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SIN ESFUERZO
LIBERANDO AL MAESTRO MUSICO QUE LLEVAMOS DENTRO
Ninguna porción de este libro puede ser reproducida en ninguna forma sin el
expreso permiso del editor.
Robin Brisker, por ayudarme a elegir la primera versión del diseño de tapa; Scott
Reeves, por una pronta edición del texto; y Tony Moreno, por darme tanto
material de investigación, el que usé extensivamente – todo hecho con amor.
El Sindicato Danes del Músico y Jens Sondergaard, por invitarme a dar una
clínica muy especial durante un “día soleado” en Copenague. El texto original
fue una transcripción no editada de mis dos días de estadía allí.
Para mi hija Katherine, quien me enseño tantas cosas pero lo mas importante, me
enseño como amar en tan poco tiempo en la tierra.
INNOVAR ES LA TRADICION
Como utilizar el CD
Nota: La versión original publicada en papel del libro incluye un CD. Con el
fin de obtener su copia descargable gratuito de las pistas de meditación, por
favor visite Kenny's Website at http://kennywerner.com/effortless-mastery
Los ejercicios en el CD son básicamente meditaciones / visualizaciones. Su
propósito es ayudarlo a experimentar el “espacio interior”. Este es un estado que
se discute con gran detalle a través de todo el libro. Las meditaciones son
también presentadas como capítulos en el libro. Cuando alcance esos capítulos,
recibirá la instrucción de escuchar el correspondiente ejercicio en el CD. Parte
del efecto es relajarse y mantenerlo concentrado luego de que haber absorbido
una gran cantidad de información, y de darle un sentido de la concientización
que se está describiendo. Si escucha las meditaciones consecutivamente, pueden
parecer repetitivas ya que contienen mucha información superpuesta. Sin
embargo, si se utiliza cuando se indica pueden mejorar gratamente la experiencia
obtenida de este libro.
Luego de que haya experimentado los ejercicios por primera vez en los lugares
previstos, tómese la libertad de usar cualquiera de ellos, o todos, como una
práctica regular para contactar, trabajar y crear desde el “espacio interior”.
Muchos quedan al borde del camino. Parece que no hemos pensado demasiado
en esta discrepancia, aceptando simplemente el viejo adagio “algunos de
nosotros lo tiene, otros no”. En culturas menos influenciadas por la
“civilización”, cada uno es un músico. Tiene mucho que ver con cómo la música
es introducida en nuestras vidas. Este libro se referirá a este aspecto y ofrecerá
esperanza como así también práctica a aquellos que creen que “no lo tienen”.
Estas prácticas también mejorarán la efectividad de aquellos que creen que sí lo
tienen.
Mi creencia es que si uno puede hablar, puede tocar. Hay muchas razones de
porqué el tan llamado poco dotado no lo tiene. También hay razones para
“obtenerlo”, las que se discutirán en este libro.
Mucha gente tiene lo que yo llamo musifobia: temor a tocar música. Para una
persona que sufre de musifobia tocar un instrumento es como tocar una estufa
caliente. Esto es irracional, ya que uno no se puede quemar tocando un
instrumento, aunque es un problema común. A pesar de que no hay
absolutamente ninguna consecuencia negativa, muchos de nosotros tenemos
miedo. No es nuestra culpa. Hemos sido programados a tocar con miedo. Muy a
menudo, nuestra relación con la música está condenada a fracasar.
Una persona puede dejar de tocar por razones de talento insuficiente, pero luego
mirar más de cerca se observa claramente que el problema fue el modo o la falta
de estudio.
Junto con el deseo de una experiencia más profunda llega un intenso impulso de
ser un mejor ejecutante. Estos aspectos a menudo trabajan el uno contra el otro.
La verdadera profundidad musical no es referida a tocar mejor, sino a una forma
más “orgánica” de tocar. Es muy difícil dejarse llevar en la batalla de la
ejecución musical, pero los ejercicios aquí descriptos te ayudarán a expandir tu
“yo intuitivo”. Con el tiempo esta intuición emergerá naturalmente sin sabotear
la parte técnica de su ejecución. La asimilación en el todo tiene mucho que ver
con “olvidarse” de uno mismo.
La gente que hace meditación o practica tai chi reconocerá muchos de los
principios de este texto. Inclusive para ellos, puede ser una revelación el hecho
de que uno puede estar en estado meditativo mientras se toca un instrumento. La
mente es la principal culpable en la mayoría de los problemas de ejecución, y
por lo tanto cualquier disciplina que apunte a controlar la mente, es
complementaria al proceso descripto aquí. La música puede dispararse a través
del músico así como un relámpago en el cielo, si esa música no fuese obstruida
por pensamientos. Por lo tanto, la eliminación de pensamientos es un aspecto
muy relevante.
Ellos han perdido el respeto por la música que viene de ellos mismo ya que han
sido programados para sentirse indignos si eso pasara. Algunas partes de este
libro ayudara a estas personas a volver a amarse y honrarse, ¡con o sin música!.
Hasta muchos grandes profesionales sufren de baja autoestima y otras ilusiones
negativas.
Para aquellos que practican cosas que nunca aparecen en sus ejecuciones (y
existen muchos de esos músicos), ofrezco razones de porque esto pasa, como así
también una forma de salir de este dilema. Este libro también contempla la
relación de sistemas de creencia de eficacia y en como “practicamos para la
mediocridad”.
Ciertamente hay artistas que pueden disfrutar en una forma positiva, artistas que
siempre saben cómo estar inspirados y como ejecutar sin esfuerzo.
Pero el porcentaje de gente que hace esto es pequeño. Mucho de este libro es
para aquellos que no son exitosos en sus esfuerzos de cumplir sus anhelos y
sueños musicales, y para músicos que se sienten tensos y restringidos mientras
tocan. Algunas de las ideas expuestas aquí son radicales. Desafían instituciones a
cambiar y a individuos a moverse de su cómoda zona de limitación y a florecer
en un ser superior. Si has estado tocando durante treinta años y difícilmente lo
hayas disfrutado, si constantemente has mirado a otros músicos y pensado que
ellos tienen algo que tu no, o si has estado practicando por años y nunca has
mejorado realmente, continúa leyendo.
Capítulo 1
Introducción
Hay un océano. Es un océano de consciencia, un océano de dicha. Cada uno de
nosotros es una gota de ese océano. En este sentido, todos somos uno, o como
dice un famoso comercial de los Estados Unidos, “Todos estamos
conectados”. La ilusión nos hace pensar que somos entidades separadas, gotas
separadas. Pero si eso fuera así, nos evaporaríamos bastante rápido.
Crecí en un páramo cultural. Estoy seguro que la gente de los suburbios de todos
los Estados Unidos se identificará con esto. Luego de la Segunda Guerra
Mundial, el país fue testigo de innovaciones “milagrosas”, como la televisión,
partos inducidos por drogas, y comidas preparadas. Fue tal la explosión
demográfica que los hospitales pasaron a depender de las drogas para apurar el
proceso de nacimiento; no hay tiempo para que la mamá se ponga demasiado
cómoda. Las máquinas monitoreaban a las madres expectantes. Se
incrementaron los nacimientos por cesárea. Las drogas y los procedimientos
hospitalarios invasivos (como tratar a las futuras madres como si estuvieran
enfermas) cortaron el honorable proceso de la unión madre-hijo. Si María
hubiese dado luz a Jesús en el año 1950, ¡todos esos cuadros de ella la hubieran
mostrado mareada por las drogas y con Jesús prematuro de bajo una lámpara de
calor junto a 25 bebés!
Muchos de los niños que conocí cenaban de la misma manera; nuestras madres
nos daban los platos e íbamos a la sala a comer solos mientras mirábamos
televisión. De esa manera, podíamos estar dichosamente apagados. La televisión
hizo corto circuito en nuestras mentes, y la sal y el azúcar de toda la comida
mantuvieron nuestros sentidos ocupados. Al comer solos, no teníamos que
conversar o responder preguntas. Ya había bastante de eso desagradable en la
escuela.
Estoy esperando una nueva y sorprendente evidencia que muestre que los
griegos y los romanos tenían una forma primitiva de televisión antes de su caída.
La televisión y su programación contribuyen más a la deshumanización de la
sociedad que cualquier otro desarrollo en la historia. Parece que una estrategia
de mercado es la de mantenernos enojados, excitados y lo más desconcentrados
posible. La mente fundida con la TV nos roba nuestra conexión interna y hace
que sea intolerable vivir en el presente. La TV es una droga y nos han
enganchado como nación. No es difícil de ver por qué los baby boomers (1)
perseguían sus drogas tan vigorosamente. ¡Enciende la TV para niños un sábado
por la mañana y mira un comercial de cereales! Torrentes de rayos de luz salen
de la caja, y cuando se consume el cereal, ¡el niño es rodeado por una luz dorada
y luego despega hacia Venus! ¡Jimi Hendrix y Janis Joplin murieron tratando de
sentirse así de bien!
A medida que día tras días escondía mi ignorancia, el fuego de baja auto estima
se propagaba, y con esto, la idea de evaporarme crecía en mí. Cuando llegaba a
casa, escapaba de este odio a mí mismo estando absorto en la televisión. Mi
mente estaba aquietada por la luz azul mientras estimulaba mis sentidos con
azúcar. Más tarde en mi vida, encontraría sustancias mucho más dinámicas con
las que llenar mis sentimientos. Así, las pruebas y errores del día se irían a la
deriva a una memoria distante, no para desaparecer, sino para acomodarse como
otra pieza en el mosaico de mi existencia disfuncional. No fue sino hasta mucho
más tarde en mi vida, mientras estaba en terapia, que oí la palabra
“disfuncional”. Luego de que se me dijo que yo era disfuncional, recuerdo haber
dejado el consultorio eufórico. ¡Quería festejar! No importa que nada hubiera
funcionado. No era una “mala” persona, sino que no estaba funcionando
correctamente. ¡Qué alivio!
De niño, hacia el final del día no tenía nada para hacer, no había tarea, no había
práctica, nada. Recuerdo a mi padre bajando por la escalera, levantándose de su
siesta para la merienda de las 5:00 pm (trabajaba de noche) y preguntando
amenazantemente, ¿”Kenny practicó”? Mi madre decía, “No, aún no”. El me
miraba en la sala en la que miraba televisión, me apuntaba con su dedo y
severamente me decía algo. No recuerdo que era, ¡estaba tan ocupado
arrastrándome!
Tuve un viaje gratis durante el colegio. No sólo tenía poco éxito en la escuela,
sino que tenía aún menos habilidad atléticamente. Era totalmente fofo y sufría de
un gran letargo. En el verano, cuando todos iban a un campo o a cualquier lado,
me quedaba en casa al lado del aire acondicionado. La TV y el aire
acondicionado me acompañaban durante todo el verano. Me sentía aislado. ¡Era
el único niño que volvía de sus vacaciones de verano con su piel más pálida que
cuando terminó la escuela!
¿Miles? ¿Quién?
Musicalmente, todo estaba bajo control. Parecía estar recibiendo algo a cambio
de nada, hasta que el día del juicio final llegó. Me postulé y fui aceptado en
Manhattan School of Music para estudiar piano clásico. No me importaba que no
conocía a Beethoven ni Brahms. ¡Iba a ser concertista de piano!
Hasta ese momento, la música había sido un paseo gratis. Sin ninguna práctica,
era el mejor pianista de cualquier lugar. Los mensajes que recibía de los padres,
tíos, tías y profesores eran ¡“Eres excelente” y “Te veremos en el Carnegie
Hall”!. A causa de estos mensajes y por la extrema baja estima que tenía en otras
áreas, creía que no podía ser menos que el mejor. Sentía como si mi vida fuese
un verdadero fracaso si algún día no tocaba en el Carnegie Hall.
Siempre me sentí muy arriba o muy abajo. Cuando escuchaba a un pianista tocar
mejor que yo, ¡quería morir! Me sentía totalmente inútil. Para ser reconocido,
había llegado a depender tan fuertemente de mi talento que no podía enfrentar no
ser el único elegido por Dios para la música.
Un nuevo Comienzo
Aunque sentía que la vida no merecía ser vivida, no tuve el coraje de terminarla,
a pesar de que el pensamiento de hacerlo me hacía sentir algo de paz. Había oído
que la escuela de música Berklee tenía un buen programa de jazz. Yo no sabía
demasiado de jazz, pero sabía que incluía improvisación, y era lo que realmente
amaba de la música. El Señor sabe que si había algunos destellos de mi yo
interior en aquellos días, aparecían cuando me sentaba al piano sin ningún plan
en mente, sin forma, sin estructura, solamente mis crudos sentidos y algunos
amigos oyentes. (Siempre tenía que tener oyentes. Sino, no valía la pena dejar de
mirar TV)
El jazz realmente comenzó a gustarme junto con todos sus grandes artistas.
Durante los siguientes años traté de hacer lo que muchos estudiantes hacen:
imitar a los maestros, no sólo en su forma de tocar, sino también en su forma de
pensar y discurso. Lamenté ser judío y el hecho de ser de Long Island. Cuando la
gente preguntaba, solamente decía que era de Nueva York.
Muchos de mis amigos estaban preocupados en aprender el lenguaje del jazz sin
perder si individualidad. Desafortunadamente, esto impidió que algunos de ellos
pudieran aprender el lenguaje correctamente (un problema que citaré en otro
capítulo). Pero mientras estuve ahí, conocí algunas personas que ayudarían a
formar mi futuro. Las semillas en lo que se convertiría en mi sendero.
Madame Chaloff
La gente me hablaba respecto a una leyenda con la que se suponía que muchos
grandes pianistas habían estudiado. Madame Chaloff fue una figura mística que
enseñaba “los secretos de la música”. Me pareció un ser verdaderamente
luminoso.
Tenía cerca de ochenta años cuando la conocí, pero su pelo era de una dorado
rojizo que parecía brillar como si una pequeña bombilla la estuviera siguiendo
por la habitación. Ella hablaba de los secretos de tocar el piano. Tenía que ver
con el desafiar la gravedad de los brazos de los pianistas. Trabajamos también en
otras acciones físicas y hasta trabajamos cómo mi caminar podía ser más
elegante.
El enfoque de Madame Chaloff apuntaba a un solo lugar. La música era para ser
tocada a Dios. Yo estaba agradecido por ese mensaje, ya que estuve tratando de
meditar bajo el tutelaje de un popular gurú de esa época. Ella me conectó entre el
espíritu y la música. A través de ella yo fui capaz de mezclar las dos. A menudo
iba a las lecciones con mi propia agenda, llevando muchas preguntas. Pero una
vez en su sala, entraba en otra dimensión. Todo lo que parecía importante se
desvanecía. Me sentía en presencia de la verdad. Sé que esta experiencia también
fue el caso de muchos otros, aunque no de todos.
Había pasado un tiempo sin verla, y en algún punto dejé ir a la deriva su sutil
camino. Luego de un angustiante descanso con mi amiga de toda la vida, estaba
tan alterado que decidí ir a ver a Madame Chaloff. Pensé “esta vez verá el dolor
por el que estoy atravesando y querrá de verdad escuchar mi triste historia.
Quizás sea bueno que llore cuando llegue a la puerta. ¡Sí, es una buena idea!
Lloraré y verá que no necesito esa cosa espiritual en este momento y me
confortará, compadecerá y me consolará” Fui a su puerta con cara triste y listo
para compasión. Cuando abrió la puerta, involuntariamente sonreí. Me miró y
preguntó, ¿”Dónde has estado? Ven aquí. ¡Tenemos mucho trabajo que hacer!”.
Y hacia allá fuimos.
Lamentablemente tengo que decir que nunca aprendía a tocar bien esa nota. Fue
demasiado pronto para mí aprender esa lección. Tenía la urgencia y la ambición
de un típico estudiante universitario. Su mensaje fue muy elevado para mí.
Cuando estaba con ella, sabía que escuchaba la verdad, pero la perdería muy
pronto al irme. Aun así, tendría que haber tenido la intención de aprender esta
verdad, ya que mi siguiente movimiento me llevaría hacia otro maestro, quien
estaba esperando para mostrarme exactamente lo mismo.
Fui afortunado al poder vivir en ese ambiente familiar durante un par de meses.
Me dio la especial oportunidad de practicar únicamente desde ese espacio. Joao
iba en la misma dirección que Madam, pero no estaba tan alejado de los
problemas mentales. Luchó con los mismos problemas que yo tuve y pudo
enseñarme a enfrentarlos.
El ejercicio de los cinco dedos que me dio Joao parecía bastante simple. Sólo
tenía que practicar durante cinco minutos. Para un aprendiz disfuncional y una
persona indisciplinada, eso era perfecto. Pero al principio, la tarea me parecía
aterradora. ¡El quería que practicara sólo el ejercicio de los cinco dedos durante
dos semanas! No tenía que tocar absolutamente más nada. Pude observar el
pánico en mi mente y las alucinaciones que se estaban creando. Pensé que en dos
semanas me olvidaría de como tocar. Aún más absurda era la noción que
perdería tanto tiempo importante de práctica. ¿Qué tiempo de práctica? Ese era
mi primer problema: ¡Nunca practicaba!
Con gran temor comencé el ejercicio. Día a día, notaba algunas cosas buenas.
Por primera vez en mi vida musical me estaba pasando que ¡estaba haciendo la
tarea asignada por un profesor de piano! Era tan simple que nunca me sentí
agobiado. Cinco minutos parecían ser la cantidad justa de tiempo. Una de las
razones por las que nunca practicaba era la certeza de que tenía que sentarme
durante cinco horas para que sirva para algo. Ya que nunca tenía cinco horas
libre en un día (muy ocupado para ver televisión, creo), nunca me ponía a
practicar. Otra razón por la que ahora sí estaba practicando era que el material
era muy simple: dejar caer cada dedo sobre la tecla, sin esfuerzo. Del pulgar al
meñique y vuelta; luego la otra mano; y…!terminado! ¡Y me podía ir! Tenía un
efecto calmante y purificador junto con la sensación de un nuevo comienzo. Me
sentía realmente bien.
Flotaba serenamente mientras pasaban los días, sentándome solamente por unos
minutos en la mañana, tarde y noche, sintiéndome bien respecto a mí mismo. Me
gustaría decir que pude estar sin tocar nada más durante las dos semanas, pero
luego de seis días hice trampa. Una hermosa mujer brasilera llamó un día para
invitarme a una fiesta junto con Victor. Quería que tocáramos en dúo. Le
comenté que estaba bajo un programa especial y que no podía tocar por ahora.
Pero me preguntó de esa manera tan especial, ¡que accedí!
Cuando llegué a la fiesta, la gente nos pidió que toquemos. Me disculpé por lo
que estaba por pasar, expliqué que el loco hermano de Victor me tenía tocando el
piano de a cinco minutos por día. Que estaba fuera de práctica y que tenía idea
de cómo iba a salir. Pero a continuación pasó algo que nunca olvidaré. Tocamos
Autumn Leaves (Hojas Muertas). ¡Puse las manos en el piano y tocaron! ¡Quiero
decir que realmente tocaban solas mientras yo las miraba! Y lo que tocaban hizo
explotar mi mente y la de todos los demás. No sólo que era bueno, ¡sino que era
mucho mejor que lo que yo solía tocar! El cambio era sorprendente. ¡En
solamente seis días de más o menos meditar en el piano, era totalmente distinto!
Mi toque, generalmente duro y duro y tenso, sonaba balanceado y hermoso,
como Bill Evans. Había descubierto el secreto de su sonido. Además, a esta
altura de mi desarrollo, generalmente necesitaba trece notas para encontrar ocho
buenas. No había buen ritmo o simetría en mis líneas. Pero esta noche, tocaba
perfecto, líneas simétricas en un hermoso tiempo de swing. Y nuevamente debo
insistir en este punto, ¡yo sólo observaba, no hacía nada!
____
(1) N de T: Baby boomer es un término usado para describir a las personas que
nacieron durante el baby boom (explosión de natalidad), que sucedió en algunos
países anglosajones, en el período momentáneo y posterior a la Segunda Guerra
Mundial, entre los años 1940 y fines de la década de los 1960
Capítulo 3
¿Por qué tocamos?
La gente de mi tribu, posee un vasto contexto musical, y para ellos la exposición
a la música comienza en el útero materno, cuando las madres embarazadas se
integran a la comunidad de danzas. Desde el interior del útero, nuestros bebés
sienten como las vibraciones rítmicas penetran en sus cuerpos. Luego, envueltos
en mantas y acomodados en las espaldas de sus madres, los bebés son llevados
al círculo de la danza, junto a los demás.
