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Giacomo Leopardi

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Giacomo Leopardi

Giacomo Leopardi, óleo sobre tela de A. Ferrazzi (1820), Recanati,


Casa-Museo Leopardi.

Información personal

Nombre de Giacomo Taldegardo Francesco di Sales Saverio


nacimiento Pietro Leopardi

Nacimiento 29 de junio de 1798


Recanati   Estados Pontificios

Fallecimiento 14 de junio de 1837 (38 años)


Nápoles   Reino de las Dos Sicilias

Causa de muerte Cólera 

Religión Ateísmo 

Familia

Padres Monaldo Leopardi 


Adelaide Antici Leopardi 

Información profesional

Ocupación Poeta, ensayista, filósofo, filólogo

Movimientos Romanticismo, clasicismo, pesimismo

Seudónimo Cosimo Papareschi 


Géneros Poesía, ensayo, diálogo, égloga

Obras notables Versi


Canti
Operette morali

Sitio web www.leopardi.it 

Firma

Escudo

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El conde Giacomo Leopardi (Recanati, 29 de junio de 1798-Nápoles, 14 de


junio de 1837) fue un poeta, filósofo, filólogo y erudito italiano del Romanticismo.

Índice

 1Biografía
 2Pensamiento y estilo
 3Ediciones y trascendencia
 4Obra
 5Referencias
 6Enlaces externos

Biografía[editar]
Nació en el palacio familiar de la costa adriática en Recanati, una aldea situada a
seis kilómetros de Loreto. Fue hijo de unos padres casi completamente opuestos:
su madre, Adelaide, descendiente de los marqueses Antici, de luengo linaje, era
conocida por su fanático catolicismo y su patológica cicatería (se alegró por la
muerte de un hijo recién nacido en vista del ahorro que suponía). Por el contrario,
su padre, el conde Monaldo, cuya ejecutoria de nobleza se remontaba al año 1200
y era una de las más vetustas de Italia, de ideología reaccionaria, era un erudito
local que dilapidó la fortuna familiar y llegó a acumular una formidable biblioteca.
Durante los años del apogeo napoleónico, el joven Giacomo crece junto a sus
hermanos Carlo y Paolina en un ambiente rígido y reaccionario, cada vez más
austero debido al debilitamiento del patrimonio familiar por las malogradas
especulaciones financieras del padre, y posteriormente sometido al control
riguroso y severo de la madre, la cual consiguió recuperar parte del decaído
esplendor de la familia a costa de numerosos y humillantes sacrificios impuestos a
sus hijos y a su marido.
La formación cultural de Giacomo, Carlo y Paolina (pues de los otros siete hijos
nacidos del matrimonio Leopardi, sólo sobreviviría el último, Pierfrancesco) es
desempeñada por algunos preceptores religiosos de gran erudición, el jesuita José
Torres y Francisco Serrano y los abates Sanchini y Borne, quienes forman a los
jóvenes hermanos en el estudio de las letras y de las ciencias.

Fanny Targioni Tozzetti.

