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Santiago 5:17 describe a Elías como “Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras” (homoiopathes). Santiago expresa que era un ser
humano normal con una naturaleza caída. No era un superhombre, pero sí
estaba seguro de tres cosas: Dios vive, Dios es el rey soberano y la Palabra de
Dios es verdad.
La tercera declaración que Elías hizo fue, “no habrá lluvia ni rocío en estos años,
sino por mi palabra”.
Esto indica que Elías tenía un conocimiento previo de la Palabra de Dios. La
conocía tan bien que la Palabra de Dios era su palabra.
La extensión de su conocimiento de la Palabra es impresionante.
La ausencia de rocío y lluvia significaba una severa sequía por desaprobación
divina. Así, la sequía severa comenzó cuando Elías la declaró como una palabra
de juicio por haberse alejado de Dios y como una señal del poder y la soberanía
de Dios.
Si bien este milagro de juicio parece ser fácil de llevar a cabo, Santiago 5:17,18
indica que este fue respaldado por una vida constante de oración. Este el secreto
del poder de Elías. Las Escrituras dicen que Elías “oró fervientemente”. Elías oró
“intensamente”, con frecuencia y con “deseo ferviente” de que Dios contestara
su oración.
El ministerio de Elías acababa de comenzar. Había experimentado el poder de
Dios, y luego la palabra de Dios viene a él para matricularlo en el Instituto Bíblico
Querit.
¿Por qué tiene que pasar tiempo ahí cuando quiere que el avivamiento empiece
ya?
Querit significa “separación” (las rocas habían sido separadas para dar paso al
agua). Por lo tanto, el nombre describe un lugar donde la roca ha sido dividida
(separada) para dar lugar a la corriente de agua.
Era un lugar de quebrantamiento, un lugar de separación como preparación al
fluir del río.
El Salmo 114:7,8 dice “A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la presencia
del Dios de Jacob, el cual cambió la peña en estanque de aguas, y en fuente de
aguas la roca”.
Elías tuvo que atravesar por un periodo de quebrantamiento y separación en la
presencia del Señor antes de que la lluvia pudiera caer, que el agua pudiera fluir,
y que Dios lo usara para un avivamiento poderoso.
La parte más difícil, es la formación del carácter de Cristo en nosotros.
Es el quebrantamiento, la separación y la disciplina las que son tan difíciles.
La tercera razón por la que Dios envió a Elías al instituto bíblico Querit fue para
enseñarle a depender del poder de Dios y no de sus propios recursos humanos.
Elías tuvo que aprender a depender de Dios para obtener comida y bebida, las
necesidades más básicas del ser humano. Este era un recordatorio diario de su
frágil humanidad y del poder milagroso de Dios.
El ministerio no puede ser sólo el producto del esfuerzo humano. El verdadero
avivamiento lleva al cristiano a reconocer que él/ella tiene un “tesoro” en vaso de
barro. Es cierto que Dios utiliza las habilidades y la educación, pero uno debe
aprender a fluir en el Espíritu y depender de los recursos sobrenaturales también.
La cuarta razón por la que Dios envío a Elías al instituto bíblico Querit
fue para que aprendiera a dejar a Dios ser Dios.
En Querit Elías aprendió quién era Dios realmente.
Uno debe prepararse en privado para lo que se hará en público.
En el profeta Elías fueron combinados de manera maravillosa una vida de soledad
dedicada a la comunión secreta y contemplativa con Dios, y un poder
extraordinario de acción, que de repente se manifestaba, y por el cual actuó
como un representante personal de Dios.
La música también era parte del plan de cursos en las escuelas de profetas. La
música tiene un poder libertador poderoso y era utilizado por los profetas de
manera muy eficaz. María, la profetiza, condujo al pueblo gozoso a cantar la oda
profética de Éxodo 15. Samuel le dijo a Saúl que se encontraría con una
compañía de profetas tocando instrumentos y profetizando (1 Samuel 10:5).
David, antes de que el templo fuera completado levantó una tienda para el Arca
del Pacto en el Monte de Sión e instituyó que hubiera adoración las 24 horas del
día todos los días. Había aprendido sobre el tremendo poder de la alabanza y la
adoración, el ambiente ideal para que la profecía fluya. A ciertos sacerdotes se
les ordenó profetizar con instrumentos (1 Crónicas 25:1-7). Se adoraba cuando la
atmósfera estaba llena de incredulidad y era difícil profetizar (2 Reyes 3:15).
Algunas secciones de los profetas menores y mayores originalmente eran cantos,
y posiblemente fueron cantadas por el profeta al dar la palabra. Edersheim habla
sobre el uso de la música por los profetas: “El efecto de la música nos desconecta
de las circunstancias que nos rodean, evoca sentimientos fuertes y nos hace
ceder implícitamente ante su influencia”[15]. Walter C. Kaiser Jr. siente que la
música: “tenía el efecto de silenciar los pensamientos y actitudes de angustia de
los profetas, y de establecer la teología en el contexto de la doxología”[16].
Cuando Elías estaba a punto de irse, le dijo a Eliseo que pidiera lo que quisiera
antes de que fuera quitado de él. Este probaría los valores, carácter y
determinación de Eliseo. Eliseo pidió una “doble porción del espíritu de Elías”.
Una “doble porción de su espíritu” es una referencia a Deuteronomio 21:17, en
donde el hijo primogénito recibe el doble cuando recibe su herencia para seguir
con el nombre y el trabajo de la familia. La solicitud de Eliseo de una “doble
porción” de Elías (hebreo) es una petición del derecho de ser el sucesor oficial de
Elías en el ministerio y en el liderazgo en las escuelas de profetas. La segunda
implicación de la petición de Eliseo de una doble porción de Elías (hebreo) tiene
que ver con el poder asociado con el profeta para llevar a cabo su difícil tarea. Lo
“difícil” para Elías era que ya que sólo Dios podía dar el regalo de su Espíritu a
alguien; era imposible que cumpliera la petición de Eliseo. La prueba sería ver si
Eliseo tenía la “habilidad de ver y comprender el mundo espiritual… y de un
visionario para penetrar los cielos”[17].
Las escuelas de profetas capacitaron hombres y mujeres para liderar
avivamientos en siglos venideros. Hulda aparentemente pertenecía a una de
estas escuelas porque vivía en ese barrio en la ciudad (2 Crónicas 34:22).
La experiencia de Elías en Querit es un ejemplo. “Descripción sin demostración es
inaceptable”. Estos son tiempos emocionantes y hay un mover sin precedentes
del Espíritu Santo. Debemos todos estar a la altura del desafío de dejar a Dios ser
Dios mientras preparamos a los estudiantes para pastorear un avivamiento.