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DERECHO ADMINISTRATIVO I

ECONOMICO
UNIDAD 3
Servicio Público

Autor: ––
Coronel Piloso Johanna
ÍNDICE

1. Unidad 3: Servicio Público .................................................................................. 3


Tema 1: Servicio Público, concepto y alcance ............................................................... 3
Objetivo: ........................................................................................................................ 3
Introducción: ................................................................................................................. 3

2. Información de los subtemas ............................................................................. 4


2.1 Subtema 1: Razón jurídica y política .................................................................. 4
2.2 Subtema 2: Servicio público y Función Administrativa ................................... 11
2.3 Subtema 3: Administración pública y Prestaciones Públicas ........................... 17
2.4 Subtema 4: Clasificación de los servicios públicos ........................................... 21

3. Preguntas de Comprensión de la Unidad .......................................................... 26

4. Material Complementario................................................................................ 27

5. Bibliografía ...................................................................................................... 28

2
Servicio Público

1. Unidad 3: Servicio Público


Tema 1: Servicio Público, concepto y alcance
Objetivo:

Determinar qué es el servicio público y cuáles son sus efectos en el Derecho


Administrativo.

Introducción:
El presente texto contiene información resumida de cada uno de los temas que
comprende la unidad 3 tema 1 para lo cual se enfoca sobre el estudio, del servicio
público.
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2. Informacion de los súbtemas


2.1 Subtema 1: Razón jurídica y política
GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
Juan Jacobo Rosseau acuñó en Francia la locución servicio público, empleado en su libro
El contrato social, y, en el siglo XIX, la idea del servicio público apareció en el ámbito
jurisprudencial francés, como un subproducto del deslinde de competencias.
En España fue también un producto marginal, originado al regularse la desamortización
de los bienes eclesiásticos.

Un aporte importante para el desarrollo definitivo de la noción del servicio público lo


constituyen sin duda alguna las conclusiones del comisario de gobierno David y el
correspondiente arrêt Blanco del Tribunal de Conflictos, de fecha 8 de febrero de 1873.
Como factores que propician de manera relevante la gestación de la idea del servicio
público podemos citar:

 La teoría de la separación de poderes o separación de funciones del poder


público.
 El desarrollo tecnológico que entraña la revolución industrial.
 La secularización de las actividades eclesiásticas relativas a la salud, la educación
y el bienestar social.
 La apertura al público de la posta real.
 La desamortización de los bienes eclesiásticos.
 El intervencionismo del Welfare State o Estado de bienestar.
 La creación de una jurisdicción administrativa separada de la jurisdicción judicial
y de la administración activa.
 La necesidad de dar fundamento a la atribución administrativa del gobierno.
 La necesidad de contar con una pauta para el reparto de competencias entre los
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órganos administrativos y judiciales.


 La noción del servicio público evoluciona doctrinalmente por la variedad de
versiones que registra la doctrina acerca de su dimensión y peso, pues unos
autores le asignan una magnitud descomunal, mientras otros le niegan
importancia e incluso dudan de su existencia.

TEORÍAS ACERCA DEL SERVICIO PÚBLICO


La doctrina registra la conformación de cuatro corrientes en torno al tamaño, peso e
importancia de la noción del servicio público, a saber:
teorías que consideran al servicio público como toda actividad que deba ser asegurada,
reglada y controlada por los gobernantes;

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teorías que interpretan al servicio público, como toda actividad de la administración


pública;
teorías que entienden al servicio público como una parte de la actividad de la
administración pública;
teorías que conceden escasa o ninguna importancia a la noción de servicio público.

Por otra parte conviene enfatizar que la configuración y el diseño de la noción de servicio
público se han visto afectados seriamente por un problema de carácter semántico, cuya
consecuencia consiste en denominar de distinta manera una misma actividad; por tal
motivo, lo que para unos autores es servicio público, para otros viene a ser función
pública o cometido esencial, que con esos y otros nombres llaman a una misma
actividad, sin ponerse de acuerdo en ese “diálogo de sordos” a que se refiere Waline, en
el que “no hay posibilidad de entendimiento cuando cada uno de los que discuten da
diferente significado a las mismas palabras”.

Otro punto altamente controvertido en la tarea de configurar la noción de servicio


público ha sido el determinar si el acento público lo pone el órgano que presta el
servicio, o la necesidad cuya satisfacción pretende, o el régimen jurídico al que se
somete, o si es la ley la que lo imprime.
Pese a tanta controversia en torno a la noción del servicio público, se da una realidad
innegable: el derecho positivo de muchos países del mundo, acorde con la corriente
doctrinaria que considera servicio público a tan solo una parte de las actividades de la
administración pública, ha asignado dicho carácter a un número importante de
actividades que son desempeñadas directamente por las instituciones públicas, o se
delega su realización a los particulares mediante el régimen de concesión.

No obstante que haya quien niegue importancia a dicha noción, resulta impresionante
la cantidad de recursos humanos, financieros, tecnológicos y materiales destinados a la
instalación y funcionamiento de los servicios públicos.
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DEFINICIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO


Definir es expresar en forma breve, precisa y completa lo que debe entenderse por una
cosa o explicar el significado de un concepto.
En este entendido se propone la siguiente definición: Servicio público es toda actividad
técnica destinada a satisfacer, de manera uniforme y continua, una necesidad de
carácter general, con sujeción a un mutable régimen jurídico exorbitante del derecho
ordinario, ya por medio de la administración pública, bien mediante particulares
facultados para ello por autoridad competente, en beneficio indiscriminado de toda
persona.
En el sentido que empleo en esta ponencia, el servicio público viene a ser, pues, una
actividad destinada a satisfacer una necesidad de carácter general bajo un régimen

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jurídico especial, exorbitante del derecho privado. Si tal actividad la reconoce la ley
como servicio público, entonces se atribuye a la administración pública, ya para que la
desempeñe directamente o, bien, indirectamente, por medio de particulares en quienes
delega su ejecución, por ejemplo, bajo el régimen de concesión, estaríamos, según el
profesor Arnaldo de Valles, frente a un servicio público en estricto sentido, o sea
propiamente dicho.

Mas, si dicha actividad no está considerada por la ley como servicio público y, por tanto,
puede ser desarrollada directamente por particulares, por no estar atribuida a la
administración pública ni al Estado, en cuyo caso estaríamos, entonces, ante un servicio
público impropiamente dicho o virtual.

No es la ley la creadora del servicio público impropio o virtual, pues este deriva de un
permiso, licencia o –como también se le suele llamar, de una autorización de carácter
administrativo que destraba el ejercicio de un derecho individual limitado, de realizar
una actividad privada destinada al público, o sea a diferencia de la actividad comercial
ordinaria–, con obligación de realizarla en servicio de quienquiera que lo solicite, y en el
orden en que se presente, con apego a una regulación jurídica especial que incluye, por
regla general, la fijación de una tarifa obligatoria.

