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CAPÍTULO 1 2
INTRODUCCIÓN
Las frutas comúnmente conocidas como bayas son populares por muchas razones,
incluido el sabor, la nutrición y la conveniencia. Las bayas incluyen fresas, zarzas
(frambuesas, moras e híbridos asociados), arándanos, arándanos, grosellas, uvas,
grosellas y bayas de saúco. Sin embargo, aunque técnicamente todos se consideran
bayas, solo los arándanos y las uvas son verdaderas bayas, ya que los frutos tienen
múltiples semillas y se derivan de un solo ovario (Bowl-ing, 2000). Este grupo
diverso de frutas ha sido una fuente de sustento a lo largo de la historia,
comenzando con los primeros cazadores y recolectores (Bowling, 2000) y sigue
siendo un cultivo importante en la actualidad. Recientemente se ha sugerido la
importancia nutricional de las bayas, incluidos sus altos niveles de antioxidantes y
compuestos anticancerígenos (Lu, 2007).
El problema de la contaminación de los productos agrícolas: causas y soluciones
#
2009, Elsevier, Inc. Reservados todos los derechos de reproducción en cualquier forma.
271
272 CAPÍTULO 1 2:Contaminación de las bayas: brotes y problemas de contaminación
el alimento que contiene bayas y luego condujo a retiros del mercado adecuados e
investigaciones ambientales. Este no es siempre el caso. En la primavera de 1996,
con los primeros informes de enfermedades atribuidas a Cyclospora, el
Departamento de Salud de Texas emitió erróneamente un informe que identificaba
el origen del problema como fresas de California (Herwaldt y Beach, 1999). Esto
fue desastroso para la industria de la fresa de California que estaba en su pico de
producción en ese momento. Sin embargo, cuando el CDC emitió una declaración
de que la fuente eran las frambuesas guatemaltecas (Herwaldt y Beach, 1999), la
temporada de exportación de primavera guatemalteca acababa de concluir y los
productores sufrieron pocos efectos. Aunque esto provocó una gran pérdida
económica en California, los productores de fresas de California pudieron
desarrollar un sistema mejorado de seguridad alimentaria después de este
problema.Calvino, 2004). La industria de productos agrícolas de California pudo
sobrevivir a estos problemas; sin embargo, después de más de dos años de brotes
repetidos que involucraron a las frambuesas guatemaltecas en brotes en América
del Norte, la industria allí nunca se recuperó.
No está claro en este momento por qué parece haber habido un aumento
repentino de brotes en Europa asociados con frambuesas frescas o congeladas. Esto
puede ser un aumento real debido a agua de riego contaminada, trabajadores
agrícolas o manipuladores de alimentos. Alternativamente, esto puede ser un
aumento artificial debido a un aumento en la notificación o detección en relación
con la red Food-borne Viruses in Europe (FBVE).
TRANSMISIÓN DE OCISTES DE
CYCLOSPORA Y EL PAPEL DE LOS
ALIMENTOS
El primer brote informado en los Estados Unidos de ciclosporiasis involucró agua
contaminada en Chicago, Ilinois, en 1990 (Timbó et al., 2007). La ciclosporiasis se
ha asociado con frutas, verduras y hierbas frescas,
Transmisión de ooquistes de Cyclospora y el papel de los alimentos 281
ensalada, pero no seleccionó las bayas como la fuente original (CDC, 2008). Se
atribuyeron dos brotes adicionales a las bayas, pero no se determinó la etiología
(Sivapalasingam, 2004). El número limitado de brotes rastreados no significa que
no se hayan producido enfermedades bacterianas adicionales por el consumo de
productos de bayas contaminados. No siempre se puede determinar el vehículo
alimentario en los brotes, y se supone que las enfermedades transmitidas por los
alimentos generalmente no se notifican.
