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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÓN

DE LA SALUD”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE
TUMBES

FACULTADE DERECHO Y CIENCIA


POLITICA

TEMA
“La actividad prestadora del Estado.
Servicio Público: Concepto y características”

ESTUDIANTE
Balladares Rodríguez Alvaro
Del Águila Soto Adriana
Preciado Carrillo Celeste

CURSO
Derecho Administrativo

DOCENTE
Dra. Alcantara Mio Carmen

CICLO
IV

Tumbes – Perú
2020
ii

1Título del trabajo


Resumen

La actividad prestadora del Estado no es más otra cosa que la prestación de


servicios, como, por ejemplo, la corriente eléctrica, el agua potable, el desagüe, el
servicio de transporte entre otros, los cuales son ejecutados por entidades del
Estado o particulares en la cual se le haya concesionado.

En el tema de los servicios públicos es menester tener en cuenta que ha


trascendido en la actualidad, ya que como sabemos dichos servicios los podemos
encontrar en todos los países, porque originariamente la concepción de dichos
servicios comenzó en Francia, es decir, en este país surgió. Y del cual se fue
extendiendo por todos los países, y como sabemos en América Latina tenemos la
costumbre de heredar las doctrinas y jurisprudencias de países europeos.

Asimismo, es importante recordar que los servicios públicos tienen su


clasificación, tenemos por ejemplo a los esenciales y no esenciales, los cuales el
primero se refiere a dichas prestaciones que tienen una gran trascendencia, ya que
si no se prestara dicho servicio se vería en peligro la existencia del Estado, en
cambio la segunda, es la contraposición, el cual si dicho servicio no se presta no
genera ningún peligro. Y así, como dicha clasificación, también tiene otras clases,
tenemos: permanentes y esporádicos, obligatorios y optativos, etc.

En el Perú han trascendido los servicios públicos, el cual comenzó con un


decreto en 1864, luego fueron evolucionando hasta llegar a la actualidad. Sin
embargo, en nuestras Constitución Política no tenemos un concepto uniforme sobre
iii
lo que es servicio público; no obstante, existe en nuestra legislación, máxime por
la doctrina del Derecho Administrativo.
iv
Abstract

The provider activity of the State is nothing more than the provision of services, such as, for
example, electric current, drinking water, sewage, transportation service among others, which are
executed by State entities or individuals in which has been granted.

On the subject of public services, it is necessary to take into account that it has transcended
today, since as we know these services can be found in all countries, because originally the
conception of these services began in France, that is, in this country arose. And from which it
spread throughout all countries, and as we know in Latin America we have the custom of
inheriting the doctrines and jurisprudence of European countries.

Likewise, it is important to remember that public services have their classification, we have, for
example, essential and non-essential, which the first refers to said benefits that have a great
importance, since if said service were not provided, it would be in danger the existence of the
State, on the other hand, the second, is the opposition, which if said service is not provided it
does not generate any danger. And so, like this classification, it also has other classes, we have:
permanent and sporadic, compulsory and optional, etc.

In Peru, public services have transcended, which began with a decree in 1864, then they evolved
to the present day. However, in our Political Constitution we do not have a uniform concept of
what is public service; however, it exists in our legislation, especially due to the doctrine of
Administrative Law.
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Índice

Introducción.....................................................................................................................................1
Capítulo 1 Servicio Público............................................................................................................2
Antecedentes................................................................................................................................2
Teorías.......................................................................................................................................12
1. Teoría de la Soberanía.......................................................................................................13
2. Teoría del Servicio Público...............................................................................................15
Concepto....................................................................................................................................17
Características............................................................................................................................21
Clasificación..............................................................................................................................22
Esenciales y no esenciales.....................................................................................................22
Permanentes y esporádicos....................................................................................................24
Desde el punto de vista de la naturaleza de los servicios......................................................24
Servicios públicos obligatorios y optativos...........................................................................25
Por la forma de prestación de servicio...................................................................................26
Servicios uti universi y uti singuli.........................................................................................27
Según la calidad y la naturaleza de la persona estatal...........................................................27
Los servicios púbicos en el Perú................................................................................................28
Conclusiones..................................................................................................................................33
Lista de referencias........................................................................................................................35
Introducción

El presente trabajo tiene como contenido muchos criterios

importantes, empezando por el origen de la actividad prestadora del

Estado, cómo está organizado y a la misma vez su forma de operar.

El servicio público abarca muchos puntos puesto que, en

determinados casos está dirigido a un grupo de personas, que

vendría siendo la colectividad y por razones particulares a individuos

señalados de manera concreta.

Además, se ha visto conveniente explicar de manera detallada

las distintas clasificaciones del servicio público con sus respectivos

ejemplos para que, sea más dinámico al lector y se logre captar la

información con el fin de aprender.