En México, el artículo 28 constitucional previene que “La sujeción a regímenes de


servicio público se apegará a lo dispuesto por la Constitución y solo podrá llevarse a cabo
mediante ley”. Consecuentemente las actividades no sujetas por ley a régimen de
servicio público, pero destinadas a satisfacer necesidades de carácter general y
sometidas a régimen de servicio público, serán servicios públicos impropios o virtuales,
como ocurre con la banca que durante un tiempo fue servicio público propiamente
dicho–; la radio y la televisión que en otros países se consideran como servicios públicos
propios–, entre otros.
En cambio, algunos servicios públicos, como el de los taxis, que en el Distrito Federal se
consideran como “propios”, en otros países se les tiene como servicios públicos
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impropios o virtuales.

En el globalizado mundo de nuestros días, es un hecho incontrovertible la asimetría de


las economías de los Estados de la comunidad internacional y la diversidad de desarrollo
económico, social, político y cultural de los mismos, circunstancia que redunda en
requerimientos distintos de categorías, instituciones y normas jurídicas, lo cual ocurre,
en buena medida, porque lo que es bueno para los países desarrollados no siempre lo
será para los subdesarrollados; ya que los primeros exportan capital, tecnología y
productos terminados; los segundos exportan deuda, mano de obra y materias primas;
las referidas potencias extranjeras exportan industrias maquiladoras para evitarse

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problemas de degradación del ambiente, en tanto que México las importa, junto con el
riesgo del manejo de sustancias tóxicas y peligrosas.

Algunos autores plantearon la idea de que el servicio público había perdido su razón de
ser, habida cuenta de la transformación radical de las circunstancias económicas,
sociales, políticas y culturales que le dieron origen; en esta tesitura, el profesor Gaspar
Ariño Ortiz señaló: “El servicio público fue un instrumento de progreso y también de
socialización, especialmente en los Estados pobres, a los que permitió mejorar la
situación de todos. Pero su ciclo ha terminado. Cumplió su misión y hoy –como dice José
Luis Villar– hay que hacerle un digno entierro”.4 Mas la opinión, muy respetable, del
distinguido jurista español, quizá pudiera ser aplicable a España –aun cuando contradiga
el artículo 128 de la Constitución española–, en su calidad de miembro de la Unión
Europea, mas no válida para todos los países, dada la asimetría de sus economías y la
diversidad de desarrollo económico, social, político y cultural de los mismos, toda vez
que en algunos, la idea de servicio público sigue siendo un instrumento de gran valía.

Hace ya dos y medio siglos que el célebre ginebrino Juan Jacobo Rousseau acuñara en
las páginas de El contrato social la expresión ‘servicio público’ que años después se
volvería moneda corriente en el léxico jurídico-político, con un significado de actividad
personal obligatoria en beneficio del Estado, al afirmar: “Desde el instante en que el
servicio público deja de ser el principal interés de los ciudadanos y que prefieren servir
con su bolsa, antes que con su persona, el Estado se encuentra ya cerca de su ruina”.

Si bien es cierto que la expresión ‘servicio público’ aparece en las páginas de El contrato
social, publicado por vez primera en 1762, también lo es que durante un siglo la idea del
servicio público deambuló por los textos legales, jurisprudenciales, doctrinales y legales,
como una nebulosa sin rumbo fijo, por no ser más que una idea ubicua e imprecisa.

Hace cuatro años, el 16 de diciembre de 2005, se cumplió el sesquicentenario de la


emisión, en Francia, del arret Rotschild, cuyas ideas inspiraron al Comisario David en la
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elaboración de sus conclusiones que, a su vez, orientaron al Tribunal de Conflictos en la


elaboración del célebre arret Blanco dictado el 6 de febrero de 1873, rescatado en su
esencia por Georges Teissier para proponer al servicio público como el fundamento de
una teoría integral de la competencia y aun del derecho administrativo, expuesta en su
tratado.
La responsabilité de la puissance publique,6 en clara adhesión a las ideas de referencia,
conforme a las cuales el servicio público emerge como un subproducto del deslinde de
competencias. Las ideas y nociones del arrét Blanco sobre el servicio público, una vez
redescubierto por Teissier, fueron cada vez más citadas y empleadas en las resoluciones
de los tribunales franceses ordinarios, administrativos y de conflictos; Teissier mismo,
por ejemplo, las utilizó en sus conclusiones para el arrét Feutry.

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Con el paso del tiempo, la noción del servicio público no se redujo a una pauta para el
deslinde de competencias ni tampoco se circunscribió a la jurisprudencia francesa sino
que incrementó tremendamente su importancia e impactó fuertemente en la doctrina,
al grado que el profesor de la Universidad de Burdeos, León Duguit, fundador de la
llamada Escuela de Burdeos, consideró a la noción del servicio público sustitutiva del
concepto de soberanía, como fundamento del derecho público, porque, en su opinión,
“El Estado no es un poder que manda, es un grupo de individuos que tiene una fuerza
que debe emplear en crear y dirigir los servicios públicos.

La noción de servicio público deviene la noción fundamental del derecho público


moderno”.7 La desmedida importancia y magnitud que Duguit pretendió dar a la noción
de servicio público no pudo mantenerse por mucho tiempo, como se comprueba
actualmente en México, donde se le considera como una parte de la actividad de la
administración pública.

Se agrega a la reducción de la importancia de la noción del servicio público, la


circunstancia de que su diseño y desarrollo se ha visto afectado seriamente por un
problema de carácter semántico, cuya consecuencia consiste tanto en denominar de
distinta manera una misma actividad, como en emplear una misma denominación para
varias actividades diferentes; por tal motivo, lo que para unos autores es servicio
público, para otros viene a ser función pública o cometido esencial y viceversa, que con
esos y otros nombres llaman a una misma actividad, sin ponerse de acuerdo en ese
diálogo de sordos a que se refiere Marcel Walline, en el que “no hay posibilidad de
entendimiento cuando cada uno de los que discuten da diferente significado a las
mismas palabras”.

En México, ha logrado consenso considerar al servicio público –en una de sus


acepciones–, como una actividad técnica destinada a satisfacer una necesidad de
carácter general, suma de muchas necesidades individuales iguales, con sujeción a un
régimen exorbitante del derecho privado; esta idea está implícita en diversos artículos
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constitucionales que hacen referencia a servicios públicos específicos, como el de


educación, el de correos, el de telégrafos, el de transporte ferroviario, el de suministro
de energía eléctrica, el de suministro de agua potable, el de drenaje, el de alumbrado
público, el de limpia y recolección de residuos sólidos, el de panteones y el de rastro,
entre otros.
Sin embargo, la Constitución mexicana emplea también la locución servicio público en
el sentido de actividad personal –obligatoria o no– realizada en beneficio del Estado,
con o sin remuneración, o sea, de empleo o cargo público remunerado o no, de actividad
a desarrollar en ejercicio del poder público, así como de organización de medios para
desempeño de tareas gubernamentales o logro de fines estatales.

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Entendido como actividad destinada a satisfacer necesidades de carácter general, el


servicio público es una técnica de protección al usuario que permite colectivizar la
satisfacción de necesidades de carácter general, con lo cual se evita que cada usuario se
procure la satisfacción de su propia necesidad, lo que redunda en una división del
trabajo, en una reducción del costo de la satisfacción y una mayor calidad del mismo;
por ello debe figurar entre los objetivos del Estado mexicano –con 61 de los 107 millones
de habitantes sumidos en la pobreza– asegurar la prestación de los servicios públicos de
la mejor manera posible y velar por la seguridad y el interés de sus usuarios, por lo que
habrá de perfeccionarse su marco jurídico, para lo cual es necesario diferenciar al
servicio público de la función pública.

