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Cuentos Scouts

Aún sonrío

Todavía conservo íntegro el recuerdo de mi primer campamento, los preparativos


previos tales la comida (destacando por supuesto los jugos y las donas), el dinero, el
equipo y toda esa serie de cosas que hacen que pese de más tu mochila.

No sé cómo me convenció un amigo de que ingresara a los scouts, pero lo cierto es que
asistí a una justa a "ver" qué carambas hacían y jamás supe que pasó en mi cabezota
que ya no pude zafarme del Movimiento, aunque al principio ya sabes, quieres obtener la
más alta condecoración de la manera más fácil, aunque después te des cuenta que hay
que tener paciencia y muchos conocimientos para lograr lo que te propongas.

Y ahí estaba yo. Un tiempo después colgaba alrededor de mi cuello una pañoleta, así
como unas flamantes "motas" en mis piernas que olían a "Vel Rosita" (señal de que se
habían lavado anteriormente por mi mami) y una promesa hecha, pero sobre todo... ¡listo
para salir de campamento!.

Debes saber que en los primeros campamentos aproximadamente el 80% de la mochila


son cosas que no te sirven para nada y yo no era la excepción, bueno, hasta cargaba
con el perico el cual no lo llegue a extrañar después, cuando acampábamos junto a la
expedicionarias, dignas sustitutas de mi "Chanito".

Ya en el autobús y después de enterarnos de la vida, obra y milagros de todos y cada


uno de los integrantes del grupo, llegamos al lugar en donde se realizaría el
campamento de tropa de expedicionarios. El lugar se me hizo muy impresionante, cosa
que va aminorando cuando visitas ese mismo lugar como unas cien veces más.

Todo transcurría normalmente, es decir, lo de siempre; heridos, perdidos y varios


quemados (algunos por el fuego y otros por los chismes). Sólo te puedo decir que
empecé con el pie derecho mi vida dentro del escultismo.

El tiempo pasó rápidamente (en los scouts se va volando) y realicé muchas salidas,
excursiones, campamentos, actividades anexas, pero lo mejor es el recuerdo de todo
esto. Un día, después de que te has pasado la vida llegar a guía e intentar hacer la
cosas a tu modo, el jefe de sección te dice que ya va siendo tiempo de dejar el cargo y ...
¡Oh sorpresa!, ves cómo comienza el "draft" entre los muchachos de la patrulla para ver
quien es tu sucesor.

Llega entonces el día marcado por el destino, una ceremonia y entregas tu cargo a otra
persona para que porte tu cordón que a veces ya sentías que te ahorcaba. Sin más ni
más y con un previo lloriqueo, te dan tu bye, bye de esa sección y te mandan a otra
donde tu único objetivo es sobrevivir y no morir en el intento: el Clan de Rovers.

Ahí también empieza a correr el tiempo y ahora tu meta es llegar a ser Rover investido
después de librar las actividades, servicios, "cenas de meditación" y algunas otras
reuniones donde los humos no bajan, más bien salen de las bocas de todos y no te
dejan respirar.

Como dije el tiempo pasa y ¡zaz!, experimentas una de las experiencia más gratificantes
dentro de tu vida en el Escultismo, tu investidura.

Llega el momento en que ya no te acuerdas de los "Picapiedra" ni de "Don Gato y su


Pandilla", además de que los "Simpson" ya no son cosa del otro mundo (por tanto
capítulo repetido), sino por que ya tienes más cosas en qué preocuparte. Es ahí el punto
crucial donde tu "carrera" o tu trabajo comienza a interferir con lo que más amas en la
vida, los "scouts".

Han pasado muchos, pero muchos años. No hace mucho me retiré del movimiento (y
nunca hubo algún "fondo para el retiro"), y ahora algo pasó en mi vida que sólo Dios
sabe por qué debe de pasar. Si, así es, todos esos recuerdos son lo único que me
queda, son el motivo por el cual aún sonrío.

Sí, así es... aún sonrío a pesar de estar en una cama de hospital por padecer cáncer, sí,
así es, es inoperable y casi estoy a punto de entrar a la fase terminal.

El tiempo ahora es poco, sé que aún me queda muchas cosas pendientes y mis
recuerdos se agolpan en mi cabeza, pero dentro de todos esos recuerdos que hoy llegan
a mi mente, está la clave del por qué aún sonrío y es porque las cosas que hice y viví
dentro de este movimiento, son motivo suficiente para poder decir ¡Gracias!, a la vida y a
Dios.

Ahora me preparo para descansar, por que sé que después de todo buen campamento,
el reposo es uno de los mejores premios.

Breves del Autor

Luis Alberto González Villa

Rover Scout del grupo 5 de Irapuato, Provincia Guanajuato II.

El puente

Toda la tropa scout se preparó con anterioridad para el concurso de construcciones,


trabajaron durante varias semanas para tener la suficiente cantidad de material para
construir, según sus planes, el puente mas largo que hasta la fecha se haya construido.

Apoyados por algunos padres entusiastas, en el corte y la recolección de troncos de


diversos tamaños, llegó el esperado día y desde muy temprano empezaron la
construcción de su PUENTE. Todo el sábado y el domingo trabajaron sin descanso,
levantando columnas, travesaños y efectuando amarres a fin de terminarlo de acuerdo a
los planes.

Los meses de preparación y ensayo daban su fruto y la construcción tomaba su forma, y


se terminó el plazo y el puente estuvo listo, Una gran satisfacción se veía en las caras de
los muchachos, que con las manos ampolladas, cansados y desvelados contemplaban
su gran obra.

A continuación los jueces efectuaron su recorrido por los diversos puentes y tras una
labor siempre difícil emitieron su veredicto; segundo lugar.

Tal vez por considerarlo injusto se apodero de la tropa un desánimo general, llanto y
sentimientos de fracaso afloraron en los jóvenes.

Pero una mamá, La Sra. Espe, les envió la siguiente reflexión que transformó en algunos
de nosotros nuestro sentimiento. Esta reflexión la podemos aplicar a muchas áreas de
nuestra vida y ojalá te ayude como lo hizo conmigo:

"Que no decaiga tu ánimo, una calificación de un juez no tiene valor. El único juez que
no se equivoca y al que debes hacerle caso por que nunca miente es tu conciencia.

Califícate a ti mismo, ve el empeño que pones cada día, revisa si las beses de tu
esfuerzo son sólidas, si los amarres de tu voluntad no se aflojan con el cansancio, el
calor, el sueño, las sed o el hambre.

Si la torre de tu compañero se eleva, si subes la rampa del respeto haci tus jefes
observando obediencia y si logras al final, cruzar el puente con alegría y sinceridad hacia
ti mismo, entonces sabrás realmente el lugar que tienes."

