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Elías en Querit

La preparación ministerial para el avivamiento


 
En el avivamiento, forma el carácter, personas de todas las edades se
convertirán, serán confrontadas  y llamadas al ministerio.
Es el lugar más lógico para ver la combinación de conocimiento y el fuego del
Espíritu. Estas personas deben ser capacitadas para preservar, propagar y
pastorear el avivamiento en un ambiente que entiende el significado y esencia
del avivamiento.  Lo que sigue es un análisis exegético de la experiencia de Elías
en el arroyo de Querit como una descripción del ambiente que prepara a las
personas para dirigir un avivamiento con el ejemplo.
Elías aparece de manera dramática en escena en medio de un tiempo de
apostasía, declive moral y sincretismo religioso.  Su nombre (eliyahu) significa “mi
Dios es Yahweh [el SEÑOR]” y refleja su carácter como un hombre totalmente
dedicado a Dios y refleja también la esencia del mensaje que proclama a Israel.
No hay registros de su parentesco, ocupación o su estilo de vida previo. Su
identidad como el tisbita (tishbiy) es incierta textualmente. Tishbiy quizá sea una
manera defectuosa de escribir colonizadores o quizá sea una referencia a un
grupo de personas de Tishbe en Galaad (como lo indica la Septuaginta).  Es
incierto saber a qué tribu pertenecía, aunque el hecho de que fuera de los
“habitantes de Galaad” hace probable que fuera de Gad o Manasés, ya que
Galaad estaba dividido entre ellos. Para todos los efectos y propósitos, Elías no
era nadie, un desconocido.

Santiago 5:17 describe a Elías como “Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras” (homoiopathes).  Santiago expresa que era un ser
humano normal con una naturaleza caída. No era un superhombre, pero sí
estaba seguro de tres cosas: Dios vive, Dios es el rey soberano y la Palabra de
Dios es verdad.

Su primer anuncio poderoso y penetrante a Acab fue, Vive Jehová Dios de


Israel (jahve elohyim yisrael). Esto marcó una fuerte diferencia con el dios de la
lluvia/trueno, Baal. 
En la religión canaanita, era Baal quien tenía autoridad sobre la lluvia.  Su
ausencia significaba la ausencia de Baal,
A pesar de que había una sequía severa, el Dios de Israel estaba vivo, activo y
trabajando.

La segunda declaración contundente y abrasadora de Elías fue: Es delante de Él


que estoy y a quien sirvo. Elias estaba listo para recibir órdenes del Dios
poderoso.  En esta declaración, Elías reconoce la autoridad indiscutible de Dios
sobre su vida y testifica a su consciencia de la presencia divina.

La tercera declaración que Elías hizo fue, “no habrá lluvia ni rocío en estos años,
sino por mi palabra”. 
Esto indica que Elías tenía un conocimiento previo de la Palabra de Dios.  La
conocía tan bien que la Palabra de Dios era su palabra. 
La extensión de su conocimiento de la Palabra es impresionante. 
La ausencia de rocío y lluvia significaba una severa sequía por desaprobación
divina.  Así, la sequía severa comenzó cuando Elías la declaró como una palabra
de juicio por haberse alejado de Dios y como una señal del poder y la soberanía
de Dios.
Si bien este milagro de juicio parece ser fácil de llevar a cabo, Santiago 5:17,18
indica que este fue respaldado por una vida constante de oración. Este el secreto
del poder de Elías.  Las Escrituras dicen que Elías “oró fervientemente”. Elías oró
“intensamente”, con frecuencia y con “deseo ferviente” de que Dios contestara
su oración.
El ministerio de Elías acababa de comenzar. Había experimentado el poder de
Dios, y luego la palabra de Dios viene a él para matricularlo en el Instituto Bíblico
Querit.
¿Por qué tiene que pasar tiempo ahí cuando quiere que el avivamiento empiece
ya?
Querit significa “separación” (las rocas habían sido separadas para dar paso al
agua).  Por lo tanto, el nombre describe un lugar donde la roca ha sido dividida
(separada) para dar lugar a la corriente de agua. 
Era un lugar de quebrantamiento, un lugar de separación como preparación al
fluir del río.
El Salmo 114:7,8 dice “A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la presencia
del Dios de Jacob, el cual cambió la peña en estanque de aguas, y en fuente de
aguas la roca”.
Elías tuvo que atravesar por un periodo de quebrantamiento y separación en la
presencia del Señor antes de que la lluvia pudiera caer, que el agua pudiera fluir,
y que Dios lo usara para un avivamiento poderoso.
La parte más difícil, es la formación del carácter de Cristo en nosotros.
Es el quebrantamiento, la separación y la disciplina las que son tan difíciles.

