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Estimados hermanos,
…
Acércate a la gente; entra en las familias cuando puedas; no esperes a
que la gente busque al pastor. Lleven con ustedes la confianza y seguridad de la
fe que evidencia que no están confiando en cuentos vanos, sino en un claro “Así
dice el Señor”. 10 LtMs, Lt 8, 1895, párr. 13
Estas palabras no están dirigidas a ningún ser humano, excepto al Hijo del Dios
Infinito. NUNCA, DE NINGUNA MANERA, DEJE LA MÁS MÍNIMA IMPRESIÓN
EN LAS MENTES HUMANAS DE QUE UNA MANCHA O INCLINACIÓN A LA
CORRUPCIÓN REPOSABA SOBRE CRISTO, o que Él de alguna manera cedió
a la corrupción. Él fue tentado en todo como el hombre es tentado, pero Él es
llamado lo santo. Es un misterio que queda sin explicar a los mortales que
Cristo pudo ser tentado en todo según nuestra semejanza y, sin embargo,
estar sin pecado. La encarnación de Cristo siempre ha sido y seguirá siendo un
misterio. Lo que se revela, es para nosotros y para nuestros hijos, PERO QUE
TODO SER HUMANO SEA ADVERTIDO DESDE EL FONDO DE HACER A
CRISTO ENTERAMENTE HUMANO, TAL COMO NOSOTROS: PORQUE NO
PUEDE SER. El momento exacto en que la humanidad se mezcló con la divinidad,
no es necesario que lo sepamos. Debemos mantener nuestros pies sobre la roca,
Cristo Jesús, como Dios se reveló en la humanidad. MANUSCRITOS RELEASES
VOL 13. PAG.19/1
PERCIBO QUE HAY PELIGRO EN ABORDAR TEMAS QUE INCIDEN EN LA
HUMANIDAD DEL HIJO del Dios infinito. Se humilló a sí mismo cuando vio que
tenía forma de hombre, para poder comprender la fuerza de todas las tentaciones
que acosan al hombre. 13MR 19.2
El Cristo Triunfante
“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados”. 1 Corintios 15:22. CT 248.1
A Cristo se lo llama el segundo Adán. Con toda su pureza y santidad,
relacionado con Dios, y amado por él, COMENZÓ ALLÍ DONDE HABÍA
EMPEZADO EL PRIMER ADÁN. Sin embargo, el primer Adán disfrutó de una
condición más ventajosa que la de Cristo. Un Dios que los amaba había hecho
una maravillosa provisión en Edén para la santa pareja. TODO EN LA
NATURALEZA SE MANIFESTABA PURO Y LIBRE DE TODA
CONTAMINACIÓN. En el huerto de Edén abundaban los frutos, las flores y la
hermosura de los encumbrados árboles. Adán y Eva fueron suplidos de todo lo
que ellos necesitaban. CT 248.2
Pero Satanás vino e insinuó dudas con respecto a la sapiencia divina. Acusó al
Señor, su Padre y Soberano celestial, de egoísmo, pues insinuó que para probar
la lealtad [de Adán y Eva] les había prohibido comer del fruto del árbol del
conocimiento. Eva cayó bajo la tentación y Adán aceptó el fruto prohibido de
manos de su esposa. Cedió a la pequeña prueba establecida por el Señor para
probar su obediencia y, AL HACERLO, UN DILUVIO DE AFLICCIONES SE
PRECIPITÓ SOBRE NUESTRO MUNDO. Adán había recibido una naturaleza
santa, pura, libre de pecado y de contaminación. ÉL CAYÓ PORQUE ATENDIÓ A
LAS SUGERENCIAS DEL ENEMIGO, Y SU POSTERIDAD LLEGÓ A SER
DEPRAVADA... CT 248.3
Cuando Cristo vino llegó a UN MUNDO QUE ERA DESLEAL A DIOS; UN
MUNDO MARCHITADO Y ESTROPEADO POR LA MALDICIÓN DE LA
REBELIÓN CONTRA EL CREADOR. El archiengañador había llevado a cabo su
obra con intenso vigor hasta que cayó sobre la tierra la maldición por la
transgresión cometida. El pueblo se corrompió por las invenciones de Satanás...
