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Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

POEMAS PARA TOCARTE

Raúl Pérez Torres


Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

Soy de la raza que cantaba en el suplicio


Rimbaud
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

ACTO DE FE

Puta
ramera desalmada
flor de Tzangapilla
susto de Dios
hipo del diablo
hueso del paisaje
y de las cosas
hueso de mí
lagartija dorada en el ombligo
serpiente en el encéfalo
vientre para después
perfume de sándalo tu voz
ojos de eternidad
arcilla: tierra de atestiguar
camisa de fuerza
pero a la vez hospicio
cárcel de luz con geranios en las paredes
mujer cariacontecida
embuenecida
florecida
apavorada
como el vuelo final del ayawaska
vida de la muerte, piel del aire
hembra mía
hombre mío
Marida mía
Poesía…
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

POÉTICA

Yo siempre quise tener un abedul.


¿Alguien tiene por si acaso
un abedul?
En mis sueños he soñado un abedul
Yo siempre quise tener un abedul;
la palabra me embriaga
como si la tocaras con tu lengua:
abedul
Yo siempre quise tener un abedul
o por lo menos sentirlo entre mis manos.
Abedul,
yo nunca tuve un abedul.

Al menos ella, la palabra,


te la ofrezco.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

Pronto
ponte a escuchar
es el ritmo. El tono del mundo,
la vida.
Que no se te escape
piensa que si no lo oyes
la muerte en la puerta
y si lo oyes
la locura en tu dedo.

Vamos a necesitar
toda la paciencia del mundo
para cruzar esta idea.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

EURÍDICE

Escribe desde la alegría,


me decía,
porque tus palabras
son el nicho de mi cuerpo

Pero murió.

Bajé al infierno
y con mi musa
enternecí al Distante
que me devolvió
su sombra de ceniza.

Oculto en el mito
mi corazón, pienso en Orfeo…
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

Para cantar tu cuerpo y mi desdicha


soy ahora el Minotauro
hombre, bestia y dios:
para cantar tu vagina inocente
como labios de niño,
tu culo cósmico
su estrella solitaria,
soy el efebo virgen
que de a poco va sintiendo
el suave furor de Platón.
Para cantar las cantáridas del pecho
para aspirar el almizcle de tu axila
para poner en diagonal mis labios
bajo tus ubres, loba,
soy raúl, rómulo y remo.

Que tu cuerpo me libre entonces


de mi asqueroso yo.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

II

Ahora es tu lengua
como un pez
la que agita el oleaje
de los besos.

Entre tu boca y mis labios


la saliva nos sueña
como a dos sabios

Pienso en Ariadna, lúbrica,


besada
por la bestia sagrada.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

III

Bajo los ojos de mi amada


los pájaros
sobre su trébol negro
los pájaros
en el país de su boca
en la ola de su lengua
los pájaros
en sus pezones abiertos
los pájaros
entre sus manos sencillas
los pájaros
sobre su flaca alegría
los pájaros
en el ritmo de sus caderas
los pájaros
entre la blusa, dolientes,
los pájaros
en el ritmo del amor
en el movimiento perpetuo
los pájaros
y dentro de su cabeza
revoloteando libres
los pájaros
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

IV

Húmeda
tu sábana de anoche
me dice que has plagiado mi amor
que en tu combada simetría
se ha humedecido otra vez
el dedo del corazón.

Pero he aquí que no desfalleces


libertina
libertaria
y mi impudicia te riega nuevamente
como triste alabanza
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
V

Tenue de orgullo tu piel se tensa


cuerda del ahorcado
en la que pendo

Nada más fácil para ti


que el exterminio

La soledad barroca de tus gestos


me conmueve
cuando dentro de ti estoy
como en iglesia.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
VI

Te das la vuelta
y el alabastro me hace guiños,
las olas de las sábanas malsanas
que se gastan,
la pomarrosa de tu calzonario
navegando al azar,
las bragas sin sentido
al pie de tu sandalia

Una gota de vino o de sangre


copula con la oscuridad...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
VII

Es el mar
es la noche

Siempre vas a la cama


con el vestido de novia
de las olas:
tu desnudez.

Tantas luces prendidas


en tanta oscuridad carnal.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
VIII

El jadeo ha terminado.

El rocío blanco
que aún pende de tu vientre,
tiembla.

Si ahora te viera Cezanne


quizá pensaría:
naturaleza muerta con magnolia.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
IX

Yo que en otros tiempos


habría sido
militante de Espartaco
¡Heme aquí!
Prometeo encadenado.

Pero no.
Tú eres Prometeo
y yo el buitre
que te roe las entrañas.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
X

Estoy cantando a un cuerpo negro


en la noche que vela tu espasmo solitario.

Una ninfa te ayuda


a recordar mis caballos.

A siete leguas de tu piel me alumbro


con tu luciernagario.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XI

En una cantina de esas


donde crecen las telarañas
en las paredes
y en los hombres,
sobre una estera mugrienta
en la que descansé
mi último vino,
encontré tu nombre
que aligeró mi copa;
en caracteres vivamente rústicos
como en las Cuevas de Altamira
alguien había escrito:
"Paloma, por tu ala en desvelo
guerrearé con todos los que sufren. 1968."

Cuando me echaron fui pensando


en lo que algún día me dijiste tú
o tu sombra:

"Procura que un sabueso te persiga


toda la noche
hora tras hora"
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XI

Tu cuerpo no contiene
el bochorno del día,
hay una clave infinita
en esa obscuridad.