Por lo general, se recomienda a los consumidores lavar los productos con agua
corriente como medio para eliminar la suciedad visible de los productos y reducir
las poblaciones microbianas. Sin embargo, el lavado no es una forma de hacer que
los productos frescos estén completamente libres de riesgo de posible
contaminación por patógenos. Un estudio con fresas, frambuesas y arándanos,
contaminados artificialmente con varios virus, demostró que lavar estas bayas con
agua fría o tibia producía reducciones en la población viral de menos de 1,5
log10unidades (Butot et al., 2008). Asimismo, el lavado de fresas inoculadas con
agua a 22 o 43 C, con o sin lavado, produjo reducciones de menos de 1 log en las
poblaciones de E. coli O157:H7, S. Montevideo, poliovirus 1 y tres bacteriófagos
diferentes (Lukasik et al., 2003). En otro estudio con protozoos, las frambuesas
contaminadas con Eimeria acervulina como sustituto de C. cayetanensis se lavaron
con agua fría del grifo y se alimentaron a los pollos. El lavado no fue un método
seguro para eliminar los protozoos, ya que algunos pollos presentaban síntomas de
infección (Lee y Lee, 2001).
y
4.5
(5regi
Tabla 12.1Eficacia de las estrategias de intervención para reducir o eliminar la contaminación microbiana de las bayas cepas),
stro
Salmon
red
Microbio objetivo Tratamiento Condiciones Eficacia Referencia ella
ucci
enteric
one
a s en
Agua corriente fría del
Sal
Frambuesa Eimeria acervulina Lavar grifo, Incompleto Lee y Lee, 2001
(5mo
(ciclospora 5 minutos eliminación, serotip
nell
lesiones os),
ay
cayetanensis duodenales E.c
sustituto) detectado en oli
10O15
huésped natural
Sin lesiones C/g7:H
Frambuesa Eimeria acervulina Congelación 18C duodenales Lee y Lee, 2001 inicial
7,
res
(ciclospora detectado en pect
cayetanensis huésped natural iva
sustituto) me
inóculo
nte
Frambuesa Eimeria acervulina Calor Baño María, mínimo Sin duodeno Lee y Lee, 2001 L
lesiones u
(ciclospora temperatura interna de detectadas z
en huésped ul
cayetanensis baya de 80 C natural tr L
mantenido durante 1 aa
sustituto) hora
vig
Frambuesa Eimeria acervulina HP 550 MPa, 2 min, 40 C Sin síntomas de Kniel et al., 2007 Folu
(ciclospora infectividad en r etn
cayetanensis huésped natural aa a
4
sustituto), 10 y mp s
6 bul-
10 inóculo inicial
us S
niveles ea ol
2 2 6
Frambuesa Eimeria acervulina luz ultravioleta 80, 160 o 261 mW/cm 80 mW/cm2 por 10 Kniel et al., 2007 shong
da
(ciclospora inóculo: aos
ar
severidad et
cayetanensis reducida al.,
4 200
sustituto), 10 y de intestino
6
lesiones en 21
6
10 inóculo inicial FE.coli
O RB
natural
zm
rO157
eia
niveles huésped (pollo); g/l
a:H7,
o,dlk
2
160 mW/cm2 por mn64ua
4
10 inóculo: bomicc
y
asintomático pero u–nuio
eaton
arrojar ooquistes scs,e
Luz ultravioleta Aproximadamente 4
2 au°Cs
Frambuesa E.coli O157:H7 pulsada 72 J/cm 3.5 Bialka et al., 2008
oso de registro
aglomerados
fluorescente,
Enterobacter
omonas
dano
300 MPa, 21 C, 1,5
fresas, Saccharomyces Presión alta minutos S. cerevisiae Chauvin et al.,
arándanos, cerevisiae, Listeria para S. cerevisiae reducido a 2005
Uvas inocua (4 cepas 450 MPa, 21 C, 1,5 o 6 UFC/ml en
3 minutos de tiempo de
cóctel) como espera para uvas y
sustituto patógeno L. inocente fresas;
mayor resistencia
en arándanos.
