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Un análisis de diez de las herejías más peligrosas en la historia de la Iglesia.

Creflo Dollar, renombrado exponente de la Teología de la prosperidad.

Desde sus inicios, la Iglesia cristiana ha tenido que pelear contra múltiples
aberraciones teológicas y falsos maestros.

En este artículo queremos echar un vistazo a diez de las herejías más peligrosas que han
ido surgiendo a lo largo de la historia, algunas de las cuales siguen con nosotros hasta el
día de hoy.

01.- Los docetas

Los docetas, siendo influenciados por la filosofía gnóstica, negaron que Cristo tuviese un
cuerpo literal. Partían de la premisa de que todo lo corporal es necesariamente malo. Por
lo tanto, Cristo no pudo haber asumido un cuerpo humano común y corriente. En este
sentido, Cristo solamente parecía ser humano. No obstante, si Cristo no asumió una
verdadera naturaleza humana, no podría ser nuestro sustituto.

02.- Los ebionitas

Los ebionitas enseñaron una forma de adopcionismo declarando que Jesús no era nada
más que un simple hombre escogido por Dios gracias a su fidelidad a la Ley. Como regla
general, los ebionitas destacaron que fue en el bautismo de Jesús cuando se convirtió en
el Mesías y fue elevado a la filiación divina (siendo adoptado por Dios).

Sin embargo, negaron su plena deidad y su nacimiento virginal. Además prescindieron


de la obra salvadora de Cristo recalcando que la verdadera salvación se encuentra en la
Ley de Moisés así exigiendo a que todos los gentiles se circuncidasen. ¡Salvación por
obras!
03.- Los arrianos

A diferencia de los ebionitas, los arrianos sí creían en la preexistencia de Jesús. Pero aun
así, seguían creyendo que el Hijo de Dios era una simple criatura. Según el
arrianismo, Dios decidió crear al Hijo en la eternidad pasada. Es decir, hubo un momento
cuando el Hijo literalmente no existía. Pero si Jesús no es cien por cien divino entonces
no nos puede salvar y los cristianos hacemos mal en llamarlo ‘Salvador’. El arrianismo
se trató de una negación del Evangelio apostólico.

04.- Los apolinaristas

Los apolinaristas eran más cercanos a la ortodoxia que los primeros tres grupos que hemos
nombrado; pero aun así, se equivocaron grandemente al aseverar que Jesucristo no tenía
un espíritu humano. En lugar de un espíritu humano estaba el Logos divino dirigiendo la
mente y el alma de Cristo.

De nuevo, tal enseñanza provocó gran confusión en el seno de la Iglesia porque dio a
entender que Jesús no había asumido una naturaleza humana completa. ¿Cómo podría el
Hijo de Dios ser nuestro sustituto si no hubiese tomado sobre sí la naturaleza humana?
En términos de Gregorio de Nacianceno, “Lo que no ha sido asumido, no ha sido
redimido”.

05.- Los modalistas

Los modalistas predicaron que Dios se manifiesta de tres formas diferentes, esto es, como
Padre, Hijo y Espíritu. Dios juega tres papeles distintos en la historia. Según esta escuela,
Dios no es trino sino uno solo. Simplemente se da a conocer de maneras diferentes. El
Padre es el Hijo y el Hijo es el Espíritu (y viceversa). No hay ninguna distinción
personal dentro de la deidad.

De la misma forma que yo soy profesor, predicador y esposo así es Dios. Ahora bien, tal
postura suscitó varios problemas, ¿si Jesús es el Padre, a quién oraba mientras estaba en
la tierra? ¿Acaso el Padre se envió a sí mismo a la tierra? ¿Qué hacemos con el bautismo
con Jesús cuando vemos claramente al Hijo siendo bautizado, el Espíritu desciendo sobre
Él y la voz del Padre hablando desde el cielo?