Entrar en tu negrura
en tu gruta
en su serpiente obscura:
la voluptuosidad.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XII

"O tua blandula, blanda, blandicula,


tua labella ad ludum prolectant"
gime el verso profano
de Carl Orff
Yyo pienso en ti
sobre mi lecho
lechosa loba,
lánguida y lóbrega.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XIII

No vuelvas, me dijo Homero


desde la Odisea,
no vuelvas con una mujer,
ella regresa llena de polvo
y azufre.

¡Necio de mí!
Mi mano te recorre nuevamente,
volviendo a unir tus pedazos,
tus junturas,
que a la postre
resultaron falsas,
cadáver joven
- no muerto-
como Rimbaud.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XIV

La madre de Ariadna
Pasifae
soñaba con una voluptuosidad
por encima de la naturaleza humana.

Soñaba contigo.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XV

Loba, lobezna libre


de qué felino aliento
tu piel de hondísimos orificios,
hoja caída de la noche sin luna,
tu color viperino
como en los cuadros de Manet.

Negra, loba negra


como la tortura.

Tu cuerpo me ha dado todo


menos la saciedad.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XVI

Tu cuerpo es la caja de Pandora:


derramó toda suerte de dolores
por el mundo.

Hesíodo lo sabía.

Y ahora yo.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XVII

¿He de amarte quizás en el espejo


donde el azogue contiene tu furor?

¿He de pescar alucinado


con mi vieja red de piel suavísima
los peces que gotean de tu pubis?

¿ Visitaré, conquistador conquistado,


las cornucopias de tu ciudad orgiástica?

¿Encenderé tu cópula con mi vela deleznable?

¿Meteré entre tus labios de


lenguosa loba
el filo de este poema
para que se humedezca?

El vientre desaforado
se humedece ante las preguntas.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XVIII

A veces en la sombra
mientras la luz de la lámpara
cae como otra lengua
sobre tu cuerpo desnudo
te miro a hurtadillas
en intermitencias
para que mis ojos
no agoten la maravilla.

No vaya a suceder
que como en el sueño del gitano
te absorba con su cábala
la noche.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XIX

Es la hora del alivio


de la liviandad.
La vulva ha florecido:
flor de nieve,
mi semen
te adorna como para una fiesta.
La caricia descansa
bajo tu piel de loba
tal si estuviera rumiando la pereza.

Mientras me visto
huelo la piel del vino
esa otra forma de tristeza.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XX

Has cerrado los ojos.

He puesto hojas de coca


debajo de tu almohada
para que duermas sin fantasmas.

Un último beso
me brinda tu pereza lasciva.
(mi lengua un gamo
que atraviesa la noche.)

Tu cuello modigliani. La vacuna.


Sapo mi corazón
de ojos saltones.

¿No es éste el pan de la desdicha?


¿el que los pordioseros comen
para hartarse?
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
XXI

Te amaré siempre
me decías,
estremecida por el oleaje de mi carne,
te amaré siempre,
eternamente.
Y yo pensaba absorto,
asustado,
casi fuera de la vida:

¿Fue por la muerte de Patroclo


que los caballos de Aquiles lloraban
o por su desgracia de ser eternos?
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
RUMICUCHO

¿Es el árbol el sueño


del hongo alucinógeno?
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
EL CUARTETO DE ALEJANDRÍA

En la penumbra
tus ojos
y tus pechos
como faros
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
AUTORRETRATO

N o sé si fue en Alejandría
o arrimado a la columna
de Cavafis
que escuché esta anécdota
que corría por el Éufrates
entre líquenes
y restos de sueño
incendiando la pasión
de los poetas jóvenes:
La reina de las bellas
había dicho a su poeta suplicante
que le daría sus favores
si era capaz de esperarla
cien horas
sentado sobre una piedra.
Dicen también que el hombre
del corazón apasionado
se dispuso a esperado
de rodillas en la roca
y que a la hora noventa y nueve
se levantó y huyó ...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
APUNTES

¿Hace cuánto te has ido?

En este invierno
a pierna suelta el insomnio,
seis meses oso,
duerme al pie de la cama.

En la sábana sola
aún ríe tu cadera,
el lobo de tu jadeo.

Mi corazón: soledad del Génesis

Danzando sobre el reloj


la única bruja de mis terrores:
la sucesión de los días...
De esta hora
se alimentan los suicidas.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
HOTEL 3 A.M.

El insomnio es un lagarto
chapoteando en el agua turbia de la noche

En los cuartos de al lado


se celebra misa ...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
NOCTURNO

Tenía unos ojos


que se apenaban de verde
era un albaricoque su voz
donde cien gatos
habían encontrado su séptima vida.
Cómo olvidar
el lujo de sus ademanes Moore
en un parque de falenas.
Los que no la conocieron
tendrían que pedirle al almirante
que descaribe el mar
que leve-mente anclas
por los vacíos del cielo
que nos dejó Jeshua Ga-nozri.

Su carne en movimiento
se parecía al terremoto del 41.
Lo recuerdo temblando
entre dos sorbos de mezcal
que me regala el Cónsul
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
EL TIEMPO

En la primera cita
me confesó su amor.

Borracho como un ángel


fui y anoté una a una
todas sus palabras
y luego me quedé perplejo
al constatar
que ya ella no existía
sino a duras penas
la melancólica poesía
que haría de su ausencia.

