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Aún sonrío
No sé cómo me convenció un amigo de que ingresara a los scouts, pero lo cierto es que
asistí a una justa a "ver" qué carambas hacían y jamás supe que pasó en mi cabezota
que ya no pude zafarme del Movimiento, aunque al principio ya sabes, quieres obtener la
más alta condecoración de la manera más fácil, aunque después te des cuenta que hay
que tener paciencia y muchos conocimientos para lograr lo que te propongas.
Y ahí estaba yo. Un tiempo después colgaba alrededor de mi cuello una pañoleta, así
como unas flamantes "motas" en mis piernas que olían a "Vel Rosita" (señal de que se
habían lavado anteriormente por mi mami) y una promesa hecha, pero sobre todo... ¡listo
para salir de campamento!.
El tiempo pasó rápidamente (en los scouts se va volando) y realicé muchas salidas,
excursiones, campamentos, actividades anexas, pero lo mejor es el recuerdo de todo
esto. Un día, después de que te has pasado la vida llegar a guía e intentar hacer la
cosas a tu modo, el jefe de sección te dice que ya va siendo tiempo de dejar el cargo y ...
¡Oh sorpresa!, ves cómo comienza el "draft" entre los muchachos de la patrulla para ver
quien es tu sucesor.
Llega entonces el día marcado por el destino, una ceremonia y entregas tu cargo a otra
persona para que porte tu cordón que a veces ya sentías que te ahorcaba. Sin más ni
más y con un previo lloriqueo, te dan tu bye, bye de esa sección y te mandan a otra
donde tu único objetivo es sobrevivir y no morir en el intento: el Clan de Rovers.
Ahí también empieza a correr el tiempo y ahora tu meta es llegar a ser Rover investido
después de librar las actividades, servicios, "cenas de meditación" y algunas otras
reuniones donde los humos no bajan, más bien salen de las bocas de todos y no te
dejan respirar.
Como dije el tiempo pasa y ¡zaz!, experimentas una de las experiencia más gratificantes
dentro de tu vida en el Escultismo, tu investidura.
Han pasado muchos, pero muchos años. No hace mucho me retiré del movimiento (y
nunca hubo algún "fondo para el retiro"), y ahora algo pasó en mi vida que sólo Dios
sabe por qué debe de pasar. Si, así es, todos esos recuerdos son lo único que me
queda, son el motivo por el cual aún sonrío.
Sí, así es... aún sonrío a pesar de estar en una cama de hospital por padecer cáncer, sí,
así es, es inoperable y casi estoy a punto de entrar a la fase terminal.
El tiempo ahora es poco, sé que aún me queda muchas cosas pendientes y mis
recuerdos se agolpan en mi cabeza, pero dentro de todos esos recuerdos que hoy llegan
a mi mente, está la clave del por qué aún sonrío y es porque las cosas que hice y viví
dentro de este movimiento, son motivo suficiente para poder decir ¡Gracias!, a la vida y a
Dios.
Ahora me preparo para descansar, por que sé que después de todo buen campamento,
el reposo es uno de los mejores premios.
El puente
A continuación los jueces efectuaron su recorrido por los diversos puentes y tras una
labor siempre difícil emitieron su veredicto; segundo lugar.
Tal vez por considerarlo injusto se apodero de la tropa un desánimo general, llanto y
sentimientos de fracaso afloraron en los jóvenes.
Pero una mamá, La Sra. Espe, les envió la siguiente reflexión que transformó en algunos
de nosotros nuestro sentimiento. Esta reflexión la podemos aplicar a muchas áreas de
nuestra vida y ojalá te ayude como lo hizo conmigo:
"Que no decaiga tu ánimo, una calificación de un juez no tiene valor. El único juez que
no se equivoca y al que debes hacerle caso por que nunca miente es tu conciencia.
Califícate a ti mismo, ve el empeño que pones cada día, revisa si las beses de tu
esfuerzo son sólidas, si los amarres de tu voluntad no se aflojan con el cansancio, el
calor, el sueño, las sed o el hambre.
Si la torre de tu compañero se eleva, si subes la rampa del respeto haci tus jefes
observando obediencia y si logras al final, cruzar el puente con alegría y sinceridad hacia
ti mismo, entonces sabrás realmente el lugar que tienes."
