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Universidad Nacional de Itapúa

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS

Especialización en Derecho Civil

MÓDULO: CONTRATOS
PROF. JOSÉ DOS SANTOS

“COMENTARIO A FALLO NACIONAL


RELACIONADO CON EL DERECHO
CONTRACTUAL”

INTEGRANTES:

CUQUEJO BENITEZ, NILDA NOELIA


FLEITAS RIVAS, SONIA BEATRIZ
LINARES ESTIGARRIBIA, ROBERTO ANTONIO
PRADO PRADO, TATIANA ELIZABETH
SILVA RUVIARO, MARISELA

Diciembre, 11 - 2020
Encarnación - Paraguay
Especialización en Derecho Civil CONTRATOS

COMENTARIO A FALLO NACIONAL RELACIONADO CON EL DERECHO


CONTRACTUAL

I. PARTE DESCRIPTIVA

1. Hechos en que consiste el caso.

El fallo, objeto de análisis del presente trabajo, se caratula: “ROLANDO ARIEL


BARRIOS BENÍTEZ C/ AUGUSTO MARTÍNEZ DUARTE Y OTROS S/ RESOLUCIÓN
DE CONTRATO/ DEVOLUCIÓN DE SUMA DE DINERO”.

- Las partes del litigio son:

a) Demandante: Rolando Ariel Barrios Benítez.

b) Demandados: Augusto Martínez Duarte y Gertrudis Cáceres de Martínez

El mismo tuvo su origen a través de una acción de “Resolución de contrato, devolución de


dinero e indemnización de daños e intereses”, promovida por el señor Rolando Ariel Barrios
Benítez, ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial del tercer turno, de la ciudad
de Encarnación, en contra de los señores Augusto Martínez Duarte y Gertrudis Cáceres de
Martínez, de quienes había adquirido un vehículo automotor (tipo Camioneta, modelo Hilux,
marca Toyota, color rojo, del año 1996) que se encontraba inscripto en la Dirección Nacional del
Registro de Automotor a nombre del Sr. Carlos Alberto Lovera Palacios, a través de un contrato
privado con certificación de firmas, por la suma de Gs. 50.000.000 (cincuenta millones de
guaraníes) íntegramente abonada en el acto de celebración del mencionado contrato.-

Dicho vehículo se encontraba gravado con un embargo al momento de la celebración del


contrato (las partes alegaron no tener conocimiento de dicha medida cautelar). Posteriormente, el
rodado fue secuestrado en el marco de otro proceso, encontrándose en trámite su escrituración.

Cabe destacar, que en la cláusula cuarta del contrato, los vendedores se comprometieron a
realizar los trámites necesarios para hacer otorgar la posterior Escritura Pública de Transferencia
del vehículo individualizado precedentemente, libre de todo gravamen y en legal forma a favor del
comprador o de la persona indicada por este.-

Además, el demandante peticionaba la suma de Gs. 20.000.000 (veinte millones de


guaraníes) en concepto de daños y perjuicios causados por el incumplimiento del referido
contrato. Al momento de la contestación, la parte demandad manifiesta que no puede requerirse
resolución del contrato sino su nulidad, quedando trabada la Litis en tales términos y posterior a
la etapa probatoria, finalmente, se dictó la S.D, que resolvió:
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1) Hacer Lugar, con costas, a la demanda de resolución de contrato y devolución de suma


de dinero promovida por Rolando Ariel Barrios Benítez en contra de los Sres. Augusto Martínez
Duarte y Gertrudis Cáceres de Martínez y, en consecuencia;

2) Ordenar la devolución del dinero recibido por los Sres. Augusto Martínez Duarte y
Gertrudis Cáceres de Martínez, en concepto del contrato de compraventa del vehículo
individualizado anteriormente; que asciende a la suma de Gs, 50.000.000 (cincuenta millones de
guaraníes);

3) Condenar, a los demandados Sres. Augusto Martínez Duarte y Gertrudis Cáceres de


Martínez, a que en el plazo de X días, efectúen el pago que asciende a la suma de Gs. 10 000 000
(diez millones de guaraníes), en concepto de daños y perjuicios causados por el incumplimiento
del referido contrato

La S.D. de primera instancia fue objeto de recursos de apelación y nulidad interpuestos por
el representante de los demandados Augusto Martínez Duarte y Gertrudis Cáceres de Martínez, los
que fueron concedidos libremente y con efecto suspensivo.