Revisa continuamente como haces tu trabajo, tu relación con tu familia, tu actividad


dentro de tu comunidad y en los scouts, ya sea como dirigente o como scout, y ojalá que
al cruzar este puente siempre tengas el primer lugar.

Breves del Autor

Angel Sesma González

Scouter del grupo 2O, Provincia La Laguna, 1998

Mi amigo el Alux

Ocurrió durante el J.O.T.A. de 1994. Por una gentil invitación del entonces Director de
Cultur-Yucatán, instalamos nuestra Radio-Base Dzibichaltún en el flamante Parador
Turístico, aún no inaugurado oficialmente, anexo a las ruinas del mismo nombre.
Ocupamos la planta alta, con una espléndida vista de la zona arqueológica y de la selva
circundante.

Durante la mañana del sábado instalamos radios, antenas, coaxiales, y demás


"chunches", y ya para la tarde estábamos listos para lanzar al aire nuestro primer "CQ
Jamboree". Con una concurrencia de 30 o 40 muchachos y muchachas pertenecientes a
6 u 8 Grupos de Mérida, nos dedicamos de lleno a disfrutar del 37o JOTA, logrando
algunos buenos contactos.

Las horas se nos pasaron sin darnos cuenta, hasta que empezamos a "perder
condiciones", las voces que antes escuchábamos con claridad, se fueron borrando y
haciendo confusas, siendo sustituidas por un creciente ruido de estática, hasta que se
perdieron por completo. A eso de las 10 de la noche optamos por dejar enfriar los
equipos, cenar, y disponernos a escuchar la plática que nos daría acerca de los
descubrimientos y restauraciones efectuadas en Dzibichaltún durante los últimos años,
uno de los antiguos guardias de los vestigios arqueológicos.

La conferencia estuvo interesantísima, llena de historia, leyendas y experiencias


personales del veterano guardián, de físico y apellido inconfundiblemente mayas, del
legado de sus antepasados El cansancio acumulado del día, la cena y el relax colmado
de fantasía de la conferencia pronto - reclamaron su tributo, y los muchachos, aún los
más decididos a pasarse la noche en blanco, con tal de hacer un buen DX, fueron
cayendo rendidos, no sin antes recomendarme que estuviera pendiente del radio y que
los despertara tan pronto como comenzaran los "comunicados". Es realmente
conmovedora la forma en que nos ven los muchachos, como una especie de
Supermanes, inmunes al sueño, el hambre y el cansancio.

Por no quedar mal con ellos, les prometí que así lo haría, de modo que regresé al radio
para "monitorear" si las "condiciones de propagación" (de las ondas de radio) ya nos
eran favorables. Poco después, el silencio de la estancia, apenas roto por la
acompasada respiración (y uno que otro ronquido) de los muchachos dormidos, así
como el monótono siseo de la estática del radio, fueron relajando mis cansados
músculos y poniendo pesados mis párpados.

Para espantar el sueño, me levanté de la pequeña mesa del improvisado "shack" de


radio, me dirigí al amplio barandal de la terraza y pude contemplar la noche en todo su
esplendor. La Luna llena, casi en el cenit, iluminaba el paisaje reflejando su plateada luz
en la blanca grava de la plazoleta frontal del edificio, en contraste con la densa
obscuridad de la alta y tupida vegetación circundante. Aspiré con deleite la fresca brisa
que a esa hora, casi la media noche, soplaba muy ligera trayendo el tenue olor del mar
no lejano, mezclado con el aroma de la húmeda selva. Mis pupilas se dilataron, haciendo
cada vez más precisos los detalles de aquel contrastante paisaje en claroscuro.

De pronto, en el borde mismo de la oscura vegetación pude distinguir una figura


humana, como de un niño pequeño, que, llevándose un dedo a los labios, hacía señas
con la otra mano para que me acercara. No había lobatos entre los muchachos, así que
descarté que pudiera ser uno de los nuestros, bastante mayores. Tampoco había visto ni
oído a nadie levantarse o bajar las escaleras. Posiblemente se trataba de algún niño que
venía de la casa de los vigilantes, o tal vez del cercano pueblo de Chablekal, y que, dada
la avanzada hora, requería de nuestra ayuda.

Ante la oportunidad de una buena acción, bajé rápidamente y en silencio las escaleras y
salí a la iluminada plazoleta hacia la pequeña figura que me llamaba. Cuando estuve a
apenas unos cinco pasos de ella, me detuve como fulminado por un rayo. El cabello de
la nuca se me erizó y un dedo helado me recorrió la columna vertebral. Ante mí tenía un
raro ser, no mayor de un metro de altura, moreno, regordete y con un abultado sorongo
(1) en lo alto de la cabeza. Sus facciones, aunque amistosas, no eran las de un niño.
Más bien parecía. ¡un enano!. Vestía únicamente un rústico paño que, pasando por entre
sus piernas se sujetaba en la cintura con una cuerda trenzada de henequén (2) y
colgaba delante y detrás como un pequeño delantal.

Mi asombro y mi temor serían evidentes, ya que extendiendo la mano con un gesto


tranquilizador me dijo: " no temas, soy un alux (3), y aunque tenemos fama de
juguetones y traviesos, no le hacemos mal a nadie. Por el contrario, somos los
guardianes del monte y cuidamos y protegemos a nuestra gente. Sin dejarnos ver,
conducimos por medio de señales a los campesinos que se extravían cuando los
sorprende la noche al regreso de la milpa o de ir a leñar y alejamos de su camino a las
serpientes venenosas, para que regresen a salvo a su hogar. "

"Si alguna vez asustamos a aquellos que se aventuran de noche sólo para ir a
trasnochar con los amigos o para enamorar a alguna muchacha, es sólo para advertirles
que a su vuelta puede estar esperándolos la Xtabay (4) a la sombra de una ceiba,(5)
que no es sino el mismo kisin (6),que bajo la forma de una bella mestiza, peina sus
largos y negrísimos cabellos mientras aguarda al viajero confiado, o atontado por los
tragos de xtabentún o 21 (7), para seducirlo y después arrojarlo al inframundo de las
tinieblas eternas."

"También tenemos el don de poder leer en lo profundo del corazón de los hombres y
distinguir a los buenos y generosos de aquellos malos y de negros sentimientos y así
compensar a los unos y castigar a los otros".