Se entiende por función pública la actividad esencial y mínima del Estado, fundada en la
idea de soberanía, que conlleva el ejercicio de potestad, de imperio, de autoridad –de
donde su índole indelegable–, cuya realización atiende al interés público.
Es una actividad esencial, porque si el Estado no la ejerce, tiende a desaparecer. En la
función pública se pueden distinguir distintas clases, entre las que destacan la legislativa,
la jurisdiccional y la administrativa.

Con gran acierto, el respetado jurista argentino Manuel María Díez planteó que “el
término función pública debe reservarse para designar los modos primarios de
manifestarse la soberanía, de donde la numeración primaria de las funciones del Estado,
legislativa, ejecutiva y judicial”.

En cambio, el servicio público, al ser una actividad muy importante, no es esencial para
el Estado; además los propósitos de ambas categorías son diferentes: la función pública
trata de satisfacer necesidades públicas, entendidas como necesidades de las personas
públicas, como el Estado y el municipio, en tanto que el servicio pretende satisface
necesidades individuales generalizadas, o sea, de carácter general.
Como apuntara el profesor español José Antonio García Trevijano Fos, las funciones
publicas “están de tal forma unidas a la esencia del propio Estado que solamente él
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puede desarrollarlas directamente. Aun aceptando un criterio pluralista, tanto social


como jurídico, hemos de considerar que tales funciones forman parte de la esencia
estatal, y únicamente el grupo soberano, es decir, el Estado, las asume y las ejercita
directamente”.

En tanto que el servicio público entraña la aspiración solidaria de poner al alcance de


todo individuo, al menor costo posible y bajo condiciones que garanticen su seguridad,
el aprovechamiento de la actividad técnica que satisfaga la necesidad de carácter
general, en la que cada quien puede identificar su propia necesidad individual.
https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/2891/1/03-

Fern%C3%A1ndez.pdf

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EFECTOS JURÍDICOS Y POLÍTICOS DEL SERVICIO PÚBLICO


Planteamiento: clases de la actividad administrativa (la actividad formal o jurídica y la
actividad material o técnica) Lo planteo de forma simple: la función administrativa y el
servicio público o los servicios públicos, en plural, son especies de la actividad
administrativa. El poder ejecutivo del Estado debe desarrollar lo que llamaremos la
actividad administrativa del Estado. Esta actividad los mandatos constitucionales y los
mandatos de la ley. Eso aparentemente es fácil. Y no lo es. No lo es porque la actividad
administrativa es de las tres funciones estatales, la más difícil de retratar: se mueve y tiene
variasfacetas. Es la que le confiere al Estado, mayor legitimidad. Se trata de la tarea estatal
dirigida a dar solución cotidiana a los variados problemas sociales e individuales de la
comunidad, pues tanto tiene que ejecutar una política de vivienda para los pobres como
que debe solucionar un problema de linderos entre dos vecinos e incluso debe capturar
un delincuente que se escapa. La actividad administrativa es la cara que muestra el
gobierno.

Por eso las reiteradas equivocaciones administrativas erosionan la confianza de los


administrados en el gobierno. Ahora bien, esa ejecución, o la realización de esos
mandatos normativos contenidos en normas de alto nivel, como las normas
constitucionales y las leyes, muestra dos grandes vertientes o caminos. Uno es el camino
de la ejecución formal o jurídica y otro es el camino de la ejecución material o técnica.
De la actividad formal o jurídica Examinemos el primer camino, el de la ejecución formal
o jurídica. Significa esto que la administración debe dictar ciertos actos jurídicos en
orden a cumplir la Constitución y la ley.

La administración, como poder ejecutivo, por una parte, puede crear normas, digamos,
complementarias a las contenidas en la ley.
Eso es lo que grosso modo se conoce como el poder o la facultad reglamentario. Pero la
administración también se erige como un árbitro, un gestor, un gran gerente del interés
público, en el juego que entabla con los variados intereses privados. Incluso interviene
directamente en el juego de los meros intereses privados como cuando aplica una
norma a un caso litigioso entre particulares. Cuando un particular pide una licencia para
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explotar una mina, por ejemplo, se establece una relación jurídica que inicia por tener
una tensión entre el interés general del Estado, dueño de la mina, y el legítimo interés
del particular que la pretende.

El Derecho, en especial el Derecho Administrativo minero, en ese caso, es la herramienta


que servirá para solucionar esa petición. Pero a veces la administración interviene como
un juez, como cuando resuelve una disputa entre consumidores y proveedores, con lo
cual habría intervenido como árbitro de intereses meramente privados, en principio.
El tráfico jurídico muestra variadas tensiones entre todos esos intereses, tensiones que
el Estado debe resolver mediante la adopción de decisiones de tipo jurídico-formal y con
aplicación de normas de Derecho Administrativo, casi en su mayor parte. Las

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providencias de tipo administrativo que el Estado debe dictar para lograr todos esos
cometidos son los actos administrativos, que, a su vez, se dividen entre los actos
administrativos reglas y los actos administrativos particulares. De modo que el
desarrollo y la ejecución formal o jurídicos tanto de la Constitución como de la ley viene
a ser lo que se conoce como la función pública administrativa.

Esta semana finalmente de la misma soberanía estatal y figura en el mismo sitial que la
función pública legislativa y la función pública judicial. Se trata de una misma familia de
poderes públicos cuyo tronco común es eso que se conoce como soberanía y cuyos hijos
son la ley, la sentencia y el acto administrativo, este último, de dos categorías, para estos
efectos: el acto general o reglamento y el acto particular y concreto.

En aplicación de la Constitución y la ley, el gobierno puede reglamentar, esto es, expedir


un acto administrativo general en cualquiera de los sectores de la administración. Esta
facultad reglamentaria está esparcida por todo lo largo y ancho del andamiaje de la
administración. Así que el presidente de la república, los ministros, los gobernadores,
alcaldes, asambleas, concejos municipales, agencias, comisiones, comités, juntas,
etcétera, ostentan, según diferentes niveles e interacciones normativas, la competencia
reglamentaria, que es una expresión de la función pública administrativa productora de
reglas generales abstractas, similares a la ley formal que expide el Congreso de la
República. El reglamento no puede ser tratado de la misma manera que le acto
administrative particular
https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/contexto/article/download/3852/4107/

2.2 Subtema 2: Servicio público y Función


Administrativa
EL SERVICIO PÚBLICO Y FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
El derecho administrativo definido por la noción de “poder público”. De acuerdo a esta
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teoría, se aplicaba el derecho administrativo y por tanto conocía la jurisdicción


contencioso-administrativa, respecto a los asuntos en los cuales se estaba frente a una
actividad de autoridad; y se aplicaba el derecho común y conocía la jurisdicción común,
respecto a aquellos asuntos en los cuales la administración hacía uso de los actos de
gestión. Rodríguez (1995) describe estas actividades de la siguiente manera:
La actividad de poder o de autoridad, que consistía en que los órganos del Estado
actuaban por medio de órdenes, prohibiciones y reglamentaciones unilaterales, es decir,
actuaciones con las cuales el Estado manifestaba una voluntad de mando.