Entonces mi tristeza
consuetudinaria,
burra parada en una esquina
con sus orejas castigadas...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
EXAGRAMA

Te decía espera
La lluvia está gestándose en el cielo
Perro que ladra mi corazón no muerde
La lágrima caerá a su debido tiempo
sobre el vientre de tu noche solitaria
y yo volveré con mi rastrillo al mar.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Si el alfiler
guarda el hechizo
del que me habló la abuela
Epifanía
cuando clavamos tu retrato

¿Por qué, entonces,


por qué?
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
RESPLANDOR

Sentada sobre mí,


desnuda,
las cuatro de la tarde cálida,
afuera los niños juegan a las escondidas,
al azar,
a la rayuela,
como yo.

Estás magnífica desnuda.


Tus ojos papiros
grafitis del destino.

Levantas la mano
y apartas la cortina.

Te miro en intermitencias claroscuras.


Me siento más lúcido que el sol
que atraviesa la ventana
y da en tus pezones de uva. ,

Abro y cierro los ojos:


El resplandor me trae
cuerpos ajenos que habitan
en tu cuerpo,
otros cuerpos que quizá
descansan en tu cuerpo.

Estoy lúcido,
más lúcido que el sol
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Abro y cierro los ojos.

Desde tu vientre
algo como una lepra,
como una enfermedad,
me desazona...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
La noche ova
plumas de codorniz
y estalactitas.
El hombre también
ova en la noche
relámpagos e iniquidades.

Ninguno de los dos


mira el amanecer.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
En el verano
cuando el hombre se extasía
ante la sangre rosada
de los arupos,
no discierne el color
de la chuquiragua
que crece en el páramo.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
ALCOHOL

Borracho
incólume
pero en dos columnas
atravieso la calle
tenaz
como tu recuerdo.

Una cantidad de cucarachas


de colores multiformes
tratan de atropellarme
desde la taberna
hasta la esquina
donde me recuperará el micro.

Pera yo incólume
solamente tropiezo
con la imagen
de un invierno de 1971
cuando con tus manos
me quitabas de la frente
la lluvia
y la tristeza.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
La playa
la misma y desigual
que recibió tu sangre
cuando los dos éramos
el vacío más lleno
el mar ensortijado
la viruta del mar.

Me viene tu olor
en ese caracol que me regala la niña,
mientras pienso en lo que decía mi madre:

Que traen mala


suerte.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Hoy he salido en un solo pie
por no sentir tanto
el peso de mi vida,
y he dejado con candado tu retrato
por no sentir
el peso de tu vida
he salido desnudo
y me ha espantado
el peso de tu vida
y de mi vida...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
El viento de este verano
donde florece el arupo
y muere la siempreviva,
trae en triste procesión
los recuerdos del invierno
cuando con su mano apalomada
quitaba del hombre
la desolación y el frío
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
YARAVÍ

a Meche

Si tú murieras,
sabio como el del indio,
mi recuerdo,
iría una noche de luna
al páramo que aquiete tu cadáver.
Sereno tu cuerpo como la leyenda
de la mujer que nació
y murió en Potosí;
serrucharía tu pequeña tibia
y me la llevaría al cuarto
donde tengo un punzón de plata
para fabricarme una quena, una ocarina,
que cuente a los demás
que lleve a los demás
tu imagen en el viento.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Llueve
-también en el recuerdo-
es pertinaz el acero de esta lluvia.
Los chinos de la dinastía Tiang
lo utilizaban por gotas
para perforar
-noche a noch-
el cerebro del hombre.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
ALTURAS DE MONTSERRAT

Calmachicha,
silenciosa como en puntillas
vive la locura en ti
la incoherencia
la inesperada forma del asombro,
la congoja del ser
el duende de la nada.

II

Cuando despierta
es una hoja de afeitar
cortando las venas de la noche,
cuando despierta
las piedras se estremecen
y muelen -torpes elefantes- tu delirio
cuando despierta
sangran las grietas del azar
se secan los ojos de la lluvia
se ennegrece el destino
lleno de cardenales por tus golpes

III

Es bueno, entonces, darte tilo,


agua de manzanilla,
besos fosforescentes,
ramas de ruda
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
o invocar a Taita Marcos
dios perdido de Ilumán
(que casi siempre escucha la plegaria)
para que sientas por fin el beso de la brisa,
bonitica,
el viento fresco que triza tu mejilla
la voz del taita eterno
que trae entre sus dedos de peyote
la paz,
la leve paz que necesitas.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Me persigue tu piedra.

No quiero la poesía
ni el cuerpo orgiástico de la noche.

N o quiero la verdad.

Quiero moldear un gato.


Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
ANIVERSARIO

No se queja,
al amanecer mi sombra desvelada
ya no se queja.

Más insomnio que yo


padece el tiempo.

Él trabaja mi hueso
día y noche
desde hace cincuenta
eternidades
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
EL OTRO

Tengo en mi cabeza cien espíritus


drogados de insomnio
cada uno me lanza sus dardos venenosos
su baba de espuma.

Me han cortado la cabeza


y la han arrojado a la olla de fuego
han roto todos mis huesos
he dormido azul durante nueve meses
han bebido mi sangre
en copas de cristal frizado
me han descuartizado
y han vaciado las cuencas
de mis ojos.

He viajado al infierno
como un ritual de iniciación
donde Beatriz me esperaba
musgo de eternidad

he muerto
durante treinta y seis meses sagrados
y he resucitado y he vagado
dos primaveras como un bebé lunático;

ahora curo el desasosiego


y la incertidumbre, aquellas fallas
que el griego desmintió.

