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RESUMEN 3ERA LECTURA

Crecimiento maxilar y mandibular


Es un proceso continuo, complejo y diferencial, algunas zonas crecen más
que otras, en múltiples direcciones, todas ellas interrelacionadas y
gobernado por la matriz del tejido blando que lo rodea, y todo se direcciona
a un estado armónico, de equilibrio funcional y estructural.
El crecimiento maxilar comprende el macizo facial superior (maxilar
superior) y macizo facial anterior (maxilar inferior).
Crecimiento maxilar prenatal

El estomodeo o boca primitiva en un inicio está limitado por:

- SUPERIOR: PLACA NEURAL


- INFERIOR: PLACA CARDIACA
- POSTERIOR: MEMBRANA BUCOFARINGEA (INTESTINO ANTERIOR)
- LATERAL: 1° PAR DE ARCOS FARINGEOS O BRANQUIALES

PRIMER ARCO

SEGUNDO ARCO

TERCERO ARCO

CUARTO ARCO
Los procesos maxilares crecen medialmente y aproximan a los procesos
nasales medios y laterales.
La formación del paladar primario se produce a partir del proceso
frontonasal.

El maxilar superior se desarrolla a partir de un centro de osificación que se


encuentra dentro del proceso maxilar. No existe cartílago primario del arco
para la formación del maxilar superior en el proceso maxilar, pero este
proceso se halla relacionado al cartílago nasal.

CRECIMIENTO MAXILAR POSTNATAL

Al momento del nacimiento, el maxilar superior del bebé es:

• Pequeño, existe un micrognatismo maxilar


• Se observa la zona de la premaxila protruida en relación a la
mandíbula
Se ubica alineada con el extremo óseo de la nariz, dando un aspecto
prominente al maxilar y al labio superior.

El maxilar crece en ancho, profundidad y altura, siendo esta última la más


contributaria.
Crecimiento mandibular

El maxilar inferior o mandíbula es un hueso único, móvil, constituye por si


solo todo el macizo óseo inferior de la cara. Se articula hacia arriba con los
dos huesos temporales.

CRECIMIENTO MANDIBULAR PRENATAL

El maxilar inferior se forma dentro del proceso mandibular.

El nervio maxilar inferior del trigémino tiene una estrecha relación con el
cartílago de meckel. Comienza en los dos tercios del largo del cartílago y se
divide en el nervio alveolar inferior y lingual, las cuales corren en la cara
externa e interna del cartílago. El nervio alveolar inferior se bifurca en las
ramas incisiva y mentoniana.

Estos dos centros de osificación se mantienen separados entre sí, a nivel de


la sínfisis mandibular, fusionándose hasta poco después del nacimiento.

Continúa la formación ósea y se desarrollan las tablas óseas alveolares


externas e internas, en relación con los gérmenes dentarios en formación,
llegando a ocupar compartimientos individuales, los cuales se cierran a ser
rodeados por el crecimiento del hueso alrededor del germen dentario. De
esta manera se produce la formación del CUERPO MANDIBULAR.
La RAMA MANDIBULAR se forma por el rápido avance hacia atrás de la
osificación dentro del mesénquima del primer arco, en dirección divergente
al cartílago de meckel; este punto de divergencia está marcado por la
língula, en el adulto.

PRIMER ARCO

SEGUNDO ARCO

TERCERO ARCO

CUARTO ARCO

El crecimiento de la mandíbula hasta el nacimiento se ve fuertemente


influido por la aparición de tres cartílagos secundarios, que son el condilar,
coronoides y sinfisal, y las inserciones musculares.
CRECIMIENTO MANDIBULAR POSTNATAL

Al momento del nacimiento, la mandíbula del bebé :

• Es bastante corta y subdesarrollada, en relación al maxilar y cara en


general.
• Es pequeña no solo en tamaño real, sino en sentido proporcional.
• Se ubica en una posición retrusiva.
• El mentón se encuentra formado de manera incompleta en el recién
nacido.
La mandíbula parece terminar en punta, ya que es amplia y corta, con
mayor morfología tipo V.

El proceso alveolar está ausente con la falta de dientes. Su formación esta


controlada por la erupción dentaria y se reabsorbe cuando los dientes son
exfoliados o extraídos.

Los procesos alveolares sirven de zonas neutralizantes que mantienen las


relaciones oclusales durante el crecimiento facial. El crecimiento del
proceso alveolar es muy activo durante la erupción, ayuda a la
intercuspidación inicial y continúa manteniendo las relaciones oclusales
durante el crecimiento vertical del maxilar y la mandíbula.

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