Tranquilizado por las palabras de mi nuevo amigo, y repuesto del susto inicial, me atreví
a preguntarle: hace unos momentos me pareció que me llamabas y acudí a ti pensando
que necesitabas ayuda, pero ya veo que no es así, entonces ¿qué es lo que quieres de
mí? Me respondió:

"¿Ves que no me equivoco al juzgar a las personas?, desde que llegaste a este lugar,
discretamente oculto en la orilla del monte, te he estado observando mientras colocabas
esos extraños aparatos que envían poderosas señales a gran distancia, mucho más
lejos que la que alcanzan nuestros viejos tunkules (8), para llevar mensajes de amistad
a pueblos lejanos. He observado la atención que ponen los muchachos a tus sabias
palabras y el respeto con que te tratan. También conozco tu buena disposición para
ayudar a quien lo necesita".

"Y es que los jóvenes, al igual que nosotros, tienen también un don especial para
conocer a la gente".

"Veo otras cosas en ti que perteneces a una hermandad de jóvenes de todos los pueblos
del mundo, que tienen como misión ser cada día mejores y ayudar a todo aquel que lo
necesite, aprender de la naturaleza y convivir armónicamente con ella, proteger a todo
ser viviente, planta o animal, así como a los elementos que sustentan nuestra vida desde
el principio de los tiempos: tierra, aire y agua, lo que parecen haber olvidado los malos
hijos de este planeta, que parecen empeñados en contaminarlos y destruirlos, sin
entender en su insensatez que están creando su propia destrucción".

-Me asombra tu sabiduría, le dije, pero aún no sé por qué me llamabas ni lo que deseas
de mí, ¿o es que solamente querías asustarme con tu inesperada presencia? De ser así,
te juro que lo conseguiste.—No, no acostumbramos mostrarnos ante cualquier mortal.
Solamente ante unos pocos elegidos, y por poderosas razones.

-¿Y cuáles son esas razones poderosas y por qué he sido yo el elegido?

-Sé que para ti tu palabra es sagrada y que sabrás cumplir fielmente lo que te voy a
confiar,

-Te lo prometo.

-Siendo así, te voy a revelar un secreto que nadie conoce , y voy a entregarte un
mensaje que deberás propagar entre los jóvenes compañeros de esa hermandad a la
que perteneces, aprovechando que en las próximas horas podrás hacer llegar tu palabra
hasta muy lejos gracias a la poderosa magia de esos extraños instrumentos que tú
posees.

-Te aseguro que cumpliré fielmente tus deseos. pero dime ¿cuál es ese secreto y cuál es
el mensaje?

-No seas impaciente, cada cosa a su tiempo. Confío plenamente en tí, y voy a hacerte
una revelación: Hasta hoy, nadie conoce el verdadero nombre de esta maravillosa
ciudad en la que estamos. Hace muy pocos años un hombre sabio venido de lejanas
tierras y hablando una lengua extraña, trató con su ciencia de desentrañar los misterios
de nuestra vieja ciudad y ni siquiera su nombre pudo averiguar, por lo que la llamó
Dzibichaltun, que en nuestra lengua maya significa "inscripciones labradas sobre
piedras planas", un nombre bastante tonto, pero es el único que hoy se conoce. Llegará
el tiempo, que el hombre blanco conocerá como siglo XXI, en que todos los secretos de
los antiguos mayas se revelarán y los hombres serán sabios y justos. Se iniciará una era
en que el mundo vivirá en paz, cesarán los odios y las guerras entre hermanos y se
descubrirán los remedios para todas las enfermedades. Nuestras viejas ciudades
sagradas de Chichén-Itzá, Uxmal y Mayapán resurgirán de sus ruinas y serán
nuevamente santuarios de peregrinación de todos los hombres sabios del mundo,
quienes vendrán a estudiar las ciencias de mis antepasados que hoy se creen perdidas.

-Pero aún no llega el tiempo de las revelaciones. Los hombres de este planeta deberán
aprender por su propia y dolorosa experiencia que sólo con la justicia puede conseguirse
la paz, que la Madre Tierra es muy generosa con sus hijos, pero sus dones deben
repartirse con equidad para que nadie tenga que padecer hambre ni miseria. Sólo
entonces podrá la humanidad acceder a esa era de paz, abundancia y felicidad de que
antes te hablaba, y será como tener eso que ustedes llaman paraíso, aquí en la tierra.

-Y estas maravillas ¿cuándo ocurrirán?

-Esto ni yo mismo puedo decirlo, ya que depende de la humanidad misma y de lo que


tarde en entender y poner en práctica estas verdades fundamentales: Paz, Justicia,
Hermandad y armonía con la Madre Naturaleza que nos rodea. Es posible que tú no
llegues a verlo y que los jóvenes que hoy te acompañan lleguen a viejos antes de que
todo esto ocurra, pero puedo asegurarte que tus hoy pequeños nietos, siendo ya
hombres, accederán, con sus hijos, a este paraíso terrenal prometido por mis dioses y
los tuyos, que se funden en uno solo que reinará por siempre. Pero recuerda, sólo
podrás revelar a tus hermanos lo que ahora te confío, porque aún no es tiempo de que
las profecías se cumplan.

-Te doy mi palabra de que así será, pero recuerda que también me hablaste de un
mensaje.

No lo he olvidado, ya que es la razón principal de nuestro encuentro. En las próximas


horas, cuando gracias a la magia poderosa de esos extraños instrumentos que
hábilmente manejas, hables con jóvenes que viven en pueblos distantes muchas leguas
de aquí, pero que pertenecen a la misma hermandad, hazles llegar un mensaje de paz y
fraternidad, recuérdales la Promesa que una vez hicieron, y la Ley que prometieron
cumplir. Recuérdales su compromiso de ayudar a quien lo necesite, en toda
circunstancia, y de hacer una buena obra cada día. Háblales de la urgente necesidad de
proteger el medio ambiente, la tierra, el agua y el aire, ya que, de no hacerlo, la vida, tal
como la conocemos, desaparecerá de este planeta, y las generaciones venideras no
alcanzarán a ver ese mundo maravilloso de que antes te hablé. Diles que deben cesar
las luchas entre hermanos, ya que con buena voluntad, no hay diferencia ni dificultad
que no pueda allanarse con el diálogo y un buen entendimiento. Es muy sencillo y fácil,
tan sólo con aplicar esa Regla de Oro que nos legó uno de los hombres más sabios que
ha existido " Trata a tu prójimo como tú mismo desearías ser tratado". En fin, tú que
sabes llegar al corazón de los jóvenes, que son la promesa viva de un mundo mejor,
háblales de tus ideales y conviértete así en profeta y realizador de ese paraíso terrenal
que nuestros dioses nos han prometido.

Emocionado por las sabias palabras de mi amigo el alux, y abrumado por la


responsabilidad que me confiaba, apenas tuve palabras para asegurarle: Te juro que
todo se hará tal como me lo pides.

Me respondió - "Estoy seguro de que así será".

Presintiendo que nuestra extraña entrevista estaba próxima a terminar le pregunté ¿Nos
volveremos a ver?