Soy un Shamán.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

ARTE POÉTICA

Mi hermanita tenía siete años


cuando yo cumplía veinte,
y no lo olvido
porque ese día
le leí mi primer poema alborozado.
Cuando terminé
ella tenía duendes en los ojos
y me dijo:
-está bonito,
pero sácale las plumas.

Desde entonces
eso es todo lo que hago.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
ONETTI

Yo le vi en la reunión
tomar el vino
y decir con su ojo pálido,
acongojado:
-prosigan nomás sin mí
afánense
porque yo estoy como el genio de Aladino
metido en el país de una botella
del que no se regresa.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
BAJO EL VOLCÁN

Esta copa de vino, por ejemplo, su cuerpo


negro.
Así, bajo su esencia caminante
del viejo camino recorrido
por ese pajarraco
que se llamó Mescal, Malcom,
Mescalito,
para los buenos compañeros
que vieron caballos asesinos
metiéndose en los vidrios
de las tristes ventanas
de mi pueblo,
ciudad más bien,
que ha estado en mí esta noche,
sin ti,
como iglesia solitaria,
quiero decir
como este cuerpo de vino,
por ejemplo,
negro.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
QUITO 1993

En mi cabeza ladran
los perros de la noche,
los perros del vacío
que rezan a una luna desalmada:
moneda blanca,
esquiva,
inalcanzable.
Afuera
parece que la ciudad llorara,
que se estuviera lavando de sus culpas,
sacándose vergonzosa,
sus medias desolladas.

Las calles,
venas azules de un cadáver vacío,
-viento sin voz-

El miedo cruza la calle


como un duende demente de hace siglos.

Mientras adentro,
en el cuarto de adentro,
tú duermes y respiras junto a mí
con el oleaje espumoso de un mar quieto.

Ensamblo entonces,
mi cuerpo atormentado, tembloroso,
a ese mar de tu carne adormecida
y me voy yendo sin querer a la inocencia...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
DEL BOCHORNO

Con mis propias uñas


he despellejado al animal de la noche.

Despierto agotado por el viaje


y apenas he dormido una hora,

escasa hora en la fría madrugada

(el tiempo de la pesadilla


no encaja en tu reloj)

Créeme tú,
créeme por el amor de esta oquedad
por el vicio a esta oquedad:

Siento el vacío como una sanguijuela


pegarse a la piel escamosa
de la noche.

La ciudad duerme hace diez años impares


¿Qué nos pasa?
¿Qué ha cambiado?
¿Qué erosión va minando, imperceptible,
el afán de la lucha que tuvimos?
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
II

La duda, el vampiro de la inercia


va entrando en la ciudad
como en un hospicio desolado
donde el único loco he sido yo.

Me acuerdo en el setenta:
tu codo digno;
visagra del poema de ese tiempo,
alertaba mi tristura nocturnal y decía:
“los gendarmes llegarán a media noche,
hay que esperar por ellos"

Ahora sólo siento
la noche boquiabierta
esperando que le asfixie
la mosca de la nada.

¿Quién está espiando mi infortunio?


¿Quién hay ahí?
¡Quién va!

Rompe con tus narices


el espejo del poema.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
CANGAGUA

Murciélago su pelo
extendido en la noche
velo de escalofrío

En su cabello
buscaba reposo el aire

Le decía:
espera,
no te desnudes todavía

La última prenda
va a caer en un quejido
dentro de mi corazón,
espera.

De eso la memoria me queda


que es como la ceniza.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
II

Cuando ya estaba vestida


pasaban años
y mi mirada alucinada,
sordomuda,
aún delataba su desnudez.

(Disparo ... latido,


su blusa abotonándose).

Y mientras se alejaba
cerrando tras de sí las fauces de la puerta
yo pensaba perdido, perplejo,
pervertido,
que sin ella
sólo me queda una cultura:
la soledad.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

HOMENAJES
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
EN LA GALERÍA

A Pavel

Viejo discípulo
de aquella tenue filosofía de la carne,
el hombre va entrando a las pinturas de Pavel,
como si por fin entrara al sueño
luego de una noche de mujer luminosa.

En su sueño hay un gato agazapado,


un gato reloj de Dalí,
un gato color de la pereza,
un gato ropa íntima colgado en la penumbra,
hay una sombra,
en su sueño hay una sombra,
la sensualidad de una sombra,
una sombra que es dos, como en la magia,
una sombra parecida al unicornio,
o al cervatillo,
o al caballo,
o a la mujer que amo,
una sombra que es dos, como en la vida.
Parejas de amor leve,
leves parejas de amor ante mis ojos,
parejas leves de amor,
mis ojos miopes develan el abrazo secreto,
la miopía: esa opacidad, como en el cuadro,
carne unitiva, volandera, violada quizá,
por la clandestina agitación del artista.
Sensual, como una imagen bajo el agua,
como el paso donde el vestido pierde
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
la caída del agua.
Así en el lienzo su abrazo de humo
su color de fantasma,
silueta sigilosa, sensitiva, inatrapable,
ceñida y desceñida,
lenta en crueldades...
Sombra que es dos como en la vida,
sombra que es dos como en la magia.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
ANTIPOEMA