En relación a los hechos alegados en el recurso de nulidad, los recurrentes expresaron


agravios solicitando la declaración de nulidad de la sentencia por considerarla infundada e
incongruente. Sostenían que los considerandos de la sentencia recurrida contaban con ocho
escuetos párrafos y que la mitad de ellos estaban destinadas a exhibir las normas que el juzgado
estimó acertadas para decidir el caso y condenarlos, para luego pasar directamente a fallar el caso.

La adversa contestó diciendo que los recurrentes intentaban desviar la atención del
verdadero sentido de las pretensiones justas, precisas y jurídicas realizadas, ya que la jueza a quo
interpretó correctamente todos y cada uno de los elementos al momento de dictar la sentencia y
que bajo ningún concepto se ha violado precepto legal alguno, solicitando se declare desierto el
recurso de nulidad de conformidad a lo expuesto por el art. 419 del C.P.C.

El Tribunal resolvió desestimar el recurso de Nulidad por improcedente.

Por otro lado, en el recurso de Apelación, al expresar agravios los apelantes decían que es
errada la resolución al haberse basado en un hecho anterior al perfeccionamiento del contrato -la
existencia de un previo embargo- pudiendo ser solamente causa de resolución del contrato hechos
posteriores a su celebración y que al haberse solicitado su resolución no puede reencausarse la
pretensión del actor. Al referirse a la indemnización de daños y perjuicios, indicaban que no hubo
una concreta invocación de un daño cierto probado y que la sentencia no ofrecía ningún
argumento a su favor puesto a que no existía, peticionando hacer lugar a la apelación y desestimar
la demanda, con costas.

La parte recurrida, contestó exponiendo que los demandados a sabiendas del embargo
ejecutivo han suscripto el contrato, siendo de cumplimiento imposible, teniendo en cuenta el
compromiso y obligación de hacer transferir el rodado libre de embargos, gravámenes y
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restricciones de dominio, recibiendo sumas dinerarias y que la indemnización de daños y


perjuicios procedía teniendo en cuenta la imposibilidad de los demandados de transferir el bien
libre de todo gravamen, solicitando la confirmación de la sentencia, con costas.

Finalmente, el tribunal resolvió confirmar los apartados primero y segundo de la Sentencia


apelada y revocar el artículo tercero de la misma.

2. Itinerario procesal seguido.

2.1. Una vez trabada la litis en primera instancia, se produjeron las siguientes pruebas:

a) parte actora: testificales e informes del Registro de Automotor b) parte demandada:


confesoria de Rolando Barrios.

2. Posteriormente, se presentaron los alegatos. Se llamó autos para sentencia.

2.2. La S.D. favoreció en todas sus pretensiones a la parte actora, estableciendo la suma de Gs.
10.000.000 en concepto de indemnización.-

2.3. En consecuencia, los demandados interpusieron recursos de Nulidad y Apelación, los que
fueron concedidos libremente y con efecto suspensivo.

2.4. El Tribunal, ordenó expresar agravios y antes del estudio de los antecedentes del caso,
resolvió plantear y votar las siguientes cuestiones: I) ¿es nula la resolución recurrida? II) en su
caso ¿es ella justa? III) Pronunciamiento sobre costas.

2.5. El tribunal de Apelación, luego del análisis y voto de sus miembros, sobre la cuestión
planteada resolvió lo siguiente:

2.5.1 Desestimar el Recurso de Nulidad.

2.5.2 Confirmar el primer y segundo apartado, y revocar el apartado que confiere el pago
por indemnización.

2.5.3 Interponer Costas en ambas instancias de manera proporcional, 90% al demandado y


10% a la parte actora.

3. Cuáles son las pretensiones de las partes

Las pretensiones del recurrente contra la S.D. peticionó:

• La declaración de nulidad de la S.D de primera instancia, por considerarlo infundada e


incongruente.

• La revocación total de la S.D. que declara la resolución del contrato, impone la devolución
del precio pago al comprador y la indemnización por daños e intereses, por considerar la
resolución de primera instancia una interpretación y aplicación de la leyes en forma errada de la
A-quo y consecuentemente que las costas sean impuestas a la parte actora.-
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Las pretensiones de la adversa en segunda instancia peticionó:

• La confirmación in totum de la Sentencia Definitiva y la expresa imposición de las costas


de la segunda instancia al recurrente.