Hace algunos años, el departamento de educación cristiana de las Asambleas de


Dios creó un póster con Jesús entregando un diploma con sus manos con las
cicatrices de los clavos.  El texto del póster decía, “No importa lo que sabes, sino
a quién conoces“. Esto es verdad y conocer a Jesús es participar de su
sufrimiento y muerte. Ser como Jesús es el objetivo de toda la educación
cristiana.
 
La primera razón por la que Dios envió a Elías al instituto bíblico Querit fue para
ayudarlo a adquirir una visión más realista del avivamiento y ministerio, en
lugar de tener una idea irreal e inflada de si mismo.  

Elías necesitaba ser confrontado con la realidad. Tras su dramático éxito al


anunciar la sequía y al ver cómo Dios lo usó, Elías quizá tuvo la idea de que servir
a Dios siempre sería una experiencia maravillosa y poderosa.  Quizá no estaba al
tanto de todas las ramificaciones de sus actos, así que Dios le ordenó esconderse
por un tiempo. Elías inmediatamente obedeció la orden del Señor.
Muchos estudiantes llegan al instituto bíblico con una visión irreal del ministerio. 
Hay algunos que llegan creyendo que les dará algún tipo de prestigio o
reconocimiento en su iglesia. 
Este es un problema especial en Latinoamérica debido al concepto paternalista
del liderazgo y los modelos “caciquistas“ que prevalecen.  
Después de algunos meses, los estudiantes se quejan de que eran más
“espirituales” antes de entrar al instituto, como si el estudio los hubiera hecho
perder su fervor.  Lo que realmente ha ocurrido es que han perdido su “visión
romántica” del ministerio, no su espiritualidad.
¡El avivamiento es algo maravilloso! ¡Experimentar a Dios es increíble!  El
ministerio es en efecto el “premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús”.  Sin embargo, el avivamiento también tiene su lado negativo y difícil.
El avivamiento requiere atravesar un proceso muy doloroso de humillación y
arrepentimiento.  Es un remover de cosas en nuestra vida, es separación
[santificación] a un nivel más profundo, y es un llamado a la santidad.  Puede ser
comparado con el cáncer y el tratamiento de este. 
El cáncer es una enfermedad mortal y el tratamiento es peor que la
enfermedad.
Tiene que removerse todo con cirugía o tiene que quemarse con quimioterapia o
radiación.  La quimioterapia y la radiación llevan a una persona al borde de la
muerte y después, si el tratamiento es exitoso, la trae de vuelta a la vida.
El arrepentimiento es a nivel personal y también colectivo. El arrepentimiento y
la santidad no son temas populares. 
Entre más remueve Dios, más sale el pecado a la superficie y parece que los
peores pecadores son aquellos que abrazan el avivamiento.
¿Quiénes entran al instituto bíblico? Cuando el avivamiento comienza en un
instituto bíblico, los pecados serios son confesados y los traumas secretos del
pasado salen a la luz.
Uno comienza a preguntarse, ¿acaso Dios no llama a nadie normal al
ministerio?  La respuesta es no, Dios llama a gente quebrada al ministerio. 

Tienen que ser restaurados para restaurar a otros.