A la Poyo

Cuando se fueron secando las flores del jardín


de nuestra casa
porque el abuelo ya no tenía brazos
para echarles agua y quitar sus asperezas
él, que había manejado el sable y el fusil
en sus gloriosos tiempos de hábil montonero,
cuando la casa misma nos fue arrebatada
por no se qué hipoteca de alguna deuda obscura,
y con ella el árbol
donde yo guardaba las bolitas de cristal
que ganaba mi hermano jugando a la bomba,
cuando crecí, sin árbol, ni casa, ni pimienta,
cuando más tarde
en las calles de la ciudad
la gente me miraba con temor
o tal vez con espanto
seguramente porque mis ojos buscaban con alfileres
una comunicación de coleccionista de mariposas,
cuando en la oficina los altos jefes decidieron
que yo era un ser despreciable y quizás maniático
porque dibujaba en hojas volantes
sus rostros deformes, es decir, desiguales,
cuando mi hermana mayor me despidió de casa
porque siempre fui un inútil para todo
y no aporté con nada
a más de la basura borroneada y escrita,
cuando mi padre decidió emborracharse
todos los días
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
mirando al techo
y sin permitir que mi madre le dijera una palabra
cuando mi compañero manuel, el más querido
-gente de universidad y de maneras-
huyó a California con mi máquina de escribir
y con la mujer que por aquel tiempo
compartía mi cepillo de dientes y mi frío,
cuando mi hijo -aprovechando los ataques de asma
que me daban más o menos regularmente-
me dijo que se iba a las Islas Galápagos
a estudiar entomología "porque en esta ciudad
no pasa nada"
cuando mi madre empezó a llorar
colgada de las lámparas
mientras ahorcaba sus dedos artríticos
con un rosario de pepas enormes y negras;
cuando dos marines me botaron al mar Caribe
en uno de esos viajes por postal
que los recuerdo frecuentemente
en las noches de agua de lechuga
que yo mismo me procuraba
para acortar la sombra de la luna;
cuando la argentina matilde ramírez
(tu dirás no es ese el nombre)
que venía de perder a su compañero
encontrado luego sin ojos
y practicado el hara-kiri
en una cuneta de las afueras de Tucumán
se comió la mitad de mi pastel y dijo:
"sos una flor, un ángel"
con un SOS que yo lo recuerdo como auxilio;
cuando terminé de leer los libros inmortales
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
los héroes y los mártires
de ediciones profusamente ilustradas;
cuando salí a la calle
y me tropecé con la verdulera maloliente
que me miró con una rabia antigua
impregnada en su rostro como un sello
u otro rostro;
cuando al gato brizuela le encontré
en una taberna de la Recoleta
con los ojos vidriosos,
drogado hasta las eses
repitiendo en una lengua pastosa y tartamuda
"la poesía es un caracol, la poesía es un caracol"
cuando sentí ganas de acostarme con maría
la mechudita que había sido
mi compañera de banca en la primaria
y la detuve mientras entraba al "Manolo's"
-un restaurante que tiene las mesas afuera
donde los lustrabotas pululan y se disputan
propinas dejadas en los platos
adelantándose a los pobres meseros, equilibristas
del circo del cual estoy hablando-
y la detuve invitándola a un café o una coca cola
recordándole el barrio, la quebrada,
cuando apresurada puso su dedo en mi boca
como para que no vomite y me dijo:

"I am very apurada my dear, call me a este


teléfono"
y aceleró el paso para alcanzar
a una rubia increíble que parecía dispuesta a
dejarla;
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
cuando quedé mal con la mujer
que cruzando los dedos ha jurado que me ama
y mi sexo parecía uno de esos nardos
que al cabo de tres días
se retiran de la tumba de los seres queridos
en noviembre,
porque me daban vueltas en la cabeza
los cadáveres desnudos, masacrados,
de los obreros de un ingenio azucarero de mi pueblo,
hecho que tiene fecha memorable
es decir, para guardarse en la memoria
y que sucedió un martes en la noche
del 18 de octubre de 1 977;
cuando al marido de la Poyo
-la flaquita que se parecía a los retablos de la Virgen María-
le machucaron los testículos
y le vendaron los ojos un año entero
para que no mirara lo que su coraje
había despertado entre los otros,
cuando emocionado le hablé a esteban
de la literatura
y de la novela que estaba por comenzar
y me respondió -aplastando el cigarrillo
contra el pavimento-
"esa puta, esa ramera sin vagina, esa cruel, inmunda filibustera"
cuando desenrollé mi vida
como una cobija de viajero
mientras me tomaba el último trago
en la madrugada helada
y no encontré más que el recuerdo
de la noche anterior
en que me levanté por milésima vez
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
a escribir nuevamente en la pared
una frase de Malcom Lowry que no entiendo
o que en alguna parte mía, entiendo;
cuando le miré al policía de tránsito
bajo el sol equivocado de octubre, en Quito
caer desmayado señalando con su mano rutinaria
el camino a seguir;
cuando me di cuenta de que llevaba tres días sin comer
y que no tenía fuerzas para recoger de la calle
un pucho de tabaco,
fue que decidí hablar con alfredo,
con santiago,
con la meche,
contigo,
para ver si podíamos juntos
entender -y quién te dice- desterrar
todo este dolor que te he narrado.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
PERUANO VALLE]ÍSIMO