El enemigo reclamó para sí los atributos de la misericordia, la bondad y la verdad,
atribuyendo a Dios su propio carácter. CRISTO EN SU NATURALEZA HUMANA
TUVO QUE DE ENFRENTARSE CON ESTAS TERGIVERSACIONES Y
DEMOSTRAR SU FALSEDAD. CT 248.4
CRISTO FUE TENTADO EN FORMA CIEN VECES MÁS CRUEL QUE ADÁN,
y en circunstancias mucho peores en todo sentido... REDIMIÓ LA
VERGONZOSA CAÍDA DE ADÁN Y SALVÓ AL MUNDO. Hay esperanza para el
que acude a Cristo y lo recibe como su Salvador personal... CT 248.5
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Capítulo 12—La tentación
Satanás había señalado el pecado de Adán como prueba de que la ley de Dios
era injusta, y que no podía ser acatada. En nuestra humanidad, Cristo había de
resarcir el fracaso de Adán. Pero cuando Adán fué asaltado por el tentador, no
pesaba sobre él ninguno de los efectos del pecado. Gozaba de una plenitud de
fuerza y virilidad, así como del perfecto vigor de la mente y el cuerpo. Estaba
rodeado por las glorias del Edén, y se hallaba en comunión diaria con los seres
celestiales. NO SUCEDÍA LO MISMO CON JESÚS CUANDO ENTRÓ EN EL
DESIERTO PARA LUCHAR CON SATANÁS. DURANTE CUATRO MIL AÑOS,
LA FAMILIA HUMANA HABÍA ESTADO PERDIENDO FUERZA FÍSICA Y
MENTAL, ASÍ COMO VALOR MORAL; Y CRISTO TOMÓ SOBRE SÍ LAS
FLAQUEZAS DE LA HUMANIDAD DEGENERADA. ÚNICAMENTE ASÍ PODÍA
RESCATAR AL HOMBRE DE LAS PROFUNDIDADES DE SU
DEGRADACIÓN. DTG 91.3
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La impecable naturaleza humana de Cristo
Al tomar sobre sí la naturaleza del hombre en su condición caída, CRISTO NO
PARTICIPÓ DE SU PECADO EN LO MÁS MÍNIMO. Estuvo sujeto a las flaquezas
y debilidades que rodean al hombre, “para que se cumpliese lo dicho por el profeta
Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras
dolencias”. Mateo 8:17. Fue conmovido por el sentimiento de nuestras debilidades
y fue en todo tentado a nuestra semejanza. Y, SIN EMBARGO, NO CONOCIÓ
PECADO. FUE EL CORDERO “SIN MANCHA Y SIN CONTAMINACIÓN”. 1
Pedro 1:19. Si Satanás hubiera logrado con su tentación que Cristo pecara en lo
mínimo, habría herido la cabeza del Salvador. Tal como sucedieron las cosas, sólo
le pudo herir el talón. Si hubiera sido tocada la cabeza de Cristo, habría perecido
la esperanza de la raza humana. La ira divina habría descendido sobre Cristo así
como descendió sobre Adán. Hubieran quedado sin esperanza Cristo y la
iglesia. 1MS 299.3
NO DEBEMOS TENER DUDAS EN CUANTO A LA PERFECCIÓN
IMPECABLE DE LA NATURALEZA HUMANA DE CRISTO. Nuestra fe debe ser
inteligente; debemos mirar a Jesús con perfecta confianza, con fe plena y entera
en el Sacrificio expiatorio. Esto es esencial para que el alma no sea rodeada de
tinieblas. Este santo Sustituto puede salvar hasta lo último, pues PRESENTÓ
ANTE EL EXPECTANTE UNIVERSO UNA HUMILDAD PERFECTA Y
COMPLETA EN SU CARÁCTER HUMANO, y una perfecta obediencia a todos los
requerimientos de Dios. El poder divino es colocado sobre el hombre para que
pueda llegar a ser participante de la naturaleza divina, habiendo escapado de la
corrupción que está en el mundo por la concupiscencia. Por esto el hombre,
arrepentido y creyente, puede ser hecho justicia de Dios en Cristo. 1MS 300.1
LA REVISIÓN Y EL HERALDO
859/1902
15 de diciembre de 1896
La importancia de la obediencia
La obediencia o la desobediencia decide el destino de cada hombre. Los que
obedecen a Dios son considerados dignos de compartir su trono, mientras que los