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Esta actividad daba lugar, por tanto, a la expedición de actos de poder o de autoridad.
La actividad de gestión, que consistía en aquellas actuaciones que realizaba el Estado sin
utilizar su poder de mando y que, por consiguiente, eran semejantes a las actuaciones
de los particulares. Cuando el Estado actuaba de esta forma, lo hacía mediante actos de
gestión.
Estos criterios diferenciadores cumplían su cometido debido al limitado campo de
actuación que tenía el Estado, donde se diferenciaban con facilidad las funciones que
cumplía el Estado de las actividades ejercidas por particulares, frente a esto Rodríguez
(1995) indica: Esta idea del poder público se acomoda a la actividad del Estado de la
época, regido por los principios del liberalismo clásico.

En efecto, el llamado Estado-gendarme, cumplía casi exclusivamente tareas de tipo


político: las relacionadas con la guerra (defensa exterior), la policía (control del orden
interno) y la administración de justicia, las cuales se diferenciaban claramente de las
actividades particulares por el poder de mando que implicaba su ejercicio.

Fue la limitación en el actuar de la administración lo que le dio validez a la teoría según


la cual el derecho administrativo se definía por la noción de “poder público”, pero
también fue este reducido campo de actuación lo que llevó a la inaplicabilidad de esta
teoría.

El motivo de esto fueron los servicios técnicos que empezó a prestar el Estado a la
comunidad, en los cuales no se materializa la actividad de poder o de autoridad, por lo
que los actos de poder o de gestión no fungían como un criterio diferenciador efectivo.

La transición del “poder público” hacia el nuevo factor diferenciador es explicado por
Rodríguez (2011) de la siguiente forma: Si la noción de poder o mando ya no era el
elemento esencial que permitía diferenciar claramente la actividad administrativa de la
realizada por los particulares, algunos autores a comienzos del siglo XX consideraron
que era necesario encontrar una nueva noción.
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Fue así como basados en algunos fallos importantes de la jurisprudencia de finales del
siglo XIX y comienzos del XX, como el famoso fallo Blanco, del Tribunal de Conflictos
(1873) y el fallo Terrier, del Consejo de Estado (1903), concluyeron que la nueva noción
clave era la de servicio público, caracterizada por un elemento fundamental que era la
búsqueda del interés general.

EL DERECHO ADMINISTRATIVO DEFINIDO POR LA NOCIÓN DE “SERVICIO PÚBLICO”.


La prestación de servicios públicos fue el nuevo criterio diferenciador utilizado para
identificar las actividades propiamente administrativas, al mismo 9 tiempo que
fundamentaba la existencia de la administración y la aplicación de la jurisdicción

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contencioso-administrativa con una normatividad especial, frente a esto Santofimio


(2003) indica:

La prestación de los servicios públicos constituye una de las actividades clásicas de la


administración pública, desarrollada primordialmente en Francia, como columna
vertebral no sólo para identificar las actividades propiamente administrativas, sino
también para justificar la existencia de un derecho especial administrativo con principios
y fundamentos diversos a los del derecho común, así como un control jurisdiccional
propio y autónomo para juzgar a la administración en sus litigios con los particulares.

Desde el punto de vista material el servicio público como actividad vinculante de la


administración pública significa una forma alternativa propia de la concepción francesa
de entender el interés general y las responsabilidades públicas frente a la comunidad.

De acuerdo a lo anterior, los servicios públicos eran considerados como aquellas tareas
de tipo político que tradicionalmente cumplía el Estado, además de abarcar aquellos
servicios técnicos adoptados por el Estado en los cuales no está presente la noción de
poder público.

Estos servicios técnicos se diferenciaban de las actuaciones de particulares por buscar la


satisfacción del interés general, justificándose de esta forma la aplicación de normas
especiales que componían este último, dicha justificación es explicada por Duguit (citado
en Marín, 2010).

La noción del servicio público sustituye al concepto de soberanía como fundamento del
derecho público. Seguramente esta noción no es nueva.

El día mismo en que bajo la acción de causas muy diversas, cuyo estudio no nos interesa
en este momento, se produjo la distinción entre gobernantes y gobernados, la noción
del servicio público nació en el espíritu de los hombres. En efecto, desde ese momento
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se ha comprendido que ciertas obligaciones se imponían a los gobernantes para con los
gobernados y que la realización de estos deberes era a la vez consecuencia y la
justificación de su mayor fuerza. Tal es esencialmente la noción de servicio público.

Esta noción clásica de servicio público, la cual es orgánica al ser los servicios públicos
prestados únicamente por el Estado, y su elemento esencial consistente en la
satisfacción del interés general; es una de las razones por las cuales, hoy en día, se
presenta controversia a la hora de definir si la prestación de servicios públicos constituye
o no función administrativa, aspecto en el cual se profundizará más adelante.

CRISIS DE LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO.

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La noción clásica de servicio público llegó a un estado de crisis por varios factores,
Rodríguez (1995) indica: A partir de la Primera Guerra Mundial y como consecuencia de
las nuevas ideas sobre intervencionismo del Estado, la actividad de este último continuó
evolucionando y fueron apareciendo nuevos servicios de carácter económico hasta
llegar a los llamados servicios industriales y comerciales, que ya no se diferenciaban
claramente de las actividades de los particulares.

Por su parte, en un movimiento inverso, también tomó un desarrollo importante la


colaboración de los particulares en las tareas de servicio público, ya que el Estado no las
podía asumir todas.

Por su parte, Marín (2010) atribuye la mencionada crisis a los siguientes motivos: La
noción anterior empezó a revaluarse en virtud de la dinámica moderna que domina la
economía y el mercado, así como las nuevas concepciones políticas, culturales y sociales
donde participa el Estado, y desde las cuales se reconsideró la prestación del servicio
bajo la forma del monopolio.

A esto se suma que la participación de los particulares en las actividades estatales,


especialmente en la prestación de los servicios públicos, obedece a la teoría de la
colaboración armónica, no solo entre los poderes del Estado, sino entre el Estado y el
sector privado, quienes confluyen mediante la solidaridad y la participación activa, como
promotores, incluso, desde el mercado, de actividades que generan bienestar social.

Tras analizar ambas explicaciones, se puede identificar como las nuevas ideas frente al
intervencionismo estatal, los servicios industriales y comerciales del Estado, y las nuevas
dinámicas del mercado entre otros factores; llevaron a la noción del servicio público a
la crisis enunciada.
La convergencia de estos elementos se materializó específicamente en dos
circunstancias, respecto a las cuales ambos autores tienen un punto de encuentro,
siendo estas la participación del Estado en actividades desarrolladas por los particulares
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y la presencia de los particulares en las actividades que eran desarrolladas de forma


monopólica por parte del Estado.

Esta presencia de particulares en las actividades que anteriormente eran desarrolladas


monopólicamente por parte del estado, fue requerida con el propósito de adquirir los
beneficios de las dinámicas del mercado, debido a que, 12 como indica Rodríguez (1995),
el Estado no era apto para cumplir con todas las tareas relativas a la prestación de
servicios públicos.