impenitente que naciste


de la esdrújula,
que estuviste escondido nueve meses
en el valle sin fin de la palabra,
Vallejo solyluno
ahora que me tengo yo solo
y para mí,
me he puesto a recordarte
y me pregunto
que será de tu Rita
de tus huesudos huesos,
de tu soga,
qué de tu madre
de tonsuradas ansias
y de tu obra madre:
España;
de tu burro peruano
en el Perú.
Vallejo Peruanísimo
qué de tu tilo
junto al Marne rumoroso;
tu Georgette,
tu pedazo de Francia
tu periódico,
tu muerte querida, tu café;
qué de tus voluntarios pantalones
y tu aquella lavandera del alma,
tu conciencial tumor,
tu lepra sensitiva,
qué de tu prima,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
tu experiencia,
tu ardiente primavera
de un minuto;
qué de tus albañiles
sin almuerzo,
tus marías que se iban
porque sí.
Peruano Vallejísimo
dónde el susto del alma,
el pajarón salvaje.
Tu andina y dulce pena
casi por nada;
y el éste y el aquél,
dónde el fósforo,
la lágrima,
tus huesos fidedignos;
donde tu piedra negra,
tu piedra blanca,
y aquel pegarte así
por nada,
para que murieras de todo
y de palabra
qué de tu tos,
el hospital de al lado,
el barbero aquél
que te cortó sin culpa,
dónde el sol que te dio
tanta palabra,
Peruano
peruanísimo
dónde el tilo,
las ganas ubérrimas,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
políticas,
dónde tu amor al pelo,
al malvado,
a la camisa,
a tu Alfonso del alma
hermano directo en la cerveza
y qué del vino
que se quedó en tu alma
como vino...
Vallejo peruanísimo,
me he puesto a revisar
el ojal de tu verso
y me pregunto
por qué fuiste tan duro
conmigo y con las cosas
que yo las simplifico...
por qué diste a Pedro
dos nombres
si era Rojas nomás
el Pedro Rojas...
Y ahora peruanísimo
¿qué haré yo?
cómo podré vivir
a mi hora del balazo
si a él tú lo mataste
Vallejo Parisino,
santiaguino,
dónde la Juana Vásquez,
la masa
el miliciano,
la revuelta,
los niños españoles que murieron
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
doblados en tus versos
y los que ahora mueren en América
de hambre y de silencio;
Dónde tu sola soledad enardecida,
dónde tu mágica linterna,
tu yerba, el liquen,
tu rana y sus adverbios,
tus golpes fuertes,
yo no sé ...
y dónde tu nacer tan indiscreto
justo cuando Jesús
aún no se curaba
sus úlceras divinas
y estaba enfermo
grave
de tos de mando,
hipocondría
y tantas otras cosas
que tú ya sabes que...
Y ahora,
que como tú me encuentro
solar, multiplicado
quién me diera tu voz
'Que tu voz'
tu escupitajo,
tu dedo pequeñito,
tu pañuelo
para saber de golpe
a donde voy
con lo que tengo.
Peruano Vallejísimo:
aquí entre nos
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
y en memoria de tu hermano Miguel
por qué no vienes
aunque sea un ratito
a sentarte en mi pluma,
en mi espaldar,
en mi ojerosa mochila
o das llevando
porque yo como tú y como yo
sangro la muela,
la mundial,
el alma,
la camisa,
el alma de la corbata...
y la corbata.
Cómplice de mis pies
y enemigo directo
del bueno que me cuelga
dormido en mi bolsillo
César mundial,
Peruano Vallejísimo,
por Trujillo,
Málaga,
-la pobre era tan buena-
por tu muerte inmortal,
por luis taboada,
las putas, los ingleses,
por tus lunes domingueados
tus meses semanales,
por los jueves
'tus jueves'
por qué no vienes
a pararte en mi pluma,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
en mi lágrima,
hombrecillo,
hombrezuelo,
hombre con todo,
no me abandones:
aguáitame,
agítame,
acompáñame...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
A VECES SOY FELIZ, PERO AMANECE

A Jorge Enrique Adoum


Porque en el paleolítico
debes haber sido muy niño todavía
y debes haber jugado con guijarros, gusanos,
tu madre, la familia,
espantando a la muerte con tu vida;
porque quizá más tarde
el amor, la memoria
y su lento ejercicio, es decir el Olvido
te fueron condenando a mirar el lenguaje
porque no había gracia tan solo el escribirlo;
porque el rato menos pensado
empezó a llover en tu corazón
como en una campiña llena de uvas tiernas,
o como dices que llovía
en el Antiguo Testamento;
porque la muerte en todas partes
fue cercando los besos de la noche,
porque tus amigos
tus amantes,
tus pastillas,
tus palomas,
tus camisas,
fueron deshaciéndose conforme se estiraba el día,
porque la palabra contagiada de una lepra mortal
iba perdiendo su carne bienamada.
Por eso,


Reflexión sobre el poema El amor desenterrado de Jorge Enrique Adoum, referida a los Amantes de Sumpa. En la península de
Santa Elena, se encontró hace 8000 años antes de Cristo dos esqueletos ligados en actitud amorosa.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

y porque sabes, sabio, que el tiempo es un ciego


que no repara en nada,
por ello, fue por ello
que te pusiste embuenecido a excavar esa sintaxis
que de alguna manera nos enseñó Virgilio
porque la poesía -según lo ha dicho- es renacer
y yo te tengo renacido en el poema,
redivivo
Oyéndote escribir, mirándote mirarles
prestarles tu sangre, tu cadáver, tu ternura,
tus huesos y su médula
a esa pareja eternizada, enternecida,
que estando en minoría ya era el todo
porque siendo arco y flecha tu palabra
defendiendo esa cópula, esa cúpula
qué importancia tenían
los cansinos cazadores de parejas
holladores de la voz desdoncellada
Ahora, yo también
para hablar de esta muerte
que como lázaro... camina
he abierto las fauces de la noche,
viudo de la memoria, estando,
que es como decir ausente,
muerto de la memoria
que es como decir contemporáneo,
para toparme de golpe, bis a bis,
con este amor mortal, inmortal pues lo revives.
La muerte
¿Sabe alguien lo que es esa espesura?
Quizá tú sí. Sí, tú sí. Tú sí. Quizá.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte

La muerte.
La muerte
es haber visto
y ¿para qué?
esa es la muerte
¿Cuánta tristeza teje el saber silencioso?
¿Celda dónde tú vives, el saber silencioso?,
perros degolladores, el saber silencioso
¿Qué es un poema entonces?
¿ Qué es tu poema entonces?