que desobedecen se perderán para siempre. Pero el pecado ha debilitado nuestro
poder de obediencia, y con nuestras propias fuerzas nunca podremos obedecer a
Dios. Sabiendo esto, Dios envió a Jesús a nuestro mundo para vivir su ley. Sólo la
mente que está educada en la obediencia a Dios puede hacer justicia a sus
demandas divinas, y DIOS ENTREGÓ A CRISTO A LA HUMILLACIÓN Y AL
SUFRIMIENTO, PARA QUE FUERA AFLIGIDO CON TODAS LAS
TENTACIONES CON QUE LA HUMANIDAD ES AFLIGIDA, PARA QUE EN SU
FUERZA PODAMOS SER CAPACES DE GUARDAR SU LEY Fue para la
recuperación del hombre que Cristo vino al mundo, y es a la voluntad del hombre
a la que apela. El conocimiento de Dios a través de Jesucristo lleva todo
pensamiento a la obediencia a su voluntad. El corazón que fue contaminado por la
desobediencia a los requisitos de Dios, RH 15 de diciembre de 1896, párr. 1
TODOS PUEDEN ESTUDIAR CON PROVECHO LA EXPERIENCIA DEL
PRIMER ADÁN EN CONTRASTE CON LA DEL SEGUNDO ADÁN. El primer
Adán poseía el hermoso Edén, un regalo de Dios a los seres que había creado. La
pareja sin pecado estaba muy feliz en su posesión; porque no se retuvo nada de lo
que se necesitaba para sostenerlos o para complacer los sentidos. Sólo se hizo
una prueba: no debían comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del
mal; y la muerte era la pena por la transgresión de este mandamiento. RH 15 de
diciembre de 1896, párr. 2
Pero Satanás vino a ellos y les dijo que si comían del fruto prohibido,
inmediatamente se convertirían en dioses, sabiendo el bien y el mal. Dios deseaba
que supieran sólo el bien. ¿Escucharán la voz extraña, que acusa a Dios de
egoísmo e injusticia por hacer tal arreglo? ¿Desobedecerán a Dios al escuchar las
insinuaciones del enemigo, porque se dirigen a ellos con palabras
halagadoras? ¿Será que van a hacer esta cosa terrible? RH 15 de diciembre de
1896, párr. 3
Ellos lo hicieron. Adán perdió su lealtad porque no obedeció el “No harás” de la
palabra de Dios; Y POR SU PECADO SE ABRIERON LAS COMPUERTAS DE
LA AFLICCIÓN SOBRE NUESTRO MUNDO. Si hubiera sido fiel a los requisitos
de Dios, habría tenido una descendencia perfecta, tan pura e incorrupta como lo
era él mismo cuando vino de la mano de Dios. Como padre de la raza humana,
podría haber impartido la educación superior pura, que él mismo había recibido
directamente de Dios. PERO POR SU DESOBEDIENCIA ECHÓ A PERDER EL
PLAN DE DIOS PARA SÍ MISMO Y PARA SU POSTERIDAD. RH 15 de
diciembre de 1896, párr. 4
Después de que Adán pecó, el único medio de salvación para la raza humana
fue que el Hijo del Dios infinito diera su vida para que tuvieran otra prueba de
obediencia. ¡Qué amor manifestó el Padre a favor del hombre, por muy errado y
desobediente que fuera! Él “tanto amó al mundo que dio a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. Dios estaba
en el mundo, representado por Cristo. RH 15 de diciembre de 1896, párr. 5
CRISTO, EL SEGUNDO ADÁN, vino a un mundo contaminado y estropeado,
para vivir una vida de perfecta obediencia. LA RAZA, DEBILITADA EN PODER
MORAL, FUE INCAPAZ DE HACER FRENTE A SATANÁS, quien gobernó a sus
súbditos con cruel autoridad. Cristo vino a pararse en el campo de batalla en
guerra contra todas las fuerzas satánicas. Al representar en su vida el carácter de
Dios, trató de recuperar la lealtad del hombre. RH 15 de diciembre de 1896, párr. 6
Revestido con las vestiduras de la humanidad, el Hijo de Dios descendió al
nivel de aquellos a quienes deseaba salvar. EN ÉL NO HABÍA ENGAÑO NI
