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Mantente firme en la prueba

“Estén firmes en el día malo, para que resistan hasta el final” (Efesios 6:13).

En mi me he encontrado con muchas personas que se dan por vencidas


demasiado rápido sobre todo cuando las cosas no salen como ellas querían que
salieran. Este tipo de personas cuando enfrentan adversidad se molestan y al
poco tiempo se desaniman, andan con el rostro amargado y se convierten en
“quejones consumados”…, ¡siempre están llorando, siempre lamentándose,
siempre deprimidos, siempre haciéndose las víctimas! Este tipo de personas
cansan a los demás, son “ladrones de energía” y sin darse cuenta comienzan a
quedarse solas pues su círculo las repele.

Ahora bien, deprimirse porque las cosas no están resultando es normal sobre
todo cuando se ha estado luchando demasiado tiempo en una o varias pruebas,
pero si deseamos vivir la vida que Dios tiene para cada uno debemos ser
más determinados, más firmes, más luchadores y no alzar la bandera blanca
de rendición tan rápido.

Hoy quiero darte 4 consejos que te ayudarán a mantener firme cuando


estés en la prueba, consejos que ya has escuchado en ocasiones anteriores de
mis propios labios pero que es bueno recordar.

Primer Consejo: LEVÁNTATE POR DENTRO.

La vida suele ser dura, constantemente quiere tumbarnos por medio de


dificultades, enfermedades, crisis matrimoniales, problemas financieros y toda
clase de pruebas. Y muchas veces logra su cometido, nos tira al piso y allí nos
deja por largo tiempo. Así que no es raro que a veces nuestro cuerpo refleje las
cicatrices de la vida, no obstante debemos aprender a renovarnos en nuestro
interior a pesar de que el exterior se caiga a pedazos. En la Biblia encontramos
cuatro versículos que nos animan a “levantarnos por dentro”.

 «Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas


no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero
no destruidos» (2ª Cor. 4:8-9).
 «Por tanto, no desmayamos; antes aunque éste nuestro hombre exterior
se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día» (2ª
Cor. 4:16).
 «Y David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo,
pues todo el pueblo estaba amargado, cada uno a causa de sus hijos y de
sus hijas. Mas David se fortaleció en el Señor su Dios» (1ª Samuel
30:6).
 «No importa cuántas veces caiga el justo, siempre se levantará. En
cambio, el malvado cae y no vuelve a levantarse» (Proverbios 24:16).

Segundo Consejo: ACEPTA QUE EN DIOS TODO TIENE SU TIEMPO.

Una cosa es cierta, “a todos nos vienen buenos y malos momentos”; esto lo
dice Salomón en Eclesiastés 7:14. ¿Qué nos quiso enseñar? La vida es así, con
altos y bajos, con pruebas y victorias, con abundancia y escasez, con alegrías y
tristezas. El problema es que cuando estamos en épocas de tribulaciones
pareciera que éstas son más largas que las épocas felices; la verdad no es así.
Resulta que cuando estamos en pruebas tendemos a olvidar los buenos
momentos del ayer, ¿por qué? Porque estamos orientados a lo negativo, nos
gusta recordar las cosas malas y tendemos a olvidar con rapidez que también
hemos tenido buenos momentos. ¿Qué debemos hacer? Confiar que en el
Universo de Dios todo tiene su tiempo y aunque la prueba parece durar más de
la cuenta confiemos que tarde o temprano saldremos de ella porque el reloj de
Dios es diferente al nuestro. Además nos haría muy bien recordar las
bendiciones pasadas, al hacerlo nuestro espíritu recobraría el ánimo.

 «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su
hora» (Eclesiastés 3:1)
 «Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios»
(Salmos 103:2).
 «Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen
los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre
nunca sabe con qué habrá de encontrarse después» (Eclesiastés 7:14).

Tercer Consejo: ENTIENDE QUE LAS PRUEBAS TIENEN UN


PROPÓSITO.

En ocasiones me he preguntado, ¿por qué Dios en su soberanía no me alivia la


vida? ¿qué le cuesta “hacérmela” más fácil? ¿en qué le afectaría hacer algunos
movimientos para que las cosas se dieran a mi favor? La verdad es que Dios
es el primero en estar interesado que nos vaya bien, Él no un juez injusto,
verdugo o fiscal perseguidor, Él quiere que triunfemos y que la vida nos
sonría, pero también sabe que no todo es fácil, las pruebas son parte de la
existencia humana y son usadas por Él para muchas cosas:

 Para forjar nuestro carácter


 Para enseñarnos disciplina
 Para darnos una lección
 Para fomentar nuestra fe
 Para limpiarnos del pecado
 Para generar humildad
 Para que aprendamos a depender de Él

La Biblia dice respecto a las pruebas:

 «Por eso, aun cuando por algún tiempo tengan que pasar por muchos
problemas y dificultades, ¡alégrense! La confianza que ustedes tienen
en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba
con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba
con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más
valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo
aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios,
porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser
alabada» (1ª Pedro 1:6-7).
 «Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen
por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea
puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las
dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que
sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene». (Santiago 1:2-4).
 «Al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera,
le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna,
que ha prometido a quienes lo aman» (Santiago 1:12).
 «Y dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar» (1ª Corintios 10:13).

Cuarto Consejo: CONFÍA EN DIOS CUANDO LA VIDA NO TENGA


SENTIDO

En algunas ocasiones me ha parecido que la vida no tiene sentido, ¿también a


usted? Le digo a Dios: “Soy cristiano desde hace más de 25 años, soy pastor
de una iglesia que te ama, enseño tus verdades a muchas personas en
diferentes países, pastoreo a pastores, Obispos y teólogos, soy fiel con mis
diezmos y ofrendas, soy una persona buena (o al menos intento serla), hago
las cosas bien, pero ¿por qué mi esposa está enferma hace tantos meses? ¿por
qué tuvo que perder su cabello, por qué los médicos no encuentran la cura?
¿por qué no hay salida para su enfermedad a pesar que yo he sido fiel? ¿por
qué tengo que verla toser en las noches hasta casi perder el aire? ¿por qué mis
hijas tienen que ver a su madre caer casi desmayada por falta de fuerzas? ¿por
qué nuestros enemigos han de pensar que ganaron contra nosotros? La verdad
Señor es que esto no tiene sentido”. Y entonces el Espíritu susurra a mi oído:
“Es verdad, muchas cosas en la vida no tienen sentido, pero confía, Dios está
en control. Ya no trates de entender ni buscar los porqué, simplemente
confía”.

La Biblia me consuela al afirmar:

 «SEÑOR, a ti entrego mi alma. Dios mío, en ti confío» (Salmos 25:1-2)


 «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del
Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios,
en quien confiaré» (Salmos 91:1-2).
 «Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua
que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de
Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová» (Isaías 54:17).

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