4. ¿Cuál es el problema jurídico principal?

El debate jurídico principal se basa en la procedencia o no de la pretensión principal


consistente en la resolución de contrato y la devolución del precio pagado; como así también de
las pretensiones accesorias referidas a la disminución del precio pagado y la indemnización de
daños y perjuicios.

Resolución de Contrato:

El instrumento cuya resolución se solicita es un contrato privado de compraventa con


certificación de firmas del vehículo automotor individualizado anteriormente.

En este sentido, debemos señalar que el apelante, al momento de solicitar la revocación de


la sentencia analizada y el rechazo de la demanda interpuesta, expresa que la causa, hecho o
motivo de la resolución de contrato invocada por la parte actora, no constituye motivo o razón
para la procedencia de la acción instaurada, atendiendo a que la misma es pre-existente a la
celebración y perfeccionamiento del contrato de compraventa. Alega que la resolución de contrato
solo es procedente por causas o hechos posteriores a la celebración del contrato y que en todo caso
la pretensión que poseía el actor era la nulidad de contrato o recisión de contrato.

El Tribunal de Apelaciones, en mayoría, entendió que conforme a los Principios de


UNIDROIT y en base a los principios de buena fe en el ejercicio de los derechos y teniendo en
cuenta los requisitos para la procedencia de la resolución de los contratos, que son: a) el
incumplimiento; b) la culpa atribuible a una de las partes y la mora; c) falta de culpa a la otra
parte, ello conforme a los arts. 721 y 724 del C.C., por lo cual corresponde confirmar la sentencia
impugnada.

Igualmente, el Tribunal señala que, si bien la recisión de contrato procede en virtud de


causas previas a la celebración del contrato, tiene en cuenta que el incumplimiento de parte del
apelante se basa en la imposibilidad de transferencia del vehículo libre de todo gravamen, cuestión
que implica que al momento de la celebración del contrato, han tomado la responsabilidad del
levantamiento de todas las medidas cautelares existentes y posteriores que pudieren decretarse, los
cuales constituyen hechos posteriores a la celebración del contrato y que no fueron cumplidas, por
lo cual corresponde la resolución de conformidad al art. 725 del C.C.

Que, la fundamentación del Tribunal de Apelaciones en minoría, fundamenta que el


vendedor se obligó a realizar los trámites de perfeccionamiento de la escritura traslativa de
dominio mediante el citado contrato de compraventa, obligación de carácter posterior a la
celebración del contrato y señala que conforme a las pruebas que obran en el expediente, el
contrato es de cumplimiento imposible, ello de conformidad a los arts. 725, 719 y 724 del C.C.
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En cuanto a la nulidad del contrato señalada por el apelante, expresa que no es la vía
adecuada para reclamo que debía realizar el actor, atendiendo a que no se alegan vicios de la
voluntad o consentimiento, ni se invoca lesión alguna.

La devolución del precio pagado:

Existe unanimidad del Tribunal en cuanto al criterio de la devolución del precio pagado
por el vehículo, estableciendo la suma a ser devuelta al actor en Gs. 50.000.000, conforme al art.
765 del C.C.

Disminución del precio pagado por uso y desvalorización:

En cuanto a la disminución por la devaluación sufrida por el vehículo automotor, el


Tribunal de Apelaciones en mayoría entiende que no existen elementos probatorios para
determinar la devaluación sufrida y por lo cual no corresponde el rubro reclamado.

En cambio, el Tribunal de Apelaciones en minoría, entendió que de conformidad al art.


765 del C.C. se debe restituir la suma percibida por el actor con una disminución del 10% por el
uso del vehículo, estableciéndose en la suma de Gs. 5.000.000, atendiendo al uso del vehículo y su
año de fabricación.

Indemnización de Daños y Perjuicios:

La parte agraviada aduce que no hubo una concreta invocación de un daño cierto probado,
además de aducir que el mismo no existe, en cambio la parte actora invoco que el despojo de la
camioneta le produjo un daño al no poder realizar las actividades cotidianas y laborales.