Desde su nacimiento, Giacomo fue minado por la enfermedad: padeció


la enfermedad de Pott que le combó la espalda y además padeció un
severo raquitismo; consumió su infancia estudiando desesperadamente y leyendo
con una curiosidad inagotable hasta altas horas de la noche. A los once años lee
a Homero, a los trece escribe su primera tragedia; a los catorce la
segunda: Pompeyo en Egipto; a los quince un ensayo sobre Porfirio. A esa edad
conocía ya siete lenguas y había estudiado casi de todo: lenguas clásicas, hebreo,
lenguas modernas, historia, filosofía, filología, ciencias naturales y astronomía. Los
maestros que habrían debido prepararlo para el sacerdocio debieron admitir que
no tenían mucho que enseñarle. Tanto estudio repercutió en su salud: Leopardi
fue durante toda su vida un hombre enfermizo. En 1810 recibió la tonsura de
manos del obispo Bellini. Pero la lectura de los enciclopedistas franceses destruye
definitivamente su fe religiosa. Leopardi evocará esos días de infancia y juventud
en su famoso poema «Le ricordanze» («Los recuerdos»). Con motivo de sus
trabajos de traducción, entabla correspondencia con el ya
anciano humanista Pietro Giordani, que será su amigo y editor. Su primer amor es
la prima del padre Gertrude Cassi-Lazzari, de 27 años, que ve llegar a su casa
como una aparición; a ella está dedicado su poema «El primer amor».
Escribió un tratado de historia de la astronomía y dos poemas en griego antiguo
que lograron engañar a ciertos helenistas de la época. El culto de la gloria de los
héroes antiguos llevaba a Leopardi a probarse en distintos géneros: a los
diecisiete compuso un ensayo Sobre los errores populares de los antiguos; a los
diecinueve inicia su cuaderno de apuntes, Zibaldone dei pensieri, de contenido
cultural y filológico en el que se muestra seguidor de Juan Andrés, obra que le
acompañará hasta 1832; a los veinte compone los que serán sus primeros
poemas y «Sobre el monumento a Dante». Al año siguiente, enfermo de la vista,
que iba perdiendo progresivamente, y del espíritu, poseído por
un pesimismo cósmico, intenta en vano fugarse de Recanati y lo consigue
humillado al descubrir que su padre intercepta su correspondencia con el patriota
liberal italiano Montani. Desde ese momento, su vida se convierte en un círculo
vicioso de huidas y regresos a su ciudad natal: Roma (1822 y
1823), Bolonia (1825), Milán (1825), Florencia (1830), donde conoce a su
inseparable amigo y primer biógrafo, Antonio Ranieri, de nuevo Roma en 1831 y
Florencia en 1832, son los hitos de este viaje doloroso, en el que va dejando atrás
proyectos de trabajo irrealizados (en 1828 le ofrecen una cátedra en
la Universidad de Bonn, que rechaza) y amores imposibles: Teresa Carniani-
Malvezi, o Fanny Targioni-Tozzetti (la mujer que fue cantada por Leopardi en sus
poemas bajo el nombre de Aspasia, la cortesana amada por Pericles). Subsiste
dando clases particulares y emprendiendo trabajos editoriales. En su Dialogo di
Tristano e di un amico llega a escribir uno de sus pasajes más desolados:

Leopardi en su lecho de muerte.

Hoy no envidio ya ni a los necios ni a los sabios, ni a los grandes ni a los


pequeños, ni a los débiles ni a los poderosos; envidio a los muertos, sólo
por ellos me cambiaría (Diálogo entre Tristán y un amigo)
Este diálogo forma parte de sus ensayos filosóficos, publicados con el título
de Opúsculos morales (1827), muchos de ellos en forma de diálogo. En 1830
deja Recanati por última vez, en 1831 aparece la primera edición de
sus Canti (la segunda lo hará en 1835).
En 1833 marcha a Nápoles, donde muere en 1837; su gran amigo Antonio
Ranieri lo libra de la fosa común y costea su tumba y lápida, publicando años
después el primer estudio biográfico sobre el poeta.
El gran amigo de Leopardi Antonio Ranieri.

Condiciones de salud
En 1815-1816 Leopardi fue afectado por algunos problemas físicos de tipo
reumático y psicológicos que fueron atribuidos al menos en parte —como la
supuesta escoliosis— al estudio excesivo, al aislamiento, a la inmovilidad y a
las posiciones incómodas de los largos días pasados en la biblioteca de
Monaldo. La enfermedad se presentó con fiebre y enfermedad pulmonar y, a
continuación, con la deformación de la columna vertebral (causa de la doble
joroba) con dolor y problemas cardíacos, circulatorios y respiratorios,
interrupción del crecimiento, problemas neurológicos en piernas, brazos y ojos,
y todo tipo de disturbios y cansancio persistente; en 1816 Leopardi estaba
convencido de que estaba a punto de morirse. Él mismo se inspiró en estos
graves problemas de salud, de los que también habló con Pietro Giordani, para
la larga cantiga «La aproximación de la muerte» y, más tarde, para «Los
recuerdos», en el que define su enfermedad como «ciego mal», es decir, un
mal de orígenes pocos claros.