Si no es la luz por donde miras


si no es el espacio que dejan los barrotes
si no es el pobre espacio que nos dejan
a fin de que dos puedan morir,
uno dentro del otro
para ahorrar espacio, -quizá como dirías-.
Desde luego, la muerte es un error
-de esto no saben nada los que han muerto,
los que nos han dejado solitos,
prístinos como -otra vez- el paleolítico-
La muerte es un error
y tú has braceado en el poema
para atravesar el espanto
de ese error,
aspas locas tu poema.
Exiliado del mundo -quiero decir de su estúpida
/metáfora-
dices callado, avergonzado,
de que esto sea las cosas que nos pasan,
dices, te digo, dices, frente al abrazo que ha acabado
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
“donde no estás, allí es mi exilio, y nada
puedes ya por mí.
ni amándome... ”
Te vas dando cuenta de qué manera
en el poema,
grita el silencio del abrazo de Sumpa,
zumba el abrazo del silencio.
¿Qué percibiste entonces en su código secreto?
¿Qué nos querrán decir
aquellos huesos fosforescentes?
Espejo y luna.

Yo te decía: las mejores formas son el agua.


No importa que en la tierra
las formas sean la nada,
no importa que seamos diferentes
-negros al día, descoloridos en el alba-
No importa,
a una hora
en la espesura del tiempo y de la noche
todos se dan la mano,
todo cierra -bisagra enmohecida-
sus ojos agotados,
el bien y el mal,
amor y desamor,
duda y certeza, el Yin y el Yan
todo entrelaza sus dedos metafísicos.
La eternidad -cara de búho-
la eternidad entonces, el poema,
por eso es que ahora voy sintiendo
que de esta tumba apalabrada -que es tu nombre-
de este polvo de angustia que vas desenpolvando
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
va levantándose el hueso de mi yo,
de mi yo de ella y de mí
-otra vez como dirías-
de ese yo nuestro
vuelto a pegar por
el lenguaje de algún dios.
¿Qué nos querrán, entonces, decir aquellos huesos?
Delgadas columnas protegiendo a la carne desasida,
a la palabra desasida,
amor, amor, amor,
carne de la poesía. Cadera de la poesía,
muslo amado. Belleza.
“Así en la activa tristeza,
así se le revela al hombre la belleza,
se le revela cerrada en sí misma,
en el símbolo y el equilibrio...”
Te traigo esto de Broch, del último Virgilio,
que también debe haber conocido tu agonía,
es decir la agonía de esa tumba
que en tu palabra jamás agonizó,
porque según parece esa es la eternidad,
la belleza del gesto
que con pico y pala y uñas
y palabras,
desentrañamos del cementerio del cual te estoy
/hablando,
para escarbar el corazón,
esa víscera hueca y muscular
que ahora, a duras penas -y a veces motivados-
encontramos en el pequeño Larousse,
ilustrado, desde luego, pero inerte.
La muerte,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
tremendo escupitajo de Dios, la muerte,
y aquí entre nos,
pasando de una muerte a otra muerte
como si cruzáramos un puente:
¿Recuerdas esos sábados envinados de pena
-teñidos de jueves, esos sábados-
en casa de Agustín,
Fernando, Iván, la Meche, (vértebra con la que al final,
me encontrarán fundido)
Erika, Pilar, Javier, tantos nosotros,
jugando a las barajas,
como si jugáramos a la ruleta rusa
a ganarse en un As, el puerco espín de la pesadumbre.
Todos sacamos As, menos él que sólo ya buscaba
el abrazo que en tu poema cantas.
¿En dónde está esa muerte?
¿esa otra viva muerte?
Adoum, hermano,
¿en qué tumba, en qué renglón?
¿con qué acento circunflejo
se enterró para siempre, esa muerte
que nos dejó sin boca?

Pero, más allá de la carne y de la Sordomuda,


a ti (que es como decir nosotros)
también te encontrará un poeta
(en el caso utópico
de que aún para entonces exista poesía)
Te encontrará clavado al madero del poema,
eternizado por los pies, a tu destino.
y digo, entonces, nuevamente,

El autor se refiere al sociólogo Agustín Cueva. Nota del editor
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
¿Quién te estará esperando
más allá del olor a orina y fruta abierta
de la carne?,
¿Quién estará esperando eternizarte?:
El amor desenterrado solamente,
tan solo este poema,
este poema solo,
este poema...
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
POEMA DE AMOR