Mi amigo el Alux
Ocurrió durante el J.O.T.A. de 1994. Por una gentil invitación del entonces Director de
Cultur-Yucatán, instalamos nuestra Radio-Base Dzibichaltún en el flamante Parador
Turístico, aún no inaugurado oficialmente, anexo a las ruinas del mismo nombre.
Ocupamos la planta alta, con una espléndida vista de la zona arqueológica y de la selva
circundante.
Las horas se nos pasaron sin darnos cuenta, hasta que empezamos a "perder
condiciones", las voces que antes escuchábamos con claridad, se fueron borrando y
haciendo confusas, siendo sustituidas por un creciente ruido de estática, hasta que se
perdieron por completo. A eso de las 10 de la noche optamos por dejar enfriar los
equipos, cenar, y disponernos a escuchar la plática que nos daría acerca de los
descubrimientos y restauraciones efectuadas en Dzibichaltún durante los últimos años,
uno de los antiguos guardias de los vestigios arqueológicos.
Por no quedar mal con ellos, les prometí que así lo haría, de modo que regresé al radio
para "monitorear" si las "condiciones de propagación" (de las ondas de radio) ya nos
eran favorables. Poco después, el silencio de la estancia, apenas roto por la
acompasada respiración (y uno que otro ronquido) de los muchachos dormidos, así
como el monótono siseo de la estática del radio, fueron relajando mis cansados
músculos y poniendo pesados mis párpados.
Ante la oportunidad de una buena acción, bajé rápidamente y en silencio las escaleras y
salí a la iluminada plazoleta hacia la pequeña figura que me llamaba. Cuando estuve a
apenas unos cinco pasos de ella, me detuve como fulminado por un rayo. El cabello de
la nuca se me erizó y un dedo helado me recorrió la columna vertebral. Ante mí tenía un
raro ser, no mayor de un metro de altura, moreno, regordete y con un abultado sorongo
(1) en lo alto de la cabeza. Sus facciones, aunque amistosas, no eran las de un niño.
Más bien parecía. ¡un enano!. Vestía únicamente un rústico paño que, pasando por entre
sus piernas se sujetaba en la cintura con una cuerda trenzada de henequén (2) y
colgaba delante y detrás como un pequeño delantal.
"Si alguna vez asustamos a aquellos que se aventuran de noche sólo para ir a
trasnochar con los amigos o para enamorar a alguna muchacha, es sólo para advertirles
que a su vuelta puede estar esperándolos la Xtabay (4) a la sombra de una ceiba,(5)
que no es sino el mismo kisin (6),que bajo la forma de una bella mestiza, peina sus
largos y negrísimos cabellos mientras aguarda al viajero confiado, o atontado por los
tragos de xtabentún o 21 (7), para seducirlo y después arrojarlo al inframundo de las
tinieblas eternas."
"También tenemos el don de poder leer en lo profundo del corazón de los hombres y
distinguir a los buenos y generosos de aquellos malos y de negros sentimientos y así
compensar a los unos y castigar a los otros".
Tranquilizado por las palabras de mi nuevo amigo, y repuesto del susto inicial, me atreví
a preguntarle: hace unos momentos me pareció que me llamabas y acudí a ti pensando
que necesitabas ayuda, pero ya veo que no es así, entonces ¿qué es lo que quieres de
mí? Me respondió:
"¿Ves que no me equivoco al juzgar a las personas?, desde que llegaste a este lugar,
discretamente oculto en la orilla del monte, te he estado observando mientras colocabas
esos extraños aparatos que envían poderosas señales a gran distancia, mucho más
lejos que la que alcanzan nuestros viejos tunkules (8), para llevar mensajes de amistad
a pueblos lejanos. He observado la atención que ponen los muchachos a tus sabias
palabras y el respeto con que te tratan. También conozco tu buena disposición para
ayudar a quien lo necesita".
"Y es que los jóvenes, al igual que nosotros, tienen también un don especial para
conocer a la gente".