El avivamiento es complicado.  No todos entenderán ni estarán de acuerdo. 
Predicar en contra del pecado es encontrarse con mucha resistencia, crítica y
oposición.  Acab no consideraba a Elías un hombre santo de Dios. Él consideraba
a Elías como un “alborotador”. Elías descubrió que no estaba exento de las
consecuencias de la sequía.  El arroyó se secó para él también (1 Reyes 17:7). 
Tuvo que aprender que el avivamiento y el ministerio significaban identificarse
con el sufrimiento de la gente
 
La segunda razón por la que Dios envió a Elías al instituto bíblico Querit fue
para ayudarlo a distinguir entre el legalismo, los prejuicios personales y la
religiosidad, y la clara enseñanza de la Palabra de Dios.
Los cuervos se han considerado como un presagio de infortunio, tragedia y
muerte.   En la tradición hebrea, se consideraban animales impuros,
contaminados y una abominación debido a sus hábitos alimenticios (Levítico
11:15; Proverbios 30:17). 
Los cuervos normalmente comían carroña. Consumían restos de vísceras y carne
echada a perder que los chacales y hienas habían dejado en los esqueletos de los
animales muertos en el desierto. 

Los cuervos de Dios no le llevaron a Elías un corte argentino y pan recién


horneado. Le llevaron basura. Elías tuvo que experimentar un cambio grande.

El avivamiento siempre implicará cambios. 

La tercera razón por la que Dios envió a Elías al instituto bíblico Querit fue para
enseñarle a depender del poder de Dios y no de sus propios recursos humanos.
Elías tuvo que aprender a depender de Dios para obtener comida y bebida, las
necesidades más básicas del ser humano.   Este era un recordatorio diario de su
frágil humanidad y del poder milagroso de Dios.
El ministerio no puede ser sólo el producto del esfuerzo humano. El verdadero
avivamiento lleva al cristiano a reconocer que él/ella tiene un “tesoro” en vaso de
barro. Es cierto que Dios utiliza las habilidades y la educación, pero uno debe
aprender a fluir en el Espíritu y depender de los recursos sobrenaturales también.

            La cuarta razón por la que Dios envío a Elías al instituto bíblico Querit
fue para que aprendiera a dejar a Dios ser Dios.    
En Querit Elías aprendió quién era Dios realmente.
Uno debe prepararse en privado para lo que se hará en público. 
En el profeta Elías fueron combinados de manera maravillosa una vida de soledad
dedicada a la comunión secreta y contemplativa con Dios, y un poder
extraordinario de acción, que de repente se manifestaba, y por el cual actuó
como un representante personal de Dios.

La oración de Elías en la confrontación en el Monte Carmelo fue una obra


maestra de sencillez y sinceridad.  En aproximadamente seis palabras en el texto
original en hebreo, Elías pide al Dios de Abraham, Isaac y Jacob que en ese día se
conozca que Él es Dios y que no hay otro (1 Reyes 18:36-37).  No hay necesidad
de una oración aburrida o interminable.  Él había orado fervientemente en Querit
por más de tres años. Ahora era tiempo de presenciar el poder de Dios. “Sea hoy
manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato
tuyo he hecho todas estas cosas”. Y después el fuego del Señor descendió.
Muchos quieren que el fuego caiga sin preparación y sin oración. No funciona así.
Después de matar a los profetas de Baal, Elías oró otra vez, esta vez para pedir
lluvia. Es interesante ver las características de Elías. Primero, se apartó de la
multitud y subió a la cumbre del Carmelo y se encerró en la privacidad de sus
pensamientos con Dios para pedirle precisamente lo que el Señor había
prometido hacer.  Segundo, se postró en oración ante Dios, y puso su rostro
sobre sus rodillas, demostrando con su cuerpo el estado de su corazón y alma. En
la Biblia no hay una postura preferida o recomendada para orar, pero siempre es
correcto que todo el ser de la persona entre en oración para que sea un ejercicio
de todo el ser guiado por el Espíritu. Tercero, Elías fue persistente en la oración,
porque envió a verificar, no sólo una vez sino siete veces, si la respuesta ya
estaba en camino. Cuarto, tenía plena confianza y expectativa de que Dios
respondería su oración. Finalmente, basó su oración en las promesas de Dios[10].
La esencia del avivamiento es confesar “Jehová es el Dios, Jehová es el Dios” y
volver el corazón a él.  Él es el único Dios incomparable. Los historiadores y
teólogos de la iglesia están diciendo que el obstáculo más grande para el
evangelismo en la era posmoderna es el sincretismo. El avivamiento nos llama a
definir dónde estamos parados. No puede ser Dios y Baal. “Si Jehová es Dios,
seguidle; y si Baal, id en pos de él”, pero no pueden ser los dos.  El instituto
bíblico debe insistir que no hay salvación fuera de él.  Elías le preguntó a Israel,
“¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?”  El verbo
(hebreo) es la famosa palabra utilizada para Pascua. Se refiere a las personas que
no caminan derecho, sino que parecen ebrios. Es decir, el pueblo era voluble,
inconstante y ampliamente sincrético en su fe[11].   Puede interpretarse como
titubear en un cruce (denotando ramas o intersecciones o incluso muletas)[12]. 
Debemos decidirnos de una vez por todas si estamos fuera o dentro del
avivamiento.   Elías tomó su decisión; cada líder debe tomar la suya.  En el
instituto bíblico, todos (administradores, docentes, estudiantes y trabajadores)
tienen que comprometerse con el avivamiento, y así como en los días de Asa, NO
es opcional (2 Crónicas 15:12, 13).
 
