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U.C.

C
Unificando el Cuerpo de Cristo

Modulo II

GENERACIÓN PROFETICA
1° año

Introducción: La iglesia de la doble porción


Tema 1: El ministerio profético
Tema 2: La profecía (Elemento esencial)
Tema 3: El profeta

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LA IGLESIA DE LA DOBLE PORCIÓN
Cuando habían pasado, Elías dijo a Elíseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea
quitado de ti. Y dijo Elíseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mi".
2 Reyes 2:9

¿QUÉ ES LA DOBLE PORCIÓN?


Mucho y bueno se ha dicho sobre este tema. Nosotros sólo lo enfocaremos desde un ángulo
profético. Tiene que ver necesariamente con la capacidad de percepción y visualización de la
Palabra de Dios y su doble porción. Esto tiene que ver con nuevos y más altos niveles de percibir
o ver en la dimensión del Espíritu.
La generación del presente en este tiempo será dotada por Dios de una mayor habilidad para ver
lo que no se puede ver. Dios abrirá los ojos espirituales de miles y miles en Su pueblo para mirar
más allá de donde otros miran. La revelación divina será desatada como nunca antes y ellos
tendrán la habilidad dada sobrenaturalmente de percibir con claridad en el mundo espiritual.
En 2 de Reyes 2, tenemos la base escritural para este concepto. Eliseo el candidato a profeta y
discípulo del profeta Elías, sabe que su señor le será quitado en breve. El se propone no separarse
de él hasta obtener la bendición. En el episodio, Elías le anima a hacer su petición. Eliseo
determinado, dice anhelar una doble porción de su espíritu. Esto tiene que ver con la unción de
Dios.
Es evidente que Eliseo recibe luego el manto y unción de Elías, haciendo milagros semejantes a
los de su maestro. Y aun, es más evidente que Las Escrituras registran el doble de milagros
obrados. Hizo más milagros registrados que su discipulado. Es obvio, la doble porción se relaciona
con cantidad también, pero sobre todo con dimensión o habilidad de percepción.
El profeta Elías le pone la condición para tener cantidad y doble porción, ésta consiste en "ver". Él
le dice: si puedes "ver" cuando soy quitado de ti en un carro de fuego, el manto será tuyo. Elías
sabe que esta habilidad de ver sólo la concede Dios, pero ésta es una señal profética, una marca
para los hijos de los profetas. Cuando Dios abre los ojos espirituales de Eliseo su grito de asombro
es notorio, el manto de Elías es ahora suyo. Después, a lo largo de su ministerio, Eliseo nos da
momentos claros en que nos demuestra esta habilidad divina dada a él para ver lo que otros no
pueden ver (2 Re 6).
Elías representa una generación, Eliseo a otra. Elías representa una operación del Espíritu y Eliseo
a otra.
LA UNCIÓN DE ELÍAS
Si recordamos el ministerio de Elías en su mayor esplendor, este fue fundamental en la derrota de
los profetas falsos de Asera y de Baal. Estos ídolos representan el espíritu de falsedad, error y
engaño. Para enfrentar Elías a estos dioses paganos debió primero restaurar el altar de Dios con
doce piedras, una por cada tribu de Israel (1 Reyes 18). Esto trajo como resultado una gran victoria
y la reconversión de Israel a Dios.
Este drama del monte Carmelo, representa la época de restauración sobre la Iglesia en el siglo
XX. Época en que Dios derribó los poderes de Asera y Baal en nuestra sociedad al abrir la Iglesia
a la restauración de la verdad y el retorno a sus diseños y principios apostólicos. Esto es lo que
algunos entendidos llamarían “la Iglesia Elías”- una generación de cristianos que vio en su tiempo
la restauración del ministerio profético y el de la guerra espiritual para doblegar toda la influencia
del ocultismo (Baal) en las naciones.
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En estos últimos tiempos la Iglesia recibió una mayor unción profética y ha enfrentado el poder de
brujas y hechiceros. Satán sufrió en la última década derrotas muy significativas. Baal y su poder
se han venido desmoronando y quedando al descubierto. Esto ha sucedido porque la Iglesia
recibió la unción profética semejante a la que operó en los días de Elías. Por ello, el fuego ha
venido. Nos han llenado de poder, de gozo y fiesta.
Con todo y que esto es extraordinario, no es suficiente. En este Nuevo Milenio, necesitamos la
unción que operó proféticamente en Eliseo.
LA UNCIÓN DE ELISEO
Si tú estudias el pasaje de 2 Reyes 2 en el que Elías es arrebatado a los cielos en un carro de
fuego, recordarás que Eliseo le pidió una doble porción de su espíritu. Esto implicaba un doble en
el potencial espiritual, obviamente una mayor capacidad profética en su llamado.
Elías en 1 de Reyes 17,18 y 19 nos presenta su victoria sobre los poderes del ocultismo, victoria
que la Iglesia hoy, igualmente está teniendo. Pero, él no pudo derrotar a Jezabel, la reina de Israel
y esposa de Acab, el rey. Ella era una mujer pagana que al hacer alianza matrimonial con Acab,
tomó el control del reino y sojuzgó a todos los ancianos de la nación. Ella instauró el culto a Asera
y a Baal y el paganismo en medio del pueblo de Dios. Ella representa el espíritu de control de
autoridad, de paganismo y de muerte espiritual. Su especialidad era matar a los profetas de Dios
y con ello bloquear el mover del Espíritu Santo.
Juan en el Apocalipsis (capítulos dos y tres) nos enseña que ese espíritu atacó también a la Iglesia
del primer siglo afectando grandemente la obra. Jezabel es un espíritu anti- Dios, anti-Cristo y anti-
Espíritu Santo. Debe ser derrotado en la presente dispensación o época. Este espíritu hizo temblar
a Elías, aun con su unción, hizo acobardar al hombre de Dios.
Fue en los días de Eliseo, en que Acab y Jezabel fueron aniquilados. Se requirió una mayor unción
profética: la doble porción del Espíritu. Esta unción está reservada para los últimos días y para
quienes la estén anhelando. Es la unción de Eliseo, la doble porción del espíritu profético. A esto
le podríamos relacionar con la gloria postrera que será mayor que la primera (Hageo) Esta gloria
implica la mayor manifestación de Dios entre su pueblo. Tiene que ver con muchas cosas que
serán demostradas en los últimos días, amor, autoridad, dones, poder y también unción profética.
Es digno de reconocer que Elías profetizó la caída de Jezabel.
Es por esto que los Presbiterios Proféticos serán muy relevantes en los tiempos que se avecinan.
Por la Palabra profética Dios desatará esa Generación Profética de la doble porción.
Es a través de la unción profética de Elías que los Elíseos serán levantados. El manto de los Elías
será echado sobre los Elíseos que se encuentran en la retaguardia. El manto profético sobre ellos,
los llamará, los capacitará y los equipará para recibir la unción de sus padres proféticos y cuando
sea el tiempo del Espíritu, recibirán una unción mayor.
Los Presbiterios traerán la Unción, la palabra y la visión fresca del Señor. Serán una herramienta
importantísima para confirmar establecer y movilizar a los hijos de los profetas.
Los Presbiterios Proféticos llevarán al pueblo de Dios a su nueva dimensión, la doble porción.
Estas herramientas de Dios harán que la Iglesia se levante poderosa y derrote a Jezabel.