Asimismo, exponemos las características, un criterio importante

también, en el cual se aprecia la igualdad que debe de haber en la

sociedad y que se presente una debida regularidad que se mantenga

de manera continua.
Capítulo 1

Servicio Público

Antecedentes

La idea de servicio público surgió en Francia, la cual se

caracterizó como una actividad de determinado tipo ejecutada por la

administración de manera directa, o asimismo de manera indirecta,

mediante agentes o concesionarios, y este concepto, esta noción

sirvió como cimiento del antiguo derecho administrativo. Esa relación

con los servicios públicos era la justificación de la competencia de los

tribunales llamados contenciosos administrativos, la naturaleza del

contrato administrativo que aceptaban ciertos convenios con la

administración, el régimen jurídico del dominio público, la

monopolización de los servicios o la falta de libre competencia, etc.

En los países de América Latina, el hábito legal, la tradición

legal, o la costumbre legal es heredada de la doctrina y

jurisprudencia de países como España, Italia y principalmente

Francia. De aquí que es necesario realizar una breve referencia

sobre cómo es que se construyó la noción en dichas jurisdicciones y

su ulterior evolución en el ámbito de la doctrina jurídica, de modo que


se pueda explicar de manera clara algunos aspectos esenciales de

su aplicación en los países de América Latina.

Los servicios públicos nacen como “un elemento característico

del Estado Moderno y da consistencia al Derecho Administrativo, la

rama del Derecho Público, que se ocupa de estudiar la organización

y funciones del Estado, en específico, aquellas relacionadas al poder

ejecutivo.”[ CITATION Roz13 \l 10250 ]

Consuetudinariamente, se ha entendido que la Administración

es aquella función del gobierno que se encarga o se ocupa del buen

funcionamiento de los servicios que están relacionados con la

protección del orden público, la soberanía nacional y las finanzas

públicas, y asimismo con la prestación de servicios de apoyo, de

ayuda o de asistencia a los ciudadanos.

En efecto, la noción de servicio público debe estudiarse en

relación con el proceso de expansión histórica de los fines del Estado

y de la emergencia de las diferentes formas de la actuación

administrativa, o de manera más específica, en relación con el nuevo

Estado que nace de la Revolución Francesa y de la destrucción del

Antiguo Régimen, y con la representación de las clases y grupos


sociales que aquello manifiesta. Algunos autores, como, por ejemplo,

Ariño Ortiz ha precisado que “el servicio público, dado su naturaleza

finalista y no puramente instrumental, es impensable fuera del

contexto político-social y de una cierta idea del Estado que arranca

de la Revolución Francesa, no obstante, algunos antecedentes

históricos previos”. (CITA)

Entre los antecedentes que precedieron a la revolución

francesa y al nuevo Estado que resultó de ella (estos antecedentes

sugieren que la emergencia de los servicios públicos concierne a un

desarrollo o proceso de extensión de los fines del Estado a través del

tiempo, con retrocesos o avances), destacan aquellos aportados por

Jean-Louis Mestre (1985) en su estudio sobre la historia del Derecho

Administrativo en Francia. Este autor manifiesta como origen del

servicio público instituciones propias del derecho medieval como, por

ejemplo, las banalités seigneuriales y las solidarietés urbaines. La

primera se refería a “instalaciones” o “servicios” de monopolio feudal

o señorial puestas a disposición de los súbditos, los cuales a su vez

pagaban por su uso una especie de impuesto, tasa o predio. Por

ejemplo, tenemos: los molinos, los lavaderos y los hornos. Por su


parte, la solidarietés urbaines se refería a instituciones muy

semejantes a las banalités seigneuriales, sin embargo, eran más

propias de la etapa ulterior al monopolio del señor feudal y ello

correspondió a la implantación de las autoridades municipales,

constituidos a partir del siglo XI en el norte y noreste de Francia.

(Mestre, 1985)

Como otros antecedentes tenemos también los aportados por

Barbara Mameli (1999), la cual analizó como el concepto de service

public se usó en Francia durante la segunda mitad del siglo XVIII en

concomitancia o relación con las actuaciones o intervenciones del

rey a favor de sus subordinados o súbditos. Asimismo, esta autora

manifiesta que inclusive bajo el imperio de Luis XI, en 1464, ya se

emprendían actuaciones o acciones dirigidas u orientadas a

constituir fijos para la ubicación de caballos con la finalidad de

posibilitar las comunicaciones en las distintas partes del imperio o

reino. (Mameli, 1999, citada por Montaña Plata, 2005)

En la primera mitad del siglo XIX, los países fueron

incrementando los fines trascendentes o esenciales del Estado, que

principalmente se limitaban solo a “áreas relativas con la hacienda


pública, la defensa del territorio nacional, la administración de justicia

y mantener el orden público”. (Rozas Balbontín & Hantke-Domas,

2013)

En menor medida se aceptaron preceptos de fomento de

actividades privadas apuntándose a la satisfacción de algunas

necesidades de interés público, o asimismo se dio lugar a que el

Estado o corporaciones locales aceptaran la prestación positiva de

servicios asistenciales. Y de manera muy excepcional se aceptó

también la prestación de servicios de infraestructura económica, del

cual tenemos primero el alumbrado público.