Por lo anterior, la prestación de servicios públicos se ve expuesta a un nuevo modelo, el


cual permite la participación de particulares bajo las dinámicas del mercado, dinámicas

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con las cuales quien resulta beneficiado es el usuario de los servicios públicos, puesto
que las entidades prestadoras de servicios públicos buscan la obtención de una mayor
clientela, incrementan la cobertura y mejoran la prestación del servicio al tiempo que
sostienen una tarifa adecuada para competir en el mercado.

El papel que funge el mercado en este cambio es explicado por Ariño (citado en
Santofimio, 2003, al fundamentar la exposición al nuevo modelo de la siguiente forma:

La esencia del cambio en el concepto y régimen del servicio público consiste en el paso
de un sistema de titularidad pública sobre la actividad, concesiones cerradas, derechos
de exclusiva, obligación de suministro, precios administrativamente fijados, carácter
temporal (con reversión-rescate en todo caso) y regulación total de la actividad, hasta
el más mínimo detalle, a un sistema abierto, presidido por la libertad de empresa, esto
es, libertad de entrada (previa autorización reglada), con determinadas obligaciones o
cargas de servicio público (se trata de un servicio de interés general esencial para las
gentes), pero con libertad de precios y modalidades de prestación, con libertad de
inversión y amortización y, en definitiva, en régimen de competencia abierta, como
cualquier otra actividad comercial o industrial, en la que hay que luchar por el cliente
(no hay mercados reservados ni ciudadanos cautivos).

Por supuesto, en este segundo modelo no hay reserva de titularidad a favor del Estado
sobre la actividad de que se trate.

Por lo expresado en este numeral, tal como lo indica Marín (2010), el tradicional modelo
francés donde el Estado poseía el monopolio de los servicios públicos, ha sido suplido
por el modelo anglosajón, en el cual, al Estado solo le incumbe la prestación de los
servicios públicos en situaciones especiales, donde es necesaria su presencia, pero es el
sector privado, aquel que en situaciones ordinarias cumple con la prestación de los
servicios públicos.
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Noción actual de servicio público Posterior a la mencionada crisis, el criterio orgánico


utilizado en la noción de servicio público se vio en la necesidad de ser reformulado en
razón a que los servicios públicos pasaron a ser prestados por el Estado y también por
los particulares, la noción de servicio público dejó a un lado la importancia que tenía
quien los prestaba, esto para darle relevancia a su naturaleza.

La ley colombiana al prohibir la huelga en los servicios públicos define a estos últimos
acogiendo un criterio material, esto lo hace en el parágrafo segundo del artículo 430 del
Código Sustantivo del Trabajo, según el cual:

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Servicio Público

Para este efecto se considera como servicio público, toda actividad organizada que
tienda a satisfacer necesidades de interés general en forma regular y continua, de
acuerdo con un régimen jurídico especial, bien que se realice por el Estado directa o
indirectamente, o por personas privadas.

Función Administrativa. Respecto a la función administrativa, el artículo 209 de la


Constitución Política de Colombia indica lo siguiente:

La función administrativa está al servicio de los intereses generales y se desarrolla con


fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía celeridad,
imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la
desconcentración de funciones.

Las autoridades administrativas deben coordinar sus actuaciones para el adecuado


cumplimiento de los fines del Estado.

La administración pública, en todos sus órdenes, tendrá un control interno que se


ejercerá en los términos que señale la ley.

A pesar de estar estipulada la razón de ser de la función administrativa y los principios


en base a los cuales se desarrolla, no hay una definición concreta de esta, lo cual
configura uno de los motivos por los cuales, se presenta controversia a la hora de
precisar si la prestación de servicios públicos constituye o no función administrativa.

Además de lo anterior, como se explicó anteriormente, según la posición que surgió en


la doctrina clásica francesa, las nociones de función administrativa y servicios públicos
han sido consideradas como equivalentes, lo cual puede generar confusión al momento
de identificar la evolución separada que han tenido ambos conceptos.
Respecto a la función administrativa y teniendo en cuenta lo indicado por el artículo 209
de la Constitución Política, es indicado precisar que esta tiene su origen en el ejercicio
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del poder de la administración pública, tal como es indicado por la Sección Tercera de la
Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, con ponencia del Dr.
Ramiro Saavedra Becerra, en sentencia emitida el 31 de marzo de 2005 con radicado
25000-23-25-000-2004-01617-01(AG)DM, la cual pregona:

La función administrativa no es una noción muy definida, de la cual se deduzca una


concepción normativa.
Además, dentro de un esquema de democracia participativa y de Estado Social, los
criterios organicistas que delimitaban dicha función, no alcanzan a cubrir todas las
posibilidades de acción estatal.

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Servicio Público

Sin embargo, se advierte en nuestro ordenamiento jurídico, que el concepto de función


administrativa tiene su génesis en el ejercicio legítimo (sic) de poder de la administración
pública con consecuencias jurídicas, que en ultimas se traduce en la expedición de actos
administrativos.

Fundamentalmente, la creación, extinción o modificación de situaciones jurídicas


generales o individuales a través de actos administrativos, opera bajo la presunción de
legalidad, la obligatoriedad intrínseca de los actos, y la capacidad para que la
administración ejecute por si misma tales decisiones.

Además del génesis de la función administrativa y la forma en que esta se materializa,


también es adecuado indicar que la función administrativa está sujeta al principio de
legalidad, Bastidas (2014) hace alusión a esto y recalca la inherente presencia de la
función administrativa cuando se está ante un acto administrativo de la siguiente
manera:

La función pública administrativa está marcada fuertemente por el llamado principio de


legalidad, que en la actualidad no consiste solo en la necesidad de que la decisión
administrativa se apegue a la ley más inmediata de sujeción, sino también a la
Constitución, y, en general, al ordenamiento jurídico completo.
La presencia de un acto administrativo indica que se ha ejercido la función pública
administrativa. Por eso ese acto administrativo se presume legal y resulta obligatorio.

De acuerdo a lo anterior, y a pesar de no contarse con una definición concreta de función


administrativa, es posible concretar que nos encontramos en presencia de esta cuando
la administración expresa su voluntad a través de los actos administrativos, los cuales
bajo la presunción de legalidad con obligatoriedad intrínseca, crean, extinguen o
modifican situaciones jurídicas generales o individuales.

2.3 Subtema 3: Administración pública y Prestaciones


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Públicas
RELACIÓN ENTRE FUNCIÓN ADMINISTRATIVA Y PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS
Como se mencionó con anterioridad, las nociones de función administrativa y prestación
servicios públicos llegaron a ser consideradas como equivalentes, contemplación propia
de la doctrina clásica francesa, la cual predominó durante el periodo en que se efectuó
el surgimiento de la noción de servicios públicos como tales, esto mediante su adopción
monopólica por parte del Estado.