 Los forza a abandonar sus ideas románticas e irreales sobre el ministerio.
 Rompe las estructuras y les ayuda a discernir la enseñanza esencial de la
Palabra de Dios.
 Les enseña a depender del poder de Dios y no de sus propios recursos
humanos.
 Los forza a definirse a sí mismos y a aprender a dejar a Dios ser Dios.

Después de la gran confrontación y victoria en el Monte Carmelo, muchos se


quedan perplejos ante la actitud de Elías en 1 Reyes 19.  ¿Cómo es que Elías
podía moverse de manera tan poderosa en el Espíritu un momento y luego huir
para salvar su vida al otro?  El avivamiento nunca es un evento permanente.
Viene en olas.  Elías sigue siendo humano. Debido a que había llovido, él sabe que
Jezabel puede matarlo. Está cansado. Se siente solo. Cree que ya no hay nada
más que hacer. Probablemente quiere quedarse en la fase “de mí para mí” del
avivamiento como la experimentó en el instituto bíblico Querit, pero Dios quiere
que mentoree a otros y enseñe sobre avivamiento en otros contextos del
instituto bíblico. Necesita pastorear el avivamiento y enseñar a otros a hacerlo.
De otra manera, no habrá resultados a largo plazo.
Después de que Dios le permitió a Elías descansar y satisfizo sus necesidades
físicas, Dios trató con la necesidad de garantizar la continuidad del ministerio de
Elías para que el avivamiento pudiera extenderse.  Elías ungió a Eliseo para ser su
sucesor y juntos establecieron varios institutos bíblicos o escuelas para profetas.
El llamamiento de Eliseo por Elías se simboliza al echar el manto (hebreo) sobre el
profeta prospecto. Esos mantos normalmente estaban hechos de pelo de animal
(Génesis 25:25) y podían ser muy hermosos (Josué 7:21-24)) y elaborados (Jonás
3:6). El manto hecho de pelo identificaba a la persona que lo usaba como profeta
(Zacarías 13:4). Al echar su manto sobre Eliseo, Elías estaba indicando que la
carga de su oficio caería sobre Eliseo en el futuro.   Este gesto simbólico es similar
a la venida del Espíritu de Dios en algunos pasajes y es análogo a “la mano de
Yahweh” que viene sobre el profeta durante la función profética[13].  Eliseo
inmediatamente entiende la importancia de este acto y deja su vocación para
convertirse en el asistente de Elías. En 1 y 2 de Reyes, el manto también se vuelve
un símbolo de autorización y confirmación de que Eliseo es el sucesor legítimo de
Elías. Es una señal de la elección de Yahweh de un profeta y del poder de Yahweh
sobre un individuo. Representa la cobertura de un individuo con el Espíritu del
Señor.
Elías y Eliseo establecieron escuelas de profetas en Gilgal, Betel y Jericó. Estos
fueron grupos llamados “hijos de los profetas” bajo la autoridad y enseñanza de
un “padre” o mentor. Estaban casados, tenían hijos y vivían en sus propias casas.
De acuerdo con 2 Reyes 4 y 6 eran pobres. Con la excepción de 1 Reyes 20:35-43,
las narraciones sobre los hijos de los profetas señalan a Eliseo como su líder y
maestro. Esto es evidente de manera especial en 2 Reyes 4:38 y 6:1, donde se
establece que los profetas “estaban” con Eliseo.  El verbo (hebreo) tiene un doble
significado, “sentarse” y “morar”.  En el versículo 4:38, la intención claramente es
indicar que los profetas tenían la costumbre (el participio hebreo indica una
acción continua) de sentarse a los pies de Eliseo, lo que implica que les enseñaba.
En estos “institutos bíblicos” el tema principal no pudo haber sido enseñarles a
ser profetas y cómo recibir la revelación de Dios, ya que el contenido de sus
mensajes como profetas no podía ser aprendido, sino que sólo podía ser recibido.
Por lo tanto, Eliseo pudo haberles enseñado sobre la historia de la revelación de
Dios, sobre los problemas morales implícitos en la Torah y, quizá, sobre el
cuidado pastoral[14].