Pensamiento y estilo[editar]
Los escritos de Leopardi se caracterizan por un pesimismo profundo y sin
lenitivos: es una voz que grita el desamparo del ser humano y la crueldad de
una natura naturans implacable, que le azuza desde su propio nacimiento
hasta más allá de la muerte. En este valle de lágrimas, Leopardi se aferra, a
pesar de todo, a tres consuelos: el culto de los héroes y de un pasado glorioso,
pronto sustituido por el de una edad de oro, que le emparenta con Hölderlin; el
recuerdo del juvenil engaño antes de la brutal irrupción de «la verdad» y la
evocación de una naturaleza naturata, de un paisaje brumoso y lunar donde al
anochecer se escucha siempre perderse o acercarse por un camino la canción
melancólica de un carretero.
Como un infante, con asiduo anhelo / fabrica de cartones y de hojas / ya un
templo, ya una torre, ya un palacio, / y apenas lo ha acabado, lo derriba, /
porque las mismas hojas y cartones / para nueva labor son necesarias; /
así Natura con las obras suyas, / aunque de alto artificio y admirables, / aún
no las ve perfectas, las deshace / y los diversos trozos aprovecha. / Y en
vano a preservarse de tal juego, / cuya eterna razón le está velada, / corre
el mortal y mil ingenios crea / con docta mano; que a despecho suyo, / la
natura cruel, muchacho invicto, / su capricho realiza, y sin descanso /
destruyendo y formando se divierte. / De aquí varia, infinita, una familia / de
males incurables y de penas / al mísero mortal persigue y rinde; / una
fuerza implacable, destructora, / desque nació lo oprime dentro y fuera / y lo
cansa y fatiga infatigada, / hasta que cae en la contienda ruda / por la impía
madre opreso y enlazado... (Palinodia al marqués Gino Capponi).
Leopardi siente un profundo desprecio por los falsos consuelos del
pensamiento progresista y por el contrario siente una piedad infinita por el
deseo de felicidad que los mueve y la huérfana estirpe humana, que le
lleva a la compasión y a la solidaridad.
El género humano no creerá nunca no saber nada, no ser nada, no poder
llegar a alcanzar nada. Ningún filósofo que enseñase una de estas tres
cosas habría fortuna ni haría secta, especialmente entre el pueblo, porque,
fuera de que todas estas tres cosas son poco a propósito para quien quiera
vivir, las dos primeras ofenden la soberbia de los hombres, la tercera,
aunque después de las otras, requiere coraje y fortaleza de ánimo para ser
creída. («Il genere umano non crederà mai né di non saper nulla, né di non
essere nulla, né di non aver nulla a sperare. Nessun filosofo che insegnasse
l'una di queste tre cose, avrebbe fortuna ne farebbe setta, specialmente nel
popolo: perché, oltre che tutte tre sono poco a proposito di chi vuol vivere, le
due prime offendono la superbia degli uomini, la terza, anzi ancora le altre
due, vogliono coraggio e fortezza d'animo a essere credute», Diálogo entre
Tristán y un amigo).

Manuscrito original de L’infinito.


Asume con dignidad la angustia y la protesta del hombre ante un infinito
sordo y amenazador, como aparece en su poema metafísico más
famoso, «El infinito», o en otro de sus poemas memorables, «A sí
mismo». Al final de sus días, sin embargo, atenuó ese pesimismo de
forma parecida a como Ludwig van Beethoven lo hizo en
su Testamento de Heiligenstadt, y así aparece en su poema
«Palinodia» dirigido al marqués Gino Capponi, pero cerrado sin
embargo por una cabal ironía.
Sus poemas, recogidos en I Canti (Cantos, 1831) poseen una notable
perfección formal, una forma neoclásica y un contenido romántico; en
sus comienzos atrajo la atención del público a través de su oda
patriótica Agli italiani (1818), pero hoy en día es reconocido, en cambio,
por ser el mayor poeta lírico de la Italia del siglo XIX. Los Cantos tienen
tres tramos muy diferenciados. Uno primero más neoclásico, muy
influido por los clásicos grecolatinos y Dante y Petrarca; un segundo
donde está el Leopardi más puro, más intenso, con los poemas más
bellos, y un tercero marcado por el pensamiento y la poesía reflexiva.
Esta tercera parte es la que más le interesó a Unamuno, quien tradujo
«La retama», la flor del desierto, uno de los poemas más conocidos del
poeta italiano. Es así que en su obra Del sentimiento trágico de la vida,
Unamuno incluye aquella denominación que hace Leopardi de la
naturaleza: «Madre en el parto, en el querer madrastra».

Ediciones y trascendencia[editar]
Tras las ediciones de los Canti de 1831 (Florencia, Piatti), en la que
algunos poemas ya se habían publicado separadamente, y de 1835
(Nápoles, Starita), aumentada y autorizada por el autor, pero prohibida
por el gobierno borbónico, vino la póstuma de Antonio Ranieri en 1845,
que añadió «La ginestra o Il fiore del deserto». Los Canti han gozado
de la excelente edición crítica de Emilio Peruzzi con la reproducción de
los autógrafos (Milán, Rizoli, 1981). La última edición y más fiable de
las Operette morali es la tercera y definitiva de Nápoles, Starita, 1835,
también prohibida por el gobierno.
A lo largo del siglo XIX fueron numerosas las traducciones parciales de
su prosa y poesía. Una biografía en dos gruesos volúmenes, en la que
intercaló traducciones de casi toda la obra poética del autor, es la
de Carmen de Burgos, «Colombine», en 1911. En 1928 se publicó la
de Miguel Romero Martínez (Poesías de G. Leopardi, Madrid: CIAP), en
1929 la del poeta colombiano Antonio Gómez Restrepo (Cantos, Roma,
1929). Antonio Colinas ha traducido y estudiado numerosas obras de
Leopardi, y también son interesantes las traducciones de Diego
Navarro, Luis Martínez de Merlo y Eloy Sánchez Rosillo.
El primero en divulgarlo en España fue Juan Valera (Sobre los cantos
de Leopardi, 1855); siguió José Alcalá Galiano (Poetas líricos del XIX:
Leopardi. Sección VII, 1870); Carmen de Burgos prologó una
importante traducción en dos volúmenes (1911). Prestaron a su obra
atención escritores como Miguel de Unamuno, Marcelino Menéndez
Pelayo, Juan Luis Estelrich y Enrique Díez Canedo, entre otros
muchos. Hay huella suya en la obra de poetas como Luis
Cernuda, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Carlos Barral, Carlos
Clementson, Antonio Colinas y Andrés Trapiello.