FORMATO CONTROLADO: FR0018/ v3.0 17


Servicio Público

Sin importar que los conceptos de función administrativa y servicio público han
evolucionado de forma separada, ambos continúan fielmente arraigados a su finalidad
de origen, siendo esta, el interés general. Incluso este es uno de los argumentos
utilizados por la tesis positiva, según la cual, el servicio público constituye función
administrativa. Además de lo anterior, como indica Marín (2010), aunque no de forma
absoluta, la mayoría de los servicios públicos están a cargo de la rama ejecutiva, motivo
por el cual, aquellos son permanentemente asociados con esta y la función
administrativa que desarrolla.
Esta complicada evolución de los conceptos de función administrativa y prestación de
servicios públicos, con puntos de bifurcación e intersección, se presta para ser
interpretada de forma diferente de acuerdo a los distintos pensamientos que se tienen
respecto al papel que cumple el Estado e ideologías político-económicas.

Es por esto que en razón de brindar claridad al respecto, se enunciarán las


consideraciones de las Altas Cortes de Colombia, las cuales basan los cimientos de sus
decisiones en los cambios surgidos a partir de la promulgación de la Constitución Política
de 1991.

La Sección Tercera del Consejo de Estado, en sentencia con radicado 50001- 23-31-000-
2003-00020-01(AP), emitida el 13 de mayo de 2004 con ponencia de la Dra. María Elena
Giraldo Gómez, , indica:

El modelo constitucional económico de la Carta Política de 1991 está fundado en la


superación de la noción “francesa” de servicio público, conforme a la cual éste era
asimilable a una función pública, para avanzar hacia una concepción económica según
la cual su prestación está sometida a las leyes de un mercado fuertemente intervenido;
así se deduce del artículo 365 constitucional cuando dispone que es deber del Estado
asegurar la prestación eficiente de los servicios públicos y que estos pueden ser
prestados por el Estado, directa o indirectamente, por comunidades organizadas o por
particulares. Nótese que la norma es clara en señalar que el Estado debe asegurar la
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prestación (no prestar forzosamente) al tiempo que permite la concurrencia de Agentes


(públicos, privados o mixtos) en su prestación.

El Consejo de Estado en esta misma sentencia clarifica el cambio sufrido por la noción
correspondiente a la prestación de servicios públicos posterior a la constitución de 1991,
indicando que dicha prestación se encuentra sometida a las leyes del mercado, esto
precisando la intervención a la cual los servicios públicos 18 se ven sometidos, esto con
base en la importancia que conllevan como se indica a continuación:

De acuerdo con tal (sic) disposiciones se destaca, jurídicamente, que los servicios
públicos “son inherentes a la finalidad social del Estado”, pues contribuyen al bienestar

FORMATO CONTROLADO: FR0018/ v3.0 18


Servicio Público

y mejoramiento de la calidad de vida de la población (arts. 2 y 366 ibídem.) y es por ello


que su prestación comporta la concreción material de la cláusula Estado Social de
Derecho (art. 1 ibídem); así lo ha indicado la jurisprudencia del Consejo de Estado y de
la Corte Constitucional, como mecanismo auxiliar en la administración de Justicia (art.
230).

De manera que los derechos colectivos que se involucran en la prestación de los


servicios públicos no aluden a la función pública propia del Estado, sino a una actividad
económica que por implicar el tráfico de servicios inherentes a la finalidad social del
Estado, que la doctrina colombiana, con base en expresión foránea, llama “bienes
meritorios”, exige la intervención del mismo a través de los instrumentos tradicionales
de policía administrativa: regulación y control (inc. 2 art. 365 C. N). En otras palabras, el
bien jurídico colectivo por proteger no refiere a la función administrativa, sino a los
derechos propios de los consumidores y usuarios particularmente en lo relativo a la
calidad del servicio y a su precio.

De acuerdo a esta providencia, la prestación de servicios públicos no constituye función


administrativa, pero esta noción no es la predominante, debido a que la jurisprudencia
en su mayoría han acogido la Tesis Mixta, según la cual, si bien es cierto que la mera
prestación de servicios públicos no constituye función administrativa, dicha prestación
puede confluir con el ejercicio de la función administrativa, lo cual ocurre cuando se
requiere el ejercicio de potestades inherentes al Estado, al respecto la Corte
Constitucional en Sentencia C – 037 de 2003 con ponencia del Magistrado Álvaro Tafur
Galvis señaló: No sobra precisar, que conforme al aparte final del artículo 365 superior,
cuando el Estado se reserva para si la prestación exclusiva de un servicio público, previa
la indemnización de las personas que en virtud de la ley que así lo determine queden
privadas del ejercicio de una actividad legítima, el particular que eventualmente llegue
a prestar ese servicio por decisión del mismo Estado, por el solo hecho de dicha
prestación, o de la sola celebración de un contrato de concesión para el efecto, tampoco
ejercerá una función pública.
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Solamente en caso que la prestación haga necesario el ejercicio por parte de ese
particular de potestades inherentes al Estado, como por ejemplo, señalamiento de
conductas, ejercicio de coerción, expedición de actos unilaterales, podrá considerarse
que este cumple en lo que se refiere a dichas potestades una función pública.

Estos casos en los cuales la prestación de servicios públicos configuran función


administrativa, son ahondados por la Sección Segunda Subsección B de la Sala
Contencioso Administrativa del Consejo de Estado, la cual en providencia con radicación
ACU – 278, proferida el 28 de mayo de 1998 indica:

FORMATO CONTROLADO: FR0018/ v3.0 19


Servicio Público

En punto a la función administrativa que pueden realizar las empresas de servicios


públicos domiciliarios también aparece conveniente lo dicho por esta Corporación en al
(sic) prenotada sentencia, donde, prohijando planteamientos de la Corte Constitucional
se concluye que en determinados eventos las empresas prestadoras de servicios
públicos cumplen actividades o funciones administrativas, dando lugar a la expedición
de actos controlables por la jurisdicción administrativa, tales como los de negativa a
celebrar el contrato de servicios públicos, los que ordenan su suspensión o terminación
o deciden el corte del servicio y su facturación. Como dice la Corte Constitucional, estas
facultades incorporan la capacidad para, “(…) ejercer la autotutela, propia de las
autoridades administrativas, cuando pueden a través de decisiones unilaterales o actos
administrativos definir una controversia frente al usuario y, por consiguiente, declarar
lo que es derecho en un caso concreto, e incluso decidir el recurso de reposición contra
dichas decisiones.”

Por último, y con la finalidad de precisar otro punto de intersección entre la prestación
de servicios públicos y la función administrativa, se debe recurrir nuevamente a la
sentencia C – 037 de 2003, según la cual:

La Constitución Política, ha reservado para el Estado las funciones de regulación, control


y vigilancia de los servicios públicos, -que en si mismas corresponden cabalmente al
ejercicio de funciones públicas- , mientras que la prestación de los mismos, en la medida
en que no implica per se dicho ejercicio, ha determinado que puede ser adelantada por
el Estado, por particulares o por comunidades organizadas (art. 365 C.P.). De acuerdo a
esto, la mera prestación de servicios públicos no configura ejercicio de función pública.
Caso contrario a lo que se indica respecto a la regulación, control y vigilancia de los
servicios públicos; actividades exclusivas por parte del Estado, y en cuyo ejercicio
efectivamente se hace uso de las potestades inherentes del Estado.