La emergencia de esta forma de acción o actuación

administrativa en la economía tuvo como origen, principio o base

jurídica la competencia municipal (en aquellos casos en los que las

leyes que dirigen o rigen a los municipios constituyen, fundan o

establecen tales tareas) o la titularidad del dominio público. En los

dos casos se acepta o se asume la prestación, o se influye

definitivamente en las prestaciones, por tanto al Estado (en su

defecto, el municipio) es el titular del dominio público, y por tanto en


cuanto se exige el uso privativo de dicho dominio como requisito o

condición inexcusable para realizar dichas actividades.

En el ámbito de la Revolución Industrial y al ritmo del avance y

progreso técnico, “nacieron algunos de los grandes servicios públicos

de infraestructura económica que existen hasta el presente”. (Rozas

Balbontín & Hantke-Domas, 2013) De dichas actividades tenemos el

transporte por ferrocarril y por carretera, asimismo la producción y

distribución de energía eléctrica y de gas, y la telefonía fija, los

cuales figuraron nuevos retos y desafíos del quehacer público que

extendieron o trascendieron los fines originales del Estado moderno.

En gran medida, la complejidad e importancia de esas nuevas

actividades que fueron desarrolladas sobre el principio o la base de

la infraestructura económica que se creó exigieron una directa y

activa participación estatal, de modo que el Estado fuera aquel que

asuma el control y dirección de su desarrollo -en pocas palabras, la

titularidad- para los fines de proyectar, programar, planificar y

determinar cómo, dónde y cuándo se trazarán las redes de

distribución relacionadas a la prestación de cada servicio. Por

ejemplo, tenemos: para constituir un servicio de transportes por


ferrocarril, es menester que el Estado no solo dicte normas que

establezcan como es que debe ser el ferrocarril, sino que también el

Estado es el que proyecta, programa y quién únicamente determina

cómo, cuándo y por dónde, es que se trazarán las líneas o las vías y

quien es el que debe circular por dichas vías.

Muchas de esas actividades requerían inversiones de

considerables recursos los cuales agentes privados aportaban de

forma escasa, lo que agregaba al hecho de que las posibilidades de

retornar a la inversión eran a largo plazo. Con estas dos

circunstancias se determinó que dichas actividades no eran

dispuestas o susceptibles de desenvolverse en un régimen de

competencia, más bien debían ser organizadas de preferencia como

monopolio con exigencias o demandas de unidad organizativa y

vocación de exclusividad.

La colisión nacida entre la celeridad de satisfacer las nuevas

necesidades públicas – las cuales corresponden a las exigencias de

una sociedad floreciente urbana e industrialmente – y aquellas

concepciones ideológicas liberales que en ese entonces eran

predominantes – las cuales representaban un impedimento de primer


orden para que el Estado asuma de manera directa dichas

responsabilidades – ello fue resuelto en Europa continental a través

de la figura legal de la concesión administrativa. A través de ello, el

Estado descubrió la pauta, la regla o la fórmula que permita hacer

compatible ambas posiciones; por una parte, el Estado aceptó,

asumió o alcanzó la titularidad de dichas actividades – es decir, el

dominus de los servicios públicos – y a su vez asumió la

responsabilidad de la dirección y control de su desarrollo; y por otra

parte, se aceptó que el Estado no necesariamente estaba obligado a

gestionar directamente estos servicios y por ello se recurrió a la

concesión como dispositivo o mecanismo mediante el cual el Estado

solo dirige sin gestionar. De esta forma, la concesión hizo que sea

posible la transferencia y entrega de funciones cuya titularidad le

correspondía principalmente al Estado, en labores o actividades que

no eran consideradas a la perfección como propiamente públicas y

que no configuraban parte de los fines históricos del Estado, es decir,

de sus fines fundamentales, sin embargo, quedaban publicados

(Ariño Ortiz, 2003). En conclusión, mediante este dispositivo o

mecanismo de concesión insertada lo que la Administración encarga


al privado no es la titularidad de la actividad sino más bien su

ejercicio. Este modo de acción administrativa fue determinado por

Ariño Ortiz (2003), como “Estado de los servicios públicos con

contratista interpuesto”.