La música también era parte del plan de cursos en las escuelas de profetas. La
música tiene un poder libertador poderoso y era utilizado por los profetas de
manera muy eficaz. María, la profetiza, condujo al pueblo gozoso a cantar la oda
profética de Éxodo 15.  Samuel le dijo a Saúl que se encontraría con una
compañía de profetas tocando instrumentos y profetizando (1 Samuel 10:5). 
David, antes de que el templo fuera completado levantó una tienda para el Arca
del Pacto en el Monte de Sión e instituyó que hubiera adoración las 24 horas del
día todos los días. Había aprendido sobre el tremendo poder de la alabanza y la
adoración, el ambiente ideal para que la profecía fluya. A ciertos sacerdotes se
les ordenó profetizar con instrumentos (1 Crónicas 25:1-7). Se adoraba cuando la
atmósfera estaba llena de incredulidad y era difícil profetizar (2 Reyes 3:15). 
Algunas secciones de los profetas menores y mayores originalmente eran cantos,
y posiblemente fueron cantadas por el profeta al dar la palabra. Edersheim habla
sobre el uso de la música por los profetas: “El efecto de la música nos desconecta
de las circunstancias que nos rodean, evoca sentimientos fuertes y nos hace
ceder implícitamente ante su influencia”[15].  Walter C. Kaiser Jr. siente que la
música: “tenía el efecto de silenciar los pensamientos y actitudes de angustia de
los profetas, y de establecer la teología en el contexto de la doxología”[16].
Cuando Elías estaba a punto de irse, le dijo a Eliseo que pidiera lo que quisiera
antes de que fuera quitado de él.  Este probaría los valores, carácter y
determinación de Eliseo. Eliseo pidió una “doble porción del espíritu de Elías”.
Una “doble porción de su espíritu” es una referencia a Deuteronomio 21:17, en
donde el hijo primogénito recibe el doble cuando recibe su herencia para seguir
con el nombre y el trabajo de la familia.  La solicitud de Eliseo de una “doble
porción” de Elías (hebreo) es una petición del derecho de ser el sucesor oficial de
Elías en el ministerio y en el liderazgo en las escuelas de profetas. La segunda
implicación de la petición de Eliseo de una doble porción de Elías (hebreo) tiene
que ver con el poder asociado con el profeta para llevar a cabo su difícil tarea.  Lo
“difícil” para Elías era que ya que sólo Dios podía dar el regalo de su Espíritu a
alguien; era imposible que cumpliera la petición de Eliseo.  La prueba sería ver si
Eliseo tenía la “habilidad de ver y comprender el mundo espiritual… y de un
visionario para penetrar los cielos”[17].
Las escuelas de profetas capacitaron hombres y mujeres para liderar
avivamientos en siglos venideros. Hulda aparentemente pertenecía a una de
estas escuelas porque vivía en ese barrio en la ciudad (2 Crónicas 34:22).
La experiencia de Elías en Querit es un ejemplo. “Descripción sin demostración es
inaceptable”.  Estos son tiempos emocionantes y hay un mover sin precedentes
del Espíritu Santo.  Debemos todos estar a la altura del desafío de dejar a Dios ser
Dios mientras preparamos a los estudiantes para pastorear un avivamiento.

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