Yayo Diallo.1
Tu Primera Vez
Si no hubiera presión por aprender a edad temprana, los niños podrían tener la
curiosidad de encontrar y tocar en su instrumento lo que escuchan en la radio,
desarrollar un verdadero deseo de saber armonía y cosas así. Una amiga pintora
me contó que cuando era una niña, trató de dibujar un brazalete en la muñeca,
pero no lograba obtener la perspectiva correcta. No se supone que el brazalete
sea visto desde detrás de la muñeca. Luego de un largo rato, se frustró y
comenzó a llorar. Su madre entró y le mostró como dibujando con perspectiva
podía esconder parte del brazalete detrás de la muñeca, haciéndolo ver mucho
más real. Su propia experiencia la llevó a anhelar este conocimiento, y la
enseñanza de su madre llegó justo a tiempo. Esa lección se quedó con ella. De
manera similar, quizás te hubieras entusiasmado si hubieras tenido un profesor
que llegara en el momento justo y te mostrara lo que anhelabas saber respecto a
la música. ¡Hubiera sido un viaje artístico desde el principio! Pero
desafortunadamente muchos de nosotros nunca recorrimos ese camino.
A una edad temprana, muchas veces viene alguien y nos corta la onda. Por
ejemplo, un padre nos dice cosas como, “debes tener un profesor”, o “no
lograrás nada sino prácticas”. Aunque esto sea verdad, lo sombrío de este
mensaje hace que la magia se desvanezca. Quizás no sea lo primero que un niño
necesite. La música ahora, junto con la tarea de la escuela, ha sido enviada a la
prisión de máxima seguridad.
Mucha gente con la que he hablado dice que de niños han estudiado un
instrumento pero que lo dejaron en la adolescencia, y siempre expresan un
arrepentimiento por no haber continuado.
Me encantaba jugar al stick ball (2) con mis amigos. Jugábamos hasta que estaba
tan oscuro que difícilmente veíamos la pelota. Odiaba entrar a casa para practicar
el piano. Era casi lo mismo que hacer la tarea de la escuela. No quiero decir que
culpo a los profesores y padres por tratar de hacer su trabajo. Pero nuestro
sistema educacional no ha servido muy bien para mejorar nuestra creatividad.
No creo tener las respuestas. Sólo cito algunas de las razones por las que una
agobiada cantidad de personas perdió el amor por la música a causa de tener que
estudiarla. Muchos de ellos luego regresan como oyentes, y de ahí la conocida
protesta, ¡“Desearía no haber dejado nunca las clases de piano”!
2. N de T: Stick Ball, Juego de calle similar al baseball.
Auto Estima
Temor al Fracaso
Muchos jóvenes van a una escuela de música creyendo que es una gran idea
convertirse en músico de jazz. Sin embargo, una vez que la decisión ha sido
tomada, no se atreven a abandonar por temor a fallar. No saben que hacen allí,
pero no saben qué otra cosa hacer. En poco tiempo, muchos de estos chicos
abandonarán.
Esta ha sido la razón más loca de todas. De toda la gente que persiguió una
carrera de músico, ya sea en jazz o música clásica (o tocando barmitzvahs en
bodas), ¿cuántos se convirtieron en estrellas? Ser músico es la inversión más
riesgosa del universo. Si es dinero lo que persigues, ¡conviértete en banquero!
Si te estás abriendo camino como artista o músico, solamente hay tres razones
por las que no abandonas: 1- La estás pasando muy bien y amas MUCHISIMO
la música, 2- Tienes una profunda necesidad de expresarte a través de la música,
3- Eres muy haragán, o muy miedoso o muy disfuncional para volver a probar
con otra carrera. Creo que si estás motivado por cualquiera de las dos primeras
razones, o ambas, serás tenido en cuenta.
Muchos de nosotros no somos conscientes de la profundidad con que la música
nos atrae. En un artículo del New York Times, Keith Jarrett aprovechó la ocasión
de la muerte de Miles Davis para comentar sobre la música en escena y la
sociedad en general. El escribió, “Trata de imaginarte al primer músico de la
humanidad. No tocaba para un público, o mercado, ni trabajaba en su próxima
grabación, o viajaba con su show ni trabajaba en su imagen. Tocaba por
necesidad, su necesidad por la música. Cada año, es menor la cantidad de
músicos que recuerdan porqué en primer lugar hacen música, y de este pequeño
grupo de músicos la gran pérdida fue Miles Davis, quién falleció el año pasado”
2
Jarrett condena el hecho de que “vemos el mundo como “un conjunto de bits de
información”, y lamenta que “cada vez son menos los músicos que, a través de la
expresión musical, nos hacen saber quiénes son”
El Propósito Original
Recordemos que al principio, la música era nuestra única forma de
comunicación.
Hazrat Inayat Khan, el gran músico Sufi (3) escribe: “Un estudio sobre
tradiciones muy antiguas nos revela que los primeros mensajes divinos fueron
entregados en forma de canción, como los Salmos de David, la Canción de
Solomon, Las Gathas de los Zoroástricos y las Gitas de Krishna”
“En el comienzo de la creación humana, no existía ningún lenguaje tal como los
conocemos ahora, sino que solamente existía la música. El hombre expresaba
sus pensamientos y sentimientos con sonidos altos y bajos, cortos o prolongados.
Transmitía su sinceridad, enojo, desinterés, placer o molestia a través de la
variedad de su expresión musical”. 4
El lenguaje es la memoria del ritmo, sin tono ni afinación. Así, la poesía nace de
la música. Los textos espirituales ancestrales como La Biblia, Vedas, Ramayana,
Mahabaharata, se expresaban en forma de poesía.
2. Keith Jarrett, artículo del New York Times
3. Hazrat Inayat Khan, El mensaje Sufi p. 51
4. Idem, p. 51
Filtrando la poesía de su ritmo, tenemos la prosa. Así que se puede decir que
todo lenguaje deriva de la música. La música puede hacer dormir a un bebé o
inspirar a un soldado para la guerra.
Hazrat Inayat Khan dice: “La vida absoluta de la que ha surgido todo lo que se
siente, ve y percibe, y en el que se funde todo de nuevo en el tiempo, es una vida
silenciosa, inmóvil y eterna… Cada movimiento que brota de esta vida
silenciosa se activa en algún lugar, y crea en cada momento más y más actividad,
perdiendo así la tranquilidad de la vida silenciosa. Es el grado de actividad de
estas vibraciones lo que representa los diversos planos de la existencia …La
actividad de las vibraciones las hace más grandes, y así la tierra surge de los
cielos” 6
Estamos hechos de vibraciones. Por lo tanto podemos decir que todas las cosas
poseen música. Viajan hacia nosotros desde el infinito en las alas de vibraciones
y se moldean según cada deseo nuestro. El sonido, cuando es visto de esta
forma, no es otra cosa que un regalo de Dios. “La música es el único medio de
comprensión entre las aves y las bestias” 7
La música y las artes son la mejor forma que tenemos de apreciar la creación; de
aquí surge el concepto Indio de que el hombre fue creado para que Dios pueda
observarse a sí mismo. Este concepto representa una magnífica imagen de los
seres humanos como moldes vacíos, para que Dios derrame consciencia en ellos.
Cuando el hombre expresa lo inexpresable, lo hace en las alas de una canción.
La canción de alguna manera se desvanece cuando dejamos de oír la voz interior.
Toda la música se manifiesta desde la música interna: “el sonido mudo”, si
existiera. El estertor de cualquier religión puede ser escuchado en la ausencia de
la canción y el incremento de la verborrea.
Muchas de las tradiciones musicales indígenas fueron más allá del punto de
entregarse al trance. Las religiones se basaban enteramente en la música. Mickey
Hart, del famoso grupo “The Grateful Dead”, escribió un hermoso libro titulado,
Planet Drum, Un Festejo de Percusión y Ritmo. Al describir los chamanes de
Africa Occidental y sus funciones en la sociedad, describe que ellos son
“viajeros profesionales del trance”, conectando los mensajes de la tribu entre
este mundo y el espiritual. Los Chamanes son curadores, psíquicos,
manipuladores del clima; manejan los grandes poderes para asegurar una buena
cacería. Un Chamán típicamente necesita de tres cosas: canciones con poderes
para convocar a sus espíritus aliados, a los espíritus aliados que lo guían hacia el
Arbol del Mundo y un tambor para llevarlo allí. 8
5,6,7,8 Hazrat Inayat Khan, The Sufi Message p. 44 Idem p. 13 idem p. 50
Es importante notar que en el viaje al “Arbol del Mundo” dos de tres cosas
necesitan hacerse con música: una canción y un tambor.
El trance poseído es un estado en el que “los espíritus viajan al ritmo del tambor
hacia el bailarín en trance” 9 Hart escribe: “Los eruditos conectan las culturas
africanas de trance poseído con la diosa madre de la cultura Neolítica que hace
nueve mil años se trasladó de Europa Oriental a lo que es hoy el desierto del
Sahara. Cuando comenzó la trata de esclavos en el siglo diecisiete, éstas técnicas
de trance poseído fueron llevadas al Nuevo Mundo. En aquellos lugares en los
que se les permitió a los africanos tener sus tambores, su música mutó a
candombes, santería y vudú. En los EE.UU, país en el que los tambores fueron
prohibidos durante muchas generaciones, este legado de la danza rítmica en
trance fue cortado de raíz de su dimensión espiritual convirtiéndose en jazz,
blues, rhythm and blues y rock and roll” 10
Este es un aspecto muy importante, ya que revela que el origen del jazz es “un
legado de la danza rítmica en estado de trance, que fue arrancada de su
dimensión espiritual.”
Capitulo 4
Más Allá de Las Metas Limitadas
Incluso en la música clásica europea y el jazz americano, podemos presenciar
algo parecido al estado de trance. Los artistas que pueden entrar en este estado
son los más enfocados, los más comprometidos con lo que hacen, y son los que
usualmente nos brindan los mejores conciertos. Podemos recordar tales
conciertos como una ''experiencia''. Es tal la experiencia que tal vez nos cambie
la vida; puede que nos lleve a convertirnos en músicos.
¿Cómo hace uno para alcanzar ese nivel de musicalidad? ¿Cómo hace uno para
convertirse en una presencia fascinante tan digna de alabanza? Las metas
limitadas, tales como tratar de impresionar a la gente, encontrar seguridad, tocar
jazz ''válido'', y otras cosas parecidas, nos bloquean. La clave es entregarse, y lo
primero que debes entregar es una de tus más preciadas posesiones: ¡TU
OBSESIVA NECESIDAD DE SONAR BIEN! Esto es una paradoja que la
mayoría de la gente puede probar a través de su propia experiencia.
Pero para cuando llega el próximo concierto y, como estás buscando la misma
experiencia que la última vez, no tiene sentido esperar a que la música se
desarrolle de la manera en que lo hizo aquella noche. ¡Esa sensación es igual a la
de ir en un crucero que se hunde!
Un Músculo Involuntario
Durante mis clínicas en este punto generalmente digo, "Bueno, ahora que hemos
probado que el preocuparse menos lleva a tocar mejor, nunca más van a
preocuparse al tocar, ¿verdad?" Siempre recibo unas risas nerviosas. Todos saben
que ni siquiera por un segundo van a ser capaces de dejar de preocuparse. Como
un músculo involuntario, este pensamiento aparece con tan sólo acercarse al
instrumento. Una vez que comiencen a tocar y sin importar cuán intelectual sea
la gente, no serán capaces de controlar su preocupación. Tal vez hayas leído los
libros más interesantes sobre creatividad espiritual y te encuentres seguro de lo
que se trata, pero de nada va a servir cuando te aproximes al instrumento. ¡Aún
te consumirás por tratar de sonar bien! that will not matter one bit. You will still
be consumed with how good you sound!
¿Cuánta gente está dispuesta a subir al escenario, tocar su instrumento, y sonar
horrible? Y luego, después de sonar horrible, cuanta gente podría decir ¿"Yo me
amo"? Eso podrá sonar como "Filosofía de la Nueva Era", pero si existe la
verdadera aceptación de uno mismo, si el amor está presente, ¡el temor al fracaso
se habrá ido! "La mejor manera de hacer arte es repartirse entre el éxito y el
fracaso, todo en uno y aceptarlo", dice Stephen Nachmanovich en su libro
“Juego Libre” 1 . Una persona que no tiene miedo a morir, sabe cómo morir. Una
persona que no tiene miedo a fracasar, triunfa. Y una persona que no tiene miedo
a sonar mal, va sonar bien. No está garantizado, porque hay otros factores
involucrados, pero este elemento esencial tiene que estar allí.
Cuando tomas tu instrumento, no importa qué tan nobles sean tus objetivos, va a
predominar el querer sonar bien, haciéndote impotente. Por ejemplo, algunos
trompetistas con los que he trabajado no tenían un buen tono. Al trabajar con
ellos, a menudo he encontrado que no estaban tomando suficiente aire para
llevarlo a través de la trompeta. ¿No parece extraño que los trompetistas no
tomen suficiente aire? ¿Por qué pasa eso? Porque están temerosos de lo que
están a punto de hacer sonar. Una profunda toma de aire le suma tono y peso a la
siguiente frase, pero el trompetista no está seguro acerca de la siguiente. Su falta
de experiencia hace que realice una toma de aire corta, y una toma de aire corta
crea un tono más débil, o menos rítmico, o una frase incompleta. El resultado
confirma los miedos del músico. "El pensamiento sobrecargado pierde su
poder... La razón le da nacimiento a la duda, la cual destruye el poder del
pensamiento antes de que sea capaz de cumplir su destino" 2. Si un trompetista
aguanta la respiración lo más posible, casi hasta desmayarse, y después suelta el
aire en la trompeta sólo moviendo sus dedos por las teclas, sin preocuparse
acerca de la notas, experimentaría un tono, una fuerza, una destreza y una
energía que nunca hubiera sabido que existían. En ese momento, la absoluta
necesidad de exhalar anularía cualquier miedo respecto a la musicalidad de la
frase.
El miedo toma la fuerza de lo que estás haciendo. Sin el miedo a tocar notas
equivocadas, sentirías que el cuerpo te está pidiendo más aire, y
espontáneamente emergería una nueva postura. Los pianistas a menudo
demuestran su miedo elevando los hombros, con cuellos rígidos y mentes tensas.
No dejan mover libremente sus brazos por miedo a tocar de pobremente. El
resultado es debilidad en el tono y en el ritmo y así, sus miedos se manifiestan.
En el libro "El Zen y El Arte de Tiro con Arco" el maestro reprime al alumno,
“Si el tiro correcto no aparece en el momento exacto es porque no te dejas ir. No
esperas la satisfacción, pero sí esperas el fracaso". 3
Cierta vez, mientras estaba en una clase con Gunther Schuller sobre dirección
(orquestal), noté una neurosis similar en el movimiento de dirigir. Cuando los
alumnos de la clase comenzaban a dirigir, sus cuerpos tomaban una posición
artificial. Sus rostros reflejaban una austeridad no relevante a la situación. Noté
que mostraban una gran preocupación por lo que estaban haciendo, y esto
causaba rigidez en todo su cuerpo. Algunos alumnos se levantaban sobre los
dedos de los pies enfatizando su dinámica. Algunos se inclinaban hacia adelante
perdiendo su centro de gravedad. Gunther hacía comentarios acerca del esfuerzo
extra que estaban haciendo, y cómo quebraban la fluidez del movimiento.
¿No es verdad que cuando suenas mal te sientes mal? ¿No te sientes genial
después de haber sonado genial? Caminas diciendo ¡"Wow, soy todo un
acontecimiento! ¡Soy un tipo fantástico! ¡Uno de los buenos!" Pero si tocas mal
podrías andar diciendo, "No soy nadie, soy menos que nadie. Ni siquiera me
hables, no lo merezco." Puede ser una exageración, pero un montón de personas
pueden identificarse con estos cambios de humor. Lo triste es que muchos
músicos juzgan su valor como persona según la calidad de su música. Eso eleva
las expectativas de lo que significa tocar bien o mal. Pone bajo presión la acción
de tocar, y como se demostró con el ejemplo de nuestras propias vidas, cuando la
presión se pone en sonar bien, tocamos peor y así sucesivamente.
¿Te suena familiar lo siguiente? Piensas en tu vida todo el día, tu mente se llena
de problemas. ¿Me debería mudar a Nueva York? ¿Debería quedarme en la
universidad? ¿Me debería convertir en profesor o tratar de serlo? Si me salgo de
la universidad, podría practicar más, tal vez mejor. Si eres un profesor, tal vez
sientas la necesidad de tomar un año sabático así puedes practicar y ¡convertirte
en el músico que tus alumnos creen que eres!
Una vez que te haces llamar baterista, se hace más difícil disfrutarlo, a menos
que seas un buen baterista. Te olvidas que es más importante pasarla bien que
sonar bien.
No hay nada de malo en querer tocar bien, pero necesitas tocar bien y ese es el
problema. Mientras más duro tratas, peor tocas. Recuerda que tu experiencia
comprueba esto.
Has sonado bien, ¿cómo soné?
“Solo cuando ya no sabe lo que hace, el pintor hace buenas cosas”.4 Así
escribió Edgar Degas en 1856. La pregunta más corriente en la música es
“¿Cómo sueno?” La preocupación de uno por sonar bien limita severamente la
visión. Si le preguntaras a la mayoría de la gente por qué tocan, no dirían que es
para sonar bien, pero cuando los escuchas u observas, puedes notar que esa es su
mayor preocupación. En una sociedad relativamente cómoda como la nuestra,
los músicos quedan atrapados en asuntos mundanos. Despiertas en tu pequeño
mundo y te preguntas que tan bien suenas. Cada diez minutos: “¿Cómo sueno?
¿Y cómo sueno ahora?” Caminas con esa preocupación durante todo el día, y eso
es lo que proyectas cuando vas a la presentación.
Quizás admites que tu objetivo es sonar bien, y te preguntas, ¿qué tiene de malo
eso? Bueno, apliquemos este problema a una conversación. Imagina que le
preguntas a alguien, “¿Cuál es tu meta cuando hablas?” y responde, “¡Yo
realmente sólo quiero sonar bien! ¡Realmente necesito sonar bien, y no
descansaré hasta que lo haga! ¿Qué pensarías de esa persona? Probablemente
que es bastante superficial. Pero en la música, la gente se esfuerza
verdaderamente, reteniendo amor hacia ellos mismos y otros, solo tratando de
sonar bien. ¡Que tonto desperdicio de vida!
Cuando tienes esas buenas noches y para sentirte seguro recurres a la memoria,
tu sentido de la seguridad está viniendo de afuera de ti. Eso simplemente no
funcionará para llenar y completar verdaderamente tu vida. No tienes que tocar
excelente. Ya eres excelente. ¿Sabías eso? Si tocas desde esa perspectiva, tu
música se volverá más profunda. Veras más allá de la meta limitada de sonar
bien.
Cálmate
¿Sabías que ni siquiera es importante que toques otra nota de música de nuevo?
De hecho, muchos de ustedes tendrán una mayor chance de ser felices si
¡DEJAN DE TOCAR AHORA MISMO! A MENOS QUE… cambies tu
relación con tocar y tu relación con ti mismo.
Tocar puede ser un alegre festejo por quién eres. Cuando yo toco, trato de
ignorar las consideraciones mundanas en mi cabeza y concentrarme en la verdad.
Me gusta llenar mi cabeza con palabras como “GRACIAS”. Gracias por la
experiencia de tocar música. Gracias por esta tarea en la vida. Ciertamente hay
muchas tareas que son menos placenteras. Gracias por el hecho de que estoy en
América, Dinamarca, Francia, o donde sea, ¡y no en un país en zona de guerra!
De hecho, “¡GRACIAS POR ESE ULTIMO ALIENTO QUE ACABO DE
TOMAR!”
¡Solamente es música!
Aquí hay un simple examen para probar que la música no es tan importante:
En lugares como Bosnia y Somalia la gente puede que utilice la música como
una necesidad para darse ánimo y coraje. Pero la música tocada bajo esas
circunstancias tiende a ser la que realmente importa, no la de la clase mundana
que existe sólo en la mente. La gente que no tiene problemas verdaderos puede
obsesionarse mucho con sus pensamientos. Pueden consumirse en su vanidosa
necesidad de sonar bien. No hay éxtasis, amor o sustento espiritual.
¿A quién le importa?