A medida que el liberalismo fue perdiendo fuerza en el ámbito

de las doctrinas económicas y políticas a partir de la Primera Guerra

Mundial, y que se fue implantando un criterio o una opinión más

adecuada o beneficiosa a la participación estatal, se fortaleció un

concepto, una noción o una idea de servicio público que incluyó la

reserva de las actividades vinculadas con la infraestructura

económica a favor del Estado desde su afirmación o declaración

como servicio público. Por este motivo, cada una de dichas

actividades dejó de ser privada y se convirtió en publica, lo que en

“stricto sensu” (sentido estricto) significó que los servicios públicos de

infraestructura económica iniciaron a ser prestados mayoritariamente

por empresas del Estado.

El aumento de los fines del Estado – lo cual significó la

inclusión de actividades vinculadas con la infraestructura económica

en la tarea estatal – tuvo por contexto las rigurosas dificultades


registradas desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX en

los países que habían tratado de satisfacer las necesidades públicas

que nacieron coligadas a las exigencias de la urbanización y de la

industrialización. Estos obstáculos o dificultades procedían tanto de

la reversión de algunas concesiones por el transcurso del tiempo

(extinción o desaparición), como de la prescripción de las mismas, o

su rescate, por inviabilidad de cumplimiento de los privados de las

responsabilidades adquiridas en la que incidieron muchas

concesiones que resultaban imposibles.

Algunos autores han hecho ver que este aumento de los fines

del Estado se vincula también con el comienzo de nuevas

actividades de naturaleza técnico y empresarial que el Estado aceptó

desde los primeros años del siglo XX y que fueron proporcionados

directamente por entes estatales. Este cambio de orientación de la

actuación del Estado al borde de la Primera Guerra Mundial se

aumentó en buena parte como efecto de la dificultad o crisis que

provocará en muchos ámbitos esta guerra, lo cual dio lugar a un

procedimiento o sistema de actuaciones sujetas sobre la producción

de bienes, distribución y transporte (Ariño Ortiz, 1972). El producto


de este procedimiento fue que muchos de los servicios que estaban

establecidos o asignados a agentes o representantes fueron

prescritos a partir de la década de 1920 y aceptados directamente

por el Estado.

En este cambio se reconocen al menos tres etapas que dan

forma al requisito final del servicio público: en la primera, de duración

breve, la intervención administrativa corresponde a la del Estado

“policía” o “gendarme”, progresivamente intensa; en la segunda, se

constituye el uso especial o privado del dominio público como título

de actuación administrativa en aquellas labores u ocupaciones de

servicio público que la exigen; finalmente, en la tercera se elabora la

declaración como servicio público de la ocupación o actividad, en

cuanto tal, cuya titularidad compete o concierne a la Administración:

el título de actuación no es ya el dominio, sino la reserva de

titularidad a favor del Estado, que exige la previa o precedente

concesión.
Teorías

Es menester tener en cuenta que cualquier persona que quiera

profundizar o aumentar su conocimiento en el estudio del servicio

público, pues tendrá que recurrir inevitablemente a su origen, es

decir, se tendrá que recurrir a autores franceses de comienzos del

siglo XX, como Dugüit, Jéze y Bonnard, principales exponentes de la

Escuela de Burdeos, quienes fueron los primeros en brindar al

Derecho una definición del concepto o noción de servicio público en

un sentido técnico.

Evidentemente, en un sentido técnico, el concepto o noción de

servicio público aparece, surge originariamente, en Francia, como el

elemento primordial o esencial de la teoría del servicio público, que

vino a transformar, modificar, revolucionar e innovar el Derecho

Administrativo, y a hacer a un costado el consuetudinario francés

personificado en la teoría de la soberanía.

Para entender de una mejor manera esta noción o este

concepto en sus orígenes, es menester referirnos, pues. a estas dos

siguientes teorías:
1. Teoría de la Soberanía

Esta teoría, arduamente amparada o protegida por Hauriou,

ayudó consuetudinariamente al Derecho francés para diferenciar el

ámbito de aplicación o empleo del Derecho Público del Derecho

Privado, y la subsiguiente facultad o capacidad jurisdiccional de los

tribunales administrativos y de los tribunales civiles.

De acuerdo a esta conjetura, la actividad del Gobierno se podía

dar en dos esferas diferentes, en una primera, asignado de un poder

soberano -ius imperium-; y, en una segunda, carente de él. En el

primer caso, se decía que, el Gobierno practicaba o ejercía actos de

autoridad, mientras que, en el segundo, ejercía o practicaba tan sólo

actos de gestión.