ELIAS Y ELISEO

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"Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él
tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto.
Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo:
Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve;
¿qué te he hecho yo?
Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la
dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía”.
1 Reyes 19:19-21
Elías es el profeta modelo por excelencia en la Biblia, él fue leal y comprometido en verdad con
Dios. Elías fue enviado para confrontar, no para consolar; su mensaje fue rechazado por un rey
que también lo rechazó a él.
Elías fue un profeta que tuvo que tomar el aislamiento de otros profetas como camino para poder
cumplir con su llamado. Su ministerio estuvo ataviado dé grandes milagros, pero lo más
extraordinario del mismo fue la relación tan estrecha y única que tenía con Jehová. Elías conocía
realmente a su Dios.
Elías, como un hombre normal tuvo que batallar con sus emociones ante las amenazas y
persecución de Jezabel. Dios lo consoló, lo fortaleció y le animó a actuar de nuevo. Elías fue el
profeta de Israel más famoso y dramático. Tuvo el poder para traer la lluvia o alejarla de Israel. En
él operó el poder de resurrección y milagros. También, lleno de celo por Dios, confrontó al
sacerdocio de Baal y lo derrotó. Experimentó mucha soledad voluntaria, a veces sin necesidad,
ignorando que el Señor tenía siete mil fieles en Israel. El temor fue su mayor enemigo, al que
derrotó por la gracia del Señor en él. Elías fue un personaje prominente en la historia de Israel y
el pueblo judío lo tenía como uno de sus grandes héroes espirituales comparándole sólo con
Moisés. En la transfiguración de Jesús en el monte, es uno de los personajes manifestados en
esta experiencia inusual (Mateo 17:1-5)
Elías no solo fue un profeta relevante en la historia de la nación judía sino que también representó
a los profetas que en todos los tiempos han servido y sirven al Dios todopoderoso con celo y
pasión.
Elías representa además el papel que jugarán muchos profetas al fin de los tiempos cuando,
inspirados por la misma unción que operó en él, se muevan en las naciones confrontando el
pecado y la injusticia.
Elías es el símbolo vivo del poder y de la unción profética que vendrá en nuestros días para
capacitar a la Iglesia para derrotar a los profetas falsos, a los ocultistas y hechiceros, a los líderes
perversos y sobre todo, al espíritu manipulador de Jezabel. El Señor nos promete enviar otra vez
ese espíritu profético, la victoria es nuestra hoy. El espíritu y poder de Elías le será dado a los
profetas del presente como se le dio a Eliseo el discípulo, en quien operó la doble porción del
poder.
Eliseo fue un discípulo amado por Elías y escogido por Dios para sucederle en el ministerio. Eliseo
tuvo un ministerio ungido, como sucesor de Elías ministró a Israel y a las naciones por cincuenta
años. Él impactó proféticamente a cuatro reinos: Israel, Judá, Moab y Siria. Su principal
característica fue la integridad, no permitió que el deseo de enriquecerse lo afectara. Su ministerio,
al igual que el de Elías, estuvo ataviado de milagros portentosos, resurrecciones demostradas y
manifestaciones sobrenaturales en la misma naturaleza fueron su marca especial. Eliseo fue el
mejor sustituto de un profeta según la Biblia. Fue un discípulo excelente de Elías, a quien siguió
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hasta el último instante de su paso por la tierra. Estuvo siempre dispuesto a seguir a su padre en
el ministerio y aprender de él. Eliseo demostró el poder de Dios y Su amor para ayudar a los que
le buscan. Tuvo la unción y la habilidad de ungir reyes siguiendo los pasos de su maestro. El
Eliseo fue el sustituto eficaz que aprendió de su maestro pero quien también edificó sobre los
logros de su padre y guía espiritual. Eliseo no sólo fue el substituto de Elías, él también representó
a la Iglesia de los últimos días llena del poder de Dios y operando en el mismo poder profético de
Elías pero en doble porción.
Elías representa a la Iglesia Primitiva en un poder y gloria sorprendente, la Iglesia de los primeros
días. Eliseo representa la Iglesia de la gloria postrera, la del tiempo final operando en una unción
mayor.
Eliseo es tipo clásico de los profetas emergentes del tiempo final, llenos del espíritu de Elías
prometido por Dios pero en un nivel mayor, el de la porción o partida doble.

TEMA I

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EL MINISTERIO PROFÉTICO

El ministerio profético implica para la iglesia participar de una Palabra irresistible. Exhorta,
reprende, denuncia y llama a un arrepentimiento genuino y restauración.
El pueblo de Israel tenía bien en claro el poder de la Palabra, era un concepto rico y lleno de vida.
Existía el pleno convencimiento de que la Palabra de Dios tenía poder para cambiar la historia.
En estos días Dios está restaurando el ministerio profético a la iglesia. Hay un nuevo interés por
el ministerio profético, y Dios se está moviendo en los corazones de su pueblo acerca de este don,
y ministerio.
CARACTERÍSTICAS DEL MINISTERIO PROFÉTICO
1. - Es un ministerio de alta sensibilidad espiritual para percibir las incidencias del mundo natural
y del espiritual, así como las diferentes fuerzas que les influencian.
2. - Es un ministerio receptor de guía espiritual de parte de Dios para Su pueblo. La palabra del
Señor manifiesta que la ausencia de este conocimiento o guía divina en el pasado, el pueblo del
Dios Vivo pereció (Oseas 4:6). De aquí, que para que no haya muerte es necesario que Dios guíe.
El ejemplo bíblico más significativo sobre este particular es el de Moisés, varón usado por Dios
para guiar a la nación de Israel durante cuarenta años. La guía vino del cielo, a través de una nube
en el día y una columna de fuego por la noche hasta llevarlos a la tierra prometida.
3. - Es un ministerio a través del cual el Espíritu Santo opera en forma especial los dones vocales,
como los de revelación, que es de edificación para la Iglesia.
4. - Este ministerio está dotado sobrenaturalmente de una gran capacidad de recepción de la
revelación divina, acorde con los tiempos y las señales. Además, esa capacidad le faculta en forma
extraordinaria para la comprensión inequívoca de los planes de Dios con el hombre y las naciones.
El profeta Daniel es el ejemplo vivo de lo anterior. Un varón de Dios preparado para enseñarnos
acerca del gobierno de las naciones e imperios a través de la historia de la humanidad.
5. - Este ministerio es el radar del pueblo de Dios. Tiene una gran capacidad por el Espíritu Santo
de interpretar señales o símbolos naturales y sobrenaturales para proteger a la Iglesia. Es dotado
en forma poderosa por el Altísimo, para reconocer las influencias malignas y los peligros o trampas
que Satanás quiere lanzar sobre el Cuerpo de Cristo. Recordemos como el apóstol Pablo, con
ministerio también de trayectoria profética, nos indica que él no ignoraba las maquinaciones del
diablo. (2 Corintios. 2:11). Eliseo como profeta de Dios nos da una excelente demostración de su
alta sensibilidad espiritual, en 2 Reyes 6:8-23 donde la Biblia enseña como él podía ver ante el
ataque del enemigo al ejército del Dios viviente (ángeles) en la dimensión espiritual.
6. - El ministerio profético tiene los sentidos espirituales agudizados, para discernir entre lo
humano y lo divino tan necesario hoy en la Iglesia para que no siga gobernando la mente del
hombre.
En el profeta Jeremías notamos este poder de discernimiento al rechazar la profecía humana de
los profetas falsos de Israel que querían desviar a la nación escogida.
7. - El ministerio profético es caracterizado por la autorización que recibe de Dios para comunicar
sus pensamientos. Es el vocero o mensajero autorizado por Dios.
8. - Es un ministerio de gran autoridad, adornado divinamente con un tremendo poder para obrar
señales y milagros, tan necesarios hoy, para manifestar el poder de Dios ante un mundo de
incredulidad.

