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Correspondiente a la unidad 5. La ética aplicada.

Llenar del libro de Ética, de manera analítica


y reflexionada, del tema 8, titulado: Ética aplicada

1. Qué es la ética aplicada y cómo explica la crisis de nuestra época?


La ética aplicada es aquella que consiste en guiar la conducta para decidir cuál es la mejor
decisión entre las posibles de realizar en una situación concreta. Es decir, indica al agente moral
inquieto por su actuación cuál es su deber y por qué ése: para ello, se estudian los valores y las
mejores formas de solucionar los problemas morales de la convivencia humana. Es preciso
señalar que la ética aplicada no es una prédica moral o un moralismo, no dice a las personas lo
que deben hacer o pensar acerca de lo que es bueno o malo, sino que trata de ajustar los actos
a ciertos principios éticos que son producto de la reflexión y de la fundamentación teórica.
La ética aplicada es un modo de aplicar conceptos éticos a cuestiones concretas de la actividad
humana.
En la actualidad vivimos lo que se ha llamado "la crisis del siglo XX" que se empieza a manifestar
a partir de la Primera Guerra Mundial, de 1914 a 1918. Este gran colapso histórico será
declarante del derrumbamiento de un orden moral que suponía garantizar la seguridad y
bienestar humanos. A pesar de que mantienen su importancia ciertos valores como el bien, la
verdad, la belleza y la justicia, van surgiendo otras formas de valoración o estimación que
contrastan con los tiempos pasados. Hay que advertir que muchos de estos cambios que
experimenta la sociedad son lentos o graduales, dentro de su mismo seno conviven lo viejo con
lo nuevo, originando una asociación de valores y hasta un enfrentamiento de éstos en el
fenómeno denominado la brecha generacional. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la
década de los años cuarenta y cincuenta, la crisis es más notoria. La época de la postguerra
plantea una revisión y un trastocamiento de valores y formas de vida; filosofías como el
existencialismo reflejan el desencanto del hombre, la preocupación por la finitud y contingencia
de la existencia humana. La protesta es el signo de la época; se reclama mayor libertad, se
pretende romper con tabúes y mitos resguardados por una moral puritana. Grupos marginados
homosexuales y mujeres oprimidas, entre otros se manifiestan y exigen sus derechos. En fin,
asistimos a una época convulsionada, transida de revoluciones y de profundos anhelos de
cambio, sin precedentes en la historia.
Todo comportamiento ético está en las relaciones, no en las decisiones, ya que a diferencia de
las decisiones, las relaciones no tienen ni un inicio ni un fin claro, se definen y se transforman a
sí mismas. En este sentido, si uno tiene responsabilidad ética, la responsabilidad se expande
radicalmente para incluir casi cualquier aspecto de la vida.

2. Cuál es la relación de la ética con:


2.1. La protesta juvenil
El propósito de una manifestación es mostrar que una parte significativa de la población está a
favor o en contra de una determinada política, persona, ley, etc. El éxito de una manifestación
suele ser considerado mayor cuanta más gente participa. En algunas manifestaciones se
producen disturbios y violencia contra objetos, establecimientos, peatones o la policía, o
incluso contra los mismos manifestantes.
La utopía, es una postura legítima en la historia, nos revela la inconformidad ante lo negativo de
la sociedad y los deseos de mejorar el entorno. Utopía, palabra que significa “en ningún lugar”,
introducida por Tomás Moro en el siglo XVI, condensa las aspiraciones de muchos seres
humanos por transformar su realidad. Empero, la utopía forjada por los hippies, como dice
Aramoni, es inhumana, no surge del pensamiento, sino de los peores sentidos y procesos más o
menos constituidos de índole muy represiva.
No obstante, ello no significa que protestas como las que lanzaron los hippies no tengan su
explicación y justificación en la crisis de nuestra época. En su momento, el movimiento hippie
logra ser auténtico y original. Más adelante es absorbido por la misma sociedad industrializada
y oportunista creando una "cultura hippie" acartonada y con fines puramente lucrativos. La
industria los absorbió, el dinero se apoderó de la iniciativa; los hippies que protestaban contra
una sociedad putrefacta y caduca, se convirtieron en instrumentos de esta y de sus apetitos
groseros.
La rebelión juvenil surge de las necesidades de una renovación vital más allá de las palabras de
las Ideologías. Son las condiciones de vida enajenada, de vida prehumana en un sentido
existencial, las que producen la inseguridad, la angustia finalmente la protesta juvenil.
2.2. Con el mundo de las drogas
El consumo de drogas, es un tema de gran importancia para la Ética aplicada y para la propia
reflexión de los jóvenes. El penetrar al mundo inusitado de las drogas le produce al joven un
placer inmediato y fugaz, y aparentemente le permite expresar su desafío a la autoridad y a los
convencionalismos sociales, lo cierto es que contribuye a la formación de una identidad débil.
La marihuana es un sensibilizador y sus reacciones no siempre son agradables; en algunas
personas puede no producir sintomatología alguna aunque se abuse de su uso, pero en otras,
tres "toques" del carrujo de marihuana pueden producir estas reacciones agudas de
pánico y aun estados alucinantes; es más, varias ocasiones de uso de la droga pueden no
producir síntomas, pero una vez más de uso puede producir reacciones desagradables, sin que
esto sea previsible en forma alguna.
2.3. Con la protesta política
El sometimiento total es siempre imposible, porque el hombre no puede dejar de ser él mismo,
y la inconformidad, la crítica, la búsqueda y la exigencia de cambios, la rebeldía y la revolución
serán siempre inevitables, como el sufrimiento o la renuncia a la vida, del que se somete.
La actividad política de los jóvenes, como se manifiesta en muchos movimientos estudiantiles,
trata de vincular la Ética con la Política. Ya no se trata de un crudo realismo político que
solamente se centra en la búsqueda del poder y la dominación, sino en un verdadero y
desinteresado anhelo de cambio en aras de ideales democráticos o de otros valores que
chocan o se contrastan con los engranajes de un sistema renuente a todo cambio.

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