PECAMINOSIDAD; ÉL FUE SIEMPRE PURO E INMACULADO; sin embargo,
TOMÓ SOBRE SÍ NUESTRA NATURALEZA PECAMINOSA. Revistiendo su
divinidad con la humanidad, PARA QUE PUDIERA ASOCIARSE CON LA
HUMANIDAD CAÍDA, procuró recuperar para el hombre lo que, por la
desobediencia, Adán había perdido para sí mismo y para el mundo. En su propio
carácter mostró al mundo el carácter de Dios. No se agradó a sí mismo, sino que
anduvo haciendo el bien. Toda su historia, durante más de treinta años, fue de
benevolencia pura y desinteresada. CON SUS PALABRAS, SU INFLUENCIA Y
SU EJEMPLO, hizo sentir a los hombres que era posible que volvieran a ser
leales y restituidos en el favor de Dios. Los guió a ver que si se arrepentían, RH 15
de diciembre de 1896, párr. 7
LA REVISIÓN Y EL HERALDO
28 de enero de 1909
Un mensaje a nuestras iglesias
Cristo en las cortes del cielo había sabido que vendría el tiempo cuando el poder
de Satanás debe ser enfrentado y conquistado si la raza humana ha de ser
salvada alguna vez de su dominio. Y cuando llegó ese momento, el Hijo de Dios
se quitó la corona real y el manto real, y revistiendo su divinidad con la
humanidad, vino a la tierra para encontrarse con el príncipe del mal y
conquistarlo. Para convertirse en abogado del hombre ante el Padre, el Salvador
viviría su vida en la tierra como debe hacerlo todo ser humano, aceptando sus
adversidades, sus penas y sus tentaciones. COMO EL NIÑO DE BELÉN, SE
VOLVERÍA UNO CON LA RAZA, Y MEDIANTE UNA VIDA SIN MANCHA
DESDE EL PESEBRE HASTA LA CRUZ , mostraría que el hombre, mediante una
vida de arrepentimiento y fe en él, puede ser restaurado al favor de Dios. Él traería
al hombre la gracia redentora, el perdón de los pecados. Si los hombres volvieran
a su lealtad, RH 28 de enero de 1909, párr. 9
CRISTO EN LA DEBILIDAD DE LA HUMANIDAD DEBÍA HACER FRENTE A
LAS TENTACIONES de alguien que poseía los poderes de la naturaleza
superior que Dios había otorgado a la familia angélica. PERO LA
HUMANIDAD DE CRISTO ESTABA UNIDA A LA DIVINIDAD, Y CON ESTA
FUERZA SOPORTARÍA TODAS LAS TENTACIONES que Satanás pudiera traer
contra él y, sin embargo, MANTENDRÍA SU ALMA LIBRE DE PECADO. Y este
poder para vencer se lo daría a cada hijo e hija de Adán que aceptara por fe los
atributos justos de su carácter. RH 28 de enero de 1909, párr. 10
Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito para que cualquiera que lo
aceptara pudiera tener poder para vivir una vida justa. Cristo probó que es posible
que el hombre se aferre por la fe al poder de Dios. Mostró que el pecador,
mediante el arrepentimiento y el ejercicio de la fe en la justicia de Cristo, puede
reconciliarse con Dios y hacerse partícipe de la naturaleza divina, venciendo la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. RH 28 de enero de
1909, párr. 11
Hoy Satanás presenta las mismas tentaciones que le presentó a Cristo,
ofreciéndonos los reinos del mundo a cambio de nuestra lealtad. Pero sobre el que
mira a Jesús como el autor y consumador de su fe, las tentaciones de Satanás no
tienen poder. NO PUEDE HACER PECAR AL QUE ACEPTA POR LA FE LAS
VIRTUDES DE AQUEL QUE FUE TENTADO EN TODO SEGÚN NUESTRA
SEMEJANZA, PERO SIN PECADO. RH 28 de enero de 1909, párr. 12
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” El que se
arrepiente de su pecado y acepta el don de la vida del Hijo de Dios, no puede ser
vencido. Aferrándose por la fe a la naturaleza divina, se convierte en hijo de