El Tribunal de Apelación en mayoría sostiene que la indemnización de daños y perjuicios


no corresponde atendiendo al art. 765 del C.C., es decir atendiendo a que no se trata de un
vehículo de propiedad de un tercero sino de un bien propio que no ha ido inscripto en los registros
públicos.

Que, el citado Tribunal en minoría votó por la confirmación de la condena a pagar la


indemnización de daños y perjuicios, basado en el art. 451 del C.C., entendiendo que la
inejecución de la obligación pactada, ha lesionado los intereses del actor por hecho mismo del
incumplimiento, menoscabo real y efectivo conforme consta en las constancias del expediente.

5. Decisión (fallo) que toma el Tribunal.

El tribunal de apelación, segunda sala, de la tercera circunscripción judicial de la república,


integrada por los magistrados César Ramón Cáceres Benítez, Luis Fernando Royg Benítez y
Miguel Ángel Vargas Díaz, bajo la presidencia del primero de los nombrados arribó a la decisión
de: 1) Desestimar el recurso de nulidad interpuesto, 2) Confirmar los apartados primero y
segundo de la parte dispositiva de la S.D. N° 55/17/03, dictada el 07 de marzo del 2017; y en
consecuencia revocar el tercer apartado de la misma y finalmente, 3) Imponer, las costas de ambas
instancias en la forma proporcional, en un 90% a los demandados y en un 10 % al actor.-
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Sin embargo, la decisión no ha sido por unanimidad, debido a la disparidad de criterios


entre dos magistrados, principalmente en relación a la restitución del precio pagado por el
vehículo automotor y su desvalorización a consecuencia del tiempo de uso, la procedencia de la
indemnización por daños e intereses, como así también respecto a la imposición de costas.

En tal sentido, el preopinante ha votado por el reintegro total al actor de la suma abonada a
los demandados en concepto de pago por el vehículo, que asciende la suma de Gs. 50.000.000.,
mientras que, por su parte, el magistrado Miguel Ángel Vargas, sostiene que dado el tiempo de
uso de vehículo en cuestión (desde la fecha de su entrega en posesión: 16/12/2013 hasta la fecha
del secuestro: 05/02/2015 y de su año de fabricación, conteste al art. 765 del C.C,) a su criterio
amerita una disminución de 10% del precio pagado, es decir, 5.000.000 de gs. menos.

Por otro lado, también yace divergencia sobre la procedencia de la indemnización de daños
requerida por el actor como derivación directa de la resolución del contrato. En dicho punto el
preopinante sostiene que no corresponde dicha indemnización, en base a la normativa citada más
arriba -art.765 cc- en contraposición a los sostenido por el magistrado Vargas, quien basado en art.
451 del CC, manifiesta que la inejecución de la obligación por parte de los demandados ha
lesionado, indudablemente, el interés del demandante, que al ser real y efectivo y no puramente
eventual o hipotético, da lugar al resarcimiento por razones de justicia.

Finalmente, en lo tocante a la imposición de costas, el preopinante sostuvo que las de


ambas instancias deben imponerse proporcionalmente, en un 90% a los demandados y en un 10 %
a la actora, con fundamento en lo dispuesto por el art. 195 y el art. 203 inc. “c” del C.P.C.,
mientras que el magistrado Miguel Vargas considera que por imperio de lo dispuesto en el inciso
a) del art. 203 del C.P.C, corresponde imponer las costas de esta a instancia a los recurrentes,
quedando diferida la regulación de los honorarios profesionales para cuando estén fijados los que
correspondan a la primera instancia.-

Con respecto al segundo miembro de la sala, el mismo se adhirió al voto del preopinante,
razón por la cual se justifica la decisión adoptada. –

6. Motivación jurídica de la decisión.

En el fallo objeto de análisis se puede observar que, como primera cuestión fue
considerado el recurso de nulidad interpuesto por el recurrente (parte demandada), llegándose a la
conclusión por unanimidad de los magistrados en la improcedencia y consecuentemente la
desestimación de este recurso. Seguidamente el Tribunal ha desarrollado la segunda cuestión
(recurso de apelación), iniciándose con la pre-opinión del Magistrado César R. Cáceres Benítez
con voto de adhesión del Magistrado Luis Fernando Royg y la opinión en disidencia del
Magistrado Dr. Miguel Ángel Vargas.

