Está en la página 1de 2

No tengo un motivo específico para estar escribiendo esto, pero tengo que

hacerlo, tengo que sacarlo de alguna forma porque si no lo hago, siento que
me voy a consumir cada vez más.
Quiero empezar diciéndote que odio la manera en la que se está dando todo y
verme en la necesidad de hacer las cosas así, ni siquiera siento que sea
adecuado, pero tampoco tengo el valor de verte a los ojos y dirigirte la palabra
¿por qué? Porque me da miedo quebrarme y bloquear cualquier pensamiento
coherente que pueda tener… y porque también te tengo miedo a ti, miedo de
que me lastimes aún más y arruinar la imagen que tengo de ti.
Aunque sé que no eres perfecto, nunca te voy a considerar cómo alguien que
tiene maldad en su interior. Admitiré que te puse en un altar, creo que desde
ahí empiezan mis errores, y sin mentiras, fue así desde el primer día que
hablamos.
Estaba tan fascinada porque en ti encontré muchas cosas que en ese entonces
ni siquiera sabía que estaba buscando, o al menos dentro de lo poco que me
mostrabas desde tan lejos.
No es un reclamo pero creo que nunca te abriste completamente conmigo, ni
siquiera en estos 2 o 3 meses que estuvimos juntos de una forma más literal.
¿Por qué nunca te dejaste de sentir tan lejano? A pesar de todo el “amor”,
siempre faltó algo y creo que nunca voy a saber que era, y creo que es mejor
que eso se quede así.
Extraño 2021, extraño mi amor platónico y extraño llorar por creer que no me
correspondías. Quiero regresar y quedarme ahí, en la incertidumbre, sin saber
qué va a pasar después, confiando en que algún día tal vez te fijarías en mi,
pero hasta ahí me quedo, sé que algún día me iba a resignar y seguir con mi
vida, pero lamentablemente eso no sucedió y por eso estoy aquí, escribiendo
de madrugada.
Fui tonta y me ilusioné, tenía tanta fe de que, de tantas malas experiencias, tú
fueras la excepción, y no porque se me diera la gana, sino porque creo que por
primera vez me esforcé, por primera vez quería hacer las cosas bien y por
primera vez di todo el cariño que tenía sin remordimiento, tenía la fuerza de
hacer cualquier cosa por ti y no sé ni siquiera si lo llegaste a notar, podría decir
que dejé mi alma por ti y hasta en este momento, me doy cuenta de lo triste
que es.
¿Falta de amor propio? No lo creo, me gusta creer que sólo me enamoré
muchísimo, si no tuviera amor propio, seguiría rogando por que me des al
menos la mitad de lo que di yo, y con esto, quiero mencionar otro detalle…
¿No valgo la pena? ¿Hay algo malo en mi? ¿No soy suficiente? ¿Te
decepcioné? Son dudas que últimamente están en mi cabeza ¿por qué nunca
sentí que lucharas por mi de la misma forma que yo lo hubiera hecho? Te
rendiste tan rápido siempre que ahora lo pienso y me siento tan poca cosa…
pero yo misma me respondo a todo y aunque hubiera una respuesta de tu
parte, no la quiero saber. Mi cabeza está en un ciclo constante que se basa en:
1.- Buscar mis fallas y recriminarme por ello.
2.- Reconfórtame yo sola porque sé que hice lo que pude con lo que se me dio.
Y dime ¿Quién debería evitar a quién en una situación así? ¿Quién lastimó
más a quién?
No te quiero culpar de nada, porque tu eres así y aunque tus ideales fueron
hasta cierto punto, una excusa, los entiendo. No sé si decir “por más que nos
esforzáramos no hubiéramos funcionado” fue lo correcto ¿De verdad pusiste de
tu parte? Tu papel aquí siempre fue ver todo desde el lado negativo y enfocarte
en lo mal que te sentías, siempre tan egoísta….
Y es que ahí ya no hay nada que yo pueda hacer, nunca vas a cambiar porque
estás tan decidido en tus pensamientos a ver siempre lo malo, te niegas a
cambiar, cómo si estuvieras programado para no hacerlo.
Aquí entra mi yo coherente, la que sabe que no quiere ni necesita esto ahora,
ni nunca. No sé en qué momento estuve consiente de eso, desde que me
terminaste, todo a sido una constante decepción que no sé cuál de todas pudo
ser la razón exacta… y es que creo sólo me cansé.
Las últimas 2 semanas creí que todo podría cambiar para bien, confié con la
poca esperanza que me quedaba, pero al final ya sabemos lo qué pasó.
Ojalá que algún día seas feliz y encuentres la paz que necesitas, la paz que
nunca te pude dar por más que lo intenté. No quise ser un problema, ojalá que
no sea recordada con rencor o que algún día te llegues a burlar de lo tonta que
soy y seré por quererte tanto, si pudiera pedir un favor, sería que no me sigas
hiriendo más después de hoy. Ojalá algún día los dos sanemos y esto deje de
ser tan incómodo.
Por mi parte, cada que vea la luna, voy a pensar en ti, ahí dejaré todo el amor
que te tengo y lo recordaré cómo lo más sincero y hermoso que una parte de
mi corazón pudo dar alguna vez, lo dejaré ahí porque es un lugar igual de
inalcanzable que tú para mi.
Te amo Efrén, pero sé que algún día dejaré de hacerlo, espero que sea pronto.

También podría gustarte