"Veo otras cosas en ti que perteneces a una hermandad de jóvenes de todos los pueblos
del mundo, que tienen como misión ser cada día mejores y ayudar a todo aquel que lo
necesite, aprender de la naturaleza y convivir armónicamente con ella, proteger a todo
ser viviente, planta o animal, así como a los elementos que sustentan nuestra vida desde
el principio de los tiempos: tierra, aire y agua, lo que parecen haber olvidado los malos
hijos de este planeta, que parecen empeñados en contaminarlos y destruirlos, sin
entender en su insensatez que están creando su propia destrucción".
-Me asombra tu sabiduría, le dije, pero aún no sé por qué me llamabas ni lo que deseas
de mí, ¿o es que solamente querías asustarme con tu inesperada presencia? De ser así,
te juro que lo conseguiste.—No, no acostumbramos mostrarnos ante cualquier mortal.
Solamente ante unos pocos elegidos, y por poderosas razones.
-¿Y cuáles son esas razones poderosas y por qué he sido yo el elegido?
-Sé que para ti tu palabra es sagrada y que sabrás cumplir fielmente lo que te voy a
confiar,
-Te lo prometo.
-Siendo así, te voy a revelar un secreto que nadie conoce , y voy a entregarte un
mensaje que deberás propagar entre los jóvenes compañeros de esa hermandad a la
que perteneces, aprovechando que en las próximas horas podrás hacer llegar tu palabra
hasta muy lejos gracias a la poderosa magia de esos extraños instrumentos que tú
posees.
-Te aseguro que cumpliré fielmente tus deseos. pero dime ¿cuál es ese secreto y cuál es
el mensaje?
-No seas impaciente, cada cosa a su tiempo. Confío plenamente en tí, y voy a hacerte
una revelación: Hasta hoy, nadie conoce el verdadero nombre de esta maravillosa
ciudad en la que estamos. Hace muy pocos años un hombre sabio venido de lejanas
tierras y hablando una lengua extraña, trató con su ciencia de desentrañar los misterios
de nuestra vieja ciudad y ni siquiera su nombre pudo averiguar, por lo que la llamó
Dzibichaltun, que en nuestra lengua maya significa "inscripciones labradas sobre
piedras planas", un nombre bastante tonto, pero es el único que hoy se conoce. Llegará
el tiempo, que el hombre blanco conocerá como siglo XXI, en que todos los secretos de
los antiguos mayas se revelarán y los hombres serán sabios y justos. Se iniciará una era
en que el mundo vivirá en paz, cesarán los odios y las guerras entre hermanos y se
descubrirán los remedios para todas las enfermedades. Nuestras viejas ciudades
sagradas de Chichén-Itzá, Uxmal y Mayapán resurgirán de sus ruinas y serán
nuevamente santuarios de peregrinación de todos los hombres sabios del mundo,
quienes vendrán a estudiar las ciencias de mis antepasados que hoy se creen perdidas.
-Pero aún no llega el tiempo de las revelaciones. Los hombres de este planeta deberán
aprender por su propia y dolorosa experiencia que sólo con la justicia puede conseguirse
la paz, que la Madre Tierra es muy generosa con sus hijos, pero sus dones deben
repartirse con equidad para que nadie tenga que padecer hambre ni miseria. Sólo
entonces podrá la humanidad acceder a esa era de paz, abundancia y felicidad de que
antes te hablaba, y será como tener eso que ustedes llaman paraíso, aquí en la tierra.
-Te doy mi palabra de que así será, pero recuerda que también me hablaste de un
mensaje.
Presintiendo que nuestra extraña entrevista estaba próxima a terminar le pregunté ¿Nos
volveremos a ver?
"No puedo asegurártelo, pero en lo sucesivo, puedes andar confiado entre el monte, del
que somos guardianes, ya que mis hermanos aluxes y yo, quienes ya te consideramos
como uno de los nuestros, cuidaremos de ti y te alejaremos de cualquier peligro". " Ah, y
antes de despedirnos tengo una profecía para ti: dentro de algunas horas, el más
poderoso tatich (9) de estas tierras vendrá a saludarte y a desearte éxito en tu misión".