El estudio se inició con la examinación de los agravios del apelante y la contestación de la


otra parte, resaltando las pretensiones de ambas partes en el juicio, tomando esto como primera
base del fallo, posteriormente se analizó el contrato celebrado entre las partes, las condiciones
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establecidas en el mismo, las pruebas aportadas al juicio, las causas del incumplimiento, la
procedencia de la resolución del contrato, los daños e intereses y finalmente las costas del proceso.
En este sentido finalmente el Tribunal con resolvió hacer lugar a la resolución del contrato
específicamente motivado en que la parte actora demostró que efectivamente existió un
incumplimiento por parte de los vendedores quienes al celebrar el contrato se habían
comprometido en que la transferencia del vehículo seria libre de todo gravamen. Se decidió
revocar el tercer apartado de la Sentencia Definitiva al no existir elementos de convicción
suficiente. Sobre la tercera cuestión, respecto a las costas el Tribunal por mayoría resolvió
imponer en ambas instancias en forma proporcional en un 90% a los demandados y en un 10% a la
actora con fundamento a lo dispuesto al art. 195 y 203 inc. c del C.P.C.

II. PARTE CRÍTICA

1. Contexto jurídico del caso: Resolución de Contrato/ Devolución de Dinero/


Indemnización de Daños y Perjuicios.

2. Relevancia de la Sentencia.

a) Su importancia.

En el caso en cuestión, se realza la “Aspiración de justicia” del sujeto perjudicado de la


relación jurídica, como también la acertada decisión del Tribunal a las pretensiones de las partes.

A la luz de lo expuesto en la resolución, la importancia se denota en la correcta aplicación


de las normas jurídicas y de los principios procesales que deben de primar en toda relación
procesal. Es así, que el Tribunal al momento de realizar el análisis de las pretensiones, tanto de la
parte recurrida como de la recurrente, ha aplicado el derecho basado principalmente en los
principios de congruencia y de la buena fe.

El principio de Congruencia es sumamente importante en el proceso judicial, pues obliga al


Juez al momento de resolver el caso, a ajustar sus decisiones a los hechos expuestos
exclusivamente por las partes en el proceso, en tiempo y forma, resguardando el respeto a los
términos de la litis a fin de que dicha decisión se ajuste a ella en forma conveniente, o sea,
congruente.

En el caso en cuestión, no puede decirse que ha sido violado el principio de congruencia,


dado que, analizada detenidamente la resolución impugnada, puede advertirse que la jueza a-quo
declaró íntegramente el derecho de las partes, concediendo lo que fue objeto de petición, sin
conceder lo que no se pidió, o más de lo que se pidió.

Por otro lado, es sumamente importante enfatizar el principio de buena fe que fue aplicado
y tenido en cuenta al resolverse el juicio. Nuestro código prescribe imperativamente el ejercicio de
los derechos de buena fe, estándar de conducta que exige honestidad y probidad en las
transacciones, por tanto, debe regir en toda relación contractual como principio cardinal, cobijado
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por uno de los principios más importantes en Derecho Civil: el Pacta sunt servanda, que significa
“los contratos están para cumplirse”.

Además de lo ya expresado, observamos que se halla presente en esta resolución la


seguridad jurídica que subyace en los contratos bilaterales, pues las partes se hayan gobernados
por el principio de la “Autonomía de la Voluntad”, considerándose como la ley misma todo lo
pactado en él, pues sabido es, que todo contrato legalmente celebrado es una ley para los
contratantes y sólo puede ser invalidado por consentimiento mutuo o por causas legales,
otorgando, en consecuencia, seguridad al negocio jurídico suscripto por las partes.

En este caso en particular, los accionados se obligaron libremente a realizar los trámites de
perfeccionamiento de la escritura de dominio a favor del comprador, incumpliendo con sus
obligaciones. En tal sentido, el Tribunal resolvió la resolución del contrato en cuestión y la
restitución de lo abonado en concepto de pago.

Por tanto, la importancia de la resolución estudiada y analizada, radica en el respeto y en


la correcta aplicación de las normas jurídicas vigentes y los principios procesales al momento de
resolverse el caso.

b) Sus repercusiones.