1.1. Actos de Autoridad

La teoría de la soberanía conceptuaba o determinaba a los

actos de autoridad, como todos aquellos ejecutados o desarrollados

por el gobierno en práctica o utilización de un poder soberano, que

diferenciaba precisamente su actividad de la de los privados. De esta

forma, la función legislativa, la labor o trabajo de policía, la defensa


nacional y todas aquellas ocupaciones o actividades que requerían

de un poder soberano para poder ser desempeñadas en la sociedad,

caracterizaban como actos de autoridad.

En tanto actos emanados o emitidos de un poder soberano,

característico exclusivamente del Gobierno, los actos de autoridad

debían ser sometidos o supeditados al Derecho Público y a la

jurisdicción de los tribunales administrativos.

1.2. Actos de Gestión

En contraste o discrepancia a los actos de autoridad, los actos

de gestión eran aquellos a través de los cuales el Gobierno ejercía o

ejecutaba carente de su ius imperium, como si fuese un particular

más en la sociedad. A través de estos actos, el Gobierno influía o

intervenía en la sociedad para desempeñar funciones y cumplir

obligaciones, que no requerían de una actividad soberana. Así,

caracterizaban como actos de gestión, entre otros, la suscripción de

determinados contratos, o el otorgamiento de indemnizaciones por

daños derivados de su responsabilidad civil.

Se trataba, pues, de actos que, si bien eran dirigidos o

utilizados a cabo por el Gobierno, se hallaban sujetos al Derecho


Privado y sujetos a la competencia jurisdiccional de los tribunales

civiles.

2. Teoría del Servicio Público

De manera contrapuesta a la teoría de la soberanía, se elevó la

teoría del servicio público postulada originariamente por Dugüit, un

socialista utópico que creía que podía existir la igualdad social y

económica de los hombres, y deseaba una sociedad más justa,

infundida en valores de igualdad y de solidaridad social.

Dugüit concebía a la teoría de la soberanía como un retardo de

las monarquías absolutistas, donde el ius imperium era un concepto

o una noción que tuvo comienzo u origen en una mentalidad

religiosamente sumisa u obediente, que observaba en la imagen del

rey la imagen de un dios cuya voluntad o intención había que

obedecer. Sin embargo, una vez que desapareció el absolutismo

monárquico, debía también desaparecer el concepto de soberanía.

En efecto, para Dugüit, no era posible diferencia entre actos de

autoridad y actos de gestión inspirados en la idea de la soberanía, ya

que el concepto o la noción de soberanía era un producto tan


incoherente como la idea misma de Gobierno. Bajo esta concepción,

Dugüit acometió contra las bases del sistema liberal que gobernaba

Francia desde la revolución, y criticó o analizó los principios

fundamentales de este régimen, a saber, tenemos que, (i) el

individualismo, en virtud del cual se percibía al hombre como un ser

con derechos independientes y por arriba de la sociedad; y, (ii) la

libertad, que permitía al hombre ejercitar sus derechos que le eran

reconocidos en conformidad con los derechos de las demás

personas. Así, para Dugüit, “(...) la noción de un poder que pertenece

a una persona para imponer a otra su propia personalidad, es una

noción del orden metafísico, que no debe tener lugar en la

organización positiva de las sociedades modernas". (León, 1908)

Concepto

El artículo 1o de nuestra constitución manifiesta que la defensa

de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo

de la sociedad y del Estado, lo cual se puede lograr, en parte, a

través de una adecuada creación y prestación inacabable, incesante,

constante, es decir, ininterrumpida de los servicios públicos.


A partir de ello, se desprende que los servicios públicos son:

Las actividades asumidas por órganos o entidades

públicas o privadas, creados por la Constitución o las

leyes, para dar satisfacción en forma regular y continua a

cierta categoría de necesidades que son de interés

general, bien sea en forma directa, mediante

concesionario, o a través de cualquier otro medio legal,

con sujeción a un régimen de derecho público o privado,

según corresponda. (Reyna Alfaro & Ventura Saavedra,

2013)

Cuando se dice que “son actividades, entidades u órganos

públicos o privados” esta expresión hace referencia a los servicios

públicos, en sentido material; vale decir que, es toda tarea aceptada

o asumida por una entidad pública, bien se trate del Estado mismo,

de los gobiernos regionales, los gobiernos locales —personas

jurídicas de derecho público de carácter territorial— o prestados

mediante entes descentralizados funcionalmente: institutos

autónomos, empresas del Estado, fundaciones, asociaciones y


sociedades civiles del Estado (entes no territoriales). Aunque, cabe

decir que el servicio público asimismo puede ser prestado o

ejecutado por particulares conforme al orden jurídico pertinente.