Cuando mi hermano el alux ya se disponía a desaparecer de la misma manera
misteriosa como apareció, esfumándose en la obscuridad de la selva, le dije -aguarda- y
poniéndome de rodillas para igualar su baja estatura, lo abracé fuertemente mientras le
decía al oído " Tú y yo somos de la misma sangre".
Nos separamos lentamente, y mi nuevo hermano, con una gran sonrisa iluminando su
rostro moreno, me dijo guiñándome un ojo "casi me olvido, pero este Molay (10) o
yamborí como tú le llamas, será el más exitoso de los muchos en que has participado", y
dándome la espalda, desapareció entre la espesura.
En efecto, las condiciones, que el día anterior se mostraron tan erráticas y difíciles, se
abrieron con extraordinaria claridad, y ese fue el comienzo de un día de espléndidos
contactos. "Trabajamos" alrededor de una docena de estados de la República y de
estaciones de Centro y Sur América tan distantes como Lima, Perú.
Pocas horas después, a eso de las 11 de la mañana, tal como me lo anticipara mi amigo
el alux, recibimos la visita del tatich mayor del Estado, Gobernador Constitucional de
Yucatán y antiguo scout, Ing. Federico Granja Ricalde, quien con su comitiva de
funcionarios de gobierno, nos felicitó por la labor que estábamos llevando a cabo, y, a
invitación nuestra, tomó el micrófono para dirigir un mensaje de felicitación y aliento a
todos los scouts presentes en la frecuencia, mismo que fue debidamente respondido por
Juan Pablo, un amigo radioaficionado de Campeche Al terminar, le prendí al Gober en
su guayabera (11) el escudo del JOTA’ 94 por su distinguida participación en el evento.
Tras un sonoro "hojas de té" de los scouts presentes, partió el dignatario estatal sin tratar
de disimular una enorme sonrisa de oreja a oreja.
Por cierto, poco después recibiríamos la grata noticia de que una de las muchachas de
nuestro Grupo 23 había recibido un tercer lugar nacional en el Concurso de la Historieta.
Igual distinción recibió el Informe de la Provincia, así como una Mención Honorífica en el
Concurso de Fotografía ambos con la autoría de este su servidor.
Algún tiempo después, en su Reporte Nacional del JOTA ‘94, el Coordinador Nacional,
Eduardo Esteva Fisher, escribiría: " Este ha sido el mejor Jamboree en el Aire (en) que
ha participado México, en toda su historia.....".
Nadie me convence de que mi amigo el alux no metió su traviesa mano en estos felices
acontecimientos. Tú, amigo lector, ¿qué opinas?.
GLOSARIO
Diccionario Maya-Huach
(2) - Henequén.- Agave sisalana. Planta de la familia del maguey, de hoja larga y
espinosa de la que, por machacamiento, se obtiene una fibra blanca y dura, también
conocida como sisal.
(4) - Xtabay.- Personificación del mal, bajo la forma de una bellísima mestiza, de largos y
negros cabellos, que a la sombra de una ceiba aguarda el paso de los viajeros nocturnos
para seducirlos y despues arrojarlos a las tinieblas. Los que podían escapar de ella,
morían pocos días despues entre fiebres y delirios.
(5) - Ceiba.- Arbol sagrado de los mayas. Muy frondoso, y de grueso tronco, es muy
común en el paisaje yucateco.
(7) - Xtabentún Licor típico de Yucatán, elaborado con la miel que las abejas extraen de
una flor blanca, silvestre, con aroma de anís, llamada xtabentún, Ron de caña de alta
graduación alcohólica, supuestamente de 21 grados, de consumo muy común entre la
gente del campo.
(8) - Tunkul.- Instrumento musical de los antiguos mayas, hecho con un tronco ahuecado
de madera dura.
(11) Guayabera - Jubón o camisa blanca adornada con alforzas, que forma parte del
traje típico del mestizo yucateco. Indumentaria casi obligada de los políticos yucatecos.
La caminata (Anécdota)
Si supiera el punto exacto en el que debo empezar todo seria mas fácil, lo que sí puedo
decir es que en este momento se me viene a la mente esta historia, una historia cercana
a la realidad y con un cierto toque de aventura, pero lo cierto es que sucedió y será
contada con mínimas diferencias, al menos como yo la recuerdo y si mi imaginación no
vuela podremos confiar en que la veracidad se a manifestado.