La decisión del Tribunal resulta de gran trascendencia para el sistema jurídico procesal
paraguayo, pues implica que, en caso de existencia de un juicio similar, la misma sirva como
jurisprudencia para resolver de manera favorable el litigio.

Es inadmisible un cambio radical de criterio por parte de los jueces en materia de


resolución de contratos, estando reunidos los presupuestos legales para su procedencia, debiendo
los mismos hacer primar los sólidos e insoslayables principios perfectamente enunciados en la
resolución.

3. Análisis de la resolución del problema jurídico.

- ¿Está adecuadamente determinado el régimen jurídico aplicable?

- ¿Cuáles son los criterios interpretativos seguidos?

El criterio seguido por el Tribunal de Apelación es eminentemente deductivo, teniendo en


cuenta que la conclusión de la decisión de los magistrados infiere de las premisas que le
anteceden, es decir de la conjunción entre las cuestiones fácticas y jurídicas que al ser subsumidas
hacen derivar la necesaria aplicación de las consecuencias y/o sanciones legalmente establecidas

Cabe mencionar que en una interpretación deductiva nos permiten referir los objetos o
fenómenos estudiados a las leyes que los rigen; de igual manera, permiten descubrir una
consecuencia desconocida, a partir de un principio conocido.
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Además, realizaron una interpretación estricta de la norma, según el cual el texto de la ley
debe ser interpretado estrictamente, cuya situación se da en el fallo analizado, pues el tribunal se
limitó exclusivamente analizar y aplicar la norma de la manera establecida en la misma.

- ¿Qué principios se manejan?

Los Principios de UNIDROIT son los que habitualmente y de forma constante se vienen
aplicando por nuestros Tribunales al momento de resolver cuestiones referentes a contratos, como
es el caso de la sentencia analizada, juntamente con el principio de más fuerte arraigo en materia
civil y que se sustenta en nuestro ordenamiento jurídico, que es el ejercicio de los derechos de
buena fe, establecido en el art. 372 del C.C., en concordancia con lo establecido en los arts. 689 y
714 del C.C.

- ¿Qué aspectos deberían haberse tenido en cuenta en la argumentación?

Uno de los aspectos que debería haberse tenido en cuenta en la argumentación, es que el
vendedor no se comportó conforme al principio de buena fe al momento de la celebración del
contrato (art.689 C.C.), al no contar o dejar asentado en el contrato de compraventa que sobre el
vehículo vendido pesaba una medida cautelar, cuestión que agrava más la conducta del
demandado y su responsabilidad por los daños y perjuicios del apelante.

¿Existe la debida correlación entre los hechos y la solución adoptada? ¿hay alguna
interrupción del íter (camino) lógico del razonamiento judicial?

En efecto, se aprecia una estrecha correlación entre la premisa menor (los hechos), la
premisa mayor (las normas) y la conclusión a la que se ha llegado en el fallo en estudio. En dicho
sentido, se ha realizado una interpretación primordialmente deductiva, respetando los principios y
reglas que rigen formalmente los razonamientos, especialmente los principios de lógica formal y
razón suficiente.

Así pues, la motivación realizada por el tribunal de apelación es sufrientemente fundada,


ya que a partir de la apreciación de los hechos y su debida calificación en la realidad procesal, se
ha encontrado absoluta coincidencia con las hipótesis que en forma abstracta se encuentran en
cada uno de los artículos aplicados, que como tales constituyen normas legales que rigen el acto y
hechos acontecidos, conteste al sistema de nuestro Código Civil, llegándose a una conclusión
lógica y legal.

Conforme a lo expuesto, se evidencia la “ininterrupción” del íter lógico del razonamiento


judicial, dado que se ha cumplido a cabalidad con los pasos de apreciación de los hechos,
calificación en la realidad procesal, subsunción en las normas legales y conclusión legal, fundada
en las consecuencias pre-establecidas para tales hechos.-
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¿La solución resulta congruente con lo que pedían las partes?

El principio de congruencia constituye una garantía del debido proceso y de la defensa en


juicio porque hace parte de la estructura de este y se enmarca como un instrumento eficaz para el
ejercicio pleno e irrestricto del derecho a la defensa. En el fallo, objeto del presente trabajo de
crítica, se puede observar la conformidad que existe entre el contenido de la sentencia y la
pretensión o pretensiones que constituyen el objeto del proceso. Los magistrados han dictado la
resolución conforme al artículo 159 del C.P.C., donde hace especial referencia, en dos ocasiones,
al principio de congruencia; así, se lee en los incisos: “c)… El juez deberá decidir todas las
pretensiones deducidas y sólo sobre ellas. No está obligado a analizar las argumentaciones que
no sean conducentes para decidir el litigio; e) la decisión expresa, positiva y precisa, de
conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio, …”.