06.- Los nestorianos

Los nestorianos dividieron tan estrictamente entre las naturalezas divina y humana de
Jesús que llegaron a la conclusión de que había dos personas diferentes en el Señor Jesús.
En oposición al concepto nestoriano, la ortodoxia cristológica asentó la verdad de que
Jesús es una sola persona con dos naturalezas diferentes en perfecta armonía.

En palabras de Wayne Grudem, “En ninguna parte de la Biblia tenemos indicación alguna
de que la naturaleza humana de Cristo, por ejemplo, sea una persona independiente, que
pudiera hacer algo contrario a la naturaleza divina de Cristo. En ninguna parte tenemos
la menor indicación de que la naturaleza humana y la divina se comunicaban entre
sí o luchaban dentro de Cristo, ni cosa parecida. Más bien, lo que tenemos es un cuadro
constante de una sola persona que actúa en totalidad y unidad”.1
07.- Los monofisitas

Los monofisitas fueron al otro extremo. Donde los nestorianos decían que en Jesús había
dos personas diferentes e independientes, los monofisitas (o los eutiquianos) llegaron a
afirmar que Jesús tenía una sola naturaleza, una especie de mezcla entre sus dos
naturalezas.

Citemos a Grudem de nuevo, “La naturaleza divina de Cristo se apoderó y absorbió la


naturaleza humana de Cristo, y así ambas naturalezas cambiaron para llegar a ser una
especie de tercera naturaleza”.2 El problema con tal convicción es que negó tanto la plena
divinidad de Cristo por un lado como su plena humanidad por el otro.

08.- Los pelagianos

Los pelagianos son conocidos por negar la doctrina del pecado original, a saber, que todos
los descendientes de Adán nacen en pecado. Creían que el ser humano podía cumplir la
voluntad de Dios según sus propias fuerzas sin la necesidad de la gracia salvadora de
Dios.

Asimismo proclamaron que era posible que los cristianos alcanzasen un nivel perfecto de
santidad en este lado de la eternidad ya que Cristo había dicho: “Sed vosotros perfectos
como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48). Total, repudiaron por completo
el valor del sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz. Charles Finney avivó la doctrina
pelagiana en el siglo XIX.

09.- Los pneumatómacos

Los pneumatómacos, como su nombre sugiere, pelearon contra la doctrina bíblica tocante
a la divinidad del Espíritu de Dios. En vez de ver al Espíritu como plenamente divino,
creyeron que era una criatura angelical creada por el Hijo de Dios. Al negar la
divinidad del Espíritu, estaban rechazando la idea de que el Espíritu Santo pudiese salvar
a los impíos a través del milagro de la regeneración.

10.- Los socinianos

El socinianismo es una versión racionalista de la fe bíblica, la cual niega prácticamente


todas las doctrinas distintivamente cristianas. Rechazó la Trinidad, la divinidad de Cristo
y el castigo eterno de los impíos, opinando que los injustos serán aniquilados después de
su muerte. En cuanto a la obra de Cristo, “Jesús no murió por la satisfacción del pecado.

Su papel fue el de inspirar a los discípulos a seguir su ejemplo, pero solamente los que
perseveraban en obediencia eran levantados de entre los muertos”.3 En otras palabras,
salvación por buenas obras. La teología liberal contemporánea sería un buen ejemplo del
socinianismo ya que ambas corrientes creen en la supremacía de la razón humana sobre
la revelación divina.

Conclusión

La existencia de tantas herejías en círculos evangélicos nos tiene que impulsar a indagar
en las Escrituras y a desarrollar una clara teología sistemática con el fin de refutar a los
falsos profetas del siglo XXI. En nuestra generación van surgiendo diversas herejías –
algunas nuevas, otras antiguas- y sólo aquéllos que están bien versados en los estatutos
de la Palabra del Señor podrán resistir a los lobos de hoy en el nombre del Señor.

1 GRUDEM, Wayne, Doctrina bíblica (Vida: Miami, 2006), p. 242.

2 Ibíd., p. 242.

3Diccionario, p. 870.

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