Bien . . . Parece ser un buen día, con bastante sol, como no ha habido en mucho
tiempo . . . uff hace algo de calor y eso que todo apenas esta apunto de comenzar, el sol
se esta ocultando ya, nos disponemos a abordar el autobús que no llevara de este
parque a la central de autobuses del norte. ¿Y que rayos hacemos aquí?, solo por que a
alguien se le ocurrió que teníamos que caminar 3 horas para llegar a un lugar, fuera de
la ciudad, lejos de la contaminación, del ruido, la gente agitada, gente que corre y
solamente mira hacia el frente y no se detiene a pensar que hace por que ya todo lo
tiene mecanizado, como todo lo que hay en esta ciudad caótica y apocalíptica, bueno tal
vez es una exageración o tal vez tiene algo de cierto, lo que viene al caso es ¿ Que
rayos hago yo aquí?, Pudiendo estar todavía en esa Ciudad caótica y apocalíptica, en un
lugar que se llama hogar y dentro de una cama, recostado descansando del trabajo de
toda la semana, y no se diga de la escuela. En !fin el caso es que ya no me puedo
regresar, ahora que me doy cuenta ya estamos llegando a Tres Marías, lugar donde
empezaremos nuestra ruta.
Listos con las mochilas a la espalda, linternas, suficiente agua, mucho entusiasmo y
alguno que otro pensamiento que acarreamos de la ciudad, ¡estamos listos para
comenzar . . . !
¡Ya estamos mejorando!, Él animo de los demás se empieza sentir, ¿ Pero cuales
demás?, si no se los he presentado aun . . . Verán ese que esta ahí es Toño , tiene 18
años , no los representa por el pelo largo y el gran bigote, el que va junto a Toño se
llama Angel, él es también un buen amigo y mejor amigo de Toño, ambos tienen mucho
en común y son muy entusiastas, sobre todo a los dos les gusta la aventura y los
riesgos.
Parece que ya nos conocemos todos, la cuestión ahora es saber que es lo que sigue
tratar de encontrar el punto de partida . . . ¡Si las vías del ferrocarril nos guiaran, !al cabo
solo son tres horas de camino y llegaremos antes de la media noche a Tepoztlan, el
lugar donde acamparemos, y gozaremos de un descanso bien merecido.
Antes de partir nos organizamos en tres grupos, uno salió primero, otro al ultimo y otro
entre ambos, el paso era firme, a pesar de las rocas que siempre acompañan unas vías
y los tablones atravesados que había que ir esquivando seguramente llegaríamos a
tiempo.
Todo esta bien, marchando como a lo planeado y si seguimos así pronto llegaremos, la
noche esta en todo su esplendor y ya obscura ocasiones que te llevan a pensar en
cosas que no existen en la realidad y en lo inesperado, miras a tu alrededor e incluso
crees que alguien te observa, tus sentidos están alerta y tu corazón late mas
vigorosamente. Pensándolo bien es increíble la tranquilidad de este lugar, claro siendo
una vía abandonada ni siquiera los campesinos se acercan por aquí.
Me acabo de golpear el pie y me duele mucho. - contesto -, Se le veía que le dolía y tal
vez tendría problemas para caminar.
Adrián, Angel, Gabriel y Carlos iban punteando, ya llevábamos mas de una hora
recorrida.
Ya tengo hambre - alguien comento, a la vez que camino- y los demás prosiguieron con
él.
La sed era ya grande y el agua se consumía rápidamente, al cabo de otras dos horas y
media de camino decidimos echar un vistazo al mapa, con linterna en mano observamos
que ya debíamos estar por llegar. No obstante se escucho una voz . . . ¿ Alguien ha visto
si ya pasamos la pera?, ¿Cuál pera? - los demás preguntando - la pera es un tramo de
la carretera que es totalmente curvo y debimos de haberlo dejado atrás hace mas de una
hora, a menos que . . . ¿ A menos que que ? - se escuchaban voces - , a menos que
todavía no estemos ni a la mitad.
Fue entonces cuando volvimos al dichoso mapa y nos dimos cuenta de la cruel realidad
para llegar a la pera faltaban aproximadamente 5 kilómetros mas y todavía de la pera
había que caminar otros 5 para Tepoztlan.