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Este poder milagroso operante en el citado ministerio lo reflejan claramente Moisés, Elías y Eliseo,
para citar algunos ejemplos bíblicos de profetas usados por el Señor.
9. – Es un ministerio a través del cual el Espíritu Santo opera con gran poder el don de
discernimiento (discreción) de espíritus, que es importante para detectar y detener el movimiento
de espíritus demoníacos.
En las figuras de José y Daniel encontramos una característica más del ministerio profético y es
la capacidad sobrenatural que posee para descifrar y revelar misterios espirituales.
10. - Por último, el ministerio profético se caracteriza ampliamente por su espíritu reedificador y
restaurador, tan necesario en los tiempos en que vive la Iglesia.
EL MINISTERIO PROFÉTICO EN EL ANTIGUO y NUEVO TESTAMENTO
"Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de
sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le
mandare".
Deuteronomio 18:17,18
LOS PROFETAS Y EL ANTIGUO TESTAMENTO
Los profetas de Israel ocupan un lugar único en la historia de su pueblo, influenciándolo
positivamente y guiándolo hacia Dios. Ocupan un lugar importante en todo el Medio Oriente y su
influencia escritural se dejó sentir en el mundo y su historia.
Eran hombres (y mujeres) de especial grandeza y coraje, guías solitarios y aislados que marcaban
la pauta en la sana creencia de un pueblo y la recta conducta en relación a la ley de Dios.
Eran individuos especializados en enderezar el mal caminar de un pueblo que se descarriaba
continuamente de la senda de la santidad. Ellos hicieron que la profecía antiguo-testamentaria no
tuviera paralelo en su calidad espiritual y en su permanente significado para la religión de todos
los tiempos. Marcaron las pautas y principios de comportamiento para los profetas en la
dispensación de la Gracia.
EL LLAMAMIENTO PROFÉTICO
1. Un llamamiento especial de parte de Dios.
2. No entraron al ministerio por herencia (no nacieron en una tribu o familia sellados por el
profetismo), sino por elección divina. El sacerdote recibía su oficio por herencia al ser descendiente
de Leví y si aún era hijo de Aarón, llegaba a ser no sólo levita, sino sacerdote aarónico; no recibía
ningún llamado especial, lo obtenía por nacimiento. Por el contrario, el profeta sí era un hombre
seleccionado entre los demás.
3. Dios los escogía personalmente para una obra específica. Esto los hacía hombres muy
diferentes. Ejemplos de profetas llamados en forma especial e indubitable por Dios y enviados a
cumplir una misión son los que aparecen en los siguientes pasajes bíblicos:
Éxodo 3:4 - Isaías 6:1 Jeremías 1:5 - Ezequiel 1:1 Amos 7:14-15 Todos ellos tuvieron una
experiencia gloriosa, en la cual Dios les mostraba la condición del mundo y les hacía un poderoso
llamado para servirle como portadores de Su mensaje.
4. Algunos fueron hijos de profetas, pero esto no garantizó para ellos el don ministerial de la
profecía, sino la elección divina.

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5. Su llamado divino le confería un honor distintivo. Este llamado era lo que lo hacía profeta y le
otorgaba la autoridad para su ministerio u oficio. Las señales y milagros que le seguían eran la
evidencia de su indubitable ministerio.
6. Los falsos profetas eran falsos por no haber sido llamados por Dios. Jeremías 14:14 y 28:15
hablan de aquellos falsos profetas que se desechaban por cuanto Dios no los había escogido ni
enviado.
7. El llamamiento profético estaba conectado con una experiencia extraordinaria que ayudó al
profeta a percatarse de lo auténtico y celestial de su llamado. Esa experiencia (como la zarza
ardiente en el caso de Moisés), sería recordada por el profeta por largo tiempo, haciéndole siempre
real y vigente su llamado. Les traía valor y convicción, aun ante la persecución de sus enemigos
carnales. Les daría sostén y cuerpo a la realidad del llamado, aumentaron la efectividad ministerial.
8. En algunos casos el llamado profético tuvo una preparación previa. Hubo una formación o
experiencia para proclamar “La Palabra”. Era necesario que el profeta fuera capacitado para la
difícil encomienda que Dios le hacía y por eso Dios tomó tiempo para formarles y capacitarles.
RECONOCIMIENTO DEL MINISTERIO PROFETICO DE PARTE DE LA LEY
En la Ley, Dios dio a Israel bases o fundamentos para su vida religiosa y social, era su
“constitución”. Allí se hablaba y regulaba el sacerdocio y su ritual, pero no se mencionaba ni el
oficio ni los deberes del ministerio profético. Esto no era indicativo de que el ministerio profético
no era válido. Dios se había reservado la presentación y autenticación del profeta por otra vía,
para garantizarse que el pueblo oiría Su voz y enderezaría sus veredas. La Ley ni siquiera
reconocía la existencia de este don ministerial, pero Dios mismo era quien hacía el reconocimiento
y los enviaba a Israel.
En Los primeros versos de la Ley habla del sacerdote levítico. Los posteriores del profético
(ministerio) y su reconocimiento divino. Moisés indica que la comunicación del pueblo con Dios
será a través del profeta (aludiendo primero a Cristo y segundo a los profetas). Este era el papel
prioritario de los profetas (voceros). Ellos provocarían que el pueblo se tornara a Dios, le adorara
y con ello se restauraría la comunión entre Israel y su hacedor.
En Deuteronomio 18:9-22 Dios introduce a través de Moisés al ministerio profético en la vida del
pueblo judío.
LOS PROFETAS Y LA PROFECÍA NEO-TESTAMENTARIA
"Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente, apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los
que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de
lenguas".
1 Corintios 12:28
Podemos afirmar que Dios nos ha permitido vivir en una época especial, en la dispensación de la
Gracia. Es la era del Nuevo Testamento, donde Dios por su Espíritu ha marcado las pautas de
gobierno en las cuales debe moverse su pueblo. El profeta es un ministerio que no cesó con el
cumplimiento cabal del Antiguo Testamento en Jesucristo. Es un ministerio también Neo
testamentario.
Recordemos que el ministerio profético fue antes de la Ley de Moisés, fue en la Ley y también en
los días de Jesús, existió en los primeros años de la Iglesia y sigue siendo constituido hasta que
los “santos” sean madurados y perfeccionados según la imagen de Cristo.