Amo en ti lo que tienes de rock sucio,


de saxofón, de Jimmy HendrÍX,
de pederasta.
Amo lo que tienes de mi tía Bertha sordomuda,
de Wagner,
amo lo que tienes de Ella Fitzgerald,
de Marilyn,
de su lecho tan triste.
Amo los ojos vidriosos que pusiste
durante siete lunas
luego de la noche amarga de John Lennon.
Amo lo que tienes de exagrama,
tu voluntad oracular,
tu circular manía de atraparte la cola.
Amo en ti lo que tienes del I Ching:
aquel sagrado azar,
pero no las monedas,
pero no los tallitos de milenrama
sino el tremendo dolor de la verdad,
el ojo de la máscara,
el laberinto que presupone el centro.
Amo lo que te falta de Camiel Claudel,
pero no su locura
sino su gran amor,
su escultura de hospicio,
de precipicio rodando hacia Rodín.
Amo tu locura
que es menor a la locura,
tu pequeña locura
como la de los jilgueros.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Amo lo que te suena desde el ombligo,
algo como el Jazz
como el ombligo de Gillespie
(trompeta muerto, en el año de 1993
muerte en la que te escuché.)
Amo el misterio de tu carne,
casi oriental,
liviana como el caer de una hoja en otoño,
tu carne dolorosa
macerada con trágicas herencias.
Amo en ti el trepidar de tu carne
ardiendo entre mis labios de ceniza,
tu carne desaforada, el olor de tu carne,
tu carne de mariguana, de opio,
de Cocteau.
Amo los deslices de tu carne,
los treinta denarios de tu carne,
el judas de tu carne
negándome tres veces.
Amo en ti la memoria lacerada
de la primera vez que desperté a tu lado,
asustado,
creyendo que había vivido un siglo.
Amo en ti (y la he besado con excesos)
la brizna de hierba que te creció en el pubis
la misma noche en que tomamos cerveza
con Walt Whitman
en una taberna de Manhattan.
Amo tu trasero infantil
donde juguetearon las manos de Dios,
las lunas de tus mamas en la noche cerrada,
las lunas de tus mamas en mis labios,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
en mis manos.
Amo lo que tienes de Ilumán,
de animal,
esa dura coincidencia con la piedra.
Amo lo que tienes de hombre,
de ángel,
de Hermes y Afrodita,
de habitante del Orión.
Amo lo que te falta para llegar a Rimbaud,
lo sagrado del desorden de su espíritu,
lo que tienes de perro sabueso,
de gato,
es decir de la hetaira de Baudelaire.
Amo lo que tienes de Remedios la Bella,
de su sábana soplada por la bruja de la palabra.
Amo lo que tienes de la pantera rosa,
de Chaplin, de Charlot, de Carlitos,
sus cordones,
su tristísimo tallarín.
Amo lo que tienes de ciudad, de griega,
de tragedia,
lo bello que te quedó de Alejandría.
Amo lo que tienes de Quito
a la hora en que se refrescan los venados,
al crepúsculo,
lo que tienes de beata
cuando mi corazón es una iglesia.
Amo lo que tienes de cortesana
y de Cortázar y su maga
y de puta,
y de la ]ustine de Sade
en la silla de los dulces suplicios.
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
Amo lo que tienes de Hermética
de libro sagrado a pierna abierta,
de equilibrio,
de proporción áurea,
como la de los quindes chupando la amapola.
Amo tu karma
parecido al de las brujas del medioevo.
Amo lo que tienes de bicéfalo
cuando uno a tu cabeza mi cabeza atormentada.
Amo tus lágrimas de cocodrilo
tus lágrimas para hacerme una chaqueta,
tus lágrimas de Sinead O'Connor
abusada por su padre.
Amo la brutalidad de tu padre
que te permitió buscar en mí
su lado humano.
Amo tu edad,
el calor de tu edad acurrucada
al frío de mi edad.
Amo tu parentesco con las piedras de Moore
y de Brancussi (en el cementerio de Montpamasse)
con las piedras de Cuevas
caídas en el lienzo en actitud humana,
tu terco parentesco con el bailejo de Guayasamín,
con su ocarina lúgubre.
Amo lo que tienes de droga,
de puñal y de veneno.
Amo lo que tienen tus palabras
de piedras preciosas,
de piedra de Sacsahuamán,
de amatista, de jade, de turquesa,
de gotas de lluvia en el desierto,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
de ojos de tigre, de manchas de tigre.
Amo lo que tienes de Ariadna
tejiendo tenaz de la noche a la mañana
el ovillo de lana de la espera.
Amo lo que tienes de viuda inconsolable,
de post-mujer-, de pre-bélica.
Amo lo que tienes de bebé retardado
de disléxica,
la penosa "sinceridad física" de tus pómulos
que se ruborizan al primer canto del gallo.
Amo lo que te decía Cummings
apenas presintiéndote:
"Amo mi cuerpo cuando está con tu cuerpo, es un cuerpo tan nuevo,
de superiores músculos y estremecidos nervios"
Te amo cuando quebrada por el dolor
murmuras cabizbaja, en actitud de péndulo:
“Maldito Flaubert,
todo lo que inventamos no es cierto"
Amo lo que tienes de Milena,
esa pobre nostalgia de algún Kafka,
esa gran bruma...
Amo lo que aún te queda en los ojos
de una canción de J.J.
lo que tienes de insecto,
pero más que todo de mantis.
Amo tu pena de lo que no viviste,
el período que va desde 1870 a 1874
temporada en la que sólo Rimbaud vivía
entre tanto muerto de igualdad y fraternidad.
Sí, amo tu pena de lo que no viviste
las bragas desatadas del sesenta,
su esplendorosa infamia,
Raúl Pérez Torres Poemas para Tocarte
la montaña,
su ácido lisérgico.

Pero amo más que todo
lo tuyo,
lo puramente tuyo,
la puerta del misterio,
la llave,
la otredad,
que con tanta amargura
va desapareciendo en el poema...

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