Expresión
Dejando de lado el desprecio de Jarrett por los sintetizadores, cuando los jóvenes
tocan una balada, se convierte en una oportunidad de tocar más notas.
Generalmente no pueden concentrarse en un mensaje melódico para transmitir
sus emociones, sino que son impulsados por una preocupación miope, como
tocar quemando. Los cantantes jóvenes están tan preocupados con su scat (NdT)
que ni siquiera verifican la letra de la canción. Tienen la oportunidad de
contarnos una historia y hacernos sentir su significado, pero pierden el horizonte.
Jarrett dice: “Escuchamos músicos de jazz incursionando en todo tipo música,
incluso indígena americana. Músicos minimalistas llenando tantas hojas de papel
como puedan antes de que les venga una idea, los representantes vestidos como
músicos y los músicos vestidos como estrellas de cine, los que realmente se
convierten en eso, músicos oscuros sin alma y un sinnúmero de músicos de
sesión leyendo el diario en la sala de control (y siendo muy bien pagados por
eso, uno podría decir pagados por su paciencia). Escuchamos todo esto, pero
¿dónde está esa voz, esa voz original, esa necesidad individual y primaria?
¿Dónde está Miles? ¿Dónde está la música?”6
Creatividad y Disciplina
La otra área dice que: “Yo toco muy bien, por lo tanto soy un artista.” Pero eso
tampoco se aplica. ¿Puedes decir “Yo hablo castellano bien, por lo tanto soy un
artista?” Por supuesto que no. Todo depende de lo que digas con ese lenguaje.
Ayuda al Planeta
Últimamente, los músicos del mundo deberían darse cuenta del potencial de su
profesión. Como los shamanes, podemos servir como curanderos, metafísicos,
incitadores, arengadores, guías espirituales y fuentes de inspiración. Si el músico
es iluminado desde su interior, se convierte en una luz que ilumina otras luces.
Así sirve como medio del universo del sonido sanador para curar nuestro planeta
y su gente, sanando nuestros problemas. Así de importante es la música. Se dice
que “sólo el que obedece puede verdaderamente liderar”. Cuando el artista se
sumerge en el servicio, entregándose una y otra vez, ocurre otra paradoja: EL
ESTA SIENDO VISTO POR OTROS COMO UN MAESTRO.
____
1Nachmanovich, Stephen. Free Play, Los Angeles: Jeremy P. Tardier, Inc , 1990
(p.135)
2Hazrat Inayat Khan, The Sufi Message (p. 21)
3Eugen Herrigel, Zen In The Art Of Archery (p. 30)
4Degas, Edgar. ”Notebooks, 1856.” In Artists on Art, edited by Robert
Goldwater and Marco Treves. New York: Pantheon, 1945.
5Jarrett, Keith. New York Times article
6Ibid
7Amira, John & Cornelius, Steven. The Music of Santeria, Traditional Rhythms
of the Bata Drums. Crown Point, IN: White Cliffs Media Company, 1992.
Capítulo 5
Tocar Condicionado por el Miedo
Miedo, La Mente y el Ego
Porque no es la muerte y el dolor, que son dos cosas horribles, sino el miedo al
dolor y a la muerte.
Epictetus
¿Por qué pasa esto? Como lo comenté anteriormente, muchos de nosotros hemos
creado un nexo poco saludable entre lo que somos y como tocamos. Tememos a
estar fuera de lugar y eso nos lleva a tocar, practicar y escuchar en forma
ineficaz. El miedo les cierra todas las puertas al ser verdadero, el centro
luminoso en el que reside el éxtasis.
O podría ser literalmente fantasmal; el legado musical dejado por los grandes
maestros. Así que muchos músicos sienten demasiada reverencia hacia ese
legado, y que jamás serán dignos de eso.
A la gente que tiene cierta dificultad para tocar música y aprender, puede que se
les haya dicho a una temprana edad que tocar música es muy difícil, o que
carecían de talento. Una vez que esto se incorpora y se cree, se hace muy difícil
progresar. Las voces amenazantes de la niñez se convierten en las voces dentro
de uno: ¡“No eres bueno, estúpido!”. El mensaje podría ser más sutil que eso,
pero el temor persistente a ser un tonto se traduce en el temor a no ser digno, a
no ser valorado. Veo eso en muchos estudiantes. El impulso por disipar esos
temores termina por descarrilar la búsqueda de la maestría.
Comienzas a tocar un lindo solo y una pequeña voz dentro de tu cabeza te dice,
¡“No es lo suficientemente bueno! Debo tocar más moderno. Esto tiene que
quemar más. Debe ser más complejo…” o algún pensamiento semejante. En tu
mente, lo que llega fácil no es lo suficientemente bueno, ¡porque crees que no
eres lo bastante bueno! Comienzas a buscar el ritmo con los pies, tratando de
coaccionarte con la música, o cantando para darte énfasis. Estás forzado, tenso, y
en ese momento, el solo pierde toda sutileza y groove. (*) El solo suena nervioso
y se perdió el tono. Posiblemente comiences a apurarte o a perderte en la forma o
el tiempo. Entonces, el miedo de hacer el ridículo hace que ¡te quedes ahí tenso
y fingiendo que no estás perdido! ¿Suena familiar?
El temor a estar fuera de lugar nos hace ignorar las ideas que salen en forma
natural, ideas que parecen muy obvias o “poco modernas”. Pero de hecho es lo
que hay que tocar. Uno no puede entrar en ritmo si está atrapado en sus
pensamientos. “Tan pronto como reflexionamos, deliberamos y
conceptualizamos, el inconsciente es interferido por los pensamientos” 5
Aquí hay otro ejemplo de como el miedo sabotea la ejecución: Digamos que has
estado practicando algo por un tiempo y tienes un gran deseo de escucharte
tocando en una actuación; de hecho, te sientes presionado por tocar ¿Por qué?
Porqué debes convencerte de que tu práctica no fue una pérdida de tiempo.
Entonces, listo o no, ¡lo tocarás! De alguna manera llegarás a este punto. Pero al
igual que una torta que no fue horneada lo suficiente, saldrá cruda. Has caído en
la trampa del ego y tu música suena terriblemente mal. Tenías la pieza que has
estado practicando totalmente interiorizada, y tu actuación hubiera mejorado si
hubiese salido naturalmente. Pero si dudaste o pensaste sobre eso, no estaba
“lista para ser servida”. En este caso, tu visión fue nublada por el ego. El temor a
perder el tiempo (¿miedo a perder la vida, quizás?) hace que creamos que el
material esté listo para ser incluido en la actuación antes de tiempo,. Es posible
que hayas dejado la práctica de ése tema porque creías que lo tenías o porque ya
estabas harto de esperar a que funcione.
Bobby McFerrin dijo en uno de sus talleres que “la improvisación es tener el
coraje de moverse de una nota hacia la otra”. Es así de simple. Una vez que
logras dominar ese miedo básico, una vez que eres capaz de realizar ese salto de
una nota hacia la otra sin pensarlo o prepararlo, entonces estás improvisando. 7
Cuando te mueves de una nota a la otra, la audiencia te escuchará, entienda o no
de jazz, y querrá escucharlo otra vez. Pero, el miedo no te dejará hacerlo. El Ego
te hace perder de vista el todo y en su lugar te ocupas de lo que está de moda, de
lo “moderno”, lo que reduce el interés por la música a ti y a algunos amigos. Y
estos amigos están sentados allí, golpeteando con sus uñas, y esperando que ¡no
suenes tan bien! (Expondré esto más adelante).
6 Millman, Dan. Way Of The Peaceful Warrior, A Book That Changes Lives.
Tibouron California: HJ Kramer, Inc., 1984. (p. 81)
7 ’Milkowski, Bill. ”Swing, Soul, Sincerity A Bobby Mcferrin Workshop”.
DownBeat
“Justo antes de tocar, me gusta sentir que nunca nadie antes ha tocado el piano,
que me encuentro en un terreno completamente virgen, y que cada nota que toco
es la más hermosa que he oído”
Bill Evans from his video, The Universal Mind of Bill Evans: The Creative
Process and Self Teaching. Rhapsody Films Inc.
Capítulo 6
La Practica Basada en El Miedo
El hombre sabio en la tormenta le reza a Dios, no para protegerse del peligro,
sino para liberarse del miedo.
Ralph Waldo Emerson
Así como el miedo nos contamina el ambiente para la creatividad, también nos
inhibe para estudiar en forma efectiva. La mente provoca el caos, dándole al ego
un festín. Por ejemplo, quieres ser un gran músico de jazz, y tu mente te dice que
debes tener éxito a cierta edad. Si tienes 18, debes tener éxito a los 21. Cuando
eso no sucede, te das hasta los 25. A los 25, hasta los 30. Y si tienes 35, hasta los
40, y a los 40 sientes que “ya se fue el tren”.
Tu mente puede estar dirigida por el pensamiento de que tienes que ser un
experto en todos los estilos musicales; teniendo así una gran cantidad de material
para estudiar. Sientes como si hubiera una enorme cantidad de trabajo delante de
ti y cuentas con poco tiempo. ¡Sientes miedo a morir antes de que lo puedas
aprender!
Sigues adelante porque piensas que no hay suficiente tiempo para aprender todas
las cosas que necesitas para convertirte en un gran músico. Continúas, dejando el
material previo en un estado inutilizable. Y nunca te conviertes en un gran
músico. Tu mente te ha jugado una mala pasada.
La práctica disfuncional deriva del miedo y del ego. A veces la mente es tan
inquieta y llena de ansiedad que no puedes practicar en absoluto. Una persona en
este estado piensa de sí misma que no se compromete lo suficiente o que
simplemente es “perezosa”, ya que nunca puede concentrarse para practicar. Si
éste eres tú, se amable contigo mismo. ¡No eres perezoso, solamente te
encuentras completamente abrumado! En tu mente hay tanto que lograr que
nunca puedes empezar. Estas atrapado en un campo de energía de angustia.
¿Lo siguiente te suena familiar? Despiertas, miras tu lista de cosas para practicar
y dices, “necesito una taza de café antes de empezar”. Así que bebes tu café y
decides leer el periódico también. No hay mejor tiempo para leer el periódico
que con esa primera taza de café (y, por supuesto, todos saben lo genuinamente
preocupado que estás acerca de las noticias actuales). El tiempo se desliza, miras
tu lista, después al reloj, y te dices: “Bueno, no tengo tiempo para eso ahora.
Quizás después del almuerzo.” Después del almuerzo, piensas acerca de esa lista
y decides, “Primero haré unas llamadas y luego me pongo a trabajar.” Después
de las llamadas, te diriges a tu instrumento, y en el camino, pasas por la cocina y
piensas: “Solamente una taza más de café. ¡Después de eso estaré energizado por
la cafeína para terminar con esa lista!” Te bebes el café, sales obligado de la
cocina, mirando la lista exclamas, “¡Una llamada más!” La llamada fue
frustrante, y estás demasiado furioso para practicar. Ahora necesitas
tranquilizarte.
Bromeo con los estudiantes en mis clínicas, diciendo que quiero que se presten
cinco minutos de esas horas que gastan cada día obsesionándose acerca de ellos
mismos, ¡y usen ese tiempo para practicar! Si lo que a uno le importa tan
apasionadamente es tocar música ¿Por qué no hace nada? No es haraganería; es
el sentimiento de estar abrumado. Necesitas saber esto. Es como la aceptación
del alcohólico, “No soy una mala persona, soy una persona enferma”. Le
permite a uno mismo sentir un poco más de compasión.
Si no alcanzas tus expectativas, lo que tienes que hacer es bajarlas. Por ejemplo,
no pienses que tienes que practicar de tres a cinco horas cada día. ¿Quién tiene
de tres a cinco horas? No llegas a entender los beneficios que te brinda una
práctica concentrada, paciente, ¡por incluso cinco minutos! Períodos de cinco
minutos centran la mente.
Mucha gente siente la ansiedad (otra palabra que da miedo) con sólo el
pensamiento de practicar. Su ansiedad es causada por dos dilemas: cuanto
tiempo deberían practicar, y con qué deberían empezar. Estas personas están
atrapadas en sus propias cabezas.
Si encajas en uno o más de los perfiles de los que acabo de describir, espero que
encuentres las respuestas más adelante en este libro, respecto a cómo cambiar tu
cuadro mental y comenzar a avanzar. Al estar afligido por la imposibilidad de
actuar, sientes que quedas afuera del mundo de los músicos. Golpeas contra el
vidrio pero nadie te escucha. Todos tus intentos de entrar son inútiles. El miedo a
no poder volverte muy bueno te ha impedido serlo. Para encontrar una salida a
este dilema es necesaria una meticulosa reprogramación de tu mente.
Capítulo 7
Disfunciones en la Enseñanza:
Enseñanza Condicionada por el
Miedo
No es a la muerte a lo que el hombre debería temer, sino a que nunca comenzó a
vivir.
Nachmanovich hace una gran declaración: “Educir significa sacar algo o evocar
lo que está latente: La educación entonces significa extraer de una persona las
capacidades latentes para entender y para vivir, y no llenarla de conocimientos
preconcebidos” 1 En esto reside la razón por la cual tantas personas se
encuentran agobiadas, como se describió en el capítulo anterior. Ellos serían los
que están “llenos de conocimientos preconcebidos” en lugar de haber extraído y
usado sus capacidades latentes. Este es un punto importante. Es una práctica
común dar tareas semanales en lugar de apoyar al alumno para entender el
material.
Creo sinceramente que los educadores deberían repensar este tema. Con tantas
tareas se aburrirá y se hundirá al alumno. Pero como a muchos de nosotros se
nos enseñó así, como resultado, enseñamos de la misma manera. A veces es
necesario discontinuar las lecciones hasta que el estudiante retome su rumbo. El
temor y la ansiedad se pasan de generación en generación. También están los que
ocupan cargos de autoridad, pero son incompetentes en sus trabajos y eso
también causa temor.
El maestro debe poner énfasis en las cosas que están mal. Quizás no pueda
impartir la información correcta que resuelva los problemas de los alumnos, sin
haberlos él resueltos primero. El alumno puede saber que hay algo que está mal,
pero no se da cuenta de que su profesor también se encuentra en la oscuridad.
Quiero reiterar que hay muchos grandes y efectivos maestros. Pero no me estoy
refiriendo a ellos en este momento. La razón por la que estoy hablando de
maestros de poco nivel es porque necesitamos articular todas las barreras para
llegar a dominar y si es posible, restablecer la claridad.
Los profesores que necesitan cambiar se hallan en la misma situación que sus
alumnos. El alumno se queja de que no puede reprogramarse ya que se encuentra
muy ocupado yendo a la escuela, y el profesor sostiene el mismo lamento porque
está muy ocupado ¡enseñando en la escuela! Para todos hay una forma de
cambiar sus tendencias, nivel de aptitud, y de hecho, sus vidas, con una acción
firme y consciente. Pero sin un plan, estos músicos crecen progresivamente
infelices a medida que pasa el tiempo, ya que viven una mentira. Se vuelve más
doloroso llevar la carga según pasan los años.
Pero puedes cambiar con esfuerzo. Se honesto y toma el control de tu mente.
____
1Nachmanovich, Stephen. Free Play, Los Angeles: Jeremy P. Tarcher, Inc., 1990.
(p. 118)
Capitulo 8
Disfunciones del oído: Escuchar
basado en el miedo
”Gozosos nos lanzamos hacia mares sin rutas, sin miedo a costas
desconocidas”
Walt Whitman
Los estudiantes de jazz con problemas de ego en realidad temen escuchar buena
música. Una vez estaba en un pueblo haciendo una presentación con un
excelente grupo. Al día siguiente hice una consulta a treinta personas
aproximadamente en una escuela local de música. Pregunté cuántos estudiantes
habían estado en el concierto de la noche anterior. Sólo tres levantaron la mano.
Esto no era Nueva York u otro lugar en donde uno pueda escuchar esta calidad
de música muy seguido. Estaba en shock. Les dije que si una actuación u otro
evento importante no los llamaba a ir, sería mejor que reevaluaran sus motivos
para estudiar música ya que si esto era realmente lo que querían hacer en la vida,
¿por qué se perderían una oportunidad de escuchar lo hermosa que puede ser la
música? Escuchar artistas inspirados nos da vigor y refuerza nuestro
compromiso con la música. Sin embargo, si uno esta simplemente
preocupándose, uno debiera evitar ser consciente de que existen grandes
músicos. ¡Músicos como estos prefieren el confort y la seguridad de sus agujeros
de hobbit!
Escuchar sin esforzarse es como respirar. Te nutre sin que lo sepas. En otra
ocasión, mientras estaba enseñando en el Instituto Schweitzer en Sandpoint,
Idaho, tuve la oportunidad de escuchar tanta música orquestal y de cámara como
nunca lo había hecho en un periodo corto de tiempo. Una noche toqué el piano
solo e improvisé como nunca antes. Fue como si una orquestra espontánea
estuviera “canalizándose” a través de mí. Tras semanas de inhalar toda esa
increíble música ahora se estaba manifestando en mi ejecución.
Años atrás cuando veía un cielo lleno de estrellas, mi mente decía, “Wow,
realmente debería gustarme este cielo”. En realidad estaba presionándome para
amar al cielo. Después, mi mente al volverse más calma, podía quedarse ahí
afuera y emerger con la belleza. La misma verdad con la música. No trates de
escuchar, sino que permítete escuchar. Al “emerger con la belleza”, te elevas; y
al escuchar más profundamente, oyes cosas.
Una vez, mientras escuchaba música toda la noche, escuché una relación
absoluta entre Joni Mitchell, Bela Bartok y música del sur de la India. Era una
revelación para mí ¿pero no estaba ahí antes? Estos conocimientos fueron
causados por mi inmersión en la música.
El Maestro del Sufi, Hazrat Inayat Khan, dice: “Hay distintas maneras de
escuchar música. Está el estado técnico (musical) de una persona que ha
desarrollado una excelente técnica aprendiendo por lo tanto a apreciar mejor la
música. Se siente perturbada por un nivel más bajo de nivel musical. Pero hay
una manera espiritual, que no tiene nada que ver con la técnica. Es simplemente
conectarse con la música; de ahí que a lo espiritual no le preocupa el grado
técnico de la música. Sin duda, cuánto mejor es la música, más útil es para una
persona espiritual; pero al mismo tiempo uno no debe olvidar que hay lamas en
el Tibet que se concentran y meditan mientras hacen una especie de repiqueteo,
que no es especialmente melódico. Con la ayuda de la vibración cultivan ese
sentido que eleva a las personas hacia planos más altos. No hay nada mejor que
la música como medio de elevación del alma. 1
Composiciones casuales
Una vez que has creado “algunas cosas”, puedes empezar a editar. A través del
proceso de la variación, puedes crear más música o mejorar lo que ya tienes. Sin
embargo, cualquier sentimiento de afecto al trabajo te impide ver las
posibilidades. Por ejemplo, cualquier nota que escribes puede desarrollarse al
variar el orden, la octava, la transposición, y así. Si haces esto sin ningún apego
emocional, sin la necesidad de crear algo que valga la pena (la misma vieja
trampa), es más probable que se te ocurran grupos de notas más atractivos. Al
poner algunos de ellos en orden, puedes crear ideas más largas provenientes del
embrión de tus elecciones.
Otros elementos también pueden ser variados. Por ejemplo, puedes armonizar
una melodía, después hartarte de ella, y escribir otra para armonizarla
nuevamente. Luego puedes re-armonizar esa melodía, y ahora has creado dos
melodías y dos grupos de acordes desde el embrión. Ahora puedes modificar
esas progresiones y melodías de muchas otras maneras. Bob Brookmeyer habla
acerca de pulir la música: pules y pules a través de la variación, hasta que brilla
con continuidad. Pero yo añadiría que debes resistir lo más posible la tentación
de “hacer una pieza”. Simplemente continúa garabateando. Cuanto más tiempo
resistas identificando la pieza, más “cosas pasan”. Al separarse, la pieza parece
“escribirse a sí misma”. Y esto es muy importante: ¡debes sentirte libre de
deshacerte las cosas! Sería el tema de otro libro entrar en mayor detalle, pero lo
importante es el principio de componer sin apego.