"No puedo asegurártelo, pero en lo sucesivo, puedes andar confiado entre el monte, del
que somos guardianes, ya que mis hermanos aluxes y yo, quienes ya te consideramos
como uno de los nuestros, cuidaremos de ti y te alejaremos de cualquier peligro". " Ah, y
antes de despedirnos tengo una profecía para ti: dentro de algunas horas, el más
poderoso tatich (9) de estas tierras vendrá a saludarte y a desearte éxito en tu misión".
Cuando mi hermano el alux ya se disponía a desaparecer de la misma manera
misteriosa como apareció, esfumándose en la obscuridad de la selva, le dije -aguarda- y
poniéndome de rodillas para igualar su baja estatura, lo abracé fuertemente mientras le
decía al oído " Tú y yo somos de la misma sangre".

Nos separamos lentamente, y mi nuevo hermano, con una gran sonrisa iluminando su
rostro moreno, me dijo guiñándome un ojo "casi me olvido, pero este Molay (10) o
yamborí como tú le llamas, será el más exitoso de los muchos en que has participado", y
dándome la espalda, desapareció entre la espesura.

Entre el siseo y el crepitar de la estática del radiotransmisor, una voces distantes


repetían con insistencia "CQ Jamboree....... CQ Jamboree". Abrí los ojos deslumbrado
por los primeros rayos del Sol que nos anunciaba un nuevo día, y recordé vívidamente
hasta en sus mínimos detalles mi extraño encuentro con el alux, pero......¿había sido
real?, ¿fue sólo un sueño? - antes de que pudiera explicármelo, una docena de scouts,
chicos y chicas, se amontonaron alrededor de la mesa gritando entusiasmados -"ya
tenemos condiciones "..." comencemos con los comunicados".

En efecto, las condiciones, que el día anterior se mostraron tan erráticas y difíciles, se
abrieron con extraordinaria claridad, y ese fue el comienzo de un día de espléndidos
contactos. "Trabajamos" alrededor de una docena de estados de la República y de
estaciones de Centro y Sur América tan distantes como Lima, Perú.

Pocas horas después, a eso de las 11 de la mañana, tal como me lo anticipara mi amigo
el alux, recibimos la visita del tatich mayor del Estado, Gobernador Constitucional de
Yucatán y antiguo scout, Ing. Federico Granja Ricalde, quien con su comitiva de
funcionarios de gobierno, nos felicitó por la labor que estábamos llevando a cabo, y, a
invitación nuestra, tomó el micrófono para dirigir un mensaje de felicitación y aliento a
todos los scouts presentes en la frecuencia, mismo que fue debidamente respondido por
Juan Pablo, un amigo radioaficionado de Campeche Al terminar, le prendí al Gober en
su guayabera (11) el escudo del JOTA’ 94 por su distinguida participación en el evento.
Tras un sonoro "hojas de té" de los scouts presentes, partió el dignatario estatal sin tratar
de disimular una enorme sonrisa de oreja a oreja.

Por cierto, poco después recibiríamos la grata noticia de que una de las muchachas de
nuestro Grupo 23 había recibido un tercer lugar nacional en el Concurso de la Historieta.
Igual distinción recibió el Informe de la Provincia, así como una Mención Honorífica en el
Concurso de Fotografía ambos con la autoría de este su servidor.

Algún tiempo después, en su Reporte Nacional del JOTA ‘94, el Coordinador Nacional,
Eduardo Esteva Fisher, escribiría: " Este ha sido el mejor Jamboree en el Aire (en) que
ha participado México, en toda su historia.....".

Nadie me convence de que mi amigo el alux no metió su traviesa mano en estos felices
acontecimientos. Tú, amigo lector, ¿qué opinas?.

Mérida, Octubre 27 de 1996

GLOSARIO

Diccionario Maya-Huach

(1) - Sorongo.- Cabello recogido en forma de chongo.

(2) - Henequén.- Agave sisalana. Planta de la familia del maguey, de hoja larga y
espinosa de la que, por machacamiento, se obtiene una fibra blanca y dura, también
conocida como sisal.

(3) - Alux .- Duende de la mitología maya, guardián de los montes. Se le atribuye un


carácter travieso y juguetón.

(4) - Xtabay.- Personificación del mal, bajo la forma de una bellísima mestiza, de largos y
negros cabellos, que a la sombra de una ceiba aguarda el paso de los viajeros nocturnos
para seducirlos y despues arrojarlos a las tinieblas. Los que podían escapar de ella,
morían pocos días despues entre fiebres y delirios.

(5) - Ceiba.- Arbol sagrado de los mayas. Muy frondoso, y de grueso tronco, es muy
común en el paisaje yucateco.

(6) - Kisín.- Diablo, en lengua maya.

(7) - Xtabentún Licor típico de Yucatán, elaborado con la miel que las abejas extraen de
una flor blanca, silvestre, con aroma de anís, llamada xtabentún, Ron de caña de alta
graduación alcohólica, supuestamente de 21 grados, de consumo muy común entre la
gente del campo.

(8) - Tunkul.- Instrumento musical de los antiguos mayas, hecho con un tronco ahuecado
de madera dura.

(9) - Tatich.- Cacique o personaje notable, entre los mayas.

(10)- Molay- Gran reunión de tribus.

(11) Guayabera - Jubón o camisa blanca adornada con alforzas, que forma parte del
traje típico del mestizo yucateco. Indumentaria casi obligada de los políticos yucatecos.

La caminata (Anécdota)
Si supiera el punto exacto en el que debo empezar todo seria mas fácil, lo que sí puedo
decir es que en este momento se me viene a la mente esta historia, una historia cercana
a la realidad y con un cierto toque de aventura, pero lo cierto es que sucedió y será
contada con mínimas diferencias, al menos como yo la recuerdo y si mi imaginación no
vuela podremos confiar en que la veracidad se a manifestado.

23 de Mayo de 1998, México D.F.

Bien . . . Parece ser un buen día, con bastante sol, como no ha habido en mucho
tiempo . . . uff hace algo de calor y eso que todo apenas esta apunto de comenzar, el sol
se esta ocultando ya, nos disponemos a abordar el autobús que no llevara de este
parque a la central de autobuses del norte. ¿Y que rayos hacemos aquí?, solo por que a
alguien se le ocurrió que teníamos que caminar 3 horas para llegar a un lugar, fuera de
la ciudad, lejos de la contaminación, del ruido, la gente agitada, gente que corre y
solamente mira hacia el frente y no se detiene a pensar que hace por que ya todo lo
tiene mecanizado, como todo lo que hay en esta ciudad caótica y apocalíptica, bueno tal
vez es una exageración o tal vez tiene algo de cierto, lo que viene al caso es ¿ Que
rayos hago yo aquí?, Pudiendo estar todavía en esa Ciudad caótica y apocalíptica, en un
lugar que se llama hogar y dentro de una cama, recostado descansando del trabajo de
toda la semana, y no se diga de la escuela. En !fin el caso es que ya no me puedo
regresar, ahora que me doy cuenta ya estamos llegando a Tres Marías, lugar donde
empezaremos nuestra ruta.
Listos con las mochilas a la espalda, linternas, suficiente agua, mucho entusiasmo y
alguno que otro pensamiento que acarreamos de la ciudad, ¡estamos listos para
comenzar . . . !

