Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SIEMPRE AGRADECIDOS
Estamos finalizando este año, en el cual hemos podido ver la mano bondadosa de Dios
sosteniéndonos. Hemos visto los favores de Dios de muchas maneras; por ejemplo:
A través de la sanidad que Dios otorgó a muchos varones que fueron afectados en su
salud.
A través del sustento y la provisión de Dios que nunca faltó en nuestra mesa.
A través del sostenimiento de Dios a nuestros emprendimientos, empresas y negocios
que poco a poco han ido mostrando fruto.
A través del amor y la unidad de nuestra familia que en este año se ha fortalecido
mucho más.
A través del crecimiento espiritual de muchos varones.
A través de los muchos matrimonios que en este tiempo han sido restaurados por Dios.
A través de tanta gente que ha conocido a Dios por medio de nuestras reuniones o que
le entregó su vida a Cristo por un hermano miembro de nuestra Red o supervisión.
A través de los varones que se han bautizado durante este año.
A través de todos los líderes que Dios usó para afirmar nuestra fe y amor por Dios.
Nos pasaríamos toda la noche citando los favores de Dios por los cuales debemos
agradecer siempre. Pero debemos ser honestos y debemos reconocer, que tristemente la
ingratitud es natural en todo ser humano, creo que la gran mayoría lucha con ello, y es
que algunas veces llegamos a pensar que merecemos todo lo que recibimos de parte de
alguna persona o incluso lo que Dios nos bendice. Estas conductas son parte del ser
humano aún a pesar que nuestros padres nos la enseñaron.
Hoy nosotros la enseñamos a nuestros hijos. Les enseñamos a decir gracias por todo lo
que reciben. Les enseñamos a valorar las cosas que reciben, cuidándolas y disfrutándolas
como una expresión de gratitud. Pero debemos reconocer que muchas veces también
hemos observado que por más que les repetimos estas enseñanzas, y en ocasiones, les
corregimos para que aprendan a dar gracias o que valoren lo que reciben, a ellos les
cuesta hacerlo ¿Por qué? Porque por nuestra naturaleza caída somos desprovistos de
todo sentido de gratitud y valoración, y muchas veces por más que nos enseñen repetidas
veces y aunque podamos decir gracias con nuestros labios, nuestro corazón no se siente
agradecido frente a los favores de Dios o de los demás. También debemos reconocer, que
el orgullo contribuye a la ingratitud. A los orgullosos les cuesta reconocer y valorar los
favores que reciben. Les cuesta otorgar reconocimiento o una felicitación porque solo
ellos quieren ser el centro, acaparan los reconocimientos para sí mismos. El orgulloso cree
que todo lo merece, y que no debe dar gracias.
SERIE: ÚLTIMA REUNIÓN DE SUPERVISIONES Ps. Franklin Ramírez Vargas
TEMA: SIEMPRE AGRADECIDOS Red de varones IACyM Los Olivos
Dios no quiere que nosotros seamos así, ingratos, malagradecidos. Por ello, a través de su
siervo, el apóstol Pablo nos deja un mandato que todo creyente debe aplicar todos los
días de su vida. El apóstol Pablo, instruyendo a la Iglesia de Tesalónica sobre los asuntos
prácticos de la vida cristiana, entre los muchos imperativos que les da, les deja uno que
hoy va a hacer objeto de nuestro aprendizaje y que nuestro Raúl ya lo leyó en 1
Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús. Este verso nos muestra claramente el deseo de Dios para
nosotros sus hijos. ¿Qué nos enseña este verso en relación a la gratitud? Dos enseñanzas,
que son suficientemente poderosas para ayudarnos a cambiar nuestra actitud en relación
a Dios y a los demás. Dos enseñanzas que nos ayudarán a vivir siempre agradecidos. ¿Qué
es lo primero que aprendemos? Un mandato…
Lo segundo que nos deja claro esta primera expresión es que debemos ser agradecidos
“en todo”. Sea cual fuere la circunstancia debemos dar gracias en todo. Esto último no
está sujeto a interpretación, todo es todo. En lo bueno, y en lo que consideramos malo,
en todo y por todo debemos dar gracias. Y no solo de palabras, porque es fácil decir algo
que no sentimos y que lo decimos solo por cumplir. No se trata de ello. Dios quiere
realmente que seamos agradecidos, es decir, este es un asunto del corazón. Nuestro ser
interior debe aprender a dar gracias en toda circunstancia, porque toda circunstancia obra
para bien en nuestra vida. Por lo tanto, no es un asunto solo de palabras. Amado varón,
recuerda esto, las circunstancias no pueden condicionar nuestra actitud ante Dios. No
cabe decir, “Cómo voy a ser agradecido si este año me ha ido súper mal. Perdí a un ser
querido por el COVID, mi empresa se vino abajo, todo está caro. Mi matrimonio no está
bien, he sufrido y he gastado muchísimo cuando estuve enfermo. Hace poco me
detectaron una enfermedad, ¿cómo es posible ser agradecido con Dios cuando paso
circunstancias difíciles o cuando todo me está saliendo mal?