Nada te reprime tanto como la necesidad de escribir algo brillante. Una vez, un
buen amigo mío estaba escribiendo una ópera y realmente experimentaba un
bloqueo. Estaba debidamente atormentado, creyendo que “componer es un
proceso doloroso”. Hablo melancólicamente acerca de cierta ópera que es
considerada “la mejor opera desde la Segunda Guerra Mundial”. Le dije, “¡suena
como si estuvieras tratando de escribir la mejor opera desde la Tormenta en el
Desierto! Tuve una idea y le dije: ¿Por qué no escribes una mala ópera? Mi
amigo se rió incómodamente conmigo, pero yo ya podía estar a tono con su
dilema. Siempre quieres hacerlo bien, pero la paradoja recurrente es que tienes
muchas más posibilidades de hacerlo bien si dejas ir la ansiedad y simplemente
te pones a hacerlo.
Trata de escribir tres malas piezas por día. Apuesto a que no puedes hacerlo. ¡Tu
talento te saboteará y causará que salga una gran música! Otro amigo mío
compositor me dijo, “Kenny, sé que eso simplemente no funciona. He escrito
toneladas de malas piezas en los últimos treinta años, y no me sirvió de nada”.
Yo lo dije, “Ah, sí, ¿pero alguna vez trataste de escribir una mala pieza? ¡Esa es
la liberación de la que estoy hablando!”
Puedes pensar que estas cosas suenan genial, y que leer sobre ello tiene el poder
de cambiar tu vida. Pero te garantizo que la próxima vez que toques o
compongas, ¡actuarás como si no hubieras oído o leído nada! Como dije antes,
tratar de sonar bien es un reflejo. El ego es un músculo involuntario. Desearías
no estar tan ensimismado en ti, pero simplemente no puedes evitarlo. Y tu
ensimismamiento no se manifiesta necesariamente de maneras obvias. Por
ejemplo, Puedes pensar que eres humilde porque te rebajas todo el tiempo, ¡pero
todavía estas atrapado en el ego porque tienes que estar centrado en ti mismo al
extremo de sentirte tan mal acerca de ti!
“No debes ser nada excepto un oído que oye lo que el universo del mundo está
constantemente diciendo dentro tuyo”.
Rabbi Dov Baer of Mezritch
Desde este espacio hay gran compasión y gran amor, así como gran desapego.
Una persona se convierte en el supremo observador, disfrutador y emprendedor.
Su grado de involucramiento en la vida es total. Participa completamente en el
mundo, sin embargo no es atrapado por él. No hay miedo, porque no está
vinculado al resultado de las acciones. La práctica no se torna impaciente,
porque no hay una necesidad ardiente de alcanzar una meta. Simplemente está la
celebración de la acción, del aprendizaje, del logro y del disfrute. Para estar
seguro, esta persona experimenta enteramente el rango de emociones, pero no se
encuentra apegado. Por lo tanto, puede vivir su vida y hacer sus movimientos en
armonía consigo mismo y con el universo exterior. Posee frecuentemente una
intuición acerca de qué hacer después, y la sigue sin miedo. Paradójicamente,
estar desapegado provoca que sus acciones tengan un gran propósito y resulten
en un gran éxito. La abundancia del universo tiende a cubrir a esa persona; sin
embargo, si no lo hace, de cualquier manera todo sigue bien.
Si has experimentado este espacio incluso por un momento, querrás volver ahí
de nuevo. Estarás asombrado de que has pasado tanto tiempo de tu vida
tiranizado por tu mente cuando este “espacio” existía. (Wow- ¿En realidad puedo
sentirme de esta manera sin coñac?). En el espacio interior no hay condiciones,
no hay requerimientos; simplemente eres. Estás haciendo contacto consciente,
formando una autopista de información, con el “yo” interior más elevado.
Esta es la conexión espiritual de la que muchos artistas hablan como la fuerza
primaria de su arte. Cuando uno es motivado por un propósito más profundo en
vez de sólo hacer “buena música”, uno alcanza mayores alturas. “En la música y
la danza pronto nos damos cuenta de este mundo vivo con dioses y diosas”. 5
Bill Evans llama a este espacio la mente universal. “Creo que toda la gente está
en posesión de lo que puede ser llamado la mente universal. Cualquier música
verdadera habla con esta mente universal a la mente universal de todas las
personas.” 6 Aaron Copland dijo, “La inspiración puede ser una forma del super-
consciente, o quizás del sub-consciente, no podría saber. Pero estoy seguro que
es la antítesis de la inseguridad.”7
Si miras videos de artistas como Vladimir Horowitz, Miles Davis, Count Basie,
Itzhak Perlam y otros, verás cómo tocan desde este espacio. Después de
considerar el material de este libro, te sentirás bañado en una nueva luz al ver lo
que están haciendo artistas como éstos. Cuando Miles Davis se acercó al
micrófono, se concentró en ese espacio antes de tocar la primera nota.
Frecuentemente había largos silencios entre frases. En ese tiempo, uno podía ver
y sentir como se re-centraba. Eso es muy raro en los músicos de jazz hoy en día.
Esa práctica tiene el efecto paradójico de levantar la conciencia de una persona e
incrementar la intensidad del momento. ¡Miles Davis tenia a la audiencia
paralizada antes de tocar la primer nota! Igualmente, cuando Vladimir Horowitz
tocaba, podías ver una quietud y concentración absoluta mientras “observaba sus
manos” tocar la obra. En una mente abarrotada no hay lugar para lograr ese nivel
de concentración, no hay lugar para preocupación o duda. Nunca verás a estos
maestros pensando, “¡Vaya, de verdad espero sonar bien para toda la gente ahí
afuera!”
Keith Jarrett dice, “Cualesquiera que fueren las ropas que Miles vestía, siempre
era Miles. Cualquier ruido que estuviera a su alrededor, Miles todavía tocaba
desde esa necesidad, su sonido venía de ese silencio, el líquido vasto, el silencio
sin bordes que existía antes de que el primer músico tocara la primer nota.
Necesitamos ese silencio, porque ahí es donde está la música”. 8
Falsos Idolos
El jazz, como otros tipos de música, siempre fue acerca de la búsqueda por la
inspiración y la conexión interior. Esta conexión fue el tesoro elogiado o
codiciado por poetas y artistas a través de la historia de la humanidad. En los '20
y los '30, muchos músicos de jazz la buscaron a través del alcohol. En los '40,
era la heroína, el nuevo entusiasmo. ¿Y cuál es la atracción de la heroína? No
puedes pensar, sólo puedes hacer. No puedes tocar mucho, sólo puedes tocar lo
que quiere salir. Aceptas todo lo que viene sin preocupación o dolor. Así que, en
su propia manera, esos artistas también estaban buscando al “espacio”. Incluso el
gran Charlie Parker sintió esta necesidad. Hay historias de él llegando a la
presentación sin su droga, tocar mal, dejar el lugar, conseguir algo de heroína,
volver y tocar genial.
Toco la música desde este espacio. Cuanto más tiempo toco, más profundo voy
al “espacio” y mi mente se vuelve más calma. Otros asuntos parecen menos
importantes. Me concentro más y más profundamente en el momento. La
inspiración y las ideas empiezas a fluir a través de mí. La ejecución de la música
se hace automática. Me encuentro descansando más y más al progresar la
música. Cuando alcanza el punto de suceder por sí misma, soy capaz de tocar
toda la noche. De hecho, ¡tengo problemas para parar! Encuentro que amo más
tocar ahora que cuando era un niño, ¡y la música saliendo es más de lo que
podría haber deseado!
Pero cuando haces la conexión interna, tocar más bien se convierte en algo así
como tomar dictado. Trabaja con el pensamiento de Soy un maestro, y
eventualmente será así.
____
1Eugen Herrigel, Zen In The Art Of Archery p. 38
2Hazrat Inayat Khan, The Sufi Message, p. 20
3Darshan Magazine, March 1994, p. 42
4Chase, Mildred. Just Being at the Piano. Berkeley: Creative Arts Books.
5Holroyde, Peggy. The Music of India. New York: Praeger Publishers, Inc.,
1972 (p. 49).
6The Universal Mind Of Bill Evans: The Creative Process and Self Teaching.
Rhapsody Films Inc., 1991
7Copeland, Aaron. Music and Imagination. Cambridge: Harvard University
Press, 1952.
8Jarrett, Keith New York Times Article
Capítulo 11
No hay notas incorrectas
Improvisas desde una consciencia expandida, descubres que, en realidad, ¡no
hay notas incorrectas! Lo apropiado y lo adecuado son productos de la mente.
Tratar de vivir con esas guías imaginarias reprime el flujo. Durante las clínicas
he mostrado esto muy claramente al tocar “All the things you are” de A.W. en
dos tonalidades simultáneamente. Voy a tocar los acordes en “La bemol” y la
melodía en “La”. Tocar en dos claves debería crear bastantes notas erróneas.
Debería sonar tremendamente disonante, pero ¡todos quedan impresionados con
lo bien y estimulante que suena! Aquí hay un secreto, si se tocan las notas
disonantes y el músico las acepta como diatónicas (o “consonantes”), ¡la
audiencia también las va a interpretar así! Por el contrario, hasta la melodía más
simple le sonaría extraña a la audiencia si el músico no entendió la melodía. Si
escuchas las notas incorrectas, las meditas y las aceptas con tu corazón,
afirmando su belleza, se convertirán en diamantes sonoros, brillando
afinadamente. Puedes resolver tales intervalos disonantes de la misma manera,
Cuando un demente frecuenta personas a quienes la violencia les es algo
consonante, su locura puede convencerlos de que la violencia es hermosa. Ante
su presencia, ¡sus seguidores estarán enfermos, cayendo presas de su
autodeterminación! Luego quizás se cuestionen cómo pudieron haber caído bajo
su hechizo.
Charles Manson tenía esa convicción que tienen los dementes. Su relación con la
violencia fue como la de Monk con la disonancia. Manson tenía tal amor por la
violencia que la gente que estaba bajo su influencia aceptaba su locura.
Ciertamente fue lo mismo con Hitler. La gente estaba tan “inspirada” por su
mensaje que seguía su liderazgo. Tenemos ansias de inspiración. Cuando alguien
actúa con completa confianza, incluso por razones dementes, llena un vacío en
nosotros. Por la fuerza de su personalidad, los individuos carismáticos hacen que
sus seguidores realicen cosas insanas. Esto prueba el punto de que la fuerza del
deseo por la auto aceptación de una persona pueda ser tan fuerte que cambia el
punto de vista de las masas.
Los músicos de todas las épocas, utilizando ese lugar intuitivo, usaron notas que
la sociedad de esos tiempos creyó que eran insanas. Un renombrado pianista
recuerda el alivio que sintió durante una presentación cuando al equivocarse en
tocar ciertas notas, Charlie Parker exclamó “te escucho”, habiendo interpretado
el saxofonista a las notas erróneas como un interesante chord voicing. 1 (NdT 1)
En la película Robin Hood, Maid Marian le dice a Robin Hood, “¡Hablas de
Traición, mi señor!” A lo que Robin Hood le responde: “!con fluidez!” (NdT 2)
El Principo Monk
Thelonious Monk ha sido un perfecto ejemplo del creador con una fuerte
conexión interna. Sus composiciones y ejecuciones eran una extensión de su
personalidad, e inventó chistes musicales que nadie había pensado antes. Sus
composiciones son obviamente grandiosas, pero piensa un momento en su estilo
de ejecución. Tenía un estilo un tanto espasmódico e irregular, tocando ritmos
extraños con un sentimiento raro. Sus voicings (NdT ver “Chord Voicings”)
estaban muy lejos de los hermosos acordes de Bill Evans, ni podía crear un
groove (NdT) fácil como Red Garland o Wynton Kelly. ¡Por el amor de Dios!
¡Art Tatum todavía estaba vivo! Si el punto es solamente la ejecución pianística,
¿por qué escuchar a otro que no sea Art Tatum? Se decía de Monk que podía
hacer que un piano de cola de concierto sonara como un piano vertical
desafinado. Ciertamente en sus días había mejores pianistas. Entonces ¿por qué
Thelonious Monk fue tan reverenciado? La respuesta es que tenía la profundidad
del sonido, la arrogancia de tocar lo que él quería. Fue un desinhibido de mente
y un fortificado de espíritu. Detrás de cada nota tenía la creencia de que “ésta es
la verdad”. El no creía en notas incorrectas. Creía que había notas correctas
porque las tocaba.
¿Crees que cada nota que tocas es la correcta o estás siempre buscándola? El
mundo está hecho de dos clases de personas: los que tocan lo correcto y ¡los que
buscan tocar lo correcto! Miles Davis siempre estaba tocando la nota correcta a
continuación de la nota equivocada. Monk tenía tanta convicción en lo que
tocaba (posiblemente disfrutando de la indignación moral del establishment),
que mientras tocaba, nadie podía concebir nada más. Tenía el mismo efecto en la
audiencia que el hombre demente descripto antes. La autenticidad de Monk
venía del permiso que se daba para ser un genio, de tomar pedazos de chatarra
con la que muchos de nosotros no sabríamos qué hacer y proclamar “esto es
hermoso”. Y aún hoy, cuando uno toca un tema de Monk, instintivamente trata
de tocar como él. Existen muchos pianistas jóvenes que pueden tocar más
eficientemente que Monk, pero al tocar una canción de Monk, tratan de dejar su
propio estilo para sonar como Monk. Eso es lo poderoso de su legado ¡nadie
puede escuchar otra cosa!
Sin embargo, no vas a obtener autoridad tratando de ser Monk; vendrá de ser tú
mismo. Esa es la única forma en la que una persona puede convocar ese tipo de
fortaleza. Jamás podrás tenerla por imitación. Tienes que crear. Para que la
música sea real, tiene que venir de un lugar más profundo que la “pequeña
mente” ¡y podremos escuchar la diferencia!
Mente, ¡Compórtate!
Muchos de nosotros creemos que la licencia para crear es para otros, no para
nosotros. Pero la gente inspirada nos muestra que es posible para todos.
William Blake dijo, “Jesús era todo virtud, y actuaba desde sus impulsos y no
desde las reglas.” The Marriage of Heaven and Hell. ¡Esa descripción suena
bastante como Monk y Miles! Imagina el aire enrarecido que Louis Armstrong
debe hacer respirado cuando él y sus contemporáneos desarrollaban, sin
precedente, lo que se convertiría en el jazz. Es como si hubiera un banco
cósmico en algún lado del universo donde los grandes tienen sus cuentas. Las
monedas son la creatividad y las ideas ilimitadas. El resto de nosotros siempre
estamos tratando de que nos presten algo de sus cuentas. ¡No quiero pedir
prestado, quiero abrir mi propia cuenta! No quiero tocar como tocaba Monk,
quiero sentirme de la manera que él se sentía cuando tocaba. Me gusta sentir que
nadie ha tocado este instrumento antes de mí; eso es como una piedra sin tallar
en la que Dios puede embellecer con sus mandamientos. ¡Y puede haber nuevos
testamentos todos los días!
Querer tocar bien y querer hacer una “conexión interna” son seguidamente metas
contrarias. A veces es absolutamente necesario permitirte tocar lo que tu
intelecto llama “mala música” para que la conexión interna pueda establecerse.
Decir, “No hay malas notas” o “Todas las notas que toco son el sonido más
hermoso que he oído” puede sonar un poco como la filosofía New Age, pero
Miles Davis tenía una manera distinta de decirlo:
“Esto es lo peor que he oído, y si no piensas eso, ¡te voy a patear el trasero! Esa
era su manera de decir, “Todas las notas que toco son el sonido más hermoso que
he oído”.
Los beboppers también tendían a ser menos que filosóficos acerca de ello, ¡y el
problema podría resolverse con los puños o incluso con cuchillos y pistolas!
Pero incluso aunque no fueran siempre la gente más amable, la esencia de su
fuerza contenía este mismo principio. Tenían completa confianza en lo que
estaban por tocar. Esto les permitía unirse con una parte más profunda de sí
mismos y golpetear directamente las olas internas de inspiración. También debe
ser dicho que una persona puede tener una gran maestría en su música e incluso
poseer poder espiritual impresionante, ¡y no ser una buena persona!
El punto es: tú también tienes permiso de creer en ti, pero ese permiso debe venir
de ti. No te lo darán hasta que vean que ya lo tienes. Meditemos sobre esto.
____
1Berliner Paul F. ”Thinking in Jazz: Composing in the Moment.” Jazz Educators
Journal, May 1994. (p. 33).
2William Blake, The Marriage of Heaven and Hell. London, 1793.
Capítulo 12
Meditación #1
(Por favor escuchar la Meditación #1 en el CD)
Incluso si no eres capaz de deshacerte de esta tensión, sólo tienes que notarla y
estar dispuesto a dejarla ir.
Cuando respiras, nota cualquier dolor que sientes y déjalo ir. Si persiste,
entonces obsérvalo. Da un paso al costado y obsérvalo como si fuera el cuerpo
de alguien más. Haz eso con cada parte de tu cuerpo.
Siente que tus caderas se relajan… déjalas estar sueltas… y tus posaderas… tus
muslos… rodillas. .. tus pantorrillas… tus tobillos… y tus pies. Tus pies son
usualmente abusados por zapatos apretados, caminar, mover los dedos cuando
tocas, también por el miedo. El miedo se aloja también en los pies. Estira tus
dedos y déjalos que se relajen.
Naturalmente, hay muchas preguntas que surgen. ¿Cómo podría funcionar desde
este espacio meditativo? ¿Cómo puedo tocar sin perderme? ¿Cómo puedo
practicar? La respuesta a estas preguntas vendrá, pero por ahora, dejemos ir a
todas las dudas. Relajemos la mente y observemos los pensamientos que puedan
pasar a través de ella. Si no hay pensamientos, ¡entonces estás verdaderamente
bendecido! Ese es el cielo en la tierra. Pero si estás teniendo pensamientos, no
trates de detenerlos, sólo observa… al observar tus pensamientos, puedes
encontrar que tu mente se está aquietando. Inhala y deja ir a la necesidad de
tocar bien… respira, y deja sueltas todas las presiones para tocar música… libera
la necesidad de tocar música… sólo por un momento… no te lastimará…
¡puedes tener todas tus obsesiones de vuelta después de este ejercicio!... pero por
ahora… sólo déjalo ir…
Esa luz ahora penetra en cada dedo como láseres, en tus ojos, oídos, boca, nariz,
dedos, pies, y cada poro de tu cuerpo. La luz se derrama por todo tu cuerpo, y
eres un vehículo vacío para esa luz.
Esta nueva imagen de ti puede ser incómoda. Estamos bastante cómodos con
nuestras limitaciones. Pero ahora, pon ese mensaje en cada célula de tu mente y
cuerpo: “Soy grandioso, soy un maestro”. Recorre tu cuerpo y mente buscando
cualquier residuo de negatividad, dejándola ir con una exhalación, diciendo:
“soy grandioso, soy un maestro.”
Ve al mismo centro de tu ser, y respira la idea “soy grandioso, soy un maestro.”
Repítelo varias veces en voz baja “soy grandioso, soy un maestro.” Deja que este
pensamiento se vuelva más y más confortable. Déjalo convertirse en un
sensación normal con cada segundo, no una sensación especial ni inusual. “Soy
grandioso, soy un maestro.” “Todo lo que hago es grandioso, cada nota que toco
es grandiosa.” Deja que este sentimiento te cubra completamente.
Cuando haces cosas con creencias que son limitadas, ellas manifiestan resultados
limitados. Así que ahora mismo, comienza la práctica y mantenla cada día por el
resto de tu vida. Por sólo algunos momentos al día, te recordarás Soy grandioso,
Soy un maestro. No necesito mis acciones para probarme esto, comienzo mi día
con esta creencia. Inhala profundamente otra vez.
Imagina que te han preparado una hermosa cama. Una tibia, suave cama con
mullidas almohadas y mientras te sumerges en ella, te sumerges en tu propia
grandeza. Finalmente, practica, una vez más, sin ninguna duda, sin invocar
ningún argumento racional que lo niegue, utilizando toda tu imaginación como si
lo hiciera un niño: “Soy perfecto, soy grandiosos, soy un maestro”
|Capítulo 13
Maestría sin esfuerzo
El término “maestría sin esfuerzo” es redundante porque la maestría es la
ejecución sin esfuerzo de la música. No se refiere a cuántas cosas uno puede
hacer, sino a la calidad con la que uno hace algo. Si puedes hacer algo
perfectamente, todo el tiempo, sin pensarlo, entonces eres un maestro en eso.
Ser un maestro de la música improvisada no quiere decir que uno sea capaz de
tocar todos los estilos o todos los tipos de canciones. No significa tocar bien
música latina y fusión, y también tocar genial bebop, aunque una persona como
esa puede ser llamada un maestro de los estilos. El término maestría no se refiere
a tocar cambios complejos de acordes como por ejemplo Giant Steps de John
Coltrane, o ser capaz de tocar El Vuelo del Moscardón.