La sangre nos subía y se nos bajaba, el cansancio era lo suficientemente grande para
disimularlo y el hambre estaba en su apogeo, nuestros relojes indicaban que ya iban a
dar la una de la mañana y los pies aprecian ser los mas afectados por las rocas que
encontrábamos por el camino, las lamparas empezaban a fallar. En ese momento la
única idea era llegar lo antes posible y los minutos se convertían en horas.
Al caminar algo distrajo nuestras mentes, - humo -, era nada menos que un incendio
forestal, que se distribuía a lo largo de la carretera, siendo notorio el humo, aquel olor a
leña a la que nos fuimos acostumbrando conforme nos adentrábamos.
¡ Ahí hay unas brazas ardiendo!, Grito Angel, corriendo él y Toño se dispusieron a
apagarlo en un dos por tres, a patadas, puños de tierra y aguita amarilla lograron
extingirlo mientras los demás los alentábamos y felicitábamos por su excelente labor.
Al continuar nuestro camino nos dimos cuenta que habían muchas mas hogueras
encendidas, a diestra y siniestra de nuestras compañeras las vías, que estabamos muy
cerca de el o los incendiarios y que teníamos que aprovechar las pocas energías para
salir de ahí cuanto antes.
Entre nosotros los pensamientos se habían unificado en uno solo, caminar deprisa, lo
más silencioso posible y tratar de mantener la calma. Cuando nos dimos cuenta no eran
solo unas cuantas hogueras las que nos rodeaban, eran grandes lumbreras que se
extendían hasta orillas de la carretera, que iluminaban el cielo y nos hacían pensar en
quienes y por que lo hacían, algunos de nosotros creíamos haber escuchado voces a lo
lejos, incluso haber visto linternas alumbrándonos desde las distancias.
Los kilómetros subsecuentes se fueron como minutos y no sé de donde nos salieron las
energías pero de alguna manera eso nos hizo llegar más rápido a lo que podría haber
sido nuestro destino, hasta que nos dimos cuenta de que apenas estabamos terminando
las vías, lo que fue un gran suspiro alejarnos de esas vías a la vez nos decía que
nuestro destino continuaba lejos, las dudas se incrustaron entre nosotros y nos
mirábamos unos a otros, lo que había comenzado como un pequeño viaje, se había
convertido en un momento decisivo.
Adrián nos mostró que podíamos seguir avanzando y podíamos llegar, a pesar de los
imprevistos, a pesar de la escasa dosis de energías. Así como Carlos, Javier y o todos
aquellos que su condición les hacia más difícil el moverse continuaban con el objetivo en
el semblante, sabíamos que el lugar estaba mas cerca y que de alguna forma u otra
podíamos llegar.
Para poder llegar a Tepoztlan tuvimos que caminar durante otras tres horas mas, por
carretera y cruzar un pueblo, logramos llegar a las 7 de la mañana a aquel valle en el
que dejamos caer nuestros cuerpos dolorosos sobre su verde alfombra y ahí dormimos.
Tocando cuerpo a cuerpo la tierra que horas atrás era lo que en nuestras mentes y en
nuestros corazones plasmábamos. Adrián, Angel, Alejandro, Carlos, Toño, Javier,
Gabriel, Roberto, Samir y yo, lo habíamos logrado, estabamos ahí y ese triunfo era
nuestro.
Después de ese día se comento mucho sobre lo ocurrido, en la motivación que había
dejado en muchos de nosotros y en que algún día volveríamos a aquellas vías, las que
habíamos dominado. Ocurrieron muchas otras cosas durante ese campamento, la
mística del hombre siempre estuvo presente, en sus pasos cada huella se quedo
grabada en nuestros recuerdos y definiría nuestro futuro, en el cual ya no solo
podríamos caminar 40 kilómetros para llegar con la alegría de haberlo hecho. Sino de
buscar las batallas más grandes y las mas autenticas relaciones con el espíritu.