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DIFERENTES EJEMPLOS DE PROFECÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO.
a. En Lucas 1: 5-80 Zacarías profetizó el ministerio de Juan el Bautista, profeta de Dios.
b. En Lucas 1:13-17 fue el ángel Gabriel quien trajo el anuncio profético sobre Juan.
c. Al profetizar Elizabeth sobre la vida de María, su hijo fue lleno del Espíritu Santo en su vientre,
(versos 39 al 45).
d. En el libro de Lucas 1: 26-38, Gabriel trae el anuncio profético del nacimiento de Jesús.
e. En Lucas 2: 8-14, un ángel del Señor trae la buena nueva a los pastores acerca del nacimiento
del Salvador del mundo.
f. Desde el verso 21 hasta el 38, Simeón y Ana la viuda, profetizan sobre el niño Jesús. Es notorio
en estos y muchos pasajes más el movimiento del espíritu de la profecía dando testimonio de
Jesús como el Mesías de Israel.
LOS PROFETAS PUSIERON EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA.
a. Juan señaló a Jesús como el Cordero de Dios. Su profecía y ministerio confirmó quien era la
piedra principal del edificio de Dios y que sería el fundamento inconmovible de la Iglesia, Cristo.
b. Jesús fue el profeta por excelencia. Él ministró bajo la unción profética. En Él operaron los dones
del Espíritu Santo; Él predijo. Él anunció; Él fue el Mensaje Viviente del Padre y el precursor de
los profetas de la Gracia.
c. La Iglesia “Primitiva”, fue constituida con ministerios apostólicos y proféticos como ministerios
principales para traer dirección y cobertura espiritual a la Iglesia.
d. Efesios 4:11 afirma que Jesús constituyó a unos apóstoles, profetas, etc. En realidad el término
griego usado para la palabra “constituyó” es empleado en el tiempo “aoristo" dando una idea clara
de una operación que no cesa hasta el final. Siendo lo más correcto entender el texto así: "a unos
constituyó, constituye y seguirá constituyendo apóstoles, profetas... hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe”.
e. Dios prometió a través del profeta Joel que en los tiempos Neo testamentarios su Espíritu
vendría sobre toda carne y tendríamos visiones, sueños y profecías. Estas experiencias serían
claramente discernidas por los profetas de Dios. (Joel 2: 27-29). La Iglesia primitiva fluyó en estas
experiencias en abundancia y hubo profetas para juzgarlas (Hechos 13; 1 Corintios 14).
f. Los grandes misterios espirituales no revelados a Israel, fueron revelados a la Iglesia a través
de ministerios apostólicos y proféticos, los cuales con gran autoridad ministraban La Palabra
iluminada del Señor a Su pueblo: "Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los
hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”.
Efesios 3:5.
LA PROFECÍA Y LOS PROFETAS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Las primeras congregaciones cristianas surgieron poderosamente bajo la dirección y ministración
de diversos ministerios que les dieron un fundamento excelente.
a. La Iglesia de Antioquía:
Fue una de ellas; pionera en las misiones y en el evangelismo de multitudes. Bernabé trajo a ella
el fundamento apostólico, según Hechos 11: 19-30, colaborando en él Pablo por espacio de un
año. En los versos 27 al 30 notamos que los profetas ministraban a la congregación en forma
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efectiva (entre ellos Agabo). En el capítulo trece de los Hechos encontramos ministerios diversos
ministrando y ayunando al Señor para ser dirigidos por Él. Esos ministros eran maestros y profetas,
a través de los cuales operó el Espíritu Santo para conducirles a unos de ellos al campo misionero
y constituirlos en apóstoles.
b. La Iglesia de Cesarea:
Esta congregación fue establecida bajo el manto profético; ubicada en un puerto importante, se
levantó poderosa a la luz de la predicación profética de profetas y Profetizas que allí ministraron.
Surgió por la operación del espíritu profético que llevó a Pedro a la casa de Cornelio, para ministrar
el mensaje del Evangelio (Hechos 10). En esa ciudad puso su hogar Felipe el evangelista, quien
tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. El profeta Agabo y Pablo edificaron como voceros
de Dios a la Iglesia según Hechos 21: 8-16 y la llenaron con señales y prodigios propios del
ministerio profético lleno del poder del Espíritu Santo.
c. La Iglesia de Éfeso.
En Hechos 19 tenemos la historia relatándonos cómo Pablo tuvo contacto por primera vez con un
grupo de doce fieles en Éfeso. Allí les impuso las manos y fueron llenos del Espíritu Santo y
profetizaron. Esta Iglesia creció fuerte al igual que las otras al amparo de ministerios apostólicos
y proféticos como los de Juan, Pablo, etc.
Hubo profetas en los días primeros del Nuevo testamento. Varias porciones bíblicas ya citadas
nos demuestran claramente que los profetas no acabaron con Juan el Bautista. La expresión “Los
profetas y la Ley fueron hasta Juan” usada por Jesús, bien entendida, decía que los profetas de
la Ley cesaban con Juan, pero que en Él se iniciaba una nueva era con una nueva unción.
• Hechos 11:27 enseña que en Jerusalén había ministerios proféticos: “En aquellos días unos
profetas descendieron de Jerusalén a Antioquia”
• Hechos 11:28 menciona el nombre de uno de estos profetas: Agabo.
• Hechos 13 dice que en la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros, dando a entender al
usar las palabras en plural de que por lo menos dos de los cinco varones mencionados eran
profetas.
• En Hechos 15:32 la Escritura menciona dos profetas más Judas y Silas acompañantes de Pablo
y Bernabé, los cuales, como declara el texto citado, también eran conocidos como profetas del
Señor. "Y Judas y Silas, ellos también eran profetas…”
• Juan el apóstol, el cual nos entregó la revelación más tremenda de los últimos tiempos para la
humanidad: El Apocalipsis. En los primeros versos del capítulo uno Juan testifica de su poderoso
ministerio profético y de su mensaje recibido.
La historia misma del cristianismo registra en los diferentes siglos que “grandes hombres” de fe y
visión se han levantado para hablar las Palabras del Señor a los hombres. Los profetas han
seguido siendo llamados y equipados por Dios para edificar a Su pueblo.
Quiera Dios que la generación presente abra su corazón ante este nuevo y fresco mover profético
del Espíritu y no lo perdamos, más bien que el Señor nos permita dar libertad a su Santo Espíritu
para ser instrumentos positivos en el levantamiento del ministerio de los profetas en Su Iglesia.
Así sea.
TERMINOLOGIAS USADAS en el Nuevo Testamento
• Profeta: PROPHETES, uno que predice, un orador inspirado, poeta.
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• Profetizar: PROPHETEUO, predecir eventos, hablar bajo inspiración, ejercer el ministerio del
profeta. Hablar el consejo divino.
• Profecía: PROPHETEIA, una predicción, de la escritura u otra, hablar la mente y consejo de Dios.