Siendo este uno de los puntos de intersección más fuertes 21 entre la función
administrativa y la prestación de servicios públicos. Bastidas (2014) expresa lo
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enunciado de la siguiente forma:

El artículo 365 ya citado señala que, en todo caso, el Estado mantendrá la regulación, el
control y la vigilancia de los servicios públicos. Ahí está el conjunto de puntos de
encuentro entre la función pública administrativa y la actividad de servicio público,
actividad que, insisto, el propio Estado puede desempeñar, pero en subsidio de la
asignación hecha a los particulares para que organicen cuanta empresa sea legalmente
posible y económicamente viable en pos de satisfacer necesidades de interés general
(iniciativa privada y libre industria y comercio).

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Servicio Público

Efectos de considerar la prestación de servicios públicos como configuración de la


función administrativa Tras exponerse la relación existente entre la prestación de
servicios públicos y la función administrativa, es pertinente hacer mención de ciertos
efectos que surgirían si se considerara que la mera prestación de servicios públicos
configura función administrativa.

Como ya se mencionó, la función administrativa tiene su origen en el ejercicio del poder


de la administración pública, la cual expresa su voluntad a través de actos
administrativos. En concordancia con esto, de ser considerada la mera prestación de
servicios públicos como ejercicio de la función administrativa, todas las actuaciones de
las empresas prestadoras de servicios públicos serían consideradas como actos
administrativos, con todas las repercusiones que esto conlleva.

Es decir, todas las actuaciones de las empresas prestadoras de servicios públicos


contarían con la presunción de legalidad y la obligatoriedad intrínseca
22 características de las actuaciones de la administración pública y dichas actuaciones
estarían avaladas para crear, modificar o extinguir situaciones jurídicas generales o
individuales de forma unilateral.

Actuaciones a las que les serían aplicable los mecanismos establecidos para el control
de legalidad de los actos administrativos proferidos por las autoridades administrativas.

De acuerdo a lo anterior, las empresas prestadoras de servicio público estarían


empoderadas para adelantar actuaciones que afectan a los administrados, esto sin
necesidad de requerir una decisión judicial para que dichas actuaciones gocen de
legalidad y obligatoriedad. Configurándose de este modo, como regla general, el
ejercicio de la función administrativa por parte de empresas prestadoras de servicios
públicos, lo cual, en la actualidad, solo ocurre respecto a los casos determinados.

https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/4029/%C2%BFEN
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%20QU%C3%89%20MEDIDA%20LA%20PRESTACI%C3%93N%20DE%20SE

RVICIOS%20P%C3%9ABLICOS%20CONFIGURA.pdf?sequence=1

2.4 Subtema 4: Clasificación de los servicios públicos


CLASIFICACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO
El servicio público de acuerdo a Oviedo se puede clasificar como sigue (Oviedo citado en
Acosta, 2003):

FORMATO CONTROLADO: FR0018/ v3.0 21


Servicio Público

a) Por razón de su importancia: en esenciales que se relacionan con el


cumplimiento de los fines del propio estado (servicios de defensa nacional,
policía, justicia, etc.) y secundarios.
b) Necesarios y voluntarios, según que las entidades públicas estén o no obligadas
a tenerlos.
c) Por razón de su utilización, en obligatorios y facultativos.
Los primeros se imponen a los particulares por motivos de interés general; los
segundos, su uso queda a libre voluntad del usuario.
d) Por razón de su competencia, se dividen en exclusivos y concurrentes.
Los exclusivos sólo pueden ser atendidos por entidades administrativas por
encargo de éstas (policía, defensa nacional, correos, telégrafos); los
concurrentes se refieren a necesidades que también satisfacen el esfuerzo
particular.
e) Por la persona administrativa de quien dependen se dividen, de acuerdo con
nuestro marco jurídico: federales, estatales y municipales.
f) Por razón de los usuarios se clasifican en generales y especiales. Los primeros
consideran los intereses de todos los ciudadanos sin distinción de categoría,
todos pueden hacer uso de ellos; los segundos sólo se ofrecen a ciertas personas
en quienes concurran algunas circunstancias determinadas.
g) Por la forma de aprovechamiento: hay servicio de que se benefician los
particulares uti singuli, es decir, mediante prestaciones concretas y
determinadas, y otros que se aprovechan uti universi, es decir, que satisfacen de
una manera general e impersonal las necesidades, por ejemplo, el servicio de
alumbrado público. Por la manera como se satisfacen las necesidades colectivas,
los servicios públicos pueden ser directos o indirectos.
h) Por su composición: puede ser simples, cuando son únicamente servicios
públicos, mixtos, cuando son servicios montados según normas de derecho
privado.
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TAMBIÉN PUEDEN CLASIFICARSE DE LA SIGUIENTE FORMA:


Servicios básicos: agua potable, drenaje y alcantarillado, calles y banquetas, alumbrado
público.
Servicios básicos complementarios: servicio de limpia; mercados y centrales de abasto;
educación; panteones; rastros; transporte público; vialidad y ordenamiento territorial,
etc. Protección a la comunidad: salud, Asistencia social; protección ecológica;
prevención de desastres; comunicación social.

Principios de los servicios municipales Existen ciertos principios que las autoridades
municipales deben tomar en cuenta para prestar los servicios públicos a la comunidad.

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Servicio Público

Principio de igualdad. Este principio significa que un servicio se debe proporcionar a


todos los integrantes de la comunidad, sin incurrir en distinciones, favoritismos ni
discriminaciones, el servicio debe representar un beneficio colectivo.
Es decir, los servicios públicos se deben prestar en igualdad de condiciones a toda la
población del municipio.

Principio de permanencia. Un servicio público debe ser proporcionado de manera


regular y continua, de tal manera que no haya interrupción en su prestación.

Principio de adecuación. El servicio público debe responder en cantidad y calidad a las


necesidades de los habitantes del municipio. El órgano responsable deberá contar con
el equipo, instalaciones y personal suficiente para cubrir las demandas de la comunidad
(INAP, 1985:12). Autores como Fernández Ruíz (1997:338) incluyen dentro de los
principios el de obligatoriedad, continuidad y gratuidad.

Principio de obligatoriedad. Predica que el estado tiene el deber de asegurar su


prestación, mientras subsista la necesidad de carácter general que está destinado a
satisfacer.

Principio de continuidad. Como la oferta permanente de usar un servicio público dado,


dentro de los calendarios, de los horarios y bajo las condiciones y términos señalados en
su normatividad reguladora.

Principio de gratuidad. No estriba tanto la gratuidad del servicio público en que su uso
sea gratuito como en prestarlo sin ánimo de lucro, lo cual no ocurre, salvo casos
excepcionales, cuando queda a cargo de particulares, circunstancia que impide aceptar
la gratuidad como otro principio del servicio público.
Tipos de servicios Los servicios públicos son diversos porque comprenden, por lo
general, aquellas necesidades que la propia comunidad requiere a lo largo de su
evolución, tales servicios públicos son los que se enuncian a continuación:
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Agua potable. Este servicio implica la instalación, mantenimiento y conservación de las


redes de agua; su potabilización, su distribución y la vigilancia de las calidades del agua
y de las condiciones sanitarias de las instalaciones.

