín de Dios como un fruto para nuestra
Iglesia. ¡OREMOS Y TRABAJEMOS POR
EL AUMENTO Y PERSEVERANCIA DE
VOCACIONES! Jesús Emmanuel Garza Torres
1ero. de Teología
16
 ¡Oremos
unos por los otros!

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