Dios. Reza, cree. Cuando es tentado y probado, reclama el poder por el cual
Cristo murió para dar, y vence por medio de su gracia. Esto todo pecador necesita
entender. Debe arrepentirse de su pecado, debe creer en el poder de Cristo y
aceptar ese poder para salvarlo y guardarlo del pecado. ¡Cuán agradecidos
debemos estar por el don del ejemplo de Cristo! RH 28 de enero de 1909, párr. 13
En ocasión del bautismo del Salvador …pero ahora que Jesús había venido “en
semejanza de carne de pecado,”… DTG 90.3
TENCENCIAS ORIGINALES
Mensajes Selectos Tomo 3
68/224
Capítulo 22—Énfasis en el tema de la salvación 1890-1908
La provisión de salvación—Las penitencias, las mortificaciones de la carne, la
constante confesión del pecado sin arrepentimiento sincero, los ayunos, las fiestas
religiosas y las ceremonias externas que no van acompañados de una verdadera
devoción: todas estas cosas no tienen valor alguno. El sacrificio de Cristo es
suficiente; él hizo una ofrenda total y eficaz a Dios, y el esfuerzo humano sin el
mérito de Cristo no tiene valor alguno. No solamente deshonramos a Dios
siguiendo esta conducta sino que destruimos nuestra utilidad presente y futura. El
dejar de apreciar el valor de la ofrenda de Cristo tiene una influencia degradante:
esteriliza nuestras expectativas y nos priva de nuestros privilegios, nos induce a
recibir teorías inseguras y peligrosas concernientes a la salvación que fue
comprada para nosotros a un precio infinito. Pero no debe entenderse que el plan
de salvación consiste en que el poder divino se comunica a la persona para hacer
que su esfuerzo [empeño] humano tenga éxito total. 3MS 216.1
Ser perdonados en la forma en que Cristo perdona es no solamente ser
perdonados, sino ser renovados en el espíritu de nuestra mente. El Señor dice:
“Te daré un corazón nuevo”. La imagen de Cristo debe ser estampada en la mente
misma, en el corazón y en el alma. El apóstol dice: “Mas nosotros tenemos la
mente de Cristo”. 1 Corintios 2:16. Sin el proceso transformador que puede
venir sólo por medio del poder divino, LAS TENDENCIAS ORIGINALES A
PECAR PERMANECEN EN EL CORAZÓN CON TODA SU FUERZA para forjar
nuevas cadenas, PARA IMPONER UNA ESCLAVITUD que nunca podrá ser
quebrantada por el poder humano. Pero los hombres nunca podrán entrar en el
cielo con sus viejos gustos, inclinaciones, ídolos, ideas y teorías. El cielo no sería
un lugar de gozo para ellos, pues todas las cosas contrariarían sus gustos,
apetitos e inclinaciones, y se opondrían dolorosamente a los rasgos naturales y
cultivados de su carácter. 3MS 216.2
El Ministerio de Curación
16/183
“Vete, y no peques más”
JESÚS no quiere que los comprados a tanto precio sean juguete de las
tentaciones del enemigo. No quiere que seamos vencidos ni que perezcamos. El
que dominó los leones en su foso, y anduvo con sus fieles testigos entre las
llamas, está igualmente dispuesto a obrar en nuestro favor para REFRENAR
TODA MALA PROPENSIÓN DE NUESTRA NATURALEZA . Hoy está ante el
altar de la misericordia, presentando a Dios las oraciones de los que desean su
ayuda. No rechaza a ningún ser humano lloroso y contrito. Perdonará sin reserva
a cuantos acudan a él en súplica de perdón y restauración. A nadie dice todo lo
que pudiera revelar, sino que exhorta a toda alma temblorosa a que cobre ánimo.
Todo el que quiera puede valerse de la fuerza de Dios, y hacer la paz con él, y el
Señor la hará también. MC 59.3
EL EJEMPLO DE JESUS
LA ORACION