Maestría es tocar lo que sea que seas capaz de tocar… todo el tiempo… SIN
PENSAR.
Esta es la razón de por qué los grandes pueden hacer lo que hacen todas las
noches, sin vacilar. Es así de fácil. ¿Por qué ciertos artistas de jazz “arden” todas
las noches en todos los solos? Porque “arder” les viene fácil. Puede que babeen
cuando hablen, o tengan problemas escribiendo su nombre o atando sus zapatos,
pero en el instrumento, ¡arden!
En los deportes, a menudo sucede que el equipo con menos “estrellas” gana
todo. Los jugadores o el entrenador siempre estarán hablando acerca de
“quedarse en su lugar”, o “sólo hacer lo que pueden”. En la improvisación, el
que se queda en su lugar puede percibirse como un maestro.
¿Cuán bien debes aprender un material? Comparo esto con una persona que
camina la cuerda floja en el circo. Debe aprender a caminar en la cuerda tan bien
que nunca debe cometer un error. Tiene que ser fácil para él, sin importar que tan
difícil le parezca a la audiencia. Si es fácil, lo hará perfectamente todas las veces
sin mucho esfuerzo. Por otro lado, si ha aprendido a caminar en la cuerda floja
de la manera que algunos de nosotros hemos aprendido a tocar, ¡ya debería estar
muerto!
Si la vida de uno depende de hacer algo bien, como en el caso de los que
caminan la cuerda floja, uno debe practicar a un nivel mucho más profundo.
Pero de hecho, muchos estudiantes y profesionales no han ensayado
adecuadamente lo básico, y por lo tanto la música les parece mucho más difícil
de tocar. Hay varias razones que causan esta preparación inapropiada. El sistema
educacional es parcialmente responsable. Como dije antes, nos apuran por
aprender un concepto tras otro (sin mencionar todas las cosas sin relación que
tenemos que aprender y que nos toman tiempo y concentración, que se podrían
invertir en la música). Sólo un porcentaje relativamente pequeño de estudiantes
lo logra a través de esos obstáculos. Muchos, que de otra manera podrían haber
sido exitosos, caen por el precipicio. Pero el principal culpable es la práctica
disfuncional, basada en el miedo, a la que me referí antes. Esa “pequeña voz en
tu cabeza” no te dejará quedarte con un tema lo suficiente para dominarlo.
Desconocido, no difícil
Deberías quedarte con un ejercicio hasta que logres la maestría. Por ejemplo,
cuando practicas una línea sobre acordes en una tonalidad difícil, hay muchas
lecciones que se deben incorporar: la tonalidad difícil, los acordes, una línea que
tiene más sentido que las líneas que puedes tocar en tiempo, la intensidad rítmica
requerida, la técnica y la digitación necesarias para tocar la línea muy rápido, y
la exposición a los pequeños errores que inhiben la entonación en general.
Es posible concentrarte en el “espacio” mientras practicas una línea y
“esperarlo” para que se ejecute perfectamente (discutiré como hacer esto más
adelante).
Dominar el Ego
Debemos descubrir las tretas del ego para ver cómo arruina nuestro progreso.
Opino que todos estaríamos de acuerdo con este concepto de practicar y tocar,
así que, ¿por qué no lo hacemos? Como dije antes, es porque estamos en un
apuro; necesitamos tocar bien hoy, en nuestra búsqueda de una buena
autoimagen. No estamos en contacto con nuestra belleza interior así que la
buscamos en el nivel de nuestra música. El egocentrismo, del que algunos
músicos sufren en extremo, es la barrera entre nosotros y la maestría.
Esta es la razón de por qué la práctica inicial en este libro no incluye música
tanto como incluye centrarse en uno mismo en el vasto espacio interior, construir
una estructura interior que sostendrá, sin descarrilar, la concentración requerida
para alcanzar la meta. Este modo de práctica le permite al músico llegar a alturas
con las que su ego sólo podría fantasear.
Un profesor cierta vez le comentó a su alumna que domine la técnica para poder
“remontarse con la divinidad de la música” ¿Eso no es hermoso? Luego de haber
dado un concierto, cierto entrevistador me preguntó “si pudiera agregar algo a su
forma de tocar, ¿que sería?” Y sin dudarlo respondí, “más técnica”. Me miró
extrañamente ya que y yo había demostrado distintas habilidades en esta
actuación y ésa no parecía ser la necesidad más apremiante. Además,
políticamente, no fue la mejor respuesta. Me preguntó por qué, y respondí
“porque me encanta dejar que el gran espíritu se manifieste a través de mí. El
sólo se atasca cuando voy por algo que no está ahí con la técnica apropiada. Eso
me distrae de la dicha que estoy reviviendo”.
Ritmo
La Forma
La maestría de la forma nos posibilita mejorar de una manera sutil. Cuanto más
natural se convierte la forma, más se transforma en un vehículo para la libre
improvisación. Esto es lo que llamamos “estirar la forma”. Pero el deseo de ser
“complejo” a menudo lleva al músico a una actitud forzada de estirar la forma.
El resultado es una típica falta de groove (ver NdT pág…), y música auto
condescendiente, ¡si es que uno no se pierde completamente! Cuando aprendo
una nueva melodía, especialmente si tiene lugares difíciles para mí, la toco
durante mucho tiempo antes de aprender otra. Me quedo con la canción y
generalmente no la toco con mi trío hasta que haya “trascendido” su forma y sus
cambios (a menos que sea una presentación y que sienta que la pueda practicar)
Sólo entonces la saco del horno, por así decirlo. A pesar que probablemente la
toque bien la primera vez, quiero alcanzar el nivel de ejecución al que estoy
acostumbrado, antes de seguir adelante. Sólo entonces me siento como si
estuviera diciendo algo, usando la forma de la canción para expresarme. Bill
Evans describía a sus canciones como vehículos; son vehículos de auto-
expresión o expresión del “yo”.
Lo Clásico
Maestría en el Sonido/em>
Por ejemplo, uno pensaría que si dos personas tocan el mismo piano, debería
sonar igual, ya que el sonido se realiza a través del sistema de martillos
golpeando la cuerda. Sin embargo de un músico a otro esas mismas notas
tendrán un sonido muy diferente. Nunca olvidaré cuando asistí a la fiesta del
cumpleaños cincuenta de Bill Evans. No mencionaré ningún nombre, pero había
más pianistas en esa habitación de los que había visto jamás. ¡Sentía que estaba
asistiendo a una convención de un dictador! El pianista que organizó esa fiesta
tenía un piano de cola (tampoco mencionaré el nombre del piano). Era un piano
decente, pero sonaba brillante y metálico, como a veces lo hacen los de esa
marca en particular. Varias celebridades jóvenes se sentaron a tocar para Bill
durante la fiesta. Sonaban genial, y el piano sonaba brillante y metálico como era
de esperar. Entonces se sentó a tocar Bill, y se sintió un cambio milagroso en el
sonido. ¡De repente estábamos escuchando un Steinway B de 1958! El piano
parecía tener esa riqueza oscura que se había vuelto cada vez más rara en los
pianos e incluso más raro en el toque de los pianistas jóvenes. En un momento,
tocó un dueto con otro pianista, ¡y las dos mitades del piano sonaron diferente!
Si tocaba las notas altas, el piano sonaba oscuro y hermoso ahí, y brillante y
robusto en las notas bajas. Cuando tocaba las notas bajas, había un efecto
opuesto. Para mí, esto fue un ejemplo dramático de la relación interna con el
sonido.
Creo que básicamente hay dos razones para el sonido perfecto de Bill bajo
cualquier circunstancia. Tenía los brazos perfectamente equilibrados con
muñecas como amortiguadores, así que siempre podía alcanzar la fuerza
necesaria sin golpear; y debido al profundo y meticuloso proceso por el cual él
incorporaba su material, sus manos siempre sabían perfectamente adonde iban.
Con una certera calma, ellas hacían lo que estaban programadas para hacer. En
esta manera, sus manos no tenían que arremeter por las notas; siempre estaban
ahí. Su tranquila concentración lo llevo a tocar lo que entendía, en vez de buscar
cosas fuera de su experiencia. Por esta razón, su música siempre sonó perfecta.
Su sonido fue la envidia de los músicos de jazz y de música clásica por igual.
Tomamos por sentado que todas las notas serían perfectas.
En la fiesta, uno de los pianistas le pregunto qué practicaba, y él nos dio una
ojeada de su proceso. Como una de sus frases musicales, su respuesta fue muy
sucinta. “Practico lo mínimo”. Se refería a la cantidad mínima de material, no de
tiempo. Para mí, esto fue una confirmación completa de que concentrarse en una
cantidad pequeña de material, adentrarse en él, investigar todas sus variaciones,
tocarlo en diferentes tonalidades; para acortar, dominarlo, era lo que separaba a
Bill Evans de tantos otros. Era su camino a la maestría.
Dominando el cuerpo
Las personas preguntan si esto significa si tienen que mantenerse quietas mientas
tocan. Por supuesto que no. Eso sería otra restricción más. Mientras tocas, si
quieres bailar, baila. Si quieres gritar, grita, ¡nunca nos editamos a nosotros
mismos mientras tocamos! Sin embargo, hay un punto en el que el movimiento
se convierte en una muleta y uno no puede funcionar correctamente sin ella. Por
ejemplo, algunos pianistas tienen que cantar sus líneas y seguir el ritmo con sus
pies o no pueden tocar claramente. En estos casos, los dedos pierden el ritmo y
necesitan coerción de fuentes externas. Incluso si te encanta moverte en
concierto, sería bueno practicar en casa este rendimiento de movimiento y falta
de quietud del cuerpo. Entonces, cuando toques, el conocimiento corporal hará
lo que desees.
Esto deberían ser buenas noticias para muchos de Uds., ya que podrían haber
pensado que sólo la gente como Miles Davis y Thelonious Monk podían ser
maestros. Cuando hablas, improvisas todo el tiempo, liberando tus ideas en
perfectas oraciones. La misma libertad está disponible en el lenguaje musical. Es
cierto que a ciertas personas les resulta más fácil, pero la maestría les llega a
todos los que la esperan. Tu ego puede mofarse con pensamientos como “ya
tendrías que tenerlo aprendido” o “ya tendrías que estar tocando mejor”, pero
enfocarse en hábitos de trabajo, de determinación y en un panorama positivo,
compensará el talento en un grado sorprendente. Los especialmente talentosos
son bendecidos (¿o maldecidos?) por la facilidad con la que pueden empaparse
de música, pero la grandeza no es de su exclusiva propiedad. De hecho, mucha
gente con extraordinario talento ha fallado en alcanzar la grandeza, precisamente
porque nunca se han podido concentrar, perdiendo disciplina. Me acuerdo del
comentario de Donald Erb, “los bares están llenos de gente talentosa”.
La gente siempre me pregunta si estudié yoga, zen o tai chi, lo que no he hecho
por años, aunque en los últimos (desde que escribo esto) me he convertido en un
estudiante de la meditación de yoga Siddha. Simplemente decidí que lo “sin
esfuerzo” sería mi consideración primaria, y que todo lo que no sea tocado “sin
esfuerzo” no valdría la pena hacerlo. No obtuve mi técnica de haberla estudiado.
Obtuve mi técnica dejando que mis manos y brazos encuentren su camino sin mi
interferencia. Haciéndolo así, me he conectado involuntariamente con los
ancestros. Ya que ahora leo los escritos de los grandes, me doy cuenta que estoy
en el mismo sendero, teniendo la experiencia que ellos describen. Lo “sin
esfuerzo” nos convierte en nuestros propios maestros, pavimentando el camino
hacia la maestría. Si no obtienes nada más de este libro, ojalá entiendas que el
esfuerzo se interpone con el camino de tocar excelentemente. El esfuerzo y la
falta de preparación bloquean la verdadera maestría.
Muchas de las mismas características son vistas en el video llamado Bill Evans
en el Proceso Creativo. Fue presentado por el hermano de Bill, Harry, quien
también era pianista. Para ilustrar una forma AABA (), Harry le pidió a Bill que
tocara Star Eyes, lo más simple posible. Fue bastante gracioso, ya que la forma
más simple de tocar de Bill era muy sofisticada. Era claro que Bill Evans había
incorporado su lenguaje armónico de forma tal que tocaba con la misma
facilidad con la que otros tocaban una simple melodía. La canción salió de sus
manos de la misma forma en la que Scarlatti salió de las manos de Horowitz.
Otra similitud con Horowitz ocurrió más adelante en el video, cuando Harry le
pidió a Bill que improvise. Esta escena fue realmente graciosa ya que en esos
días Bill se veía como un nerd. Casi esperabas ver una bandaid en sus anteojos,
para mantenerlos juntos luego de que se rompieran. Cuando la cámara mostró
sus cara, al igual que con Horowitz, se veía como si simplemente estuviera ahí
sentado, sin tocar. Al mostrarse sus manos, que se estaban entusiasmando,
hablaban el lenguaje que tan bien sabían. Ambos artistas ejemplifican las
características de la Maestría sin Esfuerzo
Ten Paciencia
Cierta vez estando de gira por España, estuve en un hermoso complejo a la orilla
del mar. Mi habitación miraba el este y contaba con una magnífica vista del
océano. Decidí levantarme al amanecer para meditar y ser testigo de todas las
etapas de la salida del sol. Al principio, había una luz tenue que permitía una
vista débil de las formaciones de nubes en el horizonte. Podía ver la línea en la
que el océano se unía con el cielo. Se mantuvo así por un largo rato: sólo una luz
distante señalando que el sol estaba creciendo. Esta luz crecía tan lentamente que
no podía discernir cuando una vista cambiaba a la siguiente; era una evolución
líquida. El cambio de colores e intensidades anunciaban el lento pero
incuestionable retorno del sol para otro día. Aún en los largos períodos de
iluminación, el cielo se burlaba por largo rato, recordando a una fiera vehemente,
esperando a su amo. Podía sentir la ausencia de ego en todos los elementos.
La etapa final fue un matiz amarillo cálido, el aura del padre sol en sí mismo,
con sus asistentes más cercanos, las nubes, las que brillaban por la exposición
constante de su magnificencia. Finalmente, el amo de la luz surgió entre las
grietas. Sólo se le veía una astilla, la que se incrementaba en tamaño a la misma
velocidad. Me preguntaba si los seres humanos podrían permitirse una
composición que se desarrolle de esa manera.
Para el que busca, este amanecer es una metáfora, tener paciencia en cada etapa
hasta que evolucione a la siguiente. El sol salió a su propio tiempo, puede que
sea lento, pero siempre es así.
Una gran paciencia y objetividad emanan desde el espacio interior. Puedes ver
claramente lo que funciona bien y lo que no. Además, desde ese espacio, no te
regañas a ti mismo por faltas en tu forma de tocar. Los problemas de hace tiempo
comienzan a aclararse, y quizás por primera vez, te sientes encaminado. El tema
es que está bien, sin importar el tiempo que lleve. Si al tratar de hacerlo más
rápido aprendes en niveles mediocres ¿Qué puedes esperar? mediocridad, por
supuesto.
Recuerda: Hacer las cosas a las disparadas funciona sólo para unos pocos. El
resto están abrumados por el tiempo y fallan en desarrollar una relación con la
música, apoyando la creencia que no están hechos para tocar bien, que no son
muy talentosos. Pero practicando pequeñas cantidades, masticadas
completamente y digeridas desde la lección, extrayendo todas las vitaminas
posibles, ¡uno se vuelve fuerte!
Sumario
1 - Mantenerse fuera del camino y dejar que la música se toque sola Acepto lo
que sea que quiera salir. Lo acepto con amor. Acepto lo bueno y lo malo con el
mismo amor. Sin el drama de necesitar sonar bien, toco desde el espacio sin
esfuerzo. Esto lleva a desprogramar y a reprogramar
____
1Eugen Herrigel, Zen In The Art Of Archery p. 20.
*AABA = the form of most standard popular songs before Rock and Roll.
Capítulo 14
Meditación N°2
(Por favor escuchar la Meditación N°2 en el CD)
Como siempre, tu mente se llena de preguntas. Recuerda que puedes tener todo
tu equipaje de vuelta en unos minutos, pero por ahora, dejemos ir a todas las
preguntas, a todos los deseos. Quieres experimentar momentos en los que no te
encuentras guiado por estos deseos. Comienza a imaginar cómo se siente tocar
sin estos deseos. Antes de que puedas hacerlo al tocar, tendrás que poder
imaginarlo mientras estés sentado. .
Imagínate en el escenario del Carnegie Hall. Una fuerte luz se encuentra sobre ti.
Hay cien mil personas en la audiencia. Todos te están mirando, ¡y no estás
haciendo otra cosa que respirar! Estás sentado ahí, y tus manos, o labios, o lo
que sea que usas para hacer música, se encuentran trabajando por sí mismas. Te
encuentras sentado solamente respirando, y tu cuerpo toca el instrumento sin tu
participación. No estás involucrado.
Ahora imagina que lo que está saliendo es ¡la mejor música que jamás hayas
escuchado! (Esto puede ser una agradable visualización). Respira profundo
nuevamente y ve más profundo en el mundo de tu imaginación. Estás tratando de
imaginar cómo se ve y siente la maestría.
Ahora imagina que lo que está saliendo es ¡la mejor música que jamás hayas
escuchado! (Esto puede ser una agradable visualización). Respira profundo
nuevamente y ve más profundo en el mundo de tu imaginación. Estás tratando de
imaginar cómo se ve y siente la maestría.
Durante un largo tiempo, has estado recibiendo música a través de una pequeña
abertura. Pero ahora imagina que se te abre un océano de música. Solamente
obsérvalo. Saboréalo. Míralo dentro de ti. Siente en tu lengua el aire salado de
inspiración. Imagina que el océano es el sonido infinito. Cada ola es una idea
brillante que se derrama a través de ti, rompiendo los muros oceánicos de tu
mente. Imagina como estalla esa represa y te ahogas en el éxtasis del sonido.
Ahora imagina que mueres y te conviertes en el océano. No tienes identidad,
comienzo ni fin. Ya no tocas música. ERES la música. Respira profundamente…
Ahora imagínate abriéndote al universo infinito del sonido, en el que la música
se organiza sola de una forma única. Tu música…es sólo la música que llega a
través de ti. No el jazz…tu música... no el bebop…tu música. Música…no
música Americana…TU MUSICA. Viene de éste océano en el que te ahogas.
Realiza otra respiración profunda respirando en el agua igual que un pez lo hace
a través de sus branquias. Respira con el pensamiento, “No tengo mente, no
tengo deseos, no tengo el control, soy el recipiente y la música se derrama a
través mío”.
Si te mantienes diciendo esto durante los siguientes diez años, tu vida se verá
muy diferente de lo que se ve ahora. Te llegaran grandes cosas. Te volverás tus
pensamientos, por lo que la maestría se manifestará en todos los aspectos de tu
vida. Cada día dirigirás tus pensamientos un poco más profundo cada vez y a
través de todo tu ser…SOY un maestro.
Más y más tendrás el dominio de lo que haces. Más y más, tendrás la maestría de
lo que tocas, pero debes incorporar este pensamiento en tu consciencia y quemar
todas las falsedades.
Lo que piensas a menudo es lo que se vuelve verdad sobre ti. Si piensas “soy
limitado”, eso se torna verdadero. Si piensas “no soy tan bueno”, también se
vuelve verdad. Pero si piensas “Soy Dios” eso también se convierte en realidad.
Lo que sea que piensas sobre ti se convierte en una profecía auto-cumplida. Si
piensas “cada nota que toco es el sonido más hermoso que he escuchado”, se
convertirá en realidad. Respira profundamente ahora e inhala este concepto.
Contémplalo
Pensamiento N°1: Soy un maestro. Envíalo río abajo. Soy un maestro. Obsérvalo
en el bote, alejándose hacia la puesta del sol. Imagina que el sol es el centro de
tu corazón y el bote navega hacia él. En el bote se encuentra tu preciosa carga:
Soy un maestro.
Pensamiento N°5: Cada nota que toco es el sonido más hermoso que he
escuchado.
Reprogramando
Piénsalo. ¿Por qué te asusta practicar esto durante diez minutos al día? Pierdes
más tiempo que ése durante el día. Y lo harás alegremente por el resto de tu vida.