¡Ya estamos mejorando!, Él animo de los demás se empieza sentir, ¿ Pero cuales
demás?, si no se los he presentado aun . . . Verán ese que esta ahí es Toño , tiene 18
años , no los representa por el pelo largo y el gran bigote, el que va junto a Toño se
llama Angel, él es también un buen amigo y mejor amigo de Toño, ambos tienen mucho
en común y son muy entusiastas, sobre todo a los dos les gusta la aventura y los
riesgos.

Roberto, si él esta un poco pensativo en este momento, teníamos mucho de no verlo y


nos sentimos alegres de que venga nuestro amigo. El que esta contando chistes se
llama Javier, tiene el don de la gracia y por el simple hecho de mirarlo te ríes. Él más
grande de nosotros es Adrián, buen amigo de todos, compañero, como un hermano, es
él más sabio y por supuesto siempre nos apoyamos en él. Samir, el que trae la mochila
enorme, cargada de cosas, no sé que tanto trae, lo único que se es que cuando se
necesita algo trae todo pues toma muy enserio los retos y los viajes que realiza, así es
como se debe ser. Gabriel, es el que sobresale de todos, sus casi dos metros de altura a
su lado nos hacen parecer sus hermanitos. Ahí esta, Alejandro amigo muy cordial,
conocido desde hace ya algún tiempo por todos nosotros. El único que falta de presentar
es Carlos, un chico que recién hemos conocido y amigo de Javier.

Parece que ya nos conocemos todos, la cuestión ahora es saber que es lo que sigue
tratar de encontrar el punto de partida . . . ¡Si las vías del ferrocarril nos guiaran, !al cabo
solo son tres horas de camino y llegaremos antes de la media noche a Tepoztlan, el
lugar donde acamparemos, y gozaremos de un descanso bien merecido.

Antes de partir nos organizamos en tres grupos, uno salió primero, otro al ultimo y otro
entre ambos, el paso era firme, a pesar de las rocas que siempre acompañan unas vías
y los tablones atravesados que había que ir esquivando seguramente llegaríamos a
tiempo.

Todo esta bien, marchando como a lo planeado y si seguimos así pronto llegaremos, la
noche esta en todo su esplendor y ya obscura ocasiones que te llevan a pensar en
cosas que no existen en la realidad y en lo inesperado, miras a tu alrededor e incluso
crees que alguien te observa, tus sentidos están alerta y tu corazón late mas
vigorosamente. Pensándolo bien es increíble la tranquilidad de este lugar, claro siendo
una vía abandonada ni siquiera los campesinos se acercan por aquí.

¡Hay!, Grito Javier . . . mientras se sobaba el pie.

¿ Que ocurre? - le pregunte -.

Me acabo de golpear el pie y me duele mucho. - contesto -, Se le veía que le dolía y tal
vez tendría problemas para caminar.

Adrián, Angel, Gabriel y Carlos iban punteando, ya llevábamos mas de una hora
recorrida.

Detengámonos a descansar -nos dijeron por el radio comunicador-.

Estuvimos de acuerdo y reposamos, ya teníamos varios tropezones acumulados por el


camino, sin contar el Javier que se le estaba hinchando el pie.

Listos para continuar nuestro recorrido observamos nuestra ubicación en el mapa, al


menos la que nosotros creíamos que era, ¡ Ya nos falta muy poco ¡ - decíamos - si
apresuramos el paso en dos horas estaremos acampando y gozando de una suculenta
cena.

Ya tengo hambre - alguien comento, a la vez que camino- y los demás prosiguieron con
él.

La sed era ya grande y el agua se consumía rápidamente, al cabo de otras dos horas y
media de camino decidimos echar un vistazo al mapa, con linterna en mano observamos
que ya debíamos estar por llegar. No obstante se escucho una voz . . . ¿ Alguien ha visto
si ya pasamos la pera?, ¿Cuál pera? - los demás preguntando - la pera es un tramo de
la carretera que es totalmente curvo y debimos de haberlo dejado atrás hace mas de una
hora, a menos que . . . ¿ A menos que que ? - se escuchaban voces - , a menos que
todavía no estemos ni a la mitad.

Fue entonces cuando volvimos al dichoso mapa y nos dimos cuenta de la cruel realidad
para llegar a la pera faltaban aproximadamente 5 kilómetros mas y todavía de la pera
había que caminar otros 5 para Tepoztlan.

La sangre nos subía y se nos bajaba, el cansancio era lo suficientemente grande para
disimularlo y el hambre estaba en su apogeo, nuestros relojes indicaban que ya iban a
dar la una de la mañana y los pies aprecian ser los mas afectados por las rocas que
encontrábamos por el camino, las lamparas empezaban a fallar. En ese momento la
única idea era llegar lo antes posible y los minutos se convertían en horas.

Al caminar algo distrajo nuestras mentes, - humo -, era nada menos que un incendio
forestal, que se distribuía a lo largo de la carretera, siendo notorio el humo, aquel olor a
leña a la que nos fuimos acostumbrando conforme nos adentrábamos.

¡ Ahí hay unas brazas ardiendo!, Grito Angel, corriendo él y Toño se dispusieron a
apagarlo en un dos por tres, a patadas, puños de tierra y aguita amarilla lograron
extingirlo mientras los demás los alentábamos y felicitábamos por su excelente labor.

¿ Quién habrá encendido esas brazas? - nos preguntábamos, el aspecto de cómo


estaban colocadas nos indico que había peligro, que alguien no muy lejano estaba
encendiendo todo a su paso y que seguramente habíamos advertido.

Al continuar nuestro camino nos dimos cuenta que habían muchas mas hogueras
encendidas, a diestra y siniestra de nuestras compañeras las vías, que estabamos muy
cerca de el o los incendiarios y que teníamos que aprovechar las pocas energías para
salir de ahí cuanto antes.

Entre nosotros los pensamientos se habían unificado en uno solo, caminar deprisa, lo
más silencioso posible y tratar de mantener la calma. Cuando nos dimos cuenta no eran
solo unas cuantas hogueras las que nos rodeaban, eran grandes lumbreras que se
extendían hasta orillas de la carretera, que iluminaban el cielo y nos hacían pensar en
quienes y por que lo hacían, algunos de nosotros creíamos haber escuchado voces a lo
lejos, incluso haber visto linternas alumbrándonos desde las distancias.