Entonces, se puede decir que los servicios públicos son:

Aquellos servicios de interés general cuya utilización está

a disposición del público a cambio de una

contraprestación tarifaria, sin discriminación o exclusión

alguna, dentro de las posibilidades de oferta técnica que

ofrecen los operadores. Dichos servicios tienen por

objetivo la producción de bienes y actividades dirigidos a

realizar fines sociales, como el de satisfacer las

necesidades de una comunidad, no sólo en términos

económicos, sino también en términos de promoción

social, fomentando de este modo el desarrollo económico

y civil de un país. Asimismo, se puede entender por

servicio público, en sentido orgánico, la creación o

producción de una dependencia administrativa dentro de

la estructura del Estado o de administración pública para


satisfacer determinadas necesidades de interés colectivo

o público. (Reyna Alfaro & Ventura Saavedra, 2013)

El servicio público es: “Servicio técnico prestado al público de

una manera regular y constante mediante una organización de

medios personales y materiales cuya titularidad pertenece a una

Administración pública y bajo un régimen jurídico especial.”

(GARRIDO FALLA, 1994)

El servicio público, como tal, es entendido como un concepto

instrumental, en virtud del cual el Gobierno mantiene la

potestad de autorizar o no su prestación al sector privado. No

es riesgoso afirmar, pues, que el servicio público es entendido

como toda actividad susceptible de ser explotada

económicamente, respecto de la cual el Gobierno cuenta con

la facultad discrecional de conceder o no su explotación en el

mercado. (Lazarte Molina, 2003)

Es menester tener en cuenta que “el servicio público debe

prestarse de manera permanente, es decir, de manera regular y


continuada; para que de esta manera se logre alcanzar el bienestar

de los ciudadanos, y no el beneficio de un grupo determinado de

personas.” (PINEDA MORÁN, 2007)

Características

Según la doctrina y el ordenamiento jurídico que los rige, los

rasgos más resaltantes de los servicios públicos pueden

compendiarse así:

A. Son actividades en las cuales no siempre hay competencia, y

normalmente están sujetas a regulación gubernamental en pro de la

protección del interés público.

B. Algunos servicios públicos pueden funcionar de modo más

eficaz como monopolios (como el agua y desagüe); sin embargo,

esto hace que la contribución de los monopolios de servicios públicos

al bienestar general sea en muchos casos compelida mediante

regulaciones más que voluntarias.


C. La regulación de estos servicios proviene del interés público

por sus actividades, y se traduce principalmente en control de tarifas

servicios

D. Debe funcionar de manera permanente, es decir, de manera

regular y continua, para que pueda satisfacer necesidades de las

comunidades por sobre los intereses de quienes los prestan.

E. A menudo hay conflicto entre el interés público y privado en lo

que respecta a los servicios públicos. Esto se debe a la diferencia

entre el objetivo principal entre les empresas privadas (maximizar

sus utilidades) y el del interés público (servicio adecuado al precio

más bajo posible).

F. La prestación del servicio público no debe perseguir

principalmente fines de lucro; se antepone el interés de la comunidad

a los fines del beneficio económico de personas, organismos a

entidades públicas o privadas que los proporcionan.

G. Su prestación puede ser hecha tanto por un organismo publica

como por particulares, pero si bajo la autorización, control, vigilancia

y fiscalización del Estado, con estricto apego al ordenamiento jurídico

pertinente.
Clasificación

Tenemos distintas clases según la doctrina

Esenciales y no esenciales

Los primeros tienen una importancia particular puesto que, de

no prestarse dicho servicio, la existencia del Estado se ve expuesta a

peligro, entiéndase la seguridad, educación y salud puesto que, se

consideran las tres prestaciones necesarias y fundamentales. Los

gobiernos tienen la responsabilidad de que el acceso a los servicios

antes mencionados sea fiable y con la respectiva rendición de

cuentas. Va a ocurrir una satisfacción tanto de manera individual

como colectiva.

La segunda clase, si bien satisface las necesidades públicas el

que, no se preste los servicios no generaría ningún tipo de peligro

para la existencia del Estado es por eso que llevan la determinación

de no esenciales.
Se encuentra condicionada según el grado de desarrollo social

cultural y técnico que hayan alcanzado las comunidades. Por

ejemplo: los jardines, zoológicos, etcétera.

Debemos tener en cuenta que, determinados servicios que alguna

vez fueron no esenciales, mas tarde subieron de rango a servicios

esenciales.

Permanentes y esporádicos

Entendemos por permanentes que son aquellos servicios

donde la prestación ocurre de manera continua con el fin de lograr

una satisfacción a nivel general. Por ejemplo: Luz eléctrica, agua

potable, recolección de desechos sólidos.