En la resolución estudiada se puede observar que el Tribunal ha efectuado una revisión de


todo el proceso en la instancia anterior, las pretensiones de las partes, las pruebas producidas por
ambas partes, analizado los hechos y el derecho de cada uno de los recurrentes, e interpretado y
aplicado las normas que correspondía a criterio de la mayoría de los Magistrados para la
fundamentación y solución del litigio; por lo que se puede concluir que el fallo resulta congruente
por haberse observado el debido proceso, argumentado y fundamentado la resolución conforme a
las leyes.-

- ¿Cuáles son las consecuencias del fallo?

Las consecuencias del fallo principalmente está dada por la confirmación de la Sentencia
dictada por la a-quo,

¿Se podría haber llegado a otra solución más justa?

Respecto a este punto, cada uno de los miembros del grupo hemos expresado nuestros
criterios.

- CUQUEJO: Particularmente, creo que la decisión del Tribunal es justa al ser apreciado
el voto de la mayoría de los magistrados para la decisión final. No obstante, considero que podría
haberse llegado a una solución más justa respecto al artículo segundo de la sentencia impugnada,
pues coincido con el voto disidente del doctor Miguel Ángel Vargas, en la devolución del dinero
recibido por la resolución de la compraventa del contrato en cuestión, con una disminución
equitativa fijada por el Juez, en concordancia con la desvalorización de la cosa y el uso que
hubiere hecho de ella el comprador, de acuerdo a lo establecido en el art. 765 del Código Civil.

Al respecto, el mismo –decía- que la restitución debe efectuarse con una disminución del
10%, es decir, una reducción de cinco millones de guaraníes (G. 5 000 000) por el uso del
vehículo, desde la fecha de su entrega en posesión (16/12/2013) hasta la fecha del secuestro
(05/02/2015).
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En consecuencia, teniendo en cuenta la postura adoptada respecto al apartado segundo de


la sentencia, igualmente coincido con el voto del mencionado magistrado con relación a lo
resuelto por el mismo en el artículo tercero de la resolución en revisión, para que la misma sea
considerada más justa, en lo que se refiere a la devolución de lo pagado a cuenta del precio y a sus
intereses y los daños por el incumplimiento.

En el caso concreto de autos, la inejecución de su obligación por parte de los demandados


ha lesionado, indudablemente, el interés del demandante, pues es de suponer que éste había
contratado para satisfacer una necesidad por medio del acceso a un bien que fue el objeto de la
prestación comprometida. Sin embargo, el interés del demandante quedó lesionado en virtud del
incumplimiento que, al ser real y efectivo, da lugar al resarcimiento por razones de justicia.

En este orden de ideas, las costas de la 2da instancia, por imperio de lo dispuesto en el
inciso a) del art. 203 del CPC, correspondería imponer a los recurrentes.

- FLEITAS: Considero que la decisión del Tribunal en cierta medida es la más justa, sin
embargo, la postura que adoptó uno de los magistrados se pudo haber aplicado en esta situación en
lo que respecta al segundo punto de la Sentencia, en cuanto a la disminución del valor de la cosa,
por su desvalorización por el uso dado por el comprador, esta postura se fundamenta en el art. 765
del Código Civil. Cabe mencionar que al respecto, la postura del Dr. Miguel Ángel Vargas, fue
que debía efectuarse una disminución del 10% del total, en este caso la suma de 5 millones de
guaraníes.

Otra de las cuestiones en la que no concuerdo con la decisión es en lo que respecta a la


imposición de las costas, ya que la regla en general es que las mismas se imponen a la parte
perdidosa, en este caso sería el recurrente, esta postura se fundamenta en lo que establece el art.
203 inc.) del CPC.

-LINARES: Se pudo haber llegado a una solución más justa, atendiendo a que no fueron
otorgados los daños y perjuicios reclamados por el actor. A mi criterio los daños son evidentes
desde el momento en que el adquirente del rodado es despojado del mismo, lo cual constituye un
medio de transporte (con todas las implicancias que ello tiene) para el mismo.