¿Por qué no prestar algo de tiempo de esas horas que desperdicias durante el día
y tratar de decir estas cosas profundamente a tu interior? ¿Tienes miedo de que
no funcionen? ¿Y qué? El tiempo que desperdicias cada día, es inútil, se pierde.
¿Por qué no robarle diez minutos para ver si puede cambiar el rumbo de tu vida?
Capítulo 15
Afirmaciones
Afirmaciones: Programando nuevos sistemas de creencias
La experiencia de tocar está teñida por lo que creas de la música y lo que creas
de ti. Hay sistemas de creencia positivos y negativos. Los sistemas positivos de
creencias pueden ser la base del éxito y determinar la facilidad de tus esfuerzos.
Los sistemas negativos de creencias pueden inhibir el éxito y el crecimiento. Un
sistema de creencia no es como una creencia intelectual, que puede ser cambiada
según las pruebas. En su lugar, es una creencia fuertemente sostenida y a veces
inconsciente de cómo son las cosas. Como se demostró anteriormente, las
creencias negativas pueden ser perjudiciales para tu éxito. Para cambiar a través
del tiempo, esas creencias necesitan una constante reprogramación. Las
afirmaciones son declaraciones usadas para crear resultados nuevos y positivos.
Pueden ser herramientas valiosas para la reprogramación.
Las afirmaciones son mensajes que se dan a través del tiempo. Pueden ser
verdad, pero no necesitan serlo. Me gusta pensar que son declaraciones de
verdades no realizadas. De esta manera, puedo crecer para aceptar la verdad que
contienen. Las afirmaciones también se pueden expresar en forma de
visualización. Tu afirmas una situación o un cambio de programa al “verte a ti
mismo como eso”. Literalmente puedes verte en la situación que te gustaría
crear. Por ejemplo, se les dijo a los miembros de un equipo de salto en largo que
sus brazos y piernas median 3 metros de largo. Por supuesto que ellos sabían que
esto no era cierto, pero al visualizar esta imagen de la manera más clara y
realista posible, fueron capaces de ganar más extensión y mejorar su desempeño.
El cielo es el límite de lo que quieras afirmar o crear. No tienes que templar tu
afirmación con lo que creas “realista”. Esa es otra trampa, porque lo que crees
que es realista puede estar manchado por un sistema de creencias negativas. Las
afirmaciones dadas a través del tiempo pueden cambiar el programa, crear algo
que quieres, o cambiar los patrones de tu vida para que puedas tener mejores
resultados. Debes ser paciente, darle tiempo a la afirmación para que geste, y, al
igual que con la práctica, desapegarte a los resultados. Debes abstenerte de
involucrarte demasiado emocionalmente.
LA MUSICA ES FACIL
Los niños empiezan su vida con esta creencia. Si nadie se las destruye, pueden
mantener una mirada positiva. Yo mismo creí siempre, quizás arrogantemente,
que la música era fácil de hacer y nada de qué preocuparse. Si algo es difícil de
tocar, mis entrañas me dicen que todavía no le he encontrado la simplicidad. Eso
refleja mi creencia instintiva de que toda la música es fácil.
Como se ha dicho antes, esta afirmación puede darte más libertad como
improvisador, y si la usas como intérprete de música clásica, desarrollarás una
mano segura. Las notas que no se podían usar en un periodo de tiempo se usaban
libremente en el próximo, probando así que solo estaban erradas en la mente.
¡Los seres humanos inventan estas cosas! No existen, ni han existido, notas
malas. Si vives cerca del océano, puedes escuchar a una gaviota graznar en un
tono, un perro ladrar en otro, el rugido del océano fuera de armonía con los otros
dos sonidos, y los pájaros cantando en ritmos que desentonan con todo esto, y tú
dirás: “¡Hermoso!” Pero si los seres humanos agarran instrumentos y hacen lo
mismo, ¡el oyente promedio no podrá soportarlo! ¿Por qué? Porque su mente
dice: “Se supone que esto es música”. El concepto mismo de la música esta
impuesto por los humanos. Debajo de este concepto yace la mayor realidad del
sonido, y debajo de eso, la fábrica del universo entero, la vibración. Es la
vibración la que hace la música; es la vibración la que hace la materia,
incluyendo nuestros cuerpos. Somos vibración, por lo tanto, se puede decir que
somos música. Así que la vibración es el barro crudo. Con nuestras mentes, la
moldeamos en la forma que queremos. Puede ser que hayamos creado una
estructura social y moral a través de una cosa llamada música, pero la verdad es
que cualquier sonido va con cualquier sonido. Eso puede ser tan problemático
para la mente humana, con su deseo de orden, como aceptar el caos como el
estado natural.
Forma una relación personal con cada intervalo, cada acorde, con cada sonido en
el universo. La consonancia es simplemente una relación armoniosa con un
sonido. Una buena analogía es el miedo que sentimos hacia cierta etnia o grupo
socioeconómico. Vemos con incomodidad y desconfianza a las personas que son
diferentes. Usualmente, una experiencia personal a través del tiempo con gente
de diferentes antecedentes borra todos los preconceptos y nos ayuda a verlos
como individuos dignos de amor y respeto. Cuando transcendemos esas barreras,
nos sentimos liberados. Lo mismo sucede cuando trasciendes las barreras
musicales. Sientes como si estuvieras respirando aire enrarecido, y es
estimulante.
Cuando se lanzaba una vez más a los tobillos de la chica, puede que hayas oído
el sonido más horrible que una orquesta puede hacer. Con tus ojos estimulados
por esa escena, el canal auditivo se relaja y dilata, y puedes aceptar ese sonido.
Si sueltas tus manos pesadamente sobre el piano y lo dejas sonar, puede que no
estés programado para considerar eso como el sonido más hermoso que hayas
escuchado, ¿pero qué pasaría si golpearas a tu refrigerador o tu horno e hicieran
el mismo sonido? ¡Te quedarías todo el día como un tonto pateando a tu
refrigerador, o invitarías a tus amigos a escuchar el horno!
Hay muchos libros y ejercicios que ayudan a llegar al “espacio”. Una vez
escuché a un sabio decir “hay muchos botes”. Sin embargo, los ejercicios que
voy a describir, a los que llamo “los pasos” son relevantes a la ejecución de la
música. Te ayudarán a desarrollar concentración, eficiencia, audacia, y a
conectarte con tu interior. Recuerda: puedes estar al tanto de toda la filosofía y
aun así no ser capaz de alcanzar sus frutos mientras tocas. Los siguientes pasos
te ayudarán a comenzar y a mejorar. Puedes experimentar funcionalidad y seguir
un plan consistente. Hasta puedes eliminar esas obsesivas e interminables horas
de tu vida.
Si los pasos Uno y Dos son análogos a gatear, en el Paso Tres se comienza a
caminar. Con el Paso Tres aprenderás como hacer cosas simples desde este
estado consciente. El espacio natural que desarrollaste forma una base desde la
que reaprendes a tocar. Comienzas a experimentar qué quieres tocar y qué
puedes tocar cómodamente. Aprendes a estar dentro de ti mismo y no a ser
seducido por tu ego. Al igual que el espacio estableció tu conexión natural con tu
instrumento y sonido, ahora determina qué puede ser tocado sin esfuerzo: forma,
tiempo, cambios, música escrita o lo que sea. Sería humillante descubrir tu
verdadero nivel de interpretación. Pero también sería el comienzo para volverte
real, y tu forma de tocar se construirá sobre bases más sólidas. Dejando al ego
fuera de la forma de tocar, eliminarás el drama de tratar de tocar lo que desearías
que pudieras tocar. Practicarás la sabiduría de aceptar con amor, lo que puedes
tocar desde este espacio.
El espacio en sí mismo es el maestro, y la vida comienza a centrarse alrededor de
conectarse con ese espacio. La música se vuelve secundaria. Recordarás
presentaciones no por lo bien que tocaste sino por cuánto te dejaste ir.
Generalmente esas son las mejores presentaciones, pero ahora la prioridad ha
cambiado. Ya no te molestará lo que está ahí afuera, sino que estarás absorto por
lo que está aquí dentro.
Tampoco estarás condenado por tu actual nivel de tocar para toda la vida, ya que
en el Paso Cuatro comenzarás un proceso de cambio y crecimiento. Construido
en la sólida base de los tres primeros pasos, con desapego, calma y amor hacia
uno mismo, comenzarás a practicar cosas que sólo pueden ser tocadas sin
esfuerzo. No sólo tocas desde el espacio, sino que no asumes que dominas algo
hasta que lo tocas desde ese espacio.
Estos pasos pueden ser una transformación de vida. Al tocar, te sentirás libre
como un pájaro, y sin embargo con gran disciplina en tus estudios. Si estos
cuatro pasos se siguen pacientemente, transformarán tu práctica y ejecución.
Capítulo 17
Paso Uno
Describiremos muchas maneras de realizar el paso uno, dependiendo de qué
instrumento toques. Cada método exige una completa relajación del cuerpo. Para
comenzar este paso, puedes utilizar la meditación 1, la que se refiere a “Soy un
Maestro”. Si comienzas el día con esa meditación, aprenderás a deslizarte en el
espacio. Realiza una respiración profunda y exhala muy lentamente. Relaja cada
músculo, desde tu cabeza… frente…nuca… orejas… ojos… nariz… mejillas…
boca… lengua… cuello… hombros… pulmones… riñones… cintura…
estómago… codos…antebrazos…muñecas…manos y dedos.
Ahora puedes sentir que dejas ir tu mente y cuerpo. Interiormente puede haber
una sensación de quietud, concentración y conexión interna. Si no puedes
aquietar tu mente, trata entonces de observar tus pensamientos. Observa como
vienen y se van como si no fueran tuyos. Encontrarás que con práctica, te
deslizarás hacia un espacio quieto y tranquilo, en el que te sientes algo vacío. A
medida que disfrutas de este espacio, comienza a sentir como si no tuvieras el
control de tu cuerpo. Imagina que eres una marioneta y que alguien mueve tus
músculos
Piano
Siéntate en una posición cómoda y relaja todas las partes de tu cuerpo. Deja que
tu columna se sienta elongada, como si estuviera colgando de una polea que se
encuentra conectada directamente al techo. Así, tu columna se encuentra
derecha. Imagina que la polea te tira hacia arriba; no tienes que forzarte para
sentarte erguido. Deja que tus brazos descansen en tu falda o cuelguen a los
costados.
Ahora imagina que alguien o algo levanta tu brazo derecho o izquierdo y que
flota sobre el teclado. Trata de imaginar que alguien hace esto por ti. Permite que
tu mano flote sobre el teclado y que lentamente descienda hasta que las yemas de
los dedos tocan las teclas. Imagina que tu brazo está lleno de helio o que es tan
liviano como una pluma, y que los dedos tocando las teclas son suficientes para
mantener el brazo planeando en el aire. El brazo debería estar más o menos al
nivel del teclado. Aunque estés relajado, no deberías dejar que baje por debajo
de los dedos. Deberías sentirlo como si flotara en el aire, a nivel del teclado,
mientras las yemas de los dedos “besan suavemente” las teclas blancas.
Nuevamente, el mejor resultado llega si imaginas que alguien está haciendo esto
por ti mientras te encuentras descansando.
Repite el proceso con cada dedo. Desde el pulgar al meñique, luego del meñique
al pulgar. Luego de que termines con una mano y si aún tienes paciencia y
concentración, puedes comenzar con la otra. Comienza nuevamente el proceso
completo, pero si estás corto de paciencia, de estado de conciencia o de la
quietud necesaria para este ejercicio, entonces ¡DETENTE! Será mejor que
hagas solamente dos dedos en forma completa desde el espacio, a que ejercites
todos los dedos desde un espacio comprometido. Siempre puedes hacer el
ejercicio en prácticas de dos a cinco minutos. De esta forma puedes evitar la
frustración o estresarte por demasiada concentración.
Puede parecer un poco pesado o difícil lo que estás haciendo, pero no lo es.
Mantenlo sencillo. Trátalo como un momento de relajación y llévalo suavemente
a tu ser interior mientras tocas el piano. Puede que te sientas vigorizado en estos
pequeños momentos.
Ahora estás listo para llevar tu instrumento a tu boca. No importa cuánto te guste
tocar, en este ejercicio, deja que el instrumento llegue a tu boca; no muevas la
cabeza hacia la embocadura.
Respira lo más profundamente y mantén el aire tanto como puedas. Imagina que
alguien usa tus pulmones para tomar la respiración. Cada vez que haces esto,
tendrá el efecto de relajar otra parte tuya, para que se utilicen solamente los
músculos que se necesitan. También reforzará la noción de que alguien está
haciendo esto por ti. Esa noción puede tener profundas implicaciones
espirituales. Así que haz la respiración y mantenla, y cuando ya no puedas
mantenerla, suéltala a través de la embocadura. ¡No trates de controlar el sonido!
¡Déjalo que salga tan feo como quiera!
Cuando te hayas aquietado nuevamente, imagina otra vez que alguien está
llevando el instrumento a tu boca. Mantenlo ahí y respira para dejar ir cualquier
pensamiento o agitación. Desde ese estado tranquilo, respira nuevamente, no tan
profundo esta vez, y sopla aceptando cualquier sonido que salga, sin control
consciente o evaluación. Estás creando consciencia. Estás practicando meterte y
mantenerte en un estado ancestral de sabiduría interna que no se encuentra
comprometida con el deseo de tocar bien.
Vocalistas
Párate derecho y balanceado casi en punta de pies. Luego deja que bajen y se
apoyen al piso (la posición de la montaña, postura de yoga, puede ayudar).
Realiza la técnica de relajación de tu preferencia, y cierra los ojos…Comienza a
respirar lenta y profundamente e imagina que alguien lo hace por ti…Siente
como se hincha tu pecho y tus pulmones lentamente comienzan a inflarse.
Cuando ya no puedas inhalar más, mantén tu respiración. Mientras sostienes el
aire, imagina que no tienes control de tu voz al exhalar. Imagina que la
exhalación va a ser cantada. Finalmente, deja salir el aire y permite que la fuerza
de la exhalación libere una nota. Mantente enfocado en tu centro mientras que la
nota canta por sí misma. Imagina que no es tu voz. Mientras escuchas el sonido
(puede ser fuerte o suave), no temas por su crudeza o fuerza. Ese sonido contiene
las semillas de tu verdadera voz, no la voz que has estado “estilizando” por
“corrección”.
Relájate luego de cada nota…Puede llegar a ser una experiencia importante para
algunos…Deja que tu respiración sea regular y sencilla por unos momentos. Si
dejas el espacio (quizás ya lo has hecho), tómate un momento para llevarte de
regreso a él. La idea referida a tu instrumento, como lo es con otros, es permitir
que la nota llegue desde ése espacio. Permite que pasen todos los miedos y
sentimientos de disconformidad que son tan típicos en los cantantes,
especialmente de jazz. Los cantantes de jazz a menudo no se sienten apreciados
por otros músicos de jazz. En lugar de honrarse por lo especial que pueden hacer
y que otros no, es común que pierdan su autoestima en clase mientras tratan de
aprender teoría, armonía o canto en scat. Se sienten inválidos a menos que
puedan hacer lo que hacen los instrumentistas, cuando la verdad es que los
cantantes poseen un instrumento con el que los otros músicos ni siquiera se
acercan: la voz. Y además poseen el agregado de las palabras con las que pueden
comunicarse. Antiguamente, los instrumentistas tenían más respecto por el poder
de los cantantes; pero hoy, están tan preocupados por su siguiente solo que ya no
tienen interés en los vocalistas. Suponen que son inferiores por no ser capaces de
hacer un solo y los vocalistas internalizan esta negatividad, además de las que
hayan recibido cuando niños, y el resultado es un montón de cantantes sin
confianza alguna.
Vamos entonces por la próxima respiración, y ahora, dejemos ir un poco de ese
enojo y temor y ¡busquemos la siguiente nota! Continúa haciendo el ejercicio
hasta que la nota se escape a tu control. Reacciona a esto con alegría y
aceptación, y resiste cualquier deseo de juzgarla.
Resumen
____
1Chase, Mildred Just Being at the Piano. Berkeley Creative Arts Books.
Capítulo 18
Paso Dos
“La manera no es difícil, solamente evita escoger y elegir”,
Seng-Tsan 1
Este paso desarrolla la habilidad de separar el tocar controlado, para que la
creación se manifieste por sí misma, utilizándote como un vehículo, que aún se
encuentra imposibilitado debido a ti. El Paso Dos te permite observar lo que está
saliendo como si fueras el que escucha y no el que toca. Como mencioné varias
veces, el objetivo es ese nivel de consciencia. Es la verdadera meta del arte y
disciplinas musicales. En el libro El Zen y el Triro con Arco, el maestro le
explica a su estudiante el valor del distanciamiento: “¡El arte correcto es sin
propósito, sin objetivo! Cuanto más obstinado te encuentras tratando de aprender
cómo lanzar la flecha con el objetivo de pegarle al blanco, con uno tendrás éxito
y con el otro harás que se aleje. Lo que queda en tu camino es que tienes un
deseo muy pronunciado. Crees que lo que no haces por ti mismo no ocurrirá”
¿No es ésta nuestra experiencia en música?” Cuánto más tratamos de tocar, más
nos elude la ejecución. Este tocar “sin propósito” y “sin objetivo” puede ser
practicado justo aquí, en el Paso Dos. Significa establecernos a nosotros como el
canal. Sólo permite a tus manos moverse, lenta o rápidamente.
Puedes observar que algunos de los frutos del Paso Uno se necesitan aquí:
En todos los pasos, y en todas las formas de prácticas, uno debería quitar las
manos del instrumento más a menudo. No puedo enfatizar esto lo suficiente.
Esta es la única manera de volver al espacio, o de verificar si lo has abandonado.
Necesitas volver y retomar la perspectiva. El acto periódico de soltar al
instrumento de tus garras también envía un mensaje de separación. Recuerda:
¡no necesitas a este instrumento! Paradójicamente, cuanto más sientes que en
cualquier momento puedes alejarte, ¡más poderosa se vuelve tu ejecución! Esta
es la esencia del Paso Dos. Moverte a través del instrumento, sin tratar, sin que te
importe. Tus sentimientos por el sonido y el toque serán relativos.
Paso 2B
Imagina que puedes salir de tu cuerpo y verte la nuca. Luego hazlo nuevamente
y observa la cabeza que observa tu cabeza. Y luego otra vez y otra vez…hasta
que tengas una fila de cabezas delante de ti…Se sentirá como si estuvieras
enviando a tu consciente al fondo de la habitación. Esto es una antigua técnica
para deslizarse dentro de la meditación. Tu mente se aquietará y podrás sentirte
una poco elevado. Además, encontrarás que en ese estado no podrás controlar la
ejecución. Con tu mente bien lejos de tu cuerpo, pon tus manos en tu
instrumento. No tendrán otra opción más que moverse libres e independiente.
Entonces escucharás y recibirás el sonido con el pensamiento: “Este es el sonido
más hermoso”.
Paso 2C: Tocando Rápido
Alguna gente siente que nunca podrá tocar rápido porque sus dedos no están lo
suficientemente ejercitados. Cierta vez estuve leyendo un método para la técnica
de los dedos, y a pesar de que no estaba de acuerdo con la mayoría de las cosas,
leí algo que era muy interesante. Se realizó un estudio en el que se medía la
velocidad de los dedos de un pianista bien entrenado, comparado con alguien
que no era pianista. Se encontró que casi no había diferencia entre las dos
personas. Lo que hace que los dedos sean lentos es la inseguridad sobre donde
apoyarlos. Luego de años de estudio y ejecución, un pianista puede sentirse tan
restringido que ¡no se deja ir al tocar, teniendo la misma velocidad que alguien
que no es pianista!
Por esta razón, este ejercicio puede ser muy terapéutico, tanto física como
psicológicamente. Ve al espacio (ya sabes lo que significa), deja que tus brazos
se acerquen al instrumento, y luego, sin el pensamiento de buenas o malas notas,
mueve tus dedos lo más rápido posible. ¡Serpentéalos entre las teclas! Si tocas
un instrumento de viento, respira lo más profundamente posible, mantén el aire
todo lo que puedas, y suéltalos en el instrumento mientras mueves tus dedos lo
más rápido que puedas. Te sorprenderás lo verdaderamente rápido que eres.
Sentirás fluidez, ¡y sabrás cómo se siente tocar rápido!
____
1Seng-Tsan. Hsin Hsm Meng. [eighth century]. Translated by D.T. Suzuki in
Essays in Zen Buddhism. London: Rider, 1951.