- La caminata realizada aquella vez, fue antes hecha por algunos aventureros,
conociendo la ruta y la topografía del lugar, se calcula un promedio de entre 8 y 13 horas
respectivamente. A lo largo de 35 Kilómetros hasta Tepoztlan. Hasta la fecha se alega
que los incendios son provocados por el calor y descuidos.
Bueno, todos tenemos recuerdos (algunos traumáticos) de nuestras primeras experiencias
en el movimiento, sin embargo, yo puedo afirmarlo con toda seguridad, ninguna como la que
voy a narrar a continuación.
Es allí donde entro yo, como es natural, me ofrecí a ello, mi misión:
- Oiga, siga este caminito y llegue al pueblo, estando allí busque al
médico y cuéntele lo que pasó. Nos vemos en el campamento en una hora,
nosotros vamos a bajar a la niña.-
Llegué y me acosté muero de la ira, pero antes, había puesto unos
frijoles en agua para el almuerzo del otro día. Dormimos tranquilamente,
hasta el otro día en la mañana cuando un ruido extraño me inquietó, salí
de la tienda y vi una figura espantosa, me causó horror ¡una vaca se
estaba comiendo los frijoles! Y así perdimos también el almuerzo.
Con un compañero de patrulla, en vista del hambre del cual éramos
presa, fuimos a explorar en busca de alimento, encontramos unos árboles de
naranja y otros de Toronja, devoré unas 20 naranjas ácidas, las cuales me
ocasionaron una debilidad en la dentina, que me impidió comer alimentos
sólidos en el resto del campamento.
Esta es una de las más comunes experiencias que viven los pietiernos
en el movimiento, hasta que la dura vida le enseña que ser scout es una
experiencia, dura, y muy dura.
- Se conocieron hace mucho tiempo. El movimiento scout fue quien las
presentó. Eran las mejores amigas. Nada ni nadie podía separarlas, hasta
que el trágico día llegó...
, de complexión
media. Sus ojos expresaban dolor y soledad, pero a pesar de ello, siempre
asistía a todas las juntas y nunca se perdía una sola actividad. Era una
persona misteriosa, ya que nadie sabía nada de ella. Lo más extraño de
ella es que no se juntaba con alguien en especial y por lo tanto con
ninguna de nosotras platicaba nada. Sin embargo, su vida cambió cuando
Laura llegó al clan y se hicieron íntimas amigas.
Las actividades en el clan eran muy interesantes, ya que siempre había
algo nuevo que hacer. Por un lado las charlas nos ayudaban a ver el mundo
de diferentes puntos de vista, mientras que las actividades al aire libre
nos fortalecían físicamente. Estas actividades se organizaban seguido, y
como el clan tenía una gran alma aventurera, acostumbrábamos ir a todas
ellas.
Era forzoso seguir las vías del ferrocarril para llegar a nuestro
destino. El clan completo seguía su camino: Con sus pesadas mochilas, las
dos alegres amigas concluían con la formación. De repente un enorme toro,
correteado por unos perros, salió a nuestras espaldas. El clan volteó
espantado al ver lo que nos amenazaba. Rápidamente corrimos hacia un lugar
donde nos sintiéramos seguras. Algunas subieron por el monte que se
encontraba al lado izquierdo de las vías, otras se aventaron hacia el lado
contrario, mientras que sólo Katia se aventuró a correr de frente para no
ser alcanzada por el asustado animal. El pánico recorrió el cuerpo de la
joven y un grito espeluznante llenó por completo el lugar.
A los 25 minutos de haberse ido las dos rápidas chicas, llegaron con
un equipo de paramédicos. Estos, a pesar de todos los esfuerzos que
hicimos para salvarle la vida, la encontraron muy mal, así que decidieron
trasladarla hasta el poblado más próximo. Allí una ambulancia la esperaba
para llevarla a la Cruz Roja. A la jefa de clan fue a la única que le
permitieron acompañara durante su camino, mientras tanto todas las demás
nos regresamos a casa de Laura para hablar con sus padres y dejar nuestro
equipo en su casa.