-PRADO: Particularmente considero que la solución es justa, sin embargo, se pudo haber
llegado a igual conclusión con una aplicación más precisa y puntual de la normativa legal
respectiva al caso; del modo señalado por el disidente Miguel Ángel Vargas, específicamente en
relación a: 1) la procedencia de la reducción del precio total pagado por el actor por el vehículo
automotor objeto de compra venta del contrato cuya resolución fue resuelta y cuya suma se ordenó
sea restituido al actor, dada la claridad del Art. 765 del código civil, que establece: “cuando
proceda la resolución de la compraventa, el comprador debe restituir la cosa, y el vendedor lo
que hubiere recibido a cuenta del precio, con una disminución equitativa fijada por el juez, en
concordancia con la desvalorización de la cosa y el uso que hubiere hecho de ella el comprador”,
siendo indiscutible que dado el tiempo durante el cual el vehículo ha estado en posesión y uso del
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demandante, que conteste a las constancias procesales ha sido durante 14 meses, el citado bien
haya sufrido desgaste y desvalorización, tratándose ello de una situación para lo cual no es
necesaria contar con medios tecnológicos o científicos como lo entendiera el magistrado
preopinante, sino que resulta un hecho aprehensible por la propia razón y de absoluta lógica, por
lo que la reducción del 10% me resulta totalmente viable.

Así mismo, con respecto a la: 2) viabilidad de la indemnización por daños, asumo que la
decisión adoptada por la a-quo es acertada, por estar íntegramente contemplada en el art.. 725 del
código civil, que establece: “en los contratos bilaterales, el incumplimiento por una de las partes
autoriza a la que no sea responsable de él, a pedir la ejecución del contrato, o su resolución con
los daños e intereses, o ambas cosas...”; por lo que en este punto también coincido con el voto del
magistrado Miguel A. Vargas.

Finalmente, a pesar de haber existido discrepancia en cuanto a la condena en costas,


sostengo que la resuelta por el acuerdo y sentencia en estudio, en base a lo argumentado por el
preopinante, es la más ajustada a derecho, en atención a que, al haberse revocado el tercer
apartado de la Sentencia de primera instancia, generó un provecho económico para la parte
recurrente por la suma de Gs. 10.000.000.- y al mismo tiempo un perjuicio para la parte recurrida
por la misma suma. -

-SILVA: La solución que hace lugar a la resolución de contrato es indiscutible y justa


habiéndose acreditado la existencia del negocio jurídico y el incumplimiento por una de las partes
(vendedor) quien se había comprometido en realizar los trámites necesarios para hacer otorgar la
escritura libre de todo gravamen y en legal forma a favor del comprador, y consecuentemente la
devolución del precio pagado. –

Sin embargo, mi criterio difiere con lo resuelto por el Tribunal de Apelaciones en lo que
refiere a los daños reclamados por la parte actora, coincidiendo con el Magistrado Dr. Vargas
quien acertadamente opino que el tercer apartado de la Sentencia Definitiva en el cual se le
condenada a los demandados al pago de Gs. 10.000.000 en conceptos de daños e intereses debía
confirmarse en segunda instancia.

Desde el momento en que la actora fue despojado del vehículo que de buena fe había
adquirido los intereses del comprador ha sido lesionado, la promoción de la demanda en si
constituye un perjuicio al comprador de buena fe, por ende, es mi criterio que correspondía sea
confirmado el tercer apartado de la resolución recurrida, de conformidad los artículos 450 y
siguientes del C.C. que dispone la facultad que tiene el juez de estimar el importe con arreglo a las
circunstancias sobre el resarcimiento del perjuicio aunque no fuere patrimonial que sufrió en este
caso el demandante en autos, el cual no puede negarse que desde el despojo del vehículo ha
sufrido daños no justamente patrimoniales, sino incluso moral, que se configura por todo
sufrimiento o dolor, la pena moral, las inquietudes, dificultades o molestias relevantes que sean
consecuencia del hecho perjudicial, con independencia de cualquier reparación de orden
patrimonial, que en el caso que nos ocupa es un hecho notorio dadas las circunstancias.-

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