TEMA 2

LA PROFECÍA: ELEMENTO ESENCIAL

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“Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en
lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos
vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis, porque mayor es el que profetiza que el que
habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación
1 Corintios 14:3-5
¿QUÉ ES LA PROFECÍA?
• La Profecía es un fragmento del conocimiento de Dios, entregado a los hombres a través
de una revelación parcial del Espíritu Santo.
• Este conocimiento parcial del Todo-Conocimiento Divino nos es dado por su Gracia a través
de la manifestación de los dones del Espíritu Santo en hombres y mujeres ungidos por El.
• Este conocimiento nos es dado a través de alguna de las formas en que el Señor nos habla;
sueños, visiones, voz audible, éxtasis, etc.
• La revelación profética tiene que ver con diversos campos: el hombre, su vida, su familia,
su ministerio, su misión, la Iglesia, su ciudad, su nación o las naciones del mundo.
• La Profecía es traída a los mortales a través de la operación de dones vocales del Espíritu,
profecía, lenguas e interpretación de lenguas. Todo nos viene sobrenaturalmente por Gracia de
Dios.
• La Profecía nos comunica planes divinos, diseños y estrategias del Cielo. Debemos por lo
tanto conocer ampliamente lo concerniente a este don de Dios.

LA NATURALEZA DE LA PROFECÍA
Es importante conocer el origen de la Profecía, para qué es dada, de quién procede. Debemos
conocer:
• NATURALEZA
• EFECTO
• DIRECCIÓN
• FRUTO
Las características fundamentales de la Profecía deben ser claras para la Iglesia así como su
operación y manejo.
1. El aspecto causal de la Profecía
a) Existe una relación directa entre la palabra profética hablada y los eventos siguientes que
van ligados en el tiempo de cumplimiento. Quien escuchaba una profecía, esperaba sin lugar a
duda los eventos necesarios para el cumplimiento de la misma.
b) La Palabra tenía vida para producir que lo hablado se cumpliera.
c) La Profecía implicaba que ésta contenía en sí misma el poder divino para su propio
cumplimiento.

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d) La expresión profética, era descrita en la Biblia como la Palabra (en hebreo Dabar) del
Señor. Jeremías 1:9, emplea el término "dabar", es decir Palabra del Señor. El término lleva en sí
la connotación de una "acción dinámica"(realizada o hecha), 1 Samuel 3:19, 20 (sinónimo de
acción).
e) En Génesis uno, capítulo de la creación de Dios por su Palabra, se establece el verdadero
significado etimológico del término "dabar"', éste es que la Palabra de Dios, posee en sí misma
"poder creativo".
f) Actividad, energía, movimiento, es parte de la naturaleza de la Profecía, la cual produce
efectos visibles.
g) En el Antiguo Testamento, el profeta falso se identificaba porque sus palabras eran vacías,
sin cumplimiento. (Dt. 18:22).
h) La "Palabra profética efectiva una manifestación de Jehová y una revelación de su esencia.
i) La “palabra profética del Señor", la que sale por Su boca, a través de los profetas, nunca
deja de cumplirse.
j) A través de los profetas, en un Presbiterio Profético, la Palabra provee sabiduría, iniciando
un proceso divino para traer un mensaje profético que afecte las vidas de aquellos que son
ministrados en un presbiterio.
k) En el libro de Ezequiel y en el capítulo 37, en el conocido pasaje del valle de los huesos
secos, todo lo que ocurre para unir los huesos y hacer de éstos un ejército grande en extremo,
ocurre por profecía. Esto ocurre porque fueron las palabras de Dios que salieron de su boca con
Su naturaleza dinámica. Fue la profecía entonces, una palabra creativa.
l) En 1 de Timoteo 4:14, Pablo el apóstol le pide a Timoteo que cuide el don de Dios que le
fue dado "por profecía". Esa palabra "por" en griego es "a través de", en otras palabras, como un
canal. La gran utilidad del presbiterio profético es que el poder creativo "que da" (no solo informa)
o "canaliza" el don de Dios, fluye por la Profecía.
En 2 de Timoteo 1:6, Pablo añade que a la Profecía, le acompañó también la imposición de manos,
para impartir el don y sellar la Palabra del Señor.
2. El Aspecto condicional de la Profecía
Muchas veces la gente se pregunta por qué algunas profecías no se "cumplieron".* es porque
estamos hablando de una profecía condicional.
La Profecía es condicional. (Condicional: Adj. Que incluye o lleva consigo una condición o
requisito)
• Todo mensaje profético que viene en un servicio de presbiterio o en la congregación debe ser
considerado condicional.
• El poder creativo de la palabra profética y su efectividad "no" son automáticos y no es inalterable
su destino para ser cumplido.
• El cumplimiento de la profecía está condicionado a la respuesta del hombre a "la Palabra de
Dios".
• La ausencia de fe, el pecado continuo o un modelo de vida del creyente llenó de inestabilidad
puede afectar el cumplimiento. Dios no pasa por alto la responsabilidad o la irresponsabilidad
humana.
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3. La Profecía como una señal de bendición
La Biblia establece que la profecía de Dios al hombre es una señal de su amor de su bendición.
Pablo establece que la profecía y las lenguas del Espíritu son una señal para los últimos días (1.
Co. 14:21-22). En 1 Co. 14, el apóstol usa el término señal con la palabra griega "einaieis" que
tiene una implicación de "destino" o "algo destinado para". 1 Co 14: 24 La profecía produce
convicción en los que están en el cuerpo trae temor de dios, provoca rendimiento y adoración.
¿Cuál es el destino de cada una de estas señales?
a) Señal de juicio
Isaías 28:11-12 nos señala que las lenguas son señal de juicio. Pablo alude a este pasaje. El
señala que las lenguas son señal del juicio inminente que espera a los pecadores que persisten
en pecar, como igual fue la lengua del asirio para el judío. Israel no quiso oír a Dios y El usó al
asirio para su juicio. Su lengua extraña fue la señal y a la vez, el castigo divino.
b) La profecía señal de descanso y refrigerio
El apóstol Pablo recuerda a Isaías 28:12 y habla del juicio por no querer oír a Dios (los no
creyentes), pero también anuncia que los que oyen (creyentes), tendrán reposo.
El destino del creyente es descanso y refrigerio. La Profecía no sólo es signo de bendición
momentánea sino también de una progresiva bendición.
La restauración de los profetas y del Presbiterio Profético es señal de visitación divina y la
progresiva voluntad de Dios para su Iglesia en el descanso (Hechos 3:19).
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a
una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana
Salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es
de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo".
2 Pedro 1-19-21