Alumbrado público. Este servicio consiste en iluminar las dependencias y áreas públicas
y vigilar los programas de mantenimiento de las redes de alumbrado público.

Alcantarillado. Comprende dos aspectos: el drenaje sanitario y el pluvial.

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Servicio Público

El drenaje sanitario tiene por finalidad la eliminación de aguas negras hasta aquellos
lugares en donde se les pueda dar debida utilización.

El drenaje pluvial tiene por objeto la conducción del agua de lluvias para evitar su
estancamiento.

Calles y pavimentación. El trazo y la construcción, ampliación y mantenimiento de las


vías públicas es un servicio típicamente municipal que requiere la supervisión directa de
la autoridad local, a fin de que las actividades que se realizan en el municipio no se
entorpezcan.

Embellecimiento y conservación de los poblados y centros urbanos. Este servicio se


ocupa de la realización de obras de conservación y mantenimiento de los centros de
población para resguardar su imagen urbana.

Limpia. Es un servicio público que consiste en la recolección y destino de basuras y


desechos; a fin de preservar el medio, requiere de colaboración de los vecinos para
mantener limpias las calles y los lugares públicos.

Mercados. Es un servicio por medio del cual la administración proporciona lugares y


locales para que se realice en las actividades comerciales y para verificar las condiciones
higiénicas de las mercancías destinadas al consumo humano.

Cementerio y panteones. Este servicio tiene por objeto proporcionar sitios adecuados
para las inhumaciones o incineraciones de cadáveres, implica el cobro de derechos y el
mantenimiento de las instalaciones.
Parques y jardines. Mediante este servicio público el municipio brinda a sus habitantes
lugares de esparcimiento y áreas verdes que operan como pulmones urbanos. El
mantenimiento abarca las fuentes y los motivos ornamentales. Rastros. Al proporcionar
este servicio, el municipio se ocupa de vigilar la matanza de los animales que son para
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el consumo de la población, cuidando que se lleve a cabo en cantidades autorizadas y


bajo las condiciones de salubridad e higiene necesarias.

Seguridad pública. Las necesidades de seguridad pública de una comunidad


comprenden la disponibilidad de una convivencia plena dentro de una situación de
respeto, tanto en lo individual como en lo colectivo.

Aspectos importantes relacionados con la prestación de servicios básicos El


compromiso que se requiere para obtener un verdadero servicio de calidad requiere
que el personal de cualquier institución comparta una preparación y formación de
calidad.

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Servicio Público

Aquí la importancia de tomar en cuenta el perfil de la persona que forma parte de


cualquier área de servicio hacia la ciudadanía, puesto que el desempeño en cualquier
trabajo, le permitirá cumplir de manera profesional con las funciones que le
corresponden en el lugar en que se encuentre y esto a su vez evitará contar con
elementos faltos de compromiso y responsabilidad.

Lo anterior sólo podrá lograrse al contar con todos y cada uno de los factores necesarios.
Donde la organización, la participación y la exigencia de la población en cuanto los
servicios que se reciban, además del conocimiento y la información que se tenga
respecto de las funciones y atribuciones que tienen cada una de las instituciones y
organismos que se encuentren dentro de la comunidad permitirá el acceso a las mismas.

El derecho al agua El abastecimiento de agua potable constituye un servicio público,


como ya se ha mencionado, que el estado y municipios deben proveer de manera
obligatoria a los individuos, el acceso al recurso es una necesidad colectiva.
Al ser el agua un elemento indispensable y fundamental para la vida, se le concibe como
una necesidad humana. Por necesidad podemos entender a “aquello a lo cual es
imposible sustraerse, faltar o resistir”. De acuerdo a Tello (2006:4), al hablar de
necesidades humanas, nos referimos a los elementos o bienes que han de ser
satisfechos con el objetivo de mantenerse y desarrollar funciones básicas.

En esta lógica, la necesidad del ser humano respecto del agua no se limita a la posibilidad
de acceder a la cantidad suficiente de agua para beber, también se requiere para
preparar alimentos, para el aseo personal y para el funcionamiento de los servicios de
saneamiento.
https://www.redalyc.org/pdf/870/87022786005.pdf
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Servicio Público

3. Pregúntas de Comprension de la
Unidad
1. ¿Pregunta de comprensión Nro. 1?
¿Señale las formas de contrato administrativo?

¿Pregunta de comprensión Nro. 2?


¿Qué significa principio de igualdad?
Este principio significa que un servicio se debe proporcionar a todos los integrantes de
la comunidad, sin incurrir en distinciones, favoritismos ni discriminaciones, el servicio
debe representar un beneficio colectivo.

¿Pregunta de comprensión Nro. 3?


¿A qué se refiere el principio de permanencia?
Un servicio público debe ser proporcionado de manera regular y continua, de tal manera
que no haya interrupción en su prestación.

¿Pregunta de comprensión Nro. 4?


¿A qué responde el principio de adecuación?
El servicio público debe responder en cantidad y calidad a las necesidades de los
habitantes del municipio. El órgano responsable deberá contar con el equipo,
instalaciones y personal suficiente para cubrir las demandas de la incluyen dentro de los
principios el de obligatoriedad, continuidad y gratuidad.
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Servicio Público

4. Material Complementario
Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la
información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje
autónomo:

Bibliografía de apoyo:
Lecciones de Derecho Administrativo, Jorge Zavala Egas, Enero 2011, Edilex S.A.;
Derecho Administrativo Acorde con la Constitución Ecuatoriana, Pérez Efraín, 2009,
Corporation de Estudios y Publicaciones; Manual de Derecho Administrativo, Acorde
con la Nueva Constitución Ecuatoriana, Pérez Efraín, 2011, Corporation de Estudios y
Publicaciones.
Nociones del Derecho Administrativo Ecuatoriano; Fernando Ortega Cárdenas
Innovaciones en el Derecho Administrativo; Gabriela Obando

Links de apoyo:
https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/2891/1/03-
Fern%C3%A1ndez.pdf
https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/contexto/article/download/3852/41
07/
https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/4029/%C2%BFEN%
20QU%C3%89%2
0MEDIDA%20LA%20PRESTACI%C3%93N%20DE%20SERVICIOS%20P%C3%9ABLICOS
%20CONFIGURA.pdf?sequence=1
https://www.redalyc.org/pdf/870/87022786005.pdf
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Servicio Público

5. Bibliografía
» Amores, L. M. (febrero de 2014). PROCESOS ADMINISTRATIVOS PREVIOS A LA
EJECUCIÓN DE GARANTÍAS EN. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL
ECUADOR, págs. 10-11-12-13.
» Circulantes. (2019). Tipos de contratos del sector público.
https://circulantis.com/blog/contratos-sector-publico.
https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/6012/1/T2505-MDCP-Huaca-
Relevancia.pdf. (2018). Acto
» administrativo.
» Jaramillo, M. Z. (2016). Cumplimiento del Derecho Al debido procedo en
procedimientos administrativos.
» http://dspace.ucuenca.edu.ec/, 22-24.
» Marquez, M. B. (2015). Los contratos administrativos.
https://repositorio.iaen.edu.ec/, 15-20.
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