Por otro lado, tenemos los servicios esporádicos pues su

mismo nombre lo dice, su funcionamiento ocurre eventualmente o

también de acuerdo a la circunstancia que se presente pues solo va

a satisfacer una necesidad que es transitoria. Por ejemplo: La

prestación de una jornada de vacuna en una zona específica.

Desde el punto de vista de la naturaleza de los servicios


Tenemos los servicios administrativos y servicios públicos

industriales y comerciales.

Nos centramos sobre todo en el aspecto de comercio, esto

referido para satisfacer necesidades que son de interés general o

aquellos con un objetivo de lucrar, no va a ocurrir para la satisfacción

de necesidades colectivas.

En ocasiones toma una figura que da el aspecto de forzada y

artificial, ya que su prestación será momentánea, pero con una mejor

o posible organización.

Servicios públicos obligatorios y optativos

Entendemos por obligatorios aquellos que están contenidos en

la Constitución y leyes, entiéndase que estos servicios serán

necesarios para la existencia del Estado.

Los servicios obligatorios el Estado los crea y organiza por

precepto legal, pero esta obligatoriedad es impropia ya que, sobre el

Estado no existe quien pueda imponerle el cumplimiento de tal


obligación, sin embargo, tenemos los mecanismos institucionales

que tienen la responsabilidad de esa falta de cumplimientos. Por

ejemplo: La defensa nacional.

Los servicios optativos son puestos a disposición de la

autoridad administrativa competente, estos servicios dependen de

cada individuo si es que puede utilizarlos o no, esto irá de acuerdo a

su arbitrio, entiéndase los derechos o impuestos que se otorgan para

gastos públicos, entonces ya seria una satisfacción de necesidades a

un nivel general, es decir de interés público. Por ejemplo: La

enseñanza universitaria.

Por la forma de prestación de servicio

Estos pueden ser directos y por concesionarios u otros medios

legales.

Cuando nos referimos a la prestación directa se va a entender

que va a estar dirigida por el Estado, tenemos: estatales, regionales,


municipales y entes descentralizados. Por ejemplo: Los distintos

servicios de policía.

Por concesionarios serán servicios prestados por particulares,

pero no quita que, el Estado pueda estar a cargo. Entonces queda

claro que dicha prestación puede participar ambos de manera

simultánea con el fin de lograr lo que se pretende. Por ejemplo: Los

servicios de enseñanza y cultura.

Servicios uti universi y uti singuli

Estos servicios estarán tomando como base al sujeto para el

cual va a conllevar una posible beneficiación.

En primer lugar, son los uti universi donde el destinario será la

población en conjunto.

En segundo lugar, ya tendremos sujetos identificados puesto

que la prestación de servicio ocurrirá de manera concreta y

particular, pero sigue siendo una necesidad de interés público. Por

ejemplo: Los servicios vinculados al transporte, las comunicaciones.

Según la calidad y la naturaleza de la persona estatal


Dividiendo esta clasificación en nacionales, provinciales o

municipales, teniendo en cuenta la entidad donde estos se hayan

creado o los estén prestando.

En esta clasificación se va a poder apreciar la forma de

organización en la que se encuentra el Estado y de acuerdo a eso

tener una vinculación.

Los servicios púbicos en el Perú

La incorporación de la expresión servicio publico se da en el

ámbito del ejercicio de administración, a partir de 1864 con la

creación de diversas leyes en el campo administrativo donde se

utilizaba el termino de servicio público. Como ejemplo tenemos el

Decreto del 20 de abril de 1864 donde se dispuso abrir empréstito

para subvenir el servicio público y por otro lado la Ley del 13 de

octubre de 1890 donde se disponía instaurar plazas de servicio

público en la Dirección General de Hacienda y Aduana del Callao.

Este proceso fue lento, pero en un determinado momento se

constituyó un elemento contribuidos a la progresión del modelo de


Estado policía hacia el modelo de Estado prestador de servicios,

entonces se pasó a tomar la denominación de “proceso de

municipalización” esto conllevó a la creación de monopolios a nivel

local o municipal en los sectores considerados de interés general.

A finales del siglo XIX el aspecto de modernización se fue

haciendo cada vez más extenso, donde los servicios del telégrafo y

el ferrocarril se fueron nacionalizando y bajo una dirección de

administración, lo que ya había sucedido con los correos.

Luego el cambio progresivo que se observa es la forma de

gestión directa que ocurre a través de una dependencia

administrativa, que implicaba la creación de una persona jurídica

autónoma, pero que el Estado permanecía ahí.

En la segunda mitad del siglo pasado ocurre la privatización de

los servicios públicos que provoca que a partir de 1969 el Estado

tome la posición de creación de empresas estatales a cargo de

servicios públicos.