TEMA 3
EL PROFETA
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LA VISIÓN DEL PROFETA


"...vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al
río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová.
Y miré, y he aquí venia del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente,
y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente.
Ezequiel 1:3-4
“Vino a mí Palabra de Jehová diciendo y miré”
Esta expresión se repitió una y otra vez en la boca de los profetas del Altísimo. Ellos siempre
miraron la Palabra del Señor. Hoy debe ser igual.
El profeta debe ver la Palabra del Señor. Para ello es necesario que él permanezca en el secreto
de Jehová, en la intimidad con El y en una relación personal diaria muy directa y profunda con el
Señor. La Palabra que el profeta desata traerá una convicción poderosa en sus oyentes, no es su
palabra, sino la de Dios.
El profeta fue llamado “el vidente”, no tan sólo porque miraba aspectos concernientes al futuro,
sino porque miraba la Palabra de Dios. El Señor abría los tesoros de Su conocimiento y por gracia
daba al profeta la oportunidad de ver y declarar luego ese conocimiento. La Iglesia de hoy necesita
de ese conocimiento. La Iglesia de hoy necesita de ese mirar profético para que la Palabra de
Dios la envuelva y se desate la fe, la cual viene por el oír la Palabra de Dios que ha sido vista por
los ojos espirituales de los profetas.
“Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Hebreos 11:1
Este verso en versiones antiguas no tenía la palabra certeza en su formación, sino la palabra
sustancia, de aquí que la fe es la certeza y la convicción que viene de tener la sustancia de lo que
no se ve en el mundo material. Es la seguridad de que lo que se tiene en el plano espiritual es
suficiente y tiene tanto poder creativo que en un momento específico esa sustancia espiritual se
materializará y de lo que no se veía, se tendrá lo que se puede ver ¡Aleluya!.
Hebreos 1:3 afirma que Jesucristo es la sustancia de Dios. Juan en su capítulo uno y versos uno
y catorce nos enseña que Jesucristo como sustancia de Dios es la Palabra Viviente, el Verbo de
Dios. Esto implica que la fe es tener la sustancia de Dios, es tener la Palabra creadora de Dios.
Fe es tener la palabra que sale de la boca de Dios y es la palabra que trae convicción y seguridad,
es la que se puede mirar con los ojos del espíritu, es la que miraron los profetas de ayer y la que
tienen que mirar los profetas de hoy. La fe está relacionada con el “ver”, lo cual implica que fe es
visión y la visión genuina y espiritual tiene que ver con la revelación de Dios. Fe es visión y visión
es mirar lo que Dios revela. Fe es visión y visión es ver lo que Dios ve. En consecuencia, los
profetas eran y deben ser hombres de fe, de sustancia, de certeza y convicción por el mirar lo que
humanamente no se ve, pero que Dios revela sobrenaturalmente. El profeta es un ministerio de fe
y visión que al articular y vocalizar lo que ve, provoca la fe y la obediencia del pueblo hacia Dios.
Si hoy la Iglesia no tiene visión divina, es porque faltan los hombres de fe y los profetas dispuestos
a buscar en el secreto de Jehová una Palabra fresca y creativa, para un pueblo sediento y con
anhelos por oír otra vez: "Así dice el Señor”.
LA TAREA (FUNCIÓN) DEL PROFETA

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"Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas que su
Cristo había de padecer*'.
Hechos 3:18
La tarea del profeta (o su función) constaba de dos partes básicas:
A) Recibir de Dios una revelación.
B) Comunicar el mensaje que Dios le había dado.

A) Respecto a la recepción del mensaje profético podemos definir a los profetas de acuerdo a
cómo ellos reciben el mensaje de Dios para sus hijos.
Existen algunas palabras en el original Hebreo, Arameo y Griego, las lenguas en que se escribió
la Biblia, usadas para designar la función profética. Un estudio breve de éstas nos ayudará a
comprender mejor la Profecía.
Hay básicamente cinco palabras diferentes que son raíces del hebreo y el arameo de las cuales
todas las palabras para "Profecía" del Antiguo Testamento, se derivan:
ROEH
"Un vidente" Viene de la raíz hebrea "raah" que significa "vigilante" o "atalaya". Esta palabra es
usada para describir al profeta en su "mirar o percibir" el mensaje de Dios. Aunque no
exclusivamente con respecto a visiones. Ocurre doce veces en el Antiguo Testamento.
CHOZEH
• "Un vidente". Presente dieciséis veces en el Antiguo Testamento, denota la experiencia subjetiva
o personal de ver el mensaje revelado de Dios.
• El término “chozeh” es usado para describir la capacidad de percibir por vía visionaria, la Palabra
de Dios.
• Roeh y chozeh son sinónimos de la palabra "profeta", en 1 Samuel 9:9 observamos que el oficio
de un profeta y un vidente son idénticos. Por ello se puede dar un doble uso del concepto a través
de estas palabras.
• La única diferencia entre “vidente” y “profeta” es que la primera se usa para describir la función
receptiva del mensaje y la última para denotar la función comunicativa del mensaje. El profeta no
sólo recibe el mensaje, sino que también lo comunica.
MASAH
• Masah: significa "Una carga". Esta palabra hebrea ocurre setenta veces en el Antiguo
Testamento y se traduce la mayoría de las veces como "carga". Esto es un indicativo de la
responsabilidad de uno que recibe la palabra profética. La raíz hebrea "nasah" hace referencia a
carga o peso como pesada carga la cual es llevada o transportada; esto indica desde luego "la
carga que es llevada por el alma". Esta palabra hebrea se encuentra en la cabeza de los oráculos
proféticos de denuncia o juicio.
• En estos pasajes, lo grave y la naturaleza amenazante de la profecía parece haber sido recibida
como un peso o una carga por el profeta quien ahora de vuelta entrega este mensaje de juicio al
pueblo de Dios.