Los kilómetros subsecuentes se fueron como minutos y no sé de donde nos salieron las
energías pero de alguna manera eso nos hizo llegar más rápido a lo que podría haber
sido nuestro destino, hasta que nos dimos cuenta de que apenas estabamos terminando
las vías, lo que fue un gran suspiro alejarnos de esas vías a la vez nos decía que
nuestro destino continuaba lejos, las dudas se incrustaron entre nosotros y nos
mirábamos unos a otros, lo que había comenzado como un pequeño viaje, se había
convertido en un momento decisivo.
Adrián nos mostró que podíamos seguir avanzando y podíamos llegar, a pesar de los
imprevistos, a pesar de la escasa dosis de energías. Así como Carlos, Javier y o todos
aquellos que su condición les hacia más difícil el moverse continuaban con el objetivo en
el semblante, sabíamos que el lugar estaba mas cerca y que de alguna forma u otra
podíamos llegar.

Al descansar unos minutos y poner en cuestionamiento mi objetivo en ese lugar


comprendí que por algún motivo me había tocado estar ahí, ver hombres dentro de
jóvenes, sudor y sed sobre fuego, sangre, y rostros desfigurados ante el cansancio,
recordé lo que habíamos logrado y pense en lo poco que faltaba, en que el obstáculo se
había convertido en una real prueba. Momentos después alguien dio el primer paso,
seguimos nuestro camino y dejamos que las franjas nos guiaran.

Para poder llegar a Tepoztlan tuvimos que caminar durante otras tres horas mas, por
carretera y cruzar un pueblo, logramos llegar a las 7 de la mañana a aquel valle en el
que dejamos caer nuestros cuerpos dolorosos sobre su verde alfombra y ahí dormimos.
Tocando cuerpo a cuerpo la tierra que horas atrás era lo que en nuestras mentes y en
nuestros corazones plasmábamos. Adrián, Angel, Alejandro, Carlos, Toño, Javier,
Gabriel, Roberto, Samir y yo, lo habíamos logrado, estabamos ahí y ese triunfo era
nuestro.

Después de ese día se comento mucho sobre lo ocurrido, en la motivación que había
dejado en muchos de nosotros y en que algún día volveríamos a aquellas vías, las que
habíamos dominado. Ocurrieron muchas otras cosas durante ese campamento, la
mística del hombre siempre estuvo presente, en sus pasos cada huella se quedo
grabada en nuestros recuerdos y definiría nuestro futuro, en el cual ya no solo
podríamos caminar 40 kilómetros para llegar con la alegría de haberlo hecho. Sino de
buscar las batallas más grandes y las mas autenticas relaciones con el espíritu.

- La caminata realizada aquella vez, fue antes hecha por algunos aventureros,
conociendo la ruta y la topografía del lugar, se calcula un promedio de entre 8 y 13 horas
respectivamente. A lo largo de 35 Kilómetros hasta Tepoztlan. Hasta la fecha se alega
que los incendios son provocados por el calor y descuidos.

Breves del Autor

Hugo Antonio Leyva


Miembro del Clan de Rovers del Grupo 95, Provincia Gustavo A. Madero

¡UN SIEMPRE LISTO! (Anécdota)

      Bueno, todos tenemos recuerdos (algunos traumáticos) de nuestras primeras experiencias
en el movimiento, sin embargo, yo puedo afirmarlo con toda seguridad, ninguna como la que
voy a narrar a continuación.

      Tenía no más de 15 años, y estaba en mi primer campamento, era un


pie tierno con mucho ánimo, era un "siempre listo" ideal, el ejemplar
preferido  de la jefatura, claro, hacía todo lo que me decían sin
oponerme, sin chistar, sin  protestar obvio, no conocía las "mañas"
propias del movimiento para salvaguardar la integridad personal.
      Todo iba bien hasta el primer día. La jefatura decidió que debíamos ir
a una pequeña caminata, comenzamos a caminar a las 3:00 de la tarde, cada
uno llevaba en su mano la comida para esa noche, un infeliz huevo crudo
que había que proteger con la vida. Sobra decir que la caminata no era por
hermosas praderas, sino por tenebrosos peñascos, más que caminar estabamos
escalando ¡con un huevo en la mano!.

      Llegamos, y después de ayunar por un rato y maldecir al que se vino


encima del huevo, decidimos bajar. No habrían pasado más de 5 minutos
cuando una de las niñas de tropa, decidió resbalarse por un precipicio de
unos 200 metros, naturalmente, decidió que se le había partido una pierna,
y después decidió que le dio taquicardia. El jefe de tropa se aprestó a
decir de manera recia y sonora ¡UN SIEMPRE LISTO!.

      Es allí donde entro yo, como es natural, me ofrecí a ello, mi misión:
- Oiga, siga este caminito y llegue al pueblo, estando allí busque al
médico y cuéntele lo que pasó. Nos vemos en el campamento en una hora,
nosotros vamos a bajar a la niña.-

      Tomé entonces mi linterna y seguí el camino que supuestamente llevaba


al pueblo (Vianí se llamaba el pueblo). Como es natural, el camino
desapareció a los 10 minutos de caminata, quedé en la mitad de la montaña
sin saber donde estaba parado, finalmente vi la punta de la torre de la
iglesia del pueblo que sobresalía por una colina, caminé entonces en línea
recta hacia allá, salí de prisa y  en menos de nada me encontré envestido
por un toro, perseguido por una jauría de perros, y en menos tiempo aún,
me sumergí en las hediondas aguas de un pequeño lago en el que bebían los
animales de la zona.

      Finalmente, después de una hora de caminata tortuosa, llegue a uno de


los extremos del pueblo, desde allí bajé a buscar al doctorcito, el cual,
obviamente no estaba. Como el pueblo no era tan grande, no fue difícil
encontrarlo en una frutería, en la cual departía con una "amiga". Le conté
lo ocurrido, y le pedí que fuera al campamento, él me mandó a comprar unas
drogas, desinflamatorios y analgésicos. Fui a la droguería a comprar, pedí
las drogas, cuando de repente volví al mundo de nuevo, tenía que pagar, y
no tenía ni un centavo, debí dejar mi reloj empeñado, y salir al
campamento con la droga. Llegando al campamento me topé con dos mastines
tipo cancerbero que me gruñían insinuantemente y juro que los ojos eran
rojos y su pelo brillaba azul en la noche, y esto nada tenía que ver con
que me haya visto la profecía el viernes anterior. Finalmente  llegó la
dueña de los perros y pude seguir hacia el campamento, llegué, entregué
las drogas, y con ira descubrí que la niña que se había fracturado y
sufrido un ataque de taquicardia, había mentido, había hecho paro, tenía
mamera de caminar!!!! y yo casi muero consiguiendo su doctorcito!!