SERIE: ÚLTIMA REUNIÓN DE SUPERVISIONES Ps. Franklin Ramírez Vargas
TEMA: SIEMPRE AGRADECIDOS Red de varones IACyM Los Olivos
Varón amado, guarda esto en tu mente. Un corazón agradecido sabe que Dios ha hecho
mucho más por nosotros que todas esas circunstancias negativas. Una razón más que
suficiente para vivir agradecidos con Dios toda la vida es que Él nos salvó de la
condenación eterna, nos salvó del infierno. Esta razón es más que suficiente. Dios
intervino en la historia de nuestra vida y cambió nuestro destino de condenación, perdonó
nuestros pecados, nos adoptó como sus hijos, nos dio vida eterna, nos dio un nuevo
corazón y muchas bendiciones más. Si nuestra mente pasa por alto esta preciosa
bendición, es porque no hemos entendido el gran valor de lo que Dios hizo por nosotros a
través de Jesucristo. Si no agradecemos por esto que es vital en nuestra vida, ¿cómo
daremos gracias a Dios por otros favores más simples? ¡Mucho menos cuando las
circunstancias no nos sean tan favorables!
Varón amado aún en los días malos, canta alabanzas a Dios. Hónralo y expresa gratitud
porque sigues de pie. Recuerda, que Dios permite los momentos difíciles en nuestra para
nuestra madurez y perfeccionamiento. Y eso lo entendió José. Él tenía muchas razones
para odiar a Dios, y para deshonrarlo toda su vida por todas las experiencias dura que
vivió, pero él dijo: “Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien,
para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” Génesis 50:20.
¿Te das cuenta? José entendió que Dios permitió esas duras circunstancias en su vida para
bien, por eso su corazón estaba sano y honraba a Dios. Pero un corazón no agradecido
aborrecerá a Dios porque creerá que es malo, que es inconsecuente, que es infiel. Varón
amado, cuida tu corazón y aprende a dar gracias a Dios en todo momento. ¿Pastor y como
puedo dar gracias a Dios? Puedes hacerlo de la siguiente manera:
A través de la oración.
En nuestra oración debemos aprender a agradecer a Dios por su salvación, por su
sacrificio
redentor, por su presencia en nuestras vidas. Por su provisión, por su fortaleza, por su
guía,
por su misericordia. Debemos aprender a decir gracias Dios desde los pequeños detalles, y
como ya hemos dicho, darle gracias aún por las situaciones difíciles que atravesamos
porque aún en medio de ellas Él nos perfecciona. Nunca olviden, que a los que aman a
Dios
todas las cosas nos ayudan a bien. ¡Siempre habrá una razón para decir gracias Dios!
conversión. Entonces cuando cante, hágalo con gozo, alegría reconociendo que su Dios es
todopoderoso, bondadoso y fiel en gran manera.
¿Te das cuenta? El pueblo de Israel había clamado por libertad, fueron testigos del gran
poder de Dios que los liberó, pero en el desierto, cuando pasaban malos momentos,
criticaban y murmuraban. Prefiriendo inclusive, volver a ser esclavos en Egipto. Así es la
persona ingrata, condiciona su gratitud a las circunstancias que atraviesa y se olvida los
favores de Dios rápidamente y es que el ingrato tiene mala memoria.
Varones amados, tengamos cuidado, un cristiano ingrato con Dios lo manifiesta a través
de la:
Queja. La persona ingrata es quejosa, resentida, protesta porque no recibió lo que cree
merecer. El creyente quejoso jamás dirá gracias de corazón.
Insatisfacción. Cuando algo no colma nuestra expectativa nos sentimos frustrados,
tristes, no se es feliz con lo que se tiene.
Desvalorización. Cuando no estamos contentos con lo que tenemos le restamos su
valor, su importancia a tal punto que menospreciamos lo que podemos haber recibido
con amor.
Falta de servicio: Cuando no hay gratitud, no hay servicio. Solo espectadores, que ven
lo malo o los errores para criticar y contaminar a otros.
Mezquindad: El ingrato es mezquino. No sabe dar, solo le gusta recibir y retener, pero
no le gusta agradecer ni compartir.