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• La misma palabra hebrea, sin embargo, es también descriptiva del levantamiento del alma en el
fluir profético de los músicos del templo.
• También implica el uso de esta palabra, el concepto que el propósito detrás de la palabra
profética, al igual que juzgar, es también restaurar. El verdadero concepto de "profeta y profecía"
que emana del término "masah" no tiene que ver con hundir con pesada carga sino más bien
levantar su alma.
NABA
Significa: “Para profetizar”. También se usa la expresión Nabí y que significa profeta. La palabra
del hebreo y del arameo también significa: burbujear, chorrear o fluir en el acto.
Esta palabra en las formas arameas y hebreas aparece ciento catorce veces en el Antiguo
Testamento en forma de verbo y trescientas veinticuatro en forma de sustantivo, totalizando
cuatrocientas treinta y ocho veces. El gran uso de esta palabra es para manifestar enfáticamente
el aspecto del oficio profético. El profeta fue primeramente un vocero o portavoz de Dios, en
cualquier forma en que haya recibido la revelación de Dios.
La palabra "naba" estaba relacionada con el elemento autoridad y sobre todo con la proclamación
autoritativa. La posterior derivación hebrea del término refleja fuertemente la influencia de la
Actividad Divina sobre la personalidad humana como un poderoso torrente desde los labios del
profeta.
El aspecto de burbujear o chorear da la idea que el mensaje profético vendrá del ungido profeta
como agua desde una gran fuente: Dios.
NATAF
Significa: "Dejar caer como cascada, gotas de agua"
Esta palabra hebrea aparece en veintiuna oportunidades en el Antiguo testamento y cuatro de
esos casos están usados como un término para Profecía.
Esta palabra refleja el mensaje profético como el resultado directo de la actividad o intervención
Divina. Esta palabra hebrea fue usada regularmente para describir la "caída de gotas de lluvia
desde los cielos" (Jueces 5:4, Job 36:27; etc.).
Este concepto es usado para describir el término para Profecía. (Miqueas 2:6, 11).
La palabra profética es también el resultado de la Divina Actividad. Esto es no sólo un fluir de agua
desde los labios del profeta, fluyendo allí como una fuente, pero esto es también para ser visto
como gotas de lluvia, cayendo desde Los Cielos, desde el Trono de Jehová.
A) Respecto a la comunicación del mensaje, el profeta usaba básicamente cuatro métodos, a
saber:
1.- Predicar (el mensaje de Dios).
Su forma de hablar era “predicación” no enseñanza. Su predicación afectaba las emociones y la
voluntad, buscando una reacción y una res-puesta al mensaje, que se producía casi de inmediato.
Los sacerdotes en Israel enseñaban informando a la mente, el profeta predicaba y tocaba la
voluntad, y el espíritu de la gente.
Oseas 4:1 enseña que el profeta provocaba a escuchar y actuar rápido por la influencia de la
Palabra de Dios. Los profetas no enseñaban la Ley, sino que instaban al pueblo a volverse a esa
Ley y a su Dios que conocían.
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Amos 7:15 nos habla como el profeta Amós había sido enviado a profetizar (predicar) a Israel.
Jeremías fue enviado a proclamar el mensaje en lugares públicos donde se aglomeraba la gente
o iban de paso al menos (predicaba). Jeremías 2:2; 7:2; 17:19; 19:2. Estos pasajes sirven de
ejemplo para mostrar cómo el “varón de Dios” predicaba al pueblo el mensaje recibido de “arriba”,
Aleluya.
Los profetas, aunque hablaron a su generación (predicaron), también lanzaron predicciones del
futuro por el Espíritu, sin embargo, su principal tarea no era ni es hoy, predecir acontecimientos.
Su labor prioritaria fue predicar a la gente de su tiempo, y es hoy precisamente, cuando la
condición de la gente es lamentable bajo la influencia del temor y la confusión, que necesitamos
profetas con un mensaje actual que los guíe. Otros ejemplos de predicación profética los
encontramos en los siguientes pasajes: Isaías 44:28; 45:1
Daniel 7, donde los profetas hacen anuncios futuros que asombran en sus cumplimientos. Los
profetas eran semejantes a los predicadores de hoy que amonestan al pueblo a vivir agradando a
Dios y adorándole de todo corazón.
2.- Personajes claves (contactarlos y darles el mensaje divino).
La condición moral y religiosa de los pueblos depende del sistema de vida del liderazgo y de sus
autoridades. El pueblo reflejará la clase de vida de quienes conducen la nación. Si el liderazgo es
sano y santo, así será el pueblo que seguirá sus pasos. Otro método profético para comunicar el
mensaje divino fue el tomar contacto con los personajes claves de Israel y moverlos a actuar según
la voluntad del Señor. Para influenciarles positivamente era necesaria una palabra clara del Señor.
Ejemplos de ellos son entre muchos otros: Isaías 7:11-14 — el profeta Isaías y el rey Acaz.
Jeremías 21:2, 4,5 - el profeta Jeremías y el rey Sedequías.
Estos contactos eran sólo eso, “contactos” no predicación. Los primeros profetas se interesaban
primariamente en ellos, los posteriores se dirigieron más a las multitudes, aunque también lo
hicieron en menor escala. Este método era crucial, pues al influenciar a los príncipes de una
nación, se estaba indirectamente influenciando a todo el pueblo.
3.- Acciones proféticas (para representar las verdades habladas por Dios).
La acción profética es un método profético para expresar el mensaje de Dios, es decir, los profetas
llevaban a cabo acciones o giraban instrucciones a otros para ejecutar acciones, que interpretadas
significaban verdades que se deseaban comunicar de parte de Dios. Ejemplos:
• 2 Reyes 13:17-19 es un ejemplo en el que el profeta Eliseo pide a Joás, rey de Israel, que golpee
la tierra con saetas para con ello indicarle cuántas veces derrotaría a Siria.
• Isaías 20:3-4, el profeta Isaías se desnuda y descalza, símbolo de que así llevarían prisionero a
Israel a Asiría.
• Jeremías 19:10-11, el profeta usa la ruptura de una vasija para hablarle a Israel de
quebrantamiento.
• Jeremías 35:1-17; Ezequiel 4:1-3; Ezequiel 5:1-2, son otros ejemplos donde los profetas hacen
uso de acciones simbólicas para hablar a Israel.
El mejor simbolismo profético antiguo testamentario, es el matrimonio de Oseas, así como el
nombre dado a cada uno de sus hijos. Oseas 1:9; 3:1-3, son pasajes usados para narrarnos las
experiencias y mensaje de Dios por la vida del profeta. Este libro nos relata en símbolos la
infidelidad de Israel para con Dios y Su amor y misericordia, amándolos a pesar de su pecado.