El ejemplo más saltante se da a través de la promulgación de

la Ley de Organización y Funciones de la Empresa Nacional de

Telecomunicaciones del Perú (ENTEL-PERÚ), que encargaba a


dicha persona jurídica “el establecimiento, operación y desarrollo de

un sistema para la explotación de los servicios públicos de

Telecomunicaciones del país…”. Otras empresas fueron creadas con

propósitos y contextos similares: ENAFER Perú (Empresa Nacional

de Ferrocarriles), ELECTRO Perú (Empresa Pública “Electricidad del

Perú), AEROPERÚ (Empresa de Transporte Aéreo del Perú),

ENATRU Perú (Empresa Nacional de Transporte Urbano del Perú)

Durante la década de los noventa, en el contexto general de

reducción de la intervención estatal en el ámbito económico, se vio

por necesaria la modernización del Estado peruano, lo que implicó

una serie de reformas en la administración pública. Esta reforma

puso énfasis en la reducción del gasto público en los servicios

básicos esenciales y el diseño de una estrategia de privatización de

los servicios públicos. La reducción del gasto público se centró en

reducir el presupuesto, se adecuó el marco legal a través de la

promulgación de una nueva Constitución en 1993, menos

intervencionista, para facilitar la privatización de los servicios

públicos con la participación del sector privado.


En estricta armonía, la Constitución de 1993 señaló la libertad

de la iniciativa privada y definió el nuevo rol y funciones del Estado

enmarcándolos dentro de una economía social de mercado. En tal

virtud, el gobierno marcó las pautas para hacer de la actividad

privada uno de los ejes del desarrollo nacional, a través de políticas

económicas expresadas en la legislación marco para el crecimiento

de la inversión privada, la de fomento de la inversión extranjera y la

de promoción de la inversión privada en las empresas estatales. En

ese contexto, procedió a la privatización de algunas empresas

prestadoras de servicios públicos, con lo cual garantizó el adecuado

acceso de la población a dichos servicios.

El proceso de cambios, que incluyó las telecomunicaciones,

energía, transportes de uso público y agua potable y alcantarillado,

dio origen a la creación de organismos especializados, encargados

de regular y fiscalizar la prestación de servicios en los mencionados

sectores.

El término regulación, si bien no es un vocablo unívoco, tiene

una acepción común, que es la de control habitual enfocado sobre

actividades importantes para la comunidad, efectuado por una


entidad pública. Es un concepto legal con raíces político-económicas

que derivan de la tensión filosófica entre dos extremos de la

organización económica: el mercado y el interés público. En el

primero se parte de la base de la libertad con restricciones muy

limitadas para perseguir el propio interés. En el segundo, el Estado

trata de fomentar comportamientos que teóricamente no tendrían

lugar sin intervención. Así, la regulación es una directiva cuyo objeto

predicado es la protección del interés público, a través de normas de

derecho público que el Estado aplica en forma coercitiva y

centralizada. El objetivo fundamental es promover un equilibrio que

asegure la inversión privada y la protección de los consumidores.

Para implementar exitosamente los cambios realizados fue

necesario definir y precisar la misión, organización y funciones de los

nuevos organismos, sus políticas de trabajo, sus respectivos campos

de acción y atribuciones, así como sus mecanismos de operación, lo

cual originó una extensa y abundante normativa al respecto.


Conclusiones

1. Se puede colegir que el servicio público es aquella actividad

realizar por una entidad del estado o particular, con el fin de

satisfacer las necesidades de todo el país y no solo de un grupo

determinado. Sin embargo, para ello dicho servicio se debe prestar

de manera permanente.

2. A raíz del origen del servicio público se puede consignar que el

Perú ha sido influenciado por Francia, ya que en este país es donde

se estableció un concepto que no era perfecto, pero ello fue la base

para que dicho concepto vaya evolucionando.

3. Es una actividad necesaria al ser del Estado y a la vez

indispensable para la vida de la sociedad. Los servicios públicos

están dirigidos a la utilidad general del público, por ello un usuario

tenga un derecho abstracto a la prestación del servicio público.


4. Los tres elementos esenciales en los servicios públicos son: la

Administración Pública, la entidad gestora y el usuario, habiendo una

relación de dependencia generadora de derechos y obligaciones.

5. A lo largo de la historia de nuestro país se ha podido apreciar

la evolución de los servicios públicos, donde a pesar que el Estado

organiza y pone en práctica dicha organización se ha visto

conveniente tomar un aspecto más descentralizado separando por

tipos los distintos servicios donde el ciudadano sea parte de la forma

operadora del Estado.


Lista de referencias

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DERECHO ESPAÑOL. Revista de Administración Pública(núm. 135), pg. 21.
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Una visión preliminar. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
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Santiago.

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