      Llegué y me acosté muero de la ira, pero antes, había puesto unos
frijoles en agua para el almuerzo del otro día. Dormimos tranquilamente,
hasta el otro día en la mañana cuando un ruido extraño me inquietó, salí
de la tienda y vi una figura espantosa, me causó horror ¡una vaca se
estaba comiendo los frijoles! Y así perdimos también el almuerzo.
      Con un compañero de patrulla, en vista del hambre del cual éramos
presa, fuimos a explorar en busca de alimento, encontramos unos árboles de
naranja y otros de Toronja, devoré unas 20 naranjas ácidas, las cuales me
ocasionaron una debilidad en la dentina, que me impidió comer alimentos
sólidos en el resto del campamento.

      En la tarde la jefatura organizo una tarde de actividades muy


interesantes, la peor de ellas era el paso rastrero por barro mezclado una
substancia verde de consistencia pasto y de fétido olor, que pese a su
evidencia, preferí ignorar. Tras pasar esta prueba en la que nos
"compenetramos" con la naturaleza en sentido literal, regresamos al
campamento a bañarnos. ¡NO HABIA AGUA!, no había una gota de agua, la
habían cortado, debíamos caminar con una capa de dos centímetros de barro
en nuestros cuerpos, con zonas verdosas de la otra substancia hasta el río
que quedaba dos kilómetros del campamento.

      Después de bañarnos regresamos al campamento, descansamos un poco y


      distribuimos las guardias de la noche. Y como si no hubiera sido
suficiente, la jefatura decidió hace un simulacro de secuestro, en el que
nos amordazaron en unos postes, pero debo confesar, que fue donde mejor
descansé, y no tuve el más mínimo problema en dormir profundamente por
seis horas.

      Al otro día temprano, levantamos campamento para regresar a Bogotá.


Uno de los más pequeños resbaló y se tronchó un pié, el jefe nuevamente:
¡UN SIEMPRE LISTO!, nuevamente, aunque ya con desconfianza me ofrecí, mi
misión: cargar el morral y demás cosas del niño.

      Termina el campamento, regresamos a Bogotá, todo había terminado,


regresando del colegio, me encontré con el niño que se había tronchado,
por que éramos vecinos, él estaba jugando fútbol!!!!!! Nuevamente
mintió!!, y yo caí otra vez.

      Desde entonces ya era un scout total.

      Esta es una de las más comunes experiencias que viven los pietiernos
en el movimiento, hasta que la dura vida le enseña que ser scout es una
experiencia, dura, y muy dura.

Breves del Autor:

 Daniel Alvarez Medina


Grupo Scout No.9 "Gimnasio Campestre"
Bogota, COLOMBIA

Entre Amistad y muerte

      - Se conocieron hace mucho tiempo. El movimiento scout fue quien las
presentó. Eran las mejores amigas. Nada ni nadie podía separarlas, hasta
que el trágico día llegó...

      Katia era una joven de no más de 18 años, alta, güera

, de complexión
media. Sus ojos expresaban dolor y soledad, pero a pesar de ello, siempre
asistía a todas las juntas y nunca se perdía una sola actividad. Era una
persona misteriosa, ya que nadie sabía nada de ella. Lo más extraño de
ella es que no se juntaba con alguien en especial y por lo tanto con
ninguna de nosotras platicaba nada. Sin embargo, su vida cambió cuando
Laura llegó al clan y se hicieron íntimas amigas.

      La chica nueva, Laura, se caracterizaba por su entusiasmo al hacer las


cosas, era muy inteligente y activa, lo único malo es que tenía un pequeño
defecto facial, pero éste no era ningún impedimento para lograr sus
objetivos. En varias ocasiones sirvió de ejemplo a las demás integrantes y
ellas la veían como una gran amiga.

      Las actividades en el clan eran muy interesantes, ya que siempre había
algo nuevo que hacer. Por un lado las charlas nos ayudaban a ver el mundo
de diferentes puntos de vista, mientras que las actividades al aire libre
nos fortalecían físicamente. Estas actividades se organizaban seguido, y
como el clan tenía una gran alma aventurera, acostumbrábamos ir a todas
ellas.

      Un día, cuando el sol brillaba en todo su esplendor y la brisa bajaba


de los verdes montes, decidimos hacer una caminata para aplicar algunos
temas de orientación, pionerismo y campismo. Todo el clan femenino
asistió, el entusiasmo y las ganas de emprender una nueva aventura se
reflejaban en el rostro de las chicas.

      Salimos de un poblado cercano a Xochimilco, teniendo como meta el


lugar de la mística, Tepoztlán. Nos alistamos, tomamos nuestras mochilas y
emprendimos la caminata. Traíamos todo lo necesario: comida, agua,
lámparas, impermeables, etc. Al ir caminando, eran fascinantes los
paisajes que contemplábamos, al mismo tiempo que escribíamos nuestra
bitácora del viaje. Todo se apuntaba, nada de lo que sucedía se quedaba en
el bolígrafo.

      Andábamos en parejas, ya que la situación así lo ameritaba, por lo que


en esa ocasión Katia y Laura iban juntas. En el ambiente se respiraba su
compañerismo, tanto hacia ellas mismas, como para las demás. Lo que hacía
que la distancia cada vez fuera menos y las vivencias más.

      Era forzoso seguir las vías del ferrocarril para llegar a nuestro
destino. El clan completo seguía su camino: Con sus pesadas mochilas, las
dos alegres amigas concluían con la formación. De repente un enorme toro,
correteado por unos perros, salió a nuestras espaldas. El clan volteó
espantado al ver lo que nos amenazaba. Rápidamente corrimos hacia un lugar
donde nos sintiéramos seguras. Algunas subieron por el monte que se
encontraba al lado izquierdo de las vías, otras se aventaron hacia el lado
contrario, mientras que sólo Katia se aventuró a correr de frente para no
ser alcanzada por el asustado animal. El pánico recorrió el cuerpo de la
joven y un grito espeluznante llenó por completo el lugar.

      - ¡Por favor, que alguien me ayude! .