Llegamos al hospital esa misma tarde, nuestra jefa estaba muy
preocupada, pero nos demostraba una enorme serenidad. Habló con el clan y
con los padres de la joven, diciéndonos que Laura estaba en un estado muy
crítico y sólo esperaban la autorización de sus padres para intervenirla
quirúrgicamente. Fueron horas de espera. El clan completo y unos cuantos
scouts más habíamos pasado toda lo noche en el recinto esperando noticias
de nuestra amiga. La angustia se sentía entre todos nosotros, hasta que
finalmente los doctores salieron y nos informaron que Laura, había
fallecido. El dolor nos invadió por completo, no había nadie que no
llorara. Sus padres se encontraban inconsolables. Ya nadie podía hacer nada.
Katia se golpeaba y gritaba por todos lados que debería ser ella,
quien estuviera muerta y no su amiga. El escenario era de horror. El
funeral fue desgarrante. Todos los scouts íbamos con nuestro uniforme.
Cantábamos para decirle adiós a una increíble amiga, sin embargo el llanto
no nos dejaba un minuto. Muchas cosas fueron enterradas junto con ella: la
bandera del clan, la del grupo, etc. Sin embargo, lo más grande que se
llevaba, eran nuestros corazones, llenos de amor y agradecimiento, ya que
ella nos enseñó el verdadero significado de la palabra AMISTAD.
Segundo Lugar, categoria B del 14vo Encuentro de Arte y Expresion Scout, 1993, Meztilla,
Estado de Morelos.
Monólogos de Clan
Hoy no los voy a hacer hablar de escollos ni de rema tu propia canoa o
Clan tu vida es servir. Es más, hoy ustedes ni van a hablar. Me toca a mí
como jefe, en el sentido más autócrata del término, así que vayan bajando
sus manitas para tomar la palabra. Cuando se me presentó la disyuntiva de
aceptar el cargo de esta sección, pasé una larga semana cavilando sobre
las implicaciones de tal responsabilidad. ¿Saben
porqué acepté ser Jefe de Clan? No, no contesten: porque no lo saben y
porque ya les dije que no los iba dejar hablar. Porque pensaba que de
todas las opciones que existen de ser dirigente, ésta era la que menos
conflictos me iba a acarrear. Vamos pues: donde más campechanamente la
pasaría. Ni tenía que lidiar con señoras histéricas que llegan al Local a
reclamarte que su hijito se mancha el uniforme durante las juntas de
Manada y pobre de uno si descuida la dieta de su bodoque en campamento, ni
ser una mezcla de McGyver y la Madre Teresa de Calcuta para andar
soportando a una caterva de barbajanes y hormonas alebrestadas, que ni
Dios Padre va a convencerme que sea otra cosa la Tropa.
No, me dije, yo no estoy para esos apostolados. Mi carácter no está
para misiones civilizadoras. Por eso me aventé como Jefe de Clan, porque
creía que trataría con personas más centradas; que la chamba vendría de
pechito: revisar planes de adelanto, autorizar proyectos y ver a quién
mandaba de servicio al siguiente campamento de Gacelas. Sobre todo,
esperaba haberme salvado del trato con los padres de familia; a lo más
algo de public relations. ¿No hasta nos recomendaron con el dueño del
Atzimba, mesa de pista y atención especial, cuando estábamos viendo la
Roca Mujeres? Que compadre del papá y padrino de primera comunión del
nuevo que la semana anterior había ingresado al Clan, que después quién
sabe porqué ya nunca regresó, si salió muy bien esa actividad.
Bueno, pero todo esto viene al cuento porque quién sabe qué dicen
todos ustedes en sus casas, cállense, no me interesa saberlo, que tuve que
poner mi cara de imbécil en la taquiza de Grupo, cuando se me acercó la
mamá de uno de ustedes, bien seria y preocupada, a decirme si no estaré
forzando demasiado a los muchachos: todos los fines de semana se la pasan
fuera de casa en actividades de Clan. Que los viernes en la noche ya mejor
su hijo se sale con todo y mochila, en la que por cierto nunca le ha visto
que meta el uniforme scout, yo todavía explicándole a la señora que en el
Clan no es obligatorio usarlo para todas las actividades, y no regresa
sino hasta el domingo en la tarde. Según esto, cada semana alojo a diez
tipos en mi casa. "No mamá, es que nos quedamos en casa del jefe". Qué
chingones, al menos inviten. Soy su jefe, no su alcahuete.