Obra[editar]

Palacio familiar en Recanati.

Biblioteca en el palacio familiar de Recanati.


Tumba de Leopardi en Nápoles.

Busto de Leopardi Op.1 en yeso que se exhibe en el Museo Tripisciano de Palazzo


Moncada en Caltanissetta.

 Canzoni (1824), edición Annesio, Nápoles. Es el primer gran


libro de poesía de Leopardi donde se presenta como poeta
ético y civil. La obra consta de diez composiciones escritas
entre 1818 y 1823 y se encuentran en orden cronológico:
o All'Italia
o Sopra il monumento di Dante che si prepara in
Firenze
o Ad Angelo Mai quand'ebbe trovato i libri di
Cicerone della Repubblica [con dedicatoria a
Leonardo Trissino]
o Nelle nozze della sorella Paolina
o A un vincitore nel pallone
o Bruto minore
o Alla primavera o delle favole antiche
o Ultimo canto di Saffo
o Inno ai patriarchi o dè principii del genere umano
o Alla sua donna.

 Versi (1826), edición Stamperia Le Muse, al cuidado de


Pietro Brighenti, Bolonia. Publicado a sus propias expensas;
es la segunda y relevante selección poética del autor.
Comprende todos los textos aprobados sin incluir ninguna
canción de 1824:
o Idilli
 L'infinito. Idillio I
 La sera del dí di festa. Idillio II
 La ricordanza. Idillio III
 Il sogno. Idillio IV
 Lo spavento notturno. Idillio V
 La vita solitaria. Idillio VI
o Elegie
 Elegia I
 Elegia II
o Sonetti in persona di Ser Pecora Fiorentino
Beccaio
 Sonetto I
 Sonetto II
 Sonetto III
 Sonetto IV
 Sonetto V
o Epistola
 Epistola al Conte Carlo Pepoli
o Guerra dei topi e delle rane
 Canto I
 Canto II
 Canto III.
 Canti (1831), edición Piatti, Florencia. Estructura tripartita con
«Canciones», «Idilios» y «Cantos pisano-recanateses». Se
compone de veintitrés obras:
o All'Italia
o Sopra il monumento di Dante che si prepara in
Firenze
o Ad Angelo Mai quand'ebbe trovato i libri di
Cicerone della Repubblica [con dedicatoria a
Leonardo Trissino]
o Nelle nozze della sorella Paolina
o A un vincitore nel pallone
o Bruto minore
o Alla primavera o delle favole antiche
o Inno ai patriarchi o dè principii del genere umano
o Ultimo canto di Saffo
o Il primo amore [Elegia I B24]
o L'infinito. Idillio I
o La sera del giorno festivo. Idillio II
o Alla luna [La ricordanza]
o Il sogno
o La vita solitaria
o Alla sua donna
o Al Conte Carlo Pepoli
o Il risorgimento
o A Silvia
o Le ricordanze
o Canto notturno di un pastore errante dell'Asia
o La quiete dopo la tempesta
o Il sabato del villaggio.

 Operette morali (1827), son, en su mayor parte,


cortos diálogos en que aparecen expuestas las ideas de
Leopardi acerca de la desesperación.

Referencias[editar]
 Giuseppe Petronio, Historia de la literatura italiana. Madrid:
Cátedra, 1990, pp. 666–690.
 Marco Santagata, Laura Carotti, Alberto Casadei, Mirko
Tavoni, Il Filo Rosso: Antologia e storia della letteratura
italiana ed europea; vol. 2: Ottocento (Edizione B).

Enlaces externos[editar]
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  Wikisource contiene obras originales de o sobre Giacomo
Leopardi.
  Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Giacomo
Leopardi.
 Biografía de Giacomo Leopardi en Biografías y Vidas.
 Obras de Giacomo Leopardi (varios formatos) (en italiano).

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