      Katia no dejaba de correr, pero no se atrevía a desviar su rumbo para


salir del camino de la bestia. Laura, al ver a su compañera en problemas y
al estar muy cerca del animal, corrió tras él, lo agarró por la cola
tratando de detenerlo. Fue tanto el temor de encontrar a su amiga herida,
que jaló con todas sus fuerzas para detenerlo. El animal al sentirse
lastimado, frenó su recorrido, dio la media vuelta y buscó a quien cobrar
tal barbaridad. Como Laura se encontraba jalándole de la cola, trató de
safarse de ella. Al no poder hacerlo, movió su cuerpo con mucha fuerza
aventando a su prisionera contra una barda. Ella al haber sufrido tremendo
golpe, fue a caer al pie del duro muro. La bestia se dirigió hasta donde
estaba Laura y aprovechándose de su desmayo, le enteró sus filosos cuernos en
el tórax y abdomen, de tal manera que no sólo la hirió, sino que la aventó unos
cuantos metros adelante, hasta chocar contra los destrozados durmientes. El
toro, al verse vengado, corrió en busca de los perros para continuar su lucha.

      A1 ver a nuestra amiga ensangrentada e inconsciente, acudimos


presurosas en su ayuda. Nuestra organización fue rápida, las dos claneras
más rápidas fueron a pedir ayuda al pueblo más cercano que se encontraba a
no más de dos kilómetros. Otras más, improvisaron una camilla con sus
ropas. Finalmente las que quedábamos atendimos a la herida con el equipo
disponible haciendo alusión a nuestros conocimientos de primeros auxilios.
Mientras tanto Katia nos contemplaba asustada y desesperada al conocer el
grave estado de Laura, mientras reflexionaba sobre el acto de valor que su
colega había hecho para salvarle la vida.

      A los 25 minutos de haberse ido las dos rápidas chicas, llegaron con
un equipo de paramédicos. Estos, a pesar de todos los esfuerzos que
hicimos para salvarle la vida, la encontraron muy mal, así que decidieron
trasladarla hasta el poblado más próximo. Allí una ambulancia la esperaba
para llevarla a la Cruz Roja. A la jefa de clan fue a la única que le
permitieron acompañara durante su camino, mientras tanto todas las demás
nos regresamos a casa de Laura para hablar con sus padres y dejar nuestro
equipo en su casa.

      Llegamos al hospital esa misma tarde, nuestra jefa estaba muy
preocupada, pero nos demostraba una enorme serenidad. Habló con el clan y
con los padres de la joven, diciéndonos que Laura estaba en un estado muy
crítico y sólo esperaban la autorización de sus padres para intervenirla
quirúrgicamente. Fueron horas de espera. El clan completo y unos cuantos
scouts más habíamos pasado toda lo noche en el recinto esperando noticias
de nuestra amiga. La angustia se sentía entre todos nosotros, hasta que
finalmente los doctores salieron y nos informaron que Laura, había
fallecido. El dolor nos invadió por completo, no había nadie que no
llorara. Sus padres se encontraban inconsolables. Ya nadie podía hacer nada.
      Katia se golpeaba y gritaba por todos lados que debería ser ella,
quien estuviera muerta y no su amiga. El escenario era de horror. El
funeral fue desgarrante. Todos los scouts íbamos con nuestro uniforme.
Cantábamos para decirle adiós a una increíble amiga, sin embargo el llanto
no nos dejaba un minuto. Muchas cosas fueron enterradas junto con ella: la
bandera del clan, la del grupo, etc. Sin embargo, lo más grande que se
llevaba, eran nuestros corazones, llenos de amor y agradecimiento, ya que
ella nos enseñó el verdadero significado de la palabra AMISTAD.

Segundo Lugar, categoria B del 14vo Encuentro de Arte y Expresion Scout, 1993, Meztilla,
Estado de Morelos.

Breves del Autor:

 Atzin Mendoza Macias


        Ex Colaboradora de la Oficina Nacional Scout de Mexico

Monólogos de Clan

      Hoy no los voy a hacer hablar de escollos ni de rema tu propia canoa o
Clan tu vida es servir. Es más, hoy ustedes ni van a hablar. Me toca a mí
como jefe, en el sentido más autócrata del término, así que vayan bajando
sus manitas para tomar la palabra. Cuando se me presentó la disyuntiva de
aceptar el cargo de esta sección, pasé una larga semana cavilando sobre
las implicaciones de tal responsabilidad. ¿Saben
porqué acepté ser Jefe de Clan? No, no contesten: porque no lo saben y
porque ya les dije que no los iba dejar hablar. Porque pensaba que de
todas las opciones que existen de ser dirigente, ésta era la que menos
conflictos me iba a acarrear. Vamos pues: donde más campechanamente la
pasaría. Ni tenía que lidiar con señoras histéricas que llegan al Local a
reclamarte que su hijito se mancha el uniforme durante las juntas de
Manada y pobre de uno si descuida la dieta de su bodoque en campamento, ni
ser una mezcla de McGyver y la Madre Teresa de Calcuta para andar
soportando a una caterva de barbajanes y hormonas alebrestadas, que ni
Dios Padre va a convencerme que sea otra cosa la Tropa.
      No, me dije, yo no estoy para esos apostolados. Mi carácter no está
para misiones civilizadoras. Por eso me aventé como Jefe de Clan, porque
creía que trataría con personas más centradas; que la chamba vendría de
pechito: revisar planes de adelanto, autorizar proyectos y ver a quién
mandaba de servicio al siguiente campamento de Gacelas. Sobre todo,
esperaba haberme salvado del trato con los padres de familia; a lo más
algo de public relations. ¿No hasta nos recomendaron con el dueño del
Atzimba, mesa de pista y atención especial, cuando estábamos viendo la
Roca Mujeres? Que compadre del papá y padrino de primera comunión del
nuevo que la semana anterior había ingresado al Clan, que después quién
sabe porqué ya nunca regresó, si salió muy bien esa actividad.
      Bueno, pero todo esto viene al cuento porque quién sabe qué dicen
todos ustedes en sus casas, cállense, no me interesa saberlo, que tuve que
poner mi cara de imbécil en la taquiza de Grupo, cuando se me acercó la
mamá de uno de ustedes, bien seria y preocupada, a decirme si no estaré
forzando demasiado a los muchachos: todos los fines de semana se la pasan
fuera de casa en actividades de Clan. Que los viernes en la noche ya mejor
su hijo se sale con todo y mochila, en la que por cierto nunca le ha visto
que meta el uniforme scout, yo todavía explicándole a la señora que en el
Clan no es obligatorio usarlo para todas las actividades, y no regresa
sino hasta el domingo en la tarde. Según esto, cada semana alojo a diez
tipos en mi casa. "No mamá, es que nos quedamos en casa del jefe". Qué
chingones, al menos inviten. Soy su jefe, no su alcahuete.

Breves del  Autor: 

Arturo Reyes Fragoso.


Comunicador Social, Periodista Scout y Guionista de Historietas.
Autor de: CUENTOS DE UNA NOCHE DE CAMPAMENTO. (ASMAC, 1991)

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