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En el Nuevo Testamento encontramos al profeta Agabo usando un cinto y dando un mensaje a
Pablo sobre sus prisiones en Roma. Hechos 21:10-11.
4.- Lecciones mediante objetos (símbolos) (que hablaban lo que Dios quería comunicar).
La lección “objetiva” era empleada a menudo por el profeta para comunicar el mensaje divino.
Ciertos objetos o acciones que veía el profeta le traían a su mente alguna verdad y usaba esos
elementos para dar el mensaje más vívidamente. Ejemplos:
• Jeremías 1:11-12, el “árbol de almendro” (shagedh) que significa el que vela, habló al
profeta de la vigilancia de Dios para guardar Su Palabra y la comunicó al pueblo.
• Jeremías 1:13-14, la “olla de comida hirviendo” indicaba el poder enemigo que vendría del
Norte contra Israel. El profeta estaba previniendo al pueblo.
• Jeremías 13:1-11, la “faja de lino”, simbolismo usado para describir el castigo de la
cautividad en Babilonia para Judá, el proceso de disciplina y su regreso a su tierra, para
restaurar las ciudades caídas.
• Jeremías 18:1-10, “la vasija en manos del alfarero” habla de la capacidad y el poder de
Dios para hacer de Israel un nuevo pueblo, hablando de la nueva gente que El produciría
después del cautiverio (una nueva vasija).
• Jeremías 24:1-10, “las dos cestas de higos”, el simbolismo habla de los del cautiverio y de
los que quedaron en su tierra, sus bendiciones y sus maldiciones. A través de estos
elementos el profeta habló claramente a Israel en nombre de Jehová.
LA MISIÓN O ENCOMIENDA DEL PROFETA
Es importante saber que detrás de los métodos había un propósito específico dado al profeta:
1. Traer una reforma, no una enseñanza nueva.
El mensaje del profeta no era innovador, estaba incluido en las enseñanzas judías, pero sí era un
mensaje reformador, restaurador. Su misión primordial fue promover una reforma para hacer
volver al pueblo que pecaba, a las prácticas sanas de la Ley de Dios.
Los profetas escritores hablaron a las multitudes y escribieron luego sus mensajes, no nuevas
verdades, sino lo ya revelado a través de Moisés. Ellos intentaban tornar el corazón del pueblo al
corazón de Dios.
2. Urgir a ajustarse a las exigencias de la Ley.
No se dedicaron directamente a enseñar la Ley. La enseñanza de la Ley requería lugares fijos y
estudiantes con residencia fija, tarea que desarrollaba el sacerdote levítico en sus Ciudades de
Refugio y que era propia de su ministerio. Los profetas se movían de un lugar a otro y pocas veces
enseñaban directamente la Ley, aunque provocaban a guardarla.
Hablaron de la necesidad de una Reforma debido a la Ley. Los profetas movían al pueblo a ajustar
su conducta a la Ley, y ese movimiento abarcaba tanto el plano social como religioso. Ellos
apelaban a que el pueblo viviera realmente la Palabra de Dios.
Amos 4:1; Isaías 10:1-2; Oseas 6:1, son ejemplos bíblicos de profetas que indicaban a los
gobernantes la imposición de leyes en contra del pueblo. Ellos denunciaban lo malo. Ellos eran
reformadores. Ejemplos bíblicos en que los profetas amonestaban fuertemente a los gobernantes
de Israel a cambiar su vida y su trato con el pueblo son los siguientes: 1 Samuel 7:1-14; 1 Reyes
13:1-10; 1 Reyes 18; 2 Crónicas 16:7-9. En la Escritura los profetas movieron a reyes y hombres
a reformarse, ellos eran realmente reformadores. Mencionaron pocas veces la Ley. El pueblo de

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Israel había llegado a creer que las ceremonias de la Ley eran eficaces por sí mismas, y habían
caído en el “frío externalizo religioso”. Eran simplemente religiosos, no espirituales.
Los profetas evitaron la mención de la palabra Ley para no fomentar este error. No provocaron la
religiosidad, sino la espiritualidad en el pueblo. Ellos proclamaban el mensaje que estaba
contenido en la Ley, sin mencionarla por su nombre ordinario (Torah).
Isaías 1:11-14 muestra cómo el profeta exhortaba al pueblo a vivir correctamente. La Ley no era
la que les confería “Autoridad”. Este ministerio no era regulado por la Ley, los profetas eran
reformadores necesarios en situaciones anormales.
Los profetas fueron antes de la Ley y la Ley fue dada para conformar un pueblo con un estilo de
vida ideal, al desviarse de éste, surgían estos reformadores. Los profetas eran un ministerio de
emergencia. Su autoridad no vendría necesariamente por la Ley, sino por Dios mismo. Era un
ministerio con autoridad de lo Alto.
3. Poner a prueba, interceder, vigilar funciones:
Poner a prueba al pueblo con respecto a sus obras buenas o malas (Jeremías 6:27), usando la
Ley como base para el juicio. Confrontaban al pueblo con sus obras buenas y malas ante la Ley
del Señor.
Servían de centinelas entre el pueblo, señalando con el dedo la mala conducta y advirtiendo a los
infractores sobre juicios y castigos por venir de parte de Dios (Ezequiel 3:17). Eran personas
encargadas de dar la voz de alarma en caso de peligro espiritual (Ezequiel 33:7), siendo una
función importante ante los ojos de Dios, la cual rio podían dejar de cumplir sin acarrear juicio para
sí. Eran atalayas vigilantes del pueblo de Israel.
Servían de intercesores. Los sacerdotes lo hacían primariamente como mediadores a través del
ceremonial, pero los profetas intercedían aparte de todo el ritual religioso judío. Eran hombres de
ayuno y profunda oración. Gemían continuamente por el bien del pueblo. Los siguientes son
ejemplos de la intercesión de los profetas en favor de los hombres:
a. I Reyes 13:6. Restauración de la mano seca de Jeroboam por la intercesión del profeta.
b. 1° Reyes 17:7-24. Resurrección del hijo de la viuda por intercesión de Elías.
c. 2° Reyes 4:18-37. Resurrección del hijo de la sunamita por medio de Eliseo.
d. Amós 7:2. Alto a las langostas por intercesión del profeta.
e. Jeremías 14:17,20, 21. Muestra el ejemplo de un ministerio que provoca la intercesión de un
pueblo.
f. Jeremías 7:16; 11:14. A veces el Señor pidió a sus profetas no interceder.
EL CARATER DEL PROFETA
Un ministerio difícil de desempeñar necesitaba de un carácter especial. Los profetas eran hombres
de carácter especial.
• El profeta no actuaba, ni actúa por patrones establecidos, se movería cambiando drásticamente
el curso de la acción si fuere necesario. El con sus hechos y palabras confrontaría en forma fuerte
el estilo de vida imperante.
• Las instrucciones de Dios y su encomienda eran un reto enorme.
• Ungiría reyes y los reprendería después. Debería ser un hombre valeroso,
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• Suministraría alegría y a veces pesadumbre. Debería ser un hombre equilibrado.
• Tendría honores y a veces, terribles peligros en su llamado. Debería ser un hombre consagrado
y sin apego a la vida terrenal.
• Debería alistarse para el aplauso y la comodidad tanto como para el sufrimiento y la injusticia.
• Sería individualista en su denuedo e inventiva, debería saber despreciar los honores de grupo y
saber caminar solo con Dios.
• No podría caer en la mediocridad. Su ministerio debería ser extraordinario. Era un oficio
sobrenatural con respaldo del cielo.
DENUNCIANDO EL PECADO O EL PLAN DE DIOS
1 Samuel 3:4-18 El profeta Samuel versus Eli.
1 Samuel 9:15-21; 10:1-8; 13:11-14 El profeta Samuel versus Saúl
2 Samuel 12:1-12; El profeta Natán versus David.
2 Samuel 24:10-17 El profeta Gad versus David
1 Reyes 11:29-39; 1 Reyes 14:6-16 El profeta Ahías versus Jeroboam

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