L. inocente
reducido a
7 UFC/ml en
fresas y
arándanos con
tratamiento de 1,5
minutos;
uvas requeridas
3 minutos para
reducción a
< 1 UFC/ml
fresas, norovirus, hepatitis cloro, cloro Cloro (200 ppm), HAV más resistente Butot et al., 2008
temperatura ambiente,
frambuesas, Un virus, rotavirus, dióxido, frío o 1 al cloro, menos
arándanos calicivirus felino agua tibia o 10 minutos reducción en
Cl O2(5, 10, 25 ppm) frambuesas
< 1 reducción
Lavar con agua fría, tibia logarítmica
contaminación
Estrategias de reducción de la
lavado con agua NV y HAV
< 1,5 log10 unidad
reducción con
solo agua
Jugo de Almacenamiento
arándano E.coli O157:H7, congelado de 14 a 46 Brix (pH 2.2 a reducción de 5 log Enache y Chen,
2.5), 0 C dentro de las 24
Concentrarse Salmonela, inoculado almacenamiento para 6 horas en 2007
L. monocytogenes concentrados a las 96 horas 0 C para 18 a
(Cócteles de 5 cepas 46 grados Brix; 14
de Brix
cada uno, 6 a 7-log requerido 96 h en
nivel de inóculo
inicial) 0 C para 5 log
reducción de
E.coli O157:H7
291
292 CAPÍTULO 1 2:Contaminación de las bayas: brotes y problemas de contaminación
Se ha informado que los niveles superiores de cloro libre disponible que son al
menos parcialmente efectivos para la desinfección (200 ppm) también pueden
causar blanqueamiento y malos sabores en los productos (Hurst y Schuler 1992);
sin embargo, estos efectos pueden ser específicos del producto y deben evaluarse
para cada tipo de producto (Wei et al., 2007). En los niveles que normalmente se
usan en el procesamiento de alimentos, el cloro no suele ser tan eficaz contra los
parásitos protozoarios (Rey y Monis, 2007), que se han visto implicados en brotes
asociados al consumo de bayas contaminadas. La eficacia del cloro se ve afectada
por la presencia de materia orgánica y el pH. Además, algunos subproductos
resultantes de las reacciones del cloro con materia orgánica se consideran
potencialmente mutagénicos o cancerígenos (zapadores, 2001; Wu y Kim, 2007), y
se han buscado alternativas.
El dióxido de cloro se ha evaluado como una alternativa al cloro, ya que parece
verse menos afectado por los cambios de pH y la presencia de materia orgánica
(Seymour y Appleton, 2001). El dióxido de cloro se puede aplicar tanto en forma
acuosa como gaseosa. Los sistemas acuosos son más fáciles de administrar,
mientras que los sistemas gaseosos ofrecen una buena penetración sin humedad
residual en la superficie para apoyar el crecimiento posterior de organismos de
deterioro (Wu y Kim, 2007). La eficacia reportada del dióxido de cloro para la
descontaminación de las bayas varía ampliamente desde una reducción de
aproximadamente 1 unidad logarítmica (Butot et al., 2008) a reducciones de
unidades logarítmicas de 5 (Yuk et al., 2006) dependiendo del método de entrega y
tipo de producto. En general, se ha informado que la entrega en sistemas gaseosos
tiene una mayor eficacia.
Estrategias de reducción de la contaminación 293
Varios otros desinfectantes han sido probados contra patógenos en bayas (Tabla
12.1), pero con menos estudios que los que se han realizado para el cloro, el
dióxido de cloro o el ozono. Los resultados son variables, con 1 a 4,4
log10Reducciones de UFC/g reportadas (Gulati et al., 2001; Lukasik et al., 2003;
rodgers et al., 2004; Udompijitkul et al., 2007; Tabla 12.1). Los atributos de
calidad fueron no es el enfoque de estos estudios, pero se observó que el peróxido
de hidrógeno causó una ligera decoloración de las fresas (Lukasik et al., 2003).
La eficacia de cualquier lavado desinfectante o tratamiento externo se vería
afectada por la inaccesibilidad microbiana. Los patógenos que se adhieren
irreversiblemente a las superficies o se protegen en agregados o biopelículas
pueden ser más resistentes a la inactivación. Además, los patógenos pueden ser
menos accesibles si residen en las grietas de la superficie, que abundan en las
frambuesas y las fresas, o si se internalizan a través de daños en la superficie
(Bassett y McClure, 2008; Zapadores, 2001). Una evaluación del riesgo
microbiano de varios tipos de productos sugirió que la topografía irregular de
ciertas bayas y la consiguiente dificultad para lavarlas las convierte en productos de
alto riesgo a pesar de sus bajos valores de pH, que se cree que están por debajo de
los límites de crecimiento de las bacterias patógenas (Bassett y McClure, 2008). Se
ha demostrado la mayor supervivencia de los microbios a la desinfección, así como
a la congelación, cuando se encuentran en cicatrices o heridas punzantes (Flessa et
al., 2005; knudsen et al., 2001; Yuk et al., 2006). Internalización de patógenos por
otros medios ha sido reportado para otros tipos de productos en algunas
condiciones de crecimiento simuladas en laboratorio (Guo et al., 2002; Salomón et
al., 2002) o condiciones de procesamiento, como por ejemplo debido a diferencias
de temperatura entre las frutas y el agua de lavado (Bassett y McClure, 2008;
Zapadores, 2001). Queda por determinar si estas últimas causas de internalización
ocurren o no con
294 CAPÍTULO 1 2:Contaminación de las bayas: brotes y problemas de contaminación
moras frecas. A pesar de las limitaciones conocidas y teóricas de los lavados para
la inactivación de patógenos en las superficies de las bayas, los lavados
desinfectantes pueden ser efectivos en el entorno de procesamiento y, por lo tanto,
cumplen un papel importante en la minimización de la contaminación cruzada
(Zapadores, 2001).