2Nachmanovich, Stephen. Free Play, Los Angeles: Jeremy P. Tarcher, Inc., 1990.
(p. 69).
3Eugen Herrigel, Zen In The Art Of Archery p. 31
4Nachmanovich, Stephen Free Play, Los Angeles- Jeremy P. Tarcher, Inc., 1990
(p. 138)
Capítulo 19
Paso Tres
Ahora podemos tocar nuestro instrumento con total tranquilidad. Podemos dejar
que nuestras manos divaguen sobre él, dichosamente inconscientes de su destino,
y podemos proclamar a cualquier sonido que escuchemos salir como el más
hermoso. ¿Y ahora qué? ¡Es hora de tocar!
Ah no! Eso no. ¿Cómo puedo mantenerme en el espacio si tengo que obviar el
tempo, la tonalidad, o aún peor, los cambios de acordes? ¡Es un verdadero
dilema!
Créase o no, éstas son buenas noticias. Finalmente explica la diferencia entre tú
y los maestros. Nos es la raza, religión, tamaño o incluso talento. Es cuán
profundo es sabido el material. El Paso Tres expone todos los trucos en tu
conocimiento que han estado saboteando tu forma de tocar. Se exponen ante ti
las razones técnicas por las que no tienes ritmo, pierdes fluidez o por las que no
puedes crear en el nivel que deseas. Considera esta ecuación: El esfuerzo que te
requiere tocar música equivale a la distancia entre ti y la maestría.
Por ejemplo, si tocas una melodía desde el espacio, notarás que tocas
perfectamente algunas partes. Quizás ocasionalmente toques los cambios
correctos, o de vez en cuando la melodía sale correctamente. Verifica si esos
lugares de la melodía no son también en los que mejor improvisas. Nuestra
habilidad de brillar depende de la familiaridad con el material.
Esto también es cierto al aprender una pieza clásica. Pero a causa de la forma
desprolija con la que hemos practicado, nuestra forma de tocar está llena de
agujeros, llena de cosas que no sabemos y que creíamos que sí.
El Paso Tres es lograr el tiempo real. Es una investigación del inventario del
alma sobre lo que hemos aprendido y lo que no: de lo que tenemos y de lo que
creemos que poseemos. Este inventario debería hacerse tan desapasionadamente
como si estuviéramos haciendo el inventario de la cosas de almacén o del papel
higiénico. Queremos encontrar qué funciona y que no, y armar nuestra práctica
acorde a ello. Esta es la razón por la que hemos estado cultivando la separación
de nosotros mismos en los pasos anteriores. Necesitamos separarnos para ser
honestos y no deprimirnos.
En el Paso Dos tuviste que aprender a observar sin interferir. Aquí el proceso es
el mismo: sumergirse en el espacio empleando cualquier método de meditación
que hayas encontrado, como los que hay en este libro, y realiza el Paso Uno.
(Esto debería ser una práctica diaria). Por anticipado decide que pieza específica
o improvisación quieres tocar. Entonces imagina que alguien levanta tus manos
del instrumento. Luego, simplemente, comienza a tocar. No trates de tocar la
pieza en tiempo o fuera de tiempo. No trates de tocar las notas o los cambios
correctos, sino que en su lugar fíjate que notas salen correctamente. Si lo único
que quiere salir es la melodía, hazlo. Si aparecen acordes simples o la forma
menos inteligente de tocar, déjalo salir. No embellezcas lo que está pasando;
solamente observa desde otro lugar. Tan pronto como te veas seducido por tocar,
DETENTE. Para y vuelve al espacio. Esta es la parte más importante. Debes
detenerte, sin importar cuánto esté gritándote tu ego; ¡sólo detente! Una vez que
hayas vuelto al espacio, puedes volver a tu instrumento y comenzar nuevamente.
Puedes retomar desde el lugar en el que te detuviste, o desde el principio. Lleva
tu ejecución de vuelta a ese espacio como si estuvieras remolcando un barco
hacia el muelle. Si tocas una pieza clásica, pon tus manos en el instrumento
desde tu espacio, y comienza a tocar sin ningún cuidado. Estarán bien los errores
que salgan, y al igual que con el improvisador, tan pronto como tu separación se
esfuma y te sientes tenso para tocar, detente, vuelve al espacio y con confianza
embárcate nuevamente en la pieza. Cuando toques desde el espacio, sacrifica el
tempo en lugar de las notas correctas. En este caso, deja flotar tus manos sin
esfuerzo sobre las notas mientras te mantienes en un estado semi meditativo.
Esta es una forma muy poderosa de programar tus manos para que conozcan la
pieza sin tu control consciente. Más tarde, puedes dejar que vuelen y quizás te
sorprendas ¡de lo que tus manos pueden recordar por ellas mismas!
Como dije anteriormente, la primera vez que te acercaste al Paso Tres, puede que
hayas hecho muy poco; quizás luego del primer compás de un tema comiences a
intentar. Tan doloroso como pueda parecer, debes parar y practicar dejando que
el primer compás se toque por sí solo. Por ejemplo, si tocas el standard de jazz
Stella By Starlight, luego de que tocas E-7b5 (el primer acorde) puede que
tengas que pensar en donde está A7b13 (el segundo acorde de Stella). Si esto
pasa, practica mover tus manos de una acorde al otro sin pensar. Notarás una
sensación de seguridad que nunca habías sentido, una sensación de que tus
manos tocan ellas solas esos dos acordes. Querrás expandir las cosas que puedas
tocar de esa forma.
Será un gran comienzo si puedes avanzar hasta el punto en el que puedes tocar
desde tu espacio una simple melodía con todos sus cambios de acordes. Luego
observa si puedes mantener el tempo, o si quiere aparecer alguna improvisación.
Si aún encuentras que no puedes mantener el ritmo, o que las notas correctas no
aparecen, éstas son las “situaciones no familiares” a las que tendrás que
enfrentarte en el Paso Cuatro. En este nivel el músico clásico encontrará muy
seductora y liberadora la ejecución de pasajes simples. Ya que la técnica se
afirma sola, ¡el músico es libre de sentir algo mientras toca! Estarás más
motivado de encontrar este nivel de sencillez en otros pasajes más demandantes.
: “El medita. Conecta sus manos y su pincel con la parte más profunda, quieta y
misteriosa de su mente y pinta cuadros de lo que ve y siente en ése lugar. Esto es
importante para el shock que recibimos al ver lo que él hace” Construye un
puente desde lo finito a lo infinito. ¡Enfrenta tus demonios! ¡Permítete sonar
mal!¡Celébralo! 1
Como buceando en el agua, puede que al principio te ahogues, pero siempre
sales a la superficie y flotas sin esfuerzo. Desde una seca, intelectual e
insatisfecha experiencia ve hacia una nueva y excitante cada vez que tocas. La
profundidad de tu ejecución puede cambiar el curso de tu futuro, a medida que
desarrolles una luz atractiva para que los demás te sigan. Sólo recuerda de ser
muy amable contigo mismo durante este proceso. No pienses que es una especie
de prueba de tus logros pasados, o que invalidará tu propia mente. En su lugar,
piensa en eso como el principio de llegar a un acuerdo con lo que ha estado
reteniéndote, sacándote energía para corregirlo y seguir avanzando. Se valiente,
paciente, y lo más importante de todo, se amable contigo durante el proceso.
____
*Cherokee is another old standard song.
1Vonnegut, Kurt. Palm Sunday, An Autobiographical Collage New York Dell
Publishing Co, 1981.
2Rumi Jallaludin. The Mathnam. [1260]. Translated by R. A. Nicholson. 6 vols.
Cambridge: Cambridge University Press, 1934. Fragments translated by Daniel
Liebert. Santa Fe: Source Books, 1981.
3Zen Master Hakuin: Selected Writings. [1748]. Translated by Philip
Yampolsky. New York: Columbia University Press, 1971.
Capítulo 20
Paso Cuatro
Por ahora, puedes construir una base de trabajo sin esfuerzo y de separación de
uno mismo. En el Paso Uno aprendiste a tocar tu instrumento desde ese espacio
sin esfuerzo, tocando una o varias notas mientras permitías que se estableciera la
conexión. En el Paso Dos practicaste como mantenerte en ese espacio mientras
que tus manos vagaban alrededor de tu instrumento, tomando sus propias
decisiones. Resististe la tentación de “organizar” el material en ideas musicales.
El Paso Tres te mostró la economía absoluta para tocar dentro de la forma,
mantenerte afinado o lo que sea. Fuiste capaz de dejar que tu cuerpo tome el
control y que solamente haga lo que sabe hacer. También encontraste que podías
hacer mucho menos de lo que pensabas y pudiendo haber encontrado que las
frases sin sentido y mal ubicadas podían ser reemplazadas por otras mejores. El
Paso Tres te mostró lo que realmente sabes y lo que aún necesita ser mejorado.
Luego de todo esto, la pregunta obvia que surge es: “¿Si tengo que aceptar
cualquier cosa que quiera salir, entonces como voy a mejorar lo que estoy
tocando?” ¿Puede alguien realmente mantenerse en el espacio mientras se
involucra con los rigores de la práctica? Obviamente, creo que sí, o no habría
escrito este libro.
Nuevamente aquí el hecho de dejar el instrumento y comenzar otra vez nos dice
que el músico no se encuentra unido al objetivo, aunque día a día se esfuerza
pacientemente por llegar a él. Encontrará que si toca una o dos veces y deja el
instrumento, respira profundamente y comienza de nuevo, la siguiente vez será
más familiar y más fácil, ya que la información se va incorporando. Aunque se
esfuerza al detenerse, se retrae a la quietud y lleva su técnica a tocar sin esfuerzo.
Su ego lo seducirá para que toque más difícil, pero realmente debería tratar
menos la próxima vez. La perfección es algo a lo que te rindes. Cuando te
encuentras listo para retomar la práctica, mentalmente uno debería ir en la
dirección opuesta. En lugar de querer hacerlo mejor, el músico hasta podría
pensar “¡Espero tocarlo mal!” Tan raro como suena, como si fuera un
pensamiento que engaña a la mente dejándola ir, el resultado es una sorpresiva
facilidad de ejecución.
Para practicar en este espacio absoluto, el material debe ser incorporado de una
manera exacta. Debes limitar la cantidad de tiempo, el tamaño del ejemplo, y
todos los parámetros de la práctica a lo que puedas hacer desde el espacio. Para
este propósito, he construido un modelo de práctica al que llamo El Diamante
de Aprendizaje. Desarma tu práctica en cuatro consideraciones básicas:
Tocar sin esfuerzo- Esta consideración es más importante que las otras. Si no se
practica el ejemplo desde el espacio y sin esfuerzo, no puedes estar seguro de
que lo has dominado. Así que, sin importar lo que estés practicando, estaremos
de acuerdo en esta consideración. Sin embargo, las otras tres esquinas del
cuadrado son intercambiables. Esto es decir que, si quieres hacer dos de ellas,
debes sacrificar una. Por ejemplo, si vas a tocar el ejemplo entero, perfectamente
y sin esfuerzo, entonces debes sacrificar el tempo: no lo toques rápido. No lo
tienes que tocar lento, tampoco. Tócalo tan lento como sea necesario para tocarlo
sin esfuerzo y perfectamente, mientras tocas el ejemplo entero. Si quieres tocar
el ejercicio perfectamente y muy rápido, y, por supuesto, sin esfuerzo, entonces
debes sacrificar la cantidad que tocas. En otras palabras, no puedes tocar el
ejemplo entero. ¿Hasta dónde deberías tocar? Hasta donde puedas tocar sin
esfuerzo, perfectamente y muy rápido. Si quieres tocar muy rápido el ejercicio
de principio a fin y, como siempre, sin esfuerzo, entonces debes sacrificar el
tocarlo perfectamente. Puede sonar extraño, pero hay un valor terapéutico en
dejar que tus dedos vayan deprisa a través de un pasaje difícil mientras tocas
varias notas erróneas. Te da una idea de lo que se siente la ejecución sin
esfuerzo. Lo cierto es que esto no se debería hacer muy seguido, pero tiene un
propósito. Si la velocidad no es un problema, puede que haya un tempo en el que
el pasaje necesita ser tocado. En este caso “tocar a tiempo” reemplazaría la
esquina del diamante de “tocar rápido”.
De todos los puntos, la última idea es la más difícil de entender. ¿Cómo vas a
perfeccionar el ejemplo tratando menos? Cuanto menos tratas, más te sumerges
en el espacio, más entras en una consciencia que siente que tus manos,
embocadura o lo que sea están incorporando las lecciones sin pensar. Estás
asentando una consciencia de no hacer, y observar que ocurre. Por otro lado, al
tratar: 1) Estás obscureciendo las razones del porqué tienes que tratar. 2) Estás
encubriendo fallas que probablemente contaminen otras situaciones. 3) Lo que
logres será defectuoso y por lo tanto lo dejarás de hacer. Si puedes aprender a
mantenerte en estado de observación mientras que tus manos aprenden su
coreografía, ellas te mostrarán la forma más eficiente y con menos esfuerzo de
tocar la pieza. Al estar en este estado, el conocimiento emerge espontáneamente.
Por la tanto, no hay necesidad de mantener el cuerpo en ninguna posición, o
siquiera pensar en mantenerlo en alguna. El cuerpo se acomodará a la posición
perfecta..
Para aprender una línea grandiosa, comienza con una línea grandiosa.
Transcríbela, sácala de un libro (hay tantos ahora) o hazlo por ti mismo. Luego
practícalo usando el Diamante de Aprendizaje hasta el punto de la maestría.
Luego de que hayas aprendido esa línea en una tonalidad, cambia la clave o la
línea, y sigue el mismo proceso. Trabaja en diferentes líneas y tonalidades, una
cada vez, manteniendo el standard de excelencia. Toda clase de fallas serán
expuestas y remediadas. Con cada problema resuelto mejorará tu forma de tocar.
No hay nada estremecedor aquí. La pregunta no es qué practicar, lo que puede
encontrarse en cualquier lado, sino cómo hacerlo. La idea radical es mantenerse
con el ejemplo hasta que sea dominado y sin esfuerzo. Luego trabaja en la línea
siguiente hasta que esa línea suene tan bien como la anterior. Quizás trabajes tus
líneas durante dos años, pero la buena noticia es que en solamente dos años tus
líneas serán geniales, o al menos con una mejora enorme.
Practicar de la antigua forma puede llevarte diez años o quizás nunca lo logres.
Luego de que obtengas el dominio en cada línea, pregúntate “¿Mi forma de tocar
ya está en ese nivel?” Si la respuesta es no, entonces aprende otra línea. Si te
mantienes con este método tanto como dure, ¡lograrás tu habilidad para tocar
líneas fantásticas! No es una cuestión de talento. Tendrías que tener alguna clase
de mal funcionamiento cerebral, algo que realmente inhiba el aprendizaje, ¡para
que no mejores!
Si eres una persona a la que le gusta trabajar con libros de música, puedes
hacerlo. De cualquier manera, no pienses en todo el libro cuando trabajes con él.
En su lugar, céntrate en una página específica o en un tema específico que te
interese mientras adoptas la actitud que no importa nada más en este libro hasta
que logres dominar ése punto. ¡De esta forma puedes estar estudiando un libro
durante veinticinco años! El tiempo no es importante, ya que notarás muchas
más mejoras que antes. Quizás la practica pueda perder la gratificación
instantánea, pero tu progreso general será innegable. ¿No hemos estado todos
atrapados con libros que queríamos aprender pero que en lugar de eso
terminaron juntando polvo en la estantería? Eso es debido a que no podemos
profundizar en la enormidad del objetivo. ¡Todos esos libros! Con este concepto
concentrado puedes centrarte en una cosa por vez para comenzar. ¡Puedes
sentirte alentado ya que finalmente comenzaste! Recuerda que los grandes
músicos de jazz no han llegado al dominio a través de esos libros. Han logrado
ser maestros en algunas cosas ¡y hacer una carrera tocándolas!
Algunas personas han tocado las mismas canciones durante años, y aun así no
las han memorizado. Esto es un perfecto ejemplo de sobredimensionamiento.
¡Tu mente te dice que hay tantas canciones! Si las hubieras estudiado de a una
por vez y con el método aquí descripto, simplemente no hubieras dejado una
composición hasta que el objetivo se hubiera cumplido. Este experiencia te
hubiera dado más confianza en tu habilidad para memorizar, y lo harías más fácil
en el futuro.
Antes de seguir adelante, la canción debe ser digerida en todos los niveles. Los
cambios, escalas y la melodía deben salir fácilmente. ¿Cuántos de uds. han
tocado ciertas canciones durante años y aún tocan mal los cambios de acordes o
tienen problemas en ciertos lugares? ¿No crees que eres lo suficientemente
inteligente para hacerlo bien luego de tantos años? ¡El punto es que no lo eres!
Al igual que con otros temas, puedes pensar que es el resultado de la falta de
talento, pero sencillamente es el resultado de tratar de aprender las canciones
todas juntas. Si las tomas de una en una, ¡finalmente las memorizarás! Si
algunos de Uds. son músicos con algunos años, sabrán de lo que estoy hablando.
¿No es mejor arreglar algunas cosas una vez en lugar de que estén
permanentemente sin funcionar? Por supuesto que sí, pero estamos cómodos con
los viejos hábitos.
Por ejemplo en el standard de jazz All the Things you Are, puedes aislar el II-V-I
(progresión básica de acordes) en Mi mayor y practicarla hasta que sea tu
tonalidad más cómoda. Luego, cuando toques la melodía, ¡serás uno de los
pocos músicos a los que le resulte fácil esa parte de la canción! Es la misma
inhabilidad para concentrarse la que causa la misma disfunción año tras año.
Los pasos para lograr la maestría son simples, pero no son fáciles de seguir ya
que la mente hace trucos. Por ejemplo, practicar una simple idea durante un año
se siente como toda una vida, y sucumbes ante la ilusión de que no se hace
ningún progreso. En realidad, estarás progresando por primera vez en mucho
tiempo, pero no lo sientes así, ya que no estás cambiando la dirección de la
práctica cada semana. Aunque puede tomar cierto tiempo perfeccionar algo en
especial, notarás que la concentración y paciencia que has exhibido han
claramente mejorado tu forma de tocar, incluso antes de que logres la maestría
con el primer ejemplo. Muchos de mis estudiantes me dicen que aunque sentían
que estaban practicando menos que nunca antes, su ejecución había mejorado en
áreas que prácticamente habían abandonado. Déjame ser claro sobre esto: no
estoy diciendo que alguien debe practicar sólo un poco; estoy diciendo que
esforzar tu paciencia, concentración y rigurosidad es contraproducente. Si
puedes desarrollar tu espacio interior y estudiar desde allí, harás tu mejor trabajo,
y el tiempo invertido en ese estado dará resultados. Busca esa profundidad y no
califiques la práctica en conteos de tiempo. Inclusive ni siquiera trates de estar
consciente de él. La clave para una buena práctica es tener una concentración
tipo láser en ese material, y no abandonarlo hasta que tu ejecución haya obtenido
los mejores beneficios. Estos son los frutos del Paso Cuatro.
Si practicas cierta línea con un cierto cambio de acordes, esta forma pasiva de
práctica permitirá que el sonido del acorde y su escala se filtren, y te
familiarizarás con ese sonido a cualquier nivel. Esto es equivalente a un
profundo entrenamiento auditivo, meditar sobre un sonido tan profundamente
hace que lo reconozcas en cualquier momento que lo escuches. Muchos
estudiantes me han dicho que en el proceso de trabajar sobre un ejemplo para
lograr facilidad técnica, han notado por primera vez que realmente podían
escuchar lo que otros estaban tocando; podían reconocer lo que habían
practicado cuando aparecía en el solo de otro músico. Por eso trato de centrar los
ejercicios importantes alrededor del II-V-I para la gente nueva. Un novato
pensará que hay tanto para aprender a escuchar que se bloqueará y se volverá
temeroso. Pero si realmente incorpora el concepto de II-V-I escuchará mucho
más de lo que se está tocando. Le dará una nueva confianza, como convertirse en
miembro de un club al que anteriormente no hubiera podido entrar. Como
resultado de esa programación positiva, las cosas subsiguientes mejoran. Si
encuentras que te sientes bien con esta progresión, quizás sea verdaderamente el
momento de mirar hacia otras progresiones, quizá Giant Steps, o alguna
progresión post be-bop. El siguiente paso pueden ser melodías que son
sofisticadas en una forma u otra, o quizás hasta la música de otras culturas.
Encontrarás que podrás aplicar las lecciones melódicas que aprendiste
estudiando la progresión II-V-I y que no te verás obstaculizado en el estudio de
nuevos acordes. La capacidad para volar con buen gusto con esta progresión te
dará la habilidad necesaria inclusive para conseguir trabajo, ya que éste es el
lenguaje que aún hablan muchos músicos. Atraerá otros músicos hacia ti.
Formarás grupos con ellos y eventualmente encontrarán su propio sonido.
Hablando inteligentemente con el II-V-I, te permitirá hacer tu viaje musical hacia
el próximo nivel en las sesiones, fechas y colaboraciones. Los componentes
básicos en los que se deben tener maestría son, como lo expliqué anteriormente,
los tempo de 4/4 y 3/4, la progresión II-V-I, el ritmo, y frases de cuatro y ocho
compases. Si logras la maestría en estos puntos, ¡realmente llegarás muy lejos!
Lograr la maestría en los mecanismos básicos dentro del jazz es sólo una
sugerencia. Maximiza tu compatibilidad con los grandes maestros al comienzo
de tu carrera. Sin embargo, posiblemente quieras ir por tus propios medios desde
el comienzo, identificándote quizás con elementos más exóticos de la música. Tu
camino puede ser étnico, esotérico, espiritual, hedonista, y cualquiera está bien,
ya que la música es el refugio de todos ellos. Hasta el odio tiene belleza y color
cuando es expresado en tono musical. Sin embargo, prepárate para la posibilidad
de tener un camino difícil en tu viaje. Tendrás que demostrar en donde se
encuentran tus avenidas de expresión y se unen con espíritus mediante fuerzas
invisibles. En ese caso, es aún más importante tener una conexión con el ser
intuitivo o divino. Puede que necesites un guía para tus momentos difíciles, que
te ayude a tomar decisiones, que contemple en el nivel más profundo porqué
estás tocando música y que es lo que más amas de ella.
Como mencioné anteriormente, cualquiera puede decirte que practicar, pero casi
no hay guía de cómo hacerlo. Algunos permiten que avances sin importar lo
poco que hayas aprendido esa lección, y ese estándar se encuentra arraigado en
tu inconsciente. Es tiempo de cambiarlo ahora. Estos cuatro pasos han sido
designados para permitirte crecer hacia la maestría en tu propio tiempo. La
maestría puede alcanzarse si la esperas.
En este punto de mis clínicas, muchos estudiantes han mencionado que saben
que lo que digo es totalmente cierto, que practican demasiado material, que no se
quedan el tiempo suficiente o que directamente no practican debido a las razones
que he identificado. El problema, dicen, es que no pueden detener todo lo que
están haciendo en el mundo real y dedicarse a practicar sólo una cosa. Hay
jurados (¡esa palabra nuevamente!) o ensambles para los que hay que prepararse.
Aquellos que están fuera de una escuela se quejan de que tienen presentaciones
que preparar o trabajos que les toman tiempo. Trabajo con estudiantes que son
profesores y hasta directores de departamentos de música o administración. Es
un problema del que estoy al tanto, y hay una solución.
Debes tener una “sección secreta” en tu día, que dure cinco, diez o veinte
minutos. Pueden ser varias de cinco minutos. Estas secciones se dedican
exclusivamente a la práctica del espacio sin esfuerzo. Si te encuentras trabajando
en el Paso Uno, Dos o Tres, las secciones se reservan para eso. Si has decidido
trabajar en un ejercicio del Paso Cuatro, entonces dirígete a tu espacio y
conscientemente trabaja en eso durante un período corto de tiempo. Luego de
esos pocos minutos, puedes cerrar tu sección secreta y moverte con las otras
realidades del día. De esta forma, estarás realizando cambios fundamentales en
tu ejecución que afectarán otras cosas para mejorar tu vida musical.
No olvides que la parte débil de tu juego, hablando en cierta forma, estorbará tus
actividades musicales. Por ejemplo, si no lees música muy bien, eso afectará el
tipo de trabajos que puedas obtener. Si tu ritmo o tempo es malo, cada ensayo o
presentación serán una aventura. ¿No sería fantástico si, en tu sección secreta,
estuvieras trabajando en ejercicios rítmicos uno tras otro, sintiendo que todo tu
ritmo mejora?
Entra a tu sección secreta y en ese tiempo permite que cesen todas las fechas de
entregas y presiones. Lo único que importa es la calidad de tu enfoque y
concentración. La concentración superior que construyas redundará en tus
trabajos, prácticas y responsabilidades. Notarás luego de algún tiempo, que hasta
cuando no estás practicando en el espacio, te encuentras casi en él. Aun cuando
tienes que aprender algo con fecha límite, te encuentras mucho más enfocado
mientras lo haces, incorporando lo que prácticas con mejores resultados.
Eventualmente no habrá diferencias en estados mentales. Aproximarse a tu
instrumento inspirará calma, enfoque, conexión interna y gran concentración.
____
1Eugen Herrigel, Zen In The Art Of Archery p. 35.
*All the Things You Are is another standard.
**”!!-V-I” is a basic chord progression or succession of chords used in jazz.
***Giant Steps is one of John Coltrane’s most famous compositions.
Capítulo 21
Ultimos Pensamientos
Así como la impaciencia afecta a la concentración, el éxito puede llevar a no
hacer nada. La mejora que vas logrando en tu forma de tocar puede hacer que
dejes de controlar a tu estado interior. Puede que pienses “¡Si, ahora sí lo tengo.
Olvidemos toda esta cosa Zen!”
Más tarde, mientras escuchábamos las pistas, me di cuenta de que todo había
ocurrido como yo quería. Toqué al nivel de ellos, tan afilado como ellos. Tuve
mi propia voz y pude sentir mi corazón en la música. Los músicos reaccionaron
a mi forma de tocar de la forma en que mi ego anteriormente exigía. Para mí,
estaba sonando la aprobación de la vida que había elegido y el método que había
elegido.
Cuando pierdes el espacio, lo que hay que hacer es volver al Paso Uno. No
tengas miedo de empezar todo de nuevo. Hazlo con gran placer. No es comenzar
desde el principio en realidad, sino que es como dar vuelta la página. Sería
bueno también revisar los Pasos Dos y Tres, pero el Paso Uno es a la música lo
que la meditación es al camino espiritual: una renovación, una reafirmación y
una profundización del entendimiento y el compromiso. Te ubica en un mejor
balance para hacer el Paso Cuatro. Cuando pierdes tu camino, tómate una
semana y practica el Paso Uno, y quizás el Dos, con todo el corazón y
concentración que puedas convocar. Volverá la sensación y esa sensación es casi
más deseable que el tocar en sí. De hecho, para mí, es más deseable. Le devuelve
el brillo a mi ejecución y práctica, y estoy agradecido por ello. Realmente no
quieres volver al Paso Uno, pero cuando pierdes la paciencia por todo el
proceso, significa que el proceso necesita un riego desde la raíz. Si no vuelves a
la raíz, probablemente perderás este proceso. Cuando no te encuentras centrado,
el ejercicio se vuelve aburrido, y lo abandonas. He enseñado a muchos
estudiantes en los últimos años y he visto cómo funciona. Créeme, tienes que
volver al Paso Uno.
Mildred Chase en su libro “Just Being at the Piano” (Sólo estando al piano)
escribe sobre el poder de una práctica corta: “Ya no me siento atormentada como
antes al no poder establecer mis horas de práctica. Ahora, en un día
extremadamente ocupado, aunque sólo tenga quince minutos en el piano, si
puedo lograr ese estado de armonía en mi ejecución, aunque sea brevemente,
dejo el instrumento sabiendo que he experimentado el más elevado momento, y
haber tocado me nutre por el resto del día”. 1
Through these precious moments of perfect action, you delineate this clear
concentration from all other states you experience in your day. That state will
expand and the feeling of perfection will become increasingly familiar. As you
continue practicing, it will feel le’ss like an attitude adjustment, and more like
the ”real you.” The less you react to the change, the more natural it becomes ...
and it all grows together.
Nunca lo pierdes realmente. Es quien realmente eres. Es tu “yo real”. Todos tus
días se llenarán de acciones sin esfuerzo y trabajos de maestría. Habrás logrado
alcanzar tu meta mientras que estarás menos atado a ella de lo que nunca
hubieras imaginado.
"El que ama no piensa en su propia vida ... El amor es la médula misma de los
seres ... El amor te abrirá la puerta ... Ir hacia adelante y luego sin miedo.
Abandonar las cosas de niños y, sobre todo, tener coraje” 3
____
1Chase, Mildred, Just Being at the Piano. Berkeley: Creative Arts Books.
2William Blake. ”The Pickering Manuscript” in Blake, Complete Writings.
Edited by Geoffrey Keynes, Oxford: Oxford University Press, 1989.
3”Conference of the Birds” by Sufi poet and mystic, Attar.
Capítulo 22
Meditación N°3: Soy Grandioso, Soy
un Maestro
(Por favor escuchar la Meditación N°3 en el CD)
Hazlo y relájate. Cuando haces estas meditaciones sin el libro, también deberías
cerrar los ojos. Respira y haz como si fuera tu primera meditación. Imagina que
observas tu vida con alegría, anticipación y emoción, ya que no sabes que es lo
que vendrá. Mientras aceptas cualquier cosa que viene, tu vida se vuelve
verdaderamente excitante. La música se vuelve verdaderamente excitante.
Respira esa idea…respírala…lo más profundo que puedas…Ahora respira y
atraviesa todas tus resistencias…Respira y atraviesa la caparazón de tu ego. A
pesar de lo poderoso que pareciera ser el ego, no puede resistir el poder de una
buena respiración profunda, así que…respira profundamente…Es tan simple…
¡por eso siempre lo olvidamos!
¿En qué forma esto te sirve? Y aun así, para muchos, puede ser más confortable
pensarlo, en lugar de ir por este pensamiento:…Soy grandioso…Soy un
maestro… Soy grandioso…Soy un maestro…
Soy grandioso…Soy un maestro…La Fuerza Infinita del universo está esperando
a que nos demos cuenta…no tenemos que matar…no tenemos que conquistar…
no tenemos que hacer nada… ¡somos grandiosos!...somos maestros…Observa el
día en el que todos caminen por el planeta…con la firme convicción de que…
¡son maestros!...Pero ahora…para ti…practiquemos viéndonos como
maestros…hoy.
Vale la pena contemplar… ¡lo que ganarías al probar ese pensamiento está mal!
Incluso si puedes hacerlo, ¿qué ganarías?
Recientemente leí una cita de Samuel Smiles que me inspiró gratamente. Decía:
Siembra un acto
cosecharás un hábito, siembra un hábito, cosecharás un carácter, siembra un
carácter
cosecharas un destino
Tardé un año y medio en terminar mi primer arreglo de big band, ya que sólo
podía trabajar durante por pequeños períodos de tiempo, cuando la droga
correcta estaba disponible. Luego, no escribía durante semanas. En 1993 me
probé a mí mismo que un “nuevo yo” se había creado al escribir once arreglos de
big band, haciéndolos en la computadora mientras aprendía a usar el programa.
Trabajaba durante diez o doce horas al día durante varios días. Algunos años
antes, esa clase de concentración me hubiera sido imposible. Esa recompensa es
el fruto de la labor en mí. El crecimiento espiritual ha traído el desarrollo mental
en forma de concentración. Ahora creo que no hay límite en lo referido a lo lejos
que puedo llegar. Lo mejor es que más y más me separo de los resultados. Me he
vuelto particularmente consciente de lo profundo que se ha vuelto el
compromiso con mi espíritu.
____
1Hazrat Inayat Khan, The Sufi Message, p. 53.
Chapter 24
Lo Espiritual (Repetición)
Cierta vez fui a un lugar de culto y meditación. Ahí era muy común la
reverencia. Era parte de la práctica. Yo pensé que era muy raro y tuve problemas
en reverenciar a alguien o a algo. Luego de un tiempo, pensé “sabes, pagué
mucho dinero por estar aquí, y si no logras algo con esto, ¡no quisiera que sea
por algo que no hice! Pude ver que alguien me preguntó más tarde, “¿qué te
pareció?”, a lo que contesté “no fue gran cosa para mí”. “Bueno, ¿has hecho
reverencias?” “uh, no” y luego comentaron “¡Ah, muy mal! Por eso es que no te
sirvió” No quería que tuvieran ninguna excusa, así que procedí a que mi dinero
cumpla sus propósitos. Si ellos hacen reverencias, haré reverencias. Si cantan,
cantaré. Si rezan, rezaré. Entonces algo extraño pasó: ¡comencé a comprender la
reverencia! Con sólo el humilde acto de reverenciar comencé a sentir más y más
libertad. ¡Me sentía bien al estar ahí!
Cuando me fui, estaba feliz de haber participado, y pensé que quizás volvería en
algún momento. Pero sentí sus frutos cuando volví a casa. Resulta que esa noche
tenía una presentación en la ciudad de Nueva York. No había tocado por un
tiempo y fui directo a tocar. Nunca olvidaré esa experiencia. Fue en el restaurant
jazz club Zinno tocando con Rufus Reid, un excelente bajista de jazz. Teníamos
que tocar por una semana y yo no había tocado durante dos. No sabía que
esperar, pero me sentía tan bien que no podía imaginar ningún problema. Me
senté en la banqueta, puse mis manos en el piano e instintivamente hice una
reverencia. Al hacer esto, cariñosamente descendí a la más dulce concentración
que jamás he tenido. Estaba recibiendo todo con gratitud, y el sonido me llenaba
con éxtasis. Tocamos el estándar My Romance (Mi romance), simple y
profundamente. Creo que ambos nos balanceábamos continuamente mientras
tocábamos. Fue una experiencia muy profunda para mí, y de repente supe lo que
significaba esa experiencia. Así como los músicos en los cuarenta y cincuenta
descendían al estado de la heroína, yo descendía a ese estado de gracia. Cuando
reverencié, reviví todo, y me mantuve en esa reverencia durante toda la canción.
Cuando terminó, me mantuve en ese estado durante bastante tiempo y al abrir los
ojos miré a Rufus. Vi que estaba colgado de su contrabajo, balanceándose hacia
adelante y hacia atrás, y se veía igual que muchas personas con las que he
estado. Con grandes ojos y con cierta voz intoxicada dijo “esto va a estar bueno,
¿no?”. Con igual intoxicación, asentí con la cabeza. Esta fue otra de las muchas
experiencias que he tenido y que más allá de la sombra de la duda, demuestran
que el entregarse es la mejor práctica. ¡A través de la entrega recibirás más de lo
que alguna vez has soñado!
Lo único que hay para agregar es que más tarde en la semana, la sensación
desapareció. La presentación se transformó más en tocar bien el piano que en
reverenciar. Algo había desaparecido, pero el deseo de tener nuevamente esa
experiencia crecía en mí más fuerte que nunca. Tener experiencias como ésa te
vuelven más sediento del néctar interior.
Mucha gente asume que si eres músico tu vida tiene sentido; pero muchos de los
que tocamos sabemos que no necesariamente es así. Cierta vez estaba hablando
con un músico de jazz, quien permanecerá anónimo ya que es famoso. Recién
llegaba de una cena ofrecida por otro gran músico de jazz. Era una cena
masculina en la que se hablaba de los padres, carreras y sentimientos. El me
contó algo que resultó muy revelador. Aunque todos eran grandes
instrumentistas y muy exitosos, ¿Qué significaba eso? Me identifiqué con la
pregunta y sentí compasión hacia él. No dije nada a pesar de que tenía la
respuesta en mi mente. La respuesta podría ser que nada tiene significado, no
importa cuánto éxito hayas logrado, no importa que gran maestro seas en lo que
haces, si no lo ofreces al poder divino de Dios. Si no tuviera el deseo de conocer
estas partes de mí mismo o de mi verdadero Ser, estaría tanteando el significado
a cada segundo. Sería muy difícil de sentirme complacido, sin importar lo bien
que estén yendo las cosas. Estoy agradecido al dolor que me llevó a la búsqueda
del Ser superior.
Cada enseñanza espiritual confirma que es mejor dar que recibir. Esta es una
enseñanza muy conocida pero poco puesta en práctica. Al dar en algo todo lo
que uno pueda, te conviertes en un canal receptor. La biblia Cristiana, dice; “no
hablo por mi autoridad, sino con la del Padre que mora en mí y hace su trabajo”.
1 Siento lo mismo respecto a mis solos. Ya sea que creas o no en el Padre, este es
el principio de la acción sin esfuerzo: ¡Permite que el poder supremo toque la
música!
No permitas que la luz de tu búsqueda se esfume. Asiste a un curso, a un taller o
rodéate de gente que esté luchando la misma pelea que ti. Da grandes saltos
cuando sea necesario para restablecer tu deseo de continuar en el camino.
Cuando tu mente no te permita avanzar, puede que necesites la fuerza de un
grupo. Cuando la gente se congrega, puede lograr más que cuando se encuentra
sola. Cierta vez escuché: “un adicto solo está en malas compañías” ¡Cuán cierto
es esto! Y recuerda, todos somos adictos en el sentido de que somos adictos a la
limitada visión de nosotros mismos.
“El arpa convierte la música en forma susurrante; y la danza avanza sin manos
ni pies. Se toca sin dedos, se escucha sin oídos, ya que EL es el oído y EL es el
que escucha”,
- Kabir 2
Chiste
Había dos monjes en un monasterio haciendo sus rituales diarios. Se encontraban
próximos a reverenciar a su deidad. Uno se puso de rodillas y dijo “Oh maestro,
no soy nada, no existo, todo lo que hay eres Tú”. El otro monje hizo fue más allá
y dijo “Oh Grandioso, ¡soy menos que nada! No existo ni he existido. ¡Tú eres
todo lo que hay!” En la esquina, un conserje barría el templo y observaba a los
monjes. Pensó, “hmmm, ¡eso se ve bastante bien! Creo que voy a probar eso”.
Caminó hacia su deidad e hizo reverencias mientras los monjes lo observaban.
Dijo “Oh, todo poderoso, tampoco soy nada, tú lo eres todo”. Mientras los
monjes lo miraban con desdén, uno le dijo al otro “!que atrevido! Mira quien
cree que es nada”!
____
*My Romance is a jazz standard.
1Revised Standard Bible, John 14:10.
2Kabir, a fifteenth century poet-saint in India who worked as a weaver in
Benares.
3Hazrat Inayat Khan, The Sufi Message-Preface.
Meditación N°4: Una Meditación
Final
(Por favor escuchar la Meditación N°4 del CD)
Te deseo todo el éxito interno y externo que puedas manejar. Los saludo como
dioses y diosas, y te deseo para tu vida y tu música, la Maestría sin Esfuerzo.
Kenny Werner
discografía seleccionada
Como líder:
Ken Werner Plays the Music of Bix Beiderbecke, Duke Ellington, James P.
Johnson and George Gershwin: (Finnadar Records)
298 Bridge St.: Ken Werner Sextet - Joe Lovano, Bill Drewes, Bill DeArango,
Ratzo Harris, Tom Rainey (AMF Records)
Kenny Werner: Introducing the Trio: Ken Werner Trio -Ratzo Harris, Tom
Rainey (Sunnyside Records)
Uncovered Heart: Ken Werner Sextet - Joe Lovano, Randy Brecker, Eddie
Gomez, John Riley, Edson Cafe Adasilva (Sunnyside Records)
Press Enter: Ken Werner Trio -Ratzo Harris, Tom Rainey (Sunnyside Records)
Paintings: Ken Werner, Tom Rainey, Ratzo Harris, Billy Drewes, Tim Hagans,
Mark Feldman, Eric Friedlander, Cafe Edson Adasilva, Jamie Haddad, Judith
Silvano, Richard Martinez (Pioneer LDC, Inc., Japan)
Kenny Werner Live at Maybeck Hall: Chris Potter and Ken Werner (Concorde
Records)
Kenny Werner Trio Live At Visiones: Tom Rainey, Ratzo Harris (Concorde
Records)
A Delicate Balance: Ken Werner Trio featuring Dave Holland and Jack
DeJohnette (RCA/BMG)
Como acompañante:
Twenty Years at the Village Vanguard: Mel Lewis Jazz Orchestra (Atlantic
Records)
Soft Lights and Hot Music: Mel Lewis Jazz Orchestra (Music Masters Records)
Definitive Thad Jones: Mel Lewis Jazz Orchestra (Music Masters Records)
Definitive Thad Jones. Volume 2: Mel Lewis Jazz Orchestra (Music Masters
Records)