Se han estudiado los efectos de la refrigeración, la congelación y el
almacenamiento congelado sobre la supervivencia de los microbios patógenos en
las bayas o en el jugo de las bayas. Se evaluó la supervivencia de Salmonella spp.,
E. coli O157:H7 y L. monocytogenes en superficies de fresas sin lavar, intactas o
cortadas, en almacenamiento a temperatura ambiente, refrigerado y congelado. Se
permitió que las bacterias se secaran en las superficies de las fresas y este paso de
secado resultó en una ligera reducción de la población. Las poblaciones de L.
monocytogenes disminuyeron de 1 a 3 logs durante el almacenamiento a 24 C
6 8
durante 48 h (dependiendo de los inóculos iniciales de 10 a 10 por muestra;Flessa
et al., 2005), pero no se observaron cambios en E. coli o Sal-monella (Knudsen et
al., 2001). Durante el almacenamiento refrigerado durante siete días, todas las
poblaciones del cóctel de patógenos disminuyeron (1 a 3 logs) en las fresas
intactas, pero no se observó reducción de la población en las superficies cortadas.
El almacenamiento congelado durante un mes resultó en reducciones de población
de aproximadamente 2 logs o menos, y esta reducción fue incompleta, incluso
incluyendo las reducciones observadas durante el secado. Estos estudios indican
que estos patógenos bacterianos son capaces de sobrevivir durante la vida útil
normal de las fresas a 24 y 4 C y al menos un mes en almacenamiento congelado.
La supervivencia en superficies cortadas fue mayor que en superficies de fresas
intactas. En otro estudio, se evaluó la supervivencia de la fase estacionaria y
Salmonella, E. coli y L. monocytogenes adaptadas al ácido en jugo de arándano
rojo concentrado a 0 C (Enache y Chen, 2007). La reducción de la población de los
tres cócteles de patógenos bacterianos dependió de la fase de crecimiento, Brix y
tipo de patógeno. Las células de fase estacionaria fueron más resistentes que las
células adaptadas al ácido para los tres patógenos. Un Brix de 18 a 46 (pH de 2,2 a
2,5) resultó en reducciones de población de 5 log en 24 horas, pero a 14 Brix (pH
2,5), una reducción de 5 log llevó más tiempo (96 horas) para E. coli O157:H7
(Enache y Chen, 2007).
Debido a que la luz ultravioleta (UV-C) en dosis suficientes puede causar daños
irreparables al material genético, tiene una amplia eficacia contra los
microorganismos. La luz ultravioleta también ofrece la ventaja de ser de un costo
relativamente bajo y sin subproductos irritantes o tóxicos (Fino y Kniel, 2008). Sin
embargo, su aplicación potencial para la seguridad alimentaria depende en parte de
si la luz ultravioleta llega adecuadamente a los microorganismos que podrían estar
protegidos por las sombras o la turbidez. Por lo tanto, para frutas enteras, el
tratamiento con UV guarda similitud con los lavados externos en que su aplicación
estaría limitada a los microorganismos superficiales accesibles. Se ha estudiado el
tratamiento con luz ultravioleta para la inactivación de bacterias, virus, protozoos y
hongos en las bayas. El grado de inactivación de las poblaciones de S. enterica y E.
coli O157:H7 depende del tipo de baya
296 CAPÍTULO 1 2:Contaminación de las bayas: brotes y problemas de contaminación
La irradiación está aprobada para su uso en los Estados Unidos para varios
productos alimenticios para el control de insectos y microorganismos y para
retrasar la maduración de productos frescos (FDA, 2008). Se han estudiado los
efectos de la irradiación sobre la calidad de los productos de bayas; sin embargo, se
han realizado menos estudios para caracterizar completamente las necesidades de
irradiación para mejorar la seguridad microbiana de las bayas. Bidawid y colegas
(Bidawid et al., 2000) determinaron que la irradiación gamma a una dosis de 10
kilograys (kGy) redujo los títulos del virus de la hepatitis A inoculados en fresas en
aproximadamente 3 log10(UFP/ml). Se permite una dosis de irradiación de 1 kGy
para alimentos frescos para inhibir el crecimiento y la maduración (FDA, 2008); a
esta dosis, prácticamente no hubo reducción en los títulos de HAV en fresas
(Bidawid et al., 2000). Se ha informado que la irradiación prolonga la vida útil de
las bayas, pero los efectos sobre la calidad dependen del tipo de baya y la dosis. La
irradiación con haz de electrones de las fresas en dosis de 1 y 2 kGy proporcionó
una extensión de la vida útil de dos y cuatro días, respectivamente, aunque se
informó una disminución de la firmeza y un aumento de los sabores desagradables
durante el almacenamiento de las fresas (Yu et al., 1995). ). Los estudios sobre las
cualidades de varios tipos de arándanos que recibieron dosis superiores a 1 kGy
informaron disminuciones en el contenido de ácido ascórbico (Moreno et al., 2008)
y disminuye la firmeza de la baya (Moreno et al., 2007; Molinero et al., 1994), pero
las bayas no se consideraron necesariamente inaceptables. Se informa que dosis
más altas de hasta 3,2 kGy afectan el sabor y el color de
En resumen 297
arándanos (Morena et al., 2007). La irradiación gamma (2 kGy) de las uvas redujo
el deterioro por hongos sin efectos aparentes en la firmeza de la baya o los sólidos
solubles, pero con una reducción en los ácidos titulables y el ácido ascórbico
(Thomas et al., 1995). Se detectaron niveles bajos (ng/g) de furano en uvas
irradiadas con rayos gamma (5 kGy) (Abanico y Sokorai, 2008).
Se ha sugerido el uso de bacteriófagos como medio para controlar la
contaminación bacteriana de los alimentos como una posible estrategia de
intervención a nivel de granja para proteger los cultivos de enfermedades de las
plantas y minimizar la contaminación de los productos animales. La EPA o la FDA
han otorgado aprobaciones para varios productos de bacteriófagos para cultivar o
procesar tomates y productos avícolas desde 2006 (Hagens y Offerhaus, 2008).
Hasta donde sabemos, no se han publicado estudios hasta la fecha sobre la
aplicación de la tecnología de bacteriófagos para la producción de bayas.
EN RESUMEN
La prevención de la contaminación de los productos es una práctica preferida, en
comparación con la descontaminación, especialmente con productos como las
bayas, para los cuales las estrategias de intervención posteriores a la cosecha son
limitadas, brindan una protección incompleta o comprometen los atributos de
calidad. Dado el aumento de los brotes de enfermedades transmitidas por los
alimentos asociados con los productos, se han tomado medidas adicionales para
determinar e implementar buenas prácticas destinadas a reducir la incidencia de
contaminación en la finca y en el manejo. En 1998, se publicó la Guía para
minimizar los peligros microbianos para la inocuidad de los alimentos en frutas y
verduras frescas. Esta guía fue desarrollada por la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA) y el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) en
conjunto con la industria de productos agrícolas. Posteriormente, se implementó el
Plan de Acción de Inocuidad de los Productos Agrícolas de 2004. Estos
documentos sirven como guías en lugar de requisitos reglamentarios y tienen una
amplia aplicación para todo tipo de productos. Se han escrito documentos de
orientación específicos para ampliar y personalizar la información para ciertos
tipos de productos, incluidos los vegetales de hojas verdes, los tomates y los
productos frescos cortados. Estas pautas específicas no se han preparado para las
bayas en este momento. Dada la diversidad de métodos de cultivo para las bayas,
desde el nivel del suelo hasta el arbusto y la vid, sería particularmente difícil
diseñar directrices específicas que se adapten a todos los productos de bayas.
298 CAPÍTULO 1 2:Contaminación de las